Tienes derecho a guardar silencio. (One Direction y Tú) Semi-Hot

Primero que nada, como me quedó gustando la idea de hacer una novela de los cinco como la ya terminada "Entrega la evidencia y nadie saldrá herido", quise hacer una parecida para continuar con este estilo :) Obviamente seguiré también con "No toques" ya que estará por terminar pronto y quería tener otro proyecto ya pensado. Espero les guste y si, hasta el título se parece al anterior jaja. Les pondré el prólogo para que esperen a que termine el capítulo :)

Tener una hermana dos años menor que yo siempre me había gustado, pero una hermana obsesionada con una banda no siempre me agradó. Mi pieza era todo un estilo diferente al suyo, ella tenía lleno de pósters de One Direction y yo mis paredes llenas de diseños, ropa y pintura, todo lo que una chica a su edad debería de gustarle.
Simplemente digo que a pesar de casi teníamos la misma edad cada una tenía sus gustos, pero los de ella eran ya exagerados.
Vivíamos en Londres, cerca de la famosa plaza picadilly circus. Emily tenía 17 y yo 19, ella se encontraba por empezar su último año de preparatoria y yo iba a comenzar mi segundo año en Diseño de modas. Solía pensar que mis padres simplemente estaban locos, ya que apoyaban sin duda a la menor de la casa, es decir, que yo siempre me quedaba con el corazón de la manzana al final.
Mi nombre es ____ Ann Blair, mamá tenía ese afán por los nombres cortos pero como papá quería uno puramente normal para ambas, Emily y yo quedamos con el mismo segundo nombre. Otro punto para que ella y yo nos queramos más.
Comencemos mi vida como todos los días, encima de mi cama con apenas una sábana de por medio entre el calor y mi pijama.
— ¡El desayuno está listo!
El fuerte grito de mamá desde el pasillo me hizo despertar y darme cuenta del tiempo que llevaba dormida, si más lo recuerdo, eran las 7:37 am y debíamos salir a las 8:00 am en punto para nuestros centros de estudio. Usualmente no me quedaba dormida, solo ocurría cuando el día anterior debía de acompañar a Emily a alguno de los encuentros con su estúpida banda.
La puerta se abrió y la susodicha entró rápidamente con todo su cuerpo preparado para su último año.
Yo me levanté con una fuerte resaca por el poco tiempo de descanso que dormí y le entrecerré los ojos antes de que hablase, pero ella me evadió.
— ¡Hoy será increíble, ____! Dicen que el final de todo esto es lo más importante de cada adolescente, ¿Me vendrás a ver en mi licenciatura? ¿Me podrías peinar…
— Emily —Le advertí—. Es tu primer día. Tu licenciatura no ocurre hasta casi 8 meses más.
Saqué la sábana que estaba sobre mí y me senté en la cama, pensando libremente en qué ropa llevar esta vez ya que no tenía mucho tiempo. Por suerte, Emily solo soltó una pequeña carcajada y salió hacia el pasillo tarareando una parte de su canción favorita, que por tanto escucharla desde su habitación, supuse sería Rock Me.
Rodé los ojos y caminé directamente al baño para la ducha más rápida que jamás haya tomado.

— ¿Emocionada? —Le preguntó mamá a Em cuando comíamos en la mesa.
Aproveché el descuido de aquella obvia “emocionada” respuesta para tomar un pedazo más de tocino.
— ¡Mucho más que eso! Quiero saltar sobre la mesa y hacer mi baile de solo pensar que será el mejor año de todos. —Respondió mi hermana.
Terminé de desayunar y me levanté de la mesa, papá estaba sentado a mi lado y dejó un espacio libre entre ambas sillas para que pudiese salir.
— ¿No le darás apoyo a tu hermana, Ann?
Me quedé de espaldas a ella y cerré los ojos, no me gustaba cuando utilizaba el “Ann” para vincularnos a las dos. La única que me llamaba por mi nombre era Emily, porque simplemente no le gustaba llamarse a sí misma cuando estábamos solo las dos. Se lo agradecía completamente.
Volteé hacia mamá y luego hacia ella, sonreí con disimulo y dije—: Espero que te vaya bien hoy, Ann.
Me devolvió la misma sonrisa forzada, mamá no nos entendía.
Al final, dejé los platos sobre el fregadero y corrí a mi habitación para ordenar mi bolso.

Hannah y Lindsay eran mis mejores amigas, compartía con ellas todo lo que en mi vida ocurría y les contaba, mi primer beso, primer novio, primer amor, todo.
Nos juntamos ese día en el metro picadilly, a dos cuadras de casa. Llevaba un peto de tono piel claro y unos shorts blancos con flores azules, rosa y amarillas; agregándole unos botines de taco alto cafés y accesorios como anillos, unas pulseras y unos lentes oscuros. (Aquí)
— ¿Nunca dejas de demostrar tu interés en la moda? —Dijo Hannah al llegar al punto de encuentro.
Ambas nos saludamos con una sonrisa y yo respondí—: Hay que ser algo rara a veces, aunque la gente piense que estás en realidad loca.
La universidad de Northampton queda a una hora y media en automóvil, por lo que Lindsay nos pasaría a buscar en el suyo y viajaríamos hasta allá. Papá solía preguntarme en toda ocasión el por qué viajar cuando puedo arrendar un departamento o algo así, pero cuando quería responder y aceptar su petición, mamá interrumpía y decía que debía de acompañar a Emily hasta que termine sus estudios y tenga la mayoría de edad.
Por lo menos ese sería el último y podría irme a vivir por mi cuenta.
— No me digas, —Dijo Lindsay cuando subí al asiento trasero y la observé por el espejo retrovisor— al ver esas ojeras supongo que Em fue a otra de sus juntas de Directioners.
Asentí con cansancio y Hannah se ajustó el cinturón; yo hice lo mismo.
— Está realmente obsesionada con ellos, ¿Lo sabías? Ya ni puedo ver el color de su habitación de tanto póster que tiene pegado en ella.
Ambas asintieron y Lindsay aceleró en dirección a la carretera, encendió la radio y pude reconocer a Rihanna por su canción “We Found Love”.
Todos los días sería lo mismo durante 200 días, despertar con un dolor de cabeza por culpa de Emily, desayunar, esperar a Lindsay junto a Hannah, viajar hacia la universidad, estudiar, tareas, descanzo, devuelta al estudio y volver a casa a las seis de la tarde para cenar en familia. Una típica rutina de universidad.
Por primera vez quería algún cambio, algo, que no fuese mi vida tan… “normal”.

— ¿Sabías que Kiss You rompió el récord del video más visto en veinticuatro horas? ¡Es asombroso!
Ese día me encontraba en mi escritorio, intentando concentrarme en el trabajo de Comprensión Escrita, pero solo había un problema.
Emily estaba sentada en mi cama.
— Espero que pueda conocerlos en persona alguna vez, siempre veo sus cabezas apenas cuando entran a algún hotel o una entrevista.
— Estoy ocupada, Em. ¿Puedes dejar de hablar sobre ellos por ahora? Necesito acabar este ensayo antes de la medianoche. —Le dije con tranquilidad.
Volteé a verla y ella así sin más asintió y salió de mi habitación sonriendo. Por lo menos ya tenía paz.
Muy bien, tenía ya todo listo, habían pasado casi dos horas y solo faltaba la conclusión del trabajo. Siempre me había gustado este tipo de tiempo en donde podía estar sola, aunque solo sea por tan pocas horas.
Pero desde ese momento nunca más pude tenerla.
— ¡____! —Entró Emily golpeando fuertemente la puerta—. ¡One Direction… dieciocho… estilista!
No comprendí nada de lo que estaba tratando de decirme, miré confundida su rostro y vi toda la emoción desbordando desde él como nunca antes. Sus gritos eufóricos debían de haberse escuchado por todo Londres si fuese posible, porque hasta mis oídos retumbaban cuando pronunciaba alguna palabra.
Cuando por fin se calmó, se acercó hacia mí con una gran sonrisa y yo retrocedí un poco en mi asiento.
— ¡One Direction está buscando a su nueva estilista!
Su felicidad estaba por los aires. ¿Por qué le importada tanto el que estén buscando a alguien…?
Oh, no.
— ¿Acaso quieres entrar a postularte? —Le pregunté con asombro.
Su sonrisa me lo dijo todo, ella estaba pensando en ir e inscribirse por su cuenta.
— Pero, ¿No crees que estás un poco joven para hacerlo? —Sí, soné muy a nuestra madre—. Déjame ver si es real lo que estás diciendo primero.
Eso la hizo correr y devolverse con su portátil en mano, al enseñármelo, el anuncio estaba escrito en la página oficial de la banda: ¡Hey tú, Directioner! Si eres una fan de entre 18 y 20 años, te esperamos este martes en The Berkeley Square Showroom, Londres, UK. Para una gran búsqueda de la nueva estilista de tu boyband favorita: One Direction.
— ¿Y bien? ¿Me podrías llevar? Por favor…
— Aquí dice que debes de tener entre dieciocho y veinte años, Em. Y tampoco creo que tengas algún diseño para mañana. Pienso que ni te dejarán entrar.
Miré su rostro y sonrió con picardía, tomó su laptop y lo dejó encima de mi escritorio. Volteó hacia mí y me dije interiormente, “Por favor que no sea lo que estoy pensando”.
— Quiero usar tu nombre para inscribirme y darles algunos diseños tuyos. ¡Es el plan perfecto! —Aplaudió y caminó hacia mí para tomar mis manos entre las suyas—. ¿Me ayudarás?
— Em… —Le dije.
— Por favor, ____. Es la última vez que te pido algo así, y si me escogen no tendrás que preocuparte más porque ellos se harán cargo de mí. Mamá estaría de acuerdo.
“Pero papá no”
Miré hacia sus ojos suplicantes y después yo cerré los míos. Suspiré rendida.
— Está bien.
Abrió sus ojos como platos y chilló con gratitud, sus pies ya casi flotaban de tanto saltar por la casa.
Acabé mi ensayo y me dejé caer en la cama mirando hacia el techo. Solo esperaba que el siguiente día fuese el comienzo de algo diferente.
Volteé mi cabeza a la derecha, en el velador se encontraba mi croquis con varios diseños de ropa para mujer y varón, algo de ahí le iría a servir.

— De acuerdo, éste es el plan. Como ambas tenemos el mismo segundo nombre y apellido, te inscribirás y yo asistiré a la entrevista, me esperarás en la puerta trasera y volveremos a casa.
Emily parecía realmente una ladrona, se encontraba en la esquina de la calle Berkeley St. espiando cómo todas las chicas hacían una fila enorme para obtener una oportunidad y conocer a sus ídolos.
Por favor, solo era había 0,000001% de que mi hermana quedase entre todas ellas, tenía esperanza de llegar a salvo a casa con ella a mi lado y dormir tranquila por fin.
Me apoyé en la pared con los brazos cruzados, Em estaba haciendo demasiado escándalo por ver algún movimiento siendo que solo había que esperar y entrar.
Doblé mi rodilla para dejar la planta del pie apoyada y suspiré agotada.
Un auto pasó por nuestro lado y se detuvo en el semáforo. Era totalmente negro y tenía sus ventanas polarizadas, pero por alguna razón mi corazón se aceleró porque sabía quiénes estaban dentro del vehículo.
Fruncí el ceño cuando me vi a mí misma en la ventana apoyada con una sudadera gris, una falda hasta los muslos repleta de flores y una chaqueta de mezclilla claro, todo eso acompañado de unos botines amarillos. “Realmente parezco una cualquiera”, pensé. (Aquí)
— ¿Por qué te enojas? —Dijo Emily, sacándome de mi mente—. Y yo que te iba a agradecer por ser la mejor hermana…
Puse los ojos en blanco y me separé de la pared. Em solía ser demasiado persuasiva a veces.
El semáforo tocó verde pero el auto no se movía, el de atrás le tocó la bocina e hizo saltar a Emily.
— ¿Qué le ocurre? —Dijo apuntando hacia el vehículo polarizado—. Está como petrificado o algo así.
Em rió y yo me ajusté el cabello hacia un lado, si fuese una buena hermana le hubiera dicho que el carro esperaba pasar entre las chicas para entrar al lugar del evento, porque siempre llegaban al último, porque eran famosos, porque eran One Direction, pero por su seguridad no lo hice.

La fila era enorme, Em hizo todo lo posible para que pudiese inscribirla casi de las cincuenta primeras. Ahora solo quedaba esperarla en la parte trasera y volver a la tranquilidad del hogar.
Las chicas gritaban y lloraban, ya que por un momento pudieron ver el cabello de alguno de ellos cuando salieron del auto. Yo solo me senté en la acera de atrás tapando mis oídos con los auriculares de mi celular.
Traía conmigo un pequeño bolso donde guardé el croquis que antes había sido abierto y Em eligiese los diseños, lo saqué y comencé un nuevo proyecto. Si es que le pedían más a mi hermana.
Estaba ya terminando la canción “Thinking of You” de Kesha, así que decidí apagar la música unos minutos y guardarme ese pequeño momento de paz.
— ¿Quién fue el estúpido que creyó que esta idea era buena?
Una voz apareció por el frente y me hizo ahogar un grito. Me encontraba casi escondida entre dos carros y al parecer no podía ser vista, porque cuando incliné un poco mi cabeza hacia la derecha divisé a penas el origen de aquella pregunta.
One Direction acababa de salir por la puerta trasera.
— Les dije que se enojaría. —Dijo Niall, apuntando al que antes había hablado, Harry.
— ¿Estilista? Eso es lo más falso que pueden poner en vez de asistente personal. —Continuó alegando—. Son realmente unos imbéciles, ¿Lo saben? Ahora tendremos a una fan obsesionada buscando en nuestra ropa interior.
¿Asistente personal? ¿Por qué querían a alguien para que les ayude? Y lo peor, ¿Por qué habían hecho una publicidad falsa?
Comenzaron a caminar hacia el mismo vehículo estacionado que una hora antes había quedado en el semáforo y yo me levanté para escapar hacia el frente.
Pasé un auto. Dos. Me quedaban cinco.
— ¡Ann Blair! ¡Me han elegido!
Y estaba perdida.
Mi nombre fue gritado por Emily que estaba saliendo por la misma puerta que su banda preferida había salido antes, pero no fue eso lo que me preocupaba.
Volteé hacia ella que venía corriendo hacia mí con una gran sonrisa en su rostro, sin embargo, yo solo veía como esos cinco chicos me estaban observando fijamente, como si hubiese descubierto el mayor de sus secretos. Y ese secreto iba
Tenía que escapar.
Tomé la mano de Em rápidamente y comencé a caminar hacia el frente. Si Emily supiese desde el principio de qué se trataba todo ese evento talvez con mayor razón me hubiese persuadido para entrar, pero yo no quería eso para mi hermana. Yo no quería que alejasen a Em de mí.
— Hey, ____. Cálmate, ya me han aceptado. ¿No estás feliz? —Decía cuando doblamos la esquina.
— Debemos llegar a casa rápido, Em.
— ¿Por qué? Papá no llegará hasta una hora más y mamá piensa que estamos comprando mis pósters, deberíamos dejar de correr.
Estábamos corriendo. Oh, por Dios, parecía como si fuese una cómplice de un crimen. Desaceleré hasta llegar al ritmo caminante y llegamos a la misma esquina donde ella estaba espiando la fila.
— ¿Qué ocurrió, ____? Parece como si hubieras visto un fantasma. —Rió Em.
“No fue un fantasma”, pensé, solo me encontraba en la hora y lugar equivocado.
— Mira es el mismo auto de antes. —Dijo.
Mi corazón dio un salto y volteé hacia la calle, tenía razón, nos habían encontrado.
Di un gemido del miedo que me subió por la garganta y miré a Emily.
— Em, tienes que ir a casa antes que yo.
— ¿Qué? ¿Por qué? Eras tú la que quería irse rápido, yo quiero ver cuando salgan por la puerta delantera, ____.
Fruncí el ceño y su rostro se suavizó. Siempre cuando hacía eso ella aceptaba.
Hizo una mueca de molestia y suspiró, se cruzó de brazos y dijo—: De acuerdo, está bien. Pero le diré a mamá que te quedaste vagando en la calle.
Me sacó la lengua y se dirigió hacia la calle Picadilly, era mejor de esa manera.
El auto paró a mi lado y yo retrocedí un par de pasos, disimulé estar observando hacia el grupo de fans que gritaban a lo lejos y me abracé a mí misma. Tenían que estar bromeando.
— ¿Eres Ann Blair? —Dijo el conductor, volteé a verlo, era un hombre adulto.
Le asentí y él me sonrió. Mis mejillas estaban al borde de estallar por lo rojas que estaban de tanto correr y la vergüenza combinada.
— Necesito ver su identificación. —Dijo—. Para confirmarlo.
Arrugué los labios del enojo, nunca antes me habían pedido mi identificación para confirmar que era yo. Busqué mis documentos pero se encontraban en el fondo, tapados por mi croquis y mi teléfono. Saqué ambas cosas y al final lo que estaba buscando, di un paso y el croquis se desacomodó con el movimiento, todo cayó al suelo.
— Mierda —Maldije.
Me reduje a recoger mis cosas y cuando estiré mi mano para tomar el cuaderno de dibujo, otra mano la levantó.
Puse mi cuerpo rígido y por un momento quise gritar, respiré profundamente y dejé que la persona lo recogiese. Luego levanté mi cuerpo del suelo con la mirada baja, no quería mirarlo, no quería ver de quién era esa ayuda.
— ¿____ Ann Blair? —Dijo una voz un poco ronca.
Di un saltito al escuchar mi nombre completo, olvidé completamente que el croquis llevaba un sello individual.
— D-Devuélvemelo —Tartamudeé.
No quería mirarlo.
Pero lo hice.
Mis ojos se dirigieron con lentitud hacia la persona que se encontraba frente a mí, iba a reconocerlo aunque estuviese ciega, nadie no podría hacerlo.
— Harry Styles… —Susurré.
Sus rulos, sus ojos esmeraldas, cómo no reconocerlo.
Y estaba frente a mí.
— Qué suertudo eres, Hazza. —Dijo otra voz saliendo desde el auto—. Hasta ya se sabe tu nom…bre…
Junté mis ojos con los profundamente marrones de Zayn Malik, que había quedado estúpidamente parado frente a ambos sin decir ni una palabra.
— ¡Oh, por Dios! ¡Es One Direction!
El fuerte grito de una fan desde el otro extremo de la esquina los hizo reaccionar. Miré a la chica que al parecer no se había percatado de mi presencia, pero justo cuando creí que era mi oportunidad de escapar, unos brazos me tomaron y arrojaron dentro del vehículo.
Caí fuertemente sobre dos pares de piernas que reclamaron ante el dolor de mi peso y cerré los ojos. Escuché el cerrar de la puerta y la orden “Acelera” de alguien más, pero en lo único que pensaba era en que había sido raptada.
— ¿¡Estás loco!? ¡Pude haber perdido a mis hijos con su caída sobre mí! —Gritó la persona bajo mis piernas.
Abrí los ojos y di un chillido.
Estaba sobre las piernas de Louis Tomlinson y Niall Horan, éste último el causante del grito anterior.
Un escalofrío me recorrió por toda mi espina dorsal cuando sus manos salieron desde debajo de mi cuerpo, inevitablemente rosando mis piernas.
Me removí un poco y sentí un gemido justo al lado de mi oído.
— Si te sigues moviendo así quedaré con una erección en apenas dos segundos. —Dijo Louis.
Mis mejillas enrojecieron y me llevé mis manos hacia la boca.
— Con estas piernas quién no tendría una. —Rió Niall, rosando “intencionalmente” mis muslos.
Ambos recibieron un fuerte golpe en sus nucas desde los asientos traseros. Miré hacia atrás y me encontré con el rostro de Liam frunciendo el ceño.
Simplemente no podía estar pasando esto.
— Denle un espacio, idiotas. —Dijo el padre de la madurez.
Niall se acercó al asiento junto a la ventana contraria y me dejé caer entre ambos.
Creí que iba a tener un infarto, Harry se encontraba en el asiento del copiloto con su rostro girado hacia mí y un muy callado Zayn junto a Liam en la parte de atrás.
Todos atentos en lo que pudiese hacer.
— Y bien…  ¿Qué haremos con ella? —Dijo Niall.
— ¿Qué quieres decir? —Le pregunta Liam.
— No podemos dejar que vaya por ahí diciendo que estábamos buscando en realidad una asistente. Ella lo sabe, ¿O no?
— Idiota, si no lo sabía antes, se lo acabas de decir ahora. —Dijo Harry.
Sentí cómo Zayn se acercaba hacia adelante y cómo Louis aspiraba con dificultad. No-estaba-pasando. Cerré mis puños con nerviosismo.
— Pero ella es la que nos escuchó, además… es la que Louis dijo que parecía una modelo…
— Cállate, estúpido. —Le advirtió Louis a mi lado.
Volteé a verlo y sus ojos se juntaron con los míos, sus mejillas enrojecieron y giró para observar por la ventana. Todo esto me estaba molestando, ¿Ellos me habían visto antes? Por supuesto, ahora le encontraba sentido al por qué no avanzaban en el semáforo.
Comencé a reírme de a poco, eran tan diferentes a como Emily los describía que creí estar soñando. Sí, eso era una pesadilla. Cómo pude tener tanta imaginación. Tal vez me encontraba encima de mi escritorio con los diseños aún esparcidos sobre la mesa y yo durmiendo en ella.
— Está bien, está bien —Dije—. Hay que despertar.
Levanté mi mano para pellizcar mi mejilla, con todo el mundo y una mirada de confusión en sus rostros dirigidos a mi reacción.
Al día siguiente le diría a Em lo que había soñado, le iba a gustar, puede hacer una novela con toda mi historia eso la haría feliz. Me sonreí a mí misma.
Pero cuando el dolor llegó luego de que mi mano soltase mi piel, el terror me inundó y grité.
— ¡Esto no está pasando!.

— ¡No, no, no! Déjenme ir, por favor. —Les supliqué.
— No la vayas a soltar, Niall. —Dijo Harry mientras abría la puerta de una habitación en el hotel Baglioni.
Habíamos llegado minutos después de que me diese cuenta de que no estaba soñando, intenté escapar por encima del rubio pero dos pares de manos me tomaron por los brazos y me sostuvieron todo el viaje hasta bajarme por la fuerza.
Niall y Louis me sostenían mientras pataleaba intentando no entrar por aquella puerta, pero uno contra dos no puede competir.
Me empujaron y caí al suelo de rodillas, escuché la puerta cerrarse y me senté sobre mis muslos.
— Hay cosas para tomar en la nevera. —Advirtió Harry.
Vi como cuatro de ellos caminaban en direcciones diferentes en busca de sus cosas, y uno se agachó y me tendió una mano.
— Perdona al señor gruñón. —Dijo Liam, sonriendo—. Está enojado porque no le dijimos sobre lo que íbamos a hacer hoy.
Su amabilidad me causa un revuelco en el pecho y le asiento, avergonzada. Sostengo su mano y me levanto del suelo limpiándome la suciedad del suelo.
— ¡Liam! —Supuse que fue Harry—. ¡Trae su trasero hacia el sofá!
El moreno suspiró con desganas y con un leve gesto de su cabeza dijo—: Ya escuchaste, encaminemos ese lindo trasero para que no se enoje más de lo debido.
Sus palabras me hicieron sonrojar aún más de lo que ya estaba, le asentí y lo seguí hacia la sala de estar. El lugar era ampliamente como una casa.
Todos ya estaban instalados en sus asientos y había un espacio en el grande de en medio. Ahí debía de sentarme.
— Sé más amable con ella, Harold. —Le dijo Liam.
Mi cabello calló hacia adelante cuando me senté en el sofá y pude sentir un par de suspiros cuando junté mis piernas en forma de cautela.
— Eres ____ Ann Blair. —Comenzó Zayn.
Le asentí.
— Su identificación lo dice. —Dijo Niall arrojándole mi carnet.
— ¡Hey! —Dije, al ver que no lo traía conmigo y ellos simplemente me lo habían robado.
Todos quedaron en silencio y yo arrugué mis labios, no me gustaba cuando tomaban esto como un juego.
Harry sonrió con malicia, al parecer le estaba gustando ser el malo. Llevó una de sus manos hacia su mentón e inclinó su cabeza para verse más concentrado, eso no me gustó.
— Veamos, si realmente tú eres ____ Blair, ¿Por qué la chica que entró al evento tenía tu nombre?
Emily.
Me levanté inconscientemente de mi puesto y todos se pusieron en alerta, esperando algún indicio de que intentase escapar. Pero yo solamente tenía en mente una cosa: Em.
— Ella es mi hermana. —Murmuré y fruncí el ceño cuando todos sonrieron en respuesta.
Louis aclaró su garganta y los demás se volvieron a relajar, luego me miró y dijo—: ¿Por qué estaba tu hermana entrando en algo así con tu nombre?
Observé sus ojos y mi furia comenzó a irse de a poco. Si no les decía la verdad no saldría de aquí.
— Quería encontrarse con ustedes. —Susurré.
Bajé la mirada hacia el suelo, ladeé mi cabeza hacia un lado para que mi cabello colgara y luego quedase hacia atrás. Me tomé ambos codos y doblé una de mis dorillas para dejar mi peso sobre un solo pie. Era una costumbre desde pequeña.
Escuché a alguien moverse, Harry se acercó de repente y cuando levantó una de sus manos intentando alcanzar mi rostro yo retrocedí cayendo en el sofá. Me estaba resultando incómodo todo esto.
El ruliento sonrió con picardía y se inclinó hacia mí tapándome de los demás con su altura. Volvió a estirar su mano y esta vez alcanzó a mis piernas. El mismo escalofrío que sentí cuando me encontraba en el auto, recorría mi espalda en ese momento.
Su palma recorrió todo mi muslo hacia arriba, observé cada movimiento con cautela y separé mis labios para reclamarle, pero cuando estaba a segundos de tocar más cerca, se retiró con rapidez.
— Eres un estúpido, Harry. —Rió Niall—. Te dije que ibas a tener una subida con esas piernas.
— Cállate. —Le gruñó él caminando con velocidad hacia lo que supuse era el baño.
El aire que no había soltado salió de mi boca por fin, tenía mis mejillas tan rojas que capaz haya sido un tomate en mi vida anterior, porque no se iría en un buen rato.
Zayn se encontraba a solo un sofá de nosotros y también aprovechó la oportunidad para dirigirse rápido hacia una de las puertas del pasillo a la derecha.
Niall solo reía, yo aún no podía entender lo que acababa de suceder.
— ¿Estás bien? —Dijo Liam acercándose y sentándose a mi derecha.
— Y-Yo… no lo sé… —Y sí, en realidad no sabía lo que ocurría.
— Acabas de encender a Harry y Zayn con solo tus piernas, ____. —Dijo el rubio—. Yo puedo controlarlo pero si Liam y Louis no me hubiesen tapado los ojos no me importaría haber suplantado a Harry en el baño.
Un golpe de parte de Louis lo hizo callar. Liam cerró los ojos por un momento y yo cerré la boca. No quería tanta información al respecto.
Al poco rato después, Harry y Zayn volvieron a sentarse y pude distinguir un leve sonrojo en las mejillas del de rulos.
— Ahora que el enojo de Hazza se fue con su dignidad, podremos hablar sobre lo que haremos con ella. —Dijo Liam.
Me acomodé en mi asiento y sentí las miradas de todos sobre mí. Miré hacia mis piernas.
— Si ella fue la elegida entonces que cumpla su función. —Escuché por parte de Zayn—. Irá con nosotros en el tour y nos cuidará como acordamos.
— No quiero a una fan obsesionada como mi nana, Zayn.
— Está más que claro que no es una fan obsesionada cuando quiso huir de nosotros, Harry. —Dijo Louis.
Esto ya me estaba molestando, todos hablando de mí como si fuese un objeto y ellos pelearan con quién se lo quedaba. Me crucé de brazos y arrugué mis labios desviando la mirada hacia el piso.
Si no hubiese estado sentada en el maldito suelo detrás de la plaza Berkeley entonces no estaría aquí, si no hubiese acompañado a Em al evento no los habría escuchado, si a Em no les gustase tanto no me habrían secuestrado, si no estuviese tan aburrida en mi vida esto sería realmente diferente, y si no fuese tan buena hermana le hubiera dicho la verdad.
— Acepto.
Mi voz salió tan leve que pensé que no lo habían escuchado.
Pero cuando sentí sus penetrantes miradas sobre mí, me di cuenta de que todo había cambiado.
— ¿Aceptas? —Preguntó Liam.
Le asentí. Mi corazón comenzó a latir con fuerza en cuanto todos sonrieron. Había algo oculto detrás de aquellas sonrisas que tanto hacían llorar a sus fans, algo que en mi mente me decía “aléjate” de ellos.
Pero que a mi persona le daba curiosidad saberlo.

— ¿Podré visitarte?
Luego de que les diera el sí a su propuesta, di la noticia a mi familia. Emily entendió que nos habían descubierto y que por consecuencia les ayudaría a sus vestimentas por el tiempo que fuese necesario. Mamá fue la única que no estuvo de acuerdo. Daba como excusa de que era demasiado joven, siendo que diecinueve años ya era parte de la mayoría de edad y que por primera vez papá me había dejado ir.
— Intentaré pedir permiso, ¿De acuerdo? Lo prometo.
Mis maletas ya se encontraban dentro del vehículo polarizado y solo faltaba despedirme de Em.
— Dile a Niall que no coma demasiado. Y a Liam que cuide de ti, es el que más piensa en hacerlo.
Su frase me hizo sonreír. La bocina detrás de nosotras sonó y había llegado la hora de irme, abracé a Emily mientras soltaba unas cuantas lágrimas y se las limpié con mi antebrazo. Ella siempre iba a ser mi hermana pequeña preferida.
— Solo llama cuando tengas noticias sobre alguna novia y estaré agradecida, no dejes que nadie se les acerque. —Me advirtió.
Reí con gusto y le asentí. Desde ese momento lo menos que esperaba era entrometerme demasiado en sus vidas.
Entré con sumo cuidado de no caer dentro como la última vez y cerré la puerta.
Era totalmente imposible que todo haya ocurrido en solo un día, y era menos probable que pueda sobrevivir a cinco miradas sobre mi cuerpo cada vez que aparecía, tal cual como lo estaban haciendo en ese momento el grupo más codiciado por el mundo. Todos excepto por mí.

20:42 pm.

Estaba atrapada.
Literalmente.
Me encontraba sentada entre cuatro paredes de un bus donde no había espacio ni para mis cosas.
— Entonces… —Murmuré intentando llamar la atención de los cinco chicos esparcidos por todo el vehículo.
Un par jugaba en el play station, otro veía su móvil en el largo sillón de la derecha, otro comía entretenido en la pequeña cocina y uno había desaparecido en las retinas del fondo.
— ¡Te lo dije! —Saltó Louis que jugaba contra Zayn en la televisión—. ¡Gané esta vez!
Mis ojos lo observaron por un par de segundos y me fijé en su rostro, tenía una gran sonrisa dando brillo a todo el lugar y sobretodo unos hermosos ojos. Un momento, ¿Por qué se detuvo que girar? Oh… claro, me descubrió.
Volteé la cabeza un poco avergonzada y me acomodé en el pequeño asiento de la mesa. Eso me estaba dando migraña.
— ¡____! —Gritó Niall cuando terminó de comer.
No presté atención.
Estaba enojada.
— ____.
En ese momento me asusté. Si bien no estuve atenta a lo que hice, no me hizo percatar de cuán rápido llegó a mi lado.
Di un pequeño salto en mi posición y volteé mi mirada. Niall podía ser el más bajo de la banda, pero aun así me sobrepasaba en varios centímetros y más cuando yo era la que estaba sentada y él de pie. Arrugué mis labios de solo pensar en su fuerza, no me gustaría saberlo.
Logré escuchar un gemido de molestia desde el par de jugadores y un “Basta, Zayn” por Liam en el sofá.
— ¿Qué quieres? —Le pregunté con enojo.
El rubio sonrió y se inclinó hacia mí tan rápido que no pude darme cuenta de lo que había sucedido hasta cuando sentí mis pies en el aire.
Me había tomado por mis caderas y puesto sobre sus hombros con mi torso colgando por su espalda. ¿Qué estaba haciendo?
— ¡Niall, bájame! —Grité.
Comencé a darle golpes con mis puños para que me soltase pero lo único que conseguí fue que todos rieran y me esforzase en vano. Eso no me estaba ocurriendo a mí, no estaba siendo cargada como un costal de papas.
— Bájame ahora o te prometo que te haré rogar por ayuda cuando te tenga en el suelo. —Lo amenacé.
Sentí su risa más fuerte todavía y comenzó a girar.
Oh, por Dios, lo iba a matar.
— ¿Qué estás haciendo? —Sonó Harry que había llegado a la escena principal.
Niall se detuvo de inmediato e incrementó el agarre en mis piernas.
— Ya suéltala. Les estás dando a ver un trasero que no vale la pena.
Mi frente se arrugó. Si las miradas matasen y solo por el hecho de que estaba de espaldas, mejor dicho, trasero hacia él, lo hubiese asesinado en menos de cinco segundos.
Emily estaba equivocada. Harry Styles no era un caballero.
— Niall, bájame. —Le dije—. Ahora.
El pequeño irlandés hizo caso a mi orden y quedé frente a frente con su rostro. Desde el fondo podía ver muy bien que intentaba disculparse, aunque por fuera solo pareciera reírse.
Vi un movimiento por el rabillo del ojo y divisé a Zayn hablando al oído de Louis. Estaban planeando algo.
— Necesito saber dónde dormiré. —Le murmuré, para que solo lo escuchase él.
Su sonrisa no tardó en aparecer y pude sentir mi corazón acelerar por eso, tomó una de mis manos tan rápido como pudo y me arrastró hacia las retinas del fondo rodeando el cuerpo de Harry, que al parecer no se veía tan feliz luego de que no le diese importancia alguna.
— Usualmente siempre quedamos con una de sobra porque somos solo cinco y hay seis en el bus, —Me indica la de la izquierda en medio de otras dos y continúa—: Aquella es la tuya, la de abajo es mía y la de arriba es de Zayn.
Suspiré aliviada, por lo menos no tendría al enojón de los rizos como molestia.
— Aunque también puedes dormir conmigo si te molesta el colchón —Eso lo susurró, pero lo escuché muy bien— Liam suele decir que es mejor cuando tienes un compañero.
Mis mejillas enrojecieron y miré hacia mi nueva cama para distraerme, no quería que descubriese la posibilidad que tenía al considerar su propuesta.
Pero solo sería por Niall.
— Debo… —Balbuceó distraído— Debo limpiar el desastre que hice al comer esa hamburguesa.
Le asiento, pero pronto siento su mano tocar mi brazo derecho. Cuando volteé, nuestras miradas se conectaron y lo único que pude pensar en ese momento era en lo oscuro que se habían tornado sus ojos celestes.
Tomó aire y dijo—: Si no fuese porque estoy siendo vigilado por el resto del grupo, —Miró mis labios ya fruncidos— hubiera borrado esa molestia de tu boca con solo un beso.
Retrocedí hasta chocar con la parte externa de la retina y Niall rió, me guiñó uno de sus ojos y caminó hacia su desastre del otro lado del bus.
¿¡Había admitido que me besaría!?
Los latinos de mi corazón estaban más que acelerados, hubiese tenido un infarto de solo pensar en haberlo besado. No, no, no, ellos eran famosos y yo solo estaba ahí por escuchar algo que no debí haber escuchado.
Era solo la que los iba a asistir cuando necesitasen ayuda.
Pero, ¿Qué ayuda necesitaban si lo tenían todo?

Lo repetiré una y otra vez, algo extraño estaba ocurriendo con todos ellos.
Eran las siete de la mañana del día siguiente y me giré inconscientemente hacia la derecha, sentí la luz del sol entrar por la ventana y penetrar mis párpados tan libremente que me hizo salir de mi sueño.
Gemí por lo temprano que era y un murmullo se escuchó a lo lejos en mi mente.
— Despiértala tú, yo ya tengo suficiente con su… sonido.
Levanté la sábana por sobre mi cabeza y subí mis rodillas para intentar detener el ruido que comenzaba a despertarme. No quería abrir los ojos.
— Yo no lo haré. Que lo haga Harry, él es al que le molesta todo lo que diga.
Aquella voz era conocida, era de… ¿Louis? Sí, creo que era de él.
Me removí un poco y sentí algo caliente sobre mi espalda, duró unos cinco segundos y luego escuché una aspiración forzosa de aire, seguida por el recorrido de aquel calor hacia mi cuello.
— Estás aprovechándote de la situación, Harold. —Dijo… Niall.
Un momento.
¿Harry? ¿Louis? ¿Niall? ¿¡Aprovechándose!?
Mis ojos se abrieron de par en par y pude ver lo que era el calor ahora en mi cadera. La palma de Harry.
Giré hacia él y su rostro quedó petrificado, su mano soltó el toque como si se tratase de fuego y retrocedió rápidamente. Solo alcancé a ver sus mejillas sonrojadas un par de segundos antes de que retirase hacia otro lado.
Cuando me senté sobre mi cama, pude ver a tres de los otros que se encontraban sonriéndose cada uno.
Yo fruncí el ceño y les dije—: ¿Qué estaban intentando hacer?
Zayn, Louis y Niall. El primero observó sonriente mis ojos mientras se cruzaba de brazos, el segundo solo negó con la cabeza mientras disimulaba su risa y el último reía ante la pequeña escena que habíamos hecho el rizado y yo.
Alto, faltaba alguien.
— ¿Dónde está Liam?
Y cerré la boca tan rápido como salió la pregunta.
— ¿Por qué quieres saber de él? —Preguntó Zayn ladeando su cabeza.
Sí. ¿Por qué quería saber de él?
— Solo… estoy haciendo mi trabajo. —Desvié la mirada.
Louis silbó y se retiró del sector de las retinas, llamó a Niall para que lo acompañase y quedé a solas con el moreno.
No le di importancia y me destapé para prepararme y bajar.
Mis piernas colgaban hacia el suelo, solo debía de saltar y me encontraría en equilibrio total. Pero cuando me proponía a dar el impulso, un par de manos fuertes tocaron mis muslos antes de subir hacia mi cadera. Solté un chillido al ser levantada con tanta facilidad que pensé en caer cuando toqué la superficie plana con mis pies.
Estaba estupefacta, y las manos aún no soltaban el agarre sosteniéndome más cerca de otro cuerpo.
Me intenté retirar pero su fuerza me hizo parar. Miré su rostro. Zayn tenía casi pegado su pecho al mío.
— G-Gracias, Zayn… —Murmuré—. Ya puedes… soltarme.
Sus labios temblaron y retrocedió con cautela, dejando espacio entre ambos suficiente para recuperar el aire perdido.
— Esto no está pasando. —Su frente se arrugó y pude ver un reflejo mío en él, porque soltó un gruñido de molestia desde su garganta y se retiró hacia la cocina para esconderse entre el mesón y yo.
Volví a respirar luego de eso.
Tomé mi bolso personal del armario derecho y caminé hacia el baño tan rápido como pude, el autobús se detuvo con brusquedad, di un tropiezo con mis pies y caí hacia adelante. La puerta se abrió y cerré los ojos esperando la caída, solo que no fue una caída. Choqué de frente con el pecho desnudo de Liam.
Y mis cosas cayeron a sus pies.
— ¡Wow! ¿Estás bien? —Me preguntó tomando mis hombros—. Te acostumbrarás a los frenos imprevistos en un tiempo más.
Me sonrió y yo reaccioné, retrocediendo tan velozmente como pude para luego comenzar a recoger las cosas esparcidas por el suelo.
Liam tenía rodeada su cadera con una toalla por lo menos, no sabría cómo reaccionaría si pensase en mí como alguien que…
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAlto. ¿Qué estaba pensando?
¡Liam desnudo! ¡Había pensado en Liam desnudo!
— ¿____? —Dijo él agachándose a ayudar.
Mis mejillas enrojecieron y me levanté, tomé todo lo que pude, rodeé a Liam y entré al baño sin si quiera una mirada atrás. Me estaba convirtiendo en una adolescente soñadora de catorce años.
La ducha era perfectamente espaciosa para un par de personas, el espejo mostraba lo suficiente del reflejo necesario para una chica y en la mesilla al lado del lavamanos se encontraba todo lo relacionado con cosas personales, es decir, desodorantes, cepillos dentales y de pelo, cremas, perfumes y finalmente un gel para cabello. Eran extremadamente cuidadosos con su imagen.
Suspiré agotada y dejé mis utensilios sobre el inodoro, mi cabello cayó sobre mi espalda cuando mi pijama salió sobre mi cabeza, hace mucho tiempo que no me daba una ducha sin restricción y la iba a disfrutar como se debía.
Emily debía de estar soltando el rumor de que yo era la nueva estilista de la banda, algunos le creerían, otros no. Papá y mamá deberían de estar muy aburridos, no sabría decir si me extrañarían realmente porque casi nunca los veía a excepción del desayuno y la once, pero puede que lo hiciesen.
Nunca respetaban mi privacidad, entraban a mi habitación cuando querían que hiciese algo por ellos y Em comenzó a imitarlos cada vez que podía. No podría imaginar cómo sería si alguno de los del grupo
— Mmm, si no fuese porque quiero ir a comprar, entraría contigo.
Grité.
Volteé en la ducha y una sombra apareció tras la cortina, tapé lo que pude con mis brazos y retrocedí hasta golpearme con la llave. Maldije sobándome la espalda baja para aliviar el dolor y sentí los pasos.
— ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Sal de aquí! —Le grité.
Una mano apareció lista para correr la cortina, pero cuando pensé que estaba perdida, la risa de Louis retumbó en mis oídos y la mano desapareció otra vez.
— Solo era una broma, ____. Vine a dejar la ropa que estaba tirada en el piso. —La sombra comenzó a retroceder y yo tomé la toalla para cubrirme. Esto debía de parar aquí.
Corrí fuertemente la cortina y fruncí el ceño cuando vi a Louis abrir sus ojos por la sorpresa, como auto reflejo retrocedió en defensiva y salté hacia él. Cayó sentado sobre el suelo del baño y lo sostuve de los hombros como cuando lo hacía con Emily, mis piernas rodearon su cadera para que no pudiese escapar y soltó un gruñido de dolor.
— ¿¡No pueden quedarse cinco minutos sin interrumpirme!? —Le pregunté-grité—. ¡Con razón necesitan a alguien que les ayude!
— ____ —Dijo.
— Si no comienzan a controlarse entonces le diré a todo el mundo cómo son las famosas entrevistas para buscar una “estilista” nueva.
Mis manos dejaron de sostener el cuerpo de Louis e intenté levantarme, pero cuando pensé en la verdadera posición en la que nos encontrábamos, desistí.
Mi cabello caía como cascada sobre su pecho, mi toalla apenas sostenida en un nudo sobre mi pecho ocultaba la piel mojada que humedecía la ropa de sus pantalones.
— Podrías…
— N-No digas nada. —Lo interrumpí—. Cierra los ojos.
No sé si fue mi imaginación pero creí ver el sonrojo de sus mejillas cuando lo hizo, me levanté y desvié la mirada para que así no notase las mías en color rojizo. Sus piernas sostuvieron con total firmeza el peso de su cuerpo y yo me crucé de brazos, frunciendo también los labios por lo molestosa que podía ser esa situación.
— Perdón. —Murmuró.
Volteé a verlo y sus ojos se juntaron con los míos en un solo instante. Podía ver su arrepentimiento desbordar por sus pares azules, eran un poco más oscuros que los de Niall pero aun así se veía la luz por el final de sus pupilas.
Se acercó lo suficiente para tocar mi mejilla izquierda con su palma y temblé por el escalofrío que me subió por la espina.
— Niall tiene razón, frunces los labios cuando algo te molesta.
Se inclinó.
Yo cerré los ojos y el tiempo se detuvo.
Quería besarlo. En mi mente en ese momento solo quería besar a Louis Tomlinson y no era algo bueno.
Sentí su aliento sobre mis labios el tiempo suficiente para entreabrirlos y esperarlo; pero nunca llegó. Al contrario, la puerta se abrió de par en par y ambos nos separamos con rapidez.
Harry estaba con su respiración agitada y miró alternadamente entre los dos, hizo un sonido que parecía de molestia y sacó de un solo tirón al de pelo castaño.
Volví a quedar completamente sola en el baño.
Con solo una toalla cubriéndome.
Confundida.
Y lo peor, es que por alguna razón quise que Louis me besara.

— ¡One Direction! ¡One Direction!
Las fans realmente estaban locas. No llevaba ni cinco minutos tras bambalinas ayudando a ordenar sus trajes cuando los gritos corearon el nombre del grupo desde el público. Me había vestido con unos jeans azules, zapatos negros combinados con el bolso, una blusa blanca y por encima una chaqueta anaranjada. (Aquí)Tenían un guardaespaldas llamado Paul, una estilista profesional llamada Lou y una banda la cual tocaba los instrumentos tras sus voces.
— Tú debes ser ____ Ann Blair. —Dijo un chico cuando acabé de colgar los pantalones de Zayn.
Tenía el cabello castaño, levantado en la parte de adelante y revoloteado atrás, su mandíbula era medianamente rectangular.
Aún no era tiempo de comenzar, pero el pasillo simplemente se encontraba vacío.
— Soy Josh, el baterista. —Extendió su mano y me sonrió.
Sabía muy bien de quién se trataba, Emily me mostraba videos suyos grabando desde su batería y mostrando el público asistente. Fruncí el ceño y desvié la mirada, rechazando su amabilidad. No quería tener otro problema en el plato.
Bajó su palma y sentí su risa, yo me giré hacia los camarines y comencé a caminar.
— Yo no soy parte del plan, ____. Puedes hablar conmigo y tener un amigo en quién apoyarte.
Me detuve y bajé la mirada. ¿Plan?
Volteé la cabeza y miré dentro de sus ojos. Estaba diciendo la verdad, suspiré y preparé mi temperamento. Puede que tenerlo como cómplice sea mejor que un enemigo.
— No quiero hablar de mi vida privada ni de mi pasado, espero que seas paciente conmigo. —No sonreí.
Él sí lo hizo. Levantó su mano otra vez y quedé observándolo un par de segundos, no quería seguir entrometiéndome entre ellos.
Le acepté la presentación y junté nuestras manos.
— Seré paciente. —Apretó el agarre—. Y espero que te quedes por un buen tiempo. Nunca hemos tenido a una chica de nuestra edad entre nosotros, no te sorprendas por lo que puedan hacer los demás.
Levanté mis cejas confundida y Josh soltó nuestro saludo, retrocedió lentamente con sus ojos fijos en los míos y asintió como despedida.
— Tienes una piel bien cuidada. Esos idiotas son afortunados…
Fue susurrado, pero escuché muy bien lo que dijo.
¿Por qué me sentí tan emocionada? Se supone que debería de estar enojada, molesta, furiosa porque me fuese de gira con ellos. Y entonces me di cuenta; sería la única mujer por seis meses rodeada de cinco chicos, que por conocimiento de mi hermana, estaban en la flor de sus hormonas.