~*Amor Inesperado*~ SEGUNDA TEMPORADA

Habían pasado ya cinco largos años, sin verla, sin saber nada de ella. Fingiendo estar muerto para el mundo. ¿Cómo sería mi regreso? No tenía la menor idea, pero mi deber era volver, tenía que hacerme cargo de los negocios que mi padre había abandonado al fallecer hacía ya un mes. Baje del avión y me puse mis gafas con efecto espejo Ray Ban, después de haber ajustado mi corbata en color azul marino con blanco. Camine por el pasillo con mi maleta en mano. Se sentía extraño volver. Pase por un café y después me dirigí a comprar un libro. Me detuve a ver las estanterías repletas de libros de finanzas y negocios. Desvié mi vista al puesto de revistas, solo quería asegurarme de que aún no se rumorara nada. Me encontraba revisando cada una de ellas, cuando de pronto ahí estaba. Elizabeth estaba en primera plana de la revista Forbes. “Dentro de la vida de Elizabeth Holland. Billonaria, joven, poderosa y comprometida”. Sentí como se aceleró mi corazón al leer la última palabra. Tome la revista y la compre. No podía creerlo. Ella no podía estar comprometida ¿Con quién? ¿Quién había tomado mi lugar?


-¡Joven Malik!- me saludo mi mayordomo con gran emoción.


-Gerald, te eché mucho de menos.


-Todos en la casa pensábamos que había fallecido en ese avión.


-Te solicito completa discreción con ese asunto, es importante que no se sepa nada aun- le dije a Gerald. –Elizabeth aun no puede saber que sigo vivo.


-Pero, joven Malik…


-Te dije que no, Gerald. Aún no- el asintió con la cabeza y subió mi maleta al coche. –Y dime Gerald ¿Hay noticias?- pregunte mientras abrochábamos nuestros cinturones de seguridad.


-Nada interesante, joven- dijo mientras encendía el auto.


-Sube la ventanilla, por favor.- se levantó un pequeño muro negro entre nosotros. Saque la revista de mi portafolios y me fui directo a la página donde estaba el artículo de su compromiso.


“Mi prometido, Niall Horan y yo aún no fijamos la fecha para la boda, pero estamos en eso” decía en uno de los párrafos. -¡Maldito hijo de perra!- grite en desesperación. El no pudo quitármela. No puede.


-¿Todo bien joven?


-Sí, Gerald, solo estoy leyendo un poco- me detuve a ver la portada. Lucia tan bella, feliz y radiante como siempre lo había hecho. Ahora se reflejaba su madurez en la mirada. Vestía un saco Blazer en color azul marino que marcaba su cintura a la perfección y un pantalón en color beige que la hacía lucir más alta. Cuando di la vuelta a la página había una foto de Niall con Elizabeth tomados de la mano y sonriendo como completos enamorados. 




La furia y los celos llenaron mi interior. Yo debía de estar con ella en esa portada, yo tuve que haber sido su prometido. Si tan solo no hubiera sido tan cobarde. Lance la revista hacia el vidrio del auto, causando así un fuerte golpe. Gerald bajo la ventanilla y me observo un poco asustado. –Leyó la revista Forbes, ¿Cierto?


-Si.


-Lo siento mucho joven.


-La voy a recuperar, Gerald. Hoy mismo hablare con ella.- el solo sonrió. Sabía que estaba siendo egoísta, pero en realidad no me importaba en lo más mínimo. Tenía que recuperarla.
 
~*Narra Elizabeth*~
Salí de la oficina a toda prisa, tenía que reunirme con la organizadora de bodas. El celular comenzó a sonar dentro de mi bolsa. –Niall, amor, sé que voy tarde pero ya estoy llegando.


-Está bien, mi vida. Conduce con cuidado.


-Sí, amor- termine la llamada y subí al auto. Al parecer hoy no era mi día de suerte, todos los semáforos estaban en rojo. Pase por las empresas Malik y sonreí ante el recuerdo de Zayn. De pronto vi un auto negro estacionarse al frente. Gerald bajo del auto y le abrió la puerta a... –No.- dije en voz alta. -¿Zayn?- No,  no podía ser posible. Moví la cabeza rápidamente hacia ambos lados y dirigí mi vista al semáforo. –Solo estas alucinando, Eliza. Zayn está muerto.- me repetía mientras veía como la luz cambiaba de rojo a verde. Llegue a la oficina de la señora Laurel Lambert, nuestra organizadora de bodas.


-Eliza, querida, por fin estas aquí- dijo con su bien marcado acento francés.


-Lo siento, tuve que arreglar unos pendientes en la empresa.


-¿No tuviste imprevistos en el camino, amor?- pregunto Niall tan atento como siempre. Me abrazo por la cintura y deposito un beso en mis labios.


-No amor, todo bien- sonreí.


-Estábamos discutiendo sobre el color de la mantelería, querida. No sé qué color prefieras tu- se dio la vuelta y de su escritorio tomo un cartapacio lleno de colores y pedazos de telas hermosas. –Yo pienso que deberíamos de usar un color borgoña o un color perla. Pero al fin y al cabo ustedes son los novios, ustedes eligen- sonrió. No podía dejar de repetir aquella imagen en mi mente. Ese joven era idéntico a Zayn. No había alcanzado a distinguir su rostro a la perfección, así que pudo haber sido alguno de sus parientes. –Amor, ¿estás bien?


-Sí, si lo siento.


-¿Qué colores te gustarían?- pregunto Niall sonriente.


-Yo había pensado en una combinación de colores otoñales ya que la boda se festejara en octubre. Me parecería perfecto la combinación de dorado con diferentes tonalidades de naranja. Claro no quiero todo naranja- sonreí.


-¡Perfecto!- dijo Lurel. –Así será. Mañana tenemos que solucionar lo de los arreglos de mesa. Es importante que los dos estén de acuerdo- dijo mientras anotaba los colores elegidos en una pizarra.


-De acuerdo. Nos vemos mañana entonces- dijo Niall. –Iré por el resto de mis cosas a mi departamento, amor. Nos vemos más noche.- dio un corto beso en mis labios y se fue en su auto.


Al llegar a mi casa, le pedí a Gustavo que lavara mi auto y a Zalma que acoplara una de las habitaciones para Niall. Después de haber tomado un relajante baño de burbujas, me puse mi ropa para dormir y baje por algo para cenar. Apenas estaba sacando el canasto de fresas del refrigerador cuando el timbre comenzó a sonar. Me apresure a abrir, pensando que podía ser Niall.



-Hola, Elizabeth.- quede muda. Tape mi boca con ambas manos y comencé a llorar. Esto no podía estar pasando, no ahora. –Te he echado mucho de menos- dijo Zayn, también con lágrimas en los ojos.