Forever and Always. (Nick & ____) TERMINADA

Seguilaa trola!

Que feoooo, siempre dejándome con la intriga. PONETE A ESCRIBIR YAAAAAAAA.

SEEEEGUIIILA!!!
DALE
YA QUE ME LA RECOMENDASTE EN EL FACE. AHORA SEGUILA. ES UNA ORDEN
AAAH QUIEN ERA PARA DARLE ORDENES..
NNO, ENSERIO ME ENCANTOO! SEGUILA PORFAS! XD

Perdón por la demora.


Capitulo nueve.

–– Ven. -tomó mi mano y me jaló para que lo siga.-. Aquí dormirás. – Dijo cuando ya estábamos frente una habitación, supuse que era la de él.
–– ¿Y tu? –pregunté.
–– Dormiré en la habitación de huéspedes.
–– Oh, claro que no. Yo dormiré allí, y tú en tu cama. Ya estás haciendo demasiado por mí como para que te usurpe el cuarto. –le reclamé.
–– Esta bien, como digas. –accedió mientras revoleaba los ojos y un bufido salía de su boca. – Pasa. – entré en su hermosa habitación, era de color azul, con una cama matrimonial en el centro, frente a ella un televisor, y un gran armario a un costado seguido de una puerta, todo estaba perfectamente limpio y acomodado.- Ahí esta el ropero, saca lo que quieras para dormir, aquí esta el baño –señaló aquellos, los cuales estaban uno seguido del otro. – báñate si quieres, yo te esperaré en el living. – Asentí y besé su mejilla, a lo cual el respondió con una hermosa sonrisa, para luego marcharse. Abrí la puerta de su cómoda, y al verlo casi muero, ni yo era tan ordenada, todo estaba perfectamente acomodado por tipo de prenda y color, era impresionante. Tomé una playera negra, que era lo suficientemente larga como para cubrir todo lo necesario. Luego me introduje en el baño, allí tomé una ducha rápida, luego me vestí, amarré mi pelo en una cola de caballo y salí. Nicholas miraba entretenidamente un partido de baseball en la televisión. Suspiré, se veía encantador. Giró gracias al ruido que acababa de producir y me miró. - ¿listo? –preguntó cariñosamente.
–– Sí. –Sonreí.- ¿dónde está la habitación de huéspedes?
–– Frente a mi cuarto. –Me explicó.- lo siento, pero este partido es genial. –reí.
–– No te preocupes. –me sonrió, y me dirigí al cuarto. Era bastante amplio, con una cama individual, un escritorio, y una biblioteca llena de libros y portarretratos. Dejé mi ropa ordenadamente sobre una silla que se encontraba allí y me tiré en la cama tal bolsa de papas, me dispuse a procesar todo lo que estaba pasando, y en ese intento, me dormí.


48 llamadas perdidas, 20 mensajes de voz y 50 mensajes de mi madre, o tal vez ni siquiera eran de ella, sino de mi hermana. Mi celular volvió a sonar, y contesté.
–– ¿Si? –respondí tranquilamente.
–– ¿DÓNDE TE HAS METIDO? MARIE ME DIJO QUE PLANEABAS ESCAPARTE ¿DÓNDE TE METISTE? – Odiaba el poder que tenía mi pequeña hermana para siempre meter la pata.
–– No te preocupes, estoy bien. –susurré.
–– ¿DÓNDE ESTÁS? –siguió gritando desaforadamente.
–– Tranquila mamá.
–– ¿TRANQUILA? ¿ME ESTÁS PIDIENDO QUE ESTÉ TRANQUILA? ¿CÓMO QUIERES QUE LO ESTÉ SI TE ESCAPAS DE LA CASA PARA IR A REBOLCARTE CON ESE TAN NICHOLAS? DIME AHORA DÓNDE VIVE O LO AVERIGUARÉ POR MIS PROPIOS MEDIOS, NO SALDRÁ VIVO DE ESTO. –Amenazó.
–– Él no es mi novio y no me revolqué con él, ni siquiera estoy en su casa. – le expliqué pausadamente, luego colgué, y apagué tal aparato. No sabía qué de todas las cosas que ella había dicho en verdad era capaz de hacer, pero aún así tenía miedo. Si a Nicholas le pasara algo por mi culpa, no me lo perdonaría jamás.
Debía hacer algo al respecto, dentro de todo, esto era mi culpa, únicamente mía y de mis locas ideas. Irme era la única opción, volver a casa no lo era, o al menos no hasta que se calmaran las cosas; quedarme en la casa de Nicholas tampoco lo era, por más que me doliera, no podía quedarme allí, si mi madre me llagara a descubrir, no sabía qué podría ser de Nick. Abrí la puerta para salir de la habitación sin hacer ruidos, no quería que él se despertara, pero ahí estaba, de pie frente a mí.
–– ¿A dónde vas? –preguntó con voz adormecida. Levantó mi rostro y con su pulgar acarició mis mejillas. - ¿Estuviste llorando? –lo abracé con fuerzas mientras mis ojos se volvían a empañar.
–– Tengo que irme Nick. – se separó de mí unos centímetros y me observó preocupado.
–– ¿Qué? ¿Por qué?
–– Si algo malo te pasa por mi culpa no me lo perdonaría nunca. Tengo que irme muy lejos. –me abrazó con más fuerza y besó mi cabellera.
–– No digas estupideces, nada malo puede venir de ti, eres la mejor persona que he conocido en mi vida _____, eres la única que puede hacerme feliz. ¿De qué me estás hablando? –murmuró tiernamente.
–– Tengo miedo. –sollocé y levanté mi vista para que chocara con la suya.
–– No tienes porqué tenerlo. Estás conmigo, no dejaré que nada te pase. –sonrió. Estaba cada vez más enamorada, y eso no facilitaba las cosas. Caminamos hasta el sillón, allí nos sentamos y nos volvimos a abrazar.
–– Hablé con mi mamá... –comencé a relatar una vez me hube tranquilizado. Me miró sorprendido- estaba desesperada, gritando como loca. Marie le dijo algo sobre ti, todavía no se qué, pero me dijo algo como “¿CÓMO QUIERES QUE ESTÉ TRANQUILA SI TE ESCAPAS DE LA CASA PARA IR A REBOLCARTE CON ESE TAN NICHOLAS?”. Dijo que averiguaría dónde estoy por sus propios medios, lo primero que hará es averiguar dónde vives, y venir aquí, supongo. No quiero que nada te pase, Nick –miré a sus ojos.- por eso debo irme de tu casa lo antes posible.
–– Quédate tranquila, nada va a pasarme, y si te vas a quedar en algún lugar que no sea tu casa va a ser aquí, no te permitiré ir a ningún otro lugar.
Tapé mi cara con ambas manos, ¿qué debía hacer?
–– Hey. –me llamó él, corriendo mis extremidades de mi rostro. – No hablaba enserio. Puedes hacer lo que quieras, si te quieres quedar, hazlo. Si te quieres ir… pues también. Me gustaría que te quedes pero dentro de todo no soy nadie para decirte lo que tienes que hacer o lo que no. – se paró del sillón, y entro en su cuarto, encerrándose allí.
Estaba en esos momentos en los que deseaba desaparecer. Dejar a Nick sería más difícil de lo que había pensado…

–– Nick… -le llamé a la puerta, mientras la golpeaba con mi puño. – Nick…Nick, ¿puedes contestar? … ¡Nicholas! –la puerta se abrió de golpe. Me abalancé sobre sus brazos y besé su mejilla.
–– No te vayas, por favor no me dejes. –lo abracé mas fuertemente, sentí como lágrimas mojaban mi camisa, observé su rostro, estaba llorando.- No me dejes como lo hicieron mis padres y mis hermanos. Haré cualquier cosa, iré a hablar con tu madre si es necesario, pero por favor quédate conmigo, yo… -succioné sus labios, interrumpiendo su discurso. Tomé de su cuello y él de mi cintura, era un beso tierno y pausado, el cual me hacía sentir cosas que ni en una montaña rusa había sentido. Nos separamos a falta de aire, y volvió a besar mis labios más cortamente.
–– Quédate. –pidió cerca de mi boca. Sonreí, dándole a entender mi respuesta.

AAAAAAAAAAH! Dios,Dios,Dios. ES G E N I A L!!!! dkrkjsgkjgsdfkgsdf sígueela. harás que me dé UN PARO jshgffs

siiiiiiiiii! al fin capp!
quiero mas!!!!
me encantaaa!!

¡Estoy emocionada! mgfd tu nove causa mil sensaciones, tienes que seguirla :DD xx

siguelaaaaaaaaaaaaa

Capitulo diez.

–– ¿Qué quieres hacer? –preguntó mientras acariciaba mi brazo, el cual estaba abrazado a su anatomía. Lo miré sin entender.- ¿Ver una película, ir al parque, ir a tu casa, que deseas?
–– Mientras estés contigo, cualquier cosa. – Sonreímos a la par y deposité un corto beso en sus labios.
–– Entonces… creo que ir al parque será la mejor opción. Hay uno privado por aquí cerca, tiene un hermoso lago.
–– Sería genial, sé donde es, es precioso, solía ir ahí de pequeña con mi padre. –sonreí con melancolía, tenía tantos recuerdos con él, momentos que nunca más se repetirían…
Solo bastó con decir eso para que Nicholas me tomara de la mano, las llaves de la casa, nuestras chaquetas, y se dirigiera a la puerta. Caminamos abrazados por las calles hasta llegar a las rejas de aquel parque.
–– Bienvenidos a London Park, esperamos que disfruten su visita. –dijo un hombre en la entrada, mientras nos daba un folleto, el cual recibimos y comenzamos a mirar.
–– Bien… ya estamos aquí. ¿Qué quieres hacer? –preguntó posándose frente a mí.
Observé el papel con todas las cosas que se podían hacer y respondí segura:
–– ¿Qué te parece si vamos a andar en canoa? – Él sonrió y asintió.
–– Genial. –susurró.
Corrimos como dos niños pequeños hasta aquel lugar y una vez ahí un hombre nos designó un bote.
–– Súbanse con cuidado, -nos indicó y así lo hicimos, lentamente fuimos poniendo nuestro cuerpo sobre ella, nos sentamos uno frente al otro.- aquí tienen los remos. –Nos los entregó.- tienen media hora, son las… cuatro con cinco minutos –afirmó mirando su reloj.- a las cuatro treintaicinco los quiero aquí.

–– Hace mucho que no andaba en uno como estos. –dije remando con fuerzas para poder salir de un hueco donde nos habíamos atascado.
–– Se nota. – murmuró Nick. Formé una “O” con mis labios, y lo fulminé con la mirada, a lo que rió. – igual, no lo haces tan mal, podría ser peor.
–– ¿Podría ser peor? ¿Enserio?
–– La verdad es que…no, pero por lo menos le pones ganas. –reí y seguí remando, hasta que por fin salimos de ese rincón.
–– ¡Lo logramos! –exclamé, reímos a carcajadas, era tan divertido estar con él.
–– Creo que deberíamos volver, ese hombre no matará si nos retrasamos al menos un minuto. –hice cara de perro mojado.
–– Vamos, quedémonos más tiempo, yo luego le pago la diferencia.
–– Oh, no, eso si que no, yo lo haré.
–– ¿Que acaso no me vas a dejar pagar nunca nada? Pagaré yo, quieras o no.
–– No, mis padres me criaron así, hay que ser caballero con una mujer.
–– Moriría por conocerlos, seguro eran geniales. –solté sin pensar, y me arrepentí de haberlo hecho.
–– Sí que lo eran, al igual que mis hermanos, todos eran geniales. –sonrió tristemente.
–– Nick yo… no quería… -me interrumpió.
–– No te preocupes, -sonrió.- dicen que hace bien recordar.
Miré a sus ojos y me quedé hundida en ellos, brillaban como nunca, y eso me atontaba, no sabía cuando me había enamorado de él y le había tomado tanta confianza.
–– Nick… -le llamé.
–– ¿Qué? –preguntó moviendo su cabeza, al parecer el también se había perdido en el momento.
–– ¿Qué somos? –esa pregunta había rondado en mi cabeza durante días, ¿qué era yo de Nicholas?
–– ¿A-a que te refieres? –estaba asombrado, lo pude notar en su voz.
–– ¿Me quieres? –últimamente actuaba sin pensar, ¿Cómo mi boca me había podido jugar sucio dos veces en un día?
–– Sí, y mucho. –Sonreí.- ¿A qué se debe esa pregunta? ¿Tú no me quieres?
–– Claro que sí te quiero, bobo, y demasiado.
–– ¿Entonces…?
–– Nada, solo quería asegurarme. –sonreí.
–– Mira –señaló el agua donde estaba pasando un pez.- ¿lo viste? –asentí.

–– Estoy comenzando a marearme.
–– Se me ocurre que podría ser por que estamos remando en círculos. –Rió.- Mira tienes que hacer así. –me explicó tomando mi remo y haciendo el movimiento correcto para poder seguir hacia adelante. Imité su acción, y al fin dejamos aquel odioso circulo.- Mucho mejor, pero todavía no llegas a ser como yo. –exploté en risa, y el me siguió.
–– Se retrasaron una hora, son 15 dólares en total. –dijo el hombre de los botes una vez que hubimos llegado a la orilla.
–– Aquí tiene.-me apuré a darle el dinero.
–– ¡Oye! – Reclamó Nick.- te dije que yo iba a pagar.
–– Y yo te dije que aunque no quieras, yo iba a pagar. Estás haciendo demasiadas cosas por mí ¿no crees? 15 dólares no es nada a comparación de todo lo que me das. –sonrió tiernamente y besó mis labios sorpresivamente, pasó un brazo por mis hombros y yo el mío por su cadera, abrazándome a su cintura y apegándome a él.
–– ¿Nos sentamos? –preguntó señalando un lugar en el inmenso parque. Asentí, caminamos hasta allí y nos recostamos sobre el verde césped; ya estaba atardeciendo, y desde allí había una hermosa vista hacia el cielo, me quedé contemplándolo durante unos minutos, hasta que su voz me sacó del transe.
–– Me gustas muchísimo. –Lo miré sorprendida, nunca me lo había dicho. Me senté de golpe y me dispuse a observarlo mientras hablaba. - Cada día que paso a tu lado me enamoro más y más de ti… tus besos, tus caricia, tu risa, tu forma de ser, todo lo que tiene que ver contigo me hace sentir especial, cada vez que te toco siento como un zoológico en mi estómago y que una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo. Tal vez te doy miedo con lo que te digo, tal vez solamente no me quieras ver nunca más, pero es lo que siento, y necesitaba decírtelo, tu puedes hacer lo que quieras con –lo besé interrumpiéndolo, entreabrió sus labios y succionó los míos de una forma única, tomo de mi cintura y me arrojó sobre él, acariciaba su pecho mientras él se dedicaba a juguetear con mi pelo. El beso se tornó completamente apasionado, y comenzamos a girar en el pasto, el quedó sobre mí, y apoyó sus antebrazos así no caía su peso en mi anatomía. Nos separamos por la falta de aire, nuestras respiraciones estaban aceleradas, y nuestros labios hinchados, miré sus ojos los cuales brillaban como nunca, para perderme en ellos otra vez.
–– Yo también estoy enamorada de ti. –Sonrió.- te quiero Nick.
–– Yo también amor. –besó cortamente mis labios.