Fallen Angel (Multicrossover)

—Ahora me dirás por qué razón no dejabas de hablas en francés ayer —pregunto Vali, mientras que con su pulgar derecho se dedicaba a recorrer la espalda baja de la joven Stark. Ella sonrió altanera y le dio la espalda al joven tomando de paso la mitad del edredón que le pertenecía a Vali.

—Oh, los dioses pueden ser muy crueles —dijo, recostándose boca abajo—. También muy infantiles y egoístas.

—No deberías de insultar a los dioses —se acercó a ella y beso su cuello y fue bajando hasta su cintura—. No me digas que ya te cansaste, has envejecido —se burló y Rennata solo lo volteo a ver.

—Ya te quisiera ver peleando con una valkiria —le refuto.

—Me sorprende que le hayas ganado —se puso en cuclillas y comenzó masajear a Rennata. Ella simplemente suspiro y se dejó llevar por la deliciosa sensación que le producían las manos de Vali.

—Me sorprende que no haya empezado a lanzar fuego por la boca. Dioses, estoy tan acostumbrada a pelear con hidras que había olvidado lo que era luchar con otra persona —susurro. El medio demonio sonrió y se inclinó para volver a besar su espalda.

—Podría entrenarte —susurro mientras que dejaba un rastro de besos mojados por la columna de la chica. Ella rio sarcásticamente y se volteó para quedar a centímetros del rostro de Vali.

—No es por presumir pero soy una de las mejores guerreras del Olimpo —masculló y se abrazó al cuello del joven para robarle un beso desesperadamente apasionado—. Así que solo limítate a darme placer —le susurro sensual.

El por su parte bajo la mirada a sus pechos, no era muy fanático de chuparlos –como Issei–, pero había descubierto que era un punto demasiado sensible de Rennata y se ocupaba de explotarlo constantemente. Ella arqueo su espalda y estiro su brazo hasta la mesita de noche que se encontraba a lado de la cama y tomo un preservativo. Vali volteo a ver dónde se encontraba la mano de Rennata y al ver su acción enarco una cella y le dedico una mirada risueña.

—Así que aun tienes energía.

—Podría seguir así todo el día, pero mis deberes no me lo permiten.

—Entonces esta es la última ronda —afirmo Vali antes de dirigir su mano hacia sus caderas y luego a sus muslos para luego terminar en su sexo—. Ocupémonos de que sea excitante —comenzó a acariciar suave y lentamente su clítoris haciendo que soltara ligeros gemidos. Olvidándose momentáneamente de abrir el preservativo.

—Espera —ordeno subiéndose en la cintura del joven. Tomo el empaque plateado y con una mano comenzó a masturbar al joven. Vali tomo el condón mientras que Rennata se ocupaba enteramente de darle placer para después colocar el preservativo—. Me encantaría que continúes ahora si —demando. Vali tomo sus caderas y la colocó debajo de él, con una mano tomo su quijada y la besó para después penetrarla.



—Bueno, realmente fue intenso —susurro el mientras que Rennata se recostaba en su pecho.

—Dicen que el sexo por la mañanas es bueno, ya sabes estimula un montón de cosas que no tengo ganas de enumerar

—Como sabes eso —pregunto tomándola de la mano.

—En los Estado Unidos; porque los Estados Unidos no son América, bueno si pero no toda, la sexualidad no es un tabú como en el resto del mundo. Además, Tony Stark es mi padre, que esperabas —dijo ella entre carcajadas.

—Que amenazara a todo aquel que se acercara a ti —respondió con obviedad y ella rio.

—No. De hecho me dijo “Mira no eres una niña y asumo que sabes cómo se hacen los bebes y no está mal que lo hagas pero por favor Rennata, si vas a acostarte con alguien se discreta y no llegues con un regalito a la casa que teniendo sexo sin protección no regalan lavadoras” —le dijo fingiendo una voz grave parecida a la de su padre.

—Y luego que paso —pregunto curioso al notal la sonrisa que tenía Rennata en la cara.

—Tuvo un debate de ideologías con el Capitán Rogers y Natasha le grito que como podía decirle eso a su hija, pero nadie debatió nada cuando les dijo que no tenía la autoridad moral como para regañarme si no era virgen —Vali alzo los hombros en respuesta y después beso a Rennata de nuevo.

—Entonces no debería de preocuparme de tu padre —cuchicheo pasando su nariz por su cuello.

—Quizá de él, pero Nat creo que deberías no mencionar esto en frente de ella. Claro, a menos de que quieras morir —dijo le dijo mientras que trazaba círculos imaginarios con las yemas de sus dedos en el pecho de Vali.

—Te das cuenta de que soy un demonio —le dijo el con una sonrisa pícara y Rennata solo rodo los ojos.

—Te das cuenta de que podría pedirle algo a Thor para que te pueda matar en caso de que se entere de tu naturaleza. Porque, dioses, es Natasha Romanoff a.k.a. Black Widow. Si sabes lo peligrosas que son las viudas negras verdad, en fin me iré a duchar —le beso traviesamente mordiendo su labio inferior de paso para luego huir.

Él se recostó en la cama con sus manos detrás de su cabeza, inmediatamente dos toque en la puerta se escucharon siendo sucedidos por Grayfia quien sin pena entro en la habitación.

—Joven príncipe —murmuro la criada del Lucifer en turno. Por su parte el suspiro con un poco de enojo pero se limitó a asentir.

— ¿Qué es lo que quieren esos viejos esta vez? —renegó levantándose. Grayfia miro alrededor de la habitación. Tal como lo sospechaba desde la noche anterior, él había tenido ciertas visitas. No logro descifrar de quien se trataba, pero viendo la fina lencería de encaje blanco, que a pesar de ser sexy, a leguas se notaba que dejaba cientos de cosas a la imaginación. Vali como buen observador dirigió su mirada a donde se encontraba la ropa interior de Rennata.

—Vali —murmuro, él la miro confundido, jamás le había llamado por su nombre y eso significaba algo muy malo o bueno, no lo sabía—, espero que no estés cometiendo estupideces.

—Que sea reservado conforme a mi intimidad no quiere decir que no planee todo metódicamente, Grayfia. Entonces me responderás —ella le miro y después suspiro. Si, lo olvidaba perecía ser de las personas que tienen hasta el más mínimo detalle, por eso le molestaba que los viejos quisieran dirigir su vida.

—No lo sé, simplemente me han mandado por usted —respondió. Él suspiró, dio una mirada al baño y asintió. Grayfia procedió a salir mientras él se vestía.

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Perdon por comentar hasta ahorita, pero la UNI ya sabes.
Sayonara

Salió del baño pero lo único que encontró fue la cama desacomodada y su ropa tirada por allí. Apretó sus dientes, quizá si se estaba volviendo algo caprichosa y berrinchuda, y como tal no iba a perdonar que el joven la abandonara nada mas así. Tomo su ropa y se vistió rápidamente, en verdad  estaba enojada, pero, sinceramente ¿podía realmente enfadarse con Vali? No, vamos solo tenían sexo ocasionalmente así que no podía exigir nada como informarle a donde iba a cada segundo. Salió corriendo de la habitación mientras que intentaba mantener la gallardía que la caracterizaba como guardia del olimpo así como también el temple de acero para no llorar.

Y porque lloraría —Dioses—se lo repitió de nuevo—. Vali y yo no somos nada, no tengo porque ponerme sentimental—. Mientras que huía; porque era lo que en realidad hacía, choco con uno de los dos jóvenes que lo acompañaban la noche anterior, la chica le miro y de inmediato reconoció el perfume de Vali.

—Oye has visto a Vali le pregunto —Rennata se detuvo y apretó los puños.

—Y por qué habría de saberlo —respondió fríamente, antes de que Kuroka continuara preguntando ellas se perdió en el fin del corredor.

—Estaba con ella, verdad —le pregunto el mono y ella asintió.

—No es casualidad que ambos se perdieran anoche —susurro tratando de olfatear un poco más la esencia de la guardia, de alguna manera le parecía algo… mágica. Pero, había quedado en claro que era una humana común y corriente, lo más extraordinario de ella era ser la hija de Anthony Stark; y, aun así, se encontraba encandilada por el aroma de Rennata—. Hierba de gato —exclamo saliendo de su transe.

—Ella no olía a hierba de gato, tarada —respondió el mono regresando al lobby del hotel.



Aun con los ojos aguados, Rennata, fue a su habitación a prepararse para ser maestra de equitación de los jóvenes demonios, tal parecía que jamás en su vida habían visto a un montón de personas ir a caballo. Al final de la reunión Sirzechs les había ofrecido a los olímpicos una limosina aunque ellos ni tardos ni perezosos ya estaban encima de sus caballos listos para ir al hotel. Odín pensó que no era mala idea ir sobre su clydesdale de pelaje negro así que acompaño en su cabalgata a los olímpicos y como no también le siguieron sus acompañantes. La más joven de las valkirias perecía que declinaría a la oferta pero Rennata no le dejo.

—No se montar —admitió con las mejillas sonrojadas y la cabeza gacha.

—Ven —estiro su mano he hizo que subiera con ella en el caballo lipizzano de motes bayos que montaba y siguió sus señores que montaban  un frisón negro, excepto Hades quien debido a su naturaleza era normalmente rechazado por los animales comunes y en su lugar montaba una pesadilla. Sus crines ondeaban como algo parecido a humo y sus cascos estaban cubiertos de llamas que dejaban huella por donde caminase aunque estas se apagaban segundos después de que la pesadilla pasase.

De la maleta sacó una camisa blanca, un breech de equitación del mismo color, un blazer ecuestre de color beige y también un juego de ropa interior limpia. Lo coloco sobre la cama y comenzó a desvestirse. Su enfado aún no se pasaba así que como fue quitándose el traje de gala iba lanzando cosas contra la maleta y poniéndose con parsimonia sus reemplazos.

Miro el reloj que se encontraba atrás de ella y noto que un le sobraba tiempo para ensillar a todos los caballos porque estaba segura que ninguno de los princesitos iba a meter las manos. Salió de la habitación del hotel e inmediatamente fue a las caballerizas de este. Pero lo demonios es que pensaban en todo. Cuando entro vio a siete caballos purasangres.

—Debí aceptar ayuda —dijo aplastando sus manos contra su cara y cerró los ojos, bueno hasta cierto punto estaba feliz de estar sola estaba segura de que iba a golpear al primero que se le atravesara. Bufo y comenzó a ensillar a los caballos. Cuando iba por el tercero los cascos de otros tantos caballos resonaron en las caballerizas.

—Entonces a donde iras con tantos caballos —le pregunto Annabeth.

—Por allí, me pica la curiosidad por recorrer el inframundo —mascullo sin dejar de hacer su trabajo.

—Alguien se levantó con el pie izquierdo esta mañana —se burló Leo, ella le miro y bajo la mirada mientras apretaba los dientes y los puños. Quizá nadie se dio cuenta de eso excepto Nico pero lo dejo pasar, no quería darle cuerda a su acosadora personal.

—No tienes ni idea —exclamo recargándose en la pared—, la fantasía de quedarme dormida en la cama hasta las tres de la tarde no fue posible —suspiró. Los semidioses bajaron de sus caballos y procedieron a atarlos

—Creí que mi padre había ordenado que nosotros les enseñáramos a los demonios —pregunto con recelo Jason. Rennata de dedico una mirada juguetona y negó.

—Es más que nada un paseo. Que noten que las nuevas generaciones de las mitologías no son tan débiles como las de las facciones —respondió ensillando ya al sexto purasangre—. Sean humildes pero si alguno de ellos cree que el suelo que pisa  no lo merece acaben con el —susurro, ¿acaso estaba dándoles permiso para meterse en una pequeña pelea no tan grácil? Valla quien lo diría. Los semidioses asintieron y fueron al hotel—. ¿Qué voy a hacer? —se dijo frustrada.

— ¿Qué paso esta mañana? —pregunto Nico apareciendo de las sombras.

—Nada —respondió ella, por qué crees que pasaría algo —le pregunto tomando un cepillo para acicalar a los caballos.

—Porque estas enfadada —le respondió—, mira si no quieres decirme está bien, pero lo sabré —amenazo el joven semidiós, Rennata no le tomo importancia. Total que más daba, fue un error creer que el Lucifer era un buen chico, era un demonio después de todo. Cuando quiso ver a Nico este ya no estaba, simplemente apretó los dientes de nuevo y volvió a cepillar a los caballos.



El grupo de jinetes caminaba entre las arboledas, algunos riendo y otros —como Diodora— enfadados, Rennata miraba hacia a todos lados, hacía rato que los caballos comenzaron a portarse nerviosos así que ella también estaba atenta a cualquier cosa que pasase por el bosque.

—Y usted señorita —le pregunto Sairaorg a Rennata, ella sin turbación poso su mirada en los orbes violetas del joven demonio más fuerte—, alguna anécdota graciosas que contar.

—Como aquella vez que Thor dejo el mjolnir en el baño y nadie podía entrar porque, bueno, es el mjolnir y nadie de los vengadores es “digno de su poder” —mascullo enfada y luego miro a la nada—, quizá un magnetokinetico sea capaz de moverlo, si, no podría usar el poder que otorga pero si podría moverlo. Interesante teoría —comenzó a mascullar sin tomar en cuenta a ninguno de ellos.

—No era de esperarse de que una humana pudiese seguir una conversación decente —Diodora dijo con recelo, odiaba con todo su ser a esa chica que pensó podría ser una de sus piezas y ahora la creía una zorra.

—Es un genio ¿Qué esperabas? —le dijo Nico enfado, el resto le miraron sorprendido. El hijo de Hefeso estaba enfadado, odiaba como ese demonio veía a su amiga y como la trataba. Vali soltó una risa sarcástica y los semidioses le miraron.

—Es que tú también piensas eso —le riño Leo conteniéndose de no quemar todo.

—No —respondió como simpleza—, normalmente estas mierdas no las haría pero es eso o morir —respondió Rennata le miro pero después viro su mirada al cielo.

—Regresemos —ordeno la joven.

—Porque —grito el Astaroth.

—Muérete —susurro por lo bajo Rennata e hizo que su caballo diera la vuelta—, y el que lo quiera hacer también no me siga —dijo. Los semidioses quienes ni siquiera cuestionaron ya les llevaban por lo menos un caballo de ventaja

— ¿Genio? es una maldita mortal —una pequeña luz titilante recorría el cuerpo de Rennata—, ¿humana? Las polainas de mi abuela, ella es como nosotros —pensó al verla.

—Todos somos mortales en mayor o menor medida, niño —le dijo Nico con voz fría aunque Diodora ni se inmuto.

— ¿Quién eres tú para decirle eso a alguien de la noble casa Astaroth, cuna del rey Beelzebub? 

—Nicolò di Angelo, hijo de hades, señor de las tinieblas —el demonio se congelo e hizo que su caballo retrocediera un par de pasos. Nico noto su reacción y una sonrisa cruel cruzo su rostro e hizo que la pesadilla que montaba se parase en dos patas—. Así que joven príncipe teme morir.

Justo cuando se preparaba para responder cínicamente negando algo parecido a un dragón aterrizó justo detrás de él haciendo que su caballo se asustara, reparara y el terminara en el suelo. Sintió un como jalaron su capa y después ya estaba en el caballo de Rennata corriendo en dirección al hotel. Se irguió montando bien al caballo y noto que todo ellos estaban rodeados de basiliscos.

—Corran y no dejen que su pico se acerque a ustedes, o serán unas lindas esculturas —grito Annabeth, quien, como el resto de semidioses, ya empuñaba su arma—. Chicos rodeen a los demonios que Rennata se encargue de wyvern.

— ¡Hey! También somos jóvenes —reclamo Zephyrdor Glasya-Labolas.

—Claro que lo son —espeto la joven mientras cortaba el pico de uno de los basiliscos—, pero si digo chicos rodeen a los chicos seria el acabose.

—No creo que sea buena idea dejarlos pelear solos —Sairaorg miro a Vali y el asintió, justo cuando formaba un círculo mágico una luz intensa los cubrió a todo, sabían que no era de ningún ángel porque no le quemaba pero fue lo suficiente potente como para asustar a todos los basiliscos, o al menos la mitad que aún continuaba con vida.

—Rennata —grito Annabeth. El wyvern estaba en el suelo aparentemente muerto, sin embargo la misma luz cubría a Rennata que se encontraba encima de él, apoyándose en su espada, hasta que callo. En un pestañear Nico ya la tenía en sus brazos y en otro ya se dirigía a toda velocidad hacia Lilith.

—Nos dirán que es ella de una vez por todas —grito desesperado Diodora, los semidioses decidieron seguir a Nico.

—Una mutante —le respondió Vali—, electrokinetica si mal no recuerdo. De eso hay demasiados entre los humanos.

Y desde lejos lo vio. Un niño de ojos azules que miraba al suelo, que caminaba lentamente viendo como uno de sus pies se colocaba delante del otro haciendo que avanzase lentamente a través de la vereda. Segundos después el niño levanto la mirada solo para mirar al cielo y él lo imito, claramente no era el cielo humano.

—Quizá del Gehena —pensó para después desechar esa idea ya que  jamás en su vida había estado en el Gehena.

El cielo era purpura y se notaba que era realmente tarde. Asumía que el pequeño había estado caminando más o menos por cuatro días o al menos esas eran las veces que había soñado con él y claramente todos los sueños tenían ilación puesto que día tras día el estado del niño empeoraba. El niño se detuvo a descansar y como no lo iba a hacer sus pues estaban sangrando demasiado como para que siguiese caminando así que se permitió parar a dormir un rato. Noto como en las ocasiones anteriores que sanaba rápidamente mientras dormía, esa rutina se repetía en todos los sueños, pero esta vez decidió que se acercaría a él, le ofrecería su ¿capa?

Se miró a si mismo por primera vez en la semana que llevaba soñando con el niño, estaba ataviado de un traje hecho de alguna tela cara. Toco su cabeza y tenía una corona, se la quitó la observo, era completamente negra y poseía diamantes, rubíes y zafiros esparcidos por toda ella, entonces comenzó a envolverse en fuego, su fuego, quizá el de su padre. No, no, no; Satán no era su padre, Shiro Fujimoto lo era, se estremeció al recordarle y sus ojos se aguaron pero no era tiempo para lamentarse el niño se había despertado, completamente sano de nuevo.

Su cabello caía sobre los ojos mientras miraba hacia arriba,  lleno de sudor y  suciedad que era casi difícil decir de qué color era pero de antemano Rin sabía que era de color plata. Miró a su alrededor, su ceño estaba fruncido al notar que el terreno alrededor de él era prácticamente el mismo que había estado recorriendo durante los últimos dos días; el pequeño camino de tierra rodeado de campos de hierba a ambos lados, y las grandes montañas que asoman en la lejanía. Una vez había tratado de ver si él podía decir lo lejos que había caminado hasta el momento, pero había perdido la concentración hace un tiempo, dejándolo sin tener idea de lo lejos que había llegado a este punto.

—Idiota —se dijo en todo de regaño en voz baja, su voz salió ronca de su garganta que estaba reseca, el agua que trajo con él hace bastante tiempo ya se había acabado, y no había podido encontrar ningún arroyo o algún riachuelo. —Debería haber esperado hasta que estuviera en el mundo de los humanos, por lo menos ahí alguien hubiera preguntado si necesitaba ayuda—

¿El mundo de los humanos? Bueno ya sabía que no estaba en el mundo humano con certeza pero, entonces, donde se encontraba. Miro la cara del niño, sea lo que se por lo que haya pasado no podía soportarlo más. Sabía que después de tener día  de mierda, en su mente estaba hecho un plan. Empacó una pequeña bolsa de comida y agua. En medio de la noche escapo, a saber por qué y sin saber cuál sería su destino,  lo único que supo es que tenía que estar en algún lugar lejos de ellos.

Ahora el niño lamentaba enormemente no haber planeado con antelación su gran escape. Miró a sus pies, aunque sus ojos vagaban sobre su camisa blanca polvorienta y pantalones negros, sus zapatos también estaban deshechos. Era fácil de notar que, incluso mientras continuaba caminando con un pie delante del otro, sus piernas temblaban.

—Agotamiento, supongo —murmuró para sí mismo, dándose cuenta de su mano temblaba un poco también. Rin temía que en cualquier momento el niño se desmayase y aquellos de los que había escapado lo encontrasen. —Oh, bueno, mejor morir que vivir aquí que en casa —dijo mientras en su carita aparecía algo parecido a una sonrisa triste.

—Tal vez Dios te mostrara un poco de misericordia y te permitirá vivir después de esto—susurro Rin con los ojos aguados. El no solía ser así pero, este niño le había llegado a lo profundo del corazón.

—Quien diría que yo, Vali Lucifer, bisnieto del rey del inframundo terminaría con un Sacred Gear, un Longinus, un dragón celestial —masculló con ironía—, un estúpido regalo de dios que parece más una burla—. Rin abrió los ojos desmesuradamente.

—Cielos, en verdad, la vida de este niño, de Vali Lucifer parece ser triste, por más breve que sea—. Vali siguió caminando, no tenía ni idea de qué hora era, ni cuánto tiempo había estado caminando.

Su mente se sentía como si se fuese a desvanecer, con una sensación similar a cómo se sentía cuando estaba a punto de caer dormido durante la noche. Se quedó sin aliento ligeramente cuando de repente tropezó, sus manos se negaron a responder y él gruñó levemente de dolor cuando se estrelló contra el suelo duro, haciendo que una ligera cantidad de polvo se levantara  después del impacto. Se quedó mirando el suelo junto a él, ahora un poco decepcionado de que podría ser lo último que vería. Sus ojos estaban cerrando ahora, sin su consentimiento.

—Creo que esto—pensó con amargura—… es un final patético—. Se sorprendió cuando un pie de repente dio un paso dentro de su vista y lo último que sintió antes de caer inconsciente era confusión y no solo el, sino también Rin. ¿Qué hacia un hombre allí?, y no cualquiera sino un sujeto de cabello castaño con un mecho dorado en su frente.

Sintió que se ahogaba y después despertó, todo sudoroso y desconcertado. Se recostó de nuevo y trato de dormir pero no pudo, miro al despertador y noto que aún no eran ni las seis de la mañana. Oyó que su hermano se levantó así que se envolvió en el edredón y fingió estar dormido, cuando este salió se levantó para ir directamente al baño. Ya en las regaderas se estremeció de nuevo y se recargo en la pared para terminar sentado con la cara entre sus rodillas ¿Qué tenía que ver ese tal Vali Lucifer con él?, bueno aparte de lo obvio.

lucy_malfoy escribió:Hola linda, ya había leído el capitulo, pero no pude comentar u.u, lo bueno es que ¡YA ESTOY DE VACACIONES! Salí el viernes, y entro el Jueves 1 de Septiembre, volviendo al capitulo, ¡Me encanto! Ahora tengo mas curiosidad por saber de Rennata.
¡Síguela!
Sayonara.

Richis. escribió:Debo disculparme por no actualizar pero ni lap murió y con ella muchos de los proyectos que tenía y también el siguiente capítulo. Sin mas que decir me despido e iré a reescribir el cap... Bye, bye

Richis. escribió:La buena noticia es que ya regreso mi lap. La mala es que aun no tengo ni Office, ni nada... espero que mañana ya este al 100%