Story of a lonely guy. | Tom DeLonge.

Me presento, soy Thomas DeLonge. Voy en mi último año de universidad, no diré cuál por razones personales, o más bien porque es una que odio. Estoy obligado a estudiar derecho porque mi familia está llena de abogados, pero no es lo mío. Además de las caras extrañas que ponen mis compañeros de carrera al verme, me hacen querer irme al inframundo y no volver, yo no era como ellos, ellos se visten con ropa cara, de importantes marcas; yo me vestía con ropa barata y desordenada, pero no era porque me faltara dinero, sino por decisión propia; ellos demoraban horas y horas en el baño duchándose y arreglándose; yo sólo tomaba una ducha, revolvía mi cabello, me ponía lo primero que encontraba en mi armario y ya estaba listo para el resto del día.

Pero hay una chica que no me mira como los demás, siempre que cruzo miradas con ella, me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa, hemos intercambiado un par de palabras, es muy hermosa, a veces me saluda en los pasillos, es casi perfecta, su única imperfección es su novio. En todos lados hay una persona de tu mismo sexo, que consigue todo lo que tú quieres, y en esta historia también la hay. Billie Foster, el chico que tiene a la mujer de mis sueños, Britney.

Cuando los veo juntos, me siento mal, terriblemente mal. No es que esté enamorado, no, nunca, pero me siento muy mal, sin ánimos de seguir. Siempre que están juntos, siento una tormenta en mi interior, que hace que truene mi corazón y que se rompa al ser impactado por los rayos.

Billie siempre me ha desagradado, y creo que el sentimiento es mutuo. Y, cuando descubrí que él era el causante de los suspiros de amor que soltaba Britney, creo que le agarre más odio del que ya le tenía. Es un brabucón, de esos que hay en las secundarias, pero en las universidades también hay uno, o tal vez él sea el único.

Aun así, él nunca me ha hecho nada malo, nunca me ha golpeado, nunca me ha insultado, pero sé cómo me mira, y sé que él sabe que siento algo por su novia, así que digamos que nuestra relación no es muy buena.

Lo veo salir de uno de los salones, camina por el pasillo en el que está mi casillero, en el cuál estoy apoyado con mis manos en los bolsillos de mis pantalones ajustados y gastados, lo sigo con la mirada, y puedo apreciar que camina hacia el amor de mi vida, o sea, su novia. Veo que habla con ella unos segundos, hasta que llega uno de sus amigos, y empiezan a hablar, dejando a la rubia de lado. Al parecer nota mi mirada, y gira su cabeza encontrándose conmigo, me sonríe y me saluda con la mano, yo le devuelvo el saludo con una sonrisa en mi rostro. No aparta su mirada, yo tampoco la mía, pero finalmente pierdo esta pequeña lucha de miradas, y miro al suelo, sonrojándome.

¿Yo me estoy sonrojando? ¿En serio? Soy un chico que utiliza Converse con estampados de cuadros negros y blancos; pantalones gastados y ajustados; camisetas con la palabra “Fuck”, “Shit”, “Drugs” y con palabras como esas; que tiene un piercing doble en su labio inferior; y que escucha música Punk. ¡No puedo estar sonrojándome!

Vuelvo mi mirada al frente, y me doy cuenta de que Billie viene hacia mí, enojado. Oh, no, esto no es bueno. También noto como Britney viene tras él, gritando algo que no logro entender ya que viene muy atrás. No puedo seguir pensando, porque el gorila, más conocido como Billie, me toma de mi sudadera azul marino, y me azota contra los casilleros, haciendo que quede con mis pies colgando, ya que me eleva aún hasta quedar a su altura.

— ¿Qué haces mirando a mi novia? —pregunta cerca de mi cara.
— Woah, ¿ahora no puedo mirar a las chicas? —respondo, ¿de dónde saqué esa rudeza? Sí, no es mucha rudeza, pero es un logro.
— Sí, puedes, pero no a la mía, ¿está bien friki?
— No lo llames así —escucho que dicen a la espalda del grandulón, reconozco esa voz, es Britney.
— Fuera, perra, yo arreglaré esto —le murmura. ¿Le acaba de decir perra? Oh, amigo, has cometido un error.
— Ni te atrevas a llamarla así —escupo con brusquedad en mis palabras, mientras lo golpeo en sus partes bajas con mi pie derecho, por suerte este estaba justo en frente de su entrepierna, me ahorro un poco de esfuerzo físico. Él cae, y yo también ya que nada me sostiene ahora. Me levanto mientras él sigue en el suelo, y el chico que estaba hablando con él hace un rato viene a socorrerlo. Lo pateo una última vez, y camino con mis manos en mis bolsillos, siento cómo alguien me persigue, sé que no es Billie, ya que sus pasos suenan más fuerte por su peso, pero estos con suerte se sentían. Me giro sobre mis talones y veo a Britney corriendo hacia mí.
— Gracias por eso —murmura cuando llega hacia mí, luego de recuperar un poco de aire.
— No es nada, eres una chica muy bonita, muy buena, no mereces ser tratada así —veo que se sonroja ante mis palabras, se ve tan tierna.
— No sé si sabías, pero el baile será la próxima semana y, bueno, cómo yo acabo de terminar con ese imbécil, no tengo con quien ir… —oh, claro, el baile. Al parecer las plásticas siguen creyendo que están en la secundaria y harán un baile de “graduación” la próxima semana, no tengo ganas de ir, no quiero usar un traje para ir solo y comerme toda la comida diminuta que dejen en la mesa de bocadillos—. Me preguntaba si querrías ir conmigo —espera, ¿qué? ¿Me ha pedido ir con ella al baile? ¿Acaso alguien saldría de la nada y me diría “caíste"?
— ¿En serio?
— Sí… Bueno, sólo si quieres. Tal vez no quieras, ya que esas cosas tal vez no sean tu estilo, pero puedes decírmelo porque entenderé. Pero de verdad me gustaría ir contigo, pensaba terminar con Billie hoy para estar libre y preguntarte, pero acaba de pasar esto y…
— Iré contigo, pero nunca he usado un traje y no pienso usar uno de mi padre, así que tendrás que acompañarme a comprar uno  —la interrumpo esperando que no se enoje por haberlo hecho, pero era necesario.
— ¿Has dicho que sí? —murmura cuando se da cuenta de mi respuesta.
— Sí… A menos que se te hayan quitado las ganas de ir con alguien punk-rock, siendo que tú eres una chica normal —digo haciendo gestos con mis manos—. Generalmente las chicas me evitan, así que no sé cómo decirte que sí de una manera más romántica, lo siento —ella ríe ante lo que digo, no lo decía de broma, pero hagámoslo pasar como que sí lo es. Río levemente al ver cómo sus mejillas se sonrojan, es tan tierna.
— Te acompañaré a comprar un traje —toca mi mano mientras me sonríe. El contacto me hace sonreír y sentirme extraño por dentro—. Después de la última clase, la cual, sino me equivoco, tenemos juntos, ¿verdad? —Asiento en respuesta, ella aprieta su mano sobre la mía—. ¡Genial! Te veo luego —me besa en la mejilla izquierda, para luego irse a algún lado que desconozco.

¿Alguien puede decirme qué ha pasado? ¿Acaso la chica de mis sueños me ha invitado al estúpido baile de graduación, me ha tocado la mano y me ha besado en la mejilla? ¿Todo en el mismo día? Esto debe ser un estúpido sueño, sí, eso debe ser. Me pellizco, pero me arrepiento al sentir el dolor en mi brazo. Froto mi brazo, esperando a que el dolor pase. Miro en la dirección en la que se ha ido Britney y suspiro, aún sigo impactado por lo que acaba de pasar. Saco mi teléfono de mi bolsillo trasero, me están llamando, es mi madre.

— ¿Qué quieres, mamá? —contesto rápidamente, mientras hablo bajo para que nadie se dé cuenta de que hablo con la mujer que me dio la vida. Tengo una reputación de chico solitario y punk-rock que debo cuidar.
— ¿Vas a venir temprano hoy a casa? —pregunta interrogante, con su tono maternal.
— No lo sé, iré a comprar un traje para…
— ¿Un traje? ¿Para qué quieres un traje siendo que tu padre aquí tiene muchos que puedes usar? —me interrumpe, de la manera más irritante posible, con su voz aguda.
— Mamá, iré al estúpido baile de graduación con una linda chica, no pienso ir con algo de mi padre, ¿está bien?
— ¿Irás al baile con una linda chica? —Dice emocionada— ¡Dios mío, Tom! No puedes desaprovechar esto. Yo te acompañaré a comprar ese traje, tienes que verte perfecto. Pregúntale a tu cita con qué ira, para que combinen y…
— ¡Mamá! Por favor, para. Yo iré a comprar ese traje, y no irás conmigo. No quiero que me avergüences o algo por el estilo, déjame solo —cuelgo enojado, siempre es lo mismo, mi madre interviene en algo que me importa y termino avergonzado. Reitero, tengo una reputación que cuidar.


— No pienso usar esto —digo dentro del vestidor de la tienda en la que estoy con Britney, me miro al espejo que hay en él y me siento ridículo.
— Oh, vamos, debes verte hermoso. Por favor, sal de ahí y muéstrame qué tal te ves —exclama con una voz tierna. Finalmente salgo, y me dan ganas de volver a entrar al vestidor antes de que alguien me vea. Ella me escanea de pies a cabeza y viceversa, para luego sonreír—. ¡Te vez genial!
— No es mi estilo, ¿no puedo gastarlo un poco? —Ella niega con una sonrisa en su rostro—. ¿Ponerle cosas de bandas de punk? —Ella vuelve a negar de igual manera—. No me queda nada más que decir que sólo hago esto por ti.


— ¿Tenemos que entrar ahora? —pregunto fuera de la universidad, mientras miro cómo entran algunos de mis compañeros de clase.
— Sí, ahora. Te dejé usar una muñequera de cuadros negros y blancos, me la debes —dice mientras se pone detrás de mí y empieza a empujarme, pero como era de esperarse, no me muevo ni un milímetro.
— Deja de intentarlo, ni en un millón de años me moverías, soy mucho más pesado que tú —me doy la vuelta para que deje de empujar—. Está bien, entremos —le ofrezco mi mano, ella la toma y entramos. Directamente nos dirigimos al gimnasio mientras hacemos bromas que sólo nosotros logramos entender. Llegamos, está todo decorado con cosas rosa que ningún hombre pudo haber hecho, por lo menos ninguno de los que tienen su lado femenino casi nulo.
— ¡Todo quedó tan bonito!
— Sé que el rosa es tu color favorito, así que sólo diré que esto está hermoso, para que te sientas feliz con mis comentarios —ella ríe, se aferra a mi brazo y se sonroja. Es una ternura, nunca me cansaré de decirlo.


La noche fue muy bonita, bailamos un poco, hablamos, Billie se apareció, pero al verme con Britney se fue, ¿raro?, sí, muy raro. Pero fuera de eso lo pasamos genial. Y por si se preguntan, me le declaré al amor de mi vida. No fue algo muy preparado, la verdad se me ocurrió en el momento. Bailábamos una canción lenta, ella estaba abrazada a mí y con su cabeza apoyada en mi pecho, yo sólo sonreía mientras me movía al ritmo de la aburrida canción. Y, de la nada, lo digo; “Creo que estoy enamorado de ti”. No esperen algo más cursi que eso, ya que creo que primero vomitaría antes de decir algo mejor. Ella me respondió con algo extremadamente cursi, extrañamente no me sentí extraño ni asqueado, lo encontré lindo. Lo más bonito de todo, es que luego de responderme, me besó. ¡Me besó! Es algo que sigo sin procesar; el chico punk-rock se ha enamorado de una chica rosita y cursi, ¿quién lo creería?

Así que, finalizando, espero que les guste este relato, con un aburrido final, una corta historia, de un chico solitario. Mejor dicho, un ex chico solitario, ya que ahora no estaría tan solo gracias a una pequeña rubia.

hi.: