adeline{o.s

título: adeline
sinopsis: "entre torbellinos de angustia la esperanza lucha por mantenerse a flote"
género: general.
autor/a: yo.
adaptación: no.
advertencias: ninguna.

La lluvia golpetea fuertemente contra el cristal de la cafetería Molly’s como si quisiera derrumbar todo a su paso.
La chica de rojizas hebras de cabello yace descansando plácidamente sobre el mostrador con las lágrimas cálidas recorriendo aún su blanquecina mejilla derecha hasta terminar su recorrido sobre la mesada de madera oscura. Su cabeza se halla posada entre sus brazos y su vista clavada en el ventanal que da hacia la calle paralela. Espera a que alguien cruce el umbral de la puerta y le diga que todo estará buen y mejorará.
Pasan una, dos, tres y cuatro horas incluso pero la única compañía que tiene es el sueño y los bostezos entre sollozos. No dejó de llorar en ningún instante y eso la destrozó aún más, la alentó a seguir sumida en su halo de perdición y suplicio.
Resignada y rendida levanta su cabeza amortiguada por el tiempo que estuvo en esa incómoda posición y seca con el dorso de su mano la interminable lluvia salada que brotaba de sus rojos e hinchados orbes verdes. Él no llegó, ni siquiera se apiado para mandarle un mensaje.


Lleva tres días sin comer y su hermanastro la ha golpeado nuevamente, la golpiza la dejo sin ganas hasta de respirar.
Con cada inhalación el dolor se propaga desde sus costillas a sus lastimadas rodillas y nuevamente hasta su tórax. Está hecha polvo pero continua viviendo por la minúscula esperanza que él aparezca y se marchen lejos del tormento.
Espera impaciente y su subconciente lo reconoce por que la insta a terminar con todo y apagar la llama de la ilusión en su pecho.
A cada mañana se repite que no cederá y continuará con el calvario de existir.
—¡Adeline! —sobresaltada baja a toda prisa de la cama y corre al llamado de Nolan, el temible monstruo que acecha en su mundo.
Como toda una sumida baja la cabeza ante la presencia de su hermanastro y él le exige una reverencia, cosa que cumple al pie de la letra.
Este bufa y simplemente le da la espalda dejándola en soledad con el miedo calándole los huesos.
El único sonido de su estrepitosa voz la exalta y corre nuevamente a la cocina donde observa que el arroz se ha quemado. Le valdrá diez azotes y unas cuantas bofetadas que, sin duda, perdurarán por días en sus delicadas y suaves mejillas.

Con una molestia en el costado de su labio bebe del cubo de agua que se haya sobre la banqueta, está a solo una calle del café pero siente que su cuerpo no puede más; divisa desde lejos su cabellera oscura como el ébano ondeante contra el viento y se emociona pero realmente, no puede más.
Cae sobre el duro pavimento y tose vehementemente sobre el mismo, se da cuenta de que su labio sangra y trata de cubrirlo para no dar más lastima aún.
Está tan cerca de la libertad, de Cameron que por un segundo visualiza su futuro perfecto como en un cuento de hadas y parece encaminarse a la realidad cuando de reojo observa al muchacho acercarse rápidamente en su auxilio.
Manchas se cruzan por su visión y desfallece no sin antes oír el ahogado grito de su amado y el freno de un automóvil a lo lejos.
Se siente en la nada pero tranquila, calmada y en soledad.
En paz.