Broken Wings ||NC

Muero de hambre.

No, no Candice, no mueres de hambre, todo está en tu imaginación. Recuerda que la comida engorda, no te puedes dar el placer de engordar.

No. No puedes.

Estar sentada alrededor de estas chicas a las cuales tengo que soportar todos los días de mi miserable existencia es agotador. Egocéntricas, narcisistas y egoístas chicas.

Perras flacas.

Esperamos a la perra mayor, la cual obviamente tiene que tardar. Perra Maya flaca. Sentada frente a mí está Danielle, la cual sonríe a su celular como si le hubiese contado el mejor chiste de la historia. Maldita perra flaca.

Todas, todas ellas son flacas.

Yo no lo soy, parezco un elefante. No puedo creer que me hayan contratado, digo, a quien le gustaría ver a un elefante en lencería. Eww. Qué asco.

Leah, otra perra flaca nos avisa que Maya no ira con nosotros. Sinceramente no me importa, agradezco no tener que ver a esa bruja aunque sea un maldito momento. Puedo describir a cada una de estas chicas y ninguna obtiene algo bueno.

--¿Has hablado con tu madre?—Mía, una tonta amante del ejercicio me pregunta.

--Mía, no te metas en lo que no te importa—se encoje y se aleja de mí.

¿Te gustaría ser un ángel? Piénsalo dos veces antes de contestar.

Si tu respuesta es sí, te resumiré un poco nuestra vida.

Maquillaje al montón. Convivir con personas que se creen defecadas por el mismiso creador. Mujeres diciéndote gorda todo el tiempo. Hombres detrás de ti sólo por tu fama y cuerpo. Personas pensando que eres hueca.

Si aún estas interesada, toma un turno y espera.

Nos montamos a la camioneta encargada en trasladarnos. Claro. No a todas ya que algunas se creen demasiado buenas para viajar como las demás.

Siempre monto atrás. Me gusta ir ahí ya que las demás no me hacen participe de sus pláticas. Cuando las hay. Cierro los ojos y recargo mi cabeza en el frío cristal. Ahora iremos a una maldita fiesta en la cual habrá alcohol y comida a montón.

Comida.

Desde ayer no he probado ni un solo bocado. Tengo que ir al supermercado a comprar mi suministro semanal. Tres manzanas y un poco de apio. Claro y poner más agua a congelar. Benditos hielos.

Sé que tengo un problema. No soy estúpida y acepto que sufro de anorexia. Lo sé y estoy orgullosa de serlo. No todo el mundo puede aguantar dos días seguidos sin comer nada. Yo puedo.

Comencé a dejar de comer cuando tenía catorce años. Era gorda y fea. Y mis compañeros de escuela me lo recordaban todos los días. Apodos ofensivos y bromas hacia mi persona era el pan de cada día. Hasta que un día me cansé y decidí cambiar.

Así que dejé de comer.

No fue fácil. Sobre todo para una obesa comedora compulsiva como yo lo era. Pero recordaba las burlas de mis compañeros y eso era todo.
Comencé disminuyendo las raciones de comida hasta que logré estar dos días sin comer absolutamente nada.

Cuando  los hombres se acercaban a mí, supe que todo el sacrificio había valido la pena. Ahora era delgada y bella.

Comencé a modelar a los 17 años, y aquí estoy. Tratando de sobrevivir en un mundo exigente. Pero puedo con eso y más. No seré la más flaca,
pero si la más valiente.

Cuando llegamos al lugar donde se celebra la fiesta, las chicas bajan de la camioneta como si tuviera un maldito cohete en el culo. No comprendo la prisa por llegar a un lugar donde lo único que harán es tragar como cerdas.

Bajo con toda la calma posible, la seguridad en la puerta ni siquiera nos pide identificación.  Estamos en una fiesta que es para nosotras. Sigo a las chicas desde lejos. Cuando entro al salón lo primero que hago es taparme los oídos. Es demasiado ruidoso.

Diviso a las chicas sentadas en una mesa al rincón y camino hacia ellas. La pista está repleta de personas que piensan que pueden bailar. Gente empujando hacia atrás. Gente empujando hacia adelante. Bufo y apresuro el paso.

--Pero miren a quien tenemos aquí—escucho una voz detrás de mí. Maldito desgraciado. Giro y me encuentro con el rostro de mi ex novio. Gio
Dianluca. Un modelo italiano con el cual compartí una campaña de Armani.

--Gio, que gusto verte—contesto sardónica.

--Candy, ¿Qué te ha pasado?—su mirada viaja por todo mi cuerpo y de repente me siento cohibida. No me gusta que me miren de esa manera

—Estas mucho más delgada

--Mira lo que perdiste—me doy una vuelta y sonrío.

--Me gustabas más antes Candy—frunzo el ceño—Cuando tenías carne. Ahora eres puro hueso y querida, los perros son a los únicos que le gustan los huesos—me deja patidifusa. Se da la media vuelta y se va.

Estúpido.

Soy demasiado buena para él. Y prefiero estar en huesos que ser una gorda.

Arreglo mi cabello y me dirijo hacia las chicas. Dylan esta tan borracha que apenas puede con su alma. Qué vergüenza.

Tomo una botella de agua que está en el centro de la mesa y comienzo a dar breves tragos. La fiesta está en su apogeo. Hay parejas bailando en la pista de baile de una manera que deberían guardarla para la habitación.

Giro hacia la derecha y encuentro a un par de ojos cafés mirándome atentamente. Calum Hood. Ha estado detrás de mí desde hace algún tiempo. Es guapo pero no estoy lista para una relación.

Estoy tentada a levantarme de la mesa e irme cuando él llega donde estoy. Mierda. Sonríe Candy.

--Hey—me da su típico saludo con la mano--¿Cómo estás?

--Bien gracias y ¿tu?—bebo un poco más de mi agua. Tengo que deshacerme del nudo en mi garganta.

--Estoy bien, muy bien. En realidad mucho mejor que bien—asiento. Que tonto.

--Bueno un gusto verte Calum—me pongo de pie y trato de esquivarlo

--Ammm, Candy, me preguntaba si alguna vez te gustaría salir conmigo, no sé, a comer a algún lugar o algo por el estilo—lo miro arqueando una ceja. Comer. Me quiere llevar a comer.

--Ni es tus mejores sueños Calum—su ceño se frunce—Cuando quieras salir con una modelo, no le digas que la llevaras a comer—me doy la media vuelta y comienzo a caminar.

--Deberías de intentar hacerlo Candice, de verdad, no pasa nada si pruebas algo llamado comida

Sigo caminando. Levanto mi dedo anular en dirección a él y salgo fuera del edificio.

Y este imbécil, ¿Quién se cree?

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

En el momento que pongo un pie dentro de mi camerino mi cuerpo se relaja inmediatamente, estoy exhausta los malditos pies no me dan más y todavía queda la fiesta pero el lado positivo es que voy a poder beber. Empiezo a sacarme la lencería y me coloco un vestido pegado al cuerpo que resalten mis busto ¿para algo los tengo tan grandes no?.
Me coloco un poco de rímel, brillo labial, delineador y mis tacones azul eléctrico que van con mi vestido. Considerando como soy de impuntual hoy hice mi mejor récor en tres minutos me cambie completamente, tengo de sobra dos minutos.
Dirijo mi mirada de vuelta al espejo para comprobar que no tenga ningún desperfecto u algo; y sonrió dejando ver una perfecta y alineada dentadura mientras pienso cuantas horas hace que comí algo solido, considerando que hace tres horas probé un bocadillo que me ofrecieron por cortesía y tuve que terminar vomitándolo así que definitivamente lo último que hubo en mi estomago fue una manzana que comí hace siete horas.
No es una buena combinación el estomago vació y el alcohol pero por hoy puede hacer la excepción total mañana hago el doble de ejercicios. Compruebo la hora de mi celular y veo que han pasado los cinco minutos, me dirijo donde se encuentran las otras para que podamos ir al edificio donde se realiza la fiesta.
 
Mientras esperamos a Maya me dedico a verificar dentro de mi bolso si no me falta nada, chicles tengo, dinero también, mi móvil y las llaves de mi departamento no me falta nada; luego de cinco minutos más nos dirigimos a las camionetas que están esperando por nosotras. Me siento contra la ventana ni me molesto en hablarle a la que se sienta al lado mío no tengo humor para aguantar nadie solo quiero llegar a esa fiesta para poder tomar y encontrarme con Josep y Denika mis únicas verdaderas amistades, porque si hay algo que sobra en el mundo del modelaje es la falsedad con una sola mano puedo contar con las personas que confió un poco. Estacionamos frente a gran edificio lujoso, salimos de las camionetas y vamos directamente a la entrada del lugar que pasamos sin ningún problema era obvio porque esta fiesta se organizo por nosotras como para que algunas no se les suba el ego a la cabeza.
 
Cuando entro al salón lo primero que hago es localizar la barra, necesito un trago y ya, empujo unos cuantos cuerpos que se interponen en mi camino no sé si están ebrios y tampoco me interesa, apenas me afirmo en la barra viene el barman que por cierto esta hermoso.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – mientras me recorre con la mirada y veo que se topa con mi escote que hacen ver mis pechos más grandes todavía.
- Un vodka con jugo de naranja por favor – sonrió insinuante.
- Enseguida – y se gira para hacer mi trago, desde acá puedo observar que tiene un hermoso trasero, un espalda tonificada que remarca sus músculos a través de la camisa blanca, piernas torneadas. Definitivamente este hombre debe ser una bomba en la cama. Puedo imaginarnos en diferentes escenarios donde lo único que logro es placer y más placer.
- Sabes, si estuviera de frente no creo que le gustaría como lo estas mirando – soy interrumpida por una voz con un acento raro.
- Hombres así se han hecho para dedicarles todo tipo de miradas – mientras observo al chico que acaba de irrumpir mis fantasías con el barman del placer. Lo conozco, estoy segura que es uno de los niñitos pubertos que cantaron en la apertura del show. Tiene un rostro de niño con una mezcla de adolescente como me fastidian los rostros así, unos hermosos ojos azules, es teñido con solo verle las raíces oscuras me doy cuenta y justo ahora me está sonriendo como si le hubiera contando el chiste más gracioso del mundo, ¿más raro no podía ser?.
- ¿Y te gustaba la vista? – mientras levanta unas de sus cejas.
- Mas que gustarme, me encantaba – le sonrió burlonamente, se piensa que puede intimidarme. El barman del placer vuelve a mi vista mientras coloca mi trago, le entrego el dinero y él me dedica una sonrisa perfectamente blanca y alineada. ¿Cómo no haces para mojarte las bragas con un hombre perfecto sonriéndote así? eso sí que es un sacrificio, le dedico una última mirada y me doy la vuelta para irme pero soy retenida por un brazo me había olvidado de la pesadilla que tenía al lado – ¿en qué puedo ayudar? – le pregunto lo “más amable” que me sale con una sonrisa bastante falsa que se puede notar desde lejos.
- Deberíamos bailar  - sonríe.
- No, paso – me suelto de su agarre, mientras comienzo a caminar hacia la parte VIP para ver si puedo encontrar a mis amigos, a propósito muevo mis caderas porque sé que tanto como el barman y el imbécil que me interrumpió están mirando.
Le doy un sorbo a mi bebida y empiezo a subir las escaleras que me llevan donde seguro esta Denika ya sea tomando o con algún tipo, ninguna de las dos me sorprende. Recorro el lugar con la mirada y ahí están situados en una mesa con varios conocidos y bastante bebidas, esa parte me gusto más.
 
Después de los saludos y ser recibida por el efusivo cariño de mis mejores amigos, me siento entremedio de dos chicos y termino mi trago de golpe para poder servirme otro. Hoy solo pienso divertirme y bailar cuando este bastante ebria así que me apunto para la próxima ronda de chupitos de tequilas.
 
Uno, dos, tres, cuatro y después de ahí perdí la cuenta si ahora me hicieran una prueba de cuanto alcohol tengo en la sangre lo más seguro que mi abuela se desmaye con los resultados. Uno de los chicos con lo que compartí varias rondas de chupitos intenta pararse pero resulta ser un gran fallo termina desparramado al lado mío mientras se ríe y no puedo contenerme a su risa contagiosa que me le uno no sé cuantos minutos pasamos riéndonos pero me duele tanto la pansa y necesito hacer una parada en el baño si no quiero arruinarme el vestido.
Es ahora o nunca, primero una pierna y después la otra todavía tengo equilibro algo que es bueno me encojo de hombros y empiezo el camino hacia el baño vaya a saber donde están en este lugar tan sofocante. Luego de perderme dos veces, empujar una gran cantidad de cuerpos sudorosos encontré el pasillo correcto a los baños. Entro ahí dos chicas que están maquillándose me dirijo a unos de los compartimientos, hago mis necesidades después voy al lavo me miro en el espejo y me dedico una sonrisa como si no estuviera ebria.
 
Una vez que estoy afuera me pido otro trago de vodka en la barra y me estoy por ir con mis amigos cuando empieza una canción bastante conocida y que me encanta  por algo la tengo en mi móvil. Siento como el ritmo de la música empieza a recorrerme por el cuerpo y muevo mis caderas al compas de la música raramente bailo pero cuando estoy ebria esa parte de mi sale, que mas estoy para divertirme.
 
Mas me adentro a la pista cuando el dj cambia por un tema de electrónica de Skrillex, levanto mi brazo libre al aire como el resto de las personas y empiezo a mecer mis caderas mientras muevo mi cabeza. Siento un brazo que me rodea por la cintura pero decirlo no darle importancia estoy divirtiéndome bastante mientras bailo, la persona que se encuentra detrás mío empieza a seguirme el ritmo mientras empiezo a moverme contra él, sé que me estoy comportando como una zorra pero en este momento no me importa. El pecho del chico se amoldo a mi espalda y justo tiro mi cabeza hacia atrás mientras queda mi cuello expuesto que enseguida es reemplazo por unos labios justo en mi punto más sensible arqueo la espalda y sigo moviendo mis caderas al ritmo de la canción. Descendemos una vez mas y luego soy girada para enfrentarme con su mirada, cuando realmente puedo distinguirlo por las diferentes luces de colores quedo sorprendida unos ojos azules me están mirando intensamente mientras me sonríe lujuriosamente; le sonrió es obvio que piensa que me tiene a sus pies cosa que no pero decirlo seguirle el juego mientras me acerco empiezo a moverme frente suyo y puedo sentir como su agarre se hace más fuerte en mi cintura y me tira para quedar bien pegado pecho con pecho, es el momento perfecto para demostrarle con quien está jugando.
Empiezo a bailar marcando mis caderas y de a poco me voy moviendo a su alrededor y cuando estoy de frente a su espalda decido darle un poco mas de diversión; pego mis pechos a su espalda mientras desciendo con mis caderas y cuando vuelvo a subir me dirijo a su oído y le susurro – adiós.
 
Me empiezo a retirar mientras me rio por lo que acabo de hacer, agradezco que la pista este tan llena que no va a poder encontrarme. No necesito un revolcón ahora menos con el imbécil que me interrumpió con el barman del placer.

Hola Hola! Primero que nada perdón por la tardanza tuve complicaciones para subir el capitulo y me disculpo antes de tiempo por si no les gusta, la inspiración no venia a mi en el momento que lo escribí ._. 

Besos y abrazos para todas  .