Welcome to Pensford!

Capítulo 2

 

Azul.

No podía creer que me hayan hecho poner los cubiertos, o sea en mi casa no lo hago ¿por qué tengo que hacerlo en casa ajena? Se supone que soy una invitada y ellos tienen que servirme a mí, no yo a ellos. 
Luego de unos minutos llegamos a la casa de Isla, a decir verdad no se comparaba en nada con la de los Horan, hubiese preferido quedarme allá y que Dylan —tanto que se quejaba— esté acá. Bajamos del caballo, y todo estaba demasiado oscuro, la única luz era proveniente de un foco arriba de la puerta. Entramos y me encaminó a lo que supongo era su cuarto. Ella me dio su cama, lo cual valoro ya que no muchos lo harían, y fue a dormir en un sillón.
Abrí una de mis maletas y me puse el primer piyama que encontré: un short de perritos marineros con una remera mangas cortas azul. En lo que estaba por acostarme, logre ver algo muy asqueroso, un sapo. Grité del susto y la impresión que este me daba, sentí unos pasos  rápidos y se abrió la apuerta.
— ¿Qué sucede?— preguntó Isla somnolienta.
— ¡Hay un sapo al lado de la cama!— grité chillonamente, por cosas así odiaba mi voz, siempre que grito parezco tener un silbato en la boca o la voz de una nena de cinco años.
— ¿Enserio? ¿Le tienes miedo a un sapo? Ni que fuera un víbora Dios— se quejó y poco a poco se acercó al anfibio, tomó una remera de ella y lo atrapó.
— Ugh— tapé mi boca y esperé a que el vómito que estaba casi llegando a mi garganta bajara—, ¡gracias!— mencioné cuando noté que Isla ya se había encaminado nuevamente a lo que supongo es un living.
Me acosté sobre la cama, pero me fue casi imposible dormir, sólo por dos razones: creo que no hay cama cómo la del hogar de uno, y porque temía que en cualquier momento salte algún bicho sobre mí.

Niall.

No puedo creer que Dylan haya irritado a Is de tal manera que se fue de casa. Terminamos de comer, y él aún seguía intacto en el mismo sillón, ayudé a mamá a levantar los platos y luego los lavé, se supone que él debería hacerlo pero era su primer día tampoco insistiría tanto.
— Supongo que no dormirás ahí, ¿cierto?— pregunté detrás de él.
— Ni loco— respondió sin voltear a verme.
— Entonces sígueme— ordené.
Apagué las luces y subí al segundo piso, y entramos en la primera puerta a la izquierda.
— Dormirás en ahí— dije señalando una cama que estaba a centímetros de la mía pero en sentido contrario, es decir la mía está puesta verticalmente y la otra de manera horizontal.
— ¿Compartiremos cuarto?—
Decidí no responder a su pregunta y descansar, hoy había sido un largo día y mañana debía despertarme temprano para ir al mercado.

Azul.

Desperté por el molesto canto de un gallo, y el ruidaje que había en la casa, tomé mi celular y mire la hora, ¿las cinco menos cuarto?
— Vístete, y ven a desayunar, saldremos—
— Voy…— respondí a duras pena.
Decidí ponerme un short de jean tiro alto, una remera sin mangas color gris con la palabra “BOY” y un águila en el centro, y unas vans rojas. Entré al baño que había enfrente, lavé mis dientes y até mi cabello en una floja cola al costado izquierdo.
— Buenos días— me saludó quien supongo era el padre de Isla—, me llamo Christian y si quieres puede decirme Chris—forcé una sonrisa y asentí.
— Es lo que hay, tendrás que acostumbrarte—
— Em claro… té y tostadas con mantequilla está bien— traté de no sonar desagradecida. Terminamos y Christian levantó la mesa, y comenzó a lavar lo ensuciado.
— Ahora sí, nuestro día oficialmente comienza—  dijo cuando puso en marcha una vieja Toyota roja en la cual apenas entrábamos los tres.
— Azul, nuestro bote no es muy grande, por lo que estarás en una canoa, ¿okay?— me explicó Isla, asentí—. ¿Has andado alguna vez en una?—
— Sí, en el campamento de primer año—
— Eso es genial, será fácil. Mi hija y yo estaremos en el bote pescando, tu simplemente tirarás un poco de carnada para llamar la atención de los peces, y cuando llenemos un recipiente tu lo sostendrás bien entre tus piernas y llevarás a la conservadora que está en la camioneta, ¿sí?— 
Llegamos a la orilla de una laguna, ya que el clima no estaba para el mar. El Sr. Burns y su hija bajaron de la caja del vehículo lo que supongo que era su equipo de pesca, dos cañas, un botiquín, y tres recipientes de plástico, desprendieron el pequeño bote, y pusieron la canoa naranja en el piso junto con su remo.
— No te alejes de nosotros— me ordenaron. Tiré un poco de pan húmedo hecho bolitas cómo me dijeron para que los peces se acerquen a nosotros. Los mosquitos estaban matándome, suficiente sufrí anoche cuando se metió uno en mi oreja.
Luego de estar cómo cuarenta minutos sin hacer nada, los Burns llenaron una cubeta y comencé a remar, pero un pato pasó volando a centímetros de mi cabeza y con tal de evitarlo, hice unos cuantos movimientos que me dejaron en medio del agua.
— ¡Azul! ¡Azul!— escuché los gritos proveniente desde arriba—. ¿Estás bien?— preguntó un poco más tranquilo Chris cuando me vió salir a la superficie.
— ¡No quiero que ningún pez me muerda!— grité casi llorando.
— ¡Entonces súbete a la canoa!— gritó Isla, la miré entrecerrando un poco mis ojos y ella junto a su padre comenzaron a reír.

Niall.

Mi alarma comenzó a sonar y rápidamente me levanté, eran las seis de la mañana y apenas estaba terminando de salir el sol. Miré a mi “compañero” y el estaba plácidamente durmiendo.
— ¡Despierta!— grité en su oído y el niño de papi casi se cae si no es porque lo sostuve.
— Tengo hambre, prepararme un jugo de na— no dejé que terminara de hablar,
— A ver, yo no voy a ser tu empleado, si quieres algo, debes conseguirlo por ti mismo y tampoco estarás de vago en la casa, así que levántate— ordené, el me miro molesto pero simplemente lo ignoré.
Comencé a vestirme con un pantalón jogging gris, una remera mangas cortas roja y unas converses blancas —lo cual no parecen ya que están demasiado gastadas y sucias— Lavé mis dientes y bajé al comedor, cómo siempre papá ya había salido a trabajar y mamá estaba preparando café, minutos después apareció Dylan vestido con: jeans negros un poco ajustados, musculosa blanca, zapatillas grises y unos anteojos rayban en rojo.
— Buenos días, ¿cómo durmieron?— preguntó mamá.
— Yo bien, gracias— respondí depositando un beso en su mejilla, no había persona que ame más que a esta mujer—. Aunque no te caigamos bien, tendrás que hablarnos, no creo que estés callado por tantos meses, ¿no?— bufó y al fin abrió su boca para decir algo, pero mi mamá le ganó de mano.
— ¿Te gustan los huevos con tocino y café?—
— Si, pero el café no muy fuerte— contestó el castaño.
— Acompáñame a traer huevos— le dije y él se levantó de la silla en la que minutos atrás se había sentado.
— ¿Está muy lejos el supermercado?— me preguntó cuando salimos de casa, empecé a reír y él me miró confundido.
— De aquí sacamos los huevos— señalé el gallinero, y volteé a verlo—, sé macho y deja de taparte la nariz— 

Hola mis sensuales escritoras aquí yo, asdfghjkl me encanta que sean unos malcriados me siento identificada ah(? Este fin de semana me voy a la casa de mi abuela y es así como el pueblo y no hay internet y me sentiré bien Blue ahí nadando en el lago xd ah no, adoro el gif del principio bc Selena Gomez es hermosa no puedo esperar para el siguiente capitulo Sasi ame el capitulo que escribiste Blue, las amo chicas

Hello... ayy lo ame te juro me tente con la parte del sapo y cuando azul dijo que un mosquito le entro en la oreja jajaja era obvio que se caeria -el gif me spoleo- por un pato osea los patos son de mala suerte ahre que no. Vaya Dylan todo re facha y Niall croto ajaja mato cuando pregunto sobre el supermercado osea no cariño, los huevos al gallinero. Me gusto el capitulo, escriben genial, y es para ambas!!
Atte. Keyla xx