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Nombre Originales: "Jane Lyne // Elizabeth Lyne // Cameron Brooks" Representantes: "Dianna Agron // Suri Cruise// Finn Harries."
Escrito:
Capitulo 3
'Cause you throw your head back laughing like a little kid...†
-Abre los ojos
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
Nombres: Abby Nielsen | Darcy Styles | Harry Styles Representantes: Barbara Palvin | Baby Miranda Kerr | Harry Styles.
Escrito:
No se concentra. Llegan las clases y le es imposible ensayar. ¿Qué puede hacer? Babi resopla. No le queda otra solución que tener paciencia y tranquilizarse. Más le vale, porque, si no, fallará en todo y no es la mejor manera de iniciar su experiencia en la academia de baile. Con lo que le costó conseguir esa beca y el esfuerzo que le está suponiendo estar allí, alejada de su familia, de sus amigos y de su pequeña Eva. ¡Ella tiene la culpa de que no se concentre!
Si estuviera con ella todo resultaría más sencillo. La echa de menos a todas horas. Es duro estar alejada de la persona a la que amas, y más cuando ésta sufre una enfermedad bastante complicada. Tal vez no debería de haber aceptado marcharse a Inglaterra. Seguramente, en una universidad cerca de casa, de su hermana, de todo lo que quiere, habría sido más feliz.
¿Ha habido algún día en el que no haya llorado? Seguramente, no. ¡Pero no se puede rendir!
Vuelve a levantarse. Suspira. Concentración. No es una coreografía fácil de realizar. Encima, practicar a esas horas de la noche no ayuda demasiado. Coge el ritmo y poco a poco se adapta a las nuevas bailarinas que compró ayer, y que hoy mismo a moldeado. Pasos elegantes y casi perfectos, pero cuando se bloquea, nada es fácil. Otra vuelta. Uff. El profesor no pretenderá que baile todo aquello, ¿verdad?
Nada: no está en condiciones de seguir. Imposible. Se lamenta de ser tan poco consistente. Al momento piensa en sus padres, ¿qué pensarían de ella si la vieran así? Jamás, volverá a repetirlo las veces que sean. Aparta los libros del suelo y enciende una pequeña lámpara situada en la mesilla. Suspira de nuevo. Toma aire. Una vuelta, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve... mira su reflejo en el espejo, y aumenta la velocidad. Pero un dolor insoportable en uno de los dedos provoca su caída inmediata. Protesta en voz baja, apenas ha entrenado y ya tiene una lesión, penoso. Quita lentamente la bailarina, desatando cada una de las cintas. Se ha partido una uña. Muestra una mueca de dolor y asco. Se siente culpable y débil. Aunque luego lo seguirá intentando. Trata de convencerse de ello. Además, es casi la hora de cenar, y las clases no empiezan hasta mañana. Pone música, un tema de Simple Plan, “Welcome to my life”, enciende su móvil para ver si encuentra a Eva disponible. Suspira una vez más y se lamenta: su hermana no está conectada.
Era lo lógico. Seguro que está muy liada con los nuevos tratamientos, al parecer su enfermedad avanza más rápido de lo previsto. Sin embargo, tenía esperanzas de dar con ella. ¡Cómo la echa de menos!
El ruido de unas llaves en el pasillo llama la atención de Babi. El pomo de la puerta se gira y alguien abre con ímpetu. Es una chica.
—¡Buona notte, Babi! —exclama la recién llegada entrando en el cuarto.
—Hola, Valen.
—¡Oh! ¡Me encanta esta canción!
Y se pone a bailar de forma exagerada, moviendo las caderas insinuantemente.
—Estás loca —comenta Babi, bajando el volumen del reproductor y contemplando divertida a Valentina.
Por si había alguna duda, ahora ya tiene la excusa perfecta para dejar de ensayar. Su compañera de piso acaba de llegar. Esta se quita el abrigo y la mochila, y los deja encima de su cama. Entre ellas hablan inglés, un inglés a veces salpicado de expresiones australianas e italianas que ayudan a que la conversación sea fresca y fluida.
—¿Qué tal la tarde? ¿Has entrenado algo?
—Poco.
—Muy mal, muy mal...
La chica ni siquiera la mira. Continúa bailoteando. Después se sienta en el sillón que está libre y se descalza. Luego se levanta y guarda sus imponentes botas marrones en el armario.
—Y tú, ¿de dónde vienes?
—De la biblioteca. Pero había mucho ruido allí —responde, haciendo aspavientos con las manos—. Estoy nerviosa. No me da tiempo. ¡No me da tiempo!
Babi sonríe. Le hace gracia la manera de hablar de Valentina. Siempre tan expresiva, tan gesticulante. Tan italiana. —Tranquila. Aún quedan unos días para tus exámenes.
—Ya. Ya lo sé. Pero es mucha tarea. ¡Es mucha! Los profesores no están bien. ¡Todos están locos! —grita, al tiempo que se baja los vaqueros de golpe. Los dobla y también los mete en el armario.
Aquel comportamiento vuelve a sacar otra sonrisa a Babi. No ha conocido nunca a una persona más impulsiva y expresiva que ella. En cierta manera, le recuerda a Eva, en sus buenos tiempos. Valentina, además, es lo más parecido a una amiga que tiene en Inglaterra. A su manera, aquella chica pecosa, de larga melena negra, le ha servido de apoyo en los momentos más complicados. Especialmente, al principio de su llegada a Londres, cuando era a la única persona que entendía. Fue una suerte que le tocara como compañera de piso.
—Yo también tengo que entrenar bastante, mañana empiezan las clases de ballet.
La italiana mueve la cabeza negativamente y se pone un pantalón de pijama de la pantera rosa y unas zapatillas de estar por casa del mismo color. Luego la parte de arriba, que deja sin abrochar. Babi la mira extrañada: ¿es que no piensa bajar a cenar hoy? Pero enseguida obtiene la respuesta. Valentina, abre la mochila y saca un par de sándwiches de su interior.
—Son vegetales —dice, anticipándose a lo que Babi iba a preguntarle.
—No tienen mala pinta.
—No, ¿verdad? —comenta, olisqueando uno de ellos—. Estoy harta de la comida de aquí. A partir de ahora me alimentaré de sándwiches de máquina. Mamma mia! ¡Con lo bien que se come en Italia!
En esto tiene razón. La comida inglesa no le termina de convencer. Y sus horarios tampoco.
—Entonces, ¿no vienes conmigo hoy?
—No —contesta, sentándose delante de su ordenador—. Pero, si puedes, tráeme alguna pieza de fruta, per favore.
—Vale.
Babi se pone de pie y entra en el cuarto de baño para peinarse. Está desganada. No tiene ganas de comer, pero sabe que, si no come algo ahora, luego tendrá hambre.
—¡Ah, me han dado recuerdos para ti! —grita Valentina.
—¿Recuerdos? ¿Quién?
Es extraño, porque no tiene muchos amigos allí. Su adaptación a aquel nuevo país le está costando más de lo que pensaba. Apenas sale de noche. Se limita sobrevivir, tratar de comprender lo que los profesores explican y realizar los ejercicios que le mandan.
—Tu amigo —señala la italiana,
—¿Mi amigo…?
—Sí, ya sabes...
La chica piensa un instante y por fin se da cuenta del tono sarcástico de Valentina.
—¡Ah! ¿Y qué le has dicho?
—Que se fuera a la mierda —contesta Valen, haciendo un gesto con el dedo corazón hacia arriba—. Como decís los australianos, “¡menudo capullo!”.
Babi sonríe, aunque amargamente. La chica sale del cuarto de baño y apaga la música de su ordenador.
—¿De verdad que no bajas a cenar?
—No. Me quedaré hablando con Marco un rato.
—Salúdale de mi parte.
—Bien.
—¿Sigue insistiendo en que seáis novios?
—Sí. Es un pesado. Espero que se dé por vencido de una vez.
—Pero si te sigue gustando…
—Ya. Pero no es posible lo nuestro mientras yo esté aquí.
—Pobrecillo.
—¿Pobre? Nada de pobre. ¡A saber lo que hace él en Italia...! Lo nuestro se acabó. Ya sabes lo que pienso.
Claro que lo sabe. Le ha contado en varias ocasiones que rompieron el mismo día en que ella decidió aceptar la beca en Londres. Y aunque Marco insistió una y otra vez para que se esperaran el uno al otro por lo menos ese año, no logró convencer a su novia. Valentina está en contra de las relaciones a distancia, se lo ha dicho muchas veces.
—Bueno, me marcho a cenar, que si no, no me dejarán nada.
—Okey. Acuérdate de mi pieza de fruta.
—No te preocupes. Te subiré una manzana.
—O un plátano.
—O un plátano —repite sonriente.
—Muchas gracias, Babi.
Las chicas se despiden. Después de coger su teléfono, un paquete de billetes, y las llaves, Babi abandona la habitación sin imaginar que lo que va a acontecer en los días siguientes, complicaría todavía más su estancia en Londres.
Al día siguiente, por la mañana.
Babi camina por las calles de Londres, como siempre, con tiempo suficiente para llegar. Hoy ha madrugado, quizá demasiado pronto, pero mejor prevenir que curar. Valentina seguiría durmiendo, seguramente ni se despierte hasta la hora de comer, y luego se queja de que no tiene tiempo para estudiar.
Ya ha cogido el metro, tres trasbordos, nada menos. La academia de baile está bastante lejos. Cree divisar la entrada, con unas letras bastante voluptuosas de un color blanco marfil. En la puerta se encuentran dos chicos, riéndose y coqueteando mutuamente, Babi no sabe si saludar o simplemente pasar de largo, elige la segunda opción.
Intenta seguir todas las indicaciones, y por fin consigue dar con la gran sala. La cara se la ilumina. Cómo le gusta ese sitio. Va a vivir un sueño, su sueño, por fin. Ve a unas chicas sentadas en una esquina, preparándose, seguramente, para las clases. Da un primer paso y una de las tablas chirria. Perfecto. Las chicas se voltean, y para su agrado, sonríen. Babi saluda con la mano y se acerca a ellas.
-Nunca te había visto por aquí, ¿eres nueva?- pregunta una de las chicas, dándola dos besos. Babi asiente.- Me llamo Ninna.
-Bambi- contesta sonriente.
Bien, parece que son simpáticas, eso a Babi le tranquiliza, Ninna es guapísima, menudos ojazos. A su lado está Dreyri, una chica curiosa, tanto física como psicológicamente, se la ve tímida, quizás esté incómoda.
-Y dime, ¿cuántos años llevas con esto?- pregunta Ninna, mientras practica unos estiramientos.
-Desde los tres años
-Toda una veterana- ríen- pues bienvenida.
Babi sonríe de nuevo y decide cambiarse. La uña le duele, pero no puede permitirse mostrarse débil el primer día, tiene que darlo todo. La gente iba llegando, todos estaban entusiasmados, alegres de volverse a ver un año más. Una chica llama la atención de Babi, entra cantando y haciendo pasos de baile, por un momento le recuerda a Valentina, ¡qué energía!
La música suena, y parece que todos despiertan. Se colocan en las barras de ejercicio, y Babi simplemente les sigue. Entra por la puerta una señora bastante mayor, con un moño bien apretado en su cabeza. ¿la clase empieza ya?
-Bien chicos, colocaros- dice la mujer con un acento francés
Empieza la coreografía, los ejercicios de inicio, Babi intenta seguirlo, no tiene ningún problema.
-Buenos días compañía, mi nombre es Madam LaRousse- empieza a decir- como algunos sabréis, cada año iniciamos la temporada con un nueva producción, bueno, esta vez será diferente- todos siguen practicando al compás de la música.- este año realizaréis una actuación junto a vuestros compañeros de baile moderna, una fusión, para demostrar que todas las danzas son compatibles.
Babi intenta procesarlo, ¿baile moderno? Es como mezclar agua y aceite, esto no va a salir bien. Alguien interrumpe la clase haciendo que todos dejen los ejercicios, se trata de una chica y un chico, van cogidos del brazo y riendo, hasta que se percatan de que acaban de irrumpir.
-Lo siento- dice la chica, intentando guardarse la risa.
-No importa, les estábamos esperando- dice Madam Larousse.
Babi intenta no mirarles demasiado, siente la mirada del chico clavada en ella, y en cuanto gira su cabeza lo afirma. Tiene unos bonitos ojos, y unos brazos y espalda bien tonificados. Entran todos los demás, algunos sonríen y otros muestran una cara no muy agradable.
En ese mismo momento, a unos pocos metros
Harry se ríe con los comentarios de Perrie, qué chica, como le gusta su personalidad. Al entrar en la clase de ballet se siente como un niño en una tienda de golosinas, con la esperanza de poder probarlas todas.
-Conozco esa mirada- le interrumpe Perrie, con media sonrisa.
-¿Qué?
-A ver, ¿quién?- pregunta evidente
Harry señala con los ojos y deja ver a una chica. Largas piernas, cabello castaño, y ojos azules. Parece una pequeña muñequita de porcelana, no es el estilo de Harry, pero es muy guapa.
-Ya...
-¿Ya qué?- pregunta Harry riendo- ¿Crees que no soy capaz?
-No he dicho eso
-¿Quieres apostar Ayleen?
-¿Contigo? No sueñes Styles, te conozco.
-Dame tres días, si consigo acostarme con ella antes del jueves, gano.
-¿Y qué ganas?
-Una noche contigo, nada más.
La chica ríe sarcásticamente, no lo hará, ¿está loco?
-No te dará resultado Harry, jamás pasaría una noche contigo, además, ¿qué gano yo si no lo consigues, eh?
Me desperté gracias a los insistentes gritos de mi madre, me levante con un horrendo dolor de cabeza, al pararme me maree y tuve que volver a sentarme, todo me daba vueltas y sentía unas grandes ganas de vomitar, pero me controle, ya estaba acostumbrada, casi todas las noches me emborrachaba con mis amigos.
Cuando me estabilice un poco más decidí pararme para luego dirigirme al baño. Una vez en el hice lo que tenia que hacer, me duche y me arregle. Me puse una camiseta blanca, que tenia escrito “ Last clean t-shirt”, un pantalón de mezclilla negro, mis converses negras y una chaqueta negra. El cabello me lo deje suelto como siempre y enzima de le me puse un gorro negro.
Al terminar baje las escaleras para dirigirme a la planta baja de la casa, en ella me encontré con mi madre, sentada lista para empezar a desayunar.
Giro su cabeza para encontrarse conmigo, frunció su ceño y me dijo.
—A que hora llegaste anoche?-Me pregunto con su voz firme.
—No lo recuerdo-Mentí si me acordaba.
—Claro, que raro que jamás recuerdas nada. Que yo sepa el alcohol no te hace perder la memoria.-Me regañaba mientras me miraba fijamente.
—Hay mama no empieces, me duele la cabeza y tu solo haces que el dolor empeore-Le dije mientras me tocaba cabeza.
—De acuerdo, pero cuando vuelvas de la escuela quiero que hablemos, tengo algo importante que decirte.-Me dijo mientras bebía un poco de su café.
—Claro como digas.-Le respondí sin darle demasiada importancia.
Terminamos de desayunar en silencio y luego mi madre se ofreció a llevarme yo me negué, pero fue en vano. Cuando llegamos me despedí de ella y me adentre a la escuela.
En la entrada estaban mis amigos fumando, Conor, Alex, Dina y Megan.
Antes de entrar decidí saludarlos.
—Hola-Los salude-Que raro que hallan venido, de seguro lloverá-Los moleste, ellos casi nunca asistían a la escuela.
—Ja, ja que graciosa-Me dijo sarcásticamente Megan.
—Quieres uno?-Me pregunto Conor mientras me enseñaba un cigarro.
—Claro-Le respondí, mientras lo tomaba-Me prestas fuego?-Le pregunte
—Si claro ten-Me dijo mientras me entregaba un encendedor.
Le agradecí y prendí el cigarro.
Luego de haber estado un rato hablando y fumando decidimos entrar a clases. El timbre de entrada había tocado ya hacia como quince minutos, pero nosotros decidimos esperar un poco más.
La primera la clase que tenía me tocaba con Dina y Alex. Entramos al salón y la profesora nos dedico una mirada de reproche y de enojo épica. Nosotros solo reímos ante su expresión.
Me senté junto a Dina en el ante ultimo banco.
Durante toda la clase Dina y yo no paramos de hablar y Alex que estaba sentado detrás de nosotras también se unía a nuestras charlas y reía junto a nosotras.
Cuando toco el timbre los tres salimos en busca de Conor y Megan. Los encontramos en el patio de la escuela. Estaban detrás de un árbol hablando. Al estar junto a ellos Conor abrió su mochila y de ella saco una botella de cerveza. Yo junto a Dina, Megan y Alex lo miramos con una sonrisa en el rostro. No esperamos mucho y abrimos la botella, en menos de diez minutos los cinco ya estábamos completamente borrachos, hablábamos incoherencias y nos reíamos de todo. Cuando la botella se vacío por completo Megan la agarro y la fue a tirar a n tacho de basura, sin que nadie la viera.
Cuando toco el timbre de regreso a clases me dirigí con Alex a Biología, detesto esa clase y Alex también. Ambos estábamos borrachos, pero hicimos nuestro mejor intento para parecer que estábamos sobrios.
El profesor de Biología llego y empezó a dar su clase, Alex y yo estábamos haciendo todo lo posible para no reírnos de algunas cosas que decía el profesor.
Luego de unos minutos ya no nos aguantamos la risa y nos empezamos a reír, el profesor nos miro, frunció su seño y nos grito.
—Travison, Riff, cierren la boca, o ambos irán a ver a la directora.-Nos amenazo, nosotros solo nos reímos mas fuerte y eso causo que el profesor explotara.-Suficiente, ambos se levantan y se van a hablar con la directora, ¡Ahora!-Sentencio mientras señalaba la puerta con su dedo índice.
Al levantarme me maree y empecé a reírme al igual que Alex.
Al llegar a la dirección nos encontramos con los chicos, ellos estaban igual que nosotros y seguramente por los mismo motivos, que nosotros dos.
Nos sentamos en las sillas que estaban frente al escritorio de la directora esperando a que ella empezara su “discurso”. Luego de unos aproximadamente tres minutos de absoluto silencio la directora decidió hablar.
—No me sorprende para nada que ustedes cinco estén aquí, ya me acostumbre.-Nos dijo mientras reía falsamente.-Chicos ya no se que hacer con ustedes.-Decía mientras se dejaba caer pesadamente en su silla.
—Pues ¿Por que no nos a expulsado?-Pregunto Dina levantando una de sus cejas. Yo también me preguntaba eso si estaba tan cansada de nosotros porque no nos a expulsado aun?
—Bueno es porque tengo una idea mejor-Respondió con una sonrisa cínica
—¿Qué idea?-Preguntamos los cinco al unísono.
—Bueno estuve hablando con sus padres al respecto de esto-Dijo mientras sacaba unos papeles de un cajón y los ponía sobre el escritorio-Tomen una hoja cada uno y lea lo que dice.-Nos ordeno.
Agarramos cada uno una hoja y la leímos.
—Felicidades ha sido aceptada su solicitud de entrada en el campamento Country life-Leyó lo que decía en su papel Megan.-¿Que es esto?-Pregunto extrañada Megan
—Megan por lo que acabas de leer supongo has sido aceptada para entrar al campamento de verano Country Life, felicidades-Le respondió la directora con una sonrisa de malicia en su cara.-Ahora lee lo que dice en tu hoja por favor Conor-Le pidio la directora a m amigo Conor.
—Bien, dice. Felicidades ah sido aceptada su solicitud de ingreso a nuestro campamento de verano Learn to live healthily-Termino de leer Conor con su entrecejo fruncido.
—De acuerdo, tu iras al campamento Learn to live healthily, muchas felicidades-Le dijo la directora.
Les izo hacer lo mismo a Dina y a Alex. Dina por lo visto iría al campamento Pink Blue, que es solo para mujeres, pobrecita Dina. Alex iría al campamento Not bad, if good. Ya solo faltaba yo.
—Bien ya solo faltas tu, a ver a cual te toca ir a ti-Me dijo la directora.-Solo di el nombre del campamento que te toco.-Me ordeno,
—Bien, dice, Honey love-Le dije a la directora.
Luego de a ver descubierto que nuestras madres habían arreglado con la directora enviarnos, a los cinco por separado, a unos campamentos completamente alejados de la ciudad por todo el verano. Estábamos muy enojados. La directora nos dijo que esto pasaba porque durante todo el año solo habíamos ocasionado problemas. Habíamos hecho que tres profesores renunciaran, habíamos prendido fuego una vez el baño de la escuela, hacíamos lo que queríamos cuando queríamos y eso estaba mal, sin contar que fuera de la escuela éramos así o peor. Lo peor de todo es que si no asistíamos a los dichosos campamentos nos expulsarían de la escuela y nos mandarían a un internado y eso no es bueno.
Nos dijeron que podíamos irnos a nuestros hogares que no tenía sentido quedarnos.
Al llegar a mi casa me encontré con mi madre sentada en el sillón mirando televisión.
—Supongo que ya lo sabes ¿No?-Me pregunto mi madre, era obvio que si sabia.
—Pues si! ¿Como se te ocurre inscribirme en un campamento!? Estas Loca o que!?-Le gritaba mientras hacia señas con mis manos.
—No me grites-Me pidió calmadamente-Tenia que hacerlo, ya no te puedo controlar!-Decía mi madre mientras se paraba al frente mío.-Te amo y me duele ver como sales con tus amigos a emborracharte y vuelves a las 3 o 4 de la madrugada, en la escuela haces lo que quieres y eso no esta bien. ¡Estas arruinando tu futuro!-Me reprochaba mi madre.-Te guste o no iras a ese campamento, mañana pasar un autobús a recogerte a las 8.am, te quiero despierta y preparada para entonces.-Me dijo mientras avanzaba a la cocina.-Ah y no saldrás hoy, tampoco tomaras nada de alcohol-Me prohibió-Descubrí tus botellas de cerveza escondidas en el armario.-Me informo.
Yo no dije nada mas solo me dispuse a subir las escaleras con destino a mi habitación, una vez en ella prepare todo para el día siguiente y me recosté en mi cama, boca abajo, tome aire y luego grite. Estaba muy molesta y estresada, porque no podía hacer nada para evitar ir a ese campamento.
+Nombres Originales: Nico Mirallegro | Charlotte Mirallegro | Emma Locker. +Representantes: nico mirallegro, harper beckham & freya mavor. +Escrito:
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Capítulo 1 No había peor cosa que comenzar el colegio. ¿O tal vez si? Sí, la había, y era volver a ver a todos los idiotas que me ignoraban o humillaban o que, simplemente, se reían de mí por ser tan solitaria. Mas, para mi suerte, este era el último año en el que vería las caras de todos aquellos ineptos que me hacían la vida imposible constantemente. Mas, para mi suerte, el año que viene me iría a Inglaterra a estudiar a la mejor universidad de artes escénicas de todo el mundo, posiblemente. Me cambie rápidamente y luego me maquille un poco. A diferencia de todas las chicas del Cramer Creek High School, posiblemente yo era la más sencilla de todas: base para tapar los pocitos o granitos, mascara de pestañas —no tanto— y un poco de brillo de labios, ¿quién necesitaba más? Yo no, así era feliz. Me miré en el espejo de cuerpo completo por última vez, y luego me dirigí a la cocina donde tome un poco de café y salí por la puerta de entrada. Lo mejor de vivir cerca del infierno era que no tenía que caminar muchas cuadras o pedirle a alguien que me llevara. Lo malo era saber que era la única en todo el instituto que no tenía un auto o una moto, ¿patético? Totalmente. Era como una tortuga. Me tomaba mi tiempo para caminar y observar todo lo que había a mi alrededor, era muy observadora. En realidad no escuchaba nada, estaba tan metida en mi mundo que no escuche los bocinazos de un Audi detrás de mí. Finn Anderson, como no. —Hey, mugrosa. —Apuré el paso, la tortura comenzaba antes de tiempo, ¿por qué a mí? —. No corras, cariño. Puede ser que sea la primera vez en el año que caminaba tan rápido. En menos de cinco minutos me encontraba entrando por las puertas de la institución y dirigiéndome a la sala de actos, donde se realizaba el acto de comienzo de año y la directora comunicaba las normas y bla, bla, bla. Tome asiento en una de las sillas de plástico delante de todo, como siempre. Nada había cambiado en aquel salón. Las ventanas seguían siendo igual de altas y horribles, las paredes seguían de ese horrible alba de hace años, el suelo tenía aún mugre y polvo del año pasado. El escenario llevaba aún las guirnaldas de la fiesta de finalización de clases, ¿acaso nadie se preocupaba por como lucía todo aquel lugar? Obviamente que no. El salón de actos se fue llenando poco a poco, y veinte minutos después todos los alumnos estaban sentados y charlando con sus amigos o con el que tenían al lado. Yo estaba en silencio, no tenía amigos. Era la excluida. Se escuchó como alguien golpeaba un micrófono y algunas chicas gritaron tapándose los oídos, puse los ojos en blanco. La directora estaba de pie, arriba del escenario, con su típico uniforme de soy-una-vieja-con-mal-gusto-para-la-ropa y con un peinado que parecía de los años 80. Volvió a golpear el micrófono y el silencio inundo la sala. —Buenas mañanas mis queridos alumnos —comenzó a decir—. Bienvenidos a un nuevo año lleno de emociones y trabajo duro. La mayoría de las cosas que la Sra. Garrett decía no las escuche. En realidad, todo lo que escuchaba eran bla, bla, bla. Normas del colegio y el uniforme. Bla, bla, bla, bla. Todo lo típico, sin embargo, algo había cambiado. —Por favor, todos los del último año presten atención. —Levante la cabeza, esperando lo que iba a anunciar—. Este año hemos preparado, con el consejo estudiantil y la aprobación de todos los padres, un proyecto que los meterá de lleno en la vida adulta. —¿Todos los padres? ¿Qué demonios estaba diciendo?—. El proyecto es llamado “Proyecto Padres” y consiste en emparejar a dos personas del último curso, totalmente al azar, con la que tendrán que convivir hasta mitad de año. —Los abucheos comenzaron, gritos de horror y algunas chicas que lloraban. Yo estaba con los ojos como platos y la boca entreabierta, ¿qué trataba de decir con “convivir”?—. ¡Por favor, silencio! —Gritó, todos se callaron—. Los gastos de la vivienda donde convivirán con su pareja será pagada en su totalidad por la institución. Mas, esto no termina aquí. —Tomo aire y saco unas hojas—. Se les asignara, a cada pareja, una cantidad de niños de los que deberán cuidar hasta noviembre. —Los gritos comenzaron nuevamente, nadie parecía feliz por el proyecto. Y nadie era nadie—. El máximo de niños es de cinco, el mínimo de dos. —Estaba estupefacta, helada por lo que la Sra. Garrett decía—. Sobre las parejas: nadie puede cambiar de pareja. Es obligatorio convivir con esa persona y, nos ocuparemos, de saber si alguno no está en su casa o apartamento asignado. —Volvió a tomar aire—. Los apartamentos o casas tienen cámaras con lo que se podrá ver todo lo que las parejas hacen, desde como cuidan a sus “hijos” a ver cómo se llevan y conviven. De todas formas, se les dará un manual en donde están todas las normas de este proyecto. —Se rasco la frente, el silencio que había en el salón era sepulcral, todo el mundo estaba con la boca abierta o llorando en silencio—. En su primera clase del día sus profesores les dirán las personas con las que fueron asignadas. ¡Disfruten el año y diviértanse! Todo el mundo se dirigió a la puerta del salón para salir de allí. Rápidamente el lugar quedo vacío, a excepción de los profesores que hablaban animadamente. Ya me encontraba en el pasillo cuando, de repente, sentí que alguien me golpeaba el hombro. Me gire instintivamente y mire a Emma Stevenson parada junto a su “hermoso” novio, Finn Anderson. —¿La mugrosa con quien será emparejada? —Dijo Emma, mirando a su novio y luego a mí. —Con alguien mugroso, seguramente. —Contestó Finn. Ambos comenzaron a reír. Puse los ojos en blanco y seguí caminando. No solo tenía que aguantar eso en los pasillos o en la cafetería, sino que debía hacerlo en todas las clases y, también, por toda la ciudad. Todo el año. Era un sufrimiento. Llegué al salón de ciencias y me encontré con que la mayoría de las personas ya estaban allí. Me dirigí al fondo y me senté en la esquina, en el banco de siempre. El banco de “Sophie la mugrienta”. El maestro entro por la puerta y dejo sus cosas encima del escritorio. Luego sonrió y se sentó. —Buenos días a todos —dijo, alegremente—. Como saben, el Proyecto Padres llego al Cramer Creek High School. —Rodee los ojos, posiblemente no fui la única. El profesor tenía una sonrisa de oreja a oreja—. Ahora, antes de decirles sus parejas, les entregaré el manual que todos —énfasis en la palabra todos— tendrán que leer. De una caja marrón saco copias de un manual. Comenzó a entregarle una copia a todos los presentes. En la portada se podía leer “PROYECTO PADRES: TODO LO QUE TENES QUE SABER”. Me pareció un nombre patético pero por la suerte de todos, el manual no era tan grande. Luego, el profesor volvió a su escritorio y tomo asiento nuevamente. —Ahora sí, comencemos con las parejas. —Saco una hoja de un portafolio y comenzó a leer los nombres. Lindsay Connor con Mason Scott. Bla, bla, bla. Emma Stevenson con Gabe Hamilton. Bla, bla, bla. Más bla, bla bla. Y, por último… —Sophie Evans…—dijo, y luego se tomo un largo tiempo para decir mi pareja—… con Finn Anderson. Mis ojos se abrieron como platos. Los de Finn también. Emma casi se cae de su silla. Giré la cabeza para mirar a Finn y fue imposible no sonreír y detener las palabras que iban a salir de mi boca. —Veo que el mugroso eres tú —dije, sonriendo cínicamente. Aunque por dentro todo aquello no me gustaba para nada.
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
Nombres: Abby Nielsen | Darcy Styles | Harry Styles Representantes: Barbara Palvin | Baby Miranda Kerr | Harry Styles.
Escrito:
No se concentra. Llegan las clases y le es imposible ensayar. ¿Qué puede hacer? Babi resopla. No le queda otra solución que tener paciencia y tranquilizarse. Más le vale, porque, si no, fallará en todo y no es la mejor manera de iniciar su experiencia en la academia de baile. Con lo que le costó conseguir esa beca y el esfuerzo que le está suponiendo estar allí, alejada de su familia, de sus amigos y de su pequeña Eva. ¡Ella tiene la culpa de que no se concentre!
Si estuviera con ella todo resultaría más sencillo. La echa de menos a todas horas. Es duro estar alejada de la persona a la que amas, y más cuando ésta sufre una enfermedad bastante complicada. Tal vez no debería de haber aceptado marcharse a Inglaterra. Seguramente, en una universidad cerca de casa, de su hermana, de todo lo que quiere, habría sido más feliz.
¿Ha habido algún día en el que no haya llorado? Seguramente, no. ¡Pero no se puede rendir!
Vuelve a levantarse. Suspira. Concentración. No es una coreografía fácil de realizar. Encima, practicar a esas horas de la noche no ayuda demasiado. Coge el ritmo y poco a poco se adapta a las nuevas bailarinas que compró ayer, y que hoy mismo a moldeado. Pasos elegantes y casi perfectos, pero cuando se bloquea, nada es fácil. Otra vuelta. Uff. El profesor no pretenderá que baile todo aquello, ¿verdad?
Nada: no está en condiciones de seguir. Imposible. Se lamenta de ser tan poco consistente. Al momento piensa en sus padres, ¿qué pensarían de ella si la vieran así? Jamás, volverá a repetirlo las veces que sean. Aparta los libros del suelo y enciende una pequeña lámpara situada en la mesilla. Suspira de nuevo. Toma aire. Una vuelta, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve... mira su reflejo en el espejo, y aumenta la velocidad. Pero un dolor insoportable en uno de los dedos provoca su caída inmediata. Protesta en voz baja, apenas ha entrenado y ya tiene una lesión, penoso. Quita lentamente la bailarina, desatando cada una de las cintas. Se ha partido una uña. Muestra una mueca de dolor y asco. Se siente culpable y débil. Aunque luego lo seguirá intentando. Trata de convencerse de ello. Además, es casi la hora de cenar, y las clases no empiezan hasta mañana. Pone música, un tema de Simple Plan, “Welcome to my life”, enciende su móvil para ver si encuentra a Eva disponible. Suspira una vez más y se lamenta: su hermana no está conectada.
Era lo lógico. Seguro que está muy liada con los nuevos tratamientos, al parecer su enfermedad avanza más rápido de lo previsto. Sin embargo, tenía esperanzas de dar con ella. ¡Cómo la echa de menos!
El ruido de unas llaves en el pasillo llama la atención de Babi. El pomo de la puerta se gira y alguien abre con ímpetu. Es una chica.
—¡Buona notte, Babi! —exclama la recién llegada entrando en el cuarto.
—Hola, Valen.
—¡Oh! ¡Me encanta esta canción!
Y se pone a bailar de forma exagerada, moviendo las caderas insinuantemente.
—Estás loca —comenta Babi, bajando el volumen del reproductor y contemplando divertida a Valentina.
Por si había alguna duda, ahora ya tiene la excusa perfecta para dejar de ensayar. Su compañera de piso acaba de llegar. Esta se quita el abrigo y la mochila, y los deja encima de su cama. Entre ellas hablan inglés, un inglés a veces salpicado de expresiones australianas e italianas que ayudan a que la conversación sea fresca y fluida.
—¿Qué tal la tarde? ¿Has entrenado algo?
—Poco.
—Muy mal, muy mal...
La chica ni siquiera la mira. Continúa bailoteando. Después se sienta en el sillón que está libre y se descalza. Luego se levanta y guarda sus imponentes botas marrones en el armario.
—Y tú, ¿de dónde vienes?
—De la biblioteca. Pero había mucho ruido allí —responde, haciendo aspavientos con las manos—. Estoy nerviosa. No me da tiempo. ¡No me da tiempo!
Babi sonríe. Le hace gracia la manera de hablar de Valentina. Siempre tan expresiva, tan gesticulante. Tan italiana. —Tranquila. Aún quedan unos días para tus exámenes.
—Ya. Ya lo sé. Pero es mucha tarea. ¡Es mucha! Los profesores no están bien. ¡Todos están locos! —grita, al tiempo que se baja los vaqueros de golpe. Los dobla y también los mete en el armario.
Aquel comportamiento vuelve a sacar otra sonrisa a Babi. No ha conocido nunca a una persona más impulsiva y expresiva que ella. En cierta manera, le recuerda a Eva, en sus buenos tiempos. Valentina, además, es lo más parecido a una amiga que tiene en Inglaterra. A su manera, aquella chica pecosa, de larga melena negra, le ha servido de apoyo en los momentos más complicados. Especialmente, al principio de su llegada a Londres, cuando era a la única persona que entendía. Fue una suerte que le tocara como compañera de piso.
—Yo también tengo que entrenar bastante, mañana empiezan las clases de ballet.
La italiana mueve la cabeza negativamente y se pone un pantalón de pijama de la pantera rosa y unas zapatillas de estar por casa del mismo color. Luego la parte de arriba, que deja sin abrochar. Babi la mira extrañada: ¿es que no piensa bajar a cenar hoy? Pero enseguida obtiene la respuesta. Valentina, abre la mochila y saca un par de sándwiches de su interior.
—Son vegetales —dice, anticipándose a lo que Babi iba a preguntarle.
—No tienen mala pinta.
—No, ¿verdad? —comenta, olisqueando uno de ellos—. Estoy harta de la comida de aquí. A partir de ahora me alimentaré de sándwiches de máquina. Mamma mia! ¡Con lo bien que se come en Italia!
En esto tiene razón. La comida inglesa no le termina de convencer. Y sus horarios tampoco.
—Entonces, ¿no vienes conmigo hoy?
—No —contesta, sentándose delante de su ordenador—. Pero, si puedes, tráeme alguna pieza de fruta, per favore.
—Vale.
Babi se pone de pie y entra en el cuarto de baño para peinarse. Está desganada. No tiene ganas de comer, pero sabe que, si no come algo ahora, luego tendrá hambre.
—¡Ah, me han dado recuerdos para ti! —grita Valentina.
—¿Recuerdos? ¿Quién?
Es extraño, porque no tiene muchos amigos allí. Su adaptación a aquel nuevo país le está costando más de lo que pensaba. Apenas sale de noche. Se limita sobrevivir, tratar de comprender lo que los profesores explican y realizar los ejercicios que le mandan.
—Tu amigo —señala la italiana,
—¿Mi amigo…?
—Sí, ya sabes...
La chica piensa un instante y por fin se da cuenta del tono sarcástico de Valentina.
—¡Ah! ¿Y qué le has dicho?
—Que se fuera a la mierda —contesta Valen, haciendo un gesto con el dedo corazón hacia arriba—. Como decís los australianos, “¡menudo capullo!”.
Babi sonríe, aunque amargamente. La chica sale del cuarto de baño y apaga la música de su ordenador.
—¿De verdad que no bajas a cenar?
—No. Me quedaré hablando con Marco un rato.
—Salúdale de mi parte.
—Bien.
—¿Sigue insistiendo en que seáis novios?
—Sí. Es un pesado. Espero que se dé por vencido de una vez.
—Pero si te sigue gustando…
—Ya. Pero no es posible lo nuestro mientras yo esté aquí.
—Pobrecillo.
—¿Pobre? Nada de pobre. ¡A saber lo que hace él en Italia...! Lo nuestro se acabó. Ya sabes lo que pienso.
Claro que lo sabe. Le ha contado en varias ocasiones que rompieron el mismo día en que ella decidió aceptar la beca en Londres. Y aunque Marco insistió una y otra vez para que se esperaran el uno al otro por lo menos ese año, no logró convencer a su novia. Valentina está en contra de las relaciones a distancia, se lo ha dicho muchas veces.
—Bueno, me marcho a cenar, que si no, no me dejarán nada.
—Okey. Acuérdate de mi pieza de fruta.
—No te preocupes. Te subiré una manzana.
—O un plátano.
—O un plátano —repite sonriente.
—Muchas gracias, Babi.
Las chicas se despiden. Después de coger su teléfono, un paquete de billetes, y las llaves, Babi abandona la habitación sin imaginar que lo que va a acontecer en los días siguientes, complicaría todavía más su estancia en Londres.
Al día siguiente, por la mañana.
Babi camina por las calles de Londres, como siempre, con tiempo suficiente para llegar. Hoy ha madrugado, quizá demasiado pronto, pero mejor prevenir que curar. Valentina seguiría durmiendo, seguramente ni se despierte hasta la hora de comer, y luego se queja de que no tiene tiempo para estudiar.
Ya ha cogido el metro, tres trasbordos, nada menos. La academia de baile está bastante lejos. Cree divisar la entrada, con unas letras bastante voluptuosas de un color blanco marfil. En la puerta se encuentran dos chicos, riéndose y coqueteando mutuamente, Babi no sabe si saludar o simplemente pasar de largo, elige la segunda opción.
Intenta seguir todas las indicaciones, y por fin consigue dar con la gran sala. La cara se la ilumina. Cómo le gusta ese sitio. Va a vivir un sueño, su sueño, por fin. Ve a unas chicas sentadas en una esquina, preparándose, seguramente, para las clases. Da un primer paso y una de las tablas chirria. Perfecto. Las chicas se voltean, y para su agrado, sonríen. Babi saluda con la mano y se acerca a ellas.
-Nunca te había visto por aquí, ¿eres nueva?- pregunta una de las chicas, dándola dos besos. Babi asiente.- Me llamo Ninna.
-Bambi- contesta sonriente.
Bien, parece que son simpáticas, eso a Babi le tranquiliza, Ninna es guapísima, menudos ojazos. A su lado está Dreyri, una chica curiosa, tanto física como psicológicamente, se la ve tímida, quizás esté incómoda.
-Y dime, ¿cuántos años llevas con esto?- pregunta Ninna, mientras practica unos estiramientos.
-Desde los tres años
-Toda una veterana- ríen- pues bienvenida.
Babi sonríe de nuevo y decide cambiarse. La uña le duele, pero no puede permitirse mostrarse débil el primer día, tiene que darlo todo. La gente iba llegando, todos estaban entusiasmados, alegres de volverse a ver un año más. Una chica llama la atención de Babi, entra cantando y haciendo pasos de baile, por un momento le recuerda a Valentina, ¡qué energía!
La música suena, y parece que todos despiertan. Se colocan en las barras de ejercicio, y Babi simplemente les sigue. Entra por la puerta una señora bastante mayor, con un moño bien apretado en su cabeza. ¿la clase empieza ya?
-Bien chicos, colocaros- dice la mujer con un acento francés
Empieza la coreografía, los ejercicios de inicio, Babi intenta seguirlo, no tiene ningún problema.
-Buenos días compañía, mi nombre es Madam LaRousse- empieza a decir- como algunos sabréis, cada año iniciamos la temporada con un nueva producción, bueno, esta vez será diferente- todos siguen practicando al compás de la música.- este año realizaréis una actuación junto a vuestros compañeros de baile moderna, una fusión, para demostrar que todas las danzas son compatibles.
Babi intenta procesarlo, ¿baile moderno? Es como mezclar agua y aceite, esto no va a salir bien. Alguien interrumpe la clase haciendo que todos dejen los ejercicios, se trata de una chica y un chico, van cogidos del brazo y riendo, hasta que se percatan de que acaban de irrumpir.
-Lo siento- dice la chica, intentando guardarse la risa.
-No importa, les estábamos esperando- dice Madam Larousse.
Babi intenta no mirarles demasiado, siente la mirada del chico clavada en ella, y en cuanto gira su cabeza lo afirma. Tiene unos bonitos ojos, y unos brazos y espalda bien tonificados. Entran todos los demás, algunos sonríen y otros muestran una cara no muy agradable.
En ese mismo momento, a unos pocos metros
Harry se ríe con los comentarios de Perrie, qué chica, como le gusta su personalidad. Al entrar en la clase de ballet se siente como un niño en una tienda de golosinas, con la esperanza de poder probarlas todas.
-Conozco esa mirada- le interrumpe Perrie, con media sonrisa.
-¿Qué?
-A ver, ¿quién?- pregunta evidente
Harry señala con los ojos y deja ver a una chica. Largas piernas, cabello castaño, y ojos azules. Parece una pequeña muñequita de porcelana, no es el estilo de Harry, pero es muy guapa.
-Ya...
-¿Ya qué?- pregunta Harry riendo- ¿Crees que no soy capaz?
-No he dicho eso
-¿Quieres apostar Ayleen?
-¿Contigo? No sueñes Styles, te conozco.
-Dame tres días, si consigo acostarme con ella antes del jueves, gano.
-¿Y qué ganas?
-Una noche contigo, nada más.
La chica ríe sarcásticamente, no lo hará, ¿está loco?
-No te dará resultado Harry, jamás pasaría una noche contigo, además, ¿qué gano yo si no lo consigues, eh?
Me desperté gracias a los insistentes gritos de mi madre, me levante con un horrendo dolor de cabeza, al pararme me maree y tuve que volver a sentarme, todo me daba vueltas y sentía unas grandes ganas de vomitar, pero me controle, ya estaba acostumbrada, casi todas las noches me emborrachaba con mis amigos.
Cuando me estabilice un poco más decidí pararme para luego dirigirme al baño. Una vez en el hice lo que tenia que hacer, me duche y me arregle. Me puse una camiseta blanca, que tenia escrito “ Last clean t-shirt”, un pantalón de mezclilla negro, mis converses negras y una chaqueta negra. El cabello me lo deje suelto como siempre y enzima de le me puse un gorro negro.
Al terminar baje las escaleras para dirigirme a la planta baja de la casa, en ella me encontré con mi madre, sentada lista para empezar a desayunar.
Giro su cabeza para encontrarse conmigo, frunció su ceño y me dijo.
—A que hora llegaste anoche?-Me pregunto con su voz firme.
—No lo recuerdo-Mentí si me acordaba.
—Claro, que raro que jamás recuerdas nada. Que yo sepa el alcohol no te hace perder la memoria.-Me regañaba mientras me miraba fijamente.
—Hay mama no empieces, me duele la cabeza y tu solo haces que el dolor empeore-Le dije mientras me tocaba cabeza.
—De acuerdo, pero cuando vuelvas de la escuela quiero que hablemos, tengo algo importante que decirte.-Me dijo mientras bebía un poco de su café.
—Claro como digas.-Le respondí sin darle demasiada importancia.
Terminamos de desayunar en silencio y luego mi madre se ofreció a llevarme yo me negué, pero fue en vano. Cuando llegamos me despedí de ella y me adentre a la escuela.
En la entrada estaban mis amigos fumando, Conor, Alex, Dina y Megan.
Antes de entrar decidí saludarlos.
—Hola-Los salude-Que raro que hallan venido, de seguro lloverá-Los moleste, ellos casi nunca asistían a la escuela.
—Ja, ja que graciosa-Me dijo sarcásticamente Megan.
—Quieres uno?-Me pregunto Conor mientras me enseñaba un cigarro.
—Claro-Le respondí, mientras lo tomaba-Me prestas fuego?-Le pregunte
—Si claro ten-Me dijo mientras me entregaba un encendedor.
Le agradecí y prendí el cigarro.
Luego de haber estado un rato hablando y fumando decidimos entrar a clases. El timbre de entrada había tocado ya hacia como quince minutos, pero nosotros decidimos esperar un poco más.
La primera la clase que tenía me tocaba con Dina y Alex. Entramos al salón y la profesora nos dedico una mirada de reproche y de enojo épica. Nosotros solo reímos ante su expresión.
Me senté junto a Dina en el ante ultimo banco.
Durante toda la clase Dina y yo no paramos de hablar y Alex que estaba sentado detrás de nosotras también se unía a nuestras charlas y reía junto a nosotras.
Cuando toco el timbre los tres salimos en busca de Conor y Megan. Los encontramos en el patio de la escuela. Estaban detrás de un árbol hablando. Al estar junto a ellos Conor abrió su mochila y de ella saco una botella de cerveza. Yo junto a Dina, Megan y Alex lo miramos con una sonrisa en el rostro. No esperamos mucho y abrimos la botella, en menos de diez minutos los cinco ya estábamos completamente borrachos, hablábamos incoherencias y nos reíamos de todo. Cuando la botella se vacío por completo Megan la agarro y la fue a tirar a n tacho de basura, sin que nadie la viera.
Cuando toco el timbre de regreso a clases me dirigí con Alex a Biología, detesto esa clase y Alex también. Ambos estábamos borrachos, pero hicimos nuestro mejor intento para parecer que estábamos sobrios.
El profesor de Biología llego y empezó a dar su clase, Alex y yo estábamos haciendo todo lo posible para no reírnos de algunas cosas que decía el profesor.
Luego de unos minutos ya no nos aguantamos la risa y nos empezamos a reír, el profesor nos miro, frunció su seño y nos grito.
—Travison, Riff, cierren la boca, o ambos irán a ver a la directora.-Nos amenazo, nosotros solo nos reímos mas fuerte y eso causo que el profesor explotara.-Suficiente, ambos se levantan y se van a hablar con la directora, ¡Ahora!-Sentencio mientras señalaba la puerta con su dedo índice.
Al levantarme me maree y empecé a reírme al igual que Alex.
Al llegar a la dirección nos encontramos con los chicos, ellos estaban igual que nosotros y seguramente por los mismo motivos, que nosotros dos.
Nos sentamos en las sillas que estaban frente al escritorio de la directora esperando a que ella empezara su “discurso”. Luego de unos aproximadamente tres minutos de absoluto silencio la directora decidió hablar.
—No me sorprende para nada que ustedes cinco estén aquí, ya me acostumbre.-Nos dijo mientras reía falsamente.-Chicos ya no se que hacer con ustedes.-Decía mientras se dejaba caer pesadamente en su silla.
—Pues ¿Por que no nos a expulsado?-Pregunto Dina levantando una de sus cejas. Yo también me preguntaba eso si estaba tan cansada de nosotros porque no nos a expulsado aun?
—Bueno es porque tengo una idea mejor-Respondió con una sonrisa cínica
—¿Qué idea?-Preguntamos los cinco al unísono.
—Bueno estuve hablando con sus padres al respecto de esto-Dijo mientras sacaba unos papeles de un cajón y los ponía sobre el escritorio-Tomen una hoja cada uno y lea lo que dice.-Nos ordeno.
Agarramos cada uno una hoja y la leímos.
—Felicidades ha sido aceptada su solicitud de entrada en el campamento Country life-Leyó lo que decía en su papel Megan.-¿Que es esto?-Pregunto extrañada Megan
—Megan por lo que acabas de leer supongo has sido aceptada para entrar al campamento de verano Country Life, felicidades-Le respondió la directora con una sonrisa de malicia en su cara.-Ahora lee lo que dice en tu hoja por favor Conor-Le pidio la directora a m amigo Conor.
—Bien, dice. Felicidades ah sido aceptada su solicitud de ingreso a nuestro campamento de verano Learn to live healthily-Termino de leer Conor con su entrecejo fruncido.
—De acuerdo, tu iras al campamento Learn to live healthily, muchas felicidades-Le dijo la directora.
Les izo hacer lo mismo a Dina y a Alex. Dina por lo visto iría al campamento Pink Blue, que es solo para mujeres, pobrecita Dina. Alex iría al campamento Not bad, if good. Ya solo faltaba yo.
—Bien ya solo faltas tu, a ver a cual te toca ir a ti-Me dijo la directora.-Solo di el nombre del campamento que te toco.-Me ordeno,
—Bien, dice, Honey love-Le dije a la directora.
Luego de a ver descubierto que nuestras madres habían arreglado con la directora enviarnos, a los cinco por separado, a unos campamentos completamente alejados de la ciudad por todo el verano. Estábamos muy enojados. La directora nos dijo que esto pasaba porque durante todo el año solo habíamos ocasionado problemas. Habíamos hecho que tres profesores renunciaran, habíamos prendido fuego una vez el baño de la escuela, hacíamos lo que queríamos cuando queríamos y eso estaba mal, sin contar que fuera de la escuela éramos así o peor. Lo peor de todo es que si no asistíamos a los dichosos campamentos nos expulsarían de la escuela y nos mandarían a un internado y eso no es bueno.
Nos dijeron que podíamos irnos a nuestros hogares que no tenía sentido quedarnos.
Al llegar a mi casa me encontré con mi madre sentada en el sillón mirando televisión.
—Supongo que ya lo sabes ¿No?-Me pregunto mi madre, era obvio que si sabia.
—Pues si! ¿Como se te ocurre inscribirme en un campamento!? Estas Loca o que!?-Le gritaba mientras hacia señas con mis manos.
—No me grites-Me pidió calmadamente-Tenia que hacerlo, ya no te puedo controlar!-Decía mi madre mientras se paraba al frente mío.-Te amo y me duele ver como sales con tus amigos a emborracharte y vuelves a las 3 o 4 de la madrugada, en la escuela haces lo que quieres y eso no esta bien. ¡Estas arruinando tu futuro!-Me reprochaba mi madre.-Te guste o no iras a ese campamento, mañana pasar un autobús a recogerte a las 8.am, te quiero despierta y preparada para entonces.-Me dijo mientras avanzaba a la cocina.-Ah y no saldrás hoy, tampoco tomaras nada de alcohol-Me prohibió-Descubrí tus botellas de cerveza escondidas en el armario.-Me informo.
Yo no dije nada mas solo me dispuse a subir las escaleras con destino a mi habitación, una vez en ella prepare todo para el día siguiente y me recosté en mi cama, boca abajo, tome aire y luego grite. Estaba muy molesta y estresada, porque no podía hacer nada para evitar ir a ese campamento.
+Nombres Originales: Nico Mirallegro | Charlotte Mirallegro | Emma Locker. +Representantes: nico mirallegro, harper beckham & freya mavor. +Escrito:
abre:
Capítulo 1 No había peor cosa que comenzar el colegio. ¿O tal vez si? Sí, la había, y era volver a ver a todos los idiotas que me ignoraban o humillaban o que, simplemente, se reían de mí por ser tan solitaria. Mas, para mi suerte, este era el último año en el que vería las caras de todos aquellos ineptos que me hacían la vida imposible constantemente. Mas, para mi suerte, el año que viene me iría a Inglaterra a estudiar a la mejor universidad de artes escénicas de todo el mundo, posiblemente. Me cambie rápidamente y luego me maquille un poco. A diferencia de todas las chicas del Cramer Creek High School, posiblemente yo era la más sencilla de todas: base para tapar los pocitos o granitos, mascara de pestañas —no tanto— y un poco de brillo de labios, ¿quién necesitaba más? Yo no, así era feliz. Me miré en el espejo de cuerpo completo por última vez, y luego me dirigí a la cocina donde tome un poco de café y salí por la puerta de entrada. Lo mejor de vivir cerca del infierno era que no tenía que caminar muchas cuadras o pedirle a alguien que me llevara. Lo malo era saber que era la única en todo el instituto que no tenía un auto o una moto, ¿patético? Totalmente. Era como una tortuga. Me tomaba mi tiempo para caminar y observar todo lo que había a mi alrededor, era muy observadora. En realidad no escuchaba nada, estaba tan metida en mi mundo que no escuche los bocinazos de un Audi detrás de mí. Finn Anderson, como no. —Hey, mugrosa. —Apuré el paso, la tortura comenzaba antes de tiempo, ¿por qué a mí? —. No corras, cariño. Puede ser que sea la primera vez en el año que caminaba tan rápido. En menos de cinco minutos me encontraba entrando por las puertas de la institución y dirigiéndome a la sala de actos, donde se realizaba el acto de comienzo de año y la directora comunicaba las normas y bla, bla, bla. Tome asiento en una de las sillas de plástico delante de todo, como siempre. Nada había cambiado en aquel salón. Las ventanas seguían siendo igual de altas y horribles, las paredes seguían de ese horrible alba de hace años, el suelo tenía aún mugre y polvo del año pasado. El escenario llevaba aún las guirnaldas de la fiesta de finalización de clases, ¿acaso nadie se preocupaba por como lucía todo aquel lugar? Obviamente que no. El salón de actos se fue llenando poco a poco, y veinte minutos después todos los alumnos estaban sentados y charlando con sus amigos o con el que tenían al lado. Yo estaba en silencio, no tenía amigos. Era la excluida. Se escuchó como alguien golpeaba un micrófono y algunas chicas gritaron tapándose los oídos, puse los ojos en blanco. La directora estaba de pie, arriba del escenario, con su típico uniforme de soy-una-vieja-con-mal-gusto-para-la-ropa y con un peinado que parecía de los años 80. Volvió a golpear el micrófono y el silencio inundo la sala. —Buenas mañanas mis queridos alumnos —comenzó a decir—. Bienvenidos a un nuevo año lleno de emociones y trabajo duro. La mayoría de las cosas que la Sra. Garrett decía no las escuche. En realidad, todo lo que escuchaba eran bla, bla, bla. Normas del colegio y el uniforme. Bla, bla, bla, bla. Todo lo típico, sin embargo, algo había cambiado. —Por favor, todos los del último año presten atención. —Levante la cabeza, esperando lo que iba a anunciar—. Este año hemos preparado, con el consejo estudiantil y la aprobación de todos los padres, un proyecto que los meterá de lleno en la vida adulta. —¿Todos los padres? ¿Qué demonios estaba diciendo?—. El proyecto es llamado “Proyecto Padres” y consiste en emparejar a dos personas del último curso, totalmente al azar, con la que tendrán que convivir hasta mitad de año. —Los abucheos comenzaron, gritos de horror y algunas chicas que lloraban. Yo estaba con los ojos como platos y la boca entreabierta, ¿qué trataba de decir con “convivir”?—. ¡Por favor, silencio! —Gritó, todos se callaron—. Los gastos de la vivienda donde convivirán con su pareja será pagada en su totalidad por la institución. Mas, esto no termina aquí. —Tomo aire y saco unas hojas—. Se les asignara, a cada pareja, una cantidad de niños de los que deberán cuidar hasta noviembre. —Los gritos comenzaron nuevamente, nadie parecía feliz por el proyecto. Y nadie era nadie—. El máximo de niños es de cinco, el mínimo de dos. —Estaba estupefacta, helada por lo que la Sra. Garrett decía—. Sobre las parejas: nadie puede cambiar de pareja. Es obligatorio convivir con esa persona y, nos ocuparemos, de saber si alguno no está en su casa o apartamento asignado. —Volvió a tomar aire—. Los apartamentos o casas tienen cámaras con lo que se podrá ver todo lo que las parejas hacen, desde como cuidan a sus “hijos” a ver cómo se llevan y conviven. De todas formas, se les dará un manual en donde están todas las normas de este proyecto. —Se rasco la frente, el silencio que había en el salón era sepulcral, todo el mundo estaba con la boca abierta o llorando en silencio—. En su primera clase del día sus profesores les dirán las personas con las que fueron asignadas. ¡Disfruten el año y diviértanse! Todo el mundo se dirigió a la puerta del salón para salir de allí. Rápidamente el lugar quedo vacío, a excepción de los profesores que hablaban animadamente. Ya me encontraba en el pasillo cuando, de repente, sentí que alguien me golpeaba el hombro. Me gire instintivamente y mire a Emma Stevenson parada junto a su “hermoso” novio, Finn Anderson. —¿La mugrosa con quien será emparejada? —Dijo Emma, mirando a su novio y luego a mí. —Con alguien mugroso, seguramente. —Contestó Finn. Ambos comenzaron a reír. Puse los ojos en blanco y seguí caminando. No solo tenía que aguantar eso en los pasillos o en la cafetería, sino que debía hacerlo en todas las clases y, también, por toda la ciudad. Todo el año. Era un sufrimiento. Llegué al salón de ciencias y me encontré con que la mayoría de las personas ya estaban allí. Me dirigí al fondo y me senté en la esquina, en el banco de siempre. El banco de “Sophie la mugrienta”. El maestro entro por la puerta y dejo sus cosas encima del escritorio. Luego sonrió y se sentó. —Buenos días a todos —dijo, alegremente—. Como saben, el Proyecto Padres llego al Cramer Creek High School. —Rodee los ojos, posiblemente no fui la única. El profesor tenía una sonrisa de oreja a oreja—. Ahora, antes de decirles sus parejas, les entregaré el manual que todos —énfasis en la palabra todos— tendrán que leer. De una caja marrón saco copias de un manual. Comenzó a entregarle una copia a todos los presentes. En la portada se podía leer “PROYECTO PADRES: TODO LO QUE TENES QUE SABER”. Me pareció un nombre patético pero por la suerte de todos, el manual no era tan grande. Luego, el profesor volvió a su escritorio y tomo asiento nuevamente. —Ahora sí, comencemos con las parejas. —Saco una hoja de un portafolio y comenzó a leer los nombres. Lindsay Connor con Mason Scott. Bla, bla, bla. Emma Stevenson con Gabe Hamilton. Bla, bla, bla. Más bla, bla bla. Y, por último… —Sophie Evans…—dijo, y luego se tomo un largo tiempo para decir mi pareja—… con Finn Anderson. Mis ojos se abrieron como platos. Los de Finn también. Emma casi se cae de su silla. Giré la cabeza para mirar a Finn y fue imposible no sonreír y detener las palabras que iban a salir de mi boca. —Veo que el mugroso eres tú —dije, sonriendo cínicamente. Aunque por dentro todo aquello no me gustaba para nada.
Susurro Niall en mi oído mientras quitaba sus manos de mis ojos dejándome ver un hermoso paisaje, estábamos un bosque uno de esos en lo que no quisieras entrar en ellos a la media noche pero vamos son las seis y todavía había un poco de solo, lo que me relajo ya que no me gusta estar en la obscuridad. Los arboles formaban un circulo en medio de este se encontraba una mesa junto con dos sillas, era un imagen realmente hermosa porque el sol iluminaba la mesa.
-Es hermoso-dije volteándome hacia el -Me alegro de que te gustara porque realmente me llevo un buen tiempo encontrar este bosque y decorar ese lugar, no soy bueno en eso así que le pedir a la hermana de Harry que me ayudara con esto-wow sí que era demasiado tierno, nunca antes un chico había este hecho por mi así que pienso que esta cita será inolvidable -No debiste en molestarte, esto demasiado para mi ningún otro chico había esto hecho por mí, esto es sumamente especial -Me encargare entonces que esto sea aún más especial y espero que de todas las citas que has tenido esta sea la mejor y que supere tus expectativas -Eso espero Sr. Horan
Dije de forma divertida mientras caminábamos hacia la mesa, saco la silla y me ayudo a sentarme, lo que me pareció un gesto lindo empezamos a cenar, cuando terminamos empezamos a habla de cosas sin sentido hasta que toco el tema de mi familia.
-¿Y qué me cuentas sobre tu familia, como es, como te llevas con tus padres, tienes hermanas? -Niall, realmente no quiero hablar de ello no es que me sienta avergonzada o algo por el estilo pero no creo que sea el momento para hablar sobre eso-dije seria y vi que su sonrisa se borró -Claro, es tu decisión cuando estés lista para poder decirme, ahí estaré- si este chico sigue así, me enamorare lo digo enserio -Lo tomare en cuenta-dije sonriéndole -¿Dime qué tipo de música te gusta, quien es tu cantante favorito? -Coldpay -¿Coldplay, enserio? -Sí, tiene algo de malo -No porque de hecho Colplay es también mi banda favorita, la canción que más me gusta es Viva la vida -La mía es Fix you -¿Qué te parece si vamos a caminar? -Claro, vamos
Una vez dicho esto nos paramos y me extendió su brazo, entrelace el mío con el suyo y de esa forma empezamos a caminar hasta llegar a un riachuelo, el paisaje era hermoso por que llegamos justo cuando estaba atardeciendo por lo tanto el sol hacia que el cielo estuviera de un color anaranjado.
-Es hermoso-dijo el -De hecho-dije mirándolo -Te tomare una foto -¿Qué? ¿Con que? -Con esto-dijo mientras sacaba del bolsillo de su saco una cámara fotográfica
Camine hasta un árbol que estaba ahí, voltee y mire hacia donde estaba Niall, parado sonriéndome y apunto de tomar la foto. Sonreí y note que tomo la foto y grito un “¡Saliste hermosa!” provocando que me sonrojara, camino hacia mí y me abrazo, cosa que me extraño un poco pero le correspondí.
-Gracias por aceptar salir conmigo porque debo confesare te que me gustas-me susurro en el oído y me sorprendió sus palabras ya que a mí también me gustaba, pero era demasiado pronto para decir eso -No tiene porque darlas sobre lo otro, creo que son palabras demasiado fuertes porque pienso que es muy para decir eso, quiero decir que no nos conocemos bastante bien como para poder decir eso -Tienes razón, pero es la verdad me estas comenzando a gustar pero hey no te preocupes tenemos todo el tiempo para conocernos perfectamente-Dijo deshaciendo el abrazo y sonriéndome de forma coqueta a la que le correspondí de igual manera
Me agarro de la mano y me condujo hacia la orilla del riachuelo, nos sentamos en un mantel del cual no me había dado cuenta, ninguno de los dos dijo nada simplemente nos quedamos silencio pero no un silencio incómodo. Cuando anocheció empezó hacer frio cosa que no me gusto porque me empezaron a dar escalofríos, Niall lo noto y se quitó su saco y la puso sobre mi hombros, lo voltee a ver y le sonreí.
-Gracias-dije para después besarle su mejilla -No tienes porque…es mejor no vallamos, no quiero que te enfermes por mi culpa-dijo sonriendo de lado -Claro- dije mientras me separaba de él, se paró y después me ayudo a pararme, recogió en mantel y regresamos hacia donde habíamos cenado, dejo el mantel encima de la mesa y agarro mi mano, entrelazando nuestras dedos lo mire, me sonroje y baje la cabeza. Caminamos hacia la entrada del bosque en donde se encontraba el carro de Niall, me abrió la puerta y me subí una vez que cerró la puerta rodeo el carro para después hacer lo mismo que yo, encendió el motor arranco.
-¿Dejaras las cosa ahí?-pregunte extrañada -Regresare mañana por ella, nadie sabe la existencia de ese lugar así que estoy seguro de que no se las robaran- dijo riendo y yo , yo solo me limite a mirarlo tiernamente por que se reía como un niño chiquito , porque su cabeza la hacía hacia atrás y abría la boca mostrando sus dientes
Nos llevó un hora volver hacia la cuidad y otra meda hora llegar hacia el edificio en donde vivía.
-Vamos, te acompaño hasta tu departamento-dijo mientras conducía hacia el estacionamiento subterráneo, lo estaciono y salimos del carro -No tienes por qué hacerlo de seguro tienes aun otro compromiso, además ya es tarde -Claro que no apenas son la nueve y media aun no es tarde y no tengo otro compromiso mi compromiso de hoy era tener una cita contigo, la cual espero que te haya gustado -No me gusto, me encanto realmente superaste mis expectativas-dije riéndome
Caminamos hacia el elevador y apreté el botón que tenía el número diez, mientras llegábamos, hablábamos de cosas triviales, cosa incoherentes de las cuales no tiene importancia contarlas. Una vez que las puertas del elevador se abrieron salimos de este y caminamos hacia la puerta de enfondo, en donde tenía el numero cuarenta, estoy casi segura de que te preguntaras “¿Piso diez y tu habitación es la numero cuarenta? Pues como están acomodados los pisos” Te lo explicare como se lo explique a Kate: en este edificio hay veinte pisos en cada piso hay cuatro departamentos.
-Bueno es tiempo de decir adiós -comente recargándome en la puerta -Creo que si…te llamare mañana ¿Te parece? -Esperare ansiosa tu llama -Estupendo, entonces hasta luego-dijo para después acercarse hacia a mí y así poder darme un beso en mi mejilla izquierda, cuando se separó me regalo un sonrisa- descansa-dijo finalmente para después darse la vuelta y dirigirse hacia el elevado, se metió en este y las puertas empezaron a cerrarse, alzo la mano y la ladeo en forma de despedida hice lo mismo dirigiéndole también una sonrisa
Saque la llave del bolso que traía y la metí en la cerradura, se oyó el un clac, indicando que la puerta se había abierto. Entre y note que todavía tenía puesto el saco de Niall, se me había olvidado dárselo, camine hacia la sala y deje las llaves en mesa de centro justo cuando lo hacía se prendieron las luces cosa que hizo diera un pequeño brinco, voltee hacia el apagador y vi que Kate estaba parada con el ceño fruncido.
-¿Qué horas son estas de llegar a casa eh? Hace horas que estoy aquí y tu ni tus luces mujer-dijo caminando hacia mí -Lo siento, no sabía que vendrías, no me avisaste así que no me reclames -Está bien, está bien dejare de reclamarte pero dime la verdad ¿Quién fue el afortunado de haber tenido una cita contigo? -No tuve una cita-dije un poco nerviosa, no quería que supiera que había salido con Niall un parte de mi me decía que no debería de contárselo -Si claro, entonces de seguro decidiste vestirte así y salir a caminar un rato ¿No?-dijo de forma sarcástica -Estas en lo correcto -Oh vamos, dime ya…dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, di… -Con Nialll ¡¿Ya feliz?!-dije harta, no me gustaba que las personas digieran muchas veces la misma palabra -¿Con Niall?-dijo poniendo seria -Si ¿Por qué, tiene algo de malo? -Sí y no -Explícate -No porque tienes el derecho de salir con quien sea. Y si porque…amiga el no te conviene, lo sé porque lo conozco desde hace mucho el solo juega con las mujeres, no es de una sola mujer y perdóname pero no creo que eso cambien estando el contigo, así que te aconsejo que te alejes te lo digo porque no quiero que acabes con el corazón roto-dijo mientras agarra mis manos -Te agradezco te preocupes por mí pero yo tomo mis decisiones y mi decisión es no alejarme de el -Claro…te llevo a cenar a una bosque ¿Verdad?-dijo viéndome detenidamente -¿Que te hace creer eso ? -Lo hizo, debo irme-dijo soltándome las manos para después agarrar su bolso que estaba en el perchero de la entrada, abrió la puerta y sin decir adiós se fue.
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