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El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Wow.Yo reaccionaria de la misma manera ,pero ¿Tan corto? .¿Nos quieres romper en mil pedazos?.Espero que ella se lance a sus brazos,le diga que es el mayor idiota del mundo y que coman pan mirando las estrellas,pero estaría fuera de lo que posiblemente pasaría .
Te tirare un sartén por dejarlo tan corto y por poner el punto y a parte en la mejor parte
SIGUELA!.Por favor,tienes...DEBES SEGUIRLAAAA
Te tirare un sartén por dejarlo tan corto y por poner el punto y a parte en la mejor parte
SIGUELA!.Por favor,tienes...DEBES SEGUIRLAAAA
Invitado
Invitado
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Cheeky escribió:Wow.Yo reaccionaria de la misma manera ,pero ¿Tan corto? .¿Nos quieres romper en mil pedazos?.Espero que ella se lance a sus brazos,le diga que es el mayor idiota del mundo y que coman pan mirando las estrellas,pero estaría fuera de lo que posiblemente pasaría .
Te tirare un sartén por dejarlo tan corto y por poner el punto y a parte en la mejor parte
SIGUELA!.Por favor,tienes...DEBES SEGUIRLAAAA
No fue mi culpa q sea cortito ese cap
Jajjajajaja ya vermos si comen pan ahí afuera
Jaja no me lances un sartén pleaseeeeeeeee!!!
La sigo prontoooooo
Besos
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Vamos, ¡ánimo! Ten el morro de decirme que esto que has subido es un capítulo. Anda, hazlo.
¡¡¡¿¿¿CÓMO HAS PODIDO SUBIR SEIS MALDITOS PÁRRAFOS COMO SI FUERAN UN CAPÍTULO???!!! ¡ESO NO ES UN CAPÍTULO NI ES NADAAA! ¡TE MANDO A QUE SUBAS AHORA MISMO UN MARATÓN PARA COMPENSARME LAS FALSAS ESPERANZAS!
¡Un beso!
¡¡¡¿¿¿CÓMO HAS PODIDO SUBIR SEIS MALDITOS PÁRRAFOS COMO SI FUERAN UN CAPÍTULO???!!! ¡ESO NO ES UN CAPÍTULO NI ES NADAAA! ¡TE MANDO A QUE SUBAS AHORA MISMO UN MARATÓN PARA COMPENSARME LAS FALSAS ESPERANZAS!
¡Un beso!
Rachel116
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Rachel116 escribió:Vamos, ¡ánimo! Ten el morro de decirme que esto que has subido es un capítulo. Anda, hazlo.
¡¡¡¿¿¿CÓMO HAS PODIDO SUBIR SEIS MALDITOS PÁRRAFOS COMO SI FUERAN UN CAPÍTULO???!!! ¡ESO NO ES UN CAPÍTULO NI ES NADAAA! ¡TE MANDO A QUE SUBAS AHORA MISMO UN MARATÓN PARA COMPENSARME LAS FALSAS ESPERANZAS!
¡Un beso!
Jajajajajaja si esos 6 párrafos es un capítulo
Jajajjajajajajjajajajajajjaja me mandas!!!!!!
Ya mismo lo subooooooo
Jajajaja me has hecho reír demasiado
Besos
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
.
Parte I
Capítulo cuarenta y cuatro
Parte I
Julia no se atrevía a abrir los ojos. Oía ruidos y su voz a lo lejos, pero no distinguía las palabras. La lluvia le mojaba las piernas y los brazos, pero tenía la cara protegida por un pecho fuerte y sólido, un pecho que pertenecía a un cuerpo que la rodeaba como una manta.
Abrió los ojos.
La atractiva cara de Louis estaba surcada por arrugas de preocupación, pero en sus ojos había un brillo de esperanza. Con el pulgar, le secó la mejilla, sin saber si la tenía mojada por las lágrimas o por la lluvia. Durante unos instantes permanecieron mirándose en silencio.
—¿Estás bien? —susurró él finalmente. Julia lo observaba muda, sin entender nada. —No pretendía asustarte. He venido tan pronto como he podido.
Sus palabras atravesaron finalmente la confusión que se había apoderado de la mente de ella. Soltándose de su abrazo, le preguntó:
—¿Qué estás haciendo aquí? -Él frunció el cejo.
—¿No es obvio?
—No, al menos no para mí. -Louis suspiró, frustrado.
—Es uno de julio. He venido lo antes posible. -Julia negó con la cabeza y dio un paso atrás.
—¿Qué?
—Ojalá hubiera podido venir antes —insistió él, con una sonrisa. La expresión desconfiada de ella lo decía todo. Los ojos entornados, los labios fruncidos, la mandíbula apretada. —Sabías que había renunciado a mi plaza. Sin duda sabías que volvería. -Julia abrazó el portátil contra su pecho.
—¿Y por qué iba a saberlo? -Louis abrió mucho los ojos y, por un momento, no supo qué decir. —¿Pensabas que no volvería aunque hubiera dejado el trabajo?
—Eso es lo que uno tiende a pensar cuando su amante se marcha de la ciudad sin ni siquiera una llamada de teléfono de despedida. Y también cuando éste le envía un correo electrónico impersonal, diciéndole que las cosas entre ellos han terminado. -El semblante de él se ensombreció.
—El sarcasmo no te sienta bien, Julianne.
—Y las mentiras no le sientan bien a usted, profesor. -Louis dio un paso hacia ella.
—Entonces, ¿hemos vuelto a la casilla de salida? ¿Volvemos a ser Julianne y el profesor?
—Según lo que contaste en la vista, las cosas nunca pasaron de ahí. Tú eras el profesor y yo la alumna. Tú me sedujiste y luego me abandonaste. Lo que no me dijeron los miembros del comité fue si habías disfrutado al hacerlo. -Él maldijo entre dientes.
—Te mandé mensajes, pero preferiste no hacerles caso.
—¿Qué mensajes? ¿Las llamadas que nunca hiciste? ¿Las cartas que nunca escribiste? Aparte de ese correo electrónico, no he sabido nada de ti desde que me llamaste Eloísa. Por no hablar de los mensajes que yo te dejé. ¿Los escuchaste antes de borrarlos o los borraste directamente? No te molestaste en responder, igual que no te molestaste en avisarme de que te marchabas de la ciudad. ¿Tienes idea de lo humillante que fue enterarme de que el hombre que en teoría estaba enamorado de mí había salido huyendo de Toronto para no verme? -Louis se llevó una mano a la frente para concentrarse.
—¿Qué me dices de la carta de Abelardo a Eloísa y de la fotografía del huerto? Dejé el libro en tu casillero personalmente.
—No tenía ni idea de que me lo hubieras enviado tú. Acabo de verlo hace unos minutos.
—Pero ¡te dije que leyeras la carta de Abelardo! —balbuceó, con una expresión horrorizada—. Te lo dije a la cara. -Julia sujetó el ordenador con más fuerza.
—No. Lo que dijiste fue «Lee mi sexta carta». Y lo hice. En ella me decías que me pusiera un jersey, que había refrescado. —Lo miró furiosa—. Y tenías razón. Todo se había enfriado.
—Pero te llamé Eloísa. ¿No era evidente?
—Oh, desde luego. Aplastantemente obvio —replicó ella—. Eloísa fue seducida y abandonada por su profesor. Me pareció cruel, pero muy esclarecedor.
—Pero el libro... —repitió, suplicándole con la mirada—. La foto...
—La he encontrado esta noche, mientras desembalaba los libros. —La expresión de Julia se suavizó al recordar la nota—. Hasta esta noche pensaba que te habías cansado de mí.
—Perdóname —se disculpó él. Sabía que esas palabras eran insuficientes e inadecuadas, pero le salían del corazón—. Yo... Julianne... necesito explicarte...
—Deberíamos entrar en casa —lo interrumpió ella, mirando hacia las ventanas de su apartamento.
Louis levantó el brazo para cogerle la mano, pero lo pensó mejor y lo dejó caer de nuevo.
Mientras subían la escalera, la tormenta se hizo más fuerte. Al entrar en el apartamento, se fue la luz.
—Me pregunto si será sólo aquí o en toda la calle.
Louis murmuró algo, sin saber cómo ayudar, mientras ella cruzaba el salón y abría las cortinas para que entrara algo de luz de fuera. Pero las farolas también se habían apagado.
—Si quieres, podemos ir a algún sitio donde haya luz —dijo él, apareciendo de repente a su lado y sobresaltándola—. Lo siento —se disculpó, sujetándola del brazo.
—Preferiría que nos quedáramos aquí.
Él resistió el impulso de insistir, sabiendo que no estaba en condiciones de imponer su opinión. Mirando a su alrededor, preguntó:
—¿Tienes una linterna? ¿O velas?
—Las dos cosas, creo.
Tras encontrar la linterna, Julia le dio una toalla a Louis para que se secara, mientras ella se cambiaba de ropa en el baño. Cuando regresó, él estaba sentado en el sofá, rodeado por media docena de velas, artísticamente colocadas sobre los muebles y en el suelo.
Julia se fijó en las sombras que bailaban en la pared, a su espalda. Parecían figuras demoníacas, que trataran de aprisionarlo en el Infierno de Dante. Al mirarlo a la cara, vio que las arrugas de la frente se le habían hecho más profundas y que sus ojos parecían más grandes. Se notaba que hacía tiempo que no se afeitaba. Había tratado de peinarse con los dedos, pero un mechón rebelde le caía sobre la frente.
Julia había olvidado lo atractivo que era. Había olvidado cómo, con sólo una mirada o una palabra, podía hacer que le hirviera la sangre. Era tan guapo como peligroso.
Abrió los ojos.
La atractiva cara de Louis estaba surcada por arrugas de preocupación, pero en sus ojos había un brillo de esperanza. Con el pulgar, le secó la mejilla, sin saber si la tenía mojada por las lágrimas o por la lluvia. Durante unos instantes permanecieron mirándose en silencio.
—¿Estás bien? —susurró él finalmente. Julia lo observaba muda, sin entender nada. —No pretendía asustarte. He venido tan pronto como he podido.
Sus palabras atravesaron finalmente la confusión que se había apoderado de la mente de ella. Soltándose de su abrazo, le preguntó:
—¿Qué estás haciendo aquí? -Él frunció el cejo.
—¿No es obvio?
—No, al menos no para mí. -Louis suspiró, frustrado.
—Es uno de julio. He venido lo antes posible. -Julia negó con la cabeza y dio un paso atrás.
—¿Qué?
—Ojalá hubiera podido venir antes —insistió él, con una sonrisa. La expresión desconfiada de ella lo decía todo. Los ojos entornados, los labios fruncidos, la mandíbula apretada. —Sabías que había renunciado a mi plaza. Sin duda sabías que volvería. -Julia abrazó el portátil contra su pecho.
—¿Y por qué iba a saberlo? -Louis abrió mucho los ojos y, por un momento, no supo qué decir. —¿Pensabas que no volvería aunque hubiera dejado el trabajo?
—Eso es lo que uno tiende a pensar cuando su amante se marcha de la ciudad sin ni siquiera una llamada de teléfono de despedida. Y también cuando éste le envía un correo electrónico impersonal, diciéndole que las cosas entre ellos han terminado. -El semblante de él se ensombreció.
—El sarcasmo no te sienta bien, Julianne.
—Y las mentiras no le sientan bien a usted, profesor. -Louis dio un paso hacia ella.
—Entonces, ¿hemos vuelto a la casilla de salida? ¿Volvemos a ser Julianne y el profesor?
—Según lo que contaste en la vista, las cosas nunca pasaron de ahí. Tú eras el profesor y yo la alumna. Tú me sedujiste y luego me abandonaste. Lo que no me dijeron los miembros del comité fue si habías disfrutado al hacerlo. -Él maldijo entre dientes.
—Te mandé mensajes, pero preferiste no hacerles caso.
—¿Qué mensajes? ¿Las llamadas que nunca hiciste? ¿Las cartas que nunca escribiste? Aparte de ese correo electrónico, no he sabido nada de ti desde que me llamaste Eloísa. Por no hablar de los mensajes que yo te dejé. ¿Los escuchaste antes de borrarlos o los borraste directamente? No te molestaste en responder, igual que no te molestaste en avisarme de que te marchabas de la ciudad. ¿Tienes idea de lo humillante que fue enterarme de que el hombre que en teoría estaba enamorado de mí había salido huyendo de Toronto para no verme? -Louis se llevó una mano a la frente para concentrarse.
—¿Qué me dices de la carta de Abelardo a Eloísa y de la fotografía del huerto? Dejé el libro en tu casillero personalmente.
—No tenía ni idea de que me lo hubieras enviado tú. Acabo de verlo hace unos minutos.
—Pero ¡te dije que leyeras la carta de Abelardo! —balbuceó, con una expresión horrorizada—. Te lo dije a la cara. -Julia sujetó el ordenador con más fuerza.
—No. Lo que dijiste fue «Lee mi sexta carta». Y lo hice. En ella me decías que me pusiera un jersey, que había refrescado. —Lo miró furiosa—. Y tenías razón. Todo se había enfriado.
—Pero te llamé Eloísa. ¿No era evidente?
—Oh, desde luego. Aplastantemente obvio —replicó ella—. Eloísa fue seducida y abandonada por su profesor. Me pareció cruel, pero muy esclarecedor.
—Pero el libro... —repitió, suplicándole con la mirada—. La foto...
—La he encontrado esta noche, mientras desembalaba los libros. —La expresión de Julia se suavizó al recordar la nota—. Hasta esta noche pensaba que te habías cansado de mí.
—Perdóname —se disculpó él. Sabía que esas palabras eran insuficientes e inadecuadas, pero le salían del corazón—. Yo... Julianne... necesito explicarte...
—Deberíamos entrar en casa —lo interrumpió ella, mirando hacia las ventanas de su apartamento.
Louis levantó el brazo para cogerle la mano, pero lo pensó mejor y lo dejó caer de nuevo.
Mientras subían la escalera, la tormenta se hizo más fuerte. Al entrar en el apartamento, se fue la luz.
—Me pregunto si será sólo aquí o en toda la calle.
Louis murmuró algo, sin saber cómo ayudar, mientras ella cruzaba el salón y abría las cortinas para que entrara algo de luz de fuera. Pero las farolas también se habían apagado.
—Si quieres, podemos ir a algún sitio donde haya luz —dijo él, apareciendo de repente a su lado y sobresaltándola—. Lo siento —se disculpó, sujetándola del brazo.
—Preferiría que nos quedáramos aquí.
Él resistió el impulso de insistir, sabiendo que no estaba en condiciones de imponer su opinión. Mirando a su alrededor, preguntó:
—¿Tienes una linterna? ¿O velas?
—Las dos cosas, creo.
Tras encontrar la linterna, Julia le dio una toalla a Louis para que se secara, mientras ella se cambiaba de ropa en el baño. Cuando regresó, él estaba sentado en el sofá, rodeado por media docena de velas, artísticamente colocadas sobre los muebles y en el suelo.
Julia se fijó en las sombras que bailaban en la pared, a su espalda. Parecían figuras demoníacas, que trataran de aprisionarlo en el Infierno de Dante. Al mirarlo a la cara, vio que las arrugas de la frente se le habían hecho más profundas y que sus ojos parecían más grandes. Se notaba que hacía tiempo que no se afeitaba. Había tratado de peinarse con los dedos, pero un mechón rebelde le caía sobre la frente.
Julia había olvidado lo atractivo que era. Había olvidado cómo, con sólo una mirada o una palabra, podía hacer que le hirviera la sangre. Era tan guapo como peligroso.
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
¡Así, sí! ¡Así me gustan los capítulos! ¡Por fin! ¡Por fin estos dos malditos idiotas van a hablar! ¡¡¡¡¡POOOR FIIIIN!!!!! ¡Ya iba siendo hora!
Karen, por favor, te lo suplico, haz un maratón, ¡por favor! Tienes que subir un nuevo capítulo, ¡no puedes hacernos esto a tus lectoras! ¡TE LO RUEGO, SUBE UN NUEVO CAPÍTULO!
¡Un beso!
Karen, por favor, te lo suplico, haz un maratón, ¡por favor! Tienes que subir un nuevo capítulo, ¡no puedes hacernos esto a tus lectoras! ¡TE LO RUEGO, SUBE UN NUEVO CAPÍTULO!
¡Un beso!
Rachel116
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Rachel116 escribió:¡Así, sí! ¡Así me gustan los capítulos! ¡Por fin! ¡Por fin estos dos malditos idiotas van a hablar! ¡¡¡¡¡POOOR FIIIIN!!!!! ¡Ya iba siendo hora!
Karen, por favor, te lo suplico, haz un maratón, ¡por favor! Tienes que subir un nuevo capítulo, ¡no puedes hacernos esto a tus lectoras! ¡TE LO RUEGO, SUBE UN NUEVO CAPÍTULO!
¡Un beso!
Siii que bueno que han empezado a hablar
No haré maratón pero prometo que subiré pasando un día o si puedo diariamente
La sigooo prnto
Besos
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH POR FIN OH DIOS ¡¡QUE ME DA!! VAN A HABLAR Y LO VAN A ARREGLAR PORQUE COMO NO LO ARREGLEN TENDRÉ UNA SERIA CHARLA CON EL AUTOR PORQUE NO PUEDE SER QUE ME SEPARE NUEVAMENTE A JULIANNE Y A LOUIS, PORQUE LO MATO EH, NO PUEDE HACERME PASAR POR ESTE SUFRIMIENTO NUEVAMENTE.
SIGUELA PRONTO POR FAVOR
SIGUELA PRONTO POR FAVOR
Anna.
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Eso es maldito suplica wajajajajaja ....Ok,me calmo .En parte llore y morí de ternura
Siempre me pongo chida con los capitulos.....Ya es costumbre
Tienes que subir el capitulo,si no lo subes te buscare mientras duermes y te haré cosquillas en los pies...Y luego te golpeare con la sartén
Louis y Julia no pueden estar separados ,ellos dos no pueden vivir sin tener 1313,pero bueno,ambos son demasiado idiotas (hermosamente idiotas),me gustaría vivir una historia así,pero mis profesores no son unos dioses griegos (solo en los libros son partibles :skip:)
Julia es tan terca y Louis es....Un asno
Tienes que seguirla :fuckyou: :fuckyou:
¡POR FAVOR!
Siempre me pongo chida con los capitulos.....Ya es costumbre
Tienes que subir el capitulo,si no lo subes te buscare mientras duermes y te haré cosquillas en los pies...Y luego te golpeare con la sartén
Louis y Julia no pueden estar separados ,ellos dos no pueden vivir sin tener 1313,pero bueno,ambos son demasiado idiotas (hermosamente idiotas),me gustaría vivir una historia así,pero mis profesores no son unos dioses griegos (solo en los libros son partibles :skip:)
Julia es tan terca y Louis es....Un asno
Tienes que seguirla :fuckyou: :fuckyou:
¡POR FAVOR!
Invitado
Invitado
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Anna. escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH POR FIN OH DIOS ¡¡QUE ME DA!! VAN A HABLAR Y LO VAN A ARREGLAR PORQUE COMO NO LO ARREGLEN TENDRÉ UNA SERIA CHARLA CON EL AUTOR PORQUE NO PUEDE SER QUE ME SEPARE NUEVAMENTE A JULIANNE Y A LOUIS, PORQUE LO MATO EH, NO PUEDE HACERME PASAR POR ESTE SUFRIMIENTO NUEVAMENTE.
SIGUELA PRONTO POR FAVOR
Ya la sigo Anna
Gracias por comentar
Besos
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Cheeky escribió:Eso es maldito suplica wajajajajaja ....Ok,me calmo .En parte llore y morí de ternura
Siempre me pongo chida con los capitulos.....Ya es costumbre
Tienes que subir el capitulo,si no lo subes te buscare mientras duermes y te haré cosquillas en los pies...Y luego te golpeare con la sartén
Louis y Julia no pueden estar separados ,ellos dos no pueden vivir sin tener 1313,pero bueno,ambos son demasiado idiotas (hermosamente idiotas),me gustaría vivir una historia así,pero mis profesores no son unos dioses griegos (solo en los libros son partibles :skip:)
Julia es tan terca y Louis es....Un asno
Tienes que seguirla :fuckyou: :fuckyou:
¡POR FAVOR!
Jajaja
Tranquila ya la sigooooooooo, mujer sin amenazas
Ahorita mismo subooooo
Gracias por comentar
Besos
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
.
Parte II
Capítulo cuarenta y cuatro
Parte II
Julia había olvidado lo atractivo que era. Había olvidado cómo, con sólo una mirada o una palabra, podía hacer que le hirviera la sangre. Era tan guapo como peligroso.
Louis le ofreció la mano para que se sentara a su lado, pero ella prefirió acurrucarse en el rincón de enfrente.
—He encontrado una botella de vino y la he abierto —la informó él, alargándole un vaso de vino shiraz, barato.
A Julia la sorprendió, porque en el pasado se habría negado a tomar un vino tan sencillo.
Ella bebió varios sorbos, paladeándolo, mientras esperaba que Louis empezara a toser y a quejarse por tener que tomar asquerosa agua sucia de la bañera. Pero no lo hizo. De hecho, no probó el vino. Se la quedó mirando y su mirada bajó hasta quedarse clavada en su pecho.
—¿Has cambiado de instituto?
—¿Cómo? -Louis señaló la camiseta que se había puesto, en la que se leía «Boston
College». —No. Es un regalo de Paul. Estudió en Boston, ¿recuerdas? -Él se tensó.
—Yo también te regalé una camiseta —dijo, más para sí mismo que para ella. Julia bebió otro sorbo, deseando que el vaso estuviera más lleno. Louis no se perdió detalle, con la mirada clavada en sus labios y su cuello. —¿Todavía tienes mi sudadera de Harvard?
—Cambiemos de tema. -Él se removió inquieto en el sofá, pero no pudo apartar la vista de Julia. Ansiaba recorrer su cuerpo con las manos y unir sus bocas.
—¿Qué opinas de la Universidad de Boston? -Ella lo miró con recelo. Su mirada desinfló la seguridad de Louis, que se mordió el labio.
—Katherine Picton me dijo que fuera a presentarme al especialista en Dante del
Departamento de Lenguas Romances de esa universidad, pero aún no he encontrado el momento. He estado ocupada.
—Entonces, tendré que llamarla para darle las gracias.
—¿Por qué? -Él dudó.
—Yo soy el nuevo especialista en Dante de la Universidad de Boston.
Louis esperaba una reacción, pero no hubo ninguna. Julia permaneció inmóvil, mientras la luz de las velas proyectaba sombras sobre su preciosa cara. Él se echó a reír sin ganas y le sirvió más vino.
—Bueno, no era exactamente la reacción que esperaba. -Julia bebió un nuevo sorbo y a continuación murmuró algo entre dientes.
—Entonces —dijo finalmente—, ¿te vas a quedar aquí?
—Eso depende —replicó Louis, sin apartar su ardiente mirada de las letras de su camiseta. Julia estuvo a punto de cubrirse los pechos con los brazos, pero se obligó a dejarlos a los lados. —Ahora soy catedrático —prosiguió él—. El Departamento de Estudios en Lenguas Romances no tenía un programa de posgrado de Italiano, pero la universidad quería atraer alumnos al nuevo programa sobre Dante, así que mi asignatura también será válida para el programa de Religión. —Echando un vistazo a las sombras que lo rodeaban, Louis negó la cabeza—. Irónico, ¿no crees? —añadió—. Un hombre que se ha pasado la vida huyendo de Dios, acaba como profesor en una carrera de Religión.
—He visto cosas más raras.
—Estoy seguro —susurró él—. Habría dimitido en Toronto, pero eso habría causado un escándalo. Pero en cuanto te graduaste, ya estaba libre para aceptar la plaza aquí.
Ella ladeó la cabeza, dejando el lóbulo de la oreja al descubierto. Louis vio con tristeza que no llevaba los pendientes de Grace. Julia, que había estado reflexionando sobre sus palabras, preguntó al fin:
—¿Y qué tiene de especial la fecha del uno de julio?
—Hoy acaba mi contrato con la Universidad de Toronto. —Tras aclararse la garganta, prosiguió—: Leí tus correos electrónicos y escuché tus mensajes de voz, pero esperaba que encontraras el mensaje en el libro. Lo dejé en tu casillero personalmente.
Ella seguía pensando sus palabras. Su silencio no implicaba que estuviera aceptando sus excusas; sólo que no quería discutir. Al menos, de momento.
—Siento haberme perdido tu graduación. —Louis bebió un poco de vino—. Katherine me envió fotos. —Carraspeó—. Estabas preciosa. Eres preciosa.
Se sacó el iPhone del bolsillo y se lo ofreció. Julia lo cogió, curiosa, y vio que tenía una foto suya como fondo de pantalla, con la ropa de graduada, dándole la mano a Katherine Picton.
—Me la envió ella —explicó, al notar la confusión de Julia.
Ésta empezó a revisar el resto de las fotos del teléfono de Louis, con decisión pero con el estómago encogido. Vio fotos de su viaje a Italia y otras de la pasada Navidad, pero ninguna de Paulina. Tampoco había fotos de otras mujeres. De hecho, todas eran de Julia, incluso las más provocativas que le había hecho en Belice.
Estaba sorprendida. Después de pasar meses convencida de que él no quería saber nada de ella, ese cambio de actitud era demasiado brusco para que pudiera asimilarlo de golpe. Le devolvió el iPhone.
—¿Te llevaste la foto de los dos bailando en Lobby? -Él alzó las cejas, sorprendido.
—Sí, ¿cómo lo sabes?
—Me di cuenta de que faltaba cuando fui a buscarte a tu casa. -Él trató de cogerle la mano, pero ella la apartó.
—Cuando volví al piso, vi allí tu ropa. ¿Por qué no te la llevaste?
—De hecho, no era mi ropa. -Louis frunció el cejo.
—Por supuesto que era tu ropa y sigue siéndolo si la quieres. -Ella negó con la cabeza. —Créeme, Julianne. Quería tenerte a mi lado. La foto era un sustituto muy pobre.
—¿Me querías a tu lado? -Sin poder contenerse, Louis le acarició la mejilla, sintiéndose muy aliviado al ver que no se encogía ni se apartaba.
—No he dejado de desearlo en ningún momento. -Julia se echó entonces hacia atrás, con lo que él se quedó acariciando el aire.
—¿Tienes la menor idea de lo que se siente cuando la persona a la que quieres te
abandona no una vez, sino dos? -Louis apretó los labios.
—No, no lo sé. Lo siento. Perdóname. —Espero unos instantes, pero al ver que ella no decía nada, siguió hablando—: Así que Paul te regaló esta camiseta. ¿Cómo está?
—Muy bien, ¿y a ti qué te importa?
—Es mi alumno —respondió él, formal.
—Como yo, en otros tiempos —replicó Julia con amargura—. Deberías escribirle. Me dijo que no sabía nada de ti.
—¿Así que has hablado con él?
—Sí, Louis, he hablado con él.
Ella se soltó la coleta y se pasó los dedos entre los mechones mojados. Él observó, extasiado, cómo la cascada de pelo oscuro y brillante se derramaba sobre sus delgados hombros.
—Me duele el pelo.
—No sabía que el pelo pudiese doler —contestó Louis con una resplandeciente sonrisa, antes de acariciárselo. Al cabo de un momento, cambió de expresión al recordar lo que había pasado en la calle—. Podían haberte hecho mucho daño, allí parada en medio de la calzada.
—Menos mal que no he soltado el portátil. Tengo todo mi trabajo ahí guardado.
—Habría sido culpa mía, por sorprenderte. Debía de parecer un fantasma, empapado y merodeando.
—No estabas merodeando. Y no parecías un fantasma. Parecías otra cosa.
—¿Qué parecía? -Ruborizándose, Julia guardó silencio. Louis la observó. Aunque había poca luz, su rubor no le pasó inadvertido. Deseaba sentirlo bajo sus palmas. Pero no quería ir demasiado de prisa. Ella hizo un gesto vago con la mano y cambió de tema.
—Paul sugirió que guardara una copia de seguridad en un lápiz de memoria, para no perder la información si le pasa algo al ordenador, pero hace tiempo que no lo actualizo.
Al oír la segunda mención a su antiguo ayudante de investigación, él reprimió un gruñido y una exclamación peyorativa. Se volvió hacia ella.
—Estaba convencido de que pensarías que me pondría en contacto contigo después de la graduación.
—¿Y si así fuera? El día de la graduación pasó y seguí sin saber nada de ti.
—Ya te lo he dicho, tenía que esperar a que acabara mi contrato, el uno de julio.
—No quiero seguir hablando.
—¿Por qué no?
—Porque no puedo decir las cosas que quiero decirte, mientras estás sentado en mi sofá.
—Ya veo —dijo él, lentamente.
Julia se removió inquieta, luchando con las ganas que tenía de lanzarse a sus brazos y decirle que todo estaba bien. Porque, en realidad, las cosas entre ellos no estaban bien. Y si no por él, al menos tenía que ser honesta por ella misma.
—Ya te he robado demasiado tiempo —dijo Louis, derrotado. Levantándose, miró hacia la puerta y de nuevo a Julia—. Entiendo que no quieras hablar conmigo, pero espero que me concedas una última oportunidad antes de decirme adiós. -Ella enderezó los hombros.
—Tú no me la diste. No me dijiste adiós con una conversación. Te despediste follándome contra una puerta. -Él se le acercó rápidamente.
—No digas eso. Ya sabes lo que pienso de esa palabra. No vuelvas a usarla cuando hables de nosotros.
Allí estaba de nuevo el profesor Tomlinson, quitándose el disfraz del Louis penitente. Aunque a Julia le molestó su tono de voz, estaba familiarizada con sus cambios de humor y sabía que no tenía nada que temer de él. Ignorándolo, se levantó, dispuesta a acompañarlo a la puerta.
—No te dejes esto —le recordó, señalándole el iPhone.
—Gracias. Julianne, por favor...
—¿Cómo está Paulina? -La pregunta quedó suspendida en el aire, como una flecha.
—¿Por qué lo dices?
—Me preguntaba si se habrían visto a menudo durante estos meses. -Louis se guardó el teléfono en el bolsillo.
—La vi una vez. Le pedí que me perdonara y le deseé que le fuera muy bien la vida —afirmó con decisión.
—¿Eso es todo?
—¿Por qué no me preguntas directamente lo que quieres saber, Julianne? — Apretó mucho los labios—. ¿Por qué no me preguntas si me acosté con ella?
—¿Lo hiciste? —preguntó ella, cruzándose de brazos.
—¡Por supuesto que no! -Su respuesta fue tan rápida y vehemente que Julia dio un paso atrás. Estaba indignado y lo demostraba apretando los puños.
—Tal vez he debido ser más concreta. Hay muchas cosas que un hombre y una mujer pueden hacer sin acostarse —añadió ella, alzando la barbilla, desafiante. Louis se obligó a contar hasta diez. No podía perder los estribos en ese momento.
—Me doy cuenta de que tu visión de mi ausencia y la mía son muy distintas, pero puedo asegurarte que no he buscado la compañía de otras mujeres. —Con expresión más calmada, añadió—: He estado a solas con tus fotografías y mis recuerdos, Julianne. Han sido compañeros muy fríos, pero la única compañía que anhelaba era la tuya.
—¿No ha habido nadie más?
—Te he sido fiel en todo momento. Te lo juro por la memoria de Grace. -El juramento los sorprendió a los dos. Al mirarlo a los ojos, Julia no dudó de su sinceridad y suspiró aliviada. Louis le cogió la mano con suavidad. —Hay muchas cosas que debí haberte dicho. Te las diré ahora, si vienes conmigo.
—Prefiero quedarme aquí —susurró ella y su voz adquirió un tono inquietante en la penumbra.
—La Julianne que recuerdo odiaba la oscuridad. —Louis le soltó la mano—. Paulina está en Minnesota. Se reconcilió con su familia y ha conocido a otra persona. Acordamos que ya no le pasaría más dinero y nos deseó lo mejor.
—Te lo desearía a ti.
—No. Nos lo deseó a los dos. ¿No te das cuenta? Ella pensaba que seguíamos juntos y yo no le dije lo contrario, porque para mí siempre hemos seguido juntos.
Fue como si Louis hubiera cogido la flecha en pleno vuelo y le hubiera dado la vuelta, encarándola hacia Julia. No le había dicho a Paulina que estaba libre, porque, en su mente, estaba comprometido. A ella le costaba admitirlo, pero la idea le iba calando.
—No hay nadie más. —Su voz sonaba sincera. Julia apartó la vista.
—¿Qué estabas haciendo delante de una cafetería cerrada, en plena noche?
—Armándome de valor para llamar a tu puerta —respondió él, dándole vueltas al aro de platino que llevaba en el dedo—. Tuve que convencer a Rachel para que me diera tu dirección. No fue fácil. -Julia le miró el anillo.
—¿Por qué llevas un anillo de boda?
—¿Por qué crees que lo llevo? -Louis se lo quitó y se lo ofreció. Ella no lo cogió.
—Lee la inscripción —le pidió él. Insegura, Julia cogió el anillo y, acercándolo a una de las velas, leyó:
JULIANNE, MI AMADA, ES MÍA Y YO SOY SUYO.
A ella se le hizo un nudo en la garganta. Rápidamente, le devolvió el anillo. Él se lo puso en el dedo sin decir nada.
—¿Se puede saber por qué llevas un anillo con mi nombre en él?
—Has dicho que no querías hablar —la reprendió Louis suavemente—. Pero ya que al parecer podemos hacer preguntas, ¿puedo preguntarte por Paul? -Julia se ruborizó y apartó la vista.
—Estaba en el lugar y el momento adecuados para recoger mis pedazos. -Él cerró los ojos y respiró hondo para no ceder a la tentación de decir algo mordaz, que sólo serviría para alejarla más.
—Perdóname —dijo, abriendo los ojos—. Este anillo tiene un compañero más pequeño. Los compré en Tiffany el día que compré el marco de plata para la ecografía de Maia. Sigo pensando que eres mi otra mitad. Mi bashert. A pesar de nuestra separación, en ningún momento se me ha pasado por la cabeza estar con otra mujer. Te he sido fiel desde que me dijiste quién eras, el octubre pasado. -De repente, a Julia le costó mucho respirar.
—Louis, desapareces sin avisar, pasas meses en paradero desconocido y ahora, de pronto... -Él la miró comprensivo, deseando abrazarla, pero ella seguía manteniendo las distancias.
—No tenemos que hablarlo todo esta noche. Pero si puedes soportarlo, me gustaría que volviéramos a vernos mañana —le pidió él, con una mirada melancólica. Ella levantó los ojos el tiempo justo para responder.
—De acuerdo. -Louis soltó el aire, aliviado.
—Bien. Mañana seguimos hablando pues. Que descanses. -Julia asintió, abriendo la puerta de la casa. Al pasar por su lado, Louis se detuvo. —¿Julianne? -Estaba muy cerca. Demasiado cerca. Ella levantó los ojos hacia él. —¿Me permites que... te bese la mano? —le preguntó con timidez. A Julia le recordó a un niño pequeño.
Se lo permitió, pero al verlo inclinado ante ella, no pudo resistir el impulso de besarlo en la frente. De repente, Louis la rodeó con los brazos y la besó.
Aunque mientras la besaba le costaba pensar en nada más, se concentró en transmitirle con los labios y con todo su cuerpo que era sincero, que no la había traicionado, que la amaba. Cuando ella le devolvió el beso con la misma pasión, Louis gimió.
Con un esfuerzo de contención, interrumpió el beso con delicadeza. Cuando Julia aflojó el abrazo, él le mordisqueó el labio inferior antes de besarla en ambas mejillas y en la punta de la nariz.
Al abrir los ojos, vio que el rostro de ella estaba embargado por varias emociones al mismo tiempo. Le acarició el pelo húmedo y la miró con deseo.
—Te amo.
Mientras se marchaba, Julia permaneció en silencio.
Louis le ofreció la mano para que se sentara a su lado, pero ella prefirió acurrucarse en el rincón de enfrente.
—He encontrado una botella de vino y la he abierto —la informó él, alargándole un vaso de vino shiraz, barato.
A Julia la sorprendió, porque en el pasado se habría negado a tomar un vino tan sencillo.
Ella bebió varios sorbos, paladeándolo, mientras esperaba que Louis empezara a toser y a quejarse por tener que tomar asquerosa agua sucia de la bañera. Pero no lo hizo. De hecho, no probó el vino. Se la quedó mirando y su mirada bajó hasta quedarse clavada en su pecho.
—¿Has cambiado de instituto?
—¿Cómo? -Louis señaló la camiseta que se había puesto, en la que se leía «Boston
College». —No. Es un regalo de Paul. Estudió en Boston, ¿recuerdas? -Él se tensó.
—Yo también te regalé una camiseta —dijo, más para sí mismo que para ella. Julia bebió otro sorbo, deseando que el vaso estuviera más lleno. Louis no se perdió detalle, con la mirada clavada en sus labios y su cuello. —¿Todavía tienes mi sudadera de Harvard?
—Cambiemos de tema. -Él se removió inquieto en el sofá, pero no pudo apartar la vista de Julia. Ansiaba recorrer su cuerpo con las manos y unir sus bocas.
—¿Qué opinas de la Universidad de Boston? -Ella lo miró con recelo. Su mirada desinfló la seguridad de Louis, que se mordió el labio.
—Katherine Picton me dijo que fuera a presentarme al especialista en Dante del
Departamento de Lenguas Romances de esa universidad, pero aún no he encontrado el momento. He estado ocupada.
—Entonces, tendré que llamarla para darle las gracias.
—¿Por qué? -Él dudó.
—Yo soy el nuevo especialista en Dante de la Universidad de Boston.
Louis esperaba una reacción, pero no hubo ninguna. Julia permaneció inmóvil, mientras la luz de las velas proyectaba sombras sobre su preciosa cara. Él se echó a reír sin ganas y le sirvió más vino.
—Bueno, no era exactamente la reacción que esperaba. -Julia bebió un nuevo sorbo y a continuación murmuró algo entre dientes.
—Entonces —dijo finalmente—, ¿te vas a quedar aquí?
—Eso depende —replicó Louis, sin apartar su ardiente mirada de las letras de su camiseta. Julia estuvo a punto de cubrirse los pechos con los brazos, pero se obligó a dejarlos a los lados. —Ahora soy catedrático —prosiguió él—. El Departamento de Estudios en Lenguas Romances no tenía un programa de posgrado de Italiano, pero la universidad quería atraer alumnos al nuevo programa sobre Dante, así que mi asignatura también será válida para el programa de Religión. —Echando un vistazo a las sombras que lo rodeaban, Louis negó la cabeza—. Irónico, ¿no crees? —añadió—. Un hombre que se ha pasado la vida huyendo de Dios, acaba como profesor en una carrera de Religión.
—He visto cosas más raras.
—Estoy seguro —susurró él—. Habría dimitido en Toronto, pero eso habría causado un escándalo. Pero en cuanto te graduaste, ya estaba libre para aceptar la plaza aquí.
Ella ladeó la cabeza, dejando el lóbulo de la oreja al descubierto. Louis vio con tristeza que no llevaba los pendientes de Grace. Julia, que había estado reflexionando sobre sus palabras, preguntó al fin:
—¿Y qué tiene de especial la fecha del uno de julio?
—Hoy acaba mi contrato con la Universidad de Toronto. —Tras aclararse la garganta, prosiguió—: Leí tus correos electrónicos y escuché tus mensajes de voz, pero esperaba que encontraras el mensaje en el libro. Lo dejé en tu casillero personalmente.
Ella seguía pensando sus palabras. Su silencio no implicaba que estuviera aceptando sus excusas; sólo que no quería discutir. Al menos, de momento.
—Siento haberme perdido tu graduación. —Louis bebió un poco de vino—. Katherine me envió fotos. —Carraspeó—. Estabas preciosa. Eres preciosa.
Se sacó el iPhone del bolsillo y se lo ofreció. Julia lo cogió, curiosa, y vio que tenía una foto suya como fondo de pantalla, con la ropa de graduada, dándole la mano a Katherine Picton.
—Me la envió ella —explicó, al notar la confusión de Julia.
Ésta empezó a revisar el resto de las fotos del teléfono de Louis, con decisión pero con el estómago encogido. Vio fotos de su viaje a Italia y otras de la pasada Navidad, pero ninguna de Paulina. Tampoco había fotos de otras mujeres. De hecho, todas eran de Julia, incluso las más provocativas que le había hecho en Belice.
Estaba sorprendida. Después de pasar meses convencida de que él no quería saber nada de ella, ese cambio de actitud era demasiado brusco para que pudiera asimilarlo de golpe. Le devolvió el iPhone.
—¿Te llevaste la foto de los dos bailando en Lobby? -Él alzó las cejas, sorprendido.
—Sí, ¿cómo lo sabes?
—Me di cuenta de que faltaba cuando fui a buscarte a tu casa. -Él trató de cogerle la mano, pero ella la apartó.
—Cuando volví al piso, vi allí tu ropa. ¿Por qué no te la llevaste?
—De hecho, no era mi ropa. -Louis frunció el cejo.
—Por supuesto que era tu ropa y sigue siéndolo si la quieres. -Ella negó con la cabeza. —Créeme, Julianne. Quería tenerte a mi lado. La foto era un sustituto muy pobre.
—¿Me querías a tu lado? -Sin poder contenerse, Louis le acarició la mejilla, sintiéndose muy aliviado al ver que no se encogía ni se apartaba.
—No he dejado de desearlo en ningún momento. -Julia se echó entonces hacia atrás, con lo que él se quedó acariciando el aire.
—¿Tienes la menor idea de lo que se siente cuando la persona a la que quieres te
abandona no una vez, sino dos? -Louis apretó los labios.
—No, no lo sé. Lo siento. Perdóname. —Espero unos instantes, pero al ver que ella no decía nada, siguió hablando—: Así que Paul te regaló esta camiseta. ¿Cómo está?
—Muy bien, ¿y a ti qué te importa?
—Es mi alumno —respondió él, formal.
—Como yo, en otros tiempos —replicó Julia con amargura—. Deberías escribirle. Me dijo que no sabía nada de ti.
—¿Así que has hablado con él?
—Sí, Louis, he hablado con él.
Ella se soltó la coleta y se pasó los dedos entre los mechones mojados. Él observó, extasiado, cómo la cascada de pelo oscuro y brillante se derramaba sobre sus delgados hombros.
—Me duele el pelo.
—No sabía que el pelo pudiese doler —contestó Louis con una resplandeciente sonrisa, antes de acariciárselo. Al cabo de un momento, cambió de expresión al recordar lo que había pasado en la calle—. Podían haberte hecho mucho daño, allí parada en medio de la calzada.
—Menos mal que no he soltado el portátil. Tengo todo mi trabajo ahí guardado.
—Habría sido culpa mía, por sorprenderte. Debía de parecer un fantasma, empapado y merodeando.
—No estabas merodeando. Y no parecías un fantasma. Parecías otra cosa.
—¿Qué parecía? -Ruborizándose, Julia guardó silencio. Louis la observó. Aunque había poca luz, su rubor no le pasó inadvertido. Deseaba sentirlo bajo sus palmas. Pero no quería ir demasiado de prisa. Ella hizo un gesto vago con la mano y cambió de tema.
—Paul sugirió que guardara una copia de seguridad en un lápiz de memoria, para no perder la información si le pasa algo al ordenador, pero hace tiempo que no lo actualizo.
Al oír la segunda mención a su antiguo ayudante de investigación, él reprimió un gruñido y una exclamación peyorativa. Se volvió hacia ella.
—Estaba convencido de que pensarías que me pondría en contacto contigo después de la graduación.
—¿Y si así fuera? El día de la graduación pasó y seguí sin saber nada de ti.
—Ya te lo he dicho, tenía que esperar a que acabara mi contrato, el uno de julio.
—No quiero seguir hablando.
—¿Por qué no?
—Porque no puedo decir las cosas que quiero decirte, mientras estás sentado en mi sofá.
—Ya veo —dijo él, lentamente.
Julia se removió inquieta, luchando con las ganas que tenía de lanzarse a sus brazos y decirle que todo estaba bien. Porque, en realidad, las cosas entre ellos no estaban bien. Y si no por él, al menos tenía que ser honesta por ella misma.
—Ya te he robado demasiado tiempo —dijo Louis, derrotado. Levantándose, miró hacia la puerta y de nuevo a Julia—. Entiendo que no quieras hablar conmigo, pero espero que me concedas una última oportunidad antes de decirme adiós. -Ella enderezó los hombros.
—Tú no me la diste. No me dijiste adiós con una conversación. Te despediste follándome contra una puerta. -Él se le acercó rápidamente.
—No digas eso. Ya sabes lo que pienso de esa palabra. No vuelvas a usarla cuando hables de nosotros.
Allí estaba de nuevo el profesor Tomlinson, quitándose el disfraz del Louis penitente. Aunque a Julia le molestó su tono de voz, estaba familiarizada con sus cambios de humor y sabía que no tenía nada que temer de él. Ignorándolo, se levantó, dispuesta a acompañarlo a la puerta.
—No te dejes esto —le recordó, señalándole el iPhone.
—Gracias. Julianne, por favor...
—¿Cómo está Paulina? -La pregunta quedó suspendida en el aire, como una flecha.
—¿Por qué lo dices?
—Me preguntaba si se habrían visto a menudo durante estos meses. -Louis se guardó el teléfono en el bolsillo.
—La vi una vez. Le pedí que me perdonara y le deseé que le fuera muy bien la vida —afirmó con decisión.
—¿Eso es todo?
—¿Por qué no me preguntas directamente lo que quieres saber, Julianne? — Apretó mucho los labios—. ¿Por qué no me preguntas si me acosté con ella?
—¿Lo hiciste? —preguntó ella, cruzándose de brazos.
—¡Por supuesto que no! -Su respuesta fue tan rápida y vehemente que Julia dio un paso atrás. Estaba indignado y lo demostraba apretando los puños.
—Tal vez he debido ser más concreta. Hay muchas cosas que un hombre y una mujer pueden hacer sin acostarse —añadió ella, alzando la barbilla, desafiante. Louis se obligó a contar hasta diez. No podía perder los estribos en ese momento.
—Me doy cuenta de que tu visión de mi ausencia y la mía son muy distintas, pero puedo asegurarte que no he buscado la compañía de otras mujeres. —Con expresión más calmada, añadió—: He estado a solas con tus fotografías y mis recuerdos, Julianne. Han sido compañeros muy fríos, pero la única compañía que anhelaba era la tuya.
—¿No ha habido nadie más?
—Te he sido fiel en todo momento. Te lo juro por la memoria de Grace. -El juramento los sorprendió a los dos. Al mirarlo a los ojos, Julia no dudó de su sinceridad y suspiró aliviada. Louis le cogió la mano con suavidad. —Hay muchas cosas que debí haberte dicho. Te las diré ahora, si vienes conmigo.
—Prefiero quedarme aquí —susurró ella y su voz adquirió un tono inquietante en la penumbra.
—La Julianne que recuerdo odiaba la oscuridad. —Louis le soltó la mano—. Paulina está en Minnesota. Se reconcilió con su familia y ha conocido a otra persona. Acordamos que ya no le pasaría más dinero y nos deseó lo mejor.
—Te lo desearía a ti.
—No. Nos lo deseó a los dos. ¿No te das cuenta? Ella pensaba que seguíamos juntos y yo no le dije lo contrario, porque para mí siempre hemos seguido juntos.
Fue como si Louis hubiera cogido la flecha en pleno vuelo y le hubiera dado la vuelta, encarándola hacia Julia. No le había dicho a Paulina que estaba libre, porque, en su mente, estaba comprometido. A ella le costaba admitirlo, pero la idea le iba calando.
—No hay nadie más. —Su voz sonaba sincera. Julia apartó la vista.
—¿Qué estabas haciendo delante de una cafetería cerrada, en plena noche?
—Armándome de valor para llamar a tu puerta —respondió él, dándole vueltas al aro de platino que llevaba en el dedo—. Tuve que convencer a Rachel para que me diera tu dirección. No fue fácil. -Julia le miró el anillo.
—¿Por qué llevas un anillo de boda?
—¿Por qué crees que lo llevo? -Louis se lo quitó y se lo ofreció. Ella no lo cogió.
—Lee la inscripción —le pidió él. Insegura, Julia cogió el anillo y, acercándolo a una de las velas, leyó:
JULIANNE, MI AMADA, ES MÍA Y YO SOY SUYO.
A ella se le hizo un nudo en la garganta. Rápidamente, le devolvió el anillo. Él se lo puso en el dedo sin decir nada.
—¿Se puede saber por qué llevas un anillo con mi nombre en él?
—Has dicho que no querías hablar —la reprendió Louis suavemente—. Pero ya que al parecer podemos hacer preguntas, ¿puedo preguntarte por Paul? -Julia se ruborizó y apartó la vista.
—Estaba en el lugar y el momento adecuados para recoger mis pedazos. -Él cerró los ojos y respiró hondo para no ceder a la tentación de decir algo mordaz, que sólo serviría para alejarla más.
—Perdóname —dijo, abriendo los ojos—. Este anillo tiene un compañero más pequeño. Los compré en Tiffany el día que compré el marco de plata para la ecografía de Maia. Sigo pensando que eres mi otra mitad. Mi bashert. A pesar de nuestra separación, en ningún momento se me ha pasado por la cabeza estar con otra mujer. Te he sido fiel desde que me dijiste quién eras, el octubre pasado. -De repente, a Julia le costó mucho respirar.
—Louis, desapareces sin avisar, pasas meses en paradero desconocido y ahora, de pronto... -Él la miró comprensivo, deseando abrazarla, pero ella seguía manteniendo las distancias.
—No tenemos que hablarlo todo esta noche. Pero si puedes soportarlo, me gustaría que volviéramos a vernos mañana —le pidió él, con una mirada melancólica. Ella levantó los ojos el tiempo justo para responder.
—De acuerdo. -Louis soltó el aire, aliviado.
—Bien. Mañana seguimos hablando pues. Que descanses. -Julia asintió, abriendo la puerta de la casa. Al pasar por su lado, Louis se detuvo. —¿Julianne? -Estaba muy cerca. Demasiado cerca. Ella levantó los ojos hacia él. —¿Me permites que... te bese la mano? —le preguntó con timidez. A Julia le recordó a un niño pequeño.
Se lo permitió, pero al verlo inclinado ante ella, no pudo resistir el impulso de besarlo en la frente. De repente, Louis la rodeó con los brazos y la besó.
Aunque mientras la besaba le costaba pensar en nada más, se concentró en transmitirle con los labios y con todo su cuerpo que era sincero, que no la había traicionado, que la amaba. Cuando ella le devolvió el beso con la misma pasión, Louis gimió.
Con un esfuerzo de contención, interrumpió el beso con delicadeza. Cuando Julia aflojó el abrazo, él le mordisqueó el labio inferior antes de besarla en ambas mejillas y en la punta de la nariz.
Al abrir los ojos, vio que el rostro de ella estaba embargado por varias emociones al mismo tiempo. Le acarició el pelo húmedo y la miró con deseo.
—Te amo.
Mientras se marchaba, Julia permaneció en silencio.
karencita__mb
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Aww jeje..Louis se puso celoso
Quiero un Louis,todas queremos uno
Ame que fuera largo el capitulo
LO AME,LO AME,LO A...Espera
''Mientras se marchaba''
¿¡QUE!?...¿Se va?..NO...NO...NO....ESO NO PUEDE ESTAR PASANDO...¿QUE TE PICA JULIA?CORRE Y TIRATE ENCIMA DE EL.
Cuando no creí que nos dejaría con la intriga,pasa esto ...Ahora estoy sufriendo un ataque :buho:niña eso no se hace
Siguela pronto...Quiero saber que sucederá con ...¿Jouis?
Quiero un Louis,todas queremos uno
Ame que fuera largo el capitulo
LO AME,LO AME,LO A...Espera
''Mientras se marchaba''
¿¡QUE!?...¿Se va?..NO...NO...NO....ESO NO PUEDE ESTAR PASANDO...¿QUE TE PICA JULIA?CORRE Y TIRATE ENCIMA DE EL.
Cuando no creí que nos dejaría con la intriga,pasa esto ...Ahora estoy sufriendo un ataque :buho:
Siguela pronto...Quiero saber que sucederá con ...¿Jouis?
Invitado
Invitado
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Como Julianne no le perdone, se lance a sus brazos, le bese, se ponga el maldito anillo de platino (¡MALDITA SEA! ¡ES UN MALDITO ANILLO DE PLATINO! ¡PLATINO!), se case con él, hagan 1313, él se opere para deshacer la vasectomía, y tengan 10398478957 de niños, yo me voy a enfadar.
Te mando, y si, te mando, que subas cuanto antes el siguiente capítulo porque yo ya no puedo esperar más para que estos dos vuelvan juntos.
¡Un beso!
Te mando, y si, te mando, que subas cuanto antes el siguiente capítulo porque yo ya no puedo esperar más para que estos dos vuelvan juntos.
¡Un beso!
Rachel116
Re: El ÉXTASIS de Louis [Hot-Erotica] 2da Temporada [TERMINADA]
Cheeky escribió:Aww jeje..Louis se puso celoso
Quiero un Louis,todas queremos uno
Ame que fuera largo el capitulo
LO AME,LO AME,LO A...Espera
''Mientras se marchaba''
¿¡QUE!?...¿Se va?..NO...NO...NO....ESO NO PUEDE ESTAR PASANDO...¿QUE TE PICA JULIA?CORRE Y TIRATE ENCIMA DE EL.
Cuando no creí que nos dejaría con la intriga,pasa esto ...Ahora estoy sufriendo un ataque :buho:niña eso no se hace
Siguela pronto...Quiero saber que sucederá con ...¿Jouis?
Siii es verdad todas queremos a un sexy Louis a nuestro ladoooooo!!
Jajajaj ya mismo la sigoooooo
Besos
Gracias por comentar
karencita__mb
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