D'espoir Académie [Liam Payne]

Si fuera por una persona,  esa persona fuera Liam. Envolvería a ____ en papel con esas pelotitas de aire que él ni nadie podía aguantar romper, solo para mantenerla a salvo. Luego de toda la mierda esta de que vio el cadáver del director, y al parecer ella ahora es también parte del plan de los cazadores.
Ya sabían cómo llegar a él mediante a su humana, maldición. Ahora que lo pensaba habría sido lo mejor dejar que se uniera a la manada de los chuchos. Pero ella tampoco estaba cómoda con ellos, ¡diablos! Que tampoco estaba cómoda con Esmeralda y esa chica es lo más gentil y amable que hay en la tierra, era la mediadora entre lobos y vampiros, aunque era obvio que estaba en una manda de lobos, Esmeralda sabía a quién apoyar al momento que debían verse las caras. Pero ahora no podía ir a pedirle ayuda a la chica porque su humana no la aceptaba aun como una gran amiga, quizá esa chica rubia. ¿Cuál era su nombre? ¿Amares? ¿Anais? ¡Amanda! Ese era.

Se levantó del suelo, luego de estar cien por cien curado de la peleíta con el perro de Louis, camino con dirección a los aposentos de los humanos con la mente en que le diría a la humana esa para que cuidara a ____, pero no contaba con ver a su rubia amiga, Katherine sentada en la que era la pared que dividía el pasto creciente de esa bajada. Arqueo una ceja al ver como sacaban unas personas desconocidas para él lo que eran maletas de ropa y muebles, se iba a esconder cuando uno de los presentes capta su esencia y lo delata con Katherine.

Unos cuchillos se acercaron a su pescuezo rápidamente, sin esperar que él se moviera siquiera, reacciono aún más extrañado. Pero la voz autoritaria de la vampiresa lo alejo de dudas, un poco: —Déjenlo chicos, es un amigo. Vuelvan a su trabajo —demando a los trabajadores que le obedecieron y terminaron de llevarse las maletas y muebles hacia un camión que estaba muy cerca de la salida de vehículos de la academia—. ¿Qué haces aquí Payne? 

—wow, wow, ¡wow! Primero hacen que casi me corten el pescuezo y luego me atacas de esa forma, debería ser yo el que pregunte que pasa Katherine Knight —murmuro medio molesto, si bien no saber que ocurría lo irritaba. Estaba en frente a Kath, la mocosa con la que se crio y prácticamente compartieron todo.

—He tenido una semana de mierda, no me vengas tú a joder con esto Liam, dime cuanto fue lo que viste si no quieres que llame a Itzel para que te venga a borrar la memoria —escupió bastante hastiada, y eso preocupo más al oji miel.

—Hey, hey. Tranquila, que solo bromeaba, ¿qué paso nena? —pregunto posando las manos en los brazos de la rubia para mostrar un poco de afecto. La rubia se dejó ser reposando en el torso del otro tranquilamente.

—Estoy harta de ser quien pague los trastos rotos por Harry, ahora que tengo que cuidar a esa chica me vienen con que aparecerá otra pura sangre más a hacernos compañía, ¡hostia tío! Hay veces que me sobrepasa la coronilla el tener que estar a cargo de esto yo sola —Susurro bajito para que solo Liam escuchara el pesar de su orgullo—, ¿Qué tienen los humanos que hacen idiotas a los nuestros Li? Por favor dime que tú nunca serás como el imbécil de Harry, júramelo.

—Jurar está mal visto Kath.

— ¡A la mierda que este mal visto Liam! Necesito estar segura que no cometerás el mismo error que tu hermano —pidió mirándolo a los ojos, rogándole con la mirada que cubriera sus temores de ver a sus dos pilares caer por algo tan mundano como lo eran los seres mortales.

—Lo prometo —fue lo único que pudo decir, pero eso no vasto para la joven rubia que se separó de golpe del chico y golpeo su pecho antes de irse a su habitación.


El amanecer para Katherine no fue mejor que como se fue a dormir, luego de tener la pequeña charla con Liam, que la dejo más nerviosa de con quien se juntaba su amigo de la infancia, ahora debía entregar el cuerpo durmiente de la chica a su primo para deshacerse completamente de ella. Gracias a alguien que el chico se le ocurrió llegar rápido a su habitación para recoger a la chica e irse rápido de la misma manera que se fue.
Ahora, para que su plan estuviera completo, necesitaba a Itzel y Harry durmiendo o inconsciente, cualquiera de las dos. Pero no sabía cómo lograrlo; porque si en algo Harry era bueno además de cometer errores era en esquivar ataques sorpresa. No podría ella sola, necesitaba más personas, pero su orgullo no le permitía pedirle ayuda a Liam luego de lo anoche, entonces recordó al betê que ronda alrededor de ella la mayoría de las veces.

—Niall —llamo, apenas contestaron el teléfono—, necesito que el equipo de rugby ataque a Harry. No pidas explicaciones, solo hazlo. Diles que tienen mi permiso. 

Con eso, luego de una hora más tarde recibió una llamada del rubio algo excitado de lo todo que tuvo que haber hecho para derribar al pura sangre, diciéndole que lo habían dejado semi inconsciente, excelente, ella le daría el golpe final e Itzel le borraría la memoria.

Ya no recordarían nada de aquella chica nunca más. 


Dylan se encontraba en serios problemas. No podía haber metido la pata más de lo que ya la había metido, a quien en su sano juicio se le pasaría la cabeza por encima siquiera el que podría gritar, “pelea de comida” en el almuerzo antes de que el maestro de química se fuera. Pero de su parte estaba todo el legado estudiantil, que fueron presentes de que él no fue quien lanzo puré de manzana al peluquín del maestro. 

July lo miraba deprecatoriamente, pero él hacia lo posible por mostrar una carita de perrito apaleado que le permitiera el cielo frente a los ojos de su novia. Lastimosamente la chica estaba acostumbrada a esa manipulación emocional que nunca le creía, maldecía a los compañeros de manada de su novia por ser igual de victimas que él.

Peeero bueno, siempre se dice que los hombres son imbéciles en manada, por lo que no se salvaban los creídos vampiros de los castigos, Zayn, el novio, pretendiente, o coso de Elena, infiltrada, espía, amiga, o lo que sea de Florencia, alfa de su novia. Estaba frente a ellos con la mirada perdida; por lo que escucho, no pienses siquiera que él pueda ser un chismoso, al moreno lo habían atrapado en plena fiesta de consumos, aunque por lo que el sabia. La hierba no les podía hacer nada a los seres sobrenaturales, más de una vez lo habría probado con los payasos línea gemelos de la manda para ver cómo era que actuaban. 

Pero dejando de lado los experimentos que el hacía con los compañeros de manada de su compañera, no podía negar que últimamente todo estaba demasiado movido para su gusto, los ataques repentinos que de seguro dejarían expuestos a todos los seres sobrenaturales si no se controlaban o se movían con sutileza, le ponían los pelos de punta, porque no quería ni imaginar que pasaría si July pudiera ser víctima de uno de esos dementes.

Elena apareció de la nada con un caminar sereno, educado, refinado, como el de toda princesa. Con lo que al parecer eran panfletos del club de música, quiso ir a ayudar a la pobre chica que comenzaba a perder el equilibrio de la nada mientras trataba de pegar y sostener los papeles.

Pero el caballeroso de Zayn se acercó a ella para ayudarla. Ambos se quedaron mirando más de medio minuto, y Dylan golpeo levemente a July para que viera a la pareja susurrando en el oído: —Y eso señoras y señores es el príncipe azul encontrando a su princesa.

Ambos rieron de como los dos vampiros, que fue obvio que escucharon el comentario de Dylan se sonrojaban y distanciaban un poco para así no delatarse tanto.


El sonido del pequeño violín sonando tranquilizaba a cualquiera, es más. La autora del sonido lucia pacifica, tranquila. Muy bien descansando en la silla mirando el papel que le decía como seguir si por si acaso se le llegaba a olvidar algunas partes de la canción. Algo muy improbable en la chica, Derek sonriente se acercó a su novia sentándose a su lado para recostar la cabeza entre sus piernas. Una pose que pudiendo ser pintada por algún artista quedaría estampada en la memoria de las personas, Esmeralda sonrió deteniendo el sonido y cantar del violín que tranquilo acepto su descanso. Y tranquila y pausadamente se acercó para besar la frente de su pareja con el cariño y devoción que solo a él le tenía. 

—Bienvenido cariño, ¿Cómo entraste sin que Anais se diera cuenta? —pregunto, Anais era una chica bastante molestosa, y sería que por desgracia era la presidenta del club de música y cuando alguno de “sus” músicos practicaran, no permitía que nadie se atreviera a interrumpirlos.

—La golpeé.

— ¡Derek!

—Mentira —ríe travieso sonriendo a su chica que acaricio su pequeña barba con cariño—, la soborne, como siempre lo hago. Un cupón de almuerzo en la pastelería de mi tío si me deja pasar en tu horario de ensayo —murmuro besando dulcemente los carnosos labios de su novia—. Veo que ya ni Beethoven se libra de la maravilla que haces con el violín —alago alejando un poco el instrumento para no dañarlo mientras dejaba que Esmeralda se sentara entre sus piernas.

— ¿Qué puedo decir? Amo la música, y el violín es el instrumento de mis padres, para mí la música va en mis venas. Como hacer pasteles en la tuya —continúo sonriendo divertida de ver el rostro de su novio haciendo una mueca de desagrado—. No seas pesimista, que tus pasteles son exquisitos.

—No importa cuánto alague mi mano, el domingo en la noche sigues teniendo que cocinar tú.

El orgullo de un hombre como Derek jamás le permitirá decir que el puchero de Esme le hizo cambiar de opinión y seriamente pensó en que el cocinaría el domingo.

Laura, empacando sus muebles miraba sin ningún sentimiento como su habitación quedaba completamente desierta de cualquier marca que dijera, Laura  Millett estuvo aquí. Y aquello le dolió bastante, como pura sangre, ella debía ser una líder nata, pero nunca tuvo que serlo. Y ahora que se iba a los estados unidos a una academia que estaba bajo el mando de otra pura sangre mucho más poderosa que ella la angustiaba, ella no quería llegar a tener que pelear por terreno en América, pero como Pura sangre que era, y como ella se hacía respetar, necesitaba tener aunque es un lugar que fuera completamente suyo. No tenía mucha sed de poder que la nublara, pero necesitaba tener poder sobre algo, o alguien.

Nota:

Harry volteo a ver quiénes eran que irrumpían en su cuarto, Katherine no podría ser pues estaba ocupada según ella. Liam ni siquiera se le cruzaba por su cabeza así que no sabría quién era. Murmuro un adelante para la persona del otro lado de la puerta que entro en silencio sorprendiéndolo por el nivel de esta nueva chica.

 
—Buenos días, Harold Styles. Soy Laura Millett, la nueva pura sangre quise venir a presentarme.
El silencio domino el hospedaje de Harry, aquella nueva dama lo había cautivado con su apariencia fría, de rojos labios seductores y cabellera castaña, una hermosa belleza europea.
 
—Bienvenida… Laura Millett —murmuro acercándose para tomar un mechón de cabello de la adorable dama y acercarlo a su propio rostro para olerlo y besarlo—. Un enorme gusto tenerla entre nosotros  —sonrió para mostrar sus colmillos y poder, la chica mostro sus brillantes ojos acercándose más a su espacio personal.
 
—El gusto es mío.
 
Media vuelta y adiós Laura Millett, la vampiresa había desaparecido dejando con gusto a poco al vampiro sonriente de lado.
 
Esmeralda subió al lomo del caballo para practicar algo de polo junto con sus compañeras de casa, ___ las miraba en las gradas junto al novio de la chica que controlaba a su lobo para no alarmar a los caballos y perjudicar a su novia o alguna de las humanas que la acompañaban.
 
—Se nota que Esmeralda le gusta este deporte —murmuro sacando el teléfono de su bolsillo para filmarla, y es que parecía una modelo en caballo con aquella sonrisa y vestimenta tan casual y elegante a la vez.
 
—Su padre practico muchos deportes entre ellos el polo, Esmeralda solo quiere enorgullecerlo.
 
—Si fuera yo su padre estaría bastante orgulloso —sonrió aprovechando de sacar algunas fotos.
 
—Si —silencio—, pienso lo mismo —concluyo justo antes de que un particular castaño se sentara de la nada junto a la rubia que sorprendida casi deja caer su móvil.
 
— ¡Dylan! —exclamo molesta, el castaño rio divertido, fijando la vista en la chica que todos miraban—, estábamos viendo a Esme, ¿Y tú? ¿Por qué tu aparición tan de repente?
 
—Estaba aburrido, July no me dejo entrar a su habitación por que según ella suficiente tenía con el lio del almuerzo.
 
—Fuiste un gilipollas no te quejes de que alguien te quiera poner en regla —murmuro serio el lobo viendo al humano que subió y bajo los hombros sin el mayor interés en prestarle atención, ____ noto aquello y le golpeo la nuca.
 
—asele caso a Derek, Dylan. No seas un capullo, si no July podría dejarte por ello.
 
— ¡Solo fue una inofensiva pelea de comida! ¡No hay tanto drama en eso!
 
Ambos chicos suspiraron al ver que no lograrían nada con el chico. Voltearon a ver que se acercaba la morena a ellos con el caballo negro que era su propiedad.
 
— ¿Quieren pasear a caballo? Les pedí algunos a las chicas y nos dejaran pasear por el alrededor del campus —sonrió. Derek negó diciéndole que no le agradaba mucho la idea en especial porque detestaba los caballos si no era en su comida, y Dylan le dijo que no sabía montar así que la única que quedaba era ___ que gustosa acepto para primero aprender y no dejar pasar la oportunidad de pasear por todo el campus de la academia sin necesidad de cansarse.
 
—Tranquila que si no Rose se pondrá nerviosa —murmuro una de las chicas de polo que la ayudo a subirse a la yegua.
 
—Oh, bueno…  Hola Rose —dijo acariciando la melena de la yegua que relincho al parecer divertida por la novata—. Creo que se acaba de burlar de mi Esme.
 
—Rose no seas tan obvia —aviso la morena comenzando a trotar junto a su caballo, la rubia suspiro y con nerviosismo intento hacer andar a la yegua.
 
—Rose, ¿podrías caminar? —alego viendo que la yegua ni caso le hacía.
 
—Vamos no seas gallina, ¡Vamos Rose! —grito golpeando el muslo del animal, Dylan. La pobre yegua asustada comenzó a correr a toda velocidad pasando a la chica que iba delante alertándola. Volteo a ver al estaba y vio al castaño que miraba asustado hacia ella— ¡Dylan! —reprendía, pero rápido golpeo las cotillas de su caballo para hacerlo andar y tomar a la yegua antes de que ___ se dañara o sufriera alguna lesión grave.
 
 
Liam estaba con su arco en mano practicando con los demás vampiros betê, que trataban de llegar al mismo nivel que su capitán, hasta que un grito agudo los distrajo, a lo lejos se acercaba una yegua del equipo de polo de la academia con ¿Un bulto encima?  El oji miel noto que se trataba de alguien y cuando los gritos se acercaron lo identifico completamente, era ____.
 
— ¡Apunten a setenta metros a la izquierda! —ordeno fijando la mirada en su punto. Los demás se miraron entre si curiosos pero siguieron las órdenes del capitán—. A las tres disparan: Uno, dos  ¡Tres!
 
Diez flechas fueron directo al camino por donde corría la yegua Rose que pendiente de todo lo que pasaba a su alrededor sintió el peligro de las flechas y se detuvo abruptamente relinchando molesta por el ataque, Esmeralda llego para no estresar más a la yegua y se bajó de un salto para correr hacia el animal y calmarlo además de ayudar a bajar a ____ que casi besa el suelo cuando lo piso.
 
—Ya no seas exagerada Benet —ríe divertida la oji miel, sonriendo a la rubia que refunfuñando se arregló la ropa y el cabello, ambas se miraron y lanzaron carcajadas entre si—, te hubieras visto tía eras una demente, ni te imaginaba tan asustada en toda mi puta vida.
 
—Dios, joder, que ni loca me vuelvo a subir a caballo cerca de Dylan, que ahora lo veo y lo mato coño.
 
Rieron y se tomaron las riendas de los animales para hacerlos caminar detrás de ellas hacia el establo, Liam miro a sus compañeros antes de dejar el arco y correr hacia las chicas, le valía verga si le decían a Kath.