Una Hora y Media a Tu Lado {Larry}

 
<< ¡Mamá, detente! >> Mierda, había perdido la cabeza. ¿Había podido oír a alguien hablando dentro de él? Ahora sí que no lo iban a dejar salir, claro… Si se enteraban.
 
<< No llores, por favor. Me encuentro bien, estoy bien. >> Definitivamente esto no estaba pasando. Su voz no era, eso estaba claro. Tenía un tono más grave y también se oía ¿asustado? Claro que, ¿Quién no lo estaba en aquel lugar?
 
—Louis —dijo Harshel al notar que se encontraba a unos metros de él, perdido y confuso —. No deberías estar aquí. 
 
El joven reaccionó y levantó su vista para responderle.
 
—Eh, lo sé… Solo quise venir a despedirme… Hoy, hoy por fin me dan el alta. Supongo que ya lo sabía pero, de igual manera quería decirlo —sonríe —, se siente muy bien hacerlo.
 
<< ¡¿Pueden oírme?! >> Louis se estremeció al notarlo nuevamente dentro de él. Pero lo disimiló muy bien.
 
El doctor lo observó y se acercó a abrazarlo. Tan solo se tomaría un minuto de su tiempo para despedirse de Louis. Se lo merecía. Tanto él, como el joven. Lo conocía desde los trece años y sabía que era un luchador, que una vez que saliera de aquel hospital, le ganaría al mundo. Solo que no se lo dijo.  
 
—Felicitaciones, Louis —le dio un último apretón y se separó.
 
<< Soy yo, Harry, ¡Mamá, puedes oírme?! >>
 
—¿Harry? —Susurró confundido, pero no tan bajo como para que nadie lo oyera. 
 
—¿Lo conoces? —Preguntó Harshel —Ingresó ayer por la noche, tuvo un accidente y se encuentra en riesgo. 
 
No podía creerlo, ¿aquel en su cabeza era…? No imposible. Pero, entonces ¿qué significaba? Seguramente esto debía ser un efecto secundario de todos los medicamentos y quimioterapia que había recibido durante todos estos años. 
 
—Oh… Pero… ¿Tiene posibilidades? —Susurró mientras se apartaba de sus familiares.
 
Harshel,  con sus ojos rojos del cansancio, suspiró.
 
—Mira Louis, no tengo permitido decir esto, pero entre tú y yo, sólo hay un diez por ciento de posibilidades que sobreviva. 
 
El joven no respondió, Harry  estaba en problemas, no lo conocía, pero sentía lástima por él. Era irónico, uno tan feliz por tener una nueva oportunidad, y mientras alguien más se encontraba sufriendo y luchando por tener una.
 
<< Soy yo, Harry… Harry Styles >> Su voz sonaba esta como si se hubiera dado por vencido. 
 
Louis cerró sus ojos y nervioso le preguntó al doctor —: Su… Su apellido es… ¿Styles? —Por dentro rogó que no lo fuera, estaba a punto de convencerse que solo era su imaginación, que esa voz no era real. Que era imposible que pudiera oírlo.
 
 —Así es —respondió apenado —, ¿quieres hablar con su madre? —Louis negó con su cabeza rápidamente —. De acuerdo, en ese caso supongo que no tienes nada que hacer aquí —le sonrió —, ya puedes irte al fin Louis.
 
Había deseado eso por años, pero ahora aquel joven que oía le había llamado demasiado la atención, ¿cómo… cómo era posible aquello?
 
—¿Louis? ¿De verdad te encuentras bien?
 
El joven salió de su trance al sentir unas frías manos sobre sus hombros. Luego respondió —: Si, si doc. Simplemente estaba pensando en algo más.
 
<< ¿Dónde estoy?... ¿Hay alguien? >> Se oía agotado.

Tenía dos opciones, averiguar lo que sucedía u olvidarlo por completo e irse para encontrarse con lo que quedaba de su familia. Durante todos lo años que estuvo enfermo, los problemas, el cansancio y la desesperación los dividió. Estaba cansado de aquel hospital, de aquella enfermedad que tanto le había quitado. No aguantaba ningún minuto más allí.

Dio media vuelta y se dispuso a continuar su vida, a ignorar aquello que sucedía.

Louis paró en seco y observó hacia aquella familia que se encontraba en la sala de espera llorando y tomándose de las manos. Louis suspiró, sabía que iba a arrepentirse pero debía intentarlo.

Con su silla de ruedas se acercó lentamente a una mujer que ocultaba sus hermosos ojos claros con su llanto, ésta lo observó confundida. Pero no dijo absolutamente nada. 

—Lo siento —dijo el joven —. No nos conocemos, pero yo sí a su hijo —mintió —. Mi nombre es Louis Tomlinson.

—¿Louis? —Preguntó —Nunca me habló de ti. 

El rió nervioso. Perfecto, debía esperarse aquello.

—Amm, es que no hay mucho que decir, simplemente fuimos amigos hace tiempo... Me enteré que ingresó y vine con la posibilidad poder verlo.