Osadía

- ¿Porque lo hiciste? - pregunte en cuanto me senté a su lado

Louis se veía claramente enfadado, tenía el labio roto pero no le importaba, me daba miedo que se volviera agresivo pero sabía que nunca podría ocurrir algo como un cambio de personalidad, siempre sería aquella persona que se enfrentaba a los maestros o que me hacía reír en mis peores momentos.

- Sabes que no me podía quedar sentado escuchando como ese idiota te insultaba a gritos enfrente de la cafetería entera - su voz sonó mecánica, casi como si se hubiera obligado a hablar
- Te pueden suspender e incluso expulsarte - la idea de que sacaran a este castaño de la escuela me hizo entrar en pánico
- No lo harán créeme - sonrió como si nada
- ¿Y sabes que al que golpeaste era a tu amigo Harry verdad? - parecía inconsciente, como si no le hubiera golpeado a su mejor amigo de la infancia
- Lo sé y lo volvería a hacer si el muy idiota te sigue molestando - por primera vez me volteo a ver - No quiero que nada te suceda y si alguien se le ocurre hacerte algo juro por el cielo que no me contendré como lo hice hoy

Veía el agua pasar por debajo, las lentas corrientes eran perfectas para mi plan, nadie se daría cuenta de que terminare aquí y cuando se enteren de que me he ido ya me habré fundido con las piedras. Poco a poco recordaba los sucesos que me llevaron a este lugar, de poco a poco pude recordar todas las burlas o los insultos de los alumnos de mi colegio, recordé como mi padre me golpeaba cada noche cuando llegaba borracho, como mi hermano menor esta muy enfermo de una enfermedad tan rara que no podemos pagar sus medicamentos, a mi hermana mayor que era la única que nos sostenía, pero odiaba el idiota que tenía como novio, la trataba del asco y por miedo no lo dejaba y la última como mi madre nos abandono, nos dejo a merced de un ebrio. Nada se iba de mi mente y ese era mi problema, todos mis errores se almacenaban y quedaban para siempre en mi cabeza, haciendo que recordara todos los errores que he tenido alrededor de mi corta vida.
Las lágrimas no tardaron en aparecer y por fin estaba lista, después de todo era una cobarde para hacer esto, pero no me intereso. Simplemente deje mis manos relajadas a mis lados sin sostenerse y con los pies me impulse hacia adelante, ahora no me importaba nada.

- ¿Hablas en serio? - mi tono de voz era moderado pero aún así exagere más de la cuenta
- Siempre me consigo a las personas más viles del mundo - respondió concentrándose en la receta del libro
- Aceptamos el amor que creemos merecer - me encogí de hombros lentamente

Ella se volteo sorprendida, por un momento creí que iba a ser algo romántico, y vaya que había estando leyendo el libro, por un momento deseaba ser el verdadero Charlie.

- Déjate de leer "las ventajas de ser invisible" y ven a ayudarme con la receta Charlie - respondió negando con la cabeza

- A veces el dolor en las personas nos hace cambiar, queremos alejarnos del dolor que sentimos y cambiamos para querer sentirnos mejor, pero después te das cuenta de que el cambio nunca es bueno en las personas.

Marie Conrad y Zayn Malik

- En serio creíste que no volvería - sonreía de una manera burlona, desde cuando Malik se burla de mí
- No como crees - pero el sarcasmo estaba de mi lado - solo pensaba que te habías quedado con un oso pardo en el bosque para ser libre

Hilary Daniels y Owen Adams

- Primero piensas que soy raro, ahora piensas que soy idiota. - ella frunció el ceño. - ¿Cuando pensarás algo bueno de mí?
- Pienso eso porque estas conmigo y dejaré de pensarlo cuando no estés aquí - su tono de voz fue disminuyendo.
- Entonces seré un idiota por siempre - susurre en voz queda, entrelazando su mano con la mía.

Por primera vez {Proyecto Original}

Primero el hermano me deja un golpe en la mandíbula por la tremenda ocurrencia de chocar su hermoso auto, luego mi madre arruino el momento perfecto cuando por fin tenía el valor y las palabras y ahora el mesero me sirve vino directo a mis pantalones. No puede ser peor.
Pienso que tal vez Melissa se harte de mí, aunque a juzgar por si solo, ella se ve bastante agraciada con las estupideces que se me ocurre y las propuestas fallidas.
No puede empeorar más.
- Necesito decirte algo importante, quiero... - ella me veía con los ojos brillosos, con la esperanza de que la propuesta saliera de mi boca - dejarte en claro que te amo mucho - y no pude, de nuevo.

- Siempre pensé que todo se arreglaría - comentó abrazándose a si misma con fuerza - pero comprendí que las cosas no se arreglarían con solo pedirlo, así que me tuve que transformar en lo que ves ahora, tengo que hacer estupideces para no pensar en eso - tomo bastante aire y cerró los ojos
- Se puede sonreír y sonreír aún siendo un miserable - cite a Hamlet mientras veía a lo lejos, todo lo que decía me recordaba a mi madre en gran medida
- A veces no comprendo como puedes ser tan sabio - negó con la cabeza lentamente - creo que es porque mantienes tu nariz dentro de un libro - sonrió un poco intentando ser fuerte otra vez.

- Dime de una vez por todas que quieres - la castaña estaba harta de mis balbuceos constantes y la comprendía
- Quiero invitarte a salir - solte la verdad en una burbuja de palabras, Ali solo se me quedo viendo con incredulidad
- ¿Acaso intentas seducirme? - sonaba como si quisiera darme una bofetada
- Primero solo te estoy invitando a salir - hable como si fuera una persona filosofa u honesta -, y segundo si intentara seducirte te besaría primero y luego te invitaría a salir, pero como tú eres alguien decente no lo hago por mero respeto - me cruce de brazos intentado parecer más firme
- Pues con más razones no asisto a tu cita - se giro de talones y me dejo solo en media calle con la boca abierta.

Debo de controlar mis celos, porque tengo en cuenta que solo es un sentimiento traicionero que no es grato tenerlo presente, pero con el solo hecho de ver a mi hermana con la única persona que me conecte de alguna manera, me hace sentir celos contra mi propia sangre, haciendo que ni si quiera tenga en cuenta a mi acompañante esta tarde. Concentrarme en la plática o pensar mil maneras de como quitar a mi hermana de mi camino. Lo siento Concceta, lo siento por ti.

Y la hermana mayor lleva la delantera en la carrera, Sarah siempre me ha tenido envidia, o eso es lo que siempre me parece. Pero en cierto sentido se siente tan bien ver como la pequeña Sarah se hierve en su propio jugo mientras estoy al lado del rubio. Ese sentimiento de regocijo que se tiene al ir ganando en la competencia.
Que ni crea que le dejaré el camino fácil, Sarah no tendrá ninguna posibilidad con el rubio, de eso me voy a encargar.