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Always With You {Terminada}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Always With You {Terminada}
Quizá no estoy sola.
Le temo a cosas simples, pero soy un ser humano, tener miedos es lo más normal de la vida, pero solo es miedo, porque si llegara a estar en esa oscuridad, no me molestaría tanto, es solo oscuridad no hay nada cerca, al final, al cerrar los ojos te encuentras con lo mismo, yo también tengo mis debilidades, y le temo a la oscuridad, y a los truenos, pero como eh dicho con anterioridad soy solo una persona común y corriente. ¿Por qué mi miedo es ese, si cuando mucho más antes no le temía en lo absoluto? La respuesta está en los hechos que te ocurren, en lo que llega a hacer un ser endemoniado, deseoso de poder, que mataría hasta el ser más inocente, por conseguir lo que desea. Desde ese día, mis pensamientos dejaron de ser los de una niña de cinco años, desde allí comenzaron a ser los de alguien más grande, perdí muchas cosas ese día, incluso pensaba que la mejor de las soluciones era morir. Odio tener que hablar de este tipo de cosas, pero es cómo sucedieron, son realidades, y no puedo cambiarlas, porque ya sucedieron, y lo que sucedió no puede cambiarse de tal manera. Un día, el veinticinco de octubre, a eso de las siete de la tarde aproximadamente, cuando me quede completamente sola en el patio trasero, unos desconocidos me secuestraron, por eso quisiera no recordar nunca más.
—¡GUARDA SILENCIO! — Grito, uno de los sujetos, yo estaba en un mar de llanto, que realmente podía llegar a ser irritante, pero era una niña de solo cinco años, que estaba completamente asustada y no sabía hacer otra cosa, más que solo ponerse a llorar. Además de que en vez de lograr silenciarme, su grito me asusto mucho más de lo que antes estaba, y mi llanto no parecía terminar jamás. — ¡MIRA MOCOSA DEL INFIERNO, SI NO CIERRAS ESA BOCA DE UNA VEZ POR TODAS, VAS A SUFRIR GRAVES CONSECUENCIAS! ¿¡ME ENTIENDES!? ¡ASÍ QUE CALLATE DE UNA VEZ POR TODAS! — A pesar de sus palabras frías, no me callé, nadie lograría poder hacer que me callara, y es porque en verdad estoy asustada. Entonces, el otro sujeto al escuchar el grito, se dirigió a él molesto, pero sin levantar su tono de voz en ningún momento; “Imbécil, a la niñita la necesitamos viva, no muerta, cuando nos explique todo acerca del collar, la ejecutamos, antes no.”
¿Saben que fue lo peor de todo? Es que, no respondí a ninguna de sus preguntas acerca del collar, y yo recibí mi castigo, pero podía soportarlo, no iba a rebelar algo que era realmente importante para mi familia, pasara lo que pasara no dije nada, no importo si me dieron cachetadas, no me importo, tenía que proteger lo más importante en mi vida; el collar. Las preguntas me fueron hechas como por dos horas, y nunca las respondí, todo el tiempo mirando hacia el suelo, como si hubiera algo mucho más interesante allí, y entonces uno de ellos, creo que fue, él que me amenazo, me tomo bruscamente y me llevo hasta un pilar, ato mis manos allí, y antes de poder hacer algo, estaba gritando, no era una correa, era un látigo, el cual golpeteo contra mi espalda fuertemente, grite, luego vino el segundo golpe, que vino agregado con unas cuantas gotas de sangre. Desde ese día, es que tengo las cicatrices en mi espalda, todas lo suficiente bien marcadas, todas con ese aterrador recuerdo. Fui rescatada por mi Padre, eso fue alrededor de las siete de la mañana, él logro recuperar el collar, y a mí, él me encontré atada a ese pilar, con la sangre en mi espalda, casi sin vida ya. Ese día perdí las ganas de vivir, supe que las cosas no iban a ser fácil, me abrieron los ojos, estaba en un mundo lleno de injusticias y crueldades.
Y me desperté como a eso de las cuatro de la mañana, estaba durmiendo boca arriba, y no me gusta despertar de esa manera, porque es gracias a ello que tienes pesadillas, duerme de cualquier otra manera, pero no como esta, te aseguro que tendrás muchas pesadillas, la mayoría de ellos serán tanto como para que llegues a despertar con el corazón acelerado. Me di vuelta, y quede en la cama boca abajo, solté el aire, pareciendo más un suspiro que cualquier otra cosa, y me quede allí, un tanto fastidiada de no poder volver a dormirme, aunque ya ni tenía ganas de hacerlo, así que me quede allí, boca abajo, pensando en cualquier idiotez que se me viniera a la mente. Estúpidamente, nada. Entonces me comencé a preguntar, el porqué de que las cosas sucedieran de esta manera, tenía la pregunta de cómo funcionaba la vida. Pero no me las pude responder y entonces me aburrí. Al ya saber que no iba a poder dormir, solo me puse de pie, no hice ningún sonido, tome mi ropa y me fui a cambiar al baño, sé que está completamente prohibido salir en medio de la noche, pero en el pasado ya lo había hecha más de alguna vez, jamás me pillaron.
Y salí como si nada, como si no hubiera ningún tipo de peligro en las afueras, y dando unos pocos pasos, logre encontrar la misma habitación del otro día, en donde estaba ese chico, y que otra sorpresa me podía llegar a encontrar, con que logre entrar y encontrarme con él, él de manera inmediata supo de mi presencia. Se volteó un tanto alterado, debía de tener demasiado sueño y por ello estaba así, así que por eso creo que en cualquier momento se quedara dormido.
—¿Tu? ¿Qué haces aquí? — Sus ojos estaban realmente pequeños, si, en definitivo en cualquier instante caería dormido, muero por ver aquello, realmente estoy deseosa de verlo, quizá logre reírme un poco.
—Pues, paseo por Hogwarts, no tengo sueño, ahora dime tú, ¿Qué haces aquí? Te vez muy sospechoso. — No podía ocultar la sonrisa en mi rostro, aunque no era tanta la luz que lograba brindar en la habitación así que dudaba que pudiera verme sonreír.
—No te interesa, ahora vete. — Dije de un muy mal humor, realmente se está por quedar dormido y por eso, su tan mal ánimo.
—Tú eres el que debe de irse, te mueres de sueño, yo sin embargo estoy llena de energía, así que tú vete a dormir, y yo me quedo aquí, ¿Qué te parece esa idea?
—Me parece una idea horrible. — Estaba tan molesto, que incluso no le importo si quiera seguir hablando, me tomo de la mano para llevarme a la salida, aunque su fuerza en esos instantes estaba reducida a un pequeño diez por ciento, y todo lo demás pues, no tenía energía, necesitaba dormir más que nada, así que por esa razón, ahora era yo la que lo tomo de la mano para sacarlo de la habitación, pero no llegue lo suficiente lejos cuando él no se dejó, se estaba quedando dormido.
—Oye… te estas quedando dormido. — Dije, soltando un par de risas, y eso logro hacer que despertara un poco más, aun así su sueño continuo allí.
—Que chica tan infantil, vete. — Y de una manera brusca, acabe en el suelo. Ya no era tan gracioso como hace unos minutos atrás, realmente esa caída me dolió, en más, ahora ni siquiera podía lograr ponerme de pie, una de mis piernas se había doblado al caer, y el dolor no era fuerte si no hacía nada, pero al intentar levantarme era horrible. — ¿Porque no te levantas?
—Idiota. — Le mire con gran molestia. Hace unos instantes me estaba riendo, y ahora estoy enfadada.
—La idiota eres tú, ahora levántate, y regresa a tu sala común. — Lo decía, allí parado frente a mí, y se veía mucho más alto que como solía verlo, cuando yo también estaba de pie. Pero viéndolo desde esta perspectiva, él se veía mucho más como un chico realmente, lo que quiero decir es que, aunque yo siempre me enfade no suelo verlo como gran peligro, pero en algún punto si lo es. — ¿Acaso no me escuchas?
—Me levantaría… si solo pudiera hacerlo. — Comente, y allí estaba aún en el suelo, que estaba realmente frío, y sé que si me quedo allí durante mucho tiempo, no me darán demasiadas ganas de dormir.
Y realmente habría jurado, que él me dejaría allí por el resto de la noche, pero no, por ello quede sorprendida. Se puso hasta mi altura, -En el suelo- y de alguna manera, sin siquiera preguntarme si me molestaría o no, me levanto en sus brazos, allí me encontraba, en sus brazos. Eso me recordaba a las veces en que mi Padre, luego de un día de trabajo, llegaba a casa, y siempre que veía a mi Madre, la tomaba en sus brazos con mucha facilidad, pero la única diferencia aquí, es que no quiero que él me sostenga, preferiría quedarme toda la noche, en el suelo, que estar con él.
—¿Qué haces? ¡Bájame! — Chille, como si fuera una niña pequeña, haciendo su berrinche.
—¿Para qué? Te sacare yo mismo de aquí.
—Eres idiota, no puedes dejarme en mi sala común, a menos que pertenezcas a Gryffindor, IDIOTA. — Y me obedeció, porque se dio cuenta de que era cierto, no podía sacarme de aquí, y de alguna manera se alejó de la puerta, aun conmigo en sus brazos, y se sentó en el suelo, y me dejo a un lado de él, a mi parecer no piensa dejarme aquí sola, aunque ahora que no puedo levantarme, no puedo hacer nada, así que da igual si se va o queda. — Sabes, no me interesa si te marchas, de alguna manera no puedo hacer nada.
—¿Puedes callarte?
—¿Puedes dejar de ser un idiota?
—Mira, deja ya de decir la misma palabra una y otra vez, todo el rato estas diciéndome “Idiota, idiota, idiota, idiota.” ¡Es molesto, pareces un disco rayado!
—Tú lo has dicho tantas veces como yo, tonto.
—¿Te callaras en algún momento? — Pregunto, y se giró hasta mirarme, realmente está muy fastidiado, y no tengo ni la menor gana de quedarme callada, además él se puede quedar dormido y estaría aburrida, aunque supongo no me importa, eh pasado mucho tiempo sola en mi vida, tanto que ya me acostumbre. — ¿Tienes idea de lo molesta que puedes llegar a ser? — Pregunto, lo cual en este punto era estúpido, ya que hace apenas unos segundos atrás me dijo que me callara, pero no voy a hablar, menos cuando sé que si hablo comenzaremos a discutir. — ¿Ahora te vas a quedar callada?
—Primero me dices que me calle, y luego me preguntas algo, no te entiendo. — Estaba molesta, porque no podía dormir, y que gracias a esa pesadilla me levante de la cómoda cama, y termine en este lugar, con una persona que no quiero ver, y además eh fallado rotundamente, en aquello que me dijeron “Sera mejor que no vuelvas a hablar con él.” Y vean en donde me encuentro ahora, con él, a solas, y peor aún, con un pie completamente malo que no me funciona en estos momentos, ¿Qué podría llegar a ser peor? Y no quiero que las cosas empeoren, solo por decir esa frase, pero es lo más típico que llegue a ocurrir, si dices esa frase, las cosas empeoraran.
Y se quedó callado, y yo me quede callada, estaba allí en la sala de menesteres, con todos los objetos perdidos a nuestro alrededor, no es el mejor lugar de todos, pero en fin, podría estar en otra parte mucho mejor, pero no puedo. Si me hubiera quedado en la habitación, acostada, no estaría en este lugar, y mucho menos enojada, aun así… aun así…
—¡QUITATE! — Grite, en cuanto sentí su cabeza a un lado de la mía, sé que se quedó dormido, pero tampoco no le voy a permitir que siquiera este demasiado cerca de mí. Si tengo la oportunidad de hacer que se le aleje pues lo haré.
—Eres una escandalosa, que ni siquiera me dejas dormir ahora… — Me di la vuelta, lo mejor que pude en cuanto él se quitó, y allí me quede dándole la espalda, al menos, no quiero ni mirarle la cara a este idiota, a pesar de que el otro día me pidió disculpas por comportarse como un idiota, seguiré con el mismo pensamiento, “Las personas no cambian de un día para otro.” Él se está volviendo a comportar de manera molesta, inclusive a este paso le terminare odiando.
Y aunque quisiera moverme mucho más, no iba a lograr absolutamente nada, y más cuando este chico se ha vuelto a quedar dormido, y esta vez está apoyado en mi espalda, realmente me estoy comenzando a molestar, cometí un grave error al venir a este sitio en primer lugar, y lo único que estoy deseando es poder irme en cuanto más pueda. Estaba planeando y pensando, en despertarlo para que se quitara, ya que su peso me estaba molestando, y me estaba esforzando de más para no caer al suelo, ya que mi fuerza esta reducida, y es porque gracias a la pesadilla, no descanse bien, sin embargo no tengo sueño, y en cualquier momento me puedo caer al suelo, y caerme yo, involucra a este chico, que caería sobre mí, y aquí absolutamente nadie desea eso, por ello me voltee nuevamente, para así tratar de que él se moviera un poco, pero ni siquiera se despertó.
—Ey… — Y entonces ocurre lo inevitable, el horror.
—¿Qué diablos…?
—¿Podrías quitarte? Me estas aplastando, y no ayudas a que mi pie se recupere… — Dije como si esto fuera lo más casual que estuviera sucediendo en mi vida, aunque no, claramente no era así, y en estos momentos me siento demasiado incomoda.
—Lo siento… déjame ayudarte.
—No, yo puedo sola… — Pero, ¿Qué parte de “Yo puedo sola” no entiende? Digo, puedo levantarme por mi cuenta, no soy una niña pequeña para que él tenga que ayudarme en todo. — Te dije que podía sola, tonto.
—¿Puedes dejar de insultarme?
—Si dejaras de ser molesto, lo haría, además acabas de caer sobre mí, eso no fue para nada agradable.
Y entonces me comencé a sentir mal, no eso de que te sientes mal por estar enfermo o algo, si no que me comencé a sentir mal, estaba triste, estaba decaída ya, simplemente ya no podía sentirme cómoda en ese lugar, y sé que el volver a mi hogar no es lo correcto, porque puede que haya encuentre la muerte, pero no me interesa, porque allí es a donde si pertenezco verdaderamente, no es aquí. Estaba enojada también, quería golpear algo, pero no debía de hacerlo, solo porque tuviera las ganas, por esa razón me quede allí, mirando a la nada.
—¿Por qué te has quedado callada de pronto?
—Déjame en paz… — Sabía que probablemente me iba a poner peor, porque estaba aquí a oscuras, y comenzaba a sentirme mal, por muchas cosas, estoy cansada internamente, muy cansada.
Pero entonces me rompí, cuando sentí su mano sobre mi cabeza, aunque no pudiera ver mi rostro, sabía exactamente como estaba, y solo me acaricio la cabeza suavemente, y termine llorando agriamente, era un llanto asustado y que fue reprimido desde mucho tiempo atrás, pero ese simple gesto de cariño, me hizo saber que quizá no estaba tan sola como pensaba, que tenía su apoyo, eso me hizo sentir calidez, pero no pare de llorar, hasta que me sentía mucho mejor conmigo misma, y me dormí.
Desperté a eso de las siete, no dormí demasiado, pero para mí fue lo justo y necesario, aunque Draco continuaba allí dormido, y sin más, me puse de pie, y me marche, no lo iba a molestar, pues no quiero que se ponga de mal humor desde ya, por ello, solo me marcho, y me siento completamente ligera ahora.
—Gracias. — Susurro, antes de salir por la puerta e irme corriendo escaleras abajo, hasta llegar al gran comedor, para ver a Hermione, y los chicos, después de todo agradezco que sea sábado.
Y a pesar de que las lágrimas quedaron en mi rostro, ahora secas, no me molesto, pues aunque las vieran no dirían nada, eso lo sabía perfectamente bien.
—Buenos días. — Le sonreí a Hermione, quien estaba allí comiendo una tostada con mermelada.
—Buenos días, Agie… ¿Dónde estabas? — Sabia, que me lo preguntaría, y mentirle jamás estará en mis planes, aunque realmente no quiero decirle, pero tengo que afrontarlo, todo.
—Pues, ¿es un secreto?
—No me digas… no, ¿no es cierto, o si? No me digas que estabas con él. — ¿Por qué Hermione tiene que ser tan inteligente tanto como yo, para que lo llegue a saber todo? Incluso, aunque mi expresión no sea una de “Te estoy ocultando algo” ella lo sabe, y a veces desearía que no lo supiera todo así.
—Bien, tu ganas, si, estuve con él, pero no nos hicimos en ningún momento buenos amigos, creo que hasta si nos volvemos a ver, discutiremos una vez más. — Me senté a su lado, y para no querer seguir hablando comencé a desayunar, una tostada con un vaso de leche a mi lado.
—Yo pensé que no hablarías más con él. — No está molesta, su tono de voz suena tan relajado, que me da a saber que no está para nada enojada conmigo, aunque me sorprende, porque bien, yo no iba a volver a hablar con él y supongo fue lo primero que llegue a hacer.
—Era lo que iba a hacer, pero me lo encontré, y luego, bueno él pidiéndome que me fuera, más bien echándome, me accidente, y tuve que quedarme con él, pero fueron más discusiones que otras cosas, lo odio. — Harry soltó una carcajada.
—Bienvenida al club, pero dejémonos de hablar de Malfoy, y vamos a hablar sobre el Quidditch, que tendremos el juego dentro de unos instantes más.
Harry me pregunto si me interesaba el Quidditch, y aunque comentara que sí, no le asegure que los iría a ver jugar, y me alegre de haberle dicho que probablemente no iría, porque al final no fui, no importo si me dijo que iba a estar genial, y supongo que me alegro de no haber ido, porque me entere de algo muy importante, ni siquiera llegue a saber quién me envió la información, ni de quien era la carta, si era hombre o mujer, ni como llego a saber de mi verdadero paradero, pero no parecía ser mala persona, al menos por lo que leí en la carta.
“No es un mal chico, solo está siguiendo órdenes, no es malo. A pesar de lo que probablemente vaya a hacer, no es malo, a pesar de estar del lado de los malos… no dejes de hablar con Draco, es tan bueno como cualquier otra persona, solo que… no ha podido elegir por su cuenta.” Y aunque me dijera esa persona desconocida, que él no era malo, me dejaba claro con eso de “Esta del lado de los malos” no me dejo tranquila, porque ahora de una vez por todas, lo tenía tan claro como el agua, estaba en un grave peligro, ya no tenía ningún tipo de salvación, sería mi fin, porque confié en un extraño, sin saber si era bueno o malo.
—Ven Agie, Gryffindor gano. — Y fui con Hermione, a pesar de tener los pensamientos revueltos en mi cabeza, estaba allí, como si realmente no lo estuviera, veía a los demás sonreír, y deje los pensamientos de lado, y quise sonreír también.
Pero a pesar de estar allí, hablando con Hermione, preguntándole como les fue, como fue que ganaron y todo eso, estaba allí en medio de Harry y Hermione, Harry fue el que me dio cada uno de los detalles, y Hermione dijo que estaba feliz porque habían ganado. Pero, ¿Por qué la felicidad no es eterna? Y no lo estoy diciendo por mi ahora, si no, porque me eh dado cuenta desde el primer momento en que me presento a los chicos, me di cuenta de lo enamorada que Hermione esta de Ron, como lo mira, quizá no todos lo noten, pero yo sí, lo vi… lástima que él no.
—Hermione… — Le llame cuando solo se esfumo, salí detrás de ella, en la compañía de Harry, él me dijo que la alcanzaría, y me quede allí, también había vuelto a pensar en todo lo de antes, y fue porque estaba allí la razón de mis preocupaciones. — ¿Tú que quieres ahora?
—¿Podemos hablar por unos momentos? — Me pregunto, y en su mirada había un cambio, no podría llegar a decir que tipo de cambio, solo era diferente. Y sin esperar alguna respuesta, tomo mi mano y me hizo caminar, mientras nos alejábamos de ese gran ruido que provenía de la sala común de Gryffindor. Tal vez debí ponerme firme, y decirle que no quería hablar, que no estaba de un gran ánimo como para hablar, pero sabía que no resultaría.
—No quiero hablar contigo, porque además ya sé que no eres bueno, al final voy a terminar muerta… solo por tu culpa, así que gracias, gracias por traerme la muerte, quizá me lo facilite, aunque no. — Lo que dije fue totalmente cruel, el tono frio, la voz entrecortada, e incluso mi mirada de odio hacia él.
—¿No sabes quién soy, o si? — Ignoro por completo lo que dije, para preguntar una total estupidez, solo levante las cejas, no estoy entendiendo absolutamente nada de lo que él me quiere decir. — Yo realmente me pregunto, si cuando me viste la primera vez, ¿Te parecía familiar o algo por el estilo?
—No, cuando llegue aquí a Hogwarts, fue la primera vez que te vi. — No sabía porque razón, no entendía porque me miraba con una cara tan triste, como si estuviera viendo a un tipo de fantasma o algo por el estilo, aun así, me acerco hasta él, me abrazo como si de un momento a otro ya no me odiara.
—Entonces es cierto, es cierto todo lo que me dijeron…
—¡Suéltame! — Me solté lo más fuertemente de él, estaba enfadada, primero se comportaba como un idiota conmigo, me gritaba y cualquier otra cosa, y de un momento a otro me abraza, me habla como si nos conociéramos desde hace años, yo no lo entiendo en lo absoluto. Este chico cambia demasiado en poco tiempo, primero está bien, luego enojado, y luego vuelve a estar bien, y todo eso cuando está conmigo. — ¡Mira, no te quiero ver! ¡No me agradas, eres una molestia, porque por tu culpa voy a terminar muerta, mi vida es un infierno ya, y ahora estará peor! ¡Así que déjame antes de que te golpee! — Y no rechisto, dejo que me marchara, y eso hice.
—¡GUARDA SILENCIO! — Grito, uno de los sujetos, yo estaba en un mar de llanto, que realmente podía llegar a ser irritante, pero era una niña de solo cinco años, que estaba completamente asustada y no sabía hacer otra cosa, más que solo ponerse a llorar. Además de que en vez de lograr silenciarme, su grito me asusto mucho más de lo que antes estaba, y mi llanto no parecía terminar jamás. — ¡MIRA MOCOSA DEL INFIERNO, SI NO CIERRAS ESA BOCA DE UNA VEZ POR TODAS, VAS A SUFRIR GRAVES CONSECUENCIAS! ¿¡ME ENTIENDES!? ¡ASÍ QUE CALLATE DE UNA VEZ POR TODAS! — A pesar de sus palabras frías, no me callé, nadie lograría poder hacer que me callara, y es porque en verdad estoy asustada. Entonces, el otro sujeto al escuchar el grito, se dirigió a él molesto, pero sin levantar su tono de voz en ningún momento; “Imbécil, a la niñita la necesitamos viva, no muerta, cuando nos explique todo acerca del collar, la ejecutamos, antes no.”
¿Saben que fue lo peor de todo? Es que, no respondí a ninguna de sus preguntas acerca del collar, y yo recibí mi castigo, pero podía soportarlo, no iba a rebelar algo que era realmente importante para mi familia, pasara lo que pasara no dije nada, no importo si me dieron cachetadas, no me importo, tenía que proteger lo más importante en mi vida; el collar. Las preguntas me fueron hechas como por dos horas, y nunca las respondí, todo el tiempo mirando hacia el suelo, como si hubiera algo mucho más interesante allí, y entonces uno de ellos, creo que fue, él que me amenazo, me tomo bruscamente y me llevo hasta un pilar, ato mis manos allí, y antes de poder hacer algo, estaba gritando, no era una correa, era un látigo, el cual golpeteo contra mi espalda fuertemente, grite, luego vino el segundo golpe, que vino agregado con unas cuantas gotas de sangre. Desde ese día, es que tengo las cicatrices en mi espalda, todas lo suficiente bien marcadas, todas con ese aterrador recuerdo. Fui rescatada por mi Padre, eso fue alrededor de las siete de la mañana, él logro recuperar el collar, y a mí, él me encontré atada a ese pilar, con la sangre en mi espalda, casi sin vida ya. Ese día perdí las ganas de vivir, supe que las cosas no iban a ser fácil, me abrieron los ojos, estaba en un mundo lleno de injusticias y crueldades.
Y me desperté como a eso de las cuatro de la mañana, estaba durmiendo boca arriba, y no me gusta despertar de esa manera, porque es gracias a ello que tienes pesadillas, duerme de cualquier otra manera, pero no como esta, te aseguro que tendrás muchas pesadillas, la mayoría de ellos serán tanto como para que llegues a despertar con el corazón acelerado. Me di vuelta, y quede en la cama boca abajo, solté el aire, pareciendo más un suspiro que cualquier otra cosa, y me quede allí, un tanto fastidiada de no poder volver a dormirme, aunque ya ni tenía ganas de hacerlo, así que me quede allí, boca abajo, pensando en cualquier idiotez que se me viniera a la mente. Estúpidamente, nada. Entonces me comencé a preguntar, el porqué de que las cosas sucedieran de esta manera, tenía la pregunta de cómo funcionaba la vida. Pero no me las pude responder y entonces me aburrí. Al ya saber que no iba a poder dormir, solo me puse de pie, no hice ningún sonido, tome mi ropa y me fui a cambiar al baño, sé que está completamente prohibido salir en medio de la noche, pero en el pasado ya lo había hecha más de alguna vez, jamás me pillaron.
Y salí como si nada, como si no hubiera ningún tipo de peligro en las afueras, y dando unos pocos pasos, logre encontrar la misma habitación del otro día, en donde estaba ese chico, y que otra sorpresa me podía llegar a encontrar, con que logre entrar y encontrarme con él, él de manera inmediata supo de mi presencia. Se volteó un tanto alterado, debía de tener demasiado sueño y por ello estaba así, así que por eso creo que en cualquier momento se quedara dormido.
—¿Tu? ¿Qué haces aquí? — Sus ojos estaban realmente pequeños, si, en definitivo en cualquier instante caería dormido, muero por ver aquello, realmente estoy deseosa de verlo, quizá logre reírme un poco.
—Pues, paseo por Hogwarts, no tengo sueño, ahora dime tú, ¿Qué haces aquí? Te vez muy sospechoso. — No podía ocultar la sonrisa en mi rostro, aunque no era tanta la luz que lograba brindar en la habitación así que dudaba que pudiera verme sonreír.
—No te interesa, ahora vete. — Dije de un muy mal humor, realmente se está por quedar dormido y por eso, su tan mal ánimo.
—Tú eres el que debe de irse, te mueres de sueño, yo sin embargo estoy llena de energía, así que tú vete a dormir, y yo me quedo aquí, ¿Qué te parece esa idea?
—Me parece una idea horrible. — Estaba tan molesto, que incluso no le importo si quiera seguir hablando, me tomo de la mano para llevarme a la salida, aunque su fuerza en esos instantes estaba reducida a un pequeño diez por ciento, y todo lo demás pues, no tenía energía, necesitaba dormir más que nada, así que por esa razón, ahora era yo la que lo tomo de la mano para sacarlo de la habitación, pero no llegue lo suficiente lejos cuando él no se dejó, se estaba quedando dormido.
—Oye… te estas quedando dormido. — Dije, soltando un par de risas, y eso logro hacer que despertara un poco más, aun así su sueño continuo allí.
—Que chica tan infantil, vete. — Y de una manera brusca, acabe en el suelo. Ya no era tan gracioso como hace unos minutos atrás, realmente esa caída me dolió, en más, ahora ni siquiera podía lograr ponerme de pie, una de mis piernas se había doblado al caer, y el dolor no era fuerte si no hacía nada, pero al intentar levantarme era horrible. — ¿Porque no te levantas?
—Idiota. — Le mire con gran molestia. Hace unos instantes me estaba riendo, y ahora estoy enfadada.
—La idiota eres tú, ahora levántate, y regresa a tu sala común. — Lo decía, allí parado frente a mí, y se veía mucho más alto que como solía verlo, cuando yo también estaba de pie. Pero viéndolo desde esta perspectiva, él se veía mucho más como un chico realmente, lo que quiero decir es que, aunque yo siempre me enfade no suelo verlo como gran peligro, pero en algún punto si lo es. — ¿Acaso no me escuchas?
—Me levantaría… si solo pudiera hacerlo. — Comente, y allí estaba aún en el suelo, que estaba realmente frío, y sé que si me quedo allí durante mucho tiempo, no me darán demasiadas ganas de dormir.
Y realmente habría jurado, que él me dejaría allí por el resto de la noche, pero no, por ello quede sorprendida. Se puso hasta mi altura, -En el suelo- y de alguna manera, sin siquiera preguntarme si me molestaría o no, me levanto en sus brazos, allí me encontraba, en sus brazos. Eso me recordaba a las veces en que mi Padre, luego de un día de trabajo, llegaba a casa, y siempre que veía a mi Madre, la tomaba en sus brazos con mucha facilidad, pero la única diferencia aquí, es que no quiero que él me sostenga, preferiría quedarme toda la noche, en el suelo, que estar con él.
—¿Qué haces? ¡Bájame! — Chille, como si fuera una niña pequeña, haciendo su berrinche.
—¿Para qué? Te sacare yo mismo de aquí.
—Eres idiota, no puedes dejarme en mi sala común, a menos que pertenezcas a Gryffindor, IDIOTA. — Y me obedeció, porque se dio cuenta de que era cierto, no podía sacarme de aquí, y de alguna manera se alejó de la puerta, aun conmigo en sus brazos, y se sentó en el suelo, y me dejo a un lado de él, a mi parecer no piensa dejarme aquí sola, aunque ahora que no puedo levantarme, no puedo hacer nada, así que da igual si se va o queda. — Sabes, no me interesa si te marchas, de alguna manera no puedo hacer nada.
—¿Puedes callarte?
—¿Puedes dejar de ser un idiota?
—Mira, deja ya de decir la misma palabra una y otra vez, todo el rato estas diciéndome “Idiota, idiota, idiota, idiota.” ¡Es molesto, pareces un disco rayado!
—Tú lo has dicho tantas veces como yo, tonto.
—¿Te callaras en algún momento? — Pregunto, y se giró hasta mirarme, realmente está muy fastidiado, y no tengo ni la menor gana de quedarme callada, además él se puede quedar dormido y estaría aburrida, aunque supongo no me importa, eh pasado mucho tiempo sola en mi vida, tanto que ya me acostumbre. — ¿Tienes idea de lo molesta que puedes llegar a ser? — Pregunto, lo cual en este punto era estúpido, ya que hace apenas unos segundos atrás me dijo que me callara, pero no voy a hablar, menos cuando sé que si hablo comenzaremos a discutir. — ¿Ahora te vas a quedar callada?
—Primero me dices que me calle, y luego me preguntas algo, no te entiendo. — Estaba molesta, porque no podía dormir, y que gracias a esa pesadilla me levante de la cómoda cama, y termine en este lugar, con una persona que no quiero ver, y además eh fallado rotundamente, en aquello que me dijeron “Sera mejor que no vuelvas a hablar con él.” Y vean en donde me encuentro ahora, con él, a solas, y peor aún, con un pie completamente malo que no me funciona en estos momentos, ¿Qué podría llegar a ser peor? Y no quiero que las cosas empeoren, solo por decir esa frase, pero es lo más típico que llegue a ocurrir, si dices esa frase, las cosas empeoraran.
Y se quedó callado, y yo me quede callada, estaba allí en la sala de menesteres, con todos los objetos perdidos a nuestro alrededor, no es el mejor lugar de todos, pero en fin, podría estar en otra parte mucho mejor, pero no puedo. Si me hubiera quedado en la habitación, acostada, no estaría en este lugar, y mucho menos enojada, aun así… aun así…
—¡QUITATE! — Grite, en cuanto sentí su cabeza a un lado de la mía, sé que se quedó dormido, pero tampoco no le voy a permitir que siquiera este demasiado cerca de mí. Si tengo la oportunidad de hacer que se le aleje pues lo haré.
—Eres una escandalosa, que ni siquiera me dejas dormir ahora… — Me di la vuelta, lo mejor que pude en cuanto él se quitó, y allí me quede dándole la espalda, al menos, no quiero ni mirarle la cara a este idiota, a pesar de que el otro día me pidió disculpas por comportarse como un idiota, seguiré con el mismo pensamiento, “Las personas no cambian de un día para otro.” Él se está volviendo a comportar de manera molesta, inclusive a este paso le terminare odiando.
Y aunque quisiera moverme mucho más, no iba a lograr absolutamente nada, y más cuando este chico se ha vuelto a quedar dormido, y esta vez está apoyado en mi espalda, realmente me estoy comenzando a molestar, cometí un grave error al venir a este sitio en primer lugar, y lo único que estoy deseando es poder irme en cuanto más pueda. Estaba planeando y pensando, en despertarlo para que se quitara, ya que su peso me estaba molestando, y me estaba esforzando de más para no caer al suelo, ya que mi fuerza esta reducida, y es porque gracias a la pesadilla, no descanse bien, sin embargo no tengo sueño, y en cualquier momento me puedo caer al suelo, y caerme yo, involucra a este chico, que caería sobre mí, y aquí absolutamente nadie desea eso, por ello me voltee nuevamente, para así tratar de que él se moviera un poco, pero ni siquiera se despertó.
—Ey… — Y entonces ocurre lo inevitable, el horror.
—¿Qué diablos…?
—¿Podrías quitarte? Me estas aplastando, y no ayudas a que mi pie se recupere… — Dije como si esto fuera lo más casual que estuviera sucediendo en mi vida, aunque no, claramente no era así, y en estos momentos me siento demasiado incomoda.
—Lo siento… déjame ayudarte.
—No, yo puedo sola… — Pero, ¿Qué parte de “Yo puedo sola” no entiende? Digo, puedo levantarme por mi cuenta, no soy una niña pequeña para que él tenga que ayudarme en todo. — Te dije que podía sola, tonto.
—¿Puedes dejar de insultarme?
—Si dejaras de ser molesto, lo haría, además acabas de caer sobre mí, eso no fue para nada agradable.
Y entonces me comencé a sentir mal, no eso de que te sientes mal por estar enfermo o algo, si no que me comencé a sentir mal, estaba triste, estaba decaída ya, simplemente ya no podía sentirme cómoda en ese lugar, y sé que el volver a mi hogar no es lo correcto, porque puede que haya encuentre la muerte, pero no me interesa, porque allí es a donde si pertenezco verdaderamente, no es aquí. Estaba enojada también, quería golpear algo, pero no debía de hacerlo, solo porque tuviera las ganas, por esa razón me quede allí, mirando a la nada.
—¿Por qué te has quedado callada de pronto?
—Déjame en paz… — Sabía que probablemente me iba a poner peor, porque estaba aquí a oscuras, y comenzaba a sentirme mal, por muchas cosas, estoy cansada internamente, muy cansada.
Pero entonces me rompí, cuando sentí su mano sobre mi cabeza, aunque no pudiera ver mi rostro, sabía exactamente como estaba, y solo me acaricio la cabeza suavemente, y termine llorando agriamente, era un llanto asustado y que fue reprimido desde mucho tiempo atrás, pero ese simple gesto de cariño, me hizo saber que quizá no estaba tan sola como pensaba, que tenía su apoyo, eso me hizo sentir calidez, pero no pare de llorar, hasta que me sentía mucho mejor conmigo misma, y me dormí.
{***}
Desperté a eso de las siete, no dormí demasiado, pero para mí fue lo justo y necesario, aunque Draco continuaba allí dormido, y sin más, me puse de pie, y me marche, no lo iba a molestar, pues no quiero que se ponga de mal humor desde ya, por ello, solo me marcho, y me siento completamente ligera ahora.
—Gracias. — Susurro, antes de salir por la puerta e irme corriendo escaleras abajo, hasta llegar al gran comedor, para ver a Hermione, y los chicos, después de todo agradezco que sea sábado.
Y a pesar de que las lágrimas quedaron en mi rostro, ahora secas, no me molesto, pues aunque las vieran no dirían nada, eso lo sabía perfectamente bien.
—Buenos días. — Le sonreí a Hermione, quien estaba allí comiendo una tostada con mermelada.
—Buenos días, Agie… ¿Dónde estabas? — Sabia, que me lo preguntaría, y mentirle jamás estará en mis planes, aunque realmente no quiero decirle, pero tengo que afrontarlo, todo.
—Pues, ¿es un secreto?
—No me digas… no, ¿no es cierto, o si? No me digas que estabas con él. — ¿Por qué Hermione tiene que ser tan inteligente tanto como yo, para que lo llegue a saber todo? Incluso, aunque mi expresión no sea una de “Te estoy ocultando algo” ella lo sabe, y a veces desearía que no lo supiera todo así.
—Bien, tu ganas, si, estuve con él, pero no nos hicimos en ningún momento buenos amigos, creo que hasta si nos volvemos a ver, discutiremos una vez más. — Me senté a su lado, y para no querer seguir hablando comencé a desayunar, una tostada con un vaso de leche a mi lado.
—Yo pensé que no hablarías más con él. — No está molesta, su tono de voz suena tan relajado, que me da a saber que no está para nada enojada conmigo, aunque me sorprende, porque bien, yo no iba a volver a hablar con él y supongo fue lo primero que llegue a hacer.
—Era lo que iba a hacer, pero me lo encontré, y luego, bueno él pidiéndome que me fuera, más bien echándome, me accidente, y tuve que quedarme con él, pero fueron más discusiones que otras cosas, lo odio. — Harry soltó una carcajada.
—Bienvenida al club, pero dejémonos de hablar de Malfoy, y vamos a hablar sobre el Quidditch, que tendremos el juego dentro de unos instantes más.
Harry me pregunto si me interesaba el Quidditch, y aunque comentara que sí, no le asegure que los iría a ver jugar, y me alegre de haberle dicho que probablemente no iría, porque al final no fui, no importo si me dijo que iba a estar genial, y supongo que me alegro de no haber ido, porque me entere de algo muy importante, ni siquiera llegue a saber quién me envió la información, ni de quien era la carta, si era hombre o mujer, ni como llego a saber de mi verdadero paradero, pero no parecía ser mala persona, al menos por lo que leí en la carta.
“No es un mal chico, solo está siguiendo órdenes, no es malo. A pesar de lo que probablemente vaya a hacer, no es malo, a pesar de estar del lado de los malos… no dejes de hablar con Draco, es tan bueno como cualquier otra persona, solo que… no ha podido elegir por su cuenta.” Y aunque me dijera esa persona desconocida, que él no era malo, me dejaba claro con eso de “Esta del lado de los malos” no me dejo tranquila, porque ahora de una vez por todas, lo tenía tan claro como el agua, estaba en un grave peligro, ya no tenía ningún tipo de salvación, sería mi fin, porque confié en un extraño, sin saber si era bueno o malo.
—Ven Agie, Gryffindor gano. — Y fui con Hermione, a pesar de tener los pensamientos revueltos en mi cabeza, estaba allí, como si realmente no lo estuviera, veía a los demás sonreír, y deje los pensamientos de lado, y quise sonreír también.
Pero a pesar de estar allí, hablando con Hermione, preguntándole como les fue, como fue que ganaron y todo eso, estaba allí en medio de Harry y Hermione, Harry fue el que me dio cada uno de los detalles, y Hermione dijo que estaba feliz porque habían ganado. Pero, ¿Por qué la felicidad no es eterna? Y no lo estoy diciendo por mi ahora, si no, porque me eh dado cuenta desde el primer momento en que me presento a los chicos, me di cuenta de lo enamorada que Hermione esta de Ron, como lo mira, quizá no todos lo noten, pero yo sí, lo vi… lástima que él no.
—Hermione… — Le llame cuando solo se esfumo, salí detrás de ella, en la compañía de Harry, él me dijo que la alcanzaría, y me quede allí, también había vuelto a pensar en todo lo de antes, y fue porque estaba allí la razón de mis preocupaciones. — ¿Tú que quieres ahora?
—¿Podemos hablar por unos momentos? — Me pregunto, y en su mirada había un cambio, no podría llegar a decir que tipo de cambio, solo era diferente. Y sin esperar alguna respuesta, tomo mi mano y me hizo caminar, mientras nos alejábamos de ese gran ruido que provenía de la sala común de Gryffindor. Tal vez debí ponerme firme, y decirle que no quería hablar, que no estaba de un gran ánimo como para hablar, pero sabía que no resultaría.
—No quiero hablar contigo, porque además ya sé que no eres bueno, al final voy a terminar muerta… solo por tu culpa, así que gracias, gracias por traerme la muerte, quizá me lo facilite, aunque no. — Lo que dije fue totalmente cruel, el tono frio, la voz entrecortada, e incluso mi mirada de odio hacia él.
—¿No sabes quién soy, o si? — Ignoro por completo lo que dije, para preguntar una total estupidez, solo levante las cejas, no estoy entendiendo absolutamente nada de lo que él me quiere decir. — Yo realmente me pregunto, si cuando me viste la primera vez, ¿Te parecía familiar o algo por el estilo?
—No, cuando llegue aquí a Hogwarts, fue la primera vez que te vi. — No sabía porque razón, no entendía porque me miraba con una cara tan triste, como si estuviera viendo a un tipo de fantasma o algo por el estilo, aun así, me acerco hasta él, me abrazo como si de un momento a otro ya no me odiara.
—Entonces es cierto, es cierto todo lo que me dijeron…
—¡Suéltame! — Me solté lo más fuertemente de él, estaba enfadada, primero se comportaba como un idiota conmigo, me gritaba y cualquier otra cosa, y de un momento a otro me abraza, me habla como si nos conociéramos desde hace años, yo no lo entiendo en lo absoluto. Este chico cambia demasiado en poco tiempo, primero está bien, luego enojado, y luego vuelve a estar bien, y todo eso cuando está conmigo. — ¡Mira, no te quiero ver! ¡No me agradas, eres una molestia, porque por tu culpa voy a terminar muerta, mi vida es un infierno ya, y ahora estará peor! ¡Así que déjame antes de que te golpee! — Y no rechisto, dejo que me marchara, y eso hice.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
Alvord.
Morir es cosa de la vida, es cosa de cada día, es parte de vivir, en un punto llega el final, si, el final definitivo para cada uno de nosotros, y esa oportunidad se me presenta a mi cada día, pero, ¿Por qué razón me estoy aferrando a esta vida tan complicada y llena de odio hacia mí? Porque quizá no todo es odio, quizá la hora de atrapar lo que me hará feliz ha llegado, y lo estoy dejando pasar por miedo, y además en estos instantes no estoy en el mejor momento de mi vida… “Literalmente, a punto de caer de un risco de gran altura, sujetándome con ambas manos, perdiendo la fuerza” pero aun no quiero morir, digo, yo… yo quiero quedarme con él, aunque las cosas se compliquen mucho más, quiero decirle que realmente lo aprecio, que no lo odio… pero, supongo que aquí es donde termina todo para mí, y… no quiero morir, quiero quedarme.
Ser cruel es una parte de mí, algo que inevitablemente no puedo ocultar, ni apartar de mí, es parte de mi simplemente, le hago daño a las personas, sean queridas o no, siempre salen lastimados, y es una de las mayores razones por las que yo no necesito estar con otras personas, debo de estar sola, así es como está predeterminado a ser, y por ello no me gire a ver a ese chico, solo camine, mientras sabía que probablemente no lo volvería a ver en un tiempo, oh, quizá era posible que sí, pero el destino nunca se ha puesto de mi lado.
—¡Agatha! — Aquel grito me dejo pensando por unos momentos, y allí estaba girándome sobre mis talones, choque contra sus ojos grises sobre los míos, exactos al color de él. — ¿A dónde vas? — Su pregunta me hace desear no tener que responderle, y ante aquello, desvió mi mirada, solo mirando hacia la salida, en donde la lluvia cae a cantaros, puede que no sobreviva. — Respóndeme… por favor.
No deseaba mirarlo a la cara, la verdad solamente estaba desesperada ante tener algunas respuestas, aun así, entonces antes de volver a mirarlo, sus manos estaban en mi cuello, sentí un escalofrió recorrerme la espalda, y entonces sentí el dolor.
—¿Por qué no eres capaz de mirarme a la cara? ¿Por qué eres así conmigo? — A cada segundo que transcurría, perdía cada uno de mis sentidos, estaba débil ya, y aunque estuviera tratando de zafarme, al final, deje de hacerlo, y trate de sonreírle como podía, aunque fue un tipo de sonrisa, que no lo llego a ser al final. — Agatha… lo siento.
Entonces me di cuenta, era únicamente un sueño, un tipo de pesadilla, y me sentí aliviada pero aun así sentía un malestar en la garganta, por ello, solté un suspiro, mirando hacia arriba, pensé en quizá volver a dormir, pero últimamente estuve teniendo más pesadillas que sueños agradables, por ello lo decidí, no dormiría, iría en la búsqueda de las respuestas hoy mismo. Por ello, me puse en pie, y me encamine hasta el baúl, allí estaba el bolso en donde ponía los cuadernos, los saque todos, y los guarde en el baúl. Supongo que no pude llegar y tomar ropa, puesto que afuera estaba lloviendo a cantaros, igual que en el sueño, por ello me vestí lo más abrigada posible, y no me importo absolutamente nada.
El castillo estaba tan oscuro que me basto tener que utilizar el hechizo “Lumos” para al menos ver por dónde iba, y no causar algún accidente, ni menos darme a descubrir. Pero entonces me di cuenta, de que no todos estaban completamente dormidos, porque allí estaba alguien de pie, murmurando cosas para él y alguien más.
—No quiero continuar con esto… pero si no lo hago, él me matara. — Reconocí la voz, se trataba de Draco, pero note como su voz sonaba cada vez más perdida, como si realmente lo que ocurriera lo estuviera transformando, no quería. — No quiero perderla una vez más…
—Si no la quieres perder, entonces haz lo que él te pidió.
Estuve oculta, sin darme cuenta aún con el hechizo, y de manera apresurada pero sin levantar mi tono de voz, dije: “Nox” y me asegure completamente de que estuvieran lo más lejos posible, por ello, fue que pude ir corriendo con el más sigilo posible, me alegro de que tantas veces haya corrido, haya podido mejorar en esas cosas tan simples, pero cada uno de igual manera tiene sus imperfecciones.
—Me temo que no estamos completamente solos en esta noche. — Estaba en el suelo, había tropezado con mí mismo pie, mi traicionero pie, esto jamás me había ocurrido, hasta ahora, por ello, había causado ruido, estaba allí poniéndome de pie, y quitándome el cabello del rostro, mientras me sacudía el pantalón. — Señorita Agatha, ¿Qué hace despierta a estas altas horas de la noche?
—Debería preguntar lo mismo, o es que acaso, ¿sus alumnos tienen la autorización dada por usted? ¿Son los preferidos?
—¿Se siente orgullosa de hacerle este tipo de preguntas a un maestro? Tan altanera como sus padres. — Me quede perpleja allí, ¿Cómo podía saber de mis padres? ¿Cómo podía siquiera decir algo como eso? Si no los conoce… — ¿Se siente superior por ser llamada Stoker, cuando aun así ese no es su apellido?
—¿D-De que está hablando usted? — Trate de buscar respuestas, de lograr comprender algo, inclusive guie mi mirada hacia Draco, quería respuestas en ese mismo momento, y lo obtuve.
—No debería de sentirse así de orgullosa, puesto a que sus padres fueron unos completos idiotas, claro ambos de Gryffindor, amigos de James Potter, por ello, tan inmaduros, se creían los mejores en las bromas, lástima que hayan muerto, ¿querías la verdad? Allí la tienes, eres Agatha Alvord.
—Eso es mentira… ¡ES MENTIRA! — Y aunque fuera la mitad de la noche, levante mi tono de voz, estaba quizá enfadada, confundida, sin saber qué hacer, no quería creerle nada, porque si eso fuese así, yo lo sabría.
—Agatha… — Está vez quien hablo, fue Draco, pero yo no sabía ni que hacer, por ello, salí corriendo a más no poder, no quería oír nada, solo quería ir a lo que estaba esperando, ya no podía quedarme aquí, no lo deseaba en estos momentos.
{***}
Ser cruel es una parte de mí, algo que inevitablemente no puedo ocultar, ni apartar de mí, es parte de mi simplemente, le hago daño a las personas, sean queridas o no, siempre salen lastimados, y es una de las mayores razones por las que yo no necesito estar con otras personas, debo de estar sola, así es como está predeterminado a ser, y por ello no me gire a ver a ese chico, solo camine, mientras sabía que probablemente no lo volvería a ver en un tiempo, oh, quizá era posible que sí, pero el destino nunca se ha puesto de mi lado.
—¡Agatha! — Aquel grito me dejo pensando por unos momentos, y allí estaba girándome sobre mis talones, choque contra sus ojos grises sobre los míos, exactos al color de él. — ¿A dónde vas? — Su pregunta me hace desear no tener que responderle, y ante aquello, desvió mi mirada, solo mirando hacia la salida, en donde la lluvia cae a cantaros, puede que no sobreviva. — Respóndeme… por favor.
No deseaba mirarlo a la cara, la verdad solamente estaba desesperada ante tener algunas respuestas, aun así, entonces antes de volver a mirarlo, sus manos estaban en mi cuello, sentí un escalofrió recorrerme la espalda, y entonces sentí el dolor.
—¿Por qué no eres capaz de mirarme a la cara? ¿Por qué eres así conmigo? — A cada segundo que transcurría, perdía cada uno de mis sentidos, estaba débil ya, y aunque estuviera tratando de zafarme, al final, deje de hacerlo, y trate de sonreírle como podía, aunque fue un tipo de sonrisa, que no lo llego a ser al final. — Agatha… lo siento.
Entonces me di cuenta, era únicamente un sueño, un tipo de pesadilla, y me sentí aliviada pero aun así sentía un malestar en la garganta, por ello, solté un suspiro, mirando hacia arriba, pensé en quizá volver a dormir, pero últimamente estuve teniendo más pesadillas que sueños agradables, por ello lo decidí, no dormiría, iría en la búsqueda de las respuestas hoy mismo. Por ello, me puse en pie, y me encamine hasta el baúl, allí estaba el bolso en donde ponía los cuadernos, los saque todos, y los guarde en el baúl. Supongo que no pude llegar y tomar ropa, puesto que afuera estaba lloviendo a cantaros, igual que en el sueño, por ello me vestí lo más abrigada posible, y no me importo absolutamente nada.
El castillo estaba tan oscuro que me basto tener que utilizar el hechizo “Lumos” para al menos ver por dónde iba, y no causar algún accidente, ni menos darme a descubrir. Pero entonces me di cuenta, de que no todos estaban completamente dormidos, porque allí estaba alguien de pie, murmurando cosas para él y alguien más.
—No quiero continuar con esto… pero si no lo hago, él me matara. — Reconocí la voz, se trataba de Draco, pero note como su voz sonaba cada vez más perdida, como si realmente lo que ocurriera lo estuviera transformando, no quería. — No quiero perderla una vez más…
—Si no la quieres perder, entonces haz lo que él te pidió.
Estuve oculta, sin darme cuenta aún con el hechizo, y de manera apresurada pero sin levantar mi tono de voz, dije: “Nox” y me asegure completamente de que estuvieran lo más lejos posible, por ello, fue que pude ir corriendo con el más sigilo posible, me alegro de que tantas veces haya corrido, haya podido mejorar en esas cosas tan simples, pero cada uno de igual manera tiene sus imperfecciones.
—Me temo que no estamos completamente solos en esta noche. — Estaba en el suelo, había tropezado con mí mismo pie, mi traicionero pie, esto jamás me había ocurrido, hasta ahora, por ello, había causado ruido, estaba allí poniéndome de pie, y quitándome el cabello del rostro, mientras me sacudía el pantalón. — Señorita Agatha, ¿Qué hace despierta a estas altas horas de la noche?
—Debería preguntar lo mismo, o es que acaso, ¿sus alumnos tienen la autorización dada por usted? ¿Son los preferidos?
—¿Se siente orgullosa de hacerle este tipo de preguntas a un maestro? Tan altanera como sus padres. — Me quede perpleja allí, ¿Cómo podía saber de mis padres? ¿Cómo podía siquiera decir algo como eso? Si no los conoce… — ¿Se siente superior por ser llamada Stoker, cuando aun así ese no es su apellido?
—¿D-De que está hablando usted? — Trate de buscar respuestas, de lograr comprender algo, inclusive guie mi mirada hacia Draco, quería respuestas en ese mismo momento, y lo obtuve.
—No debería de sentirse así de orgullosa, puesto a que sus padres fueron unos completos idiotas, claro ambos de Gryffindor, amigos de James Potter, por ello, tan inmaduros, se creían los mejores en las bromas, lástima que hayan muerto, ¿querías la verdad? Allí la tienes, eres Agatha Alvord.
—Eso es mentira… ¡ES MENTIRA! — Y aunque fuera la mitad de la noche, levante mi tono de voz, estaba quizá enfadada, confundida, sin saber qué hacer, no quería creerle nada, porque si eso fuese así, yo lo sabría.
—Agatha… — Está vez quien hablo, fue Draco, pero yo no sabía ni que hacer, por ello, salí corriendo a más no poder, no quería oír nada, solo quería ir a lo que estaba esperando, ya no podía quedarme aquí, no lo deseaba en estos momentos.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
Londres
No tengo que huir de las cosas, y lo sé, pero… solo supe hacer eso, salir a las afueras, con la lluvia sobre mí, no es probable que ocurran cosas buenas luego de esto, sobre todo cuando tomas una escoba, te la robas y te vas volando, mientras alguien te está siguiendo. No me gusta hablar mucho sobre mi persona, pero creo que es un buen momento para decir que, volar en escoba, es algo que no se había dado nunca en mi vida, claro, hasta ahora, así que, probablemente termine en un grave peligro, y es aquí donde realmente hubiera deseado, no haberme levantado, quizá haberme quedado en cama, aun despierta allí, pensando en miles de cosas, así no estaría confundida, no estaría escapando de nadie, estaría a salvo de mi misma.
—¡Agatha, hagas lo que hagas, yo te seguiré!
Y ante un segundo, se escuchó un sonido profundamente fuerte, y allí estaba resbalando de la escoba, cayendo a unos veinte metros de altura, era obvio, así era como todo finalizaría, como nunca me enteraría de la verdad, como nunca vería a mis amigos de nuevo, como iba a finalizarse todo esto, por simplemente haber querido huir. Quisiera decir que fui valiente, que caí en completo silencio, que quizá hasta me desmaye, pero fui ruidosa, estaba gritando, parecía ser una chica real esta vez, mis manos buscaban de algo de lo que pudieran sujetarse, pero mi varita estaba guardada en una de mis botas, no podía sacarla, no podía salvarme yo misma, pero él me salvo.
—Tú… tú me salvaste la vida…
—Por poco… pero aún me temo que no estamos a salvo…
Y ante unos segundos íbamos cayendo empinadamente hacia el suelo, el hecho de hacer el esfuerzo de tan solo atraparme, fue algo que me salvaría la vida, pero claro, de alguna manera igual caeríamos al suelo, pero el daño seria leve, o al menos solo quedaríamos un tanto dañados, pero no era algo como para decir que morirás, aun así, continuaba aterrada, por ello, estaba aferrada a aquel chico, con el cual siempre mantengo fuertes discusiones, pero… de alguna manera siempre termino en un lio con él, ese es nuestro destino quizá, estar juntos. Y entonces caímos al suelo cubierto de barro, diré que rodé demasiado por el suelo, y la caída fue dolorosa de por sí, porque realmente caer sobre uno de tus brazos, no es nada bonito.
Me demore como alrededor de unos cinco minutos lograr reaccionar, puesto a que había caído boca abajo, y aunque la lluvia golpeara mi cuerpo no me había reanimado, pero luego al sentir el viento correr, logre despertar, logre ponerme de pie, a pesar de que tuviera algunos rasguños por el cuerpo, no era nada grave. Entonces entre en completa razón, no estaba allí sola, estaba con Draco, por ello busque y busque, aunque la verdad no lo encontraba, y estaba asustada.
—¡DRACO! ¡¿DONDE ESTAS?! — Camine más o menos en círculos, deseaba lograr encontrarlo, pero quizá esta era mi maldición, no encontrarlo, haberlo perdido para siempre.
Y en el momento en que estaba por marcharme, sentí un ruido, alguien tocia a lo lejos, entonces voltee, forzando mi vista logre divisarlo, y entonces corrí hasta él, a pesar de que sintiera un débil dolor en mi pie, corrí hasta él como pude, y caí de rodillas a un lado suyo, él estaba bien, yo estaba bien… parecía ser que nada malo ocurriría, al menos hasta ahora.
—¿Me estabas buscando? — Comento ya de pie junto a mí, tenía una herida en la nariz. — ¿Te preocupaste por mí?
—¡¿EEH? — Dicho eso de tal manera, era cierto, me había preocupado por quien había considerado quizá, un enemigo, uno no se preocupa por alguien a quien no le agrada… ni menos te ruborizas en este momento, y apartas la mirada lo más lejos posible, para ocultar ese rubor, aunque siendo de noche, y con lluvia, no se nota en lo absoluto. — Por supuesto que no, pero no creo que sea lo mejor dejarte a la mitad de la nada, cuando ya te viste envuelto en esto, pero tampoco te puedo permitir que vengas conmigo.
—¿Por qué no puedes permitirme ir contigo?
No quería que él caminara a un lado de mí, pero de alguna manera logro alcanzar mi paso rápido, a pesar de estar lo bastante oscuro como para distinguir las demás cosas.
—Porque esto es importante para mí, y es peligroso, ya no es algo pequeño, ya saben en donde estoy, y si no hago esto primero… no quiero morir sin saber toda la verdad, quiero entender porque no recuerdo nada desde los siete años para atrás, quiero completar el rompecabezas que hay en mi mente, no quiero morir sin saber sobre mí y mis padres… no quiero ver a morir más personas por mi culpa, por ello, no iras, tú te quedaras en un lugar seguro.
—No habrán más muertes, lo prometo.
—¿Lo prometes? Unas simples palabras no harán que eso se cumpla, las personas mueren todo el tiempo, pero esta vez, será por que decidirán poner sus vidas para protegerme, y yo no quiero eso…
—Entonces… me quedare a tu lado, yo te cuidare, y no permitiré ver que otros se sacrifiquen por ti, porque no tendrán que hacerlo, te cuidare. — Y aunque sus palabras fueran sinceras, quería sonreír, pero no podía, porque el significado de “Te cuidare” siempre termina con esa persona muerta, y no quiero que él muera, lo quiero vivo, quizá sea yo la que deba sacrificarse, pero primero debo encargarme de que todo está bien, no quiero ser tan egoísta como para solamente morir, y dejar a todos los demás viviendo con esto.
—Bien, como quieras… dame tu mano.
—¿Para qué?
—Ya lo veras.
Y en un segundo nos encontrábamos en Londres, aunque yo estaba perfectamente de pie allí, mientras que Draco estaba tambaleándose de un lado a otro, aunque me alegro bastante no verlo vomitar allí mismo.
—Debí… esperármelo…
—Descuida, hay otras personas que vomitan en su primera vez, por ejemplo, yo en mi primera aparición, vomite y me sentí fatal por unos momentos, no todos lo llegamos a soportar tanto, hay unos más resistentes.
—Pensaba que tu primera aparición habría sido brillante.
—Piensa esto, soy humana, o al menos la mitad.
—¿La mitad?
Y comencé a caminar lentamente bajo la lluvia, ignorando por completo su comentario, no planeo responder nada en estos momentos cuando estoy en busca de las respuestas, aunque probablemente no este del todo bien esto, pero primero lo primero, necesito unos cuantos libros antes de partir completamente, necesito leer algo.
—Por cierto… ¿A dónde vamos?
—A mi hogar.
—¿Solo para ello saliste de Hogwarts? ¿Para ir a tu hogar? — Comento como si le hiciera gracia, como si por primera vez me hubiera ganado en algo, cuando aún no me dejaba hablar a mí.
—Quizá pienses que puedo ir en cualquier momento, pero las cosas están por cambiar, a mí me buscan de manera desesperada, así que antes de que la guerra caiga sobre nosotros, necesito volver a ese lugar, porque aunque muchos piensen que se demasiadas cosas, no es tan cierto, después de todo soy solo una persona, y mis conocimientos los eh adquirido con esfuerzo, pero aun necesito más, antes de que me pierda.
—¿Guerra?
—Exactamente, por ello, estoy en busca de las respuestas, se me está agotando el tiempo, y el collar debe ser destruido, o si no, llevarme la maldición con él.
Y silencio completamente, mientras caminábamos por las calles de Londres, completamente empapados de pies a cabeza, pero en ese entonces, mi mano fue entrelazada con la de él, y no la solté, esta podía ser la única oportunidad de al menos hacer esto, pronto las cosas cambiaran para todos, se avecina la guerra, y me veré en vuelta en ella, voy a desaparecer por mucho tiempo, no sabrán de mi por meses, o incluso un año, eso es lo que puede llegar a durar la guerra, por ello, aprovechare este tiempo con él, no le diré absolutamente nada, solo me voy a disculpar, y luego, quizá nos volveremos a ver, si es que el destino quiere eso.
—¡Agatha, hagas lo que hagas, yo te seguiré!
Y ante un segundo, se escuchó un sonido profundamente fuerte, y allí estaba resbalando de la escoba, cayendo a unos veinte metros de altura, era obvio, así era como todo finalizaría, como nunca me enteraría de la verdad, como nunca vería a mis amigos de nuevo, como iba a finalizarse todo esto, por simplemente haber querido huir. Quisiera decir que fui valiente, que caí en completo silencio, que quizá hasta me desmaye, pero fui ruidosa, estaba gritando, parecía ser una chica real esta vez, mis manos buscaban de algo de lo que pudieran sujetarse, pero mi varita estaba guardada en una de mis botas, no podía sacarla, no podía salvarme yo misma, pero él me salvo.
—Tú… tú me salvaste la vida…
—Por poco… pero aún me temo que no estamos a salvo…
Y ante unos segundos íbamos cayendo empinadamente hacia el suelo, el hecho de hacer el esfuerzo de tan solo atraparme, fue algo que me salvaría la vida, pero claro, de alguna manera igual caeríamos al suelo, pero el daño seria leve, o al menos solo quedaríamos un tanto dañados, pero no era algo como para decir que morirás, aun así, continuaba aterrada, por ello, estaba aferrada a aquel chico, con el cual siempre mantengo fuertes discusiones, pero… de alguna manera siempre termino en un lio con él, ese es nuestro destino quizá, estar juntos. Y entonces caímos al suelo cubierto de barro, diré que rodé demasiado por el suelo, y la caída fue dolorosa de por sí, porque realmente caer sobre uno de tus brazos, no es nada bonito.
Me demore como alrededor de unos cinco minutos lograr reaccionar, puesto a que había caído boca abajo, y aunque la lluvia golpeara mi cuerpo no me había reanimado, pero luego al sentir el viento correr, logre despertar, logre ponerme de pie, a pesar de que tuviera algunos rasguños por el cuerpo, no era nada grave. Entonces entre en completa razón, no estaba allí sola, estaba con Draco, por ello busque y busque, aunque la verdad no lo encontraba, y estaba asustada.
—¡DRACO! ¡¿DONDE ESTAS?! — Camine más o menos en círculos, deseaba lograr encontrarlo, pero quizá esta era mi maldición, no encontrarlo, haberlo perdido para siempre.
Y en el momento en que estaba por marcharme, sentí un ruido, alguien tocia a lo lejos, entonces voltee, forzando mi vista logre divisarlo, y entonces corrí hasta él, a pesar de que sintiera un débil dolor en mi pie, corrí hasta él como pude, y caí de rodillas a un lado suyo, él estaba bien, yo estaba bien… parecía ser que nada malo ocurriría, al menos hasta ahora.
—¿Me estabas buscando? — Comento ya de pie junto a mí, tenía una herida en la nariz. — ¿Te preocupaste por mí?
—¡¿EEH? — Dicho eso de tal manera, era cierto, me había preocupado por quien había considerado quizá, un enemigo, uno no se preocupa por alguien a quien no le agrada… ni menos te ruborizas en este momento, y apartas la mirada lo más lejos posible, para ocultar ese rubor, aunque siendo de noche, y con lluvia, no se nota en lo absoluto. — Por supuesto que no, pero no creo que sea lo mejor dejarte a la mitad de la nada, cuando ya te viste envuelto en esto, pero tampoco te puedo permitir que vengas conmigo.
—¿Por qué no puedes permitirme ir contigo?
No quería que él caminara a un lado de mí, pero de alguna manera logro alcanzar mi paso rápido, a pesar de estar lo bastante oscuro como para distinguir las demás cosas.
—Porque esto es importante para mí, y es peligroso, ya no es algo pequeño, ya saben en donde estoy, y si no hago esto primero… no quiero morir sin saber toda la verdad, quiero entender porque no recuerdo nada desde los siete años para atrás, quiero completar el rompecabezas que hay en mi mente, no quiero morir sin saber sobre mí y mis padres… no quiero ver a morir más personas por mi culpa, por ello, no iras, tú te quedaras en un lugar seguro.
—No habrán más muertes, lo prometo.
—¿Lo prometes? Unas simples palabras no harán que eso se cumpla, las personas mueren todo el tiempo, pero esta vez, será por que decidirán poner sus vidas para protegerme, y yo no quiero eso…
—Entonces… me quedare a tu lado, yo te cuidare, y no permitiré ver que otros se sacrifiquen por ti, porque no tendrán que hacerlo, te cuidare. — Y aunque sus palabras fueran sinceras, quería sonreír, pero no podía, porque el significado de “Te cuidare” siempre termina con esa persona muerta, y no quiero que él muera, lo quiero vivo, quizá sea yo la que deba sacrificarse, pero primero debo encargarme de que todo está bien, no quiero ser tan egoísta como para solamente morir, y dejar a todos los demás viviendo con esto.
—Bien, como quieras… dame tu mano.
—¿Para qué?
—Ya lo veras.
{***}
Y en un segundo nos encontrábamos en Londres, aunque yo estaba perfectamente de pie allí, mientras que Draco estaba tambaleándose de un lado a otro, aunque me alegro bastante no verlo vomitar allí mismo.
—Debí… esperármelo…
—Descuida, hay otras personas que vomitan en su primera vez, por ejemplo, yo en mi primera aparición, vomite y me sentí fatal por unos momentos, no todos lo llegamos a soportar tanto, hay unos más resistentes.
—Pensaba que tu primera aparición habría sido brillante.
—Piensa esto, soy humana, o al menos la mitad.
—¿La mitad?
Y comencé a caminar lentamente bajo la lluvia, ignorando por completo su comentario, no planeo responder nada en estos momentos cuando estoy en busca de las respuestas, aunque probablemente no este del todo bien esto, pero primero lo primero, necesito unos cuantos libros antes de partir completamente, necesito leer algo.
—Por cierto… ¿A dónde vamos?
—A mi hogar.
—¿Solo para ello saliste de Hogwarts? ¿Para ir a tu hogar? — Comento como si le hiciera gracia, como si por primera vez me hubiera ganado en algo, cuando aún no me dejaba hablar a mí.
—Quizá pienses que puedo ir en cualquier momento, pero las cosas están por cambiar, a mí me buscan de manera desesperada, así que antes de que la guerra caiga sobre nosotros, necesito volver a ese lugar, porque aunque muchos piensen que se demasiadas cosas, no es tan cierto, después de todo soy solo una persona, y mis conocimientos los eh adquirido con esfuerzo, pero aun necesito más, antes de que me pierda.
—¿Guerra?
—Exactamente, por ello, estoy en busca de las respuestas, se me está agotando el tiempo, y el collar debe ser destruido, o si no, llevarme la maldición con él.
Y silencio completamente, mientras caminábamos por las calles de Londres, completamente empapados de pies a cabeza, pero en ese entonces, mi mano fue entrelazada con la de él, y no la solté, esta podía ser la única oportunidad de al menos hacer esto, pronto las cosas cambiaran para todos, se avecina la guerra, y me veré en vuelta en ella, voy a desaparecer por mucho tiempo, no sabrán de mi por meses, o incluso un año, eso es lo que puede llegar a durar la guerra, por ello, aprovechare este tiempo con él, no le diré absolutamente nada, solo me voy a disculpar, y luego, quizá nos volveremos a ver, si es que el destino quiere eso.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
El mejor día… también resulta ser el peor
El mundo desde una perspectiva de una niña pequeña es bastante grandioso, como todo lo que te rodea es mucho más grande que tú, aunque todo a tu alrededor se vea mucho más grande, todo es normal, aunque para uno es genial, pero a pesar de todo puedo llegar a sentirme completamente protegida, y eso es por la persona que cada día me muestra una hermosa sonrisa, mi madre.
—Cariño, ¿Me acompañarías a casa de una amiga? Me gustaría mucho que la conocieras. — Sus ojos marrones me observaban atenta a cada acción que yo iría a hacer, aunque a pesar de mirarme desde el umbral de la puerta de mi habitación, a tal distancia llegaba a sentir la calidez que sus ojos me brindaban a mí, aquello me hacía sentir que todo estaba bien, que no había ningún problema.
Aun así, cada vez que yo me miraba en el espejo utilizando un banquillo, miraba con atención mis ojos de un color gris, no me gustaba tener de tal color los ojos, me sentía como un bicho raro, ya que no tenía los ojos de mi madre, si no los de mi padre, que hace mucho tiempo, falleció debido a un tipo de venganza o eso fue lo que dijo mi madre, pero aun así… a pesar de eso, no le odio ni nada, pero no me agrada el color de mis ojos, pero sé que a mi madre le fascinan.
—¿Y qué me dices? ¿Vienes conmigo? — Y simplemente asentí con la cabeza, mientras me ponía de pie ágilmente, y guardaba aquel enorme libre en la estantería que tanto adoraba, que tanto fue hecha para mí únicamente, porque aquí era la única que sentía un enorme amor hacia los libros.
Salimos de nuestro hogar, que queda en medio de Londres, oculto allí al ser solo un hogar de no gran tamaño, pero es pintoresco, y es en donde vivimos, nuestra casa a comparación de las demás, es pequeña, parece ser una simple caja de zapatos, aunque con su encanto a su manera, todo lo poco que tiene le hace ser mejor, no necesitamos tener tanto lujo para ser felices, este hogar se mantiene por el amor de nuestra familia, que no es mucha, aunque junto a mi madre y hermano, todo está bien, a pesar de que mi hermano se fue hace un par de meses atrás, él dijo que volvería. También quiero admitir, que esta es la primera vez que llego a salir de casa, digo suelo salir pero solo al jardín trasero, pero nunca a la calle, y eso es porque yo no soy como los demás, yo… yo no puedo hablar.
Y allí me encontraba ahora, sentada en un sillón de cuero, a un lado de mi madre, aunque yo realmente no lograba sentirme el cien por ciento de cómoda, quizá sea porque no me agrada lo frio que es el sillón, ya que el de nuestro hogar, es de lo más cálido, y quedas encantada desde el primer momento, aquí no, además me estoy hundiendo en él como si no hubiera un final. En esos instantes, mi mirada iba de derecha a izquierda, me encontraba con la pregunta “¿y ahora que debo de hacer?” aunque internamente otra voz decía: “actúa normal, actúa normal, actúa normal” ¿aunque mirar hacia todas las direcciones posibles se considera normal? Han de notar que estoy pensando que hacer, y que me desespero al no tener la respuesta a ello.
—Ha Draco cariño llegas justo a tiempo — Su mirada se enfocó en mi madre y luego rápidamente en mí, esta es la primera vez que llego a ver a alguien de mi misma edad, o al menos es lo que llego pienso, porque parece de mi edad. —, te presento a Agatha Alvord, es la hija pequeña de Reika, a quien ya has visto con anterioridad. — Su mirada fija en mí, no lograba ponerme de los nervios, si no que me tranquilizaba, aunque de alguna manera no podía descifrar lo que aquellos ojos grises tan parecidos a los míos, pensaban, aun así, se quedó quieto, pensando en las palabras que diría en esos momentos, aunque su madre Narcisa volvió a hablar. — También… cariño, no llegues a esperar alguna respuesta de su parte, ya que Agatha nació sin el poder de hablar, aunque ella podrá comunicarse contigo a su propia manera, su manera que seguro te encantara.
Pero diré que por primera vez luego de tantos años… quería decir algo, quería unirme a la conversación, quería realmente decir algo, por ello solo pude mirar al suelo, deprimida por la idea y saber que jamás soltaría una palabra, ¿Cómo sería mi voz? ¿Sería dulce o encantadora? Nunca lo iba a saber. Pero, supongo que él noto y supo lo que pensaba, leyó mis ojos, por esa razón dijo mi nombre, e hizo una señal para que le siguiera, él logro hacerme pensar en otra cosa, el logro quitarme ese peso de encima.
Por ello estaba en estos momentos caminando por el gran pasillo a su lado, y entonces se sentía un tanto extraño el ambiente, o quizá solo era yo la que me sentía rara, pues era la primera vez que no estaba tan cerca de mi madre, o que estaba aquí caminando con alguien que no conozco, pero con el cual siento que puedo confiar plenamente, aunque camine delante de mí, me siento tan bien, como si todo fuera a ir muy bien.
—Puedo llegar a entender lo que piensas… — Comenzó a decirme sin mirarme a la cara. — eso lo puedo llegar a saber porque… tu y yo tenemos los mismos ojos, por eso fácilmente te llego a comprender, no hay necesidad de que hables, te comprenderé siempre y cuando te mire.
Y eso llego a hacerme feliz, y lo recordaba, de los tantos libros que había leído ya, uno de ellos lo decía, “Pero, solamente pocas personas llegan a encontrar a alguien que logre comprenderlas con tan solo mirarles a los ojos, y con eso, sabes que has llegado al lugar correcto, que no debes separarte nunca de aquel, que han sido diseñados para permanecer juntos, así lo decidió la vida, porque no importa lo que ocurra, al haberse encontrado ya una vez, se volverán a encontrar unas mil más, sus corazones siempre latirán al mismo tiempo, siempre amaran a la misma cantidad, ellos solo podrán mirarse a sí mismos, aunque estén lejos sus corazones estarán siendo solo uno”. Mis ojos se abrieron mucho más cuando, él tomo mi mano con fuerza, e hizo que comenzara a correr junto a él, en no mucho tiempo, habíamos llegado a un hermoso lugar, todo aquí parecía ser mentira, pero me quería quedar allí.
—Mira, quiero enseñarte algo, es una flor muy peculiar que salió de la nada, aunque supongo que tú podrías a llegar a saber que flor es…
Pero al llegar ante tal flor, me mantuve de pie observándola, era una simple flor de un hermoso color rojo, pero no sabía su nombre, la había visto en algún lugar con anterioridad pero no podía descifrar su nombre, pero me senté a observarla, a cautivarme con su hermoso encanto.
—Así que tampoco conoces su nombre… — Comento, aunque no pareció molesto ni nada, de hecho al sentarse junto a mí, solo pudo sonreírme, aunque eso hacía que pensara que todo estaba bien, el ambiente incluso estaba a nuestro favor, lo que decía aquel libro, era cierto.
Pero entonces, el momento de decir adiós llego, aunque toda la tarde junto a Draco fue muy agradable, ambos prometimos volver a vernos, que aunque no habláramos mucho, nos entendíamos, y supongo que nuestras madres, sabían que con el poco tiempo de conocernos, podríamos llegar lejos, muy lejos, juntos. Pero, una vez habernos retirado de allí, sentí como si me hubieran quitado algo muy importante para mí, como si perdiera la fuerza de todo, pero se debía que al haberme encontrado con alguien importante, no debían separarnos, pero, nos volveríamos a ver ¿o no? Supongo que eso pensé, pero entonces cuando ya llegando a nuestro pequeño hogar, mi madre quedo paralizada.
—Esa mochila… ¡ROBERT! — Grito a tal punto, que logro asustarme a mí misma, sabía que nada andaba bien, que no saldría nada bueno de esto, que cuando ella soltó mi mano, el mundo ya no estaría más a mi favor, porque frente a mis ojos, aquel pequeño hogar que era mi casa, ardía en grandes llamas, y al parecer, dentro se encontraba mi hermano mayor… el cual había llegado hoy, quizá deseaba darnos una sorpresa a ambas, pero… no todo resulta bien. Entonces, mi madre dio pasos alejándose de mí.
—Mami… — Le llame, no quería que me dejara sola, estaba realmente muy asustada, aunque ella volteo a mirarme aun con su rostro totalmente asustado.
—Mami volverá, te lo prometo Agatha…
Pero aunque sus últimas palabras hacia mi fueran aquellas, una promesa, ella no logro cumplirla, permanecí allí, cuando ella entro, intente ir tras ella, seguirla, para que no me dejara sola, pero una vez que ella entro…
Y fui impulsada lo más lejos posible, mientras las lágrimas caían, mientras que lo único que sostenía en mis manos era su collar que colgaba de su bolso, pero estaba allí en medio de la calle, completamente sola, mientras mis lágrimas caían a más no parar, había quedado completamente a mi suerte, quería gritar a más no parar, pero claro, ni eso podía llegar a hacer, mi madre jamás deseo dejarme sola, porque sabía que los demás no lograrían comprenderme, que fuera como trataran de verme, no llegarían a entenderme, siempre estuvo preocupada por eso… y ahora eh quedado sola, como si el mundo me dijera: “Debes aprender a vivir por tu cuenta”.
Y entonces, había terminado de recibir cada uno de los recuerdos, pero el ultimo que debía de llegar fue el peor, a pesar de estar allí en la casa en donde todo eso ocurrió, me quede de pie allí, estaba de piedra, pero entonces, cuando Draco llegó hasta a mí, cuando puso sus manos en mis hombros, supe que yo estaba rota, más que nunca.
—¡NOOO! ¡NOOO! ¡SUELTAME! ¡AAAAHH! — Diré que mis gritos fueron devastadores, incluso demasiado dolorosos, como si estuviera sufriendo un daño realmente grande, estaba ida, no podía llegar a hacer nada en estos momentos para volver a ser la misma, completamente destrozada. Y las lágrimas llegaron al poco tiempo, aunque yo había retrocedido, había logrado tropezar con mi pie, había quedado en el suelo mientras lloraba, mientras sollozaba, mientras Draco estaba a un lado de mi abrazándome sin importar nada, aunque a él no le agrada verme de tal manera, sabe que el dolor debe sentirse.
—Cariño, ¿Me acompañarías a casa de una amiga? Me gustaría mucho que la conocieras. — Sus ojos marrones me observaban atenta a cada acción que yo iría a hacer, aunque a pesar de mirarme desde el umbral de la puerta de mi habitación, a tal distancia llegaba a sentir la calidez que sus ojos me brindaban a mí, aquello me hacía sentir que todo estaba bien, que no había ningún problema.
Aun así, cada vez que yo me miraba en el espejo utilizando un banquillo, miraba con atención mis ojos de un color gris, no me gustaba tener de tal color los ojos, me sentía como un bicho raro, ya que no tenía los ojos de mi madre, si no los de mi padre, que hace mucho tiempo, falleció debido a un tipo de venganza o eso fue lo que dijo mi madre, pero aun así… a pesar de eso, no le odio ni nada, pero no me agrada el color de mis ojos, pero sé que a mi madre le fascinan.
—¿Y qué me dices? ¿Vienes conmigo? — Y simplemente asentí con la cabeza, mientras me ponía de pie ágilmente, y guardaba aquel enorme libre en la estantería que tanto adoraba, que tanto fue hecha para mí únicamente, porque aquí era la única que sentía un enorme amor hacia los libros.
Salimos de nuestro hogar, que queda en medio de Londres, oculto allí al ser solo un hogar de no gran tamaño, pero es pintoresco, y es en donde vivimos, nuestra casa a comparación de las demás, es pequeña, parece ser una simple caja de zapatos, aunque con su encanto a su manera, todo lo poco que tiene le hace ser mejor, no necesitamos tener tanto lujo para ser felices, este hogar se mantiene por el amor de nuestra familia, que no es mucha, aunque junto a mi madre y hermano, todo está bien, a pesar de que mi hermano se fue hace un par de meses atrás, él dijo que volvería. También quiero admitir, que esta es la primera vez que llego a salir de casa, digo suelo salir pero solo al jardín trasero, pero nunca a la calle, y eso es porque yo no soy como los demás, yo… yo no puedo hablar.
{***}
Y allí me encontraba ahora, sentada en un sillón de cuero, a un lado de mi madre, aunque yo realmente no lograba sentirme el cien por ciento de cómoda, quizá sea porque no me agrada lo frio que es el sillón, ya que el de nuestro hogar, es de lo más cálido, y quedas encantada desde el primer momento, aquí no, además me estoy hundiendo en él como si no hubiera un final. En esos instantes, mi mirada iba de derecha a izquierda, me encontraba con la pregunta “¿y ahora que debo de hacer?” aunque internamente otra voz decía: “actúa normal, actúa normal, actúa normal” ¿aunque mirar hacia todas las direcciones posibles se considera normal? Han de notar que estoy pensando que hacer, y que me desespero al no tener la respuesta a ello.
—Ha Draco cariño llegas justo a tiempo — Su mirada se enfocó en mi madre y luego rápidamente en mí, esta es la primera vez que llego a ver a alguien de mi misma edad, o al menos es lo que llego pienso, porque parece de mi edad. —, te presento a Agatha Alvord, es la hija pequeña de Reika, a quien ya has visto con anterioridad. — Su mirada fija en mí, no lograba ponerme de los nervios, si no que me tranquilizaba, aunque de alguna manera no podía descifrar lo que aquellos ojos grises tan parecidos a los míos, pensaban, aun así, se quedó quieto, pensando en las palabras que diría en esos momentos, aunque su madre Narcisa volvió a hablar. — También… cariño, no llegues a esperar alguna respuesta de su parte, ya que Agatha nació sin el poder de hablar, aunque ella podrá comunicarse contigo a su propia manera, su manera que seguro te encantara.
Pero diré que por primera vez luego de tantos años… quería decir algo, quería unirme a la conversación, quería realmente decir algo, por ello solo pude mirar al suelo, deprimida por la idea y saber que jamás soltaría una palabra, ¿Cómo sería mi voz? ¿Sería dulce o encantadora? Nunca lo iba a saber. Pero, supongo que él noto y supo lo que pensaba, leyó mis ojos, por esa razón dijo mi nombre, e hizo una señal para que le siguiera, él logro hacerme pensar en otra cosa, el logro quitarme ese peso de encima.
Por ello estaba en estos momentos caminando por el gran pasillo a su lado, y entonces se sentía un tanto extraño el ambiente, o quizá solo era yo la que me sentía rara, pues era la primera vez que no estaba tan cerca de mi madre, o que estaba aquí caminando con alguien que no conozco, pero con el cual siento que puedo confiar plenamente, aunque camine delante de mí, me siento tan bien, como si todo fuera a ir muy bien.
—Puedo llegar a entender lo que piensas… — Comenzó a decirme sin mirarme a la cara. — eso lo puedo llegar a saber porque… tu y yo tenemos los mismos ojos, por eso fácilmente te llego a comprender, no hay necesidad de que hables, te comprenderé siempre y cuando te mire.
Y eso llego a hacerme feliz, y lo recordaba, de los tantos libros que había leído ya, uno de ellos lo decía, “Pero, solamente pocas personas llegan a encontrar a alguien que logre comprenderlas con tan solo mirarles a los ojos, y con eso, sabes que has llegado al lugar correcto, que no debes separarte nunca de aquel, que han sido diseñados para permanecer juntos, así lo decidió la vida, porque no importa lo que ocurra, al haberse encontrado ya una vez, se volverán a encontrar unas mil más, sus corazones siempre latirán al mismo tiempo, siempre amaran a la misma cantidad, ellos solo podrán mirarse a sí mismos, aunque estén lejos sus corazones estarán siendo solo uno”. Mis ojos se abrieron mucho más cuando, él tomo mi mano con fuerza, e hizo que comenzara a correr junto a él, en no mucho tiempo, habíamos llegado a un hermoso lugar, todo aquí parecía ser mentira, pero me quería quedar allí.
—Mira, quiero enseñarte algo, es una flor muy peculiar que salió de la nada, aunque supongo que tú podrías a llegar a saber que flor es…
Pero al llegar ante tal flor, me mantuve de pie observándola, era una simple flor de un hermoso color rojo, pero no sabía su nombre, la había visto en algún lugar con anterioridad pero no podía descifrar su nombre, pero me senté a observarla, a cautivarme con su hermoso encanto.
“Ese día vi una flor y nunca supe cómo se llamaba”.
—Así que tampoco conoces su nombre… — Comento, aunque no pareció molesto ni nada, de hecho al sentarse junto a mí, solo pudo sonreírme, aunque eso hacía que pensara que todo estaba bien, el ambiente incluso estaba a nuestro favor, lo que decía aquel libro, era cierto.
Pero entonces, el momento de decir adiós llego, aunque toda la tarde junto a Draco fue muy agradable, ambos prometimos volver a vernos, que aunque no habláramos mucho, nos entendíamos, y supongo que nuestras madres, sabían que con el poco tiempo de conocernos, podríamos llegar lejos, muy lejos, juntos. Pero, una vez habernos retirado de allí, sentí como si me hubieran quitado algo muy importante para mí, como si perdiera la fuerza de todo, pero se debía que al haberme encontrado con alguien importante, no debían separarnos, pero, nos volveríamos a ver ¿o no? Supongo que eso pensé, pero entonces cuando ya llegando a nuestro pequeño hogar, mi madre quedo paralizada.
—Esa mochila… ¡ROBERT! — Grito a tal punto, que logro asustarme a mí misma, sabía que nada andaba bien, que no saldría nada bueno de esto, que cuando ella soltó mi mano, el mundo ya no estaría más a mi favor, porque frente a mis ojos, aquel pequeño hogar que era mi casa, ardía en grandes llamas, y al parecer, dentro se encontraba mi hermano mayor… el cual había llegado hoy, quizá deseaba darnos una sorpresa a ambas, pero… no todo resulta bien. Entonces, mi madre dio pasos alejándose de mí.
—Mami… — Le llame, no quería que me dejara sola, estaba realmente muy asustada, aunque ella volteo a mirarme aun con su rostro totalmente asustado.
—Mami volverá, te lo prometo Agatha…
Pero aunque sus últimas palabras hacia mi fueran aquellas, una promesa, ella no logro cumplirla, permanecí allí, cuando ella entro, intente ir tras ella, seguirla, para que no me dejara sola, pero una vez que ella entro…
¡BOOOM!
Y fui impulsada lo más lejos posible, mientras las lágrimas caían, mientras que lo único que sostenía en mis manos era su collar que colgaba de su bolso, pero estaba allí en medio de la calle, completamente sola, mientras mis lágrimas caían a más no parar, había quedado completamente a mi suerte, quería gritar a más no parar, pero claro, ni eso podía llegar a hacer, mi madre jamás deseo dejarme sola, porque sabía que los demás no lograrían comprenderme, que fuera como trataran de verme, no llegarían a entenderme, siempre estuvo preocupada por eso… y ahora eh quedado sola, como si el mundo me dijera: “Debes aprender a vivir por tu cuenta”.
Y entonces, había terminado de recibir cada uno de los recuerdos, pero el ultimo que debía de llegar fue el peor, a pesar de estar allí en la casa en donde todo eso ocurrió, me quede de pie allí, estaba de piedra, pero entonces, cuando Draco llegó hasta a mí, cuando puso sus manos en mis hombros, supe que yo estaba rota, más que nunca.
—¡NOOO! ¡NOOO! ¡SUELTAME! ¡AAAAHH! — Diré que mis gritos fueron devastadores, incluso demasiado dolorosos, como si estuviera sufriendo un daño realmente grande, estaba ida, no podía llegar a hacer nada en estos momentos para volver a ser la misma, completamente destrozada. Y las lágrimas llegaron al poco tiempo, aunque yo había retrocedido, había logrado tropezar con mi pie, había quedado en el suelo mientras lloraba, mientras sollozaba, mientras Draco estaba a un lado de mi abrazándome sin importar nada, aunque a él no le agrada verme de tal manera, sabe que el dolor debe sentirse.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
Él también sufre como yo…
Mi estado no fue fácil de llevar luego de haber recuperado cada uno de mis recuerdos, fue un tanto difícil pensar en las cosas con claridad, permanecí en completo silencio como por dos días, pensar en esas cosas no me era de gran ayuda, me hacía sentir débil, culpable por todo lo ocurrido. Supongo que en estos últimos días eh sido una carga para Draco, quien se ha esmerado en tratar de mantenerse normal, pero notaba la preocupación en su rostro, y quisiera hacer algo… pero no puedo llegar a tener la respuesta de cómo hacer eso. Estábamos allí encerrados en mi hogar que había dejado de serlo de golpe, pero a pesar de ello aun lograba sentirse una calidez, aunque permaneciera sentada en un viejo sillón que no sé cómo fue a parar aquí, esas son so cosas que yo no comprendo, es algo que me cal come por dentro, empiezo a sospechar que la muerte de mi madre y hermano, no fue solo un accidente… porque si fuera de esa manera, este sillón de unos pocos años, no estaría sin alguna quemadura.
Entonces Draco llego hasta a mí, note como sus ojos me observaban atentamente y se dio la vuelta, pero quedándose en su lugar. — Podrías volver a ser tu misma, es lo que yo más deseo en estos momentos, y probablemente lo sepas. — Comenzó diciendo, quería responderle aunque probablemente no podría decir alguna palabra en esos instantes. — Nunca voy a poder saber cómo es que te sientes realmente, pero… si yo te perdiera una vez más a ti, supongo que no lo resistiría, pero a quien engaño, lo resistí por años, así como tu pudiste resistir eso, con o sin recuerdos, puedes salir adelante, porque completamente sola no estas.
—No entiendes… — Dije pero inmediatamente fue interrumpida por él, observe sus manos, que estaban en forma de puño, lo eh hecho enojar.
—¡Sé que no puedo llegar a entenderlo! Pero… ¿te das cuenta de que si sigues de esta manera, yo me iré? Es una carga tener que estar con alguien que no quiere escucharte, alguien que probablemente piensa en todo lo malo y no valora lo que tiene en el momento, ¡ME FASTIDIA! Pero… no quiero irme, porque irme de tu lado sería muy desgarrador, igual que aquella vez, espere volver a verte… pero no ocurrió… — Había herido sus sentimientos, había hecho llorar a Draco y fue doloroso, no tanto como aquellos recuerdos, pero fue doloroso, me rompía por dentro también.
Permanecimos en completo silencio alrededor de un minuto con exactitud, ambos quietos en el mismo lugar, estaba observándolo mientras sentía la culpabilidad. Con el tiempo en que eh vivido diferentes situaciones en la vida, bastantes veces le había hecho daño a las personas emocionalmente por ser demasiado fría, o pensar demasiado en las cosas… incluso en mí, pero nunca me había sentido mal por ello, me daba igual, pero esta vez era diferente, quería remediarlo de alguna manera, quería disculparme, aunque eso no bastaría en lo absoluto. Sus palabras fueron como una pequeña aguja que se posó en mi corazón, dolía mucho “Espere volver a verte… pero no ocurrió…” él había esperado luego de aquel día para volver a verme, pero no ocurrió hasta luego de unos años, pero el destino hizo de las suyas, el me olvido, y yo lo había olvidado a él.
—En un tiempo, olvide todo… si, yo también, incluso de ti, porque mi madre se llevó esos recuerdos porque cuando encuentras a alguien que es perfecto para ti, no puedes estar mucho tiempo sin esa persona, sufriría… así que te olvide, pero entonces cuando ella se enteró de que volviste, me regreso cada uno de esos recuerdos, pero, habías cambiado tanto como yo, y cuando miraba tus ojos, ya no podía entenderte, al menos si tu mantenías tu voz, yo no te entendería jamás. — En ningún momento se volteó a mirarme a la cara, continuaba allí de pie, lo más quieto posible, aun así tambaleándose hacia los lados. — Pero, si tú eres feliz teniendo tu voz… no puedo hacer nada.
—Durante años… en que tuve voz, fui la persona más infeliz de este mundo, no había día en el que las cosas fueran bien para mí, por esa razón es que preferiría volver a ser como era de niña, aunque de alguna manera eso no se puede hacer… pero, si llego a perder mi voz nuevamente, quisiera decirte que lo mejor que me ha sucedido es poder volver a ti a pesar de todo, soy muy feliz de haberte conocido, de haber hablado contigo, aunque de alguna manera, las cosas no se mejoraran. — Desde un par de años, había podido hablar aunque me había convertido en un ser extraño, habían hecho tanto conmigo, me cambiaron tanto que aquella dulce niña se perdió para siempre, pero quien soy ahora, es lo bastante fuerte como para superarlo todo, pero lo bastante ingenua a un cierto punto. — Teníamos un lindo vínculo los dos… y desapareció porque nos separamos, en sí, nunca volverá, pero aquí estamos, juntos, sin vínculo especial, pero te apuesto que aun sin ello, nosotros estábamos unidos.
Y luego de tanto haber esperado él se giró hacia mí, y con un paso rápido fue hasta donde me encontraba, yo me puse en pie descalza dejando la manta a un lado, y abrazándolo tan fuerte como podía haberlo hecho, aunque las lágrimas siguieran cayendo por las mejillas de él, se sentía bien dejar de hablar y solo abrazarnos, porque era lo que deseábamos por tanto tiempo. Y de alguna manera en un momento fui besada por sorpresa, y las lágrimas cayeron, no fueron tristeza alguna, fueron de felicidad, realmente soy feliz ahora.
—Te amo Agatha…
Entonces Draco llego hasta a mí, note como sus ojos me observaban atentamente y se dio la vuelta, pero quedándose en su lugar. — Podrías volver a ser tu misma, es lo que yo más deseo en estos momentos, y probablemente lo sepas. — Comenzó diciendo, quería responderle aunque probablemente no podría decir alguna palabra en esos instantes. — Nunca voy a poder saber cómo es que te sientes realmente, pero… si yo te perdiera una vez más a ti, supongo que no lo resistiría, pero a quien engaño, lo resistí por años, así como tu pudiste resistir eso, con o sin recuerdos, puedes salir adelante, porque completamente sola no estas.
—No entiendes… — Dije pero inmediatamente fue interrumpida por él, observe sus manos, que estaban en forma de puño, lo eh hecho enojar.
—¡Sé que no puedo llegar a entenderlo! Pero… ¿te das cuenta de que si sigues de esta manera, yo me iré? Es una carga tener que estar con alguien que no quiere escucharte, alguien que probablemente piensa en todo lo malo y no valora lo que tiene en el momento, ¡ME FASTIDIA! Pero… no quiero irme, porque irme de tu lado sería muy desgarrador, igual que aquella vez, espere volver a verte… pero no ocurrió… — Había herido sus sentimientos, había hecho llorar a Draco y fue doloroso, no tanto como aquellos recuerdos, pero fue doloroso, me rompía por dentro también.
Permanecimos en completo silencio alrededor de un minuto con exactitud, ambos quietos en el mismo lugar, estaba observándolo mientras sentía la culpabilidad. Con el tiempo en que eh vivido diferentes situaciones en la vida, bastantes veces le había hecho daño a las personas emocionalmente por ser demasiado fría, o pensar demasiado en las cosas… incluso en mí, pero nunca me había sentido mal por ello, me daba igual, pero esta vez era diferente, quería remediarlo de alguna manera, quería disculparme, aunque eso no bastaría en lo absoluto. Sus palabras fueron como una pequeña aguja que se posó en mi corazón, dolía mucho “Espere volver a verte… pero no ocurrió…” él había esperado luego de aquel día para volver a verme, pero no ocurrió hasta luego de unos años, pero el destino hizo de las suyas, el me olvido, y yo lo había olvidado a él.
—En un tiempo, olvide todo… si, yo también, incluso de ti, porque mi madre se llevó esos recuerdos porque cuando encuentras a alguien que es perfecto para ti, no puedes estar mucho tiempo sin esa persona, sufriría… así que te olvide, pero entonces cuando ella se enteró de que volviste, me regreso cada uno de esos recuerdos, pero, habías cambiado tanto como yo, y cuando miraba tus ojos, ya no podía entenderte, al menos si tu mantenías tu voz, yo no te entendería jamás. — En ningún momento se volteó a mirarme a la cara, continuaba allí de pie, lo más quieto posible, aun así tambaleándose hacia los lados. — Pero, si tú eres feliz teniendo tu voz… no puedo hacer nada.
—Durante años… en que tuve voz, fui la persona más infeliz de este mundo, no había día en el que las cosas fueran bien para mí, por esa razón es que preferiría volver a ser como era de niña, aunque de alguna manera eso no se puede hacer… pero, si llego a perder mi voz nuevamente, quisiera decirte que lo mejor que me ha sucedido es poder volver a ti a pesar de todo, soy muy feliz de haberte conocido, de haber hablado contigo, aunque de alguna manera, las cosas no se mejoraran. — Desde un par de años, había podido hablar aunque me había convertido en un ser extraño, habían hecho tanto conmigo, me cambiaron tanto que aquella dulce niña se perdió para siempre, pero quien soy ahora, es lo bastante fuerte como para superarlo todo, pero lo bastante ingenua a un cierto punto. — Teníamos un lindo vínculo los dos… y desapareció porque nos separamos, en sí, nunca volverá, pero aquí estamos, juntos, sin vínculo especial, pero te apuesto que aun sin ello, nosotros estábamos unidos.
Y luego de tanto haber esperado él se giró hacia mí, y con un paso rápido fue hasta donde me encontraba, yo me puse en pie descalza dejando la manta a un lado, y abrazándolo tan fuerte como podía haberlo hecho, aunque las lágrimas siguieran cayendo por las mejillas de él, se sentía bien dejar de hablar y solo abrazarnos, porque era lo que deseábamos por tanto tiempo. Y de alguna manera en un momento fui besada por sorpresa, y las lágrimas cayeron, no fueron tristeza alguna, fueron de felicidad, realmente soy feliz ahora.
—Te amo Agatha…
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
Tormenta
Y allí estaba de pie en un pequeño lago lo más hermoso que se podía llegar a apreciar, estaba agotada, pero había terminado todo, aun así, estaba nuevamente sola, y frente a mi mano sostenía el collar con fuerza, y entonces susurrando dije “Ya no resisto…” y entonces mi mano comenzó a temblar, quería hacer eso, olvidarme de todo, pero en parte no sabía qué hacer, pero si aunque no estuviera del todo segura, quería olvidar cada uno de mis recuerdos, estaba a tan solo unos centímetros de hacerlo, olvidarme de su amor.
—¡¡DRACO!! — Ante aquel silencio de la noche, mi grito fue realmente elevado, tanto como lograr hacer que algunas luces se encendieran a nuestro alrededor, alarmamos a los ancianos que Vivian allí, ellos no harían nada al respecto, pero no los culpo, tampoco desearía que algo malo les ocurriera a ellos, por mi culpa. — ¡NOO! — Luchaba tratando de lograr alcanzar su mano, quería sujetar su mano firmemente, y el intentaba exactamente lo mismo, pero entonces nos separaron cada vez más, hasta que no podíamos ya vernos con claridad.
—¡¡AGATHA!! — Su grito me rompió por dentro, había comenzado a llorar porque sabía que lo perdería nuevamente, y sabía muy dentro de mí que… él está vez no podría encontrarme jamás, por eso, al menos quería abrazarlo una vez más.
¿Dónde se supone que quedo aquella promesa de no volvernos a separar? Se ha roto, como todo a mí alrededor, Draco tu promesa se rompió de manera casi inmediata, nos hemos separado otra vez, y es demasiado cruel para ser cierto, pero toda tormenta que inicia debe terminar, pero para ello haz de enfrentar lo peor antes de ver el arcoíris.
—¡Volveré por ti, lo prometo! — A pesar del momento, me sentí frustrada ante sus palabras, él no me encontraba, no podría ya hacerlo, por ello esas palabras me causaron dolor.
—¡YA BASTA! — Grite sin mirarlo a la cara. — ¡Deja de prometerme cosas que sabes que no podrás cumplir! Me haces daño…
—¡Volveré a encontrarte, yo lo sé!
Y quise gritarle aquellas palabras, pero había desaparecido ante mí, me quede allí de pie, esperando a que fuera mentira, aunque me dolió bastante saber que esto era una realidad cruda, la vida me está destruyendo por dentro.
—Draco… Por favor… espérame…
Caí de rodillas al suelo, mientras notaba como las lágrimas caían a más no parar, realmente dolía demasiado, parecía ser como si ya no podía aguantar más dolor, porque llore y grite con todas mis fuerzas, sabía en el fondo que el volvernos a ver ya sería demasiado complicado, pero aquella noche deje caer lagrimas sinceras, no pude decir aquello que tanto quería expresarle, no pude…
—Basta de drama, tú vendrás conmigo. — Pero aún tenía fuerzas, aun podía seguir escapando, no puedo dejarme caer así simplemente, aunque esté completamente sola esta vez, aunque vuelva a ser como al comienzo, luchare para volver a cruzarme en su camino, lo haré.
De un movimiento rápido saque mi varita y antes de que él lograra reaccionar, lo observe a los ojos aunque en el mío aun estuviera el claro rastro de las lágrimas, mostraban mi completa furia hacia él, por haberme alejado de la única persona que siempre lucho para permanecer a mi lado, aun cuando yo le decía que no valía la pena. — ¡Has un movimiento en falso y no dudare en acabar contigo! ¡No me importa si es ante la mirada de aquellos Muggles!
Y note como sonreía a pesar de todo, como estaba realmente feliz ante mi actitud, aunque a pesar de las lágrimas, él se movía hacia mí, y fue la primera vez que alguien fue mucho más inteligente que yo, no saco nunca su varita, en su mano jamás estuvo su varita, tenía unas tijeras, aquellas tijeras que finalizaron en mi cuello, unas tijeras iban a ocasionar mi muerte, aunque no, a pesar del gran malestar que tuve, caí inconsciente, pero eso me detuvo, eso fue lo que no me dejo escapar y tratar de liberarme de todo esto, ¿así sería mi vida desde ahora? ¿Me mantendrían encerrada en aquel lugar tan obscuro?
—Que gran idiotez pensar que yo sacaría mi varita para atacarte, después de todo tu más que nadie sabe que eres inmune a esos hechizos imperdonables, lo mejor en tu caso, es utilizar objetos simples, pero quién diría que unas tijeras te harían caer, ¡JA! Vaya idiota has resultado ser, tus ojos han sido cegados por lo asqueroso del amor.
Y al final desperté al día siguiente, en una habitación sin ventanas, con apenas aire, y me di cuenta de que en mi cuello había una venda, aún continuaba con la misma ropa, aunque me molestaba el hecho de que esta aun tuviera los rastros de sangre sobre aquello que me hizo aquel sujeto, atravesarme unas tijeras en el cuello, si hubiera ido mucho más lejos, probablemente yo hubiera pasado a la historia.
—¿Dónde está el collar?
—Oculto ante los ojos de quien lo anhela, presente para quien lo ignora. — Dije sin rechistar mientras sujetaba aquel libro que había dejado para mí en esa habitación, habían muchos más pero por la poca luz debía utilizar una vela, al menos leer algo me mantendría con vida, pero existía la gran posibilidad de volverme alguien sin afecto.
—¡¡No bromees conmigo!!
—Si realmente supieras la realidad del collar, te digo que dejarías de seguir esa obsesión, pero para que decirlo, sigue con las ganas de obtenerlo, aunque nunca lo harás, ese collar solo ha sido destinado para la persona que muere por dentro, y aun así, sigues más vivo que yo.
Su mirada estuvo fija en mi durante unos segundos, pero no dijo nada al respecto, solo se marchó la habitación, y pude escuchar como claramente le hablaba a los demás, les había mentido, les había dicho que escondí el collar, solamente eso. Y esa noche fue la más fría para mí, pero entre tanto buscar en los libros, me encontré con una pequeña ventana, al otro lado se veía la luz de la luna, y vi a alguien en el suelo dormido, no era a la única que habían atrapado aquí.
—¿Quién eres? — Me atreví a preguntar, sabiendo que esas palabras lo despertarían, y entonces aun en el suelo, se sentó y giro a mirarme, aunque no dijo nada al respecto, solo se dedicó a mirarme, como si tratara de recordar algo, a alguien.
{***}
—¡¡DRACO!! — Ante aquel silencio de la noche, mi grito fue realmente elevado, tanto como lograr hacer que algunas luces se encendieran a nuestro alrededor, alarmamos a los ancianos que Vivian allí, ellos no harían nada al respecto, pero no los culpo, tampoco desearía que algo malo les ocurriera a ellos, por mi culpa. — ¡NOO! — Luchaba tratando de lograr alcanzar su mano, quería sujetar su mano firmemente, y el intentaba exactamente lo mismo, pero entonces nos separaron cada vez más, hasta que no podíamos ya vernos con claridad.
—¡¡AGATHA!! — Su grito me rompió por dentro, había comenzado a llorar porque sabía que lo perdería nuevamente, y sabía muy dentro de mí que… él está vez no podría encontrarme jamás, por eso, al menos quería abrazarlo una vez más.
¿Dónde se supone que quedo aquella promesa de no volvernos a separar? Se ha roto, como todo a mí alrededor, Draco tu promesa se rompió de manera casi inmediata, nos hemos separado otra vez, y es demasiado cruel para ser cierto, pero toda tormenta que inicia debe terminar, pero para ello haz de enfrentar lo peor antes de ver el arcoíris.
—¡Volveré por ti, lo prometo! — A pesar del momento, me sentí frustrada ante sus palabras, él no me encontraba, no podría ya hacerlo, por ello esas palabras me causaron dolor.
—¡YA BASTA! — Grite sin mirarlo a la cara. — ¡Deja de prometerme cosas que sabes que no podrás cumplir! Me haces daño…
—¡Volveré a encontrarte, yo lo sé!
Y quise gritarle aquellas palabras, pero había desaparecido ante mí, me quede allí de pie, esperando a que fuera mentira, aunque me dolió bastante saber que esto era una realidad cruda, la vida me está destruyendo por dentro.
—Draco… Por favor… espérame…
Caí de rodillas al suelo, mientras notaba como las lágrimas caían a más no parar, realmente dolía demasiado, parecía ser como si ya no podía aguantar más dolor, porque llore y grite con todas mis fuerzas, sabía en el fondo que el volvernos a ver ya sería demasiado complicado, pero aquella noche deje caer lagrimas sinceras, no pude decir aquello que tanto quería expresarle, no pude…
—Basta de drama, tú vendrás conmigo. — Pero aún tenía fuerzas, aun podía seguir escapando, no puedo dejarme caer así simplemente, aunque esté completamente sola esta vez, aunque vuelva a ser como al comienzo, luchare para volver a cruzarme en su camino, lo haré.
De un movimiento rápido saque mi varita y antes de que él lograra reaccionar, lo observe a los ojos aunque en el mío aun estuviera el claro rastro de las lágrimas, mostraban mi completa furia hacia él, por haberme alejado de la única persona que siempre lucho para permanecer a mi lado, aun cuando yo le decía que no valía la pena. — ¡Has un movimiento en falso y no dudare en acabar contigo! ¡No me importa si es ante la mirada de aquellos Muggles!
Y note como sonreía a pesar de todo, como estaba realmente feliz ante mi actitud, aunque a pesar de las lágrimas, él se movía hacia mí, y fue la primera vez que alguien fue mucho más inteligente que yo, no saco nunca su varita, en su mano jamás estuvo su varita, tenía unas tijeras, aquellas tijeras que finalizaron en mi cuello, unas tijeras iban a ocasionar mi muerte, aunque no, a pesar del gran malestar que tuve, caí inconsciente, pero eso me detuvo, eso fue lo que no me dejo escapar y tratar de liberarme de todo esto, ¿así sería mi vida desde ahora? ¿Me mantendrían encerrada en aquel lugar tan obscuro?
—Que gran idiotez pensar que yo sacaría mi varita para atacarte, después de todo tu más que nadie sabe que eres inmune a esos hechizos imperdonables, lo mejor en tu caso, es utilizar objetos simples, pero quién diría que unas tijeras te harían caer, ¡JA! Vaya idiota has resultado ser, tus ojos han sido cegados por lo asqueroso del amor.
{***}
Y al final desperté al día siguiente, en una habitación sin ventanas, con apenas aire, y me di cuenta de que en mi cuello había una venda, aún continuaba con la misma ropa, aunque me molestaba el hecho de que esta aun tuviera los rastros de sangre sobre aquello que me hizo aquel sujeto, atravesarme unas tijeras en el cuello, si hubiera ido mucho más lejos, probablemente yo hubiera pasado a la historia.
—¿Dónde está el collar?
—Oculto ante los ojos de quien lo anhela, presente para quien lo ignora. — Dije sin rechistar mientras sujetaba aquel libro que había dejado para mí en esa habitación, habían muchos más pero por la poca luz debía utilizar una vela, al menos leer algo me mantendría con vida, pero existía la gran posibilidad de volverme alguien sin afecto.
—¡¡No bromees conmigo!!
—Si realmente supieras la realidad del collar, te digo que dejarías de seguir esa obsesión, pero para que decirlo, sigue con las ganas de obtenerlo, aunque nunca lo harás, ese collar solo ha sido destinado para la persona que muere por dentro, y aun así, sigues más vivo que yo.
Su mirada estuvo fija en mi durante unos segundos, pero no dijo nada al respecto, solo se marchó la habitación, y pude escuchar como claramente le hablaba a los demás, les había mentido, les había dicho que escondí el collar, solamente eso. Y esa noche fue la más fría para mí, pero entre tanto buscar en los libros, me encontré con una pequeña ventana, al otro lado se veía la luz de la luna, y vi a alguien en el suelo dormido, no era a la única que habían atrapado aquí.
—¿Quién eres? — Me atreví a preguntar, sabiendo que esas palabras lo despertarían, y entonces aun en el suelo, se sentó y giro a mirarme, aunque no dijo nada al respecto, solo se dedicó a mirarme, como si tratara de recordar algo, a alguien.
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
La verdad del collar
Sé que es difícil para mí, pero el tratar de comprenderlo todo, es como si estuvieras tratando de sobrevivir todo un día en medio del océano, tarde o temprano ya no lograrías resistir más a eso, al final te hundirías. Aunque no es mi caso, solo recibir todo de golpe, pues... es bastante complicado de explicar, pero te sientes como si te hundieras.
Los ojos de aquel chico al otro lado, en la otra habitación, continuaban situados en mi, como si realmente atesorara poder mirarme, y aunque estuviera sentado en el suelo, se veía de por si muy alto, aunque no parecía que se pondría de pie en algún momento. Sus ojos marrones, me hacían pensar en alguien más, alguien a quien yo no iba a volver a ver nunca en esta vida, y eso en si duele bastante, sobre todo cuando tu no llegaste a tener una despedida con esa persona, y la culpa seguiría por mucho tiempo dentro de mi, pero se en el fondo que aquel experimento lo hizo para protegerme, para que yo no sufriera, pero es inútil... porque da igual cuanto trates de proteger a alguien del dolor, siempre sentimos dolor, siempre sentiremos soledad, e incluso nos sentiremos perdidos, pero siempre habrá alguien allí que estará para uno, para dejarnos llorar en su hombro. Aquella persona, a la que nunca le pude decir adiós, Mamá.
—Robert... — Al pronunciar su nombre, mi hermano aun con su rostro lleno de cansancio, logro mostrarme una sonrisa, y esa sonrisa yo la atesoraría con mi vida completa. — ¿Ella... realmente murió? — Me atreví a tocar el tema, pero realmente ya no tendría otra oportunidad, era ahora o nunca.
—Si. — Su respuesta se demoro solo un minuto, y aunque esas no fueran las palabras que yo quisiera escuchar, era la realidad, pero yo sinceramente prefiero una verdad tan cruda como está a una mentira. No importa si duele, es la verdad. — Siento mucho no haber podido hacer algo, no poderla salvar...
—Aunque lo hubieras querido, ellos no te lo habrían permitido, simplemente no podíamos hacer nada, todo fue planeado. — Ellos, siempre fueron ellos, porque ellos se robaron la vida de nuestro Padre primero, fue de una manera tan dolorosa como cuando perdí a mi Madre ese día, siendo testigo de absolutamente todo, una niña que se quedo huérfana en ese instante.
—Aunque lo hubieras querido, ellos no te lo habrían permitido, simplemente no podíamos hacer nada, todo fue planeado. — Ellos, siempre fueron ellos, porque ellos se robaron la vida de nuestro Padre primero, fue de una manera tan dolorosa como cuando perdí a mi Madre ese día, siendo testigo de absolutamente todo, una niña que se quedo huérfana en ese instante.
—Pero — Levante la mirada para observarlo nuevamente, arrodillada junto a la pequeña ventana que daba a su habitación con más iluminación que la mía. —, debes de saber que nuestra Madre nos quiso tanto como pudo, al igual que nuestro Padre, puede que se fueran mucho antes de lo esperado, pero nos salvaron, y eso es suficiente para decir que nos amaban.
Pero a pesar de todo eso, me siento molesta conmigo misma, por que a pesar de haber recuperado cada uno de mis recuerdos, el rostro de mis padres es borroso, incluso sus voces, siento que olvide algo demasiado importante, pero puede que tratar de recordar sea mucho más doloroso, y con ese peso sobre mi, yo no podría continuar.
—¿Y... llegaste a reencontrarte con ese chico? — "Lo perdí." Esas fueron las palabras que pensé, pero fueron las que no pude decir, porque decirlo sería realmente doloroso para mí, es triste, porque encontré a quien realmente mi yo de pequeña anhelaba lograr ver, y sin darme cuenta, lo había perdido, pero no quiero rendirme así de fácilmente, al menos no sin tratar de encontrarlo, a pesar de que ni siquiera en donde este parado, yo lo tengo que encontrar.
—Lo encontré, pero fue en esos momentos donde yo realmente no lo recordaba, donde no teníamos nada en común, nada nos unía, aunque mis recuerdos con él son únicamente de discusiones, tuve muy poco tiempo con él, porque... lo perdí, y está vez, no sé si lo llegue a encontrar, y si lo hago, él no sabrá quien soy.
La vida en su punto es cruel, lo que quiero decir, es que siempre te está pidiendo que seas fuerte, por ello te hará las cosas más difíciles, para que las superes, pero en estos momentos me está hundiendo mucho más de lo posible, aunque lo único que me queda aun es esperanza.
—Paris — Me perdí completamente, pero una luz se vio en mis ojos. —, según esos tipos hablaban la noche pasada, un tal chico que estaba contigo, se encontraba en Paris, aproveche de escuchar, mientras tu dormías. — Por favor continua, pedía mi subconsciente a gritos, aunque él no pudiera escucharme, con tan solo mirar mis ojos, supo que lo pedía desesperadamente, por ello luego de soltar una gran bocanada de aire, continuo. — Comentaron que está con una familia, Bleis, deberás de ir con ellos, según escuche es una familia grande, y siempre en el puerto están recibiendo jóvenes — Imposible para mi estando aquí como una rata. —, deberías de ir, estoy seguro de que ellos rápidamente dirigirán su mirada a ti.
—No tengo oportunidad, al menos, no estando aquí encerrada, además... no será fácil escabullirme, me buscaran hasta encontrarme.
Pero, en ese entonces, él se puso de pie, aunque yo pensara que no lo podría hacer, se inclino al suelo, y gracias a la luz lunar, comenzó a quitar un pavimento del suelo, parecía realmente algo pesado, pero él no provoco el mas mínimo sonido. Yo mientras tanto estaba parada de puntillas para lograr ver lo que estaba sacando de allí, aunque me era bastante complicado. Aun así, al finalizar el volvió a dejar el pavimento suelto, en su sitio, y volvió a sentarse.
—¿Acaso es... una maleta? — Estaba atónita de ver que aquella maleta, tan lujosa estaba en un perfecto estado luego de haber estado allí abajo, oculta por quien sabe cuanto tiempo.
—Quiero que sepas Agatha, que desde que llegaste al presente, yo te estuve vigilando, hice todo lo que podía, hice todo lo posible porque sabía que esto llegaría a ocurrir — No soltaba ninguna palabra, era demasiado la sorpresa para mí. —, porque sé que, es mi única oportunidad de otorgarte tu libertad, allí te encontraras con ropa, inclusive allí tienes tu identificación, obviamente ha sido falsificada de la manera más perfecta. Desde este momento ya no serás Stocker, ni Alvord, tu nuevo apellido es Alavoine, de nacionalidad Francesa.
A través de la pequeña abertura me paso la maleta, que de una manera exacta quepo por allí, la abrí, y observe que tenía un encantamiento, el hechizo de extensión indetectable, eso realmente fue de utilidad en este caso, porque al observar bien, se podía detectar que realmente había guardado muchas cosas para mí, aunque yo realmente aun no lograba sentirme preparada para todo ese loco plan.
—Esto es demasiado diría yo... — Tengo oportunidad de poder hacerlo, realmente aun tengo esperanzas de escapar.
—Si, todo lo calcule muy bien, pero... — Pero, esa palabra que menos me agrada escuchar. — Ellos, no te van a dejar de buscar, ¿lo sabes cierto?
—Lo sé...
—Por ello, pensé que deberías de cambiar el color de tu cabello, ya que aquellos sujetos están familiarizados por tu color rubio platinado, pero siendo otro color, no te tomaran en cuenta al verte. — Dejar mi color de cabello atrás, pero, sé que puedo hacer ese sacrificio, porque eso demostraría que soy una nueva persona. — Y, antes de que lo olvide, existe otro collar.
Otro collar... esas palabras llamaron toda mi atención, ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo yo no lo sabía? Pero, mis ojos se agrandaron, observaron con atención, aquel collar que era exactamente igual a esté.
—Mamá, fue la creadora de este collar, ella lo hizo pensando en ti, porque sabía que algún día desearías recuperar lo que más necesitabas en tu vida, pero por ello deberías de perder algo a cambio, algo con lo cual no naciste. — Algo con lo que no nací, mi voz. — Si lo bebes, tendrás aquello que te conecta a ese chico, lo podrás recuperar con más facilidad, porque estarán conectados, puede que al verte recupere sus recuerdos.
—¿Y si no funciona?
—Puedes intentarlo, al menos yo sé que funcionara.
Y me entrego aquel collar, y sin más preámbulos bebería aquel extraño liquido transparente, si tengo una opción, deberé de tomarla, porque no se me darán otras, yo lo sé perfectamente. Pero antes de hacer eso, puse mis ojos en mi hermano mayor, a quien nunca antes le había hablado, al cual nunca le pude mostrar mi afecto con palabras, lo haré ahora, al menos el debe ser capaz de escuchar estas palabras salir de mis labios.
—Realmente, eres demasiado inteligente, ¿lo sabes? Yo sin ti en estos momentos no sabría que hacer, por ello... realmente estoy agradecida de tener a un hermano como tu, eres grandioso, eres el mejor. — Sonreí. — Sabes que te quiero mucho, por favor, no lo olvides.
Entonces, lentamente abrí aquel pequeño y casi invisible abertura del collar, aquella sección para poder beber el liquido, lo acerque a mi, y lo olfatee, aunque no tenía ningún olor en particular, y aun algo nerviosa, deje el collar sin ningún liquido dentro, aunque el sabor fuera de lo más amargo posible, lo trague todo, aunque esto casi me hace vomitarlo, lo trague con una fuerza que no se de donde pude sacar.
—¿Funciono? Oh... — Al inicio de la frase, me había deprimido, pero al soltar aquel "Oh" se logro detectar como mi voz se fue apagando, por ello ahora tenía nervios de volver a decir algo, pero debía de hacerlo, o si no, nunca sabría si realmente funciono. — … — Quería volver a decir "¿Funciono?" Pero, ninguna palabra se hizo escuchar, había funcionado a la perfección, había perdido mi voz, y fue en tal instante que sentí una fuerte punzada en mi corazón, se comenzaba a sentir realmente vacío, estaba sintiendo la necesidad de ver a Draco con demasiada fuerza, la fuerte necesidad de salir corriendo para encontrarlo.
Luego de tal difícil paso, aun seguía otro, incluso aun no sabía si quería hacerlo, pero no era de querer o no, yo debería de hacerlo, porque si no, me volverían a atrapar, y eso podría provocarme la muerte, ya que al volver a tener el vinculo con Draco, uno se vuelve más frágil, por ello me habían hecho perderlo, para poder sobrevivir sin él, pero debería de volver a tenerlo tarde o temprano. Robert, me entrego una tintura de pelo que según decía, era un tono café claro, y a pesar de todo, con mucha ayuda de mi hermano, mi cabello en poco tiempo estaba cubierto con tintura, mis manos estaban limpias, porque me había puesto guantes, al igual que él, no debíamos dejar pistas de lo ocurrido, o si no, todo el esfuerzo de mi hermano se iría a la basura, y no deseo que eso ocurra. Los minutos los conté en mi mente, y llegado el tiempo me acerque hasta el lavamanos de la habitación, y abrí la llave dejando mojar mi cabello allí, aunque no tuve otra opción que tomar una toalla y secarlo, pero gracias a Robert, esa toalla nunca sería vista por los demás, al menos no oculta bajo el pavimento.
Dado eso de las seis de la mañana, mi cabello se hallaba ya seco, y logre observarme en el espejo roto que estaba en la pared, ya había dejado de ser alguien con el cabello rubio, ahora solamente era alguien un poco más normal, ahora era Agatha Alavoine.
—Encárgate de cambiarte de ropa luego de estar lo suficiente lejos de aquí, pero huye con algo sobre la cabeza, no queremos que tu cabello sea descubierto, bien, guárdalo todo en la maleta — Estaba llegando la hora de decir adiós, y eso me deprimía. —, ah, también creo que podrías tener suerte de saber si zarpara un barco a Paris, o si no puedes alojarte en algún sitio hasta que eso ocurra, allí tienes bastante dinero Muggle, te será muy útil.
Oficialmente, yo estaba más que lista, había puesto una gran parte de sombrero que cubría todo mi cabello, no dejaba a la vista nada de él, estaba lista para lo que sería la huida. Para ello, Robert también fue él que lo planeo de igual manera, había un lugar en donde podías mover los bloques, y sin hacer ruido, escapabas, luego Robert se encargaría de todos ellos, y aunque no me lo dijera, el deseaba salvarme más que nada, él entregaría su vida, porque el obtendría su libertad de esa manera, pero antes, tenía que darme la libertad que siempre merecí. Pero, sé que volveremos a coincidir, en otra vida, nos volveremos a ver, esto no es una completa despedida, solo es un "Hasta luego". Dada las seis con veinte minutos, yo había logrado salir con la maleta, y aun vestida de manera normal, nadie lo había descubierto, nadie me había visto, y mire atrás, entonces pensé en Ollivanders, y me encontraba parada en medio de la calle, con muchas personas que no me tomaron en cuenta, lo primero que hice fue entrar a la tienda de aquel mago que lograba recordar vagamente, aunque no sabía en donde lo había visto, porque está era mi primera vez aquí.
—Bienvenida. — Me acerque hasta el de manera apresurada, necesitaba explicarle todo de manera rápida, aunque no sería demasiado sencillo, por ello, busque dentro de la maleta un papel y pluma, me puse a escribir todo de manera muy rápida, aunque al menos fue entendible para cuando él lo estuvo leyendo, lo supe porque me dejo pasar, y me llego a permitir cambiar mi vestimenta, parecía estar mucho más cerca a la nueva Agatha Alavoine, que en apariencia parece ser una chica francesa adinerada, con unos veinte años. — Sobre lo del barco, según me eh enterado, zarpara uno en dos días más, con destino a Paris. — ¡Sirve! Grite internamente. — Bueno, por lo visto, no lleva una varita con usted.
Por esa razón había venido hasta él, sabía que era confiable, y además necesitaba de una varita, que me eligiera una fue, de lo más sencillo, tan solo la segunda fue la que me eligió, era flexible, y con un detalle simple, de doce centímetros, y afeminada. De alguna manera, se lo agradecí mucho, él se encargo de deshacerse de la nota, la había quemado, para no dejar señal de que estuve por estos alrededores. Durante ese día, y el siguiente estuve en El caldero chorreante, y fue fabuloso ver que nadie me reconocía, pero parecía hacerse eterno el día, y mi corazón aun se sentía muy solo.
Y llego el día, estuve caminando lentamente con todo en mano, con mi boleto de viaje, pero antes de lograr dar un paso más, para subir, alguien puso una mano en mi hombro, me alegre de no haber reaccionado de una manera asustada, si no sorprendida, pero tenía que disimular, o ellos me reconocerían si hacía un gesto en falso.
—Está chica, podría ser Stocker, ¿Lo crees? — Era uno de ellos, pero al parecer no parecía estar seguro de que yo fuera la chica que estaban buscando. — Estaba comenzando a pensar, en que tal vez ellos me reconocerían al final, y el plan fracasaría, pero cuando me sacaron mi sombrero, y mi cabello sujetado en un moño, quedo al descubierto, me dejaron de lado. — Lastima, se parecía un poco, aunque solo el color de ojos, según nos comento el jefe, la chica es rubia, y casi todas las que hemos visto son normales.
Recogí mi sombrero, y me lo volví a poner, entonces esta vez subí al barco sin miedos ni temores, porque sabía que estaba cada vez más cerca de encontrarme con Draco, y que además, no fui descubierta, si no que pase, como alguien normal, así es, durante toda mi vida, quise pasar desapercibida, y luego de años, finalmente eso se ha hecho una realidad.
—Bien, señorita Alavoine, adelante, y espero que tenga un buen viaje, ya eh comentado que no posee de la habilidad de hablar, pero mayoría de nuestros empleados lo saben, así que puede utilizar las señas, ellos la comprenderán a la perfección. — Era sorprendente ver, que como una nueva yo, ya era vista como alguien importante, pero en el visto bueno, como si fuera alguien de una familia adinerada, pero además era bien tratada.
Alrededor de eso de las doce de la noche, cuando ya muchos estaban dormidos, yo salí aun con vestido, y por supuesto sin algún sombrero ahora, y con mi cabello suelto, mostrando su nuevo color, que parecía natural, me acerque hasta eso del borde, y mire hacia abajo, se sentía realmente hermoso estar allí, entonces me quite el collar cuidadosamente, lo mire por unos segundos, entonces lo abrí, y el liquido cayo en el mar, se perdió allí, y luego lo restante del collar se fue al fondo, pero claro, ya no existía ningún collar, ambos estaban claro, pero completamente vacíos. Y regrese a mi habitación, dormir me haría más que bien.
Mi despertador sonó a temprana hora, me encargue de darme un baño de agua caliente, algo que no siempre había podido disfrutar como era ahora, pero desde aquí estoy comenzando a vivir algo nuevo, pudiendo sonreír. Y aunque fui tratada de una manera en que me hizo sentir muy feliz, estaba deseosa por llegar, y al terminar este viaje, fue la primera en guardar sus cosas en aquel maletín tan engañoso, pero nadie lo notaba. Estaba ya en tierra firme, y observe a todo mi alrededor, entonces llegaron.
—Señorita, bienvenida a Paris — Una mujer no muy alta, con el cabello negro como el carbón, estaba alegremente sonriéndome al hablar, se ve bastante agradable. —, Me presento, soy Marianne Bleis, mi familia y yo, tenemos un lugar bastante amplio para que los visitantes se hospedéis, por si le interesa la idea.
Obviamente acepte a la primera, ya que internamente estaba emocionada porque me guiaría directamente hasta Draco, aunque al verlo yo no sé que tipo de reacción tenga, al menos con esta conexión de alguna manera muy fuerte, puede que reaccione, de muchas maneras. Aquella mujer, me comento que la siguiera porque no quedaba muy lejos el hospedamiento, y decía la verdad, en menos de treinta minutos nos hallábamos allí, un lugar amplio, y agradable al mirarlo. Al llegar, lo primero que hizo fue guiarme, hasta la habitación que les quedaba, (la ultima) era la número siete. La habitación, era del tamaño normal, con una alegre pintura naranja en la pared, desempaque luego de eso, y me cambie de ropa nuevamente, continúe con todo el recorrido por la casa, era agradable por dentro también, pero me entristecí al no encontrarme con Draco. Pero, no tuve más opción que preguntar.
—¿El señor Malfoy? Si, el se está hospedando aquí también, está en la habitación número dos, pero me temo que ha salido a recorrer la ciudad, aunque dada la hora que es ya volvera.
Y no sé equivoco la señora Bleis, en un poco tiempo él estaba allí, y pensé que tal vez me saludaría alegremente, pero... no supo de quien se trataba, por esa razón, sentí el dolor agudo en mi corazón. Y Marianne, lo logro notar, por ello fue que me saco al jardín, me dijo muchas cosas animadas, aunque a pesar de eso, seguía estando decaída, a este paso, no sabía cuanto tiempo me quedaba para lograr resistir.
Pasaron los días, logre conocer la ciudad, pero ni caso con Draco, estuve pensando en que mi única opción había fallado, y estaba tomando la decisión de regresar a Londres, a Hogwarts, con los demás, pero eso significaría una misión suicida si no volvía con Draco. Entonces lo decidí, si me alejaba de él, podía ser que funcionara y el fuera tras de mi, aunque es bastante la probabilidad de una muerte cercana a mi, no tengo más que intentarlo.
—Fue un placer tenerte aquí cariño, eres única en tu clase, realmente encantadora, espero que logres contarle a tus amigos la divertida historia que has tenido aquí en Paris. — Y si, lo haría, le contaría a Hermione, aunque sería extraño verla, pero sería más extraño que todos me vieran sin poder hablar, y con el cabello de otro color, aunque para encontrarlos, sería difícil, ya que se que ha sido la guerra allá, que todo acabo el día en que yo logre escapar de aquel lugar.
Entonces, ya cuando me acercaba a tomar el barco, ya cuando había abordado me sentí con ganas de llorar, porque no me había detenido, no había corrido tras de mi. Pero, cuando sentí una mano en mi hombro, una calidez me llego inmediatamente, era él.
—¡LO SIENTO! — Grito fuertemente mientras me aferraba a él, no me soltaría, sobre todo porque a pesar de todo, él estaba allí en el barco, había subido conmigo, no me había olvidado para siempre, me recordaba, y eso era suficiente para mi. — Realmente lo siento mucho Agatha, pero... fue extraño, no era algo que yo quisiera, de hecho, logre recordar hasta hoy en la mañana, pero no te vi en el día, y supe que te irías a Londres, Marianne fue la que me dio el pasaje, yo no podía perderte así nada más, porque... ¡te amo! — Me aleje de él, le sonreí y tome sus manos, porque mi plan arriesgado había funcionado, había logrado encontrar a Draco finalmente, y esta vez no lo perdería jamás.
Él me observo por mucho tiempo, incluso aunque yo ya no le hablara podía comprenderme a la perfección, y entonces a eso de la noche, cuando estábamos en mitad del océano, a camino a londres, me tomo de la mano, y me susurro al oido: "Finalmente, te llevare a casa".
Los ojos de aquel chico al otro lado, en la otra habitación, continuaban situados en mi, como si realmente atesorara poder mirarme, y aunque estuviera sentado en el suelo, se veía de por si muy alto, aunque no parecía que se pondría de pie en algún momento. Sus ojos marrones, me hacían pensar en alguien más, alguien a quien yo no iba a volver a ver nunca en esta vida, y eso en si duele bastante, sobre todo cuando tu no llegaste a tener una despedida con esa persona, y la culpa seguiría por mucho tiempo dentro de mi, pero se en el fondo que aquel experimento lo hizo para protegerme, para que yo no sufriera, pero es inútil... porque da igual cuanto trates de proteger a alguien del dolor, siempre sentimos dolor, siempre sentiremos soledad, e incluso nos sentiremos perdidos, pero siempre habrá alguien allí que estará para uno, para dejarnos llorar en su hombro. Aquella persona, a la que nunca le pude decir adiós, Mamá.
—Robert... — Al pronunciar su nombre, mi hermano aun con su rostro lleno de cansancio, logro mostrarme una sonrisa, y esa sonrisa yo la atesoraría con mi vida completa. — ¿Ella... realmente murió? — Me atreví a tocar el tema, pero realmente ya no tendría otra oportunidad, era ahora o nunca.
—Si. — Su respuesta se demoro solo un minuto, y aunque esas no fueran las palabras que yo quisiera escuchar, era la realidad, pero yo sinceramente prefiero una verdad tan cruda como está a una mentira. No importa si duele, es la verdad. — Siento mucho no haber podido hacer algo, no poderla salvar...
—Aunque lo hubieras querido, ellos no te lo habrían permitido, simplemente no podíamos hacer nada, todo fue planeado. — Ellos, siempre fueron ellos, porque ellos se robaron la vida de nuestro Padre primero, fue de una manera tan dolorosa como cuando perdí a mi Madre ese día, siendo testigo de absolutamente todo, una niña que se quedo huérfana en ese instante.
—Aunque lo hubieras querido, ellos no te lo habrían permitido, simplemente no podíamos hacer nada, todo fue planeado. — Ellos, siempre fueron ellos, porque ellos se robaron la vida de nuestro Padre primero, fue de una manera tan dolorosa como cuando perdí a mi Madre ese día, siendo testigo de absolutamente todo, una niña que se quedo huérfana en ese instante.
—Pero — Levante la mirada para observarlo nuevamente, arrodillada junto a la pequeña ventana que daba a su habitación con más iluminación que la mía. —, debes de saber que nuestra Madre nos quiso tanto como pudo, al igual que nuestro Padre, puede que se fueran mucho antes de lo esperado, pero nos salvaron, y eso es suficiente para decir que nos amaban.
Pero a pesar de todo eso, me siento molesta conmigo misma, por que a pesar de haber recuperado cada uno de mis recuerdos, el rostro de mis padres es borroso, incluso sus voces, siento que olvide algo demasiado importante, pero puede que tratar de recordar sea mucho más doloroso, y con ese peso sobre mi, yo no podría continuar.
—¿Y... llegaste a reencontrarte con ese chico? — "Lo perdí." Esas fueron las palabras que pensé, pero fueron las que no pude decir, porque decirlo sería realmente doloroso para mí, es triste, porque encontré a quien realmente mi yo de pequeña anhelaba lograr ver, y sin darme cuenta, lo había perdido, pero no quiero rendirme así de fácilmente, al menos no sin tratar de encontrarlo, a pesar de que ni siquiera en donde este parado, yo lo tengo que encontrar.
—Lo encontré, pero fue en esos momentos donde yo realmente no lo recordaba, donde no teníamos nada en común, nada nos unía, aunque mis recuerdos con él son únicamente de discusiones, tuve muy poco tiempo con él, porque... lo perdí, y está vez, no sé si lo llegue a encontrar, y si lo hago, él no sabrá quien soy.
La vida en su punto es cruel, lo que quiero decir, es que siempre te está pidiendo que seas fuerte, por ello te hará las cosas más difíciles, para que las superes, pero en estos momentos me está hundiendo mucho más de lo posible, aunque lo único que me queda aun es esperanza.
—Paris — Me perdí completamente, pero una luz se vio en mis ojos. —, según esos tipos hablaban la noche pasada, un tal chico que estaba contigo, se encontraba en Paris, aproveche de escuchar, mientras tu dormías. — Por favor continua, pedía mi subconsciente a gritos, aunque él no pudiera escucharme, con tan solo mirar mis ojos, supo que lo pedía desesperadamente, por ello luego de soltar una gran bocanada de aire, continuo. — Comentaron que está con una familia, Bleis, deberás de ir con ellos, según escuche es una familia grande, y siempre en el puerto están recibiendo jóvenes — Imposible para mi estando aquí como una rata. —, deberías de ir, estoy seguro de que ellos rápidamente dirigirán su mirada a ti.
—No tengo oportunidad, al menos, no estando aquí encerrada, además... no será fácil escabullirme, me buscaran hasta encontrarme.
Pero, en ese entonces, él se puso de pie, aunque yo pensara que no lo podría hacer, se inclino al suelo, y gracias a la luz lunar, comenzó a quitar un pavimento del suelo, parecía realmente algo pesado, pero él no provoco el mas mínimo sonido. Yo mientras tanto estaba parada de puntillas para lograr ver lo que estaba sacando de allí, aunque me era bastante complicado. Aun así, al finalizar el volvió a dejar el pavimento suelto, en su sitio, y volvió a sentarse.
—¿Acaso es... una maleta? — Estaba atónita de ver que aquella maleta, tan lujosa estaba en un perfecto estado luego de haber estado allí abajo, oculta por quien sabe cuanto tiempo.
—Quiero que sepas Agatha, que desde que llegaste al presente, yo te estuve vigilando, hice todo lo que podía, hice todo lo posible porque sabía que esto llegaría a ocurrir — No soltaba ninguna palabra, era demasiado la sorpresa para mí. —, porque sé que, es mi única oportunidad de otorgarte tu libertad, allí te encontraras con ropa, inclusive allí tienes tu identificación, obviamente ha sido falsificada de la manera más perfecta. Desde este momento ya no serás Stocker, ni Alvord, tu nuevo apellido es Alavoine, de nacionalidad Francesa.
A través de la pequeña abertura me paso la maleta, que de una manera exacta quepo por allí, la abrí, y observe que tenía un encantamiento, el hechizo de extensión indetectable, eso realmente fue de utilidad en este caso, porque al observar bien, se podía detectar que realmente había guardado muchas cosas para mí, aunque yo realmente aun no lograba sentirme preparada para todo ese loco plan.
—Esto es demasiado diría yo... — Tengo oportunidad de poder hacerlo, realmente aun tengo esperanzas de escapar.
—Si, todo lo calcule muy bien, pero... — Pero, esa palabra que menos me agrada escuchar. — Ellos, no te van a dejar de buscar, ¿lo sabes cierto?
—Lo sé...
—Por ello, pensé que deberías de cambiar el color de tu cabello, ya que aquellos sujetos están familiarizados por tu color rubio platinado, pero siendo otro color, no te tomaran en cuenta al verte. — Dejar mi color de cabello atrás, pero, sé que puedo hacer ese sacrificio, porque eso demostraría que soy una nueva persona. — Y, antes de que lo olvide, existe otro collar.
Otro collar... esas palabras llamaron toda mi atención, ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo yo no lo sabía? Pero, mis ojos se agrandaron, observaron con atención, aquel collar que era exactamente igual a esté.
—Mamá, fue la creadora de este collar, ella lo hizo pensando en ti, porque sabía que algún día desearías recuperar lo que más necesitabas en tu vida, pero por ello deberías de perder algo a cambio, algo con lo cual no naciste. — Algo con lo que no nací, mi voz. — Si lo bebes, tendrás aquello que te conecta a ese chico, lo podrás recuperar con más facilidad, porque estarán conectados, puede que al verte recupere sus recuerdos.
—¿Y si no funciona?
—Puedes intentarlo, al menos yo sé que funcionara.
Y me entrego aquel collar, y sin más preámbulos bebería aquel extraño liquido transparente, si tengo una opción, deberé de tomarla, porque no se me darán otras, yo lo sé perfectamente. Pero antes de hacer eso, puse mis ojos en mi hermano mayor, a quien nunca antes le había hablado, al cual nunca le pude mostrar mi afecto con palabras, lo haré ahora, al menos el debe ser capaz de escuchar estas palabras salir de mis labios.
—Realmente, eres demasiado inteligente, ¿lo sabes? Yo sin ti en estos momentos no sabría que hacer, por ello... realmente estoy agradecida de tener a un hermano como tu, eres grandioso, eres el mejor. — Sonreí. — Sabes que te quiero mucho, por favor, no lo olvides.
Entonces, lentamente abrí aquel pequeño y casi invisible abertura del collar, aquella sección para poder beber el liquido, lo acerque a mi, y lo olfatee, aunque no tenía ningún olor en particular, y aun algo nerviosa, deje el collar sin ningún liquido dentro, aunque el sabor fuera de lo más amargo posible, lo trague todo, aunque esto casi me hace vomitarlo, lo trague con una fuerza que no se de donde pude sacar.
—¿Funciono? Oh... — Al inicio de la frase, me había deprimido, pero al soltar aquel "Oh" se logro detectar como mi voz se fue apagando, por ello ahora tenía nervios de volver a decir algo, pero debía de hacerlo, o si no, nunca sabría si realmente funciono. — … — Quería volver a decir "¿Funciono?" Pero, ninguna palabra se hizo escuchar, había funcionado a la perfección, había perdido mi voz, y fue en tal instante que sentí una fuerte punzada en mi corazón, se comenzaba a sentir realmente vacío, estaba sintiendo la necesidad de ver a Draco con demasiada fuerza, la fuerte necesidad de salir corriendo para encontrarlo.
Luego de tal difícil paso, aun seguía otro, incluso aun no sabía si quería hacerlo, pero no era de querer o no, yo debería de hacerlo, porque si no, me volverían a atrapar, y eso podría provocarme la muerte, ya que al volver a tener el vinculo con Draco, uno se vuelve más frágil, por ello me habían hecho perderlo, para poder sobrevivir sin él, pero debería de volver a tenerlo tarde o temprano. Robert, me entrego una tintura de pelo que según decía, era un tono café claro, y a pesar de todo, con mucha ayuda de mi hermano, mi cabello en poco tiempo estaba cubierto con tintura, mis manos estaban limpias, porque me había puesto guantes, al igual que él, no debíamos dejar pistas de lo ocurrido, o si no, todo el esfuerzo de mi hermano se iría a la basura, y no deseo que eso ocurra. Los minutos los conté en mi mente, y llegado el tiempo me acerque hasta el lavamanos de la habitación, y abrí la llave dejando mojar mi cabello allí, aunque no tuve otra opción que tomar una toalla y secarlo, pero gracias a Robert, esa toalla nunca sería vista por los demás, al menos no oculta bajo el pavimento.
Dado eso de las seis de la mañana, mi cabello se hallaba ya seco, y logre observarme en el espejo roto que estaba en la pared, ya había dejado de ser alguien con el cabello rubio, ahora solamente era alguien un poco más normal, ahora era Agatha Alavoine.
—Encárgate de cambiarte de ropa luego de estar lo suficiente lejos de aquí, pero huye con algo sobre la cabeza, no queremos que tu cabello sea descubierto, bien, guárdalo todo en la maleta — Estaba llegando la hora de decir adiós, y eso me deprimía. —, ah, también creo que podrías tener suerte de saber si zarpara un barco a Paris, o si no puedes alojarte en algún sitio hasta que eso ocurra, allí tienes bastante dinero Muggle, te será muy útil.
Oficialmente, yo estaba más que lista, había puesto una gran parte de sombrero que cubría todo mi cabello, no dejaba a la vista nada de él, estaba lista para lo que sería la huida. Para ello, Robert también fue él que lo planeo de igual manera, había un lugar en donde podías mover los bloques, y sin hacer ruido, escapabas, luego Robert se encargaría de todos ellos, y aunque no me lo dijera, el deseaba salvarme más que nada, él entregaría su vida, porque el obtendría su libertad de esa manera, pero antes, tenía que darme la libertad que siempre merecí. Pero, sé que volveremos a coincidir, en otra vida, nos volveremos a ver, esto no es una completa despedida, solo es un "Hasta luego". Dada las seis con veinte minutos, yo había logrado salir con la maleta, y aun vestida de manera normal, nadie lo había descubierto, nadie me había visto, y mire atrás, entonces pensé en Ollivanders, y me encontraba parada en medio de la calle, con muchas personas que no me tomaron en cuenta, lo primero que hice fue entrar a la tienda de aquel mago que lograba recordar vagamente, aunque no sabía en donde lo había visto, porque está era mi primera vez aquí.
—Bienvenida. — Me acerque hasta el de manera apresurada, necesitaba explicarle todo de manera rápida, aunque no sería demasiado sencillo, por ello, busque dentro de la maleta un papel y pluma, me puse a escribir todo de manera muy rápida, aunque al menos fue entendible para cuando él lo estuvo leyendo, lo supe porque me dejo pasar, y me llego a permitir cambiar mi vestimenta, parecía estar mucho más cerca a la nueva Agatha Alavoine, que en apariencia parece ser una chica francesa adinerada, con unos veinte años. — Sobre lo del barco, según me eh enterado, zarpara uno en dos días más, con destino a Paris. — ¡Sirve! Grite internamente. — Bueno, por lo visto, no lleva una varita con usted.
Por esa razón había venido hasta él, sabía que era confiable, y además necesitaba de una varita, que me eligiera una fue, de lo más sencillo, tan solo la segunda fue la que me eligió, era flexible, y con un detalle simple, de doce centímetros, y afeminada. De alguna manera, se lo agradecí mucho, él se encargo de deshacerse de la nota, la había quemado, para no dejar señal de que estuve por estos alrededores. Durante ese día, y el siguiente estuve en El caldero chorreante, y fue fabuloso ver que nadie me reconocía, pero parecía hacerse eterno el día, y mi corazón aun se sentía muy solo.
Y llego el día, estuve caminando lentamente con todo en mano, con mi boleto de viaje, pero antes de lograr dar un paso más, para subir, alguien puso una mano en mi hombro, me alegre de no haber reaccionado de una manera asustada, si no sorprendida, pero tenía que disimular, o ellos me reconocerían si hacía un gesto en falso.
—Está chica, podría ser Stocker, ¿Lo crees? — Era uno de ellos, pero al parecer no parecía estar seguro de que yo fuera la chica que estaban buscando. — Estaba comenzando a pensar, en que tal vez ellos me reconocerían al final, y el plan fracasaría, pero cuando me sacaron mi sombrero, y mi cabello sujetado en un moño, quedo al descubierto, me dejaron de lado. — Lastima, se parecía un poco, aunque solo el color de ojos, según nos comento el jefe, la chica es rubia, y casi todas las que hemos visto son normales.
Recogí mi sombrero, y me lo volví a poner, entonces esta vez subí al barco sin miedos ni temores, porque sabía que estaba cada vez más cerca de encontrarme con Draco, y que además, no fui descubierta, si no que pase, como alguien normal, así es, durante toda mi vida, quise pasar desapercibida, y luego de años, finalmente eso se ha hecho una realidad.
—Bien, señorita Alavoine, adelante, y espero que tenga un buen viaje, ya eh comentado que no posee de la habilidad de hablar, pero mayoría de nuestros empleados lo saben, así que puede utilizar las señas, ellos la comprenderán a la perfección. — Era sorprendente ver, que como una nueva yo, ya era vista como alguien importante, pero en el visto bueno, como si fuera alguien de una familia adinerada, pero además era bien tratada.
Alrededor de eso de las doce de la noche, cuando ya muchos estaban dormidos, yo salí aun con vestido, y por supuesto sin algún sombrero ahora, y con mi cabello suelto, mostrando su nuevo color, que parecía natural, me acerque hasta eso del borde, y mire hacia abajo, se sentía realmente hermoso estar allí, entonces me quite el collar cuidadosamente, lo mire por unos segundos, entonces lo abrí, y el liquido cayo en el mar, se perdió allí, y luego lo restante del collar se fue al fondo, pero claro, ya no existía ningún collar, ambos estaban claro, pero completamente vacíos. Y regrese a mi habitación, dormir me haría más que bien.
{***}
Mi despertador sonó a temprana hora, me encargue de darme un baño de agua caliente, algo que no siempre había podido disfrutar como era ahora, pero desde aquí estoy comenzando a vivir algo nuevo, pudiendo sonreír. Y aunque fui tratada de una manera en que me hizo sentir muy feliz, estaba deseosa por llegar, y al terminar este viaje, fue la primera en guardar sus cosas en aquel maletín tan engañoso, pero nadie lo notaba. Estaba ya en tierra firme, y observe a todo mi alrededor, entonces llegaron.
—Señorita, bienvenida a Paris — Una mujer no muy alta, con el cabello negro como el carbón, estaba alegremente sonriéndome al hablar, se ve bastante agradable. —, Me presento, soy Marianne Bleis, mi familia y yo, tenemos un lugar bastante amplio para que los visitantes se hospedéis, por si le interesa la idea.
Obviamente acepte a la primera, ya que internamente estaba emocionada porque me guiaría directamente hasta Draco, aunque al verlo yo no sé que tipo de reacción tenga, al menos con esta conexión de alguna manera muy fuerte, puede que reaccione, de muchas maneras. Aquella mujer, me comento que la siguiera porque no quedaba muy lejos el hospedamiento, y decía la verdad, en menos de treinta minutos nos hallábamos allí, un lugar amplio, y agradable al mirarlo. Al llegar, lo primero que hizo fue guiarme, hasta la habitación que les quedaba, (la ultima) era la número siete. La habitación, era del tamaño normal, con una alegre pintura naranja en la pared, desempaque luego de eso, y me cambie de ropa nuevamente, continúe con todo el recorrido por la casa, era agradable por dentro también, pero me entristecí al no encontrarme con Draco. Pero, no tuve más opción que preguntar.
—¿El señor Malfoy? Si, el se está hospedando aquí también, está en la habitación número dos, pero me temo que ha salido a recorrer la ciudad, aunque dada la hora que es ya volvera.
Y no sé equivoco la señora Bleis, en un poco tiempo él estaba allí, y pensé que tal vez me saludaría alegremente, pero... no supo de quien se trataba, por esa razón, sentí el dolor agudo en mi corazón. Y Marianne, lo logro notar, por ello fue que me saco al jardín, me dijo muchas cosas animadas, aunque a pesar de eso, seguía estando decaída, a este paso, no sabía cuanto tiempo me quedaba para lograr resistir.
{***}
Pasaron los días, logre conocer la ciudad, pero ni caso con Draco, estuve pensando en que mi única opción había fallado, y estaba tomando la decisión de regresar a Londres, a Hogwarts, con los demás, pero eso significaría una misión suicida si no volvía con Draco. Entonces lo decidí, si me alejaba de él, podía ser que funcionara y el fuera tras de mi, aunque es bastante la probabilidad de una muerte cercana a mi, no tengo más que intentarlo.
—Fue un placer tenerte aquí cariño, eres única en tu clase, realmente encantadora, espero que logres contarle a tus amigos la divertida historia que has tenido aquí en Paris. — Y si, lo haría, le contaría a Hermione, aunque sería extraño verla, pero sería más extraño que todos me vieran sin poder hablar, y con el cabello de otro color, aunque para encontrarlos, sería difícil, ya que se que ha sido la guerra allá, que todo acabo el día en que yo logre escapar de aquel lugar.
Entonces, ya cuando me acercaba a tomar el barco, ya cuando había abordado me sentí con ganas de llorar, porque no me había detenido, no había corrido tras de mi. Pero, cuando sentí una mano en mi hombro, una calidez me llego inmediatamente, era él.
—¡LO SIENTO! — Grito fuertemente mientras me aferraba a él, no me soltaría, sobre todo porque a pesar de todo, él estaba allí en el barco, había subido conmigo, no me había olvidado para siempre, me recordaba, y eso era suficiente para mi. — Realmente lo siento mucho Agatha, pero... fue extraño, no era algo que yo quisiera, de hecho, logre recordar hasta hoy en la mañana, pero no te vi en el día, y supe que te irías a Londres, Marianne fue la que me dio el pasaje, yo no podía perderte así nada más, porque... ¡te amo! — Me aleje de él, le sonreí y tome sus manos, porque mi plan arriesgado había funcionado, había logrado encontrar a Draco finalmente, y esta vez no lo perdería jamás.
Él me observo por mucho tiempo, incluso aunque yo ya no le hablara podía comprenderme a la perfección, y entonces a eso de la noche, cuando estábamos en mitad del océano, a camino a londres, me tomo de la mano, y me susurro al oido: "Finalmente, te llevare a casa".
~Susie ∞Wallflower∞
Re: Always With You {Terminada}
Epilogo: Sentimientos.
Según me llegue a enterar esos sujetos, buscaron por mar y tierra a Stocker, pero fallaron miles de veces, al final, supe que lograron hallar el collar, pero que este estaba hecho añicos, y que no se hallaba ya ninguna manera de haber obtenido lo que traía siempre en su interior, pero ese había sido el final, podía ser posible que continuaran buscándome, pero sería algo que no lograrían mientras continuaran creyendo que su cabello es rubio, y que obviamente habla. Después de todo, quizá, si fui la chica que tuvo un collar por proteger, y al final, ella misma lo arrojo lejos, porque siempre hubieron dos collares, y creyeron que el que yo tenía era el acertado, pero vivimos bajo un engaño, yo incluida.
"—Bienvenida a casa Agie". — Esas habían sido las primeras palabras que escuche al pisar la mansión Malfoy, la madre de Draco, se había acercado a mi de manera animada, recuerdo que me observo con una enorme sonrisa en sus labios, y que aquella abreviación de mi nombre me agrado. — "Mi niña, haz crecido tanto, la ultima vez que te vi, tan solo eras una niña, y mírate ahora, eres tan hermosa como tu Madre". — Nunca en mi vida me lo habían dicho, jamás me habían comentado que me parecía a mi Madre, siempre solían comentarme lo parecida que era a mi Padre, y que te digan eso, se siente muy bien, porque te logras sentir mucho más de aquella persona que ya no esta, porque quizá dejo algo en ti, pero hasta que alguien más te lo dijera, tu no te darías cuenta.
Una imagen fugaz paso por mi mente, aquella vez donde la lluvia caía fuertemente, aquella vez que mostré mi debilidad frente a tal "extraño" recuerdo no haber controlado mi enojo porque no me dejara tranquila, que esa vez le hice rodar colina abajo, y que inmediatamente ante miles de lagrimas fui en su ayuda, aunque no teníamos manera de subir, tuvimos un tipo de inicio en el cual pensarías "Ellos nunca se llevaran bien" pero fue aquella flor la cual me hizo volver a tener tranquilidad, que me dijo que todo estaría bien, y que dejara de llorar, esa flor, era la misma que vi con Draco cuando éramos niños, esa flor fue la que nos unía siempre, y aunque no sepa su nombre, quizá este bien de esa manera.
—Porque... ¿siento que Agatha se aleja de mi? — Escuche su voz, a temprana hora del día, desde mi habitación mientras yo me quedaba de pie aun lado de mi librero, no podía reaccionar ante aquello. — ¿Porque ahora que ya todo se ha calmado, ella se ha vuelto distante? — "Lo siento" fue lo que estaba diciendo en mi mente una y otra vez, pero hiciera lo que hiciera, yo realmente no puedo actuar con normalidad al menos no por estos últimos días, y no quiero preocuparlo, ni herirlo. — Acaso... ¿Ella me ha dejado de amar?
Quería correr hasta el en esos momentos, pero mis piernas se quedaron inmóviles, no podía ir a abrazarlo, y decirle que eso no era verdad, que aunque transcurrieran los años, mis sentimientos hacía él, seguirían estando intactos. Sin embargo, no lo hice. Dada la media noche, me puse en pie, y camine hasta su habitación, porque al menos eso era lo que yo quería ahora, ir a verlo, por ello toque la puerta dos veces, no hubo ninguna respuesta, debía de estar allí despierto, fingiendo estar dormido. Su habitación me hacía sentir aun más triste, aunque trate de ignorarlo, así solamente sentándome a un lado de él.
—Agatha... ¿Te iras de mi lado? — Dijo con su voz apagada, aquella frase me dolió demasiado, y aun así lleve una de mis manos hasta su rostro, para que al menos se relajara. — Si no es así... ¿Porque te has alejado?
Con bastante tranquilidad encendí la lámpara, y le entregue unos papeles, esa era mi única manera de hacerle comprender por lo que yo estaba pasando en estos momentos, ya que a veces ni yo misma sabía como comunicarme con él, seguía con muchas cosas dentro de mi que me causaban daño, y quería gritarlas, pero me es imposible.
—Haz tenido recuerdos de tu Madre... ¿por eso... estabas tan pensativa? Estabas tratando de explicarme, pero no encontrabas la manera de como hacerlo, te sientes vacía sin ella, como si perdieses una pieza importante de ti, y no puedo llegar a entenderlo muy bien, pero... sabes que si quieres llorar lo puedes hacer. — Trate de mantener una sonrisa en mi rostro, pero en menos de un minuto las lagrimas se habían desbordado, y aquella sonrisa se volvió en un mar de llanto.
Cuanto duro mi llanto, aproximadamente casi una hora, fue quizá ese tipo de llanto más doloroso de escuchar en tu vida entera, pero era aquel que debías de dejar ir, al menos así dejarías de sentir tanto peso sobre ti, y al final no pude dormir en todo lo que resto de la noche, y lo típico es que siempre en medio del llanto te quedas dormido, pero todo lo que tenía de sueño se transformo en dolor de cabeza. Draco me tomo de la mano, y bajamos las escaleras, hasta llegar a la cocina, inclusive me hizo sentar en la mesa, me dejo esperando allí, y aunque supe que me estaba preparando leche caliente, eso me hizo sentir querida.
—Cuando niño Mamá solía prepararme leche, te hace sentir mucho mejor.
Una vez que la puso sobre la mesa, se sentó a un lado de mi, y aproveche la situación para girarme a verlo con una sonrisa, y desordenar su cabello en signo de que le estaba dando las gracias por estar para mí en todo momento, que es alguien realmente importante, y que aunque no siempre estemos de buenas, siempre sabe como ayudarme.
Pasaron muchos días hermosos, y dado el ultimo día del mes, fue cuando probablemente me sentí más feliz que nunca, porque siempre en mi vida pensé que estas cosas no me sucederían nunca a mí, que esto solo ocurría en los cuentos, o en películas.
—Agatha — El viento soplo suavemente despeinando mi cabello, en una desordenada cola de caballo. —, Por favor, cásate conmigo. — Las palabras fueron dichas, sin ningún titubeo, sin nervios, con mucha confianza, con amabilidad.
Me gire sobre mis talones, y me acerque hasta él con una sonrisa en los labios, aunque no hice ningún otro gesto, solo lo bese dulcemente en los labios, aquel tipo de beso que das por primera vez, aunque ya no sea el primero, sigue siendo tan perfecto, tan real, porque esa es mi respuesta, obviamente es un si, porque no podría negarme a esta felicidad, de estar con quien quiero para el tiempo que se nos ha otorgado, que después de todo, siempre lo mejor llegara a tu vida, no importa cuanto lloviera en tu pasado, tu presente estará lleno de luz.
"—Bienvenida a casa Agie". — Esas habían sido las primeras palabras que escuche al pisar la mansión Malfoy, la madre de Draco, se había acercado a mi de manera animada, recuerdo que me observo con una enorme sonrisa en sus labios, y que aquella abreviación de mi nombre me agrado. — "Mi niña, haz crecido tanto, la ultima vez que te vi, tan solo eras una niña, y mírate ahora, eres tan hermosa como tu Madre". — Nunca en mi vida me lo habían dicho, jamás me habían comentado que me parecía a mi Madre, siempre solían comentarme lo parecida que era a mi Padre, y que te digan eso, se siente muy bien, porque te logras sentir mucho más de aquella persona que ya no esta, porque quizá dejo algo en ti, pero hasta que alguien más te lo dijera, tu no te darías cuenta.
"Ese día vi una flor y nunca supe cómo se llamaba".
Una imagen fugaz paso por mi mente, aquella vez donde la lluvia caía fuertemente, aquella vez que mostré mi debilidad frente a tal "extraño" recuerdo no haber controlado mi enojo porque no me dejara tranquila, que esa vez le hice rodar colina abajo, y que inmediatamente ante miles de lagrimas fui en su ayuda, aunque no teníamos manera de subir, tuvimos un tipo de inicio en el cual pensarías "Ellos nunca se llevaran bien" pero fue aquella flor la cual me hizo volver a tener tranquilidad, que me dijo que todo estaría bien, y que dejara de llorar, esa flor, era la misma que vi con Draco cuando éramos niños, esa flor fue la que nos unía siempre, y aunque no sepa su nombre, quizá este bien de esa manera.
—Porque... ¿siento que Agatha se aleja de mi? — Escuche su voz, a temprana hora del día, desde mi habitación mientras yo me quedaba de pie aun lado de mi librero, no podía reaccionar ante aquello. — ¿Porque ahora que ya todo se ha calmado, ella se ha vuelto distante? — "Lo siento" fue lo que estaba diciendo en mi mente una y otra vez, pero hiciera lo que hiciera, yo realmente no puedo actuar con normalidad al menos no por estos últimos días, y no quiero preocuparlo, ni herirlo. — Acaso... ¿Ella me ha dejado de amar?
Quería correr hasta el en esos momentos, pero mis piernas se quedaron inmóviles, no podía ir a abrazarlo, y decirle que eso no era verdad, que aunque transcurrieran los años, mis sentimientos hacía él, seguirían estando intactos. Sin embargo, no lo hice. Dada la media noche, me puse en pie, y camine hasta su habitación, porque al menos eso era lo que yo quería ahora, ir a verlo, por ello toque la puerta dos veces, no hubo ninguna respuesta, debía de estar allí despierto, fingiendo estar dormido. Su habitación me hacía sentir aun más triste, aunque trate de ignorarlo, así solamente sentándome a un lado de él.
—Agatha... ¿Te iras de mi lado? — Dijo con su voz apagada, aquella frase me dolió demasiado, y aun así lleve una de mis manos hasta su rostro, para que al menos se relajara. — Si no es así... ¿Porque te has alejado?
Con bastante tranquilidad encendí la lámpara, y le entregue unos papeles, esa era mi única manera de hacerle comprender por lo que yo estaba pasando en estos momentos, ya que a veces ni yo misma sabía como comunicarme con él, seguía con muchas cosas dentro de mi que me causaban daño, y quería gritarlas, pero me es imposible.
—Haz tenido recuerdos de tu Madre... ¿por eso... estabas tan pensativa? Estabas tratando de explicarme, pero no encontrabas la manera de como hacerlo, te sientes vacía sin ella, como si perdieses una pieza importante de ti, y no puedo llegar a entenderlo muy bien, pero... sabes que si quieres llorar lo puedes hacer. — Trate de mantener una sonrisa en mi rostro, pero en menos de un minuto las lagrimas se habían desbordado, y aquella sonrisa se volvió en un mar de llanto.
Cuanto duro mi llanto, aproximadamente casi una hora, fue quizá ese tipo de llanto más doloroso de escuchar en tu vida entera, pero era aquel que debías de dejar ir, al menos así dejarías de sentir tanto peso sobre ti, y al final no pude dormir en todo lo que resto de la noche, y lo típico es que siempre en medio del llanto te quedas dormido, pero todo lo que tenía de sueño se transformo en dolor de cabeza. Draco me tomo de la mano, y bajamos las escaleras, hasta llegar a la cocina, inclusive me hizo sentar en la mesa, me dejo esperando allí, y aunque supe que me estaba preparando leche caliente, eso me hizo sentir querida.
—Cuando niño Mamá solía prepararme leche, te hace sentir mucho mejor.
Una vez que la puso sobre la mesa, se sentó a un lado de mi, y aproveche la situación para girarme a verlo con una sonrisa, y desordenar su cabello en signo de que le estaba dando las gracias por estar para mí en todo momento, que es alguien realmente importante, y que aunque no siempre estemos de buenas, siempre sabe como ayudarme.
{***}
Pasaron muchos días hermosos, y dado el ultimo día del mes, fue cuando probablemente me sentí más feliz que nunca, porque siempre en mi vida pensé que estas cosas no me sucederían nunca a mí, que esto solo ocurría en los cuentos, o en películas.
—Agatha — El viento soplo suavemente despeinando mi cabello, en una desordenada cola de caballo. —, Por favor, cásate conmigo. — Las palabras fueron dichas, sin ningún titubeo, sin nervios, con mucha confianza, con amabilidad.
Me gire sobre mis talones, y me acerque hasta él con una sonrisa en los labios, aunque no hice ningún otro gesto, solo lo bese dulcemente en los labios, aquel tipo de beso que das por primera vez, aunque ya no sea el primero, sigue siendo tan perfecto, tan real, porque esa es mi respuesta, obviamente es un si, porque no podría negarme a esta felicidad, de estar con quien quiero para el tiempo que se nos ha otorgado, que después de todo, siempre lo mejor llegara a tu vida, no importa cuanto lloviera en tu pasado, tu presente estará lleno de luz.
Fin.
~Susie ∞Wallflower∞
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