one night | Harry Styles.

Prólogo

I’ve been with him for just over a year. I’m a runner by nature. As in, when things start to get serious, when they start to feel permanent, I leave the man I am with. This is one is pretty much perfect.

El pasado es simplemente un puñado de recuerdos. El futuro, sin embargo, es algo mucho más opaco, ilusiones perdidas o ganadas, personas esperando un premio de consolación que casi nunca llegará. Me llamo Abigail Sweeny, y me presentaría como un alma perdida en este mundo temporal. Una niña cansada de mi pasado, ambiciosa en mi futuro y asustada por mi presente. 

Ubicada al oeste de Michigan, mi vida es de lo más normal que te puedas imaginar. Me levanto, desayuno, voy al instituto, vuelvo a casa, estudio y vuelta al principio. Mi madre muró hace tres años, y mi padre ha estado sumido en una especie de depresión interna. Después de su muerte, decidió que lo mejor era mudarnos, ya que nada nos vinculaba ya a ese pequeño pueblo de Inglaterra. Desde entonces Luke, mi hermano, ha tenido una gran responsabilidad en la familia Sweeny, y eso que aquí vuestra amiga no se lo ha puesto nada fácil.

Ahora, acercándose la Navidad, volvemos a Holmes Chapel, para pasar las vacaciones en la casa de unos amigos de mi padre, y que precisamente, tienen como hijo el mejor amigo de mi hermano, Harry, el único joven que consiguió tenerme atada a él, al menos, durante una noche.

¡Madre mía! Muchísimas gracias, menuda suerte he tenido con mi primera lectora<3. ¿En serio lo crees? Es mi primera fic y estaba un poquito nerviosa por ver las reacciones, pero con todo lo que me has dicho me basta para seguir. Claro que sí puedes, ¿con Nathan? Yo me lo apunto*-*. Nos separa todo un océano   . Pues eso, yo me llamo Ana, pero este de aquí es mi seudónimo, así que llámame como quieras, Ann, ana, anu, pam... te lo dejo a tu imaginación. Muchos besos<3

Hola nena c:, me alegro muchísimo que te haya gustado, espero que los capítulos también estén a la altura, ah. Pues claro que sí, no me importa agregar más personajes, además, sé que lo disfrutáis más, así que por mi bien. Seguramente en poco os aviso y me tendréis que rellenar una mini-fichita. La sigo en nada, besos<3

Para para que me lo creo demasido, ah. Tú tranquila, tendrás a Niall guardadito para ti. Como he dicho antes, cuando la novela esté más adelantada, daré un aviso y me lo recordáis. Ya tengo medio borrador, no os haré esperar mucho<3

Abby no tiene ni idea de lo que se le viene encima, si yo fuera ella estaría encantada, ah. La sigo enseguida. Besitos<3 

Pues encantada Alecat , muchísimas gracias<3 no os haré esperar mucho, ¡lo prometo! Muchos besitos madrileños<3 Y por lo de los chicos, claro que podéis elegir, recuérdamelo cuando ponga el mensaje algún día de estos.

Capítulo I

I’ve been with him for just over a year. I’m a runner by nature. As in, when things start to get serious, when they start to feel permanent, I leave the man I am with. This is one is pretty much perfect.

Las gotas de lluvia asomaban vislumbrantes frente a la ventanilla del coche que mi hermano Luke conducía. El trayecto había sido agotador, y todos estábamos cansados y hambrientos. Ya íbamos camino a Holmes Chapel, y mi mente estaba intranquila. No sólo tendría que enfrentarme a un lugar lleno de dolorosos recuerdos; distantes recuerdos, sino que tendría que convivir con alguien esencial en una época de mi vida. Pero su huella fue más que nada destructiva y arrebatadora. Incomodidad en estado puro. Con suerte, mi hermano le quitaría la mayor parte de su tiempo, y ambos me dejarían pasar las vacaciones desapercibida. 


Unos días antes, en algún lugar de Michigan.


— ¡Joder, Abby! ¡Te dije que pusieras la mesa hace veinte minutos!

Los gritos de mi hermano retumbaron por toda la casa, y, debido que hace veinte minutos tenía los cascos en mis orejas y la música al máximo volumen, supuse que no era el primer aviso. Dudé si bajar en ese mismo instante, pero seguramente si esperaba la bronca sería aún mayor. Apagué el cigarro y me apresuré a abrir la ventana para que entrara algo de corriente, y, siguiendo el mismo procedimientos, cogí una de las colonias que tenía al fondo del pequeño armario y rocié la habitación con ella, después un lavado de dientes y listo. No hace mucho que empecé mi adicción por el tabaco, y quizás esa palabra suene algo exagerada. Lo único que tengo claro es que si alguno de los dos me pilla infraganti estoy condenada de por vida. 

Cuando bajé las escaleras un olor a quemado me revolvió las tripas, y fruncí el ceño de inmediato. Luke no puede evitar ser un desastre en la cocina, sin embargo, nunca le he reprochado nada en estos años. La mesa estaba preparada, y los ambos permanecían sentados, inmóviles.

— Siento la espera. —dije, sin mirar a ninguno de los dos. Noté cómo Luke empezó a servir la pasta a todos, claramente enfadado por mi actitud. Me dirigí a mi asiento, intentando mantener las distancias.

— Bajas cuando te interesa. —escupió Luke, en uno de sus intentos de remover mi conciencia.

— No te había oído; lo dices cómo si me pasara el día haciendo el vago.

— Prácticamente.

Aparté los cubiertos y por primera vez en la comida, le miré a los ojos. No me apetecía estar discutiendo sobre una tontería como esta, así que no respondí. Mi padre mantenía su mirada fija en los macarrones, incapaz de decir nada. Desde que mi madre murió, su actitud cambió hacia peor. Y su indiferencia era lo que más nos afectaba.

— He estado hablando con los Styles —dijo mi padre, de improvisto. En ese momento no sabía si salir corriendo o esconderme debajo de la mesa. Respiré hondo y traté de actuar con naturalidad. Sabía que un tema como ese acabaría afectándome al fin y al cabo, ese apellido nunca se borraría de mi cabeza. Harry... — Luke, ¿sigues hablando con Harry?

Harry, joder; Harry.

— Claro, sigue siendo uno de mis mejores amigos. Fui de visita hace unos meses, ¿no te acuerdas? — respondió. Amigos desde segundo de primaria, siete años. Después de lo sucedido, y con la mudanza, tenía la esperanza de que cortaran esa amistad. — ¿Ha pasado algo?

— No no... bueno, algo bueno, sí. Nos han invitado a los tres a pasar las vacaciones allí, en Holmes Chapel. 

Holmes Chapel, nuestro antiguo hogar. Mi mente se detuvo por un momento y empecé a pensar lo que aquello significaría. No podía pasar unas vacaciones en la misma casa que él, eso no. Sería pasar por la situación más incómoda de toda mi vida, y no estaba dispuesta a eso.

— Eso estaría genial, ¿les has dicho que sí, no? — dijo Luke, con un gesto mucho más agradable. Claro que para él era todo lo contrario que para mí.

— Bueno, quería saber vuestra opinión. ¿Abby; qué te parece?

Mi expresión en ese momento debía ser un cuadro. No sabía cómo podía evitar esto. Estaba claro que los dos estaban deseando ir, aunque fuera simplemente por recordar viejos momentos y comer decente durante unas semanas. Así que no tenía nada que hacer frente a eso.

— Creo que sería abusar de su hospitalidad, papá. — dije, llevándome varios macarrones a la boca. Es una salida que podría ser útil.

— No digas tonterías, nos han invitado ellos, estarían encantados. Además, puedes irte a casa de algunas de tus amigas mientras tanto. — masculló Luke.

— Me sigue pareciendo un abuso, la verdad. —dije, manteniendo mi postura fija. 

—Pues hecho, ¿no? Les aviso esta misma tarde. — dijo mi padre, sumiso. — Creo que te vendrá bien salir de este ambiente, Abby.

Como supuse, mi opinión no sirvió para nada. La decisión estaba tomada mucho antes de empezar esta conversación. Recogí el plato de la mesa y me dirigí a la parte trasera de la casa. Ese pequeño jardín es uno de los lugares más relajantes de la casa, y en ese momento lo necesitaba. Aún conservábamos esa pequeña hamaca de nuestra antigua casa, y, a veces, incluso olía a ella, a su perfume. Sin pensármelo, salté hacía ella, quedando bocabajo, contemplando la hierba y algunas pequeñas flores bastante marchitas. Algo me decía que le volvería a ver, una coincidencia en un futuro, una corazonada. Pero no ahora. Tenía miedo, miedo de su reacción, de la mía. Y seguramente ni siquiera se percate de mi presencia, quizás eso era lo que más me asustara: su indiferencia.

Un grito, parecido a la llamada de los indios me sobresaltó y al segundo tenía a Luke encima mio.

— ¡Qué haces! Luke, para. ¡Luke! —grité. Su risa seguramente le impedía contestarme con normalidad. Me extrañó que la hamaca no se hubiera roto todavía. Sabía que las cosquillas eran mi punto débil y no lo dudó ni un momento.

Pasados unos segundos di un brusco movimiento haciendo que éste cayera al suelo. Los dos respirábamos con irregularidad, y sabía que esta se la iba a devolver en algún momento.

— Eres... idiota. —susurré, no muy convincente.

Luke rodó hasta quedarse justo debajo de la hamaca, y cara a cara, separados por una fina tela, nos dispusimos a calmarnos. A pesar de que estaba en contra de que se perforara el labio para hacerse el deseado piercing, no le quedaba nada mal, pero nunca le llegué a mencionar mi postura claramente.

— Estás más guapa cuando sonríes. —dijo Luke. Aún estando de morros siempre intenta tenerme contenta, animada, y es una de las cosas que más le honra como persona.

— Pues tú estás horrible desde esta perspectiva. —respondí, con tono jocoso. Ambos reímos, pero mantuvimos la misma postura.

— Nos lo pasaremos bien, ya verás. Además, creo que Gemma también irá algunos días, a pesar de estudiar en Bélgica. Puedes quedar con tus amigas de antes, puedes llamarlas y...— dijo Luke, intentando acercarme a su terreno.

— Luke... de eso hace ya cuatro años, ellas han cambiado, y yo también.

— Vale, haz lo que quieras, yo lo he intentado. —finalizó.

Segundos después se fue.


Días después, en un coche camino Holmes Chapel.


— Parece que se está nublando. —dijo mi padre, mirando por la ventanilla.

Cogí la cazadora que estaba dentro del pequeño maletín y me la puse por encima. Estaba empezando a helar, y no tenía ganas de coger un resfriado. Todo en ese lugar gritaba que yo no pertenecía más allí. Las calles estaban en obras, y no había nadie caminando por ellas. A medida que nos acercábamos a aquella casa mi corazón latía con más rapidez. Le prometí a mi padre que pondría todo de mí para que estas vacaciones fueran, al fin y al cabo, unas buenas vacaciones, sin caras largas ni peleas ni nada por el estilo. Nuestra antigua casa estaba situada a unas cuantas manzanas del barrio de los Styles. Más pequeña, y, a mi gusto, mucho más acogedora.

Las luces estaban encendidas cuando llegamos a la casa. Nadie se atrevía a salir con estas temperaturas infernales, y por eso nuestro padre nos pidió que esperásemos en el coche, mientras avisaba a la familia de que habíamos llegado. Anne y su marido le recibieron, pero fueron él y otro chico quienes salieron para llevar las maletas a la casa. Luke salió del coche, y un viento helado me recorrió el cuerpo. En cuanto se abrazaron sabía que era él.

Harry Styles.