psychopaths and obssessive.

Capítulo 004

  La noche se impregnaba en mi ropa, igual que la fría brisa de invierno. La luna era mi testigo y el silencio mi fiel amigo. Apresure mi paso lo más que pude, no quería que mis padres entraran en paranoia de nuevo, repitiendo una y otra vez que pudo haberme atacado un asesino serial de esos que salían en la tele, de hecho hace poco habían encontrado una chica muerta y otro joven había desaparecido, pero de seguro ese último había quedado borracho en alguna calle y lo más seguro es que apareciera en esta semana. 
Mis mente vagaba mientras caminaba a casa, pero vagaba entre pensamientos de un mismo tema, Louis, el hombre de mis sueños más hermosos. Ayer apenas habíamos cumplido 6 meses y yo me sentía casi como una enamorada de libro, con lo clichés de siempre, baje mi vista a la cadena en mi cuello, brillaba con leve disimulo; me quede examinando la delicada "L" que se entrecruza con la "V". Aún me preguntaba ¿dónde la había conseguido? Era tan hermosa que aún sentía que mi corazón latía rápido al recordar el día en que me la había entregado, llevaba ese Jean azul oscuro, ese buso negro y el gorro gris. 
Faltaban no más de 2 cuadras para llegar a mi casa y poder meterme entre mi cama y sentir el calor y la serenidad de por fin llegar a mi hogar después de un largo día de trabajo. 
—Ah!— ese fue un grito, estaba 100% segura que de una chica. 
Continúe con mi camino, quise creer que era mi imaginación, además soy de las que critican a las chicas de película de terror que cuando oyen un sonido extraño van directo a el. Es decir, ¿Qué demonios piensan? ¿Qué es santa claus en la chimenea?. 
La calle se hacía más solitaria conforme me acercaba a las residencias, hasta el punto de que ya no había nadie en la acera más que yo. 
Llegue a la esquina cuando del callejón que acababa de pasar salió una palabra a la que no podía resistirme. 
—Ayuda!— era la misma voz, pero más fuerte y clara. Si, soy una completa cobarde, pero no era una malnacida para dejar a alguien que este allí, sufriendo. Agarre mi celular de mi bolsillo y marque el 911 mientras caminaba hacia la entrada del callejón.
—911 ¿cuál es su emergencia?— dijo la mujer del otro lado de la línea.
—Hay una chica en un callejón, esta pidiendo ayuda— susurre lo más bajo posible. Me lamentaría si el "villano" me oye. 
—No se acerque señorita, una patrulla ya se acerca— Me quede pensando en como sabía donde estaba, la señora colgó y fue cuando caí en cuenta que existe el GPS. 
—No por favor!— sollozo la voz de la chica, y al fondo sonó una gruesa voz en carcajada. Una risa que se me hizo muy conocida. —No!— 
Ya! No aguantaba allí afuera sabiendo que podía haber una chica muriendo allí adentro, empece a caminar lentamente entre la oscuridad, rogando por no chocar con alguna cosa. Había una luz al final de callejón, parecía ser un farol.
Cuatro sombras se movían en la única pared en la que se reflejaba la pequeña luz amarillenta. Estaban justo adelante de mi, pero me impedía verlos un gran bote de basura y una pequeña pared que salía de la construcción, sólo podía ver sus sombras moverse con brusquedad. 
—Ya no llores— quede fría, esa voz, esa voz la conocía como si fuera la mía, el susurro que tantas veces me había repetido "Te amo mi princesa". Louis. Cuando pude reaccionar de mi horrible shock vi como una de las sombras sostenía un arma, no podía distinguir cual pues me paralice, observando la sombre del arma, al mismo tiempo las sirenas sonaban en el fondo, acercándose. Me gire para ver si podía ver los autos de los oficiales, me gire justo cuando el "bam" retumbo por las paredes de cemento y se incrustó en mis oídos. La piel se me congelo y los huesos me pesaron. 
—Louis— fue lo único que atinaron mis labios a repetir con sosiego. 
Me levanté sin ni siquiera pensar que el asesino podía seguir hay. 
Trote con torpeza y llegue a donde la luz me iluminaba, oi como rechinaban las llantas de las patrullas en la calle y supuse que ya se acercaban los policías. 
El corazón se me acelero conforme me acercaba, había sido una mala decisión salir de mi escondite, un hombre encapuchado sostenía un arma, dándome la espalda, la chica estaba muerta en sus pies, vi como la sombra de un hombre rubio y otro pelirrojo corrían fuera del callejón. Entonces mi mente empezó a unir fragmentos, habían cuatro sombras, la chica estaba muerta y los hombres eran uno rubio y el otro pelirrojo, lo que significaba que el hombre con el arma era...
—Louis— susurre con los ojos vidriosos. 
El giro sobre sus talones con tanta rapidez que me sorprendió, sus azules ojos chocaron con mi mirada aguada. Por un momento había tenido la esperanza que me hubiese equivocado, hubiese preferido morir a manos del asesino que verle frente a mi con el arma en las manos. 
—Vane, no... No es lo que crees— soltó el arma y choco en un sonido seco contra el suelo. 
—T-Tu la...– mis labios y lengua se enredaban mientras que las gotas saladas los humedecían lentamente 
—No!— dijo rápidamente —Yo no la mate— camino hacia mi lentamente, como si creyera que fuera a huir. Y no erraba, estaba pensando en hacerlo. 
Di un paso, pero Louis supo lo que haría y justo cuando me gire el ya estaba abrazandome por la espalda, impidiendo mi obviamente inútil huida. 
—Vane yo no la mate, créeme. La estaba defendiendo— me repitió en el oído, con su voz que siempre me había parecido tan irresistible. 
—Pero— un sollozo se enredó entre mis palabras —Te vi, tenías el arma— mi voz se quebraba al igual que mi cuerpo, el cual estaba envuelto entre sus fuertes brazos haciéndome sentir su caluroso pecho. Estaba tensa y con torpes movimientos intentaba que me soltase. 
—El lo hizo, el y el otro la mataron, yo sólo trate de quitarles el arma, amor—mi corazón dio un salto, como siempre lo hacia cada vez que me llamaba así —Ellos lo hicieron no yo, la culpa fue de ellos— me repitió en el oído. Deje de forcejear, podía ser verdad, esos hombre estarían intentando sobrepasarse con la chica y Louis habría hecho lo que tenía que hacer intentando quitarles el arma. 
Louis redujo la fuerza con la que me sostenía y con toda la delicadeza que pudo, me giró colocándome frente a el, quitó sus guantes de cuero, que siempre solía ponerse en la noche, agarro mi rostro entre sus manos y me observo directo a los ojos, haciéndome perder entre la profundidad del mar de sus ojos. 
—Créeme amor— susurro mientras con sus pulgares limpiaba mis lágrimas —Yo no mate a nadie, ellos fueron— baje la mirada proseando todo —¿Me amas?— sólo asentí, pues las lágrimas y sollozos me impedían hablarle —Yo te amo más mi pequeña. Créeme que jamás haría algo así. ¿Me crees?— subí la mirada y en sus ojos vi que era verdad, o quise verla ya no lo se, pero asenti. 
—Te creo— susurre —Te amo— me hundí en su pecho y deje que las lágrimas se escurrieran en su buso. 
—Y yo a ti mi pequeña. Ya verás que esto pasara— el acariciaba mi espalda lentamente. Oi pasos y sus pude serían los policías. Louis me separó de su pecho un poco brusco y me miro. 
—¿llamaste a la policía?—me pregunto serio. 
—Si— le observe asustada, el se quedo mirando por unos segundos y relajó sus duro semblante. 
—Muy bien, eso es lo que debías hacer— susurro y de nuevo me apego a su pecho —Tu quédate tranquila yo hablare con ellos— me aferre a su cintura y escondí mi rostro en su pecho. Adoraba que fuera más alto que yo, así cuando lo abrazaba podía oír el latir de su corazón en mis oídos. 
—Agentes que bien que han llegado...— Louis empezó a explicar todo lo que había pasado. El había llegado cuando los hombres estaban apunto de atacar a la chica, había intentado quitarle el arma a uno, pero el otro le había disparado a la chica, cuando le había quitado el arma a uno de ellos habían sonado las patrullas y habían huido. 
Los policías hicieron lo que tenían que hacer, preguntaron todo lo que tenían que preguntar y al final nos dejaron ir; uno de ellos, muy amable por cierto, me repitió que me calmara que ya todo había pasado, nos subió a su auto y nos llevo a mi casa. No quise separarme de Louis en todo el trayecto. Amaba como acariciaba mi cabello y lo besaba de vez en cuando, repitiendo que todo estaría bien. 
—Gracias— dijo Louis en la puerta fuera de su casa. 
—Atraparemos a los responsables no se preocupen— afirmo con voz protectora 
—Eso espero— dije con poca emoción, sólo quería entrar a la casa ya. 
—Que tengan buena noche. Y mantean la calma estará todo bien— el policía se fue y subió a su auto para irse. 
—Llamare a tus padres y les diré lo ocurrido. Lo mejor será que te quedes aquí— asentí y entramos a la casa. Louis fue directo a el teléfono y yo fui hacia el primer sillón que vi, subí mis rodillas y las abrace a mi pecho. 
Agradecí que mis padres amaran a Louis más que a mi, Ok era exagerado pero ellos siempre había adorado a Louis como a otro hijo. De lo contrario no me dejarían quedar en la casa de un chico que vive sólo. 
Estaba tan atormentada por lo que había ocurrido que sólo me había sentado y me había quedado mirando al vacío, pensando en el ensangrentado cuerpo de la chica tirado en aquel frío suelo. Pensaba en cuando le dieran la noticia a sus padres, si tenía novio o amigos, como lo tomarían; incluso pensé en si esa chica hubiese sido yo, o Louis; me moriría si algo le pasara a Louis. 
Pocos minutos después oi como Louis se acercaba a mi y me observaba. Me tenía mis piernas pegadas a mi pecho, abrazándolas con fuerza. 
—Vane deja de pensar en eso. No te tortures, ya paso— se inclinó frente a mi y con delicadeza hizo que bajará las piernas. Se arrodilló y apoyó sus brazos en mis piernas. 
—Pudo haberte pasado algo— lo observe —Ellos pudieron hacerte algo amor, me moriría si te pasa algo— 
—Pero no lo hicieron, estoy aquí, contigo— subió lentamente y apoyó las manos a ambos lados de mi cabeza, en el espaldar del mueble. Se acercó a mis labios y con su mirada hizo que mi corazón iniciara un desenfrenado frenesí de latidos —Me tienes aquí contigo amor, no me va a pasar nada y tampoco dejare que te pase nada— finalmente unió nuestros labios, cerré mis ojos dejando que su dulce sabor a vainilla estremeciera todo mi ser. La falta de aire hizo que se separa de mi, apoyó su frente en la mía, disfrute la cercanía aún sin abrir mis ojos. 
—Es hora de dormí mi princesa, lo mejor es que descanses— dijo con sus susurrante voz 
—Eso sonó a mi padre— dije risueña. Su risa retumbo en mis oídos. 
—No eso no fue tu padre— se coloco de pie y me miro divertido, esto es tu padre. Se coloco de brazos cruzados justo como lo hacia mi padre y me miro justo igual que el —Vanessa ya es tarde, mañana tienes que madrugar niña— dijo con esa voz demandante. 
La carcajada salió de mi boca bastante sonora, tan fuerte fue mi risa que tuve que mandarme para tras y cerrar los ojos. Cuando abrí mis ojos Louis estaba más cerca de lo que esperaba y me miraba con ternura. 
—Adoro verte reír— susurro y volvió a besarme.


POV Louis 

Mi celular empezó a sonar, abrí mis ojos y vi a mi pequeña frente a mis ojos, dormía profunda y aquello me hizo sonreír inconscientemente, me levanté sigilosamente, agarré el teléfono y salí de la habitación. 
—Hola?— 
—Louis hermano pensé que no habías salido de esa— 
—Malditos idiotas! Me dejaron morir— 
—No Louis sólo que...—
—No importa, agradezcan que sigo aquí para cobrarme lo que paso. Ya salimos de ella, sólo falta ese maldito imbecil y estaré en paz—
—Y que hay de la mocosa que nos vio?—
—No vuelvas a decirle así a Vanessa si quieres que conservar tus pelotas entre tus piernas. Además ella cree que sólo soy una víctima, no sospecha nada. Me ama, jamás desconfiara de mi— 

Capítulo 005