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Club from broken hearts |n.c|
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Re: Club from broken hearts |n.c|
capitulo 04
Mierda, mierda, mierda. Todo esto era nada más y menos que una broma ¿verdad?, todos los clubs del instituto estaban más que llenos. Hasta para los más estupidos, no había pase.
El director del instituto me había mandado una carta, por la mañana, diciéndome que al ser una alumna becada tenia que entrar si o si a un club. Y no me cabía en la cabeza por que era obligaba a ello, yo tenía las mejores notas y no tenia ninguna falta por conducta.
Suspire pesadamente, estaba realmente cansada, ya no había ningún cupo para nada. Enojada golpeé el letrero haciendo que las hojas, que están puestas una encima de otra, cayeran, haciendo un desastre. Genial, esto me tiene que estar pasando a mí, definitivamente este no es mi día.
Los recogí y agradecí que en ese momento, ninguna persona había llega aun, estaba sola, bueno además del conserje, pero eso no contaba ahora.
Suelo llegar una hora antes a la escuela para poder actualizar el blog y pensar que publicar en las tres columnas del periódico semanal, que me correspondía hacer. Pero con todo esto, no hice ni lo uno ni lo otro, eso me enfadaba mucho. Y también por que no me había avisado antes. Estaba desperdiciando todo este valioso tiempo en una idiotez como esta.
“Club de los corazones rotos” Drea Covin. Escrito con mayúsculas y letra color negra, fue lo que leí en una hoja que estaba tapada por un anuncio del cuidado de la salud. La agarre con una mano mientras que con la otra tenia todos los papeles que había hecho caer anteriormente.
La coloque en la boca sosteniéndola con mis labios, intentando no mojarla con mi saliva, pegue todas las demás y cuando termine me senté en el suelo y comencé a leer.
Era más o bien un club para aquellos que habían sufrido una fuerte ruptura, algún rechazo por el chico o la chica que le gusta o tan simple como un “amor prohibido”.
Alexander, era el chico que me había enamorado con su sonrisa de ángel y sus hermosos ojos.
Recuerdo más perfecto que nadie el día en que lo conocí, entro al colegio como un alumno transferido desde Bradford, todo bien, tenia buena notas y era bueno jugando al soker. Al principio lo tomaba como un simple chico más en esta preparatoria; era raro, jamás me había fijado en un muchacho antes, pues me preocupaba por mis notas, no estaba para novios. El tiempo paso y con ello pude darme cuenta de que me había enamorado de él, pero todo eso se fue a la basura cuando mi amiga, Caroline, me dijo que él la había invitado a una cita, ella era de las muy pocas personas que sabían lo que sentía hacia el, pero yo la quería mucho y yo no era nadie para decirle que hacer, así que tan solo deje que ella este con Alex.
Pensándolo bien, era muy masoquista. Me torturaba viendo como cada día ellos entraban al colegio tomados la mano y diciéndose una que otra palabra de amor.
Otra cosa que odiaba era que, él tenía la maldita costumbre de acompañarla hasta la clase que le correspondía y se despedían con un beso. Yo como tonto los miraba con una mezcla de celos, dolor y odio.
Como me detesto.
Deje esos pensamientos de lado y al final supe que hacer, busque en mi cartera un bolígrafo y encontré el de color rosa. Apunte mi nombre.
“Amanda Morrison” con letra de imprenta.
Me arrepentí por un momento, pero luego recordé sobre lo de la carta y lo deje pasar, cualquiera que pasara por ese lugar lo iba a ver, pero ese no era el punto ahora. Coloque el cartel, tapando el aviso de cuando se reunían los integrantes del club de los compulsivos y me fui de ahí.
Entre a la biblioteca y pude sentirme en casa, la mayoría de las veces me la pasaba en este lugar, se había convertido en un segundo hogar para mi.
Cuando finalizaba el día, solía quedarme hasta las siete de la tarde, con el conserje que me ayudaba una que otras veces con alguna tarea o, sobre que hablar en el periódico.
Odiaba ir a mi casa, mamá tenía la hermosa idea de invitar a sus amigas, cinco veces a la semana, a pasar la tarde con sus odiosos hijos. Eran realmente molestos. Una vez cuando llegue a casa, temprano, los encontré jugando en mi habitación, todo estaba dado vuelta. Los cajones abiertos y toda mi ropa esparcida. Un brassier esta puesto en el pecho de un niño, no dije nada. Pero fue el colmo cuando vi una ropa intima, colgaba de la ventana que daba a la calle.
Joseph, mi hermano, estaba leyendo mi diario personal en voz alta.
— “Realmente amo a Alex, pero el esta saliendo con mi mejor amiga y eso me esta matando de celos, no se que hacer.” — Todos sus amigos dijeron un “Uhh” y fue hay que pegue un grito y los eche de mi cuarto.
Desde ese día procuro cerrar con llave la puerta de mi habitación.
Paseando por los pasillos de la biblioteca no tenia ni la más remota idea de que hacer, no estaba inspirada para poder escribir, ni tampoco tenia ánimos para leer.
De repente me vieron unas inmensas ganas de llorar. No era un buen día y mi autoestima estaba por los suelos.
Hoy era veinte, exactamente se cumplían nueve meses desde que ellos están saliendo. Nueve meses en los cuales vivía una tortura. Nueve meses en que ya mi alegría y mis ganas de sonreír habían desaparecido.
Me senté en el suelo y tan solo me dispuse a llorar. Estaba cansada, cansada de verlos juntos, ¿pero que podía hacer yo ahora?. Nada, ellos se amaban y yo tenía que vivir día a día junto a eso.
Me acosté en el suelo y puse mis rodillas en mi pecho, ahora más que nada era cuando necesitaba el abrazo y cariño de mi padre. Hacia ya mas de un mes que el había fallecido, dejando un enorme vacío en mi familia y en mi casa.
Él llego a ser todo para mí, me hacia sentir especial, cuando estaba a su lado.
Me acurruque más y deje que los sollozos escaparan de mi garganta. Estaba pérdida, había vuelto a caer otra vez en depresión. Y ahora se lo agradecía todo a Alex, se había robado mi corazón, pero luego, lo desecho como si nada importara ya.
Cerré mis ojos con fuerza, ya no quiero llorar, solo quiero ser fuerte.
— ¿Te encuentras bien?. — Un sollozo fuerte salio de mis labios, estaba temblando, era él, reconozco su voz a kilómetros de distancia. Mi corazón dio un vuelco y mi pulso empezó acelerarse.
Abrí mis ojos y torpemente me pare. Seque mis lagrimas con las mangas de mi pulóver y me fui por el lugar contrario. Ahora más que nada quería estar sola, odiaba que me vean llorar.
Él me sostuvo del brazo haciendo que no avanzara. Sentí un hormigueo dentro de mí y lo empecé a forzar para que me soltara.
— Te pregunte que si estas bien, ¿Por qué no me respondes?, ¿Sucede algo, Ami? — Su voz me dio confianza, seguridad. “¿Sucede algo Ami?”. Joder, papá me llamaba así, nadie más, ¿Cómo diablos se atreve?. Otra vez las lágrimas amenazaron con salir, me solté de su agarre y me quede dándole la espalda.
— Ami quiero solo ayud… — No lo deje terminar, me gire rápidamente y lo abrace, fue algo loco, pero ahora más que nada necesitaba un abrazo. Tres segundos después el me lo correspondió.
Estaba mojando su camiseta pero a él no le importaba. Acariciaba mi cabello y me dio un beso en la frente y mormuro en mi oído un “Tranquila Ami, todo estará bien”. Eso hizo que un escalofrío recorriera por todo mi cuerpo, haciendo que se me pongan los bellitos de punta.
Me solté y lo mire apenada.
—Yo. Perdón, no, solo. — Me estaba costando mucho formar una oración de tres palabras, todo lo que decía salía de mi torpemente. Tenia un nudo en la garganta, trate de trabar saliva pero me estaba costando.
— Ami, dime que es lo que pasa. — Estaba empezando a enojarme conmigo misma, estaba enfadada por mi actitud, por como era, por todo.
— No me llames Ami, y lo que me pasa no es de tu incumbencia, son mis problemas, no tienes el derecho de meterte en mi jodida vida. — Dije en un tono seco. No estaba molesta con él, si no conmigo.
Tan solo negué con la cabeza y busque la salida, no quería quedarme ni un segundo más en ese lugar, el amiente era tenso y me estaba comiendo poco a poco.
No entre a la primera clase, ni mucho menos a la segunda. Solo me fui a casa.
Cuando llegue, solo me encerré en mi habitación y me quede allí pensado.
Todo esto se estaba saliendo de control, había hecho el ridículo al frente de él, y eso me enojaba cada vez más que lo recordaba.
Agarre una almohada, me tape la cara con ella y grite, empecé a golpearla; la ira me estaba consumiendo cada vez más rápido.
Agarre el espejo y lo lance, rompiéndose en muchos pedazos. Desordene toda la ropa, tire la lámpara, lance los portarretratos contra la pared, y cuando agarre uno que tenia mi foto con la de mi mejor amiga, la rompí en miles de pedacitos. No me arrepiento de ello.
Tire de mis cabellos y caí al suelo. Otra vez a llorar.
Mis ojos se encontraron con una foto en la que estaba mi padre, me arrastre hasta ella, estaba en la otra esquina, tenia vidrios pero no me importo. La alce pero me corte. Gemí. La sangre comenzó a brotar de la herida. No le di importancia, deje todo de lado. No voy a ordenar la habitación. No ahora, no tenia fuerzas para nada. Solo me acosté en mi cama, abrazada de la fotografía.
— Papá, me haces mucha falta. — Susurre. — Alex.
— Tierra llamando a Amanda. — Moví mi cabeza saliendo de mi mundo. Desde que llegue me quede pensando sobre todo lo que había ocurrido ayer, y no pude dormir en la noche. Caroline estaba hablando de cómo le había ido en su aniversario. Yo solo me disponía a fingir que escuchaba cuando en realidad no lo hacia.
Era muy molesta, porque a cada rato decía cosas como “Alex es tierno” o “Alex no dejaba de darme besos”. La quería mandar a la mierda, pero me contuve, era mi amiga y no iba a ser el papel de niña celosa al frente de ella.
— Perdón, estaba pensando de que hablar en el periódico, ya sabes. — Hice un gesto con la mano queriendo decir que era algo aburrido, sin importancia.
— Chica, yo creo que me estas mintiendo. Anda cuéntame pequeña, quien es el que te esta trayendo loca. — Su voz me estaba dando migraña, ¿es qué no se calla nunca? — No espera, ¿es ese pendejo de quinto, el que te obligaba a comer gusanos en primer grado?, o el carbón del otro cuarto. Ay, no dime por favor que no es Leon el orejon. — Cállate pendeja; si supieras que es tu novio me partes la cabeza. Pensé y me reí por ello. — No me digas que…
— Señoritas, ¿cómo están? — Alexander la interrumpió y le dirigí una mirada de gracias. — Y bien ¿De que hablaban?.
— A esta niña le gusta Leon el ore… — No la deje continuar por que una mano se poso sobre su boca haciendo que no diga ni una palabra más.
— Cosas de chicas… ya sabes… — Él arqueo una ceja y eso me derritió por dentro. Luego recibí una mordida de parte de Caroline y grite. Agradecí por a ver puesto la otra mano que no estaba vendada.
— No vuelvas a hacer eso Amanda, porque te juro que a la próxima es más fuerte. — Rodeé los ojos y me fui de ese lugar, púdrete Caroline.
— ¡Oye, espérame!. — Venían gritando de atrás, no reconocía la voz así que pensé que era para otra persona. — Amanda.
Pare en seco, ¿ese es Alex?. Me gire y efectivamente era él. Venia a unos metros atrás y corriendo. Le sonreí y me respondió igual. Las malditas mariposas de mi estomago estaban haciendo una guerra dentó mío.
Hace mucho tiempo que no me sentía así, tan viva.
— Ey, te estaba hablando hace rato, ¿Qué paso? — Tenía la voz agitada y se estaba acomodando la ropa, su pelo estaba un desastre. Largue una suave carcajada. — ¿Qué tengo?.
— Espera, déjame que te arregle. — Tuve que ponerme de puntitas para alcanzar su cabeza y arreglar su pelo. Era color marrón y pude sentir su aroma. — Listo.
— Creo que gracias. A lo que venia era que, si querrías ir a almorzar conmigo, ya sabes. Caroline se tuvo que ir por unos estudios médicos y yo me quede solo. Claro solo si tú quieres. — Sonreí y asentí con la cabeza.
Bueno creo que algo estaba saliendo bien hoy. — ¿Qué paso en tu mano?
Oh mierda, lo noto. Le digo “Es que estaba enojada por lo que paso ayer entre nosotros, y me corte con un vidrio de un porta retrato, que yo misma rompí”. ¡No!, tendría que buscar una escusa rápida.
— Me lastime con un cuchillo en la cocina.
Nadie dijo nada más, buscamos una mesa para sentarnos. Pero Max, el co-capitán del equipo, llamo a Alex para que se sentara con ellos. Él me miro y yo solo le di la señal de que vaya sin preocupaciones.
Me senté en la mesa del fondo, sola. No tenía hambre, Max me había quitado el apetito, ahora lo odiaba más que nunca.
Estaba jugando con la comida, esto era frustrante. Me levante, agarre la bandeja y busque un cesto. Cuando lo vi, tire todo la comida dentro de el. Hay se van unos vente dólares, y deje la bandeja en un lado.
No tenia ganas de entrar a clases, así que solo pedí una autorización para volver a casa, fingiendo que estoy enferma.
— Hija, ¿qué haces aquí temprano?. — La dulce voz de mi madre me recibió cuando llegue a casa, le dedique una sonrisa forzada — ¿Estas bien?.
— No quiero hablar de cómo me siento, mamá, solo quiero ir a mi cuarto, acostarme en mi cama y dormir. Solo eso quiero. — Subí rápido las escaleras, dejándola con la palabra en la boca, se que es una falta de respeto, y también me ganaría un castigo por ello, pero lo deje de lado. Fui a mi cuarto, serrando la puerta con llave, tire la mochila a un lado y me acosté a en mi cama. “Y no volver a despertar jamás” pensé
El director del instituto me había mandado una carta, por la mañana, diciéndome que al ser una alumna becada tenia que entrar si o si a un club. Y no me cabía en la cabeza por que era obligaba a ello, yo tenía las mejores notas y no tenia ninguna falta por conducta.
Suspire pesadamente, estaba realmente cansada, ya no había ningún cupo para nada. Enojada golpeé el letrero haciendo que las hojas, que están puestas una encima de otra, cayeran, haciendo un desastre. Genial, esto me tiene que estar pasando a mí, definitivamente este no es mi día.
Los recogí y agradecí que en ese momento, ninguna persona había llega aun, estaba sola, bueno además del conserje, pero eso no contaba ahora.
Suelo llegar una hora antes a la escuela para poder actualizar el blog y pensar que publicar en las tres columnas del periódico semanal, que me correspondía hacer. Pero con todo esto, no hice ni lo uno ni lo otro, eso me enfadaba mucho. Y también por que no me había avisado antes. Estaba desperdiciando todo este valioso tiempo en una idiotez como esta.
“Club de los corazones rotos” Drea Covin. Escrito con mayúsculas y letra color negra, fue lo que leí en una hoja que estaba tapada por un anuncio del cuidado de la salud. La agarre con una mano mientras que con la otra tenia todos los papeles que había hecho caer anteriormente.
La coloque en la boca sosteniéndola con mis labios, intentando no mojarla con mi saliva, pegue todas las demás y cuando termine me senté en el suelo y comencé a leer.
Era más o bien un club para aquellos que habían sufrido una fuerte ruptura, algún rechazo por el chico o la chica que le gusta o tan simple como un “amor prohibido”.
Alexander, era el chico que me había enamorado con su sonrisa de ángel y sus hermosos ojos.
Recuerdo más perfecto que nadie el día en que lo conocí, entro al colegio como un alumno transferido desde Bradford, todo bien, tenia buena notas y era bueno jugando al soker. Al principio lo tomaba como un simple chico más en esta preparatoria; era raro, jamás me había fijado en un muchacho antes, pues me preocupaba por mis notas, no estaba para novios. El tiempo paso y con ello pude darme cuenta de que me había enamorado de él, pero todo eso se fue a la basura cuando mi amiga, Caroline, me dijo que él la había invitado a una cita, ella era de las muy pocas personas que sabían lo que sentía hacia el, pero yo la quería mucho y yo no era nadie para decirle que hacer, así que tan solo deje que ella este con Alex.
Pensándolo bien, era muy masoquista. Me torturaba viendo como cada día ellos entraban al colegio tomados la mano y diciéndose una que otra palabra de amor.
Otra cosa que odiaba era que, él tenía la maldita costumbre de acompañarla hasta la clase que le correspondía y se despedían con un beso. Yo como tonto los miraba con una mezcla de celos, dolor y odio.
Como me detesto.
Deje esos pensamientos de lado y al final supe que hacer, busque en mi cartera un bolígrafo y encontré el de color rosa. Apunte mi nombre.
“Amanda Morrison” con letra de imprenta.
Me arrepentí por un momento, pero luego recordé sobre lo de la carta y lo deje pasar, cualquiera que pasara por ese lugar lo iba a ver, pero ese no era el punto ahora. Coloque el cartel, tapando el aviso de cuando se reunían los integrantes del club de los compulsivos y me fui de ahí.
Entre a la biblioteca y pude sentirme en casa, la mayoría de las veces me la pasaba en este lugar, se había convertido en un segundo hogar para mi.
Cuando finalizaba el día, solía quedarme hasta las siete de la tarde, con el conserje que me ayudaba una que otras veces con alguna tarea o, sobre que hablar en el periódico.
Odiaba ir a mi casa, mamá tenía la hermosa idea de invitar a sus amigas, cinco veces a la semana, a pasar la tarde con sus odiosos hijos. Eran realmente molestos. Una vez cuando llegue a casa, temprano, los encontré jugando en mi habitación, todo estaba dado vuelta. Los cajones abiertos y toda mi ropa esparcida. Un brassier esta puesto en el pecho de un niño, no dije nada. Pero fue el colmo cuando vi una ropa intima, colgaba de la ventana que daba a la calle.
Joseph, mi hermano, estaba leyendo mi diario personal en voz alta.
— “Realmente amo a Alex, pero el esta saliendo con mi mejor amiga y eso me esta matando de celos, no se que hacer.” — Todos sus amigos dijeron un “Uhh” y fue hay que pegue un grito y los eche de mi cuarto.
Desde ese día procuro cerrar con llave la puerta de mi habitación.
Paseando por los pasillos de la biblioteca no tenia ni la más remota idea de que hacer, no estaba inspirada para poder escribir, ni tampoco tenia ánimos para leer.
De repente me vieron unas inmensas ganas de llorar. No era un buen día y mi autoestima estaba por los suelos.
Hoy era veinte, exactamente se cumplían nueve meses desde que ellos están saliendo. Nueve meses en los cuales vivía una tortura. Nueve meses en que ya mi alegría y mis ganas de sonreír habían desaparecido.
Me senté en el suelo y tan solo me dispuse a llorar. Estaba cansada, cansada de verlos juntos, ¿pero que podía hacer yo ahora?. Nada, ellos se amaban y yo tenía que vivir día a día junto a eso.
Me acosté en el suelo y puse mis rodillas en mi pecho, ahora más que nada era cuando necesitaba el abrazo y cariño de mi padre. Hacia ya mas de un mes que el había fallecido, dejando un enorme vacío en mi familia y en mi casa.
Él llego a ser todo para mí, me hacia sentir especial, cuando estaba a su lado.
Me acurruque más y deje que los sollozos escaparan de mi garganta. Estaba pérdida, había vuelto a caer otra vez en depresión. Y ahora se lo agradecía todo a Alex, se había robado mi corazón, pero luego, lo desecho como si nada importara ya.
Cerré mis ojos con fuerza, ya no quiero llorar, solo quiero ser fuerte.
— ¿Te encuentras bien?. — Un sollozo fuerte salio de mis labios, estaba temblando, era él, reconozco su voz a kilómetros de distancia. Mi corazón dio un vuelco y mi pulso empezó acelerarse.
Abrí mis ojos y torpemente me pare. Seque mis lagrimas con las mangas de mi pulóver y me fui por el lugar contrario. Ahora más que nada quería estar sola, odiaba que me vean llorar.
Él me sostuvo del brazo haciendo que no avanzara. Sentí un hormigueo dentro de mí y lo empecé a forzar para que me soltara.
— Te pregunte que si estas bien, ¿Por qué no me respondes?, ¿Sucede algo, Ami? — Su voz me dio confianza, seguridad. “¿Sucede algo Ami?”. Joder, papá me llamaba así, nadie más, ¿Cómo diablos se atreve?. Otra vez las lágrimas amenazaron con salir, me solté de su agarre y me quede dándole la espalda.
— Ami quiero solo ayud… — No lo deje terminar, me gire rápidamente y lo abrace, fue algo loco, pero ahora más que nada necesitaba un abrazo. Tres segundos después el me lo correspondió.
Estaba mojando su camiseta pero a él no le importaba. Acariciaba mi cabello y me dio un beso en la frente y mormuro en mi oído un “Tranquila Ami, todo estará bien”. Eso hizo que un escalofrío recorriera por todo mi cuerpo, haciendo que se me pongan los bellitos de punta.
Me solté y lo mire apenada.
—Yo. Perdón, no, solo. — Me estaba costando mucho formar una oración de tres palabras, todo lo que decía salía de mi torpemente. Tenia un nudo en la garganta, trate de trabar saliva pero me estaba costando.
— Ami, dime que es lo que pasa. — Estaba empezando a enojarme conmigo misma, estaba enfadada por mi actitud, por como era, por todo.
— No me llames Ami, y lo que me pasa no es de tu incumbencia, son mis problemas, no tienes el derecho de meterte en mi jodida vida. — Dije en un tono seco. No estaba molesta con él, si no conmigo.
Tan solo negué con la cabeza y busque la salida, no quería quedarme ni un segundo más en ese lugar, el amiente era tenso y me estaba comiendo poco a poco.
No entre a la primera clase, ni mucho menos a la segunda. Solo me fui a casa.
Cuando llegue, solo me encerré en mi habitación y me quede allí pensado.
Todo esto se estaba saliendo de control, había hecho el ridículo al frente de él, y eso me enojaba cada vez más que lo recordaba.
Agarre una almohada, me tape la cara con ella y grite, empecé a golpearla; la ira me estaba consumiendo cada vez más rápido.
Agarre el espejo y lo lance, rompiéndose en muchos pedazos. Desordene toda la ropa, tire la lámpara, lance los portarretratos contra la pared, y cuando agarre uno que tenia mi foto con la de mi mejor amiga, la rompí en miles de pedacitos. No me arrepiento de ello.
Tire de mis cabellos y caí al suelo. Otra vez a llorar.
Mis ojos se encontraron con una foto en la que estaba mi padre, me arrastre hasta ella, estaba en la otra esquina, tenia vidrios pero no me importo. La alce pero me corte. Gemí. La sangre comenzó a brotar de la herida. No le di importancia, deje todo de lado. No voy a ordenar la habitación. No ahora, no tenia fuerzas para nada. Solo me acosté en mi cama, abrazada de la fotografía.
— Papá, me haces mucha falta. — Susurre. — Alex.
— Tierra llamando a Amanda. — Moví mi cabeza saliendo de mi mundo. Desde que llegue me quede pensando sobre todo lo que había ocurrido ayer, y no pude dormir en la noche. Caroline estaba hablando de cómo le había ido en su aniversario. Yo solo me disponía a fingir que escuchaba cuando en realidad no lo hacia.
Era muy molesta, porque a cada rato decía cosas como “Alex es tierno” o “Alex no dejaba de darme besos”. La quería mandar a la mierda, pero me contuve, era mi amiga y no iba a ser el papel de niña celosa al frente de ella.
— Perdón, estaba pensando de que hablar en el periódico, ya sabes. — Hice un gesto con la mano queriendo decir que era algo aburrido, sin importancia.
— Chica, yo creo que me estas mintiendo. Anda cuéntame pequeña, quien es el que te esta trayendo loca. — Su voz me estaba dando migraña, ¿es qué no se calla nunca? — No espera, ¿es ese pendejo de quinto, el que te obligaba a comer gusanos en primer grado?, o el carbón del otro cuarto. Ay, no dime por favor que no es Leon el orejon. — Cállate pendeja; si supieras que es tu novio me partes la cabeza. Pensé y me reí por ello. — No me digas que…
— Señoritas, ¿cómo están? — Alexander la interrumpió y le dirigí una mirada de gracias. — Y bien ¿De que hablaban?.
— A esta niña le gusta Leon el ore… — No la deje continuar por que una mano se poso sobre su boca haciendo que no diga ni una palabra más.
— Cosas de chicas… ya sabes… — Él arqueo una ceja y eso me derritió por dentro. Luego recibí una mordida de parte de Caroline y grite. Agradecí por a ver puesto la otra mano que no estaba vendada.
— No vuelvas a hacer eso Amanda, porque te juro que a la próxima es más fuerte. — Rodeé los ojos y me fui de ese lugar, púdrete Caroline.
— ¡Oye, espérame!. — Venían gritando de atrás, no reconocía la voz así que pensé que era para otra persona. — Amanda.
Pare en seco, ¿ese es Alex?. Me gire y efectivamente era él. Venia a unos metros atrás y corriendo. Le sonreí y me respondió igual. Las malditas mariposas de mi estomago estaban haciendo una guerra dentó mío.
Hace mucho tiempo que no me sentía así, tan viva.
— Ey, te estaba hablando hace rato, ¿Qué paso? — Tenía la voz agitada y se estaba acomodando la ropa, su pelo estaba un desastre. Largue una suave carcajada. — ¿Qué tengo?.
— Espera, déjame que te arregle. — Tuve que ponerme de puntitas para alcanzar su cabeza y arreglar su pelo. Era color marrón y pude sentir su aroma. — Listo.
— Creo que gracias. A lo que venia era que, si querrías ir a almorzar conmigo, ya sabes. Caroline se tuvo que ir por unos estudios médicos y yo me quede solo. Claro solo si tú quieres. — Sonreí y asentí con la cabeza.
Bueno creo que algo estaba saliendo bien hoy. — ¿Qué paso en tu mano?
Oh mierda, lo noto. Le digo “Es que estaba enojada por lo que paso ayer entre nosotros, y me corte con un vidrio de un porta retrato, que yo misma rompí”. ¡No!, tendría que buscar una escusa rápida.
— Me lastime con un cuchillo en la cocina.
Nadie dijo nada más, buscamos una mesa para sentarnos. Pero Max, el co-capitán del equipo, llamo a Alex para que se sentara con ellos. Él me miro y yo solo le di la señal de que vaya sin preocupaciones.
Me senté en la mesa del fondo, sola. No tenía hambre, Max me había quitado el apetito, ahora lo odiaba más que nunca.
Estaba jugando con la comida, esto era frustrante. Me levante, agarre la bandeja y busque un cesto. Cuando lo vi, tire todo la comida dentro de el. Hay se van unos vente dólares, y deje la bandeja en un lado.
No tenia ganas de entrar a clases, así que solo pedí una autorización para volver a casa, fingiendo que estoy enferma.
— Hija, ¿qué haces aquí temprano?. — La dulce voz de mi madre me recibió cuando llegue a casa, le dedique una sonrisa forzada — ¿Estas bien?.
— No quiero hablar de cómo me siento, mamá, solo quiero ir a mi cuarto, acostarme en mi cama y dormir. Solo eso quiero. — Subí rápido las escaleras, dejándola con la palabra en la boca, se que es una falta de respeto, y también me ganaría un castigo por ello, pero lo deje de lado. Fui a mi cuarto, serrando la puerta con llave, tire la mochila a un lado y me acosté a en mi cama. “Y no volver a despertar jamás” pensé
- People:
- Hola, bueno aquí esta el capitulo que corresponde, y a decir verdad no me gusto como quedo la ultimas partes, re kk, ame como escribieron las chicas anteriores y si comparan esto es una mierda. Yo muy pendeja puse palabrotas, pero bueno. ya que (?). ahre. Espero que sea de su agrado y si no mandenmen a la mierda.
La amo, besos xx:)
Invitado
Invitado
Re: Club from broken hearts |n.c|
Gracias por sus comentarios positivos chicas. Ahora edito el cuarto, se me hace complicado leer bien en el telefono.
changkyun.
Re: Club from broken hearts |n.c|
Me he dado cuenta que muchas de aqui han escrito que el club esta en una escuela y otra en una local normal . Ay que editar eso.
Saeran
Re: Club from broken hearts |n.c|
Creo que las que escribieron que era una escuela tendrían que editarlo, ya que hay personajes que son mayores, ademas.... en una escuela no tendria tanto sentido
Saeran
Re: Club from broken hearts |n.c|
capitulo 05
2006.
No sé muy bien si el maquillaje que tengo es muy exagerado o muy simple solo para una cita al cine con Angelo o solamente es que estoy exagerando todo y realmente me veo normal. Los nervios de la primera cita salieron a flote, no lograba entender como es que mi mejor amigo, mi confidente, el que sabe todo de mi por fin se haya dignado a invitarme a salir, y no cualquier cita como las que siempre tenemos donde vamos al parque para hablar y comer un helado, el de chocolate y yo de fresa. Si no una verdadera cita, me lo había dejado muy en claro, una cita romántica no le haría mal a unos adolescentes unidos desde niños. No es mala idea si tan solo yo no tuviese los sentimientos que delatan a la emoción de hablar como todos los días, es un sentimiento claramente nuevo, nunca antes sentido por mi misma, revuelto entre temor, emoción, angustia y cobardía. ¿Cómo llegue a tener esas emociones?, ni yo lo se.
-Hija- me llamo mi madre desde la puerta, me alarme al notar su sonrisa picara que siempre ponía cuando sabe que es algo importante sobre mi- Angelo ya esta abajo esperándote...- con razón la cara, solo asentí con una sonrisa chueca y agarre mi bolso para bajar. Los escalones se me hacían infinitos, mis piernas iban demasiado lento y estoy empezando a transpirar de los nervios. ¿Se reirá cuando me vea como toda una adolescente ilusionada?.
-Siempre me sorprendes cuando te lo propones, pequeña bombón- el apodo que me había puesto desde niños por mi cabello rizado me hizo reaccionar a que ya había bajado completamente, lo mire avergonzada, tenia su cabello negro como siempre y una amplia sonrisa haciendo resaltar sus dientes rectos, maldigo el momento al verlo vestido normal, había exagerado.
-¿Así ligas a las chicas?- enarque una ceja divertida, sabia muy bien que el es lo suficientemente tímido para no hablarle a alguna chica excepto yo, me alegra saber que yo soy su primera cita y el la mía.
-¿Te me estas insinuando?- imito mi acción de enarcar la ceja, lo mire sonrojada. No, no era mi intensión despertar al sarcástico Angelo.
-Mejor ya vamonos- hable incomoda, el asintió y puso su brazo como una jarra.
-Hay que ser siempre caballeroso- me sonrió y sentí que necesitaba una cubeta para soportar la baba que caería, acepte la invitación sin protestar y salimos de mi casa.
Quería gritar, llorar en el hombro de Angelo. Las películas de terror nunca han sido mis preferidas y eso lo sabia el. Estoy agarrando su brazo con fuerza y pienso que soy una cobarde.
-Prométeme que la malcriada niña asesina la matan- susurre con voz temblorosa pendiente de la película, pensaba que íbamos a ver algo romántico o hasta una comedia, no una película donde una niña mata sin piedad alguna a las personas.
-Ha sido lo mas estúpido que hayas dicho, pequeña bombón- rió sarcásticamente, no podía ver su cara pero de seguro tenia una sonrisa burlona puesta- la niña es un espirito maligno y no se puede morir- es ahí donde lo mire y fue el peor error que haya cometido. Estaba muy cerca, no se cuando es que me acerque demasiado a el, nuestras respiraciones se combinaban y nos mirábamos fijamente, el con sus ojos azules y yo con mis ojos parecidos a los suyos. No importaba los gritos del fondo de la chica siendo triturada por una cierra eléctrica, era nuestro momento, nunca nos habíamos mirado tan fijamente, ahora sabia el porque. Los dos nos conectábamos y no podíamos despegarnos.
-Eres lo mas hermoso que he visto, Drea- susurro con voz lenta, trague saliva con dificultad, mis labio superior empezó a temblar y mi respiración empezó a fallar, iba a llorar. Se me estaba declarando- Aun recuerdo cuando nos conocimos, tu tenias unas coletas cortas y un vestido floreado, llorabas porque los niños no te dejaban jugar con ellos, yo me acerque a ti y me abrazaste como si ya nos conociéramos antes- dio una pequeña carcajada casi muda- me pareciste tierna desde ese momento, nunca pensé que esa ternura me llegara a enamorar hasta un punto en el que no puedo dejar en pensar en ti, todo me recuerda a ti...- lo quería besar aunque creo que eso seria espantoso, no arruinaría esto- solo déjame confirmar si tu también compartes los mismos pensamientos que yo- se acerco mas, sentí su nariz rosar con la mía y su aliento a menta llego a mis fosas nasales- déjame ser el primero en besar tus labios, déjame sentir tu boca...- al decirlo lo ultimo nuestros labios se tocaron con un escaso beso de toque. Las famosas mariposas aparecieron por primera vez en mi existencia y sentí como mi corazón bombeaba mas sangre que lo común, el empezó a mover sus labios con timidez, yo lo seguí. El primer beso siempre dicen que nunca lo vas a olvidar, y si que tienen razón, nunca lo olvidaría. Sus labios finos se separaron de los míos, coloco su frente con la mía. Me negaba a abrir los ojos, temía a saber que dijera que tire mucha saliva y que soy una pésima besadora. Lo entendería.
-Son los únicos labios que quiero besar en mi vida- seguía susurrando y eso me mataba. Su voz ronca con el susurro parecía sonar misteriosa. Abrí mis ojos lentamente, los de el ya estaban abiertos, atentos a mi mirada, esperando mi opinión con una chispa de curiosidad.
-Y yo quiero ser la única a que la beses- sonreí con timidez, se alejo para después abrazarme. El abrazo que siempre quise sentir, uno de amor, no cariño. Amor recientemente declarado y fresco.
2007.
Nerviosa no llegaban a mi estado emocional, hoy, el 30 de septiembre se cumplía un año desde que Angelo y yo nos convertimos en pareja. Al parecer nadie se espero que los mejores amigos se convirtieran en pareja, nadie ni siquiera mis padres se lo creyeron hasta que el se presento oficialmente como tal. Maldecía no tener a una amiga y solo tener un amigo que ahora es mi novio, no tenia a nadie que me recomendara que hacer para Angelo, estaba seca en ideas, todas las ideas detallistas se fueron a los meses de novio dejándome vacía para el año de novios. Simplemente estúpido.
Esa no era mi única preocupación, temía a que se le olvidara nuestro aniversario, seria una pesadilla, ademas de bochornosa.
Tire de mis cabellos como acto de desesperación, no lograba concentrarme aun. Faltaba 3 horas para que Angelo me recogiera del colegio y así celebrar nuestro año. Había pensado en preguntarle a mi madre sobre algún consejo pero estaba dormida y despertar a mi padre no serviría ya que duerme como tronco. Esto era impresionante. Intente recopilar cada detalle que le di por nuestros meses, pero nada me salia, parecía que nunca sucedió eso, escribirle una carta no estaría mal, el problema era es que no sabia como expresarme, no era buena con las palabras y si se trataba sobre mis sentimientos, peor aun.
Soy una pésima novia, no se que regalarle y lo mas seguro es que el ya tiene mi regalo. Mas de 11 años conociéndolo y mi mente no lograba procesar una sorpresa.
Mire la hora, era demasiado temprano, había demasiado frió y si tomaba una siesta no despertaría hasta el siguiente día. Opte por dar una caminata por la privada donde vivo, saque un saco con capucha, caminar es saludable, ademas tal vez así mi mente se vuelva a prender.
Tome las llaves, salí de la casa y el viente impacto sobre mi cara, hice una mueca, era ese frió que si hablabas soltabas humo de tu boca pareciendo tren. Empece a alejarme, no tenia miedo, hay demasiada vigilancia aquí, si alguien me roba a los segundos esa persona estaría en el suelo siendo aplastado por algún vecino. Se escuchaba el cantar de los grillos aun, el sol aun no salia y la luna aun tenia su momento de realeza. 16 años y moriría por neumonia estando caminando con un frió de 12°, detuve mi paso para regresar a mi casa pero un pequeño llanto llamo mi atención. Mire a mi alrededor, todas las casas estaban apagadas, los faros de luz era la única iluminación ademas de la luna, di un paso atrás para ver si el llanto regresaba; regreso. Me puse de cuclillas, solo habían carros, no habían arbustos o arboles, así que tal vez haya un animal escondido abajo de un carro. Empece a gatear, la poca iluminación no ayudaba en nada, el llanto se hacia mas fuerte y me detuve al ya tener claro el sonido. Me acerque mas al hueco de un carro, metí mi cabeza y una pequeña lengua impacto hacia mi mejilla. Me aparte al sentir la lengua, a los pocos segundos un pequeño perrito salio de su escondite, estaba todo mojado, tal vez porque llovió hace unas horas, su pelaje era mas oscuro que la misma noche y unos ojos azules me miraban rogando a que lo ayudare. Acaricie su hocico, este por inercia primero lo olio y acepto mi mano, empece a acariciarlo, era muy suave, demasiado, tanto como el cabello de Angelo.
Angelo...
Mire al perrito con una sonrisa, este meneaba su cola y tenia sus orejas alerta, parecía emocionado con el simple hecho que yo lo haya encontrado. Recordé el momento cuando Angelo encontró a un perro callejero en la calle de la escuela, casi lloro al no poderse quedar con el. No seria mala idea regalarle este pequeño como aniversario, ama a los animales, tanto que hace 2 meses se convirtió en vegetariano. Tome el perrito en brazos, este empezó a lamer mi cara seguidas veces, solté una risa. Si, a Angelo le gustara.
Abrace a Angelo cuando lo vi en jardín de mi casa, este me empezó a dar vueltas.
-¡Feliz aniversario, mi bombón!- grito con euforia, yo daba chillidos de emoción. No se le había olvidado, estaba aliviada. -¡Te amo, te quiero, te deseo, te adoro!- paro de darme vueltas y empezó a dejar rastros de besos en mi cara, simplemente.. el es perfecto.
-Yo te amo mas- sonreí y le di un beso, este tomo mi cintura, sus besos completan todo, no podría vivir sin ellos. Pero como siempre, los tontos pulmones siempre exige que respiremos así que nos separamos.
-¿Lista para tu regalo?- pregunto con una sonrisa traviesa, lo mire con el ceño fruncido.
-Supongo- millones de ideas aparecieron en mi mente, desde una simple caja de chocolates hasta un ridículo oso gigante de tu humano.
-Pues...- se alejo de mi un momento, pude apreciarlo mejor, venia con un esmoquin, ¿por que no me di cuenta antes?.
-Estas queriendo dec- me detuve al escuchar unos ladridos fuertes y unas garras que rasgaban la puerta.
-¿Que es eso?- pregunto Angelo con curiosidad, lo mire con una sonrisa divertida.
-Tu regalo...- me encamine hacia la puerta para abrirla, el cachorro negro salio corriendo hacia el jardín encontrándose con Angelo. Este dio un grito y agarro al perro en sus brazos.
-¡Por dios, un perro!- me grito mientras reía, se veía tierno con el cachorro en brazos, sonreí al ver que este jugaba con el perro. Me acerque a el.
-¿Te gusto el regalo?- le cuestione con cariño, este me miro con alegría.
-Obvio que me gusto- se paro y dejo al cachorro en el piso- eres la mejor, ¿lo sabes?- me tomo de nuevo de la cintura, yo di una carcajada fuerte.
-¿Ah si?- jugué con el cabello de su nuca, sentí como este temblaba por mi toque.
-Si, y como eres la mejor tendrás un castigo...- lo mire divertida, ¿faltar a la escuela es un delito?.
-Sera un placer que me castigue- sonreí picaramente, este rió por mi actitud.
-Eres una sádica- me dio un escaso beso en la boca- ¿dejara tu mamá que se quede con Lucas todo día?- me pregunto viendo a el cachorro negro que estaba oliendo el pasto entretenido.
-¿Lucas es su nombre?- le pregunte frunciendo el ceño. asintió con la cabeza.
-Si llego a tener un hijo, espero que sea contigo- me dio una mirada pervertida, yo rodé los ojos- espero a que se llame Lucas, y bueno si es niña, Harriet- suspiro mientras subió sus hombros con exageración- ¿podrá si o no?-.
-Eso creo- hable insegura, este sonrió.
No sé muy bien si el maquillaje que tengo es muy exagerado o muy simple solo para una cita al cine con Angelo o solamente es que estoy exagerando todo y realmente me veo normal. Los nervios de la primera cita salieron a flote, no lograba entender como es que mi mejor amigo, mi confidente, el que sabe todo de mi por fin se haya dignado a invitarme a salir, y no cualquier cita como las que siempre tenemos donde vamos al parque para hablar y comer un helado, el de chocolate y yo de fresa. Si no una verdadera cita, me lo había dejado muy en claro, una cita romántica no le haría mal a unos adolescentes unidos desde niños. No es mala idea si tan solo yo no tuviese los sentimientos que delatan a la emoción de hablar como todos los días, es un sentimiento claramente nuevo, nunca antes sentido por mi misma, revuelto entre temor, emoción, angustia y cobardía. ¿Cómo llegue a tener esas emociones?, ni yo lo se.
-Hija- me llamo mi madre desde la puerta, me alarme al notar su sonrisa picara que siempre ponía cuando sabe que es algo importante sobre mi- Angelo ya esta abajo esperándote...- con razón la cara, solo asentí con una sonrisa chueca y agarre mi bolso para bajar. Los escalones se me hacían infinitos, mis piernas iban demasiado lento y estoy empezando a transpirar de los nervios. ¿Se reirá cuando me vea como toda una adolescente ilusionada?.
-Siempre me sorprendes cuando te lo propones, pequeña bombón- el apodo que me había puesto desde niños por mi cabello rizado me hizo reaccionar a que ya había bajado completamente, lo mire avergonzada, tenia su cabello negro como siempre y una amplia sonrisa haciendo resaltar sus dientes rectos, maldigo el momento al verlo vestido normal, había exagerado.
-¿Así ligas a las chicas?- enarque una ceja divertida, sabia muy bien que el es lo suficientemente tímido para no hablarle a alguna chica excepto yo, me alegra saber que yo soy su primera cita y el la mía.
-¿Te me estas insinuando?- imito mi acción de enarcar la ceja, lo mire sonrojada. No, no era mi intensión despertar al sarcástico Angelo.
-Mejor ya vamonos- hable incomoda, el asintió y puso su brazo como una jarra.
-Hay que ser siempre caballeroso- me sonrió y sentí que necesitaba una cubeta para soportar la baba que caería, acepte la invitación sin protestar y salimos de mi casa.
Quería gritar, llorar en el hombro de Angelo. Las películas de terror nunca han sido mis preferidas y eso lo sabia el. Estoy agarrando su brazo con fuerza y pienso que soy una cobarde.
-Prométeme que la malcriada niña asesina la matan- susurre con voz temblorosa pendiente de la película, pensaba que íbamos a ver algo romántico o hasta una comedia, no una película donde una niña mata sin piedad alguna a las personas.
-Ha sido lo mas estúpido que hayas dicho, pequeña bombón- rió sarcásticamente, no podía ver su cara pero de seguro tenia una sonrisa burlona puesta- la niña es un espirito maligno y no se puede morir- es ahí donde lo mire y fue el peor error que haya cometido. Estaba muy cerca, no se cuando es que me acerque demasiado a el, nuestras respiraciones se combinaban y nos mirábamos fijamente, el con sus ojos azules y yo con mis ojos parecidos a los suyos. No importaba los gritos del fondo de la chica siendo triturada por una cierra eléctrica, era nuestro momento, nunca nos habíamos mirado tan fijamente, ahora sabia el porque. Los dos nos conectábamos y no podíamos despegarnos.
-Eres lo mas hermoso que he visto, Drea- susurro con voz lenta, trague saliva con dificultad, mis labio superior empezó a temblar y mi respiración empezó a fallar, iba a llorar. Se me estaba declarando- Aun recuerdo cuando nos conocimos, tu tenias unas coletas cortas y un vestido floreado, llorabas porque los niños no te dejaban jugar con ellos, yo me acerque a ti y me abrazaste como si ya nos conociéramos antes- dio una pequeña carcajada casi muda- me pareciste tierna desde ese momento, nunca pensé que esa ternura me llegara a enamorar hasta un punto en el que no puedo dejar en pensar en ti, todo me recuerda a ti...- lo quería besar aunque creo que eso seria espantoso, no arruinaría esto- solo déjame confirmar si tu también compartes los mismos pensamientos que yo- se acerco mas, sentí su nariz rosar con la mía y su aliento a menta llego a mis fosas nasales- déjame ser el primero en besar tus labios, déjame sentir tu boca...- al decirlo lo ultimo nuestros labios se tocaron con un escaso beso de toque. Las famosas mariposas aparecieron por primera vez en mi existencia y sentí como mi corazón bombeaba mas sangre que lo común, el empezó a mover sus labios con timidez, yo lo seguí. El primer beso siempre dicen que nunca lo vas a olvidar, y si que tienen razón, nunca lo olvidaría. Sus labios finos se separaron de los míos, coloco su frente con la mía. Me negaba a abrir los ojos, temía a saber que dijera que tire mucha saliva y que soy una pésima besadora. Lo entendería.
-Son los únicos labios que quiero besar en mi vida- seguía susurrando y eso me mataba. Su voz ronca con el susurro parecía sonar misteriosa. Abrí mis ojos lentamente, los de el ya estaban abiertos, atentos a mi mirada, esperando mi opinión con una chispa de curiosidad.
-Y yo quiero ser la única a que la beses- sonreí con timidez, se alejo para después abrazarme. El abrazo que siempre quise sentir, uno de amor, no cariño. Amor recientemente declarado y fresco.
2007.
Nerviosa no llegaban a mi estado emocional, hoy, el 30 de septiembre se cumplía un año desde que Angelo y yo nos convertimos en pareja. Al parecer nadie se espero que los mejores amigos se convirtieran en pareja, nadie ni siquiera mis padres se lo creyeron hasta que el se presento oficialmente como tal. Maldecía no tener a una amiga y solo tener un amigo que ahora es mi novio, no tenia a nadie que me recomendara que hacer para Angelo, estaba seca en ideas, todas las ideas detallistas se fueron a los meses de novio dejándome vacía para el año de novios. Simplemente estúpido.
Esa no era mi única preocupación, temía a que se le olvidara nuestro aniversario, seria una pesadilla, ademas de bochornosa.
Tire de mis cabellos como acto de desesperación, no lograba concentrarme aun. Faltaba 3 horas para que Angelo me recogiera del colegio y así celebrar nuestro año. Había pensado en preguntarle a mi madre sobre algún consejo pero estaba dormida y despertar a mi padre no serviría ya que duerme como tronco. Esto era impresionante. Intente recopilar cada detalle que le di por nuestros meses, pero nada me salia, parecía que nunca sucedió eso, escribirle una carta no estaría mal, el problema era es que no sabia como expresarme, no era buena con las palabras y si se trataba sobre mis sentimientos, peor aun.
Soy una pésima novia, no se que regalarle y lo mas seguro es que el ya tiene mi regalo. Mas de 11 años conociéndolo y mi mente no lograba procesar una sorpresa.
Mire la hora, era demasiado temprano, había demasiado frió y si tomaba una siesta no despertaría hasta el siguiente día. Opte por dar una caminata por la privada donde vivo, saque un saco con capucha, caminar es saludable, ademas tal vez así mi mente se vuelva a prender.
Tome las llaves, salí de la casa y el viente impacto sobre mi cara, hice una mueca, era ese frió que si hablabas soltabas humo de tu boca pareciendo tren. Empece a alejarme, no tenia miedo, hay demasiada vigilancia aquí, si alguien me roba a los segundos esa persona estaría en el suelo siendo aplastado por algún vecino. Se escuchaba el cantar de los grillos aun, el sol aun no salia y la luna aun tenia su momento de realeza. 16 años y moriría por neumonia estando caminando con un frió de 12°, detuve mi paso para regresar a mi casa pero un pequeño llanto llamo mi atención. Mire a mi alrededor, todas las casas estaban apagadas, los faros de luz era la única iluminación ademas de la luna, di un paso atrás para ver si el llanto regresaba; regreso. Me puse de cuclillas, solo habían carros, no habían arbustos o arboles, así que tal vez haya un animal escondido abajo de un carro. Empece a gatear, la poca iluminación no ayudaba en nada, el llanto se hacia mas fuerte y me detuve al ya tener claro el sonido. Me acerque mas al hueco de un carro, metí mi cabeza y una pequeña lengua impacto hacia mi mejilla. Me aparte al sentir la lengua, a los pocos segundos un pequeño perrito salio de su escondite, estaba todo mojado, tal vez porque llovió hace unas horas, su pelaje era mas oscuro que la misma noche y unos ojos azules me miraban rogando a que lo ayudare. Acaricie su hocico, este por inercia primero lo olio y acepto mi mano, empece a acariciarlo, era muy suave, demasiado, tanto como el cabello de Angelo.
Angelo...
Mire al perrito con una sonrisa, este meneaba su cola y tenia sus orejas alerta, parecía emocionado con el simple hecho que yo lo haya encontrado. Recordé el momento cuando Angelo encontró a un perro callejero en la calle de la escuela, casi lloro al no poderse quedar con el. No seria mala idea regalarle este pequeño como aniversario, ama a los animales, tanto que hace 2 meses se convirtió en vegetariano. Tome el perrito en brazos, este empezó a lamer mi cara seguidas veces, solté una risa. Si, a Angelo le gustara.
Abrace a Angelo cuando lo vi en jardín de mi casa, este me empezó a dar vueltas.
-¡Feliz aniversario, mi bombón!- grito con euforia, yo daba chillidos de emoción. No se le había olvidado, estaba aliviada. -¡Te amo, te quiero, te deseo, te adoro!- paro de darme vueltas y empezó a dejar rastros de besos en mi cara, simplemente.. el es perfecto.
-Yo te amo mas- sonreí y le di un beso, este tomo mi cintura, sus besos completan todo, no podría vivir sin ellos. Pero como siempre, los tontos pulmones siempre exige que respiremos así que nos separamos.
-¿Lista para tu regalo?- pregunto con una sonrisa traviesa, lo mire con el ceño fruncido.
-Supongo- millones de ideas aparecieron en mi mente, desde una simple caja de chocolates hasta un ridículo oso gigante de tu humano.
-Pues...- se alejo de mi un momento, pude apreciarlo mejor, venia con un esmoquin, ¿por que no me di cuenta antes?.
-Estas queriendo dec- me detuve al escuchar unos ladridos fuertes y unas garras que rasgaban la puerta.
-¿Que es eso?- pregunto Angelo con curiosidad, lo mire con una sonrisa divertida.
-Tu regalo...- me encamine hacia la puerta para abrirla, el cachorro negro salio corriendo hacia el jardín encontrándose con Angelo. Este dio un grito y agarro al perro en sus brazos.
-¡Por dios, un perro!- me grito mientras reía, se veía tierno con el cachorro en brazos, sonreí al ver que este jugaba con el perro. Me acerque a el.
-¿Te gusto el regalo?- le cuestione con cariño, este me miro con alegría.
-Obvio que me gusto- se paro y dejo al cachorro en el piso- eres la mejor, ¿lo sabes?- me tomo de nuevo de la cintura, yo di una carcajada fuerte.
-¿Ah si?- jugué con el cabello de su nuca, sentí como este temblaba por mi toque.
-Si, y como eres la mejor tendrás un castigo...- lo mire divertida, ¿faltar a la escuela es un delito?.
-Sera un placer que me castigue- sonreí picaramente, este rió por mi actitud.
-Eres una sádica- me dio un escaso beso en la boca- ¿dejara tu mamá que se quede con Lucas todo día?- me pregunto viendo a el cachorro negro que estaba oliendo el pasto entretenido.
-¿Lucas es su nombre?- le pregunte frunciendo el ceño. asintió con la cabeza.
-Si llego a tener un hijo, espero que sea contigo- me dio una mirada pervertida, yo rodé los ojos- espero a que se llame Lucas, y bueno si es niña, Harriet- suspiro mientras subió sus hombros con exageración- ¿podrá si o no?-.
-Eso creo- hable insegura, este sonrió.
- Abreme:
- Esto no se queda asi, bueno en esta estoy explicando como es que se enamoraron, etc. Hay una continuacion <3
Última edición por Oops. el Sáb 17 Ene 2015, 1:30 pm, editado 2 veces
Saeran
Re: Club from broken hearts |n.c|
Primero que nada, disculpa no no estar en el foro como es debido. Me quede sin internet y segundo estaba dando examanes finales.
Ahora si comento el capitulo. Dejame decir que me encanto la manera en que escribes detallas cada cosas en tu capitulo. La historia me encanto y quiero que la sigas bueno tocara esperar el proximo capitulo.
Ahora si comento el capitulo. Dejame decir que me encanto la manera en que escribes detallas cada cosas en tu capitulo. La historia me encanto y quiero que la sigas bueno tocara esperar el proximo capitulo.
Invitado
Invitado
Re: Club from broken hearts |n.c|
Chicas chicas chicas, ya sé deberían matarme por no haber comentado antes, pero enserio PERDON no tengo excusa porque si tuve tiempo para hacerlo, pero no me sentía muy bien, en fin igual eso no es excusa.
Recién me senté y leí todos sus caps, enserio amé cada uno de ellos.
En el CAPÍTULO 2, odié realmente ODIÉ a Joanne, y Aiden es un... imbecil miedoso. Pero me encantó como Bly actuó delante de ellos toda em... ¿madura? si creo que esa sería la palabra, o sea actuo fuerte cómo si realmente no le importara.
El CAPÍUTULO 3, me dio mucha rabia, me enojé demaciado, o sea ¡SE SUPONE QUE CEDRIC DEBÍA APOYARLA, ERA SU NOVIA! ¿Pero enserio ZAFIRO?, ¡¿cómo van a estar besandonse con el ex de su "mejor amiga?! ENCIMA EN SU PROPIA CASA, nana ni vergüenza tienen. CAPÍTULO 4: ¡POBRE AMANDA! primero y principal tiene una muy mala amiga, o sea si Caroline sabía que a ella le gustaba Alex ¿por qué se mete con él? ¡¿DÓNDE ESTÁN LOS CÓDIGOS?! Encima tiene que soportar verlos todo el tiempo juntos besandose
Capítulo 5: Noo que tiernos Angelo y Drea eran mejores amigos y terminaros juntos que bueno que su amor si haya sido correspondido, además entiendo perfectamente a Drea porque me pasaba lo mismo hasta hace unos meses ¡NECESITABA UNA MEJOR AMIGA! Yo tengo mis dos mejores amigos que son como mis hermanos no sé los amo [pero como hemanos ¿no?] la cosa es que no es lo mismo hablar de chicos o cosas así que hablarlo con una mujer pero por suerte en muy poco tiempo hice una gran amistad con una chica que entró este año a mi cole y no sé ahora también la re amo a ella y tengo con quien hablar de estos temas :conny: bueno, no importa me fui por las ramas,
Amé todos los caps, enserio, todas me sorprenieron y adoro cómo escriben
Niall's Little Princess.
Re: Club from broken hearts |n.c|
Re-tiernas ustedes, no puedo . Cuando sea mi turno la voy a seguir, ah y por mi falta (ausencia) subire dos capitulos :skip:
Saeran
Re: Club from broken hearts |n.c|
¿Por qué rayos no he leído ni comentado?! Ya mismo me pongo en esa tarea! Lo siento, soy muy despistada :(
zayngirl.
Re: Club from broken hearts |n.c|
capítulo 006
Cambiaba de canal en la televisión mientras me ideaba un plan para combatir el aburrimiento, mi mejor amiga Claire no estaba en el país, así que como no tengo más amigos, debo de ingeniármelas sola. Con pereza me levanté del cómodo sofá. Tenía ideado salir a caminar por el parque, hoy tampoco tenía que ir a la facultad y tampoco tenía que ir a ayudar a la tía Dianne con el trabajo, así que tenía todo el día libre para caminar y perderme cincuenta veces por el parque. O quizás para que me devore un oso gigante, quizás solo quizás pase eso.
El parque estaba desolado, solo se escuchaba el ruido de las hojas de otoño caer y uno que otro pajarito. Me senté a las raíces de un árbol, el día estaba perfecto para estar acurrucada entre los brazos de tu novio, bebiendo chocolate caliente y recibiendo mimos de parte de el. Por desgracia, no tengo novio que me haga todo eso.
Viva la vida.
Saqué mi libro favorito de mi bolso, ''Eternidad'' de Alyson Noël. Me había enamorado completamente de esta saga, ya iba por el último libro y recién había comenzado la saga hace tres semanas. Además, no tenía nada mas importante que hacer. No me había dado lo rápido que había pasado la tarde hasta que comenzó a oscurecer.
Di un suspiro y me levanté, limpiándome la grama pegada al trasero. Comencé con mi trayecto de regreso a casa.
Las calles estaban aún desoladas y frías, y lo más importantes, tenebrosas. Soy, probablemente, la persona mas cobarde de toda la tierra si de oscuridad se trata. Apresuré mi paso sin darme cuenta de que un chico se encontraba frente mío, chocando con el estruendosamente. El se giró y me miró sin expresión alguna en su rostro. Un leve escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
—¡Fíjate por donde andas!—Gruñó. Me miró directo a los ojos con una expresión furiosa, mientras se levantaba del lugar; yo hacia lo mismo, pero a diferencia de el, no lo hacía maldiciendo.
—Lo siento, no fue mi intención...—Mascullé intimidada. El me miró.
—Ajam.—se encogió de hombros. Lo miré incrédula.
—¿No dirás nada más?— El volvió a encogerse de hombros con indiferencia.
—¿Qué?¿Ahora te tengo que pedir matrimonio?—preguntó incrédulo.—que yo sepa, fuiste tu la que chocaste conmigo.—una sonrisa cínica adornó su cara mientras que yo había enfurecido. Este ¿es o se hace?
—¡Pero yo no era la que estaba escondida en la oscuridad!—Chillé y el se encogió de hombros.—¿Sólo sabes hacer eso?¿Encogerte de hombros?—pregunté ya al borde de la desesperación.
—Eso no te interesa.—murmuró para alejarse y marcharse. Gruñí exasperada, encima de que me culpa de nuestro choque, ¡también me deja hablando sola! Cada día mas odio a los hombres, lo juro.
Ya había pasado una semana desde el incidente con la bestia asquerosa en el parque. No había hecho nada emocionante desde esa noche aparte de comer botes de helado, ver películas de Disney y quedarme dormida como una vaga en el sofá. Muy divertida mi vida, lo sé.
Tengo la impresión de estar perdiendo el interés por todo. Tal vez se debe a que estoy creciendo o, que la vida se está volviendo más asquerosa. Tengo la sensación que me dice que la correcta es la segunda.
Medité algunos segundos más y, luego, me decidí por leer el periódico. Un poco de farándula nunca le hizo daño a nadie. Un anuncio me llamó a la atención; ''Club para corazones rotos''. Abajo, en la descripción decía: ''un lugar para desahogarse, compartir y socializar''. La curiosidad en mi se despertó, quizás la idea de unirme al club no sea tan mala.
Oh, bueno, eso está por verse.
El parque estaba desolado, solo se escuchaba el ruido de las hojas de otoño caer y uno que otro pajarito. Me senté a las raíces de un árbol, el día estaba perfecto para estar acurrucada entre los brazos de tu novio, bebiendo chocolate caliente y recibiendo mimos de parte de el. Por desgracia, no tengo novio que me haga todo eso.
Viva la vida.
Saqué mi libro favorito de mi bolso, ''Eternidad'' de Alyson Noël. Me había enamorado completamente de esta saga, ya iba por el último libro y recién había comenzado la saga hace tres semanas. Además, no tenía nada mas importante que hacer. No me había dado lo rápido que había pasado la tarde hasta que comenzó a oscurecer.
Di un suspiro y me levanté, limpiándome la grama pegada al trasero. Comencé con mi trayecto de regreso a casa.
Las calles estaban aún desoladas y frías, y lo más importantes, tenebrosas. Soy, probablemente, la persona mas cobarde de toda la tierra si de oscuridad se trata. Apresuré mi paso sin darme cuenta de que un chico se encontraba frente mío, chocando con el estruendosamente. El se giró y me miró sin expresión alguna en su rostro. Un leve escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
—¡Fíjate por donde andas!—Gruñó. Me miró directo a los ojos con una expresión furiosa, mientras se levantaba del lugar; yo hacia lo mismo, pero a diferencia de el, no lo hacía maldiciendo.
—Lo siento, no fue mi intención...—Mascullé intimidada. El me miró.
—Ajam.—se encogió de hombros. Lo miré incrédula.
—¿No dirás nada más?— El volvió a encogerse de hombros con indiferencia.
—¿Qué?¿Ahora te tengo que pedir matrimonio?—preguntó incrédulo.—que yo sepa, fuiste tu la que chocaste conmigo.—una sonrisa cínica adornó su cara mientras que yo había enfurecido. Este ¿es o se hace?
—¡Pero yo no era la que estaba escondida en la oscuridad!—Chillé y el se encogió de hombros.—¿Sólo sabes hacer eso?¿Encogerte de hombros?—pregunté ya al borde de la desesperación.
—Eso no te interesa.—murmuró para alejarse y marcharse. Gruñí exasperada, encima de que me culpa de nuestro choque, ¡también me deja hablando sola! Cada día mas odio a los hombres, lo juro.
********************
Ya había pasado una semana desde el incidente con la bestia asquerosa en el parque. No había hecho nada emocionante desde esa noche aparte de comer botes de helado, ver películas de Disney y quedarme dormida como una vaga en el sofá. Muy divertida mi vida, lo sé.
Tengo la impresión de estar perdiendo el interés por todo. Tal vez se debe a que estoy creciendo o, que la vida se está volviendo más asquerosa. Tengo la sensación que me dice que la correcta es la segunda.
Medité algunos segundos más y, luego, me decidí por leer el periódico. Un poco de farándula nunca le hizo daño a nadie. Un anuncio me llamó a la atención; ''Club para corazones rotos''. Abajo, en la descripción decía: ''un lugar para desahogarse, compartir y socializar''. La curiosidad en mi se despertó, quizás la idea de unirme al club no sea tan mala.
Oh, bueno, eso está por verse.
- Spoiler:
- Hasta acá llegue. Disculpen si es corto, pero prometo que para el próximo será mucho más largo díganme que les pareció, las amo
Youngster.
Re: Club from broken hearts |n.c|
Nooo, se borro mi coment
Bueno al parecer se borró dos veces mi coment.
Había dicho que me gustó mucho el cap, también me gustó tu forma de escribir y ay ya no estoy tan inspirada cómo ayer perdón, pero me re gustó el cap, enserio ah
Bueno al parecer se borró dos veces mi coment.
Había dicho que me gustó mucho el cap, también me gustó tu forma de escribir y ay ya no estoy tan inspirada cómo ayer perdón, pero me re gustó el cap, enserio ah
Niall's Little Princess.
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