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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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~ The Duff~ (Joe&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
Oh dios mio, pense que ya no tenia lectoras! Me alegra saber que aun las tengo despues de no haber estado una LARGA temporada sin escribir nada, estare mas que encantada de continuar con esto y escribir mas para vosotras! :) xx
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
Que diablos, un maraton para mis niñas fieles! :D
Por cierto, FELIZ AÑO NUEVO! :D
Por cierto, FELIZ AÑO NUEVO! :D
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"><tr><td colspan="2"> Capítulo 9 Papá no salió de su dormitorio el resto del fin de semana. Llamé un par de veces el domingo por la tarde y me ofrecí a hacerle algo de comer, pero él sólo murmuró una negativa sin abrir la puerta. Su aislamiento me aterrorizó. Debía estar deprimido por lo de mamá, y avergonzado de haber dejado pasar su tren. Pero yo sabía que no era saludable. Decidí que si no salía antes del lunes por la tarde,entraría en la habitación y... bueno, no sabía lo que iba a hacer a continuación. Mientras tanto, intentaría no pensar en mi padre o en los papeles de divorcio que estaban en la mesa de la cocina. Sorprendentemente, fue bastante fácil. La mayoría de mis pensamientos pululaban alrededor de Joseph. Pero realmente no sabía cómo manejar la situación en el instituto el lunes. ¿Qué hacer después de una aventurade una noche (o, en mi caso, una de tarde) con un chico popular del instituto? ¿Se suponíaque debía actuar de forma indiferente? ¿Tratar de no disimular el odio o parecer normal?¿O bien, ser honesta conmigo misma y reconocer que me había gustado? ¿Bajar el tono de desprecio y ser amigable? ¿Le debía algo? Por supuesto que no. El había disfrutado de la experiencia tanto como yo menos el odio hacia uno mismo. En el momento en que llegué al instituto el lunes por la mañana, había decidido evitarlolo más posible. — ¿Estás bien, _____ ? —Preguntó Jessica cuando salimos de italiano, al final del primer piso.- Estás actuando… rara .Lo voy a admitir, mis habilidades de espionaje no eran precisamente buenas, pero sabía que Joseph iba a pasar por delante de la clase cuando fuera de camino a la suya en el segundo piso, y yo no quería arriesgarme a una reunión incómoda post-sexo en el pasillo. Miré con ansiedad por el borde de la puerta, examinando a la multitud buscando los rizos castaños inconfundibles. Pero Jessica sabía que algo pasaba, estaba siendo demasiadoobvio. —No es nada —Mentí, saliendo al pasillo como un niño pequeño mirando a ambos lados cuando va a cruzar una calle muy transitada, y me sentí aliviada al no verlo por ninguna parte. — Estoy bien. —Oh, está bien —Dijo ella sin levantar sospechas-. Debo de estarlo imaginando, entonces. —Sí, debes de estarlo imaginando Jessica se colocó un mechón suelto de cabello rubio que se había soltado de su coleta—.¡Oh, _____ , se me olvido contarte! ¡Estoy tan emocionada! —Déjame adivinar, —bromeé—. Tiene algo que ver con Harrison Carlyle, ¿verdad? ¿Te preguntó en qué lugar conseguiste esos vaqueros ceñidos tan bonitos? ¿O cómo te arreglasel cabello? — ¡No! —Jessica se rió—. No.... En realidad, es sobre mi hermano. Él viene a visitarnos esta semana, y debe llegar a Hamilton al medio día. Me va a recoger a la salida del instituto. Estoy muy emocionada, hace unos dos años y medio desde que se fue para la universidad y... —Hola _____ , ¿estás segura de que estás bien? —Me quedé congelada en medio del pasillo. Podía sentir como me estaba quedando blanca y mis manos se tornaron frías, empecé a temblar y empezaba a sentir náuseas pero dije lamentira de siempre. —Estoy bien.– Forcé a mis pies a moverse. — Estoy mejor, bueno, pensé que se me había olvidado algo. Estoy bien, ¿Qué estabas diciendo?– Jessica asintió con la cabeza. — Oh, bueno, estoy muy entusiasmada con la llegada de Jake. No puedo creer que diga esto pero lo he echado tanto de menos. Será agradable pasar el rato con él durante unos días. Ah, y creo que Tiffany viene con él. ¿Te dije que acaban de comprometerse? —No. Eso es genial.... Tengo que ir a clase, Jessica. —Oh, está bien.... Bueno, te veo en Inglés, _____ .– Ya estaba a mitad de camino por el pasillo antes de que Jessica terminara de hablar. Pase junto a un grupo de estudiantes en estampida, apenas me fije en ellos, ya era bastante con andar de puntillas como para embestirles con mi mochila. Los sonidos a mí alrededor poco a poco se desvanecieron cuando los recuerdos no deseados inundaron mi cabeza. Era como si por las palabras de Jessica salieran sin control después de mucho tiempo. —¿Eres _____ ? ¿La perra de primer año que se enrollo con mi novio? —¿Tu novio? Yo no —Mantente lo más lejos posible de Jake.– Mi rostro se enrojeció con los recuerdos. Mis pies se movieron tan rápido que casi corría hacia mi clase. Como si pudiera escapar de los recuerdos. Como si no me perseguían con una venganza. Pero Jake Gaither estaríade vuelta en Hamilton durante una semana. Jake Gaither estaba comprometido conTiffany. Jake Gaither... el chico que me rompió el corazón.Llegue a clase cuando sonó el timbre. Sabía que el señor Chaucer estaba mirándome pero no me molesté en voltear. Me senté cerca de la parte de atrás de clase, tratando desesperadamente de dedicarme a otra cosa, pero ni siquiera el comentario ingenioso deToby Tucker sobre el Poder Legislativo y su cara adorable hizo que dejara por un momento de pensar en Jake y su novia. Apenas escuché las palabras del Sr. Chaucer y cuando sonó el timbre, mis apuntes eran escasos, solo tenía dos frases apenas legibles. Dios, iba a suspender esta asignatura, las cosas se estaban poniendo feas. Si yo fuera una rica snob de Manhattan, podría haber sido un personaje en Gossip Girl (A veces veo esa serie de mala calidad... aunque mis amigas no lo saben) ¿Por qué no podía ser mi vida una comedia? Por otra parte, incluso en Friends tenían problemas. Entré en la cafetería, y me encontré con Casey y Jessica esperándome en nuestra mesa. Como siempre, Ángela, Vikki, Jeanine, y el primo de Jeanine se unieron a nosotros. Ángela estaba mostrando sus nuevos Vans, por lo que mi enfado fue desapercibido cuando me dejé caer en la silla. —Son bonitos —Comentó Casey. — ¿Quién te los regaló? —Mi padre—Contestó Ángela, acariciando la punta de su zapato.–Él y mi madre están compitiendo por mi amor ahora. En un primer momento estaba un poco molesta, pero he decidido seguir el rollo y divertirme con ello. — Ella cruzó laspiernas y se toco su pelo oscuro. —Estoy esperando por el próximo Prada.– Todos se rieron. —No estuve nada de acuerdo con el divorcio de mis padres —Dijo Casey —A mi padre no le importaba si yo lo amaba más, supongo. —Es triste, Case —Murmuró Jessica. —Oh, no lo es—. Casey se encogió de hombros y empezó a coger su esmalte de uñas decolor naranja. —Papá era detestable. Yo me sentí satisfecha cuando mamá lo echó de la casa. Ella lloró mucho y cuando mamá es más feliz, el mundo es más feliz. Claro, que no tiene tanto dinero, pero no es como papá, siempre controlándonos. Él se ofreció acomprar un coche a mamá, ella no quería, pero él insistía. —Los divorcios son deprimentes —Suspiró Jessica.- —Me sentí muy mal cuando mis padresse separaron. ¿No, _____ ?– Sentí como me ponía roja, menos mal que Casey cambió de tema, como si no hubiera oído la pregunta de Jessica.—Hola, Vikki, ¿qué ocurrió ayer por la noche? No nos dijiste donde habías ido. — Jeanine rió a sabiendas. — ¿Qué paso Vikki?– Vikki puso los ojos en blanco y se toco un mechón de su pelo rizado rubio perfectamente cuidados. —Oh, Dios mío. Bueno tuve una pelea con Clint, no creo que me hable más, y Ross...– No presté atención a lo que estaba hablando mientras pensaba en otra cosa. Por mucho que quería de dejar de pensar en Jake. No me interesaban los problemas de Vikki. Cualquier otro día, hubiera encontrado divertida la historia debido a mi telenovela personal, pero en ese momento el drama parecía tan vago y sin importancia. Así que era insípido. Tan indulgente. Tan vacío. No pude evitar sentirme un poco culpable por pensar eso. Estaba muy distraída pero traté de escuchar los males de Vikki McPhee. Luego, algo que dijo me llamó la atención.-... –Pero hice el tonto con Joseph un rato después... — ¿Joseph? —Dije.– Vikki me miró, orgullosa de lo que ella veía como un logro. ¿No había más de dos tercios de las chicas en la escuela que habían logrado lo mismo? Por ejemplo yo... pero, porsupuesto, ella no sabía nada. —Sí —Dijo—. Después de la pelea con Clint, terminé en el aparcamiento con Joseph. Estuvimos en su coche un rato hasta que mi madre me llamó y tuve que irme a casa antesde que pudiéramos hacer algo. Apesta, ¿no? —Claro—Mis ojos se movieron a través de la cafetería, en busca de una cabeza marrón rizada por encima de los que le rodean. Estabas sentado con algunos de sus amigos, en su mayoría chicas, por supuesto. Estaban en una mesa rectangular larga al otro lado de la habitación.Llevaba una camiseta negra ajustada. No era muy apropiada para el frío que hacía,estábamos a principios de febrero, mostraba sus perfectos brazos musculosos. Brazos queme habían abrazado... que habían ayudado a borrar mi estrés… — ¿Os dije chicas que mi hermano viene a la ciudad? —Preguntó Jessica—. Él y su novianos visitarán por una semana.– Casey me miró preocupada y se preocupó más cuando me vio levantarme. — ¿A dónde vas, _____ ?– Todos en la mesa me miraron, y traté de parecer convincente. —Acabo de recordar, —le dije— Que tengo que ir a hablar con Joseph acerca de nuestro trabajo de inglés. Quería evitarlo pero tenía una mejor idea. — ¿No lo acabasteis el sábado? — Preguntó Jessica. —Lo empezamos pero no lo terminamos. —Porque estaban muy ocupados con otras cosas. — Bromeó Casey haciéndome un guiño. No luzcas culpable. No luzcas culpable. — ¿No has oído? —Jessica se echó a reír.- —_____ está locamente enamorada de Wesley.– Fingí como si fuera a vomitar y todos rieron. —Correcto —Le dije, asegurándome de quemi voz estaba llena de irritación y asco.- No lo soporto. Dios, lo he perdido el respeto desde que la señora Perkins me hizo trabajar con él. —Estaría en éxtasis, si yo fuera tú —Dijo Vikki, sonando un poco amarga. Jeanine y Ángela asintieron con la cabeza. —Como sea— Me sentía un poco nerviosa. —Necesito hablar con él acerca del trabajo. Nos vemos más tarde, ¿de acuerdo? —De acuerdo —Dijo Jessica, riéndose. Me di prisa en cruzar la cafetería llena de gente, no paré hasta que estuve a unos pasos de la mesa de Joseph, donde el único ocupante era Carlyle Harrison. Entonces hizo una pausa de un segundo, de repente, un poco vacilante. Una de las chicas, era una delgada rubia con los labios de Angelina Jolie, estaba hablando acerca de unas vacaciones de mierda en Miami, y Joseph estaba escuchando con atención, obviamente, tratando de convencerla de su simpatía. La repugnancia borró mi inseguridad, y me aclaré la garganta con fuerza, consiguiendo de todo el grupo un poco de atención. La rubia estaba agitada y enojada, pero me centre en Joseph, que me miró con indiferencia, como si fuera cualquier chica. —Necesito hablar contigo acerca de nuestro trabajo de inglés — ¿Es necesario? —Preguntó Joseph con un suspiro. —Sí -dije—. Ahora mismo. Yo no voy a suspender por tu pereza.– Puso los ojos en blanco y se levantó.—Lo siento chicas, el deber me llama —Dijo a las chicas afectadas— Os veré mañana, ¿me guardareis un sitio? —Por supuesto que lo haremos —Chilló una pequeña pelirroja.Cuando Joseph y yo nos alejamos, oí decir a los de los Labios Grandes: — Dios, esa chicaes una perra. Cuando llegamos al pasillo Joseph preguntó: — ¿Cuál es el problema, Duffy? Te envié uncorreo electrónico con el ensayo anoche, como me dijiste. ¿Y a dónde exactamente vamos? ¿A la biblioteca?— —Cállate y ven conmigo—.Lo llevó por el pasillo, más allá de las aulas de inglés. No me pregunten de dónde saqué esa idea, porque yo no podía contestarla, pero sabía exactamente a dónde íbamos, y estaba segura de que esto me podría hacer una puta. Pero cuando llegamos a la puerta delarmario de la limpieza, no tenía ningún sentimiento de vergüenza... todavía no, por lo menos. Agarré el pomo de la puerta y vi los ojos de Joseph estrechados por sospecha. Abrí la puerta, comprobé que nadie estaba mirando, e hize un gesto para que él entrara. Joseph entró en el armario pequeño, y yo lo seguí, cerrando sigilosamente la puerta detrás de nosotros. —Algo me dice que no se trata de ”La Letra Escarlata” —Dijo, e incluso en la oscuridad,sabía que él estaba riendo. —Cállate– Esta vez me encontró a mitad de camino. Sus manos se enredaron en mi pelo y la mías se posaron en sus antebrazos. Nos besamos con violencia, y nos estrellamos contra la pared. Oí un caer una fregona, o tal vez una escoba, pero mi cerebro apenas registró el sonido cuando una de las manos de Joseph se trasladó a mi cadera, y me acercó más a él. Él era mucho más alto que yo, se tenía que inclinar para besarme. Sus labios sepresionaban con fuerza contra los míos, y dejé que mis manos exploraran sus bíceps. El olor de su colonia invadía el aire rancio de la habitación y llenó mis sentidos. Sentí como su mano insistentemente intentaba levantar el borde de mi camiseta. Con un suspiro, me aparte de él y me agarró por la muñeca. —No, no ahora.– dije —Entonces ¿cuándo? —Preguntó Joseph en mi oído. Todavía me tenia sujeta contra lapared. Ni siquiera le faltaba el aliento. Yo, en cambio, luchaba por recuperarlo. —Más tarde. —Se más específica.Me deshice de sus brazos y me dirigí hacia la puerta, casi tropecé con lo que parecía un cubo. Levanté una mano para retocarme el pelo ondulado y sujeté el picaporte. —Esta noche. Voy a estar en tu casa cerca a las siete. ¿De acuerdo? —Pero antes de que pudiera responder, salí del cuarto y me apresuré por el pasillo,esperando que no luciera como el paseo de la vergüenza. </td></tr></table> | |
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0"><tr><td valign="middle"> </td></tr></table> |
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
Capítulo 10
No
pensé que el timbre que anuncia el final de la clase fuera a sonar
nunca. Cálculo era terriblemente largo y aburrido, e inglés era
horripilante. Me encontré a mí misma mirando a Joseph muchas veces,
ansiosa por sentir de nuevo los efectos adormecedores que provoca en mi
mente sus brazos, manos, y labios. Sólo recé para que mis amigas no lo
notaran. Jessica, por supuesto, me creería si le digo que está
imaginando cosas; Casey, por otro lado... bueno, con suerte Casey
estaría muy absorbida con la clase de gramática del Sr. Perkins, ja, ¡sí
claro!, para mirarme. Probablemente me interrogaría por horas y
adivinaría todo lo que había pasado, viendo através de mis negaciones.
De verdad necesitaba salir de aquí antes de ser expuesta.Pero para
cuando finalmente sonó el timbre, no tenía prisa por salir. Jessica
entró a la cafetería con su rubia coleta balanceándose tras ella.
—¡No puedo esperar a verlo!
—Lo
entendemos, Jess —dijo Casey—. Amas a tu hermano mayor. Es lindo, en
serio, pero has dicho eso como... ¿veinte veces hoy? ¿Treinta quizás?–
Jessica se sonrojó.
—Bueno, no puedo esperar.
—Por supuesto que
no puedes — sonrió Casey—. Estoy segura de que estará feliz de verte
también, pero quizás quieras calmarte un poquito. —Se detuvo en medio de
la cafetería y miró sobre su hombro hacia mí—. ¿Vienes, _____ ?
—No
—dije, agachándome y jugando con los cordones de mis zapatos—. Tengo
que... atar esto. Adelántaros chicas. No aplaceis la reunión por mí–
.Casey me dirigio una mirada complice antes de asentir y empujar a
Jessica hacia adelante. Comenzó una nueva conversación para distraer a
Jessica de mi patética excusa.
—Háblame de su prometida. ¿Cómo es?
¿Es guapa? ¿Tonta como un saco de patatas? Quiero los detalles.– Esperé
en la cafetería unos buenos veinte minutos, sin querer tener la
oportunidad de encontrármelo en el aparcamiento. Qué gracioso que, hace
menos de siete horas, había estado evitando a un chico completamente
distinto... uno por el que ahora estaba desesperada por ver. Tan enfermo
y retorcido como era, no podía esperar a estar de vuelta en la
habitación de Joseph. De vuelta a mi propia isla privada. De vuelta a mi
mundo de escape. Pero primero tenía que esperar que Jake Gaither
saliera del aparcamiento. Cuando me sentí segura de que él se había ido,
salí de la escuela, poniéndome el suéter. El viento de febrero golpeó
mi cara mientras me movía a través del aparcamiento vacío, la visión de
mi coche no me brindó ninguna comodidad. Me senté en el asiento del
conductor, temblando como una loca y encendí el motor. El viaje a casa
pareció durar horas, aunque el instituto de Hamilton está a sólo cuatro
kilómetros de mi casa. Había comenzado a preguntarme si podía llegar a
casa de Joseph unas pocas horas antes, cuando entré a mi cochera y
recordé a mi papá.
Oh, genial su coche estaba aparcado allí, pero todavía no debería estar de vuelta del trabajo.
—
¡Maldición! —Gemí, golpeando el volante y saltando como una idiota
cuando sonó labocina—. ¡Maldición! ¡Maldición!– La culpa se apoderó de
mí. ¿Cómo me pude olvidar de papá?. Mi pobre papá, solo, atrincherado en
su dormitorio. Me preocupé mientras salía del coche y caminaba pensando
que estaría en su habitación. Si lo estaba, ¿tendría que tumbar la
puerta?¿Luego qué? ¿Gritarle? ¿Llorar con él? ¿Decirle que mamá no lo
merece? ¿Cuál era la respuesta correcta? Pero papá estaba sentado en el
sofá cuando entré, con un tazón de palomitas de maíz ensu regazo. Dudé
en la puerta, sin estar segura de qué demonios estaba sucediendo. Se
veía... normal. No se veía como si hubiera estado llorando o bebiendo ni
nada. Sólo se parecía a mi padre con sus gruesas gafas de montura y
desordenado cabello castaño rojizo. De la misma manera en que lo veía
todos los días de la semana.
—Hola, Abejorro —dijo, mirándome—. ¿Quieres palomitas? Hay una película de ClintEastwood en la AMC.
—Um...
no gracias. —Miré alrededor de la habitación. No había vasos rotos.
Ninguna botella de cerveza. Como si no hubiera estado bebiendo nada ese
día. Me pregunté si eso era el final. Si la recaída había terminado.
¿Las recaídas funcionaban de esa manera? No tenía idea. Pero no podía
evitar sentirme precavida—. ¿Papá, estás bien?
—Oh, estoy bien
—dijo—. Me desperté tarde esta mañana, así que llamé al trabajo y les
dije que estaba enfermo. No he cogido ninguno de mis días de vacaciones,
así que no es gran cosa. Miré hacia la cocina. El sobre de Manila
todavía estaba intacto en la mesa de la cocina. Intocable. Debió seguir
mi mirada, o adivinarlo, porque con un encogimiento de hombros dijo:
—Oh, ¡esos estúpidos papeles! Ya sabes, me tenían en un aprieto.
Finalmente pensé en ello y me di cuenta de que sólo son un error. El
abogado de tu madre escuchó que se había ido un poco más de tiempo de lo
usual y soltó la bomba.
— ¿Has hablado con ella?
—No —admitió papá—. Pero estoy seguro de que ese es el problema. Nada de que preocuparse abejorro. ¿Qué tal el día?
—Estuvo
bien.– Ambos estábamos mintiendo, pero yo sabía que mis palabras no
eran ciertas. Él, por otra parte, parecía genuinamente convencido. ¿Cómo
podía recordarle que la firma de mamá estaba en los papeles? ¿Cómo
podía devolverlo a la realidad? Eso sólo lo llevaría a su habitación de
nuevo o lo enviaría en búsqueda de una botella y arruinaría este
momentode paz fabricada.Y no quería ser la que estropeara la sobriedad
de mi papá. Consternado, decidí mientras subía las escaleras hacia mi
habitación. Estaba simplemente consternado. Pero la negación no iba a
durar mucho. Eventualmente tendría que despertar. Sólo esperaba que lo
hiciera con gracia. Me estiré en mi cama con mi libro de cálculo en
frente de mí, tratando de hacer una tarea que realmente no entendía. Mis
ojos continuaban saltando al reloj despertador de mi mesita de noche.
3:28... 3:31... 3:37... Los minutos pasaban, y los problemas de
matemáticas se volvieron borrosos, patrones de símbolos indescifrables,
como runas antiguas. Finalmente cerré el libro y reconocí mi derrota.
Esto era enfermo. No debería estar pensando en Joseph. No debería estar
besando a Joseph. No debería estar durmiendo con Joseph. Maldita sea,
semanas antes habría pensado que hablar con él era horrible. Pero
mientras más giraba en mi mundo, más atrayente se volvía. No me
malentiendan, todavía lo odiaba con pasión. Su arrogancia me hacía
querer gritar, pero su habilidad para me; aunque sólo sea temporalmente,
de mis problemas lo dejaba en lo alto. Era mi droga. Estaba enferma.
Aún más enferma era la forma en la que le mentí a Casey, sobre esto
cuando me llamó a las cinco y media.
—Hola, ¿estás bien? Oh, Dios
mío, no puedo creer que Jake esté de vuelta. ¿Estás, como en estado de
pánico? ¿Necesitas que vaya a tu casa?
—No —estaba nerviosa, todavía miraba el reloj cada pocos minutos—. Estoy bien.
—No te lo guardes, _____ —instó.
—No lo hago. Estoy bien.
—Voy para allá —dijo ella.
—No
—dije rápidamente—. No lo hagas. No hay razón para ello.– Hubo silencio
por un segundo, y cuando Casey habló de nuevo, sonaba un poco herida.
—De acuerdo... pero, quiero decir, incluso si no hablamos acerca de Jake, podríamos salir o cualquier cosa.
—No
puedo —dije—. Yo, um... —Eran las cinco y treinta y tres. Aún había una
hora para poder salir a lo de Joseph. Pero no le podía decir eso a
Casey. Nunca. —Pienso que me voy a ir a la cama temprano esta noche.
— ¿Qué?
—Me
quedé despierta hasta muy tarde anoche viendo, u... una película. Estoy
exhausta.– Ella sabía que estaba mintiendo. Era muy obvio. Pero no me
cuestionó. En su lugar, sólo dijo:
—Bueno... bien, supongo. ¿Pero
quizás mañana? ¿O este fin de semana? En verdad necesitas hablar de
ello, _____ . Aun cuando pienses que no lo necesitas. Sólo porque es el
hermano de Jessica...– Al menos ella pensó que estaba mintiendo para
encubrir mis asuntos con Jake. Prefería que pensara eso, que la verdad.
Dios, era una amiga de mierda. Pero Joseph era algo acerca de lo que
tenía que mentir. A todos. Cuando finalmente se hicieron las seis y
cuarenta y cinco, agarré mi suéter y corrí hacia abajo por las
escaleras, sacando las llaves de mi bolsillo. Encontré a papá en la
cocina, calentando en el microondas unas mini pizzas. Me sonrió mientras
me colocaba mis guantes.
—Oye, papá —dije—. Volveré más tarde.
—
¿A dónde vas, Abejorro?– Oh, uh, buena pregunta. Este era un problema
que no había anticipado, pero cuando todo lo demás falla, di la
verdad... o al menos parte de ella.
—Voy a la casa de Joseph Jonas.
Estamos trabajando en un ensayo para inglés. No llegaré acasa tarde —
Oh, por favor, pensé. No permitas que mis mejillas se sonrojen.
—De acuerdo —dijo papá—. Diviértete con Joseph.– Salí de la cocina antes de que mi cara ardiera en llamas.
—
¡Adiós, papá!– Casi corrí hasta mi coche y me resulto difícil cuando
entré en la autopista. No iba aobtener mi primera multa por Joseph. El
límite tenía que estar señalado en algún lugar.Entonces de nuevo, ya
había cruzado varios límites. ¿Qué estaba haciendo exactamente? Siempre
me había burlado de las chicas que jodían con el Jonas ese, y aun así,
aquí estaba yo, volviéndome una de ellas. Me dije que había una
diferencia. Esas chicas pensaban que tenían una oportunidad con Joseph;
lo encontraban sexy y atrayente, lo que de una forma retorcida, supongo
que lo era. Ellas pensaban que era un buen chico, que podían domarlo,
pero yo sabía que era un imbécil. Sólo quería sucuerpo. Ninguna atadura.
Nada de sentimientos. Sólo quería el subidon. ¿Eso me hacía una
drogadicta y una prostituta?Detuve mi coche en frente de la inmensa casa
y decidí que mis razones eran justificadas. La gente con cáncer fumaba
marihuana con prescripción médica; mi situación era muy similar. Si no
usaba a Joseph para distraerme, me volvería loca, así que en realidad me
estaba salvando de la autodestrucción y una montaña de facturas por
terapia. Caminé por la acera y toqué el timbre. Un segundo después, el
seguro sonó y el pomo giró. En el instante en que la sonriente cara de
Joseph apareció en la puerta, supe que, apesar de mi razonamiento, esto
estaba mal. Asqueroso. Enfermo. Poco saludable.Y completamente
estimulante.
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
Capítulo 11
Tenía
el cabello hecho un desastre. Me vi en el gran espejo y trate de
aplacar el desastre de ondas caoba mientras Joseph se ponía su ropa
detrás de mí. Definitivamente una situación en la que nunca me imagine
estar.
—Estoy perfectamente de acuerdo con ser usado, —dijo él
mientras tiraba dentro de su apretada franela negra. Su cabello era
bastante incriminatorio también—. Pero megustaría saber para qué estoy
siendo usado.
—Distracción.
—Eso ya lo deduje. —El colchón crujió
cuando se dejó caer sobre su espalda y se metió los brazos detrás de su
cabeza—. ¿De qué se supone que te estoy distrayendo? Hay una posibilidad
de que, si lo sé, podría hacer mi trabajo más eficientemente.
—Lo
estás haciendo bien ya—. Pase los dedos a través de mi cabello, pero
estaba lo mejor que podría lograr. Suspirando, me aleje del espejo y le
di la cara a Joseph. Para mi sorpresa, el me estaba viendo con verdadero
interés—. ¿Realmente te importa?
—Claro—. El se sentó y dio unas
palmaditas en un lugar junto a él—. Hay más en este increíble cuerpo que
abdominales impresionantes. Tengo un par de oídos también, y ellos
funcionan muy bien.– Pongo en blanco los ojos y me siento a su lado,
poniendo mis pies sobre la cama
—. Bien,– digo, envolviendo mis
brazos alrededor de las rodillas—. No es que importe, pero supe que mi
exnovio vuelve a la ciudad por una semana esta mañana. Es estúpido, pero
entré enpánico. Me refiero, la última vez que nos vimos… no fue muy
bien. Es por eso que te arrastré hasta el armario en la escuela.
— ¿Qué pasó?
—Tú estabas allí. No me hagas revivirlo.
—Me
refiero con tu ex-novio, —dijo Joseph—. Tengo curiosidad. ¿Qué clase de
miseria pudo causar a una persona odiosa como tú correr a mis brazos
musculosos? ¿O es él el que puso la capa de hielo alrededor de tú
corazón? —sus palabras sonaron chistosas, pero su sonrisa sonaba
sincera, no la desequilibrada que él usa cuando piensa que está siendo
inteligente.
—Comenzamos a salir durante mi primer año, —comienzo a
decir de mala gana—. El era un estudiante de último año, y sabía que mis
padres nunca me dejarían verlo si ellos supieran cuantos años tenia.
Así que mantuvimos todo en secreto para todo el mundo. El nunca me
presentó a sus amigos o me llevó a ningún lugar o me habló en la
escuela, y simplemente asumí que era para protegernos. Bien, por
supuesto, estaba totalmente equivocada.– Sentía hormigueo en mi piel
mientras los ojos de Joseph me veían. Dios, eso me molestaba. El quizás
me estaba viendo con pena. Pobre Duffy. Mis hombros se tensaron, y mire
mis medias, negándome a ver su reacción de mi historia. Una historia que
no lehabía contado a nadie sino a Casey.
—Así que lo vi compartiendo
con una chica algunas veces en la escuela, —continúe—. Cadavez que le
preguntaba, el solo me decía que eran amigos y que no me preocupara. Así
queno lo hice. Es decir, el me dijo que me amaba. Tenía toda la razón
de creerle. ¿Cierto?– Joseph no respondió.—Entonces ella se enteró. La
chica con la que lo estaba viendo me rastreó un día en laescuela, y me
dijo que dejara de follar con su novio. Pensé que era un error, así que
le pregunté a el…
—No era un error, —adivinó Joseph.
—Nop. Su
nombre era Tiffany, y ellos habían estado juntos desde séptimo año. Yo
era la otra mujer… o chica, técnicamente.– Lentamente, miré hacia arriba
y vi a Joseph haciendo una mueca.
— Que hijo de puta, —dijo él.
— No puedes hablar. Eres el más grande playboy que hay.
—Es
verdad, —admite—. Pero no hago promesas. El te dijo que te amaba. El
hizo un compromiso. Yo no haría eso nunca. Una chica puede creer lo que
quiera creer, pero no digo nada que no sienta. Lo que el hizo es la
marca de un verdadero hijo de puta.
—En fin, el esta de vuelta en la ciudad esta semana con Tiffany… su prometida.– Joseph dejó escapar un silbido bajo
— Ah, eso es embarazoso.
— ¿Tu crees?– Hubo una larga pausa. Finalmente, Joseph habló,
—Bien, ¿Quién es el? ¿Lo podría recordar?
—No lo se. Quizás. Su nombre es Jake Geither.
—Jake
Geither. —La cara de Joseph se tornó en horror—. ¿Jake Geither? ¿Te
refieres a ese extraño chico? El chiflado con acné y nariz de garfio?
—sus ojos se abrieron como platos sorprendido—. ¿Dime como demonios él
tenia dos chicas? ¿Por qué alguien saldría con el? ¿Por qué saliste con
el? El era una bestia.–Sentí que mis ojos se contrajeron.
— Gracias,
—murmuré—. ¿No crees que tal vez eso es lomejor que una Duff puede
lograr?– La expresión de Joseph se cayó. El miró más allá de mi,
examinando nuestro reflejo en ele spejo de la habitación. Después de
unos momentos de incomodo silencio, el dijo
— Sabes, _____ , no eres tan inatractiva. Si tienes cierto potencial. Tal vez si te la pasaras con diferentes amigas…
—Detente,
—digo—. Mira, ya me he acostado contigo dos veces. No tienes que
alagarme. Además, amo mucho a mis amigas como para cambiarlas por el
bien de lucir más atractiva.
— ¿De verdad?
—Si. Me refiero, Casey
ha sido mi mejor amiga, desde, siempre, y ella es la persona más leal
que he conocido. Y Jessica… bien, ella no tiene idea de su hermano y yo.
No éramos amigas en ese entonces. En realidad, no quería conocerla
después de que Jake y yo rompimos, pero Casey dijo que seria bueno para
mí y ella tenia razón… como siempre. Jessica puede ser un poco
histérica, pero es la más dulce e inocente persona queconozco. Nunca
podría dejarlas solo por lucir bien. Eso me haría una verdadera idiota.
—Entonces tienen suerte de tenerte.
—Te dije que no halagaras…
—Solo
estoy siendo honesto. —Joseph frunció el ceño mirando al espejo—. Solo
tengo un amigo… un verdadero amigo. Harrison es el único tipo con que se
me verá, y eso es porque no estamos tratando de atraer a la misma
audiencia, si sabes a lo que me refiero—. Una pequeña sonrisa se
expandió en sus labios cuando volteó a verme.
—La mayoría de las personas harían lo que fuese para evitar estar con la Duff.
—Bueno, creo que no soy la mayoría—. El me miró seriamente—. ¿La palabra ni siquiera te incomoda? —preguntó.
—No.
—Sabía que era una mentira en el segundo en que la respuesta pasó por
mis labios. Si me molestaba, pero no admitiría eso. Especialmente no a
él.
Todo mi cuerpo parecía ser consciente de sus ojos en mí otra
vez. Antes de que el pudiera decir nada, me paré y camine a la puerta
del cuarto.
—Escucha, —digo, girando el pomo de la puerta—. Me tengo
que ir, pero estaba pensando que deberíamos hacerlo de nuevo—. Como una
aventura, tal vez. Puramente físico. ¿Sin ataduras?
— No puedes tener
suficiente de mí, ¿verdad? —Preguntó Joseph, se extendió sobre la
espalda de nuevo con una sonrisa—. Eso suena muy bien para mí, pero si
soy tan fantástico, deberías correr la voz con tus amigas. Dices que las
adoras, por lo que deberías permitirles experimentar el mismo placer
alucinante... tal vez al mismo tiempo. Es lo correcto.– Le fruncí el
ceño.
— Cuando pienso que tal vez tienes alma, dices mierdas como
esa. — La puerta dio un vuelco a la pared cuando la abrí. Me marché por
la escalera y grité—,¡Saldré por mi propia cuenta!
— ¡Nos vemos
pronto Duffy!– Que pendejo. Mi padre no parecía darse cuenta de lo que
la rodeaba. Creo que su modo de padre sospechoso estaba defectuoso o
algo, porque apenas me interrogó cuando me salí de la casa para ir a ver
a Joseph más y más esa semana. Y cualquier papa cuerdo se hubiese
alertado cuando su hija usara la excusa de “trabajando en un artículo”
dos veces seguidas, ¿pero cuatro veces en una semana? ¿Realmente pensaba
que me tomaría tanto tiempo escribir ese estúpido ensayo? ¿No estaba
preocupado de que estuviese haciendo exactamente lo que estaba haciendo?
Aparentemente no. Cada vez que salía de la casa, el solo decía
—
Pásala bien, abejorro.– Pero creo que el despiste debe haber estado en
el aire. Hasta Casey, quien me ha estado observando como un halcón desde
que Jake llegó a la ciudad, no había captado nada entre Joseph y yo.
Nada más que sus bromas usuales acerca de mi pasión secreta por él, eso
es todo. Por supuesto, estaba haciendo todo lo posible para ocultar la
evidencia, pero más de una vez, estaba segura que me iba a agarrar. Como
el sábado en la tarde cuando estábamos en mi cuarto arreglándonos para
ir a Nest.En realidad, Casey era la única que se estaba arreglando. La
mayoría del tiempo yo estaba sentada en mi cama simplemente y veía como
ella posaba en frente al espejo. Habíamos hecho eso un montón de veces,
pero con Jessica todavía aferrada a su hermano cada sencillo momento, el
cuarto se sentía raramente vació. Casi extraño. Jessica era muy
diferente de nosotras dos. Me refiero, Casey y yo éramos opuestas pero
Jessica era de un planeta totalmente diferente. Ella era un constante
rayo de luz. El vaso medio lleno. Ella mantenía nuestro balance con una
gran sonrisa y una cándida inocencia que siempre nos asombraba. Mientras
algunas veces se sentía como que Case y yo habíamos visto mucho del
mundo, Jessica era, de muchas maneras, una niña. Virginal.Siempre llena
de preguntas. Ella era nuestro sol y Casey y yo estábamos en una especie
de oscuridad sin ella.Me preguntaba cuantos días mas estaría Jake en la
ciudad cuando Casey se volteó a verme, aparentemente decidiendo si le
gustaba sus apretados jeans purpuras después detodo. (Estoy feliz de que
lo hiciera porque yo pensaba que eran horribles.)
— Sabes, _____ , estas lidiando con todo esta cuestión de Jake mucho mejor de lo que esperaba, —dijo ella.
—Gracias… creo.?
–Bien,
supuse que cuando Jake volviera a Hamilton con su prometida, estarías
espantada.Yo apostaba por lágrimas, llamadas de media noche y algunas
crisis nerviosas de las viejas. Pero en su lugar, has estado totalmente
normal.. O, tú sabes, tan normal como _____ Heiter puede estar.
—Me retracto de las gracias.
—De
verdad—. Ella cruzó el cuarto y se sentó cerca de mí—. ¿Estas lidiando
bien con esto? Te has quejado muy poco, lo cual es preocupante porque tú
te quejas de todo.
—No lo hago, —protesté.
—Lo que tú digas. Puse los ojos en blanco.
—Para
tu información, he encontrado una manera de sacármelo de la cabeza,
pero se arruina cuando sigues hablando de eso, Casey—. Le di un
codazo—Estoy empezando a creer quieres que llore.
—Eso al menos me probaría que no lo estas reteniendo.
—Casey, —clamé.
—No
estoy jugando _____ , —dijo ella—. Ese tipo de verdad te arruinó.
Estabas llorando, gimoteando, en un desastre de pánico después de lo que
hizo, y se que es difícil porque hemos tenido que ocultarlo de Jess,
pero necesitas manejarlo de algún modo. No quiero pasar por esa mierda
otra vez.
—Casey, estoy bien, —le aseguré—. Realmente he encontrado una manera de liberar el estrés, ¿bien?
— ¿Qué cosa? Oh, mierda.?
–¿Que cosa de que?– Casey me vió con el ceño fruncido?.
–Obvio.
Tu manera de liberar el estress. ¿Qué estas haciendo? Um… simplemente
cosas.?¿Has estado ejercitándote?– ?pregunta ella?.– No te avergüences
si es así. Mi mamá hace cardios cuando esta molesta. Ella dice que ayuda
a canalizar su energía negativa…lo quesea que eso signifique. ¿Entonces
que estas haciendo? ¿Te estas ejercitando?
—Um… se podría decir.–
Maldición. Mis mejillas definitivamente estaban ardiendo. Me aparte de
lla, examinando los vellos detrás de mi brazo.
—¿Cardio?
— Mmm… ujum.– Pero milgarosamente, ella no notó que mi cara estaba en llamas.
—Genial.
Sabes, estos pantalones son una talla mayor de los que compro
usualmente. Talvez deberíamos ejercitar juntas. Podría ser divertido.
—No
lo creo. —Antes de que pudiera discutirlo o ver el color escarlata de
mis mejillas, me puse de pie y dije—, tengo que ir a cepillarme los
dientes otra vez. Luego me iré, ¿bien?– Y Salí del cuarto.Cuando regrese
unos minutos después, estuve forzada a mentir otra vez.
— ¿Quieres
quedarte aquí esta noche? —Preguntó Casey mientras escrespaba su pelo
corto en el espejo—. Mamá dice que va a ir a una despedida de soltera de
una compañera de trabajo, así que solo seriamos nosotras… y un poco de
las películas de James McAvoy si quieres. Jess estará triste si se lo
pierde, pero…
—No puedo esta noche, Casey.
— ¿Por qué no? —ella
sonó dolida. La verdad era que tenía planes de ver a Joseph cerca de las
once esa noche, pero obviamente no podía ser honesta. Pero no podía
mentir tampoco. Me refiero, las mentiras eran siempre jodidamente
transparentes. Asi que hice en lo que me estaba convirtiendo cada vez y
cada vez mejor en estos días. Lo oculte.
—Tengo planes.
— ¿Después de que salgamos de Nest?
—Sí, Lo siento.– Casey se volteo del espejo y me quedo viendo por un largo momento. Finalmente, me dijo
— has estado muy ocupada últimamente, sabes. Ya no quieres hacer muchas cosas conmigo.
—Voy a salir contigo esta noche, ¿no? —pregunté.
—Si,
supongo, pero… no lo se—. Ella se volteó y examinó su reflejo una
última vez—.Olvidalo. Vamonos.– Dios, odio ser deshonesta con Casey.
Especialmente porque ella claramente sabia que sucedía algo, incluso
aunque ella no lo adivinara todavía. Pero iba a hacer todo lo que
estuviera en mi poder para mantener el asunto de Joseph es secreto.Y,
por supuesto, Joseph actuaba totalmente casual acerca de todo. En
público, nos tratamos el uno al otro con la sarcástica indiferencia de
siempre. Lo insultaba, le daba miradas asesinas, y lo maldecía en
secreto cuando actuaba como un cerdo (no es que tenga que actuar). Nadie
habría adivinado que éramos diferentes detrás de puertas cerradas.
Nadie podría decir que estaba contando los minutos hasta que nos
encontramos en las escaleras de su porche. Nadie excepto Pool.
–El te
gusta? –el barman bromeó cuando Joseph, después de soportar una
diatriba verbalde su servidora, se fue a bailar con una atractiva cabeza
hueca
—. Y creo que también le gustas. Ustedes tienen algo.
—Estas demente, —dije, sorbiendo mi refresco de cereza.
—Te lo he dicho un millón de veces, _____ , y te lo diré otra vez. Eres una mala mentirosa.
—
¡Yo no tocaría a ese cretino ni con un palo de tres metros! — ¿Mi voz
transmitía suficiente disgusto?— ¿Realmente piensas que soy tan idiota
Pool? El es arrogante, y duerme con todo lo que pueda tener sus sucias
manos. La mayoría del tiempo, quisiera sacarle los ojos. ¿Cómo podría
gustarme? El es un asno.
—Y las mujeres aman los asnos. Esa es la razón por la que no consigo una cita. Soy demasiado bueno.
—O
muy peludo, —ofrecí. Tome mi último sorbo de mi refresco de cereza y
empujé elvaso hacia él.— Aféitate esa barba de Moisés y quizás tengas
mejor suerte. Las mujeres no quieren besar alfombras, sabes.
—Estas tratando de cambiar la conversación, —señaló Pool—. Eso solo prueba que tu y el Sr.Asno tienen algo.
—Cállate. Solo cállate, Pool.
— ¿Entonces tengo razón?
—No,
—dije—. Solo que realmente, realmente me estas sacando de quicio.–
Bien, definitivamente tenia que encontrar una manera de evitar el Nest
por unas pocas semanas… o, mejor todavía, para siempre.
Capítulo 12
—Tu tiro, Duffy —Joseph se inclinó sobre su palo de billar, con una sonrisa triunfal en el rostro.
—No has ganado todavía —dije, poniendo los ojos en blanco.
—Pero
estoy ganando.–Lo ignoré, centrando mi atención en una de las dos bolas
que aún quedaban en la mesa. En ese momento, yo realmente deseaba a
Joseph y sólo pensaba en ir directa a lahabitación, por encima de todo
lo demás. Pero esa noche, en lo alto de la escalera, Joseph mencionó la
mesa de billar y empezó a jactarse de que era un genio con el palo
debillar. Por alguna razón, provocó una vena competitiva en mí, no veía
la hora de limpiar el suelo con él y borrarle esa sonrisa arrogante de
la cara. Sólo estaba empezando a lamentar mi decisión de desafiarlo en
este juego porque, como se vio después, él no estaba muy lejos de la
verdad. Yo tampoco era mala en el billar, pero él podía patearme el
culo. Y no había nada que pudiera hacer para salir de esta.
—Quédate
ahí —susurró él. Sus labios acariciaron detrás de mis orejas, poniéndose
detrás de mí. Sus manos se colocaron en mis caderas y sus dedos jugaron
con el dobladillo de micamisa.—Céntrate, Duffy. ¿Te estás
concentrando?– Él estaba intentando distraerme. Y, mierda, estaba
funcionando. Me aparté de él, intentando empujarlo con la parte trasera
de mi palo. Por supuesto él me esquivó, y yo sólo logré golpear la bola
blanca en dirección opuesta a la que había querido, enviándola a la
derecha de uno de los agujeros de las esquinas.
—Cero —anunció Josepj.
— ¡Maldita sea! —me di la vuelta para mirarlo—. ¡Eso no debe contar!
—Pero
cuenta —él sacó la bola blanca del agujero y la envió cuidadosamente al
final de la mesa.—Todo vale en el amor y en el billar.
—Guerra —corregí.
—Es
lo mismo —él echó el palo hacia atrás, mirando hacia delante, antes de
disparar de nuevo. Medio segundo después, la bola navegó hacia el hoyo.
Fue ganadora.
—Idiota —susurré.
—No seas mala perdedora —dijo él,
apoyando el palo contra la pared—. ¿Qué esperabas? Obviamente, soy
increíble en todo —sonrió—. Pero oye, no puedes estar en mi contra,
¿deacuerdo? No podemos dejar de ser como Dios nos hizo.
—Eres un arrogante tramposo —arrojé mi palo de billar a un lado, dejándolo en el sueloes trepitosamente.
—Los malos ganadores son peor que los malos perdedores.
–¡Y
no he ganado porque me distrajiste! No podías mantener tus jodidas
manos lo suficientemente lejos de mí para hacer un disparo decente. Y
por otra cosa…–Sin avisar, Joseph me subió en la mesa de billar. Sus
manos se movieron en mis hombros, y un segundo más tarde, estaba tumbada
mirando como sonreía. Él se subió a la mesa también, inclinándose sobre
mí, con su cara a pocos centímetros de la mía.—¿En la mesa de billar?
—dije, estrechando mis ojos—¿En serio?
—No puedo resistirme —dijo—.
¿Sabes? Estás muy sexy cuando te enfadas conmigo, Duffy.– En primer
lugar, me llamó la atención la ironía de esa declaración. Quiero decir,
usó: sexy duffy, -que implicaba que era gorda y fea-, en la misma frase.
El contraste era casi cómico. Casi. Lo que realmente me extrañaba, sin
embargo, era que nadie, ni siquiera Jake Gaither, me había llamado
alguna vez sexy. Joseph fue el primero. Y la verdad era que estando con
él me sentía atractiva. La forma en que me tocaba. La forma en que me
besaba. Podía decir que su cuerpo me quería. Vale. Vale. Así era Joseph.
Su cuerpo quería a todo el mundo. Pero hasta entonces, era un
sentimiento que no había experimentado. Bueno, nunca había experimentado
nada. Era extraño. Pero nada de eso podía borrar la punzada de dolor de
la última palabra de su declaración. Joseph había sido el primero en
llamarme sexy, pero también el primero en llamarme Duff. Esa palabra me
había estado rondando, persiguiéndome, durante semanas. Y era por su
culpa. Así que,¿cómo podía él verme sexy y duff al mismo tiempo?
Pregunta mejor: ¿por qué me importaba? Antes de que pudiera pensar
alguna respuesta decente, empezó a besarme y sus dedos ya habían
localizado los botones y las cremalleras de mi ropa. Nos convertimos en
una maraña de labios, manos y rodillas y la cuestión se fue
completamente de mi cabeza. Por el momento, al menos.
— ¡Vamos
Panteras! —gritó Casey y unos pocos miembros de la Brigada de Skinny
hicieron volteretas a lo largo del margen.A mi lado, Jessica agitaba uno
de los pompones de dos dólares azul y naranja, con el rostro radiante
de entusiasmo. Jake y Tiffany estaban cenando con los padres de Tiffany
esa noche, lo que significaba que debía pasar un par de horas con ella,
incluso si ese parde horas era en un estúpido evento deportivo. La
verdad era que yo odiaba todo lo que requiriera espíritu escolar,
porque, obviamente, no tenía ninguno. Odiaba Hamilton High.Odiaba el
horrible brillo de los colores del colegio, la increíble mascota, y por
lo menos, al noventa por ciento de los estudiantes. Eso era por lo que
no podía esperar a dejar elcolegio.
—Tú lo odias todo —me había dicho
Casey temprano, el día que le expliqué que no tenía ningún deseo de
asistir al partido de baloncesto.
—Eso no es verdad.
—Sí, lo es.
Tú lo odias todo. Pero te quiero. Y Jessica también. Es por eso que te
voy apedir, como tu mejor amiga, que vengas traigas al partido.– Cuando
Jessica me había dicho que quería salir esa noche, mi primer instinto
fue ir a micasa y ver una película. Por eso la obligación de Casey como
animadora del partido había interferido. Eso no podía ser un gran plan
—Jessica
y yo podríamos haber visto una película— pero Casey tuvo que hacerlo
muy complicado. Ella quería ver a Jessica, también. Y quería que la
viéramos animar, incluso si iba en contra de todo lo que representaba.
—Vamos,
_____ —dijo, sonando irritada—. Sólo es un juego.Ella había estado
irritada estos días, especialmente conmigo. Y yo no estaba de humor para
discutir con ella. Y así era como había acabado aquí, en una grada
incómoda, aburriendo mi mente, con los vítores y gritos de la gente
provocándome una migraña de mierda. Absolutamente maravilloso .Había
acabado de decidir que conduciría a donde Joseph después del partido
cuando Jessica me dio un codazo en el costado. Por un segundo, creí que
era un accidente, que había llegado un poco emocionado agitando su pom
pom, pero entonces sentí un tirón enla muñeca.
—________.
— ¿Humm?
—giré mi cabeza hacia su cara, pero ella no me estaba mirando. Su
mirada estaba centrada en unas pocas personas en las gradas de abajo—
tres alta y guapas chicas — junior, pensé— estaban sentada en primera
fila, recostadas en sus asientos y con las piernas cruzadas. Tres
perfectas colas de caballo. Tres vaqueros de talle bajo. Y luego, por el
pasillo, se dirigía la cuarta. Era más pequeña y pálida, con el pelo
corto y negro. Era evidente que era estudiante de primer año. Llevaba
varias botellas de agua y unos perritos calientes en las manos, como si
acabara de volver del puesto de comida.Vi como la sonriente estudiante
de primer año pasaba las botellas y la comida. Vi como cada junior la
cogía. Vi como apreciaban menos su aspecto. Ella tomó asiento al final
de la pequeña fila, y ninguna de las chicas mayores parecía hablar con
ella, sólo con algunas de las de atrás. Vi como ella intentaba saltar en
sus conversaciones, su pequeña boca abriéndose y cerrándose otra vez
cuando alguna de las junior la interrumpía, ignorándola por completo.
Hasta que, después de un momento, una la miró, habló rápidamente, y miró
hacia atrás de sus amigas. La de primer año se puso de pie otra vez, y
se fue, sin dejar de sonreír. Rehaciendo sus pasos, bajó las gradas y
fue al puesto de comida.Volviendo a obedecer sus órdenes. Cuando miré a
Jessica de nuevo, sus ojos estaban oscuros y... tristes. O tal vez
enfadados. Era difícil de decir de ella porque no mostraban ninguna de
esas emociones muy a menudo. De cualquier manera, la entendía. Jessica
había sido como esa estudiante de primer año una vez. Así es como Casey y
yo la encontramos. Dos chicas mayores, animadoras como Casey con
el—total estereotipo deporristas: perras, rubias y parecían tontas
—habían estado alardeando sobre alguna tonta estudiante de segundo año
que mantenían como una “mascota”, y más de una vez Casey las había visto
hablarle con desdén
—Vamos a hacer algo con eso, ______ —había dicho
ella instantáneamente.— No podemos dejar que la traten de esa manera.
Casey pensaba que tenía que salvar a todo el mundo. Al igual que me
había salvado en el patio hacía tantos años. Yo estaba acostumbrada a
eso. Sólo una vez, ella había necesitado de mi ayuda.— Normalmente, yo
habría estado de acuerdo porque Casey sólo estaba preguntando. Pero
Jessica Gaither era una chica a la que yo no deseaba conocer, que se
salvara sola. No es que no tuviera corazón. Yo sólo no quería conocer a
la hermana de Jake Gaither. No después de lo que me había hecho. No
después del drama que había atravesado el año antes. Y me las arreglé
para mantenerme firme... hasta ese día en la cafetería.
—Dios,
Jessica, ¿tu cerebro está muerto o qué?— Casey y yo giramos las cabezas
para ver a una de las flacas animadoras humillando a Jessica, que era
por lo menos una cabeza más baja que ella. O tal vez fue que Jessica se
había desplomado, acobardada.—Te pedí que hicieras una cosa simple
—escupió la animadora, golpeando con el dedo el plato que Jessica
llevaba—. Una cosa estúpidamente simple. No echar mierda en mi ensalada.
¿Tan difícil es eso?
—Así es como viene la ensalada, Mía —masculló Jessica, con las mejillas brillantemente rosas—. Yo no hice…
—Tú
eres una idiota —la animadora se giró y se fue, moviendo la cola de
caballo detrás deella. Jessica sólo se quedó ahí, mirando al plato de
ensalada con grandes ojos tristes. Parecía muy pequeña entonces, muy
débil y tímida. En ese momento, yo no pensé en ella como guapa. O
incluso linda. Sólo frágil y asustada. Igual que un ratón.
—Date
prisa, Jessica —una de las otras animadoras la llamó desde la mesa,
sonando irritada—. No vamos a guardarte el sitio para siempre.—
Jesús.Yo pude sentir a Casey mirándome, y supe lo que quería. Y, mirando
a Jessica, no podía pretender no saber exactamente por qué. Si alguien
necesitaba una mano de Casey Salva el Día, era esta chica. Además, ella
no se parecía en nada a su hermano. Eso hizo que mi decisión fuera un
poco más fácil. Suspiré, y dije en voz alta:
—Oye, Jessica.— Ella
saltó y se giró para mirarme, y la expresión temerosa de su cara casi
rompió mi corazón.—Ven, siéntate con nosotras —no era una pregunta. Ni
siquiera una oferta. Era mucho más que una orden. No quería darle
elección. Incluso pensé, que si era sensata, nos elegiría anosotras.
Entonces, Jessica se apresuró hacia nosotras, las animadoras mayores se
enfadaron y Casey estaba radiante. Y eso fue todo. Fin de la historia.
Aunque ahora no parecía tanto como en el pasado, vi el apuro de la de
primer año en el puesto de comida. Podía ver que los vaqueros le
quedaban mal —no tenía suficientes curvas para vaqueros de talle bajo— y
sus hombros caídos le hacían parecer extrañamente desequilibrada. Todas
esas cosas la separaban de sus mandonas amigas. Era el eco andante de
Jessica mucho tiempo atrás. Sólo que ahora tenía una nueva palabra para
eso. Para esa chica. Duff. No había forma de evitarlo. La estudiante de
primer año era definitivamente Duff en comparación con las pequeñas
zorras que la rodeaban. No es que fuera poco atractiva, y
definitivamente no era gorda, pero de las cuatro ella era la última en
la que alguien se fijaría. Y no podía dejar de preguntarme si esa era la
cuestión, si ellas la usaban para algomás que la diligencia. ¿Estaba
ahí para que ellas se vieran mejor? Miré de nuevo a Jessica, recordando
lo pequeña y débil que parecía esa día. No parecía ni linda ni guapa.
Sólo patética. Duff. Ahora, ella era guapa, voluptuosa y adorable
y…bueno, sexy. Todos los chicos —excepto Harrison, desafortunadamente—
la querían. Pero lo extraño era, que ella no veía la diferencia. No en
la superficie, al menos. Había sido voluptuosa y rubia entonces. Así
que, ¿qué había cambiado? ¿Cómo podía una de las chicas más hermosas que
había conocido haber sido Duff? ¿Era lógico? Era como Joseph llamándome
Duffy y sexy al mismo tiempo. Simplemente, no tenía sentido. ¿Era
posible no ser gorda o no ser fea y ser Duff? Creo que Joseph lo había
dicho esanoche en el Nest. Duff era una comparación. ¿Quería decir eso
que incluso las chicas más atractivas podían ser Duffs?
¿Debíamos
ayudarla? Me quedé sorprendida por un segundo, y un poco confusa. Me
dicuenta de que Jessica estaba mirando a la de primer año hacer su
camino por la primera fila.Y tuve un horrible pensamiento. Uno que me
hizo oficialmente la zorra más grande que había existido jamás. Pensé en
ir y tomar a la estudiante de primer año como una de las nuestras, de
modo que tal vez, sólo tal vez, no sería más Duff. Podía oír la voz de
Joseph en mi cabeza “la mayoría de la gente no hace nada por evitar ser
Duff”. Me dije que yo no era la mayoría de la gente, pero, ¿qué era?
¿Era yo igual que esas animadoras, graduadas hacía ya tiempo, que habían
maltratado a Jessica, o como esas tres chicas de perfectas colas de
caballo de las gradas?Antes de que pudiera tomar una decisión, pensé en
la de ayudar a la de primer año —ya fuera por razones correctas o
incorrectas— el timbre sonó sobre nuestras cabezas. Anuestro alrededor,
la multitud estaba de pie vitoreando, bloqueando mi punto de vista dela
pequeña figura de pelo oscuro. Ella se había ido y así fue como perdí mi
oportunidad de salvarla o lo que pudiera haber hecho.El partido había
terminado. Las Panteras habían ganado. Y yo todavía era la Duff.
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
| |||
StayMemiFaither
Re: ~ The Duff~ (Joe&Tu)
Chicas de momento os dejo con eso! Ahora voy a actualizar mi perfil y ponerme al día con el foro, por cierto, he leido tantooooooooooos libros maravillosos y estaría super encantada de adaptarlos, pero hare lo que puedo ya que tengo ciertos problemas en la vida real, pero bueno hare lo que pueda, muchos besos paramis queridas lectoras fueles! :)xx
StayMemiFaither
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