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*La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
nueva lectoraaaa!!
hay porfavor siguela
ME ENCANTO!!!!
porfavor te lo ruego siguela, que la ame ♥♥ (L)
hay porfavor siguela
ME ENCANTO!!!!
porfavor te lo ruego siguela, que la ame ♥♥ (L)
♥desttinyjonas♥
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
Mis niñas! Feliz Navidad y Feliz Año nuevo a todas! Como dije en la otra novela, estoy muy apenada con ustedes porque les habia prometido capítulo y nunca lo llegué a subir pero entre los problemas que he tenido y mis clases de conducción... No he tenido tiempo para nada. Pero acá estoy para subirles ya sus capis!
Puede que les suba el maratón final con los capítulos que quedan :)
Puede que les suba el maratón final con los capítulos que quedan :)
ForJoeJonas
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
· Capítulo 8
—¿Puedo hablar con _________ Longley, por favor? Soy Gwen Shertleff, de los Servicios Sociales de Great Falls.
________ se sintió desilusionada. Era ridículo, pero en el fondo del corazón había esperado que fuera Joe.
«No puede ser», se reprendió. Quizá estuviera ausente días o semanas antes de dar caza al criminal.
Se sentó en una de las sillas de la cocina y agradeció que Sarah hubiera terminado de cenar y se encontrara en el salón con el juego de elfos eléctricos que Kyle y Julia le habían regalado para Navidad.
—Soy yo. El marshal McClain dijo que usted llamaría, aunque no había esperado saber de usted la noche de Navidad.
—Por desgracia, la Navidad es un tiempo en que muchos niños son víctima de la violencia doméstica. Me han asignado este caso. Mi trabajo es acompañar a la pequeña que usted llama Sarah de vuelta a Misisipí.
—¿Se ha realizado una identificación positiva? —jadeó—. ¿Han encontrado a sus parientes?.
—Al parecer así es.
El conocimiento de que Sarah tenía una familia que la esperaba le encogió el corazón.
—Lo que debo hacer es entregarla a los Servicios Sociales de Jackson, donde será alojada en un hogar temporal hasta que se solucionen los trámites legales. Tengo entendido que ha sido usted quien la encontró y ha cuidado de ella.
—Sí —tragó saliva.
—¿Se encuentra en buenas condiciones para poder viajar?
—Físicamente, sí.
—De acuerdo. Como al parecer el buen tiempo va a durar otras cuarenta y ocho horas, volaré a West Yellowstone por la mañana en un helicóptero del gobierno y la trasladaremos a Salt Lake para tomar el avión a Misisipí.
«Santo cielo, ¿tan pronto?»
—¿Puede tenerla en el aeropuerto a las nueve de la mañana?
—Bueno, sí... pe... pero su situación la tiene tan angustiada que no creo que confíe bastante en usted como para acompañarla.
—Lo entiendo. Estas situaciones siempre son difíciles y desgarradoras. No obstante, debido a los cargos de secuestro, la ley estipula que debe ser devuelta de inmediato. Las autoridades estarán ansiosas por hablar con ella. Desde luego, cuanto antes se reúna con sus seres queridos y reciba terapia, más pronto se adaptará y podrá sanar emocionalmente.
—Tiene razón —respondió con voz quebrada. En lo más hondo de su ser llegó a la conclusión de que las autoridades no iban a tratar a Sarah con la sensibilidad de Joe. En cuanto a sus parientes, ¿la querrían como necesitaba ser querida?
—Como representante de los Servicios Sociales, quiero darle las gracias por su ayuda y generosidad. Por lo que tengo entendido, la pequeña tal vez no hubiera sobrevivido durante la noche si usted no la hubiera encontrado.
—Fue un milagro —las lágrimas cayeron por su mejilla.
—Es la naturaleza de la Navidad —comentó la otra mujer con voz amable—. La veré a las nueve. Si surge algún problema, puede llamarme a mi casa.
__________ apuntó su número y luego colgó sumida en una profunda tristeza.
Al día siguiente Sarah se iría.
Incapaz de soportarlo, tomó la decisión de no comunicarle nada hasta la mañana. Esa noche era Navidad, una noche especial. Necesitaba ese tiempo con Sarah. Quizá fuera el último del que dispondría con la pequeña.
Decidida, se cercioró de que la puerta de atrás tenía el cerrojo puesto, apagó la luz y se dirigió al salón.
El resplandor de las luces del árbol navideño iluminaba la sonrisa feliz de Sarah tumbada boca abajo con su pijama de Rudolph mirando cómo cada elfo realizaba su truco programado.
—Si puedes olvidarte de ese juego durante un rato, tengo una historia para leerte que creo que te gustará.
Sarah se levantó del suelo.
—¿Qué historia es?
—Es una sorpresa —desenchufó el juego, inspeccionó que la puerta delantera también estuviera cerrada y volvió a transformar el sofá en cama.
Sarah se metió bajo las sábanas mientras ___________ sacaba el libro de cuentos de la estantería. En cuanto se acomodó, la pequeña se acurrucó contra ella y estudió el dibujo de la tapa largo rato sin decir nada.
Al final la curiosidad pudo con ella.
—¿Qué libro es?
—El Mago de Oz.
Lo abrió por la primera página y comenzó a leer; Sarah se mostró extasiada y formuló cientos de preguntas. Quiso saber por qué el gato en la historia era de cristal, su cerebro rosa y jamás tenía que comer.
_________ no recordó si ella le había hecho a su madre tantas preguntas cuando de pequeña oyó esa historia por primera vez. Pero apostó que su madre no sintió tanto placer y satisfacción como ella en ese momento al imaginar que Sarah era su hija. Suya y de Joe.
Después de un buen rato, Sarah se quedó en silencio y terminó por dormirse. ____________ le dio un beso pero continuó leyendo en silencio. Necesitaba la maravilla y la magia de ese libro para no pensar en el trauma de la separación a la mañana siguiente.
«Sueña con Oz, __________. Si sueñas, entonces no pensarás en que Joe se encuentra en alguna parte bajo la inclemencia de los elementos, rastreando a un asesino que podría volverse contra él y...»
—¿_________? ¿Podemos tomar tortitas otra vez para el desayuno?
Alzó la cabeza de la almohada. Su reloj indicaba las siete y diez. Era evidente que Sarah llevaba despierta algún tiempo a la espera de que ella abriera los ojos.
—Claro, cariño. ¿Por qué no subes a vestirte mientras yo preparo la masa? Sé que hay una niña muy hambrienta en esta casa.
Sarah soltó una exclamación feliz y corrió escaleras arriba.
___________ aprovechó el momento a solas y fue a la cocina a llamar a Julia. Necesitaba discutir la estrategia para despedirse de Sarah con su querida amiga. Además, quizá supiera algo de Joe.
Mientras preparaba el desayuno, lo planearon todo. Julia reconoció que no le envidiaba lo que tenía que hacer, ya que no había ningún modo de despedirse de la pequeña sin que todas las partes sufrieran en el proceso. En cuanto a Joe, no sabía nada del departamento del marshal.
Al colgar, Sarah entró en la cocina vestida y lista para comer. Devoró las tortitas.
—¿Podemos hacer ángeles de la nieve esta mañana en el patio delantero?
—Tengo una idea mejor —sonrió—. ¿Te gustaría dar una vuelta en helicóptero?
—¿Qué es eso?
—Es una especie de avión.
—¿Te refieres a que puedo subir al cielo?
—Sí. Todo el trayecto hasta Misisipí
—¿Misi qué?
_________ no supo si reír o llorar.
—Es otra ciudad en la que viviste antes de que esos hombres malvados te llevaran con ellos. También vas a viajar en avión. Y cuando llegues a Misisipí, tu familia te estará esperando.
«Por favor, Dios, haz que sean buenas personas que quieran a Sarah y la deseen tanto como yo».
—Pero Charlie dijo que yo no tenía mamá.
—Sin embargo, tienes otros familiares, como Ojo, el niño pequeño del libro que leímos anoche, que tenía un tío al que quería.
—¿Yo también tengo un tío?
—Tal vez. Quizá tengas abuelos y primos. Una señora muy agradable llamada Gwen te va a llevar con ellos. Nos reuniremos con ella en el aeropuerto dentro de un rato. Aunque primero debemos guardar tu ropa y tus regalos en la maleta que te vas a llevar contigo.
—¿Jimmy entrará en la maleta?
La pregunta la sorprendió, ya que no podía imaginar que Sarah capitulara con tanta celeridad sin plantear problemas.
—Probablemente no. Puedes llevarlo contigo. Después de terminar la leche, ¿por qué no recoges todo mientras yo busco una maleta? Tendremos que darnos prisa para no llegar tarde.
—De acuerdo. ¿Puedo llevarme a mis elfos?
—Por supuesto.
—¿Y el libro de Oz?
—Sí, cariño. Y tu sombrero vaquero y las espuelas, las zapatillas y el calcetín con el resto de los caramelos que aún no te has comido.
Antes de que Sarah saliera volando de la cocina, corrió hacia _________ y la abrazó con fuerza.
Qué ironía que descubriera en ese momento el verdadero significado del amor maternal, cuando le iban a arrebatar a Sarah. El dolor empeoró media hora más tarde al marcharse al aeropuerto en el coche.
Ese día resultó ser tan hermoso como el de la Navidad. Gwen Shertleff tenía razón al querer aprovechar el buen tiempo. Pero __________ no pudo evitar desear que la tormenta que le había entregado a Sarah hubiera durado al menos una semana más para que nadie pudiera ir a ninguna parte. Sin Sarah y sin Joe.
Al entrar en el camino que conducía al aeropuerto, el sonido de unos rotores despertó la alarma en su cuerpo. Necesitó de toda su fuerza de voluntad para no poner rumbo al norte, donde nadie pudiera encontrarlas.
Con una inquietud creciente, se dirigió hacia el hangar principal.
—¡Ahí está el helicóptero! —gritó Sarah entusiasmada.
—El viaje será divertido, cariño. Quédate dentro del coche hasta que yo te lo diga. ¿De acuerdo?
—De acuerdo.
Larry, padre de cinco hijos, y uno de los mecánicos que hablaban con una mujer de pelo castaño, la saludaron con la mano. El piloto del helicóptero se hallaba sentado ante los controles, listo para despegar.
Gwen Shertleff se dirigió hacia ella cuando ___________ bajaba del coche.
—Buenos días, señorita Longley. Gracias por traer a Sarah a tiempo —hablaba en voz alta para contrarrestar el ruido de las aspas.
—De nada —le estrechó la mano a la trabajadora social.
—¿Sabe Sarah qué va a pasar?
—Sí.
—¿Se ha quejado?
—En absoluto.
—Gracias de nuevo por ser una buena samaritana —dijo con sinceridad—. Sarah es una pequeña afortunada.
__________ sintió un nudo en la garganta. Después de batallar con las lágrimas, dijo:
—La afortunada soy yo.
Los ojos compasivos de la otra parecieron entenderlo.
—Prometo llevarla a casa a salvo.
—Estoy segura de que lo hará —se secó la humedad de los ojos.
—¿Quiere sentarla usted en el helicóptero?
—Por favor. Para que lo sepa, la envío con una maleta y regalos.
—Lo sospechaba —Gwen sonrió mientras se dirigían al asiento del pasajero del Blazer, donde Sarah ya había empezado a abrir la puerta.
__________ las presentó, sorprendida aún por la aceptación dócil de Sarah ante sus circunstancias. La pequeña le tomó obediente la mano y comenzó a caminar hacia el helicóptero, con los ojos brillantes por la aventura que la esperaba.
Larry subió todo a bordo mientras le indicaba a Sarah dónde sentarse. Le puso el cinturón de seguridad y le dio un beso en la mejilla. Gwen ocupó su sitio al lado de la pequeña al tiempo que en silencio le indicaba a ___________ que hiciera que la despedida fuera lo más breve posible.
Pero antes de que ella pudiera formular las palabras, Sarah preguntó:
—¿Dónde os vais a sentar Joe y tú?
Con esa única pregunta se hizo realidad la peor pesadilla de __________. Solo en ese momento entendió por qué Sarah había cooperado tanto.
—No podemos ir contigo, cariño. Por eso ha venido Gwen. Ella te llevará con tu familia, que te espera y te quiere. ¿Lo recuerdas?
El rostro adorable de la niña fue una máscara de dolor.
—¡No quiero ir! ¡No dejes que me lleve, ___________! ¡Quiero quedarme contigo y con Joe! ¡No me dejes! ¡No me dejes!
—Será mejor que se vaya —Gwen le musitó las palabras a una horrorizada ___________ mientras Sarah se afanaba por soltarse el cinturón de seguridad.
Tuvo que obligarse a darle la espalda a la pequeña. Con la ayuda de Larry, saltó al suelo. La expresión del mecánico reflejó tormento cuando Sarah comenzó a gritar con desesperación. Incluso con la puerta del helicóptero cerrada, los sollozos desgarrados de Sarah llegaron a oídos de ella. Le recordó la noche en que la encontró aporreando el escaparate de la tienda. Pensó que podría morir allí mismo. Larry la tomó por la cintura cuando las aspas rotaron a toda velocidad y el helicóptero se elevó en el aire.
—Pobre pequeña —murmuró él con tristeza.
—Santo cielo, Larry... ¿qué he hecho?
—No importa lo doloroso que haya sido, tenías que hacerlo.
—¿Estás seguro? Porque yo no.
—Por supuesto. No olvides que los niños son fuertes. Cuando vuelva a estar con su familia, olvidará esto. Le salvaste la vida. Que eso sirva para consolarte.
—En este momento nada podría consolarme, pero gracias por ser amable.
Trastabilló hasta el coche. Una vez dentro, se derrumbó sobre el volante. Había experimentado tantas pérdidas dolorosas. Su angustia había alcanzado el cénit.
ForJoeJonas
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
· Capítulo 9
5 de enero
_________ clavó la vista en el calendario. Habían pasado casi dos semanas desde que Joe y Sarah desaparecieron de su vida.
Incluso con Julia trabajando en la policía, no había tenido noticias de ninguno de los dos. No creía que pudiera soportar ese purgatorio mucho más tiempo.
—¿_________? ¿Por qué no te vas a casa? Esta noche cerraré yo. Te has quedado hasta tarde desde la Navidad.
—Prefiero estar aquí —«no soporto estar en casa a solas con mis pensamientos»—. Tú tienes una familia que te espera.
Dave fue a decir algo, pero se lo pensó mejor. Ella supo lo que pensaba. Que también tendría que tener una familia.
Se puso el anorak y el gorro de piel. Antes de salir por la puerta, se detuvo un momento.
—Perdona por inmiscuirme, pero con tu título en literatura inglesa, ¿has pensado alguna vez en dejar que alguien dirija la tienda para que tú pudieras irte a la gran ciudad y conseguir un buen trabajo como profesora? Conocerías a mucha más gente que aquí.
—Claro que he pensado en ello.
—Entonces piénsalo un poco más. Es lo único que voy a decirte.
—Gracias por preocuparte, Dave. Buenas noches.
Él asintió antes de marcharse.
En cuanto atravesó la puerta _________ colocó el cartel de cerrado y se puso a llorar. Todo el día se había visto obligada a contener las lágrimas delante de los clientes. Al quedarse sola, pudo ceder a su agudo dolor.
Cuando se calmó un poco, se enfundó el anorak y cerró. Llevaba un rato nevando un poco. Se avecinaba otra tormenta. ¿Estaría Joe a la intemperie?
El mal tiempo encajaba con sus pensamientos sombríos mientras conducía. Al entrar en su casa vacía, cerró la puerta y el sonido reverberó en el vacío de su corazón.
Había quitado todos los adornos navideños para no ver recordatorios de la Navidad más mágica que había conocido.
«Dave tiene razón. Esto no es vida».
Podría dejarle la dirección del negocio a él y alquilar la casa. En cuanto al trabajo de enseñanza, no eran muy fáciles de conseguir. Sin embargo, con sus credenciales siempre podría trabajar en una empresa al por menor. Conocía a diversos propietarios de tiendas en Salt Lake, Los Ángeles o Las Vegas que la contratarían al instante.
Encontrar un trabajo en otra parte no era un problema.
Encontrar su vida... ese era su dilema espiritual.
Como la vida que anhelaba con Joe y Sarah no era posible, debería crearse una nueva. Nadie lo haría por ella.
Con una determinación que no sentía, fue a la cocina para telefonear a Dave. Le plantearía una propuesta.
Al alargar la mano al auricular, sonó el teléfono. El corazón le dio un vuelco. ¿Podría ser Julia con alguna noticia de Joe?
—Hola —respondió con voz débil.
—¿_________ Longley?
Reconoció la voz de la trabajadora social. Cerró los ojos con fuerza.
—¿Gwen? ¿Cómo se encuentra Sarah? —soltó—. He estado muy preocupada.
—Estoy haciendo algo muy irregular al llamarla, pero he pensado que debía saber lo que había pasado. Tenemos pruebas positivas de que es la pequeña cuya madre fue asesinada por aquellos convictos. Su verdadero nombre es Myra Lyman. Va a ser ofrecida en adopción.
—¿Quiere decir que no tiene una familia que la quiera? —preguntó sorprendida.
—Su único familiar conocido es su tío Jimmy, destinado en ultramar con los marines.
—¡Por eso bautizó Jimmy a su oso! Joe y yo nos preguntamos por qué se le ocurrió con tanta rapidez.
—Al parecer ese Jimmy Lyman visitó de vez en cuando a su hermana soltera antes de que la asesinaran. Aunque pareció contento de que encontraran con vida a su sobrina, no tiene interés en la situación. Está soltero y es reacio a aceptarla. Como no muestra interés en ser su tutor legal ni ahora ni en el futuro, intentaremos que la adopten.
»De momento se aloja con una familia en Jackson y está muy triste. Mi contacto en los Servicios Sociales de allí me cuenta que la pequeña ha establecido un vínculo con usted y el marshal McClain. En sueños no para de repetir una y otra vez sus nombres.
__________ se mostró tan feliz por la noticia que tuvo dificultad en hablar.
—¿Puedo ir a verla?
—No creo que sea una buena idea a menos que esté preparada para hacer algo al respecto. ¿La quiere?
—Con todo mi corazón —le tembló la voz—. ¿Puedo darle acogida hasta que consiga adoptarla legalmente?
—Quiere decir usted y el mar...
—No —cortó—. Él está soltero y pretende continuar de esa manera. Pero fue maravilloso con Sarah mientras se alojó aquí.
—Comprendo —repuso tras una larga pausa—. Por lo general un juez quiere que un niño vaya a un hogar estable, con padre y madre. Pero las circunstancias de Sarah son muy poco usuales y el daño hecho ha sido grave. Yo votaría por usted en el tribunal, señorita Longley. Cuando el helicóptero despegó, ni el piloto ni yo tuvimos dudas de que separábamos a una niña de la mujer que quería que fuera su madre.
—Gracias por decirme eso —murmuró emocionada—. ¿Cuándo puedo ir a verla?
—Tan pronto como consiga un billete. Me ocuparé de que se reúna con la trabajadora social de Jackson. Allí ella se ocupará de todo.
—Gracias, Gwen —las lágrimas corrieron por sus mejillas—. Gracias desde el fondo de mi corazón.
—Cuando un caso se resuelve de esta manera, me encanta mi trabajo. Como le he dicho, Sarah es afortunada —carraspeó—. Y ahora, si tiene papel y lápiz a mano, le daré todos los detalles.
—¿Qué es el chile?
—Algo rico para tu estómago —bromeó con Sarah, sentada en la silla junto a la encimera—. Yo pelo los tomates así, y luego los añadimos a la carne y las alubias.
—Quiero hacer algo.
—Vale. Puedes traerme las cebollas y los pimientos verdes que hay en la parte baja de la nevera.
Trabajaron en armonía hasta que una olla grande con chile se puso a hervir al fuego.
—¿Cómo es que Joe no ha venido?
Sarah había formulado esa pregunta veinte veces desde que __________ la recogiera de Misisipí la semana anterior. Nadie más que ella quería una respuesta. Desde la Navidad no tenían noticias de él.
—Está trabajando.
—¿Qué clase de trabajo?
—Es marshal.
—¿Qué es eso?
—Ayuda a la gente que está en problemas.
—¿Estamos nosotras en problemas?
—No, cariño —sonrió—. No lo estamos.
—Ojalá lo estuviéramos —afirmó la pequeña con su ingenuidad infantil—. Entonces podría venir a ayudarnos —la impecable lógica desafiaba todo comentario—. Si vas a ser mi mamá, ¿por qué él no puede ser mi papá?
—Por su trabajo, no puede vivir en un sitio todo el tiempo. Tiene que viajar por todo el país para ayudar a la gente.
—Pero si yo fuera su hijita, ¿no se quedaría en casa para jugar conmigo?
—Estoy segura de que si fueras su hijita, sacaría mucho tiempo para estar contigo.
—Cuando venga, voy a preguntarle si puedo ser su hija.
—Cariño —experimentó una oleada de pánico—, vas a ser mi hija.
—Pero también quiero ser su hija.
—Para que eso sucediera tendría que casarse conmigo.
—¿Qué es casarse?
—Cuando un hombre y una mujer se quieren mucho —suspiró—, deciden casarse. Eso significa que viven juntos en la misma casa todo el tiempo. Pero como ya te he dicho antes, Joe debe vivir en muchos sitios distintos.
—Podríamos vivir en muchos sitios distintos con él, ¿no? —preguntó con seriedad.
—Supongo que sí. Pero no estamos casados.
—Entonces pidámosle que se case.
—Las chicas no hacen eso.
—¿Por qué no?
—Porque es el hombre quien tiene que solicitárselo a una mujer. Debe amarla mucho para hacer eso.
—¿Joe te ama mucho?
—No lo creo —la conversación la desgarraba.
—Lo vi besarte.
—Yo también lo vi besarte a ti —se mordió el labio—. Simplemente pasaba un rato agradable con nosotras.
—Te vi besarlo. ¿Lo amas mucho?
«Mucho».
—Creo que es un hombre maravilloso. Y ahora, jovencita, mientras se hace la cena, voy a ir a darme una ducha. Mientras tanto, quédate aquí y juega en la mesa con los rotuladores y el papel. No tardaré mucho.
—Vale. ¿Puedo hacer un dibujo?
—Por supuesto.
Le dio un beso en la cabeza antes de salir de la cocina. La charla sobre Joe se había prolongado demasiado. La sola mención de su nombre aumentaba la preocupación y el dolor en su interior. Al tocarse las mejillas, pensó que quizá tuviera fiebre.
ForJoeJonas
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
· Capítulo 10
—¿Hola?
Cuando Joe oyó que era la voz de una niña la que respondía, estuvo a punto de dejar caer el teléfono móvil.
—¿Sarah?
—¿Eres Joe?
Rio entre dientes a pesar de la sorpresa de descubrir que aún vivía con ___________.
—Sí. ¿Cómo está mi vaquera?
—Bien. ¿Cuándo vas a volver a casa?
«¿Casa?»
Movió la cabeza con incredulidad.
—Cuando tú lo digas.
—¿Puedes venir ahora mismo?
—¿Crees que a __________ le parecerá bien?
—Sí. Antes de meterse en la ducha, dijo que eras un hombre maravilloso.
—¿De verdad? —el corazón le latió deprisa.
—¿Sabes una cosa? Voy a ser la hija de ____________.
—¿Sí? —descubrió que respondía tal como hacía siempre Sarah.
—Sí. Fue a Misisipí a buscarme y ahora va a adoptarme. Mi verdadero nombre es Myra Lyman, pero ella va a llamarme Sarah Longley.
Él sintió un nudo en la garganta.
—Eres una chica muy afortunada de tener una madre como ____________.
—¿A ti no te gustaría tener una hija?
—Por supuesto —se le nublaron los ojos.
—¿Te gustaría yo?
—Me encantaría tener una hija como tú.
—Vale. Entonces lo único que tendrás que hacer es pedirle a ____________ que se case contigo, porque ella dice que las chicas no pueden pedírselo a los chicos.
No supo si reír o llorar.
—¿Qué más ha dicho?
—Que no estás casado porque tienes que ir por todo el país ayudando a la gente. Pero nosotras podríamos ir contigo, ¿no?
—¿Es eso lo que te gustaría?
—No. A mí me gustaría que te quedaras con nosotras en casa todo el tiempo.
«Y a mí también, cariño. Y a mí también. Ahora que el monstruo que te robó dos años de tu vida está detrás de unas rejas, la vida en un rancho me parece una maravilla».
—Quizá eso se pueda arreglar.
—¿Qué significa arreglar?
—Que veré lo que puedo hacer para quedarme en casa todo el tiempo.
—Entonces, ¿nos vamos a casar?
—Si a __________ le parece bien.
—¡Espera! ¡Iré corriendo a preguntárselo!
—No, Sarah. Deja que yo hable...
Pero era demasiado tarde. Oyó que el auricular caía y supo que la pequeña había ido a buscar a ___________.
Mientras esperaba, condujo por las calles de West Yellowstone con la frente perlada de sudor porque temía que su sueño pudiera estropearse.
Pero después del beso que __________ y él habían compartido, no había sido capaz de pensar en otra cosa mientras iba en pos de Charlie.
La nieve, sumada a la vastedad del Parque, había dificultado la persecución, pero al fin lo había alcanzado cerca de Mammoth Falls. Intercambiaron disparos hasta que Charlie se quedó sin munición. Joe le había dado en la pierna y luego se lo llevó a rastras.
Gracias a Dios todo había terminado. Gracias a Dios en unos minutos vería a _________ y a Sarah.
—¿Joe? —gritó la pequeña.
Por ese entonces él tenía el corazón desbocado.
—¿Qué, cariño? ¿Qué ha dicho _________?
—Cree que es una broma porque estás soltero.
—Solía serlo —sonrió—, pero ya no.
—¿Y eso?
—Porque me enamoré de ___________.
—Oh... entonces está bien. Ella dice que un hombre tiene que amar mucho a una mujer para pedirle que se case.
—Tiene razón.
—¿Cuándo os vais a casar?
—Eso depende de ___________ —rio.
—Un momento.
El teléfono chocó con tanta fuerza que le lastimó los oídos. No aguardó mucho.
—Dice que tal vez todos deberíamos ser amigos al principio.
—Ya lo somos —musitó—, pero creo que tiene razón. ¿Qué hay para cenar?
—Chile.
—Hacedme un sitio a la mesa, cariño. Llegaré en un minuto y tengo hambre.
Cerca de las once de la noche, Sarah se quedó dormida en el sofá. Una nerviosa _________ siguió a Joe mientras la subía al dormitorio y la tapaba.
Como fue Sarah la que había contestado el teléfono mientras ella se hallaba en la ducha, la cuestión del matrimonio, que jamás se tendría que haber sacado, flotaba en el aire. Menos mal que Sarah se había quedado dormida. En ese momento los dos podrían mantener una charla seria.
Al bajar, ___________ se volvió para mirarlo. Pero los ojos miel de Joe le recorrieron la cara y la figura con tal intensidad que apenas fue capaz de concentrarse.
¡Estaba vivo! No le había sucedido nada. La realidad de su presencia física, de sus rasgos atractivos y de su vitalidad la dejó sin aliento.
—Joe... —comenzó incómoda—. No sé qué decir. Por favor, no pienses que le mencioné el matrimonio a Sarah siguiendo un plan retorcido para conseguir un marido. Anhela tanto formar parte de una familia que pide cosas que no puede tener. No des por hecho que me tomé en serio la conversación anterior.
—¿Quieres decir que la idea de casarte con un viejo solterón que no puede llamar hogar a ningún sitio te resulta repugnante?
—¡Claro que no! —exclamó con mucha vehemencia. Al darse cuenta, se ruborizó y desvió la vista—. Pero una no decide casarse por el deseo de una niña. No se alcanza semejante decisión con alguien a quien conoces de una sola noche.
—En circunstancias normales, estaría de acuerdo contigo. Pero las quince horas que pasé contigo me abrieron los ojos. Y creo que a ti también, si sirve como elemento de juicio el beso que me diste en el patio de Julia. Por eso me encuentro aquí. No he dejado de soñar con él y el modo en que me hizo sentir. Hazme sentir así otra vez, __________ —instó con voz ronca.
—Yo... yo...
—No pienses —susurró al abrazarla. Su boca se posó con deseo febril en la suya—. Dame algo de ese amor que le has estado entregando a Sarah. Lo necesito, tanto como ella.
¿Cuántas veces durante las últimas semanas había imaginado que Joe le suplicaba que lo amara de esa manera?
Luego, cuando recobrara la cordura, quedaría aturdida por su propia reacción. Pero en ese momento, unos sentimientos poderosos la empujaron a expresar la necesidad que tenía de ese hombre y perdió la noción del tiempo y del espacio.
La tormenta que iba en aumento en el exterior jamás podría estar a la altura del deseo creciente que despertaron en ella sus manos y su boca. Había creído conocer el amor con Mark, pero Joe la transportaba a otro reino, donde tanto las almas como los cuerpos compartían la comunión.
Despacio, sin darse cuenta de cómo había sucedido, se encontró tendida en sus brazos delante de la chimenea. Cada vez que el viento gemía alrededor de la casa, la abrazaba un poco más fuerte, la besaba con más intensidad.
Con la intención de ejercer un poco de control, separó los labios con renuencia de los de Joe y apoyó una mano en su cara. Necesitaba afeitarse. Le gustó la sensación áspera y masculina contra sus dedos.
—Me siento tan agradecida de que no sigas ahí afuera persiguiendo a ese miserable ser humano.
—Amén —murmuró sobre su tierno cuello.
—Dime qué sucedió. Necesito saberlo.
Con un suspiro resignado, la acercó más y durante un rato estuvo contándole los detalles de la captura.
—Después de esposarlo, el cuartel general me comunicó que el cuerpo del otro convicto, y el de un perro, habían sido hallados en un granero en Santaquin. Ambos habían recibido dos disparos.
—Espero que no me consideres horrible por decir esto —se agitó en sus brazos—, pero me alegro de que esté muerto. Ahora podremos contarle a Sarah que no debe preocuparse de que el otro hombre venga a buscarla.
—Yo me siento igual de aliviado —musitó con intensidad—. Sin duda cuando los forenses terminen con su trabajo, podrán relacionar las balas con el arma de Charlie. El departamento desconoce de dónde salió el perro. Al enterarme de que era blanco con manchas marrones, de pronto comprendí por qué Sarah había confundido a una vaca con un perro en tu adorno navideño.
—Va a necesitar terapia —se aferró a él.
—Hubo una época en que no creía en eso, pero hay ciertas experiencias en la vida que requieren ayuda exterior.
Ese reconocimiento hizo que se apartara y lo mirara a los ojos.
—¿Quieres hablar de ello? —murmuró. Él asintió despacio.
—Cuando era policía, surgió una emergencia que hizo que todos los agentes, incluso lo que estaban fuera de servicio, tuvieran que responder. No pude ponerme en contacto con mi compañero, que probablemente había desconectado el teléfono para poder dormir. De modo que fui a su apartamento y entré por la puerta de atrás para despertarlo. Al llegar al dormitorio, descubrí a mi novia con él.
___________ sintió un aguijonazo de angustia. Lo que le acababa de contar era mucho peor que lo que le había hecho Mark. Hundió la cara en su hombro.
—Dos de mis compañeros habían pasado por la misma experiencia y me sugirieron que no me vendría mal hablar con un profesional. Tenían razón. Cuando pierdes la confianza en ti mismo, te muestras tan irracional que es casi imposible recuperarla.
—Lo sé.
—Julia me habló de tu experiencia —confesó—. Es obvio que ambos las hemos dejado atrás. Ahora reconozco que elegí amar a una persona superficial. Pero nunca me di cuenta de lo superficial que era hasta que te conocí. Cielos, __________... —los ojos le ardieron como dos carbones al rojo—. Eres una mujer hermosa, pero por la forma en que acogiste a Sarah, sin cuestionarte nada ni pensar en ti misma, me di cuenta de lo hermosa que eras por dentro como persona. Eso es lo que he estado buscando. Una belleza interior que dure para siempre. Cuando esta noche Sarah contestó el teléfono y me dijo que ibas a adoptarla, supe que eras la mujer que quería como esposa.
Ella captó el temblor en su voz y no pudo resistir darle un beso.
—Supe que te quería como marido cuando me preguntaste cuál podía ser la mejor manera de ganarte la confianza de la pequeña. Tu sensibilidad es tan rara que algo dentro de mí me dijo que había encontrado al hombre que había estado buscando toda la vida. Comprendo que es demasiado pronto para decirlo... —la voz se le quebró—... pero no puedo evitarlo. Me he enamorado de ti, Joe.
—Yo también estoy enamorado de ti —musitó antes de cubrirle otra vez la boca—. Se lo dije a Sarah por teléfono. Lo que siento por ti no desaparecerá. El amor surgió sin que me diera cuenta, de lo contrario no habría tomado la decisión de dormir aquí la Nochebuena.
—Pero lo hiciste para protegernos.
—En parte, pero no fue el único motivo. ¿De verdad crees que tengo por costumbre pasar la noche con alguien involucrado en el caso que esté llevando en ese momento, en particular una mujer soltera? Si el departamento del marshal supiera que lo hice, me quitarían la placa.
—Aquella noche albergaba en secreto la esperanza de que quizá no quisieras dejarme.
—Ahora conoces la verdad —murmuró antes de volver a besarla. Varios minutos más tarde añadió—: Quiero quedarme contigo para siempre. Quiero casarme contigo, pero primero deseo que conozcas a mi familia. Quiero que Sarah conozca a todos los primos que va a heredar. Debemos tomar decisiones importantes. Sarah me ha hecho saber que me quiere en casa todo el tiempo.
—¡Y yo! —exclamó con suavidad.
—¿Qué te parecería trasladarte a Great Falls, donde podría dedicarme a llevar un rancho? Ese poni espera a Sarah.
—Creo que sabes lo que pienso —le tembló la voz—. En cuanto a la pequeña, estará encantada.
—Si hacemos eso —se puso serio—, significará arrancarte de tu hogar aquí y de tu empresa familiar.
—Después de que Sarah y tú os fuerais —comenzó con serenidad—, me quedé tan abatida que decidí que Dave llevara el negocio o comprara mi parte, con el fin de poder irme a otra parte a empezar una nueva vida.
—Me gusta eso de una nueva vida, mientras me incluyas en ese escenario —respiró hondo.
—¿Qué es eso de un escenario? —los interrumpió una voz de niña.
Ambos giraron la cabeza hacia las escaleras y pronunciaron su nombre al unísono. Joe extendió los brazos.
—Ven aquí, mi pequeña vaquera, y te lo explicaré.
Sarah corrió hacia ellos.
—¿Nos vamos a casar? —exigió en cuanto quedó envuelta en los brazos de él.
—Sí, cariño —__________ esbozó una sonrisa radiante—. Lo haremos.
—Bien.
Lo siguiente que supieron es que había vuelto a ponerse de pie.
—¿A dónde vas? —quiso saber Joe.
—¡He de contárselo a Julia! ¡Me pidió que prometiera que la llamaría en cuanto fuera oficial! —indicó por encima del hombro.
Abrazados, estallaron en una carcajada. Ese solo era el comienzo...
Fín
ForJoeJonas
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
Bueno mis niñas, hasta aquí esta novela de Navidad :) Espero la hayan amado tanto como yo y... les quiero preguntar si quieren que les suba otra nove de Navidad.
Ya sé que pasaron las fechas pero bueno... ustedes deciden :)
Un besote!
Ya sé que pasaron las fechas pero bueno... ustedes deciden :)
Un besote!
ForJoeJonas
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
Que hermosuraa! me encanto la nove
Por mi si PONLA.
Por mi si PONLA.
Creadora
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
aaaaaaaaaaw me encanto ♥ en verdad que si , estubo hermosa esta novela y si si si ! me encantaria que subieras otra . estas novelas me hacen sentir la piel de gallina la verdad jaja . sigue con otra chica un beso :*
Lilah
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
aww me encxantoo!!:)
la novela estuvoo
superduperhipermega hermosaa!
JAJAJAJA
te lo juroo me encantoo;)
& sobre subir otrraa!
puess.. como tu quiieraass
yo te estaree esperando ;D
JEJEJEJE
por ciierto mañana es mi cumple :B
LOL
jijiji
estemm bueno
me encantoo graciias porsubirlla!
by-Ale
la novela estuvoo
superduperhipermega hermosaa!
JAJAJAJA
te lo juroo me encantoo;)
& sobre subir otrraa!
puess.. como tu quiieraass
yo te estaree esperando ;D
JEJEJEJE
por ciierto mañana es mi cumple :B
LOL
jijiji
estemm bueno
me encantoo graciias porsubirlla!
by-Ale
AleMoralesT3
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
Ay, mori
Fue hermosa la nove!
Me puse re mal cuando se llevaron a Sarah
Es hermosa la nena :)
Me daba risa como decia "nos vamos a casar" como si fueran los 3 a casarse XD
Y mori con lo que le decia Joe
Bueno, ame la novela y espero que subas otra :D
Besos
Fue hermosa la nove!
Me puse re mal cuando se llevaron a Sarah
Es hermosa la nena :)
Me daba risa como decia "nos vamos a casar" como si fueran los 3 a casarse XD
Y mori con lo que le decia Joe
Bueno, ame la novela y espero que subas otra :D
Besos
Lulajonatica
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
aww me encanto!!!!!!!!!! la ame... como se te ocurre preguntar si queremos otra novela de navidad... es obvio que si....
jonatic&diectioner
Re: *La Primera Navidad de Sarah* (Joe y tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiii ame esta noveeeeee!!!!!!!
graciiaaas por subirlaaaaaa!!!!!!!!!
y aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiiiii
pon otraaaaa aunque ya haya pasado navidad porfaaaaaaa
soy tu faaaannnnnn
graciiaaas por subirlaaaaaa!!!!!!!!!
y aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiiiii
pon otraaaaa aunque ya haya pasado navidad porfaaaaaaa
soy tu faaaannnnnn
chelis
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