She's Georgie.

Capitulo 1

resionó su cabeza para intentar calmar un poco el dolor. Su frente estaba sudando y el dolor punzaba dentro de su cerebro. Creyó que si no le abrían pronto la puerta, iba a desmayarse. El calor comenzaba a sofocarla, y el uniforme colegial que vestía solo lograba que su descompostura aumentara. A mitad de su jornada escolar, tuvo que bajar hasta la oficina del doctor para pedir una pastilla, agua, un té, lo que sea que la hiciera sentir mejor. Pero ya había tocado la puerta varias veces y nadie respondía. Se movía nerviosa de un lado a otro sin poder quedarse quita un segundo, miraba a todos lados pero no había señales de vida: todos estaban en clase, y los profesores libres seguramente tomando un descanso. Bufó antes de separarse de la puerta y luego volver a acercarse.


—Se está tardando mucho ¿Verdad? —La profesora Severi, de Historia, miró a uno de sus alumnos: Ryan no podía quitar la cara de preocupación de su rostro y no se había dado cuenta hasta que la profesora le llamó la atención. —Está bien, ve por ella. Dile que si todavía nadie la atendió, yo voy a darle una aspirina y ya. —La profesora hizo un ademán con la mano para quitarle importancia mientras Ryan salía disparado por la puerta.

Mientras Georgie esperaba y miraba la fuente en el medio del patio, algo en el cielo llamó su atención. Una luz resplandeciente, que supuso que era el sol. Pensó en que apenas era Primavera y el calor había aumentado como en pleno verano. Secó su frente y suspiró. Pero se quedó inquieta al notar cómo el resplandor del “Sol” crecía y crecía, concentrándose en el medio del jardín, donde estaba la fuente. Instintivamente caminó hasta allá y miró al cielo. Comprobando que estaba equivocada, quedó embobada mirando como una luz cegadora brillaba en medio del cielo azul. Siguió acercándose a la fuente sin quitar los ojos del cielo, aunque quizás estuviera dañando su vista. Lo que parecía ser un sol más pequeño se estaba acercando cada vez más, y mientras más lo hacía más deseo sentía ella por tocar aquella luz.

La estrella comenzó a disminuir en tamaño y de un momento a otro avanzó precipitadamente hasta el centro del patio de recreo en el colegio de Georgie. Y entonces, todo ocurrió muy rápido: Cuando la estrella tocó la punta de la fuente, soltó un estrepitoso sonido que retumbó por todos lados, una descarga eléctrica muy fuerte azotó el pequeño cuerpo de Georgie lanzándola lejos de la fuente, el agua bañó el jardín como una lluvia, la luz amarillenta de aquella estrella se expandió como una onda por todo el colegio, incluso llegando a Ryan, quien segundos después de escuchar el sonido fue azotado por la fuerza magnética cayendo desmayado en medio de las escaleras.

El suelo tembló, y todos (hasta los de primer año, en el segundo piso) sintieron la onda expansiva. El edificio que rodeaba el patio tembló, a pesar de poseer unas paredes de gran grosor y muchos años de antigüedad. Los profesores salieron a los pasillos, los que estaban en la planta baja estaban más aturdidos, pero acudieron a la ayuda de Gerogie.

La joven había volado con rapidez lejos del lugar del impacto. Cuando llegaron los profesores su cuerpo estaba inerte y transpirado. Luego de intentar fallidamente que despertarla, un hilo de sangre comenzó a correr de su nariz, alarmando a los profesores. La llevaron a la enfermería y la pusieron sobre la cama. Luego de unos segundos, aliviados observaron como el cuerpo de la castaña se retorcía: parecía sentir dolor, pero al menos no estaba muerta. Comenzó a sudar y a moverse de un lado a otro en la camilla. Emitía gemidos de dolor que fueron aumentando hasta asustar a los doctores, pronto parecía estar aullando como un animal. Las venas en su sien resaltaban exageradamente y no parecía poder estar quieta ni un solo momento. Lo extraño era el color de su piel: no estaba pálida, si no que parecía tomar un color firme con el paso de los segundos. Los doctores del colegio llamaron a una ambulancia en busca de ayuda profesional mientras intentaban hacer lo posible por calmar a Georgie.

De un segundo a otro ella se sentó en la cama con un gran suspiro, recuperando la respiración y dándole un gran susto a los presentes. Con los ojos muy abiertos miró a todos, mientras todos la miraban a ella. Tenía la respiración agitada, los profesores se sintieron muy confundidos cuando una gran sonrisa comenzaba a asomar en el rostro de ella, una sonrisa que parecía iluminar más que el mismo sol. Algo había cambiado, sus ojos eran de un color azul más brillante que el mismísimo océano, tanto que parecían irreales, inhumanos.

Desde ese día, nada fue igual.

Capitulo 2

os semanas pertenecientes a las vacaciones de primavera habían pasado desde el acontecimiento. Los científicos no comprendían qué era lo que había caído en medio de la secundaria Wilbur, pero sí sabían esto: 1) No era de origen terrestre. 2) No quedó rastro físico de lo ocurrido. 3) Los profesores y alumnos de la secundaria fueron los únicos en mostrar efectos secundarios.

¿Qué significaba aquello? Las personas presentes en el establecimiento aquel día habían desarrollado extraños dotes extraordinarios en un ser humano, nada que se hubiera visto antes, excepto en las películas de ciencia ficción. Pero al parecer esto no tenía mucho de ficción. Se realizaron muchas pruebas hasta que finalmente una asociación llamada CAPE (Coalición de Ayuda a Personas Especiales) transfirió a todos los afectados a la escuela base Security East High. Un lugar seguro, que se encontraba mucho más arriba de donde los aviones vuelan, del cual los terrestres no tenían conocimiento además del gobierno. Las noticias volaron y azotaron al mundo entero, pero dos en dos semanas estas personas podrían continuar con su trabajo y/o estudio en la escuela de Security East High.

Y el primer día de clases daba comienzo hoy.

La entrada del Instituto era prácticamente un caos, si lo veías desde un punto de vista mediocre. Para los adolescentes que caminaban en aquella vereda, su futuro comenzaba ese día. Conmocionados todos hacían uso de sus poderes, los exploraban, disfrutaban, presumían, y se alegraban en un lugar que estaba lleno de gente como ellos con iguales, pero así también diferentes, capacidades.

Algo había ocurrido con Georgie en el día que la estrella calló. Ella recibió la primer descarga de poder de una manera diferente que todo el resto. Los rumores habían corrido rápidamente por todo el colegio Wilbur, antes de que este cerrara para siempre. Los representantes de CAPE habían pasado al salón de actos para anunciar la noticia a todos los alumnos y docentes. Que luego de dos semanas de vacaciones primaverales, todos debían asistir y continuar con sus clases normales en Security East High. Vacaciones para los alumnos, claro está. Los profesores tomarían clases para reafirmar lo que ya sabían de sus nuevos poderes y poder enseñar a los alumnos a utilizarlos con sabiduría, así también como advertirles de los peligros que significaba usar un poder con irresponsabilidad.

Naves llamadas Berg irían en busca de los alumnos que no podían llegar hasta el edificio flotante. Las clases continuarían comúnmente, agregando las horas de capacitación y guía para los alumnos. El uniforme no era estricto, mientras sea ropa colegial de color blanco o negro, ningún otro color.

En cuanto a Georgie, a la CAPE no le sorprendió que se desarrollara diferente que los demás. Una noche, dos de sus representantes visitaron a su familia y hablaron con sus padres. Nada pudo saber ella de lo que ocurrió en esa reunión, más que dejarían que ella misma explorara y explotara sus dotes. Esa misma mañana asistió a su nuevo colegio, de una manera que jamás pensó posible. Ocupó la primer semana de vacaciones intentando asimilar lo que estaba pasándole a su cuerpo, las cosas que ahora podía hacer. El resto del tiempo intentó dominar sus poderes y aprender a usarlos, de manera que en ese momento volaba con gran velocidad sobre las cornisas de las casas. La adrenalina la cegaba a tal punto que le costaba contenerse, ella sentía una gran potencia creciendo dentro de sí y quería salir volando lo más rápido posible, quería saber hasta dónde podía llegar, pero sus padres ya le habían advertido sobre esa sensación, así que paró en medio del cielo azul y todavía flotando suspiró calmando sus ambiciones. Luego, con un poco más de lentitud, siguió subiendo hasta donde sabía que se encontraba su nueva secundaria flotante.

Volviendo a la entrada del establecimiento, un pequeño grupo de chicos se encontraba esperando reconocer a alguien, a medida que lo iban haciendo, se reunían para entrar juntos y dar comienzo al resto de sus vidas.

—¿Qué saben de Georgie? —Ryan intentó contener sus expresiones para que nadie percibiera la ansiedad de su voz. Al igual que todos él se sentía diferente y era diferente. Pero desde ese día, no supo nada de la castaña. Y pensar que él corría en su ayuda cuando sus vidas cambiaron. Michelle, la mejo amiga de Georgie, pudo darse cuenta de algo en los ojos marrones de Ryan. Era algo como desesperación. Le sonrió pícara y respondió a su pregunta:

—Ya sabes que ella estaba demasiado cerca de la estrella cuando esta llegó a Wilbur. —Ryan asintió con entusiasmo. —Bueno, hay rumores que ella ha desarrollado otro tipo de poder, uno más… intenso. —Buscó las palabras concretas.

—¿Intenso? ¿A qué te refieres? ¿Cuál es su poder? —Livana la interrumpió con una mueca que mexclaba desagrado y confusión, Michelle suspiró con pesadez e hizo rodar sus ojos.

—Verán, ella tiene… —Antes de que pudiera siquiera terminar de hablar, la silueta de una castaña con ojos azules más brillantes que un zafiro apareció casi de la nada junto a ellos. Parecía que se había teletransportado hasta ahí. En realidad, solo voló con mucha rapidez.

—¡Hey, chicos! —Georgie los saludó con una enorme sonrisa, pero cuando Michelle cayó en la cuenta de que verdaderamente se trataba de su mejor amiga, saltó a sus brazos y la sujetó con mucha fuerza.

—¡Dios! ¡Estás bien! ¡Cuánto me alegra de que estés bien! —Michelle acariciaba su cabello como una madre desesperada. Georgie reía y correspondía a su abrazo, hasta que se dio cuenta de la presencia de Ryan entre ellos.

—Mich, me estás asfixiando. —Georgie hizo una mueca de dolor y Ryan rió, sin poder apartar la vista de sus llamativos ojos brillantes. —¡Dios, Michelle! ¡Creo que estas aplastando mi cuerpo! —Y era verdad, la joven no estaba haciendo medida de su fuerza sobrenatural y por poco rompía uno de sus huesos. Cuando se alejó, para su suerte, Georgie estaba bien, movió un poco sus hombros e hizo sonar su espalda.

—Perdón, lo olvidé. —Acomodó nerviosamente su cabello. No estaba conforme con su poder de tener super-fuerza, pues era muy torpe a la hora de usarla como se debía. —Todavía no me acostumbro. —Admitió a su amiga.

—No te preocupes. —Golpeó su hombro levemente, pero con mucha fuerza. Lo lastimó a la rubia, pero sí llamó su atención. —Entiendo de qué hablas. —Le guiñó un ojo de manera cómplice, recibiendo una sonrisa de sorpresa por parte de ella. —Y bien, ¿Estaban esperándome? —Finalmente le hizo frente a la mirada penetrante de Ryan y sonrió, para su orgullo, él le devolvió el gesto con gusto.

—Sentíamos curiosidad por ti. —Admitió él.

—Pregunten, no me molesta. —Antes de que terminara de decirlo, Livana saltó elevando su mano con impaciencia.

—Yo, yo quiero saber. —Hizo a Ryan a un lado y prosiguió. —¿Cuál es tu poder, exactamente? —Georgie la miró fijamente a los ojos y luego de pensar muy bien su respuesta, habló.

—Supongo que tendrán que descubrirlo adentro. —Apuntó con el pulgar al gran edificio moderno detrás de ella y le sonrió con picardía. Livana soltó un bufido y se cruzó de brazos. A continuación, entraron a la preparatoria.