Re: The curse ||H.S. & tú|| (Ángeles caídos)

por **Framboise** Vie 29 Ago 2014, 1:46 pm

Sangre

Las sensaciones de mi cuerpo humano me estaban dejando gravemente abrumada. Se suponía que no debía de tener tanto problema, puesto que algunas otras veces había tenido que descender desde el cielo para poner el orden en la Tierra. Sin embargo, el nuevo cuerpo que me habían asignado parecía resistirse a la mente pura de la cual mi alma de ángel estaba hecha. Habían tantas cosas que tenía que controlar; sensaciones, olores e incluso pensamientos. El cuerpo de un adolescente era un torbellino de emociones y sensaciones, y para un alma vieja de ángel, aquello realmente me estaba dejando confundida.

En la oscuridad de aquél día, también me di cuenta de lo mucho que resplandecía mi cuerpo humano. Parecía como si en mi interior, lejos de tener órganos humanos, tuviera una especie de luz. Y de cierta manera, la tenía. La luz del que todos los ángeles de alto rango como yo, tenían. Y por supuesto, por la piel casi translúcida que poseía, era muy obvio que aquellas características divinas se hicieran más frecuentes.

Frente a mí, se encontraba el chico que minutos antes me había secuestrado en sus musculosos brazos de adolescente. Tenía el rostro airado; como si estuviera pensando qué decir, o quizás simplemente estaba concentrado en un pensamiento que se le hubiera cruzado por la cabeza. En alguna otra ocasión, hubiera pensado que él era un chico sin escrúpulos, un típico adolescente con las hormonas disparadas al límite. Pero en aquél momento, todo su cuerpo e incluso él parecía estar tranquilo; como si mi presencia fuera su sedante. Bueno, no era la única persona a la que mi presencia le hubiera resultado sedante. Los ángeles, por característica propia, teníamos la ventaja de poder manipular los sentimientos de los demás, haciéndolos pasar de la ira a la tranquilidad, como de la tristeza a la felicidad. Aunque mis poderes no funcionaran de todo en él, había cierta conexión que debía de aceptar yo también, me tranquilizaba…o más bien, nos tranquilizaba. Se dio cuenta de la mirada intensa que le dirigía, entonces, fijó su esmeralda mirada en mí. Esbozó una media sonrisa, haciendo relucir unos dientes perfectos y blanquecinos, que parecieron brillar más con las luces del café a donde me había llevado.

Hacía un rato, había estado realmente asustada del muchacho. Los ángeles también teníamos miedo, y realmente después de descubrir la verdad acerca del chico de rulos, precisamente no tenía muchas ganas de conversar siquiera con él. Sabía que mi misión se había dificultado, pero debía de hacer el intento de que él volviera a ser lo que era. Y después de haberme acorralado un par de veces cuando intenté de manera vaga escapar, decidió llevarme a un café el cual cerraban hasta las primeras horas de la madrugada. Aún era temprano, pero la oscuridad que llegaba desde el exterior del ventanal, cubría parte de mi brazo derecho, haciéndolo relucir ligeramente. Mis pensamientos fueron traídos a la realidad humana, dándome cuenta de la presencia del atractivo muchacho que tenía en frente.

-Ya no pareces tan asustada como antes –se acercó ligeramente, poniendo ambos brazos sobre el centro de la mesa- ¿Por qué te pusiste nerviosa cuando te dije “ángel’’?

Realmente, éste muchacho aunque no recordara su vida pasada, tenía clara experiencia en descubrir los secretos de los demás. Aquello me estaba atormentando demasiado.

-Tu aspecto de hace rato no era precisamente atractivo como siempre –repliqué- No estaba nerviosa, pero usualmente no te encuentras a un compañero de la escuela a una hora considerada en la noche, que te tapa la boca y te dice ángel ¿o sí?

Su rostro se crispó en una mueca. Quizás no le daría más vueltas, pero tratándose de Harry Styles, todo era posible.

-¿Te resulto atractivo?

Bueno, quizás si me había atrapado. Debo de medir mucho más mis palabras.

-¿Sabes, Styles? Me tengo que ir antes de que se haga más noche, gracias por el café. Hasta luego.

Me levanté de mi asiento, con una velocidad un poco exagerada de lo que hubiera sido normal. Corrí hacia la entrada en forma de huida, esperando aumentar un poco la velocidad de mis pasos con la esperanza de que me perdiera de vista del ruloso. Pero al darme cuenta de su presencia detrás de mí, supe que no iba a hacer eso posible. Me giré hacia él, con una expresión severa. Él lucía claramente divertido, como siempre. Era una de esas personas que te hacían sentir que se estaba burlando de ti. Quizás él lo estaba haciendo; se estaba burlando de mí, pero no me importaba en lo absoluto.

-Te seguiré hasta tu casa, para asegurarme de que te vayas a asustar por un gato –aceleró el paso, posicionándose a mi lado.

Él se lo había buscado. Si quería seguirme, entonces tenía que abstenerse a la ley del hielo que le iba a aplicar. No lucía muy elegante aquella oración, pero asimismo, el ruloso tenía la facilidad de hacerte enojar con tan sólo decir dos palabras de su estúpido vocabulario. Intenté parecer que mi paso luciera seguro, sin embargo, los pies e incluso mi cuerpo en general, parecía estar negándose a obedecerme una vez más. Varias veces me estuve cayendo, ganándome la exasperación del chico por tener que sacarme de apuros en los que estuve metida. Y debido a su presencia tan majestuosa que parecía estar recordándome cada vez que rozaba mi brazo a propósito, sentía algunos insectos voladores en mi estómago, que a lo largo del camino me comenzaron a provocar náuseas.

-¿Cómo es que de pronto llegas aquí? Quiero decir, no es un pueblo muy conocido, y de pronto llega una desconocida.

Y nuevamente, me pescó en mi gran mentira. No sería fácil decirle que aparte de querer corregir su comportamiento que les estaba trayendo dolor de cabeza a todos los consejeros del cielo, estaba en una misión secreta contra los grandes enemigos del cielo. Los demonios.

-Me interesó mucho la calma de éste pueblo –cuando observé su rostro de insuficiencia, decidí añadir:- Aparte de que mis padres viajan mucho, y me aconsejaron que para comenzar a vivir sola escogiera un pueblo no muy sobrepoblado.

-¿Antes vivías con tus padres? –parecía estar demasiado interesado, lo podía ver en su rostro. Asimismo, podía ver un atisbo de su pasado.

-Sí, pero por lo mismo de que viajaban mucho el andarme dejando sola los hacía preocuparse a menudo, así que me llamaban en horas “libres’’. No estaban haciendo bien su trabajo, así que les pedí que me dejaran sola –desvié por completo la cabeza, dando a entender que no quería muchas más preguntas personales.

Antes de enviarme a la Tierra, un grupo de ángeles me había dado mi “historial’’, tanto académico como de vida. Me habían dicho qué decir, a los curiosos como el ruloso que tenían un par de preguntas que hacerme. Sin embargo, me habían advertido que tuviera mucho cuidado con las amistades que llegara a hacer, pues requieren de mucho tiempo y además, siempre te van a dar información a cambio de que tú les des un poco de la tuya. Realmente, el único que me había hecho preguntas tan personales había sido aquél chico. Pareció entender inmediatamente mi indirecta de que no preguntara más cosas, pero tratándose de él supe que jamás se iba a dar por vencido en su ingenua búsqueda de información.

Sin dirigirnos una vez más la palabra, ambos llegamos a lo que era mi residencia, tan majestuosa como para una persona tan solitaria como yo. Necesitaba ser ocupada por otro ser vivo, y en aquellos instantes planeaba adoptar un perro el cual sería más que bienvenido a la casa. Aunque no quisiera hacerlo, la falta de modales me provocaría más tarde un dolor de cabeza, sumado de una gran culpa acumulándose en mi pecho.

-¿Quieres pasar a cenar? –le pregunté con una media sonrisa, no del todo fingida.

-Claro, me encantaría. Con el café no tuve suficiente, sólo sirvió para darme más energía, pero sigo teniendo hambre –sonrió, entrando a la casa mientras le daba el paso.

Ambos dimos paso a la cocina, la cual consistía en una barra en forma de rectángulo, con los diferentes utensilios de cocina distribuidos por la barra en la que se servían los alimentos. Al lado, habían sillas para sentarse. El ruloso, más que dispuesto, tomó una de esas sillas. Comencé a preparar un plato fácil y rápido, con la destreza del ángel por el que se me caracterizaba. Sin embargo, a pesar de mi destreza no pude evitar una cosa. Mientras cortaba rápidamente un pedazo de jamón, el cuchillo se me escapó de las manos, cortándome el dedo índice. Sangre rojiza característica de que el cuerpo humano en el que estaba sentía dolor, comenzó a salir. Antes de que pudiera volverme al lavabo para enjuagarme, el muchacho atrapó mi mano, y se llevó mi dedo índice a los labios, para después lamer la sangre.

Jamás había visto algo tan repulsivo como eso, pero refiriéndose a su pasado supuse que aquello podía ser posible. Alejé rápidamente mi mano de su boca, sin evitar mostrar una mueca de repulsión. Como dándose cuenta de lo que acababa de hacer, el ruloso se removió en su asiento, claramente incómodo.

-Lo siento, no sé qué me pasó. Fue un impulso –desvió la mirada, tratando de evitarme a toda costa.

No supe que aquello sería el despertar del monstruo que era él.

por **Framboise** Vie 29 Ago 2014, 1:47 pm

¿Pensaron que ya no iba a subir capítulo? ¡Pues ha! Todavía tienen a alguien que las esté molestando para rato :3

por **Girl Almighty** Vie 29 Ago 2014, 3:17 pm

Oooh Dios!! Me encantó! Ya te extrañaba y a tus novelas, tienes que seguirla! xX.

por **lydia_morales097** Sáb 30 Ago 2014, 10:21 am

DIOOOOOOS ESTA GENIAAAAAAL TIENES QUE SEGUIRLAAAA
OMG MUERO CON HARRY
YA MORIA POR QUE LA SIGUIERAAAAS!! QUE BUENO QUE VOLVITE HEHEHE
ESCRIBES HERMOSOOO
ESPERO QUE LA SIGAS PRONTO JUJU

BESOS!!

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