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Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Bienvenida Angieeee! Tengo una amiga que tambien se llama angie:3Angie Marie escribió:OH. POR. DEOS.
New reader hereee! Omg omg omg omg
Lei toooda la novela en dos dias! Debo admitir que al principio estaba media equis, pero como no tenia nada que hacer segui leyendo y BAM! Aqui estoy
Es la mejor novela que estoy leyendo ahoritaaaaaa
Debes seguirla please
Te amoo
Te amoo
Te amoo
Te amoo
Te amoo
Te amoo
TE AMO Y TE OBLIGO A QUE LA SIGAS SI NO QUIERES QUE TE MANDE A BARNEY Y QUE TE VIOLE! Okno..
Mas le vale a rayis ir a Londres!
S I G U E L A Y A !
Mil gracias?
Te amo mas
Te amo mas
Te amo mas
Te amo maaaas
No mandes a Barney:(
Jajaj ya la sigo!
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Capitulo 70 ~ El diario rosa.
Mi almohada no me consoló aquella noche; por más que intentaba pensar, solamente conseguía suspiros y pensamientos vacíos llenos de predicciones y miedos.
El viaje a Londres era un regalo para Lucy de parte de su abuela materna, una adinerada mujer que vivía en Checoslovaca y que de cumpleaños número veinte, a todos sus nietos les regalaba un viaje con todos los gastos pagados. Según Lucy su abuela era un encanto de mujer, pero por alguna razón ella y su madre no se llevaban necesariamente bien. Sin embargo, esto no impidió nunca que la abuela rica les regalara sus viajes a Beijing, New York y Moscú a los tres hermanos mayores de Lucy cuando llegaron a sus dos décadas; ella por supuesto no podía ser la excepción.
Así que ahí estaba yo, debatiendo sobre lo que debía de hacer, lo que quería hacer, y lo que definitivamente quería evadir.
Me senté en la cama, y avisté de soslayo mi reflejo en el espejo del tocador. Mi cabello despeinado enmarcaba mi cara, sobresalía la gran maraña castaña que tenía enredada gracias a todas las vueltas que había dado en la cama aquella noche. No me molesté en mirar hacia el reloj, pero estaba oscuro. Supe que no era de día aún, más bien madrugada, y supe también que si no me volvía a recostar e intentaba dormir, aquellos pocos rastros de sueño se me escabullarían como ratones perseguidos por un gato.
Llevé ambas manos abiertas hasta mi cara, y solté una gran bocanada de aire. Mis labios estaban resecos, y mi garganta me dolía, quizás del dolor ese que se siente cuando presientes que algo saldrá mal.
Observé sobre el rimero que tenía en mi escritorio, la caja de regalo roja que Lucy había envuelto con papel selofan. Sobre la caja cerrada debidamente, estaba el regalo que Lucille había catalogado como excelente.
— Es un diario —había dicho ella sonriendo, con la vista clavada en el cuaderno rosa mientras que con las yemas de los dedos acariciaba la portada—. Quiero que aquí escribas todas nuestras aventuras, tus sueños y tus mas grandes anhelos, y que los conviertas realidad poco a poco —elevó apenas sus ojos, me sonrió y me entregó el cuaderno que sostenía casi como a un tesoro—. Nuestras historias serán leyenda algún día.
Quizás tenía razón, o quizás subestimaba mi tan aburrida y monotona vida. Estaba bastante segura de que una vida que incluía levantarse, un baño, desayunar, Universidad, Café Starbucks, Volver a casa, hacer tareas y dormir 24/5 (entre semana) no era bastante interesante, mucho menos cuando el 24/2 faltante (el fin de semana) era algo como Leer, Leer, Leer, Café, escribir, Tareas, Leer. Sospechaba que ese tipo de leyendas no eran muy vendibles.
Pero el rostro de ilusión de Lucy me hacía sentir que aquel cuaderno con la pasta tejida en hilos de diferentes tonalidades de rosa era especial. Podía comprar uno de esos cuadernos quizás en Target, Dillars, o hasta Walmart, pero por alguna extraña razón ese se sentía único. Quizás por que me lo había dado una amiga que creía en mi, y que creía en los fantasmas que me atosigaban día y noche. Lucy creía en mi, y creía en que yo realmente algún día podría escribir algo que convirtiera mi nombre en inmortal. De algún modo, el que ella lo hiciera me hacía pensar que quizás tenía razón.
Fuese como fuese, aquella fría madrugada de Navidad sentía que mi pecho se inflaba con dificultad. El nerviosismo era la sensación reinante en aquella habitación seis por seis, y el insomnio me empezaba a asechar. No me apetecía pensar, pero tampoco podía no hacerlo; tenía que contestarle a Lucy.
Sería muy egoísta de mi parte no acompañarla cuando ella lo quería, y también lo sería el hecho de arruinar su tan deseado viaje a Londres para que cambiara el destino. Lucy siempre había querido conocer esa ciudad; según dijo era su sueño desde chica.
Me aventé a la cama de nuevo, mirando hacia el oscuro techo que se observaba negro.
No podía dejar a Lucy en eso, no podía truncar su sueño de ir a Londres solo porque para mi aquel representara un amargo trago de boca. ¿Qué si era Londres? No significaba que por arte de magia lo vería; la ciudad era tan grande que jamás podría encontrarmelo. ¿Su familia? Definitivamente no creía que su familia estaría en los lugares turisticos donde Lucy tenía la ilusión de conocer.
Cerré los ojos, deseando por un instante que mi vida no fuera tan maldita sea complicada.
...
— Osea... Londres — inquirió Ronny, mirandome de reojo. Me hundí en mis hombros, y sin quitarle la vista a mi café asentí desganada. — ¿Cómo te sientes con ello?
— ¿Cómo me puedo sentir? Mal. Pero realmente es un sueño para Lucy ir allá. No puedo dejar que eso lo arruine recuerdos estúpidos.
— No son recuerdos estúpidos, _____. Cuando un recuerdo involucra un sentimiento es especial.
— Da lo mismo. — Suspiré, y fijé mi vista en la ventana.
La concurrida Boston despertaba después de noche buena. Desde el Starbucks de la cuarta avenida, todo el exterior se veía lejano; no se colaba ni un sonido, y la suave música navideña que de algún modo casi indescriptible hacía juego con los adornos de figuras de Santa y Rodolfo el reno te hacían sentir en otro mundo. Era casi como si todos los consumidores de Starbucks en aquel momento estuvieran en un ensimismamiento, viendo una película cuya pantalla era el cristal.
Por eso ese starbucks era mi favorito de entre las otras setenta sucursales; era ameno, cálido, y me ensimismaba con bastante frecuencia. Me perdía en mis pensamientos, y todo parecía más claro.
— No tienes que ir si no quieres, ¿lo sabías?
— Lucy quiere que vaya, Ronny. No me gustaría abandonarla en esto.
— Pero si te hace daño, tu...
— Ya —la interrumpí—, no sigas. Ir a Londres no representa más daño del que mi cabeza me hace cada noche. No quiero dejar ir sola a Lucy, por que por primera vez me siento importante para alguien, por primera vez tengo una verdadera amiga. Así que iré a Londres con ella, me tragaré mis malditos recuerdos y estaré con una sonrisa mientras le tomo una foto en el Big Ben. No es nada del otro mundo.
Ronny frunció el ceño, y yo alcé las cejas invitandola a que dejara de hacer eso. Volví mi vista hacia el libro de Nicholas Sparks que estaba recargado sobre la mesa para dos, y lo tomé con inquisidad.
— ¿Es tuyo?
— Me lo prestó Yannin.
— Libros romanticos, cursis, pegajosos.
— Tu misma escribiste algo romantico, cursi y pegajoso. Deja de ser tan critica siempre, _____. Te amo, pero me desesperas.
Ronny giró su cintura, y descolgó su saco que previamente había colocado sobre el respaldo de su silla. Se levantó de ésta misma, y se dispuso a ponerse el saco de piel que había sido un regalo de Yannin por Thanksgiving. Tomó su bolso del bolsero de metal que habían tomado prestado de aquel establecimiento, y alargó su brazo para tomar el libro. Se detuvo para mirarme, y soltó un suspiro. Pasó su vista por la ventana que estaba detrás de mi, y después me miró con detenimiento.
— Iré al despacho. ¿Quedamos para cenar?
— Claro. — Asentí con una media sonrisa en los labios.
— Perfecto. Te quiero. — Dijo antes de voltearse y caminar entre la gente y las mesas, directo hacia la salida.
El sonido de unos cubiertos chocando contra la cerámica de los platos de los pastelillos, el murmuro de las personas.
Estaba sola en Starbucks.
Tenía la opción de encender la notebook y hacer alguna tarea o revisar el correo, sin embargo no me sentía con ganas para hacer tareas ni verificar cosas pendientes. En lugar de eso, de mi gran bolso saqué el diario que Lucy me había regalado para navidad. Del estuche que siempre llevaba conmigo saqué una pluma negra de punta fina, y abrí el cuadernillo. No se por qué se sentía especial. Quizás me estaba volviendo loca.
Así que solamente empecé a escribir nuestra leyenda.
"Me siento ridícula haciendo esto, pero lo hago por que alguien muy cercana a mi —la más cercana quizás— realmente cree que pueda llenar este cuadernillo con palabras que se quedarán estancadas en la mente de millones. No se si creerle, pero se que bien puede ser cierto. Así que por si acaso, y por puro placer y auto-enorgullecimiento, lo haré. Lo haré por mi mejor amiga.
Bueno, no hay mucho que decir. Soy solo una chica que ha sido abatida por la vida en varias ocasiones, de varios modos. El primero y el que forjó a la "______ Lanteige" que soy hoy, fue el abandono de mi padre.
El dejó la casa un día de lluvia, un día de chocolate caliente con bombones. Sus palabras fueron "volveré", pero con los vientos del invierno, las lluvias de primavera, y las hojas que el viento volaba en Otoño me di cuenta de que esas palabras no tendrían como consecuencia una promesa cumplida.
Entré en depresión silenciosa, tan silenciosa y callada que ni yo misma me di cuenta. Creo que nadie se dio cuenta, ya que yo a la tierna edad de cinco años aún no tenía una identidad formada. Me había refugiado en los libros desde antes de eso, cuando leer las palabras en papel era lo único que acallaban los gritos desesperados de mis padres al discutir, pero cuando él se fue, de algún modo sosteniendo los libros lo sentía cerca. Tan cerca que me quemaba la piel.
Me volví introvertida, callada, tímida y miedosa. Por dentro, claro. Por fuera era lo que los chicos en mi escuela denominaban amargada, aburrida, nerd, rara... No sufrí mucho en mis años escolares, quizás por que era tan poco interesante como para llamar la atención de aquellos que se dedicaban a hacerle la vida imposible a los más raros de la escuela —ni siquiera me hacían caso para molestarme o acosarme como a otros—, pero ahora que ya crecí, y que mis años de secundaria quedaron atrás, me doy cuenta de cual sola me sentía. Caminaba como fantasma sin rumbo por los pasillos, con la cara mirando las baldosas y los libros abrazados contra mi pecho; mi mochila colgada en mis hombros, y mi cabello recogido en una coleta sobre mi craneo. Miraba hacia mis alrededores, observando como las chicas maquilladas reían, los chicos guapos besaban a chicas guapas o molestaban a otros inadaptados como yo, y como todos parecían encagar en algo. Yo no encajaba ni conmigo misma.
Ni siquiera yo me entendía, ni yo sabía que era lo que pensaba. Habían muchas voces dentro de mi cabeza diciendo cantidad de cosas, gritandomelas tan fuerte que ni siquiera las escuchaba. Sentía como si mi alma no encajara con mi cuerpo.
Y me doy cuenta de eso hasta ahora, después de graduarme, en mi primer año de universidad. Me doy cuenta de que sufrí en silencio de modo inimaculable por muchos años de soledad, justo cuando la soledad parece haber terminado.
Pero darme cuenta de eso no fue facil, y significó otro gran golpe a mi vida. Así es, señoras y señores, la chica rara, la come libros, la que consideraba las novelas de Nicholas Sparks como basura literaria por poco realismo se enamoró. Y lo hizo hasta llegar al grado en que, cuando terminó, sentí que mi vida lo hacía mientras veía a aquel castallo alejarse por el agua de la costa de Italia.
Él lo fue todo para mi, y de algún modo, aunque no fue largo ni fue un amor perfecto, se que yo también cambié su vida. Se que lo ayudé a cerrar ciclos, y se que lo motivé a seguir adelante, tampoco soy ciega como para no darme cuenta de eso. Ese chico de grandes ojos cafes claro fue el único que logró encontrar el modo de colarse por mis poros y meterse tan debajo de mi piel que cuando salió, la sensación de él dentro seguía ahí.
Terminó al mismo momento en que el verano lo hizo, y cuando las hojas del abeto que está fuera de mi casa se tornaron color ocre, supe que debía dejarlo ir. Ahí fue, mirando hacia el arbol, cuando me di cuenta de que ya había madurado.
Así como yo a él, él e ayudó a dejar mi pasado atrás. Él me abrió la puerta a una nueva vida, y me enseñó cosas que nunca hubiera podido aprender ni con el más viejo y sabio libro. Me ayudó a experimentar, me enamoró. Y eso, aunque haya un corazón roto de por medio, siempre lo agradeceré. Convirtió a esta escritora sin amor en una romantica saca-mocos con peliculas como The Vow.
PD: Vi esa pelicula hacía unas noches. Cursi, romantica, pegajosa. Para mis sorpresa, la amé totalmente.
- _____."
...
— ¿Segura que quieres ir? — Preguntó Lucy, moriendose el labio con mortificación.
Las personas a nuestro alrededor caminaban con maletas de ruedas, y cargando maletas de mano. La voz de la locutora del aeropuerto me hizo sentir extraña. Extraña era yo por tener esa sensación tan rara.
Rodeé los ojos, y sonreí. Fue una sonrisa falsa, por supuesto: No quería reencontrarme cara a cara con los recuerdos que me mataban cada noche ahora también en el día, pero ella estaba tan nerviosa por la idea de ir a Londres que no pareció notarlo.
— Por favor Lucy, vuelves a preguntarme y me regresaré al departamento, pero no por que no quiera ir si no por que me cansas.
Lucy soltó una carcajada, y miró hacia nuestro alrededor, a todo ese mar de gente. Estaba temblando, jugueteaba con sus manos y no dejaba de moverse en su mismo sitio. La miré aguantandome una verdadera risita exasperante, y decidí mirar hacia los puestos de comida que se encontraban a un costado nuestro.
Entonces sucedió; la misma voz extraña de la locutora anunció nuestro vuelo. Lucille inmediatamente giró para mirarme con los ojos abiertos como un par de naranjas, y yo le sonreí de modo tranquilizador.
— ¿Lista para Londres? — Le pregunté alzando una ceja. Entonces, me lo pregunté a mi misma y me di cuenta de una cosa: Yo si que no estaba lista.
_________________________
RAYIS SI SE IRA A LONDREEES! Festejen conmigoo! Jajajaj
Pero todavia no se emocionen... Quiensabe si Zayn volvio o si sigue de viaje por Europa:(
Comenten muuucho y saben que las amoo:*
Mi almohada no me consoló aquella noche; por más que intentaba pensar, solamente conseguía suspiros y pensamientos vacíos llenos de predicciones y miedos.
El viaje a Londres era un regalo para Lucy de parte de su abuela materna, una adinerada mujer que vivía en Checoslovaca y que de cumpleaños número veinte, a todos sus nietos les regalaba un viaje con todos los gastos pagados. Según Lucy su abuela era un encanto de mujer, pero por alguna razón ella y su madre no se llevaban necesariamente bien. Sin embargo, esto no impidió nunca que la abuela rica les regalara sus viajes a Beijing, New York y Moscú a los tres hermanos mayores de Lucy cuando llegaron a sus dos décadas; ella por supuesto no podía ser la excepción.
Así que ahí estaba yo, debatiendo sobre lo que debía de hacer, lo que quería hacer, y lo que definitivamente quería evadir.
Me senté en la cama, y avisté de soslayo mi reflejo en el espejo del tocador. Mi cabello despeinado enmarcaba mi cara, sobresalía la gran maraña castaña que tenía enredada gracias a todas las vueltas que había dado en la cama aquella noche. No me molesté en mirar hacia el reloj, pero estaba oscuro. Supe que no era de día aún, más bien madrugada, y supe también que si no me volvía a recostar e intentaba dormir, aquellos pocos rastros de sueño se me escabullarían como ratones perseguidos por un gato.
Llevé ambas manos abiertas hasta mi cara, y solté una gran bocanada de aire. Mis labios estaban resecos, y mi garganta me dolía, quizás del dolor ese que se siente cuando presientes que algo saldrá mal.
Observé sobre el rimero que tenía en mi escritorio, la caja de regalo roja que Lucy había envuelto con papel selofan. Sobre la caja cerrada debidamente, estaba el regalo que Lucille había catalogado como excelente.
— Es un diario —había dicho ella sonriendo, con la vista clavada en el cuaderno rosa mientras que con las yemas de los dedos acariciaba la portada—. Quiero que aquí escribas todas nuestras aventuras, tus sueños y tus mas grandes anhelos, y que los conviertas realidad poco a poco —elevó apenas sus ojos, me sonrió y me entregó el cuaderno que sostenía casi como a un tesoro—. Nuestras historias serán leyenda algún día.
Quizás tenía razón, o quizás subestimaba mi tan aburrida y monotona vida. Estaba bastante segura de que una vida que incluía levantarse, un baño, desayunar, Universidad, Café Starbucks, Volver a casa, hacer tareas y dormir 24/5 (entre semana) no era bastante interesante, mucho menos cuando el 24/2 faltante (el fin de semana) era algo como Leer, Leer, Leer, Café, escribir, Tareas, Leer. Sospechaba que ese tipo de leyendas no eran muy vendibles.
Pero el rostro de ilusión de Lucy me hacía sentir que aquel cuaderno con la pasta tejida en hilos de diferentes tonalidades de rosa era especial. Podía comprar uno de esos cuadernos quizás en Target, Dillars, o hasta Walmart, pero por alguna extraña razón ese se sentía único. Quizás por que me lo había dado una amiga que creía en mi, y que creía en los fantasmas que me atosigaban día y noche. Lucy creía en mi, y creía en que yo realmente algún día podría escribir algo que convirtiera mi nombre en inmortal. De algún modo, el que ella lo hiciera me hacía pensar que quizás tenía razón.
Fuese como fuese, aquella fría madrugada de Navidad sentía que mi pecho se inflaba con dificultad. El nerviosismo era la sensación reinante en aquella habitación seis por seis, y el insomnio me empezaba a asechar. No me apetecía pensar, pero tampoco podía no hacerlo; tenía que contestarle a Lucy.
Sería muy egoísta de mi parte no acompañarla cuando ella lo quería, y también lo sería el hecho de arruinar su tan deseado viaje a Londres para que cambiara el destino. Lucy siempre había querido conocer esa ciudad; según dijo era su sueño desde chica.
Me aventé a la cama de nuevo, mirando hacia el oscuro techo que se observaba negro.
No podía dejar a Lucy en eso, no podía truncar su sueño de ir a Londres solo porque para mi aquel representara un amargo trago de boca. ¿Qué si era Londres? No significaba que por arte de magia lo vería; la ciudad era tan grande que jamás podría encontrarmelo. ¿Su familia? Definitivamente no creía que su familia estaría en los lugares turisticos donde Lucy tenía la ilusión de conocer.
Cerré los ojos, deseando por un instante que mi vida no fuera tan maldita sea complicada.
...
— Osea... Londres — inquirió Ronny, mirandome de reojo. Me hundí en mis hombros, y sin quitarle la vista a mi café asentí desganada. — ¿Cómo te sientes con ello?
— ¿Cómo me puedo sentir? Mal. Pero realmente es un sueño para Lucy ir allá. No puedo dejar que eso lo arruine recuerdos estúpidos.
— No son recuerdos estúpidos, _____. Cuando un recuerdo involucra un sentimiento es especial.
— Da lo mismo. — Suspiré, y fijé mi vista en la ventana.
La concurrida Boston despertaba después de noche buena. Desde el Starbucks de la cuarta avenida, todo el exterior se veía lejano; no se colaba ni un sonido, y la suave música navideña que de algún modo casi indescriptible hacía juego con los adornos de figuras de Santa y Rodolfo el reno te hacían sentir en otro mundo. Era casi como si todos los consumidores de Starbucks en aquel momento estuvieran en un ensimismamiento, viendo una película cuya pantalla era el cristal.
Por eso ese starbucks era mi favorito de entre las otras setenta sucursales; era ameno, cálido, y me ensimismaba con bastante frecuencia. Me perdía en mis pensamientos, y todo parecía más claro.
— No tienes que ir si no quieres, ¿lo sabías?
— Lucy quiere que vaya, Ronny. No me gustaría abandonarla en esto.
— Pero si te hace daño, tu...
— Ya —la interrumpí—, no sigas. Ir a Londres no representa más daño del que mi cabeza me hace cada noche. No quiero dejar ir sola a Lucy, por que por primera vez me siento importante para alguien, por primera vez tengo una verdadera amiga. Así que iré a Londres con ella, me tragaré mis malditos recuerdos y estaré con una sonrisa mientras le tomo una foto en el Big Ben. No es nada del otro mundo.
Ronny frunció el ceño, y yo alcé las cejas invitandola a que dejara de hacer eso. Volví mi vista hacia el libro de Nicholas Sparks que estaba recargado sobre la mesa para dos, y lo tomé con inquisidad.
— ¿Es tuyo?
— Me lo prestó Yannin.
— Libros romanticos, cursis, pegajosos.
— Tu misma escribiste algo romantico, cursi y pegajoso. Deja de ser tan critica siempre, _____. Te amo, pero me desesperas.
Ronny giró su cintura, y descolgó su saco que previamente había colocado sobre el respaldo de su silla. Se levantó de ésta misma, y se dispuso a ponerse el saco de piel que había sido un regalo de Yannin por Thanksgiving. Tomó su bolso del bolsero de metal que habían tomado prestado de aquel establecimiento, y alargó su brazo para tomar el libro. Se detuvo para mirarme, y soltó un suspiro. Pasó su vista por la ventana que estaba detrás de mi, y después me miró con detenimiento.
— Iré al despacho. ¿Quedamos para cenar?
— Claro. — Asentí con una media sonrisa en los labios.
— Perfecto. Te quiero. — Dijo antes de voltearse y caminar entre la gente y las mesas, directo hacia la salida.
El sonido de unos cubiertos chocando contra la cerámica de los platos de los pastelillos, el murmuro de las personas.
Estaba sola en Starbucks.
Tenía la opción de encender la notebook y hacer alguna tarea o revisar el correo, sin embargo no me sentía con ganas para hacer tareas ni verificar cosas pendientes. En lugar de eso, de mi gran bolso saqué el diario que Lucy me había regalado para navidad. Del estuche que siempre llevaba conmigo saqué una pluma negra de punta fina, y abrí el cuadernillo. No se por qué se sentía especial. Quizás me estaba volviendo loca.
Así que solamente empecé a escribir nuestra leyenda.
"Me siento ridícula haciendo esto, pero lo hago por que alguien muy cercana a mi —la más cercana quizás— realmente cree que pueda llenar este cuadernillo con palabras que se quedarán estancadas en la mente de millones. No se si creerle, pero se que bien puede ser cierto. Así que por si acaso, y por puro placer y auto-enorgullecimiento, lo haré. Lo haré por mi mejor amiga.
Bueno, no hay mucho que decir. Soy solo una chica que ha sido abatida por la vida en varias ocasiones, de varios modos. El primero y el que forjó a la "______ Lanteige" que soy hoy, fue el abandono de mi padre.
El dejó la casa un día de lluvia, un día de chocolate caliente con bombones. Sus palabras fueron "volveré", pero con los vientos del invierno, las lluvias de primavera, y las hojas que el viento volaba en Otoño me di cuenta de que esas palabras no tendrían como consecuencia una promesa cumplida.
Entré en depresión silenciosa, tan silenciosa y callada que ni yo misma me di cuenta. Creo que nadie se dio cuenta, ya que yo a la tierna edad de cinco años aún no tenía una identidad formada. Me había refugiado en los libros desde antes de eso, cuando leer las palabras en papel era lo único que acallaban los gritos desesperados de mis padres al discutir, pero cuando él se fue, de algún modo sosteniendo los libros lo sentía cerca. Tan cerca que me quemaba la piel.
Me volví introvertida, callada, tímida y miedosa. Por dentro, claro. Por fuera era lo que los chicos en mi escuela denominaban amargada, aburrida, nerd, rara... No sufrí mucho en mis años escolares, quizás por que era tan poco interesante como para llamar la atención de aquellos que se dedicaban a hacerle la vida imposible a los más raros de la escuela —ni siquiera me hacían caso para molestarme o acosarme como a otros—, pero ahora que ya crecí, y que mis años de secundaria quedaron atrás, me doy cuenta de cual sola me sentía. Caminaba como fantasma sin rumbo por los pasillos, con la cara mirando las baldosas y los libros abrazados contra mi pecho; mi mochila colgada en mis hombros, y mi cabello recogido en una coleta sobre mi craneo. Miraba hacia mis alrededores, observando como las chicas maquilladas reían, los chicos guapos besaban a chicas guapas o molestaban a otros inadaptados como yo, y como todos parecían encagar en algo. Yo no encajaba ni conmigo misma.
Ni siquiera yo me entendía, ni yo sabía que era lo que pensaba. Habían muchas voces dentro de mi cabeza diciendo cantidad de cosas, gritandomelas tan fuerte que ni siquiera las escuchaba. Sentía como si mi alma no encajara con mi cuerpo.
Y me doy cuenta de eso hasta ahora, después de graduarme, en mi primer año de universidad. Me doy cuenta de que sufrí en silencio de modo inimaculable por muchos años de soledad, justo cuando la soledad parece haber terminado.
Pero darme cuenta de eso no fue facil, y significó otro gran golpe a mi vida. Así es, señoras y señores, la chica rara, la come libros, la que consideraba las novelas de Nicholas Sparks como basura literaria por poco realismo se enamoró. Y lo hizo hasta llegar al grado en que, cuando terminó, sentí que mi vida lo hacía mientras veía a aquel castallo alejarse por el agua de la costa de Italia.
Él lo fue todo para mi, y de algún modo, aunque no fue largo ni fue un amor perfecto, se que yo también cambié su vida. Se que lo ayudé a cerrar ciclos, y se que lo motivé a seguir adelante, tampoco soy ciega como para no darme cuenta de eso. Ese chico de grandes ojos cafes claro fue el único que logró encontrar el modo de colarse por mis poros y meterse tan debajo de mi piel que cuando salió, la sensación de él dentro seguía ahí.
Terminó al mismo momento en que el verano lo hizo, y cuando las hojas del abeto que está fuera de mi casa se tornaron color ocre, supe que debía dejarlo ir. Ahí fue, mirando hacia el arbol, cuando me di cuenta de que ya había madurado.
Así como yo a él, él e ayudó a dejar mi pasado atrás. Él me abrió la puerta a una nueva vida, y me enseñó cosas que nunca hubiera podido aprender ni con el más viejo y sabio libro. Me ayudó a experimentar, me enamoró. Y eso, aunque haya un corazón roto de por medio, siempre lo agradeceré. Convirtió a esta escritora sin amor en una romantica saca-mocos con peliculas como The Vow.
PD: Vi esa pelicula hacía unas noches. Cursi, romantica, pegajosa. Para mis sorpresa, la amé totalmente.
- _____."
...
— ¿Segura que quieres ir? — Preguntó Lucy, moriendose el labio con mortificación.
Las personas a nuestro alrededor caminaban con maletas de ruedas, y cargando maletas de mano. La voz de la locutora del aeropuerto me hizo sentir extraña. Extraña era yo por tener esa sensación tan rara.
Rodeé los ojos, y sonreí. Fue una sonrisa falsa, por supuesto: No quería reencontrarme cara a cara con los recuerdos que me mataban cada noche ahora también en el día, pero ella estaba tan nerviosa por la idea de ir a Londres que no pareció notarlo.
— Por favor Lucy, vuelves a preguntarme y me regresaré al departamento, pero no por que no quiera ir si no por que me cansas.
Lucy soltó una carcajada, y miró hacia nuestro alrededor, a todo ese mar de gente. Estaba temblando, jugueteaba con sus manos y no dejaba de moverse en su mismo sitio. La miré aguantandome una verdadera risita exasperante, y decidí mirar hacia los puestos de comida que se encontraban a un costado nuestro.
Entonces sucedió; la misma voz extraña de la locutora anunció nuestro vuelo. Lucille inmediatamente giró para mirarme con los ojos abiertos como un par de naranjas, y yo le sonreí de modo tranquilizador.
— ¿Lista para Londres? — Le pregunté alzando una ceja. Entonces, me lo pregunté a mi misma y me di cuenta de una cosa: Yo si que no estaba lista.
_________________________
RAYIS SI SE IRA A LONDREEES! Festejen conmigoo! Jajajaj
Pero todavia no se emocionen... Quiensabe si Zayn volvio o si sigue de viaje por Europa:(
Comenten muuucho y saben que las amoo:*
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Omg rayis se va a londres...pero algo me dice qe zayn sigue de viaje..
Nose pero lo siento asi, jaja
La verdad no tengo mucho para comentar porqe estoy con mucho sueño y tengo los comentarios muy dispersos en mi cabeza jajaj, asiqe lo unico qe te digo es qe ya kiero qe la sigas jajaj..
Muy bueno el cap!!
Besos
Nose pero lo siento asi, jaja
La verdad no tengo mucho para comentar porqe estoy con mucho sueño y tengo los comentarios muy dispersos en mi cabeza jajaj, asiqe lo unico qe te digo es qe ya kiero qe la sigas jajaj..
Muy bueno el cap!!
Besos
Magui Styles Malik
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Me he llegado a dar cuenta que tu novela me hace masoquista, es que es tan nfjnfijniunqvonononqnongondwqinbe9
Me estresa pero a la vez la amo.
Desearia que Zayn este en londres y se vuelvan a enamorar.
Pd:¿cuantos capitulos faltan para que acabe la novela?
siguela, besos<3
Me estresa pero a la vez la amo.
Desearia que Zayn este en londres y se vuelvan a enamorar.
Pd:¿cuantos capitulos faltan para que acabe la novela?
siguela, besos<3
Elizabethstyeles8
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Hola!! Gracias por subir capitulo :)
Yeah! Londres baby (hahaha okno:/)
Espero que Zayn ya haya regresado a Londres de sus viajes por Europa y así se encuentra con ______ y Lucille...sería genial que se encuentren en el aeropuerto. Zayn regresando a Londres,su hogar y Lucy y ______ llegan a Londres,lugar que tiene muchos sentimientos y recuerdos para rayis. :O o.O
Siguela pronto plis ;)
XOXO BESOS Y ABRAZOS¡
-Diana V. :)
Yeah! Londres baby (hahaha okno:/)
Espero que Zayn ya haya regresado a Londres de sus viajes por Europa y así se encuentra con ______ y Lucille...sería genial que se encuentren en el aeropuerto. Zayn regresando a Londres,su hogar y Lucy y ______ llegan a Londres,lugar que tiene muchos sentimientos y recuerdos para rayis. :O o.O
Siguela pronto plis ;)
XOXO BESOS Y ABRAZOS¡
-Diana V. :)
Dinis LOVE 1D
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
me encanta la forma como escribe en su diario!!!!!! aaahhhhhh!!!!! creo que no se encontraran... aunque quiero que lo hagan, espero que Zayn sea quien la busque!!!!!
continua pliiiiiiiiiiiiiiiiiiiisssssssssssssss!!!!!!!!!!!
:bye: :bye: :bye:
continua pliiiiiiiiiiiiiiiiiiiisssssssssssssss!!!!!!!!!!!
:bye: :bye: :bye:
Isabela85
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Puees quiensabe.. Talvez Zayn esta ahi...Magui Styles Malik escribió:Omg rayis se va a londres...pero algo me dice qe zayn sigue de viaje..
Nose pero lo siento asi, jaja
La verdad no tengo mucho para comentar porqe estoy con mucho sueño y tengo los comentarios muy dispersos en mi cabeza jajaj, asiqe lo unico qe te digo es qe ya kiero qe la sigas jajaj..
Muy bueno el cap!!
Besos
Hoy la sigoo!
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Jajajaja asi es la vida...Elizabethstyeles8 escribió:Me he llegado a dar cuenta que tu novela me hace masoquista, es que es tan nfjnfijniunqvonononqnongondwqinbe9
Me estresa pero a la vez la amo.
Desearia que Zayn este en londres y se vuelvan a enamorar.
Pd:¿cuantos capitulos faltan para que acabe la novela?
siguela, besos<3
Ojala que este en londres!
Y quedan exactamente 18 capitulos:(
Hoy la sigooo!
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
A mi tambien me encantaa! JajajaoooIsabela85 escribió:me encanta la forma como escribe en su diario!!!!!! aaahhhhhh!!!!! creo que no se encontraran... aunque quiero que lo hagan, espero que Zayn sea quien la busque!!!!!
continua pliiiiiiiiiiiiiiiiiiiisssssssssssssss!!!!!!!!!!!
:bye: :bye: :bye:
Pues quiensabe, todo puede pasar..
Hoy la sigooo
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Hola! Gracias a ti por leer y comentar!Dinis LOVE 1D escribió:Hola!! Gracias por subir capitulo :)
Yeah! Londres baby (hahaha okno:/)
Espero que Zayn ya haya regresado a Londres de sus viajes por Europa y así se encuentra con ______ y Lucille...sería genial que se encuentren en el aeropuerto. Zayn regresando a Londres,su hogar y Lucy y ______ llegan a Londres,lugar que tiene muchos sentimientos y recuerdos para rayis. :O o.O
Siguela pronto plis ;)
XOXO BESOS Y ABRAZOS¡
-Diana V. :)
Pues ojala que algo por el estilo pase..
Hoy la sigooo
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Hola! Gracias a ti por leer y comentar!Dinis LOVE 1D escribió:Hola!! Gracias por subir capitulo :)
Yeah! Londres baby (hahaha okno:/)
Espero que Zayn ya haya regresado a Londres de sus viajes por Europa y así se encuentra con ______ y Lucille...sería genial que se encuentren en el aeropuerto. Zayn regresando a Londres,su hogar y Lucy y ______ llegan a Londres,lugar que tiene muchos sentimientos y recuerdos para rayis. :O o.O
Siguela pronto plis ;)
XOXO BESOS Y ABRAZOS¡
-Diana V. :)
Pues ojala que algo por el estilo pase..
Hoy la sigooo
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Capitulo 71 ~ Primeras 5 horas en Londres.
Tocar tierras inglesas no había sido tan fácil como lo había imaginado.
Me colgué la maleta al hombro, y lancé un gran suspiro mientras que a mis espaldas Lucy parloteaba como periquillo hablador. Practicamente estaba brincando de la emoción en el asiento de la ventana cuando, al asomarse, se encontró con el gran Big Ben dandole la bienvenida al viejo mundo. Yo, en cambio, no me encontraba tan... entusiasmada, con mi regreso.
El aeropuerto lucía exactamente igual a como lo había visto la última vez que había estado ahí, cuando salí corriendo a Italia tras la llamada desesperada de mi hermana, diciendo que mi abuelo estaba más grave de lo que se le había imaginado; la única diferencia había sido el andén que había tomado.
Los grandes ventanales a lo alto del lugar que rodeaban el perímetro dejaban ver un cielo gris, pero sin nada de lluvia. La gente caminaba apresurada y sin cortesías por los pasillos, comía en McDonalds, compraba un frappé o simplemente prefería optar por unas papas fritas para un viaje ligero y sin probabilidad de mareos —cosa que yo hacía con bastante frecuencia cuando viajaba—.
Cruzamos los pasillos con losas tan radiantes que practicamente veías tu reflejo en ellas. Los barandales de vidrio le daban un aire de sofisticación al lugar, y el olor que se sentía en el ambiente era el típico de nuevo, exuberante y emocionante por al idea de conocer una nueva ciudad. O en mi caso, de regresar.
— Muero de hambre —declaró Lucy apenas salimos al exterior del gran aeropuerto.
El sonido de los claxon de los taxis que se estacionaban en la acera curvada, el aire que soplaba fuertemente, el frío que me congelaba hasta los huesos, todo eso de algún modo me reconfortaba.
Al mirar a toda la gente caminando con sus maletas al hombro y su sonrisa de esperanza me di cuenta de que, en verdad, el verano había terminado. El frío que se colaba entre mi abrigo de felpa en el interior me hizo darme cuenta de que, por mucho que esa ciudad hubiera sido mágica en su momento, el calor y la maravillosidad de aquella época habían terminado; ya no era “Mi verano”. Era invierno, un frío invierno que me daba la posibilidad de congelar mis recuerdos por unos segundos para poder aprovechar y disfrutar con mi mejor amiga.
El viento elevó mi cabello antes de que Lucy se abrazara a su misma con fuerza y comenzara a temblar a medias en su lugar. Me miró con sus grandes ojos verdes abiertos como par de naranjas y observó a nuestro alrededor.
Mi Londres se había ido.
— Tomemos un taxi y vamonos ya; me congelo hasta la médula.
— Apuesto a que ni siquiera sabes donde está eso. — Lucy soltó una carcajada mientras que se acercaba a un taxi negro y abría la puerta.
...
— ¡El London Eye! —gritó Lucy emocionada mientras que sostenía la cortina para aclarar la vista de la ventana. —Esto es un sueño. —suspiró con ilusión, y yo sonreí.
— ¡Feliz cumpleaños!
Lucy giró sobre sus tacones, y me miró con una sonrisa cerrada marcada en los labios. Ladeé la cabeza y observé lo feliz que se encontraba. Su felicidad de algún modo compensaba mi inseguridad. ¡¿Cómo había sido tan tonta?! Jamás me podría haber llegado a encontrar a Zayn en una ciudad tan grande como lo era Londres; ni siquiera estaba segura de que realmente estuviera ni en el continente; podría estar en cualquier parte del mundo, como Asia, Oceanía o si tenía la oportunidad Groelandia.
Con Zayn las posibilidades siempre eran infinitas.
La lluvia comenzó a caer, chocando contra las ventanas. Lucy giró para observar como las gotas de lluvia comenzaban a atacar toda la ciudad de Londres, y yo suspiré.
— ¿Tienes hambre? A mi pesar, conozco un buen bar por aquí. Tengo ganas de una cerveza.
— ¿Qué estamos esperando?
...
The Lucky One's bar estaba casi vacío cuando Lucy y yo entramos a ese oscuro lugar. Parecía parte de la escena; habían pocas luces empotradas a la pared encendidas, afiches del Manchester United en las paredes, banderines y una televisión plasma empotrada en la pared principal. Gracias al cielo parecía que aquel día no había ningun partido importante, por lo que solamente estaban pasando algunas noticias deportivas con algún presentador que era abusador del botox.
El lugar olía a pipa, licor y carne; Zayn me había dicho que en aquel lugar se vendían las mejores hamburguesas de todo el éste de la ciudad, y posiblemente también el norte. Habíamos llegado ahí un día de lluvia —bastante similar al que estaba viviendo en ese momento— en busca de refugio, con el estomago vacío, mientras que mi corazón se desfallecía por un poco de su atención; en aquel momento, ninguno de los dos se había atrevido a hablar y a revelar los verdaderos sentimientos; manteníamos una máscara color carne que parecía nuestro propio rostro, aunque fuera más falso y casi sintetico.
Lucille hizo rechinar el piso contra la silla de madera mientras la jalaba para hacer espacio entre ella y la mesa y sentarse. Me senté justo frente de ella; con la vista en alto y el mentón alzado examinó todo el lugar. Una pequeña sonrisa curvaba sus labios mientras que olizqueaba frunciendo la boca.
— ¿Que se come bien por aquí? —preguntó Lucy observando sus costados.
— Hmm... —musité, mientras observaba en el rincón el rimero de mesas de madera sin ocupar que estaban unas sobre otras; obviamente estaban esperando para llevarlas a algún otro sitio, ya que ese lugar se notaba lo suficientemente ostentoso como para evitar el desorden— Las hamburguesas de queso tipo americano son muy buenas.
— ¿Eso no es muy Americano? Venimos de Boston.
— Si Londres tuviera gastronomía decente y propia entonces tu argumento sería valido.
Lucy se echó para atras moviendo su larga melena castaña al compás de su risa. Mientras eso ocurría, avisté de soslayo como un joven hombre de complexión delgada se acercaba hacia nosotras dos. Con paso vacilante llegó hasta nuestra mesa, captando nuestra atención y guardando el silencio entre nosotras.
— Buenas tardes, señoritas
Me miró, y alzó una ceja. Yo aparté la mirada, y observé a Lucy, la cual tuvo que clavar su vista hasta la mesa y morderse el labio para no reir. Yo hice basicamente lo mismo; su tecnica de coqueteo era tan poco... persuativa.
El mesero miró hacia Lucy y, basado a su expresión, le gustaba lo que veía. Lucy levantó su rostro y lo miró con los ojos de cachorrito más convincentes que había visto en mi vida. Ahora era yo la que me mordí la lengua para evitar soltar una enorme carcajada.
Dejó la carta en la mesa. La tomé con ambas manos, recargando mis codos en la mesa de madera oscura y obstruyendo mi vista de Lucille.
— Creo que ya hemos decidido que pediremos. ¿_____? — Bajé la carta ante mi llamado, y la observé con una sonrisa de complicidad.
— Dos hamburguesas tipo Americanas, con doble tocino. Un solo refresco... aquí las medidas son descomunales. —Lucy asintió satisfecha.
— Perfecto.
— Entonces, con su permiso señoritas. —Se despidió el hombre antes de dar media vuelta y volver justo por el lugar donde había llegado.
Cuando lo perdimos de vista, fue inevitable soltar una inminente carcajada tan fuerte que, para evitar llamar la atención, ambas llevamos nuestras manos a nuestras bocas para acallar los auridos.
— Pobre chico.
— Creo que le gustaste. —Lucy levantó una ceja.
— Yo creo que tu le gustaste. —Objeté.
— Tal vez es un wilo y le gustamos las dos.
— Lo más seguro —reí, y Lucy me sonrió con una felicidad que apenas le cabía en el rostro.
Cuando las hamburguesas llegaron hasta nuestra mesa, sentía como si mi estomago estuviera devorando otro órgano vital de mi cuerpo gracias a la escases de comida que contenía en su sistema. Al elevar la hamburguesa hasta mi boca y saborear el tocino, me di cuenta de que no haber comido nada desde el Boston —aparte de unas nueces y unas papas de queso— había sido todo un sufragio.
Lucy y yo comimos nuestra hamburguesa con una felicidad que se denotaba en los grandes mordiscos que le dábamos a nuestro alimento, y al final terminamos resintiendo toda la comida en nuestros ahora pesados estómagos.
— Tenías razón— apartó su vista del plato y la fijó directamente a mi—. Aquí las medidas son descomunales.
— Lo descomunal es que las medidas lo sean, y aún así nos hayamos acabado las hamburguesas sin dejar no más que papas.
— Fue un viaje muy largo, nos lo merecíamos —rió Lucy, y después me miró con cautela—. ¿Que quieres hacer esta noche?
Sabía a donde iba.
Nuestras discusiones sobre "lo permitido" en Londres había llevado todo el principio de nuestro viaje antes de que ambas nos quedaramos completamente dormidas. Ibamos a estar dos semanas, de las cuales yo demandaba 4 de los días para regresar al hotel y dormir temprano; de ahí en fuera, los otros 11 días haría cualquier cosa que la cumpleañera desease.
Lucy alzó la ceja y ladeó la cabeza. La buena suerte había sido que, aunque fuera largo, el viaje no había sido incomodo, y aparte de todo habíamos aprovechado el tiempo en el hotel para tomar una pequeña siesta de hora y media antes de salir a comer.
— ¿A donde quieres ir?
— Tengo unas grandes ganas de comprobar las teorías sobre el mundo nocturno de Londres —sonrió, y se mordió el labio—. ¿Alguna idea de a donde podríamos ir?
Fruncí el ceño, y por más que intenté pensar en alguna pista, no encontré ninguna.
Durante mi corta estadía en Londres por el verano, Zayn nunca me llevó a ningún club para bailar; ni siquiera a un bar de noche. Todo había sido demaciado relajado entre nosotros, y él no parecía haber estado muy interesando en esos lugares, así que posiblemente uno de esos lugares a donde Lucy quería llegar no estaba dentro de los lugares favoritos de Zayn. Y yo no tenía conocimiento de algún buen lugar para eso.
— No tengo ni la más mínima pista. – Admití, y Lucy refunfuñó haciendo un pequeño mohín.
Entonces, su mirada cruzó deliberadamente la habitación, y se posaron en algo que, gracias a que estaba a mi espalda, no pude alcanzar a ver.
— Tengo una idea de quién si podría... —Dijo mientras su rostro de satisfacción se ensanchaba en su rostro.
Giré mi cabeza sobre mi hombro, y observé como el mesero que nos había coqueteado al entregarnos la carta estaba recargado en la barra del bar, hablando con el barman, el cual limpiaba unos vasos de vidrio con una franela azul frotandolos por dentro y por fuera. Volví hacia Lucy; sabía que su plan no era opcional; era definitivo.
...
— Ni siquiera los conocemos.
— ¿Cómo se supone que se hacen amigos nuevos si no le hablas a desconocidos? —Objetó Lucy, retocandose el maquillaje en el gran espejo del baño, y mirandome a mi a travez de mi reflejo. — Mira, se no soy tan estúpida ______. Tienes que saber estudiar a la gente.
— ¿Enserio? ¿Y estudiaste a dos completos desconocidos mientras te metías la carne de sirlón a la garganta? — Lucy detuvo su espolvoreado, y me miró con cara de pocos amigos. Yo me crucé de brazos, y me recargué en el marco de la puerta del baño, observando como Lucy comenzaba a maquillarse de nuevo.
— Tienen trabajo fijo, en un buen restaurante. El mesero llevaba una camiseta polo, por lo que apuesto a que se preocupa por su apariencia, osea que no es un completo inútil.
— ¿Cómo sabes que no la llevaba como uniforme de trabajo?
— Por que observé a otros meseros; todos llevaban una camiseta blanca, pero no polo. Esto quiere decir que eso fue elección propia —la miré asombrada, y sonreí apartando mi mirada y clavandola en el suelo—. Aparte, punto número dos, llevaba bien pulidos sus zapatos.
— Bueno, los cuidados personales son lo que menos me importa. Pueden ser unos psicópatas.
— Y si lo son, entonces tendremos mucho que contar cuando estemos ancianas sobre “Cómo nos metimos en un bar con dos completos desconocidos durante nuestras primeras 5 horas en Londres” —elevó la mirada, y me observó sonriente —. Relajate, ______. Confía en mi.
Cuando el mesero que había quedado flechado por Lucy llegó para entregarnos la cuenta, Lucy le preguntó por algún buen lugar donde poder pasar la noche y tomar un poco. El chico, en un intento desenfrenado por "ayudarle", le ofreció su ayuda a tal grado que hasta se ofreció el —y al que aparentemente era su mejor amigo, el barman— a guiarnos por la Londres Nocturna.
Bajamos a recepción cuando Lucy recibió el mensaje de Robert (el mesero) de que ya estaban esperandonos.
Iban, a mi sorpresa, bien vestidos. Robert iba totalmente de negro; un pantalón negro y una camiseta negra, así como un saco negro que se veía bastante cálido y reconfortante para aquel invierno. Así mismo, Thomas —el barman— llevaba un pantalón negro, camisa azul y un saco negro, pero de una tela que hacía que se viera diferente de textura.
Apenas las puertas del elevador se abrieron, Lucy me tomó del brazo y se acercó a mi para susurrar.
— ¡Ves! ¡Te dije que eran decentes! —cuchicheó, y yo rodé los ojos.
— La noche apenas empieza, Lucy Lucy.
...
Mis rondas de intusión habían estado bastante gastadas; definitívamente no iba a volver a apostar por ellas.
Robert y Thomas resultaron ser un verdadero encanto, y al parecer nada de lo que había predicho sobre ellos era verdad.
Eran estudiantes en la Gran Universidad de Londres, y venían ambos de distintas pequeñas ciudades de Inglaterra. Se conocieron en el alquiler, justo cuando ambos estaban dispuestos a rentar un apartamento, e inmediatamente hicieron una mancuerna excelente; descubrieron que irían a la universidad juntos y desde ahí fueron compañeros de cuarto y grandes amigos.
Según, a palabras de Thomas, "No se conoce la vida de Londres Noctura yendo solo a un lugar", por lo que su proposito era guiar a estas dos americanas perdidas y desubicadas por todas las calles del viejo mundo bajo los faroles amarillos y la gran Luna blanca.
Cuando llegamos a "The Black Cat", la fiesta apenas estaba empezando. Los chicos habían insistido en que no había nada bueno en los clubs antes de las 11:30, así que antes de eso nos habían llevado a cenar, para continuar con un paseo por las calles turísticas del borde del río.
La musica sonaba a reventar; hacía que mi piel vibrara, casi literalmente. Las luces fosforecentes brincaban de esquina a esquina y el olor a cigarro en algunos sectores podía llegar a marearme.
Sin embargo, a pesar de todo admito que, realmente me la pasé excelente.
Thomas era realmente divertido, y Robert tenía un sentido del humor tan sarcástico que ambos se complementaban como uña y mugre. Se les notaba muy unidos, y después de unas cuantas copas realmente me empezaron a agradar aún más cuando descubrí que aparte de todo no eran huecos del todo; Robert estudiaba literatura inglesa, como yo. Nuestra conversación divagaba desde Libros hasta "Cuántos burritos se puede comer Thomas antes de media noche".
Me encontré divirtiendome mucho en un ambiente al que usualmente reuhería; si no hubiera sido por Lucy, sencillamente yo me quedaría en mi habitación, leyendo, escribiendo, y con un café ardiendo al lado. Pero para mi más grata sorpresa, me la estaba pasando de maravilla.
Todo eso hasta que, después de una serie de tragos, sentí la necesidad de ir al baño.
Lucy y yo nos abrimos paso entre la gente alejandonos de las salas louch donde estabamos sentadas con los chicos. La tomé del brazo mientras cruzabamos el lugar hasta el otro extremo. La gente bailaba a nuestro alrededor, tomaba, fumaba, estaba perdida en su propio mundo de luces fosfo y brillantes.
Los letreros de los baños se encontraban iluminados con una luz de neón al fondo. Lucy gritó algo sobre mi oido, pero no fui capaz de escucharlo; en lugar de eso volteé a verla, pero el empuje de alguien tercero a nosotras por mi espalda me aventó hacia Lucy bruscamente. No caímos, si no que simplemente nos estampámos mutuamente, así como también pegamos con la espalda de otras cuantas personas que bailaban alrededor. Justo cuando giré para ver que barullo había sido el causante de aquel "accidente", sentí como si hubieran puesto un acido a mi bebida y hasta ese momento fuera cuando realmente hizo efecto.
Apenas se podía mantener de pie; tenía finta sucia y estaba más borracho de lo que jamás hubiera podido catalogar a alguien como él.
Sabía que Nicholas era fiestero y que disfrutaba del alcohol, pero nunca me había imaginado que hubiera llegado hasta ese extremo en que su cabello pareciera hasta estar chorreado de alguna sustancia de dudosa procedencia.
Tenía a Nicholas Malik frente a mi.
Madre mía.
___________________________
Pues aunque Zayn este viajando, eso no significa que sus familiares no esten en Londres... Jajajaj apuesto a que nadie se imaginaba que pasaria eso;)
Pd: Han estado comentando SUPER poquito, nadamas tengo 3 o 4 comentarios por capitulo cuando antes eran mas de 10... Si siguen asi no podre subir tan seguido:( Asi que si eres una fantasma que ama la novela y quiere que suba mas seguido C O M E N T E N.
Las amooo:*
Pd: Quedan 18 capitulos para el fin:(
Tocar tierras inglesas no había sido tan fácil como lo había imaginado.
Me colgué la maleta al hombro, y lancé un gran suspiro mientras que a mis espaldas Lucy parloteaba como periquillo hablador. Practicamente estaba brincando de la emoción en el asiento de la ventana cuando, al asomarse, se encontró con el gran Big Ben dandole la bienvenida al viejo mundo. Yo, en cambio, no me encontraba tan... entusiasmada, con mi regreso.
El aeropuerto lucía exactamente igual a como lo había visto la última vez que había estado ahí, cuando salí corriendo a Italia tras la llamada desesperada de mi hermana, diciendo que mi abuelo estaba más grave de lo que se le había imaginado; la única diferencia había sido el andén que había tomado.
Los grandes ventanales a lo alto del lugar que rodeaban el perímetro dejaban ver un cielo gris, pero sin nada de lluvia. La gente caminaba apresurada y sin cortesías por los pasillos, comía en McDonalds, compraba un frappé o simplemente prefería optar por unas papas fritas para un viaje ligero y sin probabilidad de mareos —cosa que yo hacía con bastante frecuencia cuando viajaba—.
Cruzamos los pasillos con losas tan radiantes que practicamente veías tu reflejo en ellas. Los barandales de vidrio le daban un aire de sofisticación al lugar, y el olor que se sentía en el ambiente era el típico de nuevo, exuberante y emocionante por al idea de conocer una nueva ciudad. O en mi caso, de regresar.
— Muero de hambre —declaró Lucy apenas salimos al exterior del gran aeropuerto.
El sonido de los claxon de los taxis que se estacionaban en la acera curvada, el aire que soplaba fuertemente, el frío que me congelaba hasta los huesos, todo eso de algún modo me reconfortaba.
Al mirar a toda la gente caminando con sus maletas al hombro y su sonrisa de esperanza me di cuenta de que, en verdad, el verano había terminado. El frío que se colaba entre mi abrigo de felpa en el interior me hizo darme cuenta de que, por mucho que esa ciudad hubiera sido mágica en su momento, el calor y la maravillosidad de aquella época habían terminado; ya no era “Mi verano”. Era invierno, un frío invierno que me daba la posibilidad de congelar mis recuerdos por unos segundos para poder aprovechar y disfrutar con mi mejor amiga.
El viento elevó mi cabello antes de que Lucy se abrazara a su misma con fuerza y comenzara a temblar a medias en su lugar. Me miró con sus grandes ojos verdes abiertos como par de naranjas y observó a nuestro alrededor.
Mi Londres se había ido.
— Tomemos un taxi y vamonos ya; me congelo hasta la médula.
— Apuesto a que ni siquiera sabes donde está eso. — Lucy soltó una carcajada mientras que se acercaba a un taxi negro y abría la puerta.
...
— ¡El London Eye! —gritó Lucy emocionada mientras que sostenía la cortina para aclarar la vista de la ventana. —Esto es un sueño. —suspiró con ilusión, y yo sonreí.
— ¡Feliz cumpleaños!
Lucy giró sobre sus tacones, y me miró con una sonrisa cerrada marcada en los labios. Ladeé la cabeza y observé lo feliz que se encontraba. Su felicidad de algún modo compensaba mi inseguridad. ¡¿Cómo había sido tan tonta?! Jamás me podría haber llegado a encontrar a Zayn en una ciudad tan grande como lo era Londres; ni siquiera estaba segura de que realmente estuviera ni en el continente; podría estar en cualquier parte del mundo, como Asia, Oceanía o si tenía la oportunidad Groelandia.
Con Zayn las posibilidades siempre eran infinitas.
La lluvia comenzó a caer, chocando contra las ventanas. Lucy giró para observar como las gotas de lluvia comenzaban a atacar toda la ciudad de Londres, y yo suspiré.
— ¿Tienes hambre? A mi pesar, conozco un buen bar por aquí. Tengo ganas de una cerveza.
— ¿Qué estamos esperando?
...
The Lucky One's bar estaba casi vacío cuando Lucy y yo entramos a ese oscuro lugar. Parecía parte de la escena; habían pocas luces empotradas a la pared encendidas, afiches del Manchester United en las paredes, banderines y una televisión plasma empotrada en la pared principal. Gracias al cielo parecía que aquel día no había ningun partido importante, por lo que solamente estaban pasando algunas noticias deportivas con algún presentador que era abusador del botox.
El lugar olía a pipa, licor y carne; Zayn me había dicho que en aquel lugar se vendían las mejores hamburguesas de todo el éste de la ciudad, y posiblemente también el norte. Habíamos llegado ahí un día de lluvia —bastante similar al que estaba viviendo en ese momento— en busca de refugio, con el estomago vacío, mientras que mi corazón se desfallecía por un poco de su atención; en aquel momento, ninguno de los dos se había atrevido a hablar y a revelar los verdaderos sentimientos; manteníamos una máscara color carne que parecía nuestro propio rostro, aunque fuera más falso y casi sintetico.
Lucille hizo rechinar el piso contra la silla de madera mientras la jalaba para hacer espacio entre ella y la mesa y sentarse. Me senté justo frente de ella; con la vista en alto y el mentón alzado examinó todo el lugar. Una pequeña sonrisa curvaba sus labios mientras que olizqueaba frunciendo la boca.
— ¿Que se come bien por aquí? —preguntó Lucy observando sus costados.
— Hmm... —musité, mientras observaba en el rincón el rimero de mesas de madera sin ocupar que estaban unas sobre otras; obviamente estaban esperando para llevarlas a algún otro sitio, ya que ese lugar se notaba lo suficientemente ostentoso como para evitar el desorden— Las hamburguesas de queso tipo americano son muy buenas.
— ¿Eso no es muy Americano? Venimos de Boston.
— Si Londres tuviera gastronomía decente y propia entonces tu argumento sería valido.
Lucy se echó para atras moviendo su larga melena castaña al compás de su risa. Mientras eso ocurría, avisté de soslayo como un joven hombre de complexión delgada se acercaba hacia nosotras dos. Con paso vacilante llegó hasta nuestra mesa, captando nuestra atención y guardando el silencio entre nosotras.
— Buenas tardes, señoritas
Me miró, y alzó una ceja. Yo aparté la mirada, y observé a Lucy, la cual tuvo que clavar su vista hasta la mesa y morderse el labio para no reir. Yo hice basicamente lo mismo; su tecnica de coqueteo era tan poco... persuativa.
El mesero miró hacia Lucy y, basado a su expresión, le gustaba lo que veía. Lucy levantó su rostro y lo miró con los ojos de cachorrito más convincentes que había visto en mi vida. Ahora era yo la que me mordí la lengua para evitar soltar una enorme carcajada.
Dejó la carta en la mesa. La tomé con ambas manos, recargando mis codos en la mesa de madera oscura y obstruyendo mi vista de Lucille.
— Creo que ya hemos decidido que pediremos. ¿_____? — Bajé la carta ante mi llamado, y la observé con una sonrisa de complicidad.
— Dos hamburguesas tipo Americanas, con doble tocino. Un solo refresco... aquí las medidas son descomunales. —Lucy asintió satisfecha.
— Perfecto.
— Entonces, con su permiso señoritas. —Se despidió el hombre antes de dar media vuelta y volver justo por el lugar donde había llegado.
Cuando lo perdimos de vista, fue inevitable soltar una inminente carcajada tan fuerte que, para evitar llamar la atención, ambas llevamos nuestras manos a nuestras bocas para acallar los auridos.
— Pobre chico.
— Creo que le gustaste. —Lucy levantó una ceja.
— Yo creo que tu le gustaste. —Objeté.
— Tal vez es un wilo y le gustamos las dos.
— Lo más seguro —reí, y Lucy me sonrió con una felicidad que apenas le cabía en el rostro.
Cuando las hamburguesas llegaron hasta nuestra mesa, sentía como si mi estomago estuviera devorando otro órgano vital de mi cuerpo gracias a la escases de comida que contenía en su sistema. Al elevar la hamburguesa hasta mi boca y saborear el tocino, me di cuenta de que no haber comido nada desde el Boston —aparte de unas nueces y unas papas de queso— había sido todo un sufragio.
Lucy y yo comimos nuestra hamburguesa con una felicidad que se denotaba en los grandes mordiscos que le dábamos a nuestro alimento, y al final terminamos resintiendo toda la comida en nuestros ahora pesados estómagos.
— Tenías razón— apartó su vista del plato y la fijó directamente a mi—. Aquí las medidas son descomunales.
— Lo descomunal es que las medidas lo sean, y aún así nos hayamos acabado las hamburguesas sin dejar no más que papas.
— Fue un viaje muy largo, nos lo merecíamos —rió Lucy, y después me miró con cautela—. ¿Que quieres hacer esta noche?
Sabía a donde iba.
Nuestras discusiones sobre "lo permitido" en Londres había llevado todo el principio de nuestro viaje antes de que ambas nos quedaramos completamente dormidas. Ibamos a estar dos semanas, de las cuales yo demandaba 4 de los días para regresar al hotel y dormir temprano; de ahí en fuera, los otros 11 días haría cualquier cosa que la cumpleañera desease.
Lucy alzó la ceja y ladeó la cabeza. La buena suerte había sido que, aunque fuera largo, el viaje no había sido incomodo, y aparte de todo habíamos aprovechado el tiempo en el hotel para tomar una pequeña siesta de hora y media antes de salir a comer.
— ¿A donde quieres ir?
— Tengo unas grandes ganas de comprobar las teorías sobre el mundo nocturno de Londres —sonrió, y se mordió el labio—. ¿Alguna idea de a donde podríamos ir?
Fruncí el ceño, y por más que intenté pensar en alguna pista, no encontré ninguna.
Durante mi corta estadía en Londres por el verano, Zayn nunca me llevó a ningún club para bailar; ni siquiera a un bar de noche. Todo había sido demaciado relajado entre nosotros, y él no parecía haber estado muy interesando en esos lugares, así que posiblemente uno de esos lugares a donde Lucy quería llegar no estaba dentro de los lugares favoritos de Zayn. Y yo no tenía conocimiento de algún buen lugar para eso.
— No tengo ni la más mínima pista. – Admití, y Lucy refunfuñó haciendo un pequeño mohín.
Entonces, su mirada cruzó deliberadamente la habitación, y se posaron en algo que, gracias a que estaba a mi espalda, no pude alcanzar a ver.
— Tengo una idea de quién si podría... —Dijo mientras su rostro de satisfacción se ensanchaba en su rostro.
Giré mi cabeza sobre mi hombro, y observé como el mesero que nos había coqueteado al entregarnos la carta estaba recargado en la barra del bar, hablando con el barman, el cual limpiaba unos vasos de vidrio con una franela azul frotandolos por dentro y por fuera. Volví hacia Lucy; sabía que su plan no era opcional; era definitivo.
...
— Ni siquiera los conocemos.
— ¿Cómo se supone que se hacen amigos nuevos si no le hablas a desconocidos? —Objetó Lucy, retocandose el maquillaje en el gran espejo del baño, y mirandome a mi a travez de mi reflejo. — Mira, se no soy tan estúpida ______. Tienes que saber estudiar a la gente.
— ¿Enserio? ¿Y estudiaste a dos completos desconocidos mientras te metías la carne de sirlón a la garganta? — Lucy detuvo su espolvoreado, y me miró con cara de pocos amigos. Yo me crucé de brazos, y me recargué en el marco de la puerta del baño, observando como Lucy comenzaba a maquillarse de nuevo.
— Tienen trabajo fijo, en un buen restaurante. El mesero llevaba una camiseta polo, por lo que apuesto a que se preocupa por su apariencia, osea que no es un completo inútil.
— ¿Cómo sabes que no la llevaba como uniforme de trabajo?
— Por que observé a otros meseros; todos llevaban una camiseta blanca, pero no polo. Esto quiere decir que eso fue elección propia —la miré asombrada, y sonreí apartando mi mirada y clavandola en el suelo—. Aparte, punto número dos, llevaba bien pulidos sus zapatos.
— Bueno, los cuidados personales son lo que menos me importa. Pueden ser unos psicópatas.
— Y si lo son, entonces tendremos mucho que contar cuando estemos ancianas sobre “Cómo nos metimos en un bar con dos completos desconocidos durante nuestras primeras 5 horas en Londres” —elevó la mirada, y me observó sonriente —. Relajate, ______. Confía en mi.
Cuando el mesero que había quedado flechado por Lucy llegó para entregarnos la cuenta, Lucy le preguntó por algún buen lugar donde poder pasar la noche y tomar un poco. El chico, en un intento desenfrenado por "ayudarle", le ofreció su ayuda a tal grado que hasta se ofreció el —y al que aparentemente era su mejor amigo, el barman— a guiarnos por la Londres Nocturna.
Bajamos a recepción cuando Lucy recibió el mensaje de Robert (el mesero) de que ya estaban esperandonos.
Iban, a mi sorpresa, bien vestidos. Robert iba totalmente de negro; un pantalón negro y una camiseta negra, así como un saco negro que se veía bastante cálido y reconfortante para aquel invierno. Así mismo, Thomas —el barman— llevaba un pantalón negro, camisa azul y un saco negro, pero de una tela que hacía que se viera diferente de textura.
Apenas las puertas del elevador se abrieron, Lucy me tomó del brazo y se acercó a mi para susurrar.
— ¡Ves! ¡Te dije que eran decentes! —cuchicheó, y yo rodé los ojos.
— La noche apenas empieza, Lucy Lucy.
...
Mis rondas de intusión habían estado bastante gastadas; definitívamente no iba a volver a apostar por ellas.
Robert y Thomas resultaron ser un verdadero encanto, y al parecer nada de lo que había predicho sobre ellos era verdad.
Eran estudiantes en la Gran Universidad de Londres, y venían ambos de distintas pequeñas ciudades de Inglaterra. Se conocieron en el alquiler, justo cuando ambos estaban dispuestos a rentar un apartamento, e inmediatamente hicieron una mancuerna excelente; descubrieron que irían a la universidad juntos y desde ahí fueron compañeros de cuarto y grandes amigos.
Según, a palabras de Thomas, "No se conoce la vida de Londres Noctura yendo solo a un lugar", por lo que su proposito era guiar a estas dos americanas perdidas y desubicadas por todas las calles del viejo mundo bajo los faroles amarillos y la gran Luna blanca.
Cuando llegamos a "The Black Cat", la fiesta apenas estaba empezando. Los chicos habían insistido en que no había nada bueno en los clubs antes de las 11:30, así que antes de eso nos habían llevado a cenar, para continuar con un paseo por las calles turísticas del borde del río.
La musica sonaba a reventar; hacía que mi piel vibrara, casi literalmente. Las luces fosforecentes brincaban de esquina a esquina y el olor a cigarro en algunos sectores podía llegar a marearme.
Sin embargo, a pesar de todo admito que, realmente me la pasé excelente.
Thomas era realmente divertido, y Robert tenía un sentido del humor tan sarcástico que ambos se complementaban como uña y mugre. Se les notaba muy unidos, y después de unas cuantas copas realmente me empezaron a agradar aún más cuando descubrí que aparte de todo no eran huecos del todo; Robert estudiaba literatura inglesa, como yo. Nuestra conversación divagaba desde Libros hasta "Cuántos burritos se puede comer Thomas antes de media noche".
Me encontré divirtiendome mucho en un ambiente al que usualmente reuhería; si no hubiera sido por Lucy, sencillamente yo me quedaría en mi habitación, leyendo, escribiendo, y con un café ardiendo al lado. Pero para mi más grata sorpresa, me la estaba pasando de maravilla.
Todo eso hasta que, después de una serie de tragos, sentí la necesidad de ir al baño.
Lucy y yo nos abrimos paso entre la gente alejandonos de las salas louch donde estabamos sentadas con los chicos. La tomé del brazo mientras cruzabamos el lugar hasta el otro extremo. La gente bailaba a nuestro alrededor, tomaba, fumaba, estaba perdida en su propio mundo de luces fosfo y brillantes.
Los letreros de los baños se encontraban iluminados con una luz de neón al fondo. Lucy gritó algo sobre mi oido, pero no fui capaz de escucharlo; en lugar de eso volteé a verla, pero el empuje de alguien tercero a nosotras por mi espalda me aventó hacia Lucy bruscamente. No caímos, si no que simplemente nos estampámos mutuamente, así como también pegamos con la espalda de otras cuantas personas que bailaban alrededor. Justo cuando giré para ver que barullo había sido el causante de aquel "accidente", sentí como si hubieran puesto un acido a mi bebida y hasta ese momento fuera cuando realmente hizo efecto.
Apenas se podía mantener de pie; tenía finta sucia y estaba más borracho de lo que jamás hubiera podido catalogar a alguien como él.
Sabía que Nicholas era fiestero y que disfrutaba del alcohol, pero nunca me había imaginado que hubiera llegado hasta ese extremo en que su cabello pareciera hasta estar chorreado de alguna sustancia de dudosa procedencia.
Tenía a Nicholas Malik frente a mi.
Madre mía.
___________________________
Pues aunque Zayn este viajando, eso no significa que sus familiares no esten en Londres... Jajajaj apuesto a que nadie se imaginaba que pasaria eso;)
Pd: Han estado comentando SUPER poquito, nadamas tengo 3 o 4 comentarios por capitulo cuando antes eran mas de 10... Si siguen asi no podre subir tan seguido:( Asi que si eres una fantasma que ama la novela y quiere que suba mas seguido C O M E N T E N.
Las amooo:*
Pd: Quedan 18 capitulos para el fin:(
Abigail Castro
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Omg.. yo no me lo imagine ni ahi!!
Que pasara??
Como qe qedan 18 capitulod nada mas? Me qeres hacer llorar??.. Como que te tenes qe apurar para ganarte mi #L.O.V.E entonces jajaja
Ya kiero qe aparesca Zayn, pero soltero por favor ;)..
Nos estamos leyendo..
Que pasara??
Como qe qedan 18 capitulod nada mas? Me qeres hacer llorar??.. Como que te tenes qe apurar para ganarte mi #L.O.V.E entonces jajaja
Ya kiero qe aparesca Zayn, pero soltero por favor ;)..
Nos estamos leyendo..
Magui Styles Malik
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
jjajjaajja!!!! no se encontro a Zayn pero si a dos lindos ingleses y a Nicholas... que pasara????
quiero mas!!!! continua pliiiiiiiiiiiiiiiisssssssssss!!!!!!!!!!
:bye: :bye: :bye:
quiero mas!!!! continua pliiiiiiiiiiiiiiiisssssssssss!!!!!!!!!!
:bye: :bye: :bye:
Isabela85
Re: Una escritora sin amor (Zayn Malik) C O N T I N U A C I O N
Hola!
No se que decir ._.
Al fin que rayita se divierte...
Aparece este gil -.-
Ok me calmo.
Es que One Direction esta en Argentina y yo no los puedo ir a ver.
Bueno, lo importante es que tu novela esta genial.
Siguela pronto! :)
Kisses :D
No se que decir ._.
Al fin que rayita se divierte...
Aparece este gil -.-
Ok me calmo.
Es que One Direction esta en Argentina y yo no los puedo ir a ver.
Bueno, lo importante es que tu novela esta genial.
Siguela pronto! :)
Kisses :D
WalkerDirectioner
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