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Carta A Un Ángel {Larry Stylimson} -One Shot-
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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Carta A Un Ángel {Larry Stylimson} -One Shot-
por figdanle Sáb 30 Ago 2014, 6:11 pm
Ficha
☆ Nombre: Carta A Un Ángel
☆ Autor: Yo, Milen.
☆ Adaptación: Ninguna.
☆ Género: Romance.
☆ Advertencias: Tiene una pequeña parte hot.
☆ Otras páginas: No.
☆ Autor: Yo, Milen.
☆ Adaptación: Ninguna.
☆ Género: Romance.
☆ Advertencias: Tiene una pequeña parte hot.
☆ Otras páginas: No.
By: αngel.
“Me resulta difícil decir que te extraño y en cada noche siento que te estoy amando”. Eso era cierto, no quiero reconocer que te fuiste, no quiero aún. Fuiste y vas a seguir siendo el amor de mi vida. La distancia nos separa, pero el amor sigue siendo fuerte.
Cada día que pasa te amo más, mi pequeño (eso no tiene lógica sabiendo que tú eres mayor, pero yo soy más alto).
Te fuiste un día frío de enero, dejándome con todo el amor que tenía para ofrecerte. Dejando todo nuestro amor y nuestro futuro. Ese día en el que simplemente tenías que llegar a casa y volver a salir los dos juntos hacia el orfanato, en tu auto. El día en que ambos cumpliríamos el sueño de ser padres. El día que nuestro primer hijo tendría lugar aquí, en nuestro hogar.
¿Te acuerdas del nombre que elegimos para él o para ella? Ariel para chica y Mateo para chico. Qué lindo era planear todo eso. Pues adivina qué… Tu hermana acaba de tener sus bebés y a una de ellas le puso Mia Ariel. ¿No es lindo? Dijo que eso le ayudaría a pensar más seguido en vos y en recordarte cada vez que vea a su hija.
Tu madre preguntó si no sería mejor ponerle Louis o William a su segundo hijo, si es que llega a tener otro, pero Lottie dijo que tú eras único y nadie puede remplazarte, y el usar tu nombre en alguno de sus hijos sería lo mismo que el estar reemplazándote. En cierto modo tienen razón, tú eres irremplazable, eres único.
Mi hermana también tuvo a su hijo, el quinto ya. Yo no entiendo cómo puede con tantos, yo a duras penas podía con vos y me estaba preparando para el primero. La cuestión es que fue un varón, pero no le puso Mateo. Ella le puso William Edward. Odio esa combinación, o sea para algo tengo primer nombre y, además, ¡¡suena a nombre de viejo!! Pobre chico. En fin, le puso esos nombres para recordar nuestro amor o eso dice.
Todos te extrañan y te necesitan. Yo te necesito, bebé. No sabes lo duro que es cada año que pasa sin tenerte a mí lado y sin poder demostrarte cuanto te amo.
Aún recuerdo cada beso, cada caricia, cada noche que pasábamos juntos. Amaba esas noches. Aún recuerdo nuestra “primera vez”, ¿y tú? Fue hermoso.
La manera en la que me sorprendiste y como se dieron las cosas. ¿Por qué no volvemos un rato al pasado, específicamente a ese día? ¿Quieres? Seguro que sí.
Recuerdo que ese día cumplíamos un año de novios y tan solo teníamos 16 y 18 años, tú fuiste mi primera vez y les agradezco eso a todos los dioses del mundo.
Todo comenzó…
Flash Back
Él me besó lentamente, era un beso tierno y lleno de pasión a la vez. Le correspondí el beso y sus manos comenzaron a acariciar mi espalda, mientras que enrollaba su cuello con mis brazos y jugaba con su cabello.
Me empujó levemente hacia una de las paredes y yo comencé a desabrochar su camisa azul marino. Nunca había hecho esto y mucho menos con un hombre.
Comenzó a bajar sus besos hacia mi cuello, dejando todo un rastro húmedo por él. Mientras que yo acariciaba su abdomen, el cual estaba algo marcado. Sus manos bajaron hasta mi cintura y se metieron por dentro de mi camiseta. Me estremecí al sentir el tacto de sus manos tocar mi abdomen. Comenzó a subir sus manos junto con mi camiseta, hasta llegar a sacármela por completo y tirarla lejos de nosotros.
-Así está mejor.- Dijo tocando todo mi abdomen, mientras yo lo miraba.
Llevé mis manos hacia su abdomen y toqué cada parte de él. Mis manos se deslizaban por cada parte de ese abdomen y luego llegaron hasta sus hombros, los cuales aún seguían cubiertos por la tela de su camisa. Deslicé la camisa lentamente por sus brazos, tocándolos, hasta que al fin logré sacársela.
Me acerqué lentamente hacia él y capturé sus labios, comencé a besarlo, ahora yo tenía el control de todo. Lo giré para que él quedara recargado en la pared y seguí basándolo, bajando mis besos hacia su cuello. Él echó la cabeza hacia atrás para darme más acceso. Escuché un gemido salir de su boca al morderlo suavemente.
Sus manos estaban en mi espalda y pronto comenzaron a bajar hasta llegar a mi cintura, luego las llevó hacia adelante y comenzó a desabrochar lentamente mi pantalón.
Su respiración estaba agitada, al igual que la mía.
Me alzó haciendo que enrollara mis piernas alrededor de su cintura. Mis manos estaban en su mejilla y él volvió a unir nuestros labios, mientras caminaba. Llagamos hasta la cama, yo aún sobre él, y me recostó en ella.
Terminó de sacarme mi pantalón y se sacó el suyo, para luego acostarse sobre mí y comenzar a besarme de nuevo, con deseo y lujuria. Se movía frotando su cuerpo con el mío y comenzando bajar su mano izquierda hacia mi erección.
Me acariciaba todo el cuerpo y yo igual, sin romper el beso.
Sus besos bajaron por mi cuello, siguiendo por mi abdomen y hasta llegar a donde mi bóxer comenzaba.
Lo saco rápidamente y también se deshizo del suyo. Frotaba su cuerpo con el mío haciendo que ambos gimiéramos y luego entro en mí lentamente, para no lastimarme. Al principio dolía, pero luego ese dolor se convirtió en pasión y excitación.
Los gemidos, jadeos y algún que otro grito se hicieron presentes en la habitación.
Él me besaba, moviéndose a la par. Su cabello estaba alborotado y yo lo seguía despeinando.
Llegamos juntos al clímax y él se derrumbó sobre mí acariciando mi mejilla. Se acostó a mi lado abrazándome. Nos tapamos con las sabanas y me dio un beso tierno.
-Te amo Harry.- Mencionó durante el beso.- Feliz aniversario.
-También te amo, Lou.
Fin del Flashback.
Gracias por ese momento mágico, extraño demasiado esos momentos juntos.”
El rostro de Harry estaba empapado de lágrimas, él se encontraba en el cementerio, frente a la tumba de su amado. Todo lo que decía no lo llevaba escrito en un papel, lo llevaba grabado en su corazón desde hace tiempo. Se acostó a su lado y volvió a hablar, secándose la cara con la manga de su suéter. Regalo que Louis le hizo el día que cumplió los 18 años.
“Aun no entiendo por qué te fuiste tan rápido y me dejaste solo, sé que ahora estás en un lugar mejor, mas no puedo seguir viviendo sin ti.
El día en que mi padre te golpeo por estar conmigo, me destruí. Ese día decidí terminar contigo para no lastimarte más, pero dijiste que no me ibas a dejar por un homofóbico de mierda que no soportaba el amor que nos teníamos.
Eso me dio fuerzas para seguir, pero sin embargo mi padre seguía golpeándome a mí, sin que te enteraras. Lloraba todas las noches, tan solo tenía 17 años y no podía ser feliz con el amor de mi vida porque mi padre lo odiaba. Fue ahí cuando comencé a sufrir gravemente. Luego de que mi padre me golpeara y golpeara a mi madre por defenderme, terminé haciendo una gran locura, terminé cortándome. Corté mis muñecas y parte de mi antebrazo.
Seis meses después te enteraste de todo esto. Recuerdo que ese día me dolía todo el cuerpo (por los golpes), pero que sobre todo me ardían mucho las muñecas. Tú insististe en saber qué era lo que tenía y yo no quería preocuparte, estábamos peleando… hasta que me tomaste del brazo y subiste la manga de mi campera, descubriendo las marcas rojas que estaban en mi brazo.
Preguntaste qué había hecho y que era lo que había pasado para que lo haga, en un susurro y al borde de la lágrima. En ese momento tuve que confesarte todo, decirte todo lo que estaba pasando en mi vida y la razón de mis cicatrices.
Comenzaste a llorar y yo seguía contándote, sabiendo que te estaba preocupando. Luego comenzaste a gritar una y otra vez que todo esto era tu culpa, y que debimos separarnos cuando te lo pedí. Intenté calmarte, pero me fue imposible; asique te tomé de la cintura y te besé como nunca lo había hecho, demostrándote que no me importaba todo lo que pudiera pasar, yo nunca dejaría de amarte o te dejaría.
-No podemos seguir.- Dijiste sobre mis labios y te volví a besar, con mucho más amor que el anterior.
Dije que no te dejaría nunca como tú tampoco lo harías conmigo.
Ese día me sacaste de mi casa, al igual que a mi madre, y nos llevaste a vivir con tu familia. Alejándonos del monstruo en el que mi padre se había convertido. Alejándome de toda la mierda en que mi vida se había convertido y devolviéndome la vida, comenzando de cero junto a ti.
Conocí mejor a tus hermanas y recuerdo que peleabas con la mayor de ellas porque gustaba de mí, también que eso me hacía sonrojar muchísimo.
Peleábamos mucho, eso nunca lo voy a olvidar, me daba gracia la forma en lo que te enojabas por cosas insignificantes como porque no cocinaba lo que a ti te gustaba, pero sí cocinaba lo que tus hermanitas querían. O porque pasaba tanto tiempo jugando con tus hermanas menores y no contigo, cuando siempre estaba contigo. O solo porque perdías en un simple juego y decías que yo hacía trampa.
Pero también teníamos peleas muy fuertes y terminabas sin hablarnos por días y a veces por semanas. Como el día que te enojaste porque tu hermana se me había insinuado o el día en que llegaste borracho y con un montón de fotos en tu móvil en las que estabas con otro tipo o por el simple hecho de que no quería tener relaciones o porque llegabas de malhumor del trabajo.
Odiaba esos momentos. Odiaba que peleáramos, pero lo bueno era que nos reconciliábamos rápido y siempre me regalabas cosas lindas, eso era tierno.
Te acuerdas cuando compramos a Ara, nuestra perrita hermosa. Un perro ovejero, para que cuidara la casa. Pues creció bastante y te extraña demasiado, Lou.
Tuvo crías y una se la regale a tu madre, al cual le puso Louis; otra se la regalé a mi madre, yo me quedé con otro y los demás los regale a un orfanato. Los di al mismo orfanato en el que íbamos a adoptar a nuestros hijos. Tenías que ver las caras de esos niños al ver a los cachorros, fue realmente hermoso y emocionante.
Sigo viviendo en la misma casa en la que vivíamos juntos, nunca me fui de allí y tampoco lo voy a hacer. Ese lugar tiene muchos recuerdos tuyo, por eso no me quiero ir de allí. Además, no estoy solo… no es que esté con otra persona, pero sigo viviendo con Ara y su pequeño cachorrito.
Sé que tú me dijiste el día en que te fuiste, en ese maldito hospital, que siguiera con mi vida y que me vulva a enamorar, que encontrara a alguien que me haga feliz de igual o mayor manera que tú. Pero simplemente no pude, fue demasiado difícil para mí el que tú te fueras, fue realmente horrible y doloroso.
Pasé días y noches llorando tu muerte e intentando decirme a mí mismo que no te habías ido.
Deje la universidad durante un año, al siguiente volví porque tus hermanas me insistieron repitiendo las mismas palabras que me decías tú.
Gracias a eso conocí gente nueva y me recibí de arquitecto, también ayudó al varios orfanatos haciendo reír a los pequeños con lo que tú me enseñaste.
Los años fueron pasando, Lou, ya son quince años desde que te fuiste y desde que ganamos un hermoso ángel.
Hace dos años conocí a Ángel, en el orfanato. No sé si tú lo has enviado para que empiece con “mi vida” o si puedes hacer eso, pero este chico me ayudó muchísimo en muchas cosas.
Tiene muchas cosas en común contigo, pero sin embargo no te llega ni a los talones. Porque tú eres perfecto, único.
Hoy me invitó a salir… dijo que tenía algo muy importante para decirme y que si no me lo decía se volvería loco. Creo que sé lo que me quiere decir, pero estoy intentando pensar que eso no es. No creo que esté preparado para volver a enamorarme, Lucho…”
Harry se encontraba aun recostado al lado del sitio donde Louis había sido enterrado, con los ojos cerrados e intentando no llorar al recordar cada momento vivido con su amor.
Abrió los ojos y vio una figura muy familiar aparecer de la nada.
-¿Louis?- Preguntó Harry parándose de golpe.
La figura se acercó a Harry dejando ver que no era una persona “común”, que era un fantasma, el fantasma de Louis, el ángel de Harry.
-¿Lou…Louis? – Preguntó nuevamente el rizado con la voz casi quebrada.
-Hola Hazz.- Habló por primera vez.
-Esto es imposible.
-No Harry, estoy aquí, pero solo por un rato.- Dijo tomándole la mano y entrelazando sus manos.- Te extrañé tanto.
-Yo también te extrañé, Lou…
-No, no, no, no… no llores.- Louis le secó las lágrimas que comenzaban a salir de las mejillas del rizado.
Cualquier persona que lo viera pensaría que Harry estaba loco porque hablaba solo, porque nadie podía ver Louis. Pero… ¿A quién no se le apareció un ser querido, que bajo desde la eternidad para verte solo por unos segundos?
-Harry, sabes que te sigo amando.- Dijo acariciando su mejilla.- Me fui en cuerpo, pero mi alma sigue junto a ti.
-Te necesito a mí lado.
-Siento haberte hecho sufrir, pero el destino es así, bebé.
-Ese estúpido accidente, ese maldito accidente arruinó nuestras vidas.- Harry lloraba con fuerzas. Louis había fallecido el en enero del 2002 en un accidente de tránsito. En la misma autopista por la que él iba había una persecución, donde los policías perseguían a un ladrón de joyas, uno de los patrulleros chocó violentamente con el coche de Louis cuando este regresaba su casa del trabajo. Ese día hubo muchos heridos y muertos, entre estos últimos estaba Louis. Él solo tenía 24 años cuando esto ocurrió y Harry 22, una pérdida muy joven.
-Harry, eso ya pasó, no puedes seguir viviendo en el pasado.
-Yo quiero volver al pasado…- Comentó cabizbajo.
-A mí también me gustaría, pero no se puede.- Dijo abrazándolo.- Tienes que seguir con tu vida, cuidar de nuestras familias y de nuestros preciosos cachorros.
-Ara ya no es una “cachorrita”.- Dijo haciendo comillas n el aire.
-Sabes a lo que me refiero.- Comentó riendo por lo bajo.- Quiero que vuelvas a hacer tu vida y que seas feliz, de la misma manera que yo lo fui contigo.
-¿Cuándo te convertiste en una persona tan consejera y conmovedora?
-Recuerda que ya no soy una persona, Hazz.
-Cierto.- Contestó riendo.- Te extraño demasiado.
-Yo también.- Se volvieron a abrazar y luego Louis le dijo:- Tienes que aceptar a Ángel.
-¡Sabía que tú lo habías mandado!
-Yo no puedo hacer eso, solo te acerqué a él.
Harry rió por lo bajo y dijo:- ¿Por qué quieres que lo acepte?
-Porque te amo y quiero verte feliz, y sé que él te hace feliz.
-¿Qué pasa si no lo hace? ¿Qué pasa si las cosas cambian? No me quiero olvidar de ti, Lou.
-Y no lo vas a hacer, yo siempre voy a estar ahí.- Dijo apuntando al corazón de Harry.- Siempre voy a estar cuando me necesites mi pequeño Hazz.
-¿Siempre?
-Siempre bebé y te prometo que en algún momento nos volveremos a ver, tal vez en la otra vida podríamos ser felices.
-Promete que nunca más me vas a dejar.
-Nunca.
Louis se acercó a Harry y unió sus labios con los de él por última vez. Se estaban besando por última vez y eso lo hacía mágico.
-Te amo, Hazz. Nunca lo olvides.
Las mejillas de Harry estaban empapadas a causa de sus lágrimas. Louis desapareció entre los árboles que había allí. Harry miró el cielo y dijo:
-Yo también te amo, Lou. Feliz cumpleaños.
---------------------------------------------------------------
Ese día Harry se encontró con Ángel, el cual se declaró ante él, en realidad ambos lo hicieron. Harry se animó a seguir con su vida luego de quince años.
Los años siguieron pasando, desde ese año pasaron siete años. Hace tres se casaron y al año de su casamiento adoptaron a un hermoso bebé, al que llamaron Louis. Ángel sabía que tan importante era ese nombre para su amado, asique aceptó ponérselo al niño.
Hasta el día de hoy siguen siendo una gran pareja, con un hermoso hijo que es igual de rebelde que Louis. Harry ahora visita más seguido a Louis y a veces lo ve merodeando por su casa. Él piensa que son alucinaciones que tiene, pero con el tiempo e acostumbró. Solo lo ve cuando está solo, para que nadie piense que está loco por hablar solo.
Harry guarda en una caja la mayor parte de los recuerdos de Louis, la otra parte la sigue guardando en su corazón.
figdanle
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