blind dreamers. | audiciones cerradas.

Podría haber sido el día mas aburrido de la historia de mi corta, sencilla y estúpida vida ¿Para que más? Largas clases en el instituto, no merezco estar en este, así lo pienso yo, pero que más da, estoy cursando el último grado y no vale la pena esforzarse aun mas, mas si nunca lo haz hecho en toda tu existencia. Asistir a clases no ha sido nada fácil, no para una persona como yo, un lum, las incontables veces en las que recibes visiones en cualquier momento y lugar, los sueños que no te dejan conciliar una noche estable y los censores que nunca te dejarán en paz, suena complicado conllevar estos a los que le podemos llamar "poder o desgracia", lamentablemente es algo indispensable y necesario en la vida de un lum; la mayoría de nosotros inventa las típicas historias de enfermedades, ya sea de todo tipo, las personas comunes y normales no deben saber que existimos y tampoco que somos la última generación de ellos, sobre todo que mantendremos una lucha contra las sombras, una lucha sin fin.

Ser la hija de un lum de luz y una humana es desastroso, a veces somos negados por las aldeas, pero siempre hay uno que no tiene la mayoría de reglas, ningún verdadero lum quiere a una luz grisácea o una luz negra entre ellos, podría ser peligroso para la aldea, sobre todo con las luces negras. La unión entre nosotros es de suma importancia, no podemos dejar que los nuestros sigan muriendo, falleciendo por culpa de las sombras, que cada día van en aumento, pero nuestra principal meta es destruir a las seis sombras, pero nuestro gran temor es que aquellas seis sombras logren unirse, para acabar con definición la raza de los lums y la humana. Las luces grisáceas y negras son requeridas cuando la capacidad y cantidad de lums menora notoriamente, a pesar de todo siempre necesitan uno de otros para no dejarse vencer.

Viéndole el lado bueno de ser una luz gris, es que no siempre estas debatiéndote entre la vida y la muerte, el lado malo es tratar de llevar la vida normal de un sencillo humano, al pensar en ellos enciende en mí la simple envidia, no tienen que tener todo lo que nosotros tenemos. Aun puedo recordar que pasaba miles de noches preguntándome el por qué me tocó este cargo, el por qué no fui una luz blanca o una simple humana, cuando empecé con mis preguntas apenas tenía los siete años de edad, fue el comienzo del terror en lo que se puede llamar familia, no había día en la que una pregunta no saliera de mis labios, preguntas que solo ocasionaban disturbios, mis padres no sabían como controlarlo, empecé a tener visiones a esta edad y era muy difícil para mi entender las cosas.

Es por eso que se ocasionaron problemas entre mi padre y mi madre, él era mas comprensivo, mientras que ella no, solo optaba por observar como ambos manteníamos largas y cómodas conversaciones, en cierto punto, ella no podía entendernos, era una simple humana que prefería no averiguar mas sobre mi padre, sobre mí, sobre nosotros. Alexander, como yo le decía a mi padre, se esforzó lo suficiente para hacer que me acepten en una aldea que este a mi alcance, mejorar mi aura y tener más conexión con mi chakra. El tiempo fue definiendo y era más que claro que tenia que ser separada de ellos, pero sobre todo fue mas mi decisión, no tengo idea de lo que habrá pasado con ambos, uno que otro día mantengo sueños en los que los veo, pero por alguna razón no me alegra.

— Rara —se escucha el típico insulto, ligero pero altamente afecta y rápidamente toda la clase sabe a quien va referido, a mí.

Abro los ojos lentamente y levanto la cabeza de entre el libro, que obviamente no leía y solo lo usaba para cubrir mi rostro, mientras me inundaba en mis pensamientos. ¿Se preguntan el porque el dichoso apodo? Soy una dichosa chica de llevarlo, perdiendo la estabilidad en cualquier momento, las visiones que te desconectan notablemente de la realidad por unos minutos, todos han sido expectantes de alguna de estas escenas, como lo dije y repito, llevar una vida no es nada fácil.

Es recomendable para un lum no hacer mucho contacto con los humanos y velar por ellos en silencio.

— Si te refieres a mi, puedes callarte, el chiste ya es antiguo —arremeto contra el chico de la chaqueta de cuero, nunca me ha interesado saber quien es él en particular, ni las personas a mi alrededor.

Una sonrisa sarcástica se expande en su rostro, con gusto se lo entrego a las sombras, a los tipos de personas como él solo les gusta sentir la satisfacción de causar el fastidio en los demás y créanme que su sola presencia basta, puedo ser demasiado paciente, pero conmigo se esta hartando y no podré soportarlo aun más, así que es mejor usar el método de la ignorancia.

— Veo que decidiste hacerme caso esta vez —dice la ojiverde, sentándose a mi lado y acomodando su mochila a un lado y se podría decir que esta chica es una de las pocas y mejores que he tenido.

— Juro que si él respondía, yo también lo hacía —digo girándome para verla y fingir una sonrisa— Además no quería otro sermón de tu parte, querida Michelle —desvío la vista, buscando unos lápices más.

— Muy bien pensado, mis sermones son muy lindos —dijo mostrando signos fallidos de indignación, que resultó de manera graciosa.

Por gran suerte era la última hora del día y el sonido del timbre que anunciaba que las clases habían terminado se dejó escuchar, rápidamente todos los alumnos salían por las puertas, a nadie le gusta permanecer dentro de estas cuatro espantosas paredes, o al menos así las veo yo.

— ¿Vienes con nosotros?  —pregunta Michelle, su sonrisa me inspira confianza, es mi amiga, pero no pertenezco a su círculo social, y si mantengo mas contacto, las sombras podrían darse cuenta.

— No, hoy tengo muchas cosas que hacer, acumulaciones —me excuso con lo primero que pasa por mi mente, río bajo y tomo mi mochila, seguido salgo del lugar antes que ellos.

Me gusta más sentirme sola, la soledad puede ser tu mejor amiga en varias ocasiones; el cielo es gris, la lluvia no tarda en dar su presencia y el viento corre moviendo hojas y arbustos, el frío es confortable y me da seguridad, el solo hecho de sentir la piel fría, exhalo con calma y luego me encamino hacia mi negro auto, dejo descansar mi cabeza sobre el manejo por unos segundos y seguido enciendo el auto, poniéndolo en marcha hacia el departamento en el que vivo sola, hace un año. No puedo evitar no interesarme en las personas que se divisa, no es de mi interés, solo causaría la simple envidia y el lamento de mi parte, a largo plazo se vuelve a convertir en algo neutral, callando tus sentimientos, convirtiéndose en algo neutral, sin ganas de llorar y sentirte mal, o reir y alegrarte por que vives, todo eso no es de total importancia.

Llego y estaciono el auto, acto seguido saludo con total normalidad al portero e ingreso al ascensor para poder ir a tomar un descanso del aburrido, meto las llaves y abro la puerta, una particular carta en el suelo llama mi atención, casi nadie tiene comunicación conmigo, siempre viviendo entre las sombras y la oscuridad, siempre la luz detrás de las sombras, la levanto y seguido cierro la puerta detrás de mí. "Alexander Heart", el nombre escrito con la única tinta y característica de él, hasta puedo asegurar que utilizo una pluma, tan a la antigua; decido dejarla sobre la mesa de la pequeña sala e ir a tomar un buen baño.

Al terminar con lo propuesto por mi misma, con toda la calma del mundo tomo la carta y voy a mi habitación, me acomodo sobre la cama, acto seguido la abro. "Necesito que te cuides mucho, esto puede ser el fin, los lums están siendo capturados y asesinados uno por uno por las sombras, cuando leas esto, posiblemente ya no esté con vida, quiero que mantengas en tu memoria que los de tu generación son los únicos que pueden vencerlas, te quiero." fue lo único que la carta decía, las lágrimas no tardaron en salir y mojar mis mejillas, di un largo suspiro, no podía sentir nada y la única persona a quien quería de verdad posiblemente ya no esté a mi lado, todo por las malditas sombras.

Pero ha sido la alarma de que la guerra entre sombra y luz acaba de empezar.