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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
disculpa si antes no habia comentado es que he tenido bastantes cosas que hacer del cole
Por fa!!!! dime que seguiras!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Como me dejas asi????!!!!!!!!!!!!!!!
OMG!!!! Muero!!!!!
Ame los capitulos estan tan sexymente fhgfidyfseis
besitos!
POSDATA: Sigue!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Por fa!!!! dime que seguiras!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Como me dejas asi????!!!!!!!!!!!!!!!
OMG!!!! Muero!!!!!
Ame los capitulos estan tan sexymente fhgfidyfseis
besitos!
POSDATA: Sigue!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gi*rusher1005
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Hola!!!Gi*rusher1005 escribió: disculpa si antes no habia comentado es que he tenido bastantes cosas que hacer del cole
Por fa!!!! dime que seguiras!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Como me dejas asi????!!!!!!!!!!!!!!!
OMG!!!! Muero!!!!!
Ame los capitulos estan tan sexymente fhgfidyfseis
besitos!
POSDATA: Sigue!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siento haberte dejado intrigada jejej y sinceramente no quiero que mueras!!
Me encanta que los ayas amado!!
pronto la seguiré!!
PD: consígueme mas lectoras por favor
Besitooos
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Capitulo 6
____ se sentó en el banco, entre Chris y Logan, mientras que Chaz servía los platos con jamón y huevos. Ella los analizaba frecuentemente, juzgando su humor, midiendo su reacción hacia ella, pero le parecían tranquilos.
Era como si ellos vivieran esta situación todos los días. Sacudió la cabeza mientras cogía con el tenedor otro trocito de huevo. ¿Cómo podía funcionar esa clase de relación? Los celos serían inevitables. Y las cosas serían más difíciles para ella que para cualquiera de ellos. Ellos tendrían solo una esposa que satisfacer, ella tendría tres.
Tres hombres para satisfacer, conocer, y todos diferentes. La mera idea de las complejidades involucradas en la situación, le dio un fuerte dolor de cabeza.
Chaz, ciertamente, era el más fácil de los tres hermanos. Se sentía relajada a su lado. Era una reacción natural. Hasta donde sabía, Logan era el mayor, era tan claro como si estuviera escrito en su frente. Y, aunque hacía un gran esfuerzo para hacerla sentirse cómoda, sabía que él podía ser peligroso cuando estaba enfadado. Emanaba poder y autoridad, que lo cubrían como una manta.
Su mirada se giró hacia Chris. Era un enigma. El único de quien ella no tenía formada aún una idea. Era quieto y serio, pero aún más que eso, ella vio el dolor de sus ojos. Como ella, él había visto el lado oscuro de la vida. Apostaría hasta su último dólar en ello.
— ¿Estás bien? —preguntó Chaz.
Ella lo miró.
—Estoy bien, es solo una jaqueca.
Caminó hasta uno de los cajones, encontró un frasco de ibuprofeno, sacó varias píldoras y se las entregó. Solo un ejemplo más de cuidarla. La calentó y asustó al mismo tiempo.
— ¿Qué te preocupa, cariño? —preguntó Logan.
¿Era tan fácil de leer? ¿Podrían leer su mente y su alma? Sus dedos se tensionaron sobre el tenedor, y por un momento, ella pensó en negar que hubiera algo en su mente, pero la honestidad de Logan la obligaba a ser igual de honesta.
—La dinámica de esta relación que proponen es... es bastante confusa, no consigo entenderla —admitió.
Percibió las sonrisas triunfantes de los hermanos. Ciertamente, para ellos eso era una señal de que estaban haciendo progresos. Y quizá tuvieran razón, aunque fuera una locura, incluso contemplarlo.
— ¿Quieres discutir sobre algún aspecto en particular? —preguntó Logan..
Suspiró y dejó el tenedor.
—Todo es muy extraño para mí. Ni sé por dónde comenzar. Continúo esperando que me digan que todo es un chiste, que están bromeando.
Chris puso una mano en su rodilla.
—No es un chiste. Ahora, dinos lo que estas pensando.
Inspiró profundamente, se dijo a sí misma que estaba completamente loca y luego comenzó a decirles honestamente, lo que estaba pensando.
—Es lo siguiente: tienen una persona de la que ocuparse en esta relación. Yo tengo tres. Tres hombres dominantes, sobreprotectores, y bastante grandes. Y no veo como pueda ser remotamente posible que los complazca a todos al mismo tiempo.
Sonrisas engreídas y seguras adornaban los rostros de los hombres.
—No creo que ninguno de nosotros espere la perfección —dijo Chaz—. Aunque —agregó, recorriéndola con la mirada de arriba a abajo—no estoy descontento con lo que tenemos.
—Discutimos muchas veces el asunto —dijo Logan en tono serio—. Sabemos que no siempre será fácil. Ni siempre fue fácil para nuestra madre y padres, pero si todos trabajamos juntos, no existe ninguna razón para que no podamos vivir en armonía.
—Imagino que simplemente no entiendo el concepto —dijo ____—. No consigo hacer que mi cerebro lo absorba.
Chris llamó su atención, haciéndola volverse hacia él.
—Entonces piensa lo siguiente. Tres hombres completamente dedicados a tu felicidad. Tres hombres adorando tu cuerpo con los suyos. Tres hombres amándote con completo abandono. Tres hombres protegiéndote y apreciándote... para siempre.
Ella lo miró con la boca abierta.
—Bien, cuando lo pones de esa manera… —murmuró.
—Maldita sea, Chris, ¿por que no hablaste antes? —dijo Chaz divertido
.
—Nuestra primera tarea es ir a la ciudad y comprar algo de ropa para ti, y cualquiera otra cosa que necesites —declaró Logan, cambiando de tema.
—Pero yo no requiero nada —protestó ella. Bueno, eso no era del todo cierto, pero no quería que ellos le compraran cosas.
—Chris, te importaría repetir aquella parte de los tres hombres dedicados a su felicidad, adorándola, etc. —le pidió Chaz—. Porque estoy seguro que asegurarse de que nuestra mujer esta vestida y abrigada, preparada para el invierno, entra dentro de esa categoría.
____ se enrojeció.
— ¿Chaz, tu y Chris quieren llevarla a la ciudad? Necesito verificar los caballos y quitar el heno. Se supone que nevará de nuevo esta noche —se giró hacia ____—. Hay una tienda country en la ciudad. No es mucho, pero podrás conseguir botas, jeans y algunas camisas. Y un abrigo. Necesitas un abrigo decente. La semana que viene, iremos a la ciudad para comprar el resto de las cosas.
—Gracias —dijo suavemente. No pudo decir nada más, tenía un nudo en la garganta. Se sentía peligrosamente cerca de las lágrimas y luchó para contenerlas.
Logan se inclinó hacia adelante y le dio un suave beso. Fue sorprendentemente gentil. Por primera vez, ella levantó la mano para tocarlo, recorriendo su rostro con los dedos, sintiendo las ligeras puntas de su barba.
Cuando él se alejó, sus ojos ardían de pasión y ella se sintió embriagada por el conocimiento de cómo lo afectaba.
—Bien si vamos a ir a la ciudad necesitamos salir ahora mismo. No queremos volver tarde, si va a nevar —anunció Chris, levantándose de la silla.
— ¿Es… es seguro para mí ir a la ciudad? —preguntó ella. La idea de que alguien podría verla y contárselo a Mason llenó su corazón de miedo, poco importaban las promesa de los hermanos de protegerla.
—Nos aseguraremos de que nadie te vea —dijo Chaz—. La tienda de Riley queda en el límite de la ciudad. Estacionaremos bien cerca de la entrada, te dejaremos escondida en un lado de la tienda y escogeremos lo que te pruebes. Nos mantendremos atentos a cualquier movimiento inhabitual.
—Muy bien —dijo ella, soltando la respiración—. Entonces vamos a hacerlo.
La ciudad estaba lejos y bajaron la montaña en silencio. ____ se sentó delante, mientras que Chaz conducía y Chris se sentó en el asiento trasero del jeep. Durante todo el viaje, Chaz alcanzó y apretó sus manos.
Se sintió cómoda con ese gesto tan simple y pronto entrelazó sus dedos.
A media mañana llegaron a la ciudad de Clyde. Logan tenía razón, no había mucho para ver, salvo un pequeño supermercado, un negocio de alimentos, algunos cafés y la tienda country, pero había una calle principal y las tiendas eran limpias y bien mantenidas.
Chaz paró en la tienda y él yChris inspeccionaron el área antes de salir. Chris abrió la puerta a ____ y le hizo señas para que saliera. Una vez fuera,Chaz y Chris la rodearon y caminaron hacia la tienda.
La llevaron hacia el área de los probadores y le dijeron que esperara sentada.
—Dinos tu talla y te traeremos algunas cosas para mirar —dijo Chris.
Ella se rió.
—No hay nadie aquí. Creo que puedo mirar yo misma.
Chaz exploró los alrededores una vez más.
—Muy bien. Iré a vigilar la puerta. Chris, cuida de ____ mientras hace las compras.
____ se dirigió hacia las estanterías en el centro de la tienda y empezó a tomar algunas camisas de franela de manga larga de su talla. No estaba segura de cuanto podía gastar, así tomó solo algunas y se dirigió hacia los vaqueros.
Cuando estaba buscando pantalones de su tamaño, Chris añadió varias camisas en sus brazos. Sin hablar, empujó las camisas hacia ella, su expresión no admitía discusión alguna.
— ¿Me las llevarías a la caja, por favor? Estoy casi segura que son de mi talla.
— ¿Quieres qué te elija un par de botas mientras estoy por aquí?
Ella sonrió.
—Me encantaría, gracias.
Se acercó a la ventana que daba a la calle, después de haber escogido algunos vaqueros azul oscuro, negros y caqui. Cuando iba a volver para seguir a Chris hacia la caja, sus ojos se detuvieron en un conocido vehículo negro, que paraba en la calle.
Se quedo congelada, y vio con horror a Mason Bardwell salir del coche y recorrer la calle con la mirada.
Su estomago se agitó tanto, hasta que supo que iba a vomitar. Miró con pánico a su alrededor, buscando un lugar para esconderse. Un lugar donde él no la pudiera ver.
Chaz miró ceñudo como el BMW estacionaba en un aparcamiento, al otro lado de la calle. Era un vehículo extraño en esta parte del mundo. Un lugar donde un vehículo que no tuviera tracción en las cuatro ruedas, no serviría de mucho.
Echó un vistazo hacia donde estaba Chris estaba mirando las botas y luego hacia las estanterías en donde estaba ____. Solo que ella ya no estaba allí. Escrutó la tienda, intentando descubrir donde se fue, pero no estaba a la vista.
—Chris—murmuró.
Chris se giró, sus ojos buscaban también a ____. Su cara se endureció cuando no vio ninguna señal de ella. Corrieron por entre las estanterías. Cris en la parte de detrás, Chaz cerca de la ventana.
La encontró escondida tras un armario de rebajas, solo aparecían los pies por debajo. Cuando separó las perchas, ella titubeó, como si tuviera miedo de quien podría ser.
— ¿Qué está mal, muñeca? ¿Quién te ha asustado tanto?
—Está aquí. Allí afuera. Vino a buscarme. Sabe que estoy aquí —dijo con un gemido bajo.
Se mecía de un lado al otro, ahogada de terror, con los ojos llenos de impotencia. Abrazaba firmemente las rodillas contra el pecho, como una medida de protección. Chaz quiso salir a la calle y matar al bastardo, allí mismo.
—Lo mataré.
Durante un momento, Chaz pensó que había dicho sus pensamientos en voz alta, pero entonces descubrió a Chris detrás de él.
— ¡No! —protestó ella—. Por favor, llévenme a casa. Él no debe verme. ¡Por favor!
—No dejaremos que te lastime, muñeca —la calmó Chaz. Se giró hacia Chris—. Trae el jeep a la parte de atrás. La llevare allí.
Volvió su atención hacia ____ y la alzó suavemente. Envolviéndola contra su pecho, anduvo a pasos largos hacia la salida de detrás de la tienda, manteniéndola escondida.
Se paró unos breves momentos, cuando divisó la mirada fija y curiosa del propietario.
—Riley, necesito un favor —murmuró Chaz—. Hay un hijo de puta allí afuera, que está buscando a esta mujer. Si él te pregunta, no la has visto.
Riley endureció la mirada y sus manos tomaron la escopeta que tenía detrás del mostrador.
—No te preocupes,Chaz.
Chaz asintió, y salió rápidamente.Chris estaba allí, manteniendo la puerta abierta.
—Conduce —ordenó mientras entraba, aún llevando a ____.
Algunos segundos más tarde, pasaban por la calle principal. ____ escondió el rostro en el cuello de Chris. El miró fijamente hacia el BMW cuando pasaron, memorizando la matricula. No era difícil. Matricula de California. Personalizada Mason. Bastardo arrogante.
Acarició el pelo de ____, y su cólera creció cuando la sintió temblar bajo su toque. Cuando salieron de la ciudad, la levanto para sentarla a su lado.
Ella se aferró a él, enterrando el rostro en su pecho. Ella lo hacía sentir mejor de lo que él imaginaba que una mujer lo pudiera hacer sentir. Era la mujer que los completaría. A todos. Y estaba más que seguro que no dejaría que un bastardo abusivo la alejara de ellos.
— ¿Cómo está? —preguntó Chris. mientras aceleraba en dirección a la montaña, tan rápido como podía.
—Buena pregunta. ¿Cómo estas, muñeca? —preguntó, alejando el pelo de su rostro.
—Estoy bien —dijo con voz trémula—. ¿Él no me vio, verdad?
—No, muñeca. Él no te vio. Te lo prometo, estás segura.
Continuó acariciándola, moviendo la mano por su espalda.
—Estamos casi llegados.
Él indagó la cima de su cabeza, besando su pelo. Gradualmente, ella dejó de temblar, pero seguía abrazándole fuertemente; de hecho, no se quejaba de ello. Quisiera admitirlo o no, confiaba en él. Confiaba en los tres. Era un principio.
Era como si ellos vivieran esta situación todos los días. Sacudió la cabeza mientras cogía con el tenedor otro trocito de huevo. ¿Cómo podía funcionar esa clase de relación? Los celos serían inevitables. Y las cosas serían más difíciles para ella que para cualquiera de ellos. Ellos tendrían solo una esposa que satisfacer, ella tendría tres.
Tres hombres para satisfacer, conocer, y todos diferentes. La mera idea de las complejidades involucradas en la situación, le dio un fuerte dolor de cabeza.
Chaz, ciertamente, era el más fácil de los tres hermanos. Se sentía relajada a su lado. Era una reacción natural. Hasta donde sabía, Logan era el mayor, era tan claro como si estuviera escrito en su frente. Y, aunque hacía un gran esfuerzo para hacerla sentirse cómoda, sabía que él podía ser peligroso cuando estaba enfadado. Emanaba poder y autoridad, que lo cubrían como una manta.
Su mirada se giró hacia Chris. Era un enigma. El único de quien ella no tenía formada aún una idea. Era quieto y serio, pero aún más que eso, ella vio el dolor de sus ojos. Como ella, él había visto el lado oscuro de la vida. Apostaría hasta su último dólar en ello.
— ¿Estás bien? —preguntó Chaz.
Ella lo miró.
—Estoy bien, es solo una jaqueca.
Caminó hasta uno de los cajones, encontró un frasco de ibuprofeno, sacó varias píldoras y se las entregó. Solo un ejemplo más de cuidarla. La calentó y asustó al mismo tiempo.
— ¿Qué te preocupa, cariño? —preguntó Logan.
¿Era tan fácil de leer? ¿Podrían leer su mente y su alma? Sus dedos se tensionaron sobre el tenedor, y por un momento, ella pensó en negar que hubiera algo en su mente, pero la honestidad de Logan la obligaba a ser igual de honesta.
—La dinámica de esta relación que proponen es... es bastante confusa, no consigo entenderla —admitió.
Percibió las sonrisas triunfantes de los hermanos. Ciertamente, para ellos eso era una señal de que estaban haciendo progresos. Y quizá tuvieran razón, aunque fuera una locura, incluso contemplarlo.
— ¿Quieres discutir sobre algún aspecto en particular? —preguntó Logan..
Suspiró y dejó el tenedor.
—Todo es muy extraño para mí. Ni sé por dónde comenzar. Continúo esperando que me digan que todo es un chiste, que están bromeando.
Chris puso una mano en su rodilla.
—No es un chiste. Ahora, dinos lo que estas pensando.
Inspiró profundamente, se dijo a sí misma que estaba completamente loca y luego comenzó a decirles honestamente, lo que estaba pensando.
—Es lo siguiente: tienen una persona de la que ocuparse en esta relación. Yo tengo tres. Tres hombres dominantes, sobreprotectores, y bastante grandes. Y no veo como pueda ser remotamente posible que los complazca a todos al mismo tiempo.
Sonrisas engreídas y seguras adornaban los rostros de los hombres.
—No creo que ninguno de nosotros espere la perfección —dijo Chaz—. Aunque —agregó, recorriéndola con la mirada de arriba a abajo—no estoy descontento con lo que tenemos.
—Discutimos muchas veces el asunto —dijo Logan en tono serio—. Sabemos que no siempre será fácil. Ni siempre fue fácil para nuestra madre y padres, pero si todos trabajamos juntos, no existe ninguna razón para que no podamos vivir en armonía.
—Imagino que simplemente no entiendo el concepto —dijo ____—. No consigo hacer que mi cerebro lo absorba.
Chris llamó su atención, haciéndola volverse hacia él.
—Entonces piensa lo siguiente. Tres hombres completamente dedicados a tu felicidad. Tres hombres adorando tu cuerpo con los suyos. Tres hombres amándote con completo abandono. Tres hombres protegiéndote y apreciándote... para siempre.
Ella lo miró con la boca abierta.
—Bien, cuando lo pones de esa manera… —murmuró.
—Maldita sea, Chris, ¿por que no hablaste antes? —dijo Chaz divertido
.
—Nuestra primera tarea es ir a la ciudad y comprar algo de ropa para ti, y cualquiera otra cosa que necesites —declaró Logan, cambiando de tema.
—Pero yo no requiero nada —protestó ella. Bueno, eso no era del todo cierto, pero no quería que ellos le compraran cosas.
—Chris, te importaría repetir aquella parte de los tres hombres dedicados a su felicidad, adorándola, etc. —le pidió Chaz—. Porque estoy seguro que asegurarse de que nuestra mujer esta vestida y abrigada, preparada para el invierno, entra dentro de esa categoría.
____ se enrojeció.
— ¿Chaz, tu y Chris quieren llevarla a la ciudad? Necesito verificar los caballos y quitar el heno. Se supone que nevará de nuevo esta noche —se giró hacia ____—. Hay una tienda country en la ciudad. No es mucho, pero podrás conseguir botas, jeans y algunas camisas. Y un abrigo. Necesitas un abrigo decente. La semana que viene, iremos a la ciudad para comprar el resto de las cosas.
—Gracias —dijo suavemente. No pudo decir nada más, tenía un nudo en la garganta. Se sentía peligrosamente cerca de las lágrimas y luchó para contenerlas.
Logan se inclinó hacia adelante y le dio un suave beso. Fue sorprendentemente gentil. Por primera vez, ella levantó la mano para tocarlo, recorriendo su rostro con los dedos, sintiendo las ligeras puntas de su barba.
Cuando él se alejó, sus ojos ardían de pasión y ella se sintió embriagada por el conocimiento de cómo lo afectaba.
—Bien si vamos a ir a la ciudad necesitamos salir ahora mismo. No queremos volver tarde, si va a nevar —anunció Chris, levantándose de la silla.
— ¿Es… es seguro para mí ir a la ciudad? —preguntó ella. La idea de que alguien podría verla y contárselo a Mason llenó su corazón de miedo, poco importaban las promesa de los hermanos de protegerla.
—Nos aseguraremos de que nadie te vea —dijo Chaz—. La tienda de Riley queda en el límite de la ciudad. Estacionaremos bien cerca de la entrada, te dejaremos escondida en un lado de la tienda y escogeremos lo que te pruebes. Nos mantendremos atentos a cualquier movimiento inhabitual.
—Muy bien —dijo ella, soltando la respiración—. Entonces vamos a hacerlo.
La ciudad estaba lejos y bajaron la montaña en silencio. ____ se sentó delante, mientras que Chaz conducía y Chris se sentó en el asiento trasero del jeep. Durante todo el viaje, Chaz alcanzó y apretó sus manos.
Se sintió cómoda con ese gesto tan simple y pronto entrelazó sus dedos.
A media mañana llegaron a la ciudad de Clyde. Logan tenía razón, no había mucho para ver, salvo un pequeño supermercado, un negocio de alimentos, algunos cafés y la tienda country, pero había una calle principal y las tiendas eran limpias y bien mantenidas.
Chaz paró en la tienda y él yChris inspeccionaron el área antes de salir. Chris abrió la puerta a ____ y le hizo señas para que saliera. Una vez fuera,Chaz y Chris la rodearon y caminaron hacia la tienda.
La llevaron hacia el área de los probadores y le dijeron que esperara sentada.
—Dinos tu talla y te traeremos algunas cosas para mirar —dijo Chris.
Ella se rió.
—No hay nadie aquí. Creo que puedo mirar yo misma.
Chaz exploró los alrededores una vez más.
—Muy bien. Iré a vigilar la puerta. Chris, cuida de ____ mientras hace las compras.
____ se dirigió hacia las estanterías en el centro de la tienda y empezó a tomar algunas camisas de franela de manga larga de su talla. No estaba segura de cuanto podía gastar, así tomó solo algunas y se dirigió hacia los vaqueros.
Cuando estaba buscando pantalones de su tamaño, Chris añadió varias camisas en sus brazos. Sin hablar, empujó las camisas hacia ella, su expresión no admitía discusión alguna.
— ¿Me las llevarías a la caja, por favor? Estoy casi segura que son de mi talla.
— ¿Quieres qué te elija un par de botas mientras estoy por aquí?
Ella sonrió.
—Me encantaría, gracias.
Se acercó a la ventana que daba a la calle, después de haber escogido algunos vaqueros azul oscuro, negros y caqui. Cuando iba a volver para seguir a Chris hacia la caja, sus ojos se detuvieron en un conocido vehículo negro, que paraba en la calle.
Se quedo congelada, y vio con horror a Mason Bardwell salir del coche y recorrer la calle con la mirada.
Su estomago se agitó tanto, hasta que supo que iba a vomitar. Miró con pánico a su alrededor, buscando un lugar para esconderse. Un lugar donde él no la pudiera ver.
Chaz miró ceñudo como el BMW estacionaba en un aparcamiento, al otro lado de la calle. Era un vehículo extraño en esta parte del mundo. Un lugar donde un vehículo que no tuviera tracción en las cuatro ruedas, no serviría de mucho.
Echó un vistazo hacia donde estaba Chris estaba mirando las botas y luego hacia las estanterías en donde estaba ____. Solo que ella ya no estaba allí. Escrutó la tienda, intentando descubrir donde se fue, pero no estaba a la vista.
—Chris—murmuró.
Chris se giró, sus ojos buscaban también a ____. Su cara se endureció cuando no vio ninguna señal de ella. Corrieron por entre las estanterías. Cris en la parte de detrás, Chaz cerca de la ventana.
La encontró escondida tras un armario de rebajas, solo aparecían los pies por debajo. Cuando separó las perchas, ella titubeó, como si tuviera miedo de quien podría ser.
— ¿Qué está mal, muñeca? ¿Quién te ha asustado tanto?
—Está aquí. Allí afuera. Vino a buscarme. Sabe que estoy aquí —dijo con un gemido bajo.
Se mecía de un lado al otro, ahogada de terror, con los ojos llenos de impotencia. Abrazaba firmemente las rodillas contra el pecho, como una medida de protección. Chaz quiso salir a la calle y matar al bastardo, allí mismo.
—Lo mataré.
Durante un momento, Chaz pensó que había dicho sus pensamientos en voz alta, pero entonces descubrió a Chris detrás de él.
— ¡No! —protestó ella—. Por favor, llévenme a casa. Él no debe verme. ¡Por favor!
—No dejaremos que te lastime, muñeca —la calmó Chaz. Se giró hacia Chris—. Trae el jeep a la parte de atrás. La llevare allí.
Volvió su atención hacia ____ y la alzó suavemente. Envolviéndola contra su pecho, anduvo a pasos largos hacia la salida de detrás de la tienda, manteniéndola escondida.
Se paró unos breves momentos, cuando divisó la mirada fija y curiosa del propietario.
—Riley, necesito un favor —murmuró Chaz—. Hay un hijo de puta allí afuera, que está buscando a esta mujer. Si él te pregunta, no la has visto.
Riley endureció la mirada y sus manos tomaron la escopeta que tenía detrás del mostrador.
—No te preocupes,Chaz.
Chaz asintió, y salió rápidamente.Chris estaba allí, manteniendo la puerta abierta.
—Conduce —ordenó mientras entraba, aún llevando a ____.
Algunos segundos más tarde, pasaban por la calle principal. ____ escondió el rostro en el cuello de Chris. El miró fijamente hacia el BMW cuando pasaron, memorizando la matricula. No era difícil. Matricula de California. Personalizada Mason. Bastardo arrogante.
Acarició el pelo de ____, y su cólera creció cuando la sintió temblar bajo su toque. Cuando salieron de la ciudad, la levanto para sentarla a su lado.
Ella se aferró a él, enterrando el rostro en su pecho. Ella lo hacía sentir mejor de lo que él imaginaba que una mujer lo pudiera hacer sentir. Era la mujer que los completaría. A todos. Y estaba más que seguro que no dejaría que un bastardo abusivo la alejara de ellos.
— ¿Cómo está? —preguntó Chris. mientras aceleraba en dirección a la montaña, tan rápido como podía.
—Buena pregunta. ¿Cómo estas, muñeca? —preguntó, alejando el pelo de su rostro.
—Estoy bien —dijo con voz trémula—. ¿Él no me vio, verdad?
—No, muñeca. Él no te vio. Te lo prometo, estás segura.
Continuó acariciándola, moviendo la mano por su espalda.
—Estamos casi llegados.
Él indagó la cima de su cabeza, besando su pelo. Gradualmente, ella dejó de temblar, pero seguía abrazándole fuertemente; de hecho, no se quejaba de ello. Quisiera admitirlo o no, confiaba en él. Confiaba en los tres. Era un principio.
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Capitulo 7
Logan se puso furioso cuando vio a Chaz y Chris llegar con una ____, visiblemente trastornada. La alzó en los brazos, acunándola fuertemente contra su pecho. Sus ojos relampaguearon por encima de su cabeza, exigiendo saber lo que sucedió.
—Ella... el bastardo estaba en la ciudad —murmuró Chaz.
— ¿Te lastimó, cariño? —preguntó Logan.
Ella sacudió la cabeza contra su tórax.
—Él no la vio —dijo Chris—. Por lo menos, creemos que no. Estaba parado en la calle. ____ lo vio por la ventana de la tienda.
— ¡Mierda!
Esto seguramente complicaba las cosas. Intercambió una mirada con sus hermanos. Todos concordaron silenciosamente. Tendrían que hacer algo con respecto al bastardo. No podían permitir que ____ continuara aterrorizada.
Logan alejó un poquito a ____ y enmarcó su rostro con las manos.
—Escúchame, cariño. No lo dejaremos herirte. Te lo juro.
Ella lo miró durante un largo momento, y asintió lentamente.
El dejó salir un gruñido de satisfacción.
—Ve a llenar la bañera, Chris.
Chris se fue al baño, dejando a Chaz y a Logan con ____, en el cuarto. Logan recorrió su rostro con la mano, luego acarició la esbelta curva de su cuello, hasta el escote de la blusa.
—Vamos a cuidarte —murmuró—. Primero un baño... —dejó que su voz se apagara, sugiriendo que había más por venir.
Ella se estremeció en sus brazos. Pero no pareció preocupada ante la idea de lo que estaba por venir.
—Logan, hay algo... hay algo que debes saber.
Elevó una ceja ante su nerviosa declaración... luego examinó a Chaz, que se encogió los hombros.
Ella se alejó y él le permitió tener su espacio. Se levantó y se alejó varios pasos de Chaz y Logan.
—Me siento tan estúpida diciendo esto —comenzó. Retorció sus manos mientras su agitación iba aumentando.
—____ —dijo Chaz—. Lo que sea, solo dínoslo. No puede ser tan malo. No importa lo que tú pienses.
Respiró hondo y los miró a ambos.
—Creo que deberían saber... quiero decir, de hecho, es que yo no sé como son esas cosas. Entre nosotros, quiero decir. Sobre sexo.
Se paró bruscamente, sus mejillas se sonrosaron.
Logan esperó pacientemente, para que les explicara cual era el problema. El hecho de que estuviera pensando en sexo era prometedor, pero parecía que no estaba segura de cómo serían las cosas. Él sonrió. Era encantadoramente inocente.
—Es solo que yo nunca lo hice —dijo rápidamente—. Quiero decir sexo en general.
¡No podía ser tan inocente! Su cabeza quedó confusa por la sorpresa y vio la misma emoción en el rostro de Chaz.
—Repítelo —le pidió Chaz.
Su rubor aumentó.
— ¡Pero estás casada! —argumentó Logan.
—Yo… lo dejé en nuestra noche de bodas —murmuró.
Una lenta sonrisa se extendió por el rostro de Chaz, y la misma sensación de satisfacción embargó a Logan. Ella sería algo más que solo de ellos. Solo les pertenecería a ellos. Serían sus primeros. Y los últimos.
—Quizá debas explicarte, cariño —le pidió suavemente. Necesitaban saber todo cuanto podían sobre ella. Cuanto más supieran, mayores serían las oportunidades de conservarla. Y dejarla ir no era una opción.
—El agua está lista —dijo Chris desde la puerta.
—Hablaremos en la bañera —dijo Logan. Se acercó y ____ intentó alejarse cuando él llevó su mano bajo su camisa.
—Confía en mí, cariño. No te lastimare. Necesitas quitarte la ropa.
Ella se lamió los labios y luego capturó su labio inferior con los dientes y lo mordió furiosamente. Era, en una palabra, adorable.
____ echó un vistazo a los tres hombres, y casi se hiperventiló. Ella los quería, pero no estaba segura de si quería quedarse desnuda delante de ellos. La mera idea la hacía querer huir.
La mano de Logan se deslizó por debajo de su camisa, acariciando la base de su seno. La fina tela del sostén no hizo nada para amortizar el contacto. Sintió una llama abrasadora en todo su cuerpo.
¡Luz bendita! Sus dedos acariciaban su piel, hacia atrás, hasta el cierre del sostén, que, con un estallido, se abrió.
Otra mano se deslizó por debajo de su camisa, quitándosela por encima. Se sorprendió cuando vio que Chaz se había unido a Logan.
Chaz empujó la camisa hasta su cuello, y Logan la sacó suavemente por la cabeza. Ella se cubrió inmediatamente los senos con los brazos.
—No lo hagas —le pidió Chris, con voz áspera—. Eres hermosa.
Lo vio mirándola fijamente a través del cuarto, sus ojos la ardían.
Lentamente, ella dejó caer las manos hasta que se quedó delante de ellos solo en los vaqueros.
—Jesús —suspiró Chaz.
Logan deslizó la cremallera.
—Si no se dan prisa, el agua se va a enfriar —les advirtió Chris.
—No podemos permitir eso —dijo Logan, en una voz que envió ondas de su vientre a su vagina. Sus músculos se apretaron en una necesidad caliente, roja.
Empezó a bajar los vaqueros, hasta que se quedó solo en las bragas. Ansiosa por terminar con esa agonía, metió los dedos y las sacó rápidamente.
—Eres perfecta —dijo Logan.
La tomo en sus brazos y la llevó al baño. La puso en la enorme bañera, llena de espuma y ella gimió de placer, cuando el agua templada envolvió su cuerpo.
—Te daremos algún tiempo para relajarte —dijo Logan, cuando se levantó. Le dio un beso en la cabeza—. Volveré en unos minutos para lavarte y secarte el pelo.
Los observó mientras salían del baño, después se hundió más en la espuma y cerró los ojos. ¿Querrían tener sexo con ella, ahora qué sabían qué era virgen? Estaba nerviosa con la idea. No solo por no haberlo hecho antes, sino porque habían tres hombres que querían hacer el amor con ella. Y ella no tenía la menor idea de cómo planeaban hacerlo. Pero maldita sea si la idea no la excitaba.
*******
—Esto cambia un poco las cosas —dijo Logan cuando entró con sus hermanos en el cuarto.
— ¿De qué estás hablando? —preguntó Chris.
—____ es virgen —dijo Chaz.
Chris irguió una ceja, pero no dijo nada. Simplemente lanzó a Logan una mirada interrogativa.
— ¿Qué? —cuestionó Logan, sabiendo que habían muchas cosas en la mente de su hermano menor.
Chris suspiró y puso las manos en el bolsillo de sus vaqueros.
— ¿Cómo sabemos qué no cambiará de idea? ¿Cómo sabemos que no se calmará y volverá con su esposo?
Chaz empezó a protestar, pero Logan lo silenció con una mirada. Podía ver la incertidumbre en los ojos de Chris, era el más desconfiado.
Una punzada de dolor se clavó en su corazón. ¿Algún día llegaría a saber que aguantó Chris en Irak? La tristeza pesó en su mente. Dios sabía cuánto él y Chaz intentaron hacer que Chris se abriera, pero desde su vuelta hacia un año, no dijo una palabra sobre el tiempo que pasó cautivo.
—Chris, nos necesita. No estoy diciendo que será fácil. Maldición, está casada. Está muerta de miedo y confusa por lo que siente hacia nosotros. Todo lo que podemos hacer es protegerla y mostrarle lo buenos que podemos ser para ella.
Se giró hacia Chaz.
—Confía en ti. Ya estableció una relación contigo. Creo que tú deberías ser el primero.
—Ella no es un pedazo de carne para que decidamos por ella —dijo Chris, con disgusto. Giró y salió de la habitación antes de que Logan pudiera responder.
Chaz se rió, suavemente.
—Está en lo cierto. No necesitas controlarlo todo, Logan. No hay ninguna necesidad de orquestar todo el acto sexual. Creo que podemos manejarlo.
Logan no contestó. No era eso lo que quiso decir, pero quizá tuvieran razón. Estaba intentándolo demasiado. Se pasó una mano por el pelo y se masajeó la nuca.
—Estaré fuera, en el granero —dijo—. Puedes ocuparte de ____.
La verdad es que necesitaba aire fresco. Necesitaba pensar.
********
El agua se enfrió y ____ no iba a esperar más por los hombres. Maldición, no era como si no se pudiera bañar sola. Aún así, se había sentado en la bañera como una tonta obediente.
Se levantó, el agua se escurrió por su cuerpo, agarró una toalla que colgaba del mueble, al lado de la bañera, y empezó a secarse.
—Déjame hacerlo.
La toalla resbaló de sus dedos, cuando Chaz la tomó y comenzó a frotarle la espalda.
—Puedo hacer eso —dijo más alto de lo que pretendía.
Agarró la toalla, no se sentía cómoda estando desnuda delante de él.
Él la examinó por un segundo, antes de soltar la toalla.
—Estaré en la sala cuando quieras reunirte conmigo —dijo y salió del baño.
Se tomó su tiempo, su mente era confusa. Se engañaba seriamente si creyera que sería fácil iniciar una nueva vida con los tres hermanos. No sabía nada sobre ellos, no tenía la menor idea de lo que haría allí y, había el pequeño asunto de su boda con un monstruo vil y sádico.
Oh, él no le mostró su verdadero rostro hasta la noche de bodas. Estuvo emocionada e ilusionada cuando la escogió como su esposa. Pronto aprendió que detrás de su encantador exterior, había un hombre controlador y abusivo.
¿Las cosas habrían sido distintas si no lo hubiera visto matar a sangre fría a un hombre en el día de sus esponsales? Probablemente no, después de todo, no tuvo problemas en pegarle. Ningún remordimiento, ninguna emoción había cruzado su rostro mientras ella yacía llorando.
Se estremeció y sacudió la cabeza para alejar los recuerdos. Nunca más se pondría en tal situación. Si ella se quedaba aquí, sería porque quería hacerlo, no porque Logan lo dijo.
¿Si se quedaba aquí? ¿Estaba pensando...? ¿Realmente?
—Estás loca —murmuró a su reflejo del espejo. Los quieres tanto cuanto ellos a ti. Quizás más.
Sus pezones se endurecieron cuando les imaginó haciéndole el amor. Sintió un insoportable apriete en la ingle. Se extendió por su pelvis, haciendo latir a su clítoris.
Podía ser virgen, pero no era una idiota. Estaba tan caliente como un cura en la Mansión Playboy.
Girando los ojos, se alejó del espejo, se vistió rápidamente y salió del baño. Caminó por el pasillo y por primera vez desde su llegada, miró a su alrededor.
La cabaña emanaba masculinidad. Todos los cuartos estaban escasamente decorados, en tonos terrenales. La sala estaba dominada por la chimenea de piedra y la luz se esparcía cálidamente sobre el rústico suelo de madera. Era, se imaginaba, como una cabaña de hace cien años.
Chaz estaba sentado en un escritorio, a poca distancia de la chimenea. Estaba concentrado en la pantalla del ordenador y ocasionalmente tecleaba algo. ¿Tenían aquí acceso a internet, en medio de la nada?
Buscó a los otros, pero la casa estaba silenciosa. Respiró hondo y cruzó la sala, hasta llegar tras Chaz.
— ¿Chaz? —le llamó, exasperada inseguridad de su voz.
Él giró la silla y la miró inquisitivamente.
— ¿Puedo hacerte algunas preguntas?
—Desde luego.
Se levantó, la agarró por la mano y la hizo sentarse en el sofá.
—Vamos a ponernos cómodos.
Ella se sentó a su lado, cuidando de mantener una distancia segura. Un toque y probablemente se echaría en sus brazos e implorara que le hiciera el amor.
Lo miró fijamente por un largo momento, después reunió el coraje y preguntó:
— ¿Eso va en serio?
Mirándola suavemente, él se echó hacia atrás, como si supiera que necesitaba espacio.
—Debe ser difícil para ti.
Movió la cabeza. Se tragó lo que iba a decir, y dudó. Contener sus emociones no era natural para ella, aunque fuera un problema. Algo le decía que podía ser sincera con Chaz.
—Es difícil, pero no del modo en que crees. —Se enrojeció y desvió la mirada.
Él no la forzó a hablar más, solo esperó.
—No lo entiendo —comenzó de nuevo, intentado exhibir sus pensamientos—. ¿Cómo me pueden querer todos? Quiero decir, puedo entender que me deseen, que quieran tener sexo, pero Logan dijo... Lo hizo sonar como si quisieran que me quedara.
Chaz asintió.
— ¿Pero cómo? No me conocen. ¿Cómo puede ser eso algo más qué lujuria?
Sonrió y alcanzó su mano, entrelazando los dedos. Levantando la mano, giró su palma hacia arriba, bajó la cabeza y depositó un beso en la piel.
Ella se estremeció, y sintió el beso como si un rayo atravesara su brazo.
— ¿Lujuria? Oh, sí —dijo, bajando la mano—. Pero es mucho más que eso.
Su mano cayó en el sofá, y ella quiso llevarla de nuevo contra su boca. La urgencia entre sus muslos la hacía moverse, para aliviar la inquietud.
—Si me estás preguntando si estamos enamorados de ti —continuó— bien, no puedo hablar por mis hermanos, pero no creo que sea tan simple. Como bien dijiste, realmente no te conocemos. Pero te reconocemos. ¿Tiene algún sentido para ti?
Ella lo negó.
—Ponlo de este modo. Te reconozco como la mujer de la que voy a enamorarme. Quizá ya esté medio enamorado. No lo sabré hasta que tengamos más tiempo para explorarnos uno al otro —destelló en una sonrisa torcida—. Y explorar, es lo que planeo hacer.
Por alguna razón, su simple honestidad la confortó más que una declaración de amor y devoción eterna. Ella la obtuvo de Mason, y no le hizo ningún bien.
— ¿Qué quieres? —preguntó el suavemente.
—Quisiera no haberme casado nunca —dijo, permitiéndose expresar el pesar de su alma. Con lágrimas en los ojos, desvió la mirada.
—Ah, muñeca.
Él se inclinó, la atrajo a sus brazos y le levantó la barbilla hasta que ella lo miró a los ojos.
—No es necesario que permanezcas casada con ese bastardo.
La tristeza llenó su pecho.
—No creo que vaya a dejarme marchar. Sé... sé demasiado —dijo.
Arqueó la ceja.
— ¿Qué sabes, muñeca?
Cerró los ojos. Necesitaba liberarse un poco de la pesada carga que llevaba de hace unas dos semanas.
—Lo vi matar a una persona —susurró—. En el día de nuestra boda.
Chaz la abrazó más fuerte.
—Maldición.
Ella se alejó, apretando los dientes, para detener las lágrimas.
—Ya ves. Es por eso que no puedo quedarme aquí. Él me encontrará y los matará. Eso no es nada para él.
Chaz suspiró y miró detrás de ella.
— ¿Oíste todo? —preguntó.
Se giró y vio a Chris, apoyándose en la pared.
Él asintió, sus ojos brillaban peligrosamente.
— ¿Mandaste el mail a Carl? —preguntó.
—Sí —confirmó Chaz.
Volvió la cabeza hacia Chaz, confusa.
— ¿Quién es Carl? —preguntó ella.
—Un abogado —explicó Chris.
Ella entrecerró los ojos y miró a los hermanos, buscando en sus expresiones algo, alguna pista de sus intenciones.
—Es un buen amigo nuestro. Ejerce en Denver. Mandé un mail, contando tu situación. Pregunté cuál es la mejor manera de actuar para acabar con tu matrimonio.
Se levantó agitada, alejando las manos de Chaz de sus hombros.
— ¡No debes decirle dónde estoy!
—Nadie va a decirle dónde estás, muñeca.
— ¿No quieres librarte de él? —preguntó Chris.
Ella lo miró y vio que la estaba estudiando, examinándola, mientras medía su reacción. Entrecerró los ojos. ¿Pensaba qué quería continuar casada con Mason?
— ¿Después de lo qué oíste, cómo puedes dudar? —preguntó, mirándolo igual de atenta.
Se pusieron en posición de ataque, ninguno bajaba los ojos, fulminándose.
Él se relajó y le pidió.
HOOT.....
—Ven aquí.
Cruzó la sala, para quedar delante de él.
Él la atrajo a sus brazos y la besó.
Gimió bajito. Dios, era muy bueno. Pasó los brazos por su cuello, y en aquel momento, no le importaba lo más mínimo lo que podía pensar de ella. Solo quería arrancarle la ropa.
Chupó sus labios y mordió eróticamente la parte inferior. No era gentil, su toque era exigente. Deslizó sus manos bajo su blusa, hasta tocar sus pechos con las palmas.
Titubeó cuando sus pulgares tocaron sus pezones. Se arqueó hacia él, queriendo más.
Su respiración estaba agitada. El dejó una hilada de besos en su cuello y clavó los dientes en la curva de su hombro.
Ella gritó, sus piernas no la sostenían.
Algo la agarró. Algo no. Alguien. Ella se encontró balanceándose entre dos duros pechos. Uno delante. Otro detrás.
Gentiles besos llovieron donde antes Chris la había mordido.
Ella se inclinó hacia atrás, queriendo más del tacto de Chaz.
Chris empujó su camisa por encima, liberando sus pechos. Se inclinó y metió un pezón en su boca. Dios, estaba caliente. Ningún preámbulo. Ningún disfraz. Fue a por ello. Duro y rápido.
— ¿Quieres esto? —preguntó Chris.
¿Si quería eso? ¡Si no lo obtenía, mataría a alguien!
—Si no lo quieres, ahora es el momento de decirlo —dijo Chaz rozando su trasero contra su polla dura como la piedra.
—No, no paren, por favor.
—Nunca dejaré que se diga que rechacé a una señora —dijo Chaz, su voz era espesa por el deseo.
Chris tiró de su camisa, sacándosela totalmente y lanzándola al suelo. Después, enganchó el dedo en los vaqueros y la atrajo contra sí, haciéndole sentir su dura polla.
Devoraba su boca, mientras su mano palpaba la cremallera. En pocos segundos, le bajaba los vaqueros por las caderas, impaciente.
—Tienes demasiada ropa —protestó ella.
Los ojos de Chris relampaguearon.
—En el cuarto. ¡Ahora!
Ella se deslizó, pasando por delante de él y con las piernas trémulas, siguió por el pasillo, en dirección al cuarto de Logan. Tenía solo las braguitas, pero, por alguna razón, no estaba lista, aún, para deshacerse de esa última barrera.
Miró como Chaz y Chris la seguían por la puerta. Chris arrancó la camisa de sus vaqueros, mientras Chaz desabotonaba lentamente los suyos.
Sus ojos se dirigieron hacia la ingle de Chris, cuando él había acabado. Se los saco y liberó su polla de su ropa interior.
Era magnífico.
—Ven aquí —dijo ronco, con la polla en la mano.
Sabía lo que quería, no necesitaba instrucciones adicionales. Fue hacia él y se arrodilló delante.
Él la agarró por la cabeza y le guió la polla en su boca. Lanzó un alto gemido cuando la deslizó en su garganta.
Tenía un olor almizcle y salvaje, y un sabor exótico.
— ¡Dios! —se estremeció él.
Ella no esperó que le estableciera el ritmo. Estaba ávida por explorarlo sola. Hizo ruidos de succión, chupándolo más hondo en su boca. Era grande y duro. ¡No podía tragarlo todo, pero maldición si no iba a intentarlo!
Las caderas de Chris se balancearon y él empezó a empujar con más urgencia.
— ¡Tu boca se siente tan bien! —dijo él.
Sintió la mano de Chaz en su pelo, alejándola de Chris, solo para sustituir la polla de Chris con la suya.
Abrió la boca obediente, para aceptar su mayor circunferencia y él se deslizó rápidamente, fuera y dentro.
—Oh, mierda... así —dijo Chaz, en un murmullo torturado.
Lo sintió vaciarse en su garganta. Penetrante, ligeramente salado. Tragó, esperando más. Pero él se alejó de ella.
Chris la levantó y la llevó a la cama. La parte de atrás de sus rodillas chocó contra el colchón y él la sostuvo hasta que tembló sobre la cama.
Se acostó sobre ella y apretó los labios contra su vientre, justo sobre la banda de su ropa intima. Entonces, empezó a empujar las bragas hacia abajo, mientras que sus labios dejaban un camino de fuego en la misma dirección.
Cuando se quedó libre de las bragas, él las lanzó por encima del hombro y separó sus rodillas. Se arrodilló entre sus piernas y pasó los dedos sobre los suaves pliegues de su concha.
Se sacudió. Dios, estaba mojada. Su clítoris palpitaba, esperando a ser tocado.
Acarició su entrada con un dedo, luego con dos. Después, se inclinó y en un movimiento rápido, pasó la lengua sobre su clítoris.
Ella casi saltó fuera de la cama. Chaz la empujó suavemente, para volver a acostarla. El colchón se hundió cuando se sentó a su lado y empezó a hacer movimientos circulares en sus pechos.
Chris rodeó su clítoris con la lengua, y luego lamió su entrada.
Chaz empezó a chupar un pezón. Luego el otro. Cerró los ojos y abrió la boca en un grito mudo.
Chris deslizó un dedo dentro de ella. Luego dos. Los deslizaba dentro y fuera, mientras chupaba su clítoris.
Su cuerpo entero estaba tenso, y entonces… el mundo estalló a su alrededor. Perdió la lucha de permanecer silenciosa y gritó, mientras su orgasmo arrasaba todo su cuerpo.
Sintió una erupción de humedad entre las piernas, pero Chris continuó atormentándola con la boca. Chaz chupaba un pezón y atormentaba el otro con la mano. Increíblemente, sintió que la necesidad volvía. De nuevo, no, por favor. No podría.
De repente, Chris se alejó y ella sintió las piernas increíblemente pesadas. Chaz movió sus labios sobre los suyos, capturándolos en un beso jadeante.
—Relájate, muñeca —susurró.
Entonces supo lo que se avecinaba. Anhelaba eso. Quería eso más que cualquier cosa.
La polla de Chris se apoyó en su entrada, y con un único y firme empujón, se deslizó dentro de ella.
Sus ojos se abrieron y una miríada de sensaciones la embargaron. Dolor, increíble placer, deseo, necesidad. Lo necesitaba desesperadamente.
Permaneció quieto por un momento, esperando que su cuerpo se adaptara a la invasión. Era tan grande. Y aún no había entrado completamente. ¿Podría aceptarlo ahora?
—No puedo esperar más —dijo Chris por fin, a través de sus dientes apretados. Salió y entró de nuevo, más fuerte que antes. Agarró la cabeza de Chaz, atrayéndolo hacia su boca. Él la agarró con firmeza, cuando Chris empezó a empujar entre sus piernas.
Nunca había sentido algo como esto. Chris empujó sus caderas poderosamente.
—Oh —exclamó ella cuando él se acomodó completamente dentro de ella. Podía sentir sus testículos contra su culo.
— ¿Te estoy haciendo daño? —Chris empezó a salir.
— ¡Dios, no! ¡No pares! —suplicó.
Sus palabras parecieron empujarlo hacia la cima. Empezó a empujar, sus manos agarraban firmemente sus caderas.
En su letargo, registró otra presencia. Logan. La cama se hundió de nuevo.
—Parece que me estaba perdiendo toda la diversión —su voz profunda la cubrió como un manto, haciéndola casi llegar al orgasmo.
Logan puso la mano en su nuca y levantó su cabeza lo suficiente para poder deslizar su polla en la boca.
Cerró los ojos y lo chupó a fondo, con el mismo ritmo de las embestidas de Chris.
Logan agarró su cabeza con firmeza, empuñando su pelo con fuerza, impidiéndole controlar el ritmo. Hizo una pausa para permitirle tomar aliento y entonces se la metió hasta la garganta.
La boca de Chaz estaba de nuevo en su pezón, sus dientes rozando los puntos sensibles. Entonces él lo chupó hasta introducirlo en su boca y ella perdió toda noción de tiempo y lugar.
No podía pensar. Solo reaccionar. Sentía a Chris montándola con urgencia, agitando la cama con sus embestidas. Entonces se tensó entre sus piernas y ella sintió los chorros calientes de su orgasmo.
Lloriqueó en protesta. Aún no estaba lista. Estaba cerca, muy cerca. No quería que Chris parara.
Justin se deslizó fuera de su boca y espero un momento. Entonces, enroscó su pelo en la mano y empujó toda la polla en su boca, se deslizó garganta abajo. Sus bolas descansaban en su barbilla, se mantuvo quieto, llenando completamente su boca.
Chris se separó y ella sintió intensamente su pérdida. Justin se alejó y empezó a bombear dentro y fuera de su boca. Estaba cerca del orgasmo. Podía sentirlo. Él se tensó, se hinchó, se volvió más duro en su boca.
Secreciones pre-seminales llenaron su boca y ella tragaba más deprisa, mientras él empujaba profundamente.
La cama se hundió y sus tambaleantes piernas cayeron, cuando Chris las dejó. Antes de que pudiera articular cualquier sonido de protesta, sus piernas fueron separadas de nuevo.
Chaz se deslizó en ella. Gimió alrededor de la polla de Justin. Chaz era distinto, pero tan bueno como Chris.
Comenzó un lento movimiento dentro y fuera, gentil, profundo.
Se estremeció ligeramente, cuando Logan la agarró más firme por el cuello.
—Oh, Dios, cariño, me voy a correr, prepárate.
Los sonidos húmedos de ella chupando, llenaron el cuarto y él agarró su polla en la mano y empujó, aún más hondo.
Un líquido caliente lleno su boca, sintió los chorros contra su garganta, derramándose por su barbilla. Tragó tan rápido como podía, pero seguía viniéndose. Él empujó una vez más, manteniéndola contra sí mientras él terminaba en su garganta.
Lentamente, dejó su cabeza hasta que ella se volvió a acostar en el colchón. ____ abrió los ojos para verlo mirándola, había deseo y aprobación en sus ojos. Bajó la mano para acariciar sus pechos, frotando sus tensos pezones.
Chris tomó el lugar de Logan, y giró su cabeza en su dirección. Volvía a estar duro. Deslizó su polla en la boca y gimió. Estaba sorprendentemente gentil, mucho más que la había follado.
Chaz la acariciaba entre las piernas, el suave sonido de carne contra carne llenaba el aire. Acarició su clítoris, mientras iba más profundo y ella empezó a retorcerse, y su orgasmo se construía, fuera de control.
La polla de Chris en su boca, las manos de Logan en sus pechos, Chaz profundamente en su coño. Era demasiado. Aguantó cuanto pudo.
Chris le llenó la boca de crema, Chaz se enterró profundamente y se vació dentro de ella. Ella se arqueó salvajemente bajo ellos, espasmos mecían su cuerpo.
Chaz se deslizó fuera de ella y se dejó caer sobre su vientre, su aliento salía en ráfagas entrecortadas. Chris sacó la polla de su boca y la abrazó.
Ella cerró los ojos, respirando hondo, intentando desesperadamente calmar sus furiosos sentidos. Temblaba de cabeza a pies, por la fuerza del orgasmo. Resumiendo, se sentía como gelatina.
Sintió que sus piernas eran alzadas y separadas. Una polla dura se deslizó en ella y gimió.
—No puedo más —susurró. No podía tener otro orgasmo como aquél. La mataría.
Logan se rió, un sonido ronco y erótico a sus oídos. Era la risa de un depredador. Uno que sabía que tenía a su presa en donde la quería.
—Oh, sí, cariño. Puedes. Solo recuéstate y siente.
Estaba muy dolorida, y aún así, cuando puso sus piernas en los hombros y empujó, sintió a su cuerpo reaccionar.
—Eso es, cariño. Así.
Chris y Chaz pasaban suavemente las manos por su cuerpo, por su vientre, los pechos. Ambos bajaron las cabezas y tomaron sus pezones, prodigándoles con atención.
Su cuerpo se estremecía, mientras Logan empujaba fuertemente. ¡Estaba tan duro, tan grande!
Él se retiró y ella abrió los ojos.
—Gírenla —ordenó.
Chaz y Chris la ayudaron a girarse, sus manos eran reconfortantes y cálidas.
—De rodillas —pidió Logan.
Se estremeció. ¿La tomaría por detrás? Era sin duda, la más erótica de sus fantasías. La cosa que más quería intentar. Era una posición que la hacía enloquecer.
Él agarró sus caderas con sus fuertes manos y con los pulgares, abrió sus nalgas, hasta sintió que un aire fresco bañaba su culo y su coño. Recorrió el valle de entre sus nalgas con un dedo, parándose en la entrada de detrás.
Ella titubeó y se tensó. Seguramente él no iría...
Él se rió, como si le leyera de nuevo sus pensamientos.
—No aún, cariño. Pero pronto. Muy pronto.
Se estremeció ante la idea de él penetrando su ano. ¿Sería tan bueno como lo imaginaba? ¿O sería una de esas cosas mejores en la fantasía qué en la realidad? No lo sabía. Pero quería descubrirlo.
Él se posicionó detrás de ella y la penetró, casi arrancándola de sobre las rodillas.
Gritó mientras una ola de placer, tan fuerte, la alcanzó. Estaba tan profundo. Más profundo de lo que imaginó que podría llegar. Él continuó, fijando un ritmo loco, llevándola al orgasmo. El choque de sus muslos contra su culo resonaba en el cuarto, y sonaba increíblemente erótico a sus oídos.
Chaz se arrodilló en la cama y se puso delante de ella, su polla dura estaba a pocos centímetros de su boca. Ella la abrió obediente y él empujó dentro.
Los labios de Chris se deslizaron por su espalda, provocándole escalofríos, sus manos pellizcaban sus pezones.
— ¿Te gusta? —murmuró.
Ella asintió, incapaz de hablar, con la polla de Chaz empujando impaciente en su boca.
—Imagina como será cuando nos estés tomando a los tres juntos —continuó con la voz caliente de lujuria—. ¿Te gustaría? Logan en tu culo, yo en tu coño y Chaz en tu boca.
Se estremeció y se arqueó, reaccionando a las provocativas palabras.
Logan empujó más fuerte, haciéndola gritar.
—Creo que quiero volver a joderte —susurró Chris—. ¿Te gustaría?
Dejó que la polla de Chaz resbalar de su boca lo suficiente como para gritar ¡Sí! antes de que Chaz reclamara de nuevo su boca.
Logan se retiró, pero aún no había acabado. Chris tomó su lugar y deslizó su dura polla dentro de ella.
—Oh, sí. Te siento tan malditamente bien —gimió Chris.
La penetraba. Dentro y fuera, ahuecando sus caderas, mientras Chaz continuaba asaltando su boca. Nunca se sintió tan poderosa, tan deseable, y tan al control de su el propio destino. Daba tanto cuanto recibía.
Chris se detuvo demasiado pronto, pero Justin tomó su lugar. Entonces comenzaron a cambiarse, empujándola hacia la cumbre y deteniéndose antes de que consiguiera traspasarla.
Tres, cuatro, cinco embestidas y cambiaban de lugar.
Chupaba la polla de Chaz con toda la intensidad de su furioso deseo. Quería correrse, maldita sea. Necesitaba correrse.
—Estoy acabando, muñeca —dijo Chaz roncamente.
Se vació en su garganta, empujando vigorosamente. Ella tragó lo que pudo, mientras se arqueaba hacia la polla que se empujaba en su coño.
Finalmente, sintió a Logan tensarse contra su trasero. Se levantó sobre las manos, empujándose contra él. Él lanzó tanto esperma que la sintió escurrirse por sus muslos, pero ella aún no se corrió.
Se retiró y Chris, agarró rapidamente sus caderas y la penetró. El fuego en su coño ardía fuera de control. Se expandía por su pelvis, su estómago, tensaba sus piernas, hasta que se temió que se iba a desmoronar.
Él la follaba más duro, sabiendo lo que necesitaba.
Cerró los ojos y grito, mientras los duros muslos golpeaban contra su culo. Él alcanzó su clítoris y lo apretó con los dedos.
Puntos negros cubrieron su visión. El mundo se borró a su alrededor.
Su coño pareció explotar, cuando el orgasmo, finalmente, la quemó.
Detrás de ella, Chris gritó. Empujó una vez y se estremeció contra ella.
Ella se desplomó, incapaz de aguantar su peso por más tiempo. Chris la siguió, cubriendo su cuerpo con el suyo, con su polla aún profundamente enterrada. Jadeaba, mientras que los escalofríos mecían su cuerpo. Después, simplemente se desmayó
—Ella... el bastardo estaba en la ciudad —murmuró Chaz.
— ¿Te lastimó, cariño? —preguntó Logan.
Ella sacudió la cabeza contra su tórax.
—Él no la vio —dijo Chris—. Por lo menos, creemos que no. Estaba parado en la calle. ____ lo vio por la ventana de la tienda.
— ¡Mierda!
Esto seguramente complicaba las cosas. Intercambió una mirada con sus hermanos. Todos concordaron silenciosamente. Tendrían que hacer algo con respecto al bastardo. No podían permitir que ____ continuara aterrorizada.
Logan alejó un poquito a ____ y enmarcó su rostro con las manos.
—Escúchame, cariño. No lo dejaremos herirte. Te lo juro.
Ella lo miró durante un largo momento, y asintió lentamente.
El dejó salir un gruñido de satisfacción.
—Ve a llenar la bañera, Chris.
Chris se fue al baño, dejando a Chaz y a Logan con ____, en el cuarto. Logan recorrió su rostro con la mano, luego acarició la esbelta curva de su cuello, hasta el escote de la blusa.
—Vamos a cuidarte —murmuró—. Primero un baño... —dejó que su voz se apagara, sugiriendo que había más por venir.
Ella se estremeció en sus brazos. Pero no pareció preocupada ante la idea de lo que estaba por venir.
—Logan, hay algo... hay algo que debes saber.
Elevó una ceja ante su nerviosa declaración... luego examinó a Chaz, que se encogió los hombros.
Ella se alejó y él le permitió tener su espacio. Se levantó y se alejó varios pasos de Chaz y Logan.
—Me siento tan estúpida diciendo esto —comenzó. Retorció sus manos mientras su agitación iba aumentando.
—____ —dijo Chaz—. Lo que sea, solo dínoslo. No puede ser tan malo. No importa lo que tú pienses.
Respiró hondo y los miró a ambos.
—Creo que deberían saber... quiero decir, de hecho, es que yo no sé como son esas cosas. Entre nosotros, quiero decir. Sobre sexo.
Se paró bruscamente, sus mejillas se sonrosaron.
Logan esperó pacientemente, para que les explicara cual era el problema. El hecho de que estuviera pensando en sexo era prometedor, pero parecía que no estaba segura de cómo serían las cosas. Él sonrió. Era encantadoramente inocente.
—Es solo que yo nunca lo hice —dijo rápidamente—. Quiero decir sexo en general.
¡No podía ser tan inocente! Su cabeza quedó confusa por la sorpresa y vio la misma emoción en el rostro de Chaz.
—Repítelo —le pidió Chaz.
Su rubor aumentó.
— ¡Pero estás casada! —argumentó Logan.
—Yo… lo dejé en nuestra noche de bodas —murmuró.
Una lenta sonrisa se extendió por el rostro de Chaz, y la misma sensación de satisfacción embargó a Logan. Ella sería algo más que solo de ellos. Solo les pertenecería a ellos. Serían sus primeros. Y los últimos.
—Quizá debas explicarte, cariño —le pidió suavemente. Necesitaban saber todo cuanto podían sobre ella. Cuanto más supieran, mayores serían las oportunidades de conservarla. Y dejarla ir no era una opción.
—El agua está lista —dijo Chris desde la puerta.
—Hablaremos en la bañera —dijo Logan. Se acercó y ____ intentó alejarse cuando él llevó su mano bajo su camisa.
—Confía en mí, cariño. No te lastimare. Necesitas quitarte la ropa.
Ella se lamió los labios y luego capturó su labio inferior con los dientes y lo mordió furiosamente. Era, en una palabra, adorable.
____ echó un vistazo a los tres hombres, y casi se hiperventiló. Ella los quería, pero no estaba segura de si quería quedarse desnuda delante de ellos. La mera idea la hacía querer huir.
La mano de Logan se deslizó por debajo de su camisa, acariciando la base de su seno. La fina tela del sostén no hizo nada para amortizar el contacto. Sintió una llama abrasadora en todo su cuerpo.
¡Luz bendita! Sus dedos acariciaban su piel, hacia atrás, hasta el cierre del sostén, que, con un estallido, se abrió.
Otra mano se deslizó por debajo de su camisa, quitándosela por encima. Se sorprendió cuando vio que Chaz se había unido a Logan.
Chaz empujó la camisa hasta su cuello, y Logan la sacó suavemente por la cabeza. Ella se cubrió inmediatamente los senos con los brazos.
—No lo hagas —le pidió Chris, con voz áspera—. Eres hermosa.
Lo vio mirándola fijamente a través del cuarto, sus ojos la ardían.
Lentamente, ella dejó caer las manos hasta que se quedó delante de ellos solo en los vaqueros.
—Jesús —suspiró Chaz.
Logan deslizó la cremallera.
—Si no se dan prisa, el agua se va a enfriar —les advirtió Chris.
—No podemos permitir eso —dijo Logan, en una voz que envió ondas de su vientre a su vagina. Sus músculos se apretaron en una necesidad caliente, roja.
Empezó a bajar los vaqueros, hasta que se quedó solo en las bragas. Ansiosa por terminar con esa agonía, metió los dedos y las sacó rápidamente.
—Eres perfecta —dijo Logan.
La tomo en sus brazos y la llevó al baño. La puso en la enorme bañera, llena de espuma y ella gimió de placer, cuando el agua templada envolvió su cuerpo.
—Te daremos algún tiempo para relajarte —dijo Logan, cuando se levantó. Le dio un beso en la cabeza—. Volveré en unos minutos para lavarte y secarte el pelo.
Los observó mientras salían del baño, después se hundió más en la espuma y cerró los ojos. ¿Querrían tener sexo con ella, ahora qué sabían qué era virgen? Estaba nerviosa con la idea. No solo por no haberlo hecho antes, sino porque habían tres hombres que querían hacer el amor con ella. Y ella no tenía la menor idea de cómo planeaban hacerlo. Pero maldita sea si la idea no la excitaba.
*******
—Esto cambia un poco las cosas —dijo Logan cuando entró con sus hermanos en el cuarto.
— ¿De qué estás hablando? —preguntó Chris.
—____ es virgen —dijo Chaz.
Chris irguió una ceja, pero no dijo nada. Simplemente lanzó a Logan una mirada interrogativa.
— ¿Qué? —cuestionó Logan, sabiendo que habían muchas cosas en la mente de su hermano menor.
Chris suspiró y puso las manos en el bolsillo de sus vaqueros.
— ¿Cómo sabemos qué no cambiará de idea? ¿Cómo sabemos que no se calmará y volverá con su esposo?
Chaz empezó a protestar, pero Logan lo silenció con una mirada. Podía ver la incertidumbre en los ojos de Chris, era el más desconfiado.
Una punzada de dolor se clavó en su corazón. ¿Algún día llegaría a saber que aguantó Chris en Irak? La tristeza pesó en su mente. Dios sabía cuánto él y Chaz intentaron hacer que Chris se abriera, pero desde su vuelta hacia un año, no dijo una palabra sobre el tiempo que pasó cautivo.
—Chris, nos necesita. No estoy diciendo que será fácil. Maldición, está casada. Está muerta de miedo y confusa por lo que siente hacia nosotros. Todo lo que podemos hacer es protegerla y mostrarle lo buenos que podemos ser para ella.
Se giró hacia Chaz.
—Confía en ti. Ya estableció una relación contigo. Creo que tú deberías ser el primero.
—Ella no es un pedazo de carne para que decidamos por ella —dijo Chris, con disgusto. Giró y salió de la habitación antes de que Logan pudiera responder.
Chaz se rió, suavemente.
—Está en lo cierto. No necesitas controlarlo todo, Logan. No hay ninguna necesidad de orquestar todo el acto sexual. Creo que podemos manejarlo.
Logan no contestó. No era eso lo que quiso decir, pero quizá tuvieran razón. Estaba intentándolo demasiado. Se pasó una mano por el pelo y se masajeó la nuca.
—Estaré fuera, en el granero —dijo—. Puedes ocuparte de ____.
La verdad es que necesitaba aire fresco. Necesitaba pensar.
********
El agua se enfrió y ____ no iba a esperar más por los hombres. Maldición, no era como si no se pudiera bañar sola. Aún así, se había sentado en la bañera como una tonta obediente.
Se levantó, el agua se escurrió por su cuerpo, agarró una toalla que colgaba del mueble, al lado de la bañera, y empezó a secarse.
—Déjame hacerlo.
La toalla resbaló de sus dedos, cuando Chaz la tomó y comenzó a frotarle la espalda.
—Puedo hacer eso —dijo más alto de lo que pretendía.
Agarró la toalla, no se sentía cómoda estando desnuda delante de él.
Él la examinó por un segundo, antes de soltar la toalla.
—Estaré en la sala cuando quieras reunirte conmigo —dijo y salió del baño.
Se tomó su tiempo, su mente era confusa. Se engañaba seriamente si creyera que sería fácil iniciar una nueva vida con los tres hermanos. No sabía nada sobre ellos, no tenía la menor idea de lo que haría allí y, había el pequeño asunto de su boda con un monstruo vil y sádico.
Oh, él no le mostró su verdadero rostro hasta la noche de bodas. Estuvo emocionada e ilusionada cuando la escogió como su esposa. Pronto aprendió que detrás de su encantador exterior, había un hombre controlador y abusivo.
¿Las cosas habrían sido distintas si no lo hubiera visto matar a sangre fría a un hombre en el día de sus esponsales? Probablemente no, después de todo, no tuvo problemas en pegarle. Ningún remordimiento, ninguna emoción había cruzado su rostro mientras ella yacía llorando.
Se estremeció y sacudió la cabeza para alejar los recuerdos. Nunca más se pondría en tal situación. Si ella se quedaba aquí, sería porque quería hacerlo, no porque Logan lo dijo.
¿Si se quedaba aquí? ¿Estaba pensando...? ¿Realmente?
—Estás loca —murmuró a su reflejo del espejo. Los quieres tanto cuanto ellos a ti. Quizás más.
Sus pezones se endurecieron cuando les imaginó haciéndole el amor. Sintió un insoportable apriete en la ingle. Se extendió por su pelvis, haciendo latir a su clítoris.
Podía ser virgen, pero no era una idiota. Estaba tan caliente como un cura en la Mansión Playboy.
Girando los ojos, se alejó del espejo, se vistió rápidamente y salió del baño. Caminó por el pasillo y por primera vez desde su llegada, miró a su alrededor.
La cabaña emanaba masculinidad. Todos los cuartos estaban escasamente decorados, en tonos terrenales. La sala estaba dominada por la chimenea de piedra y la luz se esparcía cálidamente sobre el rústico suelo de madera. Era, se imaginaba, como una cabaña de hace cien años.
Chaz estaba sentado en un escritorio, a poca distancia de la chimenea. Estaba concentrado en la pantalla del ordenador y ocasionalmente tecleaba algo. ¿Tenían aquí acceso a internet, en medio de la nada?
Buscó a los otros, pero la casa estaba silenciosa. Respiró hondo y cruzó la sala, hasta llegar tras Chaz.
— ¿Chaz? —le llamó, exasperada inseguridad de su voz.
Él giró la silla y la miró inquisitivamente.
— ¿Puedo hacerte algunas preguntas?
—Desde luego.
Se levantó, la agarró por la mano y la hizo sentarse en el sofá.
—Vamos a ponernos cómodos.
Ella se sentó a su lado, cuidando de mantener una distancia segura. Un toque y probablemente se echaría en sus brazos e implorara que le hiciera el amor.
Lo miró fijamente por un largo momento, después reunió el coraje y preguntó:
— ¿Eso va en serio?
Mirándola suavemente, él se echó hacia atrás, como si supiera que necesitaba espacio.
—Debe ser difícil para ti.
Movió la cabeza. Se tragó lo que iba a decir, y dudó. Contener sus emociones no era natural para ella, aunque fuera un problema. Algo le decía que podía ser sincera con Chaz.
—Es difícil, pero no del modo en que crees. —Se enrojeció y desvió la mirada.
Él no la forzó a hablar más, solo esperó.
—No lo entiendo —comenzó de nuevo, intentado exhibir sus pensamientos—. ¿Cómo me pueden querer todos? Quiero decir, puedo entender que me deseen, que quieran tener sexo, pero Logan dijo... Lo hizo sonar como si quisieran que me quedara.
Chaz asintió.
— ¿Pero cómo? No me conocen. ¿Cómo puede ser eso algo más qué lujuria?
Sonrió y alcanzó su mano, entrelazando los dedos. Levantando la mano, giró su palma hacia arriba, bajó la cabeza y depositó un beso en la piel.
Ella se estremeció, y sintió el beso como si un rayo atravesara su brazo.
— ¿Lujuria? Oh, sí —dijo, bajando la mano—. Pero es mucho más que eso.
Su mano cayó en el sofá, y ella quiso llevarla de nuevo contra su boca. La urgencia entre sus muslos la hacía moverse, para aliviar la inquietud.
—Si me estás preguntando si estamos enamorados de ti —continuó— bien, no puedo hablar por mis hermanos, pero no creo que sea tan simple. Como bien dijiste, realmente no te conocemos. Pero te reconocemos. ¿Tiene algún sentido para ti?
Ella lo negó.
—Ponlo de este modo. Te reconozco como la mujer de la que voy a enamorarme. Quizá ya esté medio enamorado. No lo sabré hasta que tengamos más tiempo para explorarnos uno al otro —destelló en una sonrisa torcida—. Y explorar, es lo que planeo hacer.
Por alguna razón, su simple honestidad la confortó más que una declaración de amor y devoción eterna. Ella la obtuvo de Mason, y no le hizo ningún bien.
— ¿Qué quieres? —preguntó el suavemente.
—Quisiera no haberme casado nunca —dijo, permitiéndose expresar el pesar de su alma. Con lágrimas en los ojos, desvió la mirada.
—Ah, muñeca.
Él se inclinó, la atrajo a sus brazos y le levantó la barbilla hasta que ella lo miró a los ojos.
—No es necesario que permanezcas casada con ese bastardo.
La tristeza llenó su pecho.
—No creo que vaya a dejarme marchar. Sé... sé demasiado —dijo.
Arqueó la ceja.
— ¿Qué sabes, muñeca?
Cerró los ojos. Necesitaba liberarse un poco de la pesada carga que llevaba de hace unas dos semanas.
—Lo vi matar a una persona —susurró—. En el día de nuestra boda.
Chaz la abrazó más fuerte.
—Maldición.
Ella se alejó, apretando los dientes, para detener las lágrimas.
—Ya ves. Es por eso que no puedo quedarme aquí. Él me encontrará y los matará. Eso no es nada para él.
Chaz suspiró y miró detrás de ella.
— ¿Oíste todo? —preguntó.
Se giró y vio a Chris, apoyándose en la pared.
Él asintió, sus ojos brillaban peligrosamente.
— ¿Mandaste el mail a Carl? —preguntó.
—Sí —confirmó Chaz.
Volvió la cabeza hacia Chaz, confusa.
— ¿Quién es Carl? —preguntó ella.
—Un abogado —explicó Chris.
Ella entrecerró los ojos y miró a los hermanos, buscando en sus expresiones algo, alguna pista de sus intenciones.
—Es un buen amigo nuestro. Ejerce en Denver. Mandé un mail, contando tu situación. Pregunté cuál es la mejor manera de actuar para acabar con tu matrimonio.
Se levantó agitada, alejando las manos de Chaz de sus hombros.
— ¡No debes decirle dónde estoy!
—Nadie va a decirle dónde estás, muñeca.
— ¿No quieres librarte de él? —preguntó Chris.
Ella lo miró y vio que la estaba estudiando, examinándola, mientras medía su reacción. Entrecerró los ojos. ¿Pensaba qué quería continuar casada con Mason?
— ¿Después de lo qué oíste, cómo puedes dudar? —preguntó, mirándolo igual de atenta.
Se pusieron en posición de ataque, ninguno bajaba los ojos, fulminándose.
Él se relajó y le pidió.
HOOT.....
—Ven aquí.
Cruzó la sala, para quedar delante de él.
Él la atrajo a sus brazos y la besó.
Gimió bajito. Dios, era muy bueno. Pasó los brazos por su cuello, y en aquel momento, no le importaba lo más mínimo lo que podía pensar de ella. Solo quería arrancarle la ropa.
Chupó sus labios y mordió eróticamente la parte inferior. No era gentil, su toque era exigente. Deslizó sus manos bajo su blusa, hasta tocar sus pechos con las palmas.
Titubeó cuando sus pulgares tocaron sus pezones. Se arqueó hacia él, queriendo más.
Su respiración estaba agitada. El dejó una hilada de besos en su cuello y clavó los dientes en la curva de su hombro.
Ella gritó, sus piernas no la sostenían.
Algo la agarró. Algo no. Alguien. Ella se encontró balanceándose entre dos duros pechos. Uno delante. Otro detrás.
Gentiles besos llovieron donde antes Chris la había mordido.
Ella se inclinó hacia atrás, queriendo más del tacto de Chaz.
Chris empujó su camisa por encima, liberando sus pechos. Se inclinó y metió un pezón en su boca. Dios, estaba caliente. Ningún preámbulo. Ningún disfraz. Fue a por ello. Duro y rápido.
— ¿Quieres esto? —preguntó Chris.
¿Si quería eso? ¡Si no lo obtenía, mataría a alguien!
—Si no lo quieres, ahora es el momento de decirlo —dijo Chaz rozando su trasero contra su polla dura como la piedra.
—No, no paren, por favor.
—Nunca dejaré que se diga que rechacé a una señora —dijo Chaz, su voz era espesa por el deseo.
Chris tiró de su camisa, sacándosela totalmente y lanzándola al suelo. Después, enganchó el dedo en los vaqueros y la atrajo contra sí, haciéndole sentir su dura polla.
Devoraba su boca, mientras su mano palpaba la cremallera. En pocos segundos, le bajaba los vaqueros por las caderas, impaciente.
—Tienes demasiada ropa —protestó ella.
Los ojos de Chris relampaguearon.
—En el cuarto. ¡Ahora!
Ella se deslizó, pasando por delante de él y con las piernas trémulas, siguió por el pasillo, en dirección al cuarto de Logan. Tenía solo las braguitas, pero, por alguna razón, no estaba lista, aún, para deshacerse de esa última barrera.
Miró como Chaz y Chris la seguían por la puerta. Chris arrancó la camisa de sus vaqueros, mientras Chaz desabotonaba lentamente los suyos.
Sus ojos se dirigieron hacia la ingle de Chris, cuando él había acabado. Se los saco y liberó su polla de su ropa interior.
Era magnífico.
—Ven aquí —dijo ronco, con la polla en la mano.
Sabía lo que quería, no necesitaba instrucciones adicionales. Fue hacia él y se arrodilló delante.
Él la agarró por la cabeza y le guió la polla en su boca. Lanzó un alto gemido cuando la deslizó en su garganta.
Tenía un olor almizcle y salvaje, y un sabor exótico.
— ¡Dios! —se estremeció él.
Ella no esperó que le estableciera el ritmo. Estaba ávida por explorarlo sola. Hizo ruidos de succión, chupándolo más hondo en su boca. Era grande y duro. ¡No podía tragarlo todo, pero maldición si no iba a intentarlo!
Las caderas de Chris se balancearon y él empezó a empujar con más urgencia.
— ¡Tu boca se siente tan bien! —dijo él.
Sintió la mano de Chaz en su pelo, alejándola de Chris, solo para sustituir la polla de Chris con la suya.
Abrió la boca obediente, para aceptar su mayor circunferencia y él se deslizó rápidamente, fuera y dentro.
—Oh, mierda... así —dijo Chaz, en un murmullo torturado.
Lo sintió vaciarse en su garganta. Penetrante, ligeramente salado. Tragó, esperando más. Pero él se alejó de ella.
Chris la levantó y la llevó a la cama. La parte de atrás de sus rodillas chocó contra el colchón y él la sostuvo hasta que tembló sobre la cama.
Se acostó sobre ella y apretó los labios contra su vientre, justo sobre la banda de su ropa intima. Entonces, empezó a empujar las bragas hacia abajo, mientras que sus labios dejaban un camino de fuego en la misma dirección.
Cuando se quedó libre de las bragas, él las lanzó por encima del hombro y separó sus rodillas. Se arrodilló entre sus piernas y pasó los dedos sobre los suaves pliegues de su concha.
Se sacudió. Dios, estaba mojada. Su clítoris palpitaba, esperando a ser tocado.
Acarició su entrada con un dedo, luego con dos. Después, se inclinó y en un movimiento rápido, pasó la lengua sobre su clítoris.
Ella casi saltó fuera de la cama. Chaz la empujó suavemente, para volver a acostarla. El colchón se hundió cuando se sentó a su lado y empezó a hacer movimientos circulares en sus pechos.
Chris rodeó su clítoris con la lengua, y luego lamió su entrada.
Chaz empezó a chupar un pezón. Luego el otro. Cerró los ojos y abrió la boca en un grito mudo.
Chris deslizó un dedo dentro de ella. Luego dos. Los deslizaba dentro y fuera, mientras chupaba su clítoris.
Su cuerpo entero estaba tenso, y entonces… el mundo estalló a su alrededor. Perdió la lucha de permanecer silenciosa y gritó, mientras su orgasmo arrasaba todo su cuerpo.
Sintió una erupción de humedad entre las piernas, pero Chris continuó atormentándola con la boca. Chaz chupaba un pezón y atormentaba el otro con la mano. Increíblemente, sintió que la necesidad volvía. De nuevo, no, por favor. No podría.
De repente, Chris se alejó y ella sintió las piernas increíblemente pesadas. Chaz movió sus labios sobre los suyos, capturándolos en un beso jadeante.
—Relájate, muñeca —susurró.
Entonces supo lo que se avecinaba. Anhelaba eso. Quería eso más que cualquier cosa.
La polla de Chris se apoyó en su entrada, y con un único y firme empujón, se deslizó dentro de ella.
Sus ojos se abrieron y una miríada de sensaciones la embargaron. Dolor, increíble placer, deseo, necesidad. Lo necesitaba desesperadamente.
Permaneció quieto por un momento, esperando que su cuerpo se adaptara a la invasión. Era tan grande. Y aún no había entrado completamente. ¿Podría aceptarlo ahora?
—No puedo esperar más —dijo Chris por fin, a través de sus dientes apretados. Salió y entró de nuevo, más fuerte que antes. Agarró la cabeza de Chaz, atrayéndolo hacia su boca. Él la agarró con firmeza, cuando Chris empezó a empujar entre sus piernas.
Nunca había sentido algo como esto. Chris empujó sus caderas poderosamente.
—Oh —exclamó ella cuando él se acomodó completamente dentro de ella. Podía sentir sus testículos contra su culo.
— ¿Te estoy haciendo daño? —Chris empezó a salir.
— ¡Dios, no! ¡No pares! —suplicó.
Sus palabras parecieron empujarlo hacia la cima. Empezó a empujar, sus manos agarraban firmemente sus caderas.
En su letargo, registró otra presencia. Logan. La cama se hundió de nuevo.
—Parece que me estaba perdiendo toda la diversión —su voz profunda la cubrió como un manto, haciéndola casi llegar al orgasmo.
Logan puso la mano en su nuca y levantó su cabeza lo suficiente para poder deslizar su polla en la boca.
Cerró los ojos y lo chupó a fondo, con el mismo ritmo de las embestidas de Chris.
Logan agarró su cabeza con firmeza, empuñando su pelo con fuerza, impidiéndole controlar el ritmo. Hizo una pausa para permitirle tomar aliento y entonces se la metió hasta la garganta.
La boca de Chaz estaba de nuevo en su pezón, sus dientes rozando los puntos sensibles. Entonces él lo chupó hasta introducirlo en su boca y ella perdió toda noción de tiempo y lugar.
No podía pensar. Solo reaccionar. Sentía a Chris montándola con urgencia, agitando la cama con sus embestidas. Entonces se tensó entre sus piernas y ella sintió los chorros calientes de su orgasmo.
Lloriqueó en protesta. Aún no estaba lista. Estaba cerca, muy cerca. No quería que Chris parara.
Justin se deslizó fuera de su boca y espero un momento. Entonces, enroscó su pelo en la mano y empujó toda la polla en su boca, se deslizó garganta abajo. Sus bolas descansaban en su barbilla, se mantuvo quieto, llenando completamente su boca.
Chris se separó y ella sintió intensamente su pérdida. Justin se alejó y empezó a bombear dentro y fuera de su boca. Estaba cerca del orgasmo. Podía sentirlo. Él se tensó, se hinchó, se volvió más duro en su boca.
Secreciones pre-seminales llenaron su boca y ella tragaba más deprisa, mientras él empujaba profundamente.
La cama se hundió y sus tambaleantes piernas cayeron, cuando Chris las dejó. Antes de que pudiera articular cualquier sonido de protesta, sus piernas fueron separadas de nuevo.
Chaz se deslizó en ella. Gimió alrededor de la polla de Justin. Chaz era distinto, pero tan bueno como Chris.
Comenzó un lento movimiento dentro y fuera, gentil, profundo.
Se estremeció ligeramente, cuando Logan la agarró más firme por el cuello.
—Oh, Dios, cariño, me voy a correr, prepárate.
Los sonidos húmedos de ella chupando, llenaron el cuarto y él agarró su polla en la mano y empujó, aún más hondo.
Un líquido caliente lleno su boca, sintió los chorros contra su garganta, derramándose por su barbilla. Tragó tan rápido como podía, pero seguía viniéndose. Él empujó una vez más, manteniéndola contra sí mientras él terminaba en su garganta.
Lentamente, dejó su cabeza hasta que ella se volvió a acostar en el colchón. ____ abrió los ojos para verlo mirándola, había deseo y aprobación en sus ojos. Bajó la mano para acariciar sus pechos, frotando sus tensos pezones.
Chris tomó el lugar de Logan, y giró su cabeza en su dirección. Volvía a estar duro. Deslizó su polla en la boca y gimió. Estaba sorprendentemente gentil, mucho más que la había follado.
Chaz la acariciaba entre las piernas, el suave sonido de carne contra carne llenaba el aire. Acarició su clítoris, mientras iba más profundo y ella empezó a retorcerse, y su orgasmo se construía, fuera de control.
La polla de Chris en su boca, las manos de Logan en sus pechos, Chaz profundamente en su coño. Era demasiado. Aguantó cuanto pudo.
Chris le llenó la boca de crema, Chaz se enterró profundamente y se vació dentro de ella. Ella se arqueó salvajemente bajo ellos, espasmos mecían su cuerpo.
Chaz se deslizó fuera de ella y se dejó caer sobre su vientre, su aliento salía en ráfagas entrecortadas. Chris sacó la polla de su boca y la abrazó.
Ella cerró los ojos, respirando hondo, intentando desesperadamente calmar sus furiosos sentidos. Temblaba de cabeza a pies, por la fuerza del orgasmo. Resumiendo, se sentía como gelatina.
Sintió que sus piernas eran alzadas y separadas. Una polla dura se deslizó en ella y gimió.
—No puedo más —susurró. No podía tener otro orgasmo como aquél. La mataría.
Logan se rió, un sonido ronco y erótico a sus oídos. Era la risa de un depredador. Uno que sabía que tenía a su presa en donde la quería.
—Oh, sí, cariño. Puedes. Solo recuéstate y siente.
Estaba muy dolorida, y aún así, cuando puso sus piernas en los hombros y empujó, sintió a su cuerpo reaccionar.
—Eso es, cariño. Así.
Chris y Chaz pasaban suavemente las manos por su cuerpo, por su vientre, los pechos. Ambos bajaron las cabezas y tomaron sus pezones, prodigándoles con atención.
Su cuerpo se estremecía, mientras Logan empujaba fuertemente. ¡Estaba tan duro, tan grande!
Él se retiró y ella abrió los ojos.
—Gírenla —ordenó.
Chaz y Chris la ayudaron a girarse, sus manos eran reconfortantes y cálidas.
—De rodillas —pidió Logan.
Se estremeció. ¿La tomaría por detrás? Era sin duda, la más erótica de sus fantasías. La cosa que más quería intentar. Era una posición que la hacía enloquecer.
Él agarró sus caderas con sus fuertes manos y con los pulgares, abrió sus nalgas, hasta sintió que un aire fresco bañaba su culo y su coño. Recorrió el valle de entre sus nalgas con un dedo, parándose en la entrada de detrás.
Ella titubeó y se tensó. Seguramente él no iría...
Él se rió, como si le leyera de nuevo sus pensamientos.
—No aún, cariño. Pero pronto. Muy pronto.
Se estremeció ante la idea de él penetrando su ano. ¿Sería tan bueno como lo imaginaba? ¿O sería una de esas cosas mejores en la fantasía qué en la realidad? No lo sabía. Pero quería descubrirlo.
Él se posicionó detrás de ella y la penetró, casi arrancándola de sobre las rodillas.
Gritó mientras una ola de placer, tan fuerte, la alcanzó. Estaba tan profundo. Más profundo de lo que imaginó que podría llegar. Él continuó, fijando un ritmo loco, llevándola al orgasmo. El choque de sus muslos contra su culo resonaba en el cuarto, y sonaba increíblemente erótico a sus oídos.
Chaz se arrodilló en la cama y se puso delante de ella, su polla dura estaba a pocos centímetros de su boca. Ella la abrió obediente y él empujó dentro.
Los labios de Chris se deslizaron por su espalda, provocándole escalofríos, sus manos pellizcaban sus pezones.
— ¿Te gusta? —murmuró.
Ella asintió, incapaz de hablar, con la polla de Chaz empujando impaciente en su boca.
—Imagina como será cuando nos estés tomando a los tres juntos —continuó con la voz caliente de lujuria—. ¿Te gustaría? Logan en tu culo, yo en tu coño y Chaz en tu boca.
Se estremeció y se arqueó, reaccionando a las provocativas palabras.
Logan empujó más fuerte, haciéndola gritar.
—Creo que quiero volver a joderte —susurró Chris—. ¿Te gustaría?
Dejó que la polla de Chaz resbalar de su boca lo suficiente como para gritar ¡Sí! antes de que Chaz reclamara de nuevo su boca.
Logan se retiró, pero aún no había acabado. Chris tomó su lugar y deslizó su dura polla dentro de ella.
—Oh, sí. Te siento tan malditamente bien —gimió Chris.
La penetraba. Dentro y fuera, ahuecando sus caderas, mientras Chaz continuaba asaltando su boca. Nunca se sintió tan poderosa, tan deseable, y tan al control de su el propio destino. Daba tanto cuanto recibía.
Chris se detuvo demasiado pronto, pero Justin tomó su lugar. Entonces comenzaron a cambiarse, empujándola hacia la cumbre y deteniéndose antes de que consiguiera traspasarla.
Tres, cuatro, cinco embestidas y cambiaban de lugar.
Chupaba la polla de Chaz con toda la intensidad de su furioso deseo. Quería correrse, maldita sea. Necesitaba correrse.
—Estoy acabando, muñeca —dijo Chaz roncamente.
Se vació en su garganta, empujando vigorosamente. Ella tragó lo que pudo, mientras se arqueaba hacia la polla que se empujaba en su coño.
Finalmente, sintió a Logan tensarse contra su trasero. Se levantó sobre las manos, empujándose contra él. Él lanzó tanto esperma que la sintió escurrirse por sus muslos, pero ella aún no se corrió.
Se retiró y Chris, agarró rapidamente sus caderas y la penetró. El fuego en su coño ardía fuera de control. Se expandía por su pelvis, su estómago, tensaba sus piernas, hasta que se temió que se iba a desmoronar.
Él la follaba más duro, sabiendo lo que necesitaba.
Cerró los ojos y grito, mientras los duros muslos golpeaban contra su culo. Él alcanzó su clítoris y lo apretó con los dedos.
Puntos negros cubrieron su visión. El mundo se borró a su alrededor.
Su coño pareció explotar, cuando el orgasmo, finalmente, la quemó.
Detrás de ella, Chris gritó. Empujó una vez y se estremeció contra ella.
Ella se desplomó, incapaz de aguantar su peso por más tiempo. Chris la siguió, cubriendo su cuerpo con el suyo, con su polla aún profundamente enterrada. Jadeaba, mientras que los escalofríos mecían su cuerpo. Después, simplemente se desmayó
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Aviso
Hola chicas, pues me paso por aquí para avisarles que voy a cancelar la nove, por motivos de que no tengo suficientes lectoras, y ya ni la comentan, me da mucha pena pero así sera espero verlas en otra ocasión cuando suba otras novelas.
Gracias a las que tuvieron tiempo para leerla mientras estuvo!!
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
No la canceles porfa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siguela !!!!!!
No sabes cuanto amo esa nove
te lo suplico!!!!!!!!
Siguela !!!!!!
No sabes cuanto amo esa nove
te lo suplico!!!!!!!!
Gi*rusher1005
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Hola!!Gi*rusher1005 escribió:No la canceles porfa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siguela !!!!!!
No sabes cuanto amo esa nove
te lo suplico!!!!!!!!
mmm nolo se, es que la verdad necesito un buen de lectoras...
Si pudieras ayudarme a conseguir mas,con mucho gusto la seguiria!!! :sad: :sad:
Voy a subir un capi solo por ti!!
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Capitulo 8
____ abrió los ojos y parpadeó, para ajustarse a la oscuridad. Sentía el cuerpo calentito, y dejó salir un bostezo.
Estaba fundida contra el pecho de Logan, sus manos alrededor de ella.
Un hombre desnudo la apretaba por detrás, y miró por encima del hombro, intentando ver si era chaz o Chris.
Por lo que podía ver, era Chaz. Frunció el ceño. ¿Dónde estaba Chris?
—Estás despierta —murmuró Logan.
Agachó la cabeza, tímida, sonrojada, contenta de que él no pudiera verla bien en la oscuridad.
Sus brazos la estrecharon y él le metió la cabeza bajo su barbilla.
— ¿Estás bien?
Asintió contra su pecho. Estaba muy bien. Nunca se había sentido tan bien en toda su vida. Se acurrucó mejor entre sus brazos, amando la sensación de seguridad que tenía, estando allí. Levantó el rostro, acercando los labios a su oreja.
— ¿Dónde está Chris?
Logan se tensó ligeramente, pero continuó acariciándole la espalda.
—Se fue a su dormitorio —dijo quietamente.
— ¿Por qué?
Logan miró fijamente el techo.
—No duerme bien. Tiene pesadillas. No quiere que lo escuchemos.
____ se sintió preocupada. Había visto el tormento en los ojos de Chris, pero ¿qué podía ser tan malo como para aterrarlo hasta en los sueños?
—Chris volvió de Irak hace poco más de un año. Pertenecía a las Fuerzas Especiales, fue capturado detrás de las líneas enemigas. Estuvo preso durante varias semanas, antes de que nuestros hombres lo rescataran. No ha sido el mismo desde entonces.
— ¿Qué pasó? —preguntó con horror, con miedo de saber todo lo que había soportado.
Logan suspiró.
—Desearía saberlo. No quiere hablar sobre ello.
— ¿Van a callarse, para que pueda dormir? —exigió Chaz, la voz era amortiguada por la almohada. (Ohh mi Chazzi!)
Ella se rió y le dio un codazo.
Parecía tan natural estar en la cama con esos dos hombres, confortable, fácil, sin apremios.
Chaz se volvió y deslizó el brazo por encima de su cuerpo.
—Estoy contento de que no te hemos matado.
Ella sonrió.
—Pero que modo de morir.
—Ven a acurrucarte en mis brazos. Logan te tuvo toda la noche—se quejó Chaz.
Soltó la risa, pero lo abrazó y recostó la cabeza en su tórax.
—Ahora cierra los ojos y vuelve a dormir —le pidió él.
Cerró los ojos, maravillada por la dicha que sentía.
Cuando ____ volvió a despertarse, la luz del sol entraba por la ventana, casi cegándole, mientras abría los ojos. Estaba sola en la cama, cosa que la decepcionó.
Un rápido vistazo al reloj le dijo por qué estaba sola. Eran casi las nueve.
Se flexionó, estirando el cuerpo. Se sentía dolorida, pero increíblemente bien. Sacó las piernas fuera de la cama, gimiendo cuando los músculos protestaron.
Empezó a coger una toalla para cubrirse y entonces se rió del absurdo de la idea. Por el contrario, caminó desnuda hasta el baño. La idea de un largo baño caliente sonaba como el cielo.
Abrió el agua y pronto, el vapor llenó el baño. Cuando había bastante agua en la bañera, entró. Suspiró cuando la envolvió el agua caliente.
Se recostó en la tina y cerró los ojos, permitiendo que el agua la envolviera. Las imágenes de la noche anterior llenaron su mente. Su cuerpo hormigueó, sus muslos se estremecieron, los pezones se endurecieron en respuesta.
Había sido la mayor experiencia de su vida. Si no permanecía con los hermanos, ¿qué más podría esperar del sexo? No creía poder encontrar a alguien que la satisficiera como ellos.
Y estaba el hecho de que no tenía ningún deseo de irse. Estaba cansada de huir, cansada de vivir con miedo, ¿pero podía creer que allí estaba segura? ¿Y si ella atrajera a Mason a su puerta?
Su conversación con Chaz del día anterior, le rondó por la cabeza. La verdad era, que podía enamorarse de ellos. Quizá aún no lo estuviera. Pero lo estaba haciendo, como Chaz lo dijo.
Suspiró. Debería estar feliz. Pero en cambio, estaba llena de pavor.
Agitó la cabeza, no deseaba analizar la sucia realidad. Tomó el jabón, se frotó el cuerpo y se enjuagó deprisa. Cuando estuvo lista, salió del agua y se envolvió en la toalla.
Salió en busca de sus ropas, sin saber en dónde las habían dejado Chaz y Chris, cuando volvieron de la excursión de compras del día anterior. Su estómago se estremeció. ¿Había sido el día anterior cuando había visto a Mason en la ciudad?
El sudor perló su frente, cuando comprendió que él estaba muy cerca.
Se acurrucó en la cama, presa de un ataque de pánico.
— ¿____? ¿Qué está mal?
Vio a Chaz en la puerta, mirándola preocupado.
Se acercó y se arrodilló delante de ella, le tomó suavemente las manos y entrelazó sus dedos.
— ¿Qué te pasa, muñeca?
—Mason está aquí —lloró—. Él me encontrará.
Tomó su barbilla y la forzó a enfrentarlo.
—Vístete y reúnete con nosotros en la sala. Te contaremos lo que hemos planeado hacer.
Ella lo miró fijamente, atreviéndose a esperar que pudieran mantenerla a salvo y evitar así ser la causa de sus muertes.
Él se incorporó y la besó en la frente.
—Tus ropas están en el primer cajón —salió, dejándola vestirse.
Revolvió en el cajón y sacó una camisa y unos pantalones tejanos.
Para su sorpresa encontró un paquete con bragas de algodón y dos sostenes de su talla. Chris debía haberlos escogido antes de las botas.
Se vistió rápidamente y se dirigió a la sala. Se detuvo en la puerta, disfrutando de la vista de los tres hombres. Chris echado en el sofá, con una cerveza en la mano; Chaz con el ordenador, moviendo el ratón; Logan cerca del fuego, con aspecto impaciente.
Logan levantó los ojos y la miró, sus ojos eran ardientes como las llamas.
Sintió que la abandonaba su confianza. Tuvo el loco deseo de huir al dormitorio, donde estaría segura. En cambio, dio un paso en frente, cruzando los brazos protectoramente sobre el pecho.
La expresión de Logan no se alteró. Chris alzó los ojos del sofá y se concentró en la cerveza.
Chaz se levantó, cruzó la sala y la tomó de la mano.
—Ven. Tenemos mucho que hablar —dijo, mientras la empujaba dentro de la sala.
Se sentó en el sofá, a pulgadas de Chris. Se sentía en un punto sin retorno. Querían que se quedara, y ella tenía que decidir si escuchaba su corazón o hacía todo para mantenerlos a salvo.
El peso de la decisión pesaba sobre sus hombros.
—Es hora de hablar —dijo Logan. Metió las manos en los bolsillos y apoyó el tacón de la bota en la chimenea de detrás de él.
Analizó a Chaz y a Chris, midiendo sus reacciones. Chaz la miraba, atento. Chris no mostraba ninguna emoción en su rostro.
—Estuvimos hablando con Carl Davis, un amigo nuestro que es abogado en Denver. Puede preparar los documentos necesarios para tu divorcio —continuó Logan.
Su corazón se aceleró, batía dolorosamente en el pecho. Abrió la boca para hablar, pero se le había secado.
Para su sorpresa, Chris se giró y la agarró por la mano; su gesto la confortaba. Se concentró en él, intentando descubrir sus pensamientos. ¿Aún pensaba qué no quería librarse de su esposo?
¿Después de todo lo que había pasado la noche anterior?
Él la miraba fijamente, con una expresión indescifrable. Era testarudo. Pues ella también. Lo enfrentó desafiante, provocándole decir sus dudas.
Una sonrisa reluctante movió sus labios.
—Bien, ____ —dijo perezosamente—. ¿Qué vas a hacer? ¿Un esposo abusivo o una oportunidad con tres hombres qué harán cualquier cosa para cuidarte?
—No es tan simple —dijo furiosa.
Chris puso un dedo bajo su barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos.
—Sí. Lo es.
Se levantó, abrazándose por la cintura.
—A mí… a mí me importas mucho. Todos vosotros —señalando a los tres—. ¿No lo ven? No podría soportar si algo les sucediera a cualquiera de vosotros, por mi culpa.
—Cariño, escúchame —le pidió Logan, girándola hacia él—. Si no crees en nada más, cree esto. No permitiremos que ese bastardo te tenga.
—No me preocupo por mí —quería gritar de frustración. ¿Por qué no lo entendían?
—Dijimos que cuidaríamos de ti —dijo Chris calmamente—. Si algo nos sucediera, no podríamos cuidarte. Por lo tanto, por prometerte que vamos a protegerte, puedes estar segura de que ningún bastardo va a tocarnos.
—Tienes un don con las palabras —dijo Chaz.
La absoluta convicción de la voz de Chris la hizo dudar.
—La pregunta es ¿tienes este tipo de fe en nosotros? —dijo Chris, levantando la ceja al indagarla.
Había dado la vuelta a la situación, en su contra. Si persistía con las protestas, demostraría su falta de confianza en ellos. ¡Maldito sea! ¿Qué se suponía que tenía qué hacer?
Logan la abrazó por la cintura y la acercó a su pecho.
—Contesta a una pregunta. Si no fuera por Mason. Si no fuera que estuvieras casada. ¿Te quedarías?
Asintió, incluso antes de pensar en la respuesta.
—Entonces está decidido —dijo Logan, la satisfacción brillaba en sus ojos—. Diremos a Carl que siga con el divorcio y pensaremos en un plan para impedir que ese bastardo se acerque a ti.
Abrió la boca para protestar, pero él la silenció con un dedo.
—Confía en nosotros, cariño.
Ella suspiró. El problema era que confiaba. Era una locura. Les conocía desde hace unos días, y aún así confiaba en ellos, más que en cualquier otra persona.
—De acuerdo —aceptó.
Logan bajó la cabeza y la besó hambrientamente. Empujo la mano en su pelo, acariciando su nuca, mientras su lengua hurgaba en la boca de ella.
Cuando se apartó, ella estaba jadeando.
—Bien, debo decirlo, esto es una sorpresa —declaró una voz femenina.
____ giró y vio a una pelirroja alta, con sombrero de vaquero y una placa.
Logan juró.
—Maldita seas, Ashley, ¿no sabes llamar a la puerta?
Estaba fundida contra el pecho de Logan, sus manos alrededor de ella.
Un hombre desnudo la apretaba por detrás, y miró por encima del hombro, intentando ver si era chaz o Chris.
Por lo que podía ver, era Chaz. Frunció el ceño. ¿Dónde estaba Chris?
—Estás despierta —murmuró Logan.
Agachó la cabeza, tímida, sonrojada, contenta de que él no pudiera verla bien en la oscuridad.
Sus brazos la estrecharon y él le metió la cabeza bajo su barbilla.
— ¿Estás bien?
Asintió contra su pecho. Estaba muy bien. Nunca se había sentido tan bien en toda su vida. Se acurrucó mejor entre sus brazos, amando la sensación de seguridad que tenía, estando allí. Levantó el rostro, acercando los labios a su oreja.
— ¿Dónde está Chris?
Logan se tensó ligeramente, pero continuó acariciándole la espalda.
—Se fue a su dormitorio —dijo quietamente.
— ¿Por qué?
Logan miró fijamente el techo.
—No duerme bien. Tiene pesadillas. No quiere que lo escuchemos.
____ se sintió preocupada. Había visto el tormento en los ojos de Chris, pero ¿qué podía ser tan malo como para aterrarlo hasta en los sueños?
—Chris volvió de Irak hace poco más de un año. Pertenecía a las Fuerzas Especiales, fue capturado detrás de las líneas enemigas. Estuvo preso durante varias semanas, antes de que nuestros hombres lo rescataran. No ha sido el mismo desde entonces.
— ¿Qué pasó? —preguntó con horror, con miedo de saber todo lo que había soportado.
Logan suspiró.
—Desearía saberlo. No quiere hablar sobre ello.
— ¿Van a callarse, para que pueda dormir? —exigió Chaz, la voz era amortiguada por la almohada. (Ohh mi Chazzi!)
Ella se rió y le dio un codazo.
Parecía tan natural estar en la cama con esos dos hombres, confortable, fácil, sin apremios.
Chaz se volvió y deslizó el brazo por encima de su cuerpo.
—Estoy contento de que no te hemos matado.
Ella sonrió.
—Pero que modo de morir.
—Ven a acurrucarte en mis brazos. Logan te tuvo toda la noche—se quejó Chaz.
Soltó la risa, pero lo abrazó y recostó la cabeza en su tórax.
—Ahora cierra los ojos y vuelve a dormir —le pidió él.
Cerró los ojos, maravillada por la dicha que sentía.
Cuando ____ volvió a despertarse, la luz del sol entraba por la ventana, casi cegándole, mientras abría los ojos. Estaba sola en la cama, cosa que la decepcionó.
Un rápido vistazo al reloj le dijo por qué estaba sola. Eran casi las nueve.
Se flexionó, estirando el cuerpo. Se sentía dolorida, pero increíblemente bien. Sacó las piernas fuera de la cama, gimiendo cuando los músculos protestaron.
Empezó a coger una toalla para cubrirse y entonces se rió del absurdo de la idea. Por el contrario, caminó desnuda hasta el baño. La idea de un largo baño caliente sonaba como el cielo.
Abrió el agua y pronto, el vapor llenó el baño. Cuando había bastante agua en la bañera, entró. Suspiró cuando la envolvió el agua caliente.
Se recostó en la tina y cerró los ojos, permitiendo que el agua la envolviera. Las imágenes de la noche anterior llenaron su mente. Su cuerpo hormigueó, sus muslos se estremecieron, los pezones se endurecieron en respuesta.
Había sido la mayor experiencia de su vida. Si no permanecía con los hermanos, ¿qué más podría esperar del sexo? No creía poder encontrar a alguien que la satisficiera como ellos.
Y estaba el hecho de que no tenía ningún deseo de irse. Estaba cansada de huir, cansada de vivir con miedo, ¿pero podía creer que allí estaba segura? ¿Y si ella atrajera a Mason a su puerta?
Su conversación con Chaz del día anterior, le rondó por la cabeza. La verdad era, que podía enamorarse de ellos. Quizá aún no lo estuviera. Pero lo estaba haciendo, como Chaz lo dijo.
Suspiró. Debería estar feliz. Pero en cambio, estaba llena de pavor.
Agitó la cabeza, no deseaba analizar la sucia realidad. Tomó el jabón, se frotó el cuerpo y se enjuagó deprisa. Cuando estuvo lista, salió del agua y se envolvió en la toalla.
Salió en busca de sus ropas, sin saber en dónde las habían dejado Chaz y Chris, cuando volvieron de la excursión de compras del día anterior. Su estómago se estremeció. ¿Había sido el día anterior cuando había visto a Mason en la ciudad?
El sudor perló su frente, cuando comprendió que él estaba muy cerca.
Se acurrucó en la cama, presa de un ataque de pánico.
— ¿____? ¿Qué está mal?
Vio a Chaz en la puerta, mirándola preocupado.
Se acercó y se arrodilló delante de ella, le tomó suavemente las manos y entrelazó sus dedos.
— ¿Qué te pasa, muñeca?
—Mason está aquí —lloró—. Él me encontrará.
Tomó su barbilla y la forzó a enfrentarlo.
—Vístete y reúnete con nosotros en la sala. Te contaremos lo que hemos planeado hacer.
Ella lo miró fijamente, atreviéndose a esperar que pudieran mantenerla a salvo y evitar así ser la causa de sus muertes.
Él se incorporó y la besó en la frente.
—Tus ropas están en el primer cajón —salió, dejándola vestirse.
Revolvió en el cajón y sacó una camisa y unos pantalones tejanos.
Para su sorpresa encontró un paquete con bragas de algodón y dos sostenes de su talla. Chris debía haberlos escogido antes de las botas.
Se vistió rápidamente y se dirigió a la sala. Se detuvo en la puerta, disfrutando de la vista de los tres hombres. Chris echado en el sofá, con una cerveza en la mano; Chaz con el ordenador, moviendo el ratón; Logan cerca del fuego, con aspecto impaciente.
Logan levantó los ojos y la miró, sus ojos eran ardientes como las llamas.
Sintió que la abandonaba su confianza. Tuvo el loco deseo de huir al dormitorio, donde estaría segura. En cambio, dio un paso en frente, cruzando los brazos protectoramente sobre el pecho.
La expresión de Logan no se alteró. Chris alzó los ojos del sofá y se concentró en la cerveza.
Chaz se levantó, cruzó la sala y la tomó de la mano.
—Ven. Tenemos mucho que hablar —dijo, mientras la empujaba dentro de la sala.
Se sentó en el sofá, a pulgadas de Chris. Se sentía en un punto sin retorno. Querían que se quedara, y ella tenía que decidir si escuchaba su corazón o hacía todo para mantenerlos a salvo.
El peso de la decisión pesaba sobre sus hombros.
—Es hora de hablar —dijo Logan. Metió las manos en los bolsillos y apoyó el tacón de la bota en la chimenea de detrás de él.
Analizó a Chaz y a Chris, midiendo sus reacciones. Chaz la miraba, atento. Chris no mostraba ninguna emoción en su rostro.
—Estuvimos hablando con Carl Davis, un amigo nuestro que es abogado en Denver. Puede preparar los documentos necesarios para tu divorcio —continuó Logan.
Su corazón se aceleró, batía dolorosamente en el pecho. Abrió la boca para hablar, pero se le había secado.
Para su sorpresa, Chris se giró y la agarró por la mano; su gesto la confortaba. Se concentró en él, intentando descubrir sus pensamientos. ¿Aún pensaba qué no quería librarse de su esposo?
¿Después de todo lo que había pasado la noche anterior?
Él la miraba fijamente, con una expresión indescifrable. Era testarudo. Pues ella también. Lo enfrentó desafiante, provocándole decir sus dudas.
Una sonrisa reluctante movió sus labios.
—Bien, ____ —dijo perezosamente—. ¿Qué vas a hacer? ¿Un esposo abusivo o una oportunidad con tres hombres qué harán cualquier cosa para cuidarte?
—No es tan simple —dijo furiosa.
Chris puso un dedo bajo su barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos.
—Sí. Lo es.
Se levantó, abrazándose por la cintura.
—A mí… a mí me importas mucho. Todos vosotros —señalando a los tres—. ¿No lo ven? No podría soportar si algo les sucediera a cualquiera de vosotros, por mi culpa.
—Cariño, escúchame —le pidió Logan, girándola hacia él—. Si no crees en nada más, cree esto. No permitiremos que ese bastardo te tenga.
—No me preocupo por mí —quería gritar de frustración. ¿Por qué no lo entendían?
—Dijimos que cuidaríamos de ti —dijo Chris calmamente—. Si algo nos sucediera, no podríamos cuidarte. Por lo tanto, por prometerte que vamos a protegerte, puedes estar segura de que ningún bastardo va a tocarnos.
—Tienes un don con las palabras —dijo Chaz.
La absoluta convicción de la voz de Chris la hizo dudar.
—La pregunta es ¿tienes este tipo de fe en nosotros? —dijo Chris, levantando la ceja al indagarla.
Había dado la vuelta a la situación, en su contra. Si persistía con las protestas, demostraría su falta de confianza en ellos. ¡Maldito sea! ¿Qué se suponía que tenía qué hacer?
Logan la abrazó por la cintura y la acercó a su pecho.
—Contesta a una pregunta. Si no fuera por Mason. Si no fuera que estuvieras casada. ¿Te quedarías?
Asintió, incluso antes de pensar en la respuesta.
—Entonces está decidido —dijo Logan, la satisfacción brillaba en sus ojos—. Diremos a Carl que siga con el divorcio y pensaremos en un plan para impedir que ese bastardo se acerque a ti.
Abrió la boca para protestar, pero él la silenció con un dedo.
—Confía en nosotros, cariño.
Ella suspiró. El problema era que confiaba. Era una locura. Les conocía desde hace unos días, y aún así confiaba en ellos, más que en cualquier otra persona.
—De acuerdo —aceptó.
Logan bajó la cabeza y la besó hambrientamente. Empujo la mano en su pelo, acariciando su nuca, mientras su lengua hurgaba en la boca de ella.
Cuando se apartó, ella estaba jadeando.
—Bien, debo decirlo, esto es una sorpresa —declaró una voz femenina.
____ giró y vio a una pelirroja alta, con sombrero de vaquero y una placa.
Logan juró.
—Maldita seas, Ashley, ¿no sabes llamar a la puerta?
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Quien Rayos es esa????''
Bruja porque tenias que llegar en ese hermoso momento???
Ok me meti en la historia jajaja me emocione por favor sigue!!!!!!!
Recomendare tu nove
es tan fhfudfdfidfdf hermosa y sexy!!!!!!!
Que bella!!! Gracias por subir capitulo!!!!
Bruja porque tenias que llegar en ese hermoso momento???
Ok me meti en la historia jajaja me emocione por favor sigue!!!!!!!
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Que bella!!! Gracias por subir capitulo!!!!
Gi*rusher1005
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Hola!!Gi*rusher1005 escribió:Quien Rayos es esa????''
Bruja porque tenias que llegar en ese hermoso momento???
Ok me meti en la historia jajaja me emocione por favor sigue!!!!!!!
Recomendare tu nove
es tan fhfudfdfidfdf hermosa y sexy!!!!!!!
Que bella!!! Gracias por subir capitulo!!!!
jajaja me encanta que te emociones!!
Te agradeseria mucho que lo hicieras..
ese capitulo fue dedicado para tii!!
Besitos,ya la sigo!!
kathy ♥
Re: La Mujer de los Henderson-Logan Henderson y tu (Adaptada)
Capitulo 9
Chris agarró a ____ por la muñeca y la empujó detrás de él. Su rostro se oscureció con ira y Logan avanzó, esforzándose para salvar una situación potencialmente peligrosa. Sabía que a Chris no le gustaba Ashley, y si ella amenazaba a ____, temía lo que su hermano pudiera hacer.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Y qué es lo quieres? —exigió Logan.
Ashley levantó la ceja, sorprendida por su rabia.
—La pregunta es ¿qué está ella haciendo aquí? —Preguntó Ashley señalando a ____ con la cabeza—. A menos que esté equivocada, tiene una misteriosa semejanza con la mujer desaparecida, del informe que está en mi escritorio.
Maldición, Maldición, Maldición. ¿Por qué tuvo qué aparecer Ashley justamente ahora?
—Su esposo declaró que fue secuestrada —continuó Ashley—. ¿Qué tiene que decir la señora sobre eso?
—No fui secuestrada —dijo ____.
Chris la mantuvo detrás de él y miró duramente a Ashley.
—Como puedes ver, está perfectamente —dijo Chris, frío—. Estoy seguro de que sus servicios son necesarios en otro lugar. No aquí.
Ashley titubeó.
—Nunca te gusté —agitó la cabeza—. Pero no es ésta la cuestión. La cuestión es que tengo a un esposo preocupado, buscando a su esposa perdida. Ahora si está aquí por propia elección, no es mí problema, pero necesito que venga hasta la comisaría, para dar una declaración. Lejos de cualquier influencia impropia —completó, mirando intencionalmente los tres hermanos.
—Sobre mi cadáver —murmuró Logan.
—No va a ninguna parte, cerca a este bastardo —dijo Chaz.
Ashley suspiró y llevó la mano a la cadera, cerca de la pistola.
—Veo que no van a facilitarme esto.
—Iré —dijo ____, moviéndose para quedar en frente de Chris.
Logan sintió un aprieto en el corazón y el miedo invadió sus ojos.
—No, cariño. No irás.
Lo miró preocupada.
—No os causaré problemas. Iré.
—Maldita sea —dijo Chris—. Ashley te puede tomar aquí la maldita declaración.
—Mira, no sé que demonios está pasando aquí, pero necesito la versión de la Sra. Bardwell. Sin la presencia de tres trogloditas mirando sobre mi hombro. Necesito que venga conmigo. No me fuerces a usar la fuerza, Logan. Sabes que no quiero hacer esto.
—Que demonios es tú problema, Ashley —exclamó Chaz,
sorprendiendo a Logan por la ira de su voz.
—Estoy haciendo mi trabajo —declaró—. Me mentiste cuando pregunté si la habían visto. Tengo a un hombre muy importante, atosigando a todos en la ciudad, buscando a su esposa perdida. Su nueva esposa, podría añadir. Ahora la encuentro aquí. Me parece muy asustada, así que quiero hablar con ella a solas, porque necesito oír de su propia boca que está pasando.
—No tiene miedo de nosotros —precisó Chris.
—Bien. Entonces, puede venir conmigo y explicármelo.
A ____ se lo cortó la respiración, intentando no dejarse llevada por el pánico. No podía dejar que los hermanos tuvieran problemas, solo por estar protegiéndola. Ya era la hora de actuar por sí misma.
Logan dijo que su amigo podía manejar su divorcio. Tendría que ir con Ashley y explicarle algo de todo esto. En caso contrario, se liberaría todo un infierno.
Se movió en dirección de la mujer, determinada a no dejarse intimidada. Chris agarró su brazo e intentó traerla de vuelta. Se volvió a él, intentado alejar el miedo de los ojos.
—Tengo que hacer esto —dijo.
—Iremos contigo —afirmó Chris.
Negó con la cabeza.
—No, no pueden. Es algo que tengo que hacer sola.
La incertidumbre brilló en los ojos de Chris, y por un momento, creyó ver miedo. Entonces, su expresión se endureció en una máscara impenetrable.
—Volveré —dijo suavemente.
—No me gusta eso —protestó Chaz.
—Su esposo no puede acercarse a ella —murmuró Logan—. ¿Me oíste, Ashley? Conseguirás tú maldita declaración, pero mantén al bastardo alejado de ella. Estoy encargándote de su seguridad.
____ se sorprendió por la dureza de su voz. Ashley asintió, después señaló la puerta.
—Después de usted, señora.
____ volvió a mirar los tres hermanos, con una súbita ola de incertidumbre. No quería dejar la seguridad que había encontrado aquí.
Antes de que pudiera seguir a Ashley, Logan dio un paso y la abrazó contra él. Sus labios se encontraron en un beso hambriento, como infundiéndole fuerzas.
Ashley se puso el abrigo y ____ se giró para marcharse. Saliendo, tembló de frío. Se olvidó el abrigo.
Caminó hasta el jeep Cherokee, sus botas pisaban la nieve. Ashley le señaló la silla del pasajero y se dio la vuelta para sentarse en el volante.
____ se deslizó en el cálido interior, contenta de que Ashley dejó encendido el motor. Miró por la ventana, sintiendo un nudo en la garganta, según aumentaba la distancia de la cabaña.
— ¡No podemos dejarla ir! —dijo Chaz.
Chris permanecía donde lo dejó ____, con los ojos en la puerta.
Logan se pasó la mano por el pelo, preguntándose que demonios han hecho.
—No confío en aquel bastardo. Voto que bajemos la montaña y nos quedemos vigilando las cosas. Si ____ nos necesita, iremos. Será mejor que quedarnos sentados aquí.
Chaz asintió.
Logan miró a Chris, que aún no se movía.
— ¿Vienes con nosotros?
—Se fue —dijo con voz cansada—. ¿Cómo sabremos que quiere volver?
Aunque la declaración de Chris enojó a Logan, supo que expresaba sus miedos.
—Se fue para protegernos —dijo Chaz—. Y es nuestro deber protegerla.
—Vamos. Estamos perdiendo el tiempo —dijo Logan. No tenía ningún deseo de arbitrar una pelea entre sus hermanos menores.
____ y Ashley viajaron en silencio hasta la ciudad. Ashley paró delante de un edificio de madera, pequeño, que alojaba la oficina del sheriff. ____ se tensó. Su corazón se disparó. El BMW de Mason estaba aparcado a pocos metros.
—No me dijiste que él estaría aquí —protestó, mirando a Ashley con ojos furiosos.
Ashley se encogió los hombros.
—Es tu esposo. ¿En qué otro lugar estaría? Está enfermo de preocupación por su culpa.
—No sabes nada sobre mi esposo —escupió ____.
Ashley le lanzó una rápida mirada.
—Mire, dice que fue secuestrada. Si no lo fue, bien. Solo entre, firme la declaración y puede seguir su camino.
____ abrió la puerta con las manos temblando, anduvo hasta la entrada y esperó a Ashley.
Cuando entró, secó las manos en los vaqueros. Encontraría suficiente valor. Lo haría. Podía hacer eso. Mason no podía hacerle daño delante de testigos, y no iría con él, pasara lo qué pasara. Era su oportunidad de libertarse de él.
—Querida. ¡Estás aquí!
____ se estremeció cuando la voz de Mason produjo eco por de la sala, y se encontró rápidamente en sus brazos. Se alejó deprisa y puso la mayor distancia posible entre ellos.
Mason se giró hacia Ashley.
—Gracias por traer de vuelta a mi esposa. Si no le importa, nos vamos. Quiero estar seguro de que no está herida.
____ jadeó.
—No voy a ninguna parte contigo.
Mason dio la espalda a Ashley, y sus ojos brillaban peligrosamente.
—Estoy seguro que pasaste por toda una prueba, mí amor. Te voy a llevar lejos de toda esta mierda.
____ se alejó, mirando a Ashley, pidiendo su ayuda.
Ashley interfirió:
—Sr. Bardwell, su esposa alega que no fue secuestrada. Está aquí por propia voluntad, y, aparentemente, no tiene ningún deseo de irse.
Mason se volvió, pero ____ pudo ver qué enseñaba su más encantadora sonrisa.
—Aprecio su preocupación por mi esposa, pero éste es un asunto personal, y es mejor resolverlo entre nosotros. Quizá podríamos estar a solas durante algunos minutos.
—No —exclamó ____.
—Me temo que esto es imposible, Sr. Bardwell, a menos que su esposa estuviera de acuerdo.
Miró a ____ en busca de confirmación. ____ negó vehementemente.
—Dijiste que todo lo que tenía que hacer era firmar una declaración. No me iré con él.
Mason la alcanzó y agarró su brazo, haciéndole daño. Sus dedos se clavaron en el brazo y ella jadeó de dolor.
—Tengo un vuelo listo para Denver. Estaremos de camino en cuanto firmes esto.
Ella miró fijamente a Ashley y le pidió:
— ¿Puede dejarnos a solas durante un momento? Dos minutos. Si no estoy fuera en dos minutos, ven a ayudarme.
Ashley levantó la ceja con sorpresa, pero asintió:
—Estaré fuera —lanzó una dura mirada a Mason—. No intente nada estúpido, Sr. Bardwell.
En cuanto Ashley salió por la puerta, ____ liberó su brazo y se alejó de Mason.
— ¡Quédate lejos de mí! —gritó ella—. ¡Nunca volveré contigo!
—Quizá no recuerdas qué pasa cuando me desafías —dijo él, y su voz tenía una clara advertencia.
Levantó la barbilla, dispuesta a no mostrar el terrible miedo que sentía. Al contrario, ella apostó todo por una carta:
—Sé lo que hiciste el día de nuestra boda —dijo—. Te vi matar a aquel hombre.
Mason apretó los labios en una línea fina.
—No me amenaces, ____. Haré que te arrepientes del día en que naciste.
— ¡Tú no me amenaces! —contraatacó ella—. Voy a pedir el divorcio y me lo vas a dar, o juro por Dios, iré a los periódicos, a la policía, al FBI o a quien tenga que ir y voy a contar al mundo que bastardo eres.
Los ojos de Mason llamearon por la sorpresa.
—Pequeña y chantajeante puta.
Ella apretó los dientes.
—Voy a salir de aquí, y nunca voy a volver contigo. Si te vuelves a acercar a mí, si osas decir mi nombre, voy a hacer que pudras en la prisión.
La sorpresa creció en los ojos de Mason. Él iba a herirla. Podía leer eso en su expresión. Bien, eso estaba bien. Porque se aseguraría de que no volvería a hacerlo.
La puerta se abrió y entró Ashley.
— ¿Esta todo bien? —preguntó, mirando a ____.
—Me voy —dijo Mason, con la voz llena de ira—. Aparentemente cometí un error.
Pasó por al lado de Ashley y cerró la puerta detrás de él.
____ escuchó un zumbido y sintió que iba a desmayarse.
—Aquí —dijo Ashley, empujando una silla—. Quizá debería sentarse.
____ se sentó en la silla, y sus manos estaban apretadas en puños. Lo hizo. Se enfrentó a Mason, y le resistió. Ahora todo lo que quería era volver con Logan, Chaz y Chris.
— ¿Puedo usar tu teléfono? —preguntó con voz ronca.
Ashley gesticuló hacia el escritorio.
—Allí lo tienes.
____ se levantó y se acercó al escritorio, y se dio cuenta de qué no sabía el número del teléfono de la cabaña. Con las mejillas ardiendo, miró a Ashley.
— ¿Sabe el número del teléfono de Logan?
Ashley se lo dijo, con una familiaridad que molestó a ____. Marcó el número y esperó ansiosa mientras llamaba. Después de diez toques, colgó suavemente, y su corazón se apretaba con preocupación.
—Puede llamarle al móvil —dijo Ashley secamente.
El calor volvió a invadir el rostro de Ashley, pero cogió el telefono y miró con esperanza a Ashley. Después de marcar el número, esperó.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Y qué es lo quieres? —exigió Logan.
Ashley levantó la ceja, sorprendida por su rabia.
—La pregunta es ¿qué está ella haciendo aquí? —Preguntó Ashley señalando a ____ con la cabeza—. A menos que esté equivocada, tiene una misteriosa semejanza con la mujer desaparecida, del informe que está en mi escritorio.
Maldición, Maldición, Maldición. ¿Por qué tuvo qué aparecer Ashley justamente ahora?
—Su esposo declaró que fue secuestrada —continuó Ashley—. ¿Qué tiene que decir la señora sobre eso?
—No fui secuestrada —dijo ____.
Chris la mantuvo detrás de él y miró duramente a Ashley.
—Como puedes ver, está perfectamente —dijo Chris, frío—. Estoy seguro de que sus servicios son necesarios en otro lugar. No aquí.
Ashley titubeó.
—Nunca te gusté —agitó la cabeza—. Pero no es ésta la cuestión. La cuestión es que tengo a un esposo preocupado, buscando a su esposa perdida. Ahora si está aquí por propia elección, no es mí problema, pero necesito que venga hasta la comisaría, para dar una declaración. Lejos de cualquier influencia impropia —completó, mirando intencionalmente los tres hermanos.
—Sobre mi cadáver —murmuró Logan.
—No va a ninguna parte, cerca a este bastardo —dijo Chaz.
Ashley suspiró y llevó la mano a la cadera, cerca de la pistola.
—Veo que no van a facilitarme esto.
—Iré —dijo ____, moviéndose para quedar en frente de Chris.
Logan sintió un aprieto en el corazón y el miedo invadió sus ojos.
—No, cariño. No irás.
Lo miró preocupada.
—No os causaré problemas. Iré.
—Maldita sea —dijo Chris—. Ashley te puede tomar aquí la maldita declaración.
—Mira, no sé que demonios está pasando aquí, pero necesito la versión de la Sra. Bardwell. Sin la presencia de tres trogloditas mirando sobre mi hombro. Necesito que venga conmigo. No me fuerces a usar la fuerza, Logan. Sabes que no quiero hacer esto.
—Que demonios es tú problema, Ashley —exclamó Chaz,
sorprendiendo a Logan por la ira de su voz.
—Estoy haciendo mi trabajo —declaró—. Me mentiste cuando pregunté si la habían visto. Tengo a un hombre muy importante, atosigando a todos en la ciudad, buscando a su esposa perdida. Su nueva esposa, podría añadir. Ahora la encuentro aquí. Me parece muy asustada, así que quiero hablar con ella a solas, porque necesito oír de su propia boca que está pasando.
—No tiene miedo de nosotros —precisó Chris.
—Bien. Entonces, puede venir conmigo y explicármelo.
A ____ se lo cortó la respiración, intentando no dejarse llevada por el pánico. No podía dejar que los hermanos tuvieran problemas, solo por estar protegiéndola. Ya era la hora de actuar por sí misma.
Logan dijo que su amigo podía manejar su divorcio. Tendría que ir con Ashley y explicarle algo de todo esto. En caso contrario, se liberaría todo un infierno.
Se movió en dirección de la mujer, determinada a no dejarse intimidada. Chris agarró su brazo e intentó traerla de vuelta. Se volvió a él, intentado alejar el miedo de los ojos.
—Tengo que hacer esto —dijo.
—Iremos contigo —afirmó Chris.
Negó con la cabeza.
—No, no pueden. Es algo que tengo que hacer sola.
La incertidumbre brilló en los ojos de Chris, y por un momento, creyó ver miedo. Entonces, su expresión se endureció en una máscara impenetrable.
—Volveré —dijo suavemente.
—No me gusta eso —protestó Chaz.
—Su esposo no puede acercarse a ella —murmuró Logan—. ¿Me oíste, Ashley? Conseguirás tú maldita declaración, pero mantén al bastardo alejado de ella. Estoy encargándote de su seguridad.
____ se sorprendió por la dureza de su voz. Ashley asintió, después señaló la puerta.
—Después de usted, señora.
____ volvió a mirar los tres hermanos, con una súbita ola de incertidumbre. No quería dejar la seguridad que había encontrado aquí.
Antes de que pudiera seguir a Ashley, Logan dio un paso y la abrazó contra él. Sus labios se encontraron en un beso hambriento, como infundiéndole fuerzas.
Ashley se puso el abrigo y ____ se giró para marcharse. Saliendo, tembló de frío. Se olvidó el abrigo.
Caminó hasta el jeep Cherokee, sus botas pisaban la nieve. Ashley le señaló la silla del pasajero y se dio la vuelta para sentarse en el volante.
____ se deslizó en el cálido interior, contenta de que Ashley dejó encendido el motor. Miró por la ventana, sintiendo un nudo en la garganta, según aumentaba la distancia de la cabaña.
— ¡No podemos dejarla ir! —dijo Chaz.
Chris permanecía donde lo dejó ____, con los ojos en la puerta.
Logan se pasó la mano por el pelo, preguntándose que demonios han hecho.
—No confío en aquel bastardo. Voto que bajemos la montaña y nos quedemos vigilando las cosas. Si ____ nos necesita, iremos. Será mejor que quedarnos sentados aquí.
Chaz asintió.
Logan miró a Chris, que aún no se movía.
— ¿Vienes con nosotros?
—Se fue —dijo con voz cansada—. ¿Cómo sabremos que quiere volver?
Aunque la declaración de Chris enojó a Logan, supo que expresaba sus miedos.
—Se fue para protegernos —dijo Chaz—. Y es nuestro deber protegerla.
—Vamos. Estamos perdiendo el tiempo —dijo Logan. No tenía ningún deseo de arbitrar una pelea entre sus hermanos menores.
____ y Ashley viajaron en silencio hasta la ciudad. Ashley paró delante de un edificio de madera, pequeño, que alojaba la oficina del sheriff. ____ se tensó. Su corazón se disparó. El BMW de Mason estaba aparcado a pocos metros.
—No me dijiste que él estaría aquí —protestó, mirando a Ashley con ojos furiosos.
Ashley se encogió los hombros.
—Es tu esposo. ¿En qué otro lugar estaría? Está enfermo de preocupación por su culpa.
—No sabes nada sobre mi esposo —escupió ____.
Ashley le lanzó una rápida mirada.
—Mire, dice que fue secuestrada. Si no lo fue, bien. Solo entre, firme la declaración y puede seguir su camino.
____ abrió la puerta con las manos temblando, anduvo hasta la entrada y esperó a Ashley.
Cuando entró, secó las manos en los vaqueros. Encontraría suficiente valor. Lo haría. Podía hacer eso. Mason no podía hacerle daño delante de testigos, y no iría con él, pasara lo qué pasara. Era su oportunidad de libertarse de él.
—Querida. ¡Estás aquí!
____ se estremeció cuando la voz de Mason produjo eco por de la sala, y se encontró rápidamente en sus brazos. Se alejó deprisa y puso la mayor distancia posible entre ellos.
Mason se giró hacia Ashley.
—Gracias por traer de vuelta a mi esposa. Si no le importa, nos vamos. Quiero estar seguro de que no está herida.
____ jadeó.
—No voy a ninguna parte contigo.
Mason dio la espalda a Ashley, y sus ojos brillaban peligrosamente.
—Estoy seguro que pasaste por toda una prueba, mí amor. Te voy a llevar lejos de toda esta mierda.
____ se alejó, mirando a Ashley, pidiendo su ayuda.
Ashley interfirió:
—Sr. Bardwell, su esposa alega que no fue secuestrada. Está aquí por propia voluntad, y, aparentemente, no tiene ningún deseo de irse.
Mason se volvió, pero ____ pudo ver qué enseñaba su más encantadora sonrisa.
—Aprecio su preocupación por mi esposa, pero éste es un asunto personal, y es mejor resolverlo entre nosotros. Quizá podríamos estar a solas durante algunos minutos.
—No —exclamó ____.
—Me temo que esto es imposible, Sr. Bardwell, a menos que su esposa estuviera de acuerdo.
Miró a ____ en busca de confirmación. ____ negó vehementemente.
—Dijiste que todo lo que tenía que hacer era firmar una declaración. No me iré con él.
Mason la alcanzó y agarró su brazo, haciéndole daño. Sus dedos se clavaron en el brazo y ella jadeó de dolor.
—Tengo un vuelo listo para Denver. Estaremos de camino en cuanto firmes esto.
Ella miró fijamente a Ashley y le pidió:
— ¿Puede dejarnos a solas durante un momento? Dos minutos. Si no estoy fuera en dos minutos, ven a ayudarme.
Ashley levantó la ceja con sorpresa, pero asintió:
—Estaré fuera —lanzó una dura mirada a Mason—. No intente nada estúpido, Sr. Bardwell.
En cuanto Ashley salió por la puerta, ____ liberó su brazo y se alejó de Mason.
— ¡Quédate lejos de mí! —gritó ella—. ¡Nunca volveré contigo!
—Quizá no recuerdas qué pasa cuando me desafías —dijo él, y su voz tenía una clara advertencia.
Levantó la barbilla, dispuesta a no mostrar el terrible miedo que sentía. Al contrario, ella apostó todo por una carta:
—Sé lo que hiciste el día de nuestra boda —dijo—. Te vi matar a aquel hombre.
Mason apretó los labios en una línea fina.
—No me amenaces, ____. Haré que te arrepientes del día en que naciste.
— ¡Tú no me amenaces! —contraatacó ella—. Voy a pedir el divorcio y me lo vas a dar, o juro por Dios, iré a los periódicos, a la policía, al FBI o a quien tenga que ir y voy a contar al mundo que bastardo eres.
Los ojos de Mason llamearon por la sorpresa.
—Pequeña y chantajeante puta.
Ella apretó los dientes.
—Voy a salir de aquí, y nunca voy a volver contigo. Si te vuelves a acercar a mí, si osas decir mi nombre, voy a hacer que pudras en la prisión.
La sorpresa creció en los ojos de Mason. Él iba a herirla. Podía leer eso en su expresión. Bien, eso estaba bien. Porque se aseguraría de que no volvería a hacerlo.
La puerta se abrió y entró Ashley.
— ¿Esta todo bien? —preguntó, mirando a ____.
—Me voy —dijo Mason, con la voz llena de ira—. Aparentemente cometí un error.
Pasó por al lado de Ashley y cerró la puerta detrás de él.
____ escuchó un zumbido y sintió que iba a desmayarse.
—Aquí —dijo Ashley, empujando una silla—. Quizá debería sentarse.
____ se sentó en la silla, y sus manos estaban apretadas en puños. Lo hizo. Se enfrentó a Mason, y le resistió. Ahora todo lo que quería era volver con Logan, Chaz y Chris.
— ¿Puedo usar tu teléfono? —preguntó con voz ronca.
Ashley gesticuló hacia el escritorio.
—Allí lo tienes.
____ se levantó y se acercó al escritorio, y se dio cuenta de qué no sabía el número del teléfono de la cabaña. Con las mejillas ardiendo, miró a Ashley.
— ¿Sabe el número del teléfono de Logan?
Ashley se lo dijo, con una familiaridad que molestó a ____. Marcó el número y esperó ansiosa mientras llamaba. Después de diez toques, colgó suavemente, y su corazón se apretaba con preocupación.
—Puede llamarle al móvil —dijo Ashley secamente.
El calor volvió a invadir el rostro de Ashley, pero cogió el telefono y miró con esperanza a Ashley. Después de marcar el número, esperó.
kathy ♥
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