Jamás me lo hubiera imaginado (Logan Lerman)

Capítulo 31
No me había percatado de que aquel recuerdo había logrado poner una sonrisa en mis labios, la borre en el mismo instante en el que me percaté de ella; bajé del auto cerrando la puerta detrás de mí y caminé hasta la puerta principal subiendo perezosamente los escalones del pórtico. El sol de las cinco y media de la tarde se colaba por las cortinas corridas iluminando la sala. Me paré a los pies de la escalera y llamé a mi padre, al no responderme supe que no se encontraba en casa, saqué el celular de mi bolsillo y lo miré dudoso un par de segundos, presioné un par de teclas mientras esperaba en silencio a que me contestaran. Oí su chillona voz.
- No hay nadie en casa. – Dije sin rodeos.
- Estaré allí en unos minutos. – La oí decir juguetonamente. Corté la llamada sin más volviéndolo a meter en mi bolsillo trasero.

El sonido del motor de un auto hizo que me pusiera de pie y diera unos pasos algo toscos hacia la puerta, la abrí en el momento en el que ella guerreaba con el enorme bolso rojo de Prada que tanto amaba.
- Te demoraste. – Ella rodó los ojos y caminó bamboleando sus caderas a un paso lo suficientemente lento como para sacarme de mis casillas.
- Estaba en la casa de Brie. Pintándonos las uñas. ¿Te gustan? – Preguntó extendiendo las manos hacia mí. – Son color melocotón.
- No me interesan tus uñas color melocotón. – Respondí algo irritado. Me pasé las manos por el rostro y suspiré pesadamente mientras me apartaba lo suficiente como para que pudiera entrar por la puerta. – Como sea. No se por cuanto tiempo mi padre estará afuera. A si que entra de una buena vez.
- Hay Logan. ¿Por qué tan gruñón? – Dijo a la par que pasaba por alado mío entrando a la casa. Cerré la puerta.
- Ya sabes donde es mi cuarto. – Ella me miró algo agobiada, entornó los ojos y subió los escalones.
– Vaya que te gusta el orden Logan. – Cerré la puerta de mi cuarto detrás de mí y volteé hacia ella. Se encontraba sentada en mi cama, comiéndome con la mirada. Me acerqué a ella lentamente, saqué el Blackberry de mi bolsillo y lo puse sobre la mesita de noche. Sentí sus manos en mis hombros y volteé para encararla. – Creí que tendríamos que esperar a que sea la fiesta del viernes.. Ya sabes. La que será luego del juego de futbol – Susurró de una forma provocadora en mi oído. Aprisioné sus caderas entre mis manos a la par que ella subía las suyas lentamente por mi pecho. Las ideas y sensaciones fueron cambiando a la par que las caricias se iban intensificando hasta el punto en que estas se volvían casi necesarias para el cuerpo y ciertamente consoladoras para el pequeño dolor que sentía en el alma. Sus besos no eran nada más que eso. Besos. Su piel tersa y bronceada se acercaba bastante a la perfección pero eso no llenaba mis expectativas, era por esa razón que me acostaba con ella, con Amber. Sólo la necesitaba por un tiempo limitado para luego tratar de convencerme a mi mismo que lo que acabábamos de hacer era lo más semejante al amor. Aquel sentimiento fácil de sentir pero difícil de olvidar, Aunque en ocasiones lo confundamos con rencor y odio, sigue siendo eso. Amor.

Los últimos rayos de sol iluminaban sus largas hebras de cabello rubio sutilmente enmarañado. Soltó un suspiro y se removió entre las sábanas de color marfil. Tomé la parte superior de su ropa interior y se la pasé, la tomó y se la puso, como el resto de su ropa.
- ¿Todavía conservas estas cosas? – Abrí mis ojos y observé como sujetaba entre sus manos una pequeña réplica de no más de quince centímetros de un Ford Sedan Negro del año 1946. – No puedo creer que sigas teniendo juguetes en el mismo lugar en el que traes a chicas. – Solté una risotada viendo como ella fruncía el seño confundida y molesta.
- Esos no son juguetes. Son piezas de colección, cariño.
- Como sea – Devolvió el objeto que tenía entre sus manos a la repisa sobre el computador.- A las chicas les debe encantar tu colección de autos. ¿No, Logan? – Entrecerré los ojos mientras me acercaba a ella, manteniendo la cordura.
- Claro que si Amber. Atrae a las chicas cultas. Pero claro, tú no sabes mucho de eso. ¿No? - Vi como con sus ojos enrabiados buscaba algo más de lo que pudiera aferrarse para lograr enfadarme.
- Y que me dices de esta foto.- Dijo tomando un portaretratos que se encontraba en la repisa más alta, casi completamente tapada por un par de trofeos de futbol soccer de la primaria. La verdad era que me había olvidado por completo de la existencia de aquel portaretrato y ni que decir de la foto que contenía. – ¡Oh por dios! ¡¿Esta es Holly Adams?! – Explotó en carcajadas irónicas sin dejarme ver la foto – Valla que no tienes vida. ¿Cómo puedes seguir conservando esta… foto? – Lo dijo tan despectivamente que produjo un cierto enojo en mí.
- Lárgate de aquí Amber. Mi padre vendrá en cualquier momento y no quiero que te vea aquí. – Le arrebaté el portaretrato de las manos y la empujé hasta la puerta.
- De acuerdo. Llámame cuando el mal humor se te haya pasado
- Si, si. Como sea. – Frenó en el marco de la puerta y volteó.
- Hablo en serio. – Dijo algo coquetamente. Estaba claro que lo único que quería esta chica era tener sexo.
- Ve con Jeffrey si te sientes bastante desesperada. Ya estoy harto de que me venga con sus cursiladas hacia ti.
- ¿Jeffrey? Por favor, el es sólo un niño bueno que quiere hacerse del malo. En cambio tú eres un chico malo que finge ser el bueno. – Eso era la gota que hacía rebosar el vaso.
- Lárgate. Yo te llamaré cuando te necesite. – Agregué secamente.
- Lo sé. – Dijo fastidiada para luego largarse por la puerta con sus tacones en las manos y su bolso en el hombro. Volteé el portaretrato que tenía en la mano y oí como Amber había azotado la puerta principal, “Perra” pensé. La foto era de uno de mis cumpleaños, mi cumpleaños número 7. En la foto se podían ver los dulces sobre la mesa y las manos de mi madre sujetando un gorrito con forma de embudo color verde; yo me encontraba en frente a la torta, inclinado y con las mejillas llenas de aire con el propósito de soplar la vela que tenía forma de un siete. Casi a mi lado estaba Holly, con un vestido blanco a delicadas motitas lilas, ella amaba ese vestido. No la extrañaba, no debía hacerlo. Después de todo yo había sido el que la había cambiado por los populares, se suponía que debería estar mejor, o por lo menos fingir que me sentía así. Aún recuerdo las interminables noches en las que lloraba por la huida de mi madre con otro hombre; y recuerdo a la perfección lo mucho que necesitaba a Holly en esos momentos.

Chicas aquí les dejo un capítulo narrado por Logan espero que les guste. Deseo disculparme con ustedes porque no he subido hace bastante tiempo un capítulo pero lo que pasa es que ando ocupada con las pruebas del colegio y todo eso. Seguro entienden a lo que me refiero. Espero encontrarme como siempre con sus hermosos comentarios. Las quiero muchísimo. Que tengan un bonito fin de semana. Besos.

gracias queria un capitulo besos

Capítulo 32
Tomé la tasa entre mis manos y me la llevé a los labios, bebí el chocolate caliente lentamente para no quemarme. Al levantar la vista de la tasa pude ver como Gregg me estaba observando con una sonrisa en los labios.
- ¿Qué? ¿Ocurre algo? – Pregunté. A la par que él negaba con los ojos cerrados una débil risa provino de su garganta despertando sensaciones placenteras.
- Es sólo que luces adorable cuando bebes chocolate caliente – Sentí las mejillas algo acaloradas, bajé instantáneamente la mirada formulando una pequeña sonrisa en mis labios. No sabía si era por los nervios o por el comentario de Gregg. Quizá ambos. Sentí los labios tibios de Gregg en mi mejilla derecha, levanté la cabeza y me lo encontré cara a cara, se había corrido de lugar quedando justo a mi lado, me estaba mirando de una manera tan dulce que provocaba pequeños estallidos de emoción en mi estomago. – Holly, yo.. – Titubeó nervioso mientras colocaba su mano sobre la mía – Sé que es apresurado pero me gustaría..
- Lamento la demora. Ya saben como es Alex, la puntualidad definitivamente no es su fuerte – Oímos a Madison decir mientras tomaba asiento frente a nosotros, sentí como rápidamente Gregg quitó su mano de la mía y se llevó a la boca un pequeño scon. La cafetería era retro, nosotros nos encontrábamos en los típicos asientos que se encontraban pegados a las ventanas con una mesa en el medio. Noté la mirada de Madison y supe que ella se estaba preguntando si es que había interrumpido algo. – Entonces.. ¿Irán al partido de mañana? – Preguntó Madison, tratando de llenar aquel silencio incómodo que se había apoderado del ambiente.
- No podré ir – Oí decir a Gregg, volteé a mirarlo curiosa, realmente quería oír su motivo.
- ¿Por que? – Pregunté. Volteó hacia mí.
- Porque mis padres no estarán mañana por la noche, y quieren que me quede a cuidar la casa. Quizá puedan venir a acompañarme. – Aventuró. Madison negó la cabeza mientras leía la carta de la cafetería.
– Yo no podré. Porque a Alex y a mi papá se les ocurrió la brillante idea de ir a cenar mañana por la noche. – Rodó los ojos algo fastidiada, realmente no le gustaba mucho la idea de ir a cenar con sus padres y su hermano. Ella prefería ir al juego y quizá a la fiesta que sería luego de este. – Pero quizá Holly pueda – Agregó en un tono pícaro, no pude ver la sonrisa que de seguro tenía en la cara gracias a la carta que sujetaba muy cerca de su rostro. Gregg me miró algo esperanzado.
- Lo lamento Gregg. Le prometí a un amigo que iría a apoyarlo mañana en el juego. – El asintió comprensivo, pero noté como en sus ojos había un atisbo de decepción. – Pero cuando el juego termine podría pasar por tu casa. – Alzó repentinamente la mirada y sonrió sólo para mí. Miré a Madison, quien me había guiñado un ojo de una manera bastante graciosa.
- Podríamos ver alguna película. Tengo muchas, de todo tipo. – Podía notar emoción en el tono de voz de Gregg, esto me hacía sentir bien, extremadamente bien. – Pero.. ¿Que hay de la fiesta. Acaso no piensas ir? –Negué con la cabeza.
- No estarán ustedes allí. Por lo tanto no quiero ir. – Ambos sonrieron. Pude ver como una señorita con un delantal color azul se acercó a nosotros para tomar la orden de Madison. Mientras ella le explicaba que era exactamente lo que quería, Gregg y yo intercambiamos miradas. Sentí como de pronto el tomó mi mano por debajo de la mesa, me dedicó una sonrisa mientras que con su dedo pulgar acariciaba suavemente el dorso de mi mano.

Presioné el botón del timbre por unos segundos y esperé. Lentamente se abrió la puerta dejando ver a la señora O’grady con una camisa color hueso y una falda plisada a la altura de la cintura. Sonreí y alcé la bolsa llena de facturas a una altura considerable como para que ella lo pueda ver, rió ante esto y me indicó que me acercara.
- Holly, cariño. A buen tiempo. Creí que no vendrías. – Saludó amablemente.
- Muy buenas tardes Señora O’grady. ¿Cómo podría hacerle eso a usted? Lo prometido es deuda ¿No?
- Estas en lo cierto. Pero pasa, pasa. El té se enfriará. – Me indicó que pasara a su casa – En el patio cariño. Ya coloqué la porcelana, sólo te estaba esperando.
- Muchas gracias Señora O’grady. – Agradecí cuando sirvió un poco de té en la tasita de porcelana que se encontraba sobre un delicado platito del mismo juego enfrente mío. – Tiene un muy buen gusto. Su juego de porcelana es precioso – Espeté embelesada mirando los delicados diseños de la tetera.
- Muchas gracias. Es porcelana inglesa. Mi amado Henry me lo regaló en uno de sus tantos viajes al antiguo continente. – Henry era el marido de la Señora O’grady, había fallecido hace unos seis años de diabetes. Recuerdo que cuando era pequeña solía pasar frente a mi casa con un sombrero “A la Indiana Jones” como decíamos con Logan. Era un señor bastante amable y humilde de corazón. Una sonrisa se dibujó en el rostro de ambas al recordarlo.
- Lo recuerdo a la perfección. Siempre traía puesto ese sombrero que tenía bastante similitud con el de Indiana Jones – La Señora O’grady comenzó a reír al recordar aquel sombrero.
- Claro que recuerdo ese sombrero. Era toda una hazaña lograr que se lo quitara. – Suspiró.
- Era un buen hombre. – Agregué a la par que colocaba mi mano sobre la suya.
- Si, lo era. – Apretó mi mano. No pude evitar que los ojos se me cristalizaran. Parpadeé varias veces para evitar llorar. Siempre había sido una de esas “chiquillas lloronas”, sensible a casi cualquier cosa. La señora O’grady recordaba a su esposo de una manera bastante admirable, no se ponía a llorar ni a lamentar su pérdida, sino que lo recordaba con alegría. Feliz de que tuvo la maravillosa dicha de haber estado casada con un hombre como él.

Bueno chicas primero que nada vengo a dejarles este capítulo narrado por Holly, espero lo disfruten. Como ya se los comenté estoy de exámenes, es por eso que no subo muy a menudo pero recuerden que se los recompensaré apenas terminen mis exámenes. Otra cosita que les quiero comentar, no sé si les importe pero me gustaría compartir mis alegrías con ustedes, como verán el sistema de notas es diferente en cada país, aquí la nota más alta es un cinco, el martes pasado rendí química y el jueves supe mi nota, ME SAQUE UN 5!!! Soy feliz, muy, muy feliz; sinceramente creí que no pasaría pero lo hice y con la mejor nota, estoy muy feliz. Una vez más agradezco que lean mi novela, las quiero con todo mi corazón y por más que no responda sus mensajes quiero que sepan que los leo, me gustaría tener el tiempo suficiente para responder todos los mensajes que mandan pero no puedo, por eso quiero aprovechar y comentarles por aquí que agradezco infinitamente desde el fondo de mi corazón sus comentarios, no se que haría sin ustedes chicas, les he tomado mucho cariño. Les deseo un magnífico fin de semana. Besos.

PD: Cada una de ustedes es especial a su manera, nunca lo olviden. :)

Dioos me queede con la dudaa de sabeer que le ibaa a decir Gregg a Holly,
Gregg es tan lsalsaklasjsklks, increiblemente hermoso ♥ peero nadiee como Logaan poor cierto en este capituloo el no estuvoo...
Espeero con ansias que ya seaa diaa del partidoo muero poor sabeer que vaa a paasar poor quee presientoo que algoo se vienee...

Que bueno que andees bien en tus notaas...me da gustoo te lo merecees yo tambien ya espeero las vacacionees alabadas sean...saludoos y beesos♥