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The Roadtrip
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: The Roadtrip
VENGO DEL CINE DESPUÉS QUE NO VOY DESDE NOVIEMBRE SABEN y ninguna está
Atenea.
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Re: The Roadtrip
Mily me dijo que subiría en cuanto yo volviera de mi ida a la playa so... ya volví
Atenea.
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Re: The Roadtrip
- *le open* :
- Así que este cap lo hice corto para que no se aburran, aunque de seguro sí lo harán, es que luego hago caps largos (como en tad) y solo tres comentan u-u eso, perdonen la demora, como siempre, y los créditos de la parte maaia+sebastien son de valu jhgfdsfghj lo amé tanto.
CAPITULO 39
BY KITTY SYKES 2014.
Una semana antes de dejar su trabajo como niñero, quiero decir, guía en un parque de diversiones, a su familia, su hogar en un pequeño suburbio de Vallejo y el resto de su vida anterior para unirse a la que probablemente sería la experiencia más… llamémosle “interesante” en lo que va de su corta vida, el tío del oji-verde le había dado un ultimátum, o comenzaba a trabajar en el negocio familiar o entraba a la universidad con una carrera decente. Pero seamos honestos, eso de trabajar en una mecánica no era lo que William tenía como “un futuro brillante”. No. Decir que él tenía vastas expectativas con lo del negocio familiar sería desestimar el asunto. Por otro lado, lo que el siempre agradable tío Peter entendía como carrera decente no calificaba ni como un aceptable para Will. Llámenlo ideático o como que quieran, pero el castaño soñaba más alto.
Y como fuese, el muchacho ya había decido qué era lo que iba a hacer, por el momento. Debía admitir que todo pasó demasiado pronto y que por lo general, aunque fuese entusiasta, no se habría metido en semejante aventura de la noche a la mañana, sin embargo… pasaron dos días para que lo tuviera decidido. Y si iba a ser completamente honesto consigo mismo, para variar, aceptaba que aquella muchacha de ojos color miel tuvo bastante que ver en este arrebato de adrenalina. Sonaba muy loco en su mente y de hecho también lo era en las acciones, pero ¿quién culparía a un pobre chico fascinado? Porque sí, lo que la joven Turner hizo fue dejarlo enteramente encantado y si no descubría más acerca de ella, y la razón por la que le interesaba tanto, no se perdonaría haberla dejado ir así como así.
De seguro sus nuevos compañeros de viaje se burlaban de él. “El obsesionado”, “la mascota de Myralli” y quién sabe qué más. Will ya imaginaba la cantidad de sobrenombres que se había ganado por su gran entrada al viaje, pero es que el chico Stump era todo un haz con las presentaciones –noten el sarcasmo-, merecía el premio a la vergüenza personal, torpeza tan especial no se había visto en décadas por estos lados de California. Tal vez debería estar preparando su discurso de aceptación.
Comenzó a trazar figuras al azar con la rama de un árbol (el que estaba tras él, supuso) que se había caído quién sabe cuándo, en la tierra húmeda a sus pies. Por el momento no se encontraba ni aburrido ni animado, Myra estaba en plena plática de chicas con Fauna a unos cinco metros, según calculaba, de él. Esto le alegraba y entristecía de cierta forma porque a) ver sonreír a Myra le traía este tipo de tranquilidad que no sentía hace años, pero b) no tenía nadie más con quien conversar y se sentía como tremendo estorbo para todos ahí. ¿Algún día lo notarían? Analizó la rama que tenía en la mano, nadie supo cuándo se desprendió del árbol, el asunto fue que lo hizo y de seguro nadie lo notó. ¿Sería así la vida de William? ¿Él haría cosas interesantes o estúpidas y el resto lo seguiría ignorando? Es que la vida de los demás no se detendría solo para presenciar lo que hiciera Will. Debía aceptarlo.
Claramente pudo sentir la presencia de alguien a su costado derecho, la tierra bajo sus pies había vibrado débilmente, pero él lo sintió. William tenía este hábito por notar cosas que para los demás no tenían el mínimo atisbo de importancia.
—William ¿verdad? —Soltó la fina voz de su acompañante. Era una chica, no había duda de ello.
—Sí. —Se limitó a contestar.
—¿Te molesta que esté aquí? Porque puedo irme, de todos modos podemos hablar en otro momento.
—Oh no, no. Lo siento... —La detuvo. “Bien William, estás por hacer amigos. Compórtate.” Indicó su subconsciente. —Perdona que no recuerde tu nombre.
—No hay cuidado, soy Juliette. Myra nos presentó hace un par de días. —La rubia le sonrió amablemente ladeando, quizá sin querer, la cabeza.
—Por cierto, no me disculpé por haberlas interrumpido ese día. Fue descortés de mi parte, lo sé y lo lamento. —El castaño bajó la cabeza apenado.
—¿Eres propenso a disculparte?
—¿Eso está mal?
—No. Para nada, pero es raro y más proviniendo de un chico.
—Qué puedo decirte, estoy fuera de lo usual. —Ante el comentario de Will, ambos rieron.
Juliette parecía agradable, era divertida y aunque fuera interesante, él no sabía cómo debía responder frente a las historias que ella le contaba. “Qué bien.” había indicado a la explicación de Jules sobre porqué asociaba su fascinación por alguien con lo maravilladas que quedaban las chicas con Robert Pattinson. Asintió y le ofreció una sonrisa como si supiera de qué se trataba, Juliette siguió hablando. Pudo hacer de la conversación algo más amena, excepto que 1) no sabía quién era Robert Pattinson, 2) por el momento no le interesaba saberlo y 3) nunca había sido muy bueno conversando con nuevas personas, en especial con chicas, exceptuando a Myralli, claro.
¿Qué tenía esta chica que le atraía tanto? Emanaba aventura, pero también paz; sentía que corría peligro junto a ella, pero al mismo tiempo no había experimentado seguridad alguna como la que Myra le brindaba. Quizá ese “algo” era lo que atrajo a este chico, Sebastien. Viéndole el lado positivo, ninguno de los dos (Myra y Sebastien) mostraban interés por acercarse, ese era un punto a favor para Will. Vale, estaba siendo egoísta, pero sin distracciones le sería más sencillo saber por qué había seguido a la chica a tal extremo de unirse al viaje.
—Eres una linda persona. —Aquellas palabras por parte de Jules hicieron que concentrara toda su atención para volver a la charla.
—Uhm… este… gracias. —Siseó el castaño bajando levemente la cabeza con las mejillas ligeramente sonrojadas de vergüenza por no haberle prestado atención. —Tú eres muy interesante. —Añadió sonriéndole de lado.
Cuando cayó la noche hicieron la ya habitual convivencia alrededor de la fogata. El ambiente estaba tenso, solo alguien completamente despistado no notaría el drama existente. A lo mejor debía decir algún chiste o no sé, hacer reír a los demás. Entonces sería como una segunda presentación, pensarían “Ah, este chico William, es muy divertido. Deberíamos hablar más con él.” Sí, bueno, las cosas no siempre pasaban como se las imaginaba. Sería tremendamente incómodo que nadie se riera. Con esto dejaría en claro lo fuera de lugar que estaba del resto.
Se acercó a la chica Turner en busca de compañía, de todos modos solo tenía a Myra y, recientemente, a Jules para entablar alguna plática. Cuando se sentó a su lado, ella no dijo ni hizo nada, parecía estar concentrada en… lo suponía, la rubia ¿Penny? y obviamente Sebastien. Carraspeó sutilmente para captar la atención de la morena.
—Oh, Will. Perdona. —Dijo la morena sorprendiéndose notoriamente por la presencia del muchacho.
—No pasa nada.
—No vayas a creer que estaba-
—¿Sintiéndote celosa? —Le interrumpió el oji-verde.
—Por supuesto que no. ¿Por qué lo estaría? —Myra se hizo la desentendida. —Además se nota que él ya me superó, haré lo mismo. —Continuó encogiéndose de hombros.
—Con todo respeto, pero estás comportándote como una niña. Si te duele solo ve y díselo.
—¿Pero qué dices? —Enarcó una ceja y habló con tono ofendido. —No me duele, me alegra. Lo alejé para que no se hunda con Myralli “Titanic” Turner y ha funcionado, por mí puede cogerse a la rubia patosa hasta que no pueda más.
—Myra, lenguaje. —Le reprendió Will. —Bien, pero ten en cuenta que te refieres a ambos con mucho rencor, eso no me suena a alegría.
—William, —Oh vaya, ella lo había llamado por el nombre completo. —te juro que me gustas como no tienes idea y estar de lado de Sebastien no está ayudando a que esa atracción por ti incremente. Que sepas.
Hubo un penoso silencio, ambos esperaban que el otro dijera algo. Y no. Las palabras hacían que todo fuera terriblemente incómodo, como ver a tus abuelos besarse. Así de incómodo. Aquella boca de Myra, ¿debía soltarlo así? ¿de sopetón? William era terrible coqueteando o respondiendo a cosas como esas ¿qué se supone que debía hacer ahora? ¿besarla? ¿huir? Ese era el mejor momento para decirle que era hermosa. Cubiertos por la noche, la tenía junto a él, olía a pasto recién cortado, lluvia y a vida. El brillo que emanaba la fogata hacía relucir ese hermoso par de gotas de miel que los demás se atrevían a llamar simples ojos. Y no sólo era hermosa, sino también sexy, no había reparado en esas partes y se sentía horrible por no notarlas antes. Myralli requería ser observada por un tiempo indefinido y quizá hasta infinito.
—Uhm… Solo digo que desde el día anterior a conocernos han estado juntos en todo momentos… y que me parece bien.
—Sí, vale. ¿Crees que les agrade a tus amigos? —Alabado William, sabía cómo cambiar de tema.
—Por supuesto, pero no todos son amigos míos. —La morena inspeccionó el lugar con la mirada y sonrió ampliamente al divisar a su oji-azul amigo caminando en dirección a ellos. —¡Mason! —Exclamó a modo de llamarlo.
Mason se acomodó al lado libre de la chica. —Myra, veo que estás con…
—Will. —Continuó ella. —No finjas no saber quién es. —Le advirtió.
—Sí, claro. William. —El oji-azul le saludó con un leve asentimiento de cabeza y una sonrisa por demás fingida. —Oye Myra, tengo que hablar contigo… en privado, si se puede. —Añadió mirando impasible al oji-verde.
—Ah, entiendo. Yo, este, andaré por ahí. —Dijo el chico Stump. —Aunque no conozco a nadie más. —Comentó entre dientes, igualmente ella lo escuchó.
—Escucha, yo no seré tu acceso a la popularidad en este lugar. —Comentó Myralli.
—Ah, vale. —Musitó el castaño, Will, pero sentía las palabras atorársele en la garganta. ¿La chica que hace unos minutos le había dicho que gustaba de él ahora insinuaba que no le caía bien? ¿va en serio? Se paró algo desconcertado sacudiendo la tierra de sus pantalones y se alejó del lugar.
Por unos segundos la menor de los Turner consideró la idea de detener al chico y disculparse, fue grosera y lo comprendía, pero Mason la necesitaba y bueno… se trataba de Mason, no podía dejarlo. Era su amigo y de los pocos a quien le agradaba de verdad. Se mordió la mejilla interiormente observando a William alejándose. Volvió la mirada de regreso al castaño de ojos azules, el cual tenía una sonrisa burlona decorando su pálido rostro.
—Tienes exactamente un segundo para borrar esa sonrisa. —Ordenó ella.
—Es que debiste verlo, le asestaste tres disparos ¡pium, pium, pium! —Mason comenzó a reír mientras intentaba imitar una pistola con las manos.
—¿Qué te traes? ¿Has bebido?
—Sólo una… y quizá otra… y tal vez otra más, pero únicamente eso, te juro. —Respondió él conteniendo la risa.
—Debí imaginarlo, no eres tan grosero cuando estás sobrio. —Expresó ella extendiéndole una botella de agua.
—¿Grosero? Nah —Expresó Mason dándole un sorbo a la botella. —Pasa, pasa ¿te gustan las pasas? Podríamos ir por una tarta de pasas, no sé si existen, pero en caso de que no existan, puedo preparar una.
A Myra solo le quedaba seguirle la corriente, era divertido. —Si cocinarás no me lo pierdo por nada del mundo.
—Te sorprenderías. De paso puedo ponerle estos lindos honguitos a la tarta. —Habló él extendiendo una bolsa con algo así como media docena de los hongos especiales de Zuzu. —Ah, y pasa que algo no me cierra del todo acerca de ese chico.
—Me quedaré con esto —Myra le arrebató los hongos— no debes manejar cosas así. Si quieres relajarte solo me avisas y te haré un té de esto —indicó señalando la bolsa —pero ni loca te dejo a solas con los hongos, eres nuevo y podrías ocasionarte una sobredosis. Por cierto, no seas tan cruel con Will, es un buen chico, me gusta y quiero que te agrade.
—¿Té?
—Sí. Créeme, es mucho mejor así.
—¿Por qué debería agradarme Will? Soy team Sebastien, aunque él sea tremendo gilipollas. —Continuó Mason terminando el agua de la botella.
—Porque eres mi amigo y necesito que te lleves bien con él.
Guardó los tranquilizantes de Mason en su mochila, le extendió otra botella de agua y unas mentas. Si existía algo que detestase era el aliento alcohólico, ella era la encargada de eliminar ese hedor de su hermano y Sebastien. Bueno, ahora sería Daniel y Mason.
—¿No te parece que hemos pasado mucho tiempo en Vallejo? —Preguntó Myra.
—Es lindo aquí, pero ya me quiero ir, no han pasado cosas buenas estando en este lugar… por lo menos no para mí. —Una vez dicho esto él bajó la cabeza.
—¿Aún duele? —Inquirió refiriéndose al moretón que ya poco se notaba en la mejilla blanca de su amigo.
—No tanto como hace dos días.
—Bueno, debes admitir que te lo buscaste. —Al escucharla, el oji-azul levantó la vista incrédulo. —Solo digo que agarrarte a golpes, y en especial con mi hermano, es tremenda idiotez.
—Ofendió a Caitlin. ¿Piensas que lo hubiera dejado pasar como si nada?
—Vale, vale, en eso tienes razón, pero fue ella quien besó a Jeremy. —Myralli siseó lo último reparando muy tarde en que aquello lastimaba a Mason. —¿Sabes? Daniel no parece recordar nada de esa noche.
—Y eso endulza mis días.
—Aprendiste a utilizar el sarcasmo, muy bien. —Palmeó la espalda de Mason. —Por otro lado, estoy orgullosa de ti por haberla defendido… y también quiero patearte el culo por haber golpeado a mi hermano. Pero mi orgullo por ti puede más. —Acotó sonriéndole divertida.
Siguieron bromeando hasta que un chico de cabello color miel se les acercó. Se trataba de uno de los nuevos ¿Jonah? Mason no lo recordaba bien, sin embargo Myra parecía conocerlo de años. Una vez que el chico nuevo se hubiese acomodado junto a ellos, la morena se le abalanzó notoriamente emocionada.
—¡Jones, pequeño hijo de perra! —Exclamó la Turner menor encima del chico que yacía en el suelo. —No puedo creer que no te hayas acercado a saludar, han pasado días. Desgraciado. —Continuó, ahora incorporándose, le extendió una mano para ayudarlo a pararse, pero la retiró rápidamente antes de que este la tomara. —¿Ya lo habéis olvidado?
—Si te caes y Myra te tiende la mano —suspiró sonriendo — jamás la aceptes, te está engañando. —Recitó él cual dicho. —Sólo pensé que ya habías madurado, mírate, estás tan grande.
—Han pasado unos cuantos años, no es para tanto. —Golpeó torpemente el hombro de Jones. —Mason, él es Jones, y viceversa. —Dirigió su atención a su sorprendentemente sobrio amigo.
Mason se veía confundido. Ella tuvo que explicarle que 1) el chico de cabello color miel era Jason Jones, 2) ella se había comportado así porque lo conocía hace bastante tiempo ya que era amigo de Daniel y Sebastien y 3) se habían distanciado porque el infeliz no le informó a tiempo que se iría de la ciudad, aunque Jason dijo que 4) Myra no aparecía por ninguna parte porque 5) se había ido de la nada a un campamento.
El pobre joven Cardiggan se sintió mareado con tanta información en tan poco tiempo, sumado con el hecho de que el alcohol comenzaba a hacer efecto y que haber bebido con el estómago vacío no ayudaba en nada, se retiró para devolver lo que había desayunado ese día, dejando a Myra a solas con Jones.
—¿Pasa a menudo? —Él se refería a la poca resistencia de Mason para con el alcohol.
—Es nuevo en eso, ya se acostumbrará. Aunque admito que preferiría que dejase de beber.
—Ya veo, has cambiado a Sebastien por el chico este, Mason ¿no es así?
—No sé a lo que te refieres.
—Anda Myra, siempre lo supe todo. —Jones la codeó a modo de broma.
—¿Y por qué coño nunca dijiste nada?
—Creí que eso les correspondía a ustedes. —Hizo una mueca restándole importancia al asunto.
—Como sea, de todos modos Daniel se enteró. Algo así.
—¿Cómo va eso? Debes decirme.
—Ahora no, allá viene Daniel. —Indicó observando a su hermano acercarse.
A penas lo vio, Jason dejó sola a Myra. Oh, genial, justo se iba ahora. Muy bien, esto se pondría incómodo, no había entablado una conversación, como las de antes, con su hermano y en ese instante no se sentía de lo mejor para intentarlo. Respiró profundo varias veces mentalizándose para no terminar peleando o con silencios molestos. Sonrió lo mejor que pudo y disimuló no haberlo visto. Para cuando su hermano se hubiese sentado junto a ella, actuó lo más relajada posible.
—¿Cómo te ha ido, hermanita? —La gruesa y áspera voz de su compañero de ADN la hizo estremecer, esperaba pronunciar algo en respuesta.
—He estado mejor. —Admitió. —¿Qué hay de ti?
—No lo sé, ¿cómo debería estar?
—Si no lo sabes tú ¿qué te hace creer que lo voy a saber yo? —Ante semejante respuesta lo único que pudo hacer el chico Turner fue reír. —Te echo de menos. —Confesó cuando la risa de su hermano cesó.
—¿Me echas de menos? Pero si estoy aquí. —Daniel se acercó más, hombro con hombro.
—Lo sé, gran idiota. Pero justamente esa es la peor manera de echar de menos a una persona. Cuando está a tu lado y aun así la echas de menos.
A lo mejor no debió haber dicho lo último, aunque fuera cierto -y vaya que lo era- no creía prudente preocupar a su hermano con cosas insignificantes como esa. Myra solía ser del tipo de chicas que suelen creer mucho. Creía que Sebastien fue sincero esa vez, creía que sentía algo más por él, creía que tenía la mejor relación con su hermano. Sí, Myralli creía en varias cosas que al final no resultaron.
—¿Sabes? Tienes esa manía de meterte con mis amigas. —Dijo ella jugando con sus dedos. —Quiero decir, tenemos a Caitlin, aunque ya no le hable, y ahora Juliette ¿vas en serio?
—¿Juliette? Para nada, está Cait. Que no se te olvide.
—Sí, bueno. Deberías convencerte muy bien de eso. —Acotó con la vista aún pegada en el movimiento de sus manos.
—También tienes una fascinación por mis amigos, ¿no te suena el nombre de Sebastien?
—En absoluto.
—Espero que no se te ocurra hacer lo mismo con Jones. —Myra lo miró con los ojos abiertísimos. —Prefiero que me lo digan a que lo hagan a escondidas.
Así que Myra tenía en claro que 1) las cosas con Daniel simplemente no eran como antes y 2) él la creía una puta. Probablemente sí había actuado como una, qué va, merecía que se refieran a ella así.
¿Qué no se lo habían ensañado? No se debe molestar al prójimo, era sencillo. Pero quien quiera que estuviese despierto a esas horas lo escucharía. Él solo quería dormir, una tranquila siesta ¿era mucho pedir? Salió de su tienda tallándose los ojos y reprimiendo un bostezo ¿nadie más escuchaba tremendo ruido? Al parecer no pues todas las tiendas estaban cerradas.
Caminó buscando el origen del alboroto. La vio de pie en medio del "campamento" mientras enredaba y desenredaba un nudo. Diez veces. Cien veces, sus manos estaban rojizas y en cualquier momento se rasgarían, o le saldrían callos. Hizo una mueca de dolor frente a esto, seguro le ardían como los mil demonios ¿sería ella masoquista? Posiblemente. De todas formas se veía muy bien a pesar de ser temprano por la mañana.
Notó que se hallaba particularmente nerviosa sin ningún motivo, se veía que eso la estaba volviendo loca. Había aprendido a reconocer este tipo de actitudes, y si se tratara de Myra, lo mejor era alejarse sin ocasionar el menos ruido posible, pero hombre, ella no era Myra. En el mejor de los casos, ella no se pondría agresiva y tampoco terminaría gritándole.
—Hola ahí. —Saludó el castaño.
La chica saltó ante la voz del desconocido, para ella, y su corazón aceleró. Se sentía estúpida. Giró para ver a su emisor, y encontró un chico de cabello castaño fuertemente alborotado, con ojos azules y la mirada más fuerte que vio jamás. A primera vista, Sebastien era el tipo de hombres que apabullan con tan solo la presencia. Admitía que esto le había ganado el respeto de la gente en varias ocasiones y probablemente no era respeto, sino miedo.
—Uh, hola. —Su voz se sentía como el contacto del terciopelo por primera vez, suave. Muy suave.
—¿Qué hace una chica como tú despierta a estas horas? —No se arrepintió de aquello porque fue recompensado con una sonrisa por parte de la chica.
—Oh, sólo... Ya sabes. Soy una chica madrugadora. —Lo suponía, desde la primera vez que la vio pudo intuirlo. Claramente él no era madrugador, recordándolo, él quería reclamarle por el alboroto que no lo dejaba dormir. Bueno, ni tan alboroto porque parecía ser el único en haberlo escuchado.
—Así que, chica madrugadora. Soy Sebastien. —Alargó la mano esperando que ella la estrechara. Nerviosamente lo hizo, un apretón rápido, pero no lo suficientemente rápido para que la aspereza de sus manos pasara desapercibida. Tal vez su voz era tan suave como el terciopelo, pero claro está que sus manos no. Sebastien miró extrañado su mano una vez ella soltó el apretón. La delgada chica frente a él se sonrojó.
—Manos de DJ... Son ásperas. —Explicó bajando la mirada, lo cual le pareció tremendamente dulce.
—¿DJ, huh? Asombroso. ¿Tienes un sobrenombre? —Existía este je ne sais quoi que intrigaba de sobremanera a Sebastien, sentía la necesidad de saberlo todo sobre ella; así como tampoco podía quitarle la mirada de encima. Era sincero al decirlo, más sincero de lo que le hubiese gustado admitir.
—Sonny.
—¿Sonny? ¿Con 'o'? ¿No es eso un nombre masculino? —Ella se encogió de hombros.
—Es por Scrillex, a decir verdad...
—¿Scrillex?
—Sí, se llama Sonny Moore en realidad, Scrillex solo es su alias, así como Sonny es el mío. Y sé que Sonny no tiene mucho que ver con Maaia, pero me gusta. —Sebastien silbó honestamente impresionado.
—Hermosa, inteligente y agradable. —Enumeró con sus dedos el oji-azul. —No te apartes de mí, ¿vale? Nos hacen falta chicas como tú. —La risa de Maaia, aunque fuera nerviosa, también se sentía bien. Al percatarse del color carmesí que habían tomado las mejillas de la chica y de cómo se tambaleaba levemente hacia atrás mientras miraba hacia el suelo y se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja; Sebastien sintió la necesidad de protegerla con su vida.
—Gracias, supongo. —Manifestó regresándole la mirada.
—Ni lo menciones. —Sebastien acomodo el cabello del otro lado tras la oreja de Maaia, justo como ella había hecho con el otro mechón; el contactó con su rostro envió agradables sensaciones por su columna vertebral. Extraño. Bastante extraño. —No logro adivinar el color de tus ojos. Anoche me pareció que eran de color como el metal, pero justo ahora los veo verdes claro. —Y era cierto, la noche anterior no pudo quitarle la vista de encima, incluso Penny se había molestado por esa acción. Bueno ¿quién mandaba a Maaia a ser así de… fascinante?
—Es por el sol. —Admitió. —Son grises, de hecho.
Y se miraron por lo que pareció una eternidad. Sebastien, con la mano aún en su cabello, tomo un pequeño mechón entre sus dedos y tiro suavemente de él, varias veces, como si tocara una campana. Sentía una inmensa paz, por la que tanto estuvo rogando, al hacerlo. En ese momento olvidaba los problemas con Myra, que lo había arruinado con Mason y que probablemente estaba por herir, de nuevo, a Daniel. Pero, respaldando a lo último, fue ella quien le había tomado la mano, Sebastien solo se resistía a cometer alguna idiotez que le echara a perder todo lo que le importaba. Solo que ahora, con Maaia, fue como si se dieran cuenta que, de una forma u otra, debían estar cerca el uno del otro.
Y como fuese, el muchacho ya había decido qué era lo que iba a hacer, por el momento. Debía admitir que todo pasó demasiado pronto y que por lo general, aunque fuese entusiasta, no se habría metido en semejante aventura de la noche a la mañana, sin embargo… pasaron dos días para que lo tuviera decidido. Y si iba a ser completamente honesto consigo mismo, para variar, aceptaba que aquella muchacha de ojos color miel tuvo bastante que ver en este arrebato de adrenalina. Sonaba muy loco en su mente y de hecho también lo era en las acciones, pero ¿quién culparía a un pobre chico fascinado? Porque sí, lo que la joven Turner hizo fue dejarlo enteramente encantado y si no descubría más acerca de ella, y la razón por la que le interesaba tanto, no se perdonaría haberla dejado ir así como así.
De seguro sus nuevos compañeros de viaje se burlaban de él. “El obsesionado”, “la mascota de Myralli” y quién sabe qué más. Will ya imaginaba la cantidad de sobrenombres que se había ganado por su gran entrada al viaje, pero es que el chico Stump era todo un haz con las presentaciones –noten el sarcasmo-, merecía el premio a la vergüenza personal, torpeza tan especial no se había visto en décadas por estos lados de California. Tal vez debería estar preparando su discurso de aceptación.
Comenzó a trazar figuras al azar con la rama de un árbol (el que estaba tras él, supuso) que se había caído quién sabe cuándo, en la tierra húmeda a sus pies. Por el momento no se encontraba ni aburrido ni animado, Myra estaba en plena plática de chicas con Fauna a unos cinco metros, según calculaba, de él. Esto le alegraba y entristecía de cierta forma porque a) ver sonreír a Myra le traía este tipo de tranquilidad que no sentía hace años, pero b) no tenía nadie más con quien conversar y se sentía como tremendo estorbo para todos ahí. ¿Algún día lo notarían? Analizó la rama que tenía en la mano, nadie supo cuándo se desprendió del árbol, el asunto fue que lo hizo y de seguro nadie lo notó. ¿Sería así la vida de William? ¿Él haría cosas interesantes o estúpidas y el resto lo seguiría ignorando? Es que la vida de los demás no se detendría solo para presenciar lo que hiciera Will. Debía aceptarlo.
Claramente pudo sentir la presencia de alguien a su costado derecho, la tierra bajo sus pies había vibrado débilmente, pero él lo sintió. William tenía este hábito por notar cosas que para los demás no tenían el mínimo atisbo de importancia.
—William ¿verdad? —Soltó la fina voz de su acompañante. Era una chica, no había duda de ello.
—Sí. —Se limitó a contestar.
—¿Te molesta que esté aquí? Porque puedo irme, de todos modos podemos hablar en otro momento.
—Oh no, no. Lo siento... —La detuvo. “Bien William, estás por hacer amigos. Compórtate.” Indicó su subconsciente. —Perdona que no recuerde tu nombre.
—No hay cuidado, soy Juliette. Myra nos presentó hace un par de días. —La rubia le sonrió amablemente ladeando, quizá sin querer, la cabeza.
—Por cierto, no me disculpé por haberlas interrumpido ese día. Fue descortés de mi parte, lo sé y lo lamento. —El castaño bajó la cabeza apenado.
—¿Eres propenso a disculparte?
—¿Eso está mal?
—No. Para nada, pero es raro y más proviniendo de un chico.
—Qué puedo decirte, estoy fuera de lo usual. —Ante el comentario de Will, ambos rieron.
Juliette parecía agradable, era divertida y aunque fuera interesante, él no sabía cómo debía responder frente a las historias que ella le contaba. “Qué bien.” había indicado a la explicación de Jules sobre porqué asociaba su fascinación por alguien con lo maravilladas que quedaban las chicas con Robert Pattinson. Asintió y le ofreció una sonrisa como si supiera de qué se trataba, Juliette siguió hablando. Pudo hacer de la conversación algo más amena, excepto que 1) no sabía quién era Robert Pattinson, 2) por el momento no le interesaba saberlo y 3) nunca había sido muy bueno conversando con nuevas personas, en especial con chicas, exceptuando a Myralli, claro.
¿Qué tenía esta chica que le atraía tanto? Emanaba aventura, pero también paz; sentía que corría peligro junto a ella, pero al mismo tiempo no había experimentado seguridad alguna como la que Myra le brindaba. Quizá ese “algo” era lo que atrajo a este chico, Sebastien. Viéndole el lado positivo, ninguno de los dos (Myra y Sebastien) mostraban interés por acercarse, ese era un punto a favor para Will. Vale, estaba siendo egoísta, pero sin distracciones le sería más sencillo saber por qué había seguido a la chica a tal extremo de unirse al viaje.
—Eres una linda persona. —Aquellas palabras por parte de Jules hicieron que concentrara toda su atención para volver a la charla.
—Uhm… este… gracias. —Siseó el castaño bajando levemente la cabeza con las mejillas ligeramente sonrojadas de vergüenza por no haberle prestado atención. —Tú eres muy interesante. —Añadió sonriéndole de lado.
Cuando cayó la noche hicieron la ya habitual convivencia alrededor de la fogata. El ambiente estaba tenso, solo alguien completamente despistado no notaría el drama existente. A lo mejor debía decir algún chiste o no sé, hacer reír a los demás. Entonces sería como una segunda presentación, pensarían “Ah, este chico William, es muy divertido. Deberíamos hablar más con él.” Sí, bueno, las cosas no siempre pasaban como se las imaginaba. Sería tremendamente incómodo que nadie se riera. Con esto dejaría en claro lo fuera de lugar que estaba del resto.
Se acercó a la chica Turner en busca de compañía, de todos modos solo tenía a Myra y, recientemente, a Jules para entablar alguna plática. Cuando se sentó a su lado, ella no dijo ni hizo nada, parecía estar concentrada en… lo suponía, la rubia ¿Penny? y obviamente Sebastien. Carraspeó sutilmente para captar la atención de la morena.
—Oh, Will. Perdona. —Dijo la morena sorprendiéndose notoriamente por la presencia del muchacho.
—No pasa nada.
—No vayas a creer que estaba-
—¿Sintiéndote celosa? —Le interrumpió el oji-verde.
—Por supuesto que no. ¿Por qué lo estaría? —Myra se hizo la desentendida. —Además se nota que él ya me superó, haré lo mismo. —Continuó encogiéndose de hombros.
—Con todo respeto, pero estás comportándote como una niña. Si te duele solo ve y díselo.
—¿Pero qué dices? —Enarcó una ceja y habló con tono ofendido. —No me duele, me alegra. Lo alejé para que no se hunda con Myralli “Titanic” Turner y ha funcionado, por mí puede cogerse a la rubia patosa hasta que no pueda más.
—Myra, lenguaje. —Le reprendió Will. —Bien, pero ten en cuenta que te refieres a ambos con mucho rencor, eso no me suena a alegría.
—William, —Oh vaya, ella lo había llamado por el nombre completo. —te juro que me gustas como no tienes idea y estar de lado de Sebastien no está ayudando a que esa atracción por ti incremente. Que sepas.
Hubo un penoso silencio, ambos esperaban que el otro dijera algo. Y no. Las palabras hacían que todo fuera terriblemente incómodo, como ver a tus abuelos besarse. Así de incómodo. Aquella boca de Myra, ¿debía soltarlo así? ¿de sopetón? William era terrible coqueteando o respondiendo a cosas como esas ¿qué se supone que debía hacer ahora? ¿besarla? ¿huir? Ese era el mejor momento para decirle que era hermosa. Cubiertos por la noche, la tenía junto a él, olía a pasto recién cortado, lluvia y a vida. El brillo que emanaba la fogata hacía relucir ese hermoso par de gotas de miel que los demás se atrevían a llamar simples ojos. Y no sólo era hermosa, sino también sexy, no había reparado en esas partes y se sentía horrible por no notarlas antes. Myralli requería ser observada por un tiempo indefinido y quizá hasta infinito.
—Uhm… Solo digo que desde el día anterior a conocernos han estado juntos en todo momentos… y que me parece bien.
—Sí, vale. ¿Crees que les agrade a tus amigos? —Alabado William, sabía cómo cambiar de tema.
—Por supuesto, pero no todos son amigos míos. —La morena inspeccionó el lugar con la mirada y sonrió ampliamente al divisar a su oji-azul amigo caminando en dirección a ellos. —¡Mason! —Exclamó a modo de llamarlo.
Mason se acomodó al lado libre de la chica. —Myra, veo que estás con…
—Will. —Continuó ella. —No finjas no saber quién es. —Le advirtió.
—Sí, claro. William. —El oji-azul le saludó con un leve asentimiento de cabeza y una sonrisa por demás fingida. —Oye Myra, tengo que hablar contigo… en privado, si se puede. —Añadió mirando impasible al oji-verde.
—Ah, entiendo. Yo, este, andaré por ahí. —Dijo el chico Stump. —Aunque no conozco a nadie más. —Comentó entre dientes, igualmente ella lo escuchó.
—Escucha, yo no seré tu acceso a la popularidad en este lugar. —Comentó Myralli.
—Ah, vale. —Musitó el castaño, Will, pero sentía las palabras atorársele en la garganta. ¿La chica que hace unos minutos le había dicho que gustaba de él ahora insinuaba que no le caía bien? ¿va en serio? Se paró algo desconcertado sacudiendo la tierra de sus pantalones y se alejó del lugar.
Por unos segundos la menor de los Turner consideró la idea de detener al chico y disculparse, fue grosera y lo comprendía, pero Mason la necesitaba y bueno… se trataba de Mason, no podía dejarlo. Era su amigo y de los pocos a quien le agradaba de verdad. Se mordió la mejilla interiormente observando a William alejándose. Volvió la mirada de regreso al castaño de ojos azules, el cual tenía una sonrisa burlona decorando su pálido rostro.
—Tienes exactamente un segundo para borrar esa sonrisa. —Ordenó ella.
—Es que debiste verlo, le asestaste tres disparos ¡pium, pium, pium! —Mason comenzó a reír mientras intentaba imitar una pistola con las manos.
—¿Qué te traes? ¿Has bebido?
—Sólo una… y quizá otra… y tal vez otra más, pero únicamente eso, te juro. —Respondió él conteniendo la risa.
—Debí imaginarlo, no eres tan grosero cuando estás sobrio. —Expresó ella extendiéndole una botella de agua.
—¿Grosero? Nah —Expresó Mason dándole un sorbo a la botella. —Pasa, pasa ¿te gustan las pasas? Podríamos ir por una tarta de pasas, no sé si existen, pero en caso de que no existan, puedo preparar una.
A Myra solo le quedaba seguirle la corriente, era divertido. —Si cocinarás no me lo pierdo por nada del mundo.
—Te sorprenderías. De paso puedo ponerle estos lindos honguitos a la tarta. —Habló él extendiendo una bolsa con algo así como media docena de los hongos especiales de Zuzu. —Ah, y pasa que algo no me cierra del todo acerca de ese chico.
—Me quedaré con esto —Myra le arrebató los hongos— no debes manejar cosas así. Si quieres relajarte solo me avisas y te haré un té de esto —indicó señalando la bolsa —pero ni loca te dejo a solas con los hongos, eres nuevo y podrías ocasionarte una sobredosis. Por cierto, no seas tan cruel con Will, es un buen chico, me gusta y quiero que te agrade.
—¿Té?
—Sí. Créeme, es mucho mejor así.
—¿Por qué debería agradarme Will? Soy team Sebastien, aunque él sea tremendo gilipollas. —Continuó Mason terminando el agua de la botella.
—Porque eres mi amigo y necesito que te lleves bien con él.
Guardó los tranquilizantes de Mason en su mochila, le extendió otra botella de agua y unas mentas. Si existía algo que detestase era el aliento alcohólico, ella era la encargada de eliminar ese hedor de su hermano y Sebastien. Bueno, ahora sería Daniel y Mason.
—¿No te parece que hemos pasado mucho tiempo en Vallejo? —Preguntó Myra.
—Es lindo aquí, pero ya me quiero ir, no han pasado cosas buenas estando en este lugar… por lo menos no para mí. —Una vez dicho esto él bajó la cabeza.
—¿Aún duele? —Inquirió refiriéndose al moretón que ya poco se notaba en la mejilla blanca de su amigo.
—No tanto como hace dos días.
—Bueno, debes admitir que te lo buscaste. —Al escucharla, el oji-azul levantó la vista incrédulo. —Solo digo que agarrarte a golpes, y en especial con mi hermano, es tremenda idiotez.
—Ofendió a Caitlin. ¿Piensas que lo hubiera dejado pasar como si nada?
—Vale, vale, en eso tienes razón, pero fue ella quien besó a Jeremy. —Myralli siseó lo último reparando muy tarde en que aquello lastimaba a Mason. —¿Sabes? Daniel no parece recordar nada de esa noche.
—Y eso endulza mis días.
—Aprendiste a utilizar el sarcasmo, muy bien. —Palmeó la espalda de Mason. —Por otro lado, estoy orgullosa de ti por haberla defendido… y también quiero patearte el culo por haber golpeado a mi hermano. Pero mi orgullo por ti puede más. —Acotó sonriéndole divertida.
Siguieron bromeando hasta que un chico de cabello color miel se les acercó. Se trataba de uno de los nuevos ¿Jonah? Mason no lo recordaba bien, sin embargo Myra parecía conocerlo de años. Una vez que el chico nuevo se hubiese acomodado junto a ellos, la morena se le abalanzó notoriamente emocionada.
—¡Jones, pequeño hijo de perra! —Exclamó la Turner menor encima del chico que yacía en el suelo. —No puedo creer que no te hayas acercado a saludar, han pasado días. Desgraciado. —Continuó, ahora incorporándose, le extendió una mano para ayudarlo a pararse, pero la retiró rápidamente antes de que este la tomara. —¿Ya lo habéis olvidado?
—Si te caes y Myra te tiende la mano —suspiró sonriendo — jamás la aceptes, te está engañando. —Recitó él cual dicho. —Sólo pensé que ya habías madurado, mírate, estás tan grande.
—Han pasado unos cuantos años, no es para tanto. —Golpeó torpemente el hombro de Jones. —Mason, él es Jones, y viceversa. —Dirigió su atención a su sorprendentemente sobrio amigo.
Mason se veía confundido. Ella tuvo que explicarle que 1) el chico de cabello color miel era Jason Jones, 2) ella se había comportado así porque lo conocía hace bastante tiempo ya que era amigo de Daniel y Sebastien y 3) se habían distanciado porque el infeliz no le informó a tiempo que se iría de la ciudad, aunque Jason dijo que 4) Myra no aparecía por ninguna parte porque 5) se había ido de la nada a un campamento.
El pobre joven Cardiggan se sintió mareado con tanta información en tan poco tiempo, sumado con el hecho de que el alcohol comenzaba a hacer efecto y que haber bebido con el estómago vacío no ayudaba en nada, se retiró para devolver lo que había desayunado ese día, dejando a Myra a solas con Jones.
—¿Pasa a menudo? —Él se refería a la poca resistencia de Mason para con el alcohol.
—Es nuevo en eso, ya se acostumbrará. Aunque admito que preferiría que dejase de beber.
—Ya veo, has cambiado a Sebastien por el chico este, Mason ¿no es así?
—No sé a lo que te refieres.
—Anda Myra, siempre lo supe todo. —Jones la codeó a modo de broma.
—¿Y por qué coño nunca dijiste nada?
—Creí que eso les correspondía a ustedes. —Hizo una mueca restándole importancia al asunto.
—Como sea, de todos modos Daniel se enteró. Algo así.
—¿Cómo va eso? Debes decirme.
—Ahora no, allá viene Daniel. —Indicó observando a su hermano acercarse.
A penas lo vio, Jason dejó sola a Myra. Oh, genial, justo se iba ahora. Muy bien, esto se pondría incómodo, no había entablado una conversación, como las de antes, con su hermano y en ese instante no se sentía de lo mejor para intentarlo. Respiró profundo varias veces mentalizándose para no terminar peleando o con silencios molestos. Sonrió lo mejor que pudo y disimuló no haberlo visto. Para cuando su hermano se hubiese sentado junto a ella, actuó lo más relajada posible.
—¿Cómo te ha ido, hermanita? —La gruesa y áspera voz de su compañero de ADN la hizo estremecer, esperaba pronunciar algo en respuesta.
—He estado mejor. —Admitió. —¿Qué hay de ti?
—No lo sé, ¿cómo debería estar?
—Si no lo sabes tú ¿qué te hace creer que lo voy a saber yo? —Ante semejante respuesta lo único que pudo hacer el chico Turner fue reír. —Te echo de menos. —Confesó cuando la risa de su hermano cesó.
—¿Me echas de menos? Pero si estoy aquí. —Daniel se acercó más, hombro con hombro.
—Lo sé, gran idiota. Pero justamente esa es la peor manera de echar de menos a una persona. Cuando está a tu lado y aun así la echas de menos.
A lo mejor no debió haber dicho lo último, aunque fuera cierto -y vaya que lo era- no creía prudente preocupar a su hermano con cosas insignificantes como esa. Myra solía ser del tipo de chicas que suelen creer mucho. Creía que Sebastien fue sincero esa vez, creía que sentía algo más por él, creía que tenía la mejor relación con su hermano. Sí, Myralli creía en varias cosas que al final no resultaron.
—¿Sabes? Tienes esa manía de meterte con mis amigas. —Dijo ella jugando con sus dedos. —Quiero decir, tenemos a Caitlin, aunque ya no le hable, y ahora Juliette ¿vas en serio?
—¿Juliette? Para nada, está Cait. Que no se te olvide.
—Sí, bueno. Deberías convencerte muy bien de eso. —Acotó con la vista aún pegada en el movimiento de sus manos.
—También tienes una fascinación por mis amigos, ¿no te suena el nombre de Sebastien?
—En absoluto.
—Espero que no se te ocurra hacer lo mismo con Jones. —Myra lo miró con los ojos abiertísimos. —Prefiero que me lo digan a que lo hagan a escondidas.
Así que Myra tenía en claro que 1) las cosas con Daniel simplemente no eran como antes y 2) él la creía una puta. Probablemente sí había actuado como una, qué va, merecía que se refieran a ella así.
¿Qué no se lo habían ensañado? No se debe molestar al prójimo, era sencillo. Pero quien quiera que estuviese despierto a esas horas lo escucharía. Él solo quería dormir, una tranquila siesta ¿era mucho pedir? Salió de su tienda tallándose los ojos y reprimiendo un bostezo ¿nadie más escuchaba tremendo ruido? Al parecer no pues todas las tiendas estaban cerradas.
Caminó buscando el origen del alboroto. La vio de pie en medio del "campamento" mientras enredaba y desenredaba un nudo. Diez veces. Cien veces, sus manos estaban rojizas y en cualquier momento se rasgarían, o le saldrían callos. Hizo una mueca de dolor frente a esto, seguro le ardían como los mil demonios ¿sería ella masoquista? Posiblemente. De todas formas se veía muy bien a pesar de ser temprano por la mañana.
Notó que se hallaba particularmente nerviosa sin ningún motivo, se veía que eso la estaba volviendo loca. Había aprendido a reconocer este tipo de actitudes, y si se tratara de Myra, lo mejor era alejarse sin ocasionar el menos ruido posible, pero hombre, ella no era Myra. En el mejor de los casos, ella no se pondría agresiva y tampoco terminaría gritándole.
—Hola ahí. —Saludó el castaño.
La chica saltó ante la voz del desconocido, para ella, y su corazón aceleró. Se sentía estúpida. Giró para ver a su emisor, y encontró un chico de cabello castaño fuertemente alborotado, con ojos azules y la mirada más fuerte que vio jamás. A primera vista, Sebastien era el tipo de hombres que apabullan con tan solo la presencia. Admitía que esto le había ganado el respeto de la gente en varias ocasiones y probablemente no era respeto, sino miedo.
—Uh, hola. —Su voz se sentía como el contacto del terciopelo por primera vez, suave. Muy suave.
—¿Qué hace una chica como tú despierta a estas horas? —No se arrepintió de aquello porque fue recompensado con una sonrisa por parte de la chica.
—Oh, sólo... Ya sabes. Soy una chica madrugadora. —Lo suponía, desde la primera vez que la vio pudo intuirlo. Claramente él no era madrugador, recordándolo, él quería reclamarle por el alboroto que no lo dejaba dormir. Bueno, ni tan alboroto porque parecía ser el único en haberlo escuchado.
—Así que, chica madrugadora. Soy Sebastien. —Alargó la mano esperando que ella la estrechara. Nerviosamente lo hizo, un apretón rápido, pero no lo suficientemente rápido para que la aspereza de sus manos pasara desapercibida. Tal vez su voz era tan suave como el terciopelo, pero claro está que sus manos no. Sebastien miró extrañado su mano una vez ella soltó el apretón. La delgada chica frente a él se sonrojó.
—Manos de DJ... Son ásperas. —Explicó bajando la mirada, lo cual le pareció tremendamente dulce.
—¿DJ, huh? Asombroso. ¿Tienes un sobrenombre? —Existía este je ne sais quoi que intrigaba de sobremanera a Sebastien, sentía la necesidad de saberlo todo sobre ella; así como tampoco podía quitarle la mirada de encima. Era sincero al decirlo, más sincero de lo que le hubiese gustado admitir.
—Sonny.
—¿Sonny? ¿Con 'o'? ¿No es eso un nombre masculino? —Ella se encogió de hombros.
—Es por Scrillex, a decir verdad...
—¿Scrillex?
—Sí, se llama Sonny Moore en realidad, Scrillex solo es su alias, así como Sonny es el mío. Y sé que Sonny no tiene mucho que ver con Maaia, pero me gusta. —Sebastien silbó honestamente impresionado.
—Hermosa, inteligente y agradable. —Enumeró con sus dedos el oji-azul. —No te apartes de mí, ¿vale? Nos hacen falta chicas como tú. —La risa de Maaia, aunque fuera nerviosa, también se sentía bien. Al percatarse del color carmesí que habían tomado las mejillas de la chica y de cómo se tambaleaba levemente hacia atrás mientras miraba hacia el suelo y se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja; Sebastien sintió la necesidad de protegerla con su vida.
—Gracias, supongo. —Manifestó regresándole la mirada.
—Ni lo menciones. —Sebastien acomodo el cabello del otro lado tras la oreja de Maaia, justo como ella había hecho con el otro mechón; el contactó con su rostro envió agradables sensaciones por su columna vertebral. Extraño. Bastante extraño. —No logro adivinar el color de tus ojos. Anoche me pareció que eran de color como el metal, pero justo ahora los veo verdes claro. —Y era cierto, la noche anterior no pudo quitarle la vista de encima, incluso Penny se había molestado por esa acción. Bueno ¿quién mandaba a Maaia a ser así de… fascinante?
—Es por el sol. —Admitió. —Son grises, de hecho.
Y se miraron por lo que pareció una eternidad. Sebastien, con la mano aún en su cabello, tomo un pequeño mechón entre sus dedos y tiro suavemente de él, varias veces, como si tocara una campana. Sentía una inmensa paz, por la que tanto estuvo rogando, al hacerlo. En ese momento olvidaba los problemas con Myra, que lo había arruinado con Mason y que probablemente estaba por herir, de nuevo, a Daniel. Pero, respaldando a lo último, fue ella quien le había tomado la mano, Sebastien solo se resistía a cometer alguna idiotez que le echara a perder todo lo que le importaba. Solo que ahora, con Maaia, fue como si se dieran cuenta que, de una forma u otra, debían estar cerca el uno del otro.
bxmbshell.
Re: The Roadtrip
- MILO:
- OMG LET ME CRY ;_; PLS, HACIA TANTO QUE NO LEÍA ALGO DE ACÁ SRSLY, QUE ES TAN LIIIIIIIIIIIINDO LEER UN CAP y omg, Milo, amé tu cap sakdnaskdns, aunque digas que está aburrido y corto, LO AMÉ , ahora... vamos con el comentario con respecto a él:
William me agrada mucho es tan sakdjasdkjansdjkansdjkanskjdansjdsa lindo y cute y así todo tímido ;_; OSEA, ES EL AMIGO PERFECTO PARA MASON (lastima que mi bby no piense lo mismo xD jé), yyy idk skdjasdknasdnas lo amo :cc aunque estuvo loco en elegir lo del viaje srsly de la nada, todo por seguir a la Myra que cautiva a todos Y LOS APODOS JAJAJAJA, "el perro faldero de Myra" i can't, Will ni ha hablado con nadie y ya se puso él mismo sus apodos ksajdnandjs omg ;_; idk, lo de la comparación de la rama con él fue tan sad me dio tristeza por él la verdad :cc. Fue lindo que Willa y Juls hayan platicado él debe hacer amigos además de Myra :cc y omg, Jules es re cute y así toda linda haciéndole compañía al Willa :aah: y JAJAJAJAJA "tu eres muy interesante", puta, me meo con eso xDD, se ve que le cuesta platicar a él ¿TIENES IDEAS DE LOS FILZ QUE ME DIERON CUANDO LEÍ QUE MYRA VEÍA A SEBASTIEN Y A PENNY? OSEA, ES REEEEEEEEEEEEEEEEEEE OBVIO QUE LA WNA LOS MATABA CON LA MIRADA ;_; CELOOOOOOOOOOOOSSS TENGO CELOSSSSSSSSS, CELOS DE TUS MANOS CUANDO TOCAS A OTRA CHICA, TENGO CELOS, JAJAJAJA, plz, esa canción le va tan bieeeeeeeeeeeen a Myra ahora yyy pero sad bc Will ahí, aunque yapo, TODAS SABEN QUE MYRA ES DE SEBASTIEN, PUNTO YYY CUANDO LLEGO MASON, ¿OSEA LEÍ BIEN? ¿MI BB TOMANDO ALCOHOL? SRSLY? JODEME, MILENKA QUE ESO NUNCA ME LO DIJISTE El correcto y dulce y pan de dios de Mason esta desapareciendo poco a poco PORQUE ÉL JAMÁS HABÍA HECHO UNA SONRISA FINGIDA POR QUE ALGUIEN NO LE AGRADE ;_; AY DIOS, NOOOOOOOOOOO pero esto me da tantas ideas aunque si, estoy como Myra, es mejor que no sea así él :cc JAJAJAJA aunque me dio risa que no aguanto el wn y vomito todo yyy estoy con Mason, en lo de TEAM SEBASTIEN PLS :niña: yyy lo de que Daniel no recordaba nada yyy filz bc skdnasndj idk, daitlin los amo, pero Mason sufre y eso no es cute para nadie luego lo que le dijo Myra a Daniel aunque tiene razón :meh: Daniel es el que debería tener claro que es Caitlin la que está ahí :jum: puto wn :ccccccccccccccccccccccc no le debía decir a Myra eso de que es puta (aunque no fue con esas palabras precisamente) :ccc, pero eso hurts a lot yyyy luego Sebastien ksjdasndjas omg, Maaia es tan linda yyy él wn askdjasjdn con ella, SE ME HICIERON TAN PUTAMENTE HERMOSOS Y LINDOS ;______________; pero como i can't bc Syra es da best osea, MILO, NO ME HAGAS QUERER A OTRO SHIP yyy quería ver acción Caitlin y Myra
Y eso, amé tu cap, muchos filz te amo
Atenea.
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Re: The Roadtrip
omg Milenka, quieres darme un heart attack, empecemos a comentar tu hermoso capítulo *-*
De verdad pienso que Will es un buen muchacho, enserio que si, pero hay algo en el que no me termina de convencer, no sé cuáles sean sus verdaderas intenciones con Myra, y que de alguna manera evites que hablen ellos dos me encanta de verdad. Y no me gusta como los nuevos personajes no conocen a nadie y se quedan solitos u_u pero lamentablemente así es la vida real #ahbienexagerada aunque, ay Juliette es un panecito y es un amor y la amo demasiado por como se acerca a los demás y *-* debo de decir que me dio mucha risa los apodos que le han dado a Will XD pero ay, que malos
Me encantan los celos de Myra, se me hace tan tierna cuando está en ese humor ;-;
dos toda esa escena me dio mucha risa, más cuando Jason preguntó si le pasaba a menudo eso a Mason, Dios Mason no es tan bueno para eso y luego DanielxMyra idk pero me gustó mucho cuando le dijo que si tenía algo con Jones, que le diga de frente, pero no me gustó cuando Myra malinterpretó las cosas, porque no actúo como una puta, si no como una adolescente llena de hormonas :c y estoy segura que Daniel se esforzará para que las cosas vuelvan a estar como antes, aunque sea lo último que haga :c y morí de feels cuando
1) leí de Maaia
2) leí de Sebastien
3) leí Penny
4) LOS PUTOS FEELINGS QUE SE ESTÁN DESPERTANDO CON SEBASTIEN HACIA MAAIA
debería ser team Penny pero ;-;
Me encantó tu capítulo amor, muchas gracias por subir enserio ya casi vamos a los 50 capítulos, wut
De verdad pienso que Will es un buen muchacho, enserio que si, pero hay algo en el que no me termina de convencer, no sé cuáles sean sus verdaderas intenciones con Myra, y que de alguna manera evites que hablen ellos dos me encanta de verdad. Y no me gusta como los nuevos personajes no conocen a nadie y se quedan solitos u_u pero lamentablemente así es la vida real #ahbienexagerada aunque, ay Juliette es un panecito y es un amor y la amo demasiado por como se acerca a los demás y *-* debo de decir que me dio mucha risa los apodos que le han dado a Will XD pero ay, que malos
Me encantan los celos de Myra, se me hace tan tierna cuando está en ese humor ;-;
te juro que solté un "aw" cuando leí eso, es que se me hace tan tierna ;-; cuando Myra le dijo a Will que le gustaba... sentí un crecimiento en su carácter y la interacción con Mason él está cambiando pARA MAL no me gusta ese nuevo Mason pero :c he has to change, i know ;-;—¿Pero qué dices? —Enarcó una ceja y habló con tono ofendido. —No me duele, me alegra. Lo alejé para que no se hunda con Myralli “Titanic” Turner y ha funcionado, por mí puede cogerse a la rubia patosa hasta que no pueda más.
NO ES CIERTO HAHAHAHHAHA TODAS AQUÍ SOMOS TEAM SEBASTIEN, MASON ESTÁ CON NOSOTRAS, y me encanta Myra y su forma tan protectora de querer a Daniel, y como quería patearle el trasero a Mason pero pues Daniel no recuerda nada así que todo está bien(?) y omg la escena Jones y Myra, se me hizo taaaan tierna sin duda él la quiere mucho, ya lo verán en mis capítulos(?)—¿Por qué debería agradarme Will? Soy team Sebastien, aunque él sea tremendo gilipollas. —Continuó Mason terminando el agua de la botella.
HAHAHAHAHHA ME REÍ TANTO CUANDO LO LEÍ—Si te caes y Myra te tiende la mano —suspiró sonriendo — jamás la aceptes, te está engañando. —Recitó él cual dicho. —Sólo pensé que ya habías madurado, mírate, estás tan grande.
dos toda esa escena me dio mucha risa, más cuando Jason preguntó si le pasaba a menudo eso a Mason, Dios Mason no es tan bueno para eso y luego DanielxMyra idk pero me gustó mucho cuando le dijo que si tenía algo con Jones, que le diga de frente, pero no me gustó cuando Myra malinterpretó las cosas, porque no actúo como una puta, si no como una adolescente llena de hormonas :c y estoy segura que Daniel se esforzará para que las cosas vuelvan a estar como antes, aunque sea lo último que haga :c y morí de feels cuando
1) leí de Maaia
2) leí de Sebastien
3) leí Penny
4) LOS PUTOS FEELINGS QUE SE ESTÁN DESPERTANDO CON SEBASTIEN HACIA MAAIA
debería ser team Penny pero ;-;
¿me quiereS MATAR MILENKA? ;-;y que probablemente estaba por herir, de nuevo, a Daniel. Pero, respaldando a lo último, fue ella quien le había tomado la mano
Me encantó tu capítulo amor, muchas gracias por subir enserio ya casi vamos a los 50 capítulos, wut
peralta.
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