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Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Forbidden
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal viviente que se mueve sobre la tierra" (Génesis 1:26).
Y así se hizo, se crearon unos seres sin ningún otro tipo de virtud sobre los demás que su libre albedrío. Los hizo poseedores de todo sobre la tierra aunque fueran inferiores a los mismos ángeles, y para colmo, estos seres espirituales también tendrían que cuidar de cada uno de ellos hasta el final de sus días para después llevarlos consigo a la eternidad.
Aún así, tanto ángeles como humanos y demás criaturas creadas por Dios en el sendero de la luz, contaban con su amor y consentimiento; pero había unos seres, unos seres que fueron condenados desde el inicio de los tiempos a la perpetuidad en el sufrimiento y la oscuridad, llamados ángeles oscuros, caídos o demonios que habitarían las profundidades del inframundo hasta el final de los tiempos.
Los horrores vistos en el infierno son inimaginables para aquellos que no siguen por el camino del bien, sin embargo, ¿quien podría quejarse de la otra parte? El lado en el se es quien controla lo que se hace e incluso se participa de ello, el lado en el que no importa el sufrimiento ajeno ni mucho menos se tiene consideración a nadie. Aún así no es suficiente, aún así siempre se quiere más.
Los oscuros ahora están dispuestos a conseguir a como de lugar una repartición "más justa" de todo lo que existe, y para ello tendrán que arrastrar con ellos millones de almas para así ganar la batalla final que definirá lo próximo en los libros sagrados, pero no será una tarea sencilla, los seres de luz no se quedarán de brazos cruzados mientras ven todo derrumbarse ante sus ojos, la solución será la misma: purificar tantas almas como puedan, sin mezclar sentimientos hacia estos.
El inicio de una tercera guerra esta próximo y viene con amor prohibido en ella.
Aclaraciones
La historia se centra en ese odio a muerte que sienten los demonios por los ángeles que lo tienen todo, sin embargo hay muchos ángeles que sin saber por qué quisieran estar en la posición de los caídos, o al menos en la de los humanos por más inferiores que sean. También es importante esa seducción que emplearán en los humanos para traerlos consigo. No todo tratará de guerras y demás asuntos religiosos, también habrá mucho romance, y drama. Ya saben, rábanos picantes. Te salen chiles verdes por los poros de la cara.
Reglas
✡ Es una novela colectiva, por lo que buscamos escritoras, no chicas.
✡ Son audiciones, así que no se reserva.
✡ Todos lo dicen, pero no está de más: compromiso y tiempo, no queremos que se estanque.
✡ Exigimos respeto. Si no lo hay, nos encargaremos de reportarte.
✡ Cualquier duda, queja o sugerencia nos pueden enviar un mp.
✡ No hay roles. Eso se arreglará con las escritoras que queden.
✡ No elegir a Eliza Dusku, Zayn Malik, Colton Haynes o Alexandra Daddario. Son nuestros.
✡ No tenemos ningún tipo de favoritismo hacia alguien, si nos conocemos felicidades, sólo no esperen más.
✡ Somos estrictas con las reglas, si las has leído escribe la cita bíblica de la sinopsis en tu ficha (Génesis...)
✡ Para la ficha: Sencilla pero bien presentada, dos escritos de tu autoría, nombre de tu representante y pareja, y define tu personalidad en una palabra.
✡ ¡Diviértanse!
Hola
Somos Alice y Laura, esta idea nació hace unos días, esperamos les guste y que participen muchas. Ya saben, cualquier duda nos encuentran por mp, no mordemos c:
Última edición por darko. el Vie 30 Mayo 2014, 1:57 pm, editado 7 veces
darko.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
pss voy a audicionar por que me parece una idea muy original, sooo that ahora dejo todo lo que pidieron <33 beso bye.
holmes.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Ariadne & Shadow
Representantes: Shailene Woodley & PwieDiePie.
Nombre del chico: Shadow Ristem.
Nombre de la chica: Ariadne Shams.
Palabra sobre personalidad: Rebelde.
- escrito de tu autoría:
- The divide:
- Supongamos que lo que paso hace unos minutos, fue solo un sueño que tuve gracias a la película de terror que vi anoche. La cabeza me late y escucho murmullos, voces que no se si son reales o producto de mi imaginación. Trato de abrir mis ojos, pero a los segundos se cierran como si se movieran por si solos. Muevo una mano para poder ver donde estoy, no es mi habitación; lo sé porque mi habitación esta echa de terciopelo, como cada habitación del edificio, pero este suelo está formado por un pavimento frío y demasiado duro para sentirme cómoda. Trato de moverme otra vez, nada.
—Puede estar muerta—el murmullo se había vuelto algo más potente y podía escuchar todo lo que hablaban, aunque no supiera quienes sean.
— ¿Puedes dejar de hablar idioteces?—la voz de un chico llegó a mi cabeza como un dolor de cabeza tremendo.
—Simplemente puede estar desmayada—habló otra voz—no lo sé, solo tendremos que esperar.
Siento que me levantan, el perfume es de vainilla, lo sé. Me hace sentir mejor, así que me acurruco más al cuerpo y siento el terciopelo en mi piel como una sabana. Trato de moverme otra vez, pero simplemente no puedo. Mi espalda toca una cama y acomodan mi cuerpo a la perfección, así que no hago ningún movimiento y vuelvo a dormirme.
***
—Hey, despierta—ciento que sacuden mi hombro.
Mi instinto, mi maldito instinto me toma por sorpresa. Quien quiera que sea, ahora se encuentra en el suelo, conmigo sobre su espalda a punto de romperle el brazo. Miro de quien se trata y lo reconozco, es mi vecino ¿Qué hace el en mi apartamento? Miro a mi alrededor y sé que no estoy en el. Observo las paredes grises y la habitación solitaria, en una esquina se encuentra un pequeño mueble con mi mochila y luego en el techo, hay una luz tenue que apenas logra alumbrar la habitación. Ahí es cuando me doy cuenta de que lo que yo pensaba que era un sueño, en realidad no lo era. Me acerco al oído del chico y hablo con una voz dura, la que siempre me sale.
— ¿Dónde estamos?—acentúo cada palabra.
—En un refugio, el de Mickey para ser exactos—la coz del chico está entre cortada, ya que al fin y al cabo, yo le estoy aplastando los pulmones— ¿Puedes bajarte de arriba mío? Es medio incomodo.
—Claro—digo con una media sonrisa en la cara.
Cuando me pongo de pie nuevamente, me limpio la ropa que está completamente llena de ceniza y me encamino hacia mi mochila. Cuando la tomo, la sacudo y la tiro a la cama para poder revisar que he traído.
—Primero que nada, necesito que vayas a ver a los demás—el chico aun se encuentra en la habitación—. La mayoría piensa que estas muerta.
—En cierta manera, lo estoy—largo una risa sarcástica.
Dejo lo de revisar mi mochila para otro momento y sigo a mi vecino, cuyo nombre, no he pregunta aun. Camino a paso firme y me acomodo la chaqueta que lo que era negro, ahora está gris. Necesito lavarme la cara y rápido, no aguanto tanta ceniza en mi cara y la verdad que la pierna derecha me duele a horrores. No tengo tiempo para revisarla, ya que llegamos donde están la mayoría. Sus caras se dan vuelta, algunas son familiares y otras no, el primero que se me acerca es un hombre de unos cincuenta y tantos, su cara es recta y trae un cigarro en su boca, da impresión de impotencia y miedo, pero yo no se lo tengo.
— ¿Eres un zombi?—sonríe el idiota—. Por un momento pensamos que estabas muerta.
—Como ya lo vez, no lo estoy—uso el sarcasmo tan bien que me siento feliz de ser tan buena actriz.
—No, realmente no lo estas—me mira de arriba a abajo y ya tengo ganas de meterle su cabeza de canas grises por su trasero.
Me encamino a lo que se ve como un colchón desgastado y me siento como si nada. Todos me están observando y me da muchísima rabia que hagan eso, así que tomo mi mochila y la obro como si nada. Quince botellas de agua, un contenedor con diez sándwiches, un cepillo, un lápiz labial, un vestido veraniego, un pantalón corto con una musculosa y ¡wala! Una liga. Tomo el cepillo y acomodo un poco mi cabello; la liga es pequeña, ya que tengo el pelo demasiado corto como para utilizar una grande. Hago lo que tengo que hacer y me cruzo de piernas mientras me siento a pensar como estará mi familia en estos momentos.
—Te estábamos esperando—me habla el cabeza de canas—. Vamos, les enseñaré el lugar.
Me paro y me cuelgo la mochila en mi hombro. Sacudo por segunda vez mis pantalones y camino con el resto del grupo como si fuéramos un ejército con su jefe. Caminamos por el gran pasillo y el viejo nos abre la primera puerta.
—Esta es una de las habitaciones, luego veremos quién se queda con ella—habla.
No llego a ver nada, ya que la cierra a los dos segundos. Seguimos caminando y pasamos la habitación en la que estuve hace unos minutos, otra parecida y llegamos a lo que es su habitación, algo que prohíbe que entremos. Caminamos dos pasos más y ahí se encuentran los baños que están completamente sucios; me dan ganas de largar mi almuerzo.
—Hay dos baños y una ducha—señala lo que dice—. Este es el lugar en el cual van a vivir hasta que la radiación pase.
Me encojo de hombros y siento gruñir mi estomago. La mayoría se da cuenta y ahí se dan cuenta de que todos tenemos hambre. Miro al viejo y asiente mientras camina hacia su habitación.
—Vallan a la sala principal, les daré de comer y ahí repartiremos habitaciones.
***
No puedo quejarme, son los mejores frijoles que he comido en años así que como lentamente para que no se acaben rápido. Mickey, el cual me acaba de decir su nombre, se limpia la boca con su mano asquerosa y hace un ruido con su garganta para aclarar su voz.
—Ya he decidido que habitación será para cada uno, aunque solo haya tres—nos observa a todos, como si estuviéramos desesperados por conseguir una habitación cómoda y cálida—La que está al lado de la mía y Francis, irán Arabella y Copeland junto con Josh y Jordan. Luego en la otra irán Matt, Clara, William y Daria. Por último Audrey, Crista y Adrien.
Acomodo la mochila en mi hombro y me encamino hacia la habitación que me toco. Mis pasos se escuchan por el lugar y cuando entro a la habitación, tiro la mochila en la cama más grande. Antes de cerrar la puerta, miro hacia donde todos aun se encuentran comiendo.
—El que me molesta, lo mato.
- The bad eye {O.S:
- The bad eye¡Es cierto! Soy nervioso, muy nervioso, espantosamente nervioso. Siempre lo he sido; pero ¿por qué van a decir ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos: no los había destruido, no los había embotado. Sobre todo, mi sentido del oído era muy agudo. Oía todas las cosas de los cielos y de la tierra. Oía muchas cosas del infierno. ¿Cómo, entonces, podría estar loco? ¡Escuchen!, y observen cuán saludablemente, con cuánta calma puedo contarles toda la historia.
Me resultaba imposible decir cómo me entró la idea en la cabeza al principio; pero una vez concebida, me persiguió día y noche. No tenía ningún objetivo. No había ninguna pasión. Yo adoraba al viejo. Él nunca me había echo nada malo. Nunca me había insultado. Yo no deseaba para nada su oro. ¡Creo que fue su ojo! ¡Si, fue eso! Tenía un ojo de buitre: un ojo azul pálido, con una película sobre su superficie. Cada vez que lo posaba sobre mí, se me helaba la sangre; y así, poco a poco—muy gradualmente—resolví quitarle la vida al viejo, y así librarme para siempre del ojo.
Ahora bien, el punto es este. Ustedes me juzgan loco. Los locos no saben nada. Pero deberían haberme visto. Deberían haber visto lo sabiamente que procedí: ¡con qué cautela, con qué previsión, con qué disimulo acometí el trabajo! Nunca fui más amable con el viejo que durante toda la semana antes de matarlo. Y todas las noches, alrededor de la medianoche, giraba el picaporte de su puerta y la abría... ¡ah, tan suavemente! Y luego, cuando la había abierto lo suficiente para que pasara mi cabeza, metía una linterna sorda, cerrada, totalmente cerrada, para que no escapara ninguna luz, y entonces introducía la cabeza. ¡Ah, ustedes se habrían reído al ver lo astutamente que lo introducía! La movía despacio, muy , muy despacio, de modo de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora meter la cabeza entera en la abertura, hasta que podía verlo yaciendo sobre su cama. ¡Ja! ¿un loco habría sido tan prudente para hacer algo así? Y entonces, cuando mi cabeza estaba bien metida en la habitación, abría la linterna cautelosamente—ah, tan cautelosamente—; la abría justo lo suficiente cómo para que un único rayo delgado cayera sobre el ojo de buitre. E hice esto durante siete largas noches, pero siempre encontraba cerrado el ojo y entonces me era imposible realizar el trabajo; pues no era el viejo quien me sacaba de quicio, si no, su mal de ojo.
Al llegar la octava noche, fui más cauteloso que nunca.
Tenía la cabeza adentro, y estaba a punto de abrir la linterna, cuando mi pulgar se delizó sobre el cierre de chapa, y el viejo se sentó bruscamente en la cama, gritando:
—¿Quién anda ahí?
Me quedé quieto, y no dije nada. Durante una hora entera, no moví ni un músculo, y en ese lapso no lo oí volver a acostarse [...]
Pero aun entonces, me contuve y seguí quieto. Apenas si respiraba. Sostuve la linterna, inmóvil. Traté de mantener el rayo sobre su ojo, todo lo firmemente que pude. Mientras tanto, el endemoniado redoble de su corazón iba aumentando. Se hacía más y más rápido, y más y más fuerte a cada instante. ¡El terror del viejo tiene que haber sido extremo! ¡Se hacía más fuerte, digo, más fuerte a cada momento! ¿Me siguen? Les he dicho que soy nervioso: así soy yo. Y ahora, a altas horas de la noche, en medio del espantoso silencio de esa casa vieja, un ruido tan extraño como ese me infundió un terror incontrolable. Aun así, durante algunos minutos más me contuve y me quedé quieto. ¡Pero el latido de hacía más fuerte, más fuerte! Pensé que el corazón le iba a estallar. Y entonces se apoderó de mi una nueva angustia: ¡algún vecino iba a oír el ruido! ¡Al viejo le había llegado la hora! Dando un fuerte grito, abrí totalmente la linterna y salté dentro de a habitación. El chilló una vez, solo una vez. En un instante, lo había arrojado al suelo, y había volcado la pesada cama encima de él. Entonces sonreí alegremente, al ver que el echo ya estaba consumado. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un ruido apagado. Eso, sin embargo, no me preocupó; no se podía oír a través de las paredes. Finalmente, se detuvo.
Puse mi mano en su corazón y dejé allí varios minutos. No había pulso. Estaba totalmente muerto. Su ojo no iba a volver a molestarme [...] Cuando hube terminado con todos los labores, eran las cuatro en punto; todavía estaba tan oscuro como a medianoche. En el momento en que el reloj dio la hora, sonaron unos golpes en la puerta de calle. Bajé a abrir alegremente, porque, ¿qué tenía que temer? Entraron tres hombres, que se presentaron como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había oído un alarido; había surgido la sospecha de algún delito; alguien había ido a informar a la comisaría., y a ellos (los oficiales) les habían encomendado que registraran la vivienda.
Llevé a mis visitantes por toda la casa. Les pedí que registraran, que registraran todo bien. Los conduje, finalmente, a hasta la habitación del viejo. En el entusiasmo que me provocaba mi confianza, traje sillas a la habitación y les expresé mi deseo que se descansaran de sus fatigas, mientras yo mismo, en la frenética audacia de mi perfecto triunfo, puse mi propio asiento encima del mismísimo lugar bajo el cual reposaba el cadáver de la víctima.
[...]
Sin duda, entonces me puse muy pálido; pero hablaba con mayor fluidez, y en voz más alta. Aún así, el ruido aumentaba; ¿y yo qué podía hacer? Era un ruido débil, monótono, acelerado muy parecido al ruido que hace un reloj cuando está envuelto en algodón. Me quedé sin aliento; y aun así, los oficiales no oían. Hablé más rápido con mayor vehemencia; pero el ruido aumentaba sin cesar. Me levanté y hablé de nimiedades, en algún tono agudo y con gesticulaciones violentas; pero el ruido aumentaba sin parar. ¿Por qué no se habrían ido? Me paseé por el cuarto de aquí para allá, dando grandes zancadas, como si las observaciones de los hombres estuvieran excitando mi furia; pero el ruido aumentaba. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer? ¡Echaba espuma por la boca, insultaba, perjuraba! Moví la silla en la que había estado sentado, raspando con ella los listones, pero el ruido era más fuerte que todos los demás y aumentaba continuamente. Se hizo más fuerte, más fuerte, ¡más fuerte! Y aun así los hombres conversaban plácidamente, y sonreían. ¿Era posible que no oyeran? ¡Dios todopoderoso! ¡No, no! ¡Oían! ¡Sospechaban! ¡Sabían! ¡Se burlaban de mi horror! Eso fue lo que pensé, y eso es lo que pienso. Pero, ¡cualquier cosa era mejor que esa tortura! ¡Cualquier cosa era más tolerable que ese escarnio! ¡No podía seguir soportando esas sonrisas hipócritas! ¡Sentía que tenía que gritar o morir! Y ahora, ¡otra vez! ¡Escuchen! ¡Más fuerte, más fuerte, más fuerte!
—¡Miserables!—chillé—, ¡no finjan más! ¡Confieso los hechos! ¡Arranquen esos listones! ¡Aquí, aquí! ¡Son los latidos de su espantoso corazón!
holmes.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Audicionare se me hizo genial esta idea. Bt, mi ficha hasta mañana
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra" (Génesis 1:26).
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra" (Génesis 1:26).
midway.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
♡ Redmayne ♡ escribió:
Ariadne & Shadow
Representantes: Shailene Woodley & PwieDiePie.
Nombre del chico: Shadow Ristem.
Nombre de la chica: Ariadne Shams.
Palabra sobre personalidad: Rebelde."Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra"
- escrito de tu autoría:
- The divide:
Supongamos que lo que paso hace unos minutos, fue solo un sueño que tuve gracias a la película de terror que vi anoche. La cabeza me late y escucho murmullos, voces que no se si son reales o producto de mi imaginación. Trato de abrir mis ojos, pero a los segundos se cierran como si se movieran por si solos. Muevo una mano para poder ver donde estoy, no es mi habitación; lo sé porque mi habitación esta echa de terciopelo, como cada habitación del edificio, pero este suelo está formado por un pavimento frío y demasiado duro para sentirme cómoda. Trato de moverme otra vez, nada.
—Puede estar muerta—el murmullo se había vuelto algo más potente y podía escuchar todo lo que hablaban, aunque no supiera quienes sean.
— ¿Puedes dejar de hablar idioteces?—la voz de un chico llegó a mi cabeza como un dolor de cabeza tremendo.
—Simplemente puede estar desmayada—habló otra voz—no lo sé, solo tendremos que esperar.
Siento que me levantan, el perfume es de vainilla, lo sé. Me hace sentir mejor, así que me acurruco más al cuerpo y siento el terciopelo en mi piel como una sabana. Trato de moverme otra vez, pero simplemente no puedo. Mi espalda toca una cama y acomodan mi cuerpo a la perfección, así que no hago ningún movimiento y vuelvo a dormirme.
***
—Hey, despierta—ciento que sacuden mi hombro.
Mi instinto, mi maldito instinto me toma por sorpresa. Quien quiera que sea, ahora se encuentra en el suelo, conmigo sobre su espalda a punto de romperle el brazo. Miro de quien se trata y lo reconozco, es mi vecino ¿Qué hace el en mi apartamento? Miro a mi alrededor y sé que no estoy en el. Observo las paredes grises y la habitación solitaria, en una esquina se encuentra un pequeño mueble con mi mochila y luego en el techo, hay una luz tenue que apenas logra alumbrar la habitación. Ahí es cuando me doy cuenta de que lo que yo pensaba que era un sueño, en realidad no lo era. Me acerco al oído del chico y hablo con una voz dura, la que siempre me sale.
— ¿Dónde estamos?—acentúo cada palabra.
—En un refugio, el de Mickey para ser exactos—la coz del chico está entre cortada, ya que al fin y al cabo, yo le estoy aplastando los pulmones— ¿Puedes bajarte de arriba mío? Es medio incomodo.
—Claro—digo con una media sonrisa en la cara.
Cuando me pongo de pie nuevamente, me limpio la ropa que está completamente llena de ceniza y me encamino hacia mi mochila. Cuando la tomo, la sacudo y la tiro a la cama para poder revisar que he traído.
—Primero que nada, necesito que vayas a ver a los demás—el chico aun se encuentra en la habitación—. La mayoría piensa que estas muerta.
—En cierta manera, lo estoy—largo una risa sarcástica.
Dejo lo de revisar mi mochila para otro momento y sigo a mi vecino, cuyo nombre, no he pregunta aun. Camino a paso firme y me acomodo la chaqueta que lo que era negro, ahora está gris. Necesito lavarme la cara y rápido, no aguanto tanta ceniza en mi cara y la verdad que la pierna derecha me duele a horrores. No tengo tiempo para revisarla, ya que llegamos donde están la mayoría. Sus caras se dan vuelta, algunas son familiares y otras no, el primero que se me acerca es un hombre de unos cincuenta y tantos, su cara es recta y trae un cigarro en su boca, da impresión de impotencia y miedo, pero yo no se lo tengo.
— ¿Eres un zombi?—sonríe el idiota—. Por un momento pensamos que estabas muerta.
—Como ya lo vez, no lo estoy—uso el sarcasmo tan bien que me siento feliz de ser tan buena actriz.
—No, realmente no lo estas—me mira de arriba a abajo y ya tengo ganas de meterle su cabeza de canas grises por su trasero.
Me encamino a lo que se ve como un colchón desgastado y me siento como si nada. Todos me están observando y me da muchísima rabia que hagan eso, así que tomo mi mochila y la obro como si nada. Quince botellas de agua, un contenedor con diez sándwiches, un cepillo, un lápiz labial, un vestido veraniego, un pantalón corto con una musculosa y ¡wala! Una liga. Tomo el cepillo y acomodo un poco mi cabello; la liga es pequeña, ya que tengo el pelo demasiado corto como para utilizar una grande. Hago lo que tengo que hacer y me cruzo de piernas mientras me siento a pensar como estará mi familia en estos momentos.
—Te estábamos esperando—me habla el cabeza de canas—. Vamos, les enseñaré el lugar.
Me paro y me cuelgo la mochila en mi hombro. Sacudo por segunda vez mis pantalones y camino con el resto del grupo como si fuéramos un ejército con su jefe. Caminamos por el gran pasillo y el viejo nos abre la primera puerta.
—Esta es una de las habitaciones, luego veremos quién se queda con ella—habla.
No llego a ver nada, ya que la cierra a los dos segundos. Seguimos caminando y pasamos la habitación en la que estuve hace unos minutos, otra parecida y llegamos a lo que es su habitación, algo que prohíbe que entremos. Caminamos dos pasos más y ahí se encuentran los baños que están completamente sucios; me dan ganas de largar mi almuerzo.
—Hay dos baños y una ducha—señala lo que dice—. Este es el lugar en el cual van a vivir hasta que la radiación pase.
Me encojo de hombros y siento gruñir mi estomago. La mayoría se da cuenta y ahí se dan cuenta de que todos tenemos hambre. Miro al viejo y asiente mientras camina hacia su habitación.
—Vallan a la sala principal, les daré de comer y ahí repartiremos habitaciones.
***
No puedo quejarme, son los mejores frijoles que he comido en años así que como lentamente para que no se acaben rápido. Mickey, el cual me acaba de decir su nombre, se limpia la boca con su mano asquerosa y hace un ruido con su garganta para aclarar su voz.
—Ya he decidido que habitación será para cada uno, aunque solo haya tres—nos observa a todos, como si estuviéramos desesperados por conseguir una habitación cómoda y cálida—La que está al lado de la mía y Francis, irán Arabella y Copeland junto con Josh y Jordan. Luego en la otra irán Matt, Clara, William y Daria. Por último Audrey, Crista y Adrien.
Acomodo la mochila en mi hombro y me encamino hacia la habitación que me toco. Mis pasos se escuchan por el lugar y cuando entro a la habitación, tiro la mochila en la cama más grande. Antes de cerrar la puerta, miro hacia donde todos aun se encuentran comiendo.
—El que me molesta, lo mato.
- The bad eye {O.S:
The bad eye
¡Es cierto! Soy nervioso, muy nervioso, espantosamente nervioso. Siempre lo he sido; pero ¿por qué van a decir ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos: no los había destruido, no los había embotado. Sobre todo, mi sentido del oído era muy agudo. Oía todas las cosas de los cielos y de la tierra. Oía muchas cosas del infierno. ¿Cómo, entonces, podría estar loco? ¡Escuchen!, y observen cuán saludablemente, con cuánta calma puedo contarles toda la historia.
Me resultaba imposible decir cómo me entró la idea en la cabeza al principio; pero una vez concebida, me persiguió día y noche. No tenía ningún objetivo. No había ninguna pasión. Yo adoraba al viejo. Él nunca me había echo nada malo. Nunca me había insultado. Yo no deseaba para nada su oro. ¡Creo que fue su ojo! ¡Si, fue eso! Tenía un ojo de buitre: un ojo azul pálido, con una película sobre su superficie. Cada vez que lo posaba sobre mí, se me helaba la sangre; y así, poco a poco—muy gradualmente—resolví quitarle la vida al viejo, y así librarme para siempre del ojo.
Ahora bien, el punto es este. Ustedes me juzgan loco. Los locos no saben nada. Pero deberían haberme visto. Deberían haber visto lo sabiamente que procedí: ¡con qué cautela, con qué previsión, con qué disimulo acometí el trabajo! Nunca fui más amable con el viejo que durante toda la semana antes de matarlo. Y todas las noches, alrededor de la medianoche, giraba el picaporte de su puerta y la abría... ¡ah, tan suavemente! Y luego, cuando la había abierto lo suficiente para que pasara mi cabeza, metía una linterna sorda, cerrada, totalmente cerrada, para que no escapara ninguna luz, y entonces introducía la cabeza. ¡Ah, ustedes se habrían reído al ver lo astutamente que lo introducía! La movía despacio, muy , muy despacio, de modo de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora meter la cabeza entera en la abertura, hasta que podía verlo yaciendo sobre su cama. ¡Ja! ¿un loco habría sido tan prudente para hacer algo así? Y entonces, cuando mi cabeza estaba bien metida en la habitación, abría la linterna cautelosamente—ah, tan cautelosamente—; la abría justo lo suficiente cómo para que un único rayo delgado cayera sobre el ojo de buitre. E hice esto durante siete largas noches, pero siempre encontraba cerrado el ojo y entonces me era imposible realizar el trabajo; pues no era el viejo quien me sacaba de quicio, si no, su mal de ojo.
Al llegar la octava noche, fui más cauteloso que nunca.
Tenía la cabeza adentro, y estaba a punto de abrir la linterna, cuando mi pulgar se delizó sobre el cierre de chapa, y el viejo se sentó bruscamente en la cama, gritando:
—¿Quién anda ahí?
Me quedé quieto, y no dije nada. Durante una hora entera, no moví ni un músculo, y en ese lapso no lo oí volver a acostarse [...]
Pero aun entonces, me contuve y seguí quieto. Apenas si respiraba. Sostuve la linterna, inmóvil. Traté de mantener el rayo sobre su ojo, todo lo firmemente que pude. Mientras tanto, el endemoniado redoble de su corazón iba aumentando. Se hacía más y más rápido, y más y más fuerte a cada instante. ¡El terror del viejo tiene que haber sido extremo! ¡Se hacía más fuerte, digo, más fuerte a cada momento! ¿Me siguen? Les he dicho que soy nervioso: así soy yo. Y ahora, a altas horas de la noche, en medio del espantoso silencio de esa casa vieja, un ruido tan extraño como ese me infundió un terror incontrolable. Aun así, durante algunos minutos más me contuve y me quedé quieto. ¡Pero el latido de hacía más fuerte, más fuerte! Pensé que el corazón le iba a estallar. Y entonces se apoderó de mi una nueva angustia: ¡algún vecino iba a oír el ruido! ¡Al viejo le había llegado la hora! Dando un fuerte grito, abrí totalmente la linterna y salté dentro de a habitación. El chilló una vez, solo una vez. En un instante, lo había arrojado al suelo, y había volcado la pesada cama encima de él. Entonces sonreí alegremente, al ver que el echo ya estaba consumado. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un ruido apagado. Eso, sin embargo, no me preocupó; no se podía oír a través de las paredes. Finalmente, se detuvo.
Puse mi mano en su corazón y dejé allí varios minutos. No había pulso. Estaba totalmente muerto. Su ojo no iba a volver a molestarme [...] Cuando hube terminado con todos los labores, eran las cuatro en punto; todavía estaba tan oscuro como a medianoche. En el momento en que el reloj dio la hora, sonaron unos golpes en la puerta de calle. Bajé a abrir alegremente, porque, ¿qué tenía que temer? Entraron tres hombres, que se presentaron como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había oído un alarido; había surgido la sospecha de algún delito; alguien había ido a informar a la comisaría., y a ellos (los oficiales) les habían encomendado que registraran la vivienda.
Llevé a mis visitantes por toda la casa. Les pedí que registraran, que registraran todo bien. Los conduje, finalmente, a hasta la habitación del viejo. En el entusiasmo que me provocaba mi confianza, traje sillas a la habitación y les expresé mi deseo que se descansaran de sus fatigas, mientras yo mismo, en la frenética audacia de mi perfecto triunfo, puse mi propio asiento encima del mismísimo lugar bajo el cual reposaba el cadáver de la víctima.
[...]
Sin duda, entonces me puse muy pálido; pero hablaba con mayor fluidez, y en voz más alta. Aún así, el ruido aumentaba; ¿y yo qué podía hacer? Era un ruido débil, monótono, acelerado muy parecido al ruido que hace un reloj cuando está envuelto en algodón. Me quedé sin aliento; y aun así, los oficiales no oían. Hablé más rápido con mayor vehemencia; pero el ruido aumentaba sin cesar. Me levanté y hablé de nimiedades, en algún tono agudo y con gesticulaciones violentas; pero el ruido aumentaba sin parar. ¿Por qué no se habrían ido? Me paseé por el cuarto de aquí para allá, dando grandes zancadas, como si las observaciones de los hombres estuvieran excitando mi furia; pero el ruido aumentaba. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer? ¡Echaba espuma por la boca, insultaba, perjuraba! Moví la silla en la que había estado sentado, raspando con ella los listones, pero el ruido era más fuerte que todos los demás y aumentaba continuamente. Se hizo más fuerte, más fuerte, ¡más fuerte! Y aun así los hombres conversaban plácidamente, y sonreían. ¿Era posible que no oyeran? ¡Dios todopoderoso! ¡No, no! ¡Oían! ¡Sospechaban! ¡Sabían! ¡Se burlaban de mi horror! Eso fue lo que pensé, y eso es lo que pienso. Pero, ¡cualquier cosa era mejor que esa tortura! ¡Cualquier cosa era más tolerable que ese escarnio! ¡No podía seguir soportando esas sonrisas hipócritas! ¡Sentía que tenía que gritar o morir! Y ahora, ¡otra vez! ¡Escuchen! ¡Más fuerte, más fuerte, más fuerte!
—¡Miserables!—chillé—, ¡no finjan más! ¡Confieso los hechos! ¡Arranquen esos listones! ¡Aquí, aquí! ¡Son los latidos de su espantoso corazón!
Ficha Aceptada
Debo decir que me encanta como escribes, con el segundo, bueno, recuerdo haber leído la historia de Edgar Allan Poe en el colegio, es la de "El corazón delator!", ¿no?, recuerdo algo de "El gato negro", y "La caída de la casa Usher". En fin, como ya te dije, me gusta mucho tu escrito, ya estas participando c:
darko.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Hola! Vale c: La esperaremos c:▲ Westlife ▲ escribió:Audicionare se me hizo genial esta idea. Bt, mi ficha hasta mañana
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra" (Génesis 1:26).
darko.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Ya saben, rábanos picantes. Te salen chiles verdes por los poros de la cara.
glacier.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Gracias por aceptar mi ficha. La verdad que me he basado en esa historia solo que utilicé más mi vocabulario fluido y no tan complicado como el de edgar. En la ficha de el shot, dice que esta basado en uno de los cuentos. No quiero que pienses en plagio, solo me basé en uno de mis cuentos favoritos.
holmes.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Si, si lo se c: También me pase por el tema, te lo habría dicho si lo creyera, aunque apenas comencé se me hizo conocido.♡ Redmayne ♡ escribió:Gracias por aceptar mi ficha. La verdad que me he basado en esa historia solo que utilicé más mi vocabulario fluido y no tan complicado como el de edgar. En la ficha de el shot, dice que esta basado en uno de los cuentos. No quiero que pienses en plagio, solo me basé en uno de mis cuentos favoritos.
darko.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
yo quiero en un rato te dejo todo :)
Invitado
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Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
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Abril & Lucas
Representantes: Ashley Benson y Ansel Elgort
Nombre del chico: Lucas Records
Nombre de la chica:Abril Smith
Palabra sobre personalidad: Loca
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra" - Escritos:
- Heartbreak Girl N.C:
- Narra Abril:Las gotas de lluvia caían por mi cabello, y cada charco que pisaba me salpicaba, realmente odiaba los días de lluvia arruinaban mi cabello y mi ropa, los detestaba mas que la ropa que no combina , camine un largo tiempo hasta el centro comercial amaba las compras y bueno que mejor que ir al centro comercial. Entre en una tienda de vestidos, entre y mire algunos vestidos. Me dirigí al probador con los vestidos que elegí, me probé uno rosa muy simple sin tirantes ni nada, uno verde con muchos volados y uno celeste sin tirantes y en la cintura una pequeña flor, me termino convenciendo el rosa y el celeste. Camine hasta la vendedora y le pague. Salí de la tienda con una sonrisa de oreja a oreja y camine hacia otra tienda.Luego de comprar decidí tomar algo, camine hasta la cafetería más cercana y entre.– Hola cual es su pedido – Dijo mirándome sin ánimo, lo mire a los ojos que por cierto eran hermosos, pelo castaño oscuro y test blanca no tan pálida– Hola, quería ordenar una malteada de… – Me quede pensando unos segundos y luego respondí –… ¡Chocolate! – Dije contenta a lo cual el rió con una risa contagiosa– En un rato le traigo su pedido – Dijo con una pequeña sonrisa, yo solo asentí y me quede esperando, entro en la cocina, luego salio y lo vi y seguí mirando mi celular, camino en dirección a mi y me entrego mi pedido.– Todo sale… –Miro la cuenta y contesto –… $50 – Dijo esperando a que le de el dinero– Toma – Dije le entregue el dinero y el lo recibió– ¡¡Gracias por su compra!! – Dijo con una gran sonrisa y siguió contestando los pedidosNarra Ashton:Estaba en casa un poco cansado, tirado en mi cama y mirando el techo, mire mi reloj y vi las 3:30 de la tarde, me levante con pereza y camine hacia mi armario, agarre lo primero que encontré y me cambie.***Camine hasta la cafetería y corrí hasta la puerta donde había un cartel que decía “SOLO EMPLEADOS” entre por la puerta y vi a Niall uno de mis amigos – Hola Niall – Dije sin animo, agarre su mano y la estreche con la mía, este me miro.– Hola – Dijo con una gran sonrisa yo solo sonreí y Salí hacia la barra para contestar los pedidos al igual que Niall. Todos eran los mismos pedidos solo agregaban o sacaban comida.– Hola cual es su pedido – Dije mirando a la chica del frente sin mas animo, era muy bonita ojos azules, pelo castaño oscuro puntas onduladas y rubias y test blanca.– Hola, quería ordenar una malteada de… – Se quedo pensando unos segundos y luego respondió –… ¡Chocolate! – Dijo contenta a lo cual reí– En un rato le traigo su pedido – Dije con una pequeña sonrisa, ella solo asintió y se quedo esperando, entre en la cocina y espere la orden, luego de que la malteada esté lista Salí y la vi esperando mientras miraba su celular, camine hacia ella y le entregué su pedido.– Todo sale… –Mire la cuenta y conteste –… $50 – Dije esperando a que me de el dinero– Toma – Dijo entregándome el dinero y con mucho gusto lo agarre– ¡¡Gracias por su compra!! – Dije con una gran sonrisa y seguí contestando los pedidos
- One Shot:
- Me levante como de costumbre entre al baño con pereza, me lave los dientes y peine mi cabello. Baje las escaleras y fui directo a desayunar -hoy vería a mi profesor favorito- Pensé, reí por mi pensamiento, mi madre me miro y pregunto:– ¿Algo divertido que quieras compartirnos? – Dijo mi madre seria, desvié la mirada de ella y mire a mis hermanos los gemelos.– Nada… no pasa nada –Dije bajando la mirada.– Genial –Dijo de mal gana, se levanto de la mesa y se fue, di un gran suspiro y le hable a los chicos– Me llevan –Les di una sonrisa sabia que me dirían que si– OK – Dijeron a la misma vez reí al ver como se miraban, parecían gato y perro daba risa –vamos – Dijo Finn, yo asentí y nos levantamos de la mesa, caminamos hacia la puerta y salimos de la casa, caminamos hasta el auto, cada uno entro al auto, Finn en el asiento de piloto, Jacke en el asiento de co-piloto y yo en los de atrás.Luego de llegar corrí al salón, se me hacia tarde ya había tocado la campana y todos habían entrado al salón. Entre y mire a mi sexy profesor –señores y señoras les presento al sexy profesor Ashton Irwin – Pensé y me mordí el labio inferior–Puedo pasar – Dije y sin esperar respuesta entre y me senté al lado de mi mejor amiga Emily la hermana de mi profesor.–Señorita Harries – Dijo cansado Ashton –Salga y cundo yo le diga que pueda entrar usted entrara ¿Entendido? – Yo solo asentí y hice lo que me ordeno –Puede pasar señorita Harries y siéntese aquí adelante donde la pueda ver – Dijo de mala gana. Sonreí y me senté al lado de Paola la rubia teñida que se cree mejor que yo, cuando yo soy la capitana de las porristas, cuando yo soy mejor que ella y lo peor es que le coquetea a Ashton corrección MI ASHTON.–OK –Dije y luego le sonreí.Las clases fueron como siempre Ashton se tenia que sentar a mi lado y explicarme como era los ejercicios, luego tuvimos hs. De geografía, 2 hs. De lengua y por ultimo devuelta Matemática con el sexy de Ash. Entre a la clase y vi a la rubia coqueteando con MI ASH , luego de pasar por en medio de ellos con la cabeza agachada, asiendo me la pobrecita solo para llamar la atención de Ash y como siempre lo logre.–Señorita Harries ¿le pasa algo? –Pregunto preocupado, yo solo asentí –Venga –Dijo amarrándome del brazo con un poco de fuerza, salimos del salón y acto seguido lo agarre del brazo y lo lleve arrastrándolo hasta el cuarto del conserje, lo metí y luego me metí yo lo agarre del cuello de la camisa y lo bese con fuerza, pero fue un beso tierno, luego de 5 segundos el me siguió la corriente. Luego nos tuvimos que separar a causa de falta de aire pero no nos impidió volvernos a besar, lo que nos impidió fue el.–No espera esto esta mal – Dijo cortando nuestro apasionado beso, lo mire con decepción y Salí del cuarto del conserje, pero unas manos me detuvieron, era Ashton que me había agarrado de la cintura y me metió devuelta al cuarto, me beso desesperada mente y luego bajo hacia mi cuello…
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Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Aby Malik<3 escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Abril & LucasRepresentantes: Ashley Benson y Ansel ElgortNombre del chico: Lucas RecordsNombre de la chica:Abril SmithPalabra sobre personalidad: Loca"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra"
- Escritos:
- Heartbreak Girl N.C:
Narra Abril:Las gotas de lluvia caían por mi cabello, y cada charco que pisaba me salpicaba, realmente odiaba los días de lluvia arruinaban mi cabello y mi ropa, los detestaba mas que la ropa que no combina , camine un largo tiempo hasta el centro comercial amaba las compras y bueno que mejor que ir al centro comercial. Entre en una tienda de vestidos, entre y mire algunos vestidos. Me dirigí al probador con los vestidos que elegí, me probé uno rosa muy simple sin tirantes ni nada, uno verde con muchos volados y uno celeste sin tirantes y en la cintura una pequeña flor, me termino convenciendo el rosa y el celeste. Camine hasta la vendedora y le pague. Salí de la tienda con una sonrisa de oreja a oreja y camine hacia otra tienda.Luego de comprar decidí tomar algo, camine hasta la cafetería más cercana y entre.– Hola cual es su pedido – Dijo mirándome sin ánimo, lo mire a los ojos que por cierto eran hermosos, pelo castaño oscuro y test blanca no tan pálida– Hola, quería ordenar una malteada de… – Me quede pensando unos segundos y luego respondí –… ¡Chocolate! – Dije contenta a lo cual el rió con una risa contagiosa– En un rato le traigo su pedido – Dijo con una pequeña sonrisa, yo solo asentí y me quede esperando, entro en la cocina, luego salio y lo vi y seguí mirando mi celular, camino en dirección a mi y me entrego mi pedido.– Todo sale… –Miro la cuenta y contesto –… $50 – Dijo esperando a que le de el dinero– Toma – Dije le entregue el dinero y el lo recibió– ¡¡Gracias por su compra!! – Dijo con una gran sonrisa y siguió contestando los pedidosNarra Ashton:Estaba en casa un poco cansado, tirado en mi cama y mirando el techo, mire mi reloj y vi las 3:30 de la tarde, me levante con pereza y camine hacia mi armario, agarre lo primero que encontré y me cambie.***Camine hasta la cafetería y corrí hasta la puerta donde había un cartel que decía “SOLO EMPLEADOS” entre por la puerta y vi a Niall uno de mis amigos – Hola Niall – Dije sin animo, agarre su mano y la estreche con la mía, este me miro.– Hola – Dijo con una gran sonrisa yo solo sonreí y Salí hacia la barra para contestar los pedidos al igual que Niall. Todos eran los mismos pedidos solo agregaban o sacaban comida.– Hola cual es su pedido – Dije mirando a la chica del frente sin mas animo, era muy bonita ojos azules, pelo castaño oscuro puntas onduladas y rubias y test blanca.– Hola, quería ordenar una malteada de… – Se quedo pensando unos segundos y luego respondió –… ¡Chocolate! – Dijo contenta a lo cual reí– En un rato le traigo su pedido – Dije con una pequeña sonrisa, ella solo asintió y se quedo esperando, entre en la cocina y espere la orden, luego de que la malteada esté lista Salí y la vi esperando mientras miraba su celular, camine hacia ella y le entregué su pedido.– Todo sale… –Mire la cuenta y conteste –… $50 – Dije esperando a que me de el dinero– Toma – Dijo entregándome el dinero y con mucho gusto lo agarre– ¡¡Gracias por su compra!! – Dije con una gran sonrisa y seguí contestando los pedidos
- One Shot:
Me levante como de costumbre entre al baño con pereza, me lave los dientes y peine mi cabello. Baje las escaleras y fui directo a desayunar -hoy vería a mi profesor favorito- Pensé, reí por mi pensamiento, mi madre me miro y pregunto:– ¿Algo divertido que quieras compartirnos? – Dijo mi madre seria, desvié la mirada de ella y mire a mis hermanos los gemelos.– Nada… no pasa nada –Dije bajando la mirada.– Genial –Dijo de mal gana, se levanto de la mesa y se fue, di un gran suspiro y le hable a los chicos– Me llevan –Les di una sonrisa sabia que me dirían que si– OK – Dijeron a la misma vez reí al ver como se miraban, parecían gato y perro daba risa –vamos – Dijo Finn, yo asentí y nos levantamos de la mesa, caminamos hacia la puerta y salimos de la casa, caminamos hasta el auto, cada uno entro al auto, Finn en el asiento de piloto, Jacke en el asiento de co-piloto y yo en los de atrás.Luego de llegar corrí al salón, se me hacia tarde ya había tocado la campana y todos habían entrado al salón. Entre y mire a mi sexy profesor –señores y señoras les presento al sexy profesor Ashton Irwin – Pensé y me mordí el labio inferior–Puedo pasar – Dije y sin esperar respuesta entre y me senté al lado de mi mejor amiga Emily la hermana de mi profesor.–Señorita Harries – Dijo cansado Ashton –Salga y cundo yo le diga que pueda entrar usted entrara ¿Entendido? – Yo solo asentí y hice lo que me ordeno –Puede pasar señorita Harries y siéntese aquí adelante donde la pueda ver – Dijo de mala gana. Sonreí y me senté al lado de Paola la rubia teñida que se cree mejor que yo, cuando yo soy la capitana de las porristas, cuando yo soy mejor que ella y lo peor es que le coquetea a Ashton corrección MI ASHTON.–OK –Dije y luego le sonreí.Las clases fueron como siempre Ashton se tenia que sentar a mi lado y explicarme como era los ejercicios, luego tuvimos hs. De geografía, 2 hs. De lengua y por ultimo devuelta Matemática con el sexy de Ash. Entre a la clase y vi a la rubia coqueteando con MI ASH , luego de pasar por en medio de ellos con la cabeza agachada, asiendo me la pobrecita solo para llamar la atención de Ash y como siempre lo logre.–Señorita Harries ¿le pasa algo? –Pregunto preocupado, yo solo asentí –Venga –Dijo amarrándome del brazo con un poco de fuerza, salimos del salón y acto seguido lo agarre del brazo y lo lleve arrastrándolo hasta el cuarto del conserje, lo metí y luego me metí yo lo agarre del cuello de la camisa y lo bese con fuerza, pero fue un beso tierno, luego de 5 segundos el me siguió la corriente. Luego nos tuvimos que separar a causa de falta de aire pero no nos impidió volvernos a besar, lo que nos impidió fue el.–No espera esto esta mal – Dijo cortando nuestro apasionado beso, lo mire con decepción y Salí del cuarto del conserje, pero unas manos me detuvieron, era Ashton que me había agarrado de la cintura y me metió devuelta al cuarto, me beso desesperada mente y luego bajo hacia mi cuello…
Ficha Aceptada
Me gusta tu forma de escribir, se te pasan algunas cosas pero esta genial. Y el O.S. me gustó bastante, nunca tuve un profesor que me gustara u.u Pero en fin, estas participando c:
darko.
Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
holitasss, acabo de ver esta novela, me llama mucho la atención el tema y todo esop, abajito irá mi ficha shi que shi.
Invitado
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Re: Forbidden||Audiciones Cerradas. Resultados.
Brayant | Valerie
Representantes: M. B. || A. C.
Nombre del chico: Carter Dallas
Nombre de la chica: Lucy Jones
Palabra sobre personalidad: Narcisista.
- escrito de tu autoría:
- Abrí los ojos y me levante corriendo, directo al baño, sujeté mi cabello en una coleta, me mire en el espejo, tenía unas pequeñas ojeras alrededor de mis ojos, abrí el grifo del lavabo y moje mis manos, hoy era el último día del verano, del glorioso verano. Lave mi cara y la seque con una toalla que estaba a mi lado, como una persona normal hice del baño, me lave las manos y después los dientes. Salí del baño y camine directo a mi ropero, lo abrí y saque un pantalón rasgado, una blusa de color azul con rayas grises y la puse en la cama, caminé entre mi ropa tirada en el suelo y me puse en cuclillas frente mi escritorio, tomé mis vans negras y camine a cerrar mi puerta con pestillo. Quité la blusa de tirantes blanca y puse mi blusa azul, la manija de mi puerta se intentaba abrir y acomode la blusa, intentando que el escote en V no dejará ver más de lo debido. Abrí la puerta y en ella estaba recargado un Carter sonriente, lo abrace emotivamente, el me respondió el abrazo, me levanto y me dio vueltas en el estrecho pasillo de las escaleras, sonreí como tonta, él era una de las cuatro personas que más quería, junto mi padre y hermanos.
—Ehem…—las voz de James me hizo separarme de Carter, tenía el ceño fruncido y estaba cruzado de brazos recargado en una pierna. — ¿Interrumpo algo?
—N-no c-claro que n-no. —La voz de Carter estaba un poco nerviosa y su labio inferior temblaba, dando entender que estaba nervioso.
—Está bien—dijo no muy convencido y me balancee en mis talones, dirigió su mirada hacia mí y miro como si hubiera hecho algo malo. — Baja ese short, no querrás parecer puta.
Le enseñé el dedo corazón y me metí en el cuarto, escuche como bajaban y volví a mi cama, en ella me puse el pantalón y seguido las vans. Camine al espejo de cuerpo completo y tomé mi IPhone, abrí Instagram y me tomé una foto, con una pequeña descripción de una carita sacando la lengua. Miré la hora y era temprano, supongo que irán a un partido o algo, abrí mi puerta y me topé con un Jake recién levantado con una short un poco más arriba de su rodilla y sin camisa, le sonreí y el igual, con su cara de adormilado, paso su brazo por mi hombro y comenzamos a bajar las escaleras.
—Mañana será tu primer día en la Universidad. —su voz sonaba ronca, si no fuera mi hermano me estaría mojando mis bragas.
—Yep, el primero de muchos.
—Espero que toques en una buena fraternidad, si tocas en Field, te odiará James.
—Más de lo que lo hace, no creo que lo haga más.
Me senté en la mesa, a mi lado derecho estaba Jake, en frente de mí estaba James y al lado de James estaba Carter, uno de nuestros mejores amigos. Mi madre venía con una sonrisa al igual que mi padre, demasiado grande, por inercia todos sonreímos, cada uno traía un plato en cada mano. Mi madre me lo dio a mí y a Jake con un beso en la cabeza, mi padre los puso en frente de James y Carter, mi madre se sentó al lado derecho de Carter y mi padre frente ella, miré mi plato y en él había algo un poco muy infantil. Dos huevos y tocino puesto como una cara feliz, comencé a comer y a tomar del jugo de naranja que me había servido mi hermano.
—Los útiles de todos están en la mesa de la sala, sus maletas las hacen antes de dormir y… Carter, ¿Cómo están tus padres?
—Bien señor Winstead, mi padre está en un viaje de negocios y mi madre acaba de abrir un local.
— ¿De pastelillos? —dijo mi madre y comencé a comer más rápido. —Jennifer come más lento, te atra…. —comencé a toser y a tomar de mi jugo, James soltó una carcajada y le patee bajo la mesa.
—Si señora…—Carter me sonrió y luego miro a mi madre.
Volvieron a hablar y me levanté de la mesa, con mi plato y vaso en mano, los puse en el fregadero. Me apresure a subir las escaleras de dos en dos para llegar más rápido a mi habitación, fui a la última puerta del pasillo, la negra, la que estaba golpeada, con una línea blanca en ella. Entre en mi cuarto y cerré la puerta con pestillo, caminé al baño y lave mis dientes, salí del baño y tomé mi mochila negra, en ella eche mi cámara, el cargador de mi celular, cartera y un traje de baño que saque del armario. Me puse la mochila en un hombro y bajé con el celular en mano. Marcando el número de Cecilia, una chica pelirroja, ex pareja de James y puse mi celular en mi oreja.
— ¡Hey! —dije al teléfono.
—Hola… ¿Irás a la fiesta de Chad? —Al parecer se estaba arreglando.
—No lo sé, sabes. Irá Ian, tú sabes que paso con él, de seguro estará con alguna de sus putas y, no lo sé.
—Oye, no te amargues por ese niño tonto, ve, irás conmigo, no irás sola.
—Paso por ti a las ocho.
—Te amo tonta.
—Yo también Ceci. —colgó y me volví a encerrar en mi cuarto, otro día, haré la sesión de cámara.***
Me miré por última vez en el espejo, el vestido negro se ceñía a mi cuerpo y Cecilia se estaba poniendo los zapatos.
—Me siento como una de las putas de James.
—Mierda JJ, quítate ese vestido y te pones lo que yo traigo.
—Está bien.
Me quité el vestido y ella se quitó su pantalón, seguido de su blusa, le pasé mi vestido y ella su ropa, me cabe decir, que su cuerpo es demasiado hermoso, con sus curvas, le sirvieron los años de modelaje que tanto me dice. El vestido se veía mejor en ella, mucho mejor. Me puse el pantalón negro y la blusa de encaje, me sentía más cómoda y así podría usar mis dulces vans sin verme mal.
—Mucho mejor. —dijimos al unísono, soltamos una pequeña carcajada y la puerta se abre dando paso a una Samanta enojada.
— ¡Lo odio! —su cabello azul estaba lisado y llevaba un vestido negro al igual que Cecilia, solo que, más reservado.
— ¿Tom? —pregunté y ella asintió, de su bolso plateado saco un peluche y lo comenzó a apretar.
— ¿Dónde lo viste? —el labio de Cecilia comenzó a temblar y Sam la miro un poco, preocupada.
—Abajo… con Ian y James.
Abrí los ojos de golpe y me miré al espejo para seguir pintándome, me puse el delineador y rímel, seguido de un poco de labial rojo haciendo que mis amigas me miraran bien.
—Te vez tan…—comenzó a decir Sam.
—Hipster. —le termino Cecilia.
Alcé los hombros y tomé mi mochila, la que tenía en la mañana solo que sin el traje de baño, ya que traía también el de Ceci y Sam. Tomé el celular y abrí la puerta para salir con mis chicas detrás, al bajar las escaleras mi madre nos veía con una sonrisa y los ojos rojos. Oh diablos.
—Se ven tan lindas. —su voz sonó entre cortada. Miré a las chicas pidiendo ayuda pero solo las noté mordiéndose los labios para no reír.
—Gracias mami. Pero nos vamos a ir, porque después, regresaremos tarde.
—Oh sí, claro. Vayan con cuidado y si quieren, cuando regresen se vienen con los chicos para que se vayan juntos.
—Si mamá, ya nos vamos, adiós. —dije despidiéndome con la mano y seguida de las chicas.***
La música resonaba en mis oídos, todos bailaban y había perdido de vista las chicas, así que comencé a caminar entre las personas para ir a la barra, vi a parejas comiéndose disfrutando sus últimas horas que puede con su pareja, en la barra estaba el barman, un chico más grande, de cabello azabache y ojos azules, mordí mi labio inferior y me senté en un banquillo.
—Me das unas soda. —dije un poco alto para que me escuchara pero me hizo señas diciendo que no. —Me das una soda. —dije acercándome a él y asintió.
—Claro.
Me paso una Coca-Cola y abrí la lata, le di un sorbo y mire a mis lados, Ian se acercaba para acá, me puse de pie y salí al patio trasero de la casa, miré hacia atrás y el venía para acá, seguí tomando mi soda, la acabe y tire la lata por cualquier lugar. Me acerqué a una banca que estaba en el patio junto la piscina, sentí un brazo deteniéndome. Giré furiosa y veo sus ojos azules, me tomó de la cintura y comenzó a bailar pegado a mí, pude detectar el olor a cerveza. Negué con la cabeza y lo alejé.
— ¡Ian! —le grité y el me miro. Puso una mano en mi mejilla y beso mi frente.
—JJ. —dijo con la voz ronca haciéndome estremecer. ¡Para! ¡Deja de pensar en el!
—Aléjate. Ahora.
Lo empuje un poco y cayó a la piscina, tape mi boca para retener una sonrisa, todos comienzan a reír y señalarlo, salió de la piscina, el negro pantalón se le había pegado, al igual que su camiseta haciendo resaltar sus músculos, el cabello de él estaba goteando y tenía su cínica sonrisa en la cara, se acercó a mí y me abrazo.
—Me vengaré. —Giro un poco y ambos caímos al agua, no podía respirar y comencé a salir, pero me tomo de la mano acercándome a él. Sus labios tocaron los míos pasando aire, le correspondí el beso y lo tome de la nuca solo para no separarme, nado para salir y me separe de el para tomar aire, sus labios estaban rojos e hinchados, supongo que los míos estaban así. Le sonreí falsamente y me volvió a besar, hundiéndome al agua. Una mano me toma del brazo y otra del otro, sacándome. Unos abucheaban porque se les hacía tierna la escena de Ian y yo.
—Jennifer. —mierda. Es James y Jake.
—Holi. —dije y me intente separar de su agarre. Lo hice y lo único que recibí fue que Carter me levantará en su hombro subiéndome a su auto. — ¡Carajo Carter! —me pusieron el cinturón de seguridad y vi por el espejo retrovisor vi a Cecilia y Samanta con el ceño fruncido.
Lo. Mataré.
- os:
- Mis manos tiemblan, el miedo me carcome, necesito, necesito volver a hacerlo, cerré la puerta de mi habitación con seguro, camino hacia la ventana y la cierro, igualmente. Caminé al escritorio de madera, abro el primer cajón y de él saco una navaja, con el filo de los dos lados, mis manos vuelven a temblar, ahora más, sin pensarlo dos veces caminé al baño y lo cerré, me senté el retrete y quité mi pantalón, si lo volvería a hacer, no sería en mis muñecas, ni en mi estómago, sería en las piernas. La puse sobre mi pierna y le di un leve rasgón, como si fuera papel. Como si piel fuera un lienzo en blanco y la navaja un pincel que lo quiere pintar. El dolor de mi corazón comenzó a disminuir, en mis labios se formó una sonrisa, el dolor se fue yendo y en mis manos comenzaba a haber sangre, me sentí mal por una fracción de segundo, no podía hacerle esto a Brad, a mi hermano, solo a él. Escuche algo quebrarse, mierda. Coloque rollo en mis piernas, para que dejará de salir sangre, guardé la navaja en un lugar donde nunca buscaría, mi ropa sucia, toco la puerta, buscaba frenéticamente un pedazo de cinta, o algo.
—Jennifer, ¿estás ahí? Dime que no lo volviste a hacer.
—Sí, aquí estoy Brad. No, no me creas idiota.
—Eso dijiste la vez anterior y lo volviste a hacer.
Agradezco a Dios, había una cinta tirada detrás de mí cesto, lo tome y lo puse sobre el papel de rollo, me puse mi pantalón y mordí mis labios para no soltar un gemido de dolor. Lavé mis manos para no tener la sangre en ellas y salí, el me miraba con el ceño fruncido, le tendí mis manos, él las tomó y examino con cuidado mis muñecas, sin mi permiso me levanto la blusa y miro mi estómago, ahí tampoco traía, me dedico una sonrisa y camino al escritorio, tomo una libreta y comencé a caminar a la litera, me recosté en ella y él se acercó a mí, golpeo con su libreta mis piernas, justo en los cortes. Solté un grito y el me fulminaba.
—¡Púdrete Bradley! —puse mis manos en donde puso el golpe, mi pantalón comenzaba a mojarse de mi sangre. —Ve por el botiquín.
Salió del cuarto y quité mi pantalón, el papel estaba rojo y lo quité, volví a gritar, el dolor me inundaba, la sangre salía cada vez más rápido y en ese momento entro el, el causante mis cortes, el causante mi dolor de corazón. James, James McVey, el mejor amigo de mi hermano, el chico que me hace suspirar. Me miro y se acercó a mí, puso sus manos en mis piernas, intentando detener la sangre, pero me causo más dolor haciéndome volver a gritar. Brad entro por la puerta, seguido de otros dos amigos, mis mejillas se tornaron rojas, genial, no bastaba con McVey viéndome en ropa interior también Connor y Tristan. Brad puso el botiquín a lado izquierdo y saco el agua oxigenada.
—Connor, toma su mano y Tristan, sostén sus pies. No dejes que se mueva y James, tranquilízala.
—Brad, tendrás que hacerlo rápido. —la voz de James sonó entre cortada, me dolía ver a los cuatro así, con miedo en la mirada y atendiéndome porque no se controlar mis impulsos de adolescente hormonal. —Tranquila Jenn, es por tu bien.
Mi hermano echo el agua en la herida, con un papel, solté un grito e intente moverme, para que dejará de hacerlo, apreté la mano del pobre de Connor y James me acariciaba el cabello. Volvió a echar agua y volví a gritar, patee la cara de Tristan, todo comenzó a oscurecerse.
—Brad para, la harás desmayar.
—Tristan tiene razón.
Las voces comenzaron a alejarse, todo se vuelve oscuro y comienzo a cerrar los ojos, la mano mojada de James se pone en mi mejilla, acariciándola, haciéndome sentir un poco mejor.
—Brad… por favor, mira como esta, está sonriendo por lo que hace James y sus mejillas pierden color, para.
Ahora no sentía nada, me aferré a la mano de Connor, Brad ponía vendas en mis piernas y James daba besos en mi frente. Me levanto la cabeza y puso una almohada.
—Connor, Tristan, se cancela el ensayo. La necesito cuidar, James, te veo mañana.
—No, yo me quedo.
—Entonces nosotros igual.
—Brad…—mi voz salió casi como la de un fantasma.
—Calla Jen, tienes que recuperar fuerza y James, por favor, no quiero que estén aquí, la necesito cuidar.
—Yo me quedaré aquí, tú la cuidas en la tarde y yo en la mañana. No te dejaré solo con ella, tú necesitas comer, ella igual y tú eres pésimo en la cocina. Aparte, Nat no sabe, ni tu madre y le podremos decir que me quedé en tu casa.
Connor y Tristan salieron, obviamente a ellos, menos de lo que paso la vez pasada, Tristan se iba a quedar en la casa. Brad bufó molesto, bajo con los otros dos chicos y cerró la puerta.
—Necesito ponerte algo, no quiero verte así. —dijo y dio un beso en mi frente, se apartó y fue a buscar no sé qué a mí ropero. Intenté sentarme y lo hice, me sostuve en la cama y vi mis piernas, resaltaba lo blanco con un poco de rojo de mi sangre, debajo de esto estaba mi sangre, miro a mi lado y veo a James con un pantalón de dormir y un trapo escurriendo agua. —Limpiare tus piernas, no quiero verte con sangre. No te quiero ver lastimada, menos con sangre.
—James, no necesitas hacer eso. —mi voz salió ronca y el me dedico una sonrisa, puso el trapo y comenzó a limpiar mi pierna, me trataba con mucho cuidado, como si me fuera a romper, le sonreí y relamí. —No me trates así, no después de jugar tan brusco.
—Sabes… nunca me gustaba jugar así, no te quería golpear.
—Pues yo si te quería golpear. —“sin querer” puso su mano en mi herida. Solté un gemido de dolor y me tape la cara con mis manos, soltó una carcajada y quitó mis manos, tenía una sonrisa y sus ojos brillaban. —Quiero un abrazo.
Se acercó a mí, lentamente, me incliné y el me abrazo, es estrechaba con tanta fuerza, que reí porque me causaba cosquillas, se alejó un poco y me miraba, como si necesitará algo.
—¿Qué pasa?
—Eres demasiado…—tomó mi mano y dio un beso en mi mejilla. —linda. —volvió a dar otro. —cariñosa, carismática. —ahora, lo dio demasiado cerca de mis labios, comencé a hiperventilar, demasiados nervios, ¿me iba a besar?. —¿Puedo?
—¿Qué cosa? —pregunté nerviosa, ¿me iba a besar? Por favor, que lo haga.
—Besarte. —sin mi consentimiento me besó, ese beso que anhele por mucho tiempo estaba sucediendo. Sus labios eran sabor miel, puse mis manos en su pecho e intente separarlo, lo logré, el me miraba con una sonrisa, demasiado hermosa, tan propia de él. —Deja ponerte el pantalón.
—No James, no estoy inválida.
—Oye, deja ayudarte.
—No, no quiero que Brad te golpeé.
—¿Por qué?
—Porque soy demasiado celoso con mi hermana, James.
Reí por lo bajo y James abrió los ojos, demasiado sorprendido, tomé el pantalón de dormir y me lo puse, Brad me fulminaba, no solo a mí, también a James.
—Y vi, como la besaste, como le dijiste eso…—me ruborice, era demasiado vergonzoso, que los amigos de mi hermano me vieran en ropa interior, pero todavía era más que mi hermano viera como me bese con su mejor amigo.
—Oh, Brad, lo…
—¿Son novios? —preguntó con una sonrisa, nos miraba, como una chica que quiere saber un nuevo cotilleo, miré al suelo y mordí mi mejilla por dentro.
—No.
—Pero lo seremos pronto. —me ruborice todavía más y mordí mis labios, el me dio un beso en la mejilla y mire al suelo. Salí de la friendzone
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