good girls. novela colectiva.

Capítulo 006.

wherever.

Kylie abrió sus ojos muy lentamente, casi como una sonámbula miró el reloj de su celular que estaba sobre su mesa de noche pero sus ojos se volvieron a cerrar, el sueño aun no había cesado. Y es que después de pasar parte de la tarde y noche intentando crear una nueva coreografía para el equipo de porrista de la preparatoria McMiller junto a Ann y Wendy -sin mucho éxito- habían quedado exhaustas y solo quedaba cinco días para terminar su increíble y creativa coreografía como siempre las definían las personas.

—¡Mierda! ¡Kylie despierta, nos hemos dormido! — decía Wendy mientras la sacudía y destapaba. Kylie gimió mientras se retorcía un poco en busca de calor. -¡Llegaremos tarde!
—¡¿Que!? — se sentó en la cama rápidamente, frotándose los ojos, miro el reloj, le quedaban unos 20 minutos como mucho.
—que nos hemos dormido y llegaremos tarde para las pruebas— hablo calmada pero claramente no lo estaba. — tenemos cinco minutos para vestirnos y quince para llegar a tiempo— decía mientras comenzaba a caminar al baño de su amiga algo nerviosa. Kylie negó con la cabeza por la reacción de Wendy y cerro nuevamente sus ojos pero los abrió en un centésimo de segundo al escuchar a su amiga gritar desde el baño. -¡Apúrate!

Se levanto torpemente y camino hasta su closet tomo lo primero que encontró no tenia ganas, ni mucho menos tenia tiempo para elegir la ropa adecuada.

—Creo que debería elegir más seguido al azar— murmuro mirándose en el espejo.  Tenía unos jeans color bordo, sus zapatillas Keds favoritas estampadas con formas irregulares y una camisa a cuadros que hacia mucho mucho tiempo que no usaba. Su pelo lo dejo al natural, le gustaba como se veía en ese momento.

—¿Puede llevarnos? — Le pregunto Kylie agitada por bajar las escaleras corriendo a su padre quien leía el diario como era de costumbre. La miro un momento entonces ella reacciono. —Oh si, lo siento. Buenos días.

—Buenos días, preciosa.

Su padre con una sonrisa la saludo y accedió a llevarlas, Kylie había recibido una llamada de su madre quien estaba de viaje también tuvo la oportunidad de hablar con su pequeño hermano Thomas que tenia cinco años, lo echaba tanto de menos a ese pequeño, pero en menos de una semana todo volvería a la normalidad.  Wendy bajo y tardaron cinco segundos en encaminarse hasta el automóvil.



Las chicas llegaron justo a tiempo para ver a la primera chica hacer la prueba y también llegaron antes de que a Ann le agarrara un ataque de nervios o irá, o ambas. Ella no les hablo hasta que termino de dar su prueba la quinta chica y el descanso llegará. Fueron a la cafetería hablaban de las participantes, dando opiniones y demás, era una decisión difícil la que debía tomar todas eran realmente buenas. Se sentaron en su mesa, la de siempre que se encontraba justo en una esquina dando la vista perfecta para ver todo el lugar.

Kylie recorrió con su mirada el lugar y se estanco en un solo punto, muy concreto en sí. El chico castaño de ojos verdes esmeraldas, llamado Sean Kingsley. Ese chico la volvía loca desde hacia años pero sabia que él era solo una fantasía, que no podía y que no debía. Si no, todo lo que venia haciendo y esforzándose hace años se echaría a perder y eso no quería que pase.

—oye, ¿seguirás mirando a ricitos de oro o volverás aquí? — se burlo Ann y Wendy miro la escena expectante.
—Estoy escuchando Ann, no escucho con los ojos —. Se defendió Kylie.
—Entonces dime de que chica hemos estado hablando con Wendy—
La rubia se quedo callada y ambas chicas comenzaron a reír.
—Así que no escuchas con los ojos y al parecer tampoco con los oídos — Comento Wendy entre risas.
—ja-ja que gracioso. Iker acaba de entrar. — dice con malicia Kylie.
—¿qué? — Pregunta dirigiendo su vista a la entrada para observar al castaño. Wendy
solo le regalo una sonrisa falsa a su amiga y esta se lo devolvió con mucho places mientras Ann reprimía su risa.


Cada una fue por su lado, la rubia por su parte se dirigió a las escaleras para ir a su próxima clase, historia, al llegar a la planta alta lo vio. Sean estaba recostado contra la pared rodeado de sus amigos patanes también como él. Eso hizo que Kylie se sintiese un poco nerviosa sabia que si pasaba por delante de ellos, Sean, como siempre comenzaría a buscar una razón para discutir con ella y/o ridiculizarla un poco como lo hacia diariamente. Pero no estaba dispuesta a hacer el ridículo, nunca más se lo había propuesto el primer día que empezó el nuevo año en la preparatoria.

“¿Cómo puede ser que detrás de esa fachada de chico lindo se esconda alguien tan estúpido y egocéntrico como Sean?” Se preguntaba Kylie.

Comenzó a caminar rápidamente delante de ellos y se sintió feliz al poder hacerlo pero entonces… todo se derrumbó.

—¡hey! — grito con su voz gruesa y ronca, Kylie se detuvo lentamente. —que feo y que falta de respeto -y más que nada viniendo de ti- es eso de pasar delante de mi sin siquiera saludarme, después de que pasaste casi todo el tiempo en la cafetería mirándome— ¿Como rayos sabia eso? Se pregunto Kylie para sus adentros. De todas formas lo negaría era buena en eso, de negar lo que pensaba y lo que sentía, bueno sacando la situación que había tenido con sus amigas.
—primero soy Kylie y creo que lo sabes muy bien. Segundo no es mi obligación saludarte y tercero no te mire en la cafetería, ni siquiera sabia que estabas allí— estuvo a punto de voltear para seguir su camino, pero se detuvo al escucharlo hablar.
—lo que tu digas, señorita perfección— respondió sarcástico. —ya veras que dentro de poco estarás en mi cama y no querrás irte muy fácil, te lo aseguro. — y eso fue lo último que esperaba escuchar de él.

Esta bien, Sean era el chico más impredecible del mundo pero Kylie jamás hubiera imaginado que se atrevería a decirle eso, justamente a ella. La rubia lo miro, él tenía esa estúpida sonrisa de ganador y engreído, y una mirada de "todo lo puedo" que le encantaba pero en ese momento fue todo lo contrario. Quería golpearlo, y no le importaba el hecho de que ella era mujer, eso la hizo pensar que él era el prototipo de chico que no debía ni siquiera cruzarse en su camino por que arruinaría todo.


—eres un ser realmente desagradable. Te crees mucho porque tienes a todas las chicas a tus pies y porque todo el mundo te teme al igual que ellos— dijo Kylie señalando a los que rodeaban a Sean.
—A mi no me vengas con lo que me creo porque si empezamos a hablar yo tendría mucho que decir de ti— Amenazo aun con su sonrisa impregnada en su rostro.
—Pues dilo— Su tono de voz se elevo más de lo que hubiera querido. —soy todo oídos.  — La rubia abrió sus brazos dispuesta a recibir cualquier comentario de Kingsley.
—Tú te crees que eres buena para hacer lo que se te ocurra, que eres perfecta para cualquiera de nosotros. Pero no tienes la menor idea de lo que hemos pasado nosotros para no ser como tu. — La sonrisa de Sean se había esfumado al hablar pero al terminar volvió con mucha más fuerza.
—No, no lo sé ¿pero acaso tu sabes por lo que pase? No. — Los ojos de Kylie habían comenzado a picar, pero no lloraría delante de nadie y mucho menos delante del idiota de Sean. Todo quedo en un completo silencio. — ¿pero sabes qué Sean? conmigo perdiste no estoy a tus pies ni tampoco te tengo miedo— hablo tan lentamente, con tanta claridad, con tanta frialdad que eso golpeo un poco duro a Sean por dentro, su sonrisa había desaparecido por completo y eso incito a Kylie a sonreír triunfadora y apartar las lagrimas que se acercaban.
—Ahora si me disculpan, debo ir a mi próxima clase—giro sobre sus talones sintiendo como unos cuantos pares de ojos la observaban. Se sentía tan bien con ella misma en ese momento.

Entro al salón ya casi estaba completo faltarían unos cinco alumnos y el profesor. Se sentó en la tercera fila a la izquierda, por nada en especial pero le gustaba ese lugar. La clase comenzó, y Sean quien compartía la clase con Kylie aun no había llegado y eso alegro demasiado a la rubia.

Entonces con casi veinte minutos de retraso el castaño entro, interrumpiendo la clase de historia y la alegría de Kylie. El profesor solo negó con la cabeza y continúo narrando sucesos importantes de la historia. La rubia comenzó a tomar apuntes cuando Kingsley se sentó a su lado, ella bufo pero no dijo palabra y claramente el tampoco.

Todo fue muy incomodo Kylie esperaba que al fin de hora Sean se quedara último y la avergonzara otra vez pero no. Eso había sido muy raro Kylie estaba tan acostumbrada a pelear con Sean cada vez que se veían, que al no hacerlo era incomodo y parecía hacerle falta.

once in a lifetime: