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El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 Empty Re: El Otro Rostro de la Vida (Ziam)

Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 16 Jul 2014, 3:54 pm

αngel. escribió:Hola suegrito.
Quiero decirte que no pude leer el cap
porque me siento mareada y las letras se mueven de su lugar cuando leo.
Ayer estuve hospitalizada porque unos medicamentos me pusieron los nervios de punta, y a mi familia no le quedó otra opción más que hospitalizarme.
Ya salí del hospital, me siento un poco mejor... pero me siento mareada y muy cansada.
Espero que no te vayas a molestar :c
en cuanto me sienta mejor, te comento ;) es una promesa.
Te quiero mucho :3 
bye.
Nuerita de mi corazón:)
Me quedo muy preocupado al saber que estás enfermita:(
No deberías estar leyendo esto, tu salud es primero, espero que te recuperes pronto:(
Entre más tranquila estés mejor, nada de emociones fuertes, quiero verte más que sana,
sino iré a amarrarte a la cama, sólo a eso iré, bueno y a saludarte... Cuidate mucho...
Te quiero mucho más:3
Bye
PipeAlejandroMalik
PipeAlejandroMalik


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El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 Empty Re: El Otro Rostro de la Vida (Ziam)

Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 16 Jul 2014, 4:08 pm

Capítulo XVIII
 
No es verdad, no es verdad…
Me repetí hasta el cansancio, mientras pisaba el acelerador furiosamente. Tenía miedo, pero  también deseaba comprobar que  lo que me había dicho Perrie no era verdad, que había sido sólo una cruel mentira para cobrarse así una parte del dolor que yo le había causado.
No es verdad
Continué con mi monólogo interno… Pero ya era inevitable… una inquietante incertidumbre se había apoderado de mí, algo de lo que no podía escapar; dentro la duda había echado  raíces y se expandía sin orden por cada tramo de mi cuerpo. 
Las casas y demás pasaban a mi lado en una línea borrosa que ignoré olímpicamente, nada me quitaba de la cabeza mi destino final, el único lugar a donde deseaba llegar por ahora… la casa de Zayn…   
El trayecto fue largo eterno me aventuro a decir… hasta que por fin el viejo mustang de Karen se detuvo frente a una imponente casa, la casa del abogado Malik, el padre de Zayn.
El miedo que sentí en mi interior era realmente inmenso tan grande que por momentos me hacía dudar, me hacía flaquear de la peor manera que se podía hacer dudar a una persona… pero las ganas de comprobar que no era cierto, esa llama de esperanza que aún estaba encendida en mi interior me alentaban a seguir, a no detenerme por nada del mundo… a que comprobara de una vez por todas lo dicho por Perrie y de una vez por todas sufrir como realmente me merecía sufrir y no a medias tintas como lo estaba haciendo…
Así que no lo pensé más y me bajé del automóvil, fuera hacía frío, el aíre que soplaba olía a humedad y a tierra mojada, me estremecí ante el contacto de mi piel con el frío viento pero ni ello me detuvo, seguí con mí camino… no podía detenerme, ya no quería hacerlo, no importaba el resultado o cualquier cosa que pudiese encontrar ahí… ya no, porque de alguna manera lo que ahí encontrara era la manera de cómo iba a pagar por mis culpas…      
Me detuve en la puerta; sin pensarlo más toque el timbre y esperé a que alguien saliera… pero nadie lo hizo… volví a tocar el timbre y volví a esperar y nada…
Conforme transcurrían los minutos ese miedo que me ahogaba por dentro comenzaba a elevarse en mi interior… comenzaba a correr por mis venas, por cada tramo de mi cuerpo… Seguí tocando el timbre una… dos… tres veces y nada… ni nadie…salía… al mi alrededor todo era tranquilidad y  una paz escalofriante… somera…
Los follajes de  los árboles de vez en cuando aullaban lastimeramente y después volvían a quedarse en silencio… como testigos silentes ante lo que pasaba frente a ellos…
Me aleje de la puerta… quise creer que no había nadie en casa, que habían salido y que más tarde regresarían… que las muchachas de la limpieza ya no estaban a estas altas horas de la noche… así que me dirigí al auto, ya mañana volvería, mañana sería un nuevo día, un nuevo día donde arreglaría las cosas de la mejor manera… y donde todo volvería a la normalidad…    
 Abrí la puerta del coche y subí un pie pero antes de entrar de lleno miré por última vez aquella casa… aquella casa que tantos recuerdos me traía y sin pensarlo más dejé el auto, azoté la puerta y me dirigí a la casa. Ya cerca de ella me coloqué en la pared, cómo bien pude por ahí trepé… Subí escalando cada una de las piedras que le conformaban sin importarme el daño que a mis manos les pudiera ocasionar hasta que por fin llegue a la cima… de donde miré el interior que estaba sumido en tinieblas y oscuras sombras…  Nada se veía…
Intenté bajar de la misma manera que subí pero ya no podía espera más, ya que quería saber cuan cierto era todo lo que Perrie me había dicho… ya quería saber si Zayn se había creído mis palabras y todo lo que le dije la última noche que le vi… necesitaba saberlo… así que sin pensarlo salté…
Caí con fuerza sobre el aterciopelado jardín… por algunos instantes mi equilibrio se vio perturbado pero en otros pocos logré recuperarme…
Había entrado por el lado norte donde estaba la alberca, donde el agua ondeaba a cada soplo del frío aíre… pase junto a ella y miré mi silencioso reflejo que parecía desconcertado ante tanta tranquilidad que se respiraba y sentí ahí adentro…     
Rodeé la casa hasta que llegue a la entrada principal, en el estacionamiento no había ningún auto… un mal presagio me intuyó que algo andaba mal… muy mal… muchos más de lo que quería y podía imaginar…  
Sin detenerme a mirar nada… subí unos cuantos peldaños para llegar a porche, ahí listo, esperé unos instantes a que alguien  se apareciera… a que Zayn saliera de la penumbras y me dijera que todo había sido una broma como la que yo le había jugado hace unos cuantos días… pero nadie más que yo estaba en esa casa… nadie más que yo estaba ahí con el corazón acelerado y con la sangre corriendo por mis venas con premura… cómo si la vida se me escapara de las manos a cada latido que mi corazón daba…
Sin nadie que me detuviera… sin nadie que saliera de entre la oscuridad di el siguiente paso… Coloqué mí mano sobre le picaporte… giré con calma y después empuje la puerta… ¡Y oh sorpresa estaba abierta!...
Esperé a que chirriara, esperé a que la luz se encendiera o incluso que la alarma se disparara y llamara la atención de cuanto transeúnte pasaba por la acera… pero nada pasó, nada irrumpió esa inquietante tranquilidad que me estaba sacando de quicio…   de mi cabales con a un vil loco iracundo…
Me adentré al interior de aquel lugar buscando algo que una parte de mí no quería encontrar y no quería saber…
Ya dentro caminé a tientas buscando el interruptor… mis pasos se expandían en el interior de aquel lugar haciendo un siniestro eco a mi alrededor… cómo si dentro estuviese completamente… Y antes de que mis miedos cobraron forma hallé lo que buscaba y sin retrasar un segundo más accione el interruptor y al instante la luz se hizo, como por arte de magia… iluminado un lugar vacío… solitario, sin muebles… sin nada de lo mucho que recordaba que ahí había estado y adornado ese lugar en antaño, en un tiempo que no parecía lejano…
La impresión me dejó aturdido y sin habla… pero a los pocos minutos… recuperé un poco de fuerza y comencé mi búsqueda por aquella casa de hito en hito… me dirigí a todos los lugares de la planta baja pero al igual que en el vestíbulo y la sala no había nada… absolutamente nada…
Todos estaba vacío… era verdad todo lo que Perrie me había dicho… nada era mentira… Zayn se había ido de Wolverhampton…
Regresé a la sala sosteniéndome sobre la pared con un poco de fuerza de la que a duras penas lograba recaudar, mi cuerpo estaba padeciendo un dolor tan inmenso, tan intenso que sentí el corazón a punto de estallar, a punto de reventar en mil pedazos… hasta que por fin  ya no pude soportar más y me recargué contra la pared y fui resbalando  poco a poco hasta que caí sobre las duelas de madera… después me solté a llorar como un niño sintiendo en mi pecho un dolor intenso… inmenso… era como si mí corazón fuese arrancado de mí pecho con fuerza… sin la más mínima piedad… sin el más mínimo cuidado… Recargué la cabeza contra las pared después comencé golpear con fuerza…
¡Estúpido!… ¡estúpido!… ¡estúpido! Me decía sin cansancio…
Ahí tirado sobre el frío piso miré las escaleras  de madera que llevaba a la planta alta, en mi fuero interno ejercía una fascinación sorprendente pese a que sabía que si abajo no había nada en la planta alta iba a ser lo mismo… Pero pudo más aquella fascinación que mi sentido común y me levante de ahí y dirigí mis lerdos pasos hacia arriba…
Subí cada peldaño como si los estuviera contando en voz baja, hasta que por fin un largo pasillo y una pared de cristal se erigieron frente a mí, con majestuosidad… el paisaje se miraba gris y desolador…  el cielo cubierto por negras nubes se reflejaba en la inmensa alberca del jardín…  se burlaba de mí… se regodeaban de mi dolor…
Caminé sobre el piso de madera que crují ante mi peso hasta que por fin llegue ante una puerta de madera que tantos recuerdos me traía… Tomé el dorado picaporte, por algunos momentos dudé en entrar… no era bueno que lo hiciera, en verdad que no lo era… pero ya estaba ahí y sin esperar más empujé la puerta con fuerza, al instante cedió sin poner oposición… 
En lo alto un relámpago serpenteó en el oscuro cielo e iluminó por un fugaz instante el interior de la habitación, una habitación vacía, solitaria sin nada que me demostrara que ahí, hace algún tiempo había vivido Zayn… lo único que me quedaba, lo único que tenía para probar su existencia eran mis recuerdos, todos y cada uno de mis recuerdos que estaban ahí latentes y vivos, y listos para ser recordados…   
Estuve ahí unos minutos recordando cuanto ahí había pasado… cuanto ahí había acontecido… todo lo que pasaba por mi mente era tan agradable pero a la misma vez era tan despreciable, tan cruel que preferí alejar cuanto recuerdo cruzaba por mi cabeza… 
Y ante la frustración de todo, ante la impotencia de no poder con lo que estaba sucediendo salí de ahí con prisa… corriendo de ese lugar…
Salí de la casa como pude mientras el cielo bramaba ferozmente, y centellantes relámpagos azotaban el encapotado cielo nocturno que se explayaba sobre mis pesares. La tormenta estaba cerca, demasiado  cerca como para poder huir, ya no había escapatoria posible…
Corrí… caminé… huí de aquel lugar cómo pude, cómo mis escasas fuerzas me lo permitieron. El dolor era tan fuerte, tan salvaje que por algunos momentos de lucidez creí que me desplomaría sobre el piso, un piso que no era más que una mancha borrosa que veían mis ojos empañados de gruesas lágrimas que caían sobre él.  Me tambaleé como un ebrio por el camino lleno de grava, mientras sus débiles crujidos resonaban a miles de kilómetros de distancias. Estaba embotado, aturdido, desorientado, completamente perdido, no me hallaba en donde mi cuerpo se encontraba sino en otro lugar a miles de kilómetros de ahí, a una distancia lejana, en donde ya estaba perdido, donde no encontraba camino alguno que seguir…
Indiferente a mi dolor y a mí sufrimiento la tormenta se soltó con fuerza sin hacerse esperar más…
En mi inconsciencia fui a parar contra los arbustos que crecían a la orilla del jardín, me detuve unos instantes ahí esperando que algo de todo lo que sentía se esfumara sin más, pero era inevitable a cada segundo que pasaba aquella vorágine de sentimientos se vigorizaba más aún, cobraba más fuerza que antes, orillándome a un precipicio sin fin…
Derrotado continué con mi camino; salí de la casa mientras el cielo seguía bramando ferozmente y constantes gotas de lluvia tapizaban el piso…
Seguía lloviendo con intensidad mientras regresa a casa, a mí alrededor todo era oscuridad total y gotas de agua cayendo con fuerza; de vez en cuando salía de mi ensimismamiento cada que el cielo lanzaba un sonoro  bramido, y centellantes relámpagos le surcaban en lo alto… luego me volvía a sumir más en aquel pantano de confusión, de dolor e incertidumbre que no tenía principio ni fin…
Comenzaba a reproducirse en el estéreo del auto  She´s Leaving Home de The Beatles cuando de pronto todo se me nubló repentinamente, por momentos perdí el control del automóvil a otros lo recuperé pero llegó el momento en el que definitivamente perdí la batalla y me salí de la carretera, intenté frenar pero ya era tarde, muy tarde y sin más me estampé contra un viejo árbol que se sacudió con fuerza… haciendo caer un sin fin de hojas verdes que tapizaron el cofre de donde salía vapor por todos lados…
Mi abdomen golpeó con fuerza el volante mientras mi frente iba a parar contra el parabrisas que vibró con fuerza pero que supo resistir… Por un largo momento perdí el conocimiento… y no supe más de mí… después de unos cuantos minutos recobre la conciencia, confundido y aturdido más de lo que ya me encontraba…
Cómo pude abrí la puerta, me recargue sobre la manija pero ya no tenía fuerza y caí al piso en un golpe seco, en un charco de agua y lodo que se había acumulado debido a la lluvia…  Intente pararme pero mi cuerpo ya no podía y ya no quería hacerlo… y sin más me arrastre bajo el follaje del árbol que escasamente lograba abrigarme del agua…
Me recargué sobre el tronco y descansé la cabeza sobre la rustica superficie, cerré los ojos por unos momentos pero la intranquilidad que me abrumaba me impidió cerrar los ojos y descansar cómo lo deseaba… después seguí con mi llanto que parecía no cesar como lo estaba haciendo la lluvia en esos momentos…
Dolor…, sufrimiento…, pena…, culpa…, remordimiento…, era la único que mi cuerpo sentía, era lo único que mi cuerpo podía percibir en aquellos momentos… no había otra sensación que mis nervios pudiesen percibir… la humedad de mi ropa, los golpes en mí cuerpo  eran cosas triviales y sin sentido que pase por alto… lo único que lograba acaparar mi atención era aquel dolor inmenso, cruel y siniestro que sentía correr por mis venas, inundando cada una de las arterias de mi cuerpo, embotando mis sentidos hasta la locura y la desesperación cómo un ponzoñoso y letal veneno… no había más que pudiese sentir, no había nada más que ese maldito dolor que parecía que nunca en la vida iba a frenar…
Ante la impotencia de no poder hacer nada comencé a golpear el tronco del árbol con una fuerza sacada de quien sabe dónde pero que ahí estaba, tratando de que ese dolor menguara, de que cambiara por éste otro que quizá no era mejor pero que en la medida de lo posible no me haría pensar tantas cosas desapacibles como éste  lo estaba haciendo… pero no sirvió, nada pasó, mis nudillos quedaron destrozados, mis dedos sangraban considerablemente… pero ni ello disminuyó ese dolor que tanto quería olvidar… nada lo iba y ni lo podía hacer lo comprobaba sin lugar  a dudas… no había nada que lo hiciera, tenía y debía soportar de las mejor manera que pudiese… Si había tenido la fuerza necesaria para mirar a los ojos a Zayn y decirle que no le amaba que todo había sido una cruel broma de mal gusto, que no la tuviera para soportar algo como esto era algo ridículo…      
Cansado de tratar de ahuyentar ese dolor del infierno me desparramé en el piso mirando como las gotas de agua caían en un constante flujo y reflujo que parecía no tener fin… mientras tarareaba la canción que seguí reproduciéndose sin parar dentro del automóvil… una canción que creía que iba mitigar esos constantes espasmos, esas arremetidas de sufrimiento que azotaban  a mi cuerpo… hasta que no pude más y mi estomago en fuertes contracciones me hizo devolver…
Intenté controlarme pero ya no pude. Aquella fuerza sacada de quien sabe dónde, de la misma manera en que había llegado, se había esfumado sin dejar rastro alguno…
Por momentos que parecían interminables fuertes arcadas me hicieron vaciar el estomago que quedo vacío, sin nada en el interior de mi cuerpo…  después me deje caer ya sin fuerza mirando como las últimas bocanas de vapor que exhalaba el automóvil comenzaban a debilitarse, convirtiéndose en una delgada línea que se elevaba unos cuantos centímetros y después se perdía en el frío y húmedo ambiente…       
Sopese los daños del auto, que no pasaban de unos cuantos rasguños, sin daños de mayor gravedad  aparte la vista de carro y me senté recargando mi cuerpo contra el tronco. Coloqué mi cabeza entre mis rodillas y cerré los ojos esperando que la tormenta menguara un poco y deseando que de alguna manera pudiese morir en ese lugar y jamás en la vida volver a despertar…
Pasé quien sabe cuánto tiempo ahí bajo aquel árbol que era indiferente ante mi dolor y la lluvia parecía que jamás iba a sucumbir… resignado a mí suerte me levante de ahí con el cuerpo adolorido, me dirigí al interior de automóvil. Ya dentro posé la mirada sobre aquel desolador paisaje que en nada, en absolutamente nada ayudaba…  Sin nada más que hacer en ese lugar comprobé que el motor encendiera, listo me eché de reversa, tomé el carril derecho, pisé el acelerador con fuerza, mientras las llantas chirriaban estrepitosamente, con rumbo a casa donde otra tanda de tormentosos recuerdos me esperaba lista para hacerme frente una vez más…  
Cómo bien pude estacione el coche en la acera de enfrente. A fuera seguía lloviendo con intensidad, las gotas de aquella fría lluvia caían con fuerza contra el parabrisas de auto de Karen y sobre el toldo, creando un sonido ensordecedor que aturdía los oídos, o al menos mis oídos…   
Contemplé el desdibujado panorama por un largo rato después sin pensarlo una vez más salí de ahí… El agua ya no me calaba, estaba tan empapado que ya no sentía más aquella humedad que se adhería a mi ropa con persistencia…
Mis lágrimas se confundían con las gotas de lluvia por lo que no me moleste en limpiarlas una vez más… ya no tenía caso hacerlo…
Aquel interminable dolor ya no era tan intenso como lo llego a ser en un principio pero seguía ahí latente… vivo… sobre mi pecho, en mi corazón que a cada segundo que pasaba  parecía que iba a desmoronarse así sin más… cansado y harto de tanto cuanto le hacía pasar.
La grava mojada crujió bajo mi peso… pero el ruidito cedía ante el de la lluvia que caía con fuerza.
Después de unos cuantos pasos llegue a la puerta inserté la llave y me adentré al interior de mi cálida casa… la chimenea crepitaba en la sala de estar… sin darle mayor importancia me dirigí a mi habitación… otro segundo más aquí o en cualquier otro lugar, el que fuera, ya no podría aguantarlo… en verdad que no… es más dudaba de que manera me mantenía de pie si es que por dentro todo estaba desecho, hecho trizas…  como jamás en mi vida lo había estado… no sabía de qué manera me recuperaría, no sabía a ciencia a cierta si lo iba  llegar hacer… en estos momento ignoraba tantas cosas… no sabía nada… no tenía nada en claro…
Justo cuando mi pie se colocó en el primer peldaño de la escalera que por ahora me parecía tan inmensa la suave voz de Karen me habló a mis espaldas,  sospechando que las cosas no andaban del todo bien… deteniéndome en seco.
-Liam, cariño…- dijo mamá con gentileza, con sumo cuidado de no entrometerse más de lo que realmente podía y debía hacer…- ¿Todo bien?... te he estado esperando ya es demasiado tarde… temía que te pudiese pasar algo- inquirió tratando de tener el mayor tacto posible… no podía permitirse fallar, al menos no ahora que intuía que las cosas no habían salido como planeaba yo.
Y sin más me derrumbe sobre el piso llevando mis manos a mi rostro que era el rostro de la desgracia, del dolor, del sufrimiento y de todo aquello cuanto me atormentaba… culpa, remordimiento, pesar… todo a la vez…
Ya no podía… ya no soportaba más… al fin después de tanto las fuerzas se me había  acabo… ya no podía sostenerme de píe… ya no había un motivo por el cual hacerlo… toda ilusión de vida se había evaporado…
Mi corazón… mi pobre corazón ya no podía con nada más que con aquel dolor que de alguna forma desconocida  se había quedado ahí para siempre… por el resto de mis días en esta maldita vida…
-Soy un estúpido mamá… soy un imbécil… el mayor de todos Karen…- dije entre sollozos, con las lágrimas resbalando por mis mejillas y cayendo al piso- Se creyó todo lo que dije… creyó todas y cada una de mis palabras… mamá…
Zayn creyó que yo no lo amaba… que yo no lo quería y que sólo había jugado con él y con su amor…  Zayn…, Karen, ¡Zayn!… se fue de Wolverhampton…- solté confiando en que mamá me ayudara con mi dolor, que me ayudara a soportar ese inmenso dolor que sentía y que amenazaba con atormentarme por el resto de mi vida…  Que me brindara un poco de esa fortaleza que ella tenía… y que  no necesitaba… Pero no podía con ello era mi dolor y no el de ella… yo era el que tenía que afrontarlo, era yo el que tenía que sufrirlo… nadie más… eran mis errores y cómo tal yo debía pagarlos…
Karen me miró incrédula desde donde estaba, desconcertada por mis palabras, después por instinto se acercó a mí y me rodeó con sus frágiles brazos, me acunó entre ellos con fuerza, con amor, con aquella calidez que sólo ella me podía proporcionar…
-Se fue… Karen, se fue… se fue- seguí diciendo ya sin sentido, como una autómata- Zayn, mamá, ya no está… se fue para nunca volver… se fue, se fue…- continué con ese monologo aturdido por mis propias palabras, aturdido por todo cuanto sucedía en las afueras y en mi interior… mientras Karen deslizaba su delgada mano sobre mi rostro hasta mi húmedo cabello, recargando mi cabeza sobre su corazón que latía al mismo compás que el mío…
Permanecimos ahí por un largo momento, quien sabe cuánto tiempo pero ahí estuvimos al cobijo de aquella noche que era testigo silente de mi dolor, de mi sufrimiento… de todo cuanto sentía… y de lo que sólo yo era el culpable…
Después por mero instinto me aparte del regazo de Karen, sin mirarla me levante a duras penas y me dirigí a mi alcoba, con el rostro desencajado, con  el dolor de la pena sobre mi espalda…     
Subí las escaleras con pesadumbre, camine el largo pasillo lentamente, llegue  frente a la puerta de mi habitación la contemple por unos segundos después me adentre a la oscuridad de aquel lugar…
Sin encender luz ni nada, poco a poco me fui despojando de mi ropa empapada, hasta que quede completamente desnudo, cubierto sólo por las oscuras tinieblas que inundaban mi cuarto. Sin más me dirigí al baño. Estando en el interior mi mano se deslizó sobre la pared y oprimió el interruptor, al momento una haz de luz inundo el lugar, sin mirar nada, ni siquiera mi reflejo en el espejo me coloque bajo la regadera, abrí la llave y deje que el agua caliente hiciera su trabajo, aseé mi cuerpo con detenimiento, con suma cuidado, mientras mis lágrimas se  confundían con el agua dulce y aquel inmenso dolor seguía arremetiendo contra mi débil corazón…   
Listo tomé una toalla blanca de un mueble de madera, sequé mi cuerpo con pericia sin más por hacer salí de aquel lugar.
De regreso en mi habitación miré por el alto ventanal que la lluvia no había parado ni un instante siquiera, ¿es qué nunca lo iba a hacer? Me pregunte en mi fuero interno; el agua corría cuesta abajo por la calle, los árboles se estremecían ante las caricias que le propinaban las gotas de agua, de un tirón cerré la cortina; sin más me arrojé a mi cama, listo para dormir al menos de aquí en lo que el dolor hubiese pasado y sólo fuera un difuso recuerdo en mi vida, confiando plenamente en que de la misma manera que después de la tormenta viene la calma, la desgracia precediera a la felicidad…
    
El intenso sol de aquella apacible mañana entró por mi ventana con fuerza hasta que sus rayos cayeron sobre mí rostro… el intenso calor que despedía me despertaron a una siniestra pesadilla… una terrorífica… cruel como jamás la había tenido en mi vida…
Abrí los ojos de un certero golpe y miré un maravilloso paisaje tras la ventana… los árboles verdes se mecían quedamente, arrullados con vehemencia por el viento que soplaba con tranquilidad en las afueras… las aves piaban y graznaban fuertemente anunciando que un nuevo día comenzaba, el sol resplandecía en lo alto de un cielo azul intenso… y la esperanza flotaba ingrávida en las afueras como si fuera parte de aquel espectáculo que se representaba magistralmente allá fuera…  
Me quede quieto ahí sin mostrar amago alguno de ejecutar algún movimiento…  sopesando a cabalidad que sucedía, que pasaba… después de un largo rato al fin me levante, las sabanas resbalaron de mi cuerpo y dejaron al descubierto mis firmes músculos. Me acerqué a la ventana y mire a detalle todo lo que sucedía en el jardín… sopesando cuan cierto era lo que pasaba… una inquietud comenzaba a anidar en mi interior pero después se esfumo así, sin más…  cuando a lo lejos un lujoso automóvil negro se estacionaba frente a la casa con suma tranquilidad, como si nada en la vida le preocupara, del interior bajo la figura de un alto joven que se dirigía directo a casa…
 
¡Zayn había vuelto!
Sin dar tiempo de nada me apure en bajar con prisa, como si de ello dependiera de mi vida… Baje los escalones saltando tres peldaños a la vez hasta que aterrice en tierra firme de un enorme salto… esperé unos minutos a que tocaran a la puerta, con el corazón latiendo a mil latidos por hora, pero ante el nulo movimiento del otro lado la abrí de un golpe y ahí bajo en porche estaba Zayn alegre, sonriente y con aquella bella y hermosa sonrisa que hacía un juego perfecto con sus intensos ojos verde mar, que me miraban fijamente… si parpadear.
Le miré unos eternos instantes para contemplar en sus ojos que todo estaba perdonado… que todo lo dicho estaba olvidado… Y justo cuando en ellos encontré lo que más deseaba le tomé de la mano y lo hice entrar de un movimiento al interior de la casa y sin más mis labios buscaron los suyos con desesperación, locos de volver a sentirlos… de volver a captar ese delicioso sabor que tenía su boca y que indudablemente era mi perdición y por lo cual mataría sin lugar a dudas…
Volver a saber que era mío, volver a sentir su piel friccionarse contra la mía era mi mayor regalo… ahora ya no cometería más errores, ya no volvería a fallar, ya no me dejaría llevar por estúpidos remordimientos que no llevan a nada bueno… lo amaría intensamente, lo mantendría a mí lado hasta que él decidiera que ya no fuera así, ahora le tomaría en cuenta… y no me apartaría de él de ninguna manera… ya había aprendido cuan necesario era para subsistir, cuan importante había llegado a ser en mi vida…
A cada segundo que pasaba las caricias que nuestro cuerpos se propinaban se elevaban de tono… los besos subían a cada segundo de intensidad, mientras nuestras manos tentaban cada parte de nuestro cuerpo en una carrera contra del reloj, en un poderoso frenesí que parecía no tener fin, al menos no, sino satisfacíamos lo que nuestros cuerpos demandaban e imploraban  a voz en cuello…  
Sin saber cómo mi ropa y la de él fueron a parar sobre el piso alfombrado, donde después de un largo rato le hicimos compañía entre besos, caricias y suaves gemidos que inundaban el lugar placenteramente, como las mejor de las mezclas que se tienen en este mundo…
Su lengua recorrió el lóbulo mi oreja, para después deslizarse por la base de mi cuello, por mi espalda que se curvó al simple contacto… por mis glúteos que ya estaban ansiosos de su siguiente movimiento que ya no parecía tan lejano… Cubrió la piel de mi cuerpo con una capa acuosa… fiel muestra de que le pertenecía de pies a cabeza y que era suyo y de nadie más… tal y cómo él era mío… de mí propiedad…
Después murmuró palabras ininteligibles, gemidos incontrolables cerca de mi oído que lejos de bajar los ánimos me animaron e hicieron que implorara que ejecutara su siguiente movimiento…
Colocó la punta de su miembro en la hendidura de mi trasero listo para profanar mis entrañas, a lo más profundo de mi ser… donde estaba seguro que le recibirían con complacencia y unas enormes ganas que sólo él y nadie más podía saciar…
Cuando mi interior recibió completamente aquella férrea columna esperó paciente a sentir cada centímetro de mi cuerpo oprimiendo su miembro de roca, sintiendo la calidez que mis entrañas despedían como si estuvieran al rojo vivo, abrasándolo con una ferocidad  sorprendente… Después comenzó un lento movimiento… un suave vaivén que iba y venía lentamente… sintiendo cómo  entraba y salía de mi cuerpo quedamente, sintiendo cómo mi cuerpo oprimía su miembro en un vano intento de retenerlo, de que se quedara en mi interior que estaba disfrutando de lo lindo su invasión…
Su boca buscó la base de mi cuello y le besó con desesperación, con una locura incontrolable que no podía y no quería contener… hasta que por  fin, después de un largo y casi eterno momento en la tan prometida gloria estallamos juntos cómo las almas gemelas que éramos…
Cansados, satisfechos y sudorosos caímos sobre la alfombra del piso…  Por un largo rato nos miramos, sin pestañear un instante siquiera… En aquel lugar sólo nuestras ya tranquilas respiraciones…, sólo el sonido incesante del latido de nuestro corazón… sólo un paz y una tranquilidad por doquier…   
No hubo palabras… no las necesitábamos… pero ahora… ahora eran imprescindibles, necesarias como el aíre que respirábamos a cada segundo de nuestra vida…
Levante mi mano y la posé con tranquilidad sobre su rostro, su tersa y tostada piel hacía contraste con la mía  que era pálida, falta de color, mil veces distinta… Mis dedos se deslizaron sobre su  mejilla de arriba abajo… con una ternura inmensa… con un cariño enorme  y con un loco y enfebrecido amor que sólo él me había hecho sentir…
-Salva mi vida…- fue lo único que atine a murmurar quedamente… con una tenue voz que se perdió al instante en el entorno que nos rodeaba pero que estoy seguro que Zayn alcanzó a escuchar…
Y después ante mi rostro incrédulo se desvaneció en el aíre… cómo un etéreo fantasma… mis manos fuera de sí intentaron retenerlo, intentaron guardar en mí piel una parte de él pero  donde se encontraba ya no había nada… se había ido…
Y sin más solté un sonoro grito que me desgarró la garganta y me hizo despertar a la vida real, a aquel mísero mundo  donde seguía siendo un estúpido más… un mundo donde ya no había nada por lo que luchar… donde Zayn se había ido para siempre… para nunca en la vida volver…
Después de aquel certero golpe volvía a la realidad… para dejar atrás todos aquellos recuerdos que tanto amaba y que a la misma vez odiaba…
* * * * * * * * * * * * * * *
Ya habían transcurrido dos meses desde que había revelado la verdad y desde que Zayn se había ido de Wolverhampton y nada en mi vida parecía cambiar y pese a que no quería que fuera de esa manera dude mucho que llegara a ser de otra forma….
Levante la mirada con pesadumbre y miré los últimos rayos del sol brillando sobre un cielo despejado de cuanta nube pudiese opacar su belleza azulada. Contemplé aquel bello espectáculo por un largo tiempo, hipnotizado por la inmensidad de la bóveda celeste que sobrepasaba fronteras y que se imponía en las alturas con gracia y gentileza, tratando de comprender mi dolor… Seguí así hasta que por fin el astro rey se perdió tras dos enormes montañas, en el mismísimo  fin del mundo…
¡¿Por dónde comenzar?! ¡¿Por dónde comenzar?! ¡¿Por dónde comenzar?!
Me preguntaba hasta el cansancio, desde aquel día en el que Zayn se había ido, huyendo de mi falso desamor, de mis estúpidas palabras que tanto daño había hecho, huyendo de todo lo que la mísera vida le deparo aquí  
¿Por dónde comenzar? Cuando al fin todo aquello por lo que luchaste ya no tenía sentido ni razón alguna; ¿Por dónde comenzar? Cuando el maravilloso castillo que habías erigido, ahora sólo es un montón de escombros; ¿Por dónde comenzar? Cuando las fuerzas que en ataño tenías ahora se han evaporado sin el menor aviso y ya nada queda de ellas; ¿Por dónde comenzar? Cuando el sentido de tu vida se ha marchado para siempre, para jamás en la vida volver…
Esa preguntaba absurda venía atormentándome desde hace mucho tiempo, sin descanso, sin tregua, día a día, sin la más mínima piedad, sin la más minúscula compasión posible. Hoy aun no lo sé, lo ignoro y tal vez lo siga haciendo… lo que si sabía es que  era algo inevitable…  No había más…
Me levante como bien pude, sintiendo que los pies me pesaban toneladas y toneladas de plomo… Caminé sobre la alfombra que ahogaba mis pasos hasta que me coloqué frente a la luna de mi espejo… al instante mi cuerpo demacrado se vio reflejado con suma perfección, cada detalle era perfecto, nada pasaba por alto. El espejo me hacía justicia perfecta…
 Levanté la mano para  posarla sobre aquella lisa superficie, mi reflejo hizo lo mismo, mis dedos se deslizaron de arriba abajo y de pronto para continuar con mi tortura un torrente de recuerdos y sentimientos me golpearon de la peor manera, como si justo en esos momentos volviera a vivirlos nuevamente… una vez más…
 
Liam me alegra verte, espero que vayan bien los números…; Debí de suponerlo, nadie logra congeniar con él…; Pocos saben que somos parientes y desde este momento te encuentras entre ellos…; No te preocupes, no eres el primero,  ni vas  a ser el ultimo que lo odie, no te aflijas…; Nos vemos, me dio gusto verte…; Sino los conociera, me pondría celoso…; ¿Te vas?, espero que no haya sido yo el motivo de que nos prives de tu presencia…; La sorpresa es mía, años que no te veo, te he buscado en la escuela pero has brillado por  tu ausencia…; Mmm, ¿estás ocupado?...;  El que debe la disculpa soy yo, debí hablarte antes de venir, sólo que no tengo el número de tu móvil,  si quieres puedo venir otro día, no hay problema…; ¿Y qué estudias?, si quieres puedo ayudarte…; Te tengo en un concepto erróneo, lo que pasa por dejarse llevar por las apariencias, ¿no crees?...; Nada, simplemente que nos conocemos muy poco…;  No tanto así, creo que hay tanto por conocer y tan poco el tiempo que disponemos; Me gustaría proponerte que  tú yo fuéramos amigos…; Quizá pienses que tengo muchos amigos, pero son pocos los que están en esa categoría y mucho menos en los que puedo confiar, espero contar contigo…; Así que como ya somos amigos me gustaría preguntarte algo: ¿Cuál es el motivo por que se han acoplado tan perfectamente como lo han hecho, con Perrie?...;  ¡Pues ya está!, ¡soy todo oídos!...;  Ah, es eso…, entiendo jamás creí que tú, bueno… que tú…; ¿Cómo crees?, no te voy a negar que me desconcertaste, pero de ahí a que  termine una amistad  por algo tan trivial, para nada…; ¿Y tienes pareja?, ¿novio?, ¿amigo con derechos?…; Tomaré tu silencio como un sí, el que calla otorga…; La peor parte ya paso y ahora resulta que lo que menos importa es lo que más a vas a ocultar, no entiendo por qué tantos complejos, ¿no me tienes confianza?...; Ahora somos amigos, espero que los mejores…; ¿Tienes planes para mañana?...; Lastima, pensé que podíamos salir, ir algún antro, tomar algunas cervezas, pero no importa ya se dará el momento…; Me pareció buena idea acompañarte, no vaya ser que te roben y después ¿qué hacemos sin ti?, ¿espero que no haya ningún problema?...; ¿Sabes: creo que te desagrado un poco, que te caigo mal o que no te agrado como amigo?, te noto extraño, incomodo, como si no te agradara estar conmigo….; ¿Ves?, tenía razón…; ¿todo un extraterrestre?...; No te preocupes, no pasa de que repruebes…; ¿Alguna vez te has enamorado?, ¿por qué me supongo que lo has hecho?, ¿no?...; Lo sé, pero recuerda: prometiste responder mis inquietudes, lo que no aseguraste es responderme con la verdad, aun así estoy dispuesto a oír mentiras, de alguna forma es lo que todo mundo hacemos, algo podré deducir…; ¿Si y no?, ¿te has percatado que muy a menudo esa es tu respuesta: Si y no…; ¿Y cómo se llamaba?, ¿qué es de él?, ¿lo conozco?...; ¿Y el presente?, ¿y el futuro?...; ¿Piensas enamorarte? ó ¿estás enamorado?...; ¿Y me vas a dejar así?...; Yo no soy el gato…; Gracias por aceptar que te acompañara, necesitaba distraerme y vaya que ya me hacía falta…; Disculpa por tanta insistencia, no pretendía molestarte, pero en verdad que me  resultas un tanto inquietante…; ¿Puedo pasar?, voy a presentar examen…; ¡Suerte!…; Simpática tu mamá…; ¿Nervioso?...; No estoy molesto, no te niego que dejaste desconcertado nada de preocuparse…; Y hablando de celebraciones, tenemos que festejar esto, ¿no?...; Ya te dije es sorpresa, sólo sígueme tengo controlada la situación…; Sí, pero no es un antro como cualquiera…; Porque aprobamos matemáticas…; ¡No vayas a colgar!, ¡por favor!, dude mucho en si debía o no hacerlo, pero ya no puedo con esta situación, es insostenible, lo pensé mucho, le di vueltas y vueltas al asunto y no sé qué pensar, necesitamos hablar, necesitamos vernos…; Necesitaba saber que estás bien, que nada de lo que pasó pudo afectarte, necesitaba saber algo de  ti lo que fuera,  la duda me estaba matando…; Puedo imaginar cómo te sientes, cuan grande es la culpa, es tu mejor amiga, lo he visto, no te imaginas cuanto me duele esta situación, no te imaginas cuanto siento que esto haya pasado, de haberlo  permitido, estaba en mis manos detenerlo, ¡pero no lo hice!, soy un imbécil, en verdad lo siento, me duele que esta situación esté como está ahora, soy el culpable, lo reconozco y por lo tanto te pido perdón…; No sé qué paso, no sé lo que quiero y deseo, no sé nada y es frustrante, sé que te arrepientes, sé que lo que paso no fue cualquier cosa, ¡tú y yo!, jamás debió pasar y lo comprendo si nunca más deseas volver a verme, no protestare, si me pides que me marche y  que nunca más me vuelva a atravesar en tu camino, si me pides que deje a Perrie así lo haré, no pediré una explicación…; ¡No!, ¡no me arrepiento! eso es lo peor, que no, sí, sufro por ello y por que posiblemente jamás lo llegue haber y porque deseo que se repita otra vez y no cualquier persona, sino contigo y nadie más, no sé qué paso, no sé qué fue lo que falló o lo que cambió, pero las cosas ya están hechas y no hay vuelta atrás…; ¿Qué piensas?, ¿piensas en Karen?, ¿no es así?..; Ahora sí: ¿ya se despejó cuanta duda?, ¿ya se extinguieron lo motivos?, ¿ya puedes ser feliz?, ¿ya hay un motivo inmensamente grande para seguir en esto?...; ¡Te amo!...; ¡Woooo!, vaya recibimiento, pocos de estos…; Me parece perfecto, hay tanto que hacer…; Y a ti, ¿aun te importa?, ¿existe un sentimiento, que pueda separarte de mí?, ¿algún motivo que pueda alejarte de mi lado?, ¿alguna  duda que te haga ir junto a él?...; Es abrumante estar allá, ¿no te parece?...; Nunca vas a cambiar, ¿verdad?...; Desde el momento en que me di cuenta de lo que sentía por ti… desde que la atracción que derrochabas me cautivo, desde que pasó lo que jamás debió pasar después que celebramos que pasaste, hoy aun me lo pregunto, ¡¿qué vamos hacer?!...; ¡Claro!, trate de darle respuesta…; No, aun no, no hay algo que llene mis expectativas…; Sólo hay una solución y quizá sea la mejor de todas: dejar que sea la vida y el destino quienes se encarguen de ello…; Alguna vez te he dicho cuanto me encanta verte así…; ¿Y a dónde nos dirigimos?...; Lo siento no, no sabía que estaba ocupado, en verdad lo siento, vuelvo enseguida…; Creí no encontrarte, he intentado comunicarme contigo pero la llamada se va al buzón, sólo quería saber una par de cosas, que me han tenido inquieto últimamente….; Creo que mi duda ha sido resuelta…; ¿Por qué lo hiciste?, ¿te fuiste y sin decir nada?, ¿te alejaste sin dar la más mínima explicación?...; Vaya, sensación…; Te despertaste, por un momento creí que no lo harías…; Un día creí que jamás volvería a pasar esto…; No, nada de lo que te debas preocupar, sólo que me da gusto estar contigo…; ¡Claro! ¿qué?, ¿no es suficiente?...; ¿Eres feliz?!, necesito saber si hago bien mi trabajo…; Tú y yo, por sobre todas las cosas, hasta las últimas consecuencias, hasta el final…; ¿Asustado?...; No es personal  y te mentiría si te dijera que no, pero sí, nada de preocuparse, no pasa nada,  sólo que Karen, está hecha una furia por que no le hayas avisado de tu regreso y  molesta por la actitud infantil, en lo que la apoyo, ah casi lo olvidaba y el que yo haya tenido que intervenir para que al fin contestaras el teléfono, lo demás ya lo sabes, ¿no?...; Ya estamos de vuelta y yo no lo permitiría, quedamos en un trato que debemos respetar, ¿no es así?...; Tal vez,  pero mejor  hacerle frente a la situación antes de que la situación te haga frente a ti, ¿no?...;  Te ama tanto como yo lo hago…; Si  fuera ella no descartaría un par de nalgadas…; Me he tratado de comunicar contigo y no contestas el teléfono, te he mandado mensajes de texto y ninguno ha tenido respuesta, ¿pasa algo?, tu actitud me ha tenido desconcertado,  necesito saber que pasa, necesito saber qué problema hay, hace mucho que no nos vemos, que no platicamos y eso me preocupa, ¿pasa algo?, necesito saberlo, necesito que me lo digas y acabes con este juego…; Tú sabes que odio este tipo de jueguitos, dime que pasa…; Estoy hablando enserio, odio estas situaciones, más si ignoro el por qué de ellas, dime que está pasando, que hice mal o que deje de hacer, dime ya no puedo más, ya no soporto seguir así…; Perrie ya quedó en el pasado, ya no hay nada que se interponga en nuestro camino, dímelo por lo que más quieras y juntos enfrentamos esto que viene, ¡pero habla!, dime lo que deseo escuchar y acabemos con todo esto…; Dime que me amas, que me sigues queriendo como el primer día, dime que nada ha cambiado… por lo que más quieras habla y no me dejes con esta duda que me está matando por dentro…; Dime que no es miedo lo que nos separa, que es duda lo que ha  abierto este abismo, ya hemos enfrentado lo peor, ya nada falta para llegar al final, no me digas que es miedo, no me digas que la culpa y el arrepentimiento han vuelto…; Me engañaste cuando te pregunte que si algo pasaba, que si estaba sucediendo lo que fuera…; Me mentiste cuando me respondiste que  de ninguna manera, que seguías siendo la misma persona de siempre…; Me traicionaste desde el momento que todo comenzó, desde de la primera vez que supiste que podía sentir  algo por ti, desde que te percataste que mi corazón podía responder ese amor que decías tenerme…; No puedo creerlo, ¿cómo pudiste hacerme esto?, ¿de qué manera lo hiciste? porque  no lo comprendo y dudo que llegue hacerlo,  ¡a mí!, ¡Yo! que todo el tiempo estuve ahí cuando me necesitabas, yo que hubiese dado lo que tengo por ti sin dudarlo un segundo, mi vida inclusive y mira como me pagas, ¡mira lo que has hecho!, ¡tiras a la basura tanto tiempo!, ¡sacrifique todo por ti!, ¡renuncie a Perrie por estar a tu lado!, ¡renuncie  a un amor sincero!, ¡acepte algo que no era y que por ti estuve dispuesto a  cambiar!, ¡dame un motivo!, ¡una razón, la que sea!, pero que calme este maldito dolor, ¡habla!, ¡defiéndete! y te juro por este amor que siento y que ya no vale nada me quitó de en medio, me hago a un lado, para que seas feliz…; ¡¿Cómo pudiste?!, te ame como jamás en la vida había amado a nadie, eres la peor persona que he conocido en  toda mi vida…; ¿Puedo pasar?...; Yo también así lo creí…; La vida da muchas sorpresas, ¿no crees?...; Estoy aquí porque estoy  seguro que nada de lo que dijiste es verdad… sé que mentiste y algún motivo ha de haber, dime por última vez si es verdad lo que dijiste, si sientes lo que dijiste, dímelo y si es mentira y si es una broma  te perdono todo…; Liam se feliz por que pese a todo lo mereces…
Cuando al fin cada imagen dejó de pasar por mí cabeza miré mis ojos negros, marchitos, ausentes y faltos de aquella luz que los hacía brillar como dos trozos de carbón encendido: estaba muerto en vida… cómo siempre temí estarlo.
Intente no llorar, intente no sentir ese maldito dolor que me estaba matando por dentro y me hacía sufrir de la peor manera, como nunca nada, ni nadie lo había hecho en este mundo; pero ya era inevitable, ya no podía hacer más, ya no me queda fuerza para pelear contra ello, ya no existía algún motivo para hacerlo así que me deje llevar sin  la más mínima protesta… era ahora su juguete...
Hasta que caí de rodillas sobre la alfombra y me senté a llorar como un niño, como alguien que ya no tiene por quien luchar y que ha perdido todo, absolutamente todo y que ahora está con las manos vacías a la imperiosa y menesterosa merced de la soledad, del abandono y de ese maldito y lacerante  dolor que mermaba, de no sé qué forma, mi voluntad y mis escasas y débiles ganas de vivir…
Alcé la vista y miré mi patético rostro… y sin más destrocé el cristal de un solo golpe, sin importarme el daño que podía causarme, sin importarme en lo más mínimo… Al instante los cristales cayeron frente a mí tras un estruendoso sonido que rompió el silencio del la habitación, en diminutos e irregulares trozos que tapizaron el suelo como una lluvia de enormes gotas de agua…
Miré en cada uno de ellos, como burlándose de mí, regodeándose de mi dolor,  mí distorsionado reflejo. Y sin pensarlo tomé uno de ellos, con fuerza entre mis manos, hasta que una línea de sangre corrió entre mi mano… Contemplé embelesado aquel liquido carmesí… y de pronto un deseo vehemente que estaba guardado renació como por arte de magia, más que por casualidad, como un mero instinto de supervivencia que había guardado en mi corazón desde hace mucho, una salida cobarde podrán decir muchos… pero que era lo único que me queda ya no había más, no había otra opción cómo siempre lo había sido para mí en esta vida que pronto llegaría a su fin…
Arrojé el cristal lejos, mientras cerraba la palma de mi mano, tratando de detener aquel intenso sangrado…
Me levante de ahí y me despoje de mí camisa de un solo movimiento; enrede mi mano en ella y me dirigí a mí closet, del interior tomé una toalla blanca.
Acto seguido me senté en el borde la cama, y como bien pude me libre de mis pantalones de mezclilla, hasta arrojarlo al piso… para sólo quedar en uno minúsculo bóxer. Enrede la toalla a mí cintura y sin esperar algo más me dirigí al baño.
Al llegar me coloqué a  un lado de la tina para abrir la llave hasta el tope y dejar que aquel liquido corriera sobre la blanca cerámica. El agua salía de la llave con fuerza. Giré sobre mis talones y me dirigí a un pequeño mueble al otro lado del lugar, donde estaba una pequeña grabadora, de su costado tomé un estuche de donde saque un disco que no me moleste en mirar y coloqué sobre la charola. Cerré la tapa con fuerza. El aparato tardo uno minuto en reaccionar pero en cuanto lo hizo la música inundo el lugar… como mi última despedida… 
Lo que hice después, lo hice con tranquilidad, con sumo cuidado, como si lo que estuviera haciendo fuera los más delicado que se puede llegar hacer en este mundo…
Me acerqué al botiquín, ignoré el espejo al abrir la pequeña puerta; del interior extraje un sin fin de frascos. Sin mirar ni siquiera su nombre, comencé a vaciar su contenido en el lavamanos. En un vaso de cristal que estaba sobre una pequeña repisa vertí un poco de agua, la suficiente para lo que necesitaba.
Recargué mis manos sobre el lavamanos. Suspire profundamente y sopese cuan oportuno era todo lo que iba hacer… pero antes de que pudiera arrepentirme, cómo comúnmente lo hacía, introduje a mi boca, sin más, una a una, cada pastilla mientras  las pasaba con un trago de agua; así hasta que les di fin a todas y cada una de ellas.
Cerré con pesadumbre la puerta de botiquín y miré mi pálido rostro… intente llorar pero ya no había lagrimas, ya no había que derramar… estaba seco por dentro como lo estaba mi corazón…
Giré sobre mis talones, dándole la espalda bruscamente a mi propio reflejo… Hoy al fin todo había acabado…
Me dirigí a la tina que ya estaba llena, cerré la llave de paso. Observé  el líquido que se mecía en un suave vaivén. Y antes de que cualquier cosa pudiese pasar introduje mi pie a la bañera. Al simple contacto con el agua fría mi cuerpo reacciono, pero supe aguantar, lo peor en mi vida ya había pasado, esto no era cosa del otro mundo; así que en un solo movimiento me deslicé al interior; al instante mi cuerpo quedo cubierto por el agua. Por unos minutos intente controlar los largos y constantes espasmos que azotaban mi cuerpo pero después de un largo tiempo ya no estaban ahí, habían desaparecido… o mejor dicho mi cuerpo ya no los sentía.
Suspiré profundamente, tratando de armarme de valor, ya no podía ni debía arrepentirme en estos momentos justo cuando el fin estaba tan cerca… Ya nada importaba  porque al fin, hoy, absolutamente todo había sucumbido para bien, el telón había caído sobre el escenario y la obra de mi vida, la peor de todas al fin había terminado. Pronto, en cualquier momento el abrazo compasivo de la muerte me llevará entre sus raquíticos brazos y me apartara de este mundo cruel, de este infierno, en donde pague muchas culpas de las cuales no fui responsable, a la espera de una disculpa por haber cruzado este mísero calvario.  Hoy también la decisión estaba tomada, ya no había nada ni nadie por quien cambiarla… seguía siendo egoísta como siempre lo había sido, de algo estaba seguro: eso no iba a cambiar…
Eché un vistazo por última vez a aquel lugar que tantos recuerdos me traía después cerré los ojos y esperé, con los brazos abiertos, como si fuese una vieja amiga, a que la muerte llegara…
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Aquí está el antepenúltimo capítulo, es un recuento de los daños, ustedes mejor que nadie entienden esto, supongo que les causó lo mismo que mí, nostalgia por mis niños, bueno como ya les dije esto está en cuenta regresiva, prometo actualizar mi otra novela mañana, y pronto tendrán una sorpresa. Los adoro xx
PipeAlejandroMalik
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Mensaje por giuly123 Jue 17 Jul 2014, 8:28 pm

Pipe.... si Liam muere eres hombre muerto¡  muack  :pajasoge:  

Con cada palabra estaba como:  :buho: 

Seguilaaaaaaaaaaa¡ Dios¡ Falta pocooooo¡ Muero lentamente¡ Grrr  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 1455854798
giuly123
giuly123


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Mensaje por Directioner122 Vie 18 Jul 2014, 7:40 am

Siguela la novela esta genial pero no puede acabar asi! LIAM NO PUEDE MORIR :(! siguela cuanto antes plis
Directioner122
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Mensaje por fabiangerjh Sáb 19 Jul 2014, 12:57 pm

Me suicidaré... fue un placer. Me voy de este asqueroso mundo :) No pude creer que Liam... no... o sea no.. ya veo como sera el final. No me voy a recuperar de esto jamas. Orlando es Tremendo escritor. Me quito el sombrero. 
fabiangerjh
fabiangerjh


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Mensaje por Lohan212 Mar 22 Jul 2014, 9:59 am

Olvide lo que debía comentar así que....Espero que Santa Karen de Wolverhampton llegue a tiempo para evitar una desgracia..Liam no lo hagas :c Continuala pronto please.
Lohan212
Lohan212


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Mensaje por jeancarlo889 Mar 22 Jul 2014, 2:28 pm

--------SHOK---------
que!!!????...
no lo puedo creer...necesito asimilarlo-----alguien ayudelo porfavor!!!
...recuperndose...mientras lo hago tienes que seguirla!!!siguela!!!
Bye
jeancarlo889
jeancarlo889


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Mensaje por αngel. Vie 25 Jul 2014, 3:35 pm

No... yo no quiero que Liam muera  muack 
Por favor, no dejes que muera :c o muero.
Más le vale Zayn que llegue ya y lo detenga  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 3258640905  
No quiero, suegrito... no quiero que Liam muera.
Ya me hiciste llorar Tinker Bell 
Nunca creí que esto iba a terminar así... y lo que Liam está haciendo es completamente tonto. Perdón que lo diga, pero suicidarse no vale la pena... entiendo que él se sienta mal... si yo fuera él, tal vez estaría así, pero no hay que ser cobardes  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 2333868493  Es mejor enfrentar los problemas y ser fuerte.
Santo cielo... ¿de dónde me salió eso último? xD
Yo soy bien cobarde también, pero bueehhh... espero que Liam no se mate.
Siguela!!! Te quiero mucho!!!
αngel.
αngel.


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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:11 am

giuly123 escribió:Pipe.... si Liam muere eres hombre muerto¡  muack  :pajasoge:  

Con cada palabra estaba como:  :buho: 

Seguilaaaaaaaaaaa¡ Dios¡ Falta pocooooo¡ Muero lentamente¡ Grrr  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 1455854798
Nooo!!!! Liam puede morir, pero no me mates porfi:(

Sí y viene un capítulo peor:(

Hoy termina esta hermosa novela :( Lloro
PipeAlejandroMalik
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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:12 am

Directioner122 escribió:Siguela la novela esta genial pero no puede acabar asi! LIAM NO PUEDE MORIR :(! siguela cuanto antes plis
La sigo ahora mismo:). Gracias por leer y comentar, y Liam, no puedo prometerles nada :(
PipeAlejandroMalik
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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:14 am

fabiangerjh escribió:Me suicidaré... fue un placer. Me voy de este asqueroso mundo :) No pude creer que Liam... no... o sea no.. ya veo como sera el final. No me voy a recuperar de esto jamas. Orlando es Tremendo escritor. Me quito el sombrero. 
Nooo amigo no te suicides, yo quiero seguir contando contigo:(. El mundo es una mierda pero siempre tenemos una salida diferente a la muerte.... Liam este es el resultado de sus errores. Orlando es el mejor del mundo.... Ahora mismo subo el final de esta historia
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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:15 am

pashaline_05 escribió:Olvide lo que debía comentar así que....Espero que Santa Karen de Wolverhampton llegue a tiempo para evitar una desgracia..Liam no lo hagas :c Continuala pronto please.
Jajaja Santa Karen de WOlverhampton, no sé si pueda salvar a su bebé, esperemos que sí, hoy mismo la continuo
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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:16 am

jeancarlo889 escribió:--------SHOK---------
que!!!????...
no lo puedo creer...necesito asimilarlo-----alguien ayudelo porfavor!!!
...recuperndose...mientras lo hago tienes que seguirla!!!siguela!!!
Bye
Hola Jean,
Yo también estoy en shock:(
No sé si Liam reciba la ayuda que necesite justo en este momento.....
Sí ahora la sigo, hoy es el final....
Bye
PipeAlejandroMalik
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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:19 am

αngel. escribió:No... yo no quiero que Liam muera  muack 
Por favor, no dejes que muera :c o muero.
Más le vale Zayn que llegue ya y lo detenga  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 3258640905  
No quiero, suegrito... no quiero que Liam muera.
Ya me hiciste llorar Tinker Bell 
Nunca creí que esto iba a terminar así... y lo que Liam está haciendo es completamente tonto. Perdón que lo diga, pero suicidarse no vale la pena... entiendo que él se sienta mal... si yo fuera él, tal vez estaría así, pero no hay que ser cobardes  El Otro Rostro de la Vida (Ziam) - Página 10 2333868493  Es mejor enfrentar los problemas y ser fuerte.
Santo cielo... ¿de dónde me salió eso último? xD
Yo soy bien cobarde también, pero bueehhh... espero que Liam no se mate.
Siguela!!! Te quiero mucho!!!
Hola nuerita de mi podasón:(
Yo tampoco pero bueno no sé si pueda alguien detenerlo,
a veces cometemos tantos errores que no pensamos bien lo que hacemos

Zayn está muy lejos de Liam por decisión de él mismo, creo que no habrá un Zayn Salvador.
Yo también lloré mucho, pues es que el autor es así, es un hermoso escritor, sí yo pienso un pooco distinto acerca del suicidio, pero bueno....
Te quiero muchote, la sigo ahora mismo
PipeAlejandroMalik
PipeAlejandroMalik


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Mensaje por PipeAlejandroMalik Miér 30 Jul 2014, 10:27 am

Capítulo XIX
Pese  a estar sumido en una inconsciencia  aún alcance a percibir, tenue y débilmente las cuerdas de una bella melodía que tanto amaba… Strawberry Fields Forever de The Beatles; lejos, distante… como si fueran armoniosas  gotas de lluvia retumbando al caer sobre el frío piso de baldosa.
Y ahí sumergiéndome más a cada instante en aquel estado, de una u otra manera posible toda cuanta idea absurda que concebía y creía sobre la muerte se esfumo repentinamente y dio paso al verdadero sentimiento de ésta. Un sentimiento ajeno, diferente, mil veces distinto a lo que realmente quería y esperaba, algo desconocido, incierto… desconcertante de pies a cabeza… que me turbo como nada lo había hecho en este mundo, hasta ese momento…  algo para lo que no estaba completamente preparado pero que como pude lo supe sobrellevar y le  hice frente de la mejor manera posible…
No era nada parecido a aquello que hace mucho, pero mucho tiempo había oído, no era nada comparado con todas y cada una de aquellas palabras, historias e ideas que la gente murmuraba a media voz, entre cuchicheos, ese íntimo secreto a voces del que todos hablan y del cual todos tienen miedo y que tratan de evadir de cualquier manera que este a su alcance…
No era nada que se le pareciera. Es más dude, por algunos momentos que parecían una eternidad, de que existiera algo igual e inclusive similar, en otros dudaba de mi propia existencia, de mi vida pasada, de todo lo vivido por que ahí ya nada oía, ya nada sentía… Todo era oscuridad, todo era un enorme abismo de sombras y sombras que se abrían paso frente a mí, como una inmensa boca de lobo que se apuraba en llevarme a sus fauces para devorarme lenta y dolorosamente… Era la mismísima nada que me abrazaba sutilmente, con cariño, amorosa, como una vieja y olvidada amiga que ha vuelto después de mucho, pero mucho tiempo a un encuentro  del que sabía que pasaría de un momento a otro, pero del que ignoraba cuándo y cómo sucedería, pero que hoy ahí estaba, haciendo acto de presencia, por primera y única vez… 
Todo era una sensación extraña, ajena totalmente a mí y a todo lo que tuviera que ver conmigo… Era algo nuevo, del que no encontré similitudes con algún otro hecho de mi vida, es más dudé de que así fuera…
Sentí miedo… pero de la misma forma que apareció se esfumo, repentinamente, como si jamás hubiese existido, ni siquiera aun,  el haber dejado un mínimo rastro  de su existencia en mi  vida. Desapareció…
Intente mirar alguna imagen tras mis ojos, pero no había nada que ver, no había nada que contemplar, ni siquiera aún admirar.
Así que lo único que atine en hacer fue en dejarme llevar por esa sensación de adormecimiento que corría por mis venas y que ya no podía combatir. Me deje arrastrar por ese apacible torrente de tranquilidad que quien sabe cómo pero que ya estaba en mí interior… ganando terreno a toda costa…  
Y justo en el momento en el que sentía perderme más aun en aquel estado de semiinconsciencia, oía claramente como unos ligeros toques llamaban a la puerta, con cierto nerviosismo en cada uno de ellos, con cierto temor que aunque no lo expresará completamente estaban ahí al acecho susurrando cosas terribles e inimaginables…  
-¿Liam estás ahí?... ¿está todo bien mi amor?, ¿Liam?, ¿Liam, ¡¿Liam?!...-
¡Mamá!
Reaccione de inmediato, en lo que pudo ser casi un acto reflejo, pero ya era tarde, mi cuerpo no percibió ningún impulso que le mandara mi cerebro, la mitad de mi cuerpo estaba embotado debido al medicamento que hace algunas horas o minutos había injerido, la otra no quería hacerlo así de simple; se mantuvo quieto como si nada pasara, mientras Karen continuaba llamando sin parar un instante siquiera, en busca de una respuesta que calmara su receloso corazón que parecía que se le salía del pecho a cada latido que daba.
Algo estaba pasando, su corazón, el  corazón de una madre como siempre lo había sido lo intuía, lo percibía de alguna manera; después la desesperación cobró fuerza y continuó sus llamados incesantes, golpeando cada vez con más fuerza y desesperación que nunca  la puerta de madera que temblaba siniestramente a cada golpe que sus delicadas manos le propinaban pero que no cedía por nada del mundo…
No podía, no sabía qué hacer, su temor le hizo imaginar cosas tontas y absurdas, pero su fe y esperanza despejaron cuanto truculenta idea pasaba por su cabeza…
¡Su hijo, el amor de su vida, no podía, no debía! ¡No él! ¡No, Liam!
-¡Liam abre la puerta por favor!, ¿Liam me escuchas?, ¿estás ahí?, ¡abre!...
Pero sin saber cómo sus  miedos cobraron vida frente a ella, como una siniestra y desgarradora pesadilla, aunque aun no  supiera a precisión, aunque no   imaginara a cabalidad lo que realmente estaba pasando en el interior del baño.
Pero ya era tarde… demasiado tarde para arrepentirme, para dar marcha atrás y borrar lo hecho: ya no era el momento, de hacer algo, porque aunque así lo hubiese deseado ya no podía hacerlo…
Mi cuerpo comenzaba a enfriarse mientras Karen seguía con sus llamados incesantes. Después paró y el picaporte de la puerta comenzó a girar bruscamente, mientras los gritos de mamá se propagaban  por la casa vacía en busca de ayuda, una ayuda que no parecía llegar por más que gritara por más que lo deseara…    
Lejos, me seguía perdiendo a cada minuto que pasaba en una nada de tinieblas, de oscuras sombras, de una inmensa soledad… de algo que no podía explicar pero que estaba ahí, latente, vivo, latiendo con un corazón y una vida propia, pero a costa de la mía como una mal parasito que su único fin era eso: crear desconcierto, desorientación, miedo, temor, ese vacío enorme que sentía y que me devoraba sin compasión…   
Seguí así, mientras mi cuerpo se sumergía en el agua fría que ya cubría parte de mi rostro y que ya comenzaba a entrar a mis fosas nasales inundando mis vías respiratorias y cada parte de mi cuerpo.
Intente a abrir los ojos, para mirar que pasa pero mis parpados ya no respondieron a nada. Y me quede ahí, en el intento de mi siguiente movimiento, con una enorme duda de que, qué pasaba a mis alrededores.
Los golpes siguieron por un largo rato, hasta que por fin los llamados cesaron, por casi una eternidad completa y el silencio que le precede a la muerte, invadió el lugar…
¿Rendición? ¿Sumisión? ¿Derrota?
Me pregunte dubitativo, en mi estado de inconsciencia. ¡No!, definitivamente no, vaya como pude creerlo siquiera por un instante, conocía a Karen y ella era tenaz, obstinada como yo lo era  se podría decir y no iba a dejarme cometer una estupidez, mucho menos aun la más grande de todas, de eso no había ni la más mínima y remota duda que quede claro, era algo de lo que estaba completamente seguro y es que el amor de una madre, no conoce fronteras, eso desde hace mucho tiempo lo había comprobado, aunque hubiese sido de la peor manera…
Y de pronto la puerta retumbo con un sonido sordo hasta caer sostenida sólo por uno de los goznes que la mantenían unida a la marco.  Tras ella Karen y la muerte que miraba con una sonrisa irrisoria la escena que se escenificaba frente a ella: el mejor espectáculo que jamás en su eterna vida había visto… y del cual gozaba como nunca…
Mamá se petrifico al instante… al mirar la desoladora escena que se materializaba ante sus ojos: mi cuerpo inerte, flotaba sobre la fría agua de la tina, mi piel de un tono blancuzco delataba que algo no andaba bien, las ojeras que se marcaban entorno a mis ojos acentuaban más aquel deplorable e irrisorio estado…  Se apresuro en actuar, no perdió un segundo siquiera y se acerco a la tina donde yacía inconsciente, busco algún signo de vida en mi frío cuerpo, pero al parecer ya era inútil no había ninguno y dudó rotundamente en encontrar algún otro.
Karen miró  sorprendida, asustada, histérica, era un mar de sensaciones, de las cuales pocas se podía describir y que cada una estaba en su rostro desencajado, pero de pronto cobró el sentido y sin más  se arrojó a mi lado, tomó mi cuerpo entre sus suaves manos e intento inyectarme un poco de vigor, de fuerza o lo que fuera pero que me hiciera reaccionar, que me hiciera cobrar el sentido o tan sólo siquiera que mostrara un débil signo de vida, y es que no podía dejarme marchar, no podía dejarme ir así como así, debía luchar no iba a rendirse, no debía permitirlo: si yo lo había hecho ella no lo iba a aceptar, ella no se daría por vencida…
Pero conforme transcurrían los minutos la esperanza se iba agotando, mi muerte parecía inevitable, un hecho cercano, que ya estaba a la vuelta de la esquina y del cual ya no podía huir, por más que lo intentara o deseara…
Hasta que al fin comprendió que ya era tarde, demasiado tarde como para hacer algo….
Sus cálidos brazos me acercaron a su cuerpo,  acunándome entre ellos, como si aun fuera aquel niño pequeño al que intentaba proteger, escudándole de los golpes de la vida, y de todo aquello que le pudiese hacerme daño, hace mucho tiempo… pero sus intentos ya eran en vano, ya no había nada que proteger, el dolor ya estaba ahí, latente, vivo; los golpes habían sido dados certeramente y cada uno cobraba su buena racha de fuerza… ya no había nada que salvar, ya no había nada por lo que luchar porque a cada segundo que el reloj articula caía en un sueño profundo, abismal, eterno, sin dolor, sin pena, sin sufrimiento, sin nada…; un sueño abismal como la mismísima eternidad donde sólo podía percibir una inmensa sensación de paz  y de tranquilidad por doquier; un sueño repleto hasta el tope de un sosiego añorado en antaño en una calurosa tarde de verano en algún lugar perdido de la tierra;  en un sueño donde perdía en sentido de la realidad a cada instante que pasaba; un sueño donde  mi  cuerpo entraba en un estado de relajación total; donde caía silenciosa e inevitablemente  en los fríos brazos de la muerte…
 
* * * * * * * * * * * * * * *
 
De pronto desperté sobresaltado, como si despertara de una terrible pesadilla a otra mucho más siniestra y aterradora, en un limbo, oscuro, abismal, repleto de tinieblas y penumbras, sin la más mínima luz que disipara las luctuosas sombras que cubrían férrea y silenciosamente por doquier; era como si un pesado manto se hubiese posado en mis ojos y no me dejara ver más allá de lo que realmente deseaba; me hallaba suspendido entre la cruda realidad y la maravillosa fantasía, entre un mágico sueño y una terrorífica pesadilla… entre la vida y la muerte…
Estaba totalmente perdido sin siquiera saber a dónde dirigirme o simplemente que hacer de momento e inclusive mucho después de que esto pasara….
¡¿Correr?! ¡¿Gritar?! ¡¿Seguir mi camino?!... ¿Hacia dónde? ¿De qué forma lo haría?, sino había a mí alrededor más que oscuridad, más que soledad, más que un enorme sentido de desorientación, de estar perdido en algún lugar que, de alguna forma, no me inspiraba, ni la más mínima pizca de miedo que se suponía que debería hacerlo; sino había para mí más que dos opciones: esperar ocioso, a que algo pasara o sólo simplemente buscar alguna salida que indudablemente no la encontraría fácilmente por ninguna parte, por más que lo intentara… 
De entre la aquella nada absoluto surgió súbitamente una  pregunta, que irrumpió mis pensamientos repentinamente, tomándome desprevenido: ¿esto era la muerte?
¡No!, me apure en responder, tratando de disipar el mal presagio que tenía y que me hacía creer y pensar que mi decisión había sido la equivocada, como todas aquellas que había tomado tiempo atrás y de las cuales me arrepentía hasta cierto punto.
Indudablemente esto no podía ser aquello que tanto había añorado y pensado que era la mejor salida, aquella que creí que, inmediatamente, me haría olvidar el dolor del pasado…
En verdad que esto no podía ser la muerte, no lo podía ser, al menos no aquella que yo tanto deseaba y había buscado tan desesperadamente, como el último de mis recursos, como mi última salida a este dolor que carcomía mis entrañas.
Pero después de cavilar unos cuantos momentos llegue a comprender que  había cobrado el sentido de la realidad, justo entre la delgada línea que separa a los vivos de los muertos, en una delicada línea donde ya no había dolor, donde ya no existía el arrepentimiento ni nada que le pareciera, solamente una gran duda, una persistente incertidumbre de qué había y qué me esperaba más allá, y qué camino debía tomar y nada más… Todo ello acompañado de una abismal oscuridad que parecía aplastarme a  cada uno, de lo que podía ser un minuto en aquel desconocido lugar y que parecía envolverme con el afán de devorarme, de tragar hasta la última de las parte de mi cuerpo y no dejar rastro alguno de él…
Hasta que al fin, sin saber cómo, llegue  a comprender, con un grado de sorpresa que rayaba en el escepticismo mismo que aún estaba vivo: sí, vivo, sin lugar a dudas…
No había muerto, mamá me había salvado, quien sabe cómo pero lo había logrado… no había duda de ello. No lo iba a permitir…
Mucho después supe que yacía inconsciente, en un lamentable e irreversible estado, a la espera de que la llama de la esperanza  se extinguiera de un momento a otro; postrado en la dura cama, de un reconocido hospital de Wolverhampton, con un sinfín de tubos conectados a mi cuerpo que ya no deseaba ni quería vivir y que pese a ello aun me retenían, en esta mísera vida… 
La sangre aún corría por mis venas, mucho más lenta que de costumbre, espesa, rebosante de dosis y dosis de medicamentos, pero que aun recorría mi cuerpo en una marcha lenta, imperceptible; mi corazón latía sutilmente, cansado a cada latido que a duras penas alcanzaba a dar.    
Sí, aún vivía…
Lo pude sentir, percibir, oír, oler inclusive.   Pero no por mucho tiempo me encargue de asegurarme.
Lejos, en mi inconsciencia, proveniente de por doquier, porque aquí hasta el sentido de orientación se había perdido, oí el constante pitido que lanzaba el aparato al cual mi cuerpo se encontraba conectado y transmitía en líneas digitales mis débiles signos de vida que parecían mermarse a cada tic tac que el reloj articulaba; resonando en la amplia habitación donde me encontraba, haciendo un interminable y casi infinito eco en las frías paredes que me rodeaban.
De vez en cuando percibía cuando alguien se adentraba, sutilmente, en mí cuarto, sin hacer el más mínimo ruido, para monitorear  que todo anduviera bien, a la espera de algún signo que indicara que las cosas pronto mejorarían y después el rasgueo de su pluma que se apuraba en escribir algo en su bitácora, donde llevaban el registro de quien sabe qué diablos, para salir y cerrar la puerta que crujía fugazmente; hasta que el insoportable silencio volvía a ceñirse por doquier como un gas venenoso, que se colaba para callar a cuanto sonido provenía  de la afueras, haciéndome creer que me hallaba dentro de una enorme esfera cristal que flotaba ingrávida en el infinito universo, donde no había nada, donde nadie existía, donde la vida ya no era eso sino un vago recuerdo que estaba velado como lo estaban mis ojos ante la inquietante oscuridad.  
Sentía el cuerpo embotado, adormecido,  totalmente entumido como si una tonelada de plomo me hubiese aplastado, intente mover un brazo pero mi cuerpo no respondió, los medicamentos estaban haciendo su trabajo e impedían que me moviera un centímetro siquiera; deseaba arrancarme el tubo que traía en la boca, quería terminar con lo que había empezado y poner fin a mi vida… deseaba que todo acabara que ya nada me detuviera pero era en vano aun estaba vivo.  Lo más frustrante era que, yo, no podía hacer nada…
Justo cuando todo era tan frustrante, en mi fuero interno, repentinamente, mi esfera de cristal  en la que me encontraba se estrelló y se partió en un centenar de diminutos trozos de cristal que cayeron a lo que podía ser el fondo de un gran precipicio, atraídos por la fuerza de gravedad que había aparecido de la nada. Por algunos momentos creí que les haría compañía en su imparable caída e iría a dar a algún lugar mucho más tenebroso, más horripilante capaz de causarme algún tipo de miedo, ya que este de ninguna manera lo había hecho. Pero no, todo lo contrario: flote, ingrávido como la mismísima esfera por unos escasos segundos hasta que me posé, en un movimiento silencioso, frágil,  sobre una superficie fría y dura que podía ser mil cosas a la vez, pero no me importo.
Después aquella superficie se volvió liquida, espesa como el alquitrán, donde me sumergí lentamente… como si un gran pantano me llevara a sus más profundas entrañas.
Ya fuera, pero aun dentro de aquello que podía ser un mar inmenso que solo sentía y más no veía, en momentos me sumergía en un pantano de tinieblas, en otros regresaba a la superficie como si estuviera en medio del mar, justo en el apogeo de un impetuosa tormenta que hacía que la aguas se levantaran en enormes olas que me arrastraban al fondo y después me empujaban a la superficie, como un muñeco.
Todo era un caos total: en ocasiones percibía, con suma precisión, de cuanto acontecía a mis alrededores, en ocasiones lograba oír nítidamente el amortiguado eco de voces en las lejanías cuando alguien hablaba, como un susurro indiscreto; el desgarrador llanto de mi madre que se culpaba sin piedad, por algo que indudablemente no tenía culpa alguna; las falsas palabras de los doctores que alimentaban una esperanza que yo no deseaba que fuera reanimada, por sobre todas las cosas, porque lo último que yo quería era eso, lo que ellos pedían: Vivir. Otras no había sonido, no había ni el más mínimo ruido, sólo una gran vacío, sólo negras sombras y  una gran e inmensa soledad…
La ira broto de mi pecho, un sentimiento que estaba más que seguro que sólo yo era consciente y que iba dirigido a mí mismo por no haber sido lo suficientemente claro. Y es que: ¿Qué parte no comprendían, de que ya no quería vivir?, ¿qué no habían entendido de que deseaba alejarme de este maldito infierno?, ¿a qué grado su ignorancia les había cegado?, ¿al mismo que al mío?, ¿qué no habían aprendido de mis errores?, ¿tan egoístas eran, que preferían, mil veces, verme sufrir y vivir día a día de un maldito calvario del que no tenía la más mínima culpa?, ¿qué no había sido suficiente prueba mi fallido intento de quitarme la vida, de que ya no había otra salida para mí, de que ya no había otra oportunidad, al menos no en esta vida?, ¿de qué manera querían que se los dijera?, ¿de qué manera deseaban que le abriera los ojos y les hiciera ver esa realidad que al parecer solo yo veía y nadie más?
¡¿De qué forma?! Si la que les había dado no era la correcta entonces ¡¿Cual?! ¡¿Cómo querían que lo hiciera?!
¡Que me lo dijeran!… Necesitaba saberlo no quería que me retuvieran,  no quería que retrasaran mi partida de este mundo…
¡En verdad que deseaba irme! ¿Cómo hacerles entender?  ¿Cómo decírselos?...
Ante la impotencia de no poder hacer nada por librarme de lo que acontecía, deje las cosas a la merced de la vida y del tiempo, en los que de ahora en adelante confiaría ciegamente, como jamás lo había llegado hacer con nadie. De alguna forma sabía que no me iban a fallar, no ellos, en  los que había depositado toda mi confianza, o al menos la poca que después de tanto aún me queda… y porque se habían convertido en mis aliados, en los únicos que tenía y en únicos que contaba, no había más…
El diagnostico de mi estado de salud que arrojaron un sin fin de estudios a los que me sometieron fue drástico y un duro golpe para mi madre, del que estaba seguro pronto se recuperaría, confiaba en eso.
Como lo predijeron los doctores mi estado se había reducido a nada menos que una vida artificial, escasamente sostenida por el aparataje medico, que a la mínima falla pondría en riesgo lo que me quedaba de vida… o a eso que era un intento de vida…
A Karen, por primera vez en su existencia se le habían planteado dos inevitables opciones; la primera: dejarme conectado, siendo alimentado por sondas, respirando un aire artificial en una vida que no podía ser eso, una vida; o la segunda: poner fin a  lo que yo había comenzado.
Ninguna de las dos opciones ofrecidas para ella, era la mejor…. Ninguna lo sería, al menos no, cuando implicaban poner fin a la vida del ser que más amaba en este mundo.
¿Y es que cuál sería? hasta yo mismo me pregunte.
Cuán difícil era este dilema, en que yo la había metido. Y  es que jamás contemple que esto llegara a pasar. En verdad que no lo quería. Pero el paso estaba dado, la hoja había sido cambiada y ya no había vuelta a tras. La salida, si es que estaba en sus manos, no era ninguna de ellas dos, así que dejó que el tiempo decidiera algo que ella no podía, ni quería hacer. No había otra opción.
Transcurrieron días… meses… años inclusive tal vez…, nunca llegare a saberlo con exactitud, mientras me perdía más en aquel irrisorio estado,  hasta que en un momento, que creí que nunca llegaría, mi cuerpo se vio invadido por un gélido frío que comenzaba arduamente su trabajo, el inminente frío de la muerte que tanto había retrasado su tan añorada llegada, ante mi llamado incesante, pero que ahora estaba ahí, listo para actuar y hacer lo que seguía.
Inicialmente se apodero, tramo a tramo, de cada una de las extremidades de mi cuerpo, lentamente, con suma pericia, en una leve cosquilleo, como el rozar de una pluma, gozando de llevarse entre su cauce cada célula viva que encontraba a su paso y cada rescoldo de energía, tratando así de consumir todo rastro de vida en  ellas, comenzando en la punta de mis dedos y ascendiendo inexorablemente hacia un punto en especifico que no perdía de vista un segundo siquiera, porque ese era su objetivo final: mi corazón que latía cansadamente, lo otro estaba de más, eran minimiedades…
Al gélido frío le siguió, en una cadena de reacciones que ya no se podían frenar: un extraño y leve ardor sobre mi pálida piel, como si fuese quemada  por los lánguidos rayos del sol del atardecer, hasta que por fin perdió toda sensibilidad posible, si es que aun la había; así  que ahora ya no sentía nada de lo que antes pude haber percibido. La escasa brisa que pudo haberse colado por la rendija de la puerta pasaba por mi cuerpo sin provocar el más pequeño escalofrío, ni la más mínima sensación siquiera. Su trabajo era efectivo, acertado se podía decir.
A su paso siguieron mis pulmones reduciendo su labor paulatinamente, restando una inhalación a cada ciclo que estos daban, hasta que dejaron de trabajar arduamente, dejando el resto al aparato que entraba por mis fosas nasales y se deslizaba por mí tráquea, haciendo entrar a mi cuerpo oxigeno puro, un oxigeno que pronto ya no lo necesitaría.
La sangre que corría por mis venas dejo de ser tibia, cálida como en antaño lo había sido, hasta que se volvió, fría espesa, escasamente bombeada por mi corazón, que al igual que mis pulmones perdía un latido a cada hora que transcurría.      
De un momento a otro mi cuerpo,  rechazo toda la comida que hacían entrar en él, y mi sistema inmunológico cayó en una crisis que mermo mis defensas en un repentino instante.  Los escasos medicamentos que a dura penas hacían entrar a mi cuerpo, habían dejado de producir sus efectos y ahora sus reacciones secundarias me azotaban duramente.
En mi fuero interno seguía batiéndome en medio de aquel inmenso mar, bajo la impetuosa tormenta que ahora era ya un feroz huracán que amenazaba con llevarse cuanto encontrara a su paso, entre las altas olas de oscuridad que se alzaban sobre mí y descargaban toda su furia hasta sumergirme en un abismo que no tenía principio ni fin; después, e igual que al principio me abría paso a la superficie donde todo parecía tan igual. Y así sucesivamente, alternando a cada instante, días enteros permanecía en la superficie meciéndome en un leve escarceo, otros nadaba en la oscuridad, pataleando contra las negras sombras hacia la superficie, en un acto reflejo para saber si esto iba a continuar y no tanto por instinto de supervivencia.    
Seguía oyendo los débiles murmullos en lo que podía ser las lejanías, en un lugar remoto, que jamás conocería. Y de igual manera las suplicas de mi madre que parecían no cesar en ningún momento, haciendo un enorme tañido dentro de mi cabeza, donde todo seguía siendo caos y desastre total…
Hasta que por fin  la calma llegó…
La tormenta cesó repentinamente, dejándome en un estado donde ya nada sentía, donde ya nada dolía, donde ya nada percibía, solamente el latido de mi corazón… Cómo si las enormes olas me hubiesen llevado a la orilla de algún lugar, donde lo que seguía pronto pasaría.
Permanecía así, quieto, tranquilo,  no sé cuánto tiempo, hasta que el día llegó. Después de mucho, muchísimo tiempo al fin llegaba, desde hace mucho que le esperaba, con los brazos abiertos.
En esos momentos el frío ya abarcaba todo mi cuerpo de pies a cabeza, cada tramo de él, sin dejar algún lugar donde no anidara, de alguna forma ya había mermado todo lo que había encontró en su camino, sin hacer excepciones, ni miramientos; salvo mi corazón que a cada minuto que transcurría aceleraba su ritmo, sin motivo aparente, en una danza siniestra, que creía del todo imposible, llegándome a los oídos en un golpeteo frenético…  
Contra todo pronóstico mi cuerpo recobro la vida que se le había arrebatado, convulsionándose drásticamente, sobre la dura cama donde yacía tendido, inerte, sin aparentes signos de vida… Era un pez fuera del agua, que aspiraba sus últimas bocanadas de oxigeno.
De pronto el caos, la desgracia, el dolor explotaron sin más, como una enorme bomba…  
La maquina que monitoreaba cada latido que mi corazón daba, comenzó a pitar desquiciadamente clamando atención de los que se encontraban  en las afueras hasta que por fin capto su atención.
La puerta se azotó y el caos creció enormemente, expandiéndose por doquier, sin nada que le frenara; un equipo de médicos entró  a la habitación tan deprisa que creí por unos momentos que estaban en la habitación contigua esperando lo inevitable, lo que ya les había hecho esperar mucho, demasiado tiempo.
Se apuraron a trabajar sobre mi cuerpo, desesperadamente, como si mi vida dependiera de cuán rápido pudiesen reaccionar. Y es que así era.
Gritos, palabras ininteligibles era lo único que podía oír de momento hasta que no muy lejos pude percibir una voz que gritaba fuera de sí, con el dolor de la pérdida grabado en cada uno de los gritos que plañía. Alguien a quien habían sostenido por la cintura, pero que aun así luchaba por librarse para ir en mi búsqueda, para mirar lo que estaba pasando e inclusive mirar como moría…
La culpa creció sobre mi pecho al sentir su dolor, al haber causado tan inmenso daño en el ser que más me a amado, pero ya era inevitable, no había vuelta a tras, no ahora, no en este momento…  Ya no había lugar para el arrepentimiento, ya no lo había, en verdad que no.  Lo mejor, o al menos lo que estaba en mis manos era acabar con ello.
Las voces seguían hablando sin parar, con lo que era ya una tenue, casi extinta luz de la esperanza en ellas, aun en contra de todo pronóstico. Hasta que todo volvió a ser calma, paz, tranquilidad…
Por unos momentos  mi corazón cesó el acelerado latido que hace sólo unos segundo había comenzado y volvió al estado en el que se encontraba, pero a los pocos segundos retomo su danza frenética, mientras la maquina pitaba, sosteniéndose en una nota alta combinándose con un grito largo y desgarrador que clamaba mi madre, sin importarle nada, solamente yo, algo que yo no había hecho ni pensado aún siquiera… 
Después como por arte de magia, el silencio absoluto se hizo.
E Intempestivamente sentí un dolor insoportable en mi pecho cerca de mi corazón, como si me fuese arrancado de un solo tajo, con fiereza… tan intenso que por unos momentos sentí que mi cuerpo se contraía involuntariamente, sobre la dura cama. Intente llevar mis manos a mi pecho pero el dolor había paralizado todo mi cuerpo, así que ya no eran los medicamentos que me mantenían inmóvil, era el dolor que me mantenía a raya y que creció fuertemente expandiéndose  por cada rincón de mi cuerpo. 
Me pareció sorprendente que mi boca no hubiese pronunciado ni es más mínimo alarido, ni la más mínima queja. Nada. 
Ya sólo era dolor, dolor puro y nada más. Un dolor que me estaba arrancando la vida, eran segundos los que habían transcurrido en aquel infierno, pero para mi fue una eternidad completa, de principio a fin, un verdadero calvario que parecía que no iba a terminar nunca…
De pronto abrí los ojos  y mire sin realmente ver… Y así la cuenta regresiva comenzó…. tres… dos…
Y después de mucho, muchísimo tiempo mi corazón lanzó su último latido, que se sostuvo en una nota alta, como un delicado soprano… 
 
Hasta que por fin todo rastro de vida abandonó mi cuerpo…
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Hola guapurasJ
Sé que querrán matarme pero es que mi primo llevó la compu a limpiar y el muy desgrasiado me la regresó hasta hoy, jum, estaba que moría lentamente, pero bueno aquí el final de la historia, ahora sólo queda el epílogoL…. Los adoro. Gracias a todos por sus hermosos comentarios, de verdad que sin ustedes esta historia no sería lo que es, y me encanta que les haya gustado tanto como a mí y la hayan recibido tan bien… Los adoro. Son los mejores del mundo mundial y del universo universal. Gracias por quererme y por reir, sonrojar y llorar conmigo.

 
PipeAlejandroMalik
PipeAlejandroMalik


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