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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
heart-shaped box. {harry styles.
O W N :: Archivos :: Canceladas
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heart-shaped box. {harry styles.
por Black Widow. Jue 08 Mayo 2014, 2:17 pm
Ficha de la serie
• Titulo: Heart-shaped box.
• Autor: Yo.
• Adaptación: Algo así. Está basada en Infamous Second Son.
• Género: General pero sobre todo acción, drama y ciencia ficción.
• Contenido: Alto lenguaje, escenas eróticas, escenas de violencia y mucho mucho tensión y suspenso.
• Advertencias: Pos lo de contenido y bueno, si no hay comentarios la cancelo y no a las lectoras fantasmas. No las soporto TwT. No necesito chicas.
• Otras páginas: No.
[Heart-Shaped Box.]
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Prólogo.
«Es mejor arder, que apagarse.» —Carta de suicidio de Kurt Cobain, Kurt Cobain.
21 de Enero.
Murmuraba palabras ilegibles, con el corazón palpitando en su pecho con rápidez y las mejillas rosadas debido a la corriente helada que paseaba por las calles de Londres. Sus manos se agarraban de las barras azules del Puente de Londres mientras que sus ojos grisáceos contemplaban las aguas azules del río Tamesis. Le daba todo vueltas. ¿Iba a saltar en serio? ¿Permitiría que su cuerpo desapareciera en las profundidades del río, para no encontrarse nunca jamás?
Su visión se emborronaba, a la vez que las piernas le temblaban violentamente. El cielo estaba cubierto por espesas nubes descoloridas de tormenta, amenazando con ponerse a llover en cualquier momento y destrozar aquella hermosa tarde de invierno británica. Las dudas embargaban su mente con cada vez más fuerza, y apesar de que se arrepentía de lo que sería a todas luces el mayor error de su vida, sabía que no había posible marcha atrás. No porque estuviera cansada de la vida, que lo estaba realmente, si no porque no tenía el valor suficiente de regresar a casa, después de haber dejado su vídeo de suicidio preparado. Seguramente, sus padres ya lo hubieran visto, y estuvieran de camino al lugar donde ella se situaba. No se veia regresando, para aguantar los llantos de su madre y la presión psicólogica de su padre. Era incapaz de acudir al psicólogo otra vez, para hablarle de sus problemas. No quería regresar a esa vida misera y lastimera a la que era sumisa a aguantar. La mataría de vergüenza regresar.
La peli-negra contempló con tristeza el frente, analizándolo todo. Podía escapar. Irse a vivir una nueva vida, con una identidad falsa y la esperanza divina de un comienzo a partir de cero pero, ¿con qué dinero se podría mantener? Seguramente, estaría vagabundeando por las calles, alimentándose a base de limosnas y pasando hambre. Sabía que tampoco seria feliz en esa vida. La muchacha sintió un tirón en el estómago.
Toda su vida habia sido infeliz. Se sentía como un juguete abandonado, al cual le faltaban varias piezas y su pintura había sido descolorida con el paso del tiempo. Un juguete que yacía en una caja de madera, con otros juguetes más viejos e igual de rotos, y residía en una esquina oscura y llena de polvo y telas de arañas. Un lugsr donde nadie se acercaría, seguramente. Había sido engañada por la gente a la que más quería y torturada por años, aguantando dolor y sufrimiento. Ella sabía desde hace mucho tiempo que explotaria, tarde o temprano pero que no ese día.
Lo había dejado muy claro en su vídeo de despedida. Que eran muchos motivos, los que justificaban su repentina salida de un juego llamado vida, pero que eran quizá demasiados para explicarlos todos. Una simple escusa, para que la gente que lo hubiera no sintiera pena por ella pero, ¿qué debería de esperar? Era un deshecho inhumano, con depresión y baja autoestima.
Una lágrima caliente rodó por su mejilla, muriendo en la comisura de su labio. No tenía fuerzas. No sabía de dónde las sacaría pero, debía seguir adelante. Había luchado mucho por ello, ¿o no? El viento sopló, revoloteando sus cabellos rizados y poniendolos en su cara, impidiéndole ver. Con su mano apartó unos cabellos, dispuesta a olvidar todo aquello. A pedir disculpas. Se giró, apunto de saltar la valla de barrotes azul cuando, un sonido fuerte se escuchó venir a unos kilómetros de distancia. Al principio, la joven no supo que era, debido a que se encontraba a mucha distancia de lejanía. Se divisaba una especie de burbuja rojiza, que se llevaba todo a su alrededor. Como si una honda sismica empujará los coches, destruía los edificios y arrojaba a personas por los aires.
Ella no fue un caso especial. La honda sismica la empujó, cortandole la respiración de un puñetazo y palediciendo su rostro a un color enfermo. Su cuerpo saltó por los aires, impidiéndola por lo menos un grito. Cayó de espaldas al río Támesis, con los ojos abiertos por la sorpresa y el miedo. Inundados en lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. El impacto de su espalda contra la superficie del río fue doloro. Notó como la piel de ésta le picaba y escocía. Su cuerpo se hundió. Ella veía las burbujas salir de sus fosas nasales y volar a la superficie. Finalmente, iba a morir. Moriría como había planeado. Un simple jugador en una partida llamada vida. Apretó los labios. Era una estúpida broma del destino. Un chiste del hombre que vivía en los Cielos y contemplaba todo, con una sonrisa de diversión dibujada en su rostro.
Al parecer, la vida de Deirdee Blaire, había acabado ese día de invierno, tal y como había planeado.
«Es mejor arder, que apagarse.» —Carta de suicidio de Kurt Cobain, Kurt Cobain.
21 de Enero.
Murmuraba palabras ilegibles, con el corazón palpitando en su pecho con rápidez y las mejillas rosadas debido a la corriente helada que paseaba por las calles de Londres. Sus manos se agarraban de las barras azules del Puente de Londres mientras que sus ojos grisáceos contemplaban las aguas azules del río Tamesis. Le daba todo vueltas. ¿Iba a saltar en serio? ¿Permitiría que su cuerpo desapareciera en las profundidades del río, para no encontrarse nunca jamás?
Su visión se emborronaba, a la vez que las piernas le temblaban violentamente. El cielo estaba cubierto por espesas nubes descoloridas de tormenta, amenazando con ponerse a llover en cualquier momento y destrozar aquella hermosa tarde de invierno británica. Las dudas embargaban su mente con cada vez más fuerza, y apesar de que se arrepentía de lo que sería a todas luces el mayor error de su vida, sabía que no había posible marcha atrás. No porque estuviera cansada de la vida, que lo estaba realmente, si no porque no tenía el valor suficiente de regresar a casa, después de haber dejado su vídeo de suicidio preparado. Seguramente, sus padres ya lo hubieran visto, y estuvieran de camino al lugar donde ella se situaba. No se veia regresando, para aguantar los llantos de su madre y la presión psicólogica de su padre. Era incapaz de acudir al psicólogo otra vez, para hablarle de sus problemas. No quería regresar a esa vida misera y lastimera a la que era sumisa a aguantar. La mataría de vergüenza regresar.
La peli-negra contempló con tristeza el frente, analizándolo todo. Podía escapar. Irse a vivir una nueva vida, con una identidad falsa y la esperanza divina de un comienzo a partir de cero pero, ¿con qué dinero se podría mantener? Seguramente, estaría vagabundeando por las calles, alimentándose a base de limosnas y pasando hambre. Sabía que tampoco seria feliz en esa vida. La muchacha sintió un tirón en el estómago.
Toda su vida habia sido infeliz. Se sentía como un juguete abandonado, al cual le faltaban varias piezas y su pintura había sido descolorida con el paso del tiempo. Un juguete que yacía en una caja de madera, con otros juguetes más viejos e igual de rotos, y residía en una esquina oscura y llena de polvo y telas de arañas. Un lugsr donde nadie se acercaría, seguramente. Había sido engañada por la gente a la que más quería y torturada por años, aguantando dolor y sufrimiento. Ella sabía desde hace mucho tiempo que explotaria, tarde o temprano pero que no ese día.
Lo había dejado muy claro en su vídeo de despedida. Que eran muchos motivos, los que justificaban su repentina salida de un juego llamado vida, pero que eran quizá demasiados para explicarlos todos. Una simple escusa, para que la gente que lo hubiera no sintiera pena por ella pero, ¿qué debería de esperar? Era un deshecho inhumano, con depresión y baja autoestima.
Una lágrima caliente rodó por su mejilla, muriendo en la comisura de su labio. No tenía fuerzas. No sabía de dónde las sacaría pero, debía seguir adelante. Había luchado mucho por ello, ¿o no? El viento sopló, revoloteando sus cabellos rizados y poniendolos en su cara, impidiéndole ver. Con su mano apartó unos cabellos, dispuesta a olvidar todo aquello. A pedir disculpas. Se giró, apunto de saltar la valla de barrotes azul cuando, un sonido fuerte se escuchó venir a unos kilómetros de distancia. Al principio, la joven no supo que era, debido a que se encontraba a mucha distancia de lejanía. Se divisaba una especie de burbuja rojiza, que se llevaba todo a su alrededor. Como si una honda sismica empujará los coches, destruía los edificios y arrojaba a personas por los aires.
Ella no fue un caso especial. La honda sismica la empujó, cortandole la respiración de un puñetazo y palediciendo su rostro a un color enfermo. Su cuerpo saltó por los aires, impidiéndola por lo menos un grito. Cayó de espaldas al río Támesis, con los ojos abiertos por la sorpresa y el miedo. Inundados en lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. El impacto de su espalda contra la superficie del río fue doloro. Notó como la piel de ésta le picaba y escocía. Su cuerpo se hundió. Ella veía las burbujas salir de sus fosas nasales y volar a la superficie. Finalmente, iba a morir. Moriría como había planeado. Un simple jugador en una partida llamada vida. Apretó los labios. Era una estúpida broma del destino. Un chiste del hombre que vivía en los Cielos y contemplaba todo, con una sonrisa de diversión dibujada en su rostro.
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Black Widow.
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