Every Breath. |Harry Styles|

◖◗ Titulo: Every Breath.
◖◗ Autor: Cata [Charlie.]
◖◗ Adaptación: No, idea original. sjaldk :B
◖◗ Género: Drama&Romence.
◖◗ Contenido: Drama, romance (?)
◖◗ Advertencias: Ninguna.

Ella está tendida en la cama con el corazón roto por lo que hace un par de horas se enteró y aún no sabe el por qué. Levanta su cabeza buscando la mirada esmeralda del hombre que rompió su cuento de hadas en mil pedazos. Él esquiva su mirada para no tener que forzar una sonrisa. Se gira sobre sí mismo y el nudo en su garganta reaparece angustiándolo una vez más.

Una puñalada en el corazón de la joven la atormenta, su cuerpo aun parece estático en la cama en la que compartieron, en las que innumerables ocasiones, hablaron, rieron y se amaron. Menea la cabeza y su corazón parece detenerse cuando Harry se levanta sin siquiera dirigirle una mirada a ella, la mujer con la que compartió dos años de su vida.

Él pasa sus manos por su cabello despeinándolo más de lo que ya está, quiere salir de ahí de una vez, quiere escapar de los ojos azules de Alexandra, de esos ojos que con tan solo una mirada parecen ver su alma. No puede mirarla a la cara después de lo que hizo, la culpa lo consume de a poco, pero no hace nada por mejorarlo. No saben cómo llegaron a meterse en esa estúpida situación, tratando de hacer que las cosas funcionen, tratando de mantener algo que no tiene futuro.

Ella lo necesita ahora, pero parece que él no lo ha notado, o no quiere notarlo; se esmera en hacer todo lo posible por hacer que su relación funcione, por que ella no se entere de la traición que le hizo, sin importar las mentiras, ni engaños que tenga que decir, pero ella ya no puede más.

La castaña suelta un suspiro y se niega a derramar lágrimas mientras observa a Harry encaminarse hacia el baño. ¿Cómo pudo hacerle eso? Ella lo esperaba de todos, menos de él.

Aún con lágrimas en sus ojos recoge sus cosas y comienza a vestirse rápidamente, no quiere verlo un segundo más, no quiere seguir pisoteando más el poco orgullo que le queda, no necesita sufrir más.

Termina de vestirse y toma sus cosas con la mirada cristalizada. Sus bellos y brillantes ojos azules rebosan en lágrimas, Alex está lista para irse y no volver. Se ha dado por vencida.

Marca el teléfono de su amiga en cuanto se encamina a la entrada. Una vez más deja que un leve suspiro salga de sus rosados labios.

– Te necesito – es lo único que puede pronunciar.

– Estoy allá en diez – contesta su amiga sin siquiera cuestionar.

Sus manos están frías y su corazón ha aumentado su ritmo cardíaco, sigue pensando en las palabras adecuadas: “esto se acabó, agradécele a la zorra que viste este sábado.” piensa con ironía y nuevamente sus ojos se cristalizan.

Incomoda tamborilea los dedos en sus muslos al esperar por él. La decisión fue tomada por ella. No puede continuar pretendiendo que todo está bien cuando realmente él enterró una daga en lo más profundo de su corazón.

Levanta la mirada y se encuentra con las esmeraldas de Harry, su cabello húmedo contra su frente, su torso musculoso al descubierto y solamente cubierto con una toalla de la cintura hacia abajo.

Él lo comprende de inmediato, no necesita más que ver el rostro de la mujer que ama. Su labio inferior tiembla y ella se levanta lentamente. Ambos están aguantando las lágrimas, están a punto de llorar, las palabras sobran y después de todos esos años, tienen la sensación de que se encuentran por primera vez.

– Lo siento – murmura el castaño con voz ronca, incapaz de pensar en algo más.

– También yo – confiesa suavemente.

– No lo entiendes – balbucea el ojiverde entrando en desesperación.

- Exacto – susurra – no lo entiendo, y por el momento no necesito hacerlo. – finaliza y acomoda su bolso.

– Alex… –suspira exasperado cerca del llanto– no sé como comenzar –murmura– Cuando necesitaba un lugar para dejar mi corazón, tú estabas allí para guardarlo desde el principio y con cada aliento que necesito, con cada respiro, tú eres y serás la única luz que veo. No me hagas esto, por favor.

– Harry… –solloza la castaña más que confundida– no más –pide girándose bruscamente sobre sus talones, busca la puerta rápidamente y sale a paso veloz de la casa del chico que ama sin mirar atrás.