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Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
isalala escribió:Jajaja, de nada. Ademas de que ya creo que se, como voy a hacer tu primera aparición en la historia.
Me has dejado con la intriga ;o
i need to now :roll:
Clover
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
Sorpresa, pero ya te aseguro que apareceras en el tercer capitulo. Solo es un pequeño adelanto, pero espero que te contentes con el
isalala
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
isalala escribió:Sorpresa, pero ya te aseguro que apareceras en el tercer capitulo. Solo es un pequeño adelanto, pero espero que te contentes con el
Jajajajja okay, im happy with that :)
Clover
Capítulo 1: Viaje turbulento en tren.
Capítulo 1: Viaje turbulento en tren.
Hoy iban a ir a Hogwarts por primera vez pero al contrario de los demás yo empezare en mi quinto curso. Para los que no sepan quien soy, yo soy Grace Lily Potter la hermana dos años mayor del niño que sobrevivió, Harry James Potter. Pero yo encambio, a el no viví con mis tíos los Dursday sino con mi padrino Remus Lupin, todos sabéis que James prometio a Sirius ser padrino de su hijo mayor eso tiene una explicación él dijo niño no niña, entonces por eso mi padrino es Remus. Yo soy idéntica a mi madre físicamente excepto por los ojos que los tengo avellana como mi padre, yo soy una chica pelirroja con el pelo hasta la mitad de la espalda, con la piel pálida y con unos ojos avellana. Yo al igual que mi madre soy estudiosa, amo leer y no me gusta el quidditch pero también tengo cualidades de mi padre como que amo las bromas, soy una persona leal y mi sentido del humor. Hasta ahora estudie en casa, gracias a las clases que me daba mi padrino Remus pero como en este año decidió (mejor dicho, le obligaron) a dar clases en Hogwarts, decidió que era hora de que asistiese a Hogwarts. También se me olvidó decir, que yo normalmente no uso gafas al igual que mi madre pero yo las necesito a veces para estudiar, leer o ir a clases. Esto espero que sea todo lo que necesitéis saber de mi antes de comenzar a conocer mi historia.
Yo estaba (muy) nerviosa y (muy) emocionada por comenzar en Hogwarts, yo apenas dormí unas dos horas seguidas esta noche por ese motivo me tome cinco tazas de café (que es algo que no aconsejo, aunque lo haya hecho) al levantarme a las cinco de la mañana. Yo estube esperando a Remus de su salida nocturna, en el sofá leyendo la historia de Hogwarts, cuando llegó a esos de las seis le pregunte cuando nos íbamos y el me contesto que el tren no salía hasta las once.
-¿Por que no preparas tu baúl?-me dijo Remus al ver que me iba a quejar.
-Por supuesto-dije mientras me iba a mi habitación.
Al entrar estube pensando lo que llevar hasta que decidí llevar todo y por último y no menos importante cogí la autorización para ir ha Hosgmedeade para que me la firmase Remus.
Cuando baje Remus me esperaba en la mesa con el desayuno preparado que trataba de chocolate para mi y café para Remus, unas tostadas con mermelada de fresa, que era mi favorita, y un zumo de naranja. Yo como siempre hacia me senté enfrente de Remus en la mesa y comenze a comerme el desayuno mientras que Remus leía el profeta.
-¿Hay algo interesante?-le pregunte mientras que mordía una tostada.
-Si, Grace. Aún siguen sin encontrar a Black-dijo Remus diciendo el nombre de Black con asco.
-Remus, no crees que te estas precipitando al pensar que Black fue el traidor. Porque él era el padrino de mi hermano y además que no erais amigos en la escuela, ¿mi padre y tu no lo habríais notado?-dije sin entender porque lo defencia, pero algo me decía que él era inocente y que lo estaban utilizando.
-No, Grace. El nos engaño a todos, era de una familia de sangre pura que seguía a Voldemort, el no podía ser una excepción como nos hacia creer-dijo seriamente Remus mirándome a los ojos.
- Y tu padre cometió un gran error al combertirlo en padrino de tu hermano. Y que no se hablé más del tema-añadió Remus bruscamente al ver que iba a replicarle sobre lo que había dicho.
-Y si huebieran cambiado el guardián secreto, sin que te lo dijesen-dije mientras intentaba hacer memoria de los últimos días con mis padres y mi hermano.
-Eso es imposible, termina de desayunar y vístete que llegamos tarde-dijo Remus cansado de mi insistencia sobre el tema.
-Ya me voy ha vestir-dije mientras que cogía la última tostada y tomaba un trago de chocolate, antes de levantarme e ir a mi habitación.
Al llegar a su habitación, abrió el armario y vio toda la ropa que tenía y que no había puesto en el baúl para ir a Hogwarts. Al final escogió una blusa blanca con un jersey rosa y una falda negra, se puso unas medias transparentes y unas botas de cuero negras. Por ultimo se recogió el pelo en una trenza de lado y con una diadema rosa en el pelo, además se puso unos pendientes de diamantes y un collar de oro con una llave en el centro.
-Grace, ¿te falta mucho?-grito Remus desde el salón.
-No ya estoy lista, ahora bajo-le respondí gritando, mientras que cogí un libro muggle que se llamaba Conflicto para guardarlo en mi baúl, además de mis gafas de pasta negras en su funda rosa.
Después de guardar esto último, cogí el baúl y fui al recibidor donde me esperaba Remus con su baúl.
-Vamos-me dijo mientras habría la puerta de la calle.
Remus, tenía un coche azul aparcado en la acera. Yo como no entiendo de coches no sabría decir que clase de coche es. Pero lo único que sabría decir de el es que es un buen coche.
Después de media hora en el coche llegamos a la estación. Remus me había explicado un montón de veces como se encontraba la estación 9 y 3/4. Yo seguía a Remus que iba delante mía, cuando el se paró delante de una columna no me sorprendí de nada.
-Vamos, ve tu primero-me dijo Remus sonriéndome. Aunque yo ya sabía como cruzar, aún tenía la sensación que me iba a chocar contra la columna.
-Vale-dije mientras cogía impulso y iba corriendo hacia la columna esperando el impacto.
Cuando llegamos no vimos a nadie pero pude ver un enorme tren que estaba parado en el anden. Yo al no ver ha nadie me imagine que era demasiado pronto.
-El expreso de Hogwarts-dijo Remus con una voz nostálgica.
-Vamos a buscar un sitio donde tu puedas dormir-le dije con una sonrisa.
-No hace falta que te preocupes-me dijo Remus, pero nada más decirlo empezó a bostezar.
-¿Qué decías?-le dije mientras levantaba una ceja.
-Decía que vayamos a buscar un sitio-dijo Remus rápidamente, lo que me provoco que me empezase a reír.
-Vamos-dije todavía riéndome, provocando que Remus tuviese una pequeña sonrisa.
En ese momento entramos en el tren y nos lo encontramos vacío. Después de andar un rato Remus se paró en un compartimento y entro en el, yo iba ha entrar con el pero el no me dejo.
-¿Qué haces, Remus?-le pregunte divertida al ver que no me dejaba entrar en el compartimento.
-Grace, porque no vas a otro compartimento y esperas cuando entre la gente para poder estar con gente de tu edad-dijo Remus.
-Vale, adiós Remus-le dije sonriente, antes de abrazarle e irme a otro compartimento que estuviese vacío casi al final del tren.
Como veía que la gente todavía no venía, me puse las gafas y empece a leer el libro que traía en el baúl.
Después de un rato leyendo, el tren se pone en marcha y deje de leer, además guarde las gafas en su funda dentro del baúl y también guarde el libro. Justo en ese momento un chico negro y dos chicos pelirrojos idénticos, que eran bastantes atractivos, se acercan a la puerta del compartimento. Ninguno pareció notar que yo estaba en el compartimento porque el chico negro intentó abrir la puerta que yo había cerrado con llave, mientras que se reia de algo que había dicho uno de los gemelos.
El chico negro intentó abrir la puerta un par de veces pero al ver que no podía, dejo que lo intentara uno de los pelirrojos. Yo en ese momento me estaba aguantando la risa, al parecer el otro pelirrojo parecía haberme visto porque estaba igual que yo.
Después de un rato, empece a cansarme de ver como hacían el tonto y yo le hice unas señas al pelirrojo que me había visto para que habriese la puerta después de que le quitase el seguro. Él al parecer me entendió porque asintió disimuladamente con la cabeza mientras que intercambiaba el lugar con el chico que era idéntico a él.
Al comprobar que el pelirrojo que me vio, iba ha intentar abrir, enseguida quite el seguro a la puerta. Y además ideé lo que les iba decir a ellos nada más abrirla.
-Sois unos impertinentes, cuando veis que un compartimento está cerrado es por algo no es por diversión. Imaginaros que me estuviese cambiando. Además ninguno de vosotros sois muy inteligentes porque con un simple alohomora podrías haber abierto esta puerta sin ningún problema-les empeze a decir, cuando abrieron la puerta. Yo pude ver a uno de los pelirrojos que se estaba aguantando las ganas de reírse, mientras que el otro pelirrojo y el negro me miraban con la boca abierta.
-¿Qué pasa, tengo monos en la cara?-les espete divertida antes de soltar una carcajada, consiguiendo que el pelirrojo que había visto, empezase a reírse al igual que yo.
-Chicos deberiasis ver vuestras caras-dijo el pelirrojo que se estaba riendo conmigo.
-Son únicas-dije riéndome con el.
-jaja-dijerón sarcásticamente el negro y el otro pelirrojo.
-Hola, preciosa soy el fantástico George Weasley-dijo el pelirrojo que se estaba riendo conmigo.
-Y ellos son mi gemelo Fred, y nuestro amigo Lee Jordan-añadió George señalando al otro pelirrojo y al negro.
-Encantada de conoceros-dije con una sonrisa amable.
-¿Eres nueva, no?-dijo por primera vez Lee.
-Si lo soy-dije mientras asentía en la cabeza.
-¿Dónde estudiabas antes?-hablo por primera vez Fred con una sonrisa coqueta en la cara.
-Estudiaba en casa-dije sonriente mientras que me sentaba en un asiento.
-¿En qué curso vas?-pregunto Lee con curiosidad, causando que los gemelos mirasen fijamente.
-En quinto-les conteste mientras que jugaba un poco con la trenza.
-Al igual que nosotros-dijo Fred sonriendo.
-¿Cómo te llamas?-preguntaron Fred y George, haciendo que me sorprendiese y me asustase.
-Siempre hacen esto-me advirtió Lee.
-Me llamo Grace, Grace Potter-dije después de recuperarme del susto. Pero ahora no fui yo la que se sorprendió sino Fred, George y Lee, los tres se quedaron mirándome durante minutos, sin decir nada.
-No te pareces en nada a Harry-logro decir Fred mirándome fijamente.
-No todos dicen que el se parece a mi padre pero con los ojos de mi madre y yo me parezco a mi madre pero con los ojos de mi padre-les explique lentamente.
-Bueno, ¿te gustan las bromas?-me pregunto George curioso.
-No me gustan, las amo-dije divertidas.
-Fred, si se pudiera se casaría con ellas-se burlo George consiguiendo que Fred se sonrojase, lo que me pareció adorable pero que estas pensando Grace me queje mentalmente.
-Claro que no, ese eres tu-dijo Fred burlón. Fred y George estuvieron discutiendo sobre ese tema durante un buen rato.
-Voy a por algo de comer, ¿queréis algo?-dije mientras que me levantaba de mi asiento.
-No, no queremos nada-dijerón los gemelos.
-Yo quiero una rana de chocolate-dijo Lee al que sonreia antes de irme, además pude ver la mala mirada que les daban los gemelos a Lee.
-Ella se ofreció-se defendió Lee, mientras que salía.
Yo estube caminando un buen rato hasta que encontré a la señora con el carrito.
-¿Quieres algo?-me pregunto amablemente.
-Quiero cuatro no cinco bolsas de Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, 24 chicles, 16 varitas de regaliz, 21 ranas de chocolate, 13 pasteles de calderos y 5 cinco plumas de azúcar hilado-le pedí amablemente a la señora, que se sorprendió de todo lo que había pedido para mi sola, pero no dijo nada.
-Todo esto es catorce sickles de plata y doce knuts de bronce-dijo la señora amablemente, después de contar todo lo que llevaba.
-Toma-le dije dándole el dinero.
-Que tengas un buen viaje-me dijo amablemente como despedida.
-Gracias-le conteste con una sonrisa mientras que iba a ver ha Remus.
Remus estaba un vagón en la otra punta de donde estaba yo. Cuando llegue al compartimento en que lo había dejado, me fije que estaba durmiendo y vi que en ese vagón estaban sentados a un niño pelirrojo con un gran parecido a los gemelos, a una niña castaña con el pelo revuelto y a aún niño azabache, que me pareció que era Harry. Nada más verlo no pude evitar sonreír y volver al compartimento sonriendo mientras que cargaba todas mis compras.
Al llegar a la puerta del compartimento me encontré con los chicos riéndose mientras que sacaban una caja azul, la caja tenía un cierto parecido con una caja de cerillas muggles.
Yo intentaba abrir la puerta sin que nada se me cállese, pero fue imposible por ese motivo deje todo en el suelo y abrí la puerta, al abrirla. Los tres chicos se giraronha mirarme. Antes de entrar cogí las bolsas y me fui directa a sentarme.
Me senté al lado de uno de los gemelos, que creo que era Fred.
-¿Compraste todo esto?-dijerón los tres incrédulos.
-Si-les conteste divertida.
-Toma tu rana de chocolate-le dije a Lee, mientras que le daba su rana de chocolate.
-Gracias-me contesto con una sonrisa.
-¿Qué era esa caja azul?- pregunte con fingida inocencia que ellos se creyeron.
-Esta caja-dijo el gemelo que estaba a mi lado, el que creía que era Fred.
-Es la llave para que todo Hogwarts nos conozca como los mejores bromistas de Hogwarts-dijerón ambos gemelos a la vez. Al escucharlo no pude evitar reír, porque ese lugar claramente lo ocupaban los merodeadores y no lo decía por que uno era mi padre y otro es mi padrino, sino porque Remus me contó algunas bromas que hizierón y eran alucinantes.
-¿Qué tiene de gracioso?-pregunto George mientras que levantaba una ceja.
-Tu eres Fed y tu eres George-dije señalando, primero al gemelo que estaba a mi lado y luego al que estaba sentado enfrente mía.
-Si, ¿Cómo lo has ...?- dijerón ambos confusos.
-Por sí no sabéis, los mejores bromistas que ha habido y hay de Hogwarts son los merodeadores- les interrumpi orgullosa, aunque ninguno de los tres chicos pareció notarlo.
-¿Nos están inflavalorando?- dramatizo Fred.
-Si- le conteste burlona.
-Tu que me empezabas a caer bien- comento Fred.
-Y tu tampoco veo que seas muy sociable, sólo hablas de bromas y de bromas lo otro- le reproche enfadada.
-Claro, porque tu eres la reina de la socialidad. Tu no estabas encerrada en un compartimento sola- dijo sarcásticamente Fred.
-Grace, ¿te gusta jugar al Quidditch?- me pregunto George, intentando cambiar de tema pero dando con la pregunta equivocada.
-No, soy pésima y eso sería poco soy horrible- les confesé.
-Tampoco serás tan mala ¿Verdad?- dijo Lee, al principio estaba seguro de lo que decía pero al ir viendo mi cara su seguridad fue disminuyendo.
-Digamos, que tengo prohibido montar en escoba por mi seguridad y por la de los demás- dije recordando cuando Remus intentó enseñarme a volar.
-Además que el ministerio me prohibió que este ha menos de veinte metros de distancia de una escoba, además de que también tengo prohibido pisar un campo de Quidditch- les dije con disgusto que pudieron notar. Los tres chicos después de mi confesión se me quedarón mirando con la boca abierta.
-¿Estas mintiendo?- dijo Fred seguro de eso y egocéntricamente después de varios minutos.
-Por supuesto que no, yo nunca mentiría con algo tan serio- dije enfadada.
-Por supuesto, deberíamos creer ha una chica que acabamos de conocer tan sólo por ser la hermana del elegido- dijo irónicamente Fred consiguiendo que me pusiese furiosa.
-¿Eres imbécil o que?- le espete enfadada, ¿quien se creía para hablarme así?
-No eso lo serás tu- me contesto furioso Fred.
-Adiós, me voy ha buscar otro compartimento-dije enfadada.
-Pues veté- me espetó Fred enfadado.
-No hace falta que te marches- dijo George desde su asiento, mientras que sacaba mi varita.
-George, tiene razón no hagas caso a Fred- dijo Lee.
-Accio baúl de Grace- dije, haciendo llegar el baúl de su sitio a mi lado.
- Baúl Locomotor-dije después de cojer las bolsas de golosinas.
Para poder irme cuando antes de el lado de ese atractivo pelirrojo estúpido. Error ese idiota estúpido pelirrojo que cree conocerme con tan solo conocer mi nombre. No puedo creer que exista gente tan, tan como él, tan exasperante y idiota.
Al salir del compartimento no pide evitar sentir un vacío y una sensación de que en Hogwarts no iba ha poder encajar.
Durante unos minutos estuve caminando por el pasillo mientras que estaba ideando como me iba ha vengar de Fred Weasley, una cosa tenía decidido que era que iba ser mediante una broma pero todavía tenía que pensar en cual. Así le iba demostrar lo que es un verdadera broma al estilo merodeador.
Al estar metida en mis pensamientos no pude ver a una chica rubia con el pelo ondulado hasta la mitad de la espalda, que más o menos aperentaba mi edad y que iba paseando por el pasillo. Y entonces ambas nos chocamos, tirando todas mis bolsas de golosinas.
-¿Estas bien?-me pregunta amablemente la chica rubia, que ahora que me fije bien tenía los ojos azules.
-Si, pero la culpa fue mía- le conteste con una pequeña sonrisa mientras que recogía las bolsas del suelo.
-¿Eres nueva, verdad?- me dijo mirándome a los ojos.
-Si, ¿Cómo lo has sabido?- le dije sorprendida.
-Porque soy prefecta y a los prefectos nos dijerón que iba a venir una alumna nueva- dijo sonriéndome, al escuchar eso me quede sin saber como contestar.
-Se me olvidaba, me llamo Audrey O'Conner-dijo Audrey mientras que me daba la mano.
-Yo soy Grace Potter, no montes un espectáculo con esto- le dije recordando la reacción de George, Lee y el innombrable, Fred idiota Weasley.
-Encantada de conocerte Grace Potter, no montes un espectáculo con esto- dijo divertida provocando que me empieza a reír a carcajadas y que Audrey se uniese.
-Yo también lo estoy y creo que seremos grandes amigas- le dije sonriente.
-Yo también opino lo mismo, ¿Por qué no te vienes a mi compartimento, que estoy sola?-dijo Audrey sonriente.
-Vale- le dije divertida.
-Vamos, yendo- me dijo divertida.
En ese momento ambas nos fuimos aún compartimento cercano al donde estaba Remus junto a Harry, el chico pelirrojo y la chica castaña. Nada más entrar se pudo escuchar la lluvia y el tren se paró junto con las luzes, que se fuerón.
Cuando sucedió esto me pare y cogí la varita.
-Lumus- susurre causando que una luz se encendiese. De repente escuche unas voces susurrando cosas que no se podían llegar ha escuchar.
-¿Escuchas las voces?- le pregunte pero Audrey negó con la cabeza asustada.
Yo al notarlo salí al pasillo y vi a dos figuras oscuras en el pasillo, enseguida me di cuenta de que eran dementores, y empeze asentir frío y miedo.
-Espectro Patronus- pronuncie pensando en el último recuerdo que tenía de mi familia. Este hechizo me lo había enseñado Remus cuando era más pequeña y era mi favorito.
Yo pude observar que desde mi varita salió un chorro de luz azul que dio paso aún caballo alado, un pegaso. Y también pude ver que Audrey me miraba con cara de asombro.
Pero yo me quede mirando hacia los dementores, de los cuales sólo pude ahuyentar a uno pero el otro avanzo por el pasillo y se adentró en el compartimento de Remus, Harry, la castaña y el pelirrojo.
Después de unos segundos vi una luz azul con forma de lobo salir del compartimento, unos momentos después salió Remus que al verme se dirigió hacia mi dirección.
-¿Grace, estas bien?- me dijo mientras que me agarraba a los hombros y me examinaba.
-Si, antes había otro dementores pero logre espantarlo. ¿Y por que hay dementores en el tren?- le respondí rápidamente.
-Me imagino que estarán buscando a Black. Ahora me voy a hablar con el conductor- me informo Remus mientras que me soltaba.
-Remus, te acompaño- le dije decidida.
-Grace, quédate- me mando.
-Lo estemos de una forma o de otra. Una es que yo voy contigo y otra es que te siga sin tu permiso- le dije decidida y Remus y Audrey pudieron notar que no iba a cambiar de decisión.
-Vale- dijo Remus resignado, provocando que sonría orgullosa.
-Yo también voy- dijo Audrey sin entender gran cosa pero segura de sí misma.
-Que Albus Dumbledore me salve- murmuro Remus pero Audrey y yo pudimos escucharle y no pudimos evitar sonreír.
-Vamos- dijo Remus comenzando a andar.
-¿Qué paso?- me pregunta en voz baja, nada más empezar a andar.
-Qué dos dementores entrarón en el tren en busca de Sirius Black- le dije mientras que corría detrás de Remus al ver que nos quedábamos detrás.
-Sirius Black está en el tren- exclamo sorprendida Audrey.
-No, sólo pararón para veré si estaba dentro- le aclare mientras que me paraba al lado de Remus al igual que Audrey.
En la parte en la que debería estar en conductor había dos personas, un chico pelirrojo con gafas de carey, pecas y ojos azules, y una chica rubia y también con ojos ojos. Audrey nada más verlos puso una mueca de asco que yo no entendí.
-Hola, soy Remus Lupin el nuevo profesor ¿querría saber quienes sois vosotros?- dijo Remus amablemente.
-El es Percy Weasley, prefecto y premio anual y yo soy Penélope Clearwater prefecta- dijo la rubia sonriente, provocando que la cara de asco de Audrey se intensificará.
-¿Sabéis si se puede hablar con el conductor?- pregunto Remus esperanzado.
-Creo que si, profesor- dijo Percy en un tono pomposo que no me resulto molesto sino agradable.
-Chicas quedaros fuera. ¿Podéis vigilar que no entren, en especial ella?- pidió Remus a nosotros y luengos a Percy y a Penélope, por último les pidió que me vigilasen más a mi como si fuesen mi niñera.
-Lo haremos encantados- dijo Penélope sonriendo.
-Vale, vuelvo ahora- se despidió Remus.
Después de decir esto Remus nos dejo con ambos chicos, los cuatro pasamos unos minutos de silencio hasta que Penélope, se atrevió a romper el incómodo silencio.
-Tu debes de ser Grace Potter, ¿no me equivoco?- dijo la rubia en un tono presentuoso.
-Si, lo soy- le conteste rápidamente.
-Penny, se más amable- se quejó Percy.
-Lo siento- murmuro Penélope recibiendo un asentemiento de aprovación de parte de Percy.
-No te preocupes- le conteste con simpleza, recibiendo un codazo de parte de Audrey que me lanzaba miradas asesinas.
-¿Tu, por casualidad no serás familiar de Fred y George Weasley?- le pregunte a Percy.
-Si, son mis bromistas hermanos pequeños. ¿Y lo dices, por algo?- dijo Percy con un pequeño tono de orgullo, que enseguida borro al recibir una mirada amenazante de parte de Penélope que le hizo usar un tono serio y pomposo a la hora de hacerme la pregunta.
-Sólo que tuve el maravilloso placer de conocerlos- dije sarcásticamente, llamando la atención de los tres ahí presentes.
-¿Te hizieron algo?- pregunto seriamente Percy.
-George no me hizo nada, es un encanto- dije sonriente, provocando que Percy y Audrey levantasen una ceja a la vez, lo que provoco que soltase una pequeña risita que disimule con una tos, al ver la mirada asesina que me lanzaba Penélope.
-¿Y Fred?- me pregunto Percy seriamente.
-Fred, hizo existir, haber nacido, vivir- les dije en un tono enfadado que provoco que Percy empezase a reírse.
-¿Qué es tan gracioso?- preguntaron Audrey y Penélope confusas mientras que se lanzaban miradas asesinas.
-Lo que es tan gracioso, es que odies a Fred con sólo acabar de conocerlo, porque lo normal es que la gente empieze ha adorarlo en ese tiempo- dijo Percy rápidamente.
-¿Es que no soy como los demás?- les dije enfadada.
-No te niego, que lo sepa- dijo Percy con una pequeña sonrisa, que intentaba ocultar pero fui capaz de ver.
-¿A qué te refieres?- pregunte confusa.
-Grace, ya termine- dijo apareciendo Remus.
-Pues, vamonos- dijo Audrey mientras que me agarraba el brazo y me llevaba a la salida.
-Adiós, profesor- dijo Penélope sonriente.
-Adiós, profesor Lupin, Potter y O'Conner- dijo Percy amablemente.
-Adiós-contestamos Remus, Audrey y yo a la vez.
Los tres nos fuimos a nuestros respectivos compartimento. Audrey yo entramos en el compartimento y comenzamos a hablar, ella me contó que era una Gryffindor de mi mismo curso y que conocía a los gemelos, a Lee, además de a mi hermano y a sus dos amigos, Ron que resulto ser hermano de los gemelos y de Hermione la chica castaña. Cuando quedaron diez minutos Audrey me aviso y nos cambiamos con el uniforme del colegio, el suyo tenía los colores de Gryffindor y yo esperaba tener algún color nuevo en mi uniforme.
Ambas después de vestirnos cogimos nuestros baúles y nos sentamos a esperar que el tren se parase, para que nos informase que ya habíamos llegado. Después de unos segundos, el tren descendió su velocidad y se acabó parando, las dos decidimos esperar un poco hasta que fuese saliendo la gente, antes de salir del compartimento.
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Espero que os haya gustado el primer capítulo. Y espero que comentéis y que me mandéis las fichas para las chicas.
Un saludo y abrazo de mi parte.
Hoy iban a ir a Hogwarts por primera vez pero al contrario de los demás yo empezare en mi quinto curso. Para los que no sepan quien soy, yo soy Grace Lily Potter la hermana dos años mayor del niño que sobrevivió, Harry James Potter. Pero yo encambio, a el no viví con mis tíos los Dursday sino con mi padrino Remus Lupin, todos sabéis que James prometio a Sirius ser padrino de su hijo mayor eso tiene una explicación él dijo niño no niña, entonces por eso mi padrino es Remus. Yo soy idéntica a mi madre físicamente excepto por los ojos que los tengo avellana como mi padre, yo soy una chica pelirroja con el pelo hasta la mitad de la espalda, con la piel pálida y con unos ojos avellana. Yo al igual que mi madre soy estudiosa, amo leer y no me gusta el quidditch pero también tengo cualidades de mi padre como que amo las bromas, soy una persona leal y mi sentido del humor. Hasta ahora estudie en casa, gracias a las clases que me daba mi padrino Remus pero como en este año decidió (mejor dicho, le obligaron) a dar clases en Hogwarts, decidió que era hora de que asistiese a Hogwarts. También se me olvidó decir, que yo normalmente no uso gafas al igual que mi madre pero yo las necesito a veces para estudiar, leer o ir a clases. Esto espero que sea todo lo que necesitéis saber de mi antes de comenzar a conocer mi historia.
Yo estaba (muy) nerviosa y (muy) emocionada por comenzar en Hogwarts, yo apenas dormí unas dos horas seguidas esta noche por ese motivo me tome cinco tazas de café (que es algo que no aconsejo, aunque lo haya hecho) al levantarme a las cinco de la mañana. Yo estube esperando a Remus de su salida nocturna, en el sofá leyendo la historia de Hogwarts, cuando llegó a esos de las seis le pregunte cuando nos íbamos y el me contesto que el tren no salía hasta las once.
-¿Por que no preparas tu baúl?-me dijo Remus al ver que me iba a quejar.
-Por supuesto-dije mientras me iba a mi habitación.
Al entrar estube pensando lo que llevar hasta que decidí llevar todo y por último y no menos importante cogí la autorización para ir ha Hosgmedeade para que me la firmase Remus.
Cuando baje Remus me esperaba en la mesa con el desayuno preparado que trataba de chocolate para mi y café para Remus, unas tostadas con mermelada de fresa, que era mi favorita, y un zumo de naranja. Yo como siempre hacia me senté enfrente de Remus en la mesa y comenze a comerme el desayuno mientras que Remus leía el profeta.
-¿Hay algo interesante?-le pregunte mientras que mordía una tostada.
-Si, Grace. Aún siguen sin encontrar a Black-dijo Remus diciendo el nombre de Black con asco.
-Remus, no crees que te estas precipitando al pensar que Black fue el traidor. Porque él era el padrino de mi hermano y además que no erais amigos en la escuela, ¿mi padre y tu no lo habríais notado?-dije sin entender porque lo defencia, pero algo me decía que él era inocente y que lo estaban utilizando.
-No, Grace. El nos engaño a todos, era de una familia de sangre pura que seguía a Voldemort, el no podía ser una excepción como nos hacia creer-dijo seriamente Remus mirándome a los ojos.
- Y tu padre cometió un gran error al combertirlo en padrino de tu hermano. Y que no se hablé más del tema-añadió Remus bruscamente al ver que iba a replicarle sobre lo que había dicho.
-Y si huebieran cambiado el guardián secreto, sin que te lo dijesen-dije mientras intentaba hacer memoria de los últimos días con mis padres y mi hermano.
-Eso es imposible, termina de desayunar y vístete que llegamos tarde-dijo Remus cansado de mi insistencia sobre el tema.
-Ya me voy ha vestir-dije mientras que cogía la última tostada y tomaba un trago de chocolate, antes de levantarme e ir a mi habitación.
Al llegar a su habitación, abrió el armario y vio toda la ropa que tenía y que no había puesto en el baúl para ir a Hogwarts. Al final escogió una blusa blanca con un jersey rosa y una falda negra, se puso unas medias transparentes y unas botas de cuero negras. Por ultimo se recogió el pelo en una trenza de lado y con una diadema rosa en el pelo, además se puso unos pendientes de diamantes y un collar de oro con una llave en el centro.
-Grace, ¿te falta mucho?-grito Remus desde el salón.
-No ya estoy lista, ahora bajo-le respondí gritando, mientras que cogí un libro muggle que se llamaba Conflicto para guardarlo en mi baúl, además de mis gafas de pasta negras en su funda rosa.
Después de guardar esto último, cogí el baúl y fui al recibidor donde me esperaba Remus con su baúl.
-Vamos-me dijo mientras habría la puerta de la calle.
Remus, tenía un coche azul aparcado en la acera. Yo como no entiendo de coches no sabría decir que clase de coche es. Pero lo único que sabría decir de el es que es un buen coche.
Después de media hora en el coche llegamos a la estación. Remus me había explicado un montón de veces como se encontraba la estación 9 y 3/4. Yo seguía a Remus que iba delante mía, cuando el se paró delante de una columna no me sorprendí de nada.
-Vamos, ve tu primero-me dijo Remus sonriéndome. Aunque yo ya sabía como cruzar, aún tenía la sensación que me iba a chocar contra la columna.
-Vale-dije mientras cogía impulso y iba corriendo hacia la columna esperando el impacto.
Cuando llegamos no vimos a nadie pero pude ver un enorme tren que estaba parado en el anden. Yo al no ver ha nadie me imagine que era demasiado pronto.
-El expreso de Hogwarts-dijo Remus con una voz nostálgica.
-Vamos a buscar un sitio donde tu puedas dormir-le dije con una sonrisa.
-No hace falta que te preocupes-me dijo Remus, pero nada más decirlo empezó a bostezar.
-¿Qué decías?-le dije mientras levantaba una ceja.
-Decía que vayamos a buscar un sitio-dijo Remus rápidamente, lo que me provoco que me empezase a reír.
-Vamos-dije todavía riéndome, provocando que Remus tuviese una pequeña sonrisa.
En ese momento entramos en el tren y nos lo encontramos vacío. Después de andar un rato Remus se paró en un compartimento y entro en el, yo iba ha entrar con el pero el no me dejo.
-¿Qué haces, Remus?-le pregunte divertida al ver que no me dejaba entrar en el compartimento.
-Grace, porque no vas a otro compartimento y esperas cuando entre la gente para poder estar con gente de tu edad-dijo Remus.
-Vale, adiós Remus-le dije sonriente, antes de abrazarle e irme a otro compartimento que estuviese vacío casi al final del tren.
Como veía que la gente todavía no venía, me puse las gafas y empece a leer el libro que traía en el baúl.
Después de un rato leyendo, el tren se pone en marcha y deje de leer, además guarde las gafas en su funda dentro del baúl y también guarde el libro. Justo en ese momento un chico negro y dos chicos pelirrojos idénticos, que eran bastantes atractivos, se acercan a la puerta del compartimento. Ninguno pareció notar que yo estaba en el compartimento porque el chico negro intentó abrir la puerta que yo había cerrado con llave, mientras que se reia de algo que había dicho uno de los gemelos.
El chico negro intentó abrir la puerta un par de veces pero al ver que no podía, dejo que lo intentara uno de los pelirrojos. Yo en ese momento me estaba aguantando la risa, al parecer el otro pelirrojo parecía haberme visto porque estaba igual que yo.
Después de un rato, empece a cansarme de ver como hacían el tonto y yo le hice unas señas al pelirrojo que me había visto para que habriese la puerta después de que le quitase el seguro. Él al parecer me entendió porque asintió disimuladamente con la cabeza mientras que intercambiaba el lugar con el chico que era idéntico a él.
Al comprobar que el pelirrojo que me vio, iba ha intentar abrir, enseguida quite el seguro a la puerta. Y además ideé lo que les iba decir a ellos nada más abrirla.
-Sois unos impertinentes, cuando veis que un compartimento está cerrado es por algo no es por diversión. Imaginaros que me estuviese cambiando. Además ninguno de vosotros sois muy inteligentes porque con un simple alohomora podrías haber abierto esta puerta sin ningún problema-les empeze a decir, cuando abrieron la puerta. Yo pude ver a uno de los pelirrojos que se estaba aguantando las ganas de reírse, mientras que el otro pelirrojo y el negro me miraban con la boca abierta.
-¿Qué pasa, tengo monos en la cara?-les espete divertida antes de soltar una carcajada, consiguiendo que el pelirrojo que había visto, empezase a reírse al igual que yo.
-Chicos deberiasis ver vuestras caras-dijo el pelirrojo que se estaba riendo conmigo.
-Son únicas-dije riéndome con el.
-jaja-dijerón sarcásticamente el negro y el otro pelirrojo.
-Hola, preciosa soy el fantástico George Weasley-dijo el pelirrojo que se estaba riendo conmigo.
-Y ellos son mi gemelo Fred, y nuestro amigo Lee Jordan-añadió George señalando al otro pelirrojo y al negro.
-Encantada de conoceros-dije con una sonrisa amable.
-¿Eres nueva, no?-dijo por primera vez Lee.
-Si lo soy-dije mientras asentía en la cabeza.
-¿Dónde estudiabas antes?-hablo por primera vez Fred con una sonrisa coqueta en la cara.
-Estudiaba en casa-dije sonriente mientras que me sentaba en un asiento.
-¿En qué curso vas?-pregunto Lee con curiosidad, causando que los gemelos mirasen fijamente.
-En quinto-les conteste mientras que jugaba un poco con la trenza.
-Al igual que nosotros-dijo Fred sonriendo.
-¿Cómo te llamas?-preguntaron Fred y George, haciendo que me sorprendiese y me asustase.
-Siempre hacen esto-me advirtió Lee.
-Me llamo Grace, Grace Potter-dije después de recuperarme del susto. Pero ahora no fui yo la que se sorprendió sino Fred, George y Lee, los tres se quedaron mirándome durante minutos, sin decir nada.
-No te pareces en nada a Harry-logro decir Fred mirándome fijamente.
-No todos dicen que el se parece a mi padre pero con los ojos de mi madre y yo me parezco a mi madre pero con los ojos de mi padre-les explique lentamente.
-Bueno, ¿te gustan las bromas?-me pregunto George curioso.
-No me gustan, las amo-dije divertidas.
-Fred, si se pudiera se casaría con ellas-se burlo George consiguiendo que Fred se sonrojase, lo que me pareció adorable pero que estas pensando Grace me queje mentalmente.
-Claro que no, ese eres tu-dijo Fred burlón. Fred y George estuvieron discutiendo sobre ese tema durante un buen rato.
-Voy a por algo de comer, ¿queréis algo?-dije mientras que me levantaba de mi asiento.
-No, no queremos nada-dijerón los gemelos.
-Yo quiero una rana de chocolate-dijo Lee al que sonreia antes de irme, además pude ver la mala mirada que les daban los gemelos a Lee.
-Ella se ofreció-se defendió Lee, mientras que salía.
Yo estube caminando un buen rato hasta que encontré a la señora con el carrito.
-¿Quieres algo?-me pregunto amablemente.
-Quiero cuatro no cinco bolsas de Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, 24 chicles, 16 varitas de regaliz, 21 ranas de chocolate, 13 pasteles de calderos y 5 cinco plumas de azúcar hilado-le pedí amablemente a la señora, que se sorprendió de todo lo que había pedido para mi sola, pero no dijo nada.
-Todo esto es catorce sickles de plata y doce knuts de bronce-dijo la señora amablemente, después de contar todo lo que llevaba.
-Toma-le dije dándole el dinero.
-Que tengas un buen viaje-me dijo amablemente como despedida.
-Gracias-le conteste con una sonrisa mientras que iba a ver ha Remus.
Remus estaba un vagón en la otra punta de donde estaba yo. Cuando llegue al compartimento en que lo había dejado, me fije que estaba durmiendo y vi que en ese vagón estaban sentados a un niño pelirrojo con un gran parecido a los gemelos, a una niña castaña con el pelo revuelto y a aún niño azabache, que me pareció que era Harry. Nada más verlo no pude evitar sonreír y volver al compartimento sonriendo mientras que cargaba todas mis compras.
Al llegar a la puerta del compartimento me encontré con los chicos riéndose mientras que sacaban una caja azul, la caja tenía un cierto parecido con una caja de cerillas muggles.
Yo intentaba abrir la puerta sin que nada se me cállese, pero fue imposible por ese motivo deje todo en el suelo y abrí la puerta, al abrirla. Los tres chicos se giraronha mirarme. Antes de entrar cogí las bolsas y me fui directa a sentarme.
Me senté al lado de uno de los gemelos, que creo que era Fred.
-¿Compraste todo esto?-dijerón los tres incrédulos.
-Si-les conteste divertida.
-Toma tu rana de chocolate-le dije a Lee, mientras que le daba su rana de chocolate.
-Gracias-me contesto con una sonrisa.
-¿Qué era esa caja azul?- pregunte con fingida inocencia que ellos se creyeron.
-Esta caja-dijo el gemelo que estaba a mi lado, el que creía que era Fred.
-Es la llave para que todo Hogwarts nos conozca como los mejores bromistas de Hogwarts-dijerón ambos gemelos a la vez. Al escucharlo no pude evitar reír, porque ese lugar claramente lo ocupaban los merodeadores y no lo decía por que uno era mi padre y otro es mi padrino, sino porque Remus me contó algunas bromas que hizierón y eran alucinantes.
-¿Qué tiene de gracioso?-pregunto George mientras que levantaba una ceja.
-Tu eres Fed y tu eres George-dije señalando, primero al gemelo que estaba a mi lado y luego al que estaba sentado enfrente mía.
-Si, ¿Cómo lo has ...?- dijerón ambos confusos.
-Por sí no sabéis, los mejores bromistas que ha habido y hay de Hogwarts son los merodeadores- les interrumpi orgullosa, aunque ninguno de los tres chicos pareció notarlo.
-¿Nos están inflavalorando?- dramatizo Fred.
-Si- le conteste burlona.
-Tu que me empezabas a caer bien- comento Fred.
-Y tu tampoco veo que seas muy sociable, sólo hablas de bromas y de bromas lo otro- le reproche enfadada.
-Claro, porque tu eres la reina de la socialidad. Tu no estabas encerrada en un compartimento sola- dijo sarcásticamente Fred.
-Grace, ¿te gusta jugar al Quidditch?- me pregunto George, intentando cambiar de tema pero dando con la pregunta equivocada.
-No, soy pésima y eso sería poco soy horrible- les confesé.
-Tampoco serás tan mala ¿Verdad?- dijo Lee, al principio estaba seguro de lo que decía pero al ir viendo mi cara su seguridad fue disminuyendo.
-Digamos, que tengo prohibido montar en escoba por mi seguridad y por la de los demás- dije recordando cuando Remus intentó enseñarme a volar.
-Además que el ministerio me prohibió que este ha menos de veinte metros de distancia de una escoba, además de que también tengo prohibido pisar un campo de Quidditch- les dije con disgusto que pudieron notar. Los tres chicos después de mi confesión se me quedarón mirando con la boca abierta.
-¿Estas mintiendo?- dijo Fred seguro de eso y egocéntricamente después de varios minutos.
-Por supuesto que no, yo nunca mentiría con algo tan serio- dije enfadada.
-Por supuesto, deberíamos creer ha una chica que acabamos de conocer tan sólo por ser la hermana del elegido- dijo irónicamente Fred consiguiendo que me pusiese furiosa.
-¿Eres imbécil o que?- le espete enfadada, ¿quien se creía para hablarme así?
-No eso lo serás tu- me contesto furioso Fred.
-Adiós, me voy ha buscar otro compartimento-dije enfadada.
-Pues veté- me espetó Fred enfadado.
-No hace falta que te marches- dijo George desde su asiento, mientras que sacaba mi varita.
-George, tiene razón no hagas caso a Fred- dijo Lee.
-Accio baúl de Grace- dije, haciendo llegar el baúl de su sitio a mi lado.
- Baúl Locomotor-dije después de cojer las bolsas de golosinas.
Para poder irme cuando antes de el lado de ese atractivo pelirrojo estúpido. Error ese idiota estúpido pelirrojo que cree conocerme con tan solo conocer mi nombre. No puedo creer que exista gente tan, tan como él, tan exasperante y idiota.
Al salir del compartimento no pide evitar sentir un vacío y una sensación de que en Hogwarts no iba ha poder encajar.
Durante unos minutos estuve caminando por el pasillo mientras que estaba ideando como me iba ha vengar de Fred Weasley, una cosa tenía decidido que era que iba ser mediante una broma pero todavía tenía que pensar en cual. Así le iba demostrar lo que es un verdadera broma al estilo merodeador.
Al estar metida en mis pensamientos no pude ver a una chica rubia con el pelo ondulado hasta la mitad de la espalda, que más o menos aperentaba mi edad y que iba paseando por el pasillo. Y entonces ambas nos chocamos, tirando todas mis bolsas de golosinas.
-¿Estas bien?-me pregunta amablemente la chica rubia, que ahora que me fije bien tenía los ojos azules.
-Si, pero la culpa fue mía- le conteste con una pequeña sonrisa mientras que recogía las bolsas del suelo.
-¿Eres nueva, verdad?- me dijo mirándome a los ojos.
-Si, ¿Cómo lo has sabido?- le dije sorprendida.
-Porque soy prefecta y a los prefectos nos dijerón que iba a venir una alumna nueva- dijo sonriéndome, al escuchar eso me quede sin saber como contestar.
-Se me olvidaba, me llamo Audrey O'Conner-dijo Audrey mientras que me daba la mano.
-Yo soy Grace Potter, no montes un espectáculo con esto- le dije recordando la reacción de George, Lee y el innombrable, Fred idiota Weasley.
-Encantada de conocerte Grace Potter, no montes un espectáculo con esto- dijo divertida provocando que me empieza a reír a carcajadas y que Audrey se uniese.
-Yo también lo estoy y creo que seremos grandes amigas- le dije sonriente.
-Yo también opino lo mismo, ¿Por qué no te vienes a mi compartimento, que estoy sola?-dijo Audrey sonriente.
-Vale- le dije divertida.
-Vamos, yendo- me dijo divertida.
En ese momento ambas nos fuimos aún compartimento cercano al donde estaba Remus junto a Harry, el chico pelirrojo y la chica castaña. Nada más entrar se pudo escuchar la lluvia y el tren se paró junto con las luzes, que se fuerón.
Cuando sucedió esto me pare y cogí la varita.
-Lumus- susurre causando que una luz se encendiese. De repente escuche unas voces susurrando cosas que no se podían llegar ha escuchar.
-¿Escuchas las voces?- le pregunte pero Audrey negó con la cabeza asustada.
Yo al notarlo salí al pasillo y vi a dos figuras oscuras en el pasillo, enseguida me di cuenta de que eran dementores, y empeze asentir frío y miedo.
-Espectro Patronus- pronuncie pensando en el último recuerdo que tenía de mi familia. Este hechizo me lo había enseñado Remus cuando era más pequeña y era mi favorito.
Yo pude observar que desde mi varita salió un chorro de luz azul que dio paso aún caballo alado, un pegaso. Y también pude ver que Audrey me miraba con cara de asombro.
Pero yo me quede mirando hacia los dementores, de los cuales sólo pude ahuyentar a uno pero el otro avanzo por el pasillo y se adentró en el compartimento de Remus, Harry, la castaña y el pelirrojo.
Después de unos segundos vi una luz azul con forma de lobo salir del compartimento, unos momentos después salió Remus que al verme se dirigió hacia mi dirección.
-¿Grace, estas bien?- me dijo mientras que me agarraba a los hombros y me examinaba.
-Si, antes había otro dementores pero logre espantarlo. ¿Y por que hay dementores en el tren?- le respondí rápidamente.
-Me imagino que estarán buscando a Black. Ahora me voy a hablar con el conductor- me informo Remus mientras que me soltaba.
-Remus, te acompaño- le dije decidida.
-Grace, quédate- me mando.
-Lo estemos de una forma o de otra. Una es que yo voy contigo y otra es que te siga sin tu permiso- le dije decidida y Remus y Audrey pudieron notar que no iba a cambiar de decisión.
-Vale- dijo Remus resignado, provocando que sonría orgullosa.
-Yo también voy- dijo Audrey sin entender gran cosa pero segura de sí misma.
-Que Albus Dumbledore me salve- murmuro Remus pero Audrey y yo pudimos escucharle y no pudimos evitar sonreír.
-Vamos- dijo Remus comenzando a andar.
-¿Qué paso?- me pregunta en voz baja, nada más empezar a andar.
-Qué dos dementores entrarón en el tren en busca de Sirius Black- le dije mientras que corría detrás de Remus al ver que nos quedábamos detrás.
-Sirius Black está en el tren- exclamo sorprendida Audrey.
-No, sólo pararón para veré si estaba dentro- le aclare mientras que me paraba al lado de Remus al igual que Audrey.
En la parte en la que debería estar en conductor había dos personas, un chico pelirrojo con gafas de carey, pecas y ojos azules, y una chica rubia y también con ojos ojos. Audrey nada más verlos puso una mueca de asco que yo no entendí.
-Hola, soy Remus Lupin el nuevo profesor ¿querría saber quienes sois vosotros?- dijo Remus amablemente.
-El es Percy Weasley, prefecto y premio anual y yo soy Penélope Clearwater prefecta- dijo la rubia sonriente, provocando que la cara de asco de Audrey se intensificará.
-¿Sabéis si se puede hablar con el conductor?- pregunto Remus esperanzado.
-Creo que si, profesor- dijo Percy en un tono pomposo que no me resulto molesto sino agradable.
-Chicas quedaros fuera. ¿Podéis vigilar que no entren, en especial ella?- pidió Remus a nosotros y luengos a Percy y a Penélope, por último les pidió que me vigilasen más a mi como si fuesen mi niñera.
-Lo haremos encantados- dijo Penélope sonriendo.
-Vale, vuelvo ahora- se despidió Remus.
Después de decir esto Remus nos dejo con ambos chicos, los cuatro pasamos unos minutos de silencio hasta que Penélope, se atrevió a romper el incómodo silencio.
-Tu debes de ser Grace Potter, ¿no me equivoco?- dijo la rubia en un tono presentuoso.
-Si, lo soy- le conteste rápidamente.
-Penny, se más amable- se quejó Percy.
-Lo siento- murmuro Penélope recibiendo un asentemiento de aprovación de parte de Percy.
-No te preocupes- le conteste con simpleza, recibiendo un codazo de parte de Audrey que me lanzaba miradas asesinas.
-¿Tu, por casualidad no serás familiar de Fred y George Weasley?- le pregunte a Percy.
-Si, son mis bromistas hermanos pequeños. ¿Y lo dices, por algo?- dijo Percy con un pequeño tono de orgullo, que enseguida borro al recibir una mirada amenazante de parte de Penélope que le hizo usar un tono serio y pomposo a la hora de hacerme la pregunta.
-Sólo que tuve el maravilloso placer de conocerlos- dije sarcásticamente, llamando la atención de los tres ahí presentes.
-¿Te hizieron algo?- pregunto seriamente Percy.
-George no me hizo nada, es un encanto- dije sonriente, provocando que Percy y Audrey levantasen una ceja a la vez, lo que provoco que soltase una pequeña risita que disimule con una tos, al ver la mirada asesina que me lanzaba Penélope.
-¿Y Fred?- me pregunto Percy seriamente.
-Fred, hizo existir, haber nacido, vivir- les dije en un tono enfadado que provoco que Percy empezase a reírse.
-¿Qué es tan gracioso?- preguntaron Audrey y Penélope confusas mientras que se lanzaban miradas asesinas.
-Lo que es tan gracioso, es que odies a Fred con sólo acabar de conocerlo, porque lo normal es que la gente empieze ha adorarlo en ese tiempo- dijo Percy rápidamente.
-¿Es que no soy como los demás?- les dije enfadada.
-No te niego, que lo sepa- dijo Percy con una pequeña sonrisa, que intentaba ocultar pero fui capaz de ver.
-¿A qué te refieres?- pregunte confusa.
-Grace, ya termine- dijo apareciendo Remus.
-Pues, vamonos- dijo Audrey mientras que me agarraba el brazo y me llevaba a la salida.
-Adiós, profesor- dijo Penélope sonriente.
-Adiós, profesor Lupin, Potter y O'Conner- dijo Percy amablemente.
-Adiós-contestamos Remus, Audrey y yo a la vez.
Los tres nos fuimos a nuestros respectivos compartimento. Audrey yo entramos en el compartimento y comenzamos a hablar, ella me contó que era una Gryffindor de mi mismo curso y que conocía a los gemelos, a Lee, además de a mi hermano y a sus dos amigos, Ron que resulto ser hermano de los gemelos y de Hermione la chica castaña. Cuando quedaron diez minutos Audrey me aviso y nos cambiamos con el uniforme del colegio, el suyo tenía los colores de Gryffindor y yo esperaba tener algún color nuevo en mi uniforme.
Ambas después de vestirnos cogimos nuestros baúles y nos sentamos a esperar que el tren se parase, para que nos informase que ya habíamos llegado. Después de unos segundos, el tren descendió su velocidad y se acabó parando, las dos decidimos esperar un poco hasta que fuese saliendo la gente, antes de salir del compartimento.
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Espero que os haya gustado el primer capítulo. Y espero que comentéis y que me mandéis las fichas para las chicas.
Un saludo y abrazo de mi parte.
isalala
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
Nombre: Michelle Gabrielle Prewett
Sangre: Pura
Casa: Griffindor
Edad: la de Grace
Curso: 5to
Descripcion Fisica: de estatura media, buen cuerpo, con buenas curvas. Ojos Verdes con un pequeño toque amarronado, cabello castaño rojizo hasta la cintura con ondulaciones desde el final de la nuca. Mejillas rosadas, labios rosas palidos y carnosos. Una hermosa sonrisa , facciones finas, tez blanca.
Descripcion Spicologica:Es de carácter suave y dulce, graciosa y divertida, una bromista innata digna de su padre, muy espontanea, al estar enojada puede ser muy irritante y muy molesta, es activa, enérgica e hiperactiva. Desordenada en algunas cosas pero muy responsable, muchas veces se hace la que no sabe nada pero en realidad esta enterada de todo, es inteligente y audaz, su comportamiento suele ser el de una niña pero cuando la situación lo requiere se sabe comportar. Le gusta hacer cosas locas para verle una sonrisa a los que están tristes, tambien puede llegar a ser un poco timida con personas que no conoce pero luego entra en confianza, es una persona de confianza, es capaz de defender a todas las personas que quiere no importe que, es muy cariñosa y es un poco sencible, siempre da buenos consejos a sus amigos, no teme decir lo que piensa a los demas.
Historia: Nacio un 31 de julio de 1978 es la primera y unica hija de Fabian y Gabrielle Prewett, al morir sus padres junto a su tio Gildeon a causa de mortifagos, paso a la tutela de su madrina y tia Molly Prewett, ahora Weasley, mostro signos de magia a muy temprana edad, se lleva muy bien con todos sus primos, a los 11 años le llego su carta de Hogwarts donde fue seleccionada junto a sus primos Fred y George a la casa de Gryffindor donde los tres se volvieron los nuevos bromistas del castillo y el dolor de cabeza de los profesores, es muy inteligente, sus tios estan muy orgullosos de ella, su sueño es crear una tienda de bromas junto a sus primos y ser auror, Alastor "ojo loco" Moody le tiene un gran aprecio y la trata como a una hija, cuando conose a Harry Potter ellos dos tienen una relacion como de hermanos por lo que a la llegada de Grace al principio no se llevan bien y discuten pero luego se vuelven mejores amigas-hemanas.
Varita:Madera de pelo de veela, semi flexible, 28 cm con un nucleo de corazon de dragon y pluma de fenix, perfecta para encantamientos.
Patronus: Fenix.
Boggart: Dementores.
Amigos: todos los gryffindors,principalmente Fred y George Weasley y luego Grace Potter.
Enemigos:algunos Slytherin´s
Chico: Sirius Black
Extras: siempre lleva un collar con de una flor de sakura (le encanta esa flor)
(regalo de sus padres antes de morir, adentro tiene fotos de ella con sus padres y de la familia weasley)
le encanta dibujar y cantar, muchos dicen que tiene una voz preciosa.
Bueno aqui te dejo mi ficha
siguela pronto!
besos
MIshell Lupin
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
Estas dentro, y ahora subo el segundo capitulo
isalala
Capítulo 2: La llegada a Hogwarts, la ceremonia de las casas y una nueva amiga poco convencional.
Capítulo 2: La llegada a Hogwarts, la ceremonia de las casas y una nueva amiga poco convencional.
Cuando ambas salimos de nuestro compartimento con nuestros baúles. Nos pusimos en marcha hacia Hogwarts, yo al no conocer el camino decidí seguir a Audrey.
Audrey empezó a andar y llegamos a un especie de sendero de tierra y de repente vi, unos carros que eran tirados por el aire. Audrey lo miro, con una mirada entre asustada y sorprendida. Los carros iban llenos, hasta que vi uno con una chica rubia, que debería ir a segundo. Nada más verlo agarre a Audrey y nos subimos al carro.
Ahora que me fijó bien, la chica tenía el pelo apletinado y estaba leyendo una revista al revés. Yo al verlo, enseguida me estrañe pero no pude evitar verla extraña y divertida. Al parecer Audrey opinaba lo mismo que yo, por su expresión de la cara.
-Buenos días, yo soy Luna Lovagood- dijo Luna con una voz soñadora.
-Buenos días, yo soy Audrey O'Conner y ella es Grace Potter- hablo Audrey divertida, mientras que miraba al carro.
-Un pracer conoceros- dijo soñadoramente Luna.
-Bonitos, no- añadió Luna al notar que Audrey miraba hacia el carro.
-Si, bonitos- murmuro Audrey sarcásticamente.
-¿Tu los ves?- pregunto Audrey confusa, mientras que levantaba una ceja.
-Si son Theastrales- nos dijo Luna, dejándonos patidifusas.
-Nunca oí hablar de ellos, además de que no puedo verlos- le informe a Luna.
-Es que muy poca gente sabe de ellos, además de que sólo alguien que haya visto a la muerte y lo haya superado es capaz de verlo- nos informo Luna mientras que le hechaba un vistazo a la revista.
Lo dicho por Luna nos dejo sin palabras, y pude ver como Audrey hizo un pequeño asentimiento mientras que lo asimilaba. al ver esto me pregunte a quien había visto morir Audrey pero me pareció mejor no preguntarlo.
El resto del viaje nos lo pasamos hablando con Luna, de animales que creía que conocía. A Audrey y a mi Luna nos calló muy bien, aunque había que admitir que parecía un poco loca pero me pareció una magnífica persona. Y veía que las tres íbamos a ser grandes amigas.
Cuando el carro se paró, las tres nos bajamos y seguimos hablando. Luna y Audrey me acompañaron a buscar a la profesora Mcgonogall, que era con quien me tenía que reunir antes de entrar en el gran comedor, para mi selección.
En el pasillo que iba al Gran Comedor, según Audrey y Luna, pude ver a una señora mayor, con su pelo lleno de canas recogido en un moño y con una mirada seria y estricta que mostraban sus ojos por encima de sus gafas.
-Adiós- se despidieron Luna y Audrey, dándome a entender que aquella señora con aspecto serio, era la profesora Mcgonogall.
-Hasta luego- les dije con una sonrisa.
Ambas chicas se fueron hacia el Gran Comedor, dejándome a mi sola.
Yo me acerque a la profesora Mcgonogall, respectivamente, que ahora mismo se enconteba concentrada en un pergamino. Yo me acerque a ella tímidamente, lo que es raro en mi. Cuando llegue a su lado, la profesora Mcgonogall dejo de mirar el pergamino y me examino de arriba a abajo.
- ¿Tu debes de ser Grace Lily Potter?- dijo la profesora Mcgonogall mirándome fijamente a los ojos. Casi nunca, nadie me llamaba por mi segundo nombre, a excepción de Remus cuando me reñía o castigaba por algo, el resto del tiempo usaba mi primer nombre al igual que los demás.
-Si- conteste con una sonrisa sincera y orgullosa.
-No se, si te hablan dicho antes, pero eres una copia idéntica de tu madre y con los ojos de tu padre- dijo la profesora Mcgonogall con una pequeña sonrisa que estaba luchando por salir en sus labios.
-Si, me lo dice Remus casi siempre- dije sonriente.
-Me alegro de eso, ese pobre hombre te necesito para no acabar destruyendo su vida después de la muerte de tus padres- admitió la profesora Mcgonogall.
-Yo a veces también creo eso- dije con total sinceridad.
- Veo que eres una persona inteligente como tu madre, espero que tengas el honor de quedar en mi casa- me comentó la profesora Mcgonogall dejándome sin palabras que decir, la profesora Mcgonogall pareció darse cuenta porque enseguida comenzó a hablar.
-Lo siento, no me refería a que tu padre no era inteligente. Él lo era pero prefería no utilizarla. Tu hermano, Harry es una mezcla pero digamos que no usa mucho la razón sino sus impulsos. Pero esto no cambia que tus dos padres estuviesen en mi casa, al igual que tu hermano, Harry- me contó la profesora Mcgonogall provocando que sonriese y soltase una sonrisa.
-Entonces espero, no decepcionarles- le dije divertida a la profesora Mcgonogall, espera Mcgonogall , Remus no me dijo que mi padre, Sirius y él la llamaban Minnie por su forma de animaga, que es un gato.
-No les vas a decepcionar. Y tu selección va a ser después de los de primer año- me informo la profesora Mcgonogall.
-Vale. ¿Y tengo una pregunta?- le dije.
-Pregúntame- me contesto rápidamente la profesora Mcgonogall.
-¿Te puedo llamar Minnie?- le pregunte divertida.
-Pues claro que no-dijo Minnie seriamente.
-Lo que tu digas, Minnie- le dije divertida.
-Si que te pareces a tu padre- dijo Minnie entre divertida y exasperada.
-Remus, me lo dice muchas veces- dije orgullosa.
-Lo que me espera- dijo Minnie en medio de un ataquede nervios.
-¿Dijiste Remus?- me pregunta Minnie un poco más calmada.
-Si Minnie, dije Remus- dije divertida, provocando que Minnie suspirase exasperada.
-¿Remus, te dijo que tu padre y sus amigos me llamaban Minnie?- dijo indignada Minnie.
-Si- dije en un susurro inaudible.
-Más alto por favor, Señorita Potter- me pidió Minnie.
-Dije que si- dije casi gritando provocando que Minnie negase con la cabeza.
-Señorita Potter, no hacia falta que gritases. Espero que no te hayan oído en el Gran Comedor- me empezó a decir Mcgonogall consiguiendo que me avergonzase y me sonrojase.
-Lo siento, no volverá a suceder Minnie- dije sonrojada.
-Vamos que tenemos que ir con los de primero- dijo Macgonogall comenzando a andar.
Cuando dejamos de andar llegamos a un lleno de niños de primero que esperaban impacientes, acompañados de Hagrid que me dedico una sonrisa al verme. Todos los niños cuando llegamos nos vieron con una mirada fija y curiosa.
-Los de primer año, profesora McGonagall- dijo Hagrid.
-Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí. Y siento la tardanza- le dijo Minnie.
-No importa- me dijo sonriéndome Hagrid.
Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era gigantesco, era tan grande que cabría alguna casa en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.
Siguimos a Minnie a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Yo podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de una puerta situado a la derecha (me imagino que será la puerta del Gran Comedor, donde estarán el resto de alumnos), pero la Minnie llevó a los de primer año y a mi a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
-Bienvenidos a Hogwarts -dijo Minnie
-El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestro lugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts. Tendréis clases con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestras casas y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa- nos dijo Minnie.
-Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de las casa, un gran honor. Espero que todos vosotros seréis un orgullo para la casa que os toque- nos dijo Minnie seriamente.
-La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Os sugiero que, mientras esperáis, os arregléis lo mejor posible- nos dijo Minnie en un tono autoritario.
Los ojos de Minnie se detuvieron un momento en la capa de dos niños rubios con ojos azules (una niña con el pelo recogido en dos trenzas y un niño muy parecido a ella) , que estaban atadas bajo su oreja derecha y izquierda, y en la mejilla manchada de una niña pelinegra. Con nerviosismo, yo trate de peinarme el pelo que se me había soltado, haciéndome una nueva trenza lateral.
-Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia-dijo Minnie tranquilamente
-Por favor, esperad tranquilos a que venga el profesor Flitwick- continuo Minnie, igual de tranquila.
Salió de la habitación. Algunos niños tragaron con dificultad.
-¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? -preguntó la niña pelinegra que era la niña, que había tenido mancha en la mejilla.
-Creo que es una especie de prueba. Audrey dice que duele mucho, pero creo que era una broma- dijo el niño rubio que había llevado la capa mal puesta.
Yo al oírlo, no pude evitar sonreír y reírme en mi interior, pero yo me pare al pensar que yo sino supiese nada de como era la Selección de casas, también estaria igual que ellos. Miré temblando a su alrededor y vi que los demás parecían aterrorizados. Nadie hablaba mucho, salvo un niño castaño, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaría. Yo intente escucharle. Nunca había estado tan nerviosa por saber algo, yo estaba nerviosísima por saber cual era mi casa. Yo no paraba de pensar que en cualquier momento, el profesor Flitwick vendrá y nos llavaria al Gran Comedor donde tendría lugar la Selección.
Entonces sucedió algo que me hizo dar un salto en el sitio. Muchos de los que estaban atrás gritaron.
-¿Qué es...?- pregunte pero nadie, me respondió.
Respiro alivia dacuando veo lo que pasa. Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirarnos. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:
-Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...- dijo el monje.
-Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?- dijo un fantasma, con gorguera y medias, que al parecer era el único que se había dado cuenta de nosotros estábamos ahí. Esto provoco que soltase unas risitas y que los fantasmas me mirasen durante unos segundos y que luego nos mirasen a todos.
Ninguno de los niños de primero se atrevió a responder pero cuando yo iba a abrir la boca para hablar un fantasma me interrumpio..
-¡Alumnos nuevos! -exclamo emocionado el Fraile, sonriendonos a todo.
-Estáis esperando la selección, ¿no?- dijo amablemente el fantasma que llevaba puesto gorguera y medias.
Yo y unos pocos niños asentimos.
-¡Espero veros en Hufflepuff -volvió a hablar el Fraile.
-Mi antigua casa, ya sabéis- continuo el Fraile, haciendo que rodase los ojos divertida, en la parte de “ya sabéis” por el hecho de que estaba muerto.
-En marcha, la Ceremonia de Selección va a comenzar -dijo una voz que no reconocí.
Un hombre bajito y con el pelo blanco, acababa de entrar, yo me imagine que sería el profesor Flitwick . Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.
-Soy el profesor Flitwick. Ahora formad una hilera y seguidme -nos dijo el profesor Flitwick.
Con los nervios revolotendome en el estamago me puse de última, detrás de la chica pelinegra, la chica rubia y el chico rubio. Salimos de la habitación, volvimos a cruzar el vestíbulo, pasamos por unas puertas dobles y entramos en el Gran Comedor.
Yo nunca habia visto un lugar tan extraño y espléndido, a la vez. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde el resto de estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. El profesor Flitwick nos condujo hasta allí y nos hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, levante la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Y de repente me acorde que había un hechizo que hacia que que las cosas se parezcan como el cielo, ese hechizo aparecía en la historia de Hogwarts. En ese momento escuche susurrar al chico castaño: «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la historia de Hogwarts». Esto provoco que soltase una risita que enseguida disimule con una tos por la atención que me estaban prestando, porque más de la mitad de los ahí presente me miraban fijamente.
Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos.
Yo levanté la vista rápidamente, mientras que profesor Flitwick ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a nosotros. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio.
Eso me hizo pensar en la magia muggle que sacaban un conejo del sombrero, ese pensamiento me hizo soltar una pequeña risita que nadie vio. Y luego me di cuenta que todos los del comedor quitaron su atención en nosotros y sobre todo en mi, y contemplaban el sombrero, yo al ver que todos lo hazian también lo hize. Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar:
-¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! -susurró el niño rubio de ojos azules a la niña idéntica a el y a la niña pelinegra.
-Me voy a vegar de Audrey- dijo la niña rubia con ojos azules.
Yo sonrei débilmente, por las ocurrencias de esos niños.
Minnie se adelantó con un gran rollo de pergamino.
-Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete para que os seleccionen -dijo
-¡Abercombie, Jason!- llamo el profesor Flitwick .
Un niño de rostro pecoso y pelo castaño salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa.
-¡RAVENCLAW!-gritó el sombrero.
La segunda mesa a la izquierda aplaudió mientras Jason iba a sentarse con los de Ravenclaw, varios Ravenclaws se levantaron para estrechar su mano con la de Jason.
-¡Alley, Marcus!- llamo el profesor Flitwick
-¡SLYTHERIN !- gritó esta vez el sombrero, y Marcus se apresuró a sentarse en la mesa de Slytherin, llena de gente con aspectodesagradable.
-¡Benson, Hugo!- llamo el profesor Flitwick y el chico de pelo castaño, que no paraba de recitar fragmentos de libros, salió corriendo al taburete.
-¡GRYFFINDOR!- grito ahora el sombrero seleccionador, después del paso de varios segundos. Hugo se fue corriendo a sentarse en la mesa de Gryffindor.
-No-escuche decir a ambos niños rubios con ojos azules.
Chase, Edward fue a Slytherin; Cook, Malcom fue a Ravenclaw; Davis, Megara también fue a Slytherin; Donovan, Isabella resultó ser la primera nueva Hufflepuff, en la mesa de la derecha, que estalló en vivas, y que vi que el fantasma del Fraile Gordo la estaba saludando con alegría a la niña. Eisley, William fue a Revenclaw.
-¡Exposito, Angela!- llamo el profesor Flitwick provocando que la niña pelinegra, que había tenido la mancha en la mejilla se adelantase.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador ahora haciendo que Angela se sentase en la mesa de Gryffindor.
Noté que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa de inmediato, pero otras tardaba un poco en decidirse.
La lista fue continuando Gilbert, Emily fué Hufflepuff; Hasting, Rebekah fue a Ravenclaw; Lightwood, Cassidy fue a Revenclaw; Lowe, Toby fue a Hufflepuff; McGuinnes, Lana resulto ser una Gryffindor; McQuaid, Samuel fue a Hufflepuff.
-¡O' Conner, Lucy!- llamo el profesor Flitwick, Lucy era la niña rubia con ojos azules. Ella fue andando nerviosamente hasta el taburete donde tropezó con el.
-¡GRYFFINDOR¡- grito el sombrero rápidamente, Lucy se fue a sentar junto con Audrey en la mesa de Gryffindor.
-¡O' Conner, Mattew!- llamo el profesor Flitwick, Mattew era el niño idéntico a Lucy. El fue andando con seguridad hasta el taburete donde se sentó.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador, después de varios minutos. Mattew salió corriendo a la mesa de Gryffindor con el sombrero puesto para risa de todos y tubo que volver a devolverlo.
Ya no quedaba demasiada gente.
Nathaniel, Palmer fue a Hufflepuff; Parket, Logan que fue a Hufflepuff; Pierce, Anastasia que fue a Slytherin, Rivers, Noel fue a Gryffindor; Roberts, Stacy que fue a Ravenclaw; Rogers, Skyler que fue a Gryffindor, Saltzman, Enzo fue a Slytherin, Sommers, Adam fue a Gryffindor; Vanderwaal, Ian fue a Slytherin; Vane, Romilda que fue a Gryffindor y Vane, Bianca que fue a Hufflepuff (ambas gemelas); Tyler Wilson fue a Ravenclaw.
Ya se ha habían terminado las selecciones de los de primer año, ahora era mi turno. Y comencé a sentirme nerviosa pero mire hacia Remus que mandaba una mirada tranquilizadora.
-¡Potter, Grace!- me llamo el profesor Flitwick.
Mientras que avanzaba hacia el taburete, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.
-¿Ha dicho, Grace Potter?
-¿Esa es Grace Potter?
-No, no se parece a Harry.
-Seguro que es ella.
Lo último que vi, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero. Espere a que sucediese algo.
-Mm- dijo una vocecita en mi oreja.
- Difícil. Muy difícil. Llena de valor, lo veo. Tambien, tu mente es fantástica. Hay talento, oh vaya, sí, y una buena disposición para probarse a sí misma, esto es muy interesante. Pero tienes orgullo y honestidad. Y no olvidemos tu lealtad... Entonces, ¿dónde te pondré?- me dijo la vocecita.
-Tu eres quien eliges, elige tu, no me preguntes que no tengo ni idea cual es la mejor casa para mi, además de que este es tu trabajo y no el mío- pensé enfadada.
-Bueno, bueno-dijo la vocecita emocionada.
-Hace años que no tengo el pracer de seleccionar a alguien así. Te pareces un montón a tus padres, con la inteligencia de tu madre y el sentido del humor de tu padre, además del valor de ambos. Ya se cual es tu casa, espero que te guste mi elección- me seguía contando la vocecita.
-Pero antes te voy a dar un consejo, fíate de tus instintos y da segundas oportunidades, hasta quintas o sextas oportunidades a las personas correctas pero no a las incorrectas, que estas pueden acabar traicionandote. Buena suerte Grace Lily Potter Evans, que la suerte te acompañe- término de decir la vocecita del sombrero.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador,
Yo oí al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor. Me quitó el sombrero y anduve, algo confundida, hacia la mesa de Gryffindor. Estaba tan feliz, que casi no me dí cuenta de los saludos calurosos que recibía.. Percy se puso de pie y me estrechó la mano vigorosamente, mientras George y Lee gritaban: ¡Tenemos a los dos Potters! ¡Tenemos a los dos Potters!. Encambio Fred estaba al lado de George de mal humor y murmurando cosas sin sentido (alguna sonaba como: con ella, prefiero tirarme de la torre de astronomía o porque a mi y no a Malfoy, y otras cosas similares).
Yo me se senté al lado de Audrey y de sus dos hermanos ( que resultaron ser los dos niños rubios, que acababan de seleccionar) que estaban hablando con Ángela, la chica pelinegra.
Yo podía ver, bien la Mesa Alta. En la punta, cerca mía, estaba Hagrid, que me miró y me levantó los pulgares, en señal de aprovación. Yo como respuesta, le sonreí ampliamente. Y allí, en el centro de la Mesa Alta, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. Yo lo reconoció de inmediato, por los cromos de las ranas de chocolate, por las fotos que tenía Remus de él y por las veces que salía en el profeta. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas. A su lado estaba Remus que me sonreía orgulloso. El profesor Flitwick enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador.
En ese momento entro Harry, acompañado de Hermione y de Minnie. Harry y Hermione se sentarón al lado de Ron, y los tres enseguida empezarón a hablar en susurros entre si. En cambio Minnie se fue a sentarse en su asiento al lado de Dumbledore.
Yo mire a mi plato de oro vacío. Me acababa de dar cuenta de lo hambrienta que estaba.
Albus Dumbledore se había puesto de pie y nos miraba con expresión radiante, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que vernos allí.
-¡Bienvenidos!- dijo Dumbledore, con la luz de la vela reflejándose en su barba.
-¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que deciros a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete os deje aturdidos- continuo Dumbledore.
Dumbledore se aclaró la garganta y continuó:
-Como todos sabéis después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. -Se hizo una pausa y recorde que Remus, el otro día me había comentado sobre que a Dumbledore no lo le agradaba que los dementores custodiaran el colegio.
-Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio,- continuó Dumbledore y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas invisibles-añadió como quien no quiere la cosa, y pude ver como Harry y Ron se miraróndisimuladamente pero no tan disimuladamente.
-No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, os advierto a todos y cada uno de vosotros que no debéis darles ningún motivo para que os hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores - continuo Dumbledore,
Percy, que se sentaba a varios asientos de distancia mío, volvió a sacar pecho y miró a su alrededor orgullosamente, este provoco que Audrey y yo soltásemos unas risitas. Dumbledore hizo otra pausa. Recorrió la sala con una mirada muy seria y nadie movió un dedo ni dijo nada.
-Por hablar de algo más alegre, -continuó
-este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.- dijo Dumbledore, hubo algún aplauso aislado y carente de ganas, pero sólo Harry, Ron, Hermione, una chica pelirroja de segundo, un chico pelinegro con la cara redonda, Percy, Penélope, Audrey yo, aplaudimos con ganas.
Remus parecía un adán en medio de los demás profesores, que iban vestidos con sus mejores togas. Eso fue algo que me resulto divertido.
-¡Mira a Snape! —le susurró el chico Ron a Harry en el oído, pero fui capaz de escucharlo.
Estaban hablando de Severus Snape, también conocido por los merodeadores como Quejicus, el especialista en Pociones, que estaba mirando a Remus con odio, que entiendo perfectamente al igual que Remus.
-En cuanto al otro último nombramiento,- prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin.
- siento deciros que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiró al final del pasado curso para poder aprovechar en la intimidad los miembros que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo ocupará nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques- continuo Dumbledore.
Hagrid recibió mucho más caluroso que Remus, su aplauso fue más caluroso en la mesa de Gryffindor que en las otras mesas. Yo pude ver que Hagrid, estaba rojo como un tomate y se miraba las enormes manos, con la amplia sonrisa oculta por la barba negra.
-¡Tendríamos que haberlo adivinado!- dijo Ron, dando un puñetazo en la mesa.
-¿Qué otro habría sido capaz de mandarnos que compráramos un libro que muerde?- continuo el pelirrojo.
Harry, Ron y Hermione fueron los últimos en dejar de aplaudir; y cuando el profesor Dumbledore volvió a hablar, pude ver que Hagrid se secaba los ojos con el mantel.
-Bien, creo que ya he dicho todo lo importante- dijo Dumbledore
-¡Que comience el banquete!- término de decir Dumbledore.
Las fuentes doradas y las copas que tenían delante se llenaron de pronto de comida y bebida. Yo me sirvi de todo lo que estaba a mi alcance, y empezé a comer.
Fue un banquete delicioso. El Gran Comedor se llenó de conversaciones, de risas y del tintineo de los cuchillos y tenedores.
Finalmente, cuando los últimos bocados de tarta de calabaza desaparecieron de las bandejas doradas, Dumbledore anunció que era hora de que todos se fueran a dormir.
Audrey y yo nos reunimos con los demás estudiantes de la casa Gryffindor que subían en tropel la escalera de mármol y, ya muy cansadas, siguimos por más corredores y subierndo más escaleras, hasta que llegamos a un cuadro, donde Audrey y Remus me habían dicho que allí se encontraba la entrada secreta de la torre de Gryffindor. Los interrogó un retrato grande de una señora gorda, vestida de rosa:
-¿Contraseña?- dijo la Señora gorda.
-¡Dejadme pasar, dejadme pasar!- gritaba Percy desde detrás de la multitud
-¡La última contraseña es Fortuna Maior!- nos dijo Percy a todos.
-¡Oh, no! -dijo con tristeza el chico pelinegro con la cara redonda, que había sido unos de los que habían aplaudido a Remus fuertemente. Audrey me dijo que, él tenía serios problemas para recordar las contraseñas.
Después de cruzar el retrato y recorrer la sala común ( que era fantástica), los chicos y las chicas se separaron hacia las respectivas escaleras. Yo subí las escaleras de caracol con cuidado en no pisar el escalón equivocado, porque Audrey me contó que las escaleras que van a las habitaciones de las chicas tenían trampas antichicos, en algunos escalones. Después de subir las escaleras llegamos a un cuarto de forma circular; con cuatro camas con dosel, cada cama tenía cuatro baúles distintos con las pertenencias de su dueño.
Mi cama resulto estar al lado de Audrey y del baño, y la de Audrey estaba al lado de la ventana.
Nuestras otras compañeras resultaron ser Angelina Johnson, una chica con la piel oscura y el pelo chocolate muy simpática, y Alicia Spinnet una chica con la piel bronceada y el pelo chocolate que también era muy simpática. Ambas juegan al quidditch como cazadoras en el equipo de Gryffindor, ellas me contaron que Harry entro en el equipo como buscador en su primer año. Al escuchar eso no pude evitar sonreír orgullosa por él.
Las cuatro estuvimos hablando durante bastante tiempo, hasta que las cuatro decidimos que era mejor que nos durmiésemos.
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Un besazo de mi parte y espero que os guste la novela. Y también espero que comentéis.
Cuando ambas salimos de nuestro compartimento con nuestros baúles. Nos pusimos en marcha hacia Hogwarts, yo al no conocer el camino decidí seguir a Audrey.
Audrey empezó a andar y llegamos a un especie de sendero de tierra y de repente vi, unos carros que eran tirados por el aire. Audrey lo miro, con una mirada entre asustada y sorprendida. Los carros iban llenos, hasta que vi uno con una chica rubia, que debería ir a segundo. Nada más verlo agarre a Audrey y nos subimos al carro.
Ahora que me fijó bien, la chica tenía el pelo apletinado y estaba leyendo una revista al revés. Yo al verlo, enseguida me estrañe pero no pude evitar verla extraña y divertida. Al parecer Audrey opinaba lo mismo que yo, por su expresión de la cara.
-Buenos días, yo soy Luna Lovagood- dijo Luna con una voz soñadora.
-Buenos días, yo soy Audrey O'Conner y ella es Grace Potter- hablo Audrey divertida, mientras que miraba al carro.
-Un pracer conoceros- dijo soñadoramente Luna.
-Bonitos, no- añadió Luna al notar que Audrey miraba hacia el carro.
-Si, bonitos- murmuro Audrey sarcásticamente.
-¿Tu los ves?- pregunto Audrey confusa, mientras que levantaba una ceja.
-Si son Theastrales- nos dijo Luna, dejándonos patidifusas.
-Nunca oí hablar de ellos, además de que no puedo verlos- le informe a Luna.
-Es que muy poca gente sabe de ellos, además de que sólo alguien que haya visto a la muerte y lo haya superado es capaz de verlo- nos informo Luna mientras que le hechaba un vistazo a la revista.
Lo dicho por Luna nos dejo sin palabras, y pude ver como Audrey hizo un pequeño asentimiento mientras que lo asimilaba. al ver esto me pregunte a quien había visto morir Audrey pero me pareció mejor no preguntarlo.
El resto del viaje nos lo pasamos hablando con Luna, de animales que creía que conocía. A Audrey y a mi Luna nos calló muy bien, aunque había que admitir que parecía un poco loca pero me pareció una magnífica persona. Y veía que las tres íbamos a ser grandes amigas.
Cuando el carro se paró, las tres nos bajamos y seguimos hablando. Luna y Audrey me acompañaron a buscar a la profesora Mcgonogall, que era con quien me tenía que reunir antes de entrar en el gran comedor, para mi selección.
En el pasillo que iba al Gran Comedor, según Audrey y Luna, pude ver a una señora mayor, con su pelo lleno de canas recogido en un moño y con una mirada seria y estricta que mostraban sus ojos por encima de sus gafas.
-Adiós- se despidieron Luna y Audrey, dándome a entender que aquella señora con aspecto serio, era la profesora Mcgonogall.
-Hasta luego- les dije con una sonrisa.
Ambas chicas se fueron hacia el Gran Comedor, dejándome a mi sola.
Yo me acerque a la profesora Mcgonogall, respectivamente, que ahora mismo se enconteba concentrada en un pergamino. Yo me acerque a ella tímidamente, lo que es raro en mi. Cuando llegue a su lado, la profesora Mcgonogall dejo de mirar el pergamino y me examino de arriba a abajo.
- ¿Tu debes de ser Grace Lily Potter?- dijo la profesora Mcgonogall mirándome fijamente a los ojos. Casi nunca, nadie me llamaba por mi segundo nombre, a excepción de Remus cuando me reñía o castigaba por algo, el resto del tiempo usaba mi primer nombre al igual que los demás.
-Si- conteste con una sonrisa sincera y orgullosa.
-No se, si te hablan dicho antes, pero eres una copia idéntica de tu madre y con los ojos de tu padre- dijo la profesora Mcgonogall con una pequeña sonrisa que estaba luchando por salir en sus labios.
-Si, me lo dice Remus casi siempre- dije sonriente.
-Me alegro de eso, ese pobre hombre te necesito para no acabar destruyendo su vida después de la muerte de tus padres- admitió la profesora Mcgonogall.
-Yo a veces también creo eso- dije con total sinceridad.
- Veo que eres una persona inteligente como tu madre, espero que tengas el honor de quedar en mi casa- me comentó la profesora Mcgonogall dejándome sin palabras que decir, la profesora Mcgonogall pareció darse cuenta porque enseguida comenzó a hablar.
-Lo siento, no me refería a que tu padre no era inteligente. Él lo era pero prefería no utilizarla. Tu hermano, Harry es una mezcla pero digamos que no usa mucho la razón sino sus impulsos. Pero esto no cambia que tus dos padres estuviesen en mi casa, al igual que tu hermano, Harry- me contó la profesora Mcgonogall provocando que sonriese y soltase una sonrisa.
-Entonces espero, no decepcionarles- le dije divertida a la profesora Mcgonogall, espera Mcgonogall , Remus no me dijo que mi padre, Sirius y él la llamaban Minnie por su forma de animaga, que es un gato.
-No les vas a decepcionar. Y tu selección va a ser después de los de primer año- me informo la profesora Mcgonogall.
-Vale. ¿Y tengo una pregunta?- le dije.
-Pregúntame- me contesto rápidamente la profesora Mcgonogall.
-¿Te puedo llamar Minnie?- le pregunte divertida.
-Pues claro que no-dijo Minnie seriamente.
-Lo que tu digas, Minnie- le dije divertida.
-Si que te pareces a tu padre- dijo Minnie entre divertida y exasperada.
-Remus, me lo dice muchas veces- dije orgullosa.
-Lo que me espera- dijo Minnie en medio de un ataquede nervios.
-¿Dijiste Remus?- me pregunta Minnie un poco más calmada.
-Si Minnie, dije Remus- dije divertida, provocando que Minnie suspirase exasperada.
-¿Remus, te dijo que tu padre y sus amigos me llamaban Minnie?- dijo indignada Minnie.
-Si- dije en un susurro inaudible.
-Más alto por favor, Señorita Potter- me pidió Minnie.
-Dije que si- dije casi gritando provocando que Minnie negase con la cabeza.
-Señorita Potter, no hacia falta que gritases. Espero que no te hayan oído en el Gran Comedor- me empezó a decir Mcgonogall consiguiendo que me avergonzase y me sonrojase.
-Lo siento, no volverá a suceder Minnie- dije sonrojada.
-Vamos que tenemos que ir con los de primero- dijo Macgonogall comenzando a andar.
Cuando dejamos de andar llegamos a un lleno de niños de primero que esperaban impacientes, acompañados de Hagrid que me dedico una sonrisa al verme. Todos los niños cuando llegamos nos vieron con una mirada fija y curiosa.
-Los de primer año, profesora McGonagall- dijo Hagrid.
-Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí. Y siento la tardanza- le dijo Minnie.
-No importa- me dijo sonriéndome Hagrid.
Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era gigantesco, era tan grande que cabría alguna casa en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.
Siguimos a Minnie a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Yo podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de una puerta situado a la derecha (me imagino que será la puerta del Gran Comedor, donde estarán el resto de alumnos), pero la Minnie llevó a los de primer año y a mi a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
-Bienvenidos a Hogwarts -dijo Minnie
-El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestro lugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts. Tendréis clases con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestras casas y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa- nos dijo Minnie.
-Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de las casa, un gran honor. Espero que todos vosotros seréis un orgullo para la casa que os toque- nos dijo Minnie seriamente.
-La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Os sugiero que, mientras esperáis, os arregléis lo mejor posible- nos dijo Minnie en un tono autoritario.
Los ojos de Minnie se detuvieron un momento en la capa de dos niños rubios con ojos azules (una niña con el pelo recogido en dos trenzas y un niño muy parecido a ella) , que estaban atadas bajo su oreja derecha y izquierda, y en la mejilla manchada de una niña pelinegra. Con nerviosismo, yo trate de peinarme el pelo que se me había soltado, haciéndome una nueva trenza lateral.
-Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia-dijo Minnie tranquilamente
-Por favor, esperad tranquilos a que venga el profesor Flitwick- continuo Minnie, igual de tranquila.
Salió de la habitación. Algunos niños tragaron con dificultad.
-¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? -preguntó la niña pelinegra que era la niña, que había tenido mancha en la mejilla.
-Creo que es una especie de prueba. Audrey dice que duele mucho, pero creo que era una broma- dijo el niño rubio que había llevado la capa mal puesta.
Yo al oírlo, no pude evitar sonreír y reírme en mi interior, pero yo me pare al pensar que yo sino supiese nada de como era la Selección de casas, también estaria igual que ellos. Miré temblando a su alrededor y vi que los demás parecían aterrorizados. Nadie hablaba mucho, salvo un niño castaño, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaría. Yo intente escucharle. Nunca había estado tan nerviosa por saber algo, yo estaba nerviosísima por saber cual era mi casa. Yo no paraba de pensar que en cualquier momento, el profesor Flitwick vendrá y nos llavaria al Gran Comedor donde tendría lugar la Selección.
Entonces sucedió algo que me hizo dar un salto en el sitio. Muchos de los que estaban atrás gritaron.
-¿Qué es...?- pregunte pero nadie, me respondió.
Respiro alivia dacuando veo lo que pasa. Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirarnos. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:
-Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...- dijo el monje.
-Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?- dijo un fantasma, con gorguera y medias, que al parecer era el único que se había dado cuenta de nosotros estábamos ahí. Esto provoco que soltase unas risitas y que los fantasmas me mirasen durante unos segundos y que luego nos mirasen a todos.
Ninguno de los niños de primero se atrevió a responder pero cuando yo iba a abrir la boca para hablar un fantasma me interrumpio..
-¡Alumnos nuevos! -exclamo emocionado el Fraile, sonriendonos a todo.
-Estáis esperando la selección, ¿no?- dijo amablemente el fantasma que llevaba puesto gorguera y medias.
Yo y unos pocos niños asentimos.
-¡Espero veros en Hufflepuff -volvió a hablar el Fraile.
-Mi antigua casa, ya sabéis- continuo el Fraile, haciendo que rodase los ojos divertida, en la parte de “ya sabéis” por el hecho de que estaba muerto.
-En marcha, la Ceremonia de Selección va a comenzar -dijo una voz que no reconocí.
Un hombre bajito y con el pelo blanco, acababa de entrar, yo me imagine que sería el profesor Flitwick . Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.
-Soy el profesor Flitwick. Ahora formad una hilera y seguidme -nos dijo el profesor Flitwick.
Con los nervios revolotendome en el estamago me puse de última, detrás de la chica pelinegra, la chica rubia y el chico rubio. Salimos de la habitación, volvimos a cruzar el vestíbulo, pasamos por unas puertas dobles y entramos en el Gran Comedor.
Yo nunca habia visto un lugar tan extraño y espléndido, a la vez. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde el resto de estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. El profesor Flitwick nos condujo hasta allí y nos hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, levante la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Y de repente me acorde que había un hechizo que hacia que que las cosas se parezcan como el cielo, ese hechizo aparecía en la historia de Hogwarts. En ese momento escuche susurrar al chico castaño: «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la historia de Hogwarts». Esto provoco que soltase una risita que enseguida disimule con una tos por la atención que me estaban prestando, porque más de la mitad de los ahí presente me miraban fijamente.
Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos.
Yo levanté la vista rápidamente, mientras que profesor Flitwick ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a nosotros. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio.
Eso me hizo pensar en la magia muggle que sacaban un conejo del sombrero, ese pensamiento me hizo soltar una pequeña risita que nadie vio. Y luego me di cuenta que todos los del comedor quitaron su atención en nosotros y sobre todo en mi, y contemplaban el sombrero, yo al ver que todos lo hazian también lo hize. Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar:
Oh, podrás pensar que no soy bonito, pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor, donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff donde son jusjustos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta, porque los de inteligencia y erudición siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.
Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.-¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! -susurró el niño rubio de ojos azules a la niña idéntica a el y a la niña pelinegra.
-Me voy a vegar de Audrey- dijo la niña rubia con ojos azules.
Yo sonrei débilmente, por las ocurrencias de esos niños.
Minnie se adelantó con un gran rollo de pergamino.
-Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete para que os seleccionen -dijo
-¡Abercombie, Jason!- llamo el profesor Flitwick .
Un niño de rostro pecoso y pelo castaño salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa.
-¡RAVENCLAW!-gritó el sombrero.
La segunda mesa a la izquierda aplaudió mientras Jason iba a sentarse con los de Ravenclaw, varios Ravenclaws se levantaron para estrechar su mano con la de Jason.
-¡Alley, Marcus!- llamo el profesor Flitwick
-¡SLYTHERIN !- gritó esta vez el sombrero, y Marcus se apresuró a sentarse en la mesa de Slytherin, llena de gente con aspectodesagradable.
-¡Benson, Hugo!- llamo el profesor Flitwick y el chico de pelo castaño, que no paraba de recitar fragmentos de libros, salió corriendo al taburete.
-¡GRYFFINDOR!- grito ahora el sombrero seleccionador, después del paso de varios segundos. Hugo se fue corriendo a sentarse en la mesa de Gryffindor.
-No-escuche decir a ambos niños rubios con ojos azules.
Chase, Edward fue a Slytherin; Cook, Malcom fue a Ravenclaw; Davis, Megara también fue a Slytherin; Donovan, Isabella resultó ser la primera nueva Hufflepuff, en la mesa de la derecha, que estalló en vivas, y que vi que el fantasma del Fraile Gordo la estaba saludando con alegría a la niña. Eisley, William fue a Revenclaw.
-¡Exposito, Angela!- llamo el profesor Flitwick provocando que la niña pelinegra, que había tenido la mancha en la mejilla se adelantase.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador ahora haciendo que Angela se sentase en la mesa de Gryffindor.
Noté que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa de inmediato, pero otras tardaba un poco en decidirse.
La lista fue continuando Gilbert, Emily fué Hufflepuff; Hasting, Rebekah fue a Ravenclaw; Lightwood, Cassidy fue a Revenclaw; Lowe, Toby fue a Hufflepuff; McGuinnes, Lana resulto ser una Gryffindor; McQuaid, Samuel fue a Hufflepuff.
-¡O' Conner, Lucy!- llamo el profesor Flitwick, Lucy era la niña rubia con ojos azules. Ella fue andando nerviosamente hasta el taburete donde tropezó con el.
-¡GRYFFINDOR¡- grito el sombrero rápidamente, Lucy se fue a sentar junto con Audrey en la mesa de Gryffindor.
-¡O' Conner, Mattew!- llamo el profesor Flitwick, Mattew era el niño idéntico a Lucy. El fue andando con seguridad hasta el taburete donde se sentó.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador, después de varios minutos. Mattew salió corriendo a la mesa de Gryffindor con el sombrero puesto para risa de todos y tubo que volver a devolverlo.
Ya no quedaba demasiada gente.
Nathaniel, Palmer fue a Hufflepuff; Parket, Logan que fue a Hufflepuff; Pierce, Anastasia que fue a Slytherin, Rivers, Noel fue a Gryffindor; Roberts, Stacy que fue a Ravenclaw; Rogers, Skyler que fue a Gryffindor, Saltzman, Enzo fue a Slytherin, Sommers, Adam fue a Gryffindor; Vanderwaal, Ian fue a Slytherin; Vane, Romilda que fue a Gryffindor y Vane, Bianca que fue a Hufflepuff (ambas gemelas); Tyler Wilson fue a Ravenclaw.
Ya se ha habían terminado las selecciones de los de primer año, ahora era mi turno. Y comencé a sentirme nerviosa pero mire hacia Remus que mandaba una mirada tranquilizadora.
-¡Potter, Grace!- me llamo el profesor Flitwick.
Mientras que avanzaba hacia el taburete, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.
-¿Ha dicho, Grace Potter?
-¿Esa es Grace Potter?
-No, no se parece a Harry.
-Seguro que es ella.
Lo último que vi, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero. Espere a que sucediese algo.
-Mm- dijo una vocecita en mi oreja.
- Difícil. Muy difícil. Llena de valor, lo veo. Tambien, tu mente es fantástica. Hay talento, oh vaya, sí, y una buena disposición para probarse a sí misma, esto es muy interesante. Pero tienes orgullo y honestidad. Y no olvidemos tu lealtad... Entonces, ¿dónde te pondré?- me dijo la vocecita.
-Tu eres quien eliges, elige tu, no me preguntes que no tengo ni idea cual es la mejor casa para mi, además de que este es tu trabajo y no el mío- pensé enfadada.
-Bueno, bueno-dijo la vocecita emocionada.
-Hace años que no tengo el pracer de seleccionar a alguien así. Te pareces un montón a tus padres, con la inteligencia de tu madre y el sentido del humor de tu padre, además del valor de ambos. Ya se cual es tu casa, espero que te guste mi elección- me seguía contando la vocecita.
-Pero antes te voy a dar un consejo, fíate de tus instintos y da segundas oportunidades, hasta quintas o sextas oportunidades a las personas correctas pero no a las incorrectas, que estas pueden acabar traicionandote. Buena suerte Grace Lily Potter Evans, que la suerte te acompañe- término de decir la vocecita del sombrero.
-¡GRYFFINDOR!- grito el sombrero seleccionador,
Yo oí al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor. Me quitó el sombrero y anduve, algo confundida, hacia la mesa de Gryffindor. Estaba tan feliz, que casi no me dí cuenta de los saludos calurosos que recibía.. Percy se puso de pie y me estrechó la mano vigorosamente, mientras George y Lee gritaban: ¡Tenemos a los dos Potters! ¡Tenemos a los dos Potters!. Encambio Fred estaba al lado de George de mal humor y murmurando cosas sin sentido (alguna sonaba como: con ella, prefiero tirarme de la torre de astronomía o porque a mi y no a Malfoy, y otras cosas similares).
Yo me se senté al lado de Audrey y de sus dos hermanos ( que resultaron ser los dos niños rubios, que acababan de seleccionar) que estaban hablando con Ángela, la chica pelinegra.
Yo podía ver, bien la Mesa Alta. En la punta, cerca mía, estaba Hagrid, que me miró y me levantó los pulgares, en señal de aprovación. Yo como respuesta, le sonreí ampliamente. Y allí, en el centro de la Mesa Alta, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. Yo lo reconoció de inmediato, por los cromos de las ranas de chocolate, por las fotos que tenía Remus de él y por las veces que salía en el profeta. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas. A su lado estaba Remus que me sonreía orgulloso. El profesor Flitwick enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador.
En ese momento entro Harry, acompañado de Hermione y de Minnie. Harry y Hermione se sentarón al lado de Ron, y los tres enseguida empezarón a hablar en susurros entre si. En cambio Minnie se fue a sentarse en su asiento al lado de Dumbledore.
Yo mire a mi plato de oro vacío. Me acababa de dar cuenta de lo hambrienta que estaba.
Albus Dumbledore se había puesto de pie y nos miraba con expresión radiante, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que vernos allí.
-¡Bienvenidos!- dijo Dumbledore, con la luz de la vela reflejándose en su barba.
-¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que deciros a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete os deje aturdidos- continuo Dumbledore.
Dumbledore se aclaró la garganta y continuó:
-Como todos sabéis después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. -Se hizo una pausa y recorde que Remus, el otro día me había comentado sobre que a Dumbledore no lo le agradaba que los dementores custodiaran el colegio.
-Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio,- continuó Dumbledore y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas invisibles-añadió como quien no quiere la cosa, y pude ver como Harry y Ron se miraróndisimuladamente pero no tan disimuladamente.
-No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, os advierto a todos y cada uno de vosotros que no debéis darles ningún motivo para que os hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores - continuo Dumbledore,
Percy, que se sentaba a varios asientos de distancia mío, volvió a sacar pecho y miró a su alrededor orgullosamente, este provoco que Audrey y yo soltásemos unas risitas. Dumbledore hizo otra pausa. Recorrió la sala con una mirada muy seria y nadie movió un dedo ni dijo nada.
-Por hablar de algo más alegre, -continuó
-este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.- dijo Dumbledore, hubo algún aplauso aislado y carente de ganas, pero sólo Harry, Ron, Hermione, una chica pelirroja de segundo, un chico pelinegro con la cara redonda, Percy, Penélope, Audrey yo, aplaudimos con ganas.
Remus parecía un adán en medio de los demás profesores, que iban vestidos con sus mejores togas. Eso fue algo que me resulto divertido.
-¡Mira a Snape! —le susurró el chico Ron a Harry en el oído, pero fui capaz de escucharlo.
Estaban hablando de Severus Snape, también conocido por los merodeadores como Quejicus, el especialista en Pociones, que estaba mirando a Remus con odio, que entiendo perfectamente al igual que Remus.
-En cuanto al otro último nombramiento,- prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin.
- siento deciros que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiró al final del pasado curso para poder aprovechar en la intimidad los miembros que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo ocupará nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques- continuo Dumbledore.
Hagrid recibió mucho más caluroso que Remus, su aplauso fue más caluroso en la mesa de Gryffindor que en las otras mesas. Yo pude ver que Hagrid, estaba rojo como un tomate y se miraba las enormes manos, con la amplia sonrisa oculta por la barba negra.
-¡Tendríamos que haberlo adivinado!- dijo Ron, dando un puñetazo en la mesa.
-¿Qué otro habría sido capaz de mandarnos que compráramos un libro que muerde?- continuo el pelirrojo.
Harry, Ron y Hermione fueron los últimos en dejar de aplaudir; y cuando el profesor Dumbledore volvió a hablar, pude ver que Hagrid se secaba los ojos con el mantel.
-Bien, creo que ya he dicho todo lo importante- dijo Dumbledore
-¡Que comience el banquete!- término de decir Dumbledore.
Las fuentes doradas y las copas que tenían delante se llenaron de pronto de comida y bebida. Yo me sirvi de todo lo que estaba a mi alcance, y empezé a comer.
Fue un banquete delicioso. El Gran Comedor se llenó de conversaciones, de risas y del tintineo de los cuchillos y tenedores.
Finalmente, cuando los últimos bocados de tarta de calabaza desaparecieron de las bandejas doradas, Dumbledore anunció que era hora de que todos se fueran a dormir.
Audrey y yo nos reunimos con los demás estudiantes de la casa Gryffindor que subían en tropel la escalera de mármol y, ya muy cansadas, siguimos por más corredores y subierndo más escaleras, hasta que llegamos a un cuadro, donde Audrey y Remus me habían dicho que allí se encontraba la entrada secreta de la torre de Gryffindor. Los interrogó un retrato grande de una señora gorda, vestida de rosa:
-¿Contraseña?- dijo la Señora gorda.
-¡Dejadme pasar, dejadme pasar!- gritaba Percy desde detrás de la multitud
-¡La última contraseña es Fortuna Maior!- nos dijo Percy a todos.
-¡Oh, no! -dijo con tristeza el chico pelinegro con la cara redonda, que había sido unos de los que habían aplaudido a Remus fuertemente. Audrey me dijo que, él tenía serios problemas para recordar las contraseñas.
Después de cruzar el retrato y recorrer la sala común ( que era fantástica), los chicos y las chicas se separaron hacia las respectivas escaleras. Yo subí las escaleras de caracol con cuidado en no pisar el escalón equivocado, porque Audrey me contó que las escaleras que van a las habitaciones de las chicas tenían trampas antichicos, en algunos escalones. Después de subir las escaleras llegamos a un cuarto de forma circular; con cuatro camas con dosel, cada cama tenía cuatro baúles distintos con las pertenencias de su dueño.
Mi cama resulto estar al lado de Audrey y del baño, y la de Audrey estaba al lado de la ventana.
Nuestras otras compañeras resultaron ser Angelina Johnson, una chica con la piel oscura y el pelo chocolate muy simpática, y Alicia Spinnet una chica con la piel bronceada y el pelo chocolate que también era muy simpática. Ambas juegan al quidditch como cazadoras en el equipo de Gryffindor, ellas me contaron que Harry entro en el equipo como buscador en su primer año. Al escuchar eso no pude evitar sonreír orgullosa por él.
Las cuatro estuvimos hablando durante bastante tiempo, hasta que las cuatro decidimos que era mejor que nos durmiésemos.
__________________________________________________________________
Un besazo de mi parte y espero que os guste la novela. Y también espero que comentéis.
isalala
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
Quedo en gryffindor awwwwwww *-*
ame todo, me gustobel capitulo
Tenemos a los dos potter- eso me dio risa e.e
siguela cuando puedas ;)
Clover
Re: Grace Lily Potter, la hermana mayor del elegido
Me alegro que te haya gustado. Creo que voy a tardar un poco en publicar el próximo capitulo pero lo intentare cuando antes.
isalala
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