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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
lo unico que pido es que estes en mi corazon
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 6. • Comparte
Página 2 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Hola<3
Perdon por haberme tardado.
No tenia internet.
Los capitulos han estado genial!
Asdfghjkls♥ Helen y yo aparecimos.
Jajajajajaj que risa con esos 3 xD
Uhhh le quitaron el auto al negro. Y la chatarra de Styles xD
Muero de risa.
Siguela
Perdon por haberme tardado.
No tenia internet.
Los capitulos han estado genial!
Asdfghjkls♥ Helen y yo aparecimos.
Jajajajajaj que risa con esos 3 xD
Uhhh le quitaron el auto al negro. Y la chatarra de Styles xD
Muero de risa.
Siguela
Leslie Tomlinson
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Hola!
Jajajja que tontos son esos 3
Y me imagine a Zayn arrodillado ante Yaser♥
me alegra que los dejen salir xDD
Que porquería de carro, el que tiene Hazza xD
Siguela. Me gusta como escribes
Jajajja que tontos son esos 3
Y me imagine a Zayn arrodillado ante Yaser♥
me alegra que los dejen salir xDD
Que porquería de carro, el que tiene Hazza xD
Siguela. Me gusta como escribes
DreamForever
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Zayn Malik. escribió:Holaaaaaaaaaaaaaa
Asdfghjkl me encanta como escribes, es tan genial.
Jajajajaja Zayn me mato XD bien malote con mi suegro Yaser:$ y Harry grrrrrrrrr:3 ojala te ligues a otra chica que no sea yo idiota, tu eres mio Edward xd asdfghjkl apareciiii
Me encanta preciosa ¡Siguela!
JAJA QUE BUENO QUE TE GUSTO HERMOSA
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
CLARO NO TE PREOCUPES QUE BUENO QUE TE GUSTOLeslie Tomlinson escribió:Hola<3
Perdon por haberme tardado.
No tenia internet.
Los capitulos han estado genial!
Asdfghjkls♥ Helen y yo aparecimos.
Jajajajajaj que risa con esos 3 xD
Uhhh le quitaron el auto al negro. Y la chatarra de Styles xD
Muero de risa.
Siguela
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
DreamForever escribió:Hola!
Jajajja que tontos son esos 3
Y me imagine a Zayn arrodillado ante Yaser♥
me alegra que los dejen salir xDD
Que porquería de carro, el que tiene Hazza xD
Siguela. Me gusta como escribes
GRACIAS ESTOY FELIZ POR TENER LECTORASCOMO TU
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
HOLISSS¡¡¡ CHICAS ESPERO ESTEN BIEN QUIERO DECIRLES QUE
EN UN RATO SUBIRE CAPITULOS SUBIRE UN MARATON
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
capitulo 10
Al otro lado de la ciudad, Zayn, Harry y Louis estaban buscando a unas chicas guapas con las
que pasar la noche. Por la calle encontraron a tres que paseaban, reían y bromeaban entre
ellas. Pietro se acercó con el coche, y Harry, que estaba sentado delante, bajó la ventanilla e
intentó llamar su atención.
—Eh, chicas, ¿qué decís de dar una vuelta en coche con nosotros?
Al oír que las llamaban, una de las chicas se volvió hacia Harrt.
—Perdona, ¿qué coche?
—¿Cómo que qué coche? ¡Este! —contestó el chico señalando el vehículo en el que iban.
Louis, que no comprendía qué quería decir la desconocida, se arrimó a
Harrypara que lo
vieran.
Las tres rompieron a reír; Zayn y sus amigos se miraron cortados, pero todo se aclaró cuando la
más mona abrió la boca.
—O sea, que esto es un coche… ¡Creía que era una choza!
Y de nuevo se echaron a reír con ganas.
Zayn se estiró en el asiento trasero, tratando de esconderse detrás de Harry por la vergüenza.
Las tres chicas siguieron su camino sin dignarse echar una mirada siquiera. Humillado, Louis
arrancó haciendo chirriar los neumáticos, y dio la vuelta en la primera esquina.
—A lo mejor deberíamos intentarlo con un coche nuevo.
—¡Yo creo lo mismo!
Harry y Zayn se miraron. Ambos sabían que ni con un Ferrari aquellas chicas se habrían dignado
mirar a Louis. Pero indudablemente él no se desanimaba por tan poco.
—¡Venga! ¿Ya os rendís? ¿Por tan poco? Sabed que con este coche he enamorado a las más
bellas de Italia…
—¡Sí, del mundo! —le tomó el pelo Zayn
Lleno de una mal disimulada confianza en sí mismo y en su coche, Zayn convenció a sus
amigos de seguir la búsqueda. Pasaron la noche cosechando humillantes rechazos y burlas de
chicas guapísimas, y cuando ya no pudieron más, Zayn suplicó a sus amigos que terminaran con
esa tortura. Su autoestima estaba por los suelos.
Por el contrario, Louis y Harry estaban especialmente eufóricos esa noche, quizá a causa de
las numerosas cervezas que habían tomado a lo largo del camino. Entonces Harry tuvo una
especie de golpe de genio.
—Louis, se me ha ocurrido una idea fabulosa… ¡Gira a la derecha, en el próximo cruce!
El chico que conducía no respondió, limitándose a asentir. Enseguida intuyó las intenciones de
su amigo e hizo lo que le pedía. Zayn, en cambio, que no conocía bien esa zona de la ciudad, no
conseguía explicarse aquel repentino cambio de rumbo.
—Pero ¿puede saberse adónde diablos queréis ir?
Los otros dos se miraron y rompieron a reír. Luego Harry se volvió hacia su amigo con una
sonrisita maliciosa dibujada en la cara.
—A un sitio estupendo, ahora lo verás, confía en nosotros.
Cada vez más confundido y menos convencido, Zayn miró alrededor y no tardó mucho en
comprender. La carretera estaba oscura, no había iluminación ni mucho tráfico. Aquel no era
un buen barrio, y a los lados de la carretera había una especie de bosquecillo, ideal para
apartarse. En ese preciso instante cayó en la cuenta de quién frecuentaba el lugar.
—¿Adónde coño vamos? Aquí es donde se ponen…
Antes de que pudiera terminar la frase, Louis , excitadísimo, lo interrumpió:
—¡Las prostitutas!
Zayn le lanzó una mirada llena de odio a Harry, quien se justificó.
—¿Qué crees? Es solo para mirar, para echarnos unas risas, nada más que para eso. ¡Relájate,
venga!
Zayn quiso responder, pero se le cortó la respiración cuando Louis , al reparar en dos mujeres
semiocultas por un matorral a la derecha, empezó a señalarlas, soltando las manos del volante
y la vista de la carretera.
—¡Mirad esas muñequitas, miradlas!
—Pero qué coño…
Rápidamente, Harry , sin siquiera terminar la frase, cogió el volante, para evitar que el coche
derrapara y se estrellara contra un muro.
—¡Agarra el volante, imbécil, y mira por dónde vas!
Zayn nunca se había arrepentido tanto en toda su vida de no haberse quedado en casa.
—Ay, perdonad, pero ¿habéis visto a esas? ¡Estaban buenísimas!
—Si tú lo dices…
Louis aminoró la marcha, y Harry se pegó literalmente a la ventanilla para admirar a aquellas
bellezas semidesnudas que esperaban en la cuneta la llegada de clientes, invitándolos a
detenerse.
Aunque contrariado por la situación, Zayn no pudo evitar echar también una mirada, sobre todo
porque su amigo no hacía más que ensalzar la sensualidad y las formas de aquellas chicas. Por
otra parte, podía entenderse el motivo de tanto entusiasmo: Harry todavía no había tenido
ocasión de hacer el amor con una mujer, y sentía el apremio de llegar a la meta de la «primera
vez». Mejor dicho, al punto de partida más que a la meta.
Louis avanzó otro tramo de carretera; luego Harry le rogó que parara.
—Oye, ¿qué quieres hacer, te quieres ir con esas? ¿Estás loco? —Zayn ahora estaba
cabreadísimo—. ¡Vámonos, Louis , venga, arranca!
El coche no se movió ni un milímetro. Louis , en efecto, bastante divertido con la situación,
había parado el coche unas manzanas más allá y no tenía ninguna intención de moverse.
—¡Oye, déjalo! ¿Es que eres su padre? Ya es bastante mayorcito para decidir solo lo que quiere
hacer.
—Pues sí, Zayn, métete en tus asuntos.
—¿Al menos tendrás preservativos? O eres tan capullo para arriesgarte a pillar algo…
Harry echó una rápida ojeada a la cartera.
—La verdad es que no…
—¿No qué?
—¡Que no tengo!
—¡Pues no vas a ningún sitio!
Louis ahora también estaba de acuerdo.
—Zayn tiene razón… Comprendo que te lo quieras pasar bien; hasta ahí, vale, pero no tiene
sentido que arriesgues tu vida por liarte con una de esas…
—Anda, qué bonitas palabras, te llamarán el Dante de los pobres…
—¡Lo siento, chicos, pero es más fuerte que yo, tengo que ir! ¡Ya es hora! Además, necesito
practicar con una mujer experta; si no, ¿qué papelón voy a hacer cuando salga con una chica?
¡Me da miedo no ser capaz de satisfacerla, quedar como un inexperto! No quiero ser un
novato… ¡eso ya me pasa en el instituto!
Harry abrió la puerta e hizo ademán de bajar, pero Louis lo retuvo.
—Espera un momento… yo debo de tener uno…
Louis se puso a buscar en la cartera y Zayn hizo lo mismo en su bolsillo. Pero su amigo lo detuvo.
—Déjalo, yo tengo… ¡Toma!
louis le tendió a Harryel pequeño envoltorio plateado.
—Gracias, te debo un favor.
—No es nada, somos amigos.
Zayn recelaba cada vez más de sus amigos. Estaba seguro de que tenían algún propósito raro.
Mientras Harry se alejaba a la carrera, se asomó por la ventanilla y le gritó:
—¡Haz lo que te parezca, y suerte mañana!
Tras lo cual se estiró en el asiento, cerró los ojos e intentó relajarse.Louis hizo lo mismo.
Al oír las palabras de su amigo, Harry se detuvo un momento. ¿«Suerte mañana»? ¿Qué
quería decir?
Pero no se paró a reflexionar mucho, tan excitado como estaba por la situación. Ya nada podía
desanimarlo, y, en efecto, después de encogerse de hombros y de echar una rápida ojeada a la
cartera, siguió su carrera, feliz de brindarse un poco de placer.
Desde el coche, Louis comentó el extraño aspecto físico de la prostituta con la que se estaba
alejandoLouis, la cual, vista de frente parecía una chica realmente guapa, pero que por su
«lado b» dejaba un poco que desear.
—¡Puede que tenga buenas tetas, pero también unos hombrazos que asustan!
—Pues sí, tampoco me convence su forma de andar…
Zayn sabía que eso le convenía a su amigo: era su primera vez, y hacerlo con una chica normal
—siendo inexperto— podía arruinarle la reputación; ya que no podía presumir de buena
reputación, con una prostituta no podía fallar.
Estaba absorto en sus reflexiones cuando de golpe oyó los gritos de Harry, que corría hacia el
coche como si quisieran matarlo. Unos segundos después, vio a la musculosa prostituta
persiguiéndolo descalza, con los zapatos de tacón alto en la mano.
—¡Arranca! ¡Arranca! ¡Marchémonos pitando de aquí!
Louis, presa del pánico, puso el motor en marcha y salió corriendo sin siquiera darse cuenta de
que Harry no había llegado a subir.
—¡Louis… para! ¡Has dejado fuera a Harry!
—Ay, coño, tienes razón.
Louis retrocedió, hizo subir a Harry y volvió a partir haciendo rechinar los neumáticos.
—¡Corre!
—Pero ¿qué pasa?
—¡Sal de aquí, luego te lo explico!
Durante los primeros minutos de trayecto en el coche reinó el silencio; luego Claudio se decidió
a hablar.
—Muchachos… ¡qué pesadilla! ¿Habéis visto qué tetas? ¡Quién iba a imaginarse que debajo
escondía un palo de escoba!
Zayn y Louis empezaron a desternillarse de risa.
Claudio, abochornado, no pudo sino unirse a ellos.
—¡Jamás me hubiera imaginado que era un hombre!
—¡Uau! ¡A esa sí que no le faltaba nada!
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
capitulo 11
A la mañana siguiente, para gran sorpresa de Harry, desde el instante en que cruzó la verja
del instituto, todos, hasta los chicos a los que no conocía, se pusieron a mirarlo riéndose en su
cara. Pero lo más raro era seguramente el dibujo en el muro de enfrente de su casa. Reparó en
él en cuanto salió del portal. Un dibujo llamativo, hecho con espray rojo fosforescente, que
representaba un palo de escoba.
Harry, medio dormido y como siempre un poco distraído, no prestó mucha atención al dibujo,
y aún menos se le ocurrió que podía referirse a él. Ahora que en el instituto todos tenían ese
extraño comportamiento, le había asaltado alguna duda inquietante.
Ale estaba apartado, rehuyendo a los compañeros para evitar preguntas y chismes, pero sobre
todo por miedo a que saliese a relucir también su nombre. Aunque nadie le había dicho nada,
estaba seguro de saber de qué se reían.
Cuando Harry lo vio en el pasillo se acercó a él, feliz de encontrar por fin una cara amiga.
—¿Qué les pasa a todos hoy? ¡Parece que me he convertido en el hazmerreír del instituto!
—Anda, ¿qué habrá pasado? ¿Qué motivo puede haber para que te tomen el pelo?
Harry se encogió de hombros.
—¿No recuerdas lo que te grité anoche?
—¿Anoche? ¿Cuándo?
Como siempre, estaba en la luna.
—¡Anoche, cuando te fuiste corriendo hacia esas «guapas señoritas», imbécil! ¿Por qué crees
que te deseé buena suerte para hoy? ¿Qué creías, que nadie más que nosotros se iba a enterar
de tu aventura? ¿No se te ocurrió que en cuanto llegáramos a casa alguien llamaría a medio
mundo para contar tu hazaña?
—Quieres decir que el cabrón de Louis…
—¡Exactamente! —Zayn empezó a aplaudir con ironía—. ¡Por fin caes! Pondría la mano en el
fuego. Con toda seguridad lo hizo después de que nos dejara en tu coche. Pese a todo, te diré
que tampoco lo lamento tanto, puede que así no se te vuelva a ocurrir ir con esas, mejor dicho,
con esos…
—… ¡putos! —terminó la frase un compañero que pasaba a su lado, gritando para que lo
oyeran todos y carcajeándose con su grupito.
—¡Mira qué bochorno me haces pasar! —Zayn le dio una palmada a su amigo.
—¿Y yo qué culpa tengo? ¿Cómo iba a saber que ese era un hijo de puta?
—¡Oye, ya está bien de hablar de putas a estas horas de la mañana! ¡Aunque mira que fue
gracioso que encontraras a un superdotado en vez de a una señorita! ¡Menuda sorpresa, ¿eh?,
ese palo de escoba!
Zayn se partía de risa.
—Ahora por su culpa todos pensarán que soy una especie de maníaco pervertido… ¡Qué
cabrón! ¡No creía que ese idiota tuviera la lengua como el culo! ¡Vaya papelón!
—Es un puñetero poli. Que al menos te sirva de lección…
—¿Cómo?
—¡Digo que al menos habrás aprendido la lección!
—No, ¿qué has dicho antes?
—¿Antes de qué?
—Antes de eso de la lección…
—Ah, que es un puñetero poli… Son dichos sicilianos. Mi padre tiene uno para cada ocasión.
—Muy bueno… ¡puñetero poli! Diría que da la idea de quién es, me gusta: ¡LOUIS el puñetero
poli!
Harry ya estaba maquinando su venganza. En ese preciso instante sonó la campana que
anunciaba el principio de la primera hora de clase. Cuando los dos se disponían a entrar en el
aula, los retuvo un compañero, que se les acercó y empezó a hablarles. Zayn y Harry se
quedaron bastante sorprendidos, ya que ese chico solía estar siempre solo y casi nunca hablaba
con nadie. Imaginándose el tema de conversación, Harry se le adelantó.
—¡Oye, si tú también vienes a decirme lo depravado que soy, te lo puedes ahorrar, porque te
aseguro que me he dado cuenta solo, así que te puedes largar!
Tras decir eso dio media vuelta y empezó a caminar hacia el aula. Tímidamente, el chico le dio
alcance, se acercó a su oído y le susurró algo que Harry no entendió.
—¿Qué has dicho? Oye, sube un poco la voz, no te he entendido; ¿de qué tienes miedo?
El chico miró primero alrededor, evidentemente abochornado, luego se acercó de nuevo, esta
vez tratando de que también lo oyera Zayn.
—¿Me lleváis con vosotros la próxima vez que vayáis?
—¿Adónde?
Harry, que en realidad había comprendido a qué se refería el chico, de todas formas prefirió
que hablara con claridad.
—A donde estuvisteis anoche… Yo también iba antes, pero hace mucho que no voy. Eso sí, una
cosa, ¡yo quiero chicas de «verdad»!
Ale se echó a reír, y ya iba a decirle que se fuera, pero las palabras se le quedaron en los labios,
porque Harry se le adelantó.
—Vale, de acuerdo, se puede hacer. Pero tendrá que ser mañana por la noche, hoy no puedo.
Quedemos a las nueve en punto en el local que hay aquí detrás, al lado del instituto. Como no
seas puntual, no vamos a ningún sitio.
Zayn, incrédulo, no tuvo tiempo de objetar nada, porque el chico ya se había ido corriendo, de lo
más contento. Sin saber aún si reír o llorar, su amigo lo había cogido del brazo y lo estaba
arrastrando hacia el aula.
Zayn se paró de golpe y se soltó.
—¿Te has vuelto loco? ¿Piensas antes de hacer las cosas o esa cabezota que tienes está
totalmente vacía? Entiendo tu empeño en «practicar» para no hacer el ridículo con una chica,
pero ¿no crees que te estás pasando?
—Relájate, coño, ¡qué pesado te pones! ¡No pasa nada! ¡Al revés, a partir de pasado mañana se
reirán de él y no de mí! Además, la verdad es que anoche me lo pasé bien. Aunque no hice nada
todo el mundo habla de mí, así que por qué no hacerlo de verdad. Todo el mundo sabe qué ha
pasado, de modo que por qué privarme de semejante experiencia. ¡Me convertiré en el rey del
sexo!
—Si fuese tú no iría tan campante. De todas formas, ya me tienes harto, haz lo que quieras,
total, tú solito te metes en líos. Pero ni se te ocurra pedirme que te acompañe. Y ahora
vámonos, que ya es tarde…
En efecto, hacía varios minutos que la campana había sonado y ellos seguían hablando en el
pasillo.
Zayn empezó a andar, pero el otro se quedó parado donde estaba.
—¿Qué clase de amigo eres? ¿Qué significa esto? ¡Tú mañana vienes conmigo y no hay excusa
que valga!
—No jodas, ya tienes con quién ir, no pienso ir a ninguna parte…
—¿Quién, ese chiquillo? ¡Si es un chavalín, todavía menor que nosotros! Además, ¿te has fijado
en él? ¿Cómo quieres que me divierta con alguien así? ¡Venga! Paso a recogerte a las nueve
menos cuarto. Y ahora démonos prisa, que es tarde.
—No me gusta ese tío, yo no voy si él te acompaña. —En realidad, Zayn solo estaba buscando
excusas, porque no le apetecía nada ir con Harry.
—¡Uf! ¡Menos mal que eres mi mejor amigo! Pues iré solo. ¿Estás contento?
—¿Solo? ¿Qué vas a hacer solo? ¡De verdad, no has entendido nada!
—Entonces, ven conmigo.
—Y si luego resulta que ese es como Louis, dime con qué cara me presento al día siguiente en
el instituto.
—¡Hombre! Ese no abre la boca ni cuando los profesores le preguntan algo. Venga, por lo que
más quieras, hazme este favor y no volveré a pedirte nada en lo que queda del curso.
—No.
—Por favor…
—Ni hablar.
—Te traeré al instituto y te llevaré a casa durante un mes.
—Qué bien, así no solo llegarás tarde tú, sino también yo, un plan sensacional…
Harry permaneció unos segundos en silencio, sin saber si jugarse o no su última carta. Por fin
se lanzó:
—Pues si no me acompañas, le contaré a todo el mundo que anoche estabas conmigo.
—Nadie te creerá.
—Es mi palabra contra la tuya.
—Justamente… ¡Mira que eres gilipollas! Esto se llama chantaje, ¿sabes?
—Ya, ¿ves hasta dónde me haces llegar? ¿Qué clase de amigo eres? Tengo que suplicarte para
convencerte de que salgas conmigo.
—¡Uf! Vale, de acuerdo, acepto para que en lo que queda de día no me jodas más. —zayn estaba
resignado—. Pero démonos prisa, que es tardísimo.
—Vale, vamos, y mil gracias, verás como no te arrepientes.
—Ya, seguro que no.
Echaron a correr por el pasillo, y cuando ya casi habían llegado al aula, Harry paró de golpe.
—Eh, ¿qué coño haces? —Zayn también se detuvo.
—¿Ayer estudiaste?
—Nunca he estudiado tanto en toda mi vida —contestó Zayn, recordando la regañina de su
padre del día anterior.
—Pues deja que copie los ejercicios antes de entrar en clase, porque no los he hecho.
Harry retuvo a su amigo por la cazadora: Zayn, en efecto, se disponía a llamar a la puerta del
aula.
—¿Ejercicios? —preguntó retirando el brazo—. ¿De qué ejercicios hablas?
—¡Los de matemáticas, idiota!
Harry apartó de la puerta a Zayn, temiendo que la profesora los oyese.
—Pero si hoy es martes, y no tenemos matemáticas los martes.
—¿Qué dices? ¡Hoy es miércoles, memo! Tenemos matemáticas las dos primeras horas.
¡Despierta, bello durmiente!
Harry lanzó una sonora carcajada.
—¡Chissst! ¿Quieres que nos oigan? ¡Joder, tienes razón!
Tras mirar la fecha en su reloj de pulsera, Ale se dio un manotazo en la frente.
—¡Hoy es miércoles! Estaba convencido de que era martes. ¿Y ahora qué hago? Como me
suspendan otra vez, me juego la selectividad.
El muchacho trató de imaginarse cómo reaccionaría su padre ante semejante noticia. Nunca le
habría creído que se había confundido de día, y ya se veía condenado a trabajos forzados,
moviendo enormes piedras bajo el sol, empapado de sudor, muerto de sed y hambriento.
Se acordó del examen de historia del día anterior, que no había sido un examen propiamente
dicho, sino una interpretación teatral: según él, los franceses no habían tomado la Bastilla, sino
que se habían subido a la Bastilla, y Garibaldi había obligado a mil hombres a llevar camisa roja
a saber por qué extraño motivo.
Si seguía así, a buen seguro tendría las puertas del teatro abiertas, pero otra cosa es que su
padre valorara su talento.
—¡Joder, estoy acabado!
—Hagamos lo siguiente…
Tras reflexionar unos minutos,Harry tuvo uno de sus típicos golpes de genio. Ale se asustó
todavía más, porque sabía perfectamente, incluso por experiencia propia, que las ideas de su
amigo no podían en ningún caso definirse como brillantes; es más, solían ocasionar problemas.
Pero ya estaba resignado a lo peor.
—Veamos… —dijo abriendo los brazos y mirando hacia el cielo, como para hacer una silenciosa
llamada de socorro.
—Podrías fingir que estás pachucho, así también justificaríamos el retraso.
Zayn miró el reloj. Llevaban más de media hora de retraso.
—Podríamos decirle a la profe que te has sentido mal en el pasillo y que hemos ido al lavabo.
De ese modo justificamos el retraso. Luego diremos que sigues pachucho, y unos minutos
después necesitarás volver al lavabo y yo te acompañaré. Pasaremos ahí toda la hora y cuando
volvamos la profe ya habrá terminado de hacer las preguntas; así yo también me habré salvado.
¿No es una idea genial?
Harry podía imaginarse ya toda la escena. Lástima que Zayn no la encontrara nada genial. Al
revés, la idea le parecía disparatada, pero a esas alturas, con tal de salvarse, le daba lo mismo
jugarse el todo por el todo.
—¡Bueno, intentemos hacer lo que dices, y que Dios nos ayude!
Se acercó a la puerta, pero antes de llamar se santiguó.
—¡Adelante!
La profesora, desde el interior del aula, los invitó a pasar. Harry pasó primero, con su cara de
pillo, y detrás de él Ale, que a duras penas trataba de fingir que se encontraba mal con la mano
contra el estómago, quejándose y mirando el suelo por temor a que la profesora descubriese la
patraña.
—¡Perdone el retraso, profesora! —empezó Harry antes de darle tiempo de que abriera la
boca—. Mi compañero se ha sentido mal esta mañana en el pasillo, de modo que he tenido que
acompañarlo al lavabo y he esperado hasta que ha podido sostenerse en pie.
Sentada detrás de su mesa, la mujer no dijo nada, limitándose a asentir. Con un gesto les indicó
luego a los chicos que se sentaran. En su fuero interno Zayn rogaba que todo saliera bien y que
Harry no hiciese una de las suyas. Se sentó en su sitio y apoyó la cabeza en el pupitre,
procurando poner cara de dolor. Entonces, la profesora, mientras hojeaba las páginas del libro
de calificaciones, preguntó:
—Y bien, ¿qué es lo que le pasa exactamente a nuestro Malik?
Zayn abrió la boca para responder, pero Harry se le adelantó.
—Problemas de estómago, creo. Hace poco ha vomitado hasta el alma…
Tras esas palabras, un murmullo general se elevó desde los pupitres. Los compañeros, que
conocían bien tanto a Zayn como a Harry, intuían cuán poco de cierto había en aquello.
Ale seguía rogando que su amigo guardase silencio, porque estaba seguro de que, como
siempre, no tardaría en meter la pata.
—¿No me diga? —La docente elevó la mirada del libro de calificaciones, y dirigiéndose a Zayn
añadió—: Se ve que ayer tuvo indigestión de ejercicios…
La ironía de la frase hizo que todos, incluido harry, rompieran a reír.Zayn estaba empezando a
tener sudores fríos y para escapar de esa situación pidió permiso para volver al lavabo con
Harry, con la excusa de que tenía náuseas y un fuerte dolor de estómago.
Aunque poco convencida, la profesora los dejó salir.
Apenas habían salido del aula cuando Ale lanzó un suspiro de alivio.
—¡Uf… creía que no iba a salir bien! Pero tampoco hacía falta que fueras tan trágico…
—¿Encima te quejas? Tendrías que darme las gracias, porque se notaba a la legua que estabas
fingiendo. ¡O peor aún, de no ser por mí, la profe nos habría descubierto y nos habría
preguntado por los ejercicios enseguida!
—Sí, claro…
—Mira que eres desagradecido…
—¿De qué hablas?, oye, que yo…
La discusión la interrumpió un hombre distinguido de unos cuarenta años, apuesto, con
chaqueta y corbata, que les preguntó por el despacho del director Zayn y Harry se apresuraron
a decirle dónde estaba y en cuanto el hombre se alejó siguieron discutiendo animadamente.
Pocos minutos después, Giorgio Luciani, de regreso del despacho del director, volvió a pasar a
su lado y se despidió de ellos, y una vez más les dio las gracias por las indicaciones.
—¿Ves a ese? Tiene que ser un pez gordo —dijo Zayn.
—Pues sí, creo que esta vez tienes razón, solo hay que verle la ropa…
Lo siguieron con la vista, luego se asomaron por la ventana para ver qué coche tenía. Lo vieron
alejarse en un Mercedes de gran cilindrada.
—¡Caray, ese tiene que estar forrado para permitirse un coche así! ¡No como nosotros dos,
puñetas! Hay gente con suerte. A algunos les sobra el dinero, y otros apenas tienen. Qué
injusticia, joder.
—Pues sí, ¿te imaginas que nosotros fuéramos en un coche así en vez de en mi cafetera?
Tendríamos a las mujeres más guapas a nuestros pies…
—Ajá, de modo que tú mismo reconoces que tu coche es una pieza de museo.
—Vale, ¿y qué? ¡Eso no te da ningún derecho a criticarlo! Además, no eres más que un
desagradecido. Da las gracias, anda, que a pesar de sus años mi coche te lleva a todas partes;
de no ser por él tendrías que moverte a pie.
—¡Uf, qué plasta eres! Haz algo útil, mira por el ojo de la cerradura y fíjate en cómo van con las
preguntas.
Harry se agachó para curiosear lo que estaba ocurriendo en la clase por el pequeño agujero
de la puerta, y tuvo la impresión de que la profesora ya no le estaba preguntando a nadie.
Con un gesto le indicó a Zayn que se acercase y le dijo en voz baja:
—Creo que ya ha acabado, podemos pasar.
Tras decir eso llamó, esperó que le diera permiso, abrió y dijo:
—Profesora, Malik ya se encuentra algo mejor, ¿podemos entrar?
La mujer los observó durante un segundo, luego bajó la vista para repasar el libro de
calificaciones que tenía abierto sobre su mesa. Ambos aprovecharon para contemplar a la joven
profesora. No tenía más de treinta años y un físico impresionante, que resaltaban aún más la
falda ceñida y la camiseta ajustada. Era alta y esbelta, y siempre llevaba zapatos de tacón. Tenía
también una cara bonita, ojos muy grandes y un estupendo pelo negro azabache que le caía
suelto sobre los hombros.
Harry y Zayn acababan de sentarse en su sitio y estaban cruzándose miradas cómplices, dando
rienda suelta a su imaginación.
La profesora estropeó sus fantasías pidiéndole a Harry que le enseñara su cuaderno de
ejercicios. El chico asintió y, con gesto tranquilo, fingió que buscaba dentro de la mochila: por
suerte era muy creativo y siempre tenía un montón de recursos.
Zayn empalideció y, asustado, puso nuevamente la cabeza sobre el pupitre con la cara de dolor
de antes.
—Lo siento, no lo encuentro. Creo que me lo he olvidado en casa. —Harry se justificó así,
rascándose la cabeza con aire afligido.
—Bueno, pero has hecho los ejercicios, ¿no?
—¡Claro! —mintió descaradamente.
—Entonces no tendrás ningún problema en desarrollarlos de nuevo en la pizarra, ¿no? Vamos,
ven a hacer el ejercicio de la página ciento veinticinco, el número diez.
Ahora Harry no sabía qué hacer, pero encontró otra excusa.
—Justo el que no he hecho, no lo he entendido…
—Vale, pues ven a hacer el ejercicio número once de la misma página.
—Ejem… Ese tampoco lo he hecho…
La profesora lo miró directamente a los ojos, se quitó las gafas y le pidió que dijera la verdad.
—Vale, está bien, en realidad no he hecho ninguno, no he podido…
La mujer no dijo nada y se limitó a marcar en el libro de calificaciones un dos, que pasó a
engrosar una larga serie de malas notas. A la vista de su trayectoria, a buen seguro no iba a ser
la última antes de final de curso.
Harry bajó la vista al libro que tenía delante y ya no se atrevió a alzarla más durante el resto
de la clase.
La mujer se dirigió luego a Zayn
—Y tú, MALIK, ¿quieres venir a desarrollar algún ejercicio en la pizarra?
«Joder. Me ha pillado. Joder, ¿ahora qué le cuento? Qué horrible sensación la de saber que no
sabes. Y pensar que ayer estudié. Al menos un cuarto de hora. Bueno, diez minutos. Pero ya es
algo. ¿Qué voy a hacerle si no entiendo las matemáticas? ¿Qué voy a hacerle si creía que hoy
era martes? Pero si lo cuento nadie me creerá. ¡Y solo es la segunda hora! ¡Vaya día de mierda!
Ya, pero mientras tanto, ¿qué le digo a esta? Joder.»
—¿Y bien, Malik? Estoy hablando contigo, ¿es que se te ha comido la lengua el gato?
«Oh, no, de eso nada, tengo lengua, si quieres te la enseño, pero como yo quiera, como me
gusta a mí. ¡Ya veremos si después sabes mantenerte alejada de mi lengua!»
—La verdad es que todavía no me encuentro muy bien —fue la única respuesta que pudo
pronunciar.
La profesora, soltando sobre su mesa el bolígrafo, que rodó por encima de las páginas del libro
de calificaciones, regañó al muchacho elevando ligeramente el tono de voz.
—Espero que comprendas cuál es tu situación.
Luego cruzó las piernas, tratando de mantener una actitud severa.
—¡Es más, espero que los dos lo comprendáis! ¡Me refiero también a ti, Styles! Estamos a
mitad de curso y todavía no habéis respondido bien a ningún repaso, mejor dicho, nunca habéis
venido a ningún repaso. Solo tenéis una serie de notas de mala preparación en el libro de
calificaciones. ¿Sabéis que si seguís así no vais a ser admitidos en los exámenes? ¿Puede
saberse cómo pensáis recuperar?
Zayn que tenía todavía la cabeza en el pupitre, se vio estimulado por el triángulo negro de las
braguitas de encaje de la profesora, que solo él, desde esa posición, podía entrever en ese
rápido movimiento de piernas.
«¿Que cómo pienso recuperar? ¿Y hace falta preguntarlo?»
—A lo mejor sexualmente…
Una extraña sensación lo asaltó en cuanto esas palabras se le pasaron por la cabeza. Era como
si sobre él pesase algo, como si alguien le estuviese lanzando una mirada dura, violenta, llena
de odio y de desprecio. Solo al alzar la mirada y cruzarse con la de la profesora, se dio cuenta de
que había pensado en voz alta.
—¿Qué has dicho?
La profesora ahora estaba de pie al lado de su mesa.
Sin saber bien qué hacer, Ale masculló algo que nadie pudo entender, y ella se irritó todavía
más.
—¡Sal inmediatamente! —gritó señalando la puerta, con la cara roja y con la voz temblando de
cólera.
Mortificado, el chico se levantó y salió del aula en silencio, imaginándose condenado ya no a
trabajos forzados, sino, en el mejor de los supuestos, directamente al patíbulo
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
capitulo 12
—¡Cariño, por fin! Esta mañana has salido tempranísimo, ni siquiera te he oído cuando te has
levantado. Pero ¿dónde has estado?
Sonriendo, Giorgio le dio a Ambra un tierno beso en los labios, feliz de que su mujer siguiese
siendo igual que cuando se habían casado: una mujer joven un poco nerviosa, a veces incluso
demasiado, pero dulce y llena de atenciones y de afecto.
—Echa un vistazo a la calle, al camino. —Giorgio la cogió de la mano y la llevó hasta la
ventana—. Tengo una sorpresa para ti.
Su mujer se acercó a la ventana, apartó la cortina y vio un Mercedes gris aparcado en el camino
de delante de la villa.
—Pero… ¿es nuestro?
—Lo he alquilado esta mañana. Usaremos este hasta que lleguen los nuestros de Bogotá. Y hay
algo más…
Antes de continuar cogió la caja de galletas, la abrió y sacó dos. Le dio un bocado a una con
ganas y la otra se la tendió a su mujer.
—He estado en el instituto, en ese del que te hablé ayer, y he hablado con el director sobre la
incorporación de _______ , helen y Leslie . No debería haber problemas. Es más, creo que pronto podrá volver a
estudiar. ¡Les encantará! Parece un instituto estupendo, bien llevado; he visto los programas y
creo que no tendrá especiales problemas de adaptación. Siempre le ha gustado leer los clásicos
de la literatura italiana, y en el colegio privado al que iba en Bogotá le han dado una excelente
preparación en las asignaturas más importantes. Es una buena noticia, ¿no?
Su mujer le sonrió con gratitud.
Giorgio solo necesitó unos segundos para descifrar el mensaje. Sonriéndole a su vez, le cogió la
cara entre las manos y le arrancó de los labios un trocito de galleta.
—Ya te había dicho que podías confiar en mí. Ahora voy a conocer a los vecinos, nos vemos más
tarde. Te quiero, cariño…
Le dio otro beso rápido en los labios y salió canturreando.
Ambra lo vio por la ventana recorrer el camino, cruzar la verja y dirigirse a la villa de al lado.
—Ojalá que haya alguna chica para que ______ , helen y leslie puedan hacer pronto nuevas amigas. No soporto
verlas así.aunque estén juntas yo se que extrañan asus demás amigos
—Mamá, ¿con quién hablas? —_________ la sacó de sus pensamientos en voz alta.
—Oh, con nadie, cariño, qué quieres, me estoy haciendo mayor y hablo sola.
Un poco abochornada, siguió fregando las tazas del desayuno.
Había pasado buena parte de la mañana viendo fotos de sus amigos de Bogota con Helen y Leslie y se había deprimido
muchísimo. Echaba de menos a sus amistades, la vida en Bogotá, sus costumbres, pero lo que
peor llevaba era el silencio de su móvil, no tener noticias de alguien que parecía haberla
olvidado y borrado de su vida para siempre.
Entretanto, Giorgio había llegado a la villa de los vecinos. Era un poco más pequeña y un poco
más vieja que la suya, precisaba de unos pequeños arreglos aquí y allá, pero no dejaba de ser
una vivienda preciosa. Llamó al timbre y esperó unos segundos.
Cuando la puerta se abrió, apareció delante de él una chiquilla un poco más baja que su hija,pero alta de 1.70m
pero igualmente hermosa con una cabellera larga y ondulada,se tiño de rubio por que no le gustaba el castaño orginal ,sus ojos grandes y expresivos de un color no tan visto : Azul verdoso con toques mieles ,sus mejillas adornadas por hoyuelos al sonreir ,labios en forma de corazon finos y un poco carnosos ,dentadura blanca, su piel blanca casi palida De complexión delgada ,con buen busto y un trasero redondo. que debía de tener más o menos la
misma edad que ___________. Y le estaba sonriendo.
—¡Hola! ¿En qué puedo servirle? ¿Qué desea?
Giorgio empezó a rascarse la cabeza, un poco azorado.
—Bueno, a decir verdad no busco a nadie en concreto. Llegué ayer de Colombia con mi familia
y vivimos en la villa de al lado —dijo señalándole a la chica su casa.
—¡Ah, sí!
—Por eso he pensado venir a presentarme. Espero no haber molestado.
La chica sonrió de nuevo e invitó al hombre a pasar.
—¿Qué dice? ¡No molesta para nada! Al revés, ha hecho muy bien en venir. ¡Encantada, soy
Ximena Elizabeth Horan O´Connor O´Connor
Se estrecharon la mano, y Giorgio entró en la casa.
—Gracias, muy amable. Me llamo Giorgio, Giorgio Luciani, encantado de conocerte.
—Por favor, siéntese en el sofá. Voy a llamar a mi hermano, espéreme solo un segundo.
Giorgio asintió, se sentó donde le había indicado la chica y aprovechó para echar un vistazo
alrededor. La casa estaba bien cuidada, bien decorada y brillaba como un espejo. Minutos
después Ximena regresó acompañada por un chico alto y delgado, rubio y con los ojos
azules,
—Él es mi hermano Niall Jamen Horan
Giorgio sonrió al recién llegado. Luego Ximena le dijo a su hermano:
—Es nuestro nuevo vecino, llegó ayer con su familia. Se llama Giovanni, vienen de Colombia.
Niall le tendió la mano, y el hombre se apresuró a corregir:
—¡Giorgio, Giorgio Luciani! Ese es mi nombre. Espero no haber molestado.
Se fijó en el pelo mojado del chico mientras le estrechaba la mano.Niall intuyó los
pensamientos del nuevo vecino y lo tranquilizó.
—Descuide, no molesta en lo más mínimo. Acabo de ducharme. ¡Es un placer conocerlo!
—¡El placer es mío! ¿Vuestros padres no están en casa?
Silencio.
—Perdonad, ¿he sido indiscreto?
Giorgio se sintió un poco violento por la rara expresión de los dos chicos. Enseguida se dio
cuenta de que había algo que no era normal.
—A decir verdad —empezó Niall claramente incómodo—, nuestros padres se separaron hace
mucho tiempo y nosotros ahora vivimos solos.
—Disculpadme, no quería…
—Descuide —intervino Ximena recuperando la sonrisa—. Ya ni nos acordamos de eso. Por
suerte nos las arreglamos bien solos. Además, hay cosas peores en la vida, ¿no?
Giorgio no pudo contradecirla, y le encantó encontrar en esa chiquilla un carácter tan optimista
como el de su hija. Supuso que no tardarían mucho en hacerse amigas. Sin pensárselo dos
veces, los invitó a los dos a su casa.
—Tengo una hija de aproximadamente tu edad. Dieciocho años, ¿no? Estoy seguro de que os
caeréis bien. Ella todavía no ha conocido a nadie por aquí, de modo que estará encantada.
—Iré de todas formas —exclamó ella—. ¡Tengo Dieciocho años igual¡
! ¡A mí también me encantará conocerla!
—Lamentablemente, yo no puedo —intervino Niall disgustado—. Dentro de un rato tengo que
irme al trabajo, pero le aseguro que pasaré otro día; si puedo, mañana mismo.
—¡Perfecto! Pues te esperamos más tarde,Ximena.
—¡Sin falta!
—Ahora tengo que dejaros, porque tengo que arreglar un montón de cosas. ¡Espero veros
pronto, adiós y gracias por todo!
Giorgio les estrechó de nuevo la mano. La mirada de Ximena se le quedó grabada. Con lo joven
que era ya había visto desmoronarse a su familia, pese a lo cual conservaba una expresión
dulce y serena. Otro en su lugar sentiría rencor contra todo el mundo. Aquella chica era una
cachorrita, pero muy madura para su edad.
XIMENA e Niall lo acompañaron a la puerta y se despidieron de él calurosamente. El muchacho
volvió a entrar rápidamente en casa, mientras que su hermana se quedó un rato en el umbral,
siguiendo al vecino con la mirada mientras se alejaba. Vio cómo abría y cerraba la enorme verja
de su villa y cómo a mitad de camino una guapa chica morena salía a su encuentro, abrazándolo
y dándole un beso en la mejilla. Luego, riendo, se alejaron hacia casa. No pudo ver más, porque
los grandes árboles del jardín se lo impedían.
«¡Parecen una bonita familia, quién sabe si se dan cuenta de lo afortunados que son!», pensó
mientras cerraba la puerta y entraba en casa. Un manto de nostalgia se le imprimió en el rostro,
que se le ensombreció durante un segundo. «No debo estar triste —se dijo moviendo la
cabeza—. Tengo a mi hermano, no estoy sola…»
Aquel pensamiento la hizo sonreír, se enjugó una lágrima y continuó con las tareas domésticas,
que había interrumpido cuando había sonado el timbre.
—¿Piensas ir a ver hoy a los Luciani? —le preguntó Niall antes de salir.
—No lo sé, tengo muchas cosas que hacer en casa, no sé si me dará tiempo.
—Oye, de vez en cuando puedes tomarte un descanso. ¡Desde que acabaste el instituto apenas
sales! Además, me quedo más tranquilo si no te dejo sola.
Niall le acarició el pelo con cariño.
—Anda, no soy tu perrito —protestó ella con los brazos en jarras, sonriendo y apartando la
cabeza—. Ya veremos; de todas formas, te mandaré un SMS diciéndote qué hago. No vienes a
cenar, ¿verdad?
Él negó con la cabeza y se encaminó hacia la salida, acompañado por Ximena.
—Venga, que si no llegas tarde… ¡Te quiero, hermanote!
Antes de que se marchara lo abrazó con fuerza y esperó en el umbral, como una esposa atenta,
a que el muchacho se hubiera alejado en coche por la carretera.
Entre una cosa y otra se hizo enseguida de noche y Ximena miró alrededor, feliz de haber hecho
todo lo que tenía que hacer. Así pues, decidió visitar a sus nuevos vecinos: había pasado la
tarde preparando una deliciosa tarta de manzana para no presentarse con las manos vacías,
esperando que les gustara.
Ya estaba lista para salir y se estaba poniendo la cazadora cuando oyó un gran trasiego en el
jardín de los Luciani. Se asomó por la ventana y vio que había un gran camión aparcado delante
de la villa. Unos chicos estaban llevando cajas y muebles a la casa, bajo la dirección de doña
Ambra.
Supuso que era el camión de mudanzas procedente de Colombia y pensó que no era el
momento apropiado para presentarse. Seguramente tenían que colocar todas sus cosas y una
visita solo habría sido un engorro.
Así que se quitó la cazadora, guardó la tarta en la alacena y comenzó tristemente a prepararse
una frugal cena: pan de molde con jamón y mayonesa. Luego encendió el televisor e hizo un
repaso de todos los canales con el mando a distancia, pero no había nada que mereciese la
pena. Cuando hubo acabado de cenar, volvió a su habitación, se echó en la cama y siguió
leyendo el libro que había comprado hacía unos días.
Era una historia ambientada en la Sicilia de antaño, que narraba el amor entre una chica y un
policía, forzados a dejarse por culpa de un jefe mafioso, y de su reencuentro ya mayores,
convencidos de que ya no había lugar para los sueños o para el amor: en cambio, la vida es
capaz de sorprenderte incluso cuando crees que ya nada maravilloso te puede ocurrir.
En su última lectura había dejado a la pobre chica a merced de unos hombres que la habían
raptado, y ahora tenía curiosidad por ver qué pasaba.
Se acordó de la dependienta que le había recomendado ese libro, diciéndole que se trataba de
una historia real.
Durante un instante apartó los pensamientos de la lectura.
Ella también se moría de ganas de enamorarse y asimismo, al igual que otras chicas de su edad,
había perdido la fe en el amor y en la vida. Sin embargo, si aquel libro contaba una historia real,
quizá aún cabía la posibilidad de vivir aquel cuento de hadas con el que tanto soñaba. ¡Quién
sabe, a lo mejor incluso a los ochenta años! ¿Qué importa la edad? ¡Lo que importa es vivir tu
propio cuento de hadas!
—¡Qué pena que los Luciani no tengan también un hijo! —exclamó riendo.
Aunque no lo hacía notar, en realidad se sentía muy sola y le habría encantado pasar una
velada acompañada, pero esa noche había salido así.
Por la ventana que había dejado abierta alcanzaba a oír los gritos de _____ quien, en el jardín,
mostraba la inmensa alegría de ver a Rómulo y Remo, los dos perros de casa que ladraban y
meneaban el rabo, felices de estar de nuevo con ella.
Cuando por fin todas las cajas estuvieron colocadas dentro de casa, Giorgio le informó a su hija
de que pronto podría volver a un instituto muy parecido al que tenía en Colombia.
Naturalmente, había elegido para ella el mejor de Livorno. La muchacha se mostró realmente
encantada. Ya estaba harta de quedarse en casa y no veía la hora de hacer nuevas amistades.
Después de cenar, cuando se retiró a su habitación, _____vio la luz encendida de los vecinos.
Recordó lo que le había contado su padre de aquella mañana y se dijo que si la chica que vivía a
su lado no había ido a verla, iría ella a llamar a su puerta.
Volvía a estar serena, quizá porque había recuperado todos los objetos de la vieja casa, que le
devolvían una parte de su pasado reciente. Ahora podía empezar de nuevo. Su madre y su
padre estaban cerca de ella, Rómulo y Remo estaban ahí, y una nueva amiga estaba a punto de
entrar en su vida. Y, además, reanudaría los estudios, que era algo que le gustaba, y conocería a
gente nueva con la que compartiría las etapas bonitas y feas de su nuevo camino. Durante un
instante sintió cómo la adrenalina circulaba por su cuerpo, pero consiguió mantener la calma.
Antes de dormirse cogió el móvil y, como todas las noches, lo llamó. Y, como todas las noches,
no obtuvo respuesta. Y también esa noche, mientras trataba de conciliar el sueño, volvió
a hacerse mil interrogantes a los que no sabía dar respuesta.
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Asdfghjkls♥
Me han encantado los capitulos.
Jajajaja xD que risa con los chicos. Todo asustado el Harry por "el palo de escoba" xD
Muero.-. Uhhh ese Zayn que piensa en voz alta. Siguela.
Cada vez se pone mas buena.
Besos
Me han encantado los capitulos.
Jajajaja xD que risa con los chicos. Todo asustado el Harry por "el palo de escoba" xD
Muero.-. Uhhh ese Zayn que piensa en voz alta. Siguela.
Cada vez se pone mas buena.
Besos
Leslie Tomlinson
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
holiss que bueno que te gustaron losLeslie Tomlinson escribió:Asdfghjkls♥
Me han encantado los capitulos.
Jajajaja xD que risa con los chicos. Todo asustado el Harry por "el palo de escoba" xD
Muero.-. Uhhh ese Zayn que piensa en voz alta. Siguela.
Cada vez se pone mas buena.
Besos
capítulos
besos
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Jajajajaj.
Tienes que seguirla. Ese Harry pensando que era mujer.
Y ese Zayn pensando en voz alta.
Asdfghjkls aparecio Niall♥
Siguela.
Tienes que seguirla. Ese Harry pensando que era mujer.
Y ese Zayn pensando en voz alta.
Asdfghjkls aparecio Niall♥
Siguela.
DreamForever
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
holooooooooo
asdfghjkl
rei tanto con todos los capitulos xd me mato Harry, pero eso le pasa por ser pervertido xddd
naaaaah siguelaaaaaaaa
*----*
asdfghjkl
rei tanto con todos los capitulos xd me mato Harry, pero eso le pasa por ser pervertido xddd
naaaaah siguelaaaaaaaa
*----*
Travis
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
DreamForever escribió:Jajajajaj.
Tienes que seguirla. Ese Harry pensando que era mujer.
Y ese Zayn pensando en voz alta.
Asdfghjkls aparecio Niall
Siguela.
que bueno que te gusto
espero la sigas leyendo
besos
candymalik
Re: lo unico que pido es que estes en mi corazon
Zayn Malik. escribió:holooooooooo
asdfghjkl
rei tanto con todos los capitulos xd me mato Harry, pero eso le pasa por ser pervertido xddd
naaaaah siguelaaaaaaaa
*----*
jaja
que bueno que te gustaron los capítulos
espero estes bien
la seguire en un rato
besos
candymalik
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