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infieles{audiciones abiertas
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Re: infieles{audiciones abiertas
yo audicione por esta idea, estoy segura, bc perfume de britney spears c:
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Re: infieles{audiciones abiertas
Catherine Millars.
Nombres: Catherine Millars, y Mike Hutson.
Representantes: Miley Cyrus | Liam Payne.
Pareja del infiel: infiel con Liam.
Rol: amante y enemigo de la pareja de ella.
Escrito:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Representantes: Miley Cyrus | Liam Payne.
Pareja del infiel: infiel con Liam.
Rol: amante y enemigo de la pareja de ella.
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- three.:
- Los Ángeles, 14 de Marzo, 2012.Querida Anna:
Cómo sabes, el verano ha llegado a su fin, por lo tanto, mi estadía aquí también. Pensarás que soy un cobarde, y me odiarás por lo que hice, pero la verdad es qué sí, soy un maldito y patético cobarde.
Con solo pensar que tendría que despedirme de ti, dejarte e irme, mi piel se erizaba al instante. No lo soportaría, no soportaría verte llorar y escucharte decir que iba a volver, y que estaríamos juntos de nuevo, porque no pasaría. Las reglas eran no enamorarse, solo ser amigos con derechos, y olvidarnos al final del verano, pero adivina qué, no cumplí ninguna de esas reglas.
Necesito confesarte que te amo, que estoy excesivamente enamorado de ti y que me has enseñado el verdadero significado del amor. Has hecho de estos tres meses los mejores de mi vida, nunca los olvidaré, pero lamentablemente tendré que olvidarte a ti. Con mi carrera en ascenso, y todo tu esfuerzo para asistir a Harvard, no podríamos estar juntos aunque quisiéramos.
No sé que serán de mis días sin tus besos, abrazos, cosquillas, chistes malos y carcajadas ruidosas. La verdad es que te has convertido en algo tan importante para mí que duele, porque ahora tengo que dejarte y ni siquiera he podido confesarte estas cosas cara a cara. Tú conoces la parte de mí que nadie conoce, y confiaste en mí cuando nadie lo hizo, por eso siempre te amaré.
Por más que nos cueste, tendremos que hacer como que nada ha sucedido, y por favor no me odies, lo hago por nuestro bien.
No contestes esta carta, ni trates de localizarme ni contactarme, olvídate de mí. Será difícil, lo sé, pero es lo correcto.Siempre te amaré, Zayn.Nueva York, 15 de Octubre, actualidad.Alguien tocaba la puerta impaciente, despertando a Anna de su profundo sueño, se refregó un poco los ojos y se colocó sus pantuflas de conejo, arrastró los pies aún media dormida mientras se estiraba, y gritó no muy fuerte: '¡ya va!' con su característica voz aguda. Él que estaba del otro lado de la puerta sonrió al escuchar su voz, nervioso e impaciente.
―No sé quien eres pero me has despertado de mi hermoso sueño y te odio ―dijo casi con los ojos cerrados, en su cabeza parecía que había explotado dinamita y su aliento no era el aroma más exquisito en ese momento.
―Lo-lo siento. ―tartamudeó el chico, rascándose la nuca. Anna al escuchar esa voz abrió sus ojos tanto como pudo, y se pellizcó disimuladamente, tratando de despertar de esa repetida pesadilla que la atormentó durante todo año pasado. Verificó que no lo fuera, y terminó de despertarse, impactada por la persona que estaba frente sus ojos.
―¿Qué haces aquí? ―respondió con toda la firmeza que pudo, él reaparecía cuando pocos meses antes había logrado que su mundo esté en orden.
―Necesitamos hablar. ―iba a reprocharle todo, iba a descargarse de una vez por todas, pero no así, no en el estado en el que se encontraba.
―Pasa, siéntate y espérame aquí. ―dijo ella, permitiendo que Zayn Malik, el chico que había descarrilado su vida, entrara a su casa, tal como la primera vez que se conocieron.
En menos de diez minutos, Anna cruzó la puerta de la sala de estar totalmente despierta y cambiada, digna de una buena impresión. Ella estaba diferente, había crecido en todo sentido, su cabello estaba más rubio y sus ojos seguían cambiando según el día, él también estaba completamente distinto, en casi todos los sentidos.
Sus miradas se encontarron, esperando que alguno se animara a comenzar la conversación, que parecía que no iba a terminar nada bien.
―Has cambiado mucho. ―pronunció por fin Zayn, mirándola con toda la culpa en sus ojos, consciente de que seguramente él la había destruido.
―Tu igual ―dijo seria, moviendo su pie, signo de que estaba nerviosa. Él la conocía demasiado bien― ¿A qué viniste? ―el nudo en su garganta comenzó a tomar forma, indicándole que aproximadamente en cinco minutos estaría llorando.
―Tienes que escucharme, por favor. ―esas palabras fueron suficiente para Anna, su gesto cambió y dejó de mover su pie.
―Ahora tú me vas a escuchar a mí, porque todo lo que tengo guardado aquí ―tocó su pecho, donde estaba su corazón― me está matando. Me dejaste... ―tuvo que hacer una pausa, porque si seguía esa oración de inmediato, sus lágrimas no tardarían en desbordarse de sus ojos― sola, junto con mis demonios que todavía no terminaban de extinguirse, y lo sabías. ―prosiguió― ¿Alguna vez te preguntaste que hubiera pasado si el amor que sentías por mí hubiera sido más fuerte que tu estúpido miedo? Entraste a mi vida cuando más lo necesitaba, lo sabes, nos conocimos como nadie nos conocía, reconstruiste las paredes que estaban a punto de ser polvo, para luego destruirlas, ¿por qué? Si los dos estábamos tan enamorados como demostrábamos, podríamos encontrar la manera de seguir juntos y que nuestro romance no acabara, pero no, como siempre tú escapando de los problemas, yendo por el camino fácil. Creí que por fin alguien había llegado a mi vida para quedarse, que ya no volvería a sufrir, pero me decepcionaste, y mucho... ―Zayn derramaba algunas lágrimas que limpiaba rápidamente, haciéndose el firme, pero su mundo se estaba viniendo abajo, esto no era como lo había imaginado― Y lo que más me dolió, no fue que te marcharas diciéndome que estabas enamorado y que siempre me amarías, si no que aún así no volviste por mí. ―su voz se quebró, y las lágrimas acumuladas en sus ojos comenzaron a salir, quemando sus mejillas― Esperé trescientos sesenta y cinco días una llamada o un mensaje, pero no, la única señal que me diste fue que sólo había sido tu ''amor de verano'' ―él había escrito 'Summer love' dedicándosela a Anna, entre otras canciones que también lo hacía― Lloré todos esos días, temiendo hacer algo que estúpido sólo para descargarme. Rezaba para que los demonios en mi cabeza no despertaran...
―Tus reglas... ―la interrumpió, y consiguió decir sin terminar la oración.
―¡Me importaron un bledo esas estúpidas reglas! Nunca las cumplimos, desde el primer día y la primera noche que pasamos juntos... ―intentaron no recordar, pero era tan obvio que una noche tan especial como esa iba a aparecer en sus mentes. Sin darse cuenta, sonrió y negó con la cabeza― ¿Te das cuenta que por tu cobardía terminó algo verdadero? Desperdiciaste tres meses de puro amor, si solo hubieras pensando más allá de las consecuencias y de los problemas, tú y yo... ―no terminó la oración, el nudo en su garganta se lo impidió― Hiciste tanto en mí, que hasta el día de hoy tus recuerdos me hacen seguir viva. Y te agradezco mucho por eso.
―No tienes que agradecerme nada, de veras lamento mucho lo que hice. Todos los días la culpa me carcomía por dentro, resistiéndome a no volver, yo era un obstáculo en tu vida... ―ella rió irónicamente, negando otra vez con la cabeza― Si yo seguía en tu vida, te apartaría de todos tus objetivos, y ahora no serías una exitosa abogada en ascenso, como siempre soñaste.
―Podría ser una exitosa abogada en ascenso, ―replicó― y tener un novio que siempre estuvo allí para mí.
La sala se inundó de un silencio cargado de tensión, era más que obvio que en los dos años que habían pasado él había reflexionado y estaba muy arrepentido por todas sus acciones, sabiendo que no podría volver el tiempo atrás.
―Nunca dejé de quererte, ni tampoco me olvidé de ti, como escribí en la carta, pidiéndote que también lo hicieras. Y como ves, ni siquiera puedo cumplir lo que yo mismo digo, habría sido un estorbo en tu vida. ―cansada de que siguiera igual terco, pronunció.
―Cada vez que intentaba levantarme aparecías para derribarme, y solo tú podías levantarme de nuevo, pero allí ya no aparecías. Eras mi enfermedad, y mi cura; una cura que jamás conseguí. ―sonrió― Dicen que no hay que enamorarse dos veces, ya que la segunda vez, sólo te enamoras de los recuerdos. ―levantó la mirada, encontrándose con los ojos del moreno, tan profundos como el océano.
―Será mejor que me vaya, no tendría que haber venido desde un principio. ―dijo él levantándose resignado, aceptando que las cosas no salieron como las ilusiones que había creado en su mente― Lo siento mucho, Anna, ojalá algún día me perdones por todo el infierno que te hice pasar. ―posó sus labios en la cabeza del amor de su vida, sintiendo el dolor punzante en su pecho. Ese era el final que tanto temía.
Ella no se movió, tampoco dijo nada hasta que él llegó a la puerta.
―¿Y sabes que es lo peor de todo? ―pronunció algo bajo, pero se hizo audible para el moreno― Qué volvería a pasar por ese infierno, lloraría hasta deshidratarme y repetiría el día en que nos conocimos unas cientos de veces. ―se levantó lento del sofá, con los brazos cruzados, derramando lágrimas que se deslizaban lentamente por sus mejillas― Porque, a quién engaño... te amo, Zayn, y nunca dejé, ni dejaré de hacerlo. ―al procesar aquellas palabras, éste no supo como reaccionar, su mente estaba en blanco y su cuerpo parecía una estatua― Promete que esta vez viniste para quedarte, por favor. Te necesito. ―concluyó, sollozando.
―Lo prometo. ―contestó, y bastó para que Anna corriera a abrazarlo.
Ella temblaba bajo sus brazos, hundiendo la cabeza en su pecho. Los dos habían esperado tanto ese momento, que hasta parecía incierto que esté pasando. Él inspiró su olor, que tanto extrañaba, y volvió a sentir esa felicidad que permanecía casi extinta en el fondo de su ser. Ella levantó su cara, y unió sus labios, consiguiendo el beso que tanto habían anhelado.
―And i will give you all my heart, so we can start it all over again. ―cantó Zayn en su oído, abrazándola sin intenciones de alguna vez dejarla de nuevo.
azura.
Re: infieles{audiciones abiertas
La idea me encanto mi canción recomendada es What Is Love? de Lea Michele.
Invitado
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Re: infieles{audiciones abiertas
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Susan Manwaring
Nombres: Susan Manwaring & Edward Johnson.
Pareja del infiel: Infiel con la mejor amiga de su novia.
Rol: Amante de Zayn.
Escrito:
- Spoiler:
- Me incorpore en el asiento y fije mi mirada hacia el exterior. Aquel enorme lugar lleno de edificios era realmente intimidante, desde mi posición observaba todo con lujo de detalle y no podía evitar el sentirme nerviosa y asustada. Siempre me había considerado una chica que se acostumbraba rápidamente a cambios radicales como el que estaba a punto de vivir a continuación, pero en ese momento, solo podía dudar sobre aquella definición.
Mis pensamientos no eran agradables ¿cómo iba a sobrevivir sola si durante mis 18 años de vida mis padres habían hecho todo por mí? Me pareció prudente pensar en las palabras de apoyo que mis hermanos mayores me habían dicho hace unas horas antes de salir de casa. Cuando se lo proponían, Colin y Eric eran de gran ayuda, aunque la mayor parte del tiempo fueran un dolor de cabeza.
―¡Bienvenida! –grito Eric, aturdiéndome.
―¡Sh! No grites, la asustaras –le regaño Colin como si fuera un pequeño animal de bosque al que estaban a punto de cazar.
Salí de mi pequeño refugio al que todos llamaban coche y ambos rodearon mis hombros dándome un reconfortante abrazo. Solo dos personas sabían cómo calmarme en momentos de histeria como este: los gemelos. En cambio, mis padres nunca pudieron conmigo. Mamá no sabía cómo actuar y ante la desesperación solo comenzaba a gritar, y mi padre, el solo se sentaba frente a mí a estudiar mis reacciones, como todo un psiquiatra reconocido.
―Hasta aquí llegamos nosotros –anuncio el hombre antes mencionado.
Aquellas palabras lograron hacerme un nudo en la garganta. Hasta el día de hoy no me había puesto a pensar en lo mucho que extrañaría mi hogar, en especial escuchar a mamá gritar por las mañanas para bajar a desayunar, o a papá, quien aparentaba ser estricto e insensible, pero que en el fondo era tan cariñoso y amable, como el tipo de persona que te tapa con una manta para que no pases frio, o que llora junto contigo cuando te sientes triste. Siempre lo relacione con una cebolla: hay que quitar capa por capa para conocer sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, a Eric siempre le agrado cambiar mi definición a una más a su estilo: "Si lo miras fijamente, te hará llorar". Lo verdaderamente cruel, es que tiene razón.
―Eric, Colin –hablo mamá- traten de que no los expulsen.
Los gemelos se miraron con complicidad mientras mamá los abrazaba con fuerza, este era su último año y sería un crimen graduarse sin haber hecho una de sus tan esperadas travesuras. Para ser unos adultos, se comportaban como si tuvieran seis años.
Papá se colocó frente a mí y me miró fijamente, con un claro mensaje en su rostro. Así era el, de pocas palabras.
―No quiero novios Elizabeth –me ordeno fríamente-. Vienes aquí a estudiar.
Su comentario me hizo sonreír, así que me acerque y le di un fuerte abrazo de despedida. Tardo en corresponder, pero al final termino cediendo y me apretó a su pecho besando mi frente. La cebolla, como mencione anteriormente.
―No quisiera correrlos –aclaro Colin-. Pero tenemos que entrar.
Ambos entendieron y varios abrazos y te quieros mas tarde Eric, Colin y yo nos encontrábamos solos frente a las enormes puertas principales.
Tome mi única maleta y me colgué mi mochila, donde llevaba el resto de mis pertenencias. Ya no era momento para cobardías ni lamentaciones. Comencé a caminar con mis hermanos detrás de mí y después de una breve charla con los guardias en la que tuve que dar mi número de expediente para poder entrar, pise por primera vez el lugar que sería mi nuevo hogar durante una larga temporada.
―Beth –me hablo Colin apresurando el paso para alcanzarme-. Queremos aclarar ciertos puntos contigo, ya sabes, para una mejor convivencia entre hermanos.
―No se preocupen, no diré nada de lo que hagan o deshagan aquí –contesté.
―Me alegra que entiendas rápido ricitos de oro –indico Eric revolviendo mis rizos-. Por ser tan inteligente y tan buena hermana, Colin y yo hemos decidido darte una sorpresa.
―¿Sorpresa? –pregunte con temor, las sorpresas de este par nunca eran buenas.
―Aun no te diremos nada –aclaro Colin-. Solo te pediremos una cosa: Ponte linda, iremos por ti a tu dormitorio a las nueve en punto.
―¿Cómo saben dónde está mi dormitorio? –pregunte de nuevo-. Ni siquiera yo sé dónde está.
―No preguntes como averiguamos todo –contesto Eric-. Ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después.
Ambos besaron mis mejillas al mismo tiempo y desaparecieron entre el alumnado, dejándome sola. Quite mi cara de confusión y me dispuse a pensar en lo que tenía que hacer a continuación. Según la mujer que me dio la plática de inducción hace unas semanas, una guía tenía que mostrarme el campus, pero para mí mala suerte no sabía dónde encontrarla, y la universidad era demasiado grande como para ponerme a buscar.
Rendida, me senté en una banca, cerca de mi posición y decidí esperar para ver si alguien aparecía. No pasaron más de dos minutos cuando una mujer, rubia y algo mayor se acercó a mí. No la reconocí, hasta que dijo mi nombre.
―¡Elizabeth!
Maura extendió sus brazos y me dio un fuerte abrazo mientras yo entraba en un estado de shock inmediato. Gracias a mi madre no me había perdido ni un solo detalle de la vida de los Horan en estos últimos años, cosa que no le agradecía en lo más mínimo. Sin embargo, gracias a ello, sabía que Maura trabajaba en una universidad, pero jamás me imagine que sería aquí. No veía venir nada bueno de esto.
―Tanto tiempo sin verte –dijo con nostalgia- tu madre me comento que habías sido aceptada en Rutgers, te alegrara saber que yo te daré el tour por la universidad.
Asentí, claramente mintiendo. Maura era una mujer muy simpática y no me molestaba en lo absoluto que ella fuera mi guía, más bien, me alegraba por el hecho de conocerla desde hace años. Pero había algo que me inquietaba: Si ella estaba aquí, él también debía estarlo. Y como si me leyera el pensamiento, Maura dijo las palabras exactas que no quería escuchar.
―Por cierto –hablo- Niall también fue admitido aquí.
―¿En serio? –pregunte con ironía, pero mi voz se cortó al final de la última palabra.
―Sí, pero ya habrá tiempo para que lo saludes, será mejor que empecemos.
Tome mis maletas y trague saliva, este sería un largo día. Por su parte, Maura comenzó a hablar sobre varios temas, como los planes de estudio, asesorías, fraternidades, la fundación de Rutgers, etc. mientras caminábamos por los largos pasillos llenos de cuadros e historia. Se le veía sonriente y saludable, tal como la recordaba. Pero no podía siquiera concentrarme en lo que decía, de tantas universidades en el país tenía que estrellarme con el pasado justo en esta. Mi cerebro tuvo un flashback inmediato y recordé las palabras de Eric: “No preguntes como averiguamos todo, ponte algo lindo y espéranos, ya nos agradecerás después”.
Me sentí como una tonta, era claro que mamá estaba detrás de todo esto. Ella le había pedido a Maura que le diera mi información para que los gemelos me organizaran un reencuentro con Niall Horan. Mi madre siempre me reprocho el haber terminado aquella relación, pero esto era llegar a los extremos, ella sabía perfectamente lo mucho que me afectaba este tema, pero al parecer no le importaban los sentimientos de su hija. Comencé a preguntarme de que manera había sobornado a Eric y a Colin para que fueran cómplices de su plan cuando Maura me saco de mi trance.
―Querida, ¿te sientes bien? –pregunto a la mitad del camino- te veo un poco pálida y desorientada.
―Estoy bien –tartamudee- nervios del primer día.
―Es normal que te sientas así –comentó poniendo su mano en mi hombro- Niall al igual que tu…
―Maura –le interrumpí- si no te importa, no quisiera hablar de él.
Ella me miro sorprendida ante mi actitud, pero tenía que decírselo o en cualquier momento explotaría y lo que saldría de mi boca no serían palabras agradables. Lo último que deseaba era faltarle el respeto a Maura, podría gritarle miles de groserías a su hijo, pero no a ella.
―Lamento si te hice sentir incomoda –confeso- ya no hablare del tema, sigamos.
Suspire aliviada y un poco más tranquila. Si bien Niall me había echo pasar los momentos mas felices de mi adolescencia, también me había echo pasar los peores. Lo mas prudente era no recordar.
Ya al final del recorrido, Maura me entrego la llave y el número de mi dormitorio, junto a otros papeles importantes que debía guardar.
―¿Sabrás llegar sola a los dormitorios? –pregunto amablemente.
Mi cara lo dijo todo, ella sonrió y acto seguido me detallo el camino a la perfección. Segundos después, nos despedimos con un hasta luego y un fuerte abrazo para yo seguir mi camino, deseando encontrar a los gemelos para poder ahorcarlos con mis propias manos.
Llegue al edificio en cuestión de minutos, no me topé con mis hermanos, lo cual agradecí muy en el fondo ya que no deseaba ser arrestada por asesinato. Subí unos cuantos pisos y cruce varios pasillos en busca del número escrito en mis documentos.
Cuando llegue, la puerta estaba entreabierta y podía escuchar a dos chicas platicar animadamente. Al parecer, no era la primera en llegar. Me alegraba la idea de tener compañeras, la soledad no era lo mio.
Abrí la puerta poco a poco y al parecer yo tenía razón, dos chicas estaban sentadas en uno de los sillones más grandes de la sala, y al verme, ambas cesaron su plática. Cerré la puerta y me acerque extendiendo mi mano a ambas en señal de saludo.
―Soy Elizabeth Steele –me presenté sonriente.
―Elise Armistead –contestó una de ellas.
―Crystal Kallahan.
Al observar a aquellas chicas me sentí un poco más segura, el nerviosismo se había esfumado, no estaría sola en este lugar. Por primera vez desde que vi a Maura, el asunto de Niall dejo de importarme en lo absoluto.
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