La orden ancestral - fanfic-

Capítulo 1: El Tren

Como todos los años la enorme cantidad de alumnos subían apresuradamente al gran e impresionante tren que había ante sus ojos, la variedad de edades era considerable, desde pequeños niños de 11 años a adolescentes casi adultos de 17 y 18 años, muchos de ellos, antiguos alumnos que dejaron sus cursos a medias, por ayudar a sus familiares y proteger a sus seres queridos en la segunda guerra mágica que el no tan puro Lord Voldemort, había desatado sobre Londres, luchando y defendiendo la pureza de sangre cuando el era un mestizo normal y corriente.

Todos los antiguos alumnos que allí se encontraban se conocían de cursos anteriores, todos salvo una joven de pálida piel, cabello negro como las alas del cuervo y unos ojos de color azul, ese azul que tiene el cielo en un día despejado de primavera. Esa chica solo conocía a tres chicos, que en su día hace ya mas de siete años eran como sus hermanos, y a una joven que rondaba los veinte años y se había convertido en su protectora, hermana y mejor amiga.

-Fleur, no estoy segura de esto, entrar como una alumna es una tontería debería haber ido a hablar directamente con la directora de Hogwarts - dijo la joven chica - yo ya tengo mis E.X.T.A.S.I.S., hace dos años que los tengo, desde que Madame Maxin decidió adelantarme un curso.

-Katerine ya hemos hablado con tu abuela de esto - dijo Fleur con la mirada oscurecida - sabes que tienes que hacerlo, no por estudiar, sino por buscarlos, solo tu puedes, y con lo que se avecina cosa que solo tu y Ahtier sabéis necesitaremos que todos estéis unidos.

-Ya lo se Fleur, pero y si no lo consigo, recuerda que soy nueva, no conozco a nadie - dijo mirando a su alrededor - se que no me queda otra y que tendré que hacerlo cueste lo que cueste.

La rubia miro a su amiga entre preocupada por lo que se avecinaba, cosa que no sabía que era, y con respeto, pues para ser lo joven que era en comparación a ella poseía un gran poder y un gran conocimiento sobre la magia. Mientras la rubia miraba a su amiga, la otra se dedicaba a otear el horizonte, vigilando sin ser descubierta a un grupo de jóvenes cuya ropa era al complemento oscura, sin ápice de color, solo un broche verde o algún detalle en ese color se podían ver en sus atuendos.

Con la ultima llamada para abordar el expreso, Katerine se despidió de su única pero verdadera amiga, y de su marido que había llegado segundos atrás, y con paso firme y seguro digno de toda una damisela de Beaxbatons, se interno en los abarrotados y estrechos pasillos del increíble tren, buscando un compartimento vacío o uno semi vacío, pronto el tren comenzaría a moverse u no quería encontrarse en la mitad del pasillo donde podría caerse. siguió andando cada vez con un paso mas acelerado hasta que recordó que se había habilitado un vagón expresamente para los alumnos del ultimo curso. Con paso firme y rápido, puso rumbo a su destino, una vez estuvo frente a la puerta relajo su respiración, y con una mirada decidida abrió la puerta y entró, para su sorpresa muy pocos se dieron cuenta de su entrada, pues la mayoría de los alumnos que allí se encontraban tenían sus sentidos puesto en una pelea que se estaba  realizando en medio y medio del vagón. Espero a ver si pasaba algo mirando a su alrededor, no muy al fondo y bastante cerca de donde la pelea se llevaba a cabo pudo ver a aquel chico que consideraba uno de sus hermanos, lentamente y con paso sigiloso pero insinuante para aquellos que quisieran verla se acerco al conocido Blaise Zabini, uno de los mejores amigos que había tenido durante su infancia y el primer miembro que junto a ella formaría la nueva orden ancestral.

Cuando estuvo a su altura, acerco su boca al oído del chico que estaba tan centrada en la pelea que ni de su presencia se había dado cuenta, y con su melodiosa voz, susurro un simple "hola Blaise", que hizo que un escalofrío recorriera la espalda del chico, a la vez que se giraba con unos ojos como platos y una cara de asombro, digna de inmortalizar en una instantánea. Su reacción causo en Katerine una risa bastante contagiosa a la par que agradable, haciendo que el chico dejara su estado de susto y empezara a reir con ella.

-No es posible - dijo riéndose el chico - no puedes ser tu Kat, es imposible, tu estabas en Beaxbatons, ¿como es que estas aquí?
-Larga historia Blaise, y este no es ni el lugar ni el momento indicado para hablarlo, necesito hablar contigo, con Theo y con Draco lo antes posible - dijo ella en un susurro - pero antes viendo que la gente aquí no hace nada, y como la directora me nombro prefecta general, haré lo que me toca, y no me mires así es una larga historia.

Poco a poco haciendo uso de su estilizado y delgado cuerpo y su agilidad gatuna se abrió paso entre las dos personas que se peleaban y su posición. Cuando llego allí no se llevo demasiada sorpresa al encontrarse allí con el rubio platinado de su amigo y al famoso Harry Potter enzarzados en un pelea al estilo muggle, con un ligero movimiento de cabeza y un movimiento de boca casi inexistente lanzo a ambos sitios hacia los asientos que tenia en frente, se posiciono frente a ellos con una mirada penetrante que lo decía todo, provocando que ambos chicos desviaran la suya. Tras eso el resto de alumnos se fue sentando poco a poco, quedando solo los amigos del famoso Harry Potter y del misterios Draco Malfoy en pie al lado de sus amigos.

-Me esperaba algo mas de vosotros dos - dijo mirando a ambos chicos con decepción - Harry pensé que eras mas maduro, tanto como me había dicho Bill y Fleur, y tu Draco, pensé que no eras de esa clase de personas.

-¿Como sabes quien soy? - pregunto un Harry con unos ojos como platos -.
-No puedes ser tu - dijo un Malfoy por primera vez sin su mascara de frialdad -.
-No es cuestión de como se quien eres - señalo a Harry - cosa que es obvia, o si soy quien soy - dijo ahora mirando a Draco - es cuestión de que ambos sois personas adultas que deberían, comportarse de una forma diferente no con una vulgar pelea al estilo muggle, y ahora espero tener un viaje tranquilo, y que cuando me siente no tenga que oír mas que conversaciones civilizadas.

Y sin mas se dio la vuelta sentándose en uno de las pocas mesas vacías que quedaban, esperando tener un viaje tranquilo. Unos minutos después para su desgracia o quizás su suerte, los tres chicos que había colmado y llenado su niñez de alegría y diversión se sentaron en su mesa, uno con una sonrisa que le llenaba toda la cara y una emoción muy visible, otro con una cara de absoluto asombro y el ultimo con una mirada y una cara que demostraban lo arrepentido que estaba y a la vez la ilusión que tenia por volver a tener a su princesa como todos la llamaban frente a ellos.
Sin saber que hacer o decir,los tres muchachos se quedaron observando a la hermosa chica que había cambiado en todos aquellos años, su transformación había sido muy notable para ellos, su pelo que siempre había sido corto y de un apagado negro, sin brillo ahora era una larga brillante y lisa melena que caía por su espalda, su rostro había dejado atrás las redondez de la niñez creando un perfecto ovalo con unos pómulos ligeramente marcados, una nariz pequeña y bonita, y unos labios dulces y carnosos, aunque sin duda lo que no había cambiando en todos los años que había pasado, eran sus enormes  y azules ojos, de un azul tan profundo como el cielo en un día soleado, eran tan expresivos que a la mínima mirada que te diera ya sabias lo que te queria decir. Claro  esta que una de las partes que mas habían cambiado era su cuerpo, había crecido mas de lo que ellos podrían esperar, aquella niña con la que ellos bromeaban diciéndole que se quedaría de la estatura de un elfo, había despegado de una forma casi apabullante, a la edad de catorce años pego uno de sus estirones mas notorios, a la vez que sus curvas empezarian a aparecer. El silencio siguio hasta que la chica acabo de leer, o por lo menos hasta que cerro su libro.

-¿Pensáis estar todo el camino mirando como auténticos estúpidos hacia mi u os dignareis a decirme algo? - dijo viendo de uno en uno - no os voy a asesinar ni nada por el estilo, sigo siendo la Kat que vosotros recordais, bueno, mejor dicho ahora quizás sea diferente pero no tanto como pensáis.

Tras decir eso, en esa mesa se creo una charla animada y bastante emotiva, recordando momentos de su niñez y contándose las nuevas aventuras que habían tenido a lo largo de los años en los que no se habían visto, aunque todos ocultando algo, salvo que para Kat no había ningun secreto, ella lo sabía absolutamente todo sobre sus amigos.