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The American Dream | NC | 2.
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Re: The American Dream | NC | 2.
Mi maestra de informática médica fue la que nos dijo que cuando le enviáramos las tareas, teníamos chance hasta las 23:59 del día hasta que la pidió
no sé ni porqué lo digo, tal vez porque estoy cansada y aburrida
no sé ni porqué lo digo, tal vez porque estoy cansada y aburrida
Atenea.
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Re: The American Dream | NC | 2.
Hook. escribió:de hecho, aquí se le llama
la riata
el pajarito
comete esta
besame esta
el chilote
verga
y para la vagina
panocha
y creo que ya(?)
siempre me voy acordar de esto
panocha
estoy escribiendo okueay):):):)
nayeon.
Re: The American Dream | NC | 2.
JAJAJAJAJJJAJAAJAJA PANOCHA
oh dios
que lenguaje el de los mexicanos
Espero tu cap, sofi
alégrame la semana tan cargada que estoy teniendo
oh dios
que lenguaje el de los mexicanos
Espero tu cap, sofi
alégrame la semana tan cargada que estoy teniendo
Atenea.
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ahr
- a/n:
- Bueno acá esta mi capitulo y no es la bomba que quería escribir pero me conformo. Para los que no saben mis personajes son estos: zeppelin {x}, rizzo {x}, elias {x}, prudence {x}, ian {x}, madison {x}, chase {x}, y trinity {x}. No están todos en mi capitulo porque con algunos me faltaban tramas así que bueno. Comente los capítulos no sean pajeras (mínimo pásense por el tema y díganme solo dos oraciones de comentario y me conformo, m i n i m o) Y bueno si alguien quiere tramas a mi me encantaría. Ah, y con sueño mojado me refiero a wet dream
Sigue: Lau.
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Por: Shereen.
– Zeppelin, Rizzo, Chase, Trinity,
Ian, Madison, Elias & Prudence.
Ian, Madison, Elias & Prudence.
Cualquier conversación acerca de la conducta de Zeppelin Hitchcock terminaba del mismo modo: pero siempre se sale con la suya.
¿Estuvo molestando a un chico en el pasillo?
¿Lo acusan con los profesores?
Pero siempre se sale con la suya.
¿Quiso meterse a husmear a unas chicas?
¿Se le dijeron a los directores?
Pero siempre se sale con la suya.
Tal vez alguien tendrías teorías raras como que tendría arreglada su completa estadía en la escuela, que tenia amenazados a los directivos con algo extraño o que se revolcaba con las profesoras.
Como fuera, Zeppelin Hitchcock, un nombre que había tomado cierta mala reputación y el desagrado de la mayoría de sus compañeros, lograba salir siempre con la suya.
Esta mañana luego de los sucesos de la fiesta del Día de san Valentin, su nueva misión era encontrar al chico que se había metido con Sunshine. A quien ahora no solo la consideraba una chica linda y simpática, si no tambien la empezaba a tener en cuenta como su amiga.
Se abrió camino hacía los pasillos donde se encontraban los baños, el lugar al cual de tomas iba instintivamente cada día. Del lado donde se encontraban las puertas de las mujeres, vio salir una figura, vaya a decir, difícil de olvidar.
— Buenos días curvitas —le dijo metros antes de siquiera llegar a la puerta de los hombres.
Una malhumorada Cameron lo miro de arriba a abajo, hizo un gesto de desagrado y no le contesto.
— Okay —continuo él—, alguien se levantó más húmeda de lo normal.
— No estoy de humor para tus taradeces Zeppelin.
— Cameron, mi reina. La cara de bruja no te queda bien.
— Si vas a pedirme algo, hazlo —Zep sonrió maliciosamente—. Borra esa expresión de tu cara.
— En realidad solo quería preguntarte si sabes donde queda la habitación de chico Ezra Cartairs.
La castaña se cruzo de brazos y frunció el ceño. Era extraña la idea de que estaban solos en aquel lugar pero era mejor así.
— ¿Qué no sabes que hay mapas en las paredes?
— No te hagas Cameron, se que te fuiste con él. No te hagas rogar.
— Bien, en la habitación 25, ¿feliz?
— Mucho.
Ella le dio una sonrisa sarcástica, Cameron volvio a acomodar unas ropas que tenia en sus brazos y antes de irse Zeppelin la interrumpió por ultima vez:
— Ah y por cierto, Cameron —le hizo un gesto que intentaba ser seductor—, no te acostumbres a ese, yo siempre vuelvo por un round dos.
— Claro que si, sigue planeando eso.
Todavía sin a ver hecho muchas amistades (ademas de tener a Simone, a quien no encontraba) Elías se reunía con su hermana a la hora del almuerzo.
Su madre les había dicho que si compartían al menos una comida al día, como lo hacían desde toda la vida, extrañarían mucho menos su casa. Aunque siendo sinceros, ninguno la extrañaba.
— Míralo —Elías destapaba una botella de agua con gas, mirando hacía las demás mesas, no era algo que no hiciera en su otra escuela—. Sentado comiendo su sándwich. Seguramente esta planeando como lavarnos el cerebro a todos con sus teorías de resurrecciones y panes convertidos en pescado.
Para nada era una mala persona o alguien que quisiera caerle mal a los demás, pero Elías tenia el fetiche de creer que tenia razon. En todo. Y que las cosas que estaban bien solo las hallabas en la torá.
Y si no era así, es porque seguramente estaba mal.
— Elías, deja de ver así a el pobre chico —dijo su hermana—. Y debes aprender de una vez, a que no todos pensarán de la misma manera que tu.
— Nina, Nina —la miro como si fuera (todavía) una niña, puso su mano en su hombro—. Pequeña y dulce Nina, veo que no lo percibes.
Ella le corrió el brazo y rodó lo ojos prosiguiendo con su intento de abrir un paquete de galletas.
— Es obvio —continuo él—. Es cristianismo no se detendrá hasta apoderarse del mundo.
— Se llama Travis —interrumpió— Y es solo un chico comiendo un sándwich que habla mucho sobre la biblia, ¿que hay con eso? Ah, y cuya biblia el judaísmo comparte.
— ¡Sólo la primera parte! —espeto indignado—. El resto son patranias invitadas por griegos fumadores de pipas.
— Ya basta —lo miro con signos de enojo— estoy cansada de estar aquí.
— Bueno, yo diría que estas cansada de compartir tiempo con tu hermano.
— Si también.
Comieron muy poco de lo que se habían traído a la mesa. Era costumbre que su madre cocinara demasiado y que al final, los cuatro miembros de su familia solo comieran la mitad. O bueno, Elías recordaría a su padre diciendo que no fueran desagradecidos, que los hebreos combatieron espiritosamente para tener un hogar y si ellos lo tenían no había que desaprovecharlo,.
Su padre usaba ejemplos de judíos para todo. California esperaba que su hermano no llegara a eso.
— ¿Como te fue en el baile? —saco un nuevo tema de conversación.
— ¿A que te refieres exactamente?
— No te hagas el tonto, hermanito. Hablo de tu cita.
— Oh si —se sonrojo—. Sadie es una chica realmente encantadora, fue una agradable compañía.
— Y que tal, ¿eh? ¿te gusta? —indago moviendo sus cejas pretenciosa.
— Nina por favor —la detuvo—, somos adultos jóvenes.
— A veces creo que eres gay ya que nunca tuviste novia. Dudo que hayas dado tu primer beso.
— ¡California! —le gritoneo enojado.
Era verdad, aclarando: solo la parte del primer beso. Pero con diecisiete no había dado un beso no era tan malo, ¿verdad? aunque era mejor si no se lo dijera a nadie.
— Lo siento —se casi, disculpo.
— Ahora que realizó el hecho de como me fue, ¿que hay de ti?
— Aburrido, quiero decir bien. No fue gran cosa —levanto los hombros quitandole importancia.
— ¿Y te trataron bien?
— Y sabes, Chase, o Chad. Creo que Chase. No es un malo chico.
— Por favor, podría de cualquier cosa. Uhm… ¡un drogadicto!
— ¡Elías!
— ¡Pero Tiene una moto, Nina! —se justifico—. Lo vi el primer día, es claro.
— El hecho de tener una moto no lo hace un drogadicto.
— Pero tiene altas posibilidades —la miro de reojo.
— Eres tan prejuicio que ya me daría miedo preguntarte que piensas de mi.
Desde que llego a esta escuela, el hecho de que alguien le hablara (ademas de sus compañeros de habitación, para pedirle o decirle dos cosas) era motivo de sobre salto.
— ¿Como te fue la otra noche? —le pregunto de la nada una voz femenina que se sentó a su lado en clase de canto.
Era Madison. De acuerdo, ella le caía bien, de las chicas era la segunda que le había hablado ademas de Charlize, (y bueno de Konstantinova, pero ella no le caía bien).
— Bien —se limito a decir. Mentira.
— No te vi mucho en la fiesta.
— Me quede esperando a Siddhartha —recordó—. Me dijo “dame un segundo, veré en que anda mi primo” luego se fue con él y una chica castaña...
— ¿Y luego?
— Eso paso tres minutos de a ver llegado.
— Uh.
— Bueno —continuo, no queria parecer muy desilusionado—. Supongo que no tenia muchas ganas de estar conmigo, no lo culpo.
— Que idiota, ¿te quedaste solo toda la noche? Hubieras venido conmigo.
— Ya no importa Maddie, lo espere unos cuarenta minutos pero me fui a dormir.
El profesor Townsend les llamo la atención por estar hablando, así que por un rato pretendieron estar escuchando la clase.
Ian no queria pensar en el baile de san valentin porque se sentia como un tonto. Un tonto por a ver creído que por una vez alguien podría prestarle atención de una manera diferente. ‹‹ como si alguien como sid podría fijarse en alguien como yo ›› se había quedado pensando aquella noche ‹‹ deja de ilusionarte ›› se repetía así mismo desde aquella mañana.
Vio que el Señor Adam se sentó a ver unas cosas, no queria dejar a Madison a mitad e la conversación, era demasiado descortés.
— ¿Y tu como la pasaste? —le hablo.
— Siendo sincera, la pase de maravilla —le sonrió—. Dipper me impresiono, realmente es más agradable y gracioso de lo que parece, claro que despues tuve que liberarlo.
— Me alegra que uno de los dos haya disfrutado —contesto.
— Si —lo dijo un poco apenada al saber que él no había disfrutado tanto—. Pero, ¡Oh! Escucha esto, un chico le vomito a una chica el contenido de sus intestinos, toda una comedia.
Ian marco una cara de asco y ambos rieron.
Eran las dos en punto de la tarde cuando la clase termino y los alumnos comenzaron a salir amontonados del salón. Antes de ir a su siguiente clase separados, comenzaron a caminar juntos por el pasillo.
— Linda mascota has adoptado Madison. A ver si le enseñas a levantar la pata y hacerse el muerto.
— Jodete, Zeppelin —le contesto ella.
El rubio paso por su lado y le metió el pie a Ian para que se cayera. Algunos alumnos alrededor se rieron y la mayoría le siguió de largo. Madison ayuda a que se pusiera de pie de nuevo.
No tenia idea porque Zeppelin lo había convertido en su victima personal. De todos los chicos y chicas que tenia para molestar, siempre que podía humillar a Ian lo hacía, sin motivo o razon, tampoco había hecho algo para que se llevara mal. Solamente se metía con él.
— Lo odio —arranco de nuevo Madison—. Deberían a verlo sancionado hace tiempo, no entiendo como hace para zafarse de eso.
— No hagas casi Maddie, no me molesta.
Si que lo hacía.
— Él y el otro estúpido de su amigo me sacan de mis casillas —de repente dio un saltito—. ¡Tendrías que a ver visto a Charlize, estaba preciosa!
— No la cruzó desde ese entonces.
— ¡Entonces hoy nos juntaremos, ¿que te parece?!
— Yo bueno, no lo se... —balbuceo.
— Ni siquiera pregunte si estabas ocupado, perdón —Madison estaba a pasos de su próxima clase. A decir verdad Ian no tenía que más hacer, estaría otra tarde solo.
— ¡No.., no fue por eso! Claro que si a la tarde no tiene que hace, nos cruzamos.
— ¡Bien! —celebro Maddie—. Nos vemos luego.
Ian asintió, de despidió e incluso pensó en darle un abrazo por ser tan amable con él, pero no se atrevió.
Un piso más abajo, cuando todos se encontraban en su rato libre y muchos adolescente caminaban por los pasillo, Zeppelin había esperado a que Sunshine terminara su clase de actuación para pasarla a buscar por allí.
— No es necesario —dijo la muchacha mientras caminaban hacía el patio.
— ¿Que cosa?
— Tratarme así —y enseguida agrego—. No me acostarse contigo.
Unos pocos pasos, y Zeppelin se había dado cuenta a lo que se refería Sunshine. Bueno, era verdad que él coqueteaba (pesadamente o no) con las chicas, pero no sabía porque con Sun no era así. Era como mirar a Prudence, solo que le caía mejor que su hermana.
— ¡Oye! —la enfrento— ¿Esa es la imagen que tienes de mi?
— Bueno…—comenzaba a decir.
— Eres muy bonita, Sunshine —paso su manos por los hombros de ellas para caminar de esa manera juntos—. Y agradable y todo eso. Pero no estoy contigo por algo así.
— ¿Entonces por que eres tan amable?
— Bueno —hecho aire en forma de broma—, trato de hacer amigos, supongo. No es normal en mi, usualmente son las chicas las que caen a mis pies.
Sunshine lanzo una risita.
— No te burles, ademas —la miro—, las chicas que dicen que no se acostaran conmigo terminan haciéndolo.
— Buen intento.
Entre nada y eso, los rubios llegaron a un banco muy bonito ubicado en el patio. A Zeppelin no le parecía importante los detalles del edifico o lo lindas que eran las plantas y bla, bla. Pero a Sunshine parecían encandilarle.
Se sentaron y antes de que el silencio incomodo los invadiera, ella hablo de nuevo.
— Gracias por lo del otro día, Zep. La pase bien.
— Pude notarlo —la miro de mala cara, Sunshine frunció el ceño.
— No puedes decirme nada, tu me dejaste por una castaña con vestido corto y unas copas de más encima.
— ¿Y mi remplazo fue un erudito con cara de muñeco y ojos verdes? Que manera de romper el estereotipo Sunshine.
— No hagas un escándalo por solo un beso —se defendió.
— Un par de besos, y vi manos.
— Zeppelin.
— Como sea —fingió que le daba igual—. Aunque no puedo creer que me hayas dejado tan temprano.
— Eran las tres de la mañana.
— Por favor, tendrías que a ver estado a las cinco de la mañana y hubieras visto como se puso la fiesta —se jacto.
— Uf —dijo indiferente—, se que me perdí de la parte hardcore.
— Eres una tonta —movió la mano a su cabeza—. ¿No tienes clase o algo así?
— Ah si —dijo algo aburrida—. Me iré. Y ten cuidado, no te metas en problemas.
— Claro que si mamá.
El joven muchacho pudo terminar su clase antes de lo previsto. Aburrido, decidió ir a ocupar su tiempo libre yendo a la sala donde había todo tipo de instrumentos musicales. En otras palabras, era su paraíso.
Hubiera sido realmente increíble si hubiese teniendo su propia guitarra consigo pero desde la ultima vez que estuvo en su casa, no había tenido la valentía de volver por ellas. No quería cruzarse a su tio.
Lo que le sacaba una especie de sonrisa del rostro era saber que en la sala de música había y estaban disponibles para ellos en cualquier momento. No solo guitarras, instrumentos de aire, persecución, otro de cuerda, hasta un estéreo para crear música electrónica. Ademas que allí se podrían tocar cualquier genero.
Busco, busco y ahí estaba. Una guitarra de doce cuerdas. Era acústica, era perfecta.
— ¿Que es eso? —preguntaron de pronto. Ian se exalto, una voz que no conocía le estaba hablado.
— Una guitarra —contesto obvio.
— No me digas —replico—, me refería a si la sabes tocar.
— No idiota —dijo una voz femenina—. Si la tomo porque su intensión era incendiarla.
Le causo gracia. Se dio vuelta y vio un rostro conocido, cabello violeta oscuro que reconocida ya que era el chico raro (raro en sentido de diferente, no raro como calificaban a Ian) y que estaba en su misma habitación; y a su lado una muchacha delgada, rubia y de ojos claros. Creía a verla visto antes, pero no recordaba donde.
— Nirvana —se presento— y esta cosa de aquí es Aoi.
— Aoi Del Rey para ti.
— Ian —se limito a decir. La chica miro hacía el instrumento y sonrió.
— No creía que encontraría una mente capaz de tocar una de doce cuerdas entre tantos simios —levanto la vista—. ¿Hace cuanto que tocas?
— Cuatro años.
— ¿Y eres bueno?
— Tal vez.
— ¿No hablas mucho verdad? —dijo con tono de gracia.
— No…, —y se retracto— ¡quiero decir! Lo siento —casi se le cae la guitarra de las manos, seria el desastre—. Es extraño que las personas quieran mantener una conversación conmigo.
Los dos chicos se quedaron mirándolo en silencio. ‹‹ deja de ser así, los vas a espantar ›› Era evidente la incomodidad de Ian, tanto así que Nirvana la había notado, y haciendo una mueca hablo:
— Está bien Ian. En occidente acostumbramos a hacer cosas —ahora él estaba confundido.
— Am, si supongo —no sabia que decirle— Esta bien.
— Dime, ¿como aprendiste tan bien el idioma?
— ¿Que idioma?
— El inglés —dijo ella como si fuera una obviedad.
— Todo el mundo en mi ciudad lo habla —dijo—. Creo que de ahí.
La rubia y el chico Aoi se miraron confundidos.
— ¿De que parte de China eres? —pregunto él.
— ¿Que? —gesticulo—. Oh no, no soy chino.
— ¡Japonés! —insistió la muchacha.
— Tampoco. Soy australiano.
— No te creo.
— Además los australianos son los tipos rubios que hacen surf —dijo Aoi, y su amiga asintió.
— Eso. Y la mayoría son preciosos.
— Ah... —contesto vacilante Ian. Bueno, no era la primera vez que le pasaba esto.
— Y tienen una gran..
— ¡Aoi!
— ¡Déjame ser homosexual libremente! —le gritoneo.
Aunque hubiera seguido hablando con ellos, Madison entro en ese momento aunque no estaba Charlize con ella. Posiblemente tendrían que buscarla. Se despidió de los dos adolescente y se fue con Maddie.
Minutos más tarde se quedo pensado, ‹‹ ¿les había caído bien o... solo era más gente burlándose de él en su rostro? ›› movió la cabeza. Los pensamiento patéticos los dejaba para más tarde.
Las intensiones de Zeppelin con Lorreine no era exactamente de compañerismo o amistad. Ni siquiera le importaba caerle bien.
Pero la tenia entre ceja y ceja, y a diferencia de las demás chicas de tad, lo de ella era el fijo.
La vio almorzando, sola cosa que le sorprendía ya que solía estar con el tatuado o a lo sumo molestando a otras personas. Se sentó de repente frente a ella, pero no le llamo la atención.
— Ignorarme no hará que me vaya de aquí —dijo, pretendiendo iniciar una conversación.
Lorreine siguiendo leyendo unos papeles sobre la mesa y revolviendo la ensalada, sin siquiera inmutarse de la presencia del chico. Zeppelin se paso por encima de la mesa para poder ir a sentarse a su lado. Sus zapatos prácticamente moviendo las cosas de Lorreine.
— Compórtate Zeppelin —lo fulmino con la mirada— ¿Acaso alguna vez has en una cena de verdad?
— Una vez —comenzó, y se apego más a ella— Pero no salio como esperaba.
— ¿Que paso?
— Acabé follando a la camarera.
La castaña hizo un claro gesto de asco y él rió.
— Eres desagradable cuando te lo propones.
— ¿En serio? —puso su cara directamente con la de ella—. Y eso que ni siquiera lo intento.
— Tus extraños intentos de seducir puede gustarle a las mujerzuelas de tu escuela, pero lamento informarte que no me agradas en ningún sentido.
— ¿Por que no me das ni una oportunidad?
— ¿Por que no me dejas de joder?
— Porque joderte es lo que quiero, Lore.
No gasto energía en contestarle, así que en cambio Lorreine estampo la bandeja de ensalada sobre la cara de Zeppelin para luego tomar sus cosas e irse.
— ¡Bien! —le grito quietando las cosas de la cara—, ¿vamos a involucrar comida? ¡Porque podría hacer una excepción contigo!
Por siete años la vida de Rizzo no había tratado sobre nada más que no fuera perfeccionar su talento, por siete años ella solo se concentraba en busca de ser una estrella.
Pero hoy, por primera vez en siete años, Rizzo se olvido que tenia que levantarse para ir a sus clases de la mañana. Por primera vez Rizzo llegaba tarde, y en sus primeras semanas eso era una calamidad.
Extrañamente no había escuchando su alamar, o a sus compañeras cambiándose, siguiera el barullo del edificio cuando a todos les tocaba estar arriba.
Por eso, cuando Rizzo finalmente despertó y vio que eran las dos y media de la tarde, le extraño el hecho de despertar tan tarde. Ni siquiera se iba a dormir muy de noche.
Caso de la silla la primera muda de ropa que vio, sin importarle de quien era. Y salio en pijama corriendo a los baños.
Tan así que se perdió.
Por eso ahora Rizzo estaba tratando de ir por tad, con ropa que claramente no era suya (era mucho más corta de lo que solía usar) y con sus conjunto de pijama (camisa y pantalones rosado con decoraciones aniñadas).
— Hey —una mano quiso ayudarla, pero el sus de Rizzo hizo que le arrojara la ropa encima.
— ¡Yo, yo... —empezó a juntarle— ¡Lo siento!
— Calmante —rió el muchacho—, en realidad venia a preguntarte si necesitas ayuda.
— ¿Se nota mucho?
— Estas caminando a en círculos por el primer piso, a escondidas y en pijamas.
Ella se sonrojo de vergüenza, pero al menos alguien la había visto y le ofrecería ayuda.
— Si —lanzo una risa corta y nerviosa—. Estoy buscando el baño de chicas, aun no estoy ubicada tiempo y espacio dentro del edifico.
— Te acompaño, no tengo problema —le sonrió calidamente.
— Muchas gracias... —freno—, discúlpame pero no se tu nombre.
— Lucas, ¿y tu eres Rizzo verdad?
— ¿Como lo sabías?
— Soy vidente —ella levanto la ceja—, no vale. Lo leí en tu colorido pijama.
— Ah claro —se sonrojo—, vamos.
Rápidamente había caído la tarde sobre el edifico, el jardín de tad era lo más parecido a una plaza que Prudence podía encontrar.
Buenas tardes.
Antes de que oscurezca completamente y empezara a refrescar, Prudence fue a su habitación para buscar sus crayones y un par de hojas blancas y así quedarse dibujando cerca de unas parte de los pilares donde entraba algo de luz natural.
— ¿Puedo hacerte compañía? —le pregunto un chico castaño, Prud le sonrió.
— Me gusta la compañía —se hizo a un lado con sus cosas—, ¿como te llamas?
— Seth —se acomodo a su lado—, ¿y tu?
— Dear Prudence.
— Ah, ¿de The Beatles?
— No, de California.
El muchacho rió. Prudence siguió concentrada en sus dibujos que realmente no tenían mucho sentido, pero que no eran difíciles de entender. Parecían fácilmente cosas hechas por niñas de ocho años, coloridas y sin lineas rectas.
Seth a su lado de dedico a prenderse algo que fumar, a ella no le molestaba.
— Adivino, viniste por las clases de arte —le dijo el chico.
— No —ella sonrió— pero podría, ¿para que estas aquí?
— Me interesa la música.
— Tienes pinta de músico.
— Gracias —replico—, entonces. Prudence, ¿cuáles son tus planes para el futuro?
— Espera —abrió enormemente los ojos mirándolo sorprendida— ¿estás trabajando en una máquina del tiempo también?
A la mañana siguiente, Ian seguía pensando en la noche de san valentin, seguía pensando que no había hablado con Sid desde ese entonces y se preguntaba si en algún momento le pediría disculpas o era su manera sutil de rechazarlo.
Eran pocos los que despertaban super temprano como para tener tiempo de ir a desayunar y luego a sus clases, pero Ian y Aaron lo lograban, así que a primera hora eran los más probables a estar despiertos casi solo comiendo algo en la mañana.
— ¿Y al final que paso con Siddartha? —le pregunto en medio de una conversación totalmente diferente que estaban teniendo.
— Nada.
— No te creo —lo acuso—. Te ves triste.
— No te burles pero, creo que estoy desilusionado.
— Aw —se apresuro a decir su amigo—. Ian, ¿te gusta?
— Tengo más hambre —intento cambiar de tema.
— ¿Te gusta Sid?
¿Le gustaba Sid? ¿Era por eso que estaba tan triste por el solo hecho de que él rubio no le había hecho caso? Si, le gustaba Sid. Y no desde que lo invito, le gusta casi desde el momento en que lo vio el primer día de tad. Sus lindos ojos, su voz tan calmada, todo. Por fuera no le encontraba defecto, y seguramente por dentro tampoco lo tenia. Bueno, al menos después de esa noche no lo esperaba.
Recordó que Aaron estaba ahí y él se había quedado pensando en Siddhartha. Se ruborizo.
— ¡Aw! ¡Te gusta Siddartha! —grito alegre. Ian miro para todos lados.
— Baja la voz.
— Te gusta —se jacto— Lo sabía, eres tan obvio.
— ¿En serio? —tartamudeo.
— Lo miras cada vez que lo cruzas.
— Ay, no —se lamento rápidamente—. Creerá que lo acoso.
— Nah, él no se da cuenta.
— ¿Por qué lo dices?
— Nunca me ha mencionado nada. Por lo menos no mi.
Bien dicho Aaron.
— Eso no me hace sentir mejor.
— Oye, por algo quería ir al baile contigo.
— Más bien diría que arrepintió.
— No, no —negó rápidamente—. Su hermana se lo llevo ya que su primo lo había emborrachado, vaya cosa.
— Me hubiera hablado de nuevo —dijo bajando la cabeza.
— Tal vez solo esta avergonzado —lo justifico—. En realidad Sid es tímido, puede ser eso.
— Puede ser.
— ¿Quieres? —le pregunto el chico tendiéndole la mano con algo en su puño.
— No me fío beber de vasos de desconocidos —arremetió él.
— Aoi.
— Zeppelin.
— ¿Ahora quieres? —insistió.
— Venga —miro el vaso—, ¿que es?
— No tengo idea —confeso.
— Bien —no dudo más, y Zep se trago lo que fuere que le haya dado.
Zeppelin comenzó a caminar de nuevo hacía su destino, estaba buscando a Jackson y Clarisse para decirle su opinión sobre (la que el consideraba) aburrida clase de música.
Tenia una pequeña sensación en el estomago, como si hubiera tomado mucha menta y le estuviera enfriando todo el estomago. Bueno, vaya uno a saber que había en ese recipiente del chico Aoi. Pero comparado con otras cosas que había probado, de seguro seria una estupidez.
— Jackson, en serio tenemos que hablar sobre la clase de música —dijo sentándose frente al directivo— ¿has oído los géneros que nos enseñan? Parecen sacados del iPod de un transexual.
— Zeppelin no seas duro —el hombre al contrario se estaba levantado del escritorio—. Queremos variar con la música y poner un 25% de todo tipo de ritmos, un 25% de hip-hop, el 25% de pop...
— 100% gay —se horrorizó.
— Escucha, me iré a ver otra cosa un rato, ahora vendrá Clarisse y lo hablas con ella.
— Miss señorita cintura, ¿eh? —Jackson bufo.
— Solo espérala, y no toques nada.
El hombre mayor se fue y Zeppelin se quedo sentado y mirando realmente sin ganas toda la sala. Aburrido. Volvió a sentir ese hielo en el estomago y bostezo.
Empezó a sentirse somnoliento, casi forzudamente antes su deseos e permanecer los ojos abiertos. Conociendo a Clarisse iba a tardarse, ¿que tan malo iba a ser tomar una siesta? Prácticamente consiente, cayo sus brazos sosteniendo su cabeza sobre la mesa.
Malas circunstancias para tener un sueño mojado.
¿Estuvo molestando a un chico en el pasillo?
¿Lo acusan con los profesores?
Pero siempre se sale con la suya.
¿Quiso meterse a husmear a unas chicas?
¿Se le dijeron a los directores?
Pero siempre se sale con la suya.
Tal vez alguien tendrías teorías raras como que tendría arreglada su completa estadía en la escuela, que tenia amenazados a los directivos con algo extraño o que se revolcaba con las profesoras.
Como fuera, Zeppelin Hitchcock, un nombre que había tomado cierta mala reputación y el desagrado de la mayoría de sus compañeros, lograba salir siempre con la suya.
Esta mañana luego de los sucesos de la fiesta del Día de san Valentin, su nueva misión era encontrar al chico que se había metido con Sunshine. A quien ahora no solo la consideraba una chica linda y simpática, si no tambien la empezaba a tener en cuenta como su amiga.
Se abrió camino hacía los pasillos donde se encontraban los baños, el lugar al cual de tomas iba instintivamente cada día. Del lado donde se encontraban las puertas de las mujeres, vio salir una figura, vaya a decir, difícil de olvidar.
— Buenos días curvitas —le dijo metros antes de siquiera llegar a la puerta de los hombres.
Una malhumorada Cameron lo miro de arriba a abajo, hizo un gesto de desagrado y no le contesto.
— Okay —continuo él—, alguien se levantó más húmeda de lo normal.
— No estoy de humor para tus taradeces Zeppelin.
— Cameron, mi reina. La cara de bruja no te queda bien.
— Si vas a pedirme algo, hazlo —Zep sonrió maliciosamente—. Borra esa expresión de tu cara.
— En realidad solo quería preguntarte si sabes donde queda la habitación de chico Ezra Cartairs.
La castaña se cruzo de brazos y frunció el ceño. Era extraña la idea de que estaban solos en aquel lugar pero era mejor así.
— ¿Qué no sabes que hay mapas en las paredes?
— No te hagas Cameron, se que te fuiste con él. No te hagas rogar.
— Bien, en la habitación 25, ¿feliz?
— Mucho.
Ella le dio una sonrisa sarcástica, Cameron volvio a acomodar unas ropas que tenia en sus brazos y antes de irse Zeppelin la interrumpió por ultima vez:
— Ah y por cierto, Cameron —le hizo un gesto que intentaba ser seductor—, no te acostumbres a ese, yo siempre vuelvo por un round dos.
— Claro que si, sigue planeando eso.
♡ ♡ ♡
Todavía sin a ver hecho muchas amistades (ademas de tener a Simone, a quien no encontraba) Elías se reunía con su hermana a la hora del almuerzo.
Su madre les había dicho que si compartían al menos una comida al día, como lo hacían desde toda la vida, extrañarían mucho menos su casa. Aunque siendo sinceros, ninguno la extrañaba.
— Míralo —Elías destapaba una botella de agua con gas, mirando hacía las demás mesas, no era algo que no hiciera en su otra escuela—. Sentado comiendo su sándwich. Seguramente esta planeando como lavarnos el cerebro a todos con sus teorías de resurrecciones y panes convertidos en pescado.
Para nada era una mala persona o alguien que quisiera caerle mal a los demás, pero Elías tenia el fetiche de creer que tenia razon. En todo. Y que las cosas que estaban bien solo las hallabas en la torá.
Y si no era así, es porque seguramente estaba mal.
— Elías, deja de ver así a el pobre chico —dijo su hermana—. Y debes aprender de una vez, a que no todos pensarán de la misma manera que tu.
— Nina, Nina —la miro como si fuera (todavía) una niña, puso su mano en su hombro—. Pequeña y dulce Nina, veo que no lo percibes.
Ella le corrió el brazo y rodó lo ojos prosiguiendo con su intento de abrir un paquete de galletas.
— Es obvio —continuo él—. Es cristianismo no se detendrá hasta apoderarse del mundo.
— Se llama Travis —interrumpió— Y es solo un chico comiendo un sándwich que habla mucho sobre la biblia, ¿que hay con eso? Ah, y cuya biblia el judaísmo comparte.
— ¡Sólo la primera parte! —espeto indignado—. El resto son patranias invitadas por griegos fumadores de pipas.
— Ya basta —lo miro con signos de enojo— estoy cansada de estar aquí.
— Bueno, yo diría que estas cansada de compartir tiempo con tu hermano.
— Si también.
Comieron muy poco de lo que se habían traído a la mesa. Era costumbre que su madre cocinara demasiado y que al final, los cuatro miembros de su familia solo comieran la mitad. O bueno, Elías recordaría a su padre diciendo que no fueran desagradecidos, que los hebreos combatieron espiritosamente para tener un hogar y si ellos lo tenían no había que desaprovecharlo,.
Su padre usaba ejemplos de judíos para todo. California esperaba que su hermano no llegara a eso.
— ¿Como te fue en el baile? —saco un nuevo tema de conversación.
— ¿A que te refieres exactamente?
— No te hagas el tonto, hermanito. Hablo de tu cita.
— Oh si —se sonrojo—. Sadie es una chica realmente encantadora, fue una agradable compañía.
— Y que tal, ¿eh? ¿te gusta? —indago moviendo sus cejas pretenciosa.
— Nina por favor —la detuvo—, somos adultos jóvenes.
— A veces creo que eres gay ya que nunca tuviste novia. Dudo que hayas dado tu primer beso.
— ¡California! —le gritoneo enojado.
Era verdad, aclarando: solo la parte del primer beso. Pero con diecisiete no había dado un beso no era tan malo, ¿verdad? aunque era mejor si no se lo dijera a nadie.
— Lo siento —se casi, disculpo.
— Ahora que realizó el hecho de como me fue, ¿que hay de ti?
— Aburrido, quiero decir bien. No fue gran cosa —levanto los hombros quitandole importancia.
— ¿Y te trataron bien?
— Y sabes, Chase, o Chad. Creo que Chase. No es un malo chico.
— Por favor, podría de cualquier cosa. Uhm… ¡un drogadicto!
— ¡Elías!
— ¡Pero Tiene una moto, Nina! —se justifico—. Lo vi el primer día, es claro.
— El hecho de tener una moto no lo hace un drogadicto.
— Pero tiene altas posibilidades —la miro de reojo.
— Eres tan prejuicio que ya me daría miedo preguntarte que piensas de mi.
♡ ♡ ♡
Desde que llego a esta escuela, el hecho de que alguien le hablara (ademas de sus compañeros de habitación, para pedirle o decirle dos cosas) era motivo de sobre salto.
— ¿Como te fue la otra noche? —le pregunto de la nada una voz femenina que se sentó a su lado en clase de canto.
Era Madison. De acuerdo, ella le caía bien, de las chicas era la segunda que le había hablado ademas de Charlize, (y bueno de Konstantinova, pero ella no le caía bien).
— Bien —se limito a decir. Mentira.
— No te vi mucho en la fiesta.
— Me quede esperando a Siddhartha —recordó—. Me dijo “dame un segundo, veré en que anda mi primo” luego se fue con él y una chica castaña...
— ¿Y luego?
— Eso paso tres minutos de a ver llegado.
— Uh.
— Bueno —continuo, no queria parecer muy desilusionado—. Supongo que no tenia muchas ganas de estar conmigo, no lo culpo.
— Que idiota, ¿te quedaste solo toda la noche? Hubieras venido conmigo.
— Ya no importa Maddie, lo espere unos cuarenta minutos pero me fui a dormir.
El profesor Townsend les llamo la atención por estar hablando, así que por un rato pretendieron estar escuchando la clase.
Ian no queria pensar en el baile de san valentin porque se sentia como un tonto. Un tonto por a ver creído que por una vez alguien podría prestarle atención de una manera diferente. ‹‹ como si alguien como sid podría fijarse en alguien como yo ›› se había quedado pensando aquella noche ‹‹ deja de ilusionarte ›› se repetía así mismo desde aquella mañana.
Vio que el Señor Adam se sentó a ver unas cosas, no queria dejar a Madison a mitad e la conversación, era demasiado descortés.
— ¿Y tu como la pasaste? —le hablo.
— Siendo sincera, la pase de maravilla —le sonrió—. Dipper me impresiono, realmente es más agradable y gracioso de lo que parece, claro que despues tuve que liberarlo.
— Me alegra que uno de los dos haya disfrutado —contesto.
— Si —lo dijo un poco apenada al saber que él no había disfrutado tanto—. Pero, ¡Oh! Escucha esto, un chico le vomito a una chica el contenido de sus intestinos, toda una comedia.
Ian marco una cara de asco y ambos rieron.
Eran las dos en punto de la tarde cuando la clase termino y los alumnos comenzaron a salir amontonados del salón. Antes de ir a su siguiente clase separados, comenzaron a caminar juntos por el pasillo.
— Linda mascota has adoptado Madison. A ver si le enseñas a levantar la pata y hacerse el muerto.
— Jodete, Zeppelin —le contesto ella.
El rubio paso por su lado y le metió el pie a Ian para que se cayera. Algunos alumnos alrededor se rieron y la mayoría le siguió de largo. Madison ayuda a que se pusiera de pie de nuevo.
No tenia idea porque Zeppelin lo había convertido en su victima personal. De todos los chicos y chicas que tenia para molestar, siempre que podía humillar a Ian lo hacía, sin motivo o razon, tampoco había hecho algo para que se llevara mal. Solamente se metía con él.
— Lo odio —arranco de nuevo Madison—. Deberían a verlo sancionado hace tiempo, no entiendo como hace para zafarse de eso.
— No hagas casi Maddie, no me molesta.
Si que lo hacía.
— Él y el otro estúpido de su amigo me sacan de mis casillas —de repente dio un saltito—. ¡Tendrías que a ver visto a Charlize, estaba preciosa!
— No la cruzó desde ese entonces.
— ¡Entonces hoy nos juntaremos, ¿que te parece?!
— Yo bueno, no lo se... —balbuceo.
— Ni siquiera pregunte si estabas ocupado, perdón —Madison estaba a pasos de su próxima clase. A decir verdad Ian no tenía que más hacer, estaría otra tarde solo.
— ¡No.., no fue por eso! Claro que si a la tarde no tiene que hace, nos cruzamos.
— ¡Bien! —celebro Maddie—. Nos vemos luego.
Ian asintió, de despidió e incluso pensó en darle un abrazo por ser tan amable con él, pero no se atrevió.
♡ ♡ ♡
Un piso más abajo, cuando todos se encontraban en su rato libre y muchos adolescente caminaban por los pasillo, Zeppelin había esperado a que Sunshine terminara su clase de actuación para pasarla a buscar por allí.
— No es necesario —dijo la muchacha mientras caminaban hacía el patio.
— ¿Que cosa?
— Tratarme así —y enseguida agrego—. No me acostarse contigo.
Unos pocos pasos, y Zeppelin se había dado cuenta a lo que se refería Sunshine. Bueno, era verdad que él coqueteaba (pesadamente o no) con las chicas, pero no sabía porque con Sun no era así. Era como mirar a Prudence, solo que le caía mejor que su hermana.
— ¡Oye! —la enfrento— ¿Esa es la imagen que tienes de mi?
— Bueno…—comenzaba a decir.
— Eres muy bonita, Sunshine —paso su manos por los hombros de ellas para caminar de esa manera juntos—. Y agradable y todo eso. Pero no estoy contigo por algo así.
— ¿Entonces por que eres tan amable?
— Bueno —hecho aire en forma de broma—, trato de hacer amigos, supongo. No es normal en mi, usualmente son las chicas las que caen a mis pies.
Sunshine lanzo una risita.
— No te burles, ademas —la miro—, las chicas que dicen que no se acostaran conmigo terminan haciéndolo.
— Buen intento.
Entre nada y eso, los rubios llegaron a un banco muy bonito ubicado en el patio. A Zeppelin no le parecía importante los detalles del edifico o lo lindas que eran las plantas y bla, bla. Pero a Sunshine parecían encandilarle.
Se sentaron y antes de que el silencio incomodo los invadiera, ella hablo de nuevo.
— Gracias por lo del otro día, Zep. La pase bien.
— Pude notarlo —la miro de mala cara, Sunshine frunció el ceño.
— No puedes decirme nada, tu me dejaste por una castaña con vestido corto y unas copas de más encima.
— ¿Y mi remplazo fue un erudito con cara de muñeco y ojos verdes? Que manera de romper el estereotipo Sunshine.
— No hagas un escándalo por solo un beso —se defendió.
— Un par de besos, y vi manos.
— Zeppelin.
— Como sea —fingió que le daba igual—. Aunque no puedo creer que me hayas dejado tan temprano.
— Eran las tres de la mañana.
— Por favor, tendrías que a ver estado a las cinco de la mañana y hubieras visto como se puso la fiesta —se jacto.
— Uf —dijo indiferente—, se que me perdí de la parte hardcore.
— Eres una tonta —movió la mano a su cabeza—. ¿No tienes clase o algo así?
— Ah si —dijo algo aburrida—. Me iré. Y ten cuidado, no te metas en problemas.
— Claro que si mamá.
♡ ♡ ♡
El joven muchacho pudo terminar su clase antes de lo previsto. Aburrido, decidió ir a ocupar su tiempo libre yendo a la sala donde había todo tipo de instrumentos musicales. En otras palabras, era su paraíso.
Hubiera sido realmente increíble si hubiese teniendo su propia guitarra consigo pero desde la ultima vez que estuvo en su casa, no había tenido la valentía de volver por ellas. No quería cruzarse a su tio.
Lo que le sacaba una especie de sonrisa del rostro era saber que en la sala de música había y estaban disponibles para ellos en cualquier momento. No solo guitarras, instrumentos de aire, persecución, otro de cuerda, hasta un estéreo para crear música electrónica. Ademas que allí se podrían tocar cualquier genero.
Busco, busco y ahí estaba. Una guitarra de doce cuerdas. Era acústica, era perfecta.
— ¿Que es eso? —preguntaron de pronto. Ian se exalto, una voz que no conocía le estaba hablado.
— Una guitarra —contesto obvio.
— No me digas —replico—, me refería a si la sabes tocar.
— No idiota —dijo una voz femenina—. Si la tomo porque su intensión era incendiarla.
Le causo gracia. Se dio vuelta y vio un rostro conocido, cabello violeta oscuro que reconocida ya que era el chico raro (raro en sentido de diferente, no raro como calificaban a Ian) y que estaba en su misma habitación; y a su lado una muchacha delgada, rubia y de ojos claros. Creía a verla visto antes, pero no recordaba donde.
— Nirvana —se presento— y esta cosa de aquí es Aoi.
— Aoi Del Rey para ti.
— Ian —se limito a decir. La chica miro hacía el instrumento y sonrió.
— No creía que encontraría una mente capaz de tocar una de doce cuerdas entre tantos simios —levanto la vista—. ¿Hace cuanto que tocas?
— Cuatro años.
— ¿Y eres bueno?
— Tal vez.
— ¿No hablas mucho verdad? —dijo con tono de gracia.
— No…, —y se retracto— ¡quiero decir! Lo siento —casi se le cae la guitarra de las manos, seria el desastre—. Es extraño que las personas quieran mantener una conversación conmigo.
Los dos chicos se quedaron mirándolo en silencio. ‹‹ deja de ser así, los vas a espantar ›› Era evidente la incomodidad de Ian, tanto así que Nirvana la había notado, y haciendo una mueca hablo:
— Está bien Ian. En occidente acostumbramos a hacer cosas —ahora él estaba confundido.
— Am, si supongo —no sabia que decirle— Esta bien.
— Dime, ¿como aprendiste tan bien el idioma?
— ¿Que idioma?
— El inglés —dijo ella como si fuera una obviedad.
— Todo el mundo en mi ciudad lo habla —dijo—. Creo que de ahí.
La rubia y el chico Aoi se miraron confundidos.
— ¿De que parte de China eres? —pregunto él.
— ¿Que? —gesticulo—. Oh no, no soy chino.
— ¡Japonés! —insistió la muchacha.
— Tampoco. Soy australiano.
— No te creo.
— Además los australianos son los tipos rubios que hacen surf —dijo Aoi, y su amiga asintió.
— Eso. Y la mayoría son preciosos.
— Ah... —contesto vacilante Ian. Bueno, no era la primera vez que le pasaba esto.
— Y tienen una gran..
— ¡Aoi!
— ¡Déjame ser homosexual libremente! —le gritoneo.
Aunque hubiera seguido hablando con ellos, Madison entro en ese momento aunque no estaba Charlize con ella. Posiblemente tendrían que buscarla. Se despidió de los dos adolescente y se fue con Maddie.
Minutos más tarde se quedo pensado, ‹‹ ¿les había caído bien o... solo era más gente burlándose de él en su rostro? ›› movió la cabeza. Los pensamiento patéticos los dejaba para más tarde.
♡ ♡ ♡
Las intensiones de Zeppelin con Lorreine no era exactamente de compañerismo o amistad. Ni siquiera le importaba caerle bien.
Pero la tenia entre ceja y ceja, y a diferencia de las demás chicas de tad, lo de ella era el fijo.
La vio almorzando, sola cosa que le sorprendía ya que solía estar con el tatuado o a lo sumo molestando a otras personas. Se sentó de repente frente a ella, pero no le llamo la atención.
— Ignorarme no hará que me vaya de aquí —dijo, pretendiendo iniciar una conversación.
Lorreine siguiendo leyendo unos papeles sobre la mesa y revolviendo la ensalada, sin siquiera inmutarse de la presencia del chico. Zeppelin se paso por encima de la mesa para poder ir a sentarse a su lado. Sus zapatos prácticamente moviendo las cosas de Lorreine.
— Compórtate Zeppelin —lo fulmino con la mirada— ¿Acaso alguna vez has en una cena de verdad?
— Una vez —comenzó, y se apego más a ella— Pero no salio como esperaba.
— ¿Que paso?
— Acabé follando a la camarera.
La castaña hizo un claro gesto de asco y él rió.
— Eres desagradable cuando te lo propones.
— ¿En serio? —puso su cara directamente con la de ella—. Y eso que ni siquiera lo intento.
— Tus extraños intentos de seducir puede gustarle a las mujerzuelas de tu escuela, pero lamento informarte que no me agradas en ningún sentido.
— ¿Por que no me das ni una oportunidad?
— ¿Por que no me dejas de joder?
— Porque joderte es lo que quiero, Lore.
No gasto energía en contestarle, así que en cambio Lorreine estampo la bandeja de ensalada sobre la cara de Zeppelin para luego tomar sus cosas e irse.
— ¡Bien! —le grito quietando las cosas de la cara—, ¿vamos a involucrar comida? ¡Porque podría hacer una excepción contigo!
♡ ♡ ♡
Por siete años la vida de Rizzo no había tratado sobre nada más que no fuera perfeccionar su talento, por siete años ella solo se concentraba en busca de ser una estrella.
Pero hoy, por primera vez en siete años, Rizzo se olvido que tenia que levantarse para ir a sus clases de la mañana. Por primera vez Rizzo llegaba tarde, y en sus primeras semanas eso era una calamidad.
Extrañamente no había escuchando su alamar, o a sus compañeras cambiándose, siguiera el barullo del edificio cuando a todos les tocaba estar arriba.
Por eso, cuando Rizzo finalmente despertó y vio que eran las dos y media de la tarde, le extraño el hecho de despertar tan tarde. Ni siquiera se iba a dormir muy de noche.
Caso de la silla la primera muda de ropa que vio, sin importarle de quien era. Y salio en pijama corriendo a los baños.
Tan así que se perdió.
Por eso ahora Rizzo estaba tratando de ir por tad, con ropa que claramente no era suya (era mucho más corta de lo que solía usar) y con sus conjunto de pijama (camisa y pantalones rosado con decoraciones aniñadas).
— Hey —una mano quiso ayudarla, pero el sus de Rizzo hizo que le arrojara la ropa encima.
— ¡Yo, yo... —empezó a juntarle— ¡Lo siento!
— Calmante —rió el muchacho—, en realidad venia a preguntarte si necesitas ayuda.
— ¿Se nota mucho?
— Estas caminando a en círculos por el primer piso, a escondidas y en pijamas.
Ella se sonrojo de vergüenza, pero al menos alguien la había visto y le ofrecería ayuda.
— Si —lanzo una risa corta y nerviosa—. Estoy buscando el baño de chicas, aun no estoy ubicada tiempo y espacio dentro del edifico.
— Te acompaño, no tengo problema —le sonrió calidamente.
— Muchas gracias... —freno—, discúlpame pero no se tu nombre.
— Lucas, ¿y tu eres Rizzo verdad?
— ¿Como lo sabías?
— Soy vidente —ella levanto la ceja—, no vale. Lo leí en tu colorido pijama.
— Ah claro —se sonrojo—, vamos.
♡ ♡ ♡
Rápidamente había caído la tarde sobre el edifico, el jardín de tad era lo más parecido a una plaza que Prudence podía encontrar.
Buenas tardes.
Antes de que oscurezca completamente y empezara a refrescar, Prudence fue a su habitación para buscar sus crayones y un par de hojas blancas y así quedarse dibujando cerca de unas parte de los pilares donde entraba algo de luz natural.
— ¿Puedo hacerte compañía? —le pregunto un chico castaño, Prud le sonrió.
— Me gusta la compañía —se hizo a un lado con sus cosas—, ¿como te llamas?
— Seth —se acomodo a su lado—, ¿y tu?
— Dear Prudence.
— Ah, ¿de The Beatles?
— No, de California.
El muchacho rió. Prudence siguió concentrada en sus dibujos que realmente no tenían mucho sentido, pero que no eran difíciles de entender. Parecían fácilmente cosas hechas por niñas de ocho años, coloridas y sin lineas rectas.
Seth a su lado de dedico a prenderse algo que fumar, a ella no le molestaba.
— Adivino, viniste por las clases de arte —le dijo el chico.
— No —ella sonrió— pero podría, ¿para que estas aquí?
— Me interesa la música.
— Tienes pinta de músico.
— Gracias —replico—, entonces. Prudence, ¿cuáles son tus planes para el futuro?
— Espera —abrió enormemente los ojos mirándolo sorprendida— ¿estás trabajando en una máquina del tiempo también?
♡ ♡ ♡
A la mañana siguiente, Ian seguía pensando en la noche de san valentin, seguía pensando que no había hablado con Sid desde ese entonces y se preguntaba si en algún momento le pediría disculpas o era su manera sutil de rechazarlo.
Eran pocos los que despertaban super temprano como para tener tiempo de ir a desayunar y luego a sus clases, pero Ian y Aaron lo lograban, así que a primera hora eran los más probables a estar despiertos casi solo comiendo algo en la mañana.
— ¿Y al final que paso con Siddartha? —le pregunto en medio de una conversación totalmente diferente que estaban teniendo.
— Nada.
— No te creo —lo acuso—. Te ves triste.
— No te burles pero, creo que estoy desilusionado.
— Aw —se apresuro a decir su amigo—. Ian, ¿te gusta?
— Tengo más hambre —intento cambiar de tema.
— ¿Te gusta Sid?
¿Le gustaba Sid? ¿Era por eso que estaba tan triste por el solo hecho de que él rubio no le había hecho caso? Si, le gustaba Sid. Y no desde que lo invito, le gusta casi desde el momento en que lo vio el primer día de tad. Sus lindos ojos, su voz tan calmada, todo. Por fuera no le encontraba defecto, y seguramente por dentro tampoco lo tenia. Bueno, al menos después de esa noche no lo esperaba.
Recordó que Aaron estaba ahí y él se había quedado pensando en Siddhartha. Se ruborizo.
— ¡Aw! ¡Te gusta Siddartha! —grito alegre. Ian miro para todos lados.
— Baja la voz.
— Te gusta —se jacto— Lo sabía, eres tan obvio.
— ¿En serio? —tartamudeo.
— Lo miras cada vez que lo cruzas.
— Ay, no —se lamento rápidamente—. Creerá que lo acoso.
— Nah, él no se da cuenta.
— ¿Por qué lo dices?
— Nunca me ha mencionado nada. Por lo menos no mi.
Bien dicho Aaron.
— Eso no me hace sentir mejor.
— Oye, por algo quería ir al baile contigo.
— Más bien diría que arrepintió.
— No, no —negó rápidamente—. Su hermana se lo llevo ya que su primo lo había emborrachado, vaya cosa.
— Me hubiera hablado de nuevo —dijo bajando la cabeza.
— Tal vez solo esta avergonzado —lo justifico—. En realidad Sid es tímido, puede ser eso.
— Puede ser.
♡ ♡ ♡
— ¿Quieres? —le pregunto el chico tendiéndole la mano con algo en su puño.
— No me fío beber de vasos de desconocidos —arremetió él.
— Aoi.
— Zeppelin.
— ¿Ahora quieres? —insistió.
— Venga —miro el vaso—, ¿que es?
— No tengo idea —confeso.
— Bien —no dudo más, y Zep se trago lo que fuere que le haya dado.
Zeppelin comenzó a caminar de nuevo hacía su destino, estaba buscando a Jackson y Clarisse para decirle su opinión sobre (la que el consideraba) aburrida clase de música.
Tenia una pequeña sensación en el estomago, como si hubiera tomado mucha menta y le estuviera enfriando todo el estomago. Bueno, vaya uno a saber que había en ese recipiente del chico Aoi. Pero comparado con otras cosas que había probado, de seguro seria una estupidez.
— Jackson, en serio tenemos que hablar sobre la clase de música —dijo sentándose frente al directivo— ¿has oído los géneros que nos enseñan? Parecen sacados del iPod de un transexual.
— Zeppelin no seas duro —el hombre al contrario se estaba levantado del escritorio—. Queremos variar con la música y poner un 25% de todo tipo de ritmos, un 25% de hip-hop, el 25% de pop...
— 100% gay —se horrorizó.
— Escucha, me iré a ver otra cosa un rato, ahora vendrá Clarisse y lo hablas con ella.
— Miss señorita cintura, ¿eh? —Jackson bufo.
— Solo espérala, y no toques nada.
El hombre mayor se fue y Zeppelin se quedo sentado y mirando realmente sin ganas toda la sala. Aburrido. Volvió a sentir ese hielo en el estomago y bostezo.
Empezó a sentirse somnoliento, casi forzudamente antes su deseos e permanecer los ojos abiertos. Conociendo a Clarisse iba a tardarse, ¿que tan malo iba a ser tomar una siesta? Prácticamente consiente, cayo sus brazos sosteniendo su cabeza sobre la mesa.
Malas circunstancias para tener un sueño mojado.
nayeon.
Re: The American Dream | NC | 2.
- sofius:
- "niños, si el abuelo empieza a actuar raro, llévenlo al sótano"
todavía no puedo creer lo bien que me cae zeppelin AJJAJAJAJAJA es mi actor porno fav en el mundo, sobre todo cuando molesta a la putita de ian que me cae terriblemente mal. tmb maddie que es re cuchi y quiero apapacharla aw yYyYY elías paranoico y nina no la conozco no sé quien es me siento mal pero bueno tmb me agradó mucho YYYYYYY PRUDENCE DE CALIFORNIA la amo la amo la amo ya dije que la amo??? bueno x254 y nirvana y aoi maltratando a ian que hijos de puta que son aunque me dio pena que crea que ellos los odiaban aw): aguante sian papá bye
Clifford.
Re: The American Dream | NC | 2.
tengo que comentar muchos capitulos pero amor eterno a maddie e ian
hood.
Re: The American Dream | NC | 2.
te amo si, y amaría que las chicas sepan que subí capitulo en la pagina anterior y que lo lean ahre si lean
nayeon.
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