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To my dear [Larry Stylinson]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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To my dear [Larry Stylinson]
Prólogo
Dios no existe.
- Nunca vuelvas a decir eso.
-¿Porqué? Si es tan poderoso, porque no solo me quita el cáncer, y me deja vivir en paz contigo. ¿Por qué si conoce mi vida no la cambia?
-Podría hacerlo, si supiera que no eres lo suficientemente fuerte como para afrontar la vida que llevas , y sabe que eres fuerte y que puedes demostrarle a todos que si se puede ser feliz con cosas pequeñas ¿y sabes Harry? Aun sigues vivo.
Autora: Cami, Camila. (( yo))
Adaptaciones: Ninguna.
Otras páginas: Wattpad.
Género: Romántico, adolescente.
Advertencias: Lenguaje grosero (( en algunas ocasiones no muchas)) escenas subidas de tono por sí alguien muy inocente desea saltearlas, personajes con enfermedades terminales, es una novela triste si no te gusta Larry o simplemente no queréis leerla no comentes con insultos, la verdad no afecta. Sí te gusta bienvenida, que la disfrutes. (:
Fecha: sab, 16 Agosto del 2014.
Aviso: si vas a editarla, adaptarla, o lo que sea por favor avísame no muerdo. Existe lo que se llama derechos de autor El plagio da sarna bue.
CamDirectioner-
Re: To my dear [Larry Stylinson]
Esa mañana me levante, quejándome del dolor que sentía en una de mis piernas, sentía cada vez menos fuerza, pero prefería sonreír e intentar seguir adelante. Yo ya estaba acostumbrado a fingir que mi vida era perfecta, aunque ¿A quien engañaba? Vida perfecta, en realidad yo era el único que me engañaba con ello. Estaba cansado de que la gente me tratara bien solamente porque me tenían lastima, quería demostrar que podía hacer algo por mi mismo.
De pequeño viví en un orfanato, con cientos de niños de todo tipo de razas, personalidad y físico. Pero todos teníamos la misma ilusión.
<>
7 Agosto, 2001
- Uno, dos…
- ¡No vale estás mirando!
- No es cierto, ¡escóndete o iré por ti!
- Bueno …
- Uno… dos, tres, cuatro, cinco seis siete ocho nueve ¡diez! Lista o no, ahí voy.
<>>
Todas esas cosas eran las que solía recordar, desde mi niñez, hasta mis once años, mi vida comenzó a cambiar un poco.
Empecé a sentir constantes dolores en el pecho, hasta que una noche no pude respirar, estuve dos semanas internado, sin nadie mas que se preocupase por mi más que la madre Hersell, ella solía sonreír a cada hora, era como mi madre y yo como su hijo pero cada vez que volvía a visitarme al hospital, su rostro se transformaba en tristeza y también tristes palabras así que había decidido que no venga a verme más aunque se negó rotundamente. Ninguna pareja quería adoptar a un niño enfermo, así que decidieron trasladarme del orfanato a uno de los centros médicos más importantes de Inglaterra. Aún así me sentía solo, me habían alejado de la familia que había elegido tener, la única que tenía. Quien iba a adoptar a un niño de once años con cáncer.
Esa es la historia de hace mucho tiempo, una historia que intento olvidar, pero cada vez que hablo sobre ello miles de situaciones vuelven a mi memoria. Aun así había intentado hacer más amigos con mi misma condición y hasta en peor estado que yo en aquél hospital. Todo era como siempre, nos dejaban dos horas y media para que nuestros familiares nos visiten, mis compañeros esperaban con ansias el día viernes, de 4 a 6 de la tarde, para poder hablar con su familia. Yo prefería quedarme en mi habitación, jugando al ajedrez con mis amigos imaginarios, y así fue, cada día de mi vida hasta los 17 años.
Hoy era un día “muy especial” para mis compañeros y las enfermeras del hospital, las que ya me conocían desde que tengo memoria, y me tenían algo de aprecio, era mi cumpleaños el cual festejamos en la sala de internados, con varios globos y un pequeño pastel, así pude decir que me sentí bien, que agradecía el gesto a mis compañeros y a las enfermeras, aunque era solo un enfermo más de aquel lugar. Entre risas y aplausos, el silencio invadió la habitación al escuchar las necias y egoístas palabras salir de mi boca, porque eso era, destruía todo a mí alrededor, y me destruía a mi mismo.
En ese momento pusieron música, y comenzaron a bailar los que podían.
-Tóma Harry, es pequeño y hasta talvez pienses que es estúpido, pero aun así espero que te sea útil- Granger, una de mis compañeras de habitación me dio una cajita envuelta en papel de regalo, olvide abrirla, pero aun así le di las gracias con una sonrisa forzada.
-¡Valla, hace tiempo que no me divertía así!-Dijo Jhonn, el andaba en silla de ruedas, ya que había perdido las dos piernas de pequeño, y sin duda, era uno de mis mejores amigos.
Veía a todos felices, celebrando mi cumpleaños, pero el único amargado era yo.
“No entiendo porqué festejan tanto, es solo un año más… pronto no servirá de nada, moriré”-Dije con una pizca de risa irónica, ¿Qué me paso por la cabeza? Nada, era simplemente que no me permitía olvidar mi enfermedad, y ser feliz por un momento, porque todo… absolutamente todo me recordaba a que un día ya nada valdría la pena, y ese día seria cuando yo ya no este aquí.
John y mis demás “amigos” salieron de la habitación totalmente desmotivados ¿porqué tuve que herirlos? Ellos hacían esto por mí, ¿Por qué no podía ver a alguien feliz? ¿Acaso porque sentía que yo jamás alanzaría a serlo?
Me encerré en mi habitación, negándome a pedir disculpas por mi actitud egoísta , aunque en realidad sí tenia ganas de hacerlo, mis amigos se merecían una disculpa y mucho mas de mi parte. Tome lo primero que encontré de la habitación, y lo arrojé hacia el otro lado, rompiendo el silencio con un ruido fuerte, y luego acostarme en la misma cama blanca, perfectamente estendida a llorar como un idiota. Luego sentí que algo caía de mi bolsillo al suelo, y me destapé la cara, viendo la caja que me había regalado Granger tirada a un costado de la cama. La tomé con cuidado, y la abrí.
Mi cara se amargo más al ver lo que era, pero aun así acepte intentarlo.
Era una tarjeta de feliz cumpleaños, en donde podías pedir un deseo.
¿Deseo? –Solté una carcajada-Está bien, pediré el estúpido deseo, ya no tengo nada que perder, nada va a cambiar mi vida.
En ese momento llego una de las enfermeras de golpe, abriendo la puerta fuertemente con una de esas sonrisas extrañas que fingen tener. Me asusté debo admitir, y enseguida guarde la tarjeta detrás de mi cama.
-Es hora de la cena cariño- Dijo la enfermera acomodando la pequeña mesa sobre mi.
- Dai-Dije interrumpiéndola.
-¿Qué sucede Harry?
-No… no tengo hambre.
- Tienes que comer vida mía, eso no puede ser.
-Dai juro que si me das una pizca vomitaré-Dije algo enojado.-Se quedó mirándome sorprendida.- ¡Muy bien! Exclamo llevando su carrito.
-Buenas noches cariño, y feliz cumpleaños.
- Buenas noches Daisy – y ella cerró la puerta y apagó la luz.
La luz de mi habitación siempre quedaba prendida, y ese día me dormí temprano y si cai en un profundo sueño.
En el hospital había una chica que se hacia llamar Blue, le decían así porque tenia una extraña enfermedad llamada fiebre azul, la cual dejaba su piel de un color turquesa en extremidades y frente. Era muy hermosa, tenía 16 años, y estaba así desde los 8, es como una hermana menor para mí y había pasado mis primeros años en el hospital con ella cuando todavía se encontraba en condiciones de poder caminar, desgraciadamente su estado deterioró pero siempre me dejaban ir a su habitación a contarle historias o hablar con ella.
Ya había pasado por muchas operaciones, pero esta seria la ultima, y supuestamente la que la curaría. Por la noche nos preocupaban los fantasmas… sí fantasmas. En realidad ella me decía que los veía aunque yo jamás había notado uno, cuando escuchaba algún ruido siempre iba a ver si ella estaba bien, comencé a creer en esas cosas, simplemente porque cuando ella llora por la noche, parece que realmente le asustan algunas personas pueden ver cosas que otras no, ella ve fantasmas.
Sentí un quejido proveniente de la habitación 144 , su habitación así que preocupado me levanté -tome la silla de ruedas, ya que estaba muy adormecido y ni tenia ganas de esforzarme mucho-en ese momento salí por la puerta. Los truenos retumbaban por todo el hospital, al punto que me daba un poco de miedo.
-¿Blue?-dije en voz baja, pero ella estaba dormida.
Tendría que volver a la habitación como sea, cruzar sala de terapias, lo cual era bastante aterrador.
Anduve hasta encontrar el pasillo y sentí una mano fría detras de mí, en mi espalda. Pude sentir como un escalofrio recorria todo mi cuerpo, mis ojos se abrieron más de lo normal y cuando pude darme cuenta de que era una persona, me di la vuelta totalmente enfurecido.
-Disculpa.
-PERO QUE RAYOS, CASI ME MATAS DE UN SUSTO.
-Hey, lo siento mucho amigo.
Era un chico de cabello castaño, no muy alto, llevaba una especie de delantal de esos que te ponen en terapia intensiva, el cual se ata por atrás, blanco. Ojos claros muy claros, y una boca muy fina.
-Y tú ¿quien eres?-Dije intentando recuperarme del cagaso que me había causado, siento la palabra.
- Pues, soy Louis-Se sentó.
La lluvia acompañaba muy bien esta conversación.
-¿y tu? ¿tu como te llamas?-Dijo tocando mi cabello, como si fuera gracioso.
-Tócalo, pronto ya no habrá.-Dije.
- ¿Como?
- ¿porqué estas aquí?-Dije cambiando de tema.
- Oh-Se paro y se puso de espaldas y me mostró un par de ronchas.
-¿Salpullido?
-Podría ser mortal para mí-Habló y lo observe con total desprecio, pero mi cara cambio al ver como tenia el trasero al descubierto. No sabía si reírme, o decirle algo.
-¿Que es tan gracioso?- dijo sin saber.
- Estallé en una carcajada-Se te nota un poco...
En ese momento se tapó totalmente avergonzado.
-No te preocupes, no hay nada que ya no halla visto.
- ¿Que quieres decir?
-Pues, nada. Soy Harry.
-¿Solo Harry? -Un trueno resonó por todo el hospital.
-Harry , Harry Edward Styles.
- Bien Harry Edward, te diré algo, ya que has visto mi trasero al desnudo-Sonrió-supongo que debo tenerte confianza.
-Así es-Asentí.
-¿Nos veremos mañana en el desayuno?
Sentí que hacia un amigo así que le respondí que sí, esperando que alguna vez volvamos a encontrarnos como buenos amigos.
- Me caes bien Harry Edward.
-Tu igual- Sonreí.
-Bien yo...-Fue entonces cuando una enfermera enojada nos mando a las habitaciones.
Esa noche casi no pude dormir, me acosté y por alguna razón comencé a pensar y un monton de imagenes llegaron a mi cabeza, entre ellas el trasero de Louis, a pesar de que le había visto el lado gracioso, de alguna manera empecé a pensar cosas que jamas había pensado en mi vida. Fue entonces cuando sentí cerca de mis piernas algo duro entre las sabanas, estaba mojado. -Oh dios-Dije mirando con admiración lo que habia logrado mi mente, y baje mis manos hasta ese lugar, increiblemente acalorado. No podia creer lo que me estaba pasando, así que simplemente dormí preocupandome por lo extraño que era que eso me pasase con un chico.
De pequeño viví en un orfanato, con cientos de niños de todo tipo de razas, personalidad y físico. Pero todos teníamos la misma ilusión.
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7 Agosto, 2001
- Uno, dos…
- ¡No vale estás mirando!
- No es cierto, ¡escóndete o iré por ti!
- Bueno …
- Uno… dos, tres, cuatro, cinco seis siete ocho nueve ¡diez! Lista o no, ahí voy.
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Todas esas cosas eran las que solía recordar, desde mi niñez, hasta mis once años, mi vida comenzó a cambiar un poco.
Empecé a sentir constantes dolores en el pecho, hasta que una noche no pude respirar, estuve dos semanas internado, sin nadie mas que se preocupase por mi más que la madre Hersell, ella solía sonreír a cada hora, era como mi madre y yo como su hijo pero cada vez que volvía a visitarme al hospital, su rostro se transformaba en tristeza y también tristes palabras así que había decidido que no venga a verme más aunque se negó rotundamente. Ninguna pareja quería adoptar a un niño enfermo, así que decidieron trasladarme del orfanato a uno de los centros médicos más importantes de Inglaterra. Aún así me sentía solo, me habían alejado de la familia que había elegido tener, la única que tenía. Quien iba a adoptar a un niño de once años con cáncer.
Esa es la historia de hace mucho tiempo, una historia que intento olvidar, pero cada vez que hablo sobre ello miles de situaciones vuelven a mi memoria. Aun así había intentado hacer más amigos con mi misma condición y hasta en peor estado que yo en aquél hospital. Todo era como siempre, nos dejaban dos horas y media para que nuestros familiares nos visiten, mis compañeros esperaban con ansias el día viernes, de 4 a 6 de la tarde, para poder hablar con su familia. Yo prefería quedarme en mi habitación, jugando al ajedrez con mis amigos imaginarios, y así fue, cada día de mi vida hasta los 17 años.
Hoy era un día “muy especial” para mis compañeros y las enfermeras del hospital, las que ya me conocían desde que tengo memoria, y me tenían algo de aprecio, era mi cumpleaños el cual festejamos en la sala de internados, con varios globos y un pequeño pastel, así pude decir que me sentí bien, que agradecía el gesto a mis compañeros y a las enfermeras, aunque era solo un enfermo más de aquel lugar. Entre risas y aplausos, el silencio invadió la habitación al escuchar las necias y egoístas palabras salir de mi boca, porque eso era, destruía todo a mí alrededor, y me destruía a mi mismo.
En ese momento pusieron música, y comenzaron a bailar los que podían.
-Tóma Harry, es pequeño y hasta talvez pienses que es estúpido, pero aun así espero que te sea útil- Granger, una de mis compañeras de habitación me dio una cajita envuelta en papel de regalo, olvide abrirla, pero aun así le di las gracias con una sonrisa forzada.
-¡Valla, hace tiempo que no me divertía así!-Dijo Jhonn, el andaba en silla de ruedas, ya que había perdido las dos piernas de pequeño, y sin duda, era uno de mis mejores amigos.
Veía a todos felices, celebrando mi cumpleaños, pero el único amargado era yo.
“No entiendo porqué festejan tanto, es solo un año más… pronto no servirá de nada, moriré”-Dije con una pizca de risa irónica, ¿Qué me paso por la cabeza? Nada, era simplemente que no me permitía olvidar mi enfermedad, y ser feliz por un momento, porque todo… absolutamente todo me recordaba a que un día ya nada valdría la pena, y ese día seria cuando yo ya no este aquí.
John y mis demás “amigos” salieron de la habitación totalmente desmotivados ¿porqué tuve que herirlos? Ellos hacían esto por mí, ¿Por qué no podía ver a alguien feliz? ¿Acaso porque sentía que yo jamás alanzaría a serlo?
Me encerré en mi habitación, negándome a pedir disculpas por mi actitud egoísta , aunque en realidad sí tenia ganas de hacerlo, mis amigos se merecían una disculpa y mucho mas de mi parte. Tome lo primero que encontré de la habitación, y lo arrojé hacia el otro lado, rompiendo el silencio con un ruido fuerte, y luego acostarme en la misma cama blanca, perfectamente estendida a llorar como un idiota. Luego sentí que algo caía de mi bolsillo al suelo, y me destapé la cara, viendo la caja que me había regalado Granger tirada a un costado de la cama. La tomé con cuidado, y la abrí.
Mi cara se amargo más al ver lo que era, pero aun así acepte intentarlo.
Era una tarjeta de feliz cumpleaños, en donde podías pedir un deseo.
¿Deseo? –Solté una carcajada-Está bien, pediré el estúpido deseo, ya no tengo nada que perder, nada va a cambiar mi vida.
“Deseo encontrar a alguien que haga mi vida un poco más feliz”
En ese momento llego una de las enfermeras de golpe, abriendo la puerta fuertemente con una de esas sonrisas extrañas que fingen tener. Me asusté debo admitir, y enseguida guarde la tarjeta detrás de mi cama.
-Es hora de la cena cariño- Dijo la enfermera acomodando la pequeña mesa sobre mi.
- Dai-Dije interrumpiéndola.
-¿Qué sucede Harry?
-No… no tengo hambre.
- Tienes que comer vida mía, eso no puede ser.
-Dai juro que si me das una pizca vomitaré-Dije algo enojado.-Se quedó mirándome sorprendida.- ¡Muy bien! Exclamo llevando su carrito.
-Buenas noches cariño, y feliz cumpleaños.
- Buenas noches Daisy – y ella cerró la puerta y apagó la luz.
La luz de mi habitación siempre quedaba prendida, y ese día me dormí temprano y si cai en un profundo sueño.
En el hospital había una chica que se hacia llamar Blue, le decían así porque tenia una extraña enfermedad llamada fiebre azul, la cual dejaba su piel de un color turquesa en extremidades y frente. Era muy hermosa, tenía 16 años, y estaba así desde los 8, es como una hermana menor para mí y había pasado mis primeros años en el hospital con ella cuando todavía se encontraba en condiciones de poder caminar, desgraciadamente su estado deterioró pero siempre me dejaban ir a su habitación a contarle historias o hablar con ella.
Ya había pasado por muchas operaciones, pero esta seria la ultima, y supuestamente la que la curaría. Por la noche nos preocupaban los fantasmas… sí fantasmas. En realidad ella me decía que los veía aunque yo jamás había notado uno, cuando escuchaba algún ruido siempre iba a ver si ella estaba bien, comencé a creer en esas cosas, simplemente porque cuando ella llora por la noche, parece que realmente le asustan algunas personas pueden ver cosas que otras no, ella ve fantasmas.
Sentí un quejido proveniente de la habitación 144 , su habitación así que preocupado me levanté -tome la silla de ruedas, ya que estaba muy adormecido y ni tenia ganas de esforzarme mucho-en ese momento salí por la puerta. Los truenos retumbaban por todo el hospital, al punto que me daba un poco de miedo.
-¿Blue?-dije en voz baja, pero ella estaba dormida.
Tendría que volver a la habitación como sea, cruzar sala de terapias, lo cual era bastante aterrador.
Anduve hasta encontrar el pasillo y sentí una mano fría detras de mí, en mi espalda. Pude sentir como un escalofrio recorria todo mi cuerpo, mis ojos se abrieron más de lo normal y cuando pude darme cuenta de que era una persona, me di la vuelta totalmente enfurecido.
-Disculpa.
-PERO QUE RAYOS, CASI ME MATAS DE UN SUSTO.
-Hey, lo siento mucho amigo.
Era un chico de cabello castaño, no muy alto, llevaba una especie de delantal de esos que te ponen en terapia intensiva, el cual se ata por atrás, blanco. Ojos claros muy claros, y una boca muy fina.
-Y tú ¿quien eres?-Dije intentando recuperarme del cagaso que me había causado, siento la palabra.
- Pues, soy Louis-Se sentó.
La lluvia acompañaba muy bien esta conversación.
-¿y tu? ¿tu como te llamas?-Dijo tocando mi cabello, como si fuera gracioso.
-Tócalo, pronto ya no habrá.-Dije.
- ¿Como?
- ¿porqué estas aquí?-Dije cambiando de tema.
- Oh-Se paro y se puso de espaldas y me mostró un par de ronchas.
-¿Salpullido?
-Podría ser mortal para mí-Habló y lo observe con total desprecio, pero mi cara cambio al ver como tenia el trasero al descubierto. No sabía si reírme, o decirle algo.
-¿Que es tan gracioso?- dijo sin saber.
- Estallé en una carcajada-Se te nota un poco...
En ese momento se tapó totalmente avergonzado.
-No te preocupes, no hay nada que ya no halla visto.
- ¿Que quieres decir?
-Pues, nada. Soy Harry.
-¿Solo Harry? -Un trueno resonó por todo el hospital.
-Harry , Harry Edward Styles.
- Bien Harry Edward, te diré algo, ya que has visto mi trasero al desnudo-Sonrió-supongo que debo tenerte confianza.
-Así es-Asentí.
-¿Nos veremos mañana en el desayuno?
Sentí que hacia un amigo así que le respondí que sí, esperando que alguna vez volvamos a encontrarnos como buenos amigos.
- Me caes bien Harry Edward.
-Tu igual- Sonreí.
-Bien yo...-Fue entonces cuando una enfermera enojada nos mando a las habitaciones.
Esa noche casi no pude dormir, me acosté y por alguna razón comencé a pensar y un monton de imagenes llegaron a mi cabeza, entre ellas el trasero de Louis, a pesar de que le había visto el lado gracioso, de alguna manera empecé a pensar cosas que jamas había pensado en mi vida. Fue entonces cuando sentí cerca de mis piernas algo duro entre las sabanas, estaba mojado. -Oh dios-Dije mirando con admiración lo que habia logrado mi mente, y baje mis manos hasta ese lugar, increiblemente acalorado. No podia creer lo que me estaba pasando, así que simplemente dormí preocupandome por lo extraño que era que eso me pasase con un chico.
"-¿y tu quien eres?
-Pues, soy Louis."
CamDirectioner-
Re: To my dear [Larry Stylinson]
wow
me encanta, es de esas tristes, que usualmente no leo, pero esta me llamó mucho la atención:)
sajdaldj cuando harry y louis se juntaron fue como wow*-*
asldkjs hazz...
síguela pronto:)
y quería preguntarte algo, se que está muy adelantado pero igual, tal vez cuando vayas como en el capítulo diez o no sé, podría subirla a wattpad? dándote todos los créditos y eso, muy adelantado lo sé, pero solo con el primer capítulo me enamoré de tu historia:)
en fin, espero que la sigas pronto:)
adiós
me encanta, es de esas tristes, que usualmente no leo, pero esta me llamó mucho la atención:)
sajdaldj cuando harry y louis se juntaron fue como wow*-*
asldkjs hazz...
síguela pronto:)
y quería preguntarte algo, se que está muy adelantado pero igual, tal vez cuando vayas como en el capítulo diez o no sé, podría subirla a wattpad? dándote todos los créditos y eso, muy adelantado lo sé, pero solo con el primer capítulo me enamoré de tu historia:)
en fin, espero que la sigas pronto:)
adiós
уυуα.
Re: To my dear [Larry Stylinson]
уυуα. escribió:wow
me encanta, es de esas tristes, que usualmente no leo, pero esta me llamó mucho la atención:)
sajdaldj cuando harry y louis se juntaron fue como wow*-*
asldkjs hazz...
síguela pronto:)
y quería preguntarte algo, se que está muy adelantado pero igual, tal vez cuando vayas como en el capítulo diez o no sé, podría subirla a wattpad? dándote todos los créditos y eso, muy adelantado lo sé, pero solo con el primer capítulo me enamoré de tu historia:)
en fin, espero que la sigas pronto:)
adiós
Hola guapa ahr. jajaja hola si es una novela triste.
Gracias me alegro que te gusteeee y porsupuesto que podes subirla a wattpad con creditos y me pasas el link.
pronto la voy a seguir, beso.
CamDirectioner-
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