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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The VIII elements.
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Re: The VIII elements.
Mañana subo mi capítulo
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: The VIII elements.
Dentro de un rato lo subo, primero hago la ficha de donnie, luego me pongo con el capítulo, perdón por no subir más temprano pero hoy fue la fiesta de cumpleaños de mi hermano.
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: The VIII elements.
Capítulo 02.
Elemento IV || Nathan Fedder || Los Ángeles. { by Ally.
Al igual que todos los días, el olor a café recién hecho inundaba el pequeño apartamento. La sensación de calidad se encontraba en cada recóndito espacio de ese lugar, ya que, aunque no fuera tan grande, tenía lo esencial y eso les bastaba, no obstante, por alguna extraña razón, hoy, el sentimiento no era exactamente el mismo. Nate salió de su cuarto, esperando ver desde su lugar a Ellie en la cocina, pero a diferencia de días anteriores ella no estaba ahí. Frunció el ceño y miró a su alrededor buscando a su hermana mayor. Segundos después, el sonido que provocó al abrirse la puerta a su lado incitó a que él mirara en esa dirección, sólo para ver a Ellise saliendo del cuarto de Dallas. Su ceño se frunció aún más cuando Ellie cerró la puerta detrás de ella privándolo de mirar que sucedía en el interior. Su hermana sonrió nerviosa y se acercó a Nate quién la miraba con más curiosidad de la que ella necesitaba en ese momento.
– ¿Está todo bien? – preguntó desviando la vista a la puerta que permitía la entrada al cuarto de su hermana menor.
– Perfecto, se pasó en la fiesta de anoche y ahora está afrontando las consecuencias. – Ellie se encogió de hombros, le dio un beso en la mejilla, haciéndolo sonreír, y caminó a la cocina a preparar el desayuno como lo hacía todas las mañanas.
Nathan miró la puerta por unos segundos que parecieron minutos, era raro, Dallas nunca tomaba. Se acercó para tomar el pomo de la puerta, decidido a asegurarse de que la castaña estuviera bien.
– Nate, ven ya o llegarás tarde. – la voz de Ellie se escuchaba temblorosa e intercambiaba la vista de los ojos de él y su mano que aún estaba en el pomo. – Déjala descansar.
El cariño que vio en los ojos de su hermana lo tranquilizó, por lo que simplemente asintió y caminó a la cocina. Besó la mejilla de la muchacha y se sentó en el desayunador a comer el par de tostadas que se encontraban en su plato. Ellie lo acompañó a su lado, aunque no comió, al menos compartieron una amena charla que no hizo más que levantarle el humor.
Unos quince minutos luego, ya él estaba listo para tomar camino a la universidad. Miró por última vez la habitación de su hermana, no podía evitar pensar en qué le habría sucedido o evitar preocuparse porque ella no saliera durante del desayuno o preguntarse por qué Ellise le habría permitido faltar a clases por una simple resaca. Pero todo se quedó encerrado en su mente, le dedicó una última sonrisa a Ellie y salió del apartamento, decidiendo que dejaría de darle tantas vueltas al asunto, de seguro ella estaría bien y él sólo estuviera sobrerreaccionando como hace cada vez que Dallas está involucrada, sin embargo, esta vez no se sentía como sólo un presentimiento erróneo.
Sacudió su cabello y miró hacia su apartamento, debatiéndose entre entrar o no. Suspiró y fue por la segunda idea, tenía que llegar a clases de todas maneras. Comenzó a bajar las gradas del edificio, maldiciendo que el elevador estuviera fuera de servicio, de nuevo. En esos momentos agradecía que no fueran más de tres pisos.
Llegando a la salida del edificio, se detuvo al escuchar a unos claros quejidos a unos metros de distancia. Miró a su alrededor, y se detuvo al enfocar su vista en la gran habitación donde se recogía el correo. Se acercó al lugar y esta vez pudo identificar que los quejidos no eran más que maldiciones. Se apoyó en el marco de la puerta y una silenciosa risa escapó de sus labios ante la escena que se reproducía ante sus ojos. Una muchacha, relativamente joven, intentaba abrir la pequeña rendija que marcaba el número de, posiblemente, su apartamento.
Ante los ojos de Nathan, la vista era muy divertida, verla forcejear en vano al pelear con la cerradura al mismo tiempo en que varios improperios escapaban de sus labios. Rió de nuevo, y al detallar que ella no sabía que él se encontraba ahí, se tomó su tiempo para evaluarla. Cabello largo y lacio, de color castaño. Aunque no pudiera verla de frente, la parte trasera no lo desilusionaba. Miró su trasero por unos segundos y rió de nuevo ante la ignorancia de la castaña. Se separó del marco y caminó hacia ella, quien pegó un pequeño brinco al sentir la presencia de Nate a su espalda y él, se aseguró de acercarse lo suficiente para que sus cuerpos se rozaran.
– Debes ser nueva – susurró en su oído y sonrió al ver que ella contenía su respiración. – Si sigues así no harás más que partir la llave en dos. Debes presionar hacia adentro al mismo tiempo en el que giras la llave. – Nathan alzó el brazo derecho y tomó la llave de sus manos, luego, alzó el izquierdo y empujó levemente el pequeño rectángulo de metal, dejándola encerrada en sus brazos. Hizo como le explicó y la puertecilla cedió rápidamente, abriéndose y dejando ver múltiples cartas en el interior. – Sencillo. – susurró, provocando que ella se estremeciera de nuevo, y se alejó, yéndose así como había llegado, con una sonrisa de satisfacción en sus labios sabiendo que la había dejado atónita en su lugar, lo sabía sin necesidad de voltear a ver.
– Luces como el gato que se comió el canario, ¿qué sucedió? – preguntó Pete llegando a su lado. Nathan simplemente sonrió recordando la escena de esa misma mañana, miró a su amigo y negó, aún con una sonrisa plasmada en su rostro. Sabía que si le contaba al rubio que estaba mirándolo curioso, no duraría ni media hora en esparcirse un nuevo rumor por toda la universidad, ya que Peter no sólo contaba las cosas,normalmente tendía a sobre exagerarlas.
Algunas veces ni el mismo Nathan sabía por qué andaba con él de todas maneras, negó con la cabeza, de nuevo, al ver que Peter aún lo miraba expectante, y le dio una nueva calada al cigarrillo que sostenía entre sus dedos. Tiró el humo en la cara de Pete, sabiendo que eso lo molestaría y rió al ver su cara de disgusto.
– Rayos Nathan, si quieres matarte con eso bien, pero no me condenes contigo.
– Todos estamos condenados de todas maneras. – se encogió de hombros y el cigarrillo tocó de nuevo sus labios. Apoyó la espalda en su auto.
– Si lo estamos, te aseguro que quiero atrasar mi sentencia lo más posible.
Nate rió ante la estupidez de Peter. Evaluó su entorno, por más que las personas dijeran que la universidad era muy diferente a la secundaria, a él le parecía exactamente la misma estupidez, ya llevaba tres años en ella y se sentía como si no hubiera salido del instituto. En todos los pasillos igual había drama, superficialidad, cabezas vacías y jóvenes necesitados, con la diferencia de que ahora no temían en demostrarlo.
– ¿Qué tanto vez? – preguntó el rubio a su lado, dejando la vista fija en Nathan.
– Nada de importancia, ¿nos vamos? – ya las clases habían terminado y sólo esperaba que Pete llegara para largarse de ese lugar, no obstante, Peter siempre se tomaba su tiempo para salir de la universidad, siempre hablaba con cualquiera que se le topara en el camino lo que retrasaba su salida.
Sin esperar la respuesta de Peter, rodeó el auto y antes de entrar al lado del conductor, le dio una última calada a su cigarrillo y luego lo tiró al suelo, pero eso no fue lo único que salió de su mano. Se encogió ante el ardor que recorrió por su palma y a lo largo de todo su brazo. Miró la cara interna de su mano y frunció el ceño al ver que estaba roja.
Miró al suelo y pudo ver como ahora no sólo el cigarrillo pero una gran parte del césped alrededor de éste estaba en llamas, pequeñas llamaradas, pero peligrosas de todas maneras. Lo apagó rápidamente con el zapato, agradeciendo que todas las personas se encontraran tan sumergidas en sus asuntos como para no notar lo que había pasado. Miró su mano de nuevo, sintiendo como el dolor se dispersaba lentamente.
– Nate, entra al carro, ¿qué esperas? – el llamado de Peter al lado del copiloto provocó que saliera del asombro, sin embargo, una pregunta permanecía latente en su mente. ¿Qué rayos había pasado?
– ¿Está todo bien? – preguntó desviando la vista a la puerta que permitía la entrada al cuarto de su hermana menor.
– Perfecto, se pasó en la fiesta de anoche y ahora está afrontando las consecuencias. – Ellie se encogió de hombros, le dio un beso en la mejilla, haciéndolo sonreír, y caminó a la cocina a preparar el desayuno como lo hacía todas las mañanas.
Nathan miró la puerta por unos segundos que parecieron minutos, era raro, Dallas nunca tomaba. Se acercó para tomar el pomo de la puerta, decidido a asegurarse de que la castaña estuviera bien.
– Nate, ven ya o llegarás tarde. – la voz de Ellie se escuchaba temblorosa e intercambiaba la vista de los ojos de él y su mano que aún estaba en el pomo. – Déjala descansar.
El cariño que vio en los ojos de su hermana lo tranquilizó, por lo que simplemente asintió y caminó a la cocina. Besó la mejilla de la muchacha y se sentó en el desayunador a comer el par de tostadas que se encontraban en su plato. Ellie lo acompañó a su lado, aunque no comió, al menos compartieron una amena charla que no hizo más que levantarle el humor.
Unos quince minutos luego, ya él estaba listo para tomar camino a la universidad. Miró por última vez la habitación de su hermana, no podía evitar pensar en qué le habría sucedido o evitar preocuparse porque ella no saliera durante del desayuno o preguntarse por qué Ellise le habría permitido faltar a clases por una simple resaca. Pero todo se quedó encerrado en su mente, le dedicó una última sonrisa a Ellie y salió del apartamento, decidiendo que dejaría de darle tantas vueltas al asunto, de seguro ella estaría bien y él sólo estuviera sobrerreaccionando como hace cada vez que Dallas está involucrada, sin embargo, esta vez no se sentía como sólo un presentimiento erróneo.
Sacudió su cabello y miró hacia su apartamento, debatiéndose entre entrar o no. Suspiró y fue por la segunda idea, tenía que llegar a clases de todas maneras. Comenzó a bajar las gradas del edificio, maldiciendo que el elevador estuviera fuera de servicio, de nuevo. En esos momentos agradecía que no fueran más de tres pisos.
Llegando a la salida del edificio, se detuvo al escuchar a unos claros quejidos a unos metros de distancia. Miró a su alrededor, y se detuvo al enfocar su vista en la gran habitación donde se recogía el correo. Se acercó al lugar y esta vez pudo identificar que los quejidos no eran más que maldiciones. Se apoyó en el marco de la puerta y una silenciosa risa escapó de sus labios ante la escena que se reproducía ante sus ojos. Una muchacha, relativamente joven, intentaba abrir la pequeña rendija que marcaba el número de, posiblemente, su apartamento.
Ante los ojos de Nathan, la vista era muy divertida, verla forcejear en vano al pelear con la cerradura al mismo tiempo en que varios improperios escapaban de sus labios. Rió de nuevo, y al detallar que ella no sabía que él se encontraba ahí, se tomó su tiempo para evaluarla. Cabello largo y lacio, de color castaño. Aunque no pudiera verla de frente, la parte trasera no lo desilusionaba. Miró su trasero por unos segundos y rió de nuevo ante la ignorancia de la castaña. Se separó del marco y caminó hacia ella, quien pegó un pequeño brinco al sentir la presencia de Nate a su espalda y él, se aseguró de acercarse lo suficiente para que sus cuerpos se rozaran.
– Debes ser nueva – susurró en su oído y sonrió al ver que ella contenía su respiración. – Si sigues así no harás más que partir la llave en dos. Debes presionar hacia adentro al mismo tiempo en el que giras la llave. – Nathan alzó el brazo derecho y tomó la llave de sus manos, luego, alzó el izquierdo y empujó levemente el pequeño rectángulo de metal, dejándola encerrada en sus brazos. Hizo como le explicó y la puertecilla cedió rápidamente, abriéndose y dejando ver múltiples cartas en el interior. – Sencillo. – susurró, provocando que ella se estremeciera de nuevo, y se alejó, yéndose así como había llegado, con una sonrisa de satisfacción en sus labios sabiendo que la había dejado atónita en su lugar, lo sabía sin necesidad de voltear a ver.
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– Luces como el gato que se comió el canario, ¿qué sucedió? – preguntó Pete llegando a su lado. Nathan simplemente sonrió recordando la escena de esa misma mañana, miró a su amigo y negó, aún con una sonrisa plasmada en su rostro. Sabía que si le contaba al rubio que estaba mirándolo curioso, no duraría ni media hora en esparcirse un nuevo rumor por toda la universidad, ya que Peter no sólo contaba las cosas,normalmente tendía a sobre exagerarlas.
Algunas veces ni el mismo Nathan sabía por qué andaba con él de todas maneras, negó con la cabeza, de nuevo, al ver que Peter aún lo miraba expectante, y le dio una nueva calada al cigarrillo que sostenía entre sus dedos. Tiró el humo en la cara de Pete, sabiendo que eso lo molestaría y rió al ver su cara de disgusto.
– Rayos Nathan, si quieres matarte con eso bien, pero no me condenes contigo.
– Todos estamos condenados de todas maneras. – se encogió de hombros y el cigarrillo tocó de nuevo sus labios. Apoyó la espalda en su auto.
– Si lo estamos, te aseguro que quiero atrasar mi sentencia lo más posible.
Nate rió ante la estupidez de Peter. Evaluó su entorno, por más que las personas dijeran que la universidad era muy diferente a la secundaria, a él le parecía exactamente la misma estupidez, ya llevaba tres años en ella y se sentía como si no hubiera salido del instituto. En todos los pasillos igual había drama, superficialidad, cabezas vacías y jóvenes necesitados, con la diferencia de que ahora no temían en demostrarlo.
– ¿Qué tanto vez? – preguntó el rubio a su lado, dejando la vista fija en Nathan.
– Nada de importancia, ¿nos vamos? – ya las clases habían terminado y sólo esperaba que Pete llegara para largarse de ese lugar, no obstante, Peter siempre se tomaba su tiempo para salir de la universidad, siempre hablaba con cualquiera que se le topara en el camino lo que retrasaba su salida.
Sin esperar la respuesta de Peter, rodeó el auto y antes de entrar al lado del conductor, le dio una última calada a su cigarrillo y luego lo tiró al suelo, pero eso no fue lo único que salió de su mano. Se encogió ante el ardor que recorrió por su palma y a lo largo de todo su brazo. Miró la cara interna de su mano y frunció el ceño al ver que estaba roja.
Miró al suelo y pudo ver como ahora no sólo el cigarrillo pero una gran parte del césped alrededor de éste estaba en llamas, pequeñas llamaradas, pero peligrosas de todas maneras. Lo apagó rápidamente con el zapato, agradeciendo que todas las personas se encontraran tan sumergidas en sus asuntos como para no notar lo que había pasado. Miró su mano de nuevo, sintiendo como el dolor se dispersaba lentamente.
– Nate, entra al carro, ¿qué esperas? – el llamado de Peter al lado del copiloto provocó que saliera del asombro, sin embargo, una pregunta permanecía latente en su mente. ¿Qué rayos había pasado?
- Hi.:
- Bueno, ahí mi capi, no me salió como esperaba pero no quería atrasarme más, so, así quedó. Besos y espero el siguiente capi.
Última edición por Grimes. el Vie 01 Mayo 2015, 8:09 pm, editado 1 vez
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: The VIII elements.
Ally dios mío! Qué capítulo tan perfecto! Lo he amado de principio a fin:3 Oh, oh yo creo que sé lo que le sucede a Dallas pero no estoy segura, lo sospecho:| Ese gif de Max es tan perfecto c: la última parte del capítulo, fue genial! Mi favorita sin dudas:) Escribes hermoso! Sigue Jess:3 Esperamos tu bello capítulo:D
jungkook.
Re: The VIII elements.
Ally amo como escribes, enserio
Que genial capitulo, me quede con la duda espero el capitulo de jess
Que genial capitulo, me quede con la duda espero el capitulo de jess
donatella.
Re: The VIII elements.
ali, escribes re lindo:( ya estoy enamorada de como escribes, no sé como he venido a parar aquí ;-; ¿quién sigue? bueh, igual, ali, de nuevo, escribes como diosa, mujer.
Invitado
Invitado
Re: The VIII elements.
Capítulo 003
Elemento III || Alice Connor || Miami, Florida.
Presionando los ojos y removiéndose en el sillón, estaba Alice. No podía seguir viendo aquella horrible película de terror, simplemente no le gustaban. Su mejor amigo, largando una tierna y contagiosa risa se acercó a ella, aprisionándola entre sus brazos, y acariciando su espalda con cariño.
—Tranquila, nena —dijo apretándola más entre sus brazos—. Todo estará bien, es sólo una película —rió levemente—. Anda, abre tus ojos. Déjame verlos, ¿sí?
Ella lo rodeó con sus brazos, mientras mantenía los ojos cerrados,no pensaba abrirlos hasta que la horrible escena terminara. O tal vez hasta que la película llegase a su fin.
—No Niall, no pienso abrir los ojos —susurró.
—Oh, vamos, te prometo que no habrán monstruos bajo tu cama —se carcajeó, burlándose de la chica, para luego depositar un beso sobre su cabeza con un color rojo bastante bonito.
Enterró su nariz en este, y aspiró fuertemente, encontrando aquel distintivo aroma a vainilla en su cabello. Ella movió su cabeza riéndose y apartándose de el rubio, quien la miraba con una sonrisa en su rostro, pero este se hallaba algo desconcertado. Sus ojos azules ya estaban abiertos, manteniendo la mirada con los de él.
—¿Estás bien? —cuestionó, acariciándole la mejilla tiernamente, para luego dejar un suave beso en ella.
—Sí, estoy bien... —susurró.
Volvió a cerrar los ojos, y una imagen de su marca de nacimiento apareció, seguida de agua en movimientos extraños, que formaban figuras bastante peculiares, y se movían lentamente. Abrió los ojos de golpe, asustada, no había respirado en aquellos minutos, y agarró todo el aire que le fue posible. El chico, preocupado, se acercó más a ella, y tomó su rostro entre sus manos, y examinó cada parte de su rostro pálido, mientras ella respiraba agitadamente.
—¿Qué pasó? —murmuró buscando la mirada de ella.
—No, na... Nada —negó con la cabeza, alejándose del agarre de las manos delicadas de Niall, para luego ponerse en pie, y parpadear repetidas veces.
—¿Segura, Ali? —volvía buscar la mirada de ella, pero esta vez sin éxito.
—Sí, segura —sonrió mientras caminaba hasta la cocina.
El oji-azul se puso en pie y la siguió hasta su lugar favorito. Al llegar la encontró tomando un vaso de agua a espaldas de él. Caminó sigilosamente hasta ella, y abrazó su cintura de golpe, mientras estaba tras ella, haciendo que escupiese el agua de su boca y el vaso se le deslizara de la mano, cayendo en el suelo y haciéndose añicos. Ella posó rápidamente su mirada en la marca de nacimiento de su mano derecha, la que brillaba y le dolía mucho. Sacudió su cabeza y el dolor fue disminuyendo lentamente, hasta desaparecer totalmente, dejándola soltar todo el aire contenido en sus pulmones debido a la adrenalina que el dolor le provocó.
—Sí, algo así. ¿Qué hay de ti? —dirigió su mirada hasta sus tenis, para luego regresarla a la de Alice.
—Sinceramente, no. Últimamente no he pensado con claridad, ¿sabes? —le sonrió divertida a Niall.
—Oh, ya veo. Puedo ayudarte si quieres —bajó su mano de los hombros hasta la cintura de ella, atrayéndola más hacia él, dando ambiente de protección, como solía hacerlo.
—No quisiera interrumpirte en tu trabajo, Adams —pasó uno de sus brazos por la espalda de él, acariciándola lentamente, sin ninguna intención escondida.
—No lo haces nunca, pequeña —se agachó a la altura de ella, para depositar un suave beso en su mejilla izquierda.
—Bueno, entonces arreglamos los planes luego, ¿te parece? —le lanzó esa mirada azul al chico, quien asintió levemente con una sonrisa divertida.
Salieron del instituto, y se encaminaron hasta la camioneta negra de Niall, la que él cuidaba como a su vida, en donde pasaba casi todo el día haciendo quien sabe qué cosas. Metió ambas mochilas en la parte trasera, y corrió a la puerta de copiloto para abrírsela a Alice antes de que entrara, y ofrecerle su mano para subir. Una vez dentro, cerró la puerta, y corrió al lado del piloto, colocando las llaves en el orificio y dándoles unas vueltas, así encendiendo el auto. Retrocedió, y se encaminó hasta la casa de su mejor amiga, en busca de Snow, su querido y pequeño conejillo de indias, un regalo de parte de él cuando eran unos niños. Alice lo había cuidado mucho, por lo que se encontraba bastante sano para la edad que tenía. Encendió la radio, en la que sonaba la canción favorita de ambos; "Centuries", de Fall Out Boy. Comenzaron a cantarla entre risas, dirigiéndose miradas graciosas de vez en cuando.
—Me gusta ver cuando ríes —le confesó ella a Niall, mientras sonreía.
—A mí me gusta todo de mí —carcajeó él, para luego de unos cortos segundos ser acompañado por la risa delicada y suave de ella.
—Tranquila, nena —dijo apretándola más entre sus brazos—. Todo estará bien, es sólo una película —rió levemente—. Anda, abre tus ojos. Déjame verlos, ¿sí?
Ella lo rodeó con sus brazos, mientras mantenía los ojos cerrados,no pensaba abrirlos hasta que la horrible escena terminara. O tal vez hasta que la película llegase a su fin.
—No Niall, no pienso abrir los ojos —susurró.
—Oh, vamos, te prometo que no habrán monstruos bajo tu cama —se carcajeó, burlándose de la chica, para luego depositar un beso sobre su cabeza con un color rojo bastante bonito.
Enterró su nariz en este, y aspiró fuertemente, encontrando aquel distintivo aroma a vainilla en su cabello. Ella movió su cabeza riéndose y apartándose de el rubio, quien la miraba con una sonrisa en su rostro, pero este se hallaba algo desconcertado. Sus ojos azules ya estaban abiertos, manteniendo la mirada con los de él.
—¿Estás bien? —cuestionó, acariciándole la mejilla tiernamente, para luego dejar un suave beso en ella.
—Sí, estoy bien... —susurró.
Volvió a cerrar los ojos, y una imagen de su marca de nacimiento apareció, seguida de agua en movimientos extraños, que formaban figuras bastante peculiares, y se movían lentamente. Abrió los ojos de golpe, asustada, no había respirado en aquellos minutos, y agarró todo el aire que le fue posible. El chico, preocupado, se acercó más a ella, y tomó su rostro entre sus manos, y examinó cada parte de su rostro pálido, mientras ella respiraba agitadamente.
—¿Qué pasó? —murmuró buscando la mirada de ella.
—No, na... Nada —negó con la cabeza, alejándose del agarre de las manos delicadas de Niall, para luego ponerse en pie, y parpadear repetidas veces.
—¿Segura, Ali? —volvía buscar la mirada de ella, pero esta vez sin éxito.
—Sí, segura —sonrió mientras caminaba hasta la cocina.
El oji-azul se puso en pie y la siguió hasta su lugar favorito. Al llegar la encontró tomando un vaso de agua a espaldas de él. Caminó sigilosamente hasta ella, y abrazó su cintura de golpe, mientras estaba tras ella, haciendo que escupiese el agua de su boca y el vaso se le deslizara de la mano, cayendo en el suelo y haciéndose añicos. Ella posó rápidamente su mirada en la marca de nacimiento de su mano derecha, la que brillaba y le dolía mucho. Sacudió su cabeza y el dolor fue disminuyendo lentamente, hasta desaparecer totalmente, dejándola soltar todo el aire contenido en sus pulmones debido a la adrenalina que el dolor le provocó.
[...]
—Y finalmente, necesito la historia corta para el viernes, jóvenes —habló la vieja maestra Rodge, mientras lanzaba una mirada acusatoria a todos sus alumnos, para luego retirarla con el mismo aire de superioridad que siempre se traía—. Ni un día más. Hasta el viernes, jóvenes —masculló, haciendo señales, incitándolos a salir a todos los presentes.
Alice negó con la cabeza molesta, como odiaba a Rodge. Suspiró, y comenzó a recoger sus cosas, mientras lo hacía, uno de sus libros se deslizó de sus manos, cayendo al suelo. Al instante,unas manos grandes y claras lo recogieron ofreciéndoselo de vuelta a la pelirroja, quien le sonrió a su amigo.
—Gracias, rubio —suspiró, tomando el libro entre sus pequeñas y delicadas manos,para luego regresarlo a su mochila, la que fue retirada de su hombro, para que Niall la cargase por ella—. ¿Por qué siempre te comportas así de caballeroso, Adams?
—Porque las damas merecen ser tratadas así —le sonrió tiernamente, mientras colgaba la bonita mochila en su hombro izquierdo.
—Siempre tan tierno —le sonrió—. Hablando de eso... ¿Me acompañarías esta tarde a llevar a Snow a su cita con el veterinario?
—Con gusto. ¿Quieres que te lleve a casa? —rodeó los hombros de ella con su fuerte brazo, atrayéndola a sí mismo.
—Gracias, me encantaría —soltó una risita nerviosa Alice, mientras caminaban hasta la salida del aula—. ¿Comenzaste ya con ideas para el trabajo que pidió Rodge? —dirigió su mirada chocándola contra la del chico, quien torció una sonrisa.
—Sí, algo así. ¿Qué hay de ti? —dirigió su mirada hasta sus tenis, para luego regresarla a la de Alice.
—Sinceramente, no. Últimamente no he pensado con claridad, ¿sabes? —le sonrió divertida a Niall.
—Oh, ya veo. Puedo ayudarte si quieres —bajó su mano de los hombros hasta la cintura de ella, atrayéndola más hacia él, dando ambiente de protección, como solía hacerlo.
—No quisiera interrumpirte en tu trabajo, Adams —pasó uno de sus brazos por la espalda de él, acariciándola lentamente, sin ninguna intención escondida.
—No lo haces nunca, pequeña —se agachó a la altura de ella, para depositar un suave beso en su mejilla izquierda.
—Bueno, entonces arreglamos los planes luego, ¿te parece? —le lanzó esa mirada azul al chico, quien asintió levemente con una sonrisa divertida.
Salieron del instituto, y se encaminaron hasta la camioneta negra de Niall, la que él cuidaba como a su vida, en donde pasaba casi todo el día haciendo quien sabe qué cosas. Metió ambas mochilas en la parte trasera, y corrió a la puerta de copiloto para abrírsela a Alice antes de que entrara, y ofrecerle su mano para subir. Una vez dentro, cerró la puerta, y corrió al lado del piloto, colocando las llaves en el orificio y dándoles unas vueltas, así encendiendo el auto. Retrocedió, y se encaminó hasta la casa de su mejor amiga, en busca de Snow, su querido y pequeño conejillo de indias, un regalo de parte de él cuando eran unos niños. Alice lo había cuidado mucho, por lo que se encontraba bastante sano para la edad que tenía. Encendió la radio, en la que sonaba la canción favorita de ambos; "Centuries", de Fall Out Boy. Comenzaron a cantarla entre risas, dirigiéndose miradas graciosas de vez en cuando.
—Me gusta ver cuando ríes —le confesó ella a Niall, mientras sonreía.
—A mí me gusta todo de mí —carcajeó él, para luego de unos cortos segundos ser acompañado por la risa delicada y suave de ella.
- oops:
- ¡hey! lamento subir tan tarde, y también lamento que mi capítulo sea feo, corto y sin gracia, pero realmente no quería detener mucho los turnos, así que subí c: bueh, en fin, ya quiero ver el siguiente capítulo.
Última edición por niall. el Sáb 10 Ene 2015, 8:20 am, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: The VIII elements.
Hay Sofie, que capítulo tan hermoso y perfecto! Es el mejor amigo Me despierta mucha ternura el rubio, lo juro:D ¿feo?¿sin gracia? Osea, es perfecto! A mi me encanto y lo amé de principio a fin, estuvo genial. Me enamoré de tu manera de escribir, de verdad, es increíble Sofie! Sabía que escribías bien pero dios, esto es maravillas pura:D Sin dudas, la historia de Alice me ha dejado más que encantada y con ganas de leer más, quiero decir que quiero saber cómo continuará todo:) Mujer, te felicito por el capítulo y creeme cuando digo que esta genial, tal como lo haz escrito:D Espero el capítulo de Aixa n.n
jungkook.
Re: The VIII elements.
ow, gracias Lin, me sonrojas, me tardé pero creo que lo valió jiji. ¿te enamoraste? oow, me sonrojas, gracias Lin, en serio gracias. espero el capítulo de aixa ansiosa c:
Invitado
Invitado
Re: The VIII elements.
Sofieeee ame tu capitulo, que lindo, ame la historia de alice, sigo yo? jAJAJAJA ay dios bueno a escribir se ha dicho!! He estado desaparecida por que mi computadora murió pero ya revivio!!
donatella.
Re: The VIII elements.
awww que capítulo mas coshi. yo los veo en la calle y juro que son pareja. Re-lindos.
Amé el capítulo sofie.
Espero el siguiente. Lamento la tardanza en comentar, pero mi mente me jugó un truco haciéndome creer que ya había comentado.
Amé el capítulo sofie.
Espero el siguiente. Lamento la tardanza en comentar, pero mi mente me jugó un truco haciéndome creer que ya había comentado.
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Kida
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Re: The VIII elements.
pasame el código por mp y yo te lo corrijo.
pasame eso por mp y yo te lo corrijo.
- Código:
[code]cabecera y capítulo acá.[/code]
pasame eso por mp y yo te lo corrijo.
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