"Lista del rompecorazones perfecto" - One Direction.

  
   
El chico de ayer no paraba de rondar mi mente. No sé, si  no puedo superar su estupidez ó simplemente me pareció malditamente atractivo. Por que en verdad lo es, ó era; Ya que creo nunca poder verlo de nuevo. Me estiro sobre el escritorio y observo el desorden que hay en el aula. La mayoría de estudiantes ya habían salido corriendo de Biología, mientras yo estaba plácidamente sentada en un rincón de la clase. El profesor Waterson era de los que ponían castigos a la antigua, y al encontrarme jugando al tetrix en clase me sentó en el rincón y confisco mi móvil hasta nuevo aviso.
 
Me levante lentamente de la cómoda silla, y caminé rumbo a la cafetería. Seguro podría hablar con Anas y pedirle ayuda con lo de la invitación a la fiesta de Lucas. Ayer en la noche pensé mucho en ello, y presentía que el “rompecorazones perfecto” no se encontraría solo. Una fiesta seguro era el mejor lugar para encontrar a dicho chico, y como las clases acababan de comenzar aun no tenia el gusto de conocer a los nuevos estudiantes de intercambio. Seguro podría encontrar un material bastante interesante en dicho lugar.
 
“Hola.” Saludé mientras tomaba asiento al lado de Raly. Saqué mi emparedado y una botella de agua, tomo un sorbo de agua, me giro asía el lado derecho y sin querer escupo toda el agua sobre una chica que pasaba por allí. ¡Demonios! Esto tenia que ser una mala broma, diablos esto cada vez se parecía mas a una de esas descabelladas películas americanas que a las chicas les gustaba ver de vez en cuando. El chico de ayer, el estaba sentado justo frente a mis ojos. Dios mío tenia que salir de este lugar lo mas rápido posible. ¿Pero su idiotez será contagiosa? Por que justo cuando estaba saliendo de la cafetería sin que nadie mas que Raly me notara ; una chica dejo caer su bandeja entera de almuerzo sobre mi.
 
“O Dios mío. No sabes cuanto lo siento.” Se disculpó.
 
“No-no te preocupes.” Tartamudeé. Y cuando iba saliendo con la menor dignidad posible de ese lugar oigo como alguien grita.
 
“¿Hey putita y no me vienes a saludar luego de lo de anoche?” Ya sabia de donde provenía esa monstruosa y ronca voz, no tenia que girarme para saberlo. Aun se mantenía en mis recuerdos.
 
Luego de eso, me retiro sin un solo gramo de dignidad. Embarrada de almuerzo y con toda la escuela riéndose de mi desgracia y creyendo que me puedo acostar con un hijo de puta como ese. Eso ni en un millón de años.
 
“Mi primera vez será con alguien especial.” Murmure limpiando mi blusa con trozo de papel, sentada  en la taza del inodoro.
 
“Hey chica.” Logro escuchar como alguien toca la puerta del baño, ó rayos seguro me había tardado una eternidad aquí y alguien mas quería entrar. “Lo siento.” Me arrepiento saliendo rápidamente del cubículo.
Al salir siento como un trozo de tela choca mi rostro.
“Soy Cindhy Morgenster. No te preocupes esa blusa me sobraba de todas maneras.” Veo como la perfecta cabellera negra se retira y grito un “Gracias.” Para que aun pueda escucharlo. Sin mas desecho la camiseta manchada y coloco la de Cindhy. La verdad es una camiseta bastante simple, de color negro y tirantes. Linda, para lo que podía esperar de algo prestado de ultima hora. Además algo de Anas seguramente me hubiese quedado algo-Bastante- ajustado y no del largo correcto. Creó que por lo menos algo de suerte tuve hoy.
 
Al salir del baño una chica vuelve a chocar con migo, ¡Señor Jesucristo hoy es el día de chocarse con Brittanny Hart! Al verla bien, creo que es la misma chica de hace rato. Me ve con ojos suplicantes a lo que yo grito “¿Por qué rayos lanzaste tu bandeja sobre mi?”
 
“Venia a ver como estabas, que bien que conseguiste ropa y lo siento.” Dice de mala gana. “¿Sabes? no quería perder mi almuerzo en ti apropósito, puedo ser mala pero nunca desperdiciaría algo tan delicioso como un trozo de lasaña.” Sus palabras me hacen recobrar el sentido, probablemente la chica tenia razón y ella no quería hacer eso.
 
“Lo lamento, no fue mi intención acusarte con mala fe.” Exclamé.
 
“No hay problema. Un gusto soy Helen.” Extiende su mano amistosamente luego de presentarse y una sonrisa se escapa de sus labios.
 
“¿Vienes de intercambio de alguna parte de Francia?” Preguntó, su asentó me parece de por esos lugares.
 
Hablé un buen rato con Helen, resulta que hoy es su primer día, viene de Francia y me pareció una chica bastante simpática después de todo. Nos despedimos y camino por el pasillo hasta la clase de Arte, seguro a la profesora Peters no le importaría que yo llegase unos diez minutos mas temprano. Pienso un poco en lo que dijo el rizado y una sonrisa se forma en mi rostro. Al menos creerán que ya no soy virgen y me dejaran en paz. Por supuesto algo positivo tenia que aprovechar de la situación ¿no?
¡O Dios era tan patética!