ÉXTASIS Y VENENO "Kevin & ____ " //ADAPTACIÓN//

[size=12][size=12][size=12]Kevin bajó corriendo los escalones. Un fuerte temor oprimía su corazón. El pánico y la desesperación paralizaron su mente —_______... ________...
Ella seguía cayendo y él no podía alcanzarla; observó con horror casi enfermizo que su cabeza golpeaba contra la barandilla. Luego vino el último golpe, que lo angustió aún más; ella se desplomó sobre el suelo de mármol del vestíbulo.
_______ yacía inmóvil y silenciosa, como muerta.


se arrodilló junto a ella. Su cuerpo temblaba de temor y preocupación. Muy suavemente, colocó una mano sobre su cuello, para sentir el pulso.
El lento latido le provocó un estremecimiento de alivio. Estaba viva.
Se forzó a mirar su fláccido cuerpo. Con todo cuidado, examinó sus brazos y piernas. No parecía haber huesos rotos. Deseaba tenerla en sus brazos con desesperación y estar muy cerca de ella, pero no se atrevió a moverla. Si había alguna lesión en la espalda o en el cuello, el movimiento provocaría un daño irreversible. Su rostro estaba tan lívido...
Con suavidad le acarició el cabello. Deseaba con fervor que sus ojos se abrieran. Ella se quejó; movió la cabeza, sus piernas se encogieron. Con un gemido de intenso alivio. Kevin la abrazó. _________abrió los ojos y enfocó el rostro de Kevin.
—No quiero perder a mi hijo.
—Nuestro hijo, ________, nuestro —dijo Kevin fieramente, pero no estuvo seguro de que ella lo escuchara. Sus ojos ya no lo miraban, sus párpados se cerraron y se hundió pesadamente entre sus brazos—. ________... me aseguraré que no pierdas al bebé —gimió con voz enronquecida.
La acercó más a él. Deseaba con toda su alma que ella lo escuchara y supiera que él haría todo lo mejor para ella, si sólo le daba otra oportunidad.
Esperó por lo que pareció un tiempo interminable a que _________ despertara otra vez, pero quizá eso no sucedería. Yacía como una fláccida muñeca entre sus brazos, inerte; sin vida. No permitiría que eso continuara. Tenía que hacer algo. Sí ella moría...
La vida sin _________... El pensamiento era insoportable. Su cerebro trabajaba con rapidez por la urgencia.
Su primer pensamiento fue llevarla a algún lugar más confortable- Pero quizás no debería moverla. Quizá fuera una equivocación. Llamaría al médico primero; después a la ambulancia; conseguiría una manta para mantenerla caliente; llevaría alguna ropa también. Él la acompañaría al hospital y permanecería allí con ella, listo para cualquier cosa que se ofreciera. Hizo todo lo más rápidamente que pudo.
Se arrodilló junto a ________ otra vez, y sostuvo la mano. La apretó en su necesidad de inyectarle vida. Pero no despertaba. Encontró un paño y enjugó su frente y mejillas. Repetía su nombre sin cesar, en su deseo de que ella volviera en sí. No se movía y Kevin sentía que la desesperación hacía presa en su corazón. Temía que ella muriera, como castigo por lo que él había hecho.
El niño... por supuesto que era suyo. Era una locura dudarlo siquiera... pensar otra cosa.________ había tenido razón todo el tiempo acerca de Niki.
Él estaba equivocado. Fueron tantas las cosas que él había notado en esa semana que acababa de pasar. Esos comentarios de doble sentido, venenosos. Por lo menos había tomado la decisión correcta a ese respeto. No más. Si _______ estuviera bien...
La vergüenza desgarraba su corazón y taladraba su alma. Hundió el rostro entre sus manos. No merecía que _______ volviera con él. ¿Cómo había podido dejar que Niki sembrara esa negra sospecha dentro de su mente? ¿Qué sería de su vida sin ______?
—El niño...
—Está a salvo, _________. Todo está bien. El doctor dice que no hay peligro, cariño. Por favor, no te preocupes.
Las palabras se deslizaron dentro de su mente, ya consciente, pero vacía... La voz tranquilizante de Kevin... hacía que poco a poco volviese a la realidad.
—A salvo —la reconfortante palabra fue captada y se sintió bien.
—______...
Kevin la llamaba. Su voz sonaba muy lejos, pero contenía una súplica y _______ quería responderle -
Abrió los ojos. Las cosas parecían flotar a su alrededor, pero pronto vio la realidad. Kevin estaba junto a ella. Estaba sentado en una silla, junto a su cama. Una cama extraña. Una habitación extraña y el rostro de Kevin, con el ceño fruncido y deformado por la ansiedad.
—¿Dónde estoy? —preguntó.
—Estás en el hospital, _______ —respondió Kevin en voz baja, pero ella sabía lo que le costaba a él esforzarse a aparentar esa tranquilidad—. Todo está bien. Tienes contusiones, pero no hay peligro de que pierdas al bebé. Lo único que necesitas es descansar y todo estará bien.
La memoria de _______ se avivó. Miró a Kevin y evocó todo... lo del niño... el dolor de su rechazo... cuando perdió el paso en la escalera... la caída...
—¿Cuánto tiempo he estado aquí? —preguntó.
Luchaba por apartar de su mente la oscura turbulencia que amenazaba como un remolino, otra vez. El alivio se reflejó en la cara de Kevin. Él tardó segundos en apartar sus ojos de ella para echar una rápida mirada al reloj.
Unas doce horas —dijo con voz ronca.
Su mirada votó hacia ella, de nuevo.
¿Has estado conmigo todo el tiempo? —preguntó.
Él asintió. Entonces, había sido la mano de Kevin la que le había apretado la suya continuamente, se dijo _________ y una ola de profunda tristeza la invadió mientras recordaba que él sólo la había tranquilizado con respecto al bebé... pero él lo quería?. Había pensado que podría ser de otro hombre.
—No he estado con ningún otro hombre más que contigo, Kevin —sus ojos imploraban para que le creyera—. No quiero a nadie más. Sólo a ti.
—Calla, cariño —una angustia total cruzó por rostro—. Yo te amo a ti y a nadie más —su rostro expresó la afanosa búsqueda de palabras, las cuales pronunció titubeante—: Te necesito en mi vida. Necesito a nuestro hijo. Necesito todo lo que tú me das —declaró con apasionada convicción—. Nunca dudaré otra vez. He estado equivocado, estoy tan avergonzado... tan terriblemente avergonzado...
_______ lo miró. El alivio vertía su bálsamo en su dolor interior. Ese no era el mismo Kevin. Era un hombre nuevo; el que tenía penas que le dolían y lo lastimaban, y lo más importante... era que él se lo estaba confesando a ella. Cualesquiera que hubieran sido las cicatrices de su niñez, _________ las había curado.
—Perdóname —rogó Kevin con voz temblorosa por la emoción. Su necesidad era tan explícita, que llegó al corazón de _______. Las lágrimas nublaron sus ojos. Kevin... se abría a ella al fin.
—Siempre te he amado —murmuró.

Pero en lo más recóndito de su pensamiento, estaba la espeluznante figura de Niki Sandstrom, que esperaba para inyectar su veneno otra vez, para alejar a Kevin de ella. La tensión sobre el rostro de Kevin se disolvió al empañarse sus ojos con lágrimas. Kevin murmuró algo, pero las palabras fueron dichas en voz demasiado baja para que ella las escuchara con claridad. Parecía una plegaria.
Él levantó una mano de _______ hasta sus labios y los presionó largamente.
Ella parpadeó con más fuerza y él también.
Después Kevin sonrió, con una sonrisa de completa dicha, que penetró a través del cuerpo de _______.
—Te amo —dijo—. Siempre te he amado —la amenaza de Niki Sandstrom había desaparecido.
Kevin era suyo. Él siempre lo sería, del mismo modo que ella lo era de él—. Probablemente no debería hablarte de esto —dijo con suavidad. Los ojos de Kevin buscaban los de ella con cautelosa ansiedad—. No quiero que te alteres, pero sé que Niki mentía, _______. No tienes que preocuparte más por ella. No entrará en nuestras vidas otra vez. De ninguna manera. Acepté su dimisión ayer por la tarde.
______ se quedó totalmente atónita ante la noticia.
-¿Quieres decir que fue... después de que te viera... en el restaurante?
Él asintió solemne-
-La manera en que te ignoró fue la gota que llenó el vaso, y luego lo que dijo acerca de Yorgansson cuando te fuiste. Ya no la quería cerca de ti, nunca más. Tuviste razón acerca de ella, pero para mí era difícil creerlo al principio, pues como había sido mi mano derecha en los negocios, durante mucho tiempo, daba por sentada su veracidad.
Siento no haberme dado cuenta de que ella nos hacía daño, ________. Ahora lo comprendo.
—¿Por qué no roe lo dijiste antes? —preguntó.
Seguramente él sabía lo importante que era para ella que esa mujer se hubiera ido.
—Iba a hacerlo, pero cuando vi tus maletas en el porche de Bea y abriste la puerta, supe que habías tomado la decisión de volver... Niki se borró de mi mente por completo, ______. Hasta que me dijiste que estabas embarazada y entonces yo... permití que las dudas entraran en mi mente —movió la cabeza con una mirada de profundo dolor—. Siento haberte lastimado así, ________. Nunca volverá a suceder otra vez. Te lo prometo.
Ella le ofreció una triste sonrisa.
—Siento lo del niño. Se que no querías tener hijos. Kevin, pero...
—Pero si quiero —cortó con vehemencia—.
Quiero a nuestro hijo tanto como tú. Por favor no pienses en nada más.
Ella lo miró incrédula, pero la sinceridad que reflejaban sus ojos hizo que sus dudas desaparecieran.
—No querías ni que hablara de tener un hijo —dijo tentativamente.
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