Fallen Angel (Multicrossover)

Corriendo con cientos de soldados vestidos de samuráis detrás de ellos Rennata y Dimitri esquivaban cientos de flechas ardientes. Según  los informes en la televisión acerca del mandarín el solo era un guerrillero no un auténtico guerrero del periodo del Edo con samuráis todas las cosas. Los dos cansados del barullo tras de ellos tomaron su forma kitsune y escaparon a todo lo que sus patas les permitían.

—Para llegar hasta este lugar deben ser realmente poderosos o muy estúpidos —declaro el hombre con una armadura más elaborada que la del resto de soldados.

—Así que tú eres El Mandarín —dijo Dimitri tomando su forma humana de nuevo y desenvainando su espada.

—Por supuesto que sí pero… no he oído hablar de ustedes Jóvenes Kitsunes —pregunto sentado en un trono en medio de una habitación completamente oscura.

— ¿Dónde está mi padre? —grito con furia Rennata y el hombre la vio interesado.

—Así que ustedes son los hijos de aquel que fue raptado por alguien que se hace pasar por mí. Ja. Quien diría que Anthony Stark poseía sangre de kitsune en sus venas —Rennata apretó los dientes y miro al guerrero enfrente de ella.

—Así que solo es un señuelo —medito Dimitri mirando hacia todos los lugares posibles—. Podría retirar a sus soldados por favor —pidió de manera educada el joven.

—Tal vez, podría decirte donde están ellos —le ofreció el Mandarín a Rennata.

—Y sé que no será gratis el favor así que dime. ¿Que es lo que quieres a cambio? —le dijo ella tomando una pose aristocrática.

—Limpia el nombre del Mandarín. Que sepan que no soy un estúpido guerrillero que se anuncia en tv y menos un sádico loco que asesina a mujeres y niños a traición no con mi honor de guerrero.

—En realidad no es mucho pedir. Solo se trata de hacer sufrir a la persona responsable de manchar su nombre —dijo ella con una sonrisa psicópata—. He de admitir me que temo que después de nuestra débil unión usted ataque a mi familia. Matare al responsable pero… usted no se acerque a mi familia de los contrario le pasara lo mismo que al falso Mandarín—. Su hermano abrió los ojos como platos pero se limitó a permanecer callado. Una disputa entre ellos en frente del Mandarín solo haría ver que posiblemente no cumplieran su promesa.

—Me parece perfecto su trato, la última vez que alguien supo de su padre, él estaba en una tienda cerca de Florida —dijo él—. Sé que enfrentarse a alguien como él no será fácil. Desde ahora hasta que lo maten a los responsables tienen a una tropa de mis hombres a su servicio —ofreció el hombre.

—Lamentamos no aceptar su oferta pero preferimos hacer todo por nuestra mano. La persona tras de esto se metió con nuestra familia así que es nuestro deber hacerlo—. Dimitri respondió haciendo una reverencia. Ambos se dieron la media vuelta salieron del edificio.

Reanudando su larga carrera por las azoteas. Quien diría que el Mandarín tenia diecisiete casas de seguridad tan solo en los Estados Unidos gracias a todos los dioses del Olimpo que no tuvieron que viajar a otro país lo que les ahorro tiempo. En un lugar lo suficientemente apartado de la civilización, los Kitsunes se detuvieron y sacaron sus teléfonos.

—Con la calidad de video que tienen asumo que no están en Siria o Afganistán así, como lo ha dicho el verdadero de seguir que están en el país —hablo Dimitri mientras que analizaba uno de los tantos videos que ya estaban por YouTube.

—Odio admitirlo pero necesitamos ayuda del tío Nick, y una laptop —dijo viendo otro video salió del YouTube para acceder a su lista de contactos. Tecleo algunas cosas y después una sonrisa cubrió su rostro—. Ven, conozco un lugar en donde hacerlo —reanudaron su carrera hasta detenerse en un callejón en Brooklyn, Dimitri la miro como estando loca y después vio la camioneta en el callejo.

—Oh, oh, mala idea solo pasan cosas malas en una película cuando te encuentras en un escenario así —murmuro señalando la van.

—Es de una amiga, de acuerdo, no te pongas como loco—. Rennata tomo su forma humana seguida de Dimitri y después la chica toco la ventanilla de la portezuela y esta se abrió.

—Oh por dios —dijo la chica castaña que se encontraba en la camioneta—, Arlequín es la hija de Tony Stark—. Los ojos de la chica parecían brillar, la kitsune rodo los ojos.

—No hay tiempo para burlas Skye —dijo ella cruzando los brazos.

—Bueno, ya analice el video y proviene de Miami. ¿Que no era de Afganistán el loco ese? —pregunto la chica mientras que tecleaba algunas cosas en su laptop.

—Solo es un señuelo para algo mayor y más… raro oculto —respondió Dimitri—. Tiene que ver con Killian… yo lo sé —murmuro el chico.

— ¿Cómo lo sabes? —le pregunto Skye mientras que le daba la laptop a Rennata.

—Los bombardeos habían comenzado desde antes, pero de la nada empiezan a atacar a nuestro padre, por algunas cosas que me entere, hace trece años no era el Killian que entro con Pepper —dijo mirando a las chicas. Rennata tomo una laptop y comenzó a teclear como el demonio mismo.

—Vi el video. Dejaste rastros.

—Sí, asumo que mañana en la mañana vendrán por mí.

—Parece que el tío Nick oculta cosas. Ni Natasha o Clint tienen información sobre ti —le dijo—. ¿J.A.R.V.I.S. dónde está mi padre? —pregunto y de la nada el IA de su padre había tomado el control de la laptop.

—La ubicación que su padre estableció después de salir del bombardeo de Malibú era un poblado en Tennessee.

—La armadura, ¿dónde se encuentra ahora? —pregunto sabiendo que su padre como ella no era de los que se quedaba quietos hasta averiguar que paso realmente.

—En la cochera de un niño llamado Harley Keener —le respondió con simpleza el IA.

— ¿Y qué hay de mi padre? —pregunto al borde de un ataque de psicosis.

—Se dirige a Miami a buscar al Mandarín—. Rennata bufo enojada, si su padre ya había rebasado la línea de locura en cuanto a sus tendencias autodestructivas.

—Zorros y dragones —grito con euforia Aldrich. Mientras que veía como Aldrich pasaba por su momento de ira Tony esperaba que el tiempo corriera rápidamente para volver a estar dentro de su armadura—. Ignoremos lo que acaba de pasar en este momento —dijo el hombre acomodando pulcramente su cabello—. Sabes. Tú nunca mereciste a Pepper. Y ahora yo la volveré la mujer perfecta.

La sonrisa con cierto grado de locura no presagiaba nada bueno y lo había notado desde el principio. Maya se revolvía incomoda en su lugar y la mirada asustadiza que le lanzaba a su jefe presagiaban que necesitaba rápido la armadura. Pepper, no, como podían tenerla se supone había huido, pero también no sabía qué diablos había pasado mientras que viajaba cómodamente hacia Tennessee. Y que hay de Rennata y Dimitri, que se encontraran en New York no garantizaba que estuvieran bien. Aunque, estaban con el parche con patas, ¿no? Hecho de nuevo una mirada a Killian y el revolvió tres esferas de metal en sus mano.

—Te equivocas —dijo para distraerlo un poco más. Sabia, como antiguo constructor de armas que, en una esfera como esas se podía ocultar una bomba—. Tal vez no merezco a Pepper pero ella ya es perfecta —dijo ganando la turbia mirada confundida de Killian.

—Tal vez si, tal vez no pero… —lanzo las esferitas y una trasmisión holográfica apareció enfrente de Tony.

—Señor Killian—. El aludido se sorprendió de sobre manera al ver una chica peliblanca—. No son transmisiones en directo como asegura. Hay una diferencia de por lo menos tres, punto, cuatro segundos —se burló ella.

— ¿Quién eres? ¿Dónde está MI Pepper? —Rennata negó con la cabeza y con su dedo índice al mismo tiempo mientras que chasqueaba los labios.

—Señor Killian las reglas son sencillas. Suelte a mi padre y le prometo una muerte rápida e indolora. De lo contrario los mercenarios que están barriendo con todos en su mansión lo torturaran de las más crueles formas que se le ocurran —dijo ella sin despegar su cruel mirada del hombre—. Por cierto mi nombre es Rennata Stark y “su” Pepper está en camino a New York—. Su seria mirada cambio por una de burla—. Aunque dudo mucho que sea suya puesto que en ningún lado mi hermano hayo su nombre escrito.

— ¿Stark? Acaso eres hija del aquí presente —señalo a Tony riendo. Ella asintió para sorpresa de ambos.

—Así es señor Killian—. El hombre rio como psicópata.

—Stark no pensé que tuvieses tantas debilidades —le dijo y ella rodo los ojos.

—Su fetichillo de villano malvado solo le llevara a la muerte, señor Killian —le dijo ella, Killian la miro y sonrió.

— ¿Dónde estás niña? —pregunto sin sacar la sonrisa psicótica de su rostro.

—Aquí. Si le dije que no era una transmisión en tiempo real como tal, ¿verdad?-. Los gemelos Duchannes se encontraban bajando las escaleras que llegaban exactamente al lugar donde estaban Killian y su padre.

—Salgan de aquí ahora —grito Tony. Rennata solo lo miro de forma despectiva. Killian soltó una risotada con la cual pretendía asustar a todos solo lográndolo con Tony. Los gemelos negaron.

—Enserio cree que somos tan estúpidos como para venir solos aquí—. Dimitri se lanzó a reír cuando Killian puso su rostro serio.

— ¡Groar! —hablo el holograma de Rennata y desapareció siendo reemplazado por dos chicos con yukatas, katanas y máscaras de kitsune que aparecieron de la nada cortando en el proceso ambos brazos del enemigo salpicando un poco a los chicos.

—Pretenden ganarme con eso—. Los zorros se miraron entre si y asintieron.

—No, pero admítalo fue una entrada cool para los asesinos que contrate —dijo Rennata haciendo una pose de grandeza.

—Lo que una persona puede llegar a encontrar en la Deep Web —Tony se sorprendió por ver a los chicos burlarse e insultar a Killian usualmente ellos siempre se encontraban callados mirando de un lado a otro y a veces negando solamente.

—Malditos —grito haciendo que su piel irradiara calor tal como la chica de Tennessee lo había hecho. Los chicos visiblemente enfadados chasquearon los dedos.

— ¡Agh! —grito Killian cuando los zorros le cortaron esta vez las piernas.

—El Extremis funciona bien para quien se puede controlar pero tiene varios contras, funciona después de un lapso de veinticinco segundos y al momento de un corte, como el que mis pequeños zorros le hicieron, hay dolor. Pero luego se regenera; así que de nuevo se lo digo. Suelte a mi padre y morirá sin dolor de lo contrario continuaran los cortes hasta que se me dé la gana dejar de torturarlo —ella se inclinó hasta donde estaba Killian aun con sus piernas en reparación.

Él la tomo de cuello asfixiándola. Sus ojos brillaron de un cruel rojo y su apariencia era la de un reptil, Aldrich se sintió inquieto por un momento y sintió estar siendo observado por un T-Rex como en Jurassic Park. Segundos después su mano estaba cortada en tres trozos distintos, seguido de otros dos cortes en su caja torácica.

Rennata se irguió y metió las manos en sus joggers de seda para después mirara con desdén al hombre del suelo. Miro luego a sus pies y los tacones con pinchos que traía. Una malvada sonrisa recorrió su cara. Dimitri y Tony vieron a la chica con terror sospechando lo que haría cuando giro un poco su pie derecho para examinar la ahora potencialmente letal arma que vestía. Primero como si se tratase de un balón de futbol pateo con fuerza su cara para dejarlo a medio metro de donde estaba.

—El dolor inhibe un poco la recuperación —le dijo Dimitri a su padre.

—Pues tardara —hizo una mueca y después se revolvió incomodo en su lugar—…meses en recuperarse de lo que viene.

Los dos asesinos vestidos de zorros levantaron a la sombra de lo que hace minutos era un villano loco en todo su esplendor. Rennata tomo impulso de nuevo y con todas las fuerzas que tenía; pues Dimitri sabía muy bien que se contenía de sobremanera para parecer una humana común y corriente, le soltó tremenda patada en el lugar donde se encontraba el orgullo de cada hombre que existía en la tierra.

— ¡Uggh! —Dimitri y Tony –aunque este último no mucho– se retorcieron en donde se encontraban al ver como Rennata castigaba a Killian.

La ahora victima lanzo al aire un alarido de dolor inmenso, por un segundo creyó que su castigo había terminado pero se equivocó al recibir dos puntapiés más de la chica en las costillas y dos más debajo de las rodillas. Dimitri se separó de las escaleras para después dirigirse a desatar a su padre.

—Bene. (Bueno.) De weg is duidelijk. (El camino está libre.) De kan dræbe dig. (Pueden matarlo)—. Los tres se retiraron dejando a cargo a los zorros de la ejecución del falso Mandarín.

Salieron de la mansión, Tony noto que allí ya los esperaban ocho personas más con máscaras de dragones, ropa parecida a escamas del mismo y armados con espadas europeas. El aire comenzó a correr en círculos en el lugar, dos metros más adelante de ellos aterrizo un helicóptero negro con otros dos guerreros dragones.

—Mlle le travail est fait. Nous allons vous emmener directement à l'aéroport de Miami avec Miss Potts emmener à New York. (El trabajo está hecho señorita. Los llevaremos directo al aeropuerto de Miami para que junto a la señorita Potts los lleven a New York) —después de aterrizar el helicóptero el guerrero dragón de plata bajo y se dirigió a informar de la situación a los chicos.

—Non pas que Pepper était sur son chemin. (No era que Pepper ya estaba camino allá.) —grito con exageración la chica para asustar a todos.

—Je crains que Mlle Potts a refusé de monter dans l'avion jusqu'à ce que vous apareciesen. (Me temo que la señorita Potts se negó a subir el avión hasta que ustedes apareciesen) —dijo el guerrero para hacer una reverencia e ir de nuevo al helicóptero.

— ¿Qué remedio entonces? —suspiro ella y siguió al copiloto de la aeronave.

— ¿Qué acaba de decir? —pregunto su padre.

—Pepper se negó a ir a New York hasta que apareciéramos —le dijo ella y subieron. Abrocharon sus cinturones y colocaron los cascos en sus cabezas para que segundos después salieran del lugar.

—Killian planeaba algo con el presidente —trato de advertir el mayor pero chicos negaron.

—El coronel Rhodes, el Capitán Rogers y la Agente Romanoff ya se encargan de eso —respondió Rennata restándole importancia mientras que miraba por la ventana.

—Interceptamos coordenadas del pentágono para evitar que fuera a la muerte segura en algún lugar de medio oriente —explico Dimitri debido a la falta de interés de la su hermana.

—Fury sabe esto —pregunto y los gemelos se miraron con complicidad.

—Si no entendió el mensaje encriptado no es nuestro problema —respondieron al mismo tiempo ambos.

—Bueno, que se le hace —Tony negó con la cabeza y rio un poco. Así que por fin encontraba algo en común con sus hijos. Minutos después todos lograron divisar el aeropuerto. Y junto con él a Rhodey, el Capitán y Black Widow.

—Fury los matara después de que se entere que se escaparon de la torre. Por cierto como lo hicieron —hablo el Capitán una vez que bajaron del helicóptero.

—Hackee el sistemas de seguridad de la torre y reemplace las grabaciones de hace un mes por las de ayer —respondió la kitsune mirando todo lo que la rodeaba.

— ¿Por qué hicieron eso? —pregunto Pepper apareciendo de la nada y abrazo a los chicos.

—Porque estábamos aburridos —respondieron al unísono de manera monótona como lo solían hacer. Tony los escudriño con la mirada el notar la actitud cambiante de los chicos. Vio todas las personas que los miraban y luego a ella. Al estar con Killian solo eran ellos cuatro, con más personas. 

—Quizás sean demasiado retraídos —pensó el millonario sin inmutarse. 

—Ustedes… no debieron… es peligroso —dijo ella con los ojos cristalizados. Se separó de los chicos y luego vio a Tony. Que quería hacer. ¿Propinarle un puñetazo o abrazarle tan fuerte que no pudiera respirar?

—Oye por que no te vistes así en la casa. Con top deportivo y toda la cosa —bromeo para aligerar las cosas y evitar que ella llorase.

—Eres un tonto —le dijo ella tomando su rostro con ambas manos y propinándole un casto beso en los labios.

—Pero… hirieron a Happy —trato de excusarse el.

—Pero no tenías que decirle tu dirección a todos —la chica suspiro y negó con la cabeza—. Okāsan wa wareware no otōsanta dare-tachi ni tsutaeru tame ni takatta koto wanai naze ima wa rikai shite imasu. (Ahora entiendo por qué mamá nunca quiso decirnos quien era nuestro padre) —dijo ella mientras se daba un magnifico masaje en las cienes con sus dedos índices.

Los Jóvenes Vengadores estaban alineados en una fila a la espera del regaño de Fury. ¿Por qué? Pues porque de la nada los hermanos Duchannes desaparecen y un día más tarde regresan como si nada —en realidad llegaron un poco manchados de sangre debido a la entrada triunfal de los supuestos asesinos a sueldo que contrataron—. Fury solo caminaba de un lado a otro mirando a los chicos de manera cruel.

—No… no entiendo cómo le hicieron para salvar al planeta por lo menos una vez —fulminando con la mira a Danny y Ben, quienes solían ser siempre los líderes de sus respectivos equipos, Fury decidió iniciar su sermón—. Y tú —señalo Jack que estaba emanando una tétrica aura miro al director de S.H.I.E.L.D. —Ni teniendo la más alta tecnología a tu alcance los pudiste rastrear—. El chico congela cosas rechinó los dientes.

—Pues lamento que los teléfonos de ambos estén olvidados en la barra —señaló al lugar donde se encontraban dichos aparatejos —, y no hayan decidido cargar con nada tecnológico con ellos—. Todo a su alrededor comenzó a congelarse y con ellos repentinamente filosos trocitos de hielo salieron del suelo.

—Valla, valla, Tío Nick no te enfurezcas —dijo Rennata con tono juguetón que estaba haciendo zapping en el televisor. Todos la miraron sorprendidos hace menos de cinco segundos se encontraba en la fila como el resto.

—Cierto mi hermana tiene razón—. De nuevo se sorprendieron al ver a Dimitri. Pero él estaba haciendo quien sabe que cosas en la cocina—. Además, te lo advertimos —dijo el esparciendo algunas cosas en un plato.

—Oye, oye Tío Nick ¿debimos de ser un poco menos crípticos? —El falso tono infantil utilizado por la chica termino por hacer que Fury explotara, sin embargo evitando desenfundar las armas que tenía en su cintura cual vaquero del lejano oeste, se dirigió al ascensor ignorando a todos y murmurando cosas ininteligibles. Los chicos dejaron libre un sonoro suspiro que sorprendió a los Kitsunes.

—Ustedes no pueden aparecer y desaparecer cuando se les dé la gana—. Cuando Jack se disponía a soltar otro regaño hacia Rennata ya no estaba en frente del televisor.

—Increíble—. Escucharon que la chica hablo desde la cocina. Todos de dirigieron allí y… —¡¡Groar!! —Un falso dragón de piña apareció frente a ellos—. Verdad que es genial —dijo Rennata poniéndolo de nuevo en la barra, tomo su teléfono e inmortalizo la comestible obra de arte.

—Los estaba regañando —gritó Jack.

—No me regañaras hare algo súper lindo para que se te olvide tu enojo o salgas corriendo como Fury—. La dulce voz de Rennata fue reemplazada por una cruel y hasta cierto punto más madura. Todos temblaron hasta la declaración de la chica.

—Inocentemente estúpida o sádica tirana —sopesó Jack asombrando a todo mientras que el supuestamente pensaba. Desato la corbata que tenía y la puso en la mano de Rennata—. Atame —ordenó con voz sensual sorprendiendo aún más a todos.

—Ok—. A todos de nuevo casi les da un infarto y Jack casi se desangra por la simplona manera de contestar de Rennata. Ella paso cuidadosamente su mano por el cuello del congela cosas y jalo con fuerza hasta que el chico se desmayó.

—Jamás dijo como —dijo con voz linda, ella y Dimitri tomaron el dragón de piña y fueron a su habitación.

—Pobre chico. Lo ilusionaste—. Dimitri decía cuando iban en medio del corredor—. Además pervertiste las mentes de los demás—.

—Como si fuese una cosa del diablo, Dimo—. Las puertas se cerraron detrás de ellos y no escucharon más.



Como las noches anteriores frente a la torre había dos encapuchados mirando fijamente la torre, los transeúntes —y demás invitado que en realidad eran chicas haciendo cosplay para llamar la atención de los héroes— simplemente los ignoraban, ya era un hecho probado que había gente fuera de la torre así lloviese tronara o relampagueara.

—Lo has notado. Ella se ha hecho fuerte. Más de lo necesario —le dijo el hombre a la mujer que lo acompañaba.

La tomo del brazo haciendo que su capucha callera mostrando a una hermosa chica casi idéntica a Rennata en cuanto a sus facciones pero su apariencia era totalmente diferente. De ojos chocolate y cabello castaño cobrizo casi rojo; la chica acomodo su cabello y dirigió su mano derecha a la mejilla de su acompañante. A pesar de aun permanecer con la capucha se notaba como la piel de porcelana chocaba con la paliducha y hasta cierto punto azulosa del chico. El tomo su mano y la beso.

—No pasara más allá de una pequeña explosión de poder que bloquearé fácilmente. Estaré bien. No hay por qué preocuparse de eso—. Ella volvió a colocarse la capucha y desaparecieron entre las sombras.



Durante los  últimos días —y noches— los hermanos Duchannes no hacían otra cosa más que correr de un lado a otro. Y esta; como la otras, no era la excepción. Justo a la media noche tomaron sus formas de Kitsunes y saltaron por la ventana cayendo limpiamente en la acera. Cualquiera que los hubiese visto saltar ya los daría por muertos. Y no era para menos, setenta pisos de caída libre significarían la muerte instantánea e indolora para un humano; pero claro que ellos no eran humanos, tal vez un veinticinco por ciento de su sangre lo era pero el resto pertenecía a sangre de kitsune y tal vez otras rarezas más. Aunque de lo contrario de otras ocasiones corrían directamente a la cima del olimpo.

—Debieron decirnos hace como un mes —se quejó mentalmente Dimitri mientras que iba a todo lo que sus patas les daban.

—De milagro no nos dijeron cinco segundos antes. Pero evitaríamos todo esto si supieses conjuros de tele transportación —chillo ella. Llegaron al salón de reunión casi derrapando y aun en su forma kitsune corrieron detrás de los tres grandes para detenerse un poco y aun jadear.

—Valla que corrieron demasiado. Hey Dimitri te vez más guapo —sonrió Afrodita mofándose del estado de los chicos. Rennata chirrió los dientes y sus colas comenzaron a moverse rígidamente como cuando un felino acecha su presa. En la punta de cada cola apareció un poco de fuego de kitsune.

—Tu—. Se limitó a decir la chica y continúo en su importantísima misión de recuperar el aliento. Todos rieron ante la expresión de los chicos.

—Esta vez es algo de suma urgencia. Aunque podemos esperar un poco más. Después de todo aún faltan personas en esta reunión. Descansen chicos—. Les ordenó Zeus y ellos sin esperar un segundo cayeron rendidos al suelo. Dimitri quedó sobre sus rodillas y Rennata se recostó totalmente en el suelo.

—Estoy tan cansada que podría dormir tres días enteros —susurró la chica haciendo que todos la miraron sorprendidos. ¿Quién pensaría que Rennata Marie Duchannes Moore (ahora Stark Duchannes) fuera capaz de decir eso?

—Estamos aquí—. La voz de una chica retumbó en toda la sala. Los dos guardianes kitsune se levantaron más rápido que la luz y vieron a su tío.

—Hum... —El hombre tomó su cabello señalándole algo a sus sobrinos. Los chicos no entendieron de inmediato hasta que hicieron el mismo mimo que su tío y se toparon con sus orejas. Un fuerte viento acompañado de varias hojas de sakura recorrió a los chicos que terminaron con una armadura dorada y una capa blanca.

—En serio son ellos —murmuraron entre sí los semidioses presentes. Los miraron de nuevo asegurándose de examinarlos completamente.

—No. No son —aseguró el hijo de Hades. Rennata lo miro y le lanzó una mirada asesina. El chico se encogió en su lugar—. Si... Si es ella —titubeo el chico y todos rieron.

—Hum... Salgo del campamento por un tiempo y me olvidan. Buah—. Con una voz infantil como las que había usado recientemente con los jóvenes vengadores les contestó a los semidioses.

—Deberían de ser un poco más profesionales—. Se quejó Thalía y todos la miraron. Un pequeño olfateo es escuchó en la sala después del silencio incómodo que la invadió.

—Y lo dice quien huele piña colada —susurro Dimitri, Rennata giró su cabeza sorprendida y luego le siguió el resto de personas presentes.

—Me sorprende que puedas diferenciar cada esencia de los aquí presentes—. Con un poco de pánico Rennata hablo—. Yo aún falló un poco —masculló con un leve sonrojo y dirigiendo su mirado hacia otro lado. Eric miró a ambos chicos y la cara de cordero medio muerto que Dimitri tenía. También noto la caliente aura que emanaba Rennata y una casi imperceptible rasgadura en las pupilas de la chica.

— ¿Qué hicieron par de dos? —Cuestionó directamente sorprendiendo a todos.

—Creamos doppelgängers —inició Dimitri al ver el peligro en la mirada del Duchannes mayor.

—Casi morimos empalados por un montón de samuráis, hackeamos la red Stark, golpee a un tipo rico con tendencia de villano de cómic con unos zapatos con pinchos e hice un pacto con los dragones legendarios —rindió el informe del ataque hacia el falso Mandarín sin inmutarse siquiera.

—Saben en qué problema se han metido—. Los chicos bajaron un poco la mirada pero segundos después la levantaron de nuevo

—No hay delito que perseguir si Rennata nos consultó antes de hacer el pacto con los dragones —hablo Athena. El guardián la miro y asintió.

—En fin. Les explicaremos la razón de por qué estamos aquí —prosiguió Poseidón—. Recientemente nos hemos contactado con las tres facciones para formar una alianza… —Un bufido interrumpió el relato del dios der mar para que todos dirigiesen sus miradas a Rennata.

—Y terminar subyugados por los pajarracos esos —murmuró Rennata—. Ok, ok. Escuchare pacientemente sin soltar comentarios sarcásticos —dijo ella.

—Pero hay algo que no han notado todos ellos —continuó Hades—. Dentro de los demonios hay tres de ellos que sobresalen por sus poderes, muchos dudan que sean realmente demonios —finalizó su parte.

—Sirzechs Gremory y Ajuka Astaroth. Cierto —habló Rennata y todos los dioses asintieron mientras que los semidioses se encontraban totalmente ajenos y por ende confundidos por la conversación.

—Ellos actualmente gobiernan el inframundo como los Lucifer y Beelzebub actuales ya que los verdaderos murieron y su descendencia pues… no estaba de acuerdo al gobierno actual y fueron exiliados. Pero… el descendiente del Lucifer original también es uno de esos demonios—. Hades miro a todos severamente y Rennata abrió los ojos como platos.

— ¿Es? No se supone que él estaba muerto —dijo ella y Hades negó.

—Te puedo decir que su alma no está en la nada y mucho menos en el reino de los muertos —dijo moviendo sus manos despreocupadamente, acto que la hizo enfadar. Por un momento en el vio al odioso cuervo.

—Bien, y que se supone hacemos nosotros aquí —pregunto Clarisse mirando a todos.

—Deténgalos —ordenó Zeus—. Acaben con el de la forma más rápida y con menos bajas de nuestro lado que encuentren. El método es a su elección —continúo diciendo—. Rennata y Dimitri los acompañaran—. El dios mayor los miro y ellos asintieron.

—Inicien su misión después de la reunión para firmar el acuerdo de paz con el resto de las facciones y con los nórdicos—. Todos asintieron—. Pueden retirarse—. Salieron con paso lento de la sala de los dioses. Al estar afuera todos se acercaron y formaron un círculo.

—Y bueno ahora que hacemos —dijo Percy mirando a todos.

—Vallamos a dormir y a las diez nos vemos en la pizzería que está en la tercera avenida —susurro Rennata viendo su móvil.

—Claro —respondieron todos en el círculo.

—Rojo... igual que el cabello de aquella persona. Rojo… aún más rojo que el rubio fresa. Es el mismo color que esta mano teñida, un hermoso rojo embriagador. Si de esa persona —dejó sus divagaciones con aquella chica después alzo su mano y toco la sangre que lo cubría—. Maldita sea y justo tenía que dar allí —alzó su mano y toco su pecho—. Estúpida ángel caído, me ha herido de muerte, aunque pensándolo bien también fue mi culpa, maldita zorra barata creída, no debí haberme enfurecido y aceptar que actualmente me encuentro más débil de lo que debería debido a mi estúpido padre —escupió sangre y medito un poco más, total ya estaba a punto de morir—. Ja creyó que me iba a detener con un par de sellos, probablemente aquel que retiene mi poderes aun no pueda romperlo pero lo hare… y después matare a ese maldito—. A pesar de la pérdida de sangre estaba consciente y para su disgusto parecía que estaba delirando miro al cielo—. Hey de verdad ya te enfadaste porque me burlo siempre de ti, o es que esto es obra de mi padre. Como sea eso no es lo que importa—. Él se encontraba en un solitario parque. Era un chico de cabello castaño y ojos miel—. Yo... ahora que lo veo se pare al color de cabello de esa chica... Gremory,  Rias Gremory; oye ya que me dejaste tu pentagrama hazme un favor y aparece aquí —grito a la nada. Escupió un poco de sangre y volvió a pensar—. Ddraig, dime algo, moriré, si es así dile al próximo portador del Boosted Gear que no se idiota y evite pelear con un ángel caído antes de alcanzar el Balance Breaker—. Un dragón occidental en miniatura se materializo en frente del moribundo chico.

— {Abre los ojos compañero, un ser patético como un cuervo no debe matarte} —le dijo con enojo el dragón.

—No me molestes Ddraig. Y hazme un favor, ahora que estoy a punto de morir llamame por mi nombre—. Un destello rojo se abrió y varias partículas de luz inundaron el ambiente; el mini dragón desapareció en un destello rojo y en su lugar apareció una voluptuosa chica de cabellos carmesíes. —. Valla… al menos moriré en brazos de una joven hermosa—. A pesar de que la sangre cubría la mayoría de su cuerpo y estaba en su lecho de muerte hablo.

—Así que tú… —La chica no continúo hablando.

— ¿Qué? Bien lamento presentarme de esta forma pero… esa perra—. Otro chorro de sangre salió de su boca.

—Oh… ya veo. Eres realmente interesante Issei Hyoudou—. Ella lo miro de nuevo y se acercó acunando su cabeza en sus piernas.

—No hagas eso si quieres que me caliente—. El chico habló entrecortadamente y soltó una carcajada cuando vio a Rias sonrojarse, pero se detuvo al vomitar más sangre—. Pero que inocente eres. Deberías levantarte si no quieres ensuciarte —le advirtió el muchacho, ella negó con la cabeza y soltó una sonrisilla.

—Te parece si hacemos un trato… Sekiryuutei—. A Issei no le sorprendió en lo más mínimo que ella le dijera eso.

—Sera la primera vez que un Dragón Celestial tome un bando… o no —susurro al momento que su vista se nublara.

—Entonces vive por mí —fue lo último que escucho antes de morir.

Cerca del ahora fallecido Issei y la Princesa Carmesí se encontraba un grupo de personas más observándolo, entre ellas se encontraban un chico de 1.75 con cabellos plateados, con una camiseta cuello en V de color verde y encima de esta una chaqueta de cuero y cuello alto de color negro, unos jeans color vino con una cadena de plata colgando de lado izquierdo, chaparreras negras y tres cintillas del mismo color en su pierna derecha con zapatos casuales.

—Idiota, le dije que enfrentarse a Reynalle era estúpido —dio la media vuelta y comenzó a caminar hacia afueras de la ciudad.

—Vamos Vali-kun al menos no te quitaron al amor de tu vida y esa chica lo revivió—. El tono cantarín del joven a su lado; vestido con una antigua armadura china de 1.78 y cabello corto y negro además de traer un bastón, le disgustaba.

—Con que el amor de mi vida. Eh —sacó las manos de su chaqueta y le dio una palmada en la cabeza.

—Idiota ¿Por qué me golpeas? —Dijo el tomando su cabeza con ambas manos y atisbos de lágrimas en sus ojos.

—No sé, tal vez porque dijiste que era gay —continúo caminando despreocupadamente ignorando a su amigo-enemigo caído hasta que se detuvo en seco—. Bikou… donde demonios se encuentra Kuroka—. El chico mono negó con la cabeza aun a punto de llorar.

—Aquí estoy Vali-kun. Acaso me extrañaste. Nyan—. Casi estaba seguro que todos los bellitos de su cuerpo se erizaron al notar la respiración de la nekomata en su cuello. Salto hacia un lado alejándose de la chica de 1.61, vestida con  un kimono negro con un interior de color rojo y abierto a los hombros, dando vista a sus grandes pechos, un obi amarillo, un conjunto de perlas de oro, y una diadema.

— ¿Cuántas veces les tengo que decir que no me digan así? —Refunfuño el chico reanudando por tercera vez su caminata.

— ¿Cómo? —Ambos chicos hicieron que el platino apretara con fuerza los dientes. —Vali-kun —dijeron al unísono con su típico tono cantarín.

—Dejen de molestar a Vali —chillo otra chica de 1.60 cabello largo y negro, ojos color ocre y que se encontraba vestida con un saco entallado azul marino, una blusa negra con un moño de color rojo, falda dos dedos encima de la rodilla y media negras.

—Vamos Kuroyukihime-chan, no seas tan malvada y juega con nosotros—. Bikou miro a la chica y esta le devolvió una mirada llena de odio.

—Mi nombre, chico mono, es Yuzuru Himeyuki. No Kuroyukihime —grito, hacía tiempo que Vali había decidido ignorarlos así que ahora ya estaba como a cincuenta metros de ellos. —Yo me iré con Vali —dijo ella y corrió hacia el chico. —Oye… Vali—. El nombrado volteo a ver a la chica.

—No, ni lo intentes Yuzuru—. Bien el chico la había pillado. Pero no, esta vez no se rendiría hasta que por lo menos hablase con él, aunque fuera del clima.

—Ya entiendo por qué ese par de dos—. El chico la miro aguantando una carcajada. Lo había logrado. Ahora tenía la atención de Hakuryuukou. —Sé que eso fue redundancia pero… al diablo ellos se lo merecen. A veces llegan a ser muy, aunque tú y yo sabemos que hay que poner un millón de veces la palabra muy antes, que son irritantes—. Ambos rieron haciendo que los chicos que los veían desde atrás se sorprendieran. 

—Bah. Hemos perdido a Vali—. El destello carmesí que había  estado hace un rato allí desapareció. —Tenemos que explicar varias cosas ante Azazel—. Un destello marrón cubrió al chico y su armadura fue reemplazada por unos pantalones color caqui, una camisa color vino, una cazadora color marrón y unos zapatos negros.