Afraid (Niall Horan)

Cami13 escribió:

¡Lo amé!  Me encanto, lo juro   Me dio mucha risa en la parte que Niall felicita a su ex, es como que Steisy se esperaba que le dijiera un "NO, PERO YO TE AMO, NO ME PUEDES DEJAR ASÍ" Pero se llevo un

-¡Steisy! -la felicitó- ¡Eso es genial! ¡Felicidades! Me alegro que seas feliz con otra persona.

Me estoy riendo como nunca, bueno en fin, espero la sigas muy prontooo!! Estoy muy ansiosa jiji

Besoos.xx

 Holaa! Muchas gracias lindaa! Jajaja enserio te dio risa? No lo había planeado así  pero mejoor :rhianpls:
He estado algo desaparecida, muchos examenes y pocas horas al dia... 
Pero ya volví y ahora mismo la sigoo!

Steisy no había vuelto a llamar, y Niall ya no se pasaba las noches en vela esperando una llamada que no llegaría nunca al lado del teléfono. No le hacía ningún bien. Aunque lo que estaba haciendo no le hacía ningún bien tampoco.

A medida que los días pasaban, tenían más cosas que hacer, por lo que siempre iban muy ocupados con la serie Instant Star, que iban a presentar en el concurso. Además, ellos tenían trabajo extra, porque estaban grabando su nuevo y primer disco: Up All Night. A decir verdad, fue entre Jer y Simon que consiguieron que el disco fuera tomando forma. Jerton ya no estaba tan a la defensiva como los primeros días, sino que parecía más simpático. Todavía tenían esa relación empleado-jefe de respecto y autoridad, pero algo más relajada. Sobretodo, Jer los había empezado a tratar con más simpatía cuando vio que se llevaban bien con Mar. 

Y ahí estaba el problema. No podía ser sano que Niall no pudiera apartar la vista de ella cada vez que la veía, ya fuera a lo lejos, andando por el pasillo o conversando con algún directivo. No podía estar bien que cada vez que la mirara se sintiera tan nervioso, ni que sus ojos le precieran tan bonitos. No, sin duda, aquello no estaba bien.
Pero él no podía hacer nada para cambiarlo. Ni podía, ni quería. 

-Niall, vamos a la cafetería -avisó Liam -. ¿Te vienes?

-Id vosotros. Yo voy después. 

Ellos se fueron y lo dejaron solo. Como aún era verano, se podía estar perfectamente fuera en manga corta, así que sus amigos no opusieron resistencia para que se fuera con ellos. Se recostó contra la pared y pensó, otra vez, en ella. En su pelo rojo, en sus ojos verdes, en sus labios rojos, en su tez algo bronceada, en sus curvas... No, eso no podía estar para nada bien.

-¡Hola! -lo saludó. Se tensó al escuchar la voz melodiosa de Mar, e intentó actuar lo más natural posible. Intentó. 

-Ho... Hola. -no te pongas nervioso, no tartamudes. Pregúntale cómo está. ¡Vamos!- ¿Cómo... Estás?

-Genial. Oye, ¿vamos a la cafetería? Me muero por un café. 

Él asintió. Mar entralazó su brazo junto al suyo, y por un momento se le olvidó como respirar, y deseó que no apartara nunca su brazo de ahí, que aquel pequeño contacto inocente de amigos no se apagara. 

Porque eso era lo que eran. Amigos. Nada más. Dos amigos que iban a tomar un café en un lugar con mucha gente a la que conocían, y pensar que eran algo más sería estúpido. 

-¿Sabes? Me encantaría que lloviera. -dijo ella con una sonrisa preciosa. 

Niall no pudo evitar sonreír también, y de pronto de sintió algo más relajado. Los nervios continuaban allí, y le impedían cogerla de la mano o  apretar algo más el brazo que entralazaba con él, pero a menos no le impedían ver que era una situación muy, muy agradable. 

-¿Por qué? 

-Las lluvias de verano siempre son las mejores. Hace sol y, de repente, se pone a llover muchísimo. 

-¿Y que tiene eso de bueno?

Ella soltó su brazo de el de Niall, y este tuvo que morderse la lengua para no pedirle que lo vuelva a poner donde estaba. Mar paró y puso los brazos en jarras, haciendo su puchero que siempre hacía inconscientemente. ¿Aquella chica era la misma que la dela discoteca de casi dos meses y medio atrás? Niall tenía claro que Mar era adorabale y explosiva, y jugaba con esas dos personalidades como quería. 

-¿No has visto The Notebook? 
El rubio hizo que no con la cabeza,  y Mar se indignó. 

-¿Cómo no has podido ver The Notebook? ¡¿En qué planeta vives Niall James Horan?!-lo dijo tan seria que él no se atrevió a responder. Se quedó pálido, en medio del patio interior, sin saber qué hacer o qué decir. Poco a poco, ella sonrió y lo abrazó. Y él se sintió desfallecer. 

-Bobo. -protestó ella, despeinándole el pelo- Pues, The Notebook es la adaptación al cine de una novela de Nicholas Sparks. Mi libro favorito, por cierto. Trata sobre Noah y Allie, y su historia de amor. Como se concoieron siendo adolescentes, como se enamoraron... Pero los padres de Allie no querían que la relación continuase, así que quisieron dejaro como un amor de verano y al acabar las vacaciones, le impedieron volver a verlo. Noah incluso le escribió cartas, pero la madre de Allie las tiraba a la basura antes que ella las leyera... Entonces, años después, representa que Allie va a casarse con un hombre apuesto y que la ama con locura. Pero ella, días antes de la boda, le miente y dice que va a ahcer algo en una ciudad, y en realidad va a ver a Noah. Allí se vuelven a enamorar y descubren que el amor está por encima de clases sociales, prejuicios y de cualquier obstáculo...

Hablaba tan concentada, con tanto sentimiento, que no podía interrumpirla. Arrugó la nariz al sonreír, una sonrisa de enamorada, una sonrisa perfecta. En questión de segundos, esa sonrisa desapareció.
-¿Qué? -preguntó él, cogiéndola por los hombros.

-No, nada. Es que... En la pelicula, Allie y Noah se besan bajo la lluvia. Y desde que la vi, ese es uno de mis sueños. Por eso me gustan las tormentas de verano. -habló nostálgica. 

-Seguro que hay un montón de chicos locos por darte un beso bajo la lluvia -dijo a regañadientes-. Dudo que tegas que preocuparte por eso.

Mar lo miró como si le hubiera dado una bofetada en toda la cara, sorprendida y algo dolida. 

-Pero yo no quiero que me lo de un chico cualquiera. Por eso quiero esperar -volvió a sonreír con dulzura-. Quiero que me lo de mi Noah.

Niall rió. Vaya chica. 

-¿Sí?
-¡No te rías! ¡Te lo digo en serio! 

Niall rió todavía más. Mar se cruzó de brazos y volvió a andar ella sola rápidamente, por lo que él tuvo que correr para cogerla. 

-Vale, lo siento, perdona. -se disculpó conteniendo la risa -No me imaginaba que me dieras esa respuesta.

-¿Por qué crees que no le he pedido a Justin que me bese bajo la lluvia si no es por esto?

Y... Ya está. Tan rápido como el momento mágico había llegado se esfumó como una pompa de jabón. La sonrisa se le congeló, y Mar le preguntó si estaba bien. Él le dijo que sí, a duras penas, y continuaron caminando. Y Mar le contó todo sobre Justin. Como le había pedido para salir en el picnic, la visita en su casa, toda su historia. Le haía contando, incluso, que resultaba raro estar con él. Pero Niall no la estaba escuchando.

Y fue entonces cuando supo que las sensaciones que le producía Mar eran como las tormentas de verano, como ella misma. El día es soleado, brillante, cuando te sorprende una gran tormenta, que no sabes como manejar. Una tormenta, en parte hermosa, pero que deja inundaciones, víctimas y naufragos. Y él era el principal afectado.

☆Fab☆ escribió:

¡Me encanto, lo amé!

Mas tierna Mar, un beso bajo la lluvia :') El sueño de toda piba..

Ay pobre Nialler, se le congelo la sonrisa :c

MAR, DATE CUENTA NIALL TE AMA  

Y.. ¿Como no se va a sentir rara? Si lo que tiene con Jus no es amor verdadero.

CON NIALL SI, CON NIALL SIIIII

:vibracionmodeo 

Bueno, me calmo.. En fin amé el capítulo :D

Muchos besos.xx

:toosexy:

 Graciaas linda!! Jajaja si, un beso bajo la lluvia es el sueño de cualquier piba, estoy de acuerdo 
Anyway, gracias por comentar y ahora mismo la sigoo! 
Kisses xx

☆Fab☆ escribió:

¡OH DIOS, ME MATA LA INTRIGA! TIENES QUE SEGUIRLA    
MI CORAZÓN SE ESTA ESTRUJANDO POCO A POCO, NECESITO SEGUIR LEYENDO MÁS DE TUS GRANDIOSOS CAPÍTULOS      

-

Jajajaj:')
Ahora mismo la sigoo! He estado muuy ocupada con los examenes ( :bang2:  ) buuuuuuuuut he vuelto 

¿Cómo no se había dado cuenta? Era evidente. Y cuánto más lo pensaba, más obvio se volvía. Las miradas que él le lanzaba y las sonrisas confusas de ella. Sí, eran confusas, pero estaban ahí al fin y al cabo. Y eso era más de lo que había conseguido él. Pero no, sólo era su amiga. Una gran amiga, por la que debía dar gracias y sonreír y hacerla sonreír a ella también... no una sonrisa falsa como las que pone noralmente, aquella que no le llega a los ojos. Niall quiere una de verdad. 

Aunque ahora será un poco difícil, teniendo en cuenta que a él mismo le cuesta incluso respirar... 

Salió de la cama y miró el reloj. ¿Por qué se pasaba últimamente más horas despierto en mitad de la madrugada que no en plena luz del sol? En fin, si no podía dormir, no podía ser. Estaba harto de dar vueltas en la cama. Cogió unos pantalones y una sudadera que tenía tirados debajo la cama de la litera y, despacio, salió de la habitación donde dormían todos y se fue a uno de los baños de la planta. Cuando llegó cerró con pestillo y se cambió. Había triado una sudadera naranja (con el estampado de un grupo de música que ya ni le gustaba) con unos pantalones azul marino, a juego con unas chanclas verdes pistacho. Niall pensó que necesitaba decirle a Denise, la novia de su hermano Greg que le hiciera una buena limpieza de armario. Al salir de cúbliculo se miró de reojo al espejo y paró en seco. En el cristal podía reflejarse una imagen muy parecida a una familiar, a una que tenía colgada en las paredes de su cuarto. Su pelo.... ¡¿No era tan lago como el de Justin Bieber?! 
Hizo una mueca de susto, y se acercó rápidamente para comprovarlo. En el camino, se resvaló con un charco de agua (o al menos eso esperaba que fuera) y se cayó al suelo como si hubiera pisado una cáscara de plátano. El golpe sonó fuerte y él, medio aturdido por el impacto, deseó que nadie lo hubiera escuchado. Ah, y ya de paso que no hubieran cámaras de vigilancia en los baños. Eso sobretodo. 

Se puso de pie con la mano frontándose la zona lumbar y se volvió a mirar en el espejo. Su rostro cambió a uno de enfado. No sólo tenía el pelo hecho un desastre y la ropa sin combinar, sino que su cuerpo... no era el cuerpo que se espera de un chico de diecisiete años. Cuando Greg hizo los diecisiete, le salieron abdominales y músculos por todas partes. Él apenas tenía pelo en el pecho. 
Bajó la vista avergonzado, aunque sólo le sirvió para toparse con un pijama de vaqueros. Dios, no le extrañaba que Mar se fuera con Justin en lugar que él. 

Suspiró fuertamente y salió al exterior con cuidado de no hacer más ruido que el que ya había hecho con su caída. Encima patoso. Lo tenía todo. Una vez fuera, pensó que una chaqueta no le iría mal, pero no quiso volver para recogerla. Empezó a andar, sin rumbo fijo, sin dirección. Salió del recinto con la capucha de la sudadera hasta la nariz, consiguiendo que las fans no lo vieran. 

-¡Mirad! ¡Niall Horan! ¡Allí! 

Cuando la fan hubo gritado todas corrieron hacia él chillando y dando voces. Niall salió corriendo todo lo que sus piernas le permitían. 

Dobló a la derecha y pasó varios cruces con tal de despistarlas. En uno de ellos un descapotable rojo le pitó y, todavía mientras corría, oyó un insulto a lo lejos, seguido de una maldición porque un ejambre de chicas chillonas cruzaban la calle en rojo. 

No tuvo tiempo de recobrar el aliento cuando empezó a chispear. Maldijo él también y continuó corriendo. De cuando en cuando se daba la vuelta para comprobar que llevaba ventaja. 

Al ver su oportunidad,  no dudó. Giró a la izquierda y subió unas escaleras. Saltó la barandilla, cayendo a la banda opuesta. La lluvia se había hecho más intensa. 

Cuando volvió a escucharlas se escondió detrás de un contenedor de basura y esperó pacientemente. Ya no se veían las estrellas, estaban ocultas por las espesas nubes. De vez en cuando, un relámpago iluminaba la plaza. Se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo en ese preciso instante, escondido y congelado. Era una tormenta de verano. Y de pronto, él deseó con todas sus fuerzas que Mar se presentara en ese momento, para poder besarla, allí mismo, bajo la lluvia, tal y como ella le había dicho. 

Al no oír más voces se levantó e intentó orientarse. ¿Dónde se suponía que estaba? Era una plaza, con una fuente en el medio y árboles alrededor. Había algunos bancos y unos contenedores basura. Todas las casas que daban a la plaza tenían las puertas y las ventanas cerradas, y la iglesia también lo estaba. ¿En qué barrio se suponía que había ido a parar? No había estado corriendo por tanto tiempo, ¿verdad? 

Sacó su teléfono del bolsillo. No había cobertura. 

Chilló de frustración y se puso las manos en la cabeza. 

-¿Niall?

Su cuerpo se puso en tensión al escuchar la voz. 

-¿Niall eres tú? 

Cerró los ojos y se irgió, viéndola directamente. 

Mar también lo miraba fijamente. Se alivió al verlo ahí, pero no loa abrazó ni le sonrió. 

-Estas empapado. ¿Qué haces aquí? 

-Yo... -tartamudeó él, señalando con las manos las escaleras que había saltado- Unas fans mes seguían y...

-¿Ignorando a tus fans? Eso está muy feo, rubio. 

Él puso cara de vergüenza. Mierda. Tenía que ir más con cuidado con lo que deseaba. 

-¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -Mar vaciló y tamborileó con las uñas en su bolso. Ella también estaba mojada de pies a cabeza. El pelo se le había encrespado, y la camiseta estaba enganchada a su pecho. Niall tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantener la vista en su cara- Puedes contarme lo que sea. Para eso somos amigos. 

"Amigos. Así que mírala a la cara"-se dijo él. 

-Justin. -el nombre de él le taladró los oídos. Cómo no.

-No está. Lo he visto durmiendo cuando he salido.

-Lo sé. -dijo, sonriendo amargamente. Otra vez la sonrisa amarga. ¿Por qué nunca sonreía de verdad?- Es muy despistado. Llevaba semanas insistiendo en ir al cine a la última hora, pero se ha dormido. Típico de él. 
A la sesión de última hora iba a llevarla. Niall sabía muy bien para qué se lleva una chica al cine en la madrugada. Un lugar oscuro, donde no hay mucha gente y nadie está mirando, con el baño justo al lado... Sí, tenía un cuerpo no muy desarrollado pero no era virgen, y sabía por qué se hacían esas cosas. Y eso le enfureció muchísimo. 

-¿Pero por qué saliste de la cama? 

Él la miró fijamente antes de responder: tiritaba. Se acercó a ella y se quitó la sudadera, quedándose en camiseta interior de tirantes. Se la entregó y ella lo miró a los ojos. Por un momento, la vio sorprendida. 

-Ya sé que está muy mojada pero... Si te sirve... 

-Gracias. -lo interrumpió ella. La cogió y se la puso encima de la fina chaqueta de manga corta que llevaba puesta. Al parecer, la lluvia les había sorprendido a los dos. 

Mar le devolvió la mirada, y resultó imposible para él no perderse en sus ojos verdes. No sabía que pensaba ella, pero no se apartó. Ni siquiera cuando sus piernas lo traicionaron e hicieron un notable avance hacia su dirección, invadiendo su espacio vital, ella no se apartó. 

Un trueno sonó muy fuerte y los dos se separaron del susto. Se miraron de nuevo. Rieron a carcajadas. 

-Justin tiene un piso aquí, me dejó las llaves el otro día. Como si teléfono está sin batería y no sé como volver a casa, pensaba pasar la noche aquí. ¿Vienes?

Le estaba pidiendo que pasara la noche con ella. Incluso se le olvidó que sería en el piso de su novio, que iba mal peinado y con ropa mal triada. Sólo le importó ella. Ni siquiera le importó como se sentiría después, o las vueltas que le daría a la cabeza cuando la noche acabara. 

-Claro. 

Mar volteó y fue a una de las casas de la plaza. Abrió la puerta principal con la llave, y la mantuvo abierta para él. Niall pasó dentro y abrió la luz. La casa estaba fría, pero perfectamente limpia y decorada. Decorada para... Imbécil. 

-Vaya. -suspiró Mar al ver las velas y los pétalos de rosa esparcidos por el suelo- Justin realmente se ha esforzado. Una pena que se quedara durmiendo. 

Niall volteó a ver su cara y sonrió con la expresión irónica de la pelirroja. Ella le hizo una mueca y abrió la calefacción. 

-Voy a ver si hay ropa. ¿Puedes comprobar si hay algo para comer?

-¿Quieres comer a estas horas?

-Nunca es tarde para un tentempié. -gritó ella, desde la habitación. Niall hizo lo que le dijo. Y, de paso, escondió el paquete de condones y lubricantes que había encontrado por la primera planta. Suerte que se había quedado dormido, y suerte que Mar y él habían coincidido. Estaba con Mar, en un piso solos y con una caja de condones al lado. No quería ser pervertido, pero le iba a dar de que soñar durante las próximas semanas- ¡Mira he encontrado un pijama! 

Él dejó lo que estaba haciendo para verla. Iba vestida sólo con la parte arriba del pijama, que le llegaba a algo menos de la mitad del muslo. Tragó saliva. 

-Toma, los pantalones del pijama. Son para ti. No he podido encontrar nada más. -se excusó ella. 

¿Tenía que quedarse sin parte de arriba? No... Por favor. Él tenía que ir sin camiseta. Dios.

-¿Has encontrado algo para comer? Así podemos desayunar mañana.

-Sí. Hay bastante para comer, la verdad. 

-Genial. Oye, hay solo una cama... ¿Cómo lo hacemos?

La cosa se ponía mejor por momentos. Pero el caballero tenía que hacer su aparición. 

-Tú duerme en la cama, yo dormiré en el sofá.

-¿No es muy incómodo? Cabemos los dos en la cama.

-No, no. Está bien. 

Mentira. Era el sofá más incómodo en el que se había sentado nunca. 

-Vale. Buenas noches, Niall.

-Buenas noches, Mar.

Niall no perdió detalle mientras se perdía en las escaleras, viendo atentamente el moviemiento de sus muslos desnudos al caminar. Luego se desnudó él y se puso los pantalones del pijama de Justin, e intentó dormir un poco, sabiendo que arriba estaba una chica con la que llevaba fantaseando por semanas y que él estaba en el piso de abajo, con los pantalones de su novio puestos y sus condones escondidos.

La mañana era radiante. Los rayos de sol cruzaban las cortinas y le daban suavemente en la cara, probando de despertarla. El despertador no había sonado, y a lo lejos se oían niños jugar en sus casas. Pero Mar no despertó bien. Estaba sudada, sobresaltada y con la respiración agitada, todo por culpa de sus pesadillas. 

Se levantó y se estiró, todavía con la piel de gallina, todavía asegurándose de que nada de lo que había visto estaba sucediéndole ahora. Entró en la ducha, y se relajó debajo el chorro de agua caliente que le empapaba la piel. Al salir, ya mucho más relajada, el vapor todavía estaba suspendido en el aire. El espejo estaba empañado, así que tuvo que limpiarlo con una toalla para verse en él. 

Se peinó con los dedos, intentando controlar los mechones rebeldes que se le escapaban. Los tirabuzones que se le hacían eran indomables. No había nada que hacer. Encontró una goma de pelo en su muñeca y se ató el cabello en una cola alta. Se vistió y bajó las escaleras procurando no hacer ruido. Si no recordaba mal...

Inhaló de sorpresa al verlo. Niall estaba en el sofá, espachurrado. Los pies se le salían y tenía los brazos colgando, la boca abierta, y la baba que le caía de ella. Se acomodaba incansablemente para encontrar una posición cómoda. 

Mar se acercó hasta él y le apartó el pelo de la frente. Le acarició suavemente la mejilla sonrosada. 

-Niall, despierta. -dijo moviéndolo por el hombro. 

Su única respuesta fue un quejido sordo. 

-Niall... no me hagas esto. Despierta. -él se dio la vuelta, dándole la espalda y poniéndose en posición de bebé. 

-¿Me estás diciendo que me vaya? No deberías haber hecho eso, cariño... -advirtió Mar. 

Él respiró pausadamente, todavía dormido. La pelirroja se acercó hasta su oreja (también roja) tomó todo el aire que pudo y....

-¡¡¡ARRIIIBAA!!!

Niall se despertó de golpe, incorporándose repentinamente y con el pulso palpitando con fuerza en la muñeca. Miró a todos lados exhaustivamente, hasta que vio a su amiga a su lado, tumbada en el suelo y riendo tan fuerte que podía hacer temblar los cementos del edificio. 

Él negó divertido. Saltó el sofá hasta posicionarse encima de ella.

-Así que quieres reír, ¿eh?-le hizo cosquillas por la barriga y las piernas e incluso la planta de los pies. Mar se retorcía bajo él pidiéndole que parara. Pero él no tenía intención de hacerlo. El sonido de su risa era lo más hermoso que había escuchado en toda su vida. 

La cosa cambió en el momento en que ella rió tanto que la risa se volvió contagiosa, y Niall reía también. De tanto reír, les hizo daño la barriga. Cuando los estirones y los gritos hubieron cesado, se dieron cuenta lo cerca que estaban el uno del otro. 

Sus respiraciones eran entrecortadas. Sus latidos acelerados. 

-Niall...

-¿S...sí? 

Mar lo miró muy fijamente. 

-¿Puedes salir de encima? 

Él se levantó torpemente y la ayudó a ponerse de pie. 

-Deberíamos desayunar. -propuso él. 

-¿Por qué no tomamos algo de camino? 

-Pero tenemos tiempo. -intervino el irlandés. 

Mar miró por la ventana, con un gesto ausente. 

-Tengo otros planes que hacer contigo ahora.-dicho eso despareció y Niall tuvo que obligarse a mantener la calma. Amigos, sólo eran amigos. 

Mar regresó con un taburete y unas tijeras. 

-¿Y para qué quieres eso? -preguntó Niall dubitativo. 

-Cuando te he visto dormir la baba casi te llegaba al pelo. 

-¡Eso es absurdo! ¡No babeo! 

-No te lo tomes como algo personal. Mucha gente babea mientras duerme. Es algo natural, cosas del sistema nervioso periferico vegetativo parasimpático... 

-¡Pero yo no...! -hizo una pausa- ¿Del sistema vegetal qué? 

Mar lo miró con gesto de incredulidad. 

-Sistema nervioso periférico vegetativo parasimpático. Aplícate un poco más en Biología, hazle el favor a la humanidad. 

Niall se sentó en el taburete, tal como ella le indicó, murmurando que no le gustaba la Biología. 

-Te guste o no, los hechos son los hechos. El caso es que dado a tu babeo...

-No babeo. -concluyó él.

-Claro que lo haces.

-No lo hago. 

-Lo haces. Y no deberías hacer gestos de diva de Beyoncé mientras dices algo, queda extraño. 

Niall bajó la mano que había utilizado para gesticular en su última frase. Avergonzado vio en los pantalones hasta donde había llegado la baba. Se cruzó de piernas para que Mar no lo viera. 

-En fin, la qüestión es que pienso cortarte el pelo. 

Él se giró bruscamente en el taburete para mirarla. Para detrás de él, con las tijeras y vestida con la ropa de ayer, aún despeinada y sin maquillar, parecía un ángel. 

Se dispuso a replicar con algún comentario sarcástico, hasta que se acordó del pasaje de ayer con el espejo. Se recriminó de todo: el cuerpo, el estilo, la personalidad... el pelo. Era hora de hacer cambios, y no había nadie mejor que Mar para ello. Nadie que le pudiera hacer tantas ganas de cambiar. 

-De acuerdo. Pero déjamelo bien. Al final del día, lo que sea que hagas estará en mi cabeza. 

-Tranquilo. Sinó siempre queda la opción de raparse al cero. Es muy sexy. 

Él cerró los ojos y dejó que ella cortara. 

-Como me tenga que rapar al cero, tu cabeza será la que raparé después de la mía. -advirtió él. 

-Entonces es un trato. 

Cuando Niall se vio en el espejo lucía mucho mejor. El pelo más corto, con algo más de volumen en la parte de arriba, conservando el flequillo que le cubría una parte de la frente. Se le veía más la cara y parecía más anguloso. Le dio las gracias a Mar y ella bromeó:

-Supongo que mi pelo está a salvo. 

-Por supuesto. Después de esto rapar mi cabeza al cero sería lo último que haría. Por tanto, tu peinado está seguro. 

Mar sonrió y Niall vio esa sonrisa por el espejo. Paró de repente. Era una sonrisa de verdad. 

Niall James Horan había hecho sonreír a Mar Swegther, la intocable.

Fab. escribió:

¡Cielos, me fascino!

Tienes que seguirla por favor..

Cada vez esta más interesante

xxx

Muuchas gracias

Mar caminaba con andares presuntuosos por el pasillo. El muy imbécil. No simplemente había quedado para acostarse con ella, sino que la había dejado plantada. Y por di eso no fuera suficiente, la había besado con la única intención de darle celos a Niall. Justin creía que no lo sabía, pero ella había advertido su mirada petulante a su amigo, y no le había gustado nada. Ella no era ningún trofeo para competir, ninguna posesión. No era de Justin, ni de Niall, ni de nadie. Ella era simplemente suya, y nadie tenía el derecho de poseerla, cambiarla o domesticarla. Eso era la única cosa que tenía en claro.

Era de lo poco de lo que tenía que agradecer a Peter. 

El simple nombramiento en sus pensamientos de su padre biológico la hizo estremecer y sacudió la cabeza en orden de sacudirse las ideas. Peter estaba muy lejos de allí aquella mañana, y no la volvería a ver. O al menos, para eso rezaba cada noche. 

Se sentó en un peldaño de las escaleras. El pasillo estaba desierto ya que todos estaban trabajando o en la cafetería. Y ella estaba sola, esperando a su maldito novio, que no venía a buscarla ni a darle una explicación. 

Golpeó el suelo con rabia y soltó un grito de frustración. Se quedó unos segundos en silencio, y luego rió escandalosamente, como si estuviera loca. Se había imaginado la cara de Allison si la veía golpeando el suelo con el pie y gritando por el enfado como un arrebato de una niña pequeña... Que era lo que estaba teniendo. 
Con catorce años, es lo que hay.

-¡Mar!-oyó que alguien la llamaba, pero resistió la tentación de ponerse en pie al reconocer la voz. No era Justin, y él era la única persona con quién tenía que hablar en esos instantes, desgraciadamente. Si hablaba con alguiem más pagaría la rabia que tenía contra Jus con esa persona. 
 
Delante de ella se paró Zayn. Se sentó a su lado, y Mar notó como se debatía por si abrazarla para darle consuelo o no. Para aclararle las dudas, se apartó un poco de él. No le gustaba que la gente la tocara más de lo estrictamente necesario. Y un abrazo de consolación no resultaba necesario en absoluto. 

-¿Estás bien?

-Claro. ¿Por qué iba a estar mal? 

-Bueno, Justin...

-Justin a veces se pasa. Y ya. -finalizó Mar. Esperó a que el chico se levantara y se fuera, pero no lo hizo. En parte le molestó: no le gustaba tener que dialogar con la gente cuando estaba con las defensas algo bajas. Pero, por otra parte, le reconfortó. Era agradable  tener a alguien a tu lado en los malos momentos, aunque no hablara. Eso era incluso mejor. Había gente que prefería que le hablaran mientras lloraban, pero Mar prefería que estuvieran a su lado y callados. Era patética la imagen de hablar en llanto, especialmente en ella, y no le gustaba que nadie la viera como si fuera débil. 

-De todas formas... -empezó Zayn, y Mar rodó los ojos. Él miró al suelo, tímido- si quieres contármelo, sabes que puedes. 

Mar se fijó en él y lo estudió atentamente unos segundos. Parecía un buen chico. Lo último que quería era tener que hablar de Justin entonces, pero era lo que más apropiado resultaba y, además, no le gustaba la idea de que Zayn se llevara una mala impresión de ella. 

Empezó a relatar su historia, saltándose algunos capítulos como, por ejemplo, la presencia de Niall, el episodio de las cosquillas de aquella mañana, y la lluvia torrencial. Le contó que Justin había quedado con ella, que llevaba mucho tiempo insistiendo, y la dejó plantada. Y que cuando llegó a su casa, se enteró de que esa noche era para tener sexo con ella. Y que, además, la había tratado como un objeto delante de todos. 

-Vaya... -resopló Zayn. 

-Si eso es lo único que vas a decir puedes estarte callado. No me haces sentir mucho mejor. 

Zayn rió y ella lo fulminó con la mirada. 

-La primera vez que te conocimos no eras así. ¿Que te ha pasado des de entonces?

Ella cruzó las piernas. 

-Nada, unos pocos espectáculos con mi novio, unos cuantos rodajes y fíjate, una Mar nueva. -contestó siguiéndole la broma. Al final, le confesó que siempre tenía que ser más simpática con los nuevos fichajes, cosa que parte de razón tenía. Se sentía cómoda al lado de ese chico. No era como estar con Niall, donde la comodidad es tan notable que se podría respirar en el aire... Pero también era agradable estar con él. 

Estuvieron hablando unos minutos, hasta que una voz los interrumpió. 

-Malik, si me disculpas, ya continuaré yo con ella. 

Los dos se quedaron atónitos al ver la figura algo amenazante de Justin parados delante de ellos, con los brazos cruzados y mala cara. Zayn se levantó y el momento de amistad se esfumó como una pompa de jabón. 

Cuando desapareció subiendo las escaleras, Justin ocupó su puesto y Mar se levantó para irse. Tenía que hablar con él, pero eso era lo último que quería.

-Espera. Por favor. -insistió Justin. Mar se quedó quieta, y lo dejó hablar -No me he portado bien. Siento haberte besado así delante de todos y si eso te molesta, no volveré a hacerlo. 

¿Qué?

-¿Qué?

-Ya me has oído. Entiendo que te avergüencen las muestras públicas de afecto, así que si quieres, las podemos dejar más adelante o para la intimidad...

Vaya. 

-No tienes ni idea de por qué te estás disculpando, ¿verdad? -adivinó Mar. Justin intentó excusarse, pero ya era demasiado tarde -La próxima vez que quedes conmigo, no te vayas a dormir tan tarde la noche anterior.

Justin se quedó boquiabierto, no tenía ni idea de lo que hablaba. De repente... Oh, no. 

-L película. Se me olvidó completamente. 

-¿Me lo dices o me lo cuentas? -exclamó- Me pasé toda la noche sola, esperándote, y tú no llegabas. ¡Al final me tuve que ir por qué cerraban el cine! Te llamé, te escribí y no me hiciste ni caso. 

-Respecto a lo del movil...

-No, déjame acabar, porque aún no llega lo mejor. Lo más divertido es que, cuando me quedo sin batería en el mi intento recurrir al poco sentido de la orientación que tengo para llegar a tu casa, casa que, debo admitir, estaba muy bien preparada para una película porno. 

Justin se puso rojo. 

-¿No... No quieres hacerlo conmigo? 

A Mar le entraron ganas de gritarle en la cara el más grande 'No' jamás pronunciado pero el gesto de ternura y las lágrimas en el borde de los ojos de su novio la hicieron detenerse y la conmovieron. No estaba enamorada de él, apenas la atraía, pero tenía algo que la hacía sentirse extraña. Y no sabía que era. Y eso le inquietaba enormemente. 

Se acercó a él y le pasó un brazo por los hombros. No quería hacerlo llorar. 

-Es que... Soy muy joven. Me faltan unos meses aún para los quince, y tu ya estás a punto de hacer los dieciocho. Tienes que pensar que todavía soy muy... Niña. Eres el primer novio serio que tengo, llevamos muy poco y no estoy preparada. 

Justin asintió.

-Cuando lo estés... Dímelo. Y te prometo que nunca más volveré a dejarte plantada. Y si eso te hace sentirte más cómoda, venderé la casa. La compré para tener un lugar donde acostarme contigo, así que creo que por ahora es prescindible. 
Mar movió la cabeza en gesto afirmativo. Sí, esa casa debía desaparecer. 

-Y una cosa más. 

Justin movió la cabeza esperando.

-Si tenemos que estar juntos, el respeto es primordial. Así que no me vuelvas a besar para darle celos a otro o para demostrar posesión. No soy tuya, ni de Niall, ni de nadie. Soy sólo mía, de mi propiedad. Que se note. 

Él abrió los labios para protestar, para decirle lo mucho que Niall la miraba y lo mucho que se le notaban los celos crecientes. Pero no lo hizo. 

-Está bien. Vamos a hacerlo a tu manera. 

Él lo abrazó y ella se obligó a corresponderle el abrazo. Lo besó delicadamente cuando él reclamó sus labios. 

Y, desde arriba de las escaleras, Zayn los escuchaba atentamente, con los ojos cerrados, los puños apretados y unos nervios en el estómago propios de un pequeño asalto a un corazón medio roto. 

Pero lo que no sabía era que Mar se lo iba a romper muchas más veces, más dolorosamente, en otras ocasiones.