Fallen Angel (Multicrossover)

— ¡Todos al suelo! —grito un hombre encapuchado segundo de otros nueve y apuntando a los jóvenes vengadores con una Beretta.

Ambos hicieron caso y se tiraron al suelo seguidos de todos los presentes en la fiesta. Rennata miro a todos y su mirada se posó en la de su hermano quien estaba a lado de su padre y los señores Shitori y Gremory, Jack vio como ambos se veían entre si y luego a sus atacantes como conversando mentalmente. Tres de los encapuchados restantes levantaron sin cuidado a Rennata, Dimitri y Pepper y el líder le apunto a la pelirroja con la pistola.

—No intentes hacer nada héroe o los tres terminaran comiendo una bala —amenazaron a Tony. El peinado de Rennata se soltó haciendo que su cabello cubriera sus ojos de inmediato Jack y otros más se dieron cuenta de que algo malo sucedería.

—Patético—. Simplemente dijo Rennata  y todos voltearon a verla. 

Una sonrisa sádica recorrió su rostro y de un momento a otro una espada japonesa se encontraba en cada una de sus manos. Un segundo después en la mano derecha de Dimitri apareció una espada europea ambos se soltaron del agarre de los atacantes y el chico hizo que los encapuchados que lo detenían a él y a Pepper soltaran sus armas mientras que Rennata sin vacilaciones fue directamente contra el líder de ellos. Este trato de dispararle pero con ambas espadas bloqueo las balas. Con un sorprendente corte descendente corto el cañón del arma de este.

—Kaneís den ta vázei me ti̱n Olympiakí̱ (Nadie se mete con los olímpicos) —susurro la chica al estar cara a cara con el líder.

—Cum tu sis angelus Olympus (Con que tú eres tú el ángel del olimpo) —contestó fascinado. Garras salieron de sus manos y cuernos retorcidos como de cabra cubrieron su cabeza además de un nauseabundo olor a muerte.

—Étsi eíste énas daímonas Géena (Así que eres un demonio del Gehena) —dijo ella abriendo los ojos como plato y retrocediendo.

—Hahaha tibi est maximum venator Metuit hic nos, qui tam misere (Jajaja tú la cazadora máxima le teme a uno de nosotros, que patética) —rio macabramente.

—Den fováste (No es temor a ti) —. Una de sus katanas desapareció en medio de una brillante luz y tomo con fuerza la que aun tenia mientras que corría directamente contra el dispuesta a cortarlo por la mitad. Una especie de hollín lleno el lugar y el asaltante callo inconsciente retornando a su humana forma—. Nómiza óti den tha boroúse na párei apó ekeí (Creí que no podían salir de allí) —se dijo a sí misma y después su hermano se acercó a ella.

—Como decirlo de manera amable. Arrastren su patético trasero fuera de aquí o terminan muertos —amenazo el chico.

—Y no de manera dulce —completo la chica tomando con fuerza su espada.



—Agente Hill ya descifro la conversación entre la chica y el encapuchado —la chica negó—. Romanoff —pregunto de nuevo el moreno.

—Por lo poco que descifre él hablaba en latín, aunque no es como el que conozco —dijo ella

—Debería unirla a la fase dos, y a su hermano también —sugirió María.

—Admitámoslo esos chicos necesitan un líder y si entran los hijos de Stark podrían llegar a ser lo mejor de lo mejor, a leguas se nota que ambos han tenido entrenamiento con espadas —alego también Natasha.



—Si Dimitri es el peor en los deportes en tu familia no me imagino al mejor de todos ellos —dijo Danny enfrente de ellos. Rennata solo desvió la mirada. Todos se encontraban en el herlicarrier mientras que Dimitri miraba por el ventanal enfrente ellos Hawkeye hizo acto de presencia y ordeno que todos saliesen.

—Vi el video, nunca creí que ambos fueran guardianes del olimpo, y menos los ángeles —dijo con asombro.

— ¿Qué tratas de lograr hijo de Apolo? —lo enfrento el chico.

—Prostasía tou pántheon mas (Protección a nuestro panteón) —recito con orgullo el arquero y después miro a los guardianes del Olimpo—. Ellos los quieren reclutar, deberían de aceptar e inventar algo para explicar la milagrosa aparición de sus espadas —les dijo directamente y ellos lo miraron.

—Y que propones que digamos en caso de que nos recluten —pregunto Rennata acomodándose en la silla en donde estaba y mirando seriamente al arquero.

—Acepten, investigaran menos de ustedes —respondió con seriedad. Los Duchannes se miraron y asintieron.

—Y qué haríamos con respecto a las espadas —pregunto Dimitri—. Es obvio que no podemos decir que fue por arte de magia—. Rennata miro a Dimitri y luego a Clint mientras que su cerebro maquinaba un plan.

—El gen X.

—Y si deciden hacerles pruebas —dijo el semidiós mirando a ambos.

—Nuestra sangre es rara, no habrá problema con eso, no es como la tuya pero tampoco es como la de un humano—. Clint suspiro al oír las palabras de Rennata con un tono frio y calculador.

—Tampoco como la de un mutante. Roguemos a los dioses por que no los descubran—. Ambos asintieron y el arquero salió de donde estaban ambos hermanos.

—Admito que no debimos dejarnos llevar por la rabia —dijo apenado el chico.

—El pasado pisado y el presente de frente. ¿No? Por ahora no hay forma de remediar nuestro pequeño error —sonrió ella de manera dulce.

—Mamá nos habría golpeado y después nos aconsejaría que hacer, pero debo darle créditos al arquero —admitió Dimitri.

No pasaron ni dos segundos cuando el cuarto en el que estaban parecido a una sala de espera de un hospital e incluso hasta poseía el mismo olor se llenó de nuevo con la presencia de los vengadores tanto de la primera como de la segunda generación, el director Fury y la agente Hill. Los gemelos se miraron y decidieron comenzar con su actuación.

—Unos tipos llegan y quieren matarnos, y a la señorita Stark se le ocurre tratar de asesinar a uno —bufo con enfado Samanta. Rennata y ella cruzaron miradas por un instante. La peliblanca la miro con desdén mientras que la gótica la acribillaba con la mirada.

—Al menos yo hice algo y te quedaste en donde perteneces —se mofo la chica y Fury los miro.

— ¿De dónde sacaron las espadas? —pregunto seriamente y los gemelos encogieron los hombros con inocencia.

—No lo sé —dijo la chica—. Solo aparecen y ya, no sé de qué o quién sean simplemente aparecen, por mi está bien mientras que no aparezcan en contra mía—. Todos los miraron extrañado y luego a Dimitri.

— ¿Qué? —dijo al ver la mirada acusadora que le lanzaban casi todos los vengadores. Thor y Clint se limitaban a mirarlos con indiferencia, al parecer el príncipe asgardiano ya había notado el aura celestial de los chicos y su compañero—. Si piensan que yo o mi hermana las hicimos como por arte de magia se equivocan, tal vez si aparecieron así, el mundo es raro no me sorprendería despertar y ver un grifo en la sala —dijo el chico cruzando los brazos sobre su pecho.

—No me parece tan alocada la idea —dijo el asgardiano—, esas criaturas suelen acercarse a seres de corazón puro e inocente no importa si son midgardianos —alego y recibió una mirada asombrada de Clint.

—Creí que esas cosas solo eran mitos, aunque, no quizás pueden ser más reales que un simple mito. —dijo este sin dejar su apariencia asombrada.

—No crees que es exagerar mucho Clint —le dijo su compañera pelirroja y este simplemente negó con la cabeza.

—Se supone que el grandulón es un mito, si los nórdicos existen por que otras mitologías no.

—Así que su conclusión es que un ser místico les presto sus espadas… Jajaja que ridiculez —dijo con sarcasmo para terminar riéndose Sam.

—Quizás, hay seres que logran tener a criaturas místicas como familiares los cuales protegen a sus dueños, aunque los únicos que sería capaces de invocar armas serian… los dragones —pensó en voz alta el asgardiano.

—Así que básicamente mi ángel de la guarda fue reemplazado por una lagartija súper desarrollada. Cool —dijo la chica relajándose y sentándose en la silla de manera poco formal.

—Whoa seria genial tener a un dragón de mascota —dijo Jack.

—Depende —susurro el asgardiano.

— ¿De qué? —pregunto la peliblanca.

—No creo que sea de tu agrado ser comida por un dragón malvado—. La chica lo miro extrañada.

—No entiendo, si son malvados por qué según tú cuidaría a alguien de corazón puro —pregunto.

—Esos seres se dividen en varias categorías y en varias clases. Pero los que están en más alto rango quienes son capaces de invocar cosas como por arte de magia serían los dragones legendarios y de estos solo hay diez y se dividen en dos clases. Los malvados y los benignos —dijo él y para entonces ya tenía embelesada a la pequeña kitsune quien escuchaba atentamente—. Cada uno de ellos tiene un color distintivo y los benignos usualmente suelen ser de colores metálicos, el más fuerte de ellos y con más sentido de la justicia seria el dorado, como el de sus espadas.

—Pero se supone que esas cosas son como del tamaño de la torre Stark para estar cuidándonos siempre sería un problema ¿no? —pregunto la chica y el rubio negó.

—Pueden hacer magia de manera innata, no necesitan libros u objetos para hacerla así que supongo debe de haber un hechizo de observación —respondió.

—Valla que estos chicos son inteligentes —pensó Barton mirando a los hermanos Duchannes—. Pasar del gen X a criaturas místicas. Jajaja. Aunque Thor también ha sido de gran ayuda.

Clint miraba con orgullo a los chicos cosa que no pasó desapercibida para el padre de ellos y para su rojiza compañera. 

—Clint actúa de manera extraña —pensó la espía.

—Hay algo que ocultan y tal vez no sea mucho de mi agrado, esperare a ver que ocultan Legolas y los gemelos Volturi —pensó el millonario. Si, ni por que fueran sus hijos iba dejar de ponerles un apodo a todos. El moreno veía como la chica estaba en trance por la narración del dios nórdico y luego su ojo se dirigió a las espadas.

—Así que esos son los dragones celestiales. Sabia de ellos pero no sabía que peleaban tanto como hermanos —rio la chica. 

— ¿Dragones celestiales? Nadie sabe de ellos solo… no, ella no tiene pinta de ser un ángel o un demonio y menos de un ángel caído. ¿Qué les parecería unirse a la iniciativa? —pregunto el moreno.

— ¿Qué? —gritaron todos hasta Barton para seguir la corriente de todos sus compañeros y que no dudaran,  no en realidad los gemelos Stark no gritaron.

— ¿Por qué? —pregunto el chico—. Saben el grupo es envidiable hasta para la Liga de la Justicia, pero… nosotros no tenemos trajes bonitos —dijo mirando a Danny.

—O una cosa que nos convierte en una versión de nosotros pero de otra raza. Y menos una mutación genética que nos hace como como Frozone —murmuro la chica y después volteo a ver a todos.

—Acaso nosotros seriamos la carnada del equipo —pregunto y todos se miraron entre sí.

—Oh, no, ni lo pienses parche con patas ellos no se unirán a la iniciativa —reclamo el padre de los chicos y estos se miraron extrañados. 

—Él es raro —pensó la chica y el chico sonrió.

—Definitivamente es más raro que todas las personas que haya conocido, incluyéndote hermana —respondió mentalmente el chico.

—Se tu pequeño secreto niña—. Clint, Thor y Dimitri se alarmaron mientras que Rennata le sonreía desafiante a Fury.

—Vamos no es gran cosa hackear a la NASA, además que tiene de extraño, en Harvard todos somos unos geniecillos —respondió ella—. O acaso es aquel intento de asesinato de la chica de Yale, no espera es el de La Chica Espagueti —dijo con sarcasmo y Jack rio un poco, todos lo voltearon a ver y esta vez estallo en carcajadas.

—Entonces tú. La chica de hielo Stark eres la chica espagueti ¿acaso estabas ebria? —pregunto riendo el chico la kitsune rodo los ojos y negó.

—No, una tipa imitación casi perfecta de Barbie me insulto y una cosa llevo a otra y termine en YouTube —contesto con enfado.

—Eventualmente terminaras aceptando, y tú hermano también —le replicó el moreno a la peliblanca iniciando un concurso de miradas entre ambos.

—No puedo negártelo pero prefiero que no sea así—. El moreno finalmente cedió ante la mirada de la chica, todos se sorprendieron NADIE había logrado hacer eso, la kitsune sonrió arrogantemente.



Todos habían sido regresados a tierra y al llegar a la torre todos se dirigieron cenar. Era verdaderamente extraña la idea de que todo pareciera normal por lo cual todos estaban sumidos en un incómodo silencio lo único que se escuchaba en el comedor eran los pequeños golpecitos que hacían los cubiertos en los platos. Jack quería romper el silencio y hacer que la gótica y la kitsune iniciaran una pelea pero al recordar lo que había pasado en el evento benéfico le vino a la mente una loca imagen de Asuna Yuuki con un cuchillo de mantequilla amenazándolos a todos y se resignó a comer en silencio.

—Tu cara me dice que te acordaste de Yuno Gasai de Miraii Niki —dijo en tono burlón Rennata. Jack casi se atraganta jamás le había pasado por la cabeza esa chica. Tomo un poco de agua y recupero el aliento perdido por un momento.

—Era más la imagen de Asuna pero acabas de traumarme por un rato —dijo el chico mientras que se tomaba demasiado tiempo para cortar su filete mientras que por su parte Rennata se la pasaba escogiendo los arándanos de su ensalada y comiéndolos uno por uno.

—Vaya, vaya El Destello Veloz, soy buena jugando a las espadas pero no como Asuna —dijo ella con burla.

—Lo sé, por eso nunca podrás llegar al nivel de Zekken —se burló el muchacho ganándose una mirada de odio de parte de la chica.

—Exacto… pero tú tampoco eres Akihiko Kayaba —dijo ella y todos vieron como Jack congeló su plato.

—Pues… ya no tengo hambre—. El chico se levantó dignamente y salió del comedor mientras que todos lo miraban asombrados.

— ¿Qué le dijiste para que se fuera así? —pregunto Clint.

—Básicamente le dijo que a pesar de ser Jack North el prodigio desarrollador de videojuegos no creara un mundo como Aincrad —dijo Tuck y todos lo miraron interrogantes excepto Rennata y Dimitri.

—A lo que todos los geeks de la habitación se refieren es a —medito un rato sus palabras y decidió ir por la explicación fácil—, un anime en el que la tecnología llego tal límite de crear un videojuego el cual es capaz de emular al mundo real —explico el gemelo mayor.

—Y el creador de Aincrad, el cual es un castillo flotante. Creo también la consola para entrar en el mundo de la realidad virtual… pero vamos, Kirito es mejor que Akihiko Kayaba ya que lo descubrió y salvo a Yui gano en ALO y GGO superando a los game masters —dijo la chica con superioridad—. Si tan solo sus ojos fueran azules —continuo Rennata con voz soñadora—. Como sea yo iré a dormir —dijo levantándose de la mesa.

—Slenderman te llevara —le grito Dimitri y la chica le mostro la lengua de manera infantil.

—Si yo ardo en llamas tú arderas conmigo —dijo y alzó las manos para correr en círculos antes de ir  su cuarto.

—Maldita rara —susurro el chico terminando su ensalada.

—Y se olvidaron de que nosotros estábamos presentes —susurro Sam.

—Claro que no. Ella te ignora por que le caes mal y no quiere lanzarte un tazón de sopa encima —dijo Dimitri y la chica empalideció—. Claro si antes no encuentra de donde sacar litros y litros de sangre falsa —dijo él y todos lo miraron asqueados—. Bueno eso o un montón de viseras de animales.

—Sabes Dimitri deja de hablar cada vez me aterrorizan más. Y mi apetito se ha ido —se quejó Natasha.

—Una asesina quejándose por viseras y sangre —dijo Dimitri asombrado—. Oye papá por que no diseñaste la torre de tal manera que los últimos cinco pisos parecieran departamentos, hubiese sido mejor de acuerdo a la iniciativa —propuso el peliblanco—. Como sea esa es mi humilde opinión. Me retiro —dijo levantándose de la mesa para dirigirse a su habitación como Jack y Rennata lo hicieron.

El despertador sonó anunciando a todos los vengadores que ya había iniciado un nuevo día. A pesar de los intentos de Fury por hacer que los hermanos Duchannes se uniesen a la fase dos de la iniciativa de los vengadores ninguno de los dos quería aceptar. Hacía semanas que Rennata había notado el extraño comportamiento de su padre  alertando a todos los vengadores originales los cuales a pesar de notarlo también no tuvieron más remedio que quedarse mirando ya que el millonario alegaba no tener nada.

Thor marcho de nuevo hacia Asgard, el capitán Rogers se mudó a D.C. cerca de las oficinas centrales de S.H.I.E.L.D. y Natasha se encontraba allá también debido a algunas misiones, al parecer Clint se encontraba en algún lugar de Sudamérica en una misión así que lo mejor que logro hacer Rennata ante la inminente partida del resto de, lo que los vengadores consideraban, familia, fue que Pepper lo llevara a Malibú por un rato. Antes de que se fuesen a Malibú como Dimitri lo sugirió dotaron el piso de los jóvenes vengadores de una cocina ultra moderna haciendo que los chicos rara vez salieran de su piso y solo lo hacían para entrenar.

Nadie hizo caso al despertador más que el joven North quien no había dormido casi nada. Por alguna razón pasase lo que pasase al cerrar los ojos siempre aparecían frente a él los orbes carmesíes de la pequeña Stark. Se levantó de la cama y se dirigió a la ducha no duro más allá de cinco minutos y salió con un pantalón parte de un traje de Armani y una camisa blanca perfectamente planchada sin corbata. Después se dirigió a abrir las cortinas de su cuarto.

—Agh, maldita sea Jack recuerda que no vives solo —le dijo Danny cubriéndose hasta la cabeza con el edredón azul rey que cubría su cama.

—Sabes que no me importa en lo más mínimo. Verdad —replico con arrogancia Jack. Danny comenzó a maldecirlo en voz baja—. ¿Qué crees que haga Dimitri si empiezo a salir con Rennata? —pregunto sin pensarlo demasiado el albino. Danny se quedó estático. No lo negaba Rennata era hermosa y le había atraído algo de ella pero era más leal a su amor por Samanta aunque todo apuntara a que le prestaba más atención a la chica quien era una belleza sobre humana.

—Pienso que ambos son como ángeles literalmente, pero no sabemos mucho de Dimitri… puede ser el infierno en vida —dijo tratándolo de asustar y luego descubrió su rostro para ver la reacción de Jack. El congela-cosas solo se había detenido a ver el paisaje que le proporcionaba el ventanal de la habitación mientras que mantenía sus manos en las bolsas de su pantalón.

—Probablemente. Pero ella vale la pena —dijo mirando a la nada. Entonces la música empezó a oírse por todos lados. La verdad no era una canción demasiado nueva, ni de moda, sino que sonaba Escape (The Piña Colada Song) de  Rupert Holmes, Jack soltó una risilla y negó con la cabeza—. No sé si es hipster, retro, rockera o algo… vez ella es rara, no he conocido una chica que simplemente no… Ja eso es egocéntrico —se dijo a sí mismo y salió de la habitación. Danny salió corriendo detrás de él tan solo con su camiseta blanca, calzoncillos y sus calcetines blancos con los cuales había dormido.

—Parece que no soy la única en pijama, Jack —oyó a la chica decir cuando el entro en la cocina, además de ser señalado con una sartén.

—Solo digo que deberías estar más presentable, enserio conejitos —dijo el chico con sarcasmo.

—Y que, los calzoncillos de Danny son de cohetes así que he se sentirme normal, tu eres el único raro —le dijo y el ambiente fue llenado por I Caught Myself. Jack miro como ella revolvía un montón de huevos en un recipiente mientras que Danny la observaba como hipnotizado. El volteo a ver como la chica cantaba, todo le dio vueltas como aquella vez que su hermana le puso sedantes. No sé lo que quiero. Era la única frase que escuchaba que salía de sus labios. 

—Me quieres a mí —pensó en decirle pero simplemente su cuerpo se negaba a responderle.

—Así que tú eres la que cocina —hablo Kevin sacando de su hipnotismo a los dos chicos, ambos sacudieron sus cabezas y Danny se dispuso a regresar a su habitación. Por su parte Jack se dirigió a uno de los taburetes que se encontraban a un lado de donde se encontraba la estufa sin quitar su vista de la chica.

—Sé que al menos saben usar el horno de microondas pero vamos si por todos ustedes fuera solo comerían papas fritas y smoothies —dijo ella riendo. Kevin rio ante sus comentario pero no negó nada, la chica saco un tazón y lo puso bajo la cabeza de Jack—. Cierra la boca —le dijo con una sonrisa angelical—. Aparte de que entraran moscas en ella vas dejando por allí tu baba —susurro la chica y Jack sacudió su cabeza, Rennata tomo una servilleta y se acercó al rostro de Jack.

—Hey que haces, deja allí —dijo al ver que ella limpiaba su boca.

—Enserio que tienes baba allí —dirigió su vista hacia sus labios y después a los ojos de Jack.

—Solo es eso —pregunto con voz ronca el chico y Rennata bajo la mirada y asintió tímidamente.

—Maldita sea quema —grito Ben y tomo el extintor apagando el pequeño fuego que se había creado en la sartén donde Rennata antes cocinaba un gran omelette para todos.

Poco después de apagar con el mini incendio se retiraron de la cocina y ahora todos estaban en la sala y se encontraban mirándose unos a otros con miradas matadoras que usualmente se centraban más en Jack y en Rennata.

—Por tu culpa nos hemos quedado sin desayunar —le reclamo la gótica a la kitsune y esta simplemente le restó importancia a su comentario.

—Parecen perros y gatos —se quejó Jack y Rennata lo vio con desprecio.

—Me niego a ser llamada gata, no me agradan los perros y sinceramente deja de compararme con animales domésticos —dijo ella malhumorada. En la cara de Dimitri se dibujó una sonrisa.

—Así que es cierto y como kitsune les tenemos fobia a los perros —pregunto mentalmente a su hermana, ella inflo sus mejillas y se puso roja de la furia—. Vamos calmate o podrías dejar al descubierto tus colas —le respondió con el fin de que ella se calmara, la chica miro su sombra verificando que esta aun estuviese en su forma humana y después volvió a calmarse.

—Tengo hambre —se quejó por millonésima vez Danny aunque esta vez fue seguido por el reclamo de su estómago y de unos cuantos más de los vengadores.

—Vístanse de manera decente y los llevo a comer donde sea —dijo como si nada Jack y Sam abrió los ojos en exceso —Yo voy —grito Rennata corriendo a su habitación a cambiarse.

—Yo también voy —Se le unido Danny y después todo a excepción de Sam se unieron en un círculo.

—Hemos decidido de manera unánime que todos nos uniremos —declaro Dimitri por todos y se dirigieron a sus habitaciones. Cuando nadie más que Sam y Jack  quedaron en la sala la gótica volteo a ver al congela-cosas con reproche.

— ¿Qué? Tú no vas. Enserio yo los invito —dijo el chico sentándose a gusto en el sillón más grande.

—Lo que estás haciendo es superficial —declaro la chica.

—No, no lo es. Solo despilfarro el dinero —dijo el chico mirando hacia el ventanal.

— ¿Y que no es lo mismo? —dijo alterada Samanta y Jack solo negó.

—Solo lo es cuando lo haces para “presumir”. Además el dinero va y viene no me pesa gastarlo con mis amigos —respondió el chico con simpleza y Rennata se apareció en la sala con un vestido azul cielo un suéter y unas sandalias de color blanco—. Tú —le tembló la voz a Jack y después carraspeó—. Te vez bien —dijo de manera desinteresada la chica pero con un poco de rubor en sus mejillas.

—Estuve pensando, conozco una cafetería cerca de Central Park podríamos ir allí. Hace tiempo que no voy —dijo la chica mirando por la ventana.



Entraron a la cafetería llenándose de una aire hogareño en el cual hace tiempo nadie de los chicos se sentaron en una de las mesas cerca de las ventanas Rennata y Dimitri se dirigieron a la barra en la cual empezaron a entablar conversación con uno de los dependientes.

—Se conocen desde hace tiempo —afirmo Jack mirando a los gemelos Duchannes charlar con el chico.

—Ella solo está coqueteando con el chico —dijo desdeñosa Samanta quien después de muchas suplicas por parte de Danny accedió a ir con los demás.

Danny, Ben y Jack la miraron con algo de enfado que desapareció rápidamente del rostro de Danny. La campañilla que anunciaba la entrada de nuevos clientes sonó y el chico que servía café junto con los hermanos Duchannes voltearon a ver de quien se trataba, al ver que el rostro de Rennata se corono con una sonrisa todos imitaron su acción. Al hacerlo se encontraron con un chico moreno con muletas, una chica castaña de hermosos y profundos ojos grises y un chico también de cabello castaño y ojos verde azulados como el mar mismo. Los gemelos saludaron a los recién llegados cuando estos se acercaron al mostrador.

—Nos han dejado abandonados durante mucho tiempo—. A modo de saludo la chica que los acompañaba abrazo a Rennata.

—Y a nosotros nos han encerrado en una jaula de cristal y…— los chicos acompañantes de los Duchannes en la mesa dejaron de escuchar la conversación de éstos con los semidioses—… como sea espero verlos pronto. No metas la pata mientras no estoy —le dijo la chica el castaño y después tomaron las bandejas donde se encontraban los cafés de todos.

—Conocidos —afirmo Jack cuando la chica se sentó repartiendo los cafés a todos, seguida de su hermano.

—Familia —dijo ella entregándole por últimos su café.

—Primos o algo —pregunto el repentinamente interesado mientras que en los ojos de Dimitri brillaban con un toque travieso.

—Si sabes que nos solo se considera familia a las personas que comparten una relación consanguínea contigo ¿verdad? —le dijo Dimitri a Jack. 

—Amigos entonces —dijo el de cabello de nieve en una especie de suspiro de alivio.

—Si… algo así —afirmo Rennata haciendo que el chico se tensara nuevamente.

—Deberíamos de estar entrenando, Fury nos matara si se entera que andamos paseando —dijo Gwen y todos la miraron.

—De hecho salimos a desayunar así que no tienen nada que reclamar. Comamos y regresemos a la torre —dijo la chica viendo por la ventana del local solo  una vez había regresado a ese lugar y fue después del funeral de su madre acompañada por los chicos que acababan de salir de la tienda cuando aún se notaban los destrozos causados por los Chitauri. —Ese día no podía dejar de llorar. ¿Por qué hoy las lágrimas ni siquiera hacen amago de querer salir? —Se preguntó mentalmente la albina y después volteo a ver a los que estaba en la mesa—. Tal vez, solo tal vez necesitaba que un montón de extraños me distrajeran —se respondió de la misma forma tomando sus café y dándole una vista de nuevo a la recién formada familia disfuncional que tenía enfrente de ella—. No duraran mucho —se dijo también.

Nieve por todos lados, horribles villancicos inundaban todo el aire de Nueva York los cuales ni siquiera podían ser silenciados por el tráfico que había en la metrópoli y finalmente y lo más preciado para los hermanos Duchannes en cada diciembre que pasaba o bueno una de esas cosas que siempre los alegraban. Olor a chocolate caliente en cada calle que pasaban. Era uno de los pocos días en que Fury los liberaba de su arduo entrenamiento y todos los chicos habían salido de la torre a pasear.

—Oye Dimitri si podemos tomar un poco de chocolate con bombones nadando en él. Prometo no dormir tan tarde —rogo la chica a su hermano colgándose de su mano derecha. Entonces el chico se detuvo en seco haciendo que la chica casi callera de bruces contra la acera en la cual seguramente iba a ser pisoteada por la mitad de los habitantes de Manhattan.

—Sientes eso —pregunto y la chica dejo su berrinche de niña pequeña para prestar atención a lo que señalaba su hermano.

—Está en medio de Central Park si no me equivoco —respondió sin dejar de ver a todos lados la chica.

—Crees que… crees que hayamos ofendido a los dragones por nuestra pequeña mentira —dijo un poco nervioso el chico.

—Tal vez, pero… valió la pena y no levantamos sospechas con respecto a la invocación de nuestras espadas. Aunque no te miento, me da pánico enfrentar a un dragón… sé que en definitiva no será igual que enfrentar a un hidra o una gárgola —dijo la pequeña, los dos se dirigieron a donde se encontraba la fuente del extraño poder. Y cuando estaban a nada de encontrarse con ella.

—Así que pasean por aquí también —oyeron que dijo la pelirroja Tennyson cuando voltearon se encontraron a ella y a su primo además de sus respectivas parejas.

—Si trato de convencer a mi hermana que no debe de tomar chocolate caliente —dijo con un tono frio y Rennata hizo un puchero inflando sus mejillas.

—Oye eres malo, yo siendo tu única hermana y no me dejas comer ni me compras dulces —fingió hacer un drama del cual todos rieron.

—Sé que eres mi hermana pequeña por quince minutos y la única. Pero yo quiero dormir hasta las ocho de la mañana –por lo menos– y no pasar la noche en vela contigo hablando como perico —dijo el ganándose una mirada de reproche de la chica pero está únicamente se limitó a negar con la cabeza en vez de propinarle un gancho al hígado como solía hacerlo habitualmente—. Bueno, bueno, ya. Que te parece si vamos por un poco de té de manzanilla y unas galletitas de jengibre, o prefieres ir aquel restaurante japonés —propuso el chico.

—Claro, claro saldrás con eso de yo invito y tú pagas —dijo con sarcasmo la chica y cruzando sobre su pecho sus brazos.

—No, pero si quieres lo hago. O no. Como sea paseemos por el zoológico de Central Park. Hey chicos ustedes vienen —hablo rápidamente Dimitri y todos se descolocaron por un segundo pero después negaron.

—Después de mucho tiempo estamos en una doble cita así que los abandonamos aquí chicos —dijo Ben mirando a Julie a quien miraba como borreguito medio muerto.

—Amor en el aire dispersémonos Dimitri —dijo Rennata en tono gracioso—. En fin. Suerte y nos vemos en la torre… cocinaré sukiyaki —grito Rennata despidiéndose con la mano efusivamente mientras que se alejaban de los plomeros—. Iremos al zoológico en realidad —pregunto la chica en voz baja a su hermano.

—Claro que no pero ellos se aparecieron de la nada y la cosa o cosas con gran poder está cerca de allí así que… mierda. Se fue —dijo mirando a todos lados.

—No jodas. ¿Cómo que se fue? ¿Cómo? ¿A dónde? No se pudo haberse ido nada más así—. De forma histérica la chica se dirigió a donde anteriormente se encontraba la extraña fluctuación de energía a paso veloz dejando atrás a Dimitri.

—Rennata… por los dioses, Rennata detenete  —le grito el chico.

—No me niego a ser ignorada—. Entonces antes de poder continuar con su pequeña rabieta choco contra un chico cayendo de sentón contra él—. Mira tú… o Jack, ahora todos están aquí —dijo ella levantándose del suelo.

— ¿Quién es ella querido? —pregunto con una odiosa y acaramelada voz la chica que acompañaba al congela-cosas Rennata casi podía asegurar que ella era una de las tantas modelos de las cuales también aseguraba que habían pasado por la cama del chico.

—Ella es Rennata Stark, Marceline —le dijo a la chica de cabellera anaranjada casi roja.

— ¿Marceline? —dijo ella sonando enfadada y volteando a ver al chico con odio en su mirada.

—No, no, no quise cambiarte de nombre, Candy—. La acompañante de nombre desconocido para Rennata miro al chico y su rostro casi tomaba el color de su cabello de lo enfadada que se encontraba.

—Mi nombre es Vesta. Idiota —le grito la chica dándole semejante cachetada al chico para después proceder a marcharse.

—Wow problemas de tener varias conquistas ¿cierto? —le dijo ella y el encogió los hombros sobando su mejilla herida.

—Valió la pena, me enseño donde venden unas donas y un chocolate riquísimos —Jack respondió habiendo pose de saborear algo. Rennata negó con la cabeza y comenzó a reír.

—Sigue así y el día en que Cupido se decida a lanzarte una de sus flechas la chica de la que te enamores te hará lo mismo —dijo la chica con un tono entre serio y juguetón. Jack clavo su mirada de hielo en la de sangre de la Stark.

—No, eso no pasara, es más me niego a que pase —dijo el chico con todos los músculos del cuerpo tensados.

—No digas que eso no pasara, Jack, no está dentro de tus posibilidades, nuestro cerebro es un estúpido con respecto a los sentimientos y las endorfinas que produce no puedes hacer que no las produzca —él la miro extrañado.

—Crei que eras de esas chicas que cree ciegamente en que el corazón es el encargado de todas las cursilerías —dijo él y la chica negó riendo.

—No, todo tiene una explicación científica… o por lo menos una creíble y no ridícula. El corazón solo bombea sangre —dijo ella.

—Maldita sea Rennata no vuelvas a hacer tu berrinches como niña pequeña. Oh tú también estas aquí. Solo falta encontrar a tu gran amiga Sam —se burló el peliblanco.

— ¡Calla Dimitri! —exclamó ella con enojo en sus ojos y apretando los puños.

—Ok ya, aun quiero vivir —dijo el chico protegiéndose con sus manos del posible golpe que pudiera propinarle su hermana.

—Como sea vamos a comprar las cosas para el sukiyaki—. Con un tono de guerrera de anime señalo a la dirección donde se encontraba el centro comercial. Dimitri desvió su mirada de Rennata y se dirigió a Jack

— ¿Vienes? —pregunto ignorando el infantil comportamiento de su hermana.

—Sí, me quede sin acompañante así que compremos cosas —dijo él y los tres decidieron dirigirse al súper mercado.



Cerca de los gemelos y el congela-cosas se encontraba observándoles diez hombres que por sus apariencias sobresalían del resto divididos en grupos de cinco. La mitad de ellos con cabellos y ropas resplandecientes y el resto con ropas oscuras y aura de miedo, mirándose unos a otros.

—Usualmente no estaríamos todos juntos, no al menos sin pelear. Explicame la razón por la cual crees que esa chica es tan especial —pregunto un pelirrojo que parecía ser el líder de uno de los grupos.

—Tan desesperado como siempre —dijo un rubio líder del otro grupo—. Esa chica tiene un gran y lamentablemente cruel futuro, si no la ayudamos morirá. Además de que nuestros cuerpos se han deteriorado no tenemos otra opción más que tomar el camino que obligaron a seguir a los dragones celestiales —declaro el hombre.



En otro lado aparte en un tejado estaban dos personas completamente vestidas de negro, un hombre y una mujer además de que poseían capuchas que cubrían por completo sus rostros observando también a los hermanos Duchannes.

—Acaba con ella antes de que sea demasiado tarde —le dijo el hombre con una voz grave.

—No. Quiero divertirme con ella —dijo dando la vuelta para después desplegar de su espalda un par de alas de murciélago—. Además, la fuente de sus poderes está rota, no lograra un hacerme ni un rasguño —aseguro ella para después emprender vuelo, el chico la siguió después de ver la sonrisa maniaca de ella.

—Presiento que te estas equivocando —susurro.

En domingo extrañamente soleado en diciembre todos los chicos se encontraban descansando en la sala viendo películas casi todos en pijama excepto Jack, claro, todos tenían un bowl de palomitas de maíz.

—En un corte informativo informamos la explosión en la que se vio involucrado el guardas espaldas de la señorita Virginia Potts CEO de Stark International... —interrumpieron la película para pasar un reporte entonces pasaron al Stark mayor.

—Rennata —dijo Jack mirando a la chica que se encontraba viendo el reportaje con indiferencia.

—Mi casa está en… —Rennata apago la televisión y camino a su habitación Jack la iba a seguir pero Dimitri la detuvo.

—No lo hagas si quieres vivir —dijo mirando hacia donde ella se había ido a pesar de todos no poder ver ella había dejado al descubierto sus nueve colas y definitivamente Dimitri no quería que nadie descubriera el secreto de ambos.

—Acaso esa es una amenaza —pregunto Jack con aire retador a Dimitri.

—No te quieres meter con un Duchannes, Jack —dijo el ignorándolo yendo a donde su hermana.

—Infierno en vida —canturreo Danny yendo a la cocina por una manzana roja.

—Y lo dices tú, Ryuk —le dijo al medio fantasma.

—Vete a la mierda con tu maldita Death Note… Light —grito el chico y de la nada le lanzo la manzana a Jack—. Bum. Te gane —dijo para después gritar y hacerse invisible e intangible y huir a su habitación.

—A veces me pregunto si en realidad tiene dieciséis años —dijo el joven millonario tomando sus cienes.

—Disfruta de la vida, Jack te vas a volver anciano antes de tiempo —dijo Ben poniendo si mano derecha en uno de los hombros de Jack. Este simplemente lo miro y quito la mano del chico alienígena de su hombro.

—Yo disfruto de mi vida pero no me agrada ser golpeado por una manzana

—Rennata —grito Dimitri saliendo detrás de la chica.

—Solo… dejame pensar, sí —dijo ella volteándolo a ver quedando frente a frente. La mirada del mayor denotaba pánico ante lo que la pequeña kitsune pudiera hacer—. No lo hare —murmuro desconcertando a los demás.

—Proséchete. Drákoi eínai akóma ónta pou karadokoún stis ti̱n periochí̱. (Cuidate. Los dragones aún siguen rondando por el área) —dijo con preocupación Dimitri y Rennata le miro sorprendida, bajo la mirada y después sonrió.

—Éna zev̱gári to̱n soúper anaptychtheí sáv̱res den mou kánei típota. (Un par de lagartijas súper desarrolladas no me hará nada) —sonrió y de nuevo retomo su camino y Dimitri fue a su habitación.

—Me pregunto si solo es un idioma inventado o sea uno real —murmuró Ben  y cuando voltearon a buscar a Jack ya no se encontraba.

Rennata salió del edificio a paso lento pero directamente hacia un solo lugar. La chica ni siquiera se inmuto al sentir la presencia del chico congela cosas decidió entrar al primer Starbucks que encontró y se sentó plácidamente a tomar un capuchino de canela. Por los dioses si su hermano la veía la regañaría hasta hacer que sus tímpanos se rompiesen y después la haría subir hasta el pent-house de la torre Stark por las escaleras y con tacones de aproximadamente quince centímetros. Vio como Jack paso enfrente del  local y cuzo la calle para entrar a la joyería de enfrente.

—Patético. Aunque si fuera una humana —pensó ella mientras que el chico desaparecía de la vía pública. Rennata tomo su teléfono y después comenzó a revisar las cámaras de seguridad de Stark industries, violando todos los protocolos de seguridad que su ahora psicótico padre había instalado asegurándose por completo de la seguridad de Pepper y claro no solo ella era la sobre protegida. De no ser por Fury los gemelos Stark estarían encerrados en la torre las veinticuatro horas pero para suerte de los chicos –y desgracia también– los futuros reemplazos de los vengadores no podían estar encerrados en un lugar, no al menos sin casi destruirlo—. Aldrich Killian, papá. Dioses este hombre es realmente extraordinario. Así como su recuperación. J.A.R.V.I.S. avisaras a mi padre sobre la ruptura de protocolos que hice —pregunto ella casi adivinando la respuesta del IA de su padre.

—Me temo que tendré que hacerlo señorita Stark —informo haciendo ciertas las predicciones de la kitsune.

—Entonces tendré que desactivar eso —dijo moviendo rápidamente los dedos dentro de su teléfono.

—Señorita Stark, ¿sabe que sus actos están mal? —pregunto J.A.R.V.I.S.

—Lo sé. Pero también sé que mi padre se encuentra paranoico y si tus registros no se equivocan hace no mucho sufrió un ataque de pánico —dijo ella mirando los registros de las cámaras al interior de la armadura.

—En efecto señorita Stark pero aun así está cometiendo un crimen —la kitsune rio ante el comentario del IA y negó con la cabeza a la par que tomaba su capuchino.

—Digamos que no es un crimen como tal… sino una vigilancia del estado mental de mi padre —respondió ella.

Entonces sintió un escalofrió y miro a la entrada del local. Allí estaban diez chicos entrando, los cuales no parecían tener más de dieciséis años.  Todo el cabello de Rennata se erizo. A pesar de ocultar bien su presencia ella podía notar que, ante ella; se encontraban los diez dragones legendarios. La opción de pelear estaba completamente descartada para ella, ellos no eran personas con las cuales fuera fácil pelear o escapar y estando los diez juntos tratar de hacer algo simplemente se tornaba una misión suicida. Miro a todos lados se encontró siendo la única no normal de todo el lugar y sinceramente sabía que aun así pidiera ayuda de Jack no funcionaría de nada.

—Me parece que usted señorita está muy sola en un asiento tan grande —le dijo uno de los diez chicos el cual tenía el cabello cobrizo Rennata lo reconoció como El Dragón De Bronce.

—No, yo… de hecho espero algunos amigos —dijo fingiendo una sonrisa y tomando su café. Trato de levantarse pero de inmediato fue rodeada por los diez.

—Señorita Ángel Maldito pensé que sería inteligente y no nos mentiría —le dijo con una sonrisa angelical El Dragón De Oro con una apariencia de un chico rubio realmente amable.

—Yo… yo…

—Niña si sabes los que te conviene deberías de prestarnos un poco de atención —dijo el chico pelirrojo mirándola directo a los ojos. Nunca en su vida había sentido tanto miedo al ver a alguien a los ojos, corrección NUNCA había sentido miedo hasta que se atrevió a ver al Dragón Rojo a los ojos—. Te hemos venido a proponer algo —le dijo con una sonrisa socarrona.

—Vamos no hagas que la chica se paralice en su lugar —dijo el dorado de nuevo con su sonrisa angelical—. Solo está un poco asustada no la juzgues mal —dijo volteando a ver la kitsune. Luego tomo su mano y la miro a los ojos—. Allí tienes un poder maravilloso y una pelea interna. Como sea no hemos venido a hablar sobre eso. Como ha dicho el rojo tenemos una propuesta para ti —dijo y la chica los miro con extrañeza.

—No es normal. Ni qui ustedes den una propuesta a alguien y mucho menos alguien como yo y que estén juntos… en un solo lugar sin tratar de despedazarse unos a otros —dijo ella aun con temor en su voz.

—Lo se pequeña pero… nuestros cuerpos se están deteriorando y seguir el camino de los dragones celestiales es la única forma de sobrevivir, somos los últimos dragones legendarios que quedan —dijo el bajo la mirada expectante de la kitsune.

—Como vez no nos podemos dar el lujo de ser olvidados como el resto de nuestra especie… y mucho menos nosotros que estamos por encima de los dragones celestiales —hablo con arrogancia El Dragón Negro.

—Bien eso lo entiendo. Pero lo natural seria que cada uno escogiera a su portador como los dragones celestiales, no los diez escogieran un solo portador —alego ella mirándolos extrañados.

—Tú eres un recipiente… excepcional —le dijo el Rojo y ella se limitó a cerrar los ojos y contar.

—Bien, bien. Acepto que creas que soy excepcional pero no me agrada que seres despectivos como usted me traten como un objeto el cual pueden desechar. Se dan cuenta de que sería como firmar un pacto de familiar  ustedes estarían a mi completa disposición —renegó ella.

—Entonces señorita Ángel Maldito acepta nuestra proposición—. Ella los miro a todos y después miro a la joyería donde se encontraba su amigo.

—Necesito pensarlo —respondió.

—Te enseñare Stark… que los súper héroes no existen—.

De pronto todo el mundo de la chica Stark se había derrumbado igual que la mansión de Malibú de su padre a manos del mandarín. Ahora estaba ella y su hermano en la junta ejecutiva de Stark Industries, lo natural seria que Pepper estuviera allí pero inmediatamente después del bombardeo del Mandarín ella también desapareció así que al desaparecer los dos socios mayoritarios pues los hijos del millonario tenían por derecho el estar al frente de la compañía. ¿Por qué a Rennata se le hacía extrañamente conocido el caso? Cierto había ocurrido lo mismo con Howard y su padre.

—Estos niños no creo que tengan la capacidad como para estar al frente de la empresa —sugirió uno de los inversionistas más viejos que tenía la empresa.

—Estos niños consiguieron un master cuando usted apenas y sabía contar —respondió Rennata de manera despectiva.

— ¿Que acabas de decir mocosa? —dijo el hombre y ella le lanzo una mirada al hombre el cual también trato de intimidarla pero fallo terriblemente al encontrarse con la mirada sádica y demoniaca de Rennata.

—Probablemente no esté en el campo correcto para ejercer mi carrera pero leí unos cuantos libros de contabilidad y derecho mientas que estaba aburrida así que supongo que entre mi hermano y yo podremos administrar la empresa… suponiendo que nos enfrentemos al peor de los casos —respondió ella mirando directamente a la ventana.

—Señorita Stark estamos hablando de su padre. Si un hoyo negro no lo mata mucho menos un hombre —trato de ser positivo otro de los socios quienes recientemente se habían unido y a pesar de lo dicho Rennata simplemente se limitó a asentir. Miro de nuevo hacia el ventanal y una estúpida arriesgada pero genial idea el golpeo de repente.

—Entonces por ahora los chicos, hijos del señor Stark serán asesorados para mantener la empresa a flote. ¿Podemos contar con ustedes chicos? —pregunto el hombre de cabellos carmesíes como los ojos de Rennata.

—Por supuesto que sí señor Gremory —contesto Dimitri al ver que su hermana estaba ensimismada en sus pensamientos.

—Bien. No hay nada más que tratar aquí. Hasta luego señores —dijo el hombre recibiendo asentimientos de todos para salir de la sala de juntas. Una vez que esta desolada y solo estaban los chicos.

—Hay una forma de saber si él y Pepper están vivos —dijo ella ganándose la mirada asustada del chico.

—Bien es una estupidez pero al menos así no nos rastrearan —respondió viendo a su hermana quien no quitaba la mirada del cielo.

—Probablemente Samanta nos odie por irrumpir en el único lugar donde no la molesto —dijo con una sonrisilla—. Bien. Digámosle al tío Nick—. Dimitri soltó una risotada.

—No creo que sea necesario. Ya sabes nos sigue a cada paso. No me sorprendería si al salir del elevador en nuestro piso ya estuviera allí—. Rennata lo miro y asintió—. Apuesto que solo está esperando a que vallamos a él como un ratón al queso —dijo Dimitri viendo a su hermana y luego medito un poco sus palabras, técnicamente tenían que aparecer así frente a él pero si iban en este preciso instante no los dejaría actuar sería demasiado peligroso—. Además dudo mucho que en este momento nos deje con libre albedrio —le dijo y ella asintió. 

Se levantaron y salieron de la sala de conferencias directo al ascensor. Tocaron el botón con el numero noventa para ir a su refugio. Cuando empezó a moverse el elevador Rennata soltó un profundo suspiro y se recargo en la pared de este.

—Tiene que estar vivo —se repetía mentalmente como un mantra a cada segundo cada vez menos convencida de su afirmación. ¿Acaso tenía miedo de terminar sola? Por supuesto que no. No dejaría que nadie le tocase un cabello a su hermano y, a pesar de estar en contra de su filosofía, mataría al responsable de secuestrar, herir o matar a su padre. Una campañilla inundo el aire del elevador anunciando que llegaban a su destino. Las puertas se abrieron y de no ser porque ya lo habían predicho, se hubiesen asustado al ver al moreno del parche en su piso hablando con los Jóvenes Vengadores.

— ¿Qué tal Tío Nick? —dijo con gracia Rennata ganándose la mirada interrogante de todos.

—Te estas tomando muy bien la muerte de tu padre—. No soportaba la idea de que la burla de Samanta fuese real. Ignorando el amargo sabor de su boca se dignó a contestarle a la chica gótica.

—Sí, es que fui yo la que lo mando matar. Ya sabes, planeo quedarme con todo—. El odio apelmazo sus palabras y todos se quedaron sumergidos en un silencio sepulcral y Rennata se dirigió a su habitación.

—Sabes que si te unes tendrías acceso a cualquier satélite sin ser arrestada —planteo Fury haciendo que Rennata se quedara como estatua en medio del corredor.

—Lo sé, pero Marea Creciente está allí, siempre, sin poner peros ni pretextos —dijo ella sin voltear pero todos alcanzaron a notar el cinismo de sus palabras—. Así que querido tío Nick, podre encontrar mejores personas que todo S.H.I.E.L.D. en la Deep Web que descuarticen al inútil que se atrevió a tocar alguien perteneciente a mi ciclón —grito.

Dimitri se sorprendió algo habían hecho o pensado todos para que Rennata se encontrara tan enfadada como ahora. Una tenue aura carmesí la empezó a cubrir, quería pensar que nadie lo había notado pero el mitad fantasma la había visto y estaba a punto de decir algo pero le lanzo un hechizo que altero su vista un poco dejándolo ciego hasta que Rennata desapareció del corredor que conducía a todos a sus habitaciones.

—Si no ha entendido a mi hermana eso es una negación ante su propuesta además de que es una completa idiotez proponerlo en este momento. Darle las armas una chica para iniciar la tercera guerra mundial en contra de un loco del otro lado del mundo —se burlo Dimitri siguiendo el camino de su hermana.

—Peor que el infierno en vida—. Con seriedad poco común en la pronunciación de esas palabras Danny hablo ganándose la mirada de todos.



Caída la noche donde solo las sombras reinan dentro de la ciudad de Nueva York, sin mencionar además a pequeños delincuentes; en las azoteas de todos los edificios solo el ojo observador notaria que dos sombras corrían a toda velocidad acercándose a Central Park. Meditarlo no había sido fácil y mucho menos con los recientes acontecimientos en su familia pero mantuvo la cabeza fría y analizo los pros y los contras llegando finalmente al veredicto de aceptar ser el recipiente de los Dragones Legendarios.

—Mi señor —dijo ella dirigiéndose a Zeus.

—Ten en cuenta que tu poder aumentará drásticamente y podrías descontrolarte —le advirtió el rey de los dioses.

—Si me permiten opinar —pregunto Apolo viendo la desesperación pero también la sabiduría de la chica. Después de ver el asentimiento de parte de Zeus se dispuso a continuar—. Un sello en los poderes que pueda llegar a funcionar, al menos hasta que los controle del todo—. Los ojos de Rennata brillaron por la idea del dios de las profecías.

—Es una opción aceptable —dijo el dios mayor. Rennata lo vio y después hizo una reverencia ante los dioses.

—Espero que estés pensando con claridad —dijo con tono firme Athena. Rennata asintió y después la miro.

—Me fue muy difícil tomar esta decisión, sobre todo por los sucesos ocurridos. Pero el venir aquí esclareció mis dudas por completo. Con la alianza que están formando los católicos el dejar escapar una oportunidad como esta sería digna solamente de un estúpido —dijo ella.

—No olvides que nosotros también estamos en pie de entrar a la alianza —le recordó Poseidón y ella solo desvió la mirada.

—Está bien.

Al entrar a Central Park se dirigieron al gran lago.

—Sé que están aquí —hablo la kitsune mirando al frente. Del suelo comenzaron a salir diez llamas, de diferentes colores siendo el rojo y el dorado predominantes entre todos.

—Así que por fin decidiste aceptar nuestra propuesta —celebró el Dragón Rojo ahora en su verdadera forma. Cincuenta metros de poder en toda la extensión de la palabra.

—No puedo dejar que vayan a buscar otro portador que posiblemente se alié con los ángeles y la iglesia —dijo ella con tono firme y el Rojo que alguna vez pensó que estaba actuando tsundere solo noto un odio muy profundo dirigido a los seres de luz.

—En fin. Comencemos con el ritual —dijo mirando al Dorado. Un círculo con diversos elementos apareció en el suelo para iluminarse y hacer que los dragones se convirtieran simplemente en esferas de poder, comenzaron a moverse y como meteoros se incrustaron en el pecho de Rennata. Después de soltar un gemido de dolor cayó al suelo con vapor saliendo de su cuerpo—. Espero que al menos sepas como controlar el poder que te acabamos de otorgar.