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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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The life of Jenna Schmidt.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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The life of Jenna Schmidt.
Synopsis Años atrás, el lugar que vagamente Jenna recuerda le hacía pensar en el sitio más hermoso que podrías imaginar, pero algo en sus frecuentes sueños le advierte que no anda bien y comienza a preguntarse el por qué de sus sueños y cómo llegó a su actual vida en la que vive en una bonita casa ubicada en un pueblo rústico con su hermano Ethan y sus padres adoptivos. Hasta ese momento sólo pensó que esos sueños que solía tener significaban algo de su antigua vida pero luego llegaron las pesadillas, y en ella sólo había gritos y lamentos por lo que pensó que todo eso era culpa suya así que optó —a los cinco años—, por encerrarse en su hogar y no salir hasta que se sienta lo suficiente preparada; y para eso faltó años, muchísimos. A la edad de dieciséis ya era lo suficiente “madura” para afrontar miedos y por eso se adentró en la secundaria y comenzó la difícil tarea de convertirse de lleno en adolescente lo mejor que pueda; en ese trayecto conoce a muchas personas calificadas como raras que saben mucho de su historia y de unas hermanas desconocidas para Jenna. Ella sólo quiere conocer respuestas a su preguntas y para eso si necesita meterse en terrenos oscuros lo hará. | Ficha
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Última edición por people suck el Lun 15 Dic 2014, 11:44 am, editado 4 veces
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
❝no tienes idea de lo importante que eres.❞
❝Él vendrá y destruirá todo a su paso. Pero no importa, porque tú estarás ahí para detenerlo, es tu vida, no dejes que te la quiten. Las almas de los demás dependen de ti, de tus hermanas, estás atada de por vida a ellas y no puedes negarte. Él es muerte, destrucción y dolor mientras que tú eres luz, bienestar y alegría.❞
❝Lo dices como si fuera alguien importante.❞
❝No tienes idea de lo importante que eres.❞
❝Lo dices como si fuera alguien importante.❞
❝No tienes idea de lo importante que eres.❞
Por people suck
Última edición por people suck el Dom 25 Ene 2015, 11:50 am, editado 2 veces
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
Hola, Ludmi<333. Te dije que me pasaría por tu novela y aquí estoy (más vale tarde que nunk, ok).
La verdad es que la sinopsis me ha encantado, es la primera vez que leo algo tuyo y lo amé. Esperaré el prólogo o primer capítulo con muchas ansias, y para ese entonces tendré un comentario más decente porque te lo mereces. Eres una diosa editando, haciendo códigos y tAMBIÉN ESCRIBIENDO CÓMO ES ESO POSIBLE.
Te quiero<33.
La verdad es que la sinopsis me ha encantado, es la primera vez que leo algo tuyo y lo amé. Esperaré el prólogo o primer capítulo con muchas ansias, y para ese entonces tendré un comentario más decente porque te lo mereces. Eres una diosa editando, haciendo códigos y tAMBIÉN ESCRIBIENDO CÓMO ES ESO POSIBLE.
Te quiero<33.
Invitado
Invitado
Re: The life of Jenna Schmidt.
Potter. escribió: Hola, Ludmi<333. Te dije que me pasaría por tu novela y aquí estoy (más vale tarde que nunk, ok).
La verdad es que la sinopsis me ha encantado, es la primera vez que leo algo tuyo y lo amé. Esperaré el prólogo o primer capítulo con muchas ansias, y para ese entonces tendré un comentario más decente porque te lo mereces. Eres una diosa editando, haciendo códigos y tAMBIÉN ESCRIBIENDO CÓMO ES ESO POSIBLE.
Te quiero<33.
Hola Lily Gracias por pasarte, pero no es demasiado tarde, de hecho llegas temprano, ah. ¿Enserio te ha gustado? aw me sonrojas Espera el prólogo con paciencia, prometo que no llegará tarde. ¿Diosa? JAJAJAJ *risa infinita* a mi parecer la edición no me convence de todo, ni el código, pero sí la sinopsis, de todas formas GRACIAS MI BEBA, Y ESE COMENTARIO ES BASTANTE DECENTE. Ah, y FELIS NABIDAD.
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
Bueno creo que ahora definitivamente soy toda una sorote. No he comentado cuando te dije que lo estaba por hacer. PERO EL PUTO PROBLEMA FUE QUE EL PUTO MOVIL JAMAS VOLVIO A PRENDER. Te escribi todo un beio testamento pero ya no lo tengo y ese día estaba inspirada. Lud tu sabes que te amo y que tu forma de escribir me enamoro del principio tu ya sabes todo y nohay necesidad de decirlo aquí por que te lo digo todos los días. Estoy esperando la continuación no la dejes asi nada más
PD. Perdon por los errores esto es una kk. TE AMO.
PD. Perdon por los errores esto es una kk. TE AMO.
Invitado
Invitado
Re: The life of Jenna Schmidt.
Synopsis
Lucem Ac Tenebras y Buliverson
Desde tiempos remotos se creyó en la conexión de los humanos con los dioses, y por lo tanto también, se creyó que las hermanas Lucem Ac Tenebras eran regalos de los mismos al mundo. Tiempo después se lo cambió entendiendo que fueron bendecidas por ellos. Pero la realidad de todo era que Lucem Ac Tenebras eran simples jóvenes nacidas un mismo día, de una misma persona y exactamente idénticas salvo por el color de sus ojos, aquellos que reflejan su alma.
Supongo que quieren saber quiénes son y de dónde vienen, por lo que me adentraré a los recuerdos de ese día…
Era época de recolección y caza y Silveria había comenzado con trabajo de parto. Pero ella no podía dar a luz ahora, ¡faltaba medio mes para que sus niñas nacieran! Gimió de dolor y comenzó a gritar en busca de ayuda, pero nadie respondía. Resignada, realizó un intento fortuito de levantarse de la cama que la postraba, y sin embargo, no logró más que moverse apenas pequeños centímetros. Volvió a gritar y un criado entró al oír el alboroto exclamando: “¡Ayuda! ¡Por favor llamen al señor!”
Si se preguntan quién es el señor, bueno, exactamente no recuerdo su nombre, así que sólo podré decir que ese hombre era el esposo de Silveria y no estaba cerca de su mujer ese día porque había aprovechado el calor matinal que emanaba aquella mañana para salir a cazar algún animal y convertirlo en comida para toda la semana, en otra situación ella le agradecería a su esposo la acción, sabiendo que podría mandar a cualquier empleado para que lo haga por él. Pero esa vez no era hoy, no, no lo era. Ahora la joven mujer de tez morena sólo quería insultarlo y golpearlo hasta que su frustración se evapore como el rocío de la mañana en su ventana.
Un dolor punzante la invadió en el área de la cadera, parecía que sus huesos se estaban separando y algo rondó por la cabeza de la mujer: «Espera, ¿esto tiene que pasar?»
El señor —como lo hemos llamado— acababa de recibir la noticia de que sus hijas nacerían y tomando el primer caballo que encontró se apresuró a llegar a su hogar tomando el camino más corto posible. El señor era un hombre alto y de tez blanca con ojos claros y personalidad fuerte que lo que más quería en el mundo es ser feliz junto a su amada esposa y sus anheladas hijas. Porque él sabía que el fruto del vientre de Silveria era de sexo femenino y que no era sólo una persona la que estaba por nacer. Una persona de su completa confianza y afecto se lo había revelado: serían tres niñas las cuales serán nombradas según el color de sus orbes. Cada una será especial y recordada por todas las personas que antes lo conocieron a él y a su esposa. Sonrió recordando la predicción, eso le había sido manifestado en un sueño hace varias semanas atrás y con la persona adecuada logró entenderlo a la perfección. Sin embargo sentía que algo le faltaba, una parte omitida tal vez.
Cuando llegó a su casa los empleados y criadas no pararon de notificarle sobre todo lo que había sucedido en su ausencia, haciendo que se pusiera más nervioso de lo que estaba, si eso era posible. Pero el alma le volvió al cuerpo al entrar a su habitación compartida y ver que su bella Silveira estaba teniendo en brazos a tres hermosas niñas; eran sus hijas, su sangre, fruto de su amor, y eso era realmente bueno. Se encontró a si mismo arrastrándose despacio a su cama y abrazando a su mujer a y sus hermosa nenas con sus ojos cerrados, sus cuerpecitos sonrosados y la mirada de Silveria llena de amor. Era simplemente la escena más hermosa que podía haber pedido, entonces sus ojos se llenaron de lágrimas… nada en el mundo podría compensar ese momento.
—Es increíble, por fin tenemos la familia que soñamos siempre —El señor canturreó con voz alegre mientras se acomodaba en su lecho y despedía a todas las personas de ahí con unas simple señas—. Somos padres cariño.
Al momento de nombrarlas les ataron una cinta en su muñeca con su nombre y de un color distinto porque siempre andaban confundiéndoselas. Así decidieron llamar a sus hijas, Melannie por su piel morena con su madre, Meloddie por su humor matutino: siempre despertaba riendo, y por último llamaron Jenna a la bebé más llorona. Pero por desgracia y como es esperar, la familia perfecta no duró lo que todos creían.
Jenna, fue también llamada Apola, y es la joven más alejada de todo lo que conoció cuando nació. En un intento frustrado, su guardiana habría perdido a una de las niñas, en un intento de salvar a todas juntas. Así, Gracia, la rectora de los guardianes, no tuvo otra alternativa que dejarla a merced del mundo humano, mientras caminaba por las calles de una cuidad cualquiera, una sombra le atrapó con la bebé en manos, llevándola a un edificio.
La construcción tenía una fachada tétrica y bastante antigua que pacería haber sido construida en la época del arte gótico sólo que faltaban las gárgolas en los balcones como en Notre Dame. Y para ser de tarde el cielo estaba muy oscuro, ¿una tormenta se avecinaba? Tal vez. Pero eso no le era de importancia para Gracia en ese momento, porque ahora sentía demasiado calor en su cuerpo, la bebé se removía incómoda en su manta y la sombra delante de ella sólo le advertía peligro. Los ojos helados de Gracia querían desaparecer de ahí y volver con sus hermanas, pero sobre todo ella quería seguir viviendo; porque todo aquel que esté con él más de unos minutos necesarios… muere, siempre ha pasado eso y ahora no sería la excepción. Unos ojos borgoña se hicieron presentes acompañados de un cuerpo, era como tener a medusa frente a ti, increíblemente peligrosa pero atractiva de la misma manera. Eso era una de las desventajas de ser una mujer, él era prácticamente irresistible, Saghanna lo había creado así siendo ella la única inmune.
—Sé que la tienes contigo Gracia, dámela, ahora.
—Nunca.
—Tú lo pediste.
Y así, como si nada el cuerpo de la mujer se volvió pálido, y se desplomó contra el piso, todo estaba listo, nada le impedía tocarla y así matarla, pero la niña había comenzado a llorar y todo empezó a prenderse fuego, la habitación dónde estaban se convirtió en llamas, y luego gritos, llantos y una sirena…
Y él, desapareció.
Todo empezó en el momento de ellas nacieron, el sol se iluminó y todo era felicidad, pero nadie puede escapar de las antiguas profecías y maldiciones, en especial si la remitente tiene el nombre peculiar de Saghanna Bouliverson. Una antigua bruja que tenía lo que se lo podía reconocer como pequeña rivalidad con la madre y padre de las niñas —algo irónico ya que ella misma predijo el nacimiento de las que la destruirían—, junto con un odio tan profundo y poderoso que me atrevería a decir que es ese el motor que hace que su corazón lata cada día desde esa sombría y poco acogedora caja en la que está encerrada desde hace más de cincuenta y seis años. Juró justo antes de ser encerrada como polvo y ceniza en un cajón de madera, que en el momento que nacieran las Lucem Ac Tenebras ella se encargaría de crear un asesino tan temible y de excelencia que tomarán sus almas y las destruirá una por una y de tal manera que sus padres ya muertos se agitarán en su tumba.
Supongo que quieren saber quiénes son y de dónde vienen, por lo que me adentraré a los recuerdos de ese día…
Era época de recolección y caza y Silveria había comenzado con trabajo de parto. Pero ella no podía dar a luz ahora, ¡faltaba medio mes para que sus niñas nacieran! Gimió de dolor y comenzó a gritar en busca de ayuda, pero nadie respondía. Resignada, realizó un intento fortuito de levantarse de la cama que la postraba, y sin embargo, no logró más que moverse apenas pequeños centímetros. Volvió a gritar y un criado entró al oír el alboroto exclamando: “¡Ayuda! ¡Por favor llamen al señor!”
Si se preguntan quién es el señor, bueno, exactamente no recuerdo su nombre, así que sólo podré decir que ese hombre era el esposo de Silveria y no estaba cerca de su mujer ese día porque había aprovechado el calor matinal que emanaba aquella mañana para salir a cazar algún animal y convertirlo en comida para toda la semana, en otra situación ella le agradecería a su esposo la acción, sabiendo que podría mandar a cualquier empleado para que lo haga por él. Pero esa vez no era hoy, no, no lo era. Ahora la joven mujer de tez morena sólo quería insultarlo y golpearlo hasta que su frustración se evapore como el rocío de la mañana en su ventana.
Un dolor punzante la invadió en el área de la cadera, parecía que sus huesos se estaban separando y algo rondó por la cabeza de la mujer: «Espera, ¿esto tiene que pasar?»
El señor —como lo hemos llamado— acababa de recibir la noticia de que sus hijas nacerían y tomando el primer caballo que encontró se apresuró a llegar a su hogar tomando el camino más corto posible. El señor era un hombre alto y de tez blanca con ojos claros y personalidad fuerte que lo que más quería en el mundo es ser feliz junto a su amada esposa y sus anheladas hijas. Porque él sabía que el fruto del vientre de Silveria era de sexo femenino y que no era sólo una persona la que estaba por nacer. Una persona de su completa confianza y afecto se lo había revelado: serían tres niñas las cuales serán nombradas según el color de sus orbes. Cada una será especial y recordada por todas las personas que antes lo conocieron a él y a su esposa. Sonrió recordando la predicción, eso le había sido manifestado en un sueño hace varias semanas atrás y con la persona adecuada logró entenderlo a la perfección. Sin embargo sentía que algo le faltaba, una parte omitida tal vez.
Cuando llegó a su casa los empleados y criadas no pararon de notificarle sobre todo lo que había sucedido en su ausencia, haciendo que se pusiera más nervioso de lo que estaba, si eso era posible. Pero el alma le volvió al cuerpo al entrar a su habitación compartida y ver que su bella Silveira estaba teniendo en brazos a tres hermosas niñas; eran sus hijas, su sangre, fruto de su amor, y eso era realmente bueno. Se encontró a si mismo arrastrándose despacio a su cama y abrazando a su mujer a y sus hermosa nenas con sus ojos cerrados, sus cuerpecitos sonrosados y la mirada de Silveria llena de amor. Era simplemente la escena más hermosa que podía haber pedido, entonces sus ojos se llenaron de lágrimas… nada en el mundo podría compensar ese momento.
—Es increíble, por fin tenemos la familia que soñamos siempre —El señor canturreó con voz alegre mientras se acomodaba en su lecho y despedía a todas las personas de ahí con unas simple señas—. Somos padres cariño.
Al momento de nombrarlas les ataron una cinta en su muñeca con su nombre y de un color distinto porque siempre andaban confundiéndoselas. Así decidieron llamar a sus hijas, Melannie por su piel morena con su madre, Meloddie por su humor matutino: siempre despertaba riendo, y por último llamaron Jenna a la bebé más llorona. Pero por desgracia y como es esperar, la familia perfecta no duró lo que todos creían.
Jenna, fue también llamada Apola, y es la joven más alejada de todo lo que conoció cuando nació. En un intento frustrado, su guardiana habría perdido a una de las niñas, en un intento de salvar a todas juntas. Así, Gracia, la rectora de los guardianes, no tuvo otra alternativa que dejarla a merced del mundo humano, mientras caminaba por las calles de una cuidad cualquiera, una sombra le atrapó con la bebé en manos, llevándola a un edificio.
La construcción tenía una fachada tétrica y bastante antigua que pacería haber sido construida en la época del arte gótico sólo que faltaban las gárgolas en los balcones como en Notre Dame. Y para ser de tarde el cielo estaba muy oscuro, ¿una tormenta se avecinaba? Tal vez. Pero eso no le era de importancia para Gracia en ese momento, porque ahora sentía demasiado calor en su cuerpo, la bebé se removía incómoda en su manta y la sombra delante de ella sólo le advertía peligro. Los ojos helados de Gracia querían desaparecer de ahí y volver con sus hermanas, pero sobre todo ella quería seguir viviendo; porque todo aquel que esté con él más de unos minutos necesarios… muere, siempre ha pasado eso y ahora no sería la excepción. Unos ojos borgoña se hicieron presentes acompañados de un cuerpo, era como tener a medusa frente a ti, increíblemente peligrosa pero atractiva de la misma manera. Eso era una de las desventajas de ser una mujer, él era prácticamente irresistible, Saghanna lo había creado así siendo ella la única inmune.
—Sé que la tienes contigo Gracia, dámela, ahora.
—Nunca.
—Tú lo pediste.
Y así, como si nada el cuerpo de la mujer se volvió pálido, y se desplomó contra el piso, todo estaba listo, nada le impedía tocarla y así matarla, pero la niña había comenzado a llorar y todo empezó a prenderse fuego, la habitación dónde estaban se convirtió en llamas, y luego gritos, llantos y una sirena…
Y él, desapareció.
Todo empezó en el momento de ellas nacieron, el sol se iluminó y todo era felicidad, pero nadie puede escapar de las antiguas profecías y maldiciones, en especial si la remitente tiene el nombre peculiar de Saghanna Bouliverson. Una antigua bruja que tenía lo que se lo podía reconocer como pequeña rivalidad con la madre y padre de las niñas —algo irónico ya que ella misma predijo el nacimiento de las que la destruirían—, junto con un odio tan profundo y poderoso que me atrevería a decir que es ese el motor que hace que su corazón lata cada día desde esa sombría y poco acogedora caja en la que está encerrada desde hace más de cincuenta y seis años. Juró justo antes de ser encerrada como polvo y ceniza en un cajón de madera, que en el momento que nacieran las Lucem Ac Tenebras ella se encargaría de crear un asesino tan temible y de excelencia que tomarán sus almas y las destruirá una por una y de tal manera que sus padres ya muertos se agitarán en su tumba.
Por people suck
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
No puedo ver este comentario y saber que no lo contesté aún. CALLATE, NO SOS UNA SORETE, SOS HERMOSA Y SUPER BUENA. ¿tiraste el móvil cierto? a mi me pasa igual, siempre haga lindos testamentos y luego:"no especificó el modo del mensaje", bale berga la bida. Winnie sabés que te amo muchísimo y que me encanta la idea de que me apoyes con este proyecto. Te amo más.chained. escribió:Bueno creo que ahora definitivamente soy toda una sorote. No he comentado cuando te dije que lo estaba por hacer. PERO EL PUTO PROBLEMA FUE QUE EL PUTO MOVIL JAMAS VOLVIO A PRENDER. Te escribi todo un beio testamento pero ya no lo tengo y ese día estaba inspirada. Lud tu sabes que te amo y que tu forma de escribir me enamoro del principio tu ya sabes todo y nohay necesidad de decirlo aquí por que te lo digo todos los días. Estoy esperando la continuación no la dejes asi nada más
PD. Perdon por los errores esto es una kk. TE AMO.
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
Bueno, hola.
Me encanto el Prologo, espero la sigas pronto y ya sabes como amo estas cosas.
Bueno, la sigues y nos estaremos leyendo.
Me encanto el Prologo, espero la sigas pronto y ya sabes como amo estas cosas.
Bueno, la sigues y nos estaremos leyendo.
Zarek
Re: The life of Jenna Schmidt.
Hola :)Zarek escribió:Bueno, hola.
Me encanto el Prologo, espero la sigas pronto y ya sabes como amo estas cosas.
Bueno, la sigues y nos estaremos leyendo.
la sigo pronto me encanta que te pases y que te guste estas cosas.
proserpina
Re: The life of Jenna Schmidt.
Chapter One
Lucem ac Tenebras no es sólo un nombre olvidado.
— ¡Corran! —Un hombre de cabello blanquecino gritaba con fuerza mientras iba en busca de personas aún dentro de sus casas, si no salían pronto probablemente se les caería el techo en sus cabezas. Pero nadie podría oírlo, su voz no era suficientemente fuerte a comparación de los lamentos y llantos que la gente soltaba al momento de huir—. ¿Qué estás haciendo? No hay tiempo, ¡Nikoletha tienes que irte! —pero la chica estaba tan sumida en su búsqueda visual que no notó la presencia del hombre hasta que este la arrastró fuera del umbral del palacio.
—Entonces no te lo digo.
—Sabes que no podemos —intentó convencerlo su esposa—, apenas podemos con nuestro hijo y nuestra falta de participación en su vida, no quiero a otro hijo sin la atención necesaria de sus padres, no, simplemente no.
—Bajaré mi jornada a menos días Lou. Diablos, el dinero no es lo importante, tengo mucho cariño que entregar con Ethan no es suficiente, Louise, esta niña me necesita. —Rogó. Y un suspiro resignado se oyó del otro lado del teléfono.
— ¡Espera! ¡Gracia!
— ¡No hay tiempo para ella, nos verá en el refugio, hay que huir! —tiró de su brazo, pero Nikoletha se movía como si de un pez fuera del agua se tratase, pataleaba y sacudía su cuerpo con frenesí mientras gritaba: “¡No voy a dejarla!”.
— ¡Nina vamos!
— ¡Que no! ¡Adelántense! —respondió cuando logró zafarse del agarre y sus pies tocaron el suelo.
Comenzó a trotar camino nuevamente a las puertas del imponente palacio, abriendo sus portezuelas de en par a par y metiéndose de lleno por los pasillos en busca de su hermana, dejando atrás a su grupo y la posibilidad de salir viva de ahí. Por desgracia no había rastro de Gracia y Nina sólo quería salir corriendo y esconderse bajo las mantas de su cama mientras pretendía que todo lo que estaba pasando no era real. A cada paso todo a su alrededor se transformaba en más y más tenebroso, cuerpos yacían en el piso con tétricas muecas en su rostro, la pelirroja se puso a pensar, mientras pasaba por arriba de ellos, que seguramente «Ya sabes quién» habría tomado esas almas como si se tratase del agua más deliciosa posada frente al hombre más sediento. Aquellos cadáveres sin su alma serán alimento de los animales carroñeros atraídos por el olor que se encargarán de que no quede rastro de la muerte que se precipitó en aquellos lares sólo si no llegaban primero esas cosas, que ni nombre tenían y eran tan feroces que nadie se atrevía a estar cerca de uno de esos, ni siquiera la mente más oscura, salvo a él, «Ya sabes quién» supera expectativas, suposiciones y lo peor, siembra miedo y dolor mientras toma tu alma y la convierte en su alimento. Sacudió su cabeza, no tenía que pensar en eso, no ahora. Su hermana estaba primero.
Entró en la habitación de las niñas sintiendo como apenas pasados los segundos el aire escaseaba, caminó hasta la cuna de Apola, pero lo único que había era trozos de la maderas destruida contra el piso, no rastro de la bebé ni de su hermana, no había indicios y mucho menos pistas, en ese momento tendría que pensar como ella.
«El mundo humano». Era lo más seguro después del mundo mágico y en vistas de que la seguridad del mismo ya había sido violada no quedaba otra alternativa más que buscar ahí. «Ya sabes quién» no la encontraría, la tierra está lo suficientemente contaminada como para que pueda seguirle el rastro, ni aunque lo intente no podría olerla, ni a ella ni a la bebé. No fue fácil encontrarla, no, ni un poco, pero en lo que fueron treinta segundos humanos fueron lo necesarios para seguir el rasto de Gracia. Y todo gracias a su anillo, su familia completa usaba joyas a juego para todos con un pequeño artefacto metido dentro, mientras más cerca estás de algún pariente, la piedra más brilla.
Sabía que debía admitirlo y sin embargo no lo haría ni soñando, Gracia había elegido un gran lugar para esconder con la niña. El corazón de Nikoletha seguía agitado por la carrera y por el miedo. Entró al edificio por lo que calificó como puerta de servicio —en la cuidad había demasiada modernidad que le era abrumadora—, y mientras notaba como las personas se veían más nerviosas que de costumbre escuchó los gritos de ayuda de las personas dentro y otros casi inaudibles para el oído humano.
Era su hermana.
Y luego el anillo se apagó.
— ¡NO!
Hizo lo que pudo para llegar más rápido al último piso de la construcción, pero ya era tarde, el cuerpo de Gracia estaba frío y tieso sobre el suelo y él había desaparecido.
Notó como la habitación estaba cubierta de cenizas, eran pequeños puntitos negros que se colorearon de rojo y naranja y de ellos nacieron llamaradas que comenzaron a comer la madera del suelo y paredes. Nikoletha, desesperada, tomó el cuerpo de Gracia, cerró la habitación con tablones de madera y cubrió a la niña con la manta que había ahí, si la encontraban era de suerte, era cruel e indiferente pero lo más seguro. Después de todo por esa niña su hermana estaba muerta lo menos que puede hacer es que Apola vaya con Gracia a donde sea que van las almas robadas por «Ya sabes quién».
Jenna se encontraba sola.
En una habitación en llamas.
Sin ventanas, esperando la muerte.
¿Y ahora, quién rescatará a la niña?
Ethan cumplió 5 años. La fiesta era celebrada en una de esas casas estilo vitoriano con muchas habitaciones y jardines extensos de Castleton, en Inglaterra. La celebración giraba en torno a él que aplaudía emocionado por su fiesta de cinco años, por fin sería más grande que sus dos mejores amigos: Edward Foster y James Morrison.
La madre de Ethan estaba nerviosa porque Burhaan —un hombre de unos treinta años de nacionalidad árabe con el que se había casado y concebido al pequeño—, no llegaba de su trabajo. Este hombre carecía de impuntualidad, por eso el miedo se formó en la mente de Louise, su esposa, llegando a la conclusión que algo pasó de gran magnitud como para saltearse el comienzo del cumpleaños de su hijo.
Su esposo era una persona respetable y un excelente padre. Burhaan se ganaba la vida siendo bombero tiempo completo que no disponía de horarios fijos ni vacaciones, y ese mismo día tuvieron que acabar con un gran incendio en un edificio donde vivían decenas de familias. Ya estaban evacuados todos los residentes de aquella construcción, listos para el momento en que el fuego cese por el agua y simplemente se derrumbe, pero una de las victimas dijo haber escuchado llantos en la parte superior del edificio. Y todos se enteraron, porque comenzó a pedir ayuda a los gritos, en lo más alto de la torre, justo de ahí provenía el llamado oído. Extrañando a todo el personal, ningún residente se había quejado de la ausencia de algún familiar, pero eso no detuvo a nadie, un equipo de veinticuatro bomberos se adentraron al edifico que en breve colisionaría. En el personal que había sido enviado, se encontraba Burhaan Schmidt y Robert “Bob” Thompson. Amigos y colegas. Ambos de tez clara y ojos marrones profundos con grandes y fuertes cuerpos y sonrisas coquetas pero claro, ellos no estaba disponibles a ningún precio, más bien, estaban casados de por vida a sus esposas felizmente.
Tenían que poner manos a la obra lo más rápido posible porque la falta de oxígeno ya se había hecho presente. El jefe Steve ordenó dos hombres por piso, a Burhaan y a Robert al piso doceavo. Luego de unos largos minutos ninguno de los hombres había dado con el paradero del supuesto pedido de ayuda pero aun así no se procurarían vencidos. Y la pudieron oír, estaban seguros que no era el sonido de la madera quemándose, era un grito leve, revisaron en un santiamén todas las puertas del piso doce, pero no había rastro, sus compañeros que seguían afuera en la calle continuaban con la tarea de extinguir las llamaradas.
El aire comenzó a ser más denso y el pedido de ayuda se oía mucho más fuerte que antes pero todavía no podían dar con la víctima. Era una situación de completa impotencia y esquizofrenia por parte de los individuos que seguían ahí. Sigilosamente siguieron los llantos agudizando el oído. Hasta que pudieron distinguirlos, más o menos, al término del pasillo. Pero existía un problema: en el piso doce no existía ninguna puerta que fuera visible y que no hayan revisado y ellos estaban seguros que si rompían la pared, se toparían con los ladrillos del edificio lindero.
Pero, ¿una estúpida suposición los detendría? No, sólo bastaron miradas cómplices de años de amistad íntima para entender justo lo que iba a hacer, con el hacha comenzaron a romper el concreto encontrándose con madera, y en un estado sorprendente ya que el fuego no la había tocado desde ningún punto. Un hueco se formó, pero no era suficiente para que ambos hombres pasasen, ni siquiera sus brazos pasaban. Entonces comenzaron a buscar una manera más rápida de romper los tablones, a presión.
Bastaron cinco hachazos y dos fuertes empujones. Porque al entrar quedaron enternecidos con la escena, un bebé no tendría más de tres o dos años, con sus cabellos dorados y sus ojos inundados de lágrimas. Tan frágil y asustada, era muy hermosa, como esas crías de los almanaques de bebés, con labios rojizos y regordetas mejillas. Sus manos se movían estiradas hacia el techo, intentando escapar al parecer, lo único que lograba era de a poco quitarse la manta que la cubría y que se dispersara por el piso.
Robert al descubrir al pequeño ser dueño de los gritos, le acunó en sus brazos y procuró que no siguiera aspirando el monóxido de carbono el cual se colaba en la habitación y la llenaba despacio. Mientras, Burhaan, en un movimiento rápido se despojó de su propia chaqueta para rodear en la niña, miró para los lados, no había nada más que una simple habitación con el piso carcomido por el fuego, sin muebles, sin vida. Se giró sobre los talones y salió por el hueco de la pared observando simplemente mientras su mente analizaba todo en cuestión de segundos: cómo salir, por dónde, y cuándo, eran prioridades, un paso en falso y adiós a todo. Con cuidado y rapidez salieron por las escaleras de incendios, bien prácticas en este momento, y al llegar a la vía pública el edificio emblemático de Baker’s Street estalló. Y la atención de todos fue dirigida al infierno en la tierra, un infierno que alguna vez fue un hogar para las familias que en ese momento se encontraban esparcidas en la vía pública observando la construcción en llamas.
La criatura al salir fue asistida por paramédicos, ellos se encargaron de informase sobre los signos vitales de la misma y proporcionarle un poco de oxígeno puro a sus pulmones. Todo el equipo de bomberos de Castleton preguntó a las personas si reconocían a la nena, pero nadie la reclamó como propia. Y entonces, ¿por qué estaba ahí?
En definitiva había sido dejada, pero en qué momento había entrado, seguramente antes del incendio, aun así ¿por qué dejaron una infanta de tan poca edad en una habitación sin procedentes? Si nadie la conocía significaba que no lograrían comunicarse para informar sobre el estado o ubicación de la nena porque no la querían. Burhaan activó su instinto paternal, justo como hacía su esposa con Ethan Francis, su hijo. La bebé no podía quedarse sola a tan corta edad en manos del estado. Por lo que él fue la persona que acompaño a la pequeña al hospital.
Habían pasado cuarenta y siete minutos con veinte segundos y el padre del pequeño aún no llegaba, la fiesta había comenzado y todos los adultos en ella estaban preocupados casi tanto como Louise Schmidt. Sin embargo, ninguno hablaba, de hecho, miraban de sus móviles al teléfono de mesa de la casa y sonreían cuando sus hijos se acercaban contestos para luego salir corriendo nuevamente. Ethan comenzó a preguntarse donde estaba su padre y porque todos los padres de sus amigos estaban rodeando a su mamá, pero el llamado de James a jugar dentro del pelotero inflable era más fuerte que su intriga. En el patio trasero estaban por servir el pastel entonces todos tendrían que cantarle a Ethan «Feliz Cumpleaños a ti…». Cada niño buscó a sus propios padres y los llevó a rastres a disfrutar el frio y acogedor clima de un 15 de marzo de dos mil uno.
Con toda la gente a fuera cantando y aplaudiendo, nadie oyó el teléfono sonar, ni siquiera Louise oído de murciélago Schmidt, por lo menos no hasta después de hora y media cuando Burhaan llamó de nuevo.
—Hola, ¿Lou?
— ¡Cariño! ¿Qué ha pasado Burhaan? ¿Dónde estás? Sabías que hoy era el cumpleaños de nuestro hijo y…
—Lo sé, y lo siento. Sabes que el trabajo está primero, y además estoy en el hospital, y antes de que me interrumpas, no tenga nada, no es por mí que estoy acá, sino es que… junto con Bobby, encontramos una niña en el viejo edifico de Baker Street. —Finalizó él girando sobre sus talones para dirigir su mirada hacia la sala donde dormía la pequeña, sostuvo el teléfono público con su mano derecha mientras revisaba la hora en su brazo izquierdo.
Burhaan sabía que su Louise estaría preocupada por él lo sabía desde que entró a aquel endemoniado edifico viejo. Cuándo a la niña la pusieron en una camilla camino hacia un sala de urgencias y le informaron que estaba es buen estado, decidió hablarle a su Lou porque claramente no había tenido en cuenta que ese día era el cumpleaños de su hijo adorado y se sentía fatal por defraudarlo en una fecha tan esperada.
— ¡Oh! ¿Una cría dices? ¿Cómo? ¿Seguro que estas bien? ¿Te hago compañía?
— Tranquila, estoy bien, lo juro, solo que… no lo sé, me da lástima dejar a esta bebé sola en este hospital, ¿Mencioné que no encontraron a sus padres? —Murmuró consternado— Ella es especial y no puedo dejarla sola.
Lou sabía cuánto amaba los niños Burhaan, por eso el primer plan después de casarse era tener muchos hijos, pero no fue como lo planearon, ella quedó estéril luego de un accidente hace tres años atrás y el sueño de la familia numerosa se vino abajo como cartas de póker que forman pirámides. Por eso a aquel hombre le agradaba los tantos amigos de Ethan, le gustaban los niños, eso no era novedad, si Louise sentía que fallaba como mujer al no cumplir su sueños, pero ahora su esposo salía con —en otras palabras— intentar quedarse con una nena completamente desconocida. Eso era raro, sin embargo él estaba allí.
—Burhaan, dime que no quieres quedarte con ella. —Le advirtió.—Entonces no te lo digo.
—Sabes que no podemos —intentó convencerlo su esposa—, apenas podemos con nuestro hijo y nuestra falta de participación en su vida, no quiero a otro hijo sin la atención necesaria de sus padres, no, simplemente no.
—Bajaré mi jornada a menos días Lou. Diablos, el dinero no es lo importante, tengo mucho cariño que entregar con Ethan no es suficiente, Louise, esta niña me necesita. —Rogó. Y un suspiro resignado se oyó del otro lado del teléfono.
—Bien, le diré a Ethan que su padre le tiene un gran regalo, solo espero que lo reciba con los brazos abiertos, no es como si podremos cambiarlo por otra cosa ¿no?
—No, pero no te preocupes, estoy seguro que Ethan la querrá tanto como yo.
Bien, esto era digno de asombro, ¡Tendrán otro hijo! No es de sangre pero se asegurarán de darle todo el amor posible. Pobre Louise, ella era la responsable de darle la noticia a su hijo, y bueno, digamos que el niño está en una época difícil. Suspiró, no quedaba más remedio que decírselo al terminar el cumpleaños.
Y así esperó un hora más.
—Ethan, cariño ven, mami tiene que hablar contigo.
El pequeño solo miró y se despidió de sus amigos mientras entraba a la casa entre tropezones. Llegó hasta su madre y ella lo alzó y lo sentó en su falda.
— ¿Recuerdas que me preguntaste al comienzo de la fiesta por papá? —El niño asiente— Él está por venir, y te trae… bueno, se podría decir que un regalo. —La cara del niño se iluminó.
Estaba por continuar pero golpearon la puerta, la decidida y rubia plata de Louise Schmidt se encaminó hacia ella cerrando los ojos un momento y luego giró el picaporte de la puerta principal y la silueta de un hombre apareció. El niño sonrío y corrió hacia el hombre gritando « ¡Papá!» y le rodeó con sus cortos brazos las piernas de Burhaan, este sonrió y miró a su esposa sintiéndose mal por dentro. Se podía notar a kilómetros que los nervios los comían vivos.
—Nene, creo que deberías dejar que tu padre llegue hasta el living, ¿no crees?
—Sólo si me da mi regalo —La cara del hombre palideció, ¿regalo? ¿Qué era lo que su esposa le había dicho a Ethan?
Louise rió nerviosa y levantó al niño del piso y lo sentó en los sillones rojos del living, se quedó parada esperando que el hombre de cabello marrón frente a ella diera el primer paso como en su juventud, cuando comenzaron a salir.
—Francis, ¿sabes lo que pasó hoy?
— ¡Fue mi cumpleaños!
El corazón del hombre sé estrujó.
—Lo sé, y lo siento, pero además de eso, hoy con tu tío Bob tuvimos que rescatar un par de personas del edificio en Baker Street, ¿lo recuerdas? el que está en la esquina frente al 1530 donde te gusta comer, bueno… yo, resulta que encontramos una nena que suponemos que había sido abandonada. Y no podía dejarla en manos de gobierno, sabes lo que les pasa a los niños huérfanos, así que me la traje —No hubo un momento en que el niño cambie su semblante y mucho menos que hablara— ¡Bob!
El mencionado entró por la puerta con una dormida nena en brazos, Burhaan miró a su hijo, pero el niño seguía igual perecía una estatua, ¿había que preocuparse, no? Robert se acercó despacio a su amigo y lo miró incómodo, este solo subió los hombros en señal disculpa. Bobby tomó a la nena y la pasó de sus brazos a los de su camarada dispuesto a marcharse. El hombre inglés suspiró, con pasos firmes pero zancadas cortas se sentó en el sofá justo al lado de Ethan y este seguía igual, petrificado.
—Ethan, saluda a tu hermana, Jenna Schmidt. —bajó sus brazos un poco para ver a una bebé algo grandecita y sucia que chupaba su dedo.
Y con su mejor sonrisa se preparó para todo.
— ¡Es como una muñeca! ¿Podré jugar con ella cierto? Alto… ¿Y mi regalo?
Y las palabras de Burhaan se habían hecho realidad, Ethan no conocía a la pequeña y ya la quería.
— ¡Nina! —los brazos de Silveria la estrecharon fuertemente en el momento en que se materializó en el refugio con el cadáver frío de Gracia, pero la joven madre no notó la presencia de otro cuerpo hasta que deshizo el abrazo. Silveria ahogó un grito y pidió ayuda.
—E-esa… ¿Gracia? —el cabello color caoba oscuro de Silveria se erizó como los vellos de su cuerpo, no recordaba ver la muerte así… de cerca. No podía entender cómo un alma tan pura como la de Gracia se había ido, simplemente no lo entendía y no quería hacerlo.
Los siguientes instantes pasaron como diapositivas frente a los ojos de Nikoletha, las personas se acercaron temerosas rodeándola, casi asfixiándola, pues querían ver de quién se trataba y qué era con exactitud lo que había pasado. El hombre de cabellos blancos que tiempo antes le ordenó que huyera y que prácticamente olvidara a su hermana se sentó en el suelo junto a ella y la pelirroja reconoció su cara y recordó su nombre: Obhriamus Lectter era un hombre con cientos de profesorados en distintas disciplinas obtenidas a lo largo de sus años. Nina sólo lo abrazó, fuertemente y sin decir nada, ahora necesitaba contención y lo más importante apoyo. Cuando comenzó a llorar, no puedo parar hasta dentro de unas horas. Y fue ahí que pasó lo peor. Los habían encontrado.
Todos temblaban y rezaban por pasar desapercibidos de «Ya sabes quién», lograr salvarse y vivir para contarlo, y por unos momentos las personas lograron creérselo, de verdad, porque al principio apenas la sombra entró en escena y ese hombre salió de las penumbras no hizo más que caminar con paso firme hacia la pareja de padres, los padres de las gemelas y los capturó bajo su manto desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos, y todos lo creyeron, pensaron que habían sido producto de la pena de él, pero cuando entraron los animales carroñeros de aspecto terrible con dos cabezas, dientes afilados y su esqueleto mostrándose a los costado de su cuerpo supieron que no era así.
Y corrieron, mientras gritaban justo como horas antes lo habían hecho, pero esta vez fue distinta, ahora no todos podían salvarse y tendrías que elegir, la vida de tus seres queridos o la tuya propia. De esa masacre de mil quinientos de personas sólo quedaron vivas unas ciento cincuenta entre heridos e ilesos, y Nina estaba ahí, con su hermana Midrolossa de corta edad siendo protegidas por Obhriamus y sus hombres. Sólo así lograron sobrevivir a la intemperie del desierto de Kannah y no morir congelados hasta llegar a tierra segura, todos los testigos de aquella fatídica noche en la que murieron tantas personas y raptaron a los reyes principales fueron dispersados por el mundo humano de manera que sea imposible encontrarlos y entre esas personas una joven se encargó de llevarle a una pajera de recién casado a las dos niñas que habían quedado del Lucem Ac Tenebras haciéndose pasar por una madre en apuros que se lamentaba por no poder mantenerlas. Y ellos las tomaron y la convirtieron en su familia, y así, sólo así Lucem Ac Tenebras estarían a salvo, por ahora.Por people suck
proserpina
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