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JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
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Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPITULO 20 PARTE 2
Le había dicho que le calmaba. Bien, dejemos que la zorra le calme ahora. Dejemos que le alimente.
Arreglándose con satisfacción, Artemisa se tele transportó a Nueva Orleáns donde la pequeña puta estaba dando clase. Irritada por tener que esperar, se quedó en el pasillo hasta que terminase.
______ estaba abatida cuando despidió a sus estudiantes. No había visto u oído de Joe en días y, el hecho de que le hubiese dejado como única posesión su preciada mochila, le hacía preguntarse si no le habría sucedido algo malo.
Metiendo los libros en su propia mochila, la levantó de la mesa y se dirigió a la puerta. Pero antes de que la alcanzase, una maravillosa y alta pelirroja entró en la habitación. Vestida con un costoso traje blanco y zapatos de Prada, era impresionante.
Quería arrancarle cada mechón de pelo de la cabeza.
—¿Por qué estás aquí, Artemisa? —Preguntó fríamente.
Frunció los labios como si odiase estar cerca de ella, incluso más de lo que _____ odiaba estar a su alrededor.
No, eso no era posible.
—Joseph te necesita, humana. Está herido y no puede venir.
Frunció el ceño.
—¿Por qué vendrías a buscarme?
—Te quiere a ti. Créeme, no hay otra razón por la que esté aquí.
Todavía sospechando, agarró con fuerza la correa de su mochila.
—¿Me estás mintiendo?
Hizo un antiguo gesto griego de lealtad y verdad.
—Te lo juro, está sufriendo y te necesita. ¿Eres realmente tan egoísta que no le ayudarás?
¿Ella era egoísta? Se habría reído si no hubiese estado tan preocupada.
—Entonces, llévame con él.
Las teletransportó fuera de la clase y entraron en lo que parecía ser un antiguo templo griego. La habitación estaba rodeada por columnas y en el techo había una asombrosa escena de caza estampada en oro. Era exquisita.
—¿Dónde estoy?
—En el Olimpo. —La condujo a una sala que tenía un estanque de baño de estilo antiguo. No se detuvo hasta alcanzar una puerta al otro lado. Cuando levantó la mano, la puerta se iluminó hasta hacerse transparente.
_____ jadeó cuando vio a Joe tendido desnudo en el suelo. El pelo negro estaba sin brillo, la respiración ligera. La piel era nuevamente azul marmórea y dos cuernos negros sobresalían de la cabeza. Los delgados muslos estaban completamente marcados por dos tonos azules de piel. Las manos acababan en largas garras negras y cuando las vio mirándolo, desnudó un par de afilados colmillos hacia ellas.
Empujándose para levantarse, sostuvo un brazo alrededor del estómago como si estuviese enfermo. Dio un paso y se derrumbó de nuevo sobre el suelo con evidente dolor. Emitió un bramido de agonía y frustración.
—Es repugnante en su forma de dios, ¿Verdad?
Recorrió a la diosa con una despectiva mirada.
—Nunca es repugnante. ¿Qué le ocurre?
—Necesita comer. Eso es lo que siempre le sucede si pasa mucho tiempo sin alimentarse.
—¿Entonces por qué no le has alimentado?
Una lenta y malvada sonrisa curvó los labios de Artemisa.
—Dulzura, ¿Por qué piensas que estás aquí? —se apartó y abrió la puerta.
Lo siguiente que supo, era que la había empujado al interior de la habitación y cerrado la puerta, encerrándola con Joe.
—Bon Appetit.
Se volvió hacia la puerta intentando abrirla. Pero no había manera. No había cerradura, llave o algo en ese lado. Todo lo que podía hacer era ver el burlón rostro de Artemisa.
Oh si tuviera tres minutos a solas… Sería una muerte súbita digna de pago-por-evento.
Sin otra elección, se acercó lentamente a Joe. Cuidadosamente. ¿Podría distinguir si era ella? Por la manera en que estaba actuando, no lo sabía.
—¿Bebé?
La miró con ojos rojo sangre que no contenían ninguna semejanza de entendimiento. Eran fieros y fríos. Los ojos de un predador.
Con una velocidad que ni siquiera pudo captar visualmente, se levantó. Agarrándola por la garganta, la lanzó al suelo y hundió los colmillos profundamente en el cuello.
Joe le zumbaba la cabeza y le dolía el hombro cuando finalmente sació algo del hambre que lo había estado atormentando durante días. La sangre era tan buena. Tan cálida y satisfactoria. Lamió y succionó, bebiendo hasta que volvió a la normalidad.
Pero cuando volvió en sí, la furia aumentó ya que lo había dejado mucho tiempo sin alimento. Incluso aunque no había sido capaz de hablar, la recordaba observándolo a través de la puerta.
Comerás cuando me complazcas… Sabía lo que esas palabras le hacían y estaba cansado del abuso.
—Artemisa, tú… —Las palabras se apagaron cuando se alejó de la garganta y se dio cuenta de que no estaba sosteniendo a Artemisa.
Era _____ y estaba extremadamente pálida debido a la pérdida de sangre.
El horror lo llenó. El cuello estaba salvajemente mutilado por sus dientes, los ojos marrones medio cerrados mientras se esforzaba por respirar. ¡No! Su alma gritó. ¿Cómo podía haberla lastimado?
¿Cómo podía haber ido tan lejos que no se había dado cuenta de que era a _____ a quien saboreaba?
Porque Artemisa lo había mantenido sin alimentarse demasiado tiempo. Y entonces había lanzado a una humana con él, sabiendo que no podría sobrevivir a su alimentación.
—Oh dioses —jadeó, en shock— Quédate conmigo, bebé. Te conseguiré ayuda.
Tosió mientras se estiraba para acariciar los labios que estaban cubiertos con la sangre de la alimentación. Vio el temor en los ojos y el dolor que le había causado. La culpa era más de lo que podía soportar.
—¿_______? —Susurró su nombre igual que una plegaria. —¿Akribos?
Ella emitió un último aliento antes de que los ojos se cerraran y la mano cayera sin vida al suelo donde se quedó con la palma hacia arriba.
Un inimaginable dolor lo atravesó cuando se dio cuenta que acababa de matarla. Echando atrás la cabeza, bramó por el peso de la culpa y el dolor que lo asaltaron.
Nunca la habría lastimado. ¡Jamás!
Entonces vio a Artemisa en la puerta, a salvo del otro lado, observando. La satisfacción en los ojos le hacía querer arrancárselos.
Tendió cuidadosamente a _____ en el suelo antes de cargar contra la puerta, decidido a coger a esa zorra que le había quitado todo. Otra vez.
—¿Por qué?—Rugió.
Entrecerró los ojos en despiadada furia.
—Tú sabes por qué. —entonces la puerta se oscureció y lo dejó solo con el cuerpo de la única mujer que había amado realmente.
La mujer que acababa de matar. Y en esa habitación donde sus poderes eran inútiles, no podía curarla o traerla de vuelta. Estaba muerta, la había matado. Echando la cabeza hacia atrás, rugió de dolor.
______ deambulaba a través de una espesa y sofocante niebla. Se sentía perdida y desorientada. Lo último que recordaba era ver a Joe. Ver la mirada de horror y temor en el hermoso rostro, mientras el cuello le palpitaba de dolor.
Ahora no había dolor. No había nada. Ni luz. Ni sonido. Ni olor.
La privación era aterradora.
—¿Joe? —llamó, intentando que oyeran los gritos.
—No está aquí, pequeñita.
Se volvió ante el pesado acento de la suave voz tras ella para encontrar a Apollymi allí de pie en la oscuridad.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Le tendió la mano.
—Robé tu alma en el momento en que moriste y te traje a Kalosis, pero no puedo retenerla a menos que me lo permitas. Yo no lo haría si fuera tú. Las almas son demasiado preciosas para despilfarrarlas y la tuya en particular tiene un gran valor para mí.
—No lo entiendo —puso la mano en la de Apollymi y al momento en que se tocaron, tuvo total clarividencia de todo lo que sabía sobre ella y Joseph. Más que eso, vio los recuerdos de Joe y cómo murió. De Artemisa dándole la espalda y abandonándole, mientras intentaba alcanzarla para que le ayudara.
¿Cómo podía haber hecho tal cosa?
Las lágrimas se acumularon en los ojos y cuando vio su propia muerte y la mirada de satisfacción en la cara de Artemisa mientras Joe gritaba, quiso sangre.
—¿Artemisa me mató?
Apollymi asintió.
—Todavía está castigando a mi hijo y no hay nada que pueda hacer para detenerlo… pero tú ______, tú puedes.
—¿Cómo?
—Puedo enviar tu alma de regreso al cuerpo durante un instante. Una vez lo haga, la única manera de que vuelvas a la vida es beber la sangre de Apostolos antes de que el alma abandone otra vez tu cuerpo.
Tuvo un difícil momento para creerlo.
—¿Qué?
Apollymi le palmeó la mano. La débil luz reflejaba lágrimas de cristal en aquellos ojos de remolinos cálidamente brillantes.
—Soy una diosa de la destrucción. Su padre era un dios de la creación. Dentro de Apostolos, nuestros poderes se unieron y es uno de los raros dioses que pueden tanto crear como destruir la vida. Son los poderes de creación los que Artemisa usa para traer los Dark-Hunters a la vida. Sin alimentarse de él, nunca habría tenido esa habilidad. Y al igual que ella, si te alimentas de mi hijo, compartirás los poderes. Tendrás la habilidad para curarte y volver a la vida. Más que eso, tendrás los poderes para protegerte. Enviaré a mis sacerdotisas a servirte como guardianas para asegurarme que nadie te haga daño otra vez.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPITULO 20 PARTE 3
Sonaba demasiado bueno para ser verdad. Podría volver con Joe y al mundo con poderes de un dios… Seguramente no era tan simple.
—¿Cuál es el truco?
—El mismo que Artemisa usaba con Apostolos. Una vez que te alimentes de él, tendrás que alimentarte siempre.
Se encogió cuando recordó el dolor de Joe al morderla.
—¿Sangre?
De mala gana, asintió.
—Por favor, ______. Haz lo que yo no puedo. Salva a mi hijo del monstruo que intencionadamente le atormenta. Apostolos nunca tomará la sangre de otro y vinculará a esa persona a él por propia voluntad. No después de la cruel manera en que Artemisa le engañó y le sometió a esa esclavitud. Si vuelves y te alimentas de él y él de ti, se librará de esa zorra para siempre.
Apartó la mirada mientras consideraba lo que vendría.
—¿Puedo quedarme con Joe?
—Sí y te daré suficiente de mis poderes para asegurarme que ni siquiera Artemisa, o cualquier otro enemigo de Apostolos, sea capaz de lastimarte otra vez.
Las dificultades a las que Apollymi se entregaría por Joe la conmovían y le recordaba a su propia madre… una madre que extrañaba cada día de su vida.
—¿Pero qué hay de ti? ¿Eso no te debilitará?
—Lo hará, pero no importa. Quiero que mi hijo sea libre y lo quiero feliz, sin importar lo que me cueste. Estoy harta de ver el desaliento en sus ojos cuando hablamos. De ver el dolor que no puedo aliviar. ¿Le ayudarás? ¿Por favor?
_____ afianzó el apretón en la mano de la diosa, esperando que supiera cuan sincera estaba siendo.
—Haría cualquier cosa por ese hombre.
Sonrió.
—Pensaba que tu prima Geary sería la única que liberaría a mi bebé. Pero en el momento en que te vi por primera vez cuando sólo tenías diez años, asomándote alrededor de las ruinas de mi templo bajo el Egeo, supe que serías la única. Eso fue por lo que nunca permití que ningún hombre te tocara.
Cubrió la mano con la suya y la mantuvo apretada.
—______. La Guardiana de la Atlántida que se quedó en el puesto incluso contra mi furia, y quién cayó luchando por proteger lo que más amaba. Haz honor a tu nombre.
Se sacó el colgante del cuello y entonces lo guardó en la palma de ____.
—Cuando estés lista para luchar por él, presiona esto contra el corazón y tendrás los poderes de una diosa. Por siempre.
Sostuvo el colgante en la mano y estudió la remolineante niebla roja en el interior de la translúcida piedra. Agradecida por el regalo, abrazó a Apollymi.
Se quedó atónita por el abrazo. Nadie la había tocado con tanto afecto desde la noche en que había concebido a Apostolos. Cerrando los ojos, sostuvo cerca a la niña.
—Mientras seas amable con él, siempre serás mi hija. Si necesitas cualquier cosa, llámame y responderé.
—No dejaré que le suceda nada otra vez. Lo prometo.
Le besó la mejilla antes de apartarla.
—Entonces ve a él, ______. Te necesita.
Asintiendo, dio un paso atrás y presionó la piedra contra el corazón. En el momento en que lo hizo, un agudo dolor la atravesó.
—¡Oh! No me dijiste que dolería.
Se encogió de hombros.
—Nacer siempre es doloroso y no lo es menos renacer.
No estaba bromeando. Sintió algo haciéndose trizas desde el interior hacia fuera. Con náuseas y mareada, parpadeó ante la oscuridad que era tan opresiva como para cegarla.
Lo siguiente que supo, era que estaba en los brazos de Joe. Estaba sentado en el suelo, sosteniéndola contra su cuerpo, mejilla con mejilla, la mecía y le susurraba.
—Por favor, ______, por favor no te mueras. Por favor no me dejes solo. No quiero vivir sin ti…
Esas afligidas palabras la ahogaron, pero lo que la dejó atónita fue la humedad de las mejillas.
Estaba llorando.
Por ella.
Levantando la mano, deslizó los dedos contra las patillas de la mandíbula. Joe se echó atrás con un angustiado jadeo.
—¿______?
Asintió, entonces sintió el hambre que su madre había mencionado. Ésta quemaba a través de ella con una increíble ferocidad, alargando sus incisivos. Decidida, le sostuvo la mirada.
—Deja que me quede contigo, Joe.
No pudo respirar cuando entendió lo que le estaba pidiendo. Lo que necesitaba. Y por primera vez en la eternidad, estaba dispuesto a sangrar para darle la vida.
—¿Estás segura?
Asintió.
Se apartó el pelo a un lado e inclinó el cuello. Cerrando los ojos, se preparó para el dolor del mordisco. Para la odiosa sensación de la respiración en el cuello mientras se alimentaba.
Se detuvo cuando le sintió ponerse rígido. Le llevó un segundo darse cuenta del porqué. No podía soportar tener a alguien respirándole en el cuello y aún así, allí estaba sentado, ofreciéndose sin reserva o comentario alguno. En ese momento lo amó incluso más.
Y con sus recién descubiertos sentidos, supo que el cuello no era el único lugar del que podía alimentarse…
Abrió los ojos cuando se alejó. Frunciendo el ceño, observó como bajaba y le mordía en el interior del muslo. Jadeó con fuerza cuando una ola de deseo le cegó y endureció su pene, estando sólo a algunas pulgadas de esa boca. Pero lo que más le sorprendía, era que no le hubiese agarrado del pelo y herido mientras se alimentaba del cuello. Estaba siendo gentil y considerada, y cuando levantó la mirada, esos ojos coincidieron con los suyos.
Esa profunda plata remolineante que tanto odiaba, se veía hermosa en ella. Ahora estaban vinculados. Los poderes. La sangre. Eran suyos ahora. Pero incluso así, la quería como había sido. Besándola en los labios, volvió sus ojos al color marrón que le había robado el corazón la primera vez que había mirado alrededor de la sala, con nervioso pánico.
Esa era la mujer que amaba. La única sin la que no podía vivir.
_____ sintió un crudo e inimaginable poder en su interior. Ahora podía oírlo todo. Ver los más minúsculos colores en cada objeto.
—¿Es así como ves el mundo?
—Sí.
Era tan vívido. Abrumador. Al mismo tiempo el cuerpo estaba caliente y necesitado. Le miró y él realmente se sonrojó antes de vestirse.
Aclarándose la garganta, le indicó la puerta con una inclinación de cabeza.
—No podemos hacerlo aquí.
—Artemisa —gruñó el nombre.
Asintió.
—Todavía estamos encerrados en su templo.
—No por mucho tiempo. —Poniéndose de pie, fue hacia la puerta.
Frunció el ceño cuando _____ cerró los ojos y extendió las manos a ambos lados. Sintió el viento de su abuela agitándose alrededor. La mandíbula se le aflojó cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo… su madre le había dado parte de sus poderes. No solo tenía los suyos.
Y la combinación de esos poderes con los de su madre…
Era algo aterrador.
El pensamiento apenas había terminado antes de que la puerta se astillara en miles de fragmentos.
Artemisa chilló fuera, y luego huyó hacia la sala del trono.
Joe se levantó y fue hacia ______.
—Vámonos a casa.
Negó con la cabeza.
—Ve adelantándote. Estaré allí en unos minutos.
Se detuvo ante la extraña nota en la voz.
—______…
Le dedicó una traviesa sonrisa, cortando las palabras.
—Sólo voy a hablar con ella. No te preocupes.
Sí, claro. ¿No preocuparse? ¿Estaba loca? Por una vez, no estaba seguro cuál de ellas estaba en más peligro.
Vaciló, pero finalmente confió en ella.
—Recuérdale que sabré si te hace daño y si lo hace, no hay bastante poder en el Olimpo que la proteja.
Le besó la punta del dedo y lo presionó contra la punta de su nariz.
—No estés tan intranquilo. Sólo vamos a tener una charla de chicas.
De algún modo lo dudaba. Conociendo a ______, sería igual que una pelea de gatas. Pero no interferiría. Era hora de que alguien pusiese a la diosa de rodillas.
—De acuerdo, bebé. Estaré esperando en mi apartamento.
No se movió hasta que Joe se marchó. Al instante en que sintió los poderes a salvo al regresar al mundo humano, se dirigió en la dirección en la que Artemisa había salido huyendo.
Con los nuevos poderes desatados, iba a tener una larga conversación atrasada de “Ven con papá” con la diosa.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPÍTULO VEINTIUNO
Artemisa esperó hasta que todos los poderes se desvanecieran de su templo.
Salvo que no fue así. Sintió que los poderes primarios de Joseph se fueron, pero aún quedaban más. Poderosos. Fríos. Calculadores.
Salvo que no fue así. Sintió que los poderes primarios de Joseph se fueron, pero aún quedaban más. Poderosos. Fríos. Calculadores.
Eso no era Joseph.
Y cuando ______ cruzó las puertas de su sala de baño hacia la Sala del Trono con un caminar mortal, la sangre se drenó completamente de la cara de Artemisa. No había duda que la mujer quería un pedazo de ella y que estaba dispuesta a pelear.
Pese a todo se negó a permitir que la chica viera su pánico.
—No eres nada para mí, humana.
______ se burló, y le habló en un griego perfecto.
—Oh, estás equivocada sobre eso, Artemisa. No soy un nada. Soy la que te va a patear el culo si alguna vez te vuelves a acercar a Joseph.
Artemisa extendió su mano e hizo a _____ volar a lo largo de la habitación.
—Tú no eres amenaza para mí.
______ levantó sus manos y justo cuando iba a golpearse contra la pared, dejó de moverse. Abriendo sus ojos, se sorprendió al encontrarse flotando sobre el piso a unos cuantos centímetros de la piedra con la cual Artemisa tenía intención de golpearla.
Artemisa gritó de indignación mientras _____ se reía de alivio. Estos poderes eran grandiosos.
Manteniendo sus manos a cada lado, se colocó de nuevo en el piso de la habitación. Artemisa corrió hacia ella y la agarró por el cuello. _____ se deslizó fuera de su agarre, y la empujó.
—Oh, perra, por favor. —Estiró su mano y presionó a Artemisa contra la pared.
—¡Suéltame!
_______ apretó su agarre sobre ella.
—Por todas las veces que has herido a Joe, tienes suerte de que no te arranque el corazón del pecho ahora mismo. ¿Cómo pudiste?
Se formaron lágrimas en los verdes ojos de Artemisa mientras luchaba para liberarse.
—Lo amo.
____ sacudió la cabeza.
—¿Cómo puedes decir eso? Ni siquiera entiendes lo que significa. Amar no es avergonzarte de ser vista con la persona que te importa. No se trata de castigo o de daño.
Sintiendo compasión por la diosa, ______ la dejo ir.
—El amor es lo que te da la fuerza necesaria para enfrentar cualquier cosa sin importar lo brutal o aterradora que sea. Es lo que hizo que Joe permitiese ser golpeado en lugar de decirle a su padre acerca de ti. Es lo que le hizo permitir ser destripado en el suelo a tus pies en lugar de avergonzarte públicamente. Y tú escupiste en su amor y lo rechazaste. Para ser una diosa, eres patética.
Artemisa la miro desdeñosamente.
—Eres humana. A nadie le importa si duermes con una puta.
______ hizo algo que nunca en su vida había hecho antes. Abofeteó a una persona.
Artemisa gritó y trató de agarrarla, pero _____ aferró sus muñecas en sus manos y la empujó. Le brindó una mirada asesina a la diosa para hacerle saber que iba en serio.
—Si alguna vez insultas a Joseph de nuevo, que dios me perdone, pero te voy a hacer lo que le permitiste a tu hermano hacer con él. Voy a cortarte la lengua. Joseph es el hombre al que amo y nadie, nunca, tiene problemas con él sin tener problemas conmigo.
Artemisa liberó una de sus manos y trató de golpearla, pero _____ capturó de nuevo su muñeca.
—No eres mejor que yo —le gruñó Artemisa—. Lo sacrificarías en un instante para salvarte.
______ sacudió su cabeza.
—Estás equivocada. No hay nada en esta tierra, encima o debajo de ella, que valore más que a Joseph. Y ambos tenemos suficiente de ti. Que tengas una gran eternidad y si quieres seguir teniendo esa eternidad, mantente alejada de mi camino y deja a Joseph en paz.
Artemisa curvó sus labios.
—No has terminado conmigo totalmente, humana. Soy la madre de su hija.
Eso le hizo sentirse mal.
—Tienes razón. Eres la madre de Katra, pobre de ella. Pero estás equivocada en una cosa.
—¿Y esa sería?
______ dejó que el poder de la Destructora se uniera con el de Joe dentro de ella. Un minuto, era normal y en el próximo, sintió que su cabello se convertía en un rubio blanco que se extendía a su alrededor mientras rayos la rodeaban y salían de sus manos.
—Ya no soy humana —dijo con una demoníaca voz—. Soy la Atlantia Kedemonia Theony la Guardiana de los dioses Atlantes. Y ahora mismo sólo hay uno de ellos, caminando por el mundo y para salvarlo de otro doloroso recuerdo creado por ti, estoy dispuesta a bañarme en tus entrañas, perra. En cuanto a Kat, es una chica grande, estoy segura de eso, ya que solía vivir con ella. Va a sobrevivir a la muerte de su madre. Confía en mí, tengo experiencia de primera mano con ese tema.
Artemisa la miró sorprendida.
—¿Destruirías el mundo entero por él?
—Sí, lo haría. ¿Lo harías tú?
Artemisa apartó la mirada.
—Y es por lo cuál que vas a desearle lo mejor y salir de nuestras vidas. La próxima vez que te vea, Diosa, será mejor que me lleves regalos que me hagan sonreír, de lo contrario el panteón griego estará buscando una nueva diosa de la caza. ¿Me entiendes?
—Entiendo. —Pero sus ojos decían que ya estaba tramando alguna forma de molestarlos.
—Que así sea.
Los enemigos eran una desafortunada parte de la vida. No hay nada que ______ pudiera hacer al respecto, salvo cumplir su promesa si Artemisa descubría tener el suficiente coraje como para ir tras de ella de nuevo.
Nadie se llevaría algo suyo sin luchar, y por Joe, ella daría la vida.
—Adiós, Artemisa, y por tu propio bien, en caso de que encuentras a alguien que te ame de la misma forma en que Joe lo hizo, cuida mejor de él.
Con estas palabras, _____ regresó a Nueva Orleáns, donde encontró a Joe esperando en el sofá de su apartamento. Se puso de pie antes de inspeccionar su cuerpo en busca de heridas, en realidad era bastante adorable.
—¿Estás bien?
—Te dije que iba a estar bien.
Su mirada estaba llena de dudas.
—¿No te hizo daño?
—Nop —levantó sus manos para mostrarle exactamente cuan sana estaba—. Estoy muy bien.
El alivio en sus ojos la tocó profundamente mientras él se inclinaba hacia abajo para depositar un ligero beso sobre sus labios. Ay, cómo amaba a este hombre.
—Me siento mal por lo que te hice —respiro pesadamente—. Nunca quise herirte.
—Lo sé, cariño. —Ella le sonrió—. ¿Qué fue lo que le dijiste a Wulf? ¿A veces las cosas tienen que ir mal, para que puedan ir bien? Si no te hubieras alimentado de mí, no tendría los poderes que necesitaba para estar contigo. Así que no te sientas mal, Ash. Porque yo no lo hago.
Se estremeció como si ella lo hubiera golpeado y se sintió mal por él.
—Nunca quise que me vieras así.
—¿Verte como qué?
—Como un monstruo. Desprecio mi verdadera forma.
Ella sacudió la cabeza mientras él ponía sus brazos alrededor de su cintura.
—No puedo imaginarme por qué, muy aparte de que me mataras, eres realmente lindo en una forma muy de Papá pitufo.
—¿Papá pitufo? —Hizo un sonido de total sufrimiento y le frunció el ceño—. No me veo como Papá pitufo.
—No, bebé —le dijo en un fingido y sarcástico tono mientras juguetonamente palmeaba sus mejillas—, en absoluto. Te ves como sexo envasado. ¿Está tu ego mejor? —Una ceja se alzó ante sus palabras. Al menos hasta que ella se estiró para tomarlo en su mano. Tomó aliento bruscamente mientras ella lentamente desabrochaba sus pantalones. —¿Qué estás haciendo?
Ella lamió sus labios ante el calor que corría por sus venas.
—Todavía me estoy sintiendo bastante... animada por esa alimentación. Y honestamente, Papá Pitufo, te ves lo suficientemente bien como para comerte.
Joe apenas podía respirar, mientras ella se arrodillaba en el suelo frente a él y abría su bragueta. Cuando lo miró, sus ojos brillaban con amor un instante antes de que lo tomara en su boca.
Toda la razón desapareció de su cabeza mientras la observó provocarlo y lamerlo.
—¿Has estado leyendo ese libro de nuevo, verdad?
Ella se rió y la sensación de su garganta vibrando en torno a él fue más de lo que pudo soportar. Antes de que pudiera detenerse, su cuerpo se liberó. Joe se inclinó contra la pared mientras su cuerpo convulsionaba. Honestamente, fue uno de los mejores orgasmos que había tenido y el hecho de que ella no se había apartado, sólo lo hacía mejor.
Hasta que se dio cuenta de lo que había hecho. Maldijo ante su estupidez, mientras esperaba que ella lo regañara.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPITULO 21 PARTE 2
—No fue mi intención, ______. Debí advertirte.
Ella le frunció el ceño mientras cerraba sus pantalones.
—¿Advertirme sobre qué?
Él apartó la mirada, incapaz de mirarla.
—Normalmente tengo más control. Te prometo que te daré tiempo para alejarte en el futuro.
_______ se levantó y giró su barbilla hasta que encontró su mirada.
—Joe, no hay nada de ti que me parezca repugnante. Nada. Ni tus ojos. Ni tu raro cuerpo azul. Y sobre todo no algo que yo he iniciado. De hecho, me encanta tu sabor y que pierdas el control. Esto significa que lo estoy haciendo bien.
Agarrando su mejilla, la acarició con su nariz, deleitándose en la suavidad de su piel contra la suya.
—Eres demasiado buena para ser verdad.
—Sólo dices eso porque no hay un martillo por aquí.
Él se rió e inclinó su cabeza para acariciar su cuello.
—Estoy tan agradecido de que no me encuentres repulsivo.
Ella acarició su oído con sus dedos.
—Sólo recuerda que tienes que avisarme antes de soltar colmillo sobre mí de nuevo.
La miró con un ceño.
—¿Soltar colmillo?
Ella sonrió juguetonamente.
—Sí, es un término de la serie de vampiros que L.A. Banks escribe. Deberías leer sus libros alguna vez. Son geniales.
—Con un sustento como ese, ¿Cómo podría negarme? Pero primero, creo que tenemos que leer un poco más de ese libro tuyo, el “Chupar su pepino”.
Ella se rió hasta que el pepino le hizo pensar en comida.
—Oye, ¿Todas esa cosa sangrienta significa que ya no puedo comer?
—No, _____ —le dijo sonrientemente—. Simplemente no necesitas comer comida de verdad. Puedes saborearla, pero no va a saciar el hambre de sangre. Vas a tener que alimentarte cada par de semanas.
—¿O me convertiré en la señora pitufo?
Él se rió.
—No, sólo yo hago eso. Tú te convertirías en...
—¿Qué?
—Estaba pensando en el término de Simi. Una diosa perra.
Ella juguetonamente le dio un puñetazo en el estómago.
—¡No te atrevas a llamarme así! Eres un hombre malo.
____ se puso serio al darse cuenta de la forma en la que estaban jugando y bromeando. Ni una sola vez en toda su vida había estado tan a gusto con alguien. Ella sabía todo acerca de él.
Todo.
Y nada de eso le importaba. Su pasado no era nada.
Pero ella era su futuro.
Tomando su mano, la llevó hacia su cama, donde tenía la intención de hacerle el amor durante el resto del día. La besó mientras desaparecían sus ropas y la colocaba en la cama.
—Te amo, _____.
______ lo acercó hacia ella, envolvió su largo, y delgado cuerpo contra él y lo abrazó fuertemente.
—Sagapo, Achimou. Sagapo.
Su griego lo calentó mientras los vellos en la coyuntura de sus muslos provocaban su estómago y hacían que su cuerpo comenzara a endurecerse de nuevo.
—Agapay, _____.
_____ le frunció el ceno.
—¿Agapay?
Él asintió.
—En Atlante significa Te amo. Sota es el equivalente Atlante de tu nombre.
_____ amaba ese sonido, sobre todo la forma tan sexy en la que rodaba su lengua, en ese musical acento suyo, y amaba aún más el que estuviera compartiendo su lenguaje con ella.
—¿Cuál sería el equivalente de tu nombre?
—Josep.
—Agapay, Josep.
Él jugó con su cabello mientras le sonreía.
—Siempre he odiado el Atlante, pero no cuando tú lo hablas.
Ella no podía imaginarse por qué, considerando lo hermoso que era. Podría escucharlo hablar todo el día, y cada vez que lo hiciera, derretirse nuevamente. La ponía extremadamente caliente.
Acariciar su hombro le hizo preguntarse otra cosa.
—Por curiosidad, ¿cuántos idiomas sabes?
—Soy un dios, _____-. Los sé todos. Y cuando entres en contacto con ellos, también los sabrás.
Eso, ahora, es definitivamente impresionante. Se mordió el labio en regocijo y luego sus ojos se abrieron ampliamente.
—Oh oh, tengo otra pregunta. Tú eres omnisciente, ¿verdad?
—Para la mayoría de cosas, sí.
—Entonces tienes que responderme esto, porque necesito saberlo. ¿Qué es el final de todo?
Él se encogió de hombros.
—Esa es fácil.
—Entonces dime.
—La letra O.
Gimiendo, ______ lo golpeó en la cabeza con una almohada.
—Eres un caso perdido, Joesito. Por esto, vas a tener un castigo. —Rodó, hasta que él estuvo bajo ella.
Joe tomó aliento mientras ella rodeaba su pezón con su lengua. Ahora, este era el tipo de castigo que un hombre podía esperar con entusiasmo.
—¿Qué más puedo hacer para enojarte?
Ella besó la piel de sus costillas.
—Podrías dejarme.
Él gimió ente el pensamiento.
—Nunca haría eso, _____. Nadie puede vivir sin corazón y eso es lo que eres para mí.
_____ se recostó sobre él y lo abrazó. Hasta que otro horrible pensamiento se le ocurrió. Se tensó y se levantó para poder encontrar su mirada.
—Joe, espera... ¿Artemisa es dueña de tu alma?
—No, yo no soy realmente un Dark-Hunter. A diferencia de ellos, no le he dado voluntariamente mi alma. Usó mis poderes para engañarme y revivirme en contra de mi voluntad. Pero porque soy un dios, no pudo llevarse mi alma. Siempre la he tenido.
—Pero tienes el tatuaje del arco y flecha.
El cuál en este momento no estaba en su cuerpo.
—Sólo porque no quería que los otros Dark-Hunters supieran que no era uno de ellos. Sólo quería que me trataran como si fuera normal. Es la misma razón por la que tengo colmillos cada vez que están cerca, a pesar de que retroceden a menos que esté por alimentarme.
Ella sostuvo su cabeza en su mano y trazó círculos sobre su pecho.
—Sabes que no tienes que ser normal a mi alrededor, ¿verdad?
—Lo sé.
—Bien.
Y por el resto de la noche, Joe se tomó su tiempo al hacerle el amor. Mostrándole exactamente lo mucho que significaba para él y cuánto la atesoraba.
Fue justo después de la medianoche, cuando finalmente se quedó dormida de puro agotamiento. Su cuerpo totalmente saciado, Joe la cubrió con una manta antes de dejar la cama y vestirse con pantalones de cuero negro y una larga camiseta de los VG Cat Rat mangual. Colocándose su largo abrigo, se transportó de Nueva Orleáns al Monte Olimpo.
Por primera vez no fue a ver a Artemisa. En cambio, caminó a lo largo del templo de los destinos. En el momento en que puso un pie en el vestíbulo, Atropo, Cloto y Laquesis aparecieron para bloquearle el paso hacia el resto de su dominio. No es como si pudieran. Como Destino Final, él las gobernaba y ellas lo sabían.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Le preguntó Cloto, con voz chillona por su nerviosismo.
—Quería hablar contigo.
—Sobre qué.
Miró a Atropo que era alta, rubia y que lo odiaba con una pasión que él nunca llegó a entender. En ese momento, le permitió ver cada onza de la furia dentro de él.
—Si alguna vez cortais el hilo de la vida de ______ de nuevo no hay poder existente que evite que desgarre vuestras gargantas. Vosotras tres me habéis jodido por última vez. Durante todos estos siglos, os he dejado en paz. Ahora, os estoy advirtiendo que me devolváis el favor, porque la próxima vez que os metan con mi destino, voy a terminar el vuestro
El miedo en sus rostros le dijo que lo habían entendido y aceptado totalmente su sugerencia. Perfecto.
Estaba cansado de jugar. Cuando se trataba de ______, no tenía sentido del humor. Cualquiera que la amenazara, se condenaba a morir.
Es así de simple.
Ella le había enseñado a aceptar finalmente lo que era. A la mierda con los demás. Porque ahora no sólo era el héroe de su madre, sino también de la pequeña mujer que poseía su corazón.
Por ella, haría cualquier cosa.
Incluso destruiría el mundo.
Por ella, haría cualquier cosa.
Incluso destruiría el mundo.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPÍTULO VEINTIDÓS
Dos semanas después
Nueva Orleáns
Pese a que Joe confiaba en ____, su estómago estaba hecho un nudo mientras la seguía hacia la Sala de Conferencias de Tulane, en donde iba a dar otro discurso sobre la Atlántida.
—¿Por qué no me dices lo que planeas decir?
La respuesta más obvia era que lo quería torturar, cosa que había estado haciendo durante días.
Demonios, hasta podría darle lecciones a Artemisa.
Ella le ofreció la misma cálida sonrisa que sólo servía para asustarlo aún más.
—No es de tu incumbencia. Pero si te metes conmigo o con mi reputación al igual que hiciste en Nashville, vas a estar viviendo en tu propio apartamento. Solo. Acuérdate, de que me quedo con la custodia de Simi. ¿No es así, Sim?
—Exacto —dijo Simi sonriendo orgullosamente mientras se trasladaba al lado de él—. Relájate, Akri. Akra-_____ no hará nada para enfadarte. Sólo Simi hace eso.
Él se rió, aunque el nudo en su estómago se apretaba aún más con cada paso que daba hacia la habitación.
—Todavía no has contestado a mi pregunta —dijo ______, volviendo al tema que había iniciado camino aquí—. ¿Cómo era realmente Julio César?
Él se encogió indiferentemente.
—El hombre era brillante, pero hacia trampa en los dados.
Ella dejó salir un impresionado suspiro, mientras tensaba sus hombros soñadoramente.
—No puedo creer que lo conocieras a él y Alejandro Magno.
—Bueno, Alex fue un accidente. Yo estaba persiguiendo a un Daimon que huyó hacia la ciudad en donde éste se alojaba y después que lo maté, trató de sumarme a su ejército. Le dije que estaba dirigiendo uno propio y no tenía tiempo para unirme a él.
____ nunca se cansaba de escuchar los recuerdos del pasado de Joe. Había hecho tantas cosas fascinantes y había sido testigo de la historia sobre la que ella sólo había leído. Había estado allí durante el primer saqueo de Roma. Había estado en la Muralla China apenas unos días después de haber sido terminada. Había debatido sobre filosofía con Confucio, cenado con Kublai Khan e incluso había asistido a un festín con Buda cuando él había sido apenas un muchacho. Había caminado en Egipto cuando la necrópolis de Giza se estaba construyendo. Había jugado con El Delfín cuando el muchacho había sido un niño pequeño y cenado con el verdadero Rey Arturo. . . la vida que había vivido era simplemente increíble.
Y le hacía preguntarse qué futuros acontecimientos históricos compartirían juntos.
—¿Y con respecto a Jesús? —Le pregunto, muriéndose por saber la verdad—. ¿Llegaste a conocerlo?
—Lo oí hablar en varias ocasiones. Cada vez era brillante y fascinante. Simplemente había algo sobre el que te hacia prestarle atención.
—¿Pero nunca lo conociste?
Él sacudió la cabeza.
—¿Por qué no?
—Por la misma razón por la que nunca me reuní oficialmente con Gandhi. No me sentía lo suficientemente digno. Sólo me gustaba escucharlos hablar—. Joe abrió la puerta a la Sala de Conferencias.
____ se congeló cuando vio la multitud reunida.
Joe puso su mano sobre su brazo para darle fuerzas.
—Todo va a estar bien. Simi y yo vamos a comernos a cualquier persona que aunque sea te pestañeé de mala manera.
Aún así no se sentía mejor.
—No estoy segura sobre esto.
—Entonces vámonos. Mi motocicleta está fuera, llena de combustible.
Ella lo miró antes de sacudir su cabeza.
—Por lo menos esta vez mis páginas están numeradas—. Tomando un profundo aliento de valentía, se obligó a sí misma a entrar en la habitación donde las personas se veían más como tiburones que historiadores, estudiantes y arqueólogos.
Por lo menos esta vez tenía a Joe y a Simi con ella.
Joe permaneció a su lado hasta que llegó a la primera fila. Colocó su mochila en el suelo y tomó asiento. Simi se sentó a su lado y sonrió alentadoramente.
______ sentía como si el corazón se le fuera a salir del pecho, mientras se acercaba al podio. La multitud aquí era casi tan grande como la de Nashville.
Dios, cómo odiaba hablar en público.
Mientras ella preparaba sus páginas, la puerta se abrió para que entraran Kim y Pam quienes a saludaron antes de sentarse al lado de Simi. Agradecida por su apoyo, _____ ajustó el micrófono. Y justo cuando estaba a punto de comenzar su discurso, Artemisa abrió la puerta.
Se quedó fría al verla y ante lo que podía significar que estuviera aquí. Por no mencionar, que vio la forma en que Joe se tensó visiblemente como si esperara que el Armagedon empezara.
Sin decir una palabra a nadie o darle un vistazo a Joe, Artemisa se sentó en la fila de atrás, lejos de Joe y de la multitud.
¿Qué demonios quería?
Aclarándose la garganta, ______ se obligó a ignorarla. Artemisa no era importante aquí.
—Um, hola a todos —dijo, hablando suavemente por el micrófono—. Quería agradecerles por venir hoy. Sé que algunos de ustedes estaban en Nashville para presenciar el desastre de mi extrema humillación... —dirigió su mirada hacia Joe que tuvo la delicadeza de verse avergonzado y contrito —pero como saben, mi equipo, hace un par de semanas, excavó una gran parte de las ruinas bajo el mar de lo que creíamos era la Atlántida.
Una mano se levantó, de un hombre al que reconoció como un historiador, pero no podía recordar su nombre. La oradora lo señaló.
—He oído que entre las cosas encontradas había artefactos concluyentes que datan del 9000 A.C. Si usted podría confirmar esto, ¿Se da cuenta de que rescribiría completamente la historia?
Antes de que pudiera responder las puertas se abrieron una vez más para mostrar a un mensajero de UPS. Indiferente ante el hecho de que estaba interrumpiendo su conferencia, se dirigió hacia ella.
—Dra. Kafieri?
—Esa sería yo.
Él le entregó una libreta electrónica para firmar.
Confundida, miró nerviosamente a su alrededor.
—Por favor, discúlpenme —dijo hacia la habitación mientras firmaba su nombre, luego tomó el pequeño paquete en sus manos. Frunciendo el ceño, lo abrió para encontrar el último diario de Ryssa, el que Artemisa había hecho que sus hombres robaran junto con la mochila de Joe.
Era la prueba concluyente que rescribiría la historia y que haría que no sólo su nombre sino el de su padre y tío fueran leyendas en su campo.
Este era el momento que siempre había soñado. Desde que habían enterrado a su padre, su único objetivo en la vida había sido la redención de su nombre.
Con el corazón martillando, miró a Joe cuya cara estaba ahora pálida. Lo miró a los ojos y vio a su temor desvanecerse.
Sigue adelante, bebé. Sé lo mucho que significa para ti. Devuélvele a tu padre su reputación. —Sólo ella podía oír la profunda voz de Joe en su cabeza.
Esas palabras trajeron lágrimas a sus ojos. Ella sabía lo que eso le haría a Joe. Los hombres y las mujeres que él llamaba amigos sabrían exactamente cuan horrible había sido su pasado. Aunque estaba segura de que a muchos de ellos no les importaría, conocía demasiado a las personas como para saber que no todos se sentirían de la misma manera. Algunos de ellos nunca lo verían de la misma. Se reirían y se burlarían de él.
Muchos de ellos nunca lo perdonarían por una verdad que no había sido su culpa. Lo harían sentirse de la misma manera que Artemisa lo había estado haciendo por todos esos siglos.
Y eso lo destruiría.
—Lo siento, papá —susurró bajo su aliento antes de poner el libro de nuevo en su sobre y volver a su discurso. Se aclaró la garganta—. Sí, hemos encontrado unos cuantos objetos que son bastante antiguos. Lamentablemente, ninguno de ellos se remonta a lo que creo fue el tiempo de la Atlántida. Es más, las ruinas que encontramos no parecen ser nada más que una pequeña aldea griega de transporte marítimo. Me temo que los expertos están en lo cierto. No hay Atlántida en el Egeo. Después de todos estos años, he llegado a entender que mi familia y yo hemos estado en el camino equivocado.
Dicho esto, mi equipo está actualmente dirigiéndose a las Bahamas a fin de que podamos ver más de cerca al Camino Bimini encontrado. Si hay una Atlántida, cosa que ahora dudo por completo, éstas podrían ser la clave para encontrarla.
Ella tragó mientras miraba a su alrededor viendo los ceños fruncidos en los rostros de sus compañeros.
—Me gustaría tener mejores noticias y todos ustedes pueden leer mi informe sobre nuestras conclusiones en mi próximo trabajo, así como en mi sitio web una vez que lo haya terminado. Al final, sin embargo, mi búsqueda de la Atlántida me enseñó algo. En todo nuestro pasado se encuentra nuestro futuro. Por nuestras propias manos y decisiones seremos condenados y salvados. En lo que sea que hagan, pongan su mejor esfuerzo, incluso si todo lo que están haciendo es perseguir un arco iris sin final. Tal vez nunca lleguen al final de él, pero a lo largo del camino encontrarán gente que va a significar el mundo para ustedes y van a hacer recuerdos que los mantendrán calientes incluso en las noches más frías. Gracias a todos por venir.
Juntando sus páginas, se encontró con la incrédula mirada de Joe y le sonrió.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CAPITULO 22 PARTE 2
Hubo murmullos y susurros mientras la multitud se dispersaba tranquilamente, incluso algunos eran despectivos sobre ella y su padre. Pero por una vez, no le importaba. Las palabras no eran nada. Eran las personas en su vida las que realmente importaban.
A medida que se iban, Simi le dio un puñetazo a Joe en el brazo.
—Ves, Akri. Simi no cría tontos. Te dije que mi niña era de calidad. Akra-_____ nunca va a hacer nada que pueda herir a su Joesito.
Joe se rió.
Artemisa, sin embargo, parecía menos que complacida mientras caminaba hacia _____.
____ apretó su agarre sobre el paquete que Artemisa le había enviado, dispuesta a luchar hasta el final de los tiempos para mantener el diario lejos de las manos de Artemisa.
—Creí que seguramente usarías eso para guardar las apariencias.
_____ encogió los hombros.
—Amaba a mi padre más que nada. Pero por mucho que me duela admitirlo, sé que él está muerto. Joe no lo está. Mejor que todos se rían de mí a que se rían de él.
Artemisa la miró sin poder creer que dijera tal cosa.
—Tú realmente lo amas, ¿no es así?
—Más que a mi vida.
—Y más que a tu dignidad. —Había una nota de respeto en su voz. Artemisa se giró para mirar a Joe. Cuando ella miró de nuevo a ______, tenía lágrimas en los ojos—. Cuida de él, _____. Dale lo que yo no pude darle. —Le apretó suavemente la mano antes de retirarse.
Joe se puso de pie mientras Artemisa se le acercaba. Vio anhelo en sus ojos cuando ella comenzó a tocarlo, pero incluso ahora, no se atrevía a hacerlo en público.
—Quiero que tú y tu humana tengan una buena vida. Pero también quiero recordarte una cosa.
—¿Y es?
—Nunca habrá otro Dark-Hunter que se libere. Tu felicidad viene a expensas de su libertad porque no hay nadie más con quien quiera negociar. Nadie más que pague la tasa que tú pusiste hace siglos. Sabiendo esto, Espero que duermas bien por la noche.
Joe apretó los dientes de rabia por su frialdad mientras ella se alejaba. Empezó a ir tras ella, pero _____ lo detuvo.
—Déjala ir, Joe. Tenemos el diario. Sus Atlantikoinonia han sido neutralizados y mi equipo no sabe nada acerca de nuestra búsqueda. Simplemente creen que hemos cambiado de dirección. En conjunto, hemos hecho un buen trabajo.
—Pero ¿Qué hay acerca de los Dark-Hunters?
Ella sonrió con un nuevo optimismo.
—La única cosa que he aprendido en de todo esto es que no está terminado hasta que todas las cartas se juegan. Ella enseñó su as, pensando que no podemos ganarle. Pero hay cincuenta y una cartas más en la baraja y el juego no ha terminado aún. Pensaremos en algo. Su pequeña escena aquí sólo demuestra que ha jugado su mejor mano. Eso era todo lo que podía hacer para herirte, lo que es exactamente el por qué lo hizo. No la dejes arruinar tu día, bebé, y no dejes que nos quite lo que tenemos. Hemos llegado hasta aquí juntos. ¿Qué es otra diosa amargada para nosotros? Como mi papou siempre decía, a lo largo, bajo, alrededor o a través de. Siempre hay un camino y nosotros nos encargaremos de encontrarlo.
Por su expresión ella podría decir que el quedó impresionado.
—¿Cómo puede una mujer tan joven ser tan sabia?
—Soy un alma vieja.
—Y yo soy un hombre afortunado de tenerte.
Ella sonrió mientras le entregó el diario de Ryssa.
—Sí, lo eres. Pero eso está bien. Soy una mujer afortunada de tenerte.
—Todavía pienso que uno de vosotros debería dejar que la Simi se coma a la diosa-vaca. Ella sería buena comida. La Simi incluso la compartiría con su hermana.
Riendo, _____ tomó la mano de Joe y una vez que la sala estaba vacía, él la transportó a Katoteros. Simi fue a ver televisión.
Sin decir ni una palabra, él tiró de ______ a través de la Sala de Trono hacia el salón de baile que no se había utilizado desde su madre destruyó el panteón Atlante.
____ frunció el ceño mientras Joe giró y empezó a caminar hacia atrás sonriéndole. Las puertas se abrieron cuando él se acercó y en el minuto en el que estuvo dentro de la enorme habitación oscura cambio su ropa a vintage punk de 1978, con botas de combate negro, jeans rotos, una desgarrada camiseta de Union Jack negra y una chaqueta motociclista con cadenas y un símbolo anarquista en la espalda.
—¿Qué estás haciendo? —Las palabras apenas habían dejado sus labios antes de que su propia ropa cambiase al mismo vestido que su madre había usado la noche que conoció a su padre.
Las puertas se cerraron, sellando la oscuridad. Un instante después, una luz apareció para mostrar una bola plateada de espejos, al mismo tiempo que la canción "Last Dance" de Donna Summer comenzó a sonar. El suelo bajo sus pies se iluminó como una disco de la época de los 70 mientras Joe la giraba bajo el brazo.
Sonriéndole, empezó a cantar,
—Te necesito. Conmigo. A mi lado... Para guiarme. Para sostenerme. Para regañarme...
Ella se rió, incluso mientras lágrimas de felicidad llenaban sus ojos. Mientras el ritmo se incrementó, bailó con ella cuando estaba llorando y riendo tan exageradamente que llegaba al punto de parecer que había perdido la razón.
El hecho de que había recreado este recuerdo para ella, pese a que odiaba su música con pasión...
Él era el mejor.
Ella se rió mientras él se trasladó sin problemas alrededor de la pista de baile con ella.
—Tú harías a John Travolta preocuparse por su dinero.
—Síp, siento lo de mi ropa. Lo he intentado, pero no puedo hacer que aparezca sobre mi ese tipo de ropa. Demonios, no pude vestir el look disco incluso cuando era popular. Juro que soy alérgico al poliéster. Gracias a Dios por el movimiento punk. De lo contrario hubiera estado desnudo durante una década.
Ella se rió cuando trató de imaginárselo en un traje verde. No, definitivamente no funcionó.
Ella prefería pensar sobre él desnudo. Pero sólo cuando estaban solos.
—Así que, ¿qué es lo que usabas en el tiempo que fuiste humano?
—Una sábana.
_____ asintió mientras pensaba en ello.
—Sabía que de eso era de lo que hacían los chitones. Geary dijo que yo estaba loca, pero yo siempre lo sospeché.
Joe se congeló mientras se dio cuenta de que no había entendido su referencia sobre ser una prostituta. Ella pensaba que sólo estaba describiendo la trama de su ropa. Para ella, él era un hombre. Nada más y definitivamente nada menos.
Levantándola y girando con ella, la mantuvo cerca, saboreando la forma en la cual ella nunca le recordaba su pasado.
Y cuando la bajó, ella estaba vestida como una princesa Atlante.
_____ jadeó ante su larga y fluida bata. De un brillante azul, descendía en pliegues de un corsé azul mas profundo que estaba cubierto con perlas y zafiros. Pero lo que hizo su cara sonrojarse aún mas era el fino material que apenas cubrían sus pechos. Sus pezones eran claramente visibles.
—¡Oh no! Dime que ellas no usaban esto.
Asintiendo, él la giró para que se mirara el espejo que apareció de la nada, para que pudiera ver todo el conjunto, mientras se movían juntos. Cadenas de oro caían desde sus hombros descubiertos hasta sus codos y su cabello, que estaba rizado, estaba cubierto con una bella pieza de oro. _____ se contemplo a sí misma, adorando la ropa pero odiando el ser demasiado alta, demasiado flaca y demasiado sencilla para hacerle justicia.
Y mientras observaba a Joe sobre su hombro, todavía vestido como un roquero punk, ella quiso llorar. Él era hermoso y ella parecía el premio de consolación.
—Joe —dijo, su voz entusiasta—, ¿puedes hacer algo por mí?
—Cualquier cosa, ____. Dilo y es tuyo.
—Hazme hermosa.
El giró su rostro hacia él y le dio un beso en los labios que prendió fuego a su sangre. Retirándose él le sonrió.
—Ya está. Eres la mujer más bella del mundo.
____ se giró hacia el espejo, muriéndose por ver como lucía.
Cuando se vio a sí misma, frunció el ceño.
No había cambiado.
—¡Joe!
—¿Qué? — le pregunto inocentemente, tirando de su espalda contra su pecho a fin de que pueda mirarla en el espejo.
—No hiciste nada.
Su mirada se encontró con la suya y la sinceridad en esos remolinantes ojos de plata la quemaron.
—Tú eres la mujer más bella del mundo, ______. Esta es la mujer de la que me enamoré y no hay nada acerca de ti que yo cambiaría.
Recostándose sobre él, se inclinó para tocar su mejilla.
—¿De verdad?
—Por supuesto. Y espero que algún día, tengamos una casa llena de niños que luzcan como tú.
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
EPÍLOGO
Tres meses después
Nueva Orleáns
Joe se quedó en el umbral, mirando la iglesia que estaba hervía de gente. Por primera vez en su vida inmortal, estaba realmente asustado. No quería estropearlo o peor, avergonzarla o ponerla en un aprieto delante de su familia. El sueño de ____ era casarse y él quería que todo marchara exactamente como ella quería.
Su lado de la iglesia estaba totalmente lleno con la familia de ella. El único que faltaba era su abuelo quien estaba esperando para acompañarla por el pasillo.
A su llegada a Nueva Orleáns, habían llevado a Theo a un lado y le habían contado la verdad acerca de Joe.
Al principio Theo se había negado a creerlo, pero al final, cuando Joe le contó cada detalle de su viaje juntos a través del Atlántico cuando Theo había sido un niño y de sus partidas de ajedrez en el parque a lo largo de los años, Theo no tuvo elección excepto aceptar la verdad. Entonces se había emocionado al tener que casar a _____ con el hombre que le salvó la vida.
Para el resto de su familia, con excepción de Geary, quien sabía la verdad acerca de Joe, le dijeron que él era el nieto del hombre que había salvado a Theo. Era una pequeña mentira, pero mientras mantuviese la paz y el secreto del mundo en el que vivía Joe, era necesario.
—¿Estás listo, T-Rex?
Joe asintió a Talon quien era uno de los padrinos. Desde que ______ tenía once damas de honor, Joe había estado bastante agradecido por todos los Dark-Hunters. Su amiga Pam, como la dama de honor, estaba emparejada con el Padrino de Joe… Savitar. Kim estaba con Kevin, Geary con su marido Arik, Katra con su marido Harry, Danger con Alexión, ambos en cuerpos humanos temporales. Simi estaba con James, Justina con Kyrian, Katherine con Nick y Aimee estaba allí con Dev. Sunshine estaba con Talon y la prima de _____, Cyn, quien tenía un misterioso parecido con Artemisa, estaba con Urian… algo que había irritado a la mujer que odiaba estar emparejada con un padrino griego.
Por alguna razón que sólo _____ parecía entender, eso la divertía, así que Joe la había complacido dándole a Cyn el más griego de todos sus padrinos.
Talon se desvaneció cuando Savitar avanzó hacia delante.
—¿Estás nervioso, Tío?
Quizás debiera estarlo y con todo no podía esperar. Él sacó el anillo de bodas de su bolsillo, diamantes amarillo canario de tres quilates y observó como refulgía a la tenue luz de la iglesia. La piedra central estaba rodeada por pequeños diamantes blancos en un formato muy antiguo y único… ____ había decidido ir con la más tradicional y antigua costumbre de tener un único anillo de bodas con una piedra… tal y como lo habrían hecho en la época de Joe.
Estaría hermoso sobre ella.
—Ni un poco —le dijo a Savitar—, pero tú pareces bastante enfermo.
—Es toda esta ropa que estoy llevando. Los esmóquines me dan urticaria. Te dije que el tercer resultado sería espantoso. Matrimonio. —se estremeció él.
Joe sacudió la cabeza, especialmente cuando notó el hecho de que Savitar estaba llevando sandalias.
—Apenas estás un paso por encima del Australopitecos, ¿verdad?
Él arqueó una ceja de manera condescendiente.
—Hey, ten más respeto cuando digas eso, mocoso. ¿No has visto los anuncios? Nosotros los hombres de las cavernas somos gente muy sensible.
Joe se rió, aliviado por una vez de que él no fuera la persona más vieja aquí.
Ellos dejaron la sala para situarse ante el altar y esperar a que la larga procesión de damas de honor y padrinos empezara.
Jaden y Takeshi estaban sentados en primera fila con Tabitha, Xirena, Grace y Amanda—Éstas dos últimas estaban aguantando a sus hiperactivos hijos así como también de la hija de Kat.
Joe estaba realmente asombrado por el número de actuales y antiguos Dark-Hunters que estaban allí. Su lado de la iglesia rivalizaba con el de ______. Por su puesto era más probable que se debiera al shock de que Joe se casara que a cualquier otra cosa. Lo último que había oído era que estaban apostando en la web Dark-Hunter.com que se congelaría y tropezaría.
Aún así, era agradable verlos por cualquier razón y su presencia allí era el motivo de que ellos llevaran a cabo la boda después de anochecer.
Cuando Simi bajó por el corredor, se llevó el ramo a los labios y empezó a mordisquear las flores. Joe sacudió la cabeza, agradecido que no sacara la salsa barbacoa de su bolso y la derramara sobre las gardenias. Cuando se acercó a su hermana, articuló las palabras:
—Están ricas. Después te conseguiremos una para ti.
Entonces la hija de Kyrian, Marissa y la hija de Geary, Kalliope bajaron por el pasillo, esparciendo pétalos de rosas rojas y rosas por el suelo.
Joe alzó la mira a las puertas cuando empezaron a tocar la marcha nupcial. Por primera vez, estaba realmente ansioso. Por favor no dejes que ella sea la única que tropiece…
Entonces la vio.
Se quedó sin respiración cuando ______ avanzó bajando por el pasillo no de blanco, sino de negro. Ella había explicado la elección del color a su familia diciendo que desde que el blanco era el color tradicional del luto Griego, no quería que formara parte de su boda. Pero la verdad era, que ella sabía que él lo odiaba a causa de Artemisa.
Incluso llevando un bouquet de mavyllos, las sagradas rosas negras que habían sido creadas por la madre de Joe. El bouquet había sido un regalo de Apollymi y recibirlos era considerado el más alto honor que un atlante podía dar a otro.
Joe sonrió orgulloso. Pero lo que todavía le asombraba más era que ella estuviese dispuesta a pararse ante toda esa gente y reclamarle. Él le había ofrecido incluso fugarse para casarse con ella, pero se había negado.
—Chico —dijo ella, furiosa con el hecho de que siquiera lo hubiese sugerido—, tú eres mío y quiero que todo el mundo lo sepa.
Como regalo de bodas, ella incluso se había tatuado en el hombro su emblema del sol con su nombre debajo.
Nada en el mundo lo había complacido más.
_____ casi tropezó cuando vio a Joe en esmoquin. Su pelo negro estaba alisado hacia atrás en una sofisticada cola de caballo. Y por una vez sus ojos eran completamente visibles para todos. No tenía piercings—él había renunciado a ellos diciendo que no quería nada que la avergonzara delante de su familia.
—Tú nunca podrías avergonzarme, Joe —le había dicho ella—. Además ahora tú eres mi familia.
Incluso así, él había optado por aparecer sin ellos.
Theo se la entregó a Joe con una gentil palmada en la mano de Joe y un beso sobre la de _____. De la mano, permanecieron de pie ante el sacerdote griego y pronunciaron sus votos en griego antiguo.
Cuando se terminó, Joe la atrajo a la parte de atrás de la iglesia y la sostuvo cerca. Él depositó un beso sobre su hombro desnudo donde su emblema era ampliamente visible.
—Supongo que es demasiado tarde para que te vuelvas atrás ahora, ¿huh?
_____ bufó.
—Cariño, fue demasiado tarde para mí desde la primera vez que abriste la puerta y te paseaste en mi conferencia. Estaba perdida y ni siquiera lo había.
Él enlazó su mano con las de ella.
—No tengo idea de que nos deparará el futuro y eso me enferma. Pero te prometo que sin importar el qué, nunca te arrepentirás de estar conmigo. Lo juro.
Ella lo miró.
—¿Sabes lo que me asombra? Estaba buscando la Atlántida y encontré un dios Atlante. ¿Cómo podría arrepentirme de eso?
Jerry permaneció fuera del jardín de la casa de Kyrian, observando la recepción de la boda de Joe. Todo el mundo estaba riendo y celebrando mientras Joe y _____ bailaban la canción de los Bee Gees, “To Love Somebody”.
Él odio le escaldó la lengua cuando vio a Joe riendo con ____. Y aún así la parte de si mismo que más odiaba estaba contento de ver a Joe tan abierto y feliz. Siempre había habido un aire de desesperanza alrededor de Joe.
Ahora se había ido. El solo deseaba que él hubiese podido ser tan feliz.
—No es justo, ¿no?
Él volvió la cabeza para ver a Artemisa de pie detrás de él. Vestida toda de blanco, era increíblemente hermosa.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Lo mismo que tú. Espiar. —ella dejó escapar un largo suspiro y acortó la distancia entre ellos—. Él nos ha volteado, ¿no es cierto?
Jerry frunció el ceño ante sus palabras sin sentido.
—¿Volteado?
—Ya sabes, echarnos.
¿Echarnos? Qué… de repente, entendió lo que estaba intentando decir.
—¿Quieres decir jodernos?
—Sí, nos ha jodido a ambos.
Ella no tenía ni idea.
—¿Y qué te ha hecho a ti?
—Me abandonó. Se llevó a mi hija y ¿Qué me ha dejado? Nada.
Jerry bufó ante su autocompasión.
—Sí, bueno, al menos tú no estás en la lista de los más buscados de los Daimons. Juro que no he tenido ni un solo momento de paz. Y lo último que he oído, es que Stryker está listo para desatar el infierno sobre nosotros.
Ella puso los ojos en blanco.
—¿Crees que Stryker no me quiere muerta? Mi hermano es el único que se ha vuelto contra él. Es un mundo helado en el que vivo.
—Podría ser peor. Podrías estar desvalida.
Ella lo miró con una ceja arqueada.
—¿Crees que no lo estoy?
Jerry se desentendió de su pregunta. Ella no tenía idea de cuan miserable era su vida. Cuan solitaria y desgarradora.
—¿Cómo puede una diosa estar desvalida?
—De la misma manera que lo puede estar un humano.
Sí, estaba loca.
—Tú tienes el poder para hacer tu vida mejor. Yo no.
—Eso no es verdad. Yo he perdido mi único amigo.
Honestamente así era como Jerry se sentía. Había querido a Joe igual que un hermano y extrañaba la amistada que habían tenido. Incluso aunque Joe lo hubiese jodido, ellos habían sido increíblemente cercanos.
Ahora, a causa de que Stryker podía ver todo lo que Joe veía siempre que el semidiós eligiese mirar, estaba completamente aislado del mundo que había conocido una vez. Sin amigos. Sin familia.
Estaba solo y lo odiaba.
Artemisa volvió una especulativa mirada hacia él.
—¿Serás mi amigo, Jerry? Te lo prometo, nunca te arrepentirás.
Una ráfaga de aire pasó a través de la fiesta, levantando el dobladillo del vestido de _____.
Joe alzó la mirada al cielo y frunció el ceño cuando oyó el apagado y lejano sonido de un trueno.
—¿Sucede algo? –preguntó _____.
—Se está formando una tormenta.
—Quieres decir el tiempo, ¿verdad?
Joe sacudió la cabeza lentamente cuando sus sentidos zumbaron. No, había algo viniendo a por ellos. Podía sentirlo. Oscuro y mortal, y quería un trozo de él.
—No te preocupes, Sota. Te mantendré seca. —pero incluso cuando decía esas palabras, sabía la verdad. Él no era su asilo. Ella era el suyo, y tanto tiempo como él la tuviese a su lado, podría enfrentar cualquier cosa—. Traed la lluvia —susurró él—, traed la lluvia.
FIN
Última edición por issadanger el Sáb 26 Jul 2014, 10:12 pm, editado 1 vez
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
BUENO MIS NIÑAS ESPERO QUE LA NOVE LES HALLA GUSTADO MUCHOOOO SIENTO HABERME DEMORADO TANTO EN SUBIR PERO ME TENIAN BANEADA PERO BUENO LO IMPORTANTE ES QUE SE LAS TERMINE DE SUBIR MAÑANA EN LAS HORAS DE LA TARDE LES EMPIEZO A SUBIR LA DE NICK ASI QUE MUY PENDIENTES YO VERE JIJIJ LAS QUIERO Y GRACIAS POR COMENTAR
issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
Olor!!!.... Amo estos libros y enserio gracias por compartirlos!!!!!.... Aaaaahhh y espero con ansias el libro de nick!!!!
chelis
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
CHELIS EL LIBRO DE NICK YA LO COMENZE A SUBIR ACA ESTA EL LINK
https://onlywn.activoforo.com/t83764-nicholas-nicholas-y-betanya
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issadanger
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
Owww me encanto!
A penas comento porque había estado muy ocupada!
Me encanto que Joe tuviera su final feliz!
Gracias por subir la novela!!
Espérame por la otra novela!
A penas comento porque había estado muy ocupada!
Me encanto que Joe tuviera su final feliz!
Gracias por subir la novela!!
Espérame por la otra novela!
aranzhitha
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
Te informo que tu novela está cancelada o terminada. Publica la petición para que muevan tu tema a la sección de novelas canceladas o terminadas en "Mover y borrar temas" en un plazo de 48 horas, o nos veremos en la obligación de eliminar el tema. Cualquier duda, queja, o sugerencia, contáctame por mp.
holiscrayolis
Re: JOSEPH - Joe y tu Continuación Volvi y Terminada
Amé tanto la historia fue hermosa.
Artemisa nunca dejará de ser una bitch
Gracias pos haberla subido xD
Artemisa nunca dejará de ser una bitch
Gracias pos haberla subido xD
Monse_Jonas
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