The One Who Came To Save Me {L.P}

Ana vestía como todos los días su buzo favorito: El del equipo de fútbol. Le había costado muchísimo entrar, sobretodo por el arrogante capitán. Niall Horan. Aparentemente, según él, las mujeres no servían para aquel deporte y sería extraño que una formara parte de todo un equipo de hombres.

A ella, aquel comentario le molestó al principio, pero luego descubrió que simplemente aquel día Niall había temido que su puesto como capitán estuviera en juego.

Desde entonces, la relación entre ambos fue demasiado confusa, pero casi siempre entre bromas. Ninguno de los dos se 'odiaban' como creían, simplemente había tenido primeras malas impresiones.

—Hola, Niall —dijo en tono de burla mientras se incorporaba al entrenamiento semanal.

—Llegas tarde —le susurró mientras observaba e imitaba a su profesor.

Ella colocó sus ojos en blanco, mientras recogía su cabello con una goma ya que aquel viento que llegaba, lograba que se enredara en su rostro.

—Lo sé, pero él aún más que yo —señaló a un joven de ojos color café que había conocido ese mismo día.

—Lo-lo siento —dijo apenado Liam mientras avanzaba hacia el fondo junto a ella.

Ana le regaló una sonrisa mientras enlogaban.

—Hola —le susurró y el joven le devolvió el saludo.

Niall simplemente trató de concentrarse y no preocuparse por aquella escena.

Realmente se encontraba agotado, pero su padre lo había presionado demasiado para entrar en aquella Universidad, y no se rendiría ahora. Su futuro ya estaba más que previsto, una vez graduado comenzaría su carrera.

Por otra parte, también deseaba hacer otro tipo de cosas, como ir a fiestas y tomar hasta perder el control, sabía que era una locura total, pero todo lo que le estaba prohibido lo necesitaba hacer aún más.

Simplemente desean que sea perfecto, y eso lo destruye por dentro. No quiere desepcionarlos pero darse cuenta de que está cumpliendo el sueño de su padre no era algo motivador. Niall quería formar parte de la sección de Arte. Le apasionaba cantar, aunque jamás lo haya echo en público.

—¡Niall! —Exclamó divertida la joven mientras tiraba un balón de fútbol sobre su pecho —¿En qué pensabas?

—Nada... —Susurró avergonzado, era la quinta vez que se perdía de aquella manera.

—Si, claro —le respondió sarcásticamente.

—Olvídalo, solo entrenemos.

Las horas pasaron, y mientras que aquel grupo calenataba, Jake fulminaba con la mirada a Liam. Este confundido le evitó su mirada durante toda la hora y media.

Jake era alguien que sin saberlo se parecía demasiado a Hanna, la persona que más detestaba. En realidad, sabía que el problema no era específicamente con ella, sino con su madre. Pero, aquella joven se parecía tanto físicamente, que no soportaba mirarla a los ojos.

Sabía que si nada hubiese ocurrido, posiblemente jamás haría la vida de Hanna tan miserable. Tal vez, incluso la hubiese invitado a salir... Pero, una vez que descubrió su apellido, aquellos planes se evaporaron inmediatamente.

Luego, se encontraba Liam. Quien además de juntarse con ella, había tenído un pequeño problema con su novia en el estacionamiento. Tenía una idea, la odiaba, pero la pondría en práctica en la cafetería. Para dejarle en claro que ya no podrían meterse con él o las personas que amaba. Nuevamente.

—¿Quién es él? —Le preguntó Liam a su nueva compañera.

—¿El que quiere verte aparentemente muerto? —Dijo divertida y el castaño asintió nervioso.

—Ese, es Jake —respondió esta vez Niall incorporándose a la conversación.

—Y éste entrometido es Niall —comentó con humor y Liam rió, olvidándose de Jake.

—Que divertida —habló sarcásticamente el rubio mientras comenzaban a trotar por toda la cancha. Aquel, sería un largo día.

Como siempre, después de tomarse su tiempo en las duchas del lugar, Karol esperaba a su amiga en los vestidores. Le gustaba organizar la ropa de Ana antes de que saliera. También lo hacía con su novio, Finn. Al principio le pareció extraño, pero luego solo se acostumbró.

Colgó unos pantalones blancos de jean, su musculosa del equipo de fútbol, un par de calcetines negros y en el suelo, sus fieles zapatillas desgastadas.

Con un simple 'listo' le dio a entender a su amiga que todo estaba preparado.

Una vez cambiada, las dos jovenes se toparon con Liam justo antes de entrar en una de las cafeterías del campus de la Universidad.

—¡Liam! —Exclamó feliz la castaña —. ¿Dónde está Hanna?

—Creí que se encontraba con ustedes —respondió confundido mientras ellas negaban con sus rostros.

—Debió atrasarse con su clase, igualmente prometió sentarse con nosotras, así que ¿nos acompáñarás, cierto? —Preguntó Karol.

—Claro.

Mientras que el nuevo grupo formado conversaba alegremente, Jake y su hermana discutían más alejados.

—Ella no fue la culpable.

—¿Crees que no lo sé? —Preguntó con dolor —. Simplemente detesto a su familia.

—Yo solo a su madre, Jake.

Su hermano observó a Charlotte por unos segundos. Sabía que estaba siendo estúpido, pero no se detendría. Le habían quitado todo. Alguién tenía que pagar.

—No me interesa, mantente alejada de ésto.

—¡Jake! —Exclamó pero había sido tarde, nuevamente había humillado a Hanna delante de todos una vez que éste había notado su entrada.

Charlotte cerró sus ojos apenada. Si tan solo puediera hacer algo para cambiar aquello, para apagar la furia de su hermano.

Luego de que Hanna corriera apenada de la pequeña cafetería, Liam se levantó de su asiento completamente enfadado. Se acercó hacia su hermano y lo tomó de la playera que traía.

—Eres un idiota —le dijo para comenzar una pelea.

Nuevamente, sucedía. Melissa se acercó a su amiga preocupada.

—¿Por qué hace ésto? —Preguntó entristecida mientras notaban como el grupo de amigos de Jake se unía, como también dos amigos de Niall y Finn para ayudar al rival de su novio.

Charlotte se encogió de hombros.

—No lo sé.

Tenía que mentirle, siempre lo hacía.