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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 1 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Autor:No lo se, muchos créditos.
Adaptación: Si.
Advertencias: Contenido homosexual, smut, lenguaje vulgar.
Otras paginas: si, wattpad.
Un boxeador caído.
Un chico con un sueño roto.
Una competencia...
El hace que olvide mi nombre. Una noche fue suficiente y olvide todo excepto al sexy boxeador que hace que mi mente y cuerpo ardan en llamas de deseo.
Harry Styles es el hombre mas fuerte y confuso que he conocido en mi vida.
Es la estrella de uno de los más peligrosos circuitos de peleas clandestinas, y me siento atraído por el como nunca me he sentido atraído por algo en mi vida. Me hace olvidar quien soy, que quiero, solo con una mirada suya. Cuando esta cerca, necesitó recordarme que soy fuerte - pero el es mas fuerte que yo. Y ahora es mi trabajo mantener su cuerpo en forma como una perfecta maquina de pelea, sus músculos tensos y listos para vencer a sus próximos oponentes...
Pero la mayor amenaza que tiene, ahora, soy yo.
Le quiero. Le quiero sin miedo. Sin reservas.
Si tan solo pudiera saber a ciencia cierta que es lo que el quiere de mi...
Hola.
Bueno me uni al foro hoy mismo ya que vengo para seguir subiendo las novelas de Amelia ya que ella ha debido dejar el foro. Realmente espero que lean las novelas ya que Amelia realmente se ezforso adaptadola para ustedes.
Por cierto, yo soy Elizabeth pero pueden llamarme LIZ.
Estaré constantemente subiendo capitulo . Espero con ansias leer lo que opinan.
Besos
Adaptación: Si.
Advertencias: Contenido homosexual, smut, lenguaje vulgar.
Otras paginas: si, wattpad.
Un boxeador caído.
Un chico con un sueño roto.
Una competencia...
El hace que olvide mi nombre. Una noche fue suficiente y olvide todo excepto al sexy boxeador que hace que mi mente y cuerpo ardan en llamas de deseo.
Harry Styles es el hombre mas fuerte y confuso que he conocido en mi vida.
Es la estrella de uno de los más peligrosos circuitos de peleas clandestinas, y me siento atraído por el como nunca me he sentido atraído por algo en mi vida. Me hace olvidar quien soy, que quiero, solo con una mirada suya. Cuando esta cerca, necesitó recordarme que soy fuerte - pero el es mas fuerte que yo. Y ahora es mi trabajo mantener su cuerpo en forma como una perfecta maquina de pelea, sus músculos tensos y listos para vencer a sus próximos oponentes...
Pero la mayor amenaza que tiene, ahora, soy yo.
Le quiero. Le quiero sin miedo. Sin reservas.
Si tan solo pudiera saber a ciencia cierta que es lo que el quiere de mi...
Hola.
Bueno me uni al foro hoy mismo ya que vengo para seguir subiendo las novelas de Amelia ya que ella ha debido dejar el foro. Realmente espero que lean las novelas ya que Amelia realmente se ezforso adaptadola para ustedes.
Por cierto, yo soy Elizabeth pero pueden llamarme LIZ.
Estaré constantemente subiendo capitulo . Espero con ansias leer lo que opinan.
Besos
Última edición por PerfLarry el Dom 22 Jun 2014, 9:28 am, editado 11 veces (Razón : ortografía.)
PerfLarry
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Holaa!! Mi nombre es Nur!
Y hoy comenze a leer la nove,
No pude comentar en el otro
Foro porque lei esto,
Y pense que era mejor comentar
Aqui!
_ __ .
__ ( )-~ _
( (
Y hoy comenze a leer la nove,
No pude comentar en el otro
Foro porque lei esto,
Y pense que era mejor comentar
Aqui!
_ __ .
__ ( )-~ _
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Nur1D♥
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Holis!!! Nueva lectora :3
Me llamo Alejandra, pero dime Ale c:
Me encantó el prólogo!!!
Siguela. Seré muy fiel y siempre andaré por aquí :bye:
Me llamo Alejandra, pero dime Ale c:
Me encantó el prólogo!!!
Siguela. Seré muy fiel y siempre andaré por aquí :bye:
αngel.
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Nur1D♥ escribió:Holaa!! Mi nombre es Nur!
Y hoy comenze a leer la nove,
No pude comentar en el otro
Foro porque lei esto,
Y pense que era mejor comentar
Aqui!
_ __ .
__ ( )-~ _
( (
Hola Nur!
Es mejor que comentaras aquí.
Estaré subiendo capitulo en unas horas(:
Adiós.
PerfLarry
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
αngel. escribió:Holis!!! Nueva lectora :3
Me llamo Alejandra, pero dime Ale c:
Me encantó el prólogo!!!
Siguela. Seré muy fiel y siempre andaré por aquí :bye:
Hola, bienvenida!
Que bueno que te guste(:
La seguire en unas horas!
Adiós :bye:
PerfLarry
Capitulo 1. Parte 1.
"Soy Harry"
Melanie ha estado gritando en mi oído durante la última media hora y mis nervios están tan agotados por lo que estamos presenciando que apenas soy capaz de oír algo. Sólo mi corazón. Latiendo cómo loco en mí cabeza mientras los dos peleadores están en el ring embistiéndose uno contra otro, ambos hombres iguales en altura y peso, ambos extremadamente musculosos mientras atacan la cara del oponente.
Cada vez que uno de ellos aterriza un golpe, gritos y aplausos estallan en el lugar, el cual está lleno de gente con al menos trescientos espectadores, todos sedientos de sangre. La peor parte de todo es que puedo escuchar el espantoso sonido de los huesos craqueando contra la carne, y los vellos de mis brazos se erizan del miedo. En cualquier momento espero que uno de ellos caiga y nunca, nunca, se levante de nuevo.
—¡Louis! —grita Melanie, mi mejor amiga, y me abraza—. Parece que estás a punto de vomitar, ¡no estás hecho para esto!
En serio, voy a matarla.
Tan pronto como aparte los ojos de estos hombres y me asegure de sigan respirando cuando termine la ronda, voy a matar sin piedad a mi mejor amiga. Y luego a mí mismo por acceder a venir.
Pero mi pobre y querida Melanie tiene una nueva obsesión. Así que cuando se enteró de que el objeto de sus fantasías nocturnas estaría en la ciudad participando en este «privado» y muy «peligroso» club clandestino de lucha, me rogó venir con ella y verlo. Es difícil decirle que no a Melanie.
Es efusiva e insistente, y ahora está saltando de alegría.
—Es el siguiente —dice entre dientes, sin importarle quién ganó esta última ronda o si sobrevivieron. Que al parecer, gracias a Dios, los dos lo hicieron—. ¡Prepárate para ver un verdadero hombre, Lou!
El público se queda en silencio, y el locutor dice—: Damas y caballeros, y ahoraaaaa… el momento que todos habían estado esperando, el hombre por el que todos están aquí. El más malo de los malos, les presento, al único, ¡ Harry “Riptide” Styles!
Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando la multitud enloquece sólo por el nombre, especialmente las mujeres, y sus gritos ansiosos caen uno sobre el otro.
—¡Harry! ¡Te amo, Harry!
—¡Quiero chuparte la polla, Harry!
—¡HARRY, APAREAME, HARRY!
—¡Harry quiero tu Riptide!
Todas las cabezas se giran cuando una figura con capucha y capa roja trota hacia el ring. Los peleadores esta noche, aparentemente, no usan guantes de boxeo, y veo sus dedos flexionarse y cerrarse en puños a sus costados, sus manos enormes y blancas, sus dedos largos.
Al otro lado del ring, un homvre agita en el aire un cartel que dice:«PERRA #1 DE HARRY» con orgullo, y grita al tope de sus pulmones en su dirección—supongo que es en caso de que él no sepa leer o que no vea las letras rosa neón o el brillo.
Estoy sorprendido, comprendiendo que mi loca mejor amiga no es la única persona en Seattle qué aparentemente ha perdido la cabeza por este tipo, cuando siento que ella aprieta mi brazo. —Te reto a que lo mires y me digas que no harías todo por ese hombre.
—No haría nada por ese hombre —repito instantáneamente, sólo para ganar.
—¡No estás mirando! —grita—. Míralo. Míralo.
Toma mi cara y balancea mi mirada en la dirección del ring, pero comienzo a reír en su lugar. Melanie ama a los hombres. Ama acostarse con ellos, acosarlos, babear por ellos, y cuando los atrapa, nunca puede quedarse demasiado tiempo a su lado. Yo, por otro lado, no estoy interesado en involucrarme con nadie.
No cuando mi romántica hermana menor, Charlotte, ha tenido suficientes novios y drama para los dos.
Miro hacia la plataforma cuando el tipo tira la bata de satén rojo con la palabra RIPTIDE en la espalda, y los espectadores de pie gritan y lo animan mientras él lentamente se da la vuelta para reconocerlos a todos.
Su cara está de pronto delante de mí, iluminada por las luces, y lo miro como un idiota desde mi lugar. Mi Dios.
Mi.
Dios.
Hoyuelos.
Mandíbula oscura y desaliñada.
Sonrisa infantil. Cuerpo de hombre.
Tono de piel Asesino.
Un escalofrío se dispara por mi espina dorsal mientras bebo impotentemente del paquete entero al que todos los demás parecen estar mirando boquiabiertos.
Tiene el cabello oscuro, con rulos hacia arriba como si alguien hubiera pasado sus dedos a través de él. Pómulos tan fuertes como su mandíbula y frente. Labios rojos e hinchados, y como recuerdo de su paseo por el ring, hay lápiz labial en su mandíbula. Miro su cuerpo largo y delgado y algo caliente y salvaje se instala en mi interior.
Él es perfectamente cautivador e increíblemente duro. Todo, desde sus hermosas caderas delgadas y cintura estrecha hasta sus anchos hombros, es sólido. Y ese six-pack. No. Es un eight-pack. Esa sexy V de sus oblicuos que se sumerge en sus pantaloncillos de satín azul marino, el cual abraza suavemente sus poderosas piernas, gruesas con músculo.
Puedo ver sus muslos, trapecio, pectorales y bíceps, todo gloriosamente ajustado y tallado. Tatuajes célticos circulan sus dos brazos, exactamente donde sus abultados bíceps y los deltoides cuadrados y rígidos de sus hombros se encuentran.
—¡Harry! ¡Harry! —grita Mel histericamente mi lado, las manos alrededor de su boca—. ¡Eres jodidamente caliente, Harry!
Su cabeza se mueve con el sonido, un hoyuelo mostrándose con una sexy sonrisa mientras nos mira. Un escalofrío de energía nerviosa pasa a través de mí, no porque él es extremadamente hermoso desde esta perfecta vista —porque lo es, definitivamente lo es, mi Dios, realmente lo es— pero sobretodo porque está mirando directamente hacia mí.
Una ceja se levanta y hay un atisbo de diversión en sus fascinantes ojos verdes. También algo… cálido en su mirada. Como si pensara que yo fui quien gritó. Oh, mierda.
Me guiña un ojo. Me sorprendo cuando su sonrisa se desvanece lentamente, transformándose en una que es insoportablemente íntima.
Mi sangre hierve a fuego lento.
Mi sexo se aprieta en mi pantalón, odio que él parezca saberlo.
Puedo ver que piensa que es la última creación y parece creer que cada persona aquí es el , creada para su disfrute. Estoy igual de excitado que de furioso, y es el sentimiento más confuso que he sentido en mi vida.
Sus labios se curvan, se da la vuelta cuando su oponente es anunciado con las palabras—: Kirk Dirkwood, El Martillo, ¡aquí para todos ustedes esta noche!
—¡Pequeña zorra! —grito a Mel cuando me recupero, empujándola juguetonamente—. ¿Por qué gritaste así? Ahora piensa que yo soy el loco.
—¡OhDiosmío! No te guiño el ojo a ti —dice Melanie, visiblemente aturdida.
Oh Dios mío, lo hizo. ¿Cierto? Lo hizo.
Estoy muy sorprendido reviviendo el guiño en mi cabeza, así que decido torturar a Melanie porque se lo merece, es una pequeña perra.
—Lo hizo —admito finalmente, frunciéndole el ceño—. Nos comunicamos telepáticamente y dice que quiere llevarme a casa para hacer cositas.
—Como si tú fueras a tener sexo con alguien como él. ¡Tú y tu trastorno obsesivo compulsivo! —dice, riéndose mientras el oponente de Harry se quita la bata. El hombre es todo músculo fornido, pero ni un gramo de él puede competir visualmente con la delicia de macho puro de “Riptide”.
Harry flexiona sus brazos a los lados, estira sus dedos y forma puños, luego comienza a saltar. Es un hombre grande y musculoso pero sorprendentemente liviano sobre sus pies, que sé —porque solía competir en pista— que significa que es increíblemente fuerte para ser capaz de levantar su cuerpo en el aire con un impulso pequeño de sus pies.
El Martillo lanza el primer golpe. Harry lo evade y contraataca con un golpe que conecta y noquea a Martillo a un lado de la cara. Me estremezco interiormente ante el poder de su golpe; mi cuerpo se aprieta ante la vista de sus músculos contrayéndose y tensándose, trabajando y soltándose con cada golpe que da.
La multitud mira, extasiada, mientras la pelea continúa, los horribles crujidos ponen mi piel de gallina. Sin embargo, hay algo más molestándome. Gotas de sudor aparecen en mi frente y en mi pecho.
Mientras la pelea avanza, mi miembro se endurece, aún más apretado contra mi pantalón, empujando ansiosamente contra la seda de la tela. De alguna manera, mirar a Harry golpear a un hombre al que llaman “Martillo” me hace retorcerme en mis pantalones de una manera que no me gusta, mucho menos que esperaba.
La manera en que golpea, se mueve, gruñe…
De pronto, un coro comienza—: HARRY… HARRY… HARRY.
Me vuelvo y veo a Melanie saltando arriba y abajo diciendo. — ¡OhDiosmío, golpéalo, Harry! ¡Sólo noquéalo y mátalo, bestia sexy! —grita cuando su oponente cae al suelo con un fuerte golpe. Mis boxers están Matándome y mi pulso se ha vuelto loco. Nunca he tolerado la violencia. Este no soy yo; parpadeo con estupefacción ante las sensaciones que azotan a través de mi sistema. Lujuria pura, lujuria al rojo vivo, revolotea a través de mis terminaciones nerviosas.
El maestro de ceremonias levanta el brazo de Harry en victoria, y tan pronto como se endereza del golpe imponente que acaba de dar, su mirada se mueve en mi dirección y choca contra mí. Ojos verdes penetrantes encuentran los míos, y algo se ata y hace un tirón dentro de mi barriga. Su pecho sudoroso se eleva y cae en un jadeo profundo, y una gota de sangre descansa en la comisura de sus labios. A pesar de todo, sus ojos siguen pegados a los míos.
El calor se distribuye bajo mi piel, y las flamas me lamen por todas partes. Nunca le admitiré esto a Melanie, ni siquiera a mí mismo en voz alta, pero no creo haber visto a un hombre tan sexy en mi vida. La manera en la que me mira es caliente. La manera en la que está de pie allí, con su mano en el aire, sus músculos goteando sudor con ese aire de autoridad que Mel me contó en el taxi.
No hay disculpa en su mirada. En la forma en la que ignora a todos los que gritan su nombre y me ve con una mirada que es tan sexual que casi me siento tomado justo aquí. La conciencia terrible de la manera exacta en la que yo lo estoy mirando cae sobre mí.
Mi cabello corto y lacio, de color caoba, cae sobre mis frente. Mi camiseta blanca no tiene mangas, y el dobladillo está metido dentro de un par de apretados pantalones negros , perfectamente presentables. Todo complementa muy bien con mis ojos color zafiro. A pesar de todo, me siento completamente desnudo.
Mis piernas tiemblan y me quedo con la impresión de que este hombre quiere atacarme. Con su polla. Por favor, Dios, no acabo de pensar eso; Melanie lo haría. Otro apretón en mi miembro me embarga.
—¡HARRY! ¡HARRY! ¡HARRY! ¡HARRY! —Canta la gente, creciendo en intensidad.
—¿Quieren más Harry? —pregunta el hombre con el micrófono a la multitud, y el ruido se acumula a nuestro alrededor—. ¡De acuerdo, gente! ¡Traeremos un oponente digno para Harry“Riptide” Styles esta noche!
Otro hombre se sube al ring, ya no puedo soportarlo más. Mi sistema está sobrecargado. Está es probablemente la razón por la cual no es buena idea renunciar al sexo durante tantos años. Estoy tan excitado que apenas puedo hablar bien o incluso hacer que mis piernas se muevan cuando le digo a Mel que voy a ir al baño.
Una voz resuena a través de los altavoces mientras me apresuro por el amplio pasillo entre las gradas. —¡Y ahora, para desafiar a nuestro campeón actual, damas y caballeros, está Parker el “Terror” Drake!
La multitud se llena de vida, y de pronto, escucho un inconfundible golpe fuerte.
Resistiendo la tentación de mirar hacia atrás ante lo que causa la conmoción, rodeo la esquina y me dirijo directamente hacia el pasillo del baño mientras los altavoces estallan de nuevo. —¡Santo cielo, eso fue rápido! ¡Tenemos un nocaut! ¡Sí, damas y caballeros! ¡Un nocaut! ¡Y en tiempo récord, nuestro vencedor una vez más, les doy a Riptide! Riptide, que ahora está saltando fuera del ring y…¿a dónde demonios vas?
La multitud enloquece, gritando su nombre todo el camino hasta el vestíbulo—: ¡Riptide! ¡Riptide! —Y se quedan completamente en silencio, como si algo improvisado acabara de ocurrir.
Me pregunto sobre el extraño silencio cuando pasos golpeando resuenan en mi espalda. Una mano cálida envuelve la mía, y el toque me estremece mientras me dan la vuelta con una fuerza sorprendente.
—¿Qué demo…? —respiro entrecortadamente, confundido, y luego miro un pecho masculino sudoroso, subo hasta unos ojos verdes. Mis sentidos se tambalean fuera de control. Él está tan cerca que su olor me rasga como una inyección de adrenalina.
—Tu nombre —gruñe, jadeando, sus ojos salvajes sobre mí.
—Uh, Louis.
—¿Louis, qué? —espeta, sus fosas nasales extendiéndose.
Su magnetismo animal es tan poderoso que creo que acaba de secuestrar mi voz. Está en mi espacio personal, por todas partes, absorbiéndolo, absorbiéndome, tomando mi oxígeno y no puedo entender la manera en la que mi corazón esta latiendo, la manera en la que estoy de pie aquí, temblando de calor, mi cuerpo entero se enfoca en el lugar exacto en el que su mano está envuelta alrededor de la mía.
Con esfuerzos temblorosos, libero mi mano y miro espantosamente a Mel, quien viene detrás de él con los ojos muy abiertos. —Es Louis Tomlinson —dice ella, y luego felizmente lanza el número de mi teléfono celular. Muy a mi pesar.
Sus labios se curvan y encuentra mi mirada. —Louis Tomlinson. —Se folló mi nombre en frente de mí. Y justo en frente de Mel.
Y mientras siento su lengua moverse rudamente alrededor de esas dos palabras, su voz pecaminosamente oscura, como las cosas que deseas comer pero que realmente no deberías, el deseo aumenta entre mis pantalones. Sus ojos son ardientes y casi posesivos cuando me mira. Nunca me han mirado de esa manera antes.
Da un paso hacia delante, y su mano húmeda se desliza por mi nuca. Mi pulso salta mientras baja su cabeza oscura para darme un pequeño y seco beso en los labios. Se siente como si estuviera marcándome. Como si estuviera preparándome para algo monumental.
Que podría tanto cambiar como arruinar mi vida.
—Louis —gruñe suavemente, de forma significativa, contra mis labios, mientras se retira con una sonrisa—. Soy Harry.
Aún siento sus manos en el viaje a casa. Siento sus labios en los míos. La suavidad de su beso. Dios, no puedo respirar bien, y estoy tan enrollado como una cobra en un rincón del asiento trasero del taxi, mirando sin prestar atención por la ventana hacia las luces de la ciudad que pasan, desesperado por desahogar las sensaciones que giran dentro de mi cuerpo. Desafortunadamente, no tengo a nadie con quien desahogarme más que con Mel.
—Eso fue muy intenso —dice Mel sin aliento a mi lado.
Sacudo la cabeza. —¿Qué demonios pasó, Mel? ¡El tipo me besó en público! ¿Notaste que había gente con sus teléfonos sobre nosotros?
—Louis, él es muy sexy, lástima que sea bisexual, como sea, todos quieren una foto de él. Incluso mis entrañas están excitadas por la forma en que fue tras de ti y ni siquiera soy a quien besó. Nunca había visto a alguien ir tras un hombre así. Mierda, es como pornografía con romance.
—Cállate, Mel —gruño—. Hay una razón por la cual fue expulsado de su deporte. Claramente es peligroso o loco o ambas.
Mi cuerpo se enrolla con la excitación. Sus ojos, puedo sentirlos en mí, tan salvajes y hambrientos. Me siento instantáneamente sucio. Mi cuello arde donde me tocó con su palma sudorosa. Me froto y no deja de arder, eso no va a calmar mi cuerpo, no me calmará a mí.
—En serio, necesitas salir más. Harry Styles puede tener una mala reputación, pero es más sexy que el pecado, Louis. Sí, fue expulsado por mala conducta porque es un chico travieso y malvado. Mira, ¿quién sabe qué mierda pasó en su vida personal? Todo lo que sé es que fue horrible e hizo un par de titulares y ahora a nadie le importa. Es el favorito de la Liga Underground, y en todo tipo de clubes de peleas lo adoran. Están llenos cuando él se presenta.
Una parte de mí ni siquiera puede creer la manera en qué me miró, me identificó en una multitud de gente gritando, me miró únicamente a mí, y me molesta aún más cuando lo pienso. Me miró con esa loca y sexy mirada, yo no quiero sobre mí ninguna mirada loca y sexy. No lo quiero a él, ni a cualquier hombre, punto. Lo que quiero es un trabajo. Acabo de terminar mi práctica en la escuela secundaria local y he sido entrevistado por las mejores compañías de rehabilitación deportiva en la ciudad. Pero han pasado dos semanas y nadie llama.
Estoy a punto de caer en un colapso mental en el que siento que nadie podrá sacarme.
Estoy más allá de frustrado.
—Melanie, mírame —demando—. ¿Parezco un puto?
—No, cariño. Fácilmente eras el más elegante ahí afuera.
—Si usé algo así para este tipo de evento fue precisamente para evitar cualquier tipo de cosas como estás.
—Quizás deberías comenzar a usar ropa más sensual y mezclarte. —Sonríe e instantáneamente me enfurruño.
—Te odio. No volveré a ir a este tipo de evento contigo nunca más.
—No me odies. Ven y dame un abrazo. —Se apoya en mi hombro y envuelvo mis brazos en ella ligeramente antes de recordar su traición.
—¿Cómo pudiste darle mi número? ¿Siquiera sabes algo de ese hombre, Mel? ¿Quieres que acabe asesinado en algún lugar oscuro con partes de mi cuerpo esparcidas en un bote de basura?
—Eso nunca le pasaría a alguien que ha tomado tantas clases de defensa personal como tú.
Suspiro y niego con la cabeza, pero me sonríe adorablemente. Nunca puedo estar enojado con ella por mucho tiempo.
—Vamos, Louis. Se supone que te estás reinventando —susurra Mel, leyéndome perfectamente—.El nuevo y mejorado Louis tiene sexo de vez en cuando. Solía gustarte cuando competías.
La imagen de un Harry desnudo aparece en mi cabeza, y es tan preocupantemente caliente que me retuerzo en mi asiento y miró con enojo por la ventana, sacudiendo la cabeza con mayor énfasis en esta ocasión.
Lo que más me irrita es lo que siento con la simple idea de verlo. Me siento... febril.
No, no estoy en contra de tener sexo, pero las relaciones son complicadas, y yo no tengo el equipamiento emocional para eso en este momento. Todavía estoy un poco roto por mi caída e intento encontrar mi camino en una nueva carrera. Hay un vídeo horrible de mí en YouTube, titulado: ¡Tomlinson, su vida se ha acabado! fue grabado por algunos aficionados durante mis primeras pruebas de las olimpíadas y ha tenido bastante tráfico, como todos los vídeos de las personas humilladas. Ese es el momento exacto donde mi vida se hizo añicos, estoy perfectamente inmortalizado en un vídeo y ahora se reproduce una y otra vez para que el mundo pueda disfrutarlo. Muestra el segundo en que se desgarran mis cuádriceps y tropiezo, y en ese instante mi LCA —ligamento cruzado anterior— sólo hay lágrimas y yo sosteniendo mi rodilla.
Tiene una duración de más de cuatro minutos, un video muy encantador. De hecho, mi acosador anónimo mantuvo la cámara sólo en mí y en nadie más. Se podía escuchar su voz: “Mierda, su vida ha terminado” en el fondo. Lo que obviamente inspiró el título.
Así que allí estoy, en esa película casera de la vida real, acurrucado miserablemente con dolor, llorando con mi corazón. No lloraba por el dolor en mi pierna, lloraba por el dolor de mi propio fracaso. Y sólo quería que el mundo me tragara y/o morir porque sé, sabía, supe es ese instante, que todo mi entrenamiento había sido en vano. Pero en lugar de que la tierra se abriera y me tragara, me filmaron.
La gran cantidad de comentarios en el vídeo están aún fresco en mi mente. Algunas personas me desearon lo mejor en otras actividades y dijeron que era una lástima. Pero otras se rieron y bromearon al respecto, pareciendo que de alguna manera rogaron para que eso me ocurriera.
Esos mismos comentarios me han plagado de dudas día y noche, durante años, reproduciendo en mi mente esos dos momentos y me preguntó qué salió mal. Y digo dos porque rompí mi LCA no sólo una vez, la segunda vez fue cuando me negué a creer que "mi vida se había terminado”. Yo me rehusé a que me revisaran nuevamente. Ninguna de esas veces siquiera sé que hice mal, pero es obvio que ahora es físicamente imposible para mí hacerlo de nuevo.
Así que intento seguir adelante con mi vida como si nunca tuviera la intención de competir en los Juegos Olímpicos, en primer lugar, y lo último que necesitaba era a un hombre grabando mi humillación con su nueva profesión.
Mi hermana, Charlotte, es la romántica, la más apasionada. A pesar de que apenas tiene diecinueve años y sólo es tres años más joven que yo, ella es la que vive en el mundo, envía tarjetas postales de diferentes lugares a mamá, papá y a mí de sus "amantes".
¿Yo? Yo era el que pasó su vida entera entrenando, mi único deseo era obtener una medalla de oro. Pero mi cuerpo se rindió mucho antes de que mi alma estuviera lista, y nunca participé en una competencia mundial.
Cuando necesitas aceptar el hecho de que tu cuerpo a veces no puede hacer lo que quieres, duele casi más que el dolor físico de ser herido.
Por eso me encanta la rehabilitación deportiva. Aún podría estar deprimido y enojado si no hubiera recibido la ayuda que necesitaba. Es por eso que quiero tratar de ayudar a algunos atletas jóvenes, incluso si no quieren. Y porque quiero un trabajo en el que pueda sentir, quizás, al fin tener éxito en algo.
Pero, extrañamente, cuando me despierto en la noche, no es mi hermana en quien pienso, o en mi nueva carrera, o incluso, el terrible día en el que los Juegos Olímpicos se convirtieron en algo inalcanzable para mí.
La única cosa en mi mente está noche es el demonio de ojos verdes que puso sus labios sobre los míos.
Espero comenten lo que les parece!
Adiós. :bye:
Melanie ha estado gritando en mi oído durante la última media hora y mis nervios están tan agotados por lo que estamos presenciando que apenas soy capaz de oír algo. Sólo mi corazón. Latiendo cómo loco en mí cabeza mientras los dos peleadores están en el ring embistiéndose uno contra otro, ambos hombres iguales en altura y peso, ambos extremadamente musculosos mientras atacan la cara del oponente.
Cada vez que uno de ellos aterriza un golpe, gritos y aplausos estallan en el lugar, el cual está lleno de gente con al menos trescientos espectadores, todos sedientos de sangre. La peor parte de todo es que puedo escuchar el espantoso sonido de los huesos craqueando contra la carne, y los vellos de mis brazos se erizan del miedo. En cualquier momento espero que uno de ellos caiga y nunca, nunca, se levante de nuevo.
—¡Louis! —grita Melanie, mi mejor amiga, y me abraza—. Parece que estás a punto de vomitar, ¡no estás hecho para esto!
En serio, voy a matarla.
Tan pronto como aparte los ojos de estos hombres y me asegure de sigan respirando cuando termine la ronda, voy a matar sin piedad a mi mejor amiga. Y luego a mí mismo por acceder a venir.
Pero mi pobre y querida Melanie tiene una nueva obsesión. Así que cuando se enteró de que el objeto de sus fantasías nocturnas estaría en la ciudad participando en este «privado» y muy «peligroso» club clandestino de lucha, me rogó venir con ella y verlo. Es difícil decirle que no a Melanie.
Es efusiva e insistente, y ahora está saltando de alegría.
—Es el siguiente —dice entre dientes, sin importarle quién ganó esta última ronda o si sobrevivieron. Que al parecer, gracias a Dios, los dos lo hicieron—. ¡Prepárate para ver un verdadero hombre, Lou!
El público se queda en silencio, y el locutor dice—: Damas y caballeros, y ahoraaaaa… el momento que todos habían estado esperando, el hombre por el que todos están aquí. El más malo de los malos, les presento, al único, ¡ Harry “Riptide” Styles!
Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando la multitud enloquece sólo por el nombre, especialmente las mujeres, y sus gritos ansiosos caen uno sobre el otro.
—¡Harry! ¡Te amo, Harry!
—¡Quiero chuparte la polla, Harry!
—¡HARRY, APAREAME, HARRY!
—¡Harry quiero tu Riptide!
Todas las cabezas se giran cuando una figura con capucha y capa roja trota hacia el ring. Los peleadores esta noche, aparentemente, no usan guantes de boxeo, y veo sus dedos flexionarse y cerrarse en puños a sus costados, sus manos enormes y blancas, sus dedos largos.
Al otro lado del ring, un homvre agita en el aire un cartel que dice:«PERRA #1 DE HARRY» con orgullo, y grita al tope de sus pulmones en su dirección—supongo que es en caso de que él no sepa leer o que no vea las letras rosa neón o el brillo.
Estoy sorprendido, comprendiendo que mi loca mejor amiga no es la única persona en Seattle qué aparentemente ha perdido la cabeza por este tipo, cuando siento que ella aprieta mi brazo. —Te reto a que lo mires y me digas que no harías todo por ese hombre.
—No haría nada por ese hombre —repito instantáneamente, sólo para ganar.
—¡No estás mirando! —grita—. Míralo. Míralo.
Toma mi cara y balancea mi mirada en la dirección del ring, pero comienzo a reír en su lugar. Melanie ama a los hombres. Ama acostarse con ellos, acosarlos, babear por ellos, y cuando los atrapa, nunca puede quedarse demasiado tiempo a su lado. Yo, por otro lado, no estoy interesado en involucrarme con nadie.
No cuando mi romántica hermana menor, Charlotte, ha tenido suficientes novios y drama para los dos.
Miro hacia la plataforma cuando el tipo tira la bata de satén rojo con la palabra RIPTIDE en la espalda, y los espectadores de pie gritan y lo animan mientras él lentamente se da la vuelta para reconocerlos a todos.
Su cara está de pronto delante de mí, iluminada por las luces, y lo miro como un idiota desde mi lugar. Mi Dios.
Mi.
Dios.
Hoyuelos.
Mandíbula oscura y desaliñada.
Sonrisa infantil. Cuerpo de hombre.
Tono de piel Asesino.
Un escalofrío se dispara por mi espina dorsal mientras bebo impotentemente del paquete entero al que todos los demás parecen estar mirando boquiabiertos.
Tiene el cabello oscuro, con rulos hacia arriba como si alguien hubiera pasado sus dedos a través de él. Pómulos tan fuertes como su mandíbula y frente. Labios rojos e hinchados, y como recuerdo de su paseo por el ring, hay lápiz labial en su mandíbula. Miro su cuerpo largo y delgado y algo caliente y salvaje se instala en mi interior.
Él es perfectamente cautivador e increíblemente duro. Todo, desde sus hermosas caderas delgadas y cintura estrecha hasta sus anchos hombros, es sólido. Y ese six-pack. No. Es un eight-pack. Esa sexy V de sus oblicuos que se sumerge en sus pantaloncillos de satín azul marino, el cual abraza suavemente sus poderosas piernas, gruesas con músculo.
Puedo ver sus muslos, trapecio, pectorales y bíceps, todo gloriosamente ajustado y tallado. Tatuajes célticos circulan sus dos brazos, exactamente donde sus abultados bíceps y los deltoides cuadrados y rígidos de sus hombros se encuentran.
—¡Harry! ¡Harry! —grita Mel histericamente mi lado, las manos alrededor de su boca—. ¡Eres jodidamente caliente, Harry!
Su cabeza se mueve con el sonido, un hoyuelo mostrándose con una sexy sonrisa mientras nos mira. Un escalofrío de energía nerviosa pasa a través de mí, no porque él es extremadamente hermoso desde esta perfecta vista —porque lo es, definitivamente lo es, mi Dios, realmente lo es— pero sobretodo porque está mirando directamente hacia mí.
Una ceja se levanta y hay un atisbo de diversión en sus fascinantes ojos verdes. También algo… cálido en su mirada. Como si pensara que yo fui quien gritó. Oh, mierda.
Me guiña un ojo. Me sorprendo cuando su sonrisa se desvanece lentamente, transformándose en una que es insoportablemente íntima.
Mi sangre hierve a fuego lento.
Mi sexo se aprieta en mi pantalón, odio que él parezca saberlo.
Puedo ver que piensa que es la última creación y parece creer que cada persona aquí es el , creada para su disfrute. Estoy igual de excitado que de furioso, y es el sentimiento más confuso que he sentido en mi vida.
Sus labios se curvan, se da la vuelta cuando su oponente es anunciado con las palabras—: Kirk Dirkwood, El Martillo, ¡aquí para todos ustedes esta noche!
—¡Pequeña zorra! —grito a Mel cuando me recupero, empujándola juguetonamente—. ¿Por qué gritaste así? Ahora piensa que yo soy el loco.
—¡OhDiosmío! No te guiño el ojo a ti —dice Melanie, visiblemente aturdida.
Oh Dios mío, lo hizo. ¿Cierto? Lo hizo.
Estoy muy sorprendido reviviendo el guiño en mi cabeza, así que decido torturar a Melanie porque se lo merece, es una pequeña perra.
—Lo hizo —admito finalmente, frunciéndole el ceño—. Nos comunicamos telepáticamente y dice que quiere llevarme a casa para hacer cositas.
—Como si tú fueras a tener sexo con alguien como él. ¡Tú y tu trastorno obsesivo compulsivo! —dice, riéndose mientras el oponente de Harry se quita la bata. El hombre es todo músculo fornido, pero ni un gramo de él puede competir visualmente con la delicia de macho puro de “Riptide”.
Harry flexiona sus brazos a los lados, estira sus dedos y forma puños, luego comienza a saltar. Es un hombre grande y musculoso pero sorprendentemente liviano sobre sus pies, que sé —porque solía competir en pista— que significa que es increíblemente fuerte para ser capaz de levantar su cuerpo en el aire con un impulso pequeño de sus pies.
El Martillo lanza el primer golpe. Harry lo evade y contraataca con un golpe que conecta y noquea a Martillo a un lado de la cara. Me estremezco interiormente ante el poder de su golpe; mi cuerpo se aprieta ante la vista de sus músculos contrayéndose y tensándose, trabajando y soltándose con cada golpe que da.
La multitud mira, extasiada, mientras la pelea continúa, los horribles crujidos ponen mi piel de gallina. Sin embargo, hay algo más molestándome. Gotas de sudor aparecen en mi frente y en mi pecho.
Mientras la pelea avanza, mi miembro se endurece, aún más apretado contra mi pantalón, empujando ansiosamente contra la seda de la tela. De alguna manera, mirar a Harry golpear a un hombre al que llaman “Martillo” me hace retorcerme en mis pantalones de una manera que no me gusta, mucho menos que esperaba.
La manera en que golpea, se mueve, gruñe…
De pronto, un coro comienza—: HARRY… HARRY… HARRY.
Me vuelvo y veo a Melanie saltando arriba y abajo diciendo. — ¡OhDiosmío, golpéalo, Harry! ¡Sólo noquéalo y mátalo, bestia sexy! —grita cuando su oponente cae al suelo con un fuerte golpe. Mis boxers están Matándome y mi pulso se ha vuelto loco. Nunca he tolerado la violencia. Este no soy yo; parpadeo con estupefacción ante las sensaciones que azotan a través de mi sistema. Lujuria pura, lujuria al rojo vivo, revolotea a través de mis terminaciones nerviosas.
El maestro de ceremonias levanta el brazo de Harry en victoria, y tan pronto como se endereza del golpe imponente que acaba de dar, su mirada se mueve en mi dirección y choca contra mí. Ojos verdes penetrantes encuentran los míos, y algo se ata y hace un tirón dentro de mi barriga. Su pecho sudoroso se eleva y cae en un jadeo profundo, y una gota de sangre descansa en la comisura de sus labios. A pesar de todo, sus ojos siguen pegados a los míos.
El calor se distribuye bajo mi piel, y las flamas me lamen por todas partes. Nunca le admitiré esto a Melanie, ni siquiera a mí mismo en voz alta, pero no creo haber visto a un hombre tan sexy en mi vida. La manera en la que me mira es caliente. La manera en la que está de pie allí, con su mano en el aire, sus músculos goteando sudor con ese aire de autoridad que Mel me contó en el taxi.
No hay disculpa en su mirada. En la forma en la que ignora a todos los que gritan su nombre y me ve con una mirada que es tan sexual que casi me siento tomado justo aquí. La conciencia terrible de la manera exacta en la que yo lo estoy mirando cae sobre mí.
Mi cabello corto y lacio, de color caoba, cae sobre mis frente. Mi camiseta blanca no tiene mangas, y el dobladillo está metido dentro de un par de apretados pantalones negros , perfectamente presentables. Todo complementa muy bien con mis ojos color zafiro. A pesar de todo, me siento completamente desnudo.
Mis piernas tiemblan y me quedo con la impresión de que este hombre quiere atacarme. Con su polla. Por favor, Dios, no acabo de pensar eso; Melanie lo haría. Otro apretón en mi miembro me embarga.
—¡HARRY! ¡HARRY! ¡HARRY! ¡HARRY! —Canta la gente, creciendo en intensidad.
—¿Quieren más Harry? —pregunta el hombre con el micrófono a la multitud, y el ruido se acumula a nuestro alrededor—. ¡De acuerdo, gente! ¡Traeremos un oponente digno para Harry“Riptide” Styles esta noche!
Otro hombre se sube al ring, ya no puedo soportarlo más. Mi sistema está sobrecargado. Está es probablemente la razón por la cual no es buena idea renunciar al sexo durante tantos años. Estoy tan excitado que apenas puedo hablar bien o incluso hacer que mis piernas se muevan cuando le digo a Mel que voy a ir al baño.
Una voz resuena a través de los altavoces mientras me apresuro por el amplio pasillo entre las gradas. —¡Y ahora, para desafiar a nuestro campeón actual, damas y caballeros, está Parker el “Terror” Drake!
La multitud se llena de vida, y de pronto, escucho un inconfundible golpe fuerte.
Resistiendo la tentación de mirar hacia atrás ante lo que causa la conmoción, rodeo la esquina y me dirijo directamente hacia el pasillo del baño mientras los altavoces estallan de nuevo. —¡Santo cielo, eso fue rápido! ¡Tenemos un nocaut! ¡Sí, damas y caballeros! ¡Un nocaut! ¡Y en tiempo récord, nuestro vencedor una vez más, les doy a Riptide! Riptide, que ahora está saltando fuera del ring y…¿a dónde demonios vas?
La multitud enloquece, gritando su nombre todo el camino hasta el vestíbulo—: ¡Riptide! ¡Riptide! —Y se quedan completamente en silencio, como si algo improvisado acabara de ocurrir.
Me pregunto sobre el extraño silencio cuando pasos golpeando resuenan en mi espalda. Una mano cálida envuelve la mía, y el toque me estremece mientras me dan la vuelta con una fuerza sorprendente.
—¿Qué demo…? —respiro entrecortadamente, confundido, y luego miro un pecho masculino sudoroso, subo hasta unos ojos verdes. Mis sentidos se tambalean fuera de control. Él está tan cerca que su olor me rasga como una inyección de adrenalina.
—Tu nombre —gruñe, jadeando, sus ojos salvajes sobre mí.
—Uh, Louis.
—¿Louis, qué? —espeta, sus fosas nasales extendiéndose.
Su magnetismo animal es tan poderoso que creo que acaba de secuestrar mi voz. Está en mi espacio personal, por todas partes, absorbiéndolo, absorbiéndome, tomando mi oxígeno y no puedo entender la manera en la que mi corazón esta latiendo, la manera en la que estoy de pie aquí, temblando de calor, mi cuerpo entero se enfoca en el lugar exacto en el que su mano está envuelta alrededor de la mía.
Con esfuerzos temblorosos, libero mi mano y miro espantosamente a Mel, quien viene detrás de él con los ojos muy abiertos. —Es Louis Tomlinson —dice ella, y luego felizmente lanza el número de mi teléfono celular. Muy a mi pesar.
Sus labios se curvan y encuentra mi mirada. —Louis Tomlinson. —Se folló mi nombre en frente de mí. Y justo en frente de Mel.
Y mientras siento su lengua moverse rudamente alrededor de esas dos palabras, su voz pecaminosamente oscura, como las cosas que deseas comer pero que realmente no deberías, el deseo aumenta entre mis pantalones. Sus ojos son ardientes y casi posesivos cuando me mira. Nunca me han mirado de esa manera antes.
Da un paso hacia delante, y su mano húmeda se desliza por mi nuca. Mi pulso salta mientras baja su cabeza oscura para darme un pequeño y seco beso en los labios. Se siente como si estuviera marcándome. Como si estuviera preparándome para algo monumental.
Que podría tanto cambiar como arruinar mi vida.
—Louis —gruñe suavemente, de forma significativa, contra mis labios, mientras se retira con una sonrisa—. Soy Harry.
Aún siento sus manos en el viaje a casa. Siento sus labios en los míos. La suavidad de su beso. Dios, no puedo respirar bien, y estoy tan enrollado como una cobra en un rincón del asiento trasero del taxi, mirando sin prestar atención por la ventana hacia las luces de la ciudad que pasan, desesperado por desahogar las sensaciones que giran dentro de mi cuerpo. Desafortunadamente, no tengo a nadie con quien desahogarme más que con Mel.
—Eso fue muy intenso —dice Mel sin aliento a mi lado.
Sacudo la cabeza. —¿Qué demonios pasó, Mel? ¡El tipo me besó en público! ¿Notaste que había gente con sus teléfonos sobre nosotros?
—Louis, él es muy sexy, lástima que sea bisexual, como sea, todos quieren una foto de él. Incluso mis entrañas están excitadas por la forma en que fue tras de ti y ni siquiera soy a quien besó. Nunca había visto a alguien ir tras un hombre así. Mierda, es como pornografía con romance.
—Cállate, Mel —gruño—. Hay una razón por la cual fue expulsado de su deporte. Claramente es peligroso o loco o ambas.
Mi cuerpo se enrolla con la excitación. Sus ojos, puedo sentirlos en mí, tan salvajes y hambrientos. Me siento instantáneamente sucio. Mi cuello arde donde me tocó con su palma sudorosa. Me froto y no deja de arder, eso no va a calmar mi cuerpo, no me calmará a mí.
—En serio, necesitas salir más. Harry Styles puede tener una mala reputación, pero es más sexy que el pecado, Louis. Sí, fue expulsado por mala conducta porque es un chico travieso y malvado. Mira, ¿quién sabe qué mierda pasó en su vida personal? Todo lo que sé es que fue horrible e hizo un par de titulares y ahora a nadie le importa. Es el favorito de la Liga Underground, y en todo tipo de clubes de peleas lo adoran. Están llenos cuando él se presenta.
Una parte de mí ni siquiera puede creer la manera en qué me miró, me identificó en una multitud de gente gritando, me miró únicamente a mí, y me molesta aún más cuando lo pienso. Me miró con esa loca y sexy mirada, yo no quiero sobre mí ninguna mirada loca y sexy. No lo quiero a él, ni a cualquier hombre, punto. Lo que quiero es un trabajo. Acabo de terminar mi práctica en la escuela secundaria local y he sido entrevistado por las mejores compañías de rehabilitación deportiva en la ciudad. Pero han pasado dos semanas y nadie llama.
Estoy a punto de caer en un colapso mental en el que siento que nadie podrá sacarme.
Estoy más allá de frustrado.
—Melanie, mírame —demando—. ¿Parezco un puto?
—No, cariño. Fácilmente eras el más elegante ahí afuera.
—Si usé algo así para este tipo de evento fue precisamente para evitar cualquier tipo de cosas como estás.
—Quizás deberías comenzar a usar ropa más sensual y mezclarte. —Sonríe e instantáneamente me enfurruño.
—Te odio. No volveré a ir a este tipo de evento contigo nunca más.
—No me odies. Ven y dame un abrazo. —Se apoya en mi hombro y envuelvo mis brazos en ella ligeramente antes de recordar su traición.
—¿Cómo pudiste darle mi número? ¿Siquiera sabes algo de ese hombre, Mel? ¿Quieres que acabe asesinado en algún lugar oscuro con partes de mi cuerpo esparcidas en un bote de basura?
—Eso nunca le pasaría a alguien que ha tomado tantas clases de defensa personal como tú.
Suspiro y niego con la cabeza, pero me sonríe adorablemente. Nunca puedo estar enojado con ella por mucho tiempo.
—Vamos, Louis. Se supone que te estás reinventando —susurra Mel, leyéndome perfectamente—.El nuevo y mejorado Louis tiene sexo de vez en cuando. Solía gustarte cuando competías.
La imagen de un Harry desnudo aparece en mi cabeza, y es tan preocupantemente caliente que me retuerzo en mi asiento y miró con enojo por la ventana, sacudiendo la cabeza con mayor énfasis en esta ocasión.
Lo que más me irrita es lo que siento con la simple idea de verlo. Me siento... febril.
No, no estoy en contra de tener sexo, pero las relaciones son complicadas, y yo no tengo el equipamiento emocional para eso en este momento. Todavía estoy un poco roto por mi caída e intento encontrar mi camino en una nueva carrera. Hay un vídeo horrible de mí en YouTube, titulado: ¡Tomlinson, su vida se ha acabado! fue grabado por algunos aficionados durante mis primeras pruebas de las olimpíadas y ha tenido bastante tráfico, como todos los vídeos de las personas humilladas. Ese es el momento exacto donde mi vida se hizo añicos, estoy perfectamente inmortalizado en un vídeo y ahora se reproduce una y otra vez para que el mundo pueda disfrutarlo. Muestra el segundo en que se desgarran mis cuádriceps y tropiezo, y en ese instante mi LCA —ligamento cruzado anterior— sólo hay lágrimas y yo sosteniendo mi rodilla.
Tiene una duración de más de cuatro minutos, un video muy encantador. De hecho, mi acosador anónimo mantuvo la cámara sólo en mí y en nadie más. Se podía escuchar su voz: “Mierda, su vida ha terminado” en el fondo. Lo que obviamente inspiró el título.
Así que allí estoy, en esa película casera de la vida real, acurrucado miserablemente con dolor, llorando con mi corazón. No lloraba por el dolor en mi pierna, lloraba por el dolor de mi propio fracaso. Y sólo quería que el mundo me tragara y/o morir porque sé, sabía, supe es ese instante, que todo mi entrenamiento había sido en vano. Pero en lugar de que la tierra se abriera y me tragara, me filmaron.
La gran cantidad de comentarios en el vídeo están aún fresco en mi mente. Algunas personas me desearon lo mejor en otras actividades y dijeron que era una lástima. Pero otras se rieron y bromearon al respecto, pareciendo que de alguna manera rogaron para que eso me ocurriera.
Esos mismos comentarios me han plagado de dudas día y noche, durante años, reproduciendo en mi mente esos dos momentos y me preguntó qué salió mal. Y digo dos porque rompí mi LCA no sólo una vez, la segunda vez fue cuando me negué a creer que "mi vida se había terminado”. Yo me rehusé a que me revisaran nuevamente. Ninguna de esas veces siquiera sé que hice mal, pero es obvio que ahora es físicamente imposible para mí hacerlo de nuevo.
Así que intento seguir adelante con mi vida como si nunca tuviera la intención de competir en los Juegos Olímpicos, en primer lugar, y lo último que necesitaba era a un hombre grabando mi humillación con su nueva profesión.
Mi hermana, Charlotte, es la romántica, la más apasionada. A pesar de que apenas tiene diecinueve años y sólo es tres años más joven que yo, ella es la que vive en el mundo, envía tarjetas postales de diferentes lugares a mamá, papá y a mí de sus "amantes".
¿Yo? Yo era el que pasó su vida entera entrenando, mi único deseo era obtener una medalla de oro. Pero mi cuerpo se rindió mucho antes de que mi alma estuviera lista, y nunca participé en una competencia mundial.
Cuando necesitas aceptar el hecho de que tu cuerpo a veces no puede hacer lo que quieres, duele casi más que el dolor físico de ser herido.
Por eso me encanta la rehabilitación deportiva. Aún podría estar deprimido y enojado si no hubiera recibido la ayuda que necesitaba. Es por eso que quiero tratar de ayudar a algunos atletas jóvenes, incluso si no quieren. Y porque quiero un trabajo en el que pueda sentir, quizás, al fin tener éxito en algo.
Pero, extrañamente, cuando me despierto en la noche, no es mi hermana en quien pienso, o en mi nueva carrera, o incluso, el terrible día en el que los Juegos Olímpicos se convirtieron en algo inalcanzable para mí.
La única cosa en mi mente está noche es el demonio de ojos verdes que puso sus labios sobre los míos.
Espero comenten lo que les parece!
Adiós. :bye:
PerfLarry
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Nur1D♥ escribió::) perfevcto siguelaa
mañana la sigo !
Besos.
PerfLarry
Capitulo 1 parte 2.
"Soy Harry"
La mañana siguiente, Melanie y yo vamos a correr en el parque de nuestro barrio, como todos los días de la semana, llueva o truene. Cada uno de nosotros lleva un brazalete con nuestro iPod, pero hoy, parece que estamos escuchando nada más que al otro.
—Lo hiciste, puto. Se suponía que sería yo. —Presiona unas teclas en su celular, frunzo el ceño cuando trato de ver lo que está leyendo.
—Entonces, debiste haberle dado tu número en lugar del mío.
—¿Te llamó?
—City Hall a las once. Deja a tu amiga loca en casa, eso fue todo lo que dijo.
—¡Ja, ja! —dice, tomando mi teléfono, tecleando la contraseña y entrando a mis mensajes.
Entrecierro mis ojos porque la retorcida gata sabe mi contraseña, nunca podría esconder un secreto de ella incluso si quisiera.
Ruego porque no vea mi historial de google, o se enteraría que he estado acosándolo. Honestamente, no quiero aceptar el hecho de que tecleé su nombre en la barra de búsqueda más veces de las necesarias.
Afortunadamente, Mel sólo chequea mis llamadas perdidas, por supuesto, no tengo llamadas de él.
A juzgar por los artículos que leí anoche, Harry Styles es el dios de las fiestas, el dios del sexo, y, básicamente, un dios. Y un problema, para comenzar. En este instante probablemente está borracho en su cama con mujeres y hombres desnudos a su alrededor y pensando—: ¿Louis?¿De quién hablas?
Melanie me regresa el teléfono, se aclara la garganta, y lee un tweet—: De acuerdo, hay varias noticias que debes escuchar. “¡Sin precedentes!” “¿Sabes que todos vieron a Riptide besando a un espectador?” “¡Mierda! Escuché que se produjo una pelea cuando trató de ir tras el y empujó a un hombre.” “Pelear fuera del ring es ilegal, Rip no podrá luchar por el resto de la temporada o por toda la eternidad.” “¡Sí, es por eso que fue expulsado del pro! Bueno, no iré si Rip no está luchando.”
Todos estos son varios comentaristas —explica Melanie mientras baja su teléfono y sonríe—. Me encanta que lo llamen Rip. Como si sus oponentes descansen en paz. ¿Entiendes? De todos modos, si seguirá peleando, tiene precisamente este sábado antes de viajar para luchar en otra ciudad ¿Vamos o vamos?
—Eso es lo que quería saber cuando llamó.
—Louis! ¿Te ha llamado o no?
—¿Qué crees, Mel? ¿Cuántos seguidores tiene? ¿Un millón?
—En realidad tiene dos millones tres mil seguidores.
—Bueno, ahí está tu maldita respuesta. —Ahora, estoy enojado y ni siquiera sé por qué.
—Pero estaba segura de que él quería algo contigo ayer.
—Ya hizo lo que quería, Mel. Así trabajan esos chicos, solo llaman la atención.
—Todavía tenemos que ir el sábado —decreta Melanie con un furioso ceño que hace que su cara bonita luciera muy cómica. Ella no es el tipo de persona que se enoja con alguien—. Y tienes que llevar algo que haga que sus ojos salten y se arrepienta de no haberte llamado. Podrían haber tenido una aventura, una noche de rock.
—¿Señor Tomlinson?
Nos dirigimos de nuevo a mi apartamento y miro a una alta mujer cuarentona con cabello rubio de pie en las escaleras de mi edificio. Su sonrisa es cálida y estoy casi confundido cuando sostiene un sobre con mi nombre escrito en él.
—Harry Styles quería que le entregara esto.
Escuchar el nombre de sus labios hace que mi corazón tropiece, y de pronto, está latiendo más de lo que hizo durante toda mi carrera esa mañana. Mi mano tiembla mientras abro el sobre y saco un gran pase azul y amarillo. Es un pase al backstage con entradas para la pelea del sábado. Son asientos centrales de primera fila, hay cuatro. Mis entrañas hacen cosas raras cuando me doy cuenta de que el pase tiene mi nombre escrito en él, en letra de hombre, sospecho que la suya.
En serio, no puedo respirar.
—Guau —susurro, atónito. Una pequeña burbuja de emoción crece rápidamente en mi pecho, y casi siento que tengo que correr un par extra de kilómetros para hacerla estallar.
La sonrisa de la mujer se ensancha. —¿Debo decirle que ha dicho “sí”?
—Sí. —La palabra sale antes de que pueda pensar en ello. Antes de que pueda contemplar todos los titulares de los artículos que leí sobre él ayer, la mayoría de ellos destacan las palabras “chico malo”, “borracho”, “peleas de bar” y “prostitutas”.
Porque es sólo una pelea, ¿no?
No estoy diciendo que sí a todo lo demás.
¿Cierto?
Miro con incredulidad las entradas otra vez, y Melanie boquiabierta en mi perfil ve como la mujer se sube a la parte de atrás de un Escalade
negro. Cuando el coche se aleja, juguetonamente me golpea el hombro. —Bastardo. Lo quieres, ¿verdad? Se suponía que era mi fantasía, ¡Ugh!
Me río mientras le entrego su entrada, mi cerebro tratando de hacer click con la realidad. —Creo que iremos, después de todo. Ayúdame a reclutar a la pandilla, ¿quieres?
Melanie agarra mis hombros y susurra en mi oído mientras me conduce por las escaleras hasta mi edificio—: Dime que esto no te hace sentir un poco de cosquilleo.
—Esto no me hace sentir un poco de cosquilleo —digo de forma automática, antes de deslizarme a mi apartamento agrego—: Me hizo sentir uno muy grande.
Gritos y demandas vienen de Melanie para seleccionar la forma en la que me vestiría para el sábado y le digo que si quisiera lucir como un vedetto se lo haría saber. Finalmente, Mel se da por vencida con mi armario, diciendo que no hay nada ni remotamente sexy, entonces se va a trabajar, así que me deja solo el resto del día. Pero el cosquilleo no se va tan fácil.
Lo siento cuando me estoy duchando, vistiéndome, y cuando estoy revisando mis correos electrónicos para buscar más puestos de trabajo.
No puedo explicar por qué estoy tan nervioso ante la idea de volver a verlo.
Creo que me gusta, y no me gusta que me guste.
Creo que lo quiero, y no me gusta que lo quiera.
Creo que realmente es el material perfecto para una aventura de una noche, y no puedo creer que comience a cuestionarme sobre ello también.
______________________________________
Naturalmente, como cualquier persona con hormonas, el sábado estoy en un punto totalmente diferente en mi estado mental, y me he arrepentido más de una docena de veces de haber dicho que iría a la lucha. Me consuelo con el hecho de que la banda, por lo menos, está muy entusiasmada con ir.
Melanie llamó a Pandora y Kyle para que nos acompañaran. Pandora trabaja con Melanie en la firma de diseño de interiores. Ella es la residente en vanguardia Goth con quien todo hombre quiere decorar sus almohadillas de soltero. Kyle todavía está estudiando para ser dentista y es mi vecino, amigo de muchos años, y un amigo de Mel desde la secundaria.
Es el hermano que nunca tuve, es tan dulce y tímido con las mujeres que tuvo que pagarle a una profesional para que tomara su virginidad a los veintiún años.
—Me alegra que nos lleves, Kyle —dice Melanie mientras se monta en el asiento de atrás conmigo.
—Juro que eso es todo lo que ustedes quieren de mi —dice, pero se ríe, claramente contento por la pelea.
La multitud en el Underground es el doble de la última vez que estuvimos aquí, esperamos unos veinte minutos para subir al ascensor que nos conduciría a la arena.
Mientras Melanie y sus amigos buscan nuestros asientos, deslizo el pase al backstage alrededor de mi cuello y digo—: Dejaré algunas tarjetas de presentación en un lugar donde los luchadores puedan verlas.
Tendría que estar loco para desperdiciar esta oportunidad. Estos atletas son tan fuertes que pueden destrozarse un órgano vital. Si alguna vez hay una oportunidad de hacer un trabajo de rehabilitación temporal, imagino que tiene que ser aquí.
Mientras espero en la fila para ser admitida a la parte de acceso restringido, el olor de la cerveza y sudor impregna el aire. Veo a Kyle encontrar nuestros asientos al lado derecho del ring, y me impresiona lo cerca que los luchadores van a estar. Kyle parece ser capaz de tocar el piso del ring si da un paso y extiende el brazo.
En realidad, se puede ver la pelea desde el fondo de la arena sin tener que pagar ni un centavo, excepto quizás una propina al portero, pero las entradas cerca del ring cuestan unos quinientos dólares, y Harry Styles me regaló cinco entradas. Dado a que he estado sin trabajo durante dos semanas desde mi graduación y estoy estirando mis ahorros, nunca podría haberme pagado esas entradas. Mis amigos, todos graduados recientemente, tampoco podrían costearlas. Aceptarían prácticamente cualquier tipo de trabajo que pudieran conseguir en este jodido mercado de trabajo.
Repleto de gente, finalmente le echan una mirada a mi pase de backstage, camino con una pequeña sonrisa feliz, estoy autorizado para caminar por un largo pasillo con varias habitaciones abiertas a un lado.
Cada habitación tiene bancos y filas de casilleros, noto a varios combatientes en diferentes esquinas de la habitación, conversando con sus equipos. En la tercera habitación que miro, está él, y un escalofrío de nerviosismo se precipita a través de mí.
Está perfectamente relajado, sentado encorvado, en un banco largo de color rojo, viendo como un hombre calvo venda una de sus manos. Su otra mano ya vendada, toda cubierta con la cinta de color crema, con excepción de los nudillos. Tiene la cara pensativa y sorprendentemente juvenil, y me pregunto cuántos años tiene. Levanta la cabeza oscura, como si me detectara, y me descubre inmediatamente.
Un destello de algo extraño, poderosas chispas escapan de sus ojos, se extienden por todo mi cuerpo como un rayo. Reprimo mi reacción y noto que su entrenador está ocupado diciéndole algo.
Harry no puede quitarme los ojos de encima. Su mano aún está estirada, pero parece olvidar que su entrenador le sigue dando instrucciones.
—Bueno, bueno, bueno...
Me giro hacia la voz a mi derecha, y una astilla de temor se abre en mi estómago. Un enorme luchador se encuentra sólo a un metro de distancia, me mira con ojos que son pura intimidación, como si fuera un postre, y él tuviera la cucharilla perfecta.
Veo a Nicholas tomar la cinta de su entrenador y lanzarla a un lado antes de que se levante y camine lentamente hasta situarse junto a mí. Cuando lo siento detrás de mí y un poco hacia mi derecha, la conciencia de su cuerpo pegado al mío se filtra en cada uno de mis poros.
Su suave voz me hace temblar mientras se enfrenta a mi admirador.
—Sólo vete —Le dice al otro hombre en voz baja.
El hombre que reconozco como Hammer ya no me está mirando. En cambio, mira por encima de mi cabeza y ligeramente a un lado. Creo que al lado de Harry no parece tan grande después de todo.
—¿Es tuyo? —pregunta con los ojos pequeños y brillantes entrecerrados.
Mis muslos son gelatina cuando su respuesta se desliza como una cascada en mi oreja, tanto terciopelo como escalofriantemente duro. —Puedo garantizar que no es tuyo.
Hammer se va, y por un largo momento, Harry se queda ahí, una torre de fuerza muscular casi tocándome, su cuerpo, su calor me envuelve. Escondo mi cabeza y murmuro—: Gracias. —Y huyo rápidamente, me quiero morir porque te juro por Dios que él bajó la cabeza para olfatearme.
Buenas! Espero les este gustando la novela, comenten para saber que les parece!
:bye:
La mañana siguiente, Melanie y yo vamos a correr en el parque de nuestro barrio, como todos los días de la semana, llueva o truene. Cada uno de nosotros lleva un brazalete con nuestro iPod, pero hoy, parece que estamos escuchando nada más que al otro.
—Lo hiciste, puto. Se suponía que sería yo. —Presiona unas teclas en su celular, frunzo el ceño cuando trato de ver lo que está leyendo.
—Entonces, debiste haberle dado tu número en lugar del mío.
—¿Te llamó?
—City Hall a las once. Deja a tu amiga loca en casa, eso fue todo lo que dijo.
—¡Ja, ja! —dice, tomando mi teléfono, tecleando la contraseña y entrando a mis mensajes.
Entrecierro mis ojos porque la retorcida gata sabe mi contraseña, nunca podría esconder un secreto de ella incluso si quisiera.
Ruego porque no vea mi historial de google, o se enteraría que he estado acosándolo. Honestamente, no quiero aceptar el hecho de que tecleé su nombre en la barra de búsqueda más veces de las necesarias.
Afortunadamente, Mel sólo chequea mis llamadas perdidas, por supuesto, no tengo llamadas de él.
A juzgar por los artículos que leí anoche, Harry Styles es el dios de las fiestas, el dios del sexo, y, básicamente, un dios. Y un problema, para comenzar. En este instante probablemente está borracho en su cama con mujeres y hombres desnudos a su alrededor y pensando—: ¿Louis?¿De quién hablas?
Melanie me regresa el teléfono, se aclara la garganta, y lee un tweet—: De acuerdo, hay varias noticias que debes escuchar. “¡Sin precedentes!” “¿Sabes que todos vieron a Riptide besando a un espectador?” “¡Mierda! Escuché que se produjo una pelea cuando trató de ir tras el y empujó a un hombre.” “Pelear fuera del ring es ilegal, Rip no podrá luchar por el resto de la temporada o por toda la eternidad.” “¡Sí, es por eso que fue expulsado del pro! Bueno, no iré si Rip no está luchando.”
Todos estos son varios comentaristas —explica Melanie mientras baja su teléfono y sonríe—. Me encanta que lo llamen Rip. Como si sus oponentes descansen en paz. ¿Entiendes? De todos modos, si seguirá peleando, tiene precisamente este sábado antes de viajar para luchar en otra ciudad ¿Vamos o vamos?
—Eso es lo que quería saber cuando llamó.
—Louis! ¿Te ha llamado o no?
—¿Qué crees, Mel? ¿Cuántos seguidores tiene? ¿Un millón?
—En realidad tiene dos millones tres mil seguidores.
—Bueno, ahí está tu maldita respuesta. —Ahora, estoy enojado y ni siquiera sé por qué.
—Pero estaba segura de que él quería algo contigo ayer.
—Ya hizo lo que quería, Mel. Así trabajan esos chicos, solo llaman la atención.
—Todavía tenemos que ir el sábado —decreta Melanie con un furioso ceño que hace que su cara bonita luciera muy cómica. Ella no es el tipo de persona que se enoja con alguien—. Y tienes que llevar algo que haga que sus ojos salten y se arrepienta de no haberte llamado. Podrían haber tenido una aventura, una noche de rock.
—¿Señor Tomlinson?
Nos dirigimos de nuevo a mi apartamento y miro a una alta mujer cuarentona con cabello rubio de pie en las escaleras de mi edificio. Su sonrisa es cálida y estoy casi confundido cuando sostiene un sobre con mi nombre escrito en él.
—Harry Styles quería que le entregara esto.
Escuchar el nombre de sus labios hace que mi corazón tropiece, y de pronto, está latiendo más de lo que hizo durante toda mi carrera esa mañana. Mi mano tiembla mientras abro el sobre y saco un gran pase azul y amarillo. Es un pase al backstage con entradas para la pelea del sábado. Son asientos centrales de primera fila, hay cuatro. Mis entrañas hacen cosas raras cuando me doy cuenta de que el pase tiene mi nombre escrito en él, en letra de hombre, sospecho que la suya.
En serio, no puedo respirar.
—Guau —susurro, atónito. Una pequeña burbuja de emoción crece rápidamente en mi pecho, y casi siento que tengo que correr un par extra de kilómetros para hacerla estallar.
La sonrisa de la mujer se ensancha. —¿Debo decirle que ha dicho “sí”?
—Sí. —La palabra sale antes de que pueda pensar en ello. Antes de que pueda contemplar todos los titulares de los artículos que leí sobre él ayer, la mayoría de ellos destacan las palabras “chico malo”, “borracho”, “peleas de bar” y “prostitutas”.
Porque es sólo una pelea, ¿no?
No estoy diciendo que sí a todo lo demás.
¿Cierto?
Miro con incredulidad las entradas otra vez, y Melanie boquiabierta en mi perfil ve como la mujer se sube a la parte de atrás de un Escalade
negro. Cuando el coche se aleja, juguetonamente me golpea el hombro. —Bastardo. Lo quieres, ¿verdad? Se suponía que era mi fantasía, ¡Ugh!
Me río mientras le entrego su entrada, mi cerebro tratando de hacer click con la realidad. —Creo que iremos, después de todo. Ayúdame a reclutar a la pandilla, ¿quieres?
Melanie agarra mis hombros y susurra en mi oído mientras me conduce por las escaleras hasta mi edificio—: Dime que esto no te hace sentir un poco de cosquilleo.
—Esto no me hace sentir un poco de cosquilleo —digo de forma automática, antes de deslizarme a mi apartamento agrego—: Me hizo sentir uno muy grande.
Gritos y demandas vienen de Melanie para seleccionar la forma en la que me vestiría para el sábado y le digo que si quisiera lucir como un vedetto se lo haría saber. Finalmente, Mel se da por vencida con mi armario, diciendo que no hay nada ni remotamente sexy, entonces se va a trabajar, así que me deja solo el resto del día. Pero el cosquilleo no se va tan fácil.
Lo siento cuando me estoy duchando, vistiéndome, y cuando estoy revisando mis correos electrónicos para buscar más puestos de trabajo.
No puedo explicar por qué estoy tan nervioso ante la idea de volver a verlo.
Creo que me gusta, y no me gusta que me guste.
Creo que lo quiero, y no me gusta que lo quiera.
Creo que realmente es el material perfecto para una aventura de una noche, y no puedo creer que comience a cuestionarme sobre ello también.
______________________________________
Naturalmente, como cualquier persona con hormonas, el sábado estoy en un punto totalmente diferente en mi estado mental, y me he arrepentido más de una docena de veces de haber dicho que iría a la lucha. Me consuelo con el hecho de que la banda, por lo menos, está muy entusiasmada con ir.
Melanie llamó a Pandora y Kyle para que nos acompañaran. Pandora trabaja con Melanie en la firma de diseño de interiores. Ella es la residente en vanguardia Goth con quien todo hombre quiere decorar sus almohadillas de soltero. Kyle todavía está estudiando para ser dentista y es mi vecino, amigo de muchos años, y un amigo de Mel desde la secundaria.
Es el hermano que nunca tuve, es tan dulce y tímido con las mujeres que tuvo que pagarle a una profesional para que tomara su virginidad a los veintiún años.
—Me alegra que nos lleves, Kyle —dice Melanie mientras se monta en el asiento de atrás conmigo.
—Juro que eso es todo lo que ustedes quieren de mi —dice, pero se ríe, claramente contento por la pelea.
La multitud en el Underground es el doble de la última vez que estuvimos aquí, esperamos unos veinte minutos para subir al ascensor que nos conduciría a la arena.
Mientras Melanie y sus amigos buscan nuestros asientos, deslizo el pase al backstage alrededor de mi cuello y digo—: Dejaré algunas tarjetas de presentación en un lugar donde los luchadores puedan verlas.
Tendría que estar loco para desperdiciar esta oportunidad. Estos atletas son tan fuertes que pueden destrozarse un órgano vital. Si alguna vez hay una oportunidad de hacer un trabajo de rehabilitación temporal, imagino que tiene que ser aquí.
Mientras espero en la fila para ser admitida a la parte de acceso restringido, el olor de la cerveza y sudor impregna el aire. Veo a Kyle encontrar nuestros asientos al lado derecho del ring, y me impresiona lo cerca que los luchadores van a estar. Kyle parece ser capaz de tocar el piso del ring si da un paso y extiende el brazo.
En realidad, se puede ver la pelea desde el fondo de la arena sin tener que pagar ni un centavo, excepto quizás una propina al portero, pero las entradas cerca del ring cuestan unos quinientos dólares, y Harry Styles me regaló cinco entradas. Dado a que he estado sin trabajo durante dos semanas desde mi graduación y estoy estirando mis ahorros, nunca podría haberme pagado esas entradas. Mis amigos, todos graduados recientemente, tampoco podrían costearlas. Aceptarían prácticamente cualquier tipo de trabajo que pudieran conseguir en este jodido mercado de trabajo.
Repleto de gente, finalmente le echan una mirada a mi pase de backstage, camino con una pequeña sonrisa feliz, estoy autorizado para caminar por un largo pasillo con varias habitaciones abiertas a un lado.
Cada habitación tiene bancos y filas de casilleros, noto a varios combatientes en diferentes esquinas de la habitación, conversando con sus equipos. En la tercera habitación que miro, está él, y un escalofrío de nerviosismo se precipita a través de mí.
Está perfectamente relajado, sentado encorvado, en un banco largo de color rojo, viendo como un hombre calvo venda una de sus manos. Su otra mano ya vendada, toda cubierta con la cinta de color crema, con excepción de los nudillos. Tiene la cara pensativa y sorprendentemente juvenil, y me pregunto cuántos años tiene. Levanta la cabeza oscura, como si me detectara, y me descubre inmediatamente.
Un destello de algo extraño, poderosas chispas escapan de sus ojos, se extienden por todo mi cuerpo como un rayo. Reprimo mi reacción y noto que su entrenador está ocupado diciéndole algo.
Harry no puede quitarme los ojos de encima. Su mano aún está estirada, pero parece olvidar que su entrenador le sigue dando instrucciones.
—Bueno, bueno, bueno...
Me giro hacia la voz a mi derecha, y una astilla de temor se abre en mi estómago. Un enorme luchador se encuentra sólo a un metro de distancia, me mira con ojos que son pura intimidación, como si fuera un postre, y él tuviera la cucharilla perfecta.
Veo a Nicholas tomar la cinta de su entrenador y lanzarla a un lado antes de que se levante y camine lentamente hasta situarse junto a mí. Cuando lo siento detrás de mí y un poco hacia mi derecha, la conciencia de su cuerpo pegado al mío se filtra en cada uno de mis poros.
Su suave voz me hace temblar mientras se enfrenta a mi admirador.
—Sólo vete —Le dice al otro hombre en voz baja.
El hombre que reconozco como Hammer ya no me está mirando. En cambio, mira por encima de mi cabeza y ligeramente a un lado. Creo que al lado de Harry no parece tan grande después de todo.
—¿Es tuyo? —pregunta con los ojos pequeños y brillantes entrecerrados.
Mis muslos son gelatina cuando su respuesta se desliza como una cascada en mi oreja, tanto terciopelo como escalofriantemente duro. —Puedo garantizar que no es tuyo.
Hammer se va, y por un largo momento, Harry se queda ahí, una torre de fuerza muscular casi tocándome, su cuerpo, su calor me envuelve. Escondo mi cabeza y murmuro—: Gracias. —Y huyo rápidamente, me quiero morir porque te juro por Dios que él bajó la cabeza para olfatearme.
Buenas! Espero les este gustando la novela, comenten para saber que les parece!
:bye:
PerfLarry
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Holi Holiiiiiii soy nueva lectora y te vengo a contar la historia de mi vida con este fic.. Hace un tiempo una niña también lo subió y nunca mas lo siguió y yo quede completamente desesperada y destrozada así que te PIDO que por favor la sigas subiendo porque amo esta historia ...Besos para ti :luuv:
larrrybravery
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
larrrybravery escribió:Holi Holiiiiiii soy nueva lectora y te vengo a contar la historia de mi vida con este fic.. Hace un tiempo una niña también lo subió y nunca mas lo siguió y yo quede completamente desesperada y destrozada así que te PIDO que por favor la sigas subiendo porque amo esta historia ...Besos para ti :luuv:
Hola(:
Sí Amelia la subia al
foro pero no pudo seguir por problemas personales así que me pidió a mi seguir subiendola.
Gracias por comentar, en unas horas la sigo(:
Adiós :bye:
PerfLarry
Capitulo 2 parte 1.
Inesperado
El está a punto de subir al ring, su nombre ya está sonando a través del micrófono mientras la multitud se vuelve salvaje.
— ¡Una vez más, damas y caballeros, Riptide!
Todavía no me he recuperado de verlo de cerca, y mi sangre ya lleva todo tipo de cosas extrañas, burbujeantes y calientes. En el instante en el que sale trotando del ancho pasillo entre las gradas, con esa brillante túnica roja con capucha, mi pulso brinca, mi estómago se aprieta, y tengo una horrible y desesperada necesidad de huir de vuelta a casa.
El tipo es simplemente demasiado. Demasiado macho. Demasiada masculinidad y pura bestia bruta. En conjunto, es simplemente como sexo en barra y cada una de las personas a mi alrededor está gritando a todo pulmón lo mucho que quieren lamerlo.
Harry se sube al ring y va a su esquina. Se saca la túnica, exponiendo todos esos flexibles músculos, y se la entrega a un joven rubio que parece estar ayudando a su calvo entrenador.
—¡Y ahora, les presento, el Hammer!
Hammer procede a unírsele arriba del ring; Harry sonríe perezosamente. Su mirada se desliza directamente a la mía—y me doy cuenta que sabe exactamente, exactamente, dónde estoy sentado esta noche. Todavía dándome ese gesto de "soy todo sonrisas", levanta un dedo en el aire hacia Hammer, y luego me apunta como si estuviera diciendo "Ésta es para ti".
Mi estómago cae.
—Mierda, me está matando. ¿Por qué demonios hace eso? ¡Es tan jodidamente alfa que no puedo soportarlo!
—¡Melanie, contrólate! —siseo, luego me vuelvo a sentar débilmente en mi silla, porque también me está matando a mí. No sé qué quiere de mí, pero estoy amarrado en nudos porque jamás imaginé que querría algo tan sexual y personal de él.
El vergonzoso recuerdo de pararme cerca de él sólo minutos atrás barre a través de mí, pero la campana suena y me saca de mis pensamientos. Los luchadores van pie a pie, y Harry amaga hacia un lado mientras que Hammer se balancea estúpidamente, siguiendo el ridículo movimiento. Una vez que el costado de Hammer parece abierto, Harry va hacia él desde la izquierda, golpeándolo en las costillas.
Rebotan separándose, y Harry actúa arrogante, amagando y molestando a Hammer. Se vuelve hacia mí, apunta a Hammer, luego a mí de nuevo antes de golpearlo con tanta fuerza que el tipo rebota en la red detrás de él, cae de rodillas, y sacude la cabeza para levantarse otra vez.
Mis músculos sexuales se aprietan cada vez que golpea a su oponente, y mi corazón se oprime cada vez que el oponente devuelve un golpe.
Durante la noche, él pasa a través de muchos luchadores. Cada vez que es declarado victorioso, me mira con esa sonrisa engreída, como si quisiera que sepa que es el hombre dominante aquí. Mi cuerpo entero se sacude mientras observo su cuerpo moverse, y soy incapaz de dejar de fantasear. Imagino sus caderas ondularse sobre mí, su cuerpo dentro del mío, esas grandes manos tocándome, piel contra piel. Durante los últimos rounds, lleva una mirada decidida en su rostro, y su cuerpo jadea con esfuerzo y brilla con sudor.
De repente, jamás he deseado tanto algo en mi vida.
Quiero volverme loco. Saltar en una cuerda elástica. Correr a toda velocidad otra vez, incluso si es sólo en el sentido literal. Todas esas citas que jamás tuve porque estaba entrenando para algo que jamás pasó.
Viajes que jamás hice por miedo a romperme un hueso que eventualmente terminó roto de todas formas. Nunca beber. Mantener mis notas altas para poder correr. Harry Styles es todo lo que nunca, jamás he hecho, y tengo un condón metido en mi bolso y de repente sé exactamente por qué lo puse allí. Este tipo es un luchador. Quiero tocar este hermoso pecho y quiero besar esos labios. Quiero tener esas manos en mí. Cuando sienta esas manos en mí, probablemente me venga en el momento en que se empuje dentro de mí.
Estos son los preliminares de sexo más intensos que jamás he sentido, y de repente quiero que sea más que un preliminar. Quiero que pase esta noche.
Cuando gana por la décima y última vez, siento sus ojos en mí nuevamente, y sólo puedo devolverle la mirada, dispuesto a darle entender que lo deseo. Él me sonríe, todo sudoroso y engreído con los ojos verdes brillando y hoyuelos a la vista. Agarrando la cuerda en la cima del ring, sencillamente desliza su cuerpo por encima de ella, y aterriza elegantemente en el pasillo junto a mí.
Melanie se congela a mi lado cuando su cuerpo hermosamente esculpido y resplandecientemente bronceado, se acerca.
No hay dudas sobre su propósito.
Conteniendo el aliento hasta que siento que mis pulmones van a estallar, me levanto con piernas tambaleantes porque realmente no sé que más hacer. La multitud ruge y las personas detrás de mí gritan.
—¡Bésalo como si no hubiera mañana!
—¡No te lo mereces!
—¡Bien hecho, chico!
Él dirige sus hoyuelos hacia mí, y sigo esperando sus manos mientras se inclina hacia adelante. Casi puedo sentir la manera que esas manos se sintieron en mí la última vez, grandes, extrañas, y un poco maravillosas mientras prácticamente envolvía mi rostro. Ya estoy muriendo. Muriendo de deseo. De imprudencia. De anticipación.
En lugar de eso, inclina su oscura cabeza para susurrar contra mi sien, y la única parte de su cuerpo que toca el mío es su aliento, bañando mi piel con calor mientras su áspera voz retumba en mi oído: —Quédate aquí. Enviaré a alguien por ti.
Sonríe y retrocede mientras la multitud sigue gritando, y vuelve a subir al ring, dejándome parpadeando detrás de él. A la mujer a mi lado le toma como un minuto entero dejar de temblar e hiperventilar para decir: —OhporDios, ohporDios, ohporDiosDiosDios, su codo me rozó, ¡su codo me rozó!
—¡RIPTIDE, GENTE! —grita el anunciador.
Mis rodillas se vuelven blandas y me dejo caer en mi asiento, ligero como crema batida, juntando mis manos para evitar que tiemblen. Mi cerebro está tan derretido que ni siquiera puedo pensar más allá del punto donde él se deslizó fuera del ring y me susurró cerca del oído, en su voz terriblemente sexy, que iba a enviar a alguien por mí. Sólo recordarlo hace que mis pies se retuerzan. Melanie está boquiabierta y sin habla, y Pandora y Kyle me miran como si fuera algún ser santo que acaba de hacer que un animal salvaje se pusiera de rodillas.
—¿Qué demonios te dijo? —gesticula Kyle.
—Jesús, María y José —dice Melanie, chillando y abrazándome—. Louis, ese chico está ardiendo por ti.
La mujer a mi lado toca mi hombro con una mano temblorosa. —¿Lo conoces?
Niego con la cabeza, ni siquiera sabiendo cómo responder. Todo lo que sé es que desde ayer hasta hoy, no ha pasado un segundo en el que no haya pensado en él. Todo lo que sé es que odio y amo la manera en que me hace sentir, y la manera en que me mira me llena de deseo.
—Señor Tomlinson—dice una voz, y levanto la cabeza rápidamente hacia los dos hombres de negro que están parados entre el ring y yo.
Ambos son altos y esbeltos; uno es rubio y el otro tiene el cabello marrón enrulado como Harry—. Soy Pete, el Asistente Personal del señor Styles—dice Rulos Marrones—. Y éste es Riley, es la segunda mano del entrenador. Si nos siguiera, por favor, el señor Styles quiere tener unas palabras con usted en su habitación del hotel.
Al principio, ni siquiera puedo registrar quién es el señor Styles. Luego despierta el entendimiento, y un rayo de luz ardiente rasga a través de mí.
Él te quiere a ti en su habitación de hotel. ¿Lo deseas tú a él? ¿Quieres hacer esto? Una parte de mí ya está haciéndolo con él de diez maneras diferentes en mi mente hasta el domingo mientras que la otra parte no se mueve de su estúpida silla.
—Sus amigos pueden venir con nosotros —añade el rubio en su voz tranquila, y señala al asombrado trío.
Estoy aliviado. Creo. Jesús, ni siquiera sé cómo me siento.
—Louis, vamos, ¡es Harry Styles! —Melanie me arrastra a la fuerza y me obliga a seguir a los hombres, y mi mente comienza a correr a toda velocidad, porque no sé lo que voy a hacer cuando lo vea. Mi corazón está bombeando adrenalina como loco mientras somos dirigidos hacia afuera del Underground, hacia el hotel cruzando la calle, luego al ascensor hacia el "P".
Una punzada de nervios ondean a través de mí mientras el ascensor hace un sonido metálico al llegar al último piso, y me siento exactamente como solía hacerlo cuando competía. Ha sido un viaje en montaña rusa el sólo imaginarme el cuerpo de este hombre dentro del mío, y de repente estoy cerca de la cumbre donde podría ser una realidad. Mi estómago se aprieta ante el pensamiento de lo estimulante que podría ser el descenso.
Cosa de una noche, aquí voy...
—Por favor, dime que no vas a hacerlo con este tipo —me dice Kyle, su rostro mostrando preocupación mientras las puertas se deslizan para abrirse—. No eres así, Lou. Eres mucho más responsable que esto.
¿Lo soy?
¿Lo soy, realmente?
Porque esta noche me siento loco. Loco de lujuria y adrenalina y dos sexys hoyuelos.
—Sólo hablaré con él —Le digo a mi amigo, pero ni siquiera yo estoy seguro de lo que voy a hacer.
Seguimos a los dos hombres dentro de la primera parte de la enorme suite. —Tus amigos pueden esperar aquí —dice Riley, moviéndose hacia la gigantesca barra de granito negro—. Por favor, sírvanse una bebida.
Mientras mis amigos acuden en manada hacia las brillantes botellas de alcohol, un chillido inconfundible se le escapa a Melanie, y Pete me mueve para seguirlo. Cruzamos la suite y entramos en el dormitorio principal, y lo encuentro sentado en un banco a los pies de la cama. Su cabello está húmedo, y sostiene un envase de gel contra su mandíbula. La visión de un macho tan primitivo asistiéndose una herida luego de haber roto repetitivamente hombre tras hombre con sus puños es de alguna manera extraordinariamente sexy para mí.
Dos mujeres asiáticas se arrodillan en la cama detrás de él, cada una frotándole un hombro. Una toalla blanca está envuelta alrededor de sus caderas, y un río de agua todavía se aferra a su piel. Tres botellas vacías de Gatorade han sido dejadas en el suelo, y tiene otra en su mano.
Deja el paquete de gel en la mesa y termina lo último de la bebida. Verde como sus ojos, el líquido se termina de un trago, luego la tira a un lado.
Estoy fascinado mientras sus músculos arrebatadores se aprietan y relajan debajo de los dedos de las mujeres. Sé que el masaje es algo normal luego de un ejercicio intenso, pero lo que no sé, y no puedo entender, es la manera en que verlo obtener uno me afecta.
Conozco la forma humana. La venero. Fue mi iglesia por seis años, cuando decidí que estaba en regla una nueva carrera para mí, cuando me di cuenta que no podría volver a correr otra vez. Y ahora, mis dedos pican a mi lado con el deseo de investigar su cuerpo, empujar y soltar, meterme dentro de cada músculo.
—¿Disfrutaste la pelea? —Me observa con una pequeña sonrisa engreída, sus ojos destellando, como si supiera que me encantó.
Es una cosa de amor y odio para mí verlo boxear. Pero simplemente no puedo darle un cumplido luego de escuchar a quinientas personas gritar lo bueno que era, así que me encojo de hombros: —Lo haces interesante.
—¿Eso es todo?
—Sí.
Parece irritado cuando abruptamente sacude los hombros para detener a las masajistas. Se levanta y rueda esos hombros cuadrados, luego hace sonar su cuello hacia un lado, luego el otro. —Déjenme.
Ambas mujeres me ofrecen una sonrisa y se dirigen afuera, y el instante en que estoy solo con él, me quedo sin aliento.
La enormidad de estar aquí, en su habitación de hotel, no está perdida en mí, y de repente estoy ansioso. Sus blancas manos de dedos largos descansan en reposo a sus lados, y una ráfaga de deseo corre a través de mí mientras las imagino pasar por mi piel.
Mi cuerpo palpita, y con un esfuerzo levanto los ojos hacia su rostro y me doy cuenta que me está mirando en silencio. Se suena los nudillos con una mano encima de ellos, luego hace lo mismo con la otra. Parece agitado, a pesar de que no ha agotado la suficiente energía dándole una paliza a una docena de hombres hacia el suelo. Como si pudiera simplemente hacer un par más de rounds.
—El hombre con el que estás —dice, flexionando sus dedos abiertos a sus lados como si quisiera que corra algo de sangre, sus ojos observándome—. ¿Es tu novio?
Honestamente, no sé qué esperaba al venir aquí, pero puede que hubiera sido algo en la línea de ser llevado directamente a su cama. Estoy tan confundido y más que un poco ansioso. ¿Qué quiere de mí? ¿Qué quiero yo de él?
—No, es sólo un amigo —respondo.
Sus ojos le dan una mirada a mi dedo anular y vuelven a subir. —¿Nada de maridos?
Un extraño y pequeño zumbido corre por mis venas, directo a mi cabeza, y creo que estoy aturdido por la esencia del aceite de masaje que frotaron en él. —Nada de maridos, en lo absoluto.
Me estudia por un largo momento, pero no parece derrotado con lujuria como estoy personal y vergonzosamente sintiéndome. Simplemente me está evaluando con una media sonrisa en su lugar, y parece genuinamente interesado en lo que estoy diciendo. —¿Fuiste internado en una escuela privada de rehabilitación para sus jóvenes atletas?
—¿Me investigaste?
—En realidad, nosotros lo hicimos —dicen las dos voces familiares de los hombres que me trajeron aquí, y mientras vuelven a entrar a la habitación, Pete lleva un sobre de papel manila y se lo pasa a Riley.
—Señor Tomlinson —Me habla una vez más, Pete, con el cabello enrulado y los ojos marrón claro—. Estoy seguro de que se está preguntando por qué está aquí, así que iremos al grano. Nos vamos de la ciudad en dos días, y me temo que no hay tiempo para hacer las cosas de otra manera. El señor Styles quiere contratarlo.
Observo por un momento, perplejo, y francamente, confundido al máximo nivel.
—¿Qué es, exactamente, lo que creen que hago? —Un ceño fruncido se posa en mi rostro—. No soy un puto.
Tanto Pete como Riley se echan a reír, pero Harry está alarmantemente callado, lentamente relajándose en el banco.
—Nos conoce, señor Tomlinson. Sí, admito que cuando estamos viajando encontramos conveniente mantener uno o varios amigas y amigos especiales del señor Styles para, digamos, facilitarle sus necesidades antes o después de una pelea —explica divertidamente Pete.
Mi ceja izquierda sale disparada hacia arriba. En realidad, soy perfectamente consciente de cómo funcionan estas cosas con los atletas.
Solía competir y sé que, antes o después del deporte, el sexo es una manera natural e incluso saludable de aliviar el estrés y asistir al desempeño. Perdí mi virginidad en la misma prueba de las Olimpíadas en la que mi rodilla fue enviada al infierno, y la perdí con un corredor que estaba casi tan nervioso por competir como yo. Pero la manera en la que estos tipos hablan sobre las "necesidades" del señor Styles, tan casualmente, se siente de repente demasiado personal, que mis mejillas queman de la vergüenza.
—Un hombre como Harry tiene requerimientos muy particulares, como podrá adivinar, señor Tomlinson —continúa Riley, el hombre de cabello rubio que luce como surfista—. Pero ha sido muy específico en el hecho de que ya no está interesado en las amigas que teníamos aseguradas para él durante nuestro viaje. Quiere enfocarse en lo que es importante, y en su lugar, quiere que usted trabaje para él.
Mis bolas se contraen mientras observo a Riley, luego a Pete, y finalmente a Harry, cuya mandíbula luce más cuadrada de lo que recuerdo, como si estuviera hecha de la pieza de granito más bella e invaluable que se ha encontrado en el mundo.
No hay manera de que sepa que cosa está pensando, pero a pesar de que ya no está sonriendo, sus ojos permanecen encendidos con malicia.
Su rostro está un poco hinchado en el lado izquierdo, y mis instintos realmente quieren tomar el gel y ponerlo de nuevo en su mandíbula.
Maldición, en mi mente, ya le he puesto la pomada en la cicatriz roja en el centro de su labio inferior. Estoy tan abrumado por estos pensamientos que no me doy cuenta que no puedo confiar en mí mismo con alguien tan poderoso y atractivo como él. Todavía, todavía sigo emocionado por estar en la misma habitación que él.
Pete hojea las carpetas. —Estuviste haciendo prácticas en la Academia Militar de Seattle en rehabilitación deportiva para jóvenes adolescentes y veo que te graduaste sólo hace dos semanas. Estamos dispuestos a contratarte por tus servicios, los que serán en ocho ciudades que dejamos para el tour y para que el señor Styles continúe acondicionándose para futuras competiciones. Vamos a ser muy generosos con tu sueldo. Es muy prestigioso tener un atleta y debe ser impresionante en cualquier currículum. Incluso podríamos permitir que seas un agente libre, en el futuro, si decides irte —dice Pete.
Me encuentro parpadeando varias veces.
He estado con ansiedad por la solicitud de empleo, no me habían llamado hasta ahora. La escuela donde hice prácticas me ofrecieron volver cuando se reanuden las clases en agosto, así que por lo menos tengo esa opción. Es, sin embargo, a muchos meses de distancia y la inquietud de tener un título y no hacer nada con ello me está matando.
De repente, me doy cuenta que los ojos de todos están en mí y estoy especialmente consciente de la mirada de Harry.
En mí.
La idea de trabajar para él después de ya haber tenido sexo con él en mi cabeza hace que me sienta un poco más que mareado.
—Tengo que pensar en ello. Realmente no estoy buscando algo lejos de Seattle a largo plazo. —Lo miro vacilante, y luego a los otros dos hombres—. Ahora bien, si eso es todo lo que querías decirme, es mejor que me vaya, dejaré mi tarjeta en tu bar. —Me giro y la voz imponente de Harry me detiene.
—Respóndeme ahora —espeta.
—¿Qué?
Cuando me doy vuelta, él inclina la cabeza y sostiene mi mirada, el brillo de sus ojos ya no es divertido. —Te he ofrecido un trabajo y quiero una respuesta.
El silencio desciende. Nos miramos el uno al otro. Sus ojos verdes con maldad, este intercambio de miradas es complicado. No puedo decir si es sólo una mirada o algo más. Algo que se siente vivo, respirando dentro de mí, y llamea cuando lo miro a los ojos y veo en la forma en que me mira con esos ojos desgarradoramente intensos.
Muy bien, entonces. Bota la estúpida lujuria. Esto lo necesito mucho más.
—Voy a trabajar para ti los tres meses que te quedan de tour, si incluyes alojamiento, comida y mi transporte, garantizarme referencias para mi próxima solicitud de empleo y dejarme promover que he trabajo contigo con mis futuros clientes.
Cuando simplemente se me queda mirando, me giro, pensando qué querrá pensar en ello. Su voz me detiene otra vez.
—Muy bien. —Asiente de manera significativa, y mi cabeza da vueltas con incredulidad.
¿Me ha contratado?
¿Mi primer trabajo?
Lentamente, agarrando la toalla de su cintura para evitar que se caiga, Nicholas se levanta y mira a sus hombres. —Pero quiero en papel que diga que no se va hasta que el tour haya terminado.
Sus músculos se abultan de una manera que es difícil no darse cuenta, se arregla la toalla en su sitio y comienza a caminar, y otra vez se ve felino y depredador, esa sonrisa segura de sí mismo aumentándolo incluso al doble. Su sonrisa me dice que sabe que me perturba. Y, hombre, me inquieta. Estoy viendo los más de 180 centímetros de pura fuerza bruta caminando en una piel brillante y reluciente de aceite y un eight-pack que en realidad es físicamente imposible pero, ¿hay alguna forma de negarlo cuando está ahí? Dios.
Mi corazón golpea con furor cuando envuelve su enorme mano en la mía e inclina la cabeza para poder mirar directamente a mis ojos. Mientras me aprieta con un poderoso agarre y su toque brota como una descarga eléctrica a través de mí, susurra—: Tenemos un trato, Louis.
Creo que me desmayé.
Da un paso atrás y su sonrisa resplandece a través de mí, cargándome con mil megavatios y luego se dirige a sus hombres. — Consigan el papel para mañana, y llévenlo a salvo a casa.
El está a punto de subir al ring, su nombre ya está sonando a través del micrófono mientras la multitud se vuelve salvaje.
— ¡Una vez más, damas y caballeros, Riptide!
Todavía no me he recuperado de verlo de cerca, y mi sangre ya lleva todo tipo de cosas extrañas, burbujeantes y calientes. En el instante en el que sale trotando del ancho pasillo entre las gradas, con esa brillante túnica roja con capucha, mi pulso brinca, mi estómago se aprieta, y tengo una horrible y desesperada necesidad de huir de vuelta a casa.
El tipo es simplemente demasiado. Demasiado macho. Demasiada masculinidad y pura bestia bruta. En conjunto, es simplemente como sexo en barra y cada una de las personas a mi alrededor está gritando a todo pulmón lo mucho que quieren lamerlo.
Harry se sube al ring y va a su esquina. Se saca la túnica, exponiendo todos esos flexibles músculos, y se la entrega a un joven rubio que parece estar ayudando a su calvo entrenador.
—¡Y ahora, les presento, el Hammer!
Hammer procede a unírsele arriba del ring; Harry sonríe perezosamente. Su mirada se desliza directamente a la mía—y me doy cuenta que sabe exactamente, exactamente, dónde estoy sentado esta noche. Todavía dándome ese gesto de "soy todo sonrisas", levanta un dedo en el aire hacia Hammer, y luego me apunta como si estuviera diciendo "Ésta es para ti".
Mi estómago cae.
—Mierda, me está matando. ¿Por qué demonios hace eso? ¡Es tan jodidamente alfa que no puedo soportarlo!
—¡Melanie, contrólate! —siseo, luego me vuelvo a sentar débilmente en mi silla, porque también me está matando a mí. No sé qué quiere de mí, pero estoy amarrado en nudos porque jamás imaginé que querría algo tan sexual y personal de él.
El vergonzoso recuerdo de pararme cerca de él sólo minutos atrás barre a través de mí, pero la campana suena y me saca de mis pensamientos. Los luchadores van pie a pie, y Harry amaga hacia un lado mientras que Hammer se balancea estúpidamente, siguiendo el ridículo movimiento. Una vez que el costado de Hammer parece abierto, Harry va hacia él desde la izquierda, golpeándolo en las costillas.
Rebotan separándose, y Harry actúa arrogante, amagando y molestando a Hammer. Se vuelve hacia mí, apunta a Hammer, luego a mí de nuevo antes de golpearlo con tanta fuerza que el tipo rebota en la red detrás de él, cae de rodillas, y sacude la cabeza para levantarse otra vez.
Mis músculos sexuales se aprietan cada vez que golpea a su oponente, y mi corazón se oprime cada vez que el oponente devuelve un golpe.
Durante la noche, él pasa a través de muchos luchadores. Cada vez que es declarado victorioso, me mira con esa sonrisa engreída, como si quisiera que sepa que es el hombre dominante aquí. Mi cuerpo entero se sacude mientras observo su cuerpo moverse, y soy incapaz de dejar de fantasear. Imagino sus caderas ondularse sobre mí, su cuerpo dentro del mío, esas grandes manos tocándome, piel contra piel. Durante los últimos rounds, lleva una mirada decidida en su rostro, y su cuerpo jadea con esfuerzo y brilla con sudor.
De repente, jamás he deseado tanto algo en mi vida.
Quiero volverme loco. Saltar en una cuerda elástica. Correr a toda velocidad otra vez, incluso si es sólo en el sentido literal. Todas esas citas que jamás tuve porque estaba entrenando para algo que jamás pasó.
Viajes que jamás hice por miedo a romperme un hueso que eventualmente terminó roto de todas formas. Nunca beber. Mantener mis notas altas para poder correr. Harry Styles es todo lo que nunca, jamás he hecho, y tengo un condón metido en mi bolso y de repente sé exactamente por qué lo puse allí. Este tipo es un luchador. Quiero tocar este hermoso pecho y quiero besar esos labios. Quiero tener esas manos en mí. Cuando sienta esas manos en mí, probablemente me venga en el momento en que se empuje dentro de mí.
Estos son los preliminares de sexo más intensos que jamás he sentido, y de repente quiero que sea más que un preliminar. Quiero que pase esta noche.
Cuando gana por la décima y última vez, siento sus ojos en mí nuevamente, y sólo puedo devolverle la mirada, dispuesto a darle entender que lo deseo. Él me sonríe, todo sudoroso y engreído con los ojos verdes brillando y hoyuelos a la vista. Agarrando la cuerda en la cima del ring, sencillamente desliza su cuerpo por encima de ella, y aterriza elegantemente en el pasillo junto a mí.
Melanie se congela a mi lado cuando su cuerpo hermosamente esculpido y resplandecientemente bronceado, se acerca.
No hay dudas sobre su propósito.
Conteniendo el aliento hasta que siento que mis pulmones van a estallar, me levanto con piernas tambaleantes porque realmente no sé que más hacer. La multitud ruge y las personas detrás de mí gritan.
—¡Bésalo como si no hubiera mañana!
—¡No te lo mereces!
—¡Bien hecho, chico!
Él dirige sus hoyuelos hacia mí, y sigo esperando sus manos mientras se inclina hacia adelante. Casi puedo sentir la manera que esas manos se sintieron en mí la última vez, grandes, extrañas, y un poco maravillosas mientras prácticamente envolvía mi rostro. Ya estoy muriendo. Muriendo de deseo. De imprudencia. De anticipación.
En lugar de eso, inclina su oscura cabeza para susurrar contra mi sien, y la única parte de su cuerpo que toca el mío es su aliento, bañando mi piel con calor mientras su áspera voz retumba en mi oído: —Quédate aquí. Enviaré a alguien por ti.
Sonríe y retrocede mientras la multitud sigue gritando, y vuelve a subir al ring, dejándome parpadeando detrás de él. A la mujer a mi lado le toma como un minuto entero dejar de temblar e hiperventilar para decir: —OhporDios, ohporDios, ohporDiosDiosDios, su codo me rozó, ¡su codo me rozó!
—¡RIPTIDE, GENTE! —grita el anunciador.
Mis rodillas se vuelven blandas y me dejo caer en mi asiento, ligero como crema batida, juntando mis manos para evitar que tiemblen. Mi cerebro está tan derretido que ni siquiera puedo pensar más allá del punto donde él se deslizó fuera del ring y me susurró cerca del oído, en su voz terriblemente sexy, que iba a enviar a alguien por mí. Sólo recordarlo hace que mis pies se retuerzan. Melanie está boquiabierta y sin habla, y Pandora y Kyle me miran como si fuera algún ser santo que acaba de hacer que un animal salvaje se pusiera de rodillas.
—¿Qué demonios te dijo? —gesticula Kyle.
—Jesús, María y José —dice Melanie, chillando y abrazándome—. Louis, ese chico está ardiendo por ti.
La mujer a mi lado toca mi hombro con una mano temblorosa. —¿Lo conoces?
Niego con la cabeza, ni siquiera sabiendo cómo responder. Todo lo que sé es que desde ayer hasta hoy, no ha pasado un segundo en el que no haya pensado en él. Todo lo que sé es que odio y amo la manera en que me hace sentir, y la manera en que me mira me llena de deseo.
—Señor Tomlinson—dice una voz, y levanto la cabeza rápidamente hacia los dos hombres de negro que están parados entre el ring y yo.
Ambos son altos y esbeltos; uno es rubio y el otro tiene el cabello marrón enrulado como Harry—. Soy Pete, el Asistente Personal del señor Styles—dice Rulos Marrones—. Y éste es Riley, es la segunda mano del entrenador. Si nos siguiera, por favor, el señor Styles quiere tener unas palabras con usted en su habitación del hotel.
Al principio, ni siquiera puedo registrar quién es el señor Styles. Luego despierta el entendimiento, y un rayo de luz ardiente rasga a través de mí.
Él te quiere a ti en su habitación de hotel. ¿Lo deseas tú a él? ¿Quieres hacer esto? Una parte de mí ya está haciéndolo con él de diez maneras diferentes en mi mente hasta el domingo mientras que la otra parte no se mueve de su estúpida silla.
—Sus amigos pueden venir con nosotros —añade el rubio en su voz tranquila, y señala al asombrado trío.
Estoy aliviado. Creo. Jesús, ni siquiera sé cómo me siento.
—Louis, vamos, ¡es Harry Styles! —Melanie me arrastra a la fuerza y me obliga a seguir a los hombres, y mi mente comienza a correr a toda velocidad, porque no sé lo que voy a hacer cuando lo vea. Mi corazón está bombeando adrenalina como loco mientras somos dirigidos hacia afuera del Underground, hacia el hotel cruzando la calle, luego al ascensor hacia el "P".
Una punzada de nervios ondean a través de mí mientras el ascensor hace un sonido metálico al llegar al último piso, y me siento exactamente como solía hacerlo cuando competía. Ha sido un viaje en montaña rusa el sólo imaginarme el cuerpo de este hombre dentro del mío, y de repente estoy cerca de la cumbre donde podría ser una realidad. Mi estómago se aprieta ante el pensamiento de lo estimulante que podría ser el descenso.
Cosa de una noche, aquí voy...
—Por favor, dime que no vas a hacerlo con este tipo —me dice Kyle, su rostro mostrando preocupación mientras las puertas se deslizan para abrirse—. No eres así, Lou. Eres mucho más responsable que esto.
¿Lo soy?
¿Lo soy, realmente?
Porque esta noche me siento loco. Loco de lujuria y adrenalina y dos sexys hoyuelos.
—Sólo hablaré con él —Le digo a mi amigo, pero ni siquiera yo estoy seguro de lo que voy a hacer.
Seguimos a los dos hombres dentro de la primera parte de la enorme suite. —Tus amigos pueden esperar aquí —dice Riley, moviéndose hacia la gigantesca barra de granito negro—. Por favor, sírvanse una bebida.
Mientras mis amigos acuden en manada hacia las brillantes botellas de alcohol, un chillido inconfundible se le escapa a Melanie, y Pete me mueve para seguirlo. Cruzamos la suite y entramos en el dormitorio principal, y lo encuentro sentado en un banco a los pies de la cama. Su cabello está húmedo, y sostiene un envase de gel contra su mandíbula. La visión de un macho tan primitivo asistiéndose una herida luego de haber roto repetitivamente hombre tras hombre con sus puños es de alguna manera extraordinariamente sexy para mí.
Dos mujeres asiáticas se arrodillan en la cama detrás de él, cada una frotándole un hombro. Una toalla blanca está envuelta alrededor de sus caderas, y un río de agua todavía se aferra a su piel. Tres botellas vacías de Gatorade han sido dejadas en el suelo, y tiene otra en su mano.
Deja el paquete de gel en la mesa y termina lo último de la bebida. Verde como sus ojos, el líquido se termina de un trago, luego la tira a un lado.
Estoy fascinado mientras sus músculos arrebatadores se aprietan y relajan debajo de los dedos de las mujeres. Sé que el masaje es algo normal luego de un ejercicio intenso, pero lo que no sé, y no puedo entender, es la manera en que verlo obtener uno me afecta.
Conozco la forma humana. La venero. Fue mi iglesia por seis años, cuando decidí que estaba en regla una nueva carrera para mí, cuando me di cuenta que no podría volver a correr otra vez. Y ahora, mis dedos pican a mi lado con el deseo de investigar su cuerpo, empujar y soltar, meterme dentro de cada músculo.
—¿Disfrutaste la pelea? —Me observa con una pequeña sonrisa engreída, sus ojos destellando, como si supiera que me encantó.
Es una cosa de amor y odio para mí verlo boxear. Pero simplemente no puedo darle un cumplido luego de escuchar a quinientas personas gritar lo bueno que era, así que me encojo de hombros: —Lo haces interesante.
—¿Eso es todo?
—Sí.
Parece irritado cuando abruptamente sacude los hombros para detener a las masajistas. Se levanta y rueda esos hombros cuadrados, luego hace sonar su cuello hacia un lado, luego el otro. —Déjenme.
Ambas mujeres me ofrecen una sonrisa y se dirigen afuera, y el instante en que estoy solo con él, me quedo sin aliento.
La enormidad de estar aquí, en su habitación de hotel, no está perdida en mí, y de repente estoy ansioso. Sus blancas manos de dedos largos descansan en reposo a sus lados, y una ráfaga de deseo corre a través de mí mientras las imagino pasar por mi piel.
Mi cuerpo palpita, y con un esfuerzo levanto los ojos hacia su rostro y me doy cuenta que me está mirando en silencio. Se suena los nudillos con una mano encima de ellos, luego hace lo mismo con la otra. Parece agitado, a pesar de que no ha agotado la suficiente energía dándole una paliza a una docena de hombres hacia el suelo. Como si pudiera simplemente hacer un par más de rounds.
—El hombre con el que estás —dice, flexionando sus dedos abiertos a sus lados como si quisiera que corra algo de sangre, sus ojos observándome—. ¿Es tu novio?
Honestamente, no sé qué esperaba al venir aquí, pero puede que hubiera sido algo en la línea de ser llevado directamente a su cama. Estoy tan confundido y más que un poco ansioso. ¿Qué quiere de mí? ¿Qué quiero yo de él?
—No, es sólo un amigo —respondo.
Sus ojos le dan una mirada a mi dedo anular y vuelven a subir. —¿Nada de maridos?
Un extraño y pequeño zumbido corre por mis venas, directo a mi cabeza, y creo que estoy aturdido por la esencia del aceite de masaje que frotaron en él. —Nada de maridos, en lo absoluto.
Me estudia por un largo momento, pero no parece derrotado con lujuria como estoy personal y vergonzosamente sintiéndome. Simplemente me está evaluando con una media sonrisa en su lugar, y parece genuinamente interesado en lo que estoy diciendo. —¿Fuiste internado en una escuela privada de rehabilitación para sus jóvenes atletas?
—¿Me investigaste?
—En realidad, nosotros lo hicimos —dicen las dos voces familiares de los hombres que me trajeron aquí, y mientras vuelven a entrar a la habitación, Pete lleva un sobre de papel manila y se lo pasa a Riley.
—Señor Tomlinson —Me habla una vez más, Pete, con el cabello enrulado y los ojos marrón claro—. Estoy seguro de que se está preguntando por qué está aquí, así que iremos al grano. Nos vamos de la ciudad en dos días, y me temo que no hay tiempo para hacer las cosas de otra manera. El señor Styles quiere contratarlo.
Observo por un momento, perplejo, y francamente, confundido al máximo nivel.
—¿Qué es, exactamente, lo que creen que hago? —Un ceño fruncido se posa en mi rostro—. No soy un puto.
Tanto Pete como Riley se echan a reír, pero Harry está alarmantemente callado, lentamente relajándose en el banco.
—Nos conoce, señor Tomlinson. Sí, admito que cuando estamos viajando encontramos conveniente mantener uno o varios amigas y amigos especiales del señor Styles para, digamos, facilitarle sus necesidades antes o después de una pelea —explica divertidamente Pete.
Mi ceja izquierda sale disparada hacia arriba. En realidad, soy perfectamente consciente de cómo funcionan estas cosas con los atletas.
Solía competir y sé que, antes o después del deporte, el sexo es una manera natural e incluso saludable de aliviar el estrés y asistir al desempeño. Perdí mi virginidad en la misma prueba de las Olimpíadas en la que mi rodilla fue enviada al infierno, y la perdí con un corredor que estaba casi tan nervioso por competir como yo. Pero la manera en la que estos tipos hablan sobre las "necesidades" del señor Styles, tan casualmente, se siente de repente demasiado personal, que mis mejillas queman de la vergüenza.
—Un hombre como Harry tiene requerimientos muy particulares, como podrá adivinar, señor Tomlinson —continúa Riley, el hombre de cabello rubio que luce como surfista—. Pero ha sido muy específico en el hecho de que ya no está interesado en las amigas que teníamos aseguradas para él durante nuestro viaje. Quiere enfocarse en lo que es importante, y en su lugar, quiere que usted trabaje para él.
Mis bolas se contraen mientras observo a Riley, luego a Pete, y finalmente a Harry, cuya mandíbula luce más cuadrada de lo que recuerdo, como si estuviera hecha de la pieza de granito más bella e invaluable que se ha encontrado en el mundo.
No hay manera de que sepa que cosa está pensando, pero a pesar de que ya no está sonriendo, sus ojos permanecen encendidos con malicia.
Su rostro está un poco hinchado en el lado izquierdo, y mis instintos realmente quieren tomar el gel y ponerlo de nuevo en su mandíbula.
Maldición, en mi mente, ya le he puesto la pomada en la cicatriz roja en el centro de su labio inferior. Estoy tan abrumado por estos pensamientos que no me doy cuenta que no puedo confiar en mí mismo con alguien tan poderoso y atractivo como él. Todavía, todavía sigo emocionado por estar en la misma habitación que él.
Pete hojea las carpetas. —Estuviste haciendo prácticas en la Academia Militar de Seattle en rehabilitación deportiva para jóvenes adolescentes y veo que te graduaste sólo hace dos semanas. Estamos dispuestos a contratarte por tus servicios, los que serán en ocho ciudades que dejamos para el tour y para que el señor Styles continúe acondicionándose para futuras competiciones. Vamos a ser muy generosos con tu sueldo. Es muy prestigioso tener un atleta y debe ser impresionante en cualquier currículum. Incluso podríamos permitir que seas un agente libre, en el futuro, si decides irte —dice Pete.
Me encuentro parpadeando varias veces.
He estado con ansiedad por la solicitud de empleo, no me habían llamado hasta ahora. La escuela donde hice prácticas me ofrecieron volver cuando se reanuden las clases en agosto, así que por lo menos tengo esa opción. Es, sin embargo, a muchos meses de distancia y la inquietud de tener un título y no hacer nada con ello me está matando.
De repente, me doy cuenta que los ojos de todos están en mí y estoy especialmente consciente de la mirada de Harry.
En mí.
La idea de trabajar para él después de ya haber tenido sexo con él en mi cabeza hace que me sienta un poco más que mareado.
—Tengo que pensar en ello. Realmente no estoy buscando algo lejos de Seattle a largo plazo. —Lo miro vacilante, y luego a los otros dos hombres—. Ahora bien, si eso es todo lo que querías decirme, es mejor que me vaya, dejaré mi tarjeta en tu bar. —Me giro y la voz imponente de Harry me detiene.
—Respóndeme ahora —espeta.
—¿Qué?
Cuando me doy vuelta, él inclina la cabeza y sostiene mi mirada, el brillo de sus ojos ya no es divertido. —Te he ofrecido un trabajo y quiero una respuesta.
El silencio desciende. Nos miramos el uno al otro. Sus ojos verdes con maldad, este intercambio de miradas es complicado. No puedo decir si es sólo una mirada o algo más. Algo que se siente vivo, respirando dentro de mí, y llamea cuando lo miro a los ojos y veo en la forma en que me mira con esos ojos desgarradoramente intensos.
Muy bien, entonces. Bota la estúpida lujuria. Esto lo necesito mucho más.
—Voy a trabajar para ti los tres meses que te quedan de tour, si incluyes alojamiento, comida y mi transporte, garantizarme referencias para mi próxima solicitud de empleo y dejarme promover que he trabajo contigo con mis futuros clientes.
Cuando simplemente se me queda mirando, me giro, pensando qué querrá pensar en ello. Su voz me detiene otra vez.
—Muy bien. —Asiente de manera significativa, y mi cabeza da vueltas con incredulidad.
¿Me ha contratado?
¿Mi primer trabajo?
Lentamente, agarrando la toalla de su cintura para evitar que se caiga, Nicholas se levanta y mira a sus hombres. —Pero quiero en papel que diga que no se va hasta que el tour haya terminado.
Sus músculos se abultan de una manera que es difícil no darse cuenta, se arregla la toalla en su sitio y comienza a caminar, y otra vez se ve felino y depredador, esa sonrisa segura de sí mismo aumentándolo incluso al doble. Su sonrisa me dice que sabe que me perturba. Y, hombre, me inquieta. Estoy viendo los más de 180 centímetros de pura fuerza bruta caminando en una piel brillante y reluciente de aceite y un eight-pack que en realidad es físicamente imposible pero, ¿hay alguna forma de negarlo cuando está ahí? Dios.
Mi corazón golpea con furor cuando envuelve su enorme mano en la mía e inclina la cabeza para poder mirar directamente a mis ojos. Mientras me aprieta con un poderoso agarre y su toque brota como una descarga eléctrica a través de mí, susurra—: Tenemos un trato, Louis.
Creo que me desmayé.
Da un paso atrás y su sonrisa resplandece a través de mí, cargándome con mil megavatios y luego se dirige a sus hombres. — Consigan el papel para mañana, y llévenlo a salvo a casa.
PerfLarry
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Amo esta adaptación, just say this.
!no dejes de actualizar, parfavar!
!no dejes de actualizar, parfavar!
Invitado
Invitado
Re: Real (Larry Stylinson) Capitulo 5 parte 2.
Isntabromance escribió:Amo esta adaptación, just say this.
!no dejes de actualizar, parfavar!
hola(: gracias por eso!
En un rato estaré subiendo :bye:
PerfLarry
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