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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The Roadtrip
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: The Roadtrip
¡Anto! Me encanto el capítulo ;-; Juls me encanta cada vez más pero no me gusta que se vaya quedando solita :c Harry y Apple son malos por dejarla así como están las cosas con Caitlin ;-;
Will y Juliette, aww(?) los dos ignorados del campamento era obvio que se iban a tener que juntar algún dia :c y las intenciones de Holder quiera tener con Juliette no me dan buena espina
no cheto, yo amo a Caitlin, Mason y Juliette, no sé pero ellos dos me dan un poco de nostalgia, realmente.
me gustó como Harry volvió a estar con Juliette después de tiempo, se merece tener a su amigo de vuelta :c en fin, me encantó el capítulo Anto y me dejaste con ganas de más
los odio .-.Pero cuando intentaba buscarlos ambos tenían alguna excusa y, simplemente, se alejaban.
Will y Juliette, aww(?) los dos ignorados del campamento era obvio que se iban a tener que juntar algún dia :c y las intenciones de Holder quiera tener con Juliette no me dan buena espina
Estoy en un debate, me gustan... pero a la vez no Holder quiere algo con Juliette y ella lo rechaza y como yo estoy de parte de ella entonces yo también lo rechazo pero cuando leí que Holder se había puesto feliz por avanzar con Juliette me llenó de Feels ;-; pero tenía que llegar Caitlin— ¿Te importa? No— contestó bruscamente.
— Oh, mi querida Jules, siempre tan a la defensiva.
— ¿Perdón? — soltó, elevando una ceja. ¿Jules? ¿En serio?
— Ni me lo digas— asintió, dándole una calada a su cigarrillo—. Pensaba que eras una niñita de papi, y por lo que me estas demostrando, no lo eres.
— Todos piensan lo mismo de mí— rió, pero no había una gota de humor en aquella risa.
— Tranquila, aquí todos piensan que soy un drogadicto que no sabe drogarse, depresivo y quizá, con tendencias suicidas. Puta vida.
me gustó como Harry volvió a estar con Juliette después de tiempo, se merece tener a su amigo de vuelta :c en fin, me encantó el capítulo Anto y me dejaste con ganas de más
peralta.
---------
Re: The Roadtrip
lO SIENTO ES QUE AYER NO PUDE PORQUE ME FUI Y YO NO CONTABA CON ESO LO SIENTO MUCHO DDDD:
Invitado
Invitado
Re: The Roadtrip
- Holeh:
- FIRST OFF, lamento tardar tanto u.u
Segundo, ah, pues nada ^^ sufran ^^
MAAIA Y JASON FOREVER okno._. bue, eso ^^
CAPITULO 52.
✖BY KITTY SYKES 2014.
El cielo estaba despejado a pesar del frío que hacía. Maaia y Jason caminaban al pueblo más cercano en busca de un par de víveres, algo de comida, no mucho en realidad porque después de todo no tenían demasiado dinero para gastar y Maaia se había rehusado –rotundamente- a robar.
Se había quedado con las ganas de ir a las montañas nevadas; después de la discusión con Mason había quedad drenada de ganas de irse a enfriar los pies y la nariz –que se ponía roja como tomate- y lo habían pospuesto. Pero realmente no habían vuelto a hablar de eso y Maaia temía que al final no irían. Sólo no quería molestar a Jason, últimamente estaba un poco… ¿diferente?
En realidad se puso a analizarlo. Podía ser por varios motivos, quizás ella había dicho algo mal (no, olvídalo, Jason nunca se enojaría con ella), quizás era por la pelea con Mason (sí, claro. A Jason no le afectan esas cosas), últimamente estaba distante de Daniel… ¿habían peleado? (y dale con las peleas. Que no, Maaia, que no). Se rebanó los sesos intentando descubrir por qué Jason podía estar así. Quizás era demasiado obvio. Quizás ella era demasiado inocente en algunos aspectos de la vida.
Lo observó caminar junto a ella, lucía sumido en sus pensamientos. Eran amigos, ¿no? Podía preguntarle.
Maaia alargó una mano y tomó su brazo suavemente. Jason reaccionó enseguida, le regaló una sonrisa que Maaia respondió.
—Conozco esa cara. ¿Qué pasa, Maya? —la chica rodó los ojos.
—Tantos años y sigues diciéndome así, dios —comentó acercándose a Jason, soltó el agarre porque ahora sus brazos se rozaban al caminar. Sintió la estática entre los suéteres—. Te quería preguntar… —de repente se sintió demasiado tímida. Miró a sus zapatos pisar la grava, la sombra justo delante de ella—. Pareces molesto. Y no me gusta que estés molesto, yo… ¿qué está mal? ¿hay algo que pueda hacer para cambiarlo?
Jason se detuvo y la miró. Esos ojos marrones la estremecieron, o quizás fue el frío. Entonces se rio y la abrazó.
—Dios, ¿te quiero mucho, lo sabías?
—Quizás no deberías —dijo sin entender casi de que iba todo mientras Jason soltaba el abrazo. Se quedaron mirando y finalmente Jason asintió un poco.
—Sí, quizás —siguieron caminando—. Maaia, estamos grandes. Quizás para las mujeres no sea tan grave. ¿Por cierto, cuando fue la última vez que tuviste relaciones? —Maaia hizo una mueca para recordar, lo pensó bastante.
—Quizás… un par de semanas… ¿recuerdas el día que empezamos a viajar? Bueno, esa mañana tuve una despedida con Chad.
— ¿Con Chad? Dios, Maaia —Jason se rio, las mejillas de la chica se encendieron—. Bueno, eso casi un mes. ¿No tienes necesidad de tener nuevamente relaciones? ¿Cómo si eso te molestara?
Maaia lo pensó, se sentía como una niña, pero realmente se sentía bien. No, no necesitaba tener sexo en realidad. Negó con la cabeza.
—Bueno, cuando pasa eso, se le llama frustración sexual. Y, te pone molesto, irritable y…
—Es lo que tienes —dijo y apretó los labios. Intentaba no reírse.
—Búrlate, adelante —pero Maaia no lo hizo, en su lugar, se abrazó de su torso y Jason la rodeó con un brazo. Se tambalearon.
—Eres un adolescente demasiado ninfómano.
—Sabes que no es cierto. Además el término “ninfómano” no existe. Es exclusivo de las mujeres.
—Sí, porque los hombres no necesitan nombre para llamarse “adictos al sexo”, simplemente son hombres y ya.
—Tienes la nariz roja —Maaia se soltó y se llevó las manos a la nariz. La sentía helada.
—Es por el frío —explicó. Jason se acercó para ver mejor, levantó su rostro del mentón para iluminarlo más. Finalmente sonrió y apretó dulcemente su nariz.
—Es lindo. ¿Por qué nunca te la había visto roja?
—Si lo has hecho, sólo no lo recuerdas —dijo y se frotó la nariz. Jason le sonrió, Maaia se detuvo y se colocó un mechón de cabello detrás del oído.
— ¿De qué color lo quieres tinturar ahora?
—Estaba pensando… rosa —no pensaba lo que decía, porque Jason se había quedado muy cerca de ella y no se movía. Se miraba. ¿Desde cuándo sus ojos marrones eran tan intensos? El pecho le comenzó a latir rápido.
— ¿rosa?
— ¿importa? —se dio cuenta de que quería besarlo. Estuvo dos segundos debatiéndose sobre si era bueno o malo, sintió que el corazón le saldría del pecho. ¿Por qué quería besarlo? Era la oportunidad perfecta, no habría de desperdiciarla. ¿Qué importa, Maaia? ¡Sólo hazlo!
Jason se le adelantó. Tomó su mentón y la besó. Maaia cerró los ojos sintiendo el beso, le envió corrientes eléctricas a las puntas de los dedos. Se encajó en su cuerpo y pasó una mano por su cuello, enredándola en su cabello y con la otra tomó su mentón y acariciaba suavemente su piel algo áspera por la sombra de la barba que crecía.
Sintió un revoltijo en el estómago y abrió paso a una oleada de sentimientos. Desconectó su cerebro y se dejó llevar.
—Maaia —se separó Jason—, me quedaría así toda la noche, en serio —Maaia se sonrojó—, pero tenemos una misión y… ¿estás segura que esto es buena idea?
—Yo, ah… —momento incómodo—. Tenemos una misión, vamos Jase. —se alejó caminando a prisa. Se sentía tan estúpida, estúpida porque le gustó, estúpida porque lo había hecho. Estúpida, estúpida Maaia.
Cuando llegaron al abastecimiento más cercano, Maaia se sentó en un muro cercano.
—Que sepas que no te dejaré aquí sola.
—Jason, hay bastante gente además estoy cansada, por favor —juntó sus manos e hizo cara de perrito mojado. Jason no lucía seguro.
—Si algo pasa, grita
—Lo haré.
—Más te vale. —Maaia lo notó y sabía que él también lo había notado. Entre los dos había un aire incómodo. Hundió la cabeza entre las manos.
¿Por qué? Odiaba esa pregunta. ¿Por qué no llamaste al 911? ¿Por qué no gritaste? ¿Por qué te quedaste de piedra? Estaba al borde de las lágrimas. Inspiró hondo y parpadeó las lágrimas. Meció los pies que apenas llegaban al suelo. De pronto parecía que había menos personas, miró a su alrededor y se convenció de que nada estaba fuera de lugar.
Y entonces el mundo estalló en rojo, naranja y amarillo. Cayó al suelo y lo primero que sintió fue dolor. Ni siquiera sabía de dónde venía, su mente se nubló por completo, ni siquiera tenía fuerza para gemir de dolor.
—Dios, ¿ves lo que me haces hacer? —Maaia sintió una silueta deslizándose sobre ella, un peso que oprimió su cuerpo contra el pavimento y que tomaba sus manos. Se forzó enfocarse—. Maaia, querida, ¿me recuerdas? —claro, claro que lo recordaba.
—Seth —susurró suavemente, sentía la garganta seca. De pronto una voz en su cabeza gritó que tenía qué alejarse, forcejeó pero sólo consiguió que el chico la sujetara más fuerte, al punto de lastimarla.
—Y bueno, ¿qué coincidencia encontrarte aquí, no? —detectó el sabor amargo del sarcasmo—. No, no es coincidencia —se inclinó hacia adelante, Maaia se recuperaba poco a poco pero el dolor era aturdidor—. ¿Tienes idea, Maaia, lo cerca que he estado de ti? ¿Lo fácil que me ha sido seguirte, y acercarme incluso hasta oler tu perfume? —acercó la nariz y la hundió en su cuello, Maaia se estremeció cuando él inspiró con fuerza—. ¿Crees, realmente, que te dejé sola después de entrar a prisión? —soltó una carcajada en la garganta de Maaia, se sintió enferma—. No hubo un solo día que no supiera dónde estabas, no hubo una sola noche en la que no te acompañara.
Maaia comenzó a llorar. Temblaba, no sólo por el frío, le dolían las manos y la cabeza. Con voz quebrada musitó algo que Seth no entendió, la obligó a repetirlo— ¿Qué quieres de mí?
—Ah, sabía que preguntarías. Bueno, Maaia-bonita, te quiero a ti. Siempre te he querido a ti, siempre todo ha sido sobre ti. ¿Lo sabías, no? ¿Incluso antes del accidente? E Ibas a dejarme, ¿verdad? Dios, Maaia, éramos jóvenes y libres, y aun así no era suficiente para ti. —Maaia lloró, negando con la cabeza mientras susurraba infinidad de “no”. Estaba aterrada, se sentía indefensa, se sentía destruida y vulnerable. Sobre todo vulnerable—. No importa ahora, no, porque eres mía, siempre lo fuiste entonces y también ahora. Tienes mi marca sobre mi… o bueno, quizás no, no aún. —Seth se las arregló para sujetar ambas manos de la chica con una mano y buscó algo en su bolsillo, con su vista de por sí nublada por el dolor logró ver el filo de una navaja brillar bajo la luz del faro. Se heló. Seth rasgó una manga del suéter de Maaia quien tardó demasiado en saber qué haría. Quizás por los golpes, quizás por el frío, pero no supo que pasaría hasta que, bueno, pasó. Seth clavó en el brazo la punta de la navaja y la movió hacia abajo. Maaia vio estrellas y gritó con fuerza, comenzó a chillar y moverse y forcejear mientras Seth seguía escribiendo en su piel. El dolor era punzante.
Entonces terminó. Una fuerza se llevó la opresión de encima y sus manos fueron liberadas, se llevó la mano al brazo que soltaba sangre a borbotones, se incorporó aun llorando y distinguió dos sombras, una era Seth, adivinó, y la otra era Jason. Se escuchaba una pelea horrible. Maaia deseaba poder hacer algo pero aún tenía la cabeza embotada y además estaba sangrando, y sin embargo, no iba a cruzarse de brazos, por lo que con mucho esfuerzo se puso de pie.
Hubo un instante, en el que Seth se colocó se pie mientras Jason estaba en el suelo, vio que levantó en alto la navaja aún manchada –y esperaba que únicamente con su sangre. Entonces sacó fuerza de dónde no sabía que la tenía y lo último que supo era que se había aferrado con fuerza a su espalda, rodeando su cuello con sus brazos y aferrándose a su piel con las uñas. Seth forcejeaba y gemía intentando quitársela de encima, pero Maaia no cedió.
Seth cayó de rodillas y Maaia casi cae de espaldar por eso, sus cabezas quedaron juntas y lo escuchó resollar.
—Ganaste hoy, Maaia, pero no será así siempre. Y no estarás sola, nunca más, nunca lo estuviste. Recuérdalo en cada paso que das y cada noche oscura en la que caminar, estoy ahí, Maaia, esperando una oportunidad. —Se zafó de Maaia quien ya no tenía fuerza para sujetarse y salió corriendo, increíblemente rápido. En cuestión de segundos, se había perdido. Jason, a su lado, comenzaba a levantarse.
—Olvídalo —dijo Maaia meneando la cabeza—. Vámonos, Jase. —el chico no protestó, se levantó, fue por las compras que había dejado en algún lugar y ayudó a Maaia a incorporarse. Ella podía caminar, le dolía la cabeza y el brazo, el cual ya no sangraba tanto. Terminó de rasgar la manga y se hizo una especie de torniquete.
—Sospecho que al menos necesitará tres puntos.
—Eres exagerado, Jason.
— ¿Ese tío…?
—Sí. Sí y no quiero hablar al respecto, por favor. —Jason tomó a Maaia del brazo dulcemente, para que se detuviera.
—Sabes que puedes contar conmigo, Maaia —entonces ella lo miró. Y lo miró realmente, estaba algo sucio, se había raspado la mejilla, pero sólo era un rasguño que no dejaría marca alguna. Maaia lo abrazó, ignorando el estallido de dolor que se dio en su brazo y él la refugió en sus brazos. Levantó el mentón y lo besó. Fue un beso casto, que quedó ahí. Soltó el abrazo, tomó su mano y caminaron de vuelta al campamento.
Damen estaba molesto. El rumor había corrido como agua y estaba molesto porque no había estado ahí con Maaia para que ese idiota no la hubiera golpeado, se sentía molesto porque había confiado que Jason cuidaría de la chica que tan rápido se había hecho un hueco en su corazón, estaba molesto porque al parecer el imbécil se había ido, salvándose de la muerte que le podría haber proporcionado cualquiera ante la ira de tocar a una mujer.
―Eso que pasó con Maaia… ―comentó Myra casualmente. Estaban sentados bajo el sol pálido que no calentaba una mierda, Caitlin a un lado, Myra a otro, y Titán en el regazo de Damen. Él le había prometido que lo cuidaría mientras ella salía de compras con Jason. El animal lucía inquieto, como si supiera que algo no estaba bien, pero Damen no lo dejaba alejarse: dijo que cuidaría del y así sería―. Bueno, no es que ella me caiga precisamente bien… pero no creo que se lo mereciera.
―Aún, Myra, no hables tan rápido ―señaló Caitlin, Damen lo dejó pasar.
―Lo sé, Cait, me refiero a que no creo que ninguna mujer en el mundo se merece que un hombre la golpee sólo porque es más fuerte que ella.
―Yo creo que la golpeó por un motivo. Quizás ella se negó a darle sexo.
― ¿Y por eso merece que la golpearan? ―intervino Damen
―No estoy diciendo eso, Damen, sólo digo que la golpeó por un motivo.
― ¿Qué más motivo que el que hacerlo sólo porque sí? ¿No es así como trabajan los psicópatas?
― ¿Qué sabes tú de la psicopatía de cualquier manera, Damen? ―dijo Myra rodando los ojos―. De cualquier manera, no pasaré mi día hablando de alguien que me da igual, que la hayan golpeado no la hace más importante o interesante.
―Amén, hermana.
―Ustedes dos, en serio.
―Nos amas, Damen ―dijo Caitlin batiendo las pestañas.
―Me temo que sí, así es.
―Y bueno, ¿soy yo o hoy el rubio platino está opaco? ―dijo Myra enarcando una ceja.
―Es por el sol, morena. Yo soy ecológico y no trabajo a baterías. No sol, no Damen.
―Es una pena ―comentó Caitlin entornando los ojos al despejado cielo―. ¿Qué horas crees que son?
― ¿Las tres de la tarde, quizá?
― ¡No es tan tarde, Damen! ―dijo Myra―. Creo que es la una.
―El tiempo pasa de una manera muy extraña aquí en el campamento ―dijo Caitlin.
―Creo que eso es lo más sabio que tu castaña melena ha dicho hoy.
― ¿Qué insinúas, Damen?
―Que no soy el único apagado hoy ―le dedicó una mirada penetrante―. Pasó algo con Daniel. ―afirmó, Caitlin se tensó un poco.
―Ah, eso es tema del pasado, Damen ―dijo agitando una mano, restándole importancia―. Yo no te pregunto de tus relaciones pasadas.
―Sólo porque mis relaciones pasadas han estado tan llenas de emociones que serían abrumadoras para sus emociones alteradas de mujeres. ―Myra y Caitlin re rieron, pero Damen no hizo más que esbozar una risa.
―A ver, rubio platino. Cuéntanos ―dijo Myra colocándose más cómoda. Damen largó un suspiro exagerado.
―No, no, es algo muy per… bueno, ya que insisten ―una pequeña risa―. Antes de hablar de mis relaciones serias, les tengo qué contar de mi primera vez. ―Caitlin y Myra se miraron mutuamente, con sonrisas en sus labios. Damen enarcó una ceja, sabiendo que se borrarían en cualquier momento.
―Cuando tenía quince años…
―Coño, Damen, ¿tan joven? ―Dijo Myra y el par se rio, Damen se encogió de hombros.
―Déjenme terminar. Cuando tenía quince años, mi mejor amiga…
―Eso no va a terminar bien ―convino Caitlin, Myra asintió solemnemente.
―Niñas, en serio. No quiero más interrupciones ―Caitlin asintió y Myra levantó las manos a la altura de sus hombros en señal de rendición.
―Cuando tenía quince años, mi mejor amiga tenía un novio tres años mayor que ella. En eso ella tenía mi misma edad. Si soy sincero, sí, quería a mi amiga, pero nunca fue más que eso para mí, hasta que la vi con otro tipo y me di cuenta de que la quería para mí y que ya no la tenía. Tiempo después me confesaría que estuvo enamorada de mi y que había perdido mi oportunidad. Ese no es el punto, la cosa es que ella quería tener sexo con él cuando cumplieran el año, pero estaba terriblemente aterrada porque él era mayor y ella era inexperta y bla, bla, bla. La cosa es que me pidió que le quitara la virginidad ―las chicas colocaron rostros de: oh dios mío, Damen intentó no reír―. Seh, bueno, entenderán que estaba coladísimo por ella y aunque me pareció inmoral aprovecharme así de mi amiga, acepté. Y lo hicimos. Y seré sincero, no fue la mejor con la que he estado, fuimos inexpertos, toscos, pero los sentimientos estaban a flor de piel. Me sentí completo, y no porque… bueno, estuviera dentro de ella, me sentí completo por primera vez en la vida. Amaba esa niña. Fue la mejor noche de mi vida… Después de eso, se cohibió por completo, me evadía y no me miraba a los ojos. Se sentía avergonzada de lo que había pasado y eso me hizo perder la cabeza. Le grité, le grité que la amaba y que ese hijo de puta sólo la iba a hacer sufrir, ahí me dijo que había estado enamorada de mi y que había perdido la oportunidad. Me llené de ira y me largué de su casa y no hablé con ella nunca más. Un par de días después, ella se escabulló en la noche rumbo a la casa de su novio, en entonces un auto llevado del diablo por dos adolescentes drogados la pilló. No murió al instante, el doctor dijo que sobrevivió quince minutos, quince minutos acostada sobre la calle, con las piernas fracturadas, sintiendo el peor dolor del mundo y sabiendo que moriría.
Caitlin y Myra tenían los ojos abiertos como platos. Caitlin incluso se había llevado una mano a la boca, habían perdido un poco de color, por algún motivo se sintió un poco mejor… y luego se sintió asqueado de sí mismo.
―Eso es horrible ―exclamó Myra finalmente. Damen asintió encogiéndose de hombros.
―El chico pagó cárcel alegando que la chica estaba dormida en el asiento trasero. No sé si es cierto, probablemente sí, pero no dejo de pensar que era una mentira, porque luchó porque la chica no fuera a prisión. Me di cuenta de que a lo mejor eran pareja. Nunca vi a la chica, ella no fue al tribunal, pero nunca olvidaré al hijo de puta.
Silencio. Era entendible, en realidad. Siempre que contaba la historia las cosas terminaban así, las personas se callaban. Era una historia fea.
―Sé lo que están pensando y la respuesta es no, no todas mis historias de amor son así de dramáticas ―aún así, ninguna dijo nada. El silencio era algo reconfortante. Finalmente Myra habló.
―La chica… tu amiga, nunca mencionaste su nombre.
― ¿No lo hice? Já. Quizás es una vieja costumbre, eso de no mencionar a la gente muerta… mala costumbre de cualquier manera. Bueno, en fin. Emily, se llamaba Emily. ―Su nombre en su boca supo amargo. El corazón se estrujó, se sorprendió porque estaba casi seguro de que había olvidado por completo a Emily, sin embargo… bueno, el pasado estaba atrás, justo dónde debía.
―Lo siento, Damen ―dijo Caitlin suavemente.
―También yo. Lo peor de todo es que nunca olvidaré lo último que me dijo.
― ¿Eso fue? ―inquirió Myra.
―Bueno, fue mientras discutíamos, cuando me estaba yendo, me gritó que me odiaba. Me detuve y me giré para decirle que la amaba pero el sonido de la puerta cerrándose de un portazo cortó mis palabras.
De repente todo estaba más sombrío.
―Mierda, Damen, eso es cosa seria.
―Ya está atrás.
― ¿Nunca supiste el nombre de la chica que salió impune? ―Damen negó con la cabeza
― ¿Y el del hijo de puta?
―Ah, ese sí. Es un nombre lo más de desagradable. Seth Fenwick. ―Titán, en su regazo, se encorvó y pegó un salto para después salir corriendo como llevado del diablo. Damen se levantó de golpe y corrió tras el animal que había crecido bastante desde que lo encontraron y era una bola de huesos y pelo. Trató de no perderlo de vista pero el animal era simplemente muy escurridizo, sin embargo sabía a dónde se dirigía, y a la larga, él también tenía algo pendiente con la persona en esa tienda.
Cuando encontró a Titán, este maullaba a la tienda de Maaia y Jason, Damen lo tomó en brazos y deslizó el cierre de la tienda. Sorprendentemente Maaia estaba sola. Jason no se había separado de ella desde que había vuelto por segunda vez, incluso desplazó a Sebastien y se acostó junto a ella.
Estaba dormida, cosa que cambió en tanto Titán sacó sus zarpas para que Damen lo soltara y corrió con su dueña, se escabulló entre sus brazos cosa que la hizo despertar y al sentir la bola de pelo, esbozó una sonrisa.
―Titán… ―abrió los ojos, Damen notó como el derecho estaba un poco inflamado y rojo―. Hey, Damen.
―Dichosos los ojos que te miran ―le dedicó una pobre sonrisa―. Te ves mejor.
―Sí.
― ¿Quieres que te llevemos a un hospital?
―No.
―Mujeres ―dijo y se sentó en el borde de la tienda. Maaia bostezó –un bostezo que la estremeció- y se frotó el ojo bueno.
―Siempre y cuando no quede heterocromática.
—Considero la heterocromancia muy sexy, Maaia.
—Enfermo.
―Es un tremendo imbécil.
― ¿Tú crees?
― ¿Quién se atreve a tocar a una mujer, por el amor de dios?
―Te sorprenderías, Damen.
―Algo me dice que no quiero hacerlo.
―Sí, es mejor no hacerlo ―miró a Damen.
— ¿El brazo?
—Mejor —lo levantó un poco y quitó la venda suavemente, con un pequeño quejido. Estaba hinchado y morado, pero era inconfundible, los cortes formaban una S. Se estremeció, Maaia lo volvió a cubrir y suspiró—. Dejará cicatriz, sin duda alguna.
—Es un maldito.
—Me marcó como a un cerdo, dios —cubrió su rostro—. Soy una estúpida.
—Maaia, no es tu culpa, y no pudiste evitarlo.
—Debí entrar al maldito abastecimiento con Jason y no quedarme afuera.
— ¿No crees que, si eso hubiera pasado, de todas maneras se las habría arreglado? —Maaia levantó la cabeza y la miró con ojos grandes—. Si es como te dijo, que te ha estado siguiendo y eso, entonces, bueno, ha de tener varios planes.
— ¿Me dices que estoy tratando con un psicópata?
—Pensé que habías llegado a esa conclusión por ti misma —le regaló una sonrisa torcida. Entonces se aclaró la garganta—. Bueno, te dejo, iré a molestar a Mason un buen rato…
—Salúdalo de mi parte.
—Mason no te odia, Maaia.
—Sí, bueno, debería —se acomodó el cabello—. Sólo ve. —Damen no dijo nada más, sólo se fue, y eso dejó cierto vacío en su pecho. Acarició ausentemente a Titán y sintió picazón en el brazo.
Cuando Damen salía, Jason llamó su atención y lo citó para que hablaran. Parecía que tenía problemas.
—Hey, Damen, ¿tienes un minuto? —Damen asintió, Jason hizo una señal para que lo siguiera y así lo hizo, se apartaron bastante, incluso perdió de vista el campamento. Finalmente se giró y le habló—. Me acosté con Maaia.
Una ola de sentimientos lo recorrió. Ira, envidia, desconcierto, ¿Maaia y Jason? ¿Era posible? Su quijada casi se descuadró. Jason lucía culpable, dejó que hablara.
—Me acosté con ella y dios, no debería haberme gustado, pero me gustó. Y me siento terrible, me siento culpable, muy culpable. Como cuando te aprovechas de una pequeña niña porque confía en ti, y no de esa manera, pero es la idea, y, sólo tenía qué sacarlo de mi pecho.
—Jason, cálmate. Primero, no hay nada malo en que te haya gustado…
— No sólo es eso… me gustaría que pasara otra vez y, Dios ―suspiró y se pasó las manos por el rostro―. No sé por qué me siento así por ella, es como una hermana para mí.
— ¿Lo es? —dijo entre dientes. Todo eso le estaba molestando en cierta manera. Maaia. Jason. El dolor de cabeza. El Insomnio. Jason dudó.
—Bueno…
—Hermano, no te preocupes por lo que pasó antes, preocúpate por lo que va a pasar ahora. ¿Tú y Maaia están juntos? ¿No? ¿Arruina esto la amistad? —suspiró cansado—. Creo que necesito algo de beber. Suerte con eso, yo… —no encontró palabras. Sólo se fue. Se sentía ¿celoso?, fuera como fuera, no le gustaba el sentimiento. Necesitaba encontrar a Mason.
Maaia estaba a punto de dormir cuando Jason entró en la tienda, abrió los ojos de golpe y se miraron. Se sintió la tensión en el aire, casi podía cortarse con tijeras.
—Hola… —Jason suspiró y cerró la tienda, se sentó en la posición de indio y encaró a Maaia.
—Lo de anoche, no puede volver a pasar. —Maaia se sintió un poco defraudada –no es como que lo fuera a admitir-, pero asintió. Pero entonces sonrió dulcemente y se acercó a Jason, se sentó sobre sus piernas y rodeó su cuello con los brazos, Jason no se resistió ni por un segundo.
—A partir de ahora —dijo en su boca y lo besó.
Se había quedado con las ganas de ir a las montañas nevadas; después de la discusión con Mason había quedad drenada de ganas de irse a enfriar los pies y la nariz –que se ponía roja como tomate- y lo habían pospuesto. Pero realmente no habían vuelto a hablar de eso y Maaia temía que al final no irían. Sólo no quería molestar a Jason, últimamente estaba un poco… ¿diferente?
En realidad se puso a analizarlo. Podía ser por varios motivos, quizás ella había dicho algo mal (no, olvídalo, Jason nunca se enojaría con ella), quizás era por la pelea con Mason (sí, claro. A Jason no le afectan esas cosas), últimamente estaba distante de Daniel… ¿habían peleado? (y dale con las peleas. Que no, Maaia, que no). Se rebanó los sesos intentando descubrir por qué Jason podía estar así. Quizás era demasiado obvio. Quizás ella era demasiado inocente en algunos aspectos de la vida.
Lo observó caminar junto a ella, lucía sumido en sus pensamientos. Eran amigos, ¿no? Podía preguntarle.
Maaia alargó una mano y tomó su brazo suavemente. Jason reaccionó enseguida, le regaló una sonrisa que Maaia respondió.
—Conozco esa cara. ¿Qué pasa, Maya? —la chica rodó los ojos.
—Tantos años y sigues diciéndome así, dios —comentó acercándose a Jason, soltó el agarre porque ahora sus brazos se rozaban al caminar. Sintió la estática entre los suéteres—. Te quería preguntar… —de repente se sintió demasiado tímida. Miró a sus zapatos pisar la grava, la sombra justo delante de ella—. Pareces molesto. Y no me gusta que estés molesto, yo… ¿qué está mal? ¿hay algo que pueda hacer para cambiarlo?
Jason se detuvo y la miró. Esos ojos marrones la estremecieron, o quizás fue el frío. Entonces se rio y la abrazó.
—Dios, ¿te quiero mucho, lo sabías?
—Quizás no deberías —dijo sin entender casi de que iba todo mientras Jason soltaba el abrazo. Se quedaron mirando y finalmente Jason asintió un poco.
—Sí, quizás —siguieron caminando—. Maaia, estamos grandes. Quizás para las mujeres no sea tan grave. ¿Por cierto, cuando fue la última vez que tuviste relaciones? —Maaia hizo una mueca para recordar, lo pensó bastante.
—Quizás… un par de semanas… ¿recuerdas el día que empezamos a viajar? Bueno, esa mañana tuve una despedida con Chad.
— ¿Con Chad? Dios, Maaia —Jason se rio, las mejillas de la chica se encendieron—. Bueno, eso casi un mes. ¿No tienes necesidad de tener nuevamente relaciones? ¿Cómo si eso te molestara?
Maaia lo pensó, se sentía como una niña, pero realmente se sentía bien. No, no necesitaba tener sexo en realidad. Negó con la cabeza.
—Bueno, cuando pasa eso, se le llama frustración sexual. Y, te pone molesto, irritable y…
—Es lo que tienes —dijo y apretó los labios. Intentaba no reírse.
—Búrlate, adelante —pero Maaia no lo hizo, en su lugar, se abrazó de su torso y Jason la rodeó con un brazo. Se tambalearon.
—Eres un adolescente demasiado ninfómano.
—Sabes que no es cierto. Además el término “ninfómano” no existe. Es exclusivo de las mujeres.
—Sí, porque los hombres no necesitan nombre para llamarse “adictos al sexo”, simplemente son hombres y ya.
—Tienes la nariz roja —Maaia se soltó y se llevó las manos a la nariz. La sentía helada.
—Es por el frío —explicó. Jason se acercó para ver mejor, levantó su rostro del mentón para iluminarlo más. Finalmente sonrió y apretó dulcemente su nariz.
—Es lindo. ¿Por qué nunca te la había visto roja?
—Si lo has hecho, sólo no lo recuerdas —dijo y se frotó la nariz. Jason le sonrió, Maaia se detuvo y se colocó un mechón de cabello detrás del oído.
— ¿De qué color lo quieres tinturar ahora?
—Estaba pensando… rosa —no pensaba lo que decía, porque Jason se había quedado muy cerca de ella y no se movía. Se miraba. ¿Desde cuándo sus ojos marrones eran tan intensos? El pecho le comenzó a latir rápido.
— ¿rosa?
— ¿importa? —se dio cuenta de que quería besarlo. Estuvo dos segundos debatiéndose sobre si era bueno o malo, sintió que el corazón le saldría del pecho. ¿Por qué quería besarlo? Era la oportunidad perfecta, no habría de desperdiciarla. ¿Qué importa, Maaia? ¡Sólo hazlo!
Jason se le adelantó. Tomó su mentón y la besó. Maaia cerró los ojos sintiendo el beso, le envió corrientes eléctricas a las puntas de los dedos. Se encajó en su cuerpo y pasó una mano por su cuello, enredándola en su cabello y con la otra tomó su mentón y acariciaba suavemente su piel algo áspera por la sombra de la barba que crecía.
Sintió un revoltijo en el estómago y abrió paso a una oleada de sentimientos. Desconectó su cerebro y se dejó llevar.
—Maaia —se separó Jason—, me quedaría así toda la noche, en serio —Maaia se sonrojó—, pero tenemos una misión y… ¿estás segura que esto es buena idea?
—Yo, ah… —momento incómodo—. Tenemos una misión, vamos Jase. —se alejó caminando a prisa. Se sentía tan estúpida, estúpida porque le gustó, estúpida porque lo había hecho. Estúpida, estúpida Maaia.
Cuando llegaron al abastecimiento más cercano, Maaia se sentó en un muro cercano.
—Que sepas que no te dejaré aquí sola.
—Jason, hay bastante gente además estoy cansada, por favor —juntó sus manos e hizo cara de perrito mojado. Jason no lucía seguro.
—Si algo pasa, grita
—Lo haré.
—Más te vale. —Maaia lo notó y sabía que él también lo había notado. Entre los dos había un aire incómodo. Hundió la cabeza entre las manos.
¿Por qué? Odiaba esa pregunta. ¿Por qué no llamaste al 911? ¿Por qué no gritaste? ¿Por qué te quedaste de piedra? Estaba al borde de las lágrimas. Inspiró hondo y parpadeó las lágrimas. Meció los pies que apenas llegaban al suelo. De pronto parecía que había menos personas, miró a su alrededor y se convenció de que nada estaba fuera de lugar.
Y entonces el mundo estalló en rojo, naranja y amarillo. Cayó al suelo y lo primero que sintió fue dolor. Ni siquiera sabía de dónde venía, su mente se nubló por completo, ni siquiera tenía fuerza para gemir de dolor.
—Dios, ¿ves lo que me haces hacer? —Maaia sintió una silueta deslizándose sobre ella, un peso que oprimió su cuerpo contra el pavimento y que tomaba sus manos. Se forzó enfocarse—. Maaia, querida, ¿me recuerdas? —claro, claro que lo recordaba.
—Seth —susurró suavemente, sentía la garganta seca. De pronto una voz en su cabeza gritó que tenía qué alejarse, forcejeó pero sólo consiguió que el chico la sujetara más fuerte, al punto de lastimarla.
—Y bueno, ¿qué coincidencia encontrarte aquí, no? —detectó el sabor amargo del sarcasmo—. No, no es coincidencia —se inclinó hacia adelante, Maaia se recuperaba poco a poco pero el dolor era aturdidor—. ¿Tienes idea, Maaia, lo cerca que he estado de ti? ¿Lo fácil que me ha sido seguirte, y acercarme incluso hasta oler tu perfume? —acercó la nariz y la hundió en su cuello, Maaia se estremeció cuando él inspiró con fuerza—. ¿Crees, realmente, que te dejé sola después de entrar a prisión? —soltó una carcajada en la garganta de Maaia, se sintió enferma—. No hubo un solo día que no supiera dónde estabas, no hubo una sola noche en la que no te acompañara.
Maaia comenzó a llorar. Temblaba, no sólo por el frío, le dolían las manos y la cabeza. Con voz quebrada musitó algo que Seth no entendió, la obligó a repetirlo— ¿Qué quieres de mí?
—Ah, sabía que preguntarías. Bueno, Maaia-bonita, te quiero a ti. Siempre te he querido a ti, siempre todo ha sido sobre ti. ¿Lo sabías, no? ¿Incluso antes del accidente? E Ibas a dejarme, ¿verdad? Dios, Maaia, éramos jóvenes y libres, y aun así no era suficiente para ti. —Maaia lloró, negando con la cabeza mientras susurraba infinidad de “no”. Estaba aterrada, se sentía indefensa, se sentía destruida y vulnerable. Sobre todo vulnerable—. No importa ahora, no, porque eres mía, siempre lo fuiste entonces y también ahora. Tienes mi marca sobre mi… o bueno, quizás no, no aún. —Seth se las arregló para sujetar ambas manos de la chica con una mano y buscó algo en su bolsillo, con su vista de por sí nublada por el dolor logró ver el filo de una navaja brillar bajo la luz del faro. Se heló. Seth rasgó una manga del suéter de Maaia quien tardó demasiado en saber qué haría. Quizás por los golpes, quizás por el frío, pero no supo que pasaría hasta que, bueno, pasó. Seth clavó en el brazo la punta de la navaja y la movió hacia abajo. Maaia vio estrellas y gritó con fuerza, comenzó a chillar y moverse y forcejear mientras Seth seguía escribiendo en su piel. El dolor era punzante.
Entonces terminó. Una fuerza se llevó la opresión de encima y sus manos fueron liberadas, se llevó la mano al brazo que soltaba sangre a borbotones, se incorporó aun llorando y distinguió dos sombras, una era Seth, adivinó, y la otra era Jason. Se escuchaba una pelea horrible. Maaia deseaba poder hacer algo pero aún tenía la cabeza embotada y además estaba sangrando, y sin embargo, no iba a cruzarse de brazos, por lo que con mucho esfuerzo se puso de pie.
Hubo un instante, en el que Seth se colocó se pie mientras Jason estaba en el suelo, vio que levantó en alto la navaja aún manchada –y esperaba que únicamente con su sangre. Entonces sacó fuerza de dónde no sabía que la tenía y lo último que supo era que se había aferrado con fuerza a su espalda, rodeando su cuello con sus brazos y aferrándose a su piel con las uñas. Seth forcejeaba y gemía intentando quitársela de encima, pero Maaia no cedió.
Seth cayó de rodillas y Maaia casi cae de espaldar por eso, sus cabezas quedaron juntas y lo escuchó resollar.
—Ganaste hoy, Maaia, pero no será así siempre. Y no estarás sola, nunca más, nunca lo estuviste. Recuérdalo en cada paso que das y cada noche oscura en la que caminar, estoy ahí, Maaia, esperando una oportunidad. —Se zafó de Maaia quien ya no tenía fuerza para sujetarse y salió corriendo, increíblemente rápido. En cuestión de segundos, se había perdido. Jason, a su lado, comenzaba a levantarse.
—Olvídalo —dijo Maaia meneando la cabeza—. Vámonos, Jase. —el chico no protestó, se levantó, fue por las compras que había dejado en algún lugar y ayudó a Maaia a incorporarse. Ella podía caminar, le dolía la cabeza y el brazo, el cual ya no sangraba tanto. Terminó de rasgar la manga y se hizo una especie de torniquete.
—Sospecho que al menos necesitará tres puntos.
—Eres exagerado, Jason.
— ¿Ese tío…?
—Sí. Sí y no quiero hablar al respecto, por favor. —Jason tomó a Maaia del brazo dulcemente, para que se detuviera.
—Sabes que puedes contar conmigo, Maaia —entonces ella lo miró. Y lo miró realmente, estaba algo sucio, se había raspado la mejilla, pero sólo era un rasguño que no dejaría marca alguna. Maaia lo abrazó, ignorando el estallido de dolor que se dio en su brazo y él la refugió en sus brazos. Levantó el mentón y lo besó. Fue un beso casto, que quedó ahí. Soltó el abrazo, tomó su mano y caminaron de vuelta al campamento.
Damen estaba molesto. El rumor había corrido como agua y estaba molesto porque no había estado ahí con Maaia para que ese idiota no la hubiera golpeado, se sentía molesto porque había confiado que Jason cuidaría de la chica que tan rápido se había hecho un hueco en su corazón, estaba molesto porque al parecer el imbécil se había ido, salvándose de la muerte que le podría haber proporcionado cualquiera ante la ira de tocar a una mujer.
―Eso que pasó con Maaia… ―comentó Myra casualmente. Estaban sentados bajo el sol pálido que no calentaba una mierda, Caitlin a un lado, Myra a otro, y Titán en el regazo de Damen. Él le había prometido que lo cuidaría mientras ella salía de compras con Jason. El animal lucía inquieto, como si supiera que algo no estaba bien, pero Damen no lo dejaba alejarse: dijo que cuidaría del y así sería―. Bueno, no es que ella me caiga precisamente bien… pero no creo que se lo mereciera.
―Aún, Myra, no hables tan rápido ―señaló Caitlin, Damen lo dejó pasar.
―Lo sé, Cait, me refiero a que no creo que ninguna mujer en el mundo se merece que un hombre la golpee sólo porque es más fuerte que ella.
―Yo creo que la golpeó por un motivo. Quizás ella se negó a darle sexo.
― ¿Y por eso merece que la golpearan? ―intervino Damen
―No estoy diciendo eso, Damen, sólo digo que la golpeó por un motivo.
― ¿Qué más motivo que el que hacerlo sólo porque sí? ¿No es así como trabajan los psicópatas?
― ¿Qué sabes tú de la psicopatía de cualquier manera, Damen? ―dijo Myra rodando los ojos―. De cualquier manera, no pasaré mi día hablando de alguien que me da igual, que la hayan golpeado no la hace más importante o interesante.
―Amén, hermana.
―Ustedes dos, en serio.
―Nos amas, Damen ―dijo Caitlin batiendo las pestañas.
―Me temo que sí, así es.
―Y bueno, ¿soy yo o hoy el rubio platino está opaco? ―dijo Myra enarcando una ceja.
―Es por el sol, morena. Yo soy ecológico y no trabajo a baterías. No sol, no Damen.
―Es una pena ―comentó Caitlin entornando los ojos al despejado cielo―. ¿Qué horas crees que son?
― ¿Las tres de la tarde, quizá?
― ¡No es tan tarde, Damen! ―dijo Myra―. Creo que es la una.
―El tiempo pasa de una manera muy extraña aquí en el campamento ―dijo Caitlin.
―Creo que eso es lo más sabio que tu castaña melena ha dicho hoy.
― ¿Qué insinúas, Damen?
―Que no soy el único apagado hoy ―le dedicó una mirada penetrante―. Pasó algo con Daniel. ―afirmó, Caitlin se tensó un poco.
―Ah, eso es tema del pasado, Damen ―dijo agitando una mano, restándole importancia―. Yo no te pregunto de tus relaciones pasadas.
―Sólo porque mis relaciones pasadas han estado tan llenas de emociones que serían abrumadoras para sus emociones alteradas de mujeres. ―Myra y Caitlin re rieron, pero Damen no hizo más que esbozar una risa.
―A ver, rubio platino. Cuéntanos ―dijo Myra colocándose más cómoda. Damen largó un suspiro exagerado.
―No, no, es algo muy per… bueno, ya que insisten ―una pequeña risa―. Antes de hablar de mis relaciones serias, les tengo qué contar de mi primera vez. ―Caitlin y Myra se miraron mutuamente, con sonrisas en sus labios. Damen enarcó una ceja, sabiendo que se borrarían en cualquier momento.
―Cuando tenía quince años…
―Coño, Damen, ¿tan joven? ―Dijo Myra y el par se rio, Damen se encogió de hombros.
―Déjenme terminar. Cuando tenía quince años, mi mejor amiga…
―Eso no va a terminar bien ―convino Caitlin, Myra asintió solemnemente.
―Niñas, en serio. No quiero más interrupciones ―Caitlin asintió y Myra levantó las manos a la altura de sus hombros en señal de rendición.
―Cuando tenía quince años, mi mejor amiga tenía un novio tres años mayor que ella. En eso ella tenía mi misma edad. Si soy sincero, sí, quería a mi amiga, pero nunca fue más que eso para mí, hasta que la vi con otro tipo y me di cuenta de que la quería para mí y que ya no la tenía. Tiempo después me confesaría que estuvo enamorada de mi y que había perdido mi oportunidad. Ese no es el punto, la cosa es que ella quería tener sexo con él cuando cumplieran el año, pero estaba terriblemente aterrada porque él era mayor y ella era inexperta y bla, bla, bla. La cosa es que me pidió que le quitara la virginidad ―las chicas colocaron rostros de: oh dios mío, Damen intentó no reír―. Seh, bueno, entenderán que estaba coladísimo por ella y aunque me pareció inmoral aprovecharme así de mi amiga, acepté. Y lo hicimos. Y seré sincero, no fue la mejor con la que he estado, fuimos inexpertos, toscos, pero los sentimientos estaban a flor de piel. Me sentí completo, y no porque… bueno, estuviera dentro de ella, me sentí completo por primera vez en la vida. Amaba esa niña. Fue la mejor noche de mi vida… Después de eso, se cohibió por completo, me evadía y no me miraba a los ojos. Se sentía avergonzada de lo que había pasado y eso me hizo perder la cabeza. Le grité, le grité que la amaba y que ese hijo de puta sólo la iba a hacer sufrir, ahí me dijo que había estado enamorada de mi y que había perdido la oportunidad. Me llené de ira y me largué de su casa y no hablé con ella nunca más. Un par de días después, ella se escabulló en la noche rumbo a la casa de su novio, en entonces un auto llevado del diablo por dos adolescentes drogados la pilló. No murió al instante, el doctor dijo que sobrevivió quince minutos, quince minutos acostada sobre la calle, con las piernas fracturadas, sintiendo el peor dolor del mundo y sabiendo que moriría.
Caitlin y Myra tenían los ojos abiertos como platos. Caitlin incluso se había llevado una mano a la boca, habían perdido un poco de color, por algún motivo se sintió un poco mejor… y luego se sintió asqueado de sí mismo.
―Eso es horrible ―exclamó Myra finalmente. Damen asintió encogiéndose de hombros.
―El chico pagó cárcel alegando que la chica estaba dormida en el asiento trasero. No sé si es cierto, probablemente sí, pero no dejo de pensar que era una mentira, porque luchó porque la chica no fuera a prisión. Me di cuenta de que a lo mejor eran pareja. Nunca vi a la chica, ella no fue al tribunal, pero nunca olvidaré al hijo de puta.
Silencio. Era entendible, en realidad. Siempre que contaba la historia las cosas terminaban así, las personas se callaban. Era una historia fea.
―Sé lo que están pensando y la respuesta es no, no todas mis historias de amor son así de dramáticas ―aún así, ninguna dijo nada. El silencio era algo reconfortante. Finalmente Myra habló.
―La chica… tu amiga, nunca mencionaste su nombre.
― ¿No lo hice? Já. Quizás es una vieja costumbre, eso de no mencionar a la gente muerta… mala costumbre de cualquier manera. Bueno, en fin. Emily, se llamaba Emily. ―Su nombre en su boca supo amargo. El corazón se estrujó, se sorprendió porque estaba casi seguro de que había olvidado por completo a Emily, sin embargo… bueno, el pasado estaba atrás, justo dónde debía.
―Lo siento, Damen ―dijo Caitlin suavemente.
―También yo. Lo peor de todo es que nunca olvidaré lo último que me dijo.
― ¿Eso fue? ―inquirió Myra.
―Bueno, fue mientras discutíamos, cuando me estaba yendo, me gritó que me odiaba. Me detuve y me giré para decirle que la amaba pero el sonido de la puerta cerrándose de un portazo cortó mis palabras.
De repente todo estaba más sombrío.
―Mierda, Damen, eso es cosa seria.
―Ya está atrás.
― ¿Nunca supiste el nombre de la chica que salió impune? ―Damen negó con la cabeza
― ¿Y el del hijo de puta?
―Ah, ese sí. Es un nombre lo más de desagradable. Seth Fenwick. ―Titán, en su regazo, se encorvó y pegó un salto para después salir corriendo como llevado del diablo. Damen se levantó de golpe y corrió tras el animal que había crecido bastante desde que lo encontraron y era una bola de huesos y pelo. Trató de no perderlo de vista pero el animal era simplemente muy escurridizo, sin embargo sabía a dónde se dirigía, y a la larga, él también tenía algo pendiente con la persona en esa tienda.
Cuando encontró a Titán, este maullaba a la tienda de Maaia y Jason, Damen lo tomó en brazos y deslizó el cierre de la tienda. Sorprendentemente Maaia estaba sola. Jason no se había separado de ella desde que había vuelto por segunda vez, incluso desplazó a Sebastien y se acostó junto a ella.
Estaba dormida, cosa que cambió en tanto Titán sacó sus zarpas para que Damen lo soltara y corrió con su dueña, se escabulló entre sus brazos cosa que la hizo despertar y al sentir la bola de pelo, esbozó una sonrisa.
―Titán… ―abrió los ojos, Damen notó como el derecho estaba un poco inflamado y rojo―. Hey, Damen.
―Dichosos los ojos que te miran ―le dedicó una pobre sonrisa―. Te ves mejor.
―Sí.
― ¿Quieres que te llevemos a un hospital?
―No.
―Mujeres ―dijo y se sentó en el borde de la tienda. Maaia bostezó –un bostezo que la estremeció- y se frotó el ojo bueno.
―Siempre y cuando no quede heterocromática.
—Considero la heterocromancia muy sexy, Maaia.
—Enfermo.
―Es un tremendo imbécil.
― ¿Tú crees?
― ¿Quién se atreve a tocar a una mujer, por el amor de dios?
―Te sorprenderías, Damen.
―Algo me dice que no quiero hacerlo.
―Sí, es mejor no hacerlo ―miró a Damen.
— ¿El brazo?
—Mejor —lo levantó un poco y quitó la venda suavemente, con un pequeño quejido. Estaba hinchado y morado, pero era inconfundible, los cortes formaban una S. Se estremeció, Maaia lo volvió a cubrir y suspiró—. Dejará cicatriz, sin duda alguna.
—Es un maldito.
—Me marcó como a un cerdo, dios —cubrió su rostro—. Soy una estúpida.
—Maaia, no es tu culpa, y no pudiste evitarlo.
—Debí entrar al maldito abastecimiento con Jason y no quedarme afuera.
— ¿No crees que, si eso hubiera pasado, de todas maneras se las habría arreglado? —Maaia levantó la cabeza y la miró con ojos grandes—. Si es como te dijo, que te ha estado siguiendo y eso, entonces, bueno, ha de tener varios planes.
— ¿Me dices que estoy tratando con un psicópata?
—Pensé que habías llegado a esa conclusión por ti misma —le regaló una sonrisa torcida. Entonces se aclaró la garganta—. Bueno, te dejo, iré a molestar a Mason un buen rato…
—Salúdalo de mi parte.
—Mason no te odia, Maaia.
—Sí, bueno, debería —se acomodó el cabello—. Sólo ve. —Damen no dijo nada más, sólo se fue, y eso dejó cierto vacío en su pecho. Acarició ausentemente a Titán y sintió picazón en el brazo.
Cuando Damen salía, Jason llamó su atención y lo citó para que hablaran. Parecía que tenía problemas.
—Hey, Damen, ¿tienes un minuto? —Damen asintió, Jason hizo una señal para que lo siguiera y así lo hizo, se apartaron bastante, incluso perdió de vista el campamento. Finalmente se giró y le habló—. Me acosté con Maaia.
Una ola de sentimientos lo recorrió. Ira, envidia, desconcierto, ¿Maaia y Jason? ¿Era posible? Su quijada casi se descuadró. Jason lucía culpable, dejó que hablara.
—Me acosté con ella y dios, no debería haberme gustado, pero me gustó. Y me siento terrible, me siento culpable, muy culpable. Como cuando te aprovechas de una pequeña niña porque confía en ti, y no de esa manera, pero es la idea, y, sólo tenía qué sacarlo de mi pecho.
—Jason, cálmate. Primero, no hay nada malo en que te haya gustado…
— No sólo es eso… me gustaría que pasara otra vez y, Dios ―suspiró y se pasó las manos por el rostro―. No sé por qué me siento así por ella, es como una hermana para mí.
— ¿Lo es? —dijo entre dientes. Todo eso le estaba molestando en cierta manera. Maaia. Jason. El dolor de cabeza. El Insomnio. Jason dudó.
—Bueno…
—Hermano, no te preocupes por lo que pasó antes, preocúpate por lo que va a pasar ahora. ¿Tú y Maaia están juntos? ¿No? ¿Arruina esto la amistad? —suspiró cansado—. Creo que necesito algo de beber. Suerte con eso, yo… —no encontró palabras. Sólo se fue. Se sentía ¿celoso?, fuera como fuera, no le gustaba el sentimiento. Necesitaba encontrar a Mason.
Maaia estaba a punto de dormir cuando Jason entró en la tienda, abrió los ojos de golpe y se miraron. Se sintió la tensión en el aire, casi podía cortarse con tijeras.
—Hola… —Jason suspiró y cerró la tienda, se sentó en la posición de indio y encaró a Maaia.
—Lo de anoche, no puede volver a pasar. —Maaia se sintió un poco defraudada –no es como que lo fuera a admitir-, pero asintió. Pero entonces sonrió dulcemente y se acercó a Jason, se sentó sobre sus piernas y rodeó su cuello con los brazos, Jason no se resistió ni por un segundo.
—A partir de ahora —dijo en su boca y lo besó.
Invitado
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Re: The Roadtrip
oh fios mio mis feels Maaia yJasonque hermosos, me enamore de ellos no puedo... Me ha dejado con el corazon vacio, es que son taaan hermoos y Seth un hijo de puta y entonces... Maaia y Seth mataron a Emily? Omg la que se va a armar comento bien cuando este en la compu, ame el cap lo ame lo ame lo ame lo ame ;-;
peralta.
---------
Re: The Roadtrip
ANTONELLA Y VALERIA, USTEDES MIJAS ACABAN DE HACER QUE SE ME OPRIMIERA EL CORAZÓN CON SUS CAPÍTULOS, DIOOOS SAKJDNAJD FUERON TRISTES ;___; NO, NO PUEDO CON TANTO LA VERDAD ;___; STEPH AKSJDASKDJASJD DEJAME SUBIR A MI ¿SIIIIIIIIIIIIIIIIII? ASKJASKJDNSAJ SUBO PARA EL OTRO FIN DE SEMANA, NECESITO ESCRIBIR, LAS IDEAS ME LLEGARON VOLANDO AHORITA, Y FILZ, Y DIOOOOOOOOOOOOOOOS, TENÍA TIEMPO DE NO LEER Y SENTIRME ASÍ AKSJDAKDJNASJD EXTRAÑABA ESTO ASKDJASDJKASDKS, PERO POR FAAAAAAAAAAAA, SUBO ESTE FIN QUE VIENE Y COMENTO TU CAP, EL DE ANTO Y VALU ;_;
OS AMO A TODAS Y LAS EXTRAÑO, TAMBIÉN AL FORO Y LEER ASKJNASJD Y YA SOY LEGALMENTE MAYOR DE EDAD, CHICAS ;__;
Atenea.
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Re: The Roadtrip
OPD VALU SUBIO CAP Y DEBO LEERLO Y COMENTARLOS JUNTO CON LOS OTROS Y ENCIMA VEO QUE ANDY YA SE APARECIO POR ACÁ Y ME DAN LOS FEELS BC LA EXTRAÑABA MUCHO Y NI SÉ POR QUÉ ESCRIBO EN MAYÚSCULAS PERO JURO QUE MAÑANA ACABAN MIS TRABAJOS Y ME PONGO A COMENTAR
believe.
OMFFG
- vaaaaaaaaaaaaaal:
- val val subirte lloro bueno voy a leer ahora si: y maaia se había rehusado –rotundamente- a robar UNA PERSONA QUE VE LA LUZ no digo que este mal bueno si esta mal xd pero en la novela se volvió un habito y me alegro que maaia no quiera hacerlo habla bien de su persona JAJAJA aw quiere saber porque jason esta así ): me da ternura que no se torture tanto tal tampoco ): pero para mi son amigos y mi non otp lol ES MUY DULCE ME MUERO oh por eso estaba con esa cara? mm quizá para las mujeres no sea tan importante es verdad JAJAJA VES ella no tiene en la cabeza sexo sexo sexo como el 80% de las personas ahí me alegro eres un adolescente demasiado ninfómano JAJAJA porque los hombres no necesitan nombre para llamarse “adictos al sexo”, simplemente son hombres y ya LA ADORO DE VERDAD ESO FUE LO MÁS BRILLANTE QUE LEÍ JAJAJA se dio cuenta de que quería besarlo. joder joder jason se le adelantó. tomó su mentón y la besó bueno bueno BUENO ¿por qué? odiaba esa pregunta. ¿por qué no llamaste al 911? ¿por qué no gritaste? ¿por qué te quedaste de piedra? que esta pasando por que maaia llora no entiendo QUE LE ESTA PASANDO SETH QUE ¿tienes idea, maaia, lo cerca que he estado de ti? ¿lo fácil que me ha sido seguirte, y acercarme incluso hasta oler tu perfume? ENCIMA ES UN LOQUITO no hubo un solo día que no supiera dónde estabas, no hubo una sola noche en la que no te acompañara QUE NO LE HAGA NADA QUE HIJO DE PUTA SÁDICO COMO VA A HACERLE ESO Y LA GENTE QUE ESTABA AHÍ DIOS ES QUE NADIE AYUDA MAAIA CHIQUITA NO JASON JASON JASON JASON ganaste hoy, maaia, pero no será así siempre. y no estarás sola, nunca más, nunca lo estuviste. recuérdelo en cada paso que das y cada noche oscura en la que caminar, estoy ahí, Maaia, esperando una oportunidad ALGUIEN QUE LO MATE jason espero que puedas contenerla por favor serví para algo que no sea ponerla. me refiero a que no creo que ninguna mujer en el mundo se merece que un hombre la golpee sólo porque es más fuerte que ella por cosas ASÍ AMO TANTO A MYRA damen con el gatito JAJAJAJA ya ya que no se apene por lo menos ella esta bien. pobre damen en medio de esas dos que no son nada fácil de pelear JAJAJA no sol, no damen. el tiempo pasa de una manera muy extraña aquí en el campamento amen es verdad okey. damen va a contar sobre su primera vez ¡yay! ese no es el punto, la cosa es que ella quería tener sexo con él cuando cumplieran el año, pero estaba terriblemente aterrada porque él era mayor y ella era inexperta y bla, bla, bla. la cosa es que me pidió que le quitara la virginidad bueno asi estamos pais ahre se sentía avergonzada de lo que había pasado y eso me hizo perder la cabeza ay por que avergonzada si eso mucha confianza del mundo CASI JAJAJA le grité, le grité que la amaba y que ese hijo de puta sólo la iba a hacer sufrir, ahí me dijo que había estado enamorada de mi y que había perdido la oportunidad oh drama quince minutos acostada sobre la calle, con las piernas fracturadas, sintiendo el peor dolor del mundo y sabiendo que moriría okey bueno no termino muy bien que digamos bastante horrible nunca vi a la chica, ella no fue al tribunal, pero nunca olvidaré al hijo de puta wow yo riéndome de la pobre muerta siempre que contaba la historia las cosas terminaban así, las personas se callaban. era una historia fea es exactamente lo que pienso JAJAJA es verdad. QUE SETH QUE QUE QUE NO QUIERO CREER QUE NO NO NO NO pobre maaia tiene la marca estupida ahí que dolor ): me acosté con ella y dios, no debería haberme gustado, pero me gustó. Y me siento terrible, me siento culpable, muy culpable ok fuck pobre damen la verdad es que esta colgado. a partir de ahora JAJAJA bueno entre mi ataque del corazon con maaia y el loquito seth y la historia de damen okey me encanto tu capitulo val
nayeon.
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