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Obsesión. [Larry Stylinson]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
¡Perdón! ¡Perdón! :(inmaaamlg escribió:aaaaaaaaaawww me encantó!! amo el jueguito que se traen estos dos, por qué lo dejaste ahíiiiiiii quiero ver como se conocen de nuevo :)
Ya la sigo
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Tarde, ya se :(Smile♡. escribió:JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA que idiotas que son. Ojalá pase algo en esa fiesta e.e ah, espero ansiosa el siguiente capítulo <3
¡Ya la sigo!
Salu2 :*
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 11
Nos acercamos a una de las mesas donde había comida y cosas para tomar. El miro esporádicamente y soltó un frustrado suspiro.{
-¿Qué sucede? – Le pregunté.
-Puedes creer que no tengan nada que no provenga de un pobre animal- dijo.
-¿Estás seguro?-dije y giré a ver la mesa. El tenía razón, allí había de todo pero nada no proveniente de un animal.
-Son todos unos cerdos-dijo mirando a la gente. -Presumiendo su dinero y poder, y riendo con una copa de Martini entre los dedos.
-¿No te gusta esa gente?
-Para serte sincero, no. Pero toda mi vida he vivido entre ellos y aún así no los tolero.
-Te entiendo, esta gente es demasiado irritante-Le dije. Se giró a verme.
–¿Vienes seguido verdad?- preguntó.
–Sí- dije asintiendo.
-Es la primera vez que vengo a un lugar como este. Y te aseguro que hubiera preferido quedarme en casa mirando una película y comiendo helados.
Mire a nuestros padres y hablaban animadamente.
-¿Crees que hagan algún negocio?- Le pregunté.
-¿Quién sabe?- dijo y los miro también- ¿Ese es tu padre?
-Sí, él es mi padre- dije en un suspiro.
–No te pareces mucho a él - me dijo. Giré a verlo.
-No, me parezco más a mi…
Me miro esperando que terminara de hablar. Sentí un pequeño nudo en el pecho, algo que me impedía hablar de ella.
— ¿A tu madre? —preguntó. Salí de mis pensamientos y lo miré.
—Sí, sí a ella —dije rápidamente. Miré hacia uno de los ventanales y la noche se veía bella. Sería bueno salir un poco —Oye, ¿salimos de aquí?
— ¿A dónde? —me preguntó confundido por mi repentino interés de salir de allí.
—Conozco este lugar, he venido antes. Tiene un muy bello jardín, podemos salir a caminar —le dije. Miró a su alrededor y volvió a mirarme.
—Está bien, vamos —me dijo.
Apoyé una mis manos en su espalda y lo dirigí levemente hacia fuera. Salimos y la leve brisa goleó nuestros rostros. No hacía calor, ni frío. La noche en verdad era perfecta. Comenzamos a caminar, por lo que parecía un laberinto de enredaderas.
—Wow, esto es increíble —dijo mirando a su alrededor.
—El jardinero que hizo esto se merece una consideración —acoté —Juguemos a las veinte preguntas.
—Que sean cinco —dijo divertido.
— ¿Cinco? ¿Nada más cinco?
—Nada más —sonrió.
—Está bien, acepto tus condiciones. Comenzaré yo —acomodé mi garganta — ¿Te agrada haberte encontrado conmigo esta noche?
Rió por lo bajo y me miró de reojo.
—Ciertamente…no me molesta —dijo.
—Oh, eso es bueno —le dije y ambos reímos.
— ¿Playa o montaña?
—Depende —contestó.
— ¿De qué?
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó.
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió.
—Sí —dijo asintiendo.
—Eres tramposo —lo acusé.
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigos, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña.
— ¿Por qué? —dije interesado en saber eso.
—Van cuatro, señor Tomlinson —dijo divertido.
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber —dije y lo mire.
—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor —me dijo.
Detuve mi paso y vi como caminaba. Se giró a verme y rió divertido.
— ¿Qué te sucede? —me preguntó.
Sonreí levemente y caminé hasta el sin decir nada.
Seguimos caminando y divisé un bonito lugar, era una especie de cúpula rodeada de flores y plantas.
—Vamos allí —le dije y le di mi mano.
El me miró y con un poco de duda la tomó. Caminamos hasta allí y le di el paso para que pasara. Miró a su alrededor y luego me miró.
—Este lugar es hermoso —dijo.
—Como yo —afirmé. Me miró divertido —Y como tú por supuesto.
—Oh, que galante —dijo divertido.
—Si te pregunto si quieres bailar, ¿lo tomas como pregunta? —le pregunté.
—No hay música —me dijo mientras trataba de no reír.
—Tenemos imaginación cariño —le dije por lo bajo.
Estiré mi brazo para que el apoyara su mano en la mía. Rió quedamente y se acercó un poco a mí para tomar mi mano.
Con un leve movimiento coloqué mi mano en su espalda y lo acerque rápidamente a mí. Me miró fijo a los ojos. Apoyó su otra mano sobre mi hombro.
Comencé a moverme de un lado para el otro, haciendo que el también moviera un poco sus pies. De repente escuchamos como un poco de música llegaba hacia nuestros oídos. Giramos la cabeza y un grupo de músicos se encaminaba para tocar algo.
Harry sonrió y bajó la mirada algo sonrojado. Yo les agradecí a los muchachos con un leve movimiento de mi cabeza. Volví mi mirada a el y busqué la suya.
El trataba de esquivarme, hasta que no tuvo más remedio que mirarme fijo a los ojos. Sus pestañas eran largas y oscuras, provocaban que sus ojos verdes fueran más profundos y cautivadores. Con la música a nuestro alrededor, una maravillosa noche estrellada y por supuesto mi inexplicable atractivo tenía todas las de ganar. Podía besarlo…
— ¿En qué piensas? —me preguntó.
Lo hice girar una vez y lo volví a acercar.
—En las casualidades de la vida —contesté.
— ¿Casualidades?
—Sí —dije asintiendo —¿No te parece una casualidad todo esto? El habernos encontrado en este lugar esta noche.
—Casualidad, destino o lo que sea. No creo en ninguno de ellos.
— ¿Ah, no?
—No —dijo negando levemente con la cabeza —Para mí la vida es otra cosa. Cada uno va armando su propio camino, va tomando sus propias decisiones. Las cosas pasan porque nosotros queremos que así pasen.
— ¿Estas queriendo decirme que querías verme esta noche?
Rió por lo bajo y me miró.
—Te queda una pregunta —me dijo.
— ¿Puedo besarte?
Sus brillantes y extravagantes ojos verdes se clavaron fijamente en los míos. Recorrí con mi mirada cada perfecta facción de su rostro, cada peligrosa curva de sus labios. Su boca estaba semi-abierta. Yo solo debía inclinarme y atraparlo.
—No —me contestó. Volví mi mirada a sus ojos.
— ¿Por qué no?
—Porque no.
Se alejó de mi agarre y salió de allí dejándome algo confundido. Miré en la dirección en la que estaba caminado, y a paso rápido casi estaba llegando a la entrada del salón, corrí detrás de el y lo alcancé. Tomé su brazo para hacerlo girar y que me mirara.
—Lo siento, siento si te incomodé… no era mi intención. Pero no puedes culparme por querer besarte. No hubiera podido dormir, de no haberlo intentado.
—Tranquilo —me dijo —Por lo menos vas mejorando. Has preguntado y te has abstenido después de una negativa…
El giró para entrar.
—Harry espera —lo llamé. Se giró a verme —Otra pregunta.
—Ya has hecho cinco, pero... bueno, ¿Qué quieres saber?
— ¿Podrás dormir esta noche sin haberlo intentado? —le pregunté.
El solo me miró fijo y no habló durante unos cuantos segundos.
Pensé que en cualquier momento mi Louis despreocupado y arrebatado iba a salir de mí, para tomarlo de la cintura y besarlo sin permiso, pero giró sobre el mismo y entró sin decir nada.
—Sí —dije asintiendo levemente. —Eso pensé. No podrás dormir esta noche.
Sonreí para mí mismo.
Entré y vi como se acercaba a nuestros padres. Apresuré un poco mi paso y también me acerque a ellos.
—Oh, aquí estas hijo —dijo el señor Styles —Greoff, el es mi hijo, Harry.
—Mucho gusto Harry —le habló él.
—El gusto es mío señor Tomlinson —dijo el.
—Él es mi hijo…
—Ya tuve el agrado de conocerlo —lo detuvo el señor Styles. Mi padre me miró de reojo. Vi como Harry le decía algo al oído a su padre. El Señor Styles nos miró consecutivamente —Lo lamento señores, pero nosotros debemos retirarnos.
—Fue un placer conocerlo, señor Styles —dijo mi padre.
—Igualmente, señor Tomlinson —dijo él.
—Señor —inclinó la cabeza ante Harry.
El bajó un poco la cabeza.
—Buenas noches —dijo el y tomó el brazo de su padre para comenzar a caminar. Antes de alejarse del todo, giró su cabeza para entregarme una extraña mirada.
‘Aaay cariño, sé que te mueres de ganas por que vaya hacia ti y te bese como Dios manda’ pensé sin dejar de mirarlo.
— ¿Se puede saber dónde demonios estabas? —me preguntó Greoff haciendo que deje de mirar a Harry.
— ¿Lindo chico, no crees? —le pregunté.
—Deja de hacerte el idiota. Contéstame lo que te pregunte.
—Solo estaba tomando un poco de aire, ¿está bien?
—Te estuve buscando, como un loco, te necesito para una importante charla de negocios.
—Tranquilo, ya estoy aquí para salvar tu trasero.
Me miró con enojo y yo solo lo ignoré.
—Vamos —me dijo y nos acercamos a un grupo de personas que hablaba concentradamente.
Luego de la tediosa velada, yo regresé a mi casa, mientras que mi padre se fue a su departamento.
Me quité el abrigo y lo dejé sobre el sillón, para luego sentarme en el mismo.
¡Maldito viernes solo en casa! Podría llamar a los chicos para que vinieran a hacerme compañía.
Tomé mi celular y encontré un mensaje nuevo. Era de Zayn.
"Hermano, te conseguí lo que querías. El número de Harry."
Leí y solté una leve carcajada. Guardé el número de Harry y luego miré mis contactos. Nunca había tenido agendado el número de mis citas. No era mi costumbre. Bueno, pero esto era un caso especial. ¿Qué pasa si lo llamo?
Escuché como sonaba una… sonaba otra, una más…
—¿Hola? —me atendió.
—Cariño, pensé que estabas dormido —le dije. Guardó silencio unos segundos.
—¿Louis? —preguntó.
—¿Cómo lo supiste? —pregunté haciéndome el galante.
—Eres el único idiota que me dice cariño —aseguró. Yo reí — ¿Por qué tienes mi número?
—¿Qué? ¿Acaso no me lo hubieras dado si te lo pedía?
—Mmmmm, sí o no sé —contestó.
— ¿Dónde estás?
—En mi habitación, en mi casa.
— ¿Llegaste hace mucho?
—Hace bastante, sí —dijo el.
Reí por lo bajo y miré las puntas de mis pies.
— ¿No puedes dormir verdad? —dije al recordar mis palabras fuera del salón.
— ¿Por qué? —dijo el.
— ¿Cómo por qué? —dije yo.
—Si, ¿Por qué dices que no puedo dormir?
—Porque no me dejaste besarte.
Si, ya se que tardé.
Es que me fui de viaje y bueno
No ando muy bien últimamente, cosas de la vida...
Se que no es excusa, pero bueno, siempre trato de subir seguido, aunque no me salga jajjjj :|
¡Saludos!
-Ani
Nos acercamos a una de las mesas donde había comida y cosas para tomar. El miro esporádicamente y soltó un frustrado suspiro.{
-¿Qué sucede? – Le pregunté.
-Puedes creer que no tengan nada que no provenga de un pobre animal- dijo.
-¿Estás seguro?-dije y giré a ver la mesa. El tenía razón, allí había de todo pero nada no proveniente de un animal.
-Son todos unos cerdos-dijo mirando a la gente. -Presumiendo su dinero y poder, y riendo con una copa de Martini entre los dedos.
-¿No te gusta esa gente?
-Para serte sincero, no. Pero toda mi vida he vivido entre ellos y aún así no los tolero.
-Te entiendo, esta gente es demasiado irritante-Le dije. Se giró a verme.
–¿Vienes seguido verdad?- preguntó.
–Sí- dije asintiendo.
-Es la primera vez que vengo a un lugar como este. Y te aseguro que hubiera preferido quedarme en casa mirando una película y comiendo helados.
Mire a nuestros padres y hablaban animadamente.
-¿Crees que hagan algún negocio?- Le pregunté.
-¿Quién sabe?- dijo y los miro también- ¿Ese es tu padre?
-Sí, él es mi padre- dije en un suspiro.
–No te pareces mucho a él - me dijo. Giré a verlo.
-No, me parezco más a mi…
Me miro esperando que terminara de hablar. Sentí un pequeño nudo en el pecho, algo que me impedía hablar de ella.
— ¿A tu madre? —preguntó. Salí de mis pensamientos y lo miré.
—Sí, sí a ella —dije rápidamente. Miré hacia uno de los ventanales y la noche se veía bella. Sería bueno salir un poco —Oye, ¿salimos de aquí?
— ¿A dónde? —me preguntó confundido por mi repentino interés de salir de allí.
—Conozco este lugar, he venido antes. Tiene un muy bello jardín, podemos salir a caminar —le dije. Miró a su alrededor y volvió a mirarme.
—Está bien, vamos —me dijo.
Apoyé una mis manos en su espalda y lo dirigí levemente hacia fuera. Salimos y la leve brisa goleó nuestros rostros. No hacía calor, ni frío. La noche en verdad era perfecta. Comenzamos a caminar, por lo que parecía un laberinto de enredaderas.
—Wow, esto es increíble —dijo mirando a su alrededor.
—El jardinero que hizo esto se merece una consideración —acoté —Juguemos a las veinte preguntas.
—Que sean cinco —dijo divertido.
— ¿Cinco? ¿Nada más cinco?
—Nada más —sonrió.
—Está bien, acepto tus condiciones. Comenzaré yo —acomodé mi garganta — ¿Te agrada haberte encontrado conmigo esta noche?
Rió por lo bajo y me miró de reojo.
—Ciertamente…no me molesta —dijo.
—Oh, eso es bueno —le dije y ambos reímos.
— ¿Playa o montaña?
—Depende —contestó.
— ¿De qué?
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó.
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió.
—Sí —dijo asintiendo.
—Eres tramposo —lo acusé.
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigos, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña.
— ¿Por qué? —dije interesado en saber eso.
—Van cuatro, señor Tomlinson —dijo divertido.
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber —dije y lo mire.
—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor —me dijo.
Detuve mi paso y vi como caminaba. Se giró a verme y rió divertido.
— ¿Qué te sucede? —me preguntó.
Sonreí levemente y caminé hasta el sin decir nada.
Seguimos caminando y divisé un bonito lugar, era una especie de cúpula rodeada de flores y plantas.
—Vamos allí —le dije y le di mi mano.
El me miró y con un poco de duda la tomó. Caminamos hasta allí y le di el paso para que pasara. Miró a su alrededor y luego me miró.
—Este lugar es hermoso —dijo.
—Como yo —afirmé. Me miró divertido —Y como tú por supuesto.
—Oh, que galante —dijo divertido.
—Si te pregunto si quieres bailar, ¿lo tomas como pregunta? —le pregunté.
—No hay música —me dijo mientras trataba de no reír.
—Tenemos imaginación cariño —le dije por lo bajo.
Estiré mi brazo para que el apoyara su mano en la mía. Rió quedamente y se acercó un poco a mí para tomar mi mano.
Con un leve movimiento coloqué mi mano en su espalda y lo acerque rápidamente a mí. Me miró fijo a los ojos. Apoyó su otra mano sobre mi hombro.
Comencé a moverme de un lado para el otro, haciendo que el también moviera un poco sus pies. De repente escuchamos como un poco de música llegaba hacia nuestros oídos. Giramos la cabeza y un grupo de músicos se encaminaba para tocar algo.
Harry sonrió y bajó la mirada algo sonrojado. Yo les agradecí a los muchachos con un leve movimiento de mi cabeza. Volví mi mirada a el y busqué la suya.
El trataba de esquivarme, hasta que no tuvo más remedio que mirarme fijo a los ojos. Sus pestañas eran largas y oscuras, provocaban que sus ojos verdes fueran más profundos y cautivadores. Con la música a nuestro alrededor, una maravillosa noche estrellada y por supuesto mi inexplicable atractivo tenía todas las de ganar. Podía besarlo…
— ¿En qué piensas? —me preguntó.
Lo hice girar una vez y lo volví a acercar.
—En las casualidades de la vida —contesté.
— ¿Casualidades?
—Sí —dije asintiendo —¿No te parece una casualidad todo esto? El habernos encontrado en este lugar esta noche.
—Casualidad, destino o lo que sea. No creo en ninguno de ellos.
— ¿Ah, no?
—No —dijo negando levemente con la cabeza —Para mí la vida es otra cosa. Cada uno va armando su propio camino, va tomando sus propias decisiones. Las cosas pasan porque nosotros queremos que así pasen.
— ¿Estas queriendo decirme que querías verme esta noche?
Rió por lo bajo y me miró.
—Te queda una pregunta —me dijo.
— ¿Puedo besarte?
Sus brillantes y extravagantes ojos verdes se clavaron fijamente en los míos. Recorrí con mi mirada cada perfecta facción de su rostro, cada peligrosa curva de sus labios. Su boca estaba semi-abierta. Yo solo debía inclinarme y atraparlo.
—No —me contestó. Volví mi mirada a sus ojos.
— ¿Por qué no?
—Porque no.
Se alejó de mi agarre y salió de allí dejándome algo confundido. Miré en la dirección en la que estaba caminado, y a paso rápido casi estaba llegando a la entrada del salón, corrí detrás de el y lo alcancé. Tomé su brazo para hacerlo girar y que me mirara.
—Lo siento, siento si te incomodé… no era mi intención. Pero no puedes culparme por querer besarte. No hubiera podido dormir, de no haberlo intentado.
—Tranquilo —me dijo —Por lo menos vas mejorando. Has preguntado y te has abstenido después de una negativa…
El giró para entrar.
—Harry espera —lo llamé. Se giró a verme —Otra pregunta.
—Ya has hecho cinco, pero... bueno, ¿Qué quieres saber?
— ¿Podrás dormir esta noche sin haberlo intentado? —le pregunté.
El solo me miró fijo y no habló durante unos cuantos segundos.
Pensé que en cualquier momento mi Louis despreocupado y arrebatado iba a salir de mí, para tomarlo de la cintura y besarlo sin permiso, pero giró sobre el mismo y entró sin decir nada.
—Sí —dije asintiendo levemente. —Eso pensé. No podrás dormir esta noche.
Sonreí para mí mismo.
Entré y vi como se acercaba a nuestros padres. Apresuré un poco mi paso y también me acerque a ellos.
—Oh, aquí estas hijo —dijo el señor Styles —Greoff, el es mi hijo, Harry.
—Mucho gusto Harry —le habló él.
—El gusto es mío señor Tomlinson —dijo el.
—Él es mi hijo…
—Ya tuve el agrado de conocerlo —lo detuvo el señor Styles. Mi padre me miró de reojo. Vi como Harry le decía algo al oído a su padre. El Señor Styles nos miró consecutivamente —Lo lamento señores, pero nosotros debemos retirarnos.
—Fue un placer conocerlo, señor Styles —dijo mi padre.
—Igualmente, señor Tomlinson —dijo él.
—Señor —inclinó la cabeza ante Harry.
El bajó un poco la cabeza.
—Buenas noches —dijo el y tomó el brazo de su padre para comenzar a caminar. Antes de alejarse del todo, giró su cabeza para entregarme una extraña mirada.
‘Aaay cariño, sé que te mueres de ganas por que vaya hacia ti y te bese como Dios manda’ pensé sin dejar de mirarlo.
— ¿Se puede saber dónde demonios estabas? —me preguntó Greoff haciendo que deje de mirar a Harry.
— ¿Lindo chico, no crees? —le pregunté.
—Deja de hacerte el idiota. Contéstame lo que te pregunte.
—Solo estaba tomando un poco de aire, ¿está bien?
—Te estuve buscando, como un loco, te necesito para una importante charla de negocios.
—Tranquilo, ya estoy aquí para salvar tu trasero.
Me miró con enojo y yo solo lo ignoré.
—Vamos —me dijo y nos acercamos a un grupo de personas que hablaba concentradamente.
Luego de la tediosa velada, yo regresé a mi casa, mientras que mi padre se fue a su departamento.
Me quité el abrigo y lo dejé sobre el sillón, para luego sentarme en el mismo.
¡Maldito viernes solo en casa! Podría llamar a los chicos para que vinieran a hacerme compañía.
Tomé mi celular y encontré un mensaje nuevo. Era de Zayn.
"Hermano, te conseguí lo que querías. El número de Harry."
Leí y solté una leve carcajada. Guardé el número de Harry y luego miré mis contactos. Nunca había tenido agendado el número de mis citas. No era mi costumbre. Bueno, pero esto era un caso especial. ¿Qué pasa si lo llamo?
Escuché como sonaba una… sonaba otra, una más…
—¿Hola? —me atendió.
—Cariño, pensé que estabas dormido —le dije. Guardó silencio unos segundos.
—¿Louis? —preguntó.
—¿Cómo lo supiste? —pregunté haciéndome el galante.
—Eres el único idiota que me dice cariño —aseguró. Yo reí — ¿Por qué tienes mi número?
—¿Qué? ¿Acaso no me lo hubieras dado si te lo pedía?
—Mmmmm, sí o no sé —contestó.
— ¿Dónde estás?
—En mi habitación, en mi casa.
— ¿Llegaste hace mucho?
—Hace bastante, sí —dijo el.
Reí por lo bajo y miré las puntas de mis pies.
— ¿No puedes dormir verdad? —dije al recordar mis palabras fuera del salón.
— ¿Por qué? —dijo el.
— ¿Cómo por qué? —dije yo.
—Si, ¿Por qué dices que no puedo dormir?
—Porque no me dejaste besarte.
Si, ya se que tardé.
Es que me fui de viaje y bueno
No ando muy bien últimamente, cosas de la vida...
Se que no es excusa, pero bueno, siempre trato de subir seguido, aunque no me salga jajjjj :|
¡Saludos!
-Ani
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
esto no lo lee más nadie obvio u_u pero igual
Capítulo 12
Escuché como reía divertido y me reí en mi fuero interno.
— ¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.
—Tú lo eres —me dijo entre una risa —Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan…
— ¿Lindo?
—Tan…
— ¿Hermoso?
—Egocéntrico —afirmó.
— ¿Lo soy?
—No sabes cuánto.
—Yo no diría egocéntrico —dije y me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza —Más bien tengo un muy buen autoestima.
—Y una gran facilidad de palabra.
—Eso es una virtud.
—Ya lo creo, ya lo creo —dijo divertido — ¿A qué se debe tu llamada?
—Quería cerciorarme de mi teoría —le dije. Lo escuché comer algo — ¿Estás comiendo?
—Sí —dijo con la boca llena —Helado.
— ¿A esta hora?
—Es rutina —aclaró —Siempre antes de dormir miró alguna película con un cono de helado en la mano. Y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartable.
— ¿Lloras?
—Y sí —dijo y soltó un suspiro —Hay películas que son… muy lindas.
Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.
— ¿Mañana haces algo?
—No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Luke…
— ¿Qué? —pregunté al escuchar su nombre.
—Si, mañana iré a verlo a la tarde. Está con gripe, y le prometí que iría a verlo.
—Ajá, ahora también eres enfermero.
—No lo soy, pero debo admitir que soy muy bueno cuidando gente.
—¿Y qué pasó con el tema del otro día?
—Ya lo olvidé, además de que me pidió perdón.
—Perdonas fácil —le dije.
—No, soy bastante rencoroso. Pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago.
Escuché como bostezaba.
— ¿Tienes sueño? —pregunté.
—Ahora sí —dijo en medio de un bostezo —Bueno Tomlinson, me voy a dormir. Te veo el lunes. Adiós.
Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.
¡Mierda! Tendré que darles a esos dos perros sus 400 dólares.
¡Dios! ¿Por qué tienes que ponerme a un difícil en el camino? ¿Acaso no soy un buen cristiano? Me puse de pie y caminé hasta mi habitación. Me saqué aquel molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.
<— ¿Playa o montaña? —pregunté.>
—Depende —contestó.
—¿De qué?
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó.
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió.
—Sí —dijo asintiendo.
—Eres tramposo.
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigos, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña.
— ¿Por qué?
—Van cuatro, señor Tomlinson.
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber.
<—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor.>
Sonreí levemente al recordar su interesante respuesta. Cerré los ojos e intenté dormir.
Me desperté por un terrible sonido que vibraba y sonaba al lado de mi oreja. Gruñí frustrado y giré sobre el colchón para tomarlo. Lo acerqué a mi oído.
— ¿Hola? —dije con voz rasposa ya que recién me despertaba.
—Suripanta, ¿estabas durmiendo? —me preguntó él.
— ¿Y tú qué crees Devine?
—Lo siento, lo siento —se disculpó —No pensé que estarías dormido a estas horas.
— ¿Qué hora es? —le pregunté, mientras me sentaba en la cama.
—Son las 12 —dijo.
— ¿Las 12?
—Sí, sí y no digas que eso es temprano, porque no lo es. Mueve tu maldito trasero y ven a abrirnos la puerta, que el maldito café me está quemando las manos —me dijo Malik.
— ¡Ya voy! —me quejé y colgué el teléfono.
Me puse de pie y salí de la habitación, caminé por el pasillo y llegué a la puerta. La abrí y ellos dos estaban allí parados. Giré y volví a caminar hasta la habitación, me volví a tirar en la cama.
— ¡Oye! ¿Dónde están las tazas? —me preguntó desde la cocina Zayn.
— ¡Por ahí! —le respondí cerrando de nuevo mis ojos.
Escuché como la puerta se volvió a abrir, de seguro esa era Rose. Mi nana.
Rose me cuida desde que tengo memoria, y es la que se encarga de mantener limpio mi departamento los fines de semana.
—Buen día muchachos —escuché su dulce voz.
—Hola Rose, ¿Cómo está? —le preguntó Josh.
—Bien pequeño —le contestó ella — ¿Quieren que les prepare el desayuno?
—Sí, por favor —imploró Zayn.
— ¿Dónde está Louis? —escuché que preguntaba por mí.
—Nos abrió la puerta y volvió a acostarse —me acusó el afro.
— ¡Louis William! ¡Levántate ahora mismo! —me llamó por mi segundo nombre, y solo lo hacía cuando elevaba la voz conmigo. Sino siempre era su pequeño Louis.
Sin abrir los ojos me puse de pie y bostezando salí de la habitación. Un olor a medialunas recién hechas entró por mi nariz. Me acerque hasta Rose y la abrace por la espalda.
—Buen día, nana —le dije y besé su cabeza.
—Buenas tardes diría yo —me reprochó, mientras yo saludaba con un apretón de manos a mis amigos, y me sentaba en la mesada frente a ella.
—No es tan tarde —dije mirando el reloj, que apenas marcaba las 12:20 del medio día.
Ayer me había costado dormir, más de lo que deseaba pensando en… Harry. Tomé una de las medialunas que mi nana había traído y le di un mordisco. Ella me miró.
— ¿Te has lavado la cara? —me preguntó. Negué con la cabeza — ¡Ni siquiera has entrado al baño William Tomlinson! Ahora mismo, ve…
—Bueno —dije con la boca llena y me puse de pie para ir al baño. Escuché como esos dos se reían por lo bajo —Ustedes, vengan.
Miraron a Rose y luego me miraron a mí, caminé y me siguieron. Entré al baño y ellos dos se apoyaron en la puerta, mientras veían como me lavaba la cara y los dientes.
— ¿Cómo te fue ayer? —me preguntó Zayn.
—Igual que siempre —contesté —Solo gente importante y aburrida…
El sonido de su risa, retumbo en mi cabeza.
— ¿No había nada interesante, nada… apetecible?
—Ah sí —hablé haciéndome el que recién lo recordaba —Me encontré con Harry.
—¿Con Harry? —dijo asombrado Devine.
— ¿Y que pasó? —dijo Zayn.
—Nada, solo hablamos un poco… Es una chico muy inteligente, a comparación con todos aquellos de la Universidad, el si tiene temas del cual hablar.
Salí del baño y me dirigí a mi habitación. Ellos entraron detrás de mí, busqué una cosa y me giré a verlos. Estiré mi mano y les entregué dinero. Ambos fruncieron el ceño, y Zayn lo tomó con cuidado.
— ¿Qué es esto? —me preguntó.
—Dinero —le dije.
—Ya lo sé, pero ¿para qué nos das esto? —preguntó de nuevo Zayn, mientras Josh tomaba la plata y la contaba.
—Aquí hay 1000 dólares —aseguró al instante el castaño.
—Repártanlos entre los dos —les dije y miré sus rostros desconcertados —Ahí está el dinero de algunas cosas que les debía y de…
Dejé de hablar, ya que me costaba admitir aquello.
—Espera un segundo —me detuvo Zayn — ¿Aquí están los 400 dólares de la apuesta que hicimos por Harry, verdad?
—Sí —dije por lo bajo.
— Pero si la apuesta caducaba el lunes —dijo Josh y me miró —Oh, ya se… Ya sabes de ante mano que no vas a poder con el.
Lo miré exasperado. Ellos dos rieron y chocaron sus manos para luego guardar el dinero en sus billeteras.
—¿Qué pasó Tomlinson? —me habló Zayn con una enorme sonrisa —¿El chico es más complicado de lo que creías?
—Es más inteligente de lo creía —le aclaré.
Salimos del cuarto y nos acercamos a Rose que ya tenía todo el desayuno preparado. Nos sentamos en la mesada y ella nos puso una taza de café a cada uno.
— ¿Quién es Harry? —preguntó. La miré mientras tomaba café.
—Un chico de la Universidad —le contestó Zayn.
—Nada importante —agregué.
— ¿Apostaste algo por el? —me dijo mirándome fijo.
—Sí —miré a mis amigos, que solo miraban para otro lado —Pero… aposté que el no tenía novio, y si lo tiene.
—Por lo que sea, sabes que no es correcto apostar… vas a volverte un jugador compulsivo —dijo ella.
—Nana, me conoces y sabes que no sería capaz. Es solo algo entre nosotros.
—Si Rose, tranquila… no dejaremos que el pequeño Louis se vuelva un adicto al juego —la consoló Josh.
Terminamos de desayunar y me fui a bañar, mientras mis amigos se quedaron en la cocina ayudando a Rose. Me di una refrescante ducha y me cambié, rápidamente. Algo cayó al suelo, me agaché a ver y era mi celular. Lo tomé.
—No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Luke…
Hoy iría al trabajo de su madre para hacer las fotos del mes…
Recordé las palabras de Gina...
—Oye niño, podías ser un muy buen modelo…
Las palabras de Gina llegaron a mi cabeza. ¡Oh, ya se! Iré a verla para que me de trabajo allí y de paso podré ver a el precioso en su lugar de trabajo.
Salí de la habitación y miré la hora. Ya eran la 1 de la tarde, tenía que darme prisa.
—¿Qué haremos hoy? —me preguntó Josh.
—No se ustedes, pero yo tengo que ir a un lugar —le dije mientras tomaba las llaves de mi moto.
— ¿Nos vas a dejar? —dijo Zayn.
—Sí mi vida —dije burlonamente —Tengo otras cosas que hacer…
—No seas idiota —me amenazó.
—Ya, ya —dije divertido —En la noche los veo, y vamos al bar a jugar un poco…
—Está bien suripanta —me dijo Josh —Ve a hacer travesuras…
Me acerqué a Rose y besé su cabeza.
—Adiós nana.
—Adiós pequeño, cuídate —me dijo.
—Siempre lo hago —dije y salí de allí.
Busqué mi moto y me subí en ella para ir a aquel lindo lugar, en busca de un poco de diversión.
Llegué más rápido de lo que esperaba, me bajé y caminé hasta dentro. La mujer de recepción me miró bien, y su boca quedó como abierta. (¿Lo ven? ¿Ven lo que causo en cada lugar al que entro?)
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte? —me preguntó.
Me quité mis anteojos de aviador, y la miré con una pequeña sonrisa.
—Necesito ver a la señora Anne Styles —le dije.
— ¿Tienes una cita? —dijo.
—Linda, no necesito citas para ver a Anne —dije con toda la confianza del mundo —Levanta ese
teléfono y dile que soy Louis, el amigo de su hijo.
Capítulo 12
Escuché como reía divertido y me reí en mi fuero interno.
— ¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.
—Tú lo eres —me dijo entre una risa —Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan…
— ¿Lindo?
—Tan…
— ¿Hermoso?
—Egocéntrico —afirmó.
— ¿Lo soy?
—No sabes cuánto.
—Yo no diría egocéntrico —dije y me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza —Más bien tengo un muy buen autoestima.
—Y una gran facilidad de palabra.
—Eso es una virtud.
—Ya lo creo, ya lo creo —dijo divertido — ¿A qué se debe tu llamada?
—Quería cerciorarme de mi teoría —le dije. Lo escuché comer algo — ¿Estás comiendo?
—Sí —dijo con la boca llena —Helado.
— ¿A esta hora?
—Es rutina —aclaró —Siempre antes de dormir miró alguna película con un cono de helado en la mano. Y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartable.
— ¿Lloras?
—Y sí —dijo y soltó un suspiro —Hay películas que son… muy lindas.
Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.
— ¿Mañana haces algo?
—No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Luke…
— ¿Qué? —pregunté al escuchar su nombre.
—Si, mañana iré a verlo a la tarde. Está con gripe, y le prometí que iría a verlo.
—Ajá, ahora también eres enfermero.
—No lo soy, pero debo admitir que soy muy bueno cuidando gente.
—¿Y qué pasó con el tema del otro día?
—Ya lo olvidé, además de que me pidió perdón.
—Perdonas fácil —le dije.
—No, soy bastante rencoroso. Pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago.
Escuché como bostezaba.
— ¿Tienes sueño? —pregunté.
—Ahora sí —dijo en medio de un bostezo —Bueno Tomlinson, me voy a dormir. Te veo el lunes. Adiós.
Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.
¡Mierda! Tendré que darles a esos dos perros sus 400 dólares.
¡Dios! ¿Por qué tienes que ponerme a un difícil en el camino? ¿Acaso no soy un buen cristiano? Me puse de pie y caminé hasta mi habitación. Me saqué aquel molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.
<— ¿Playa o montaña? —pregunté.>
—Depende —contestó.
—¿De qué?
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó.
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió.
—Sí —dijo asintiendo.
—Eres tramposo.
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigos, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña.
— ¿Por qué?
—Van cuatro, señor Tomlinson.
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber.
<—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor.>
Sonreí levemente al recordar su interesante respuesta. Cerré los ojos e intenté dormir.
Me desperté por un terrible sonido que vibraba y sonaba al lado de mi oreja. Gruñí frustrado y giré sobre el colchón para tomarlo. Lo acerqué a mi oído.
— ¿Hola? —dije con voz rasposa ya que recién me despertaba.
—Suripanta, ¿estabas durmiendo? —me preguntó él.
— ¿Y tú qué crees Devine?
—Lo siento, lo siento —se disculpó —No pensé que estarías dormido a estas horas.
— ¿Qué hora es? —le pregunté, mientras me sentaba en la cama.
—Son las 12 —dijo.
— ¿Las 12?
—Sí, sí y no digas que eso es temprano, porque no lo es. Mueve tu maldito trasero y ven a abrirnos la puerta, que el maldito café me está quemando las manos —me dijo Malik.
— ¡Ya voy! —me quejé y colgué el teléfono.
Me puse de pie y salí de la habitación, caminé por el pasillo y llegué a la puerta. La abrí y ellos dos estaban allí parados. Giré y volví a caminar hasta la habitación, me volví a tirar en la cama.
— ¡Oye! ¿Dónde están las tazas? —me preguntó desde la cocina Zayn.
— ¡Por ahí! —le respondí cerrando de nuevo mis ojos.
Escuché como la puerta se volvió a abrir, de seguro esa era Rose. Mi nana.
Rose me cuida desde que tengo memoria, y es la que se encarga de mantener limpio mi departamento los fines de semana.
—Buen día muchachos —escuché su dulce voz.
—Hola Rose, ¿Cómo está? —le preguntó Josh.
—Bien pequeño —le contestó ella — ¿Quieren que les prepare el desayuno?
—Sí, por favor —imploró Zayn.
— ¿Dónde está Louis? —escuché que preguntaba por mí.
—Nos abrió la puerta y volvió a acostarse —me acusó el afro.
— ¡Louis William! ¡Levántate ahora mismo! —me llamó por mi segundo nombre, y solo lo hacía cuando elevaba la voz conmigo. Sino siempre era su pequeño Louis.
Sin abrir los ojos me puse de pie y bostezando salí de la habitación. Un olor a medialunas recién hechas entró por mi nariz. Me acerque hasta Rose y la abrace por la espalda.
—Buen día, nana —le dije y besé su cabeza.
—Buenas tardes diría yo —me reprochó, mientras yo saludaba con un apretón de manos a mis amigos, y me sentaba en la mesada frente a ella.
—No es tan tarde —dije mirando el reloj, que apenas marcaba las 12:20 del medio día.
Ayer me había costado dormir, más de lo que deseaba pensando en… Harry. Tomé una de las medialunas que mi nana había traído y le di un mordisco. Ella me miró.
— ¿Te has lavado la cara? —me preguntó. Negué con la cabeza — ¡Ni siquiera has entrado al baño William Tomlinson! Ahora mismo, ve…
—Bueno —dije con la boca llena y me puse de pie para ir al baño. Escuché como esos dos se reían por lo bajo —Ustedes, vengan.
Miraron a Rose y luego me miraron a mí, caminé y me siguieron. Entré al baño y ellos dos se apoyaron en la puerta, mientras veían como me lavaba la cara y los dientes.
— ¿Cómo te fue ayer? —me preguntó Zayn.
—Igual que siempre —contesté —Solo gente importante y aburrida…
El sonido de su risa, retumbo en mi cabeza.
— ¿No había nada interesante, nada… apetecible?
—Ah sí —hablé haciéndome el que recién lo recordaba —Me encontré con Harry.
—¿Con Harry? —dijo asombrado Devine.
— ¿Y que pasó? —dijo Zayn.
—Nada, solo hablamos un poco… Es una chico muy inteligente, a comparación con todos aquellos de la Universidad, el si tiene temas del cual hablar.
Salí del baño y me dirigí a mi habitación. Ellos entraron detrás de mí, busqué una cosa y me giré a verlos. Estiré mi mano y les entregué dinero. Ambos fruncieron el ceño, y Zayn lo tomó con cuidado.
— ¿Qué es esto? —me preguntó.
—Dinero —le dije.
—Ya lo sé, pero ¿para qué nos das esto? —preguntó de nuevo Zayn, mientras Josh tomaba la plata y la contaba.
—Aquí hay 1000 dólares —aseguró al instante el castaño.
—Repártanlos entre los dos —les dije y miré sus rostros desconcertados —Ahí está el dinero de algunas cosas que les debía y de…
Dejé de hablar, ya que me costaba admitir aquello.
—Espera un segundo —me detuvo Zayn — ¿Aquí están los 400 dólares de la apuesta que hicimos por Harry, verdad?
—Sí —dije por lo bajo.
— Pero si la apuesta caducaba el lunes —dijo Josh y me miró —Oh, ya se… Ya sabes de ante mano que no vas a poder con el.
Lo miré exasperado. Ellos dos rieron y chocaron sus manos para luego guardar el dinero en sus billeteras.
—¿Qué pasó Tomlinson? —me habló Zayn con una enorme sonrisa —¿El chico es más complicado de lo que creías?
—Es más inteligente de lo creía —le aclaré.
Salimos del cuarto y nos acercamos a Rose que ya tenía todo el desayuno preparado. Nos sentamos en la mesada y ella nos puso una taza de café a cada uno.
— ¿Quién es Harry? —preguntó. La miré mientras tomaba café.
—Un chico de la Universidad —le contestó Zayn.
—Nada importante —agregué.
— ¿Apostaste algo por el? —me dijo mirándome fijo.
—Sí —miré a mis amigos, que solo miraban para otro lado —Pero… aposté que el no tenía novio, y si lo tiene.
—Por lo que sea, sabes que no es correcto apostar… vas a volverte un jugador compulsivo —dijo ella.
—Nana, me conoces y sabes que no sería capaz. Es solo algo entre nosotros.
—Si Rose, tranquila… no dejaremos que el pequeño Louis se vuelva un adicto al juego —la consoló Josh.
Terminamos de desayunar y me fui a bañar, mientras mis amigos se quedaron en la cocina ayudando a Rose. Me di una refrescante ducha y me cambié, rápidamente. Algo cayó al suelo, me agaché a ver y era mi celular. Lo tomé.
—No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Luke…
Hoy iría al trabajo de su madre para hacer las fotos del mes…
Recordé las palabras de Gina...
—Oye niño, podías ser un muy buen modelo…
Las palabras de Gina llegaron a mi cabeza. ¡Oh, ya se! Iré a verla para que me de trabajo allí y de paso podré ver a el precioso en su lugar de trabajo.
Salí de la habitación y miré la hora. Ya eran la 1 de la tarde, tenía que darme prisa.
—¿Qué haremos hoy? —me preguntó Josh.
—No se ustedes, pero yo tengo que ir a un lugar —le dije mientras tomaba las llaves de mi moto.
— ¿Nos vas a dejar? —dijo Zayn.
—Sí mi vida —dije burlonamente —Tengo otras cosas que hacer…
—No seas idiota —me amenazó.
—Ya, ya —dije divertido —En la noche los veo, y vamos al bar a jugar un poco…
—Está bien suripanta —me dijo Josh —Ve a hacer travesuras…
Me acerqué a Rose y besé su cabeza.
—Adiós nana.
—Adiós pequeño, cuídate —me dijo.
—Siempre lo hago —dije y salí de allí.
Busqué mi moto y me subí en ella para ir a aquel lindo lugar, en busca de un poco de diversión.
Llegué más rápido de lo que esperaba, me bajé y caminé hasta dentro. La mujer de recepción me miró bien, y su boca quedó como abierta. (¿Lo ven? ¿Ven lo que causo en cada lugar al que entro?)
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte? —me preguntó.
Me quité mis anteojos de aviador, y la miré con una pequeña sonrisa.
—Necesito ver a la señora Anne Styles —le dije.
— ¿Tienes una cita? —dijo.
—Linda, no necesito citas para ver a Anne —dije con toda la confianza del mundo —Levanta ese
teléfono y dile que soy Louis, el amigo de su hijo.
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
He comentado antes? Nose pero siguelaaa!!
Ai el cap me encanta como todos :D
Louis se rindio con la apuesta :O Yeah! El hazza no es nada facil B)
Ai el cap me encanta como todos :D
Louis se rindio con la apuesta :O Yeah! El hazza no es nada facil B)
agustina1600
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 13
Subí al ascensor y marqué el piso 20. Como lo había previsto Anne no se había olvidado de mí, y al parecer se había emocionado mucho cuando le dijeron que yo estaba aquí. El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. Salí y caminé por el pasillo, hasta llegar al lugar al que el otro día Harry me había traído. Anne estaba rodeaba de personas, a las cuales ella daba órdenes y pedía cosas. Se giró a verme.
—Louis, querido —dijo y se acercó a mí.
—Hola Anne —le dije y cuando estuvo cerca besé su mano —¿Cómo estás?
—Atareada —me dijo y sonrió — ¿Qué te trae por aquí? Harry llega dentro de media hora aproximadamente.
—No, no vine para ver a Harry —mentí más que descaradamente —¿Recuerdas que el otro día me dijiste algo de ser modelo y eso?
—¿No me digas que lo has pensado y vas modelar para mi? —dijo entusiasmada.
—Mmm, no en realidad… yo venía a pedirte que me des así algo… un trabajito como ayudante o lo que sea. Pero creo que ser modelo —dije y fruncí el ceño —No es lo mío.
—Que lastima —dijo en un suspiro —Pero bueno, no importa. Voy a ayudarte. Tú me has caído bien, y eso que los amigos o novios de Harry nunca fueron de mi agrado.
—¿Hemmings no lo es? —pregunté.
Ella arrugó la nariz mientras caminaba y me hacía una seña para que la siguiera.
—Para nada —aseguró —Ese niño es demasiado idiota para mi principe. Harry necesita a un hombre inteligente, que le de seguridad. No a un imbécil posesivo y absorbente. Gracias a dios el reaccionó y lo dejó.
—Ya lo creo —susurré por lo bajo.
Llegamos a una pequeña oficina, estaba llena de fotos por todos lados y no pude evitar acercarme a una de ellas. La tomé y la miré. Era la foto de un niño de aproximadamente 7 u 8 años, tenía los ojos verdes grandes y pestañas largas. Una sonrisa blanca y perfecta. Entonces me di cuenta de que era el.
—¿No es hermoso? —me habló Anne mirando la foto que yo tenía en mis manos. Giré mi cabeza para mirarla —Siempre tuvo una particular forma de mirar, y de ser. Ahí tenía apenas 8 años y no sabes el carácter que tenía.
—Aun lo tiene —le aseguré. Anne rió por lo bajo.
—Si, Harry es un chico increíble —dijo orgullosa —Y no lo digo solo por ser su madre. El es decidido y dulce. Es testarudo y sensible. Delante de mí, siempre pone una especie de escudo o barrera, pero siempre termina dándome lo que le pido. No puedo quejarme de el —suspiró y luego me miró —Pero ya, volvamos al tema importante. ¿Qué quieres hacer aquí?
—No se, tú dime —le dije.
—Bueno, puedes ser mi ayudante. Los que tengo son un poco tontos…
—Perfecto —aseguré.
—Tendrás un sueldo y trabajaras solamente los sábados por la tarde. ¿Te parece bien de 2 a 5 de la tarde?
—Me parece estupendo —le dije.
—Entonces, bienvenido a las agencias de modelaje Styles —dijo y estiró su mano para que yo la tomara. Así lo hice y salimos de allí para acercarnos a donde estaba todo el mundo.
Mi primer encargo fue ir a apurar a las modelos, y eso fue increíble. Creo que no puede haber mejor trabajo que este para un hombre hetero. En mi caso, soy bisexual. Pero, que más das, es igual.
Luego fui enviado a planta baja en busca de unos papeles importantes.
—¿Puedes darme los papeles de Anne? —le pregunté a la chica de recepción.
—Enseguida —me dijo y me dejó solo mientras iba por ellos.
—¡Buenos días a todos! —escuché su voz y me giré a verlo.
Estaba lleno de cosas y caminaba con prisa, al parecer estaba llegando tarde. Vi como desaparecía detrás de uno de los ascensores, y no puedo esperar a ver su rostro, cuando sepa que yo estoy trabajando aquí…
—Aquí tienes —me habló, sacándome de mis pensamientos.
—Muchas gracias, linda —le dije y me fui de allí para ir en busca de un poco de diversión.
Subí al ascensor y no pude evitar sentirme emocionado por llegar al piso 20 y ver la cara de Harry. Las puertas se abrieron y caminé hacia donde estaban todos.
—¡Ahí lo tienes! —Anne le dijo a Harry y el se giró a verme.
Sus ojos se abrieron como platos y pensé que su mandíbula iba a llegar a tocar el suelo. Se acercó a mí y me miró fijo.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó nervioso.
—Hola, ¿no? Buenos días cariño, que yo sepa no dormimos juntos anoche —le dije.
—¡Contesta mi pregunta! —exigió. Sonreí levemente.
—Aquí trabajo —dije con suavidad y estiré mi brazo para darle el sobre a Anne.
—¡No estoy para bromas, Tomlinson! ¡Dime que haces aquí!
—No estoy bromeando, cariño. De verdad trabajo aquí.
El se giró a ver a su madre. Anne asintió con la cabeza, y el precioso volvió a mirarme.
—No, no tú estas jugando conmigo —dijo riendo nerviosamente —¡Anne! —la llamó, está se acercó a nosotros.
—¿Qué sucede hijo? —le preguntó.
—Dime que no es verdad —le dijo sin dejar de mirarme.
—¿Qué no es verdad que? —dijo ella.
—Que él esta trabajando aquí —dijo nervioso.
—Si, si es verdad. Louis es mi nuevo ayudante.
—¡Esto es increíble! —elevó su voz haciendo que todos se giraran a verlo —¡Me rehúso a trabajar con este individuo en este lugar!
—¿Por qué? —le pregunté.
—¿Qué quieres? ¿Qué es lo que estas buscando? —me preguntó.
—Nada —dije haciéndome el inocente —¿Acaso no puedo buscar un empleo para los fines de semana?
—¡No, no puedes! —me aclaró nervioso. Giró para mirar a su madre —¡No voy a trabajar con él aquí! ¡Quiero que se vaya!
—No, Louis no se va a ir —le aclaró su madre, sin dejar de mirar al frente, en donde le estaban haciendo unas indicaciones o algo por el estilo.
—¿Ah, no? ¡Entonces me voy yo! —dijo Harry, y se dispuso a irse.
—¡Harry Edward Styles Cox! —lo llamó con firmeza. Cierto, olvide que se llamaba Edward, bonito nombre para su personalidad, Harry detuvo su paso y se giró a verla. Anne lo miró fijo —Soy tu madre y me debes respeto... también soy tu jefa y por eso haces lo que yo quiero, cuando yo quiera.
—¿Puedo solicitar un asenso? Me gustaría ser su jefe —dije. Anne rió por lo bajo, pero a Harry no le causó ninguna gracia.
Soltó un enojado suspiró y se acercó de nuevo a donde estaba su madre, yo solo me encargué de observarlo.
—¿Están listas? —preguntó Harry a las modelos que estaban frente a el, mientras se acomodaba detrás de la cámara.
Anne se acercó a mí y miró a su hijo, como yo lo hacía. Harry comenzó a sacar fotos y a dar instrucciones.
—Es tan irritante a veces —me habló su madre. Sonreí levemente —Piensa que todo lo que hago es para perjudicarlo o en su contra.
—Así son todos los hijos —le dije. Ella suspiró.
—Ya lo creo —dijo. Un hombre alto se acercó a nosotros y le pidió a Anne poder hablar en privado. La madre de Harry asintió y se fue con él.
Volví mi vista a Harry, el miraba las fotos que acaba de sacar. Con cuidado me acerqué.
—Lindas fotos —le dije. El giró la cabeza para mirarme con recelo y volvió a lo que hacía.
—¿Estás enojado?
—No para nada, estoy muy feliz, no tengo problemas —dijo con toda la ironía del mundo.
—No tienes porque estar enojado, cariño —le hablé y el volvió su vista al frente —Yo no quiero que estés enojado conmigo, solo vine porque de verdad necesito el trabajo.
Me volvió a mirar con esa mirada asesina y cortante. El no creía ni una sola de las palabras que yo le estaba diciendo. Una nerviosa Anne salió de la pequeña oficina con aquel hombre detrás.
Harry la miró y se acercó a ella.
—¿Qué sucede? —le preguntó el a su madre. Anne miraba a su alrededor, como buscando una solución a su problema. Me miró a mí y miró a Harry . Volvió a mirar a su alrededor.
—Mamá, ¿Qué pasa? —dijo algo nervioso Harry.
—Edward —le dijo a su hijo —Ve a cambiarte y ven para hacer unas fotos con Louis.
Mis ojos se abrieron bien, al igual que los ojos de Harry.
—¿Qué? ¡¿Estás loca?! —le preguntó sin poder creerlo.
—Si es así la cosa, creo que no voy a poder negarme —dije sonriendo levemente.
Harry me miro con mirada asesina.
—¡No soy una de tus estúpidas muñecas de plástico! —gritó Harry.
—Por favor hijo —le dijo desesperada acercándose a el —Los modelos que encargué no han llegado, y si no hacemos ya mismo esa sesión, la marca va a dejarme.
—Pero, ¿Acaso no tienes millones de modelos aquí? —dijo nervioso.
—No me sirven, ¡Nadie me sirve! —miró a su alrededor decepcionada —¡Por favor Harry, hazlo por mi!
Vi la desesperación del rizado por decirle a su madre un rotundo NO, pero como Anne me había dicho, el iba a terminar aceptando. Soltó un leve suspiro.
—Está bien —le dijo.
Anne sonrió emocionada y abrazó con fuerza a su hijo. Lo soltó y se acercó a mí.
—¿Lo harás, verdad? —me preguntó.
—Claro que si, jefa —dije divertido.
—Muchas gracias, de verdad —dijo. Se alejó de nosotros para dar las indicaciones. Harry se giró a verme, estaba algo rojo por el enojo.
—Llegas a propasarte, y te arrepentirás —me susurró. Un montón de gente entró al lugar para comenzar a preparar todo. Me llevaron a una pequeña habitación, en donde me dieron unos cuantos pantalones de jean. Miré la marca. Levi’s. De verdad está mujer se maneja con marcas importantes.
Me sentaron en una silla y comenzaron a despeinar más mi cabello. Lo secaron y quedó como si recién me hubiese levantado. Anne entró.
—¡Eso es! Así está perfecto, un look rebelde —dijo y me miró —De verdad muchas gracias, Louis.
—No, no es nada —le dije.
—Tienes un tatuaje —dijo asombrada mirando mi brazo izquierdo.
Me giré a verla.
—Si, me lo hice hace bastante —dije.
—Eso aporta más rebeldía al look —dijo divertida.
—No se si me saldrá —admití.
—Será fácil, Harry sabe sobre esto. Cuando era más chico lo obligué a hacer un curso de modelaje.
—¿Lo obligaste?
—Si —dijo asintiendo —No quería saber nada sobre aquello, pero como yo sabía que alguna vez lo iba a necesitar, lo hice. Bueno, cuando estés listo, sal.
Se fue dejándome solo. Me puse los pantalones y me quedé sin remera. Yo sé que cuando Harry me vea, no va a poder creerlo. Salí y todas las mujeres del lugar se giraron a verme. Anne sonrió, y me hizo una seña para que me acercara a ella. Vi como comenzaban a cuchichear y a mirarme acosadoramente.
—Vas a provocar que todas mueran de un infarto —me habló mi jefa.
—No es mi intención —dije orgulloso de mi mismo —¿Dónde está Harry?
—¡Odio estos malditos pantalones! —entró el quejándose. Traté de no parecer cautivado, pero era casi imposible. El traía un pequeño pantalón de jean, que se ajustaba perfectamente a sus piernas. Su pelo estaba desordenado como el mío, como si recién se hubiese despertado.
Y no tenía camiseta en la parte de arriba. Sus ojos color verde se clavaron en los míos, y dejó de caminar. Sacudió su cabeza y miró de nuevo a su madre.
—¿Por qué odias los pantalones hijo? —le preguntó Anne.
—¡Mira como me hace el trasero! —dijo y se giró para mostrárselo.
—Muy bonito, es redondito —le dije. Me miró furioso.
—Louis tiene razón, Edward. Tu trasero está bien —le habló Anne.
—¡Mamá no tengo el tamaño suficiente para ser modelo!
—Eso es mentira —le dije. El me miró —Tu trasero es el más lindo que he visto aquí, hasta ahora.
—No estaba hablando de mi trasero Tomlinson —me dijo serio —¡Miren como me queda esto!
—No vas a encontrar alguna excusa para no hacerlo, hijo mío —le aclaró. Harry le sacó la lengua cuando está no lo estaba viendo —Ahora vayan allí —nos dijo. Caminamos hasta el centro del lugar. Las luces blancas nos iluminaban —Ahora, se acercan.
Harry miró fijo a su madre, y luego giró hacia mí.
—Juro que vas a arrepentirte de esto Tomlinson —me amenazó.
Subí al ascensor y marqué el piso 20. Como lo había previsto Anne no se había olvidado de mí, y al parecer se había emocionado mucho cuando le dijeron que yo estaba aquí. El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. Salí y caminé por el pasillo, hasta llegar al lugar al que el otro día Harry me había traído. Anne estaba rodeaba de personas, a las cuales ella daba órdenes y pedía cosas. Se giró a verme.
—Louis, querido —dijo y se acercó a mí.
—Hola Anne —le dije y cuando estuvo cerca besé su mano —¿Cómo estás?
—Atareada —me dijo y sonrió — ¿Qué te trae por aquí? Harry llega dentro de media hora aproximadamente.
—No, no vine para ver a Harry —mentí más que descaradamente —¿Recuerdas que el otro día me dijiste algo de ser modelo y eso?
—¿No me digas que lo has pensado y vas modelar para mi? —dijo entusiasmada.
—Mmm, no en realidad… yo venía a pedirte que me des así algo… un trabajito como ayudante o lo que sea. Pero creo que ser modelo —dije y fruncí el ceño —No es lo mío.
—Que lastima —dijo en un suspiro —Pero bueno, no importa. Voy a ayudarte. Tú me has caído bien, y eso que los amigos o novios de Harry nunca fueron de mi agrado.
—¿Hemmings no lo es? —pregunté.
Ella arrugó la nariz mientras caminaba y me hacía una seña para que la siguiera.
—Para nada —aseguró —Ese niño es demasiado idiota para mi principe. Harry necesita a un hombre inteligente, que le de seguridad. No a un imbécil posesivo y absorbente. Gracias a dios el reaccionó y lo dejó.
—Ya lo creo —susurré por lo bajo.
Llegamos a una pequeña oficina, estaba llena de fotos por todos lados y no pude evitar acercarme a una de ellas. La tomé y la miré. Era la foto de un niño de aproximadamente 7 u 8 años, tenía los ojos verdes grandes y pestañas largas. Una sonrisa blanca y perfecta. Entonces me di cuenta de que era el.
—¿No es hermoso? —me habló Anne mirando la foto que yo tenía en mis manos. Giré mi cabeza para mirarla —Siempre tuvo una particular forma de mirar, y de ser. Ahí tenía apenas 8 años y no sabes el carácter que tenía.
—Aun lo tiene —le aseguré. Anne rió por lo bajo.
—Si, Harry es un chico increíble —dijo orgullosa —Y no lo digo solo por ser su madre. El es decidido y dulce. Es testarudo y sensible. Delante de mí, siempre pone una especie de escudo o barrera, pero siempre termina dándome lo que le pido. No puedo quejarme de el —suspiró y luego me miró —Pero ya, volvamos al tema importante. ¿Qué quieres hacer aquí?
—No se, tú dime —le dije.
—Bueno, puedes ser mi ayudante. Los que tengo son un poco tontos…
—Perfecto —aseguré.
—Tendrás un sueldo y trabajaras solamente los sábados por la tarde. ¿Te parece bien de 2 a 5 de la tarde?
—Me parece estupendo —le dije.
—Entonces, bienvenido a las agencias de modelaje Styles —dijo y estiró su mano para que yo la tomara. Así lo hice y salimos de allí para acercarnos a donde estaba todo el mundo.
Mi primer encargo fue ir a apurar a las modelos, y eso fue increíble. Creo que no puede haber mejor trabajo que este para un hombre hetero. En mi caso, soy bisexual. Pero, que más das, es igual.
Luego fui enviado a planta baja en busca de unos papeles importantes.
—¿Puedes darme los papeles de Anne? —le pregunté a la chica de recepción.
—Enseguida —me dijo y me dejó solo mientras iba por ellos.
—¡Buenos días a todos! —escuché su voz y me giré a verlo.
Estaba lleno de cosas y caminaba con prisa, al parecer estaba llegando tarde. Vi como desaparecía detrás de uno de los ascensores, y no puedo esperar a ver su rostro, cuando sepa que yo estoy trabajando aquí…
—Aquí tienes —me habló, sacándome de mis pensamientos.
—Muchas gracias, linda —le dije y me fui de allí para ir en busca de un poco de diversión.
Subí al ascensor y no pude evitar sentirme emocionado por llegar al piso 20 y ver la cara de Harry. Las puertas se abrieron y caminé hacia donde estaban todos.
—¡Ahí lo tienes! —Anne le dijo a Harry y el se giró a verme.
Sus ojos se abrieron como platos y pensé que su mandíbula iba a llegar a tocar el suelo. Se acercó a mí y me miró fijo.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó nervioso.
—Hola, ¿no? Buenos días cariño, que yo sepa no dormimos juntos anoche —le dije.
—¡Contesta mi pregunta! —exigió. Sonreí levemente.
—Aquí trabajo —dije con suavidad y estiré mi brazo para darle el sobre a Anne.
—¡No estoy para bromas, Tomlinson! ¡Dime que haces aquí!
—No estoy bromeando, cariño. De verdad trabajo aquí.
El se giró a ver a su madre. Anne asintió con la cabeza, y el precioso volvió a mirarme.
—No, no tú estas jugando conmigo —dijo riendo nerviosamente —¡Anne! —la llamó, está se acercó a nosotros.
—¿Qué sucede hijo? —le preguntó.
—Dime que no es verdad —le dijo sin dejar de mirarme.
—¿Qué no es verdad que? —dijo ella.
—Que él esta trabajando aquí —dijo nervioso.
—Si, si es verdad. Louis es mi nuevo ayudante.
—¡Esto es increíble! —elevó su voz haciendo que todos se giraran a verlo —¡Me rehúso a trabajar con este individuo en este lugar!
—¿Por qué? —le pregunté.
—¿Qué quieres? ¿Qué es lo que estas buscando? —me preguntó.
—Nada —dije haciéndome el inocente —¿Acaso no puedo buscar un empleo para los fines de semana?
—¡No, no puedes! —me aclaró nervioso. Giró para mirar a su madre —¡No voy a trabajar con él aquí! ¡Quiero que se vaya!
—No, Louis no se va a ir —le aclaró su madre, sin dejar de mirar al frente, en donde le estaban haciendo unas indicaciones o algo por el estilo.
—¿Ah, no? ¡Entonces me voy yo! —dijo Harry, y se dispuso a irse.
—¡Harry Edward Styles Cox! —lo llamó con firmeza. Cierto, olvide que se llamaba Edward, bonito nombre para su personalidad, Harry detuvo su paso y se giró a verla. Anne lo miró fijo —Soy tu madre y me debes respeto... también soy tu jefa y por eso haces lo que yo quiero, cuando yo quiera.
—¿Puedo solicitar un asenso? Me gustaría ser su jefe —dije. Anne rió por lo bajo, pero a Harry no le causó ninguna gracia.
Soltó un enojado suspiró y se acercó de nuevo a donde estaba su madre, yo solo me encargué de observarlo.
—¿Están listas? —preguntó Harry a las modelos que estaban frente a el, mientras se acomodaba detrás de la cámara.
Anne se acercó a mí y miró a su hijo, como yo lo hacía. Harry comenzó a sacar fotos y a dar instrucciones.
—Es tan irritante a veces —me habló su madre. Sonreí levemente —Piensa que todo lo que hago es para perjudicarlo o en su contra.
—Así son todos los hijos —le dije. Ella suspiró.
—Ya lo creo —dijo. Un hombre alto se acercó a nosotros y le pidió a Anne poder hablar en privado. La madre de Harry asintió y se fue con él.
Volví mi vista a Harry, el miraba las fotos que acaba de sacar. Con cuidado me acerqué.
—Lindas fotos —le dije. El giró la cabeza para mirarme con recelo y volvió a lo que hacía.
—¿Estás enojado?
—No para nada, estoy muy feliz, no tengo problemas —dijo con toda la ironía del mundo.
—No tienes porque estar enojado, cariño —le hablé y el volvió su vista al frente —Yo no quiero que estés enojado conmigo, solo vine porque de verdad necesito el trabajo.
Me volvió a mirar con esa mirada asesina y cortante. El no creía ni una sola de las palabras que yo le estaba diciendo. Una nerviosa Anne salió de la pequeña oficina con aquel hombre detrás.
Harry la miró y se acercó a ella.
—¿Qué sucede? —le preguntó el a su madre. Anne miraba a su alrededor, como buscando una solución a su problema. Me miró a mí y miró a Harry . Volvió a mirar a su alrededor.
—Mamá, ¿Qué pasa? —dijo algo nervioso Harry.
—Edward —le dijo a su hijo —Ve a cambiarte y ven para hacer unas fotos con Louis.
Mis ojos se abrieron bien, al igual que los ojos de Harry.
—¿Qué? ¡¿Estás loca?! —le preguntó sin poder creerlo.
—Si es así la cosa, creo que no voy a poder negarme —dije sonriendo levemente.
Harry me miro con mirada asesina.
—¡No soy una de tus estúpidas muñecas de plástico! —gritó Harry.
—Por favor hijo —le dijo desesperada acercándose a el —Los modelos que encargué no han llegado, y si no hacemos ya mismo esa sesión, la marca va a dejarme.
—Pero, ¿Acaso no tienes millones de modelos aquí? —dijo nervioso.
—No me sirven, ¡Nadie me sirve! —miró a su alrededor decepcionada —¡Por favor Harry, hazlo por mi!
Vi la desesperación del rizado por decirle a su madre un rotundo NO, pero como Anne me había dicho, el iba a terminar aceptando. Soltó un leve suspiro.
—Está bien —le dijo.
Anne sonrió emocionada y abrazó con fuerza a su hijo. Lo soltó y se acercó a mí.
—¿Lo harás, verdad? —me preguntó.
—Claro que si, jefa —dije divertido.
—Muchas gracias, de verdad —dijo. Se alejó de nosotros para dar las indicaciones. Harry se giró a verme, estaba algo rojo por el enojo.
—Llegas a propasarte, y te arrepentirás —me susurró. Un montón de gente entró al lugar para comenzar a preparar todo. Me llevaron a una pequeña habitación, en donde me dieron unos cuantos pantalones de jean. Miré la marca. Levi’s. De verdad está mujer se maneja con marcas importantes.
Me sentaron en una silla y comenzaron a despeinar más mi cabello. Lo secaron y quedó como si recién me hubiese levantado. Anne entró.
—¡Eso es! Así está perfecto, un look rebelde —dijo y me miró —De verdad muchas gracias, Louis.
—No, no es nada —le dije.
—Tienes un tatuaje —dijo asombrada mirando mi brazo izquierdo.
Me giré a verla.
—Si, me lo hice hace bastante —dije.
—Eso aporta más rebeldía al look —dijo divertida.
—No se si me saldrá —admití.
—Será fácil, Harry sabe sobre esto. Cuando era más chico lo obligué a hacer un curso de modelaje.
—¿Lo obligaste?
—Si —dijo asintiendo —No quería saber nada sobre aquello, pero como yo sabía que alguna vez lo iba a necesitar, lo hice. Bueno, cuando estés listo, sal.
Se fue dejándome solo. Me puse los pantalones y me quedé sin remera. Yo sé que cuando Harry me vea, no va a poder creerlo. Salí y todas las mujeres del lugar se giraron a verme. Anne sonrió, y me hizo una seña para que me acercara a ella. Vi como comenzaban a cuchichear y a mirarme acosadoramente.
—Vas a provocar que todas mueran de un infarto —me habló mi jefa.
—No es mi intención —dije orgulloso de mi mismo —¿Dónde está Harry?
—¡Odio estos malditos pantalones! —entró el quejándose. Traté de no parecer cautivado, pero era casi imposible. El traía un pequeño pantalón de jean, que se ajustaba perfectamente a sus piernas. Su pelo estaba desordenado como el mío, como si recién se hubiese despertado.
Y no tenía camiseta en la parte de arriba. Sus ojos color verde se clavaron en los míos, y dejó de caminar. Sacudió su cabeza y miró de nuevo a su madre.
—¿Por qué odias los pantalones hijo? —le preguntó Anne.
—¡Mira como me hace el trasero! —dijo y se giró para mostrárselo.
—Muy bonito, es redondito —le dije. Me miró furioso.
—Louis tiene razón, Edward. Tu trasero está bien —le habló Anne.
—¡Mamá no tengo el tamaño suficiente para ser modelo!
—Eso es mentira —le dije. El me miró —Tu trasero es el más lindo que he visto aquí, hasta ahora.
—No estaba hablando de mi trasero Tomlinson —me dijo serio —¡Miren como me queda esto!
—No vas a encontrar alguna excusa para no hacerlo, hijo mío —le aclaró. Harry le sacó la lengua cuando está no lo estaba viendo —Ahora vayan allí —nos dijo. Caminamos hasta el centro del lugar. Las luces blancas nos iluminaban —Ahora, se acercan.
Harry miró fijo a su madre, y luego giró hacia mí.
—Juro que vas a arrepentirte de esto Tomlinson —me amenazó.
Tanto tiempoooo
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Wohu!!!!!! Este Louis es todo un asdfheryvj xD
El cap me encanto n n fue PERFECTO *-*
Tienes que seguirla pronto :D
Besoooos x
El cap me encanto n n fue PERFECTO *-*
Tienes que seguirla pronto :D
Besoooos x
agustina1600
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
y si la sigues?
juró que no me molesto!!!
hakdhajsjagskagsks
juró que no me molesto!!!
hakdhajsjagskagsks
MyKryptonitLarry
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 14. Sesión de fotos.
Mis ojos estaban clavados en los suyos. Esas profundidades color verde, estaban llenas de emociones, llenas de amenazas, y podría decirse que hasta de miedos.
—Bueno, vamos a comenzar —habló Anne.
Harry giró la cabeza para mirarla.
— ¿Tú vas a sacar las fotos? —le preguntó algo nervioso.
—Sí, ¿Cuál es el problema? —le preguntó su madre.
—No, nada —dijo y volvió su vista al frente. Soltó un leve gruñido.
— ¿Qué sucede? —le pregunté.
—Esperaba que mi madre no fuera la fotógrafa —me dijo.
— ¿Por qué?
—Porque a veces… pide demasiado…
—Ahora Louis, pon tu brazo izquierdo alrededor de la cintura de Harry y acércalo a ti cuando yo te diga —me dijo.
—Sí, ¿Cuál es el problema? —le preguntó su madre.
—No, nada —dijo y volvió su vista al frente. Soltó un leve gruñido.
— ¿Qué sucede? —le pregunté.
—Esperaba que mi madre no fuera la fotógrafa —me dijo.
— ¿Por qué?
—Porque a veces… pide demasiado…
—Ahora Louis, pon tu brazo izquierdo alrededor de la cintura de Harry y acércalo a ti cuando yo te diga —me dijo.
Hice lo pedido y cuando dijo ya, lo acerqué a mí haciendo que chocara levemente contra mi pecho.
—Perfecto —habló Anne —Ahora mírense a los ojos. Harry pon tus manos sobre sus hombros y acércate más a su rostro.
Harry giró la cabeza para mirarla.
—Anne… —la llamó por su nombre, como forma de advertencia.
—Haz lo que te digo —dijo ella. Harry obedeció y se acercó más a mí —Harry, quiero que dirijas tu mirada a la cámara. Tú Louis, solo míralo a el.
—Haz lo que te digo —dijo ella. Harry obedeció y se acercó más a mí —Harry, quiero que dirijas tu mirada a la cámara. Tú Louis, solo míralo a el.
Otro flash iluminó todo.
— ¿Cuántas fotos más vas a sacar? —preguntó Harry.
—Varias, varias —contestó rápidamente Anne—Ahora quiero ver deseo, mucho deseo.—Tus peticiones son órdenes para mi, Ann —le hablé.
—¡Nooo! —gritó Harry.
—¡Harry, actúa como si desearas a Louis o te reduzco el sueldo! —lo amenazó.
—Vamos tempanito de hielo, haz caso. Las mamás siempre tienen la razón, ¡Deséame!
—Como los odio —musitó el.
—Ahora Louis, levanta a Harry sobre ti y coloca una de tus manos justo cerca del parche en donde está la marca y la otra en su espalda.
—Mamá, ¿desde cuándo las fotografías se volvieron tan… pornográficas?
—Ay Harry, eres tan… quisquilloso. Haz lo que te digo, así terminamos todo esto rápido.
—Varias, varias —contestó rápidamente Anne—Ahora quiero ver deseo, mucho deseo.—Tus peticiones son órdenes para mi, Ann —le hablé.
—¡Nooo! —gritó Harry.
—¡Harry, actúa como si desearas a Louis o te reduzco el sueldo! —lo amenazó.
—Vamos tempanito de hielo, haz caso. Las mamás siempre tienen la razón, ¡Deséame!
—Como los odio —musitó el.
—Ahora Louis, levanta a Harry sobre ti y coloca una de tus manos justo cerca del parche en donde está la marca y la otra en su espalda.
—Mamá, ¿desde cuándo las fotografías se volvieron tan… pornográficas?
—Ay Harry, eres tan… quisquilloso. Haz lo que te digo, así terminamos todo esto rápido.
El murmuró algo que no logré entender.
—Vamos cariño, arriba —le dije y lo alcé sobre mí.
Sus piernas se cerraron alrededor de mi cintura, y sentí que iba a volverme loco ante el adictivo aroma de su perfume.
—Harry, peina su cabello hacia atrás con tu mano. Y mírense las bocas.
Parecía que el ya no iba a protestar. Su mano se enterró en mis cabellos peinándome hacia atrás, y sus ojos se clavaron en mis labios, al igual que los míos en los de él.
Luego de media hora, en donde seguimos posando cerca, muy cerca. En donde el posó solo, y de verdad parecía un modelo profesional, haciendo caras y gestos. Hasta yo tuve mis poses solo, y debo decir que soy más bueno de lo que pensaba.
— ¡Excelente, hemos terminado! —dijo Anne contenta. Todos aplaudieron —Muchachos, las fotos son increíbles, hermosas.
—Voy a cambiarme —sentenció Harry sin prestar atención a su madre. Anne se giró a verme.
—Ahora está irritado, pero ya se le va a pasar —me aseguró.
—Voy a cambiarme —sentenció Harry sin prestar atención a su madre. Anne se giró a verme.
—Ahora está irritado, pero ya se le va a pasar —me aseguró.
Asentí y me fui a cambiar.
Cuando volví el ya estaba, guardando unas cosas dentro de su mochila. Me acerqué a el.
—Comentas algo sobre esto, y te juro que iré a buscarte y te arrancaré uña por uña, ¿escuchaste?
— ¡Gente, estás fotos van a la portada! —gritó Anne desde su despacho.
— ¡¿Qué?! —preguntó Harry dándose vuelta para mirar a la oficina de su madre.
— ¡Gente, estás fotos van a la portada! —gritó Anne desde su despacho.
— ¡¿Qué?! —preguntó Harry dándose vuelta para mirar a la oficina de su madre.
Sonreí levemente y me acerqué hasta su oído. El estaba de espaldas.
—Por mí, nadie se enterará —le dije. Se giró a verme rápidamente.
—Por favor, por lo que más quieras, renuncia —me dijo. Reí por lo bajo.
— ¿Y perderme la oportunidad de poder apreciarte los fines de semana? —le dije.
— ¿No te parece que ya son suficientes los días que tengo que soportarte en la Universidad?
—Por favor, por lo que más quieras, renuncia —me dijo. Reí por lo bajo.
— ¿Y perderme la oportunidad de poder apreciarte los fines de semana? —le dije.
— ¿No te parece que ya son suficientes los días que tengo que soportarte en la Universidad?
Sonreí con los labios apretados y respiré profundamente.
—No, ¿algo más?
Me miró con ojos venenosos. Y si las miradas mataran, hace rato que a mi ya me estarían velando.
—Eres una peste, pero ya voy a encontrar la forma de deshacerme de ti.
—Que lindo eres —dije con tono dulce —Yo también te adoro, cariño.
—Que lindo eres —dije con tono dulce —Yo también te adoro, cariño.
Hizo un sonido de indignación y tomó su abrigo.
— ¡Anne! —la llamó. Está se asomó por la puerta — ¡Me voy a cuidar a Luke! ¡Adiós!
Anne salió rápidamente de la oficina y se acercó a nosotros. Miré a Harry.
¡Oh, si no estuviera condicionado por un juez, sería por algo más que una simple gripe que lo tendría que cuidar!
—Bueno, te llevo —le dije. El se giró a verme aterrado.
—¡No, no, no, no! ¡Claro que no! No necesito nada de ti —me dijo nervioso.
—Claro que si, sabes que no me gusta que andes solo por ahí. Y ya que tu auto aún no está listo lo mejor va a ser que Louis te lleve a donde necesites —le dijo su madre, que luego me miró a mí —Voy a pagarte a parte para que seas su chofer.
—No Anne, esa va gratis —dije y le guiñé un ojo.
—Oh, eres tan tierno —me dijo ella con una sonrisa.
—Puras tonterías —susurró Harry, pero logré escucharlo.
—Tonterías las que usted hace jovencito, y nadie le puede decir nada. Ahora si es tan amable de dirigirse a mi moto que yo lo llevare —le dije y le hice un gesto para que caminara.
— ¡Qué no! —dijo el —Luke no te soporta.
—Ni yo a él, así que el sentimiento es mutuo. Te dejaré ahí, y te esperaré afuera.
—¡No, no, no, no! ¡Claro que no! No necesito nada de ti —me dijo nervioso.
—Claro que si, sabes que no me gusta que andes solo por ahí. Y ya que tu auto aún no está listo lo mejor va a ser que Louis te lleve a donde necesites —le dijo su madre, que luego me miró a mí —Voy a pagarte a parte para que seas su chofer.
—No Anne, esa va gratis —dije y le guiñé un ojo.
—Oh, eres tan tierno —me dijo ella con una sonrisa.
—Puras tonterías —susurró Harry, pero logré escucharlo.
—Tonterías las que usted hace jovencito, y nadie le puede decir nada. Ahora si es tan amable de dirigirse a mi moto que yo lo llevare —le dije y le hice un gesto para que caminara.
— ¡Qué no! —dijo el —Luke no te soporta.
—Ni yo a él, así que el sentimiento es mutuo. Te dejaré ahí, y te esperaré afuera.
Soltó un suspiró de cansancio.
— ¿Dónde dejaste la moto? —me preguntó rendido. Sonreí.
— ¡Eso es Louis! —me felicitó Anne —Ahora en adelante te llamare cuando no quiera comer carne.
— ¡Já, ni loco! —advirtió Harry —A mí no me haces comer carne, nunca más.
—Ya veremos —le dije.
— ¡Eso es Louis! —me felicitó Anne —Ahora en adelante te llamare cuando no quiera comer carne.
— ¡Já, ni loco! —advirtió Harry —A mí no me haces comer carne, nunca más.
—Ya veremos —le dije.
El me miró fijo, y creo que entendió el otro sentido de lo que le acababa de decir.
—Bueno, vayan —dijo Anne y besó la frente de su hijo.
Se fue de nuevo a su oficina. Me giré a ver a Harry y le hice un gesto para que caminara. Suspiró y comenzó a caminar. Nos subimos al ascensor y bajamos hasta el estacionamiento, en donde me había ido a dejar mi moto, luego de hablar con Anne.
— ¿Podrías decirme que se te dio por venir hoy aquí? —me preguntó.
Sonreí y me subí a la moto, le hice una seña para que subiera delante de mí. Revoleó los ojos y se subió. Se acomodó bien y se sentó derecho.
—Ya te dije, necesitaba algo que hacer los fines de semana —le dije cerca de su oído.
—¿Y por qué tenía que ser esto? ¿Por qué me odias?
—¿Y por qué tenía que ser esto? ¿Por qué me odias?
Reí por lo bajo, haciendo que el girara su cabeza para mirarme. Aun no había prendido la moto. Recorrí su rostro con la mirada, buscándole alguna imperfección. Algún error en su creación y confección. No había nada, el era simplemente… perfecto.
—Yo no te odio, cariño —dije sin dejar de mirarlo.
—Pues no parece —dijo y volvió su vista al frente.
—Pues no parece —dijo y volvió su vista al frente.
Sonreí y arranqué la moto. Me dio la dirección de Hemmings, y el muy desgraciado vive a unas pocas cuadras de mi departamento. Llegamos y frené frente a una gran casa. Reí por lo bajo. El imbécil aún vive con sus padres, no puedo creerlo.
— ¿Vive con sus padres? —le pregunté a Harry, mientras el se bajaba de la moto.
—Sí —dijo el y no pudo evitar sonreír, pero al instante dejó de hacerlo —Es solo hasta que se encuentre algo que le guste para vivir.
—Sí, seguro.
—Puedes irte, no hace falta que me esperes, no sé a qué hora terminaré.
—No cariño, ve tranquilo, pero aquí me quedaré. Se lo prometí a tu madre…
—Sí —dijo el y no pudo evitar sonreír, pero al instante dejó de hacerlo —Es solo hasta que se encuentre algo que le guste para vivir.
—Sí, seguro.
—Puedes irte, no hace falta que me esperes, no sé a qué hora terminaré.
—No cariño, ve tranquilo, pero aquí me quedaré. Se lo prometí a tu madre…
Me miró con cara de fastidio.
— ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer?
—No cariño, no tengo nada mejor que hacer.
—No cariño, no tengo nada mejor que hacer.
Giró sobre si mismo y caminó a grande zancadas hasta la puerta de la gran casa que estaba frente a mí. Reí divertido y vi como desaparecía detrás de la puerta. Solté un suspiró y miré a mi alrededor. Había un Starbucks a menos de una cuadra. Dejé la moto y fui en busca de un delicioso frapuchino. Me quedé sentado en una de las mesas, perdiendo un poco de mi tiempo. ¿Cuánto tiempo creen que estará allí dentro Harry? ¿No mucho, verdad? Luego de estar una hora allí sentado, me puse de pie y volví hacia mi moto. Me apoyé sobre ella, sin dejar de mirar hacia la puerta. Miré mi reloj, el aun no salía. Tomé un cigarrillo y lo prendí para poder fumar tranquilo. Sentí como algo vibraba en mi bolsillo, me sobresalté un poco y me di cuenta de que era mi celular. Lo tomé y miré la pantalla. No sabía quién era, pues no tenía agendado su número.
—¿Hola? —dije al atender.
—Hola Lou —me habló. Fruncí el ceño al no reconocer la voz.
—Hola…
—Eleanor tonto, soy Eleanor.
—Hola Lou —me habló. Fruncí el ceño al no reconocer la voz.
—Hola…
—Eleanor tonto, soy Eleanor.
¡Diablos! ¿Para qué mierda conteste?
—Aaah, Eleanor —dije.
—¿Acaso no me tienes agendada en tu celular? —preguntó.
—Mmm, si lo que pasa es que no me había fijado quien era al atender —le mentí.
—Bueno, no importa. ¿Dónde estás?
—Por ahí.
—Louis, ¿Qué tengo que hacer para que vengas a hacer de una buena vez el maldito trabajo de contaduría?
— ¿Qué trabajo? —le pregunté.
— ¡El trabajo que nos mandaron a hacer de a grupo!
—Oooh, si el trabajo —dije al recordarlo.
—Tenemos que hacerlo hoy mismo. Es para el lunes.
—¿Quién más está en el grupo? —le pregunté.
—Nadie. Solo nosotros dos…
—¿Quién hizo los grupos?
—¡La profesora tonto! —dijo con voz chillona y soltando una estúpida risita.
—¿Acaso no me tienes agendada en tu celular? —preguntó.
—Mmm, si lo que pasa es que no me había fijado quien era al atender —le mentí.
—Bueno, no importa. ¿Dónde estás?
—Por ahí.
—Louis, ¿Qué tengo que hacer para que vengas a hacer de una buena vez el maldito trabajo de contaduría?
— ¿Qué trabajo? —le pregunté.
— ¡El trabajo que nos mandaron a hacer de a grupo!
—Oooh, si el trabajo —dije al recordarlo.
—Tenemos que hacerlo hoy mismo. Es para el lunes.
—¿Quién más está en el grupo? —le pregunté.
—Nadie. Solo nosotros dos…
—¿Quién hizo los grupos?
—¡La profesora tonto! —dijo con voz chillona y soltando una estúpida risita.
¡Aaag, como me exaspera!
—Está bien, voy para tu casa.
—Perfecto, aquí te espero.
—Perfecto, aquí te espero.
Colgué y miré a la casa de Hemmings. No, yo no iba a irme sin Harry de aquí.
Tiré la colilla de mi tabaco hacia un costado y caminé hasta la casa. Toqué el timbre y luego de unos segundos un señor de estatura bajita y traje de me abrió.
— ¿Qué se le ofrece señor? —me preguntó. Trate de no reír, estoy completamente seguro que esto es un mayordomo. ¡Hemmings eres increíble!
—Si, soy amigo del señor Hemmings, ¿podría pasar a verlo?
—Claro que sí joven —dijo y me dio el paso —Suba las escaleras, la tercer puerta a su izquierda, allí está el joven Luke.
—Muchas gracias…
—Albert, señor.
—Muchas gracias, Albert.
—Si, soy amigo del señor Hemmings, ¿podría pasar a verlo?
—Claro que sí joven —dijo y me dio el paso —Suba las escaleras, la tercer puerta a su izquierda, allí está el joven Luke.
—Muchas gracias…
—Albert, señor.
—Muchas gracias, Albert.
Subí las escaleras y me dirigí a la habitación que el amable mayordomo me había indicado. Me acerqué con cuidado, la puerta estaba un poco entreabierta.
— ¡Estoy cansado Luke! ¡Cansado de tus estúpidos celos! —dijo nervioso Harry.
— ¡¿Pero porque él tiene que trabajar allí?! —le preguntó nervioso.
— ¡Mi madre lo contrato! ¿Entiendes?
— ¡Pues dile que lo despida!
— ¡No voy a pedirle que lo despida! —dijo Harry.
— ¿Ah, no? ¡¿Por qué?!
— ¡Porque simplemente ella no va a hacerlo!
— ¡¿Pero porque él tiene que trabajar allí?! —le preguntó nervioso.
— ¡Mi madre lo contrato! ¿Entiendes?
— ¡Pues dile que lo despida!
— ¡No voy a pedirle que lo despida! —dijo Harry.
— ¿Ah, no? ¡¿Por qué?!
— ¡Porque simplemente ella no va a hacerlo!
Abrí la puerta y ambos se giraron a verme. Los ojos de Hemmings se abrieron como platos. Le sonreí irónicamente.
—Oye Luke, siento que te hayas convertido en la incubadora de un virus —le dije mientras me acercaba a Harry, tomaba su abrigo y le tomaba la mano —Pero no te puedo prestar a mi Harry más tiempo.
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 15. Garrapata incómoda.
Comencé a caminar para salir de aquella habitación y los pasos de Harry fueron torpes detrás de mí, ya que yo tiraba de su mano para que lo hiciera. Giré mi cabeza para mirarlo.
—Pero, ¿Qué demonios haces? —me preguntó.
—Tú solo camina —le dije y tiré más de su mano, para acercarlo a mí.
—Tú solo camina —le dije y tiré más de su mano, para acercarlo a mí.
Hemmings salió de la habitación.
—Harry, ¿A dónde vas? —le preguntó.
—Tenemos cosas que hacer, Hemmings —contesté por Harry.
—Harry, te estoy hablando —dijo él. Detuve nuestros pasos y me giré a verlo.
— ¿Acaso no te has dado cuenta de que estas enfermo? Así de pie y encima descalzo no vas a curarte más Hemmings, será mejor que vuelvas a la cama.
—Tenemos cosas que hacer, Hemmings —contesté por Harry.
—Harry, te estoy hablando —dijo él. Detuve nuestros pasos y me giré a verlo.
— ¿Acaso no te has dado cuenta de que estas enfermo? Así de pie y encima descalzo no vas a curarte más Hemmings, será mejor que vuelvas a la cama.
Vi como su cara se tornaba rojo de la rabia.
—Harry, vuelve aquí —le exigió de manera autoritaria, como si Harry fuera un perro o algo así.
Harry lo miró fijo por unos cuantos segundos, y luego me miró a mí.
—No soy uno de tus sirvientes, para hacer lo que quieras —le dijo el. Sonreí levemente y me volvió a mirar —Vamos.
—Vamos, cariño —dije y volvimos a caminar.
—Vamos, cariño —dije y volvimos a caminar.
Tuve unas ganas tremendas de girar a ver como había quedado Hemmings, pero no lo hice, para poder llegar más rápido a la salida. Además de que había dejado sin protección a mi Betty. Salimos y con cuidado Harry soltó mi mano.
—Ya no es necesario que me agarres de la mano —me dijo.
—Está bien, está bien —le dije y me subí a la moto —Sube, vamos.
— ¿A dónde? —me preguntó frunciendo el entrecejo.
—Tú solo sube, yo luego te digo.
—Está bien, está bien —le dije y me subí a la moto —Sube, vamos.
— ¿A dónde? —me preguntó frunciendo el entrecejo.
—Tú solo sube, yo luego te digo.
Se subió y prendí marcha hacia lo de Eleanor. Sabía perfectamente que si le decía que lo llevaría a lo de Eleanor se iba a negar rotundamente. Llegamos a una pequeña casa, que se encontraba cerca de la Universidad. Allí vivía la insoportable de Eleanor Calder.
Harry se bajó y luego me bajé yo.
— ¿Podrías decirme en dónde estamos? —volvió a preguntar.
—Ya lo verás —dije y tomé de su mano, para caminar hasta la puerta de la casa.
—Ya lo verás —dije y tomé de su mano, para caminar hasta la puerta de la casa.
Toqué el timbré y más rápido de lo que esperaba la puerta se abrió. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de ella.
—Viniste —dijo con voz chillona.
Sentí como la mano de Harry apretaba con fuerza la mía. Entonces, con un solo tirón lo presenté adelante, para que lo viera. La sonrisa de Eleanor se esfumó más rápido que un ‘hola, qué tal’ Sus ojos se clavaron con asombro y enojo sobre el pequeño de Harry. Arrastrando la vista me miró a mí. Yo solo sonreía como si nada pasara.
— No sabía que venías acompañado —me dijo apretando los dientes.
—Y desde ahora en más, va a ser así casi siempre —le dije.
—Y desde ahora en más, va a ser así casi siempre —le dije.
Volvió su vista a Harry y vi como su rostro cambiada radicalmente.
—Entren —sentenció y entró a su casa.
—¿Qué es esto? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso quieres vengarte de mí por haber ido a lo de Luke? —me preguntó por lo bajo.
—No, no es eso. Te traje como escudo anti-eleanor —dije por lo bajo para que la chica que estaba delante nuestro no escuchara —Además de que no iba a dejarte con el neandertal de Hemmings.
—Me debes una grande, Tomlinson —musitó. Lo miré de costado y le sonreí.
—Demás está decirlo, cuando quieras te pago cariño —dije.
—¿Qué es esto? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso quieres vengarte de mí por haber ido a lo de Luke? —me preguntó por lo bajo.
—No, no es eso. Te traje como escudo anti-eleanor —dije por lo bajo para que la chica que estaba delante nuestro no escuchara —Además de que no iba a dejarte con el neandertal de Hemmings.
—Me debes una grande, Tomlinson —musitó. Lo miré de costado y le sonreí.
—Demás está decirlo, cuando quieras te pago cariño —dije.
Eleanor detuvo su paso y se giró a vernos. Quizás nos escuchó.
—Pueden sentarse ahí, ya traigo las cosas para el trabajo —dijo de mala gana y se metió en una puerta.
—Creo que no puede odiarme más porque no tiene capacidad mental para hacerlo —dijo Harry mientras se sentaba.
—No le hagas caso, está loca —le dije mientras me sentaba a su lado.
—Sí, y es por tu culpa —me dijo.
—Ya, ya cariño, no me sigas regañando —le pedí.
—Creo que no puede odiarme más porque no tiene capacidad mental para hacerlo —dijo Harry mientras se sentaba.
—No le hagas caso, está loca —le dije mientras me sentaba a su lado.
—Sí, y es por tu culpa —me dijo.
—Ya, ya cariño, no me sigas regañando —le pedí.
Eleanor entró y apoyó, con algo de fuerza, los libros sobre la mesa. Despreocupado Harry, sacó su celular y comenzó a escribir en él. Miré a Eleanor, y esta se sentó frente a mí.
—Bueno, ¿Qué hay que hacer? —le pregunté.
—Es un trabajo que mandó la profesora de contaduría. Quiere que realicemos un análisis general de no sé qué cosa.
—Análisis general del consumidor final —habló Harry sin dejar de escribir en su celular.
—Es un trabajo que mandó la profesora de contaduría. Quiere que realicemos un análisis general de no sé qué cosa.
—Análisis general del consumidor final —habló Harry sin dejar de escribir en su celular.
Eleanor le lanzó una venenosa mirada y volvió la vista a mí. Traté de no reír, pero me fue imposible. Así que me miró con enojo.
—Sí, ¿y qué más? —le dije para que volviera a concentrarse en el tema.
—Eso, y hacer un gráfico con las estadísticas del mes —me dijo.
—Empecemos —dije y tomé el papel. Pero mis ganas de ir al baño impidieron que empezáramos. —Eleanor, ¿Dónde está el baño?
—Esa puerta de allí —me dijo y me la señaló con el dedo.
—Ya vuelvo —me disculpé y salí de allí.
—Eso, y hacer un gráfico con las estadísticas del mes —me dijo.
—Empecemos —dije y tomé el papel. Pero mis ganas de ir al baño impidieron que empezáramos. —Eleanor, ¿Dónde está el baño?
—Esa puerta de allí —me dijo y me la señaló con el dedo.
—Ya vuelvo —me disculpé y salí de allí.
Entré al baño, hice lo necesario y volví a salir. Detuve mis pasos al escuchar la voz de Eleanor.
—Te lo advierto, va a ser mejor que te alejes de Louis —le dijo.
—Escúchame bien peliteñida —le habló Harry —Me parece que al fin la pintura barata que utilizas quemó las pocas neuronas que tenías. Ya no me van tus estúpidas amenazas. Y si no quieres terminar peor que la primera vez, mejor cierra la boca…
—Eres un… —entré a la sala antes de que la cosa pasara a mayores.
—Bueno, ahora si podemos comenzar —dije mientras me sentaba de nuevo.
—Escúchame bien peliteñida —le habló Harry —Me parece que al fin la pintura barata que utilizas quemó las pocas neuronas que tenías. Ya no me van tus estúpidas amenazas. Y si no quieres terminar peor que la primera vez, mejor cierra la boca…
—Eres un… —entré a la sala antes de que la cosa pasara a mayores.
—Bueno, ahora si podemos comenzar —dije mientras me sentaba de nuevo.
Los minutos pasaban y yo ya me estaba volviendo loco con todo esto. Es que es increíble que haya gente como Eleanor en el mundo. De verdad es algo que no logro entender.
—Ele, linda, pon atención. Las cosas no son así —le dije por décima quinta vez. Era la décima quinta vez que le explicaba lo mismo. Ella soltó una tonta risita. ¡Agh, como exaspera! Y aún no puedo creer como tuve el valor de acostarme con ella, pero nunca más lo hago. Aunque como ya dije una vez nunca hago caso de mis propias palabras.
—Es que no lo entiendo —dijo ella.
—Es que no lo entiendo —dijo ella.
Miré de reojo a Harry, y seguía concentrado con su celular. Solté un suspiro.
—No importa Eleanor, ¿Por qué no vas a traer algo de comer? —le pregunté.
Ella asintió y se puso de pie para ir a buscar lo que le encargué. Giré mi cabeza para mirar a Harry. El levantó su vista del celular para mirarme también.
—¿Qué sucede? —me preguntó.
—No soy un genio, no pongo atención en clases, pero dime por favor que no fue mi imaginación la completa falta de, ya no inteligencia, sino SENTIDO COMÚN en Eleanor —le dije. El sonrió levemente.
—Vamos Tomlinson, ¿Acaso no conoces la clase de chica que está frente a ti? No tiene ni dos dedos de frente, y se cree dueña del mundo —dijo y volvió su vista a su celular.
— ¿Qué estás haciendo con el celular? —le pregunté.
—Estoy jugando —contestó sin dejar de mirar la pantalla.
—Ayúdame —le imploré.
—No soy un genio, no pongo atención en clases, pero dime por favor que no fue mi imaginación la completa falta de, ya no inteligencia, sino SENTIDO COMÚN en Eleanor —le dije. El sonrió levemente.
—Vamos Tomlinson, ¿Acaso no conoces la clase de chica que está frente a ti? No tiene ni dos dedos de frente, y se cree dueña del mundo —dijo y volvió su vista a su celular.
— ¿Qué estás haciendo con el celular? —le pregunté.
—Estoy jugando —contestó sin dejar de mirar la pantalla.
—Ayúdame —le imploré.
Volvió a clavar su vista en mí, y sentí muchos deseos de besarlo. Pero no a la fuerza, de besarlo y que el estuviera completamente de acuerdo con ello. Soltó un suspiro y guardó el celular para acercarse a la hoja que yo tenía en mi mano. Más rápido de lo que hubiese esperado, el y yo terminamos el bendito trabajo. Con personas así si da gusto trabajar y hacer las cosas.
—Gracias —le susurré cuando vimos que Eleanor entraba a la sala con una bandeja en la mano. Me puse de pie y tomé la mano de Harry para que también lo hiciera. Eleanor nos miró bien, y apoyó la bandeja sobre la mesa —Ele, ya terminé el trabajo. Y perdón por no esperarte para hacerlo juntos, pero tengo que irme a hacer unos trámites muy importantes.
—Pero… —habló ella.
—Nos vemos el lunes en la Universidad —dije mientras empujaba levemente a Harry para que caminara hacia la puerta —No te olvides de llevar el trabajo por favor. Adiós y gracias por tu hospitalidad.
—Adiós —escuché como decía con la voz apagada. Salimos de su casa y seguí empujando levemente a Harry hasta la moto. El se giró a verme cuando llegamos.
— ¿Qué? —le dije.
— ¿Sabes? Me dio pena —dijo. Sonreí.
— ¿Quién?
—La estúpida.
—Cariño, no le tengas pena. Ya te dije que está loca. Ahora sube a la moto, vamos a un lugar que conozco.
—No, no quiero ir a ningún lugar contigo.
— ¿Por qué no?
—Porque eres un hombre horrible, un insensible, nada te importa… ni siquiera lo que esa loca sienta —me dijo.
—Pero… —habló ella.
—Nos vemos el lunes en la Universidad —dije mientras empujaba levemente a Harry para que caminara hacia la puerta —No te olvides de llevar el trabajo por favor. Adiós y gracias por tu hospitalidad.
—Adiós —escuché como decía con la voz apagada. Salimos de su casa y seguí empujando levemente a Harry hasta la moto. El se giró a verme cuando llegamos.
— ¿Qué? —le dije.
— ¿Sabes? Me dio pena —dijo. Sonreí.
— ¿Quién?
—La estúpida.
—Cariño, no le tengas pena. Ya te dije que está loca. Ahora sube a la moto, vamos a un lugar que conozco.
—No, no quiero ir a ningún lugar contigo.
— ¿Por qué no?
—Porque eres un hombre horrible, un insensible, nada te importa… ni siquiera lo que esa loca sienta —me dijo.
Sonreí y negué con la cabeza soltando un suspiro.
—Bueno, si soy todo eso. Pero vamos, me hiciste un favor ¿o no? —dije. El asintió —Bueno, vamos a tomar algo. Josh y Zayn nos esperan allí.
— ¿Y cómo sé que no me estas mintiendo?
— ¿Acaso crees que yo sería capaz de hacerte algo? —le pregunté. Me miró fijo a los ojos por unos cuantos segundos. Sonrió levemente.
—No —dijo negando con la cabeza.
—Ah bien, entonces hazme el favor de subir ¿si?
— ¿Y cómo sé que no me estas mintiendo?
— ¿Acaso crees que yo sería capaz de hacerte algo? —le pregunté. Me miró fijo a los ojos por unos cuantos segundos. Sonrió levemente.
—No —dijo negando con la cabeza.
—Ah bien, entonces hazme el favor de subir ¿si?
El asintió como un niño pequeño y subió a la moto, para luego yo subirme detrás de el. Arranqué y manejé a través de las ruidosas calles, hasta llegar al bar.
—Oye, ¿se puede saber que fue eso de MI Harry? —me preguntó de la nada.
Sonreí divertido, mientras continuaba manejando.
—Es una forma de expresión territorial, cariño —le contesté. El se giró a verme.
— ¿Y acaso yo soy un territorio?
—Ajá, mi territorio.
—En tus sueños Tomlinson.
—Y en los tuyos también, cariño —dije y besé su mejilla. El me miró con recelo. Era de noche, casi las 9. La tarde se nos había pasado en casa de Hemmings y Eleanor. Se bajó y miró a su alrededor. A lo lejos vi como dos personas se acercaban a nosotros. Tomé la mano de Harry y lo acerqué a mí, para mantenerlo seguro. Hasta que reconocí quienes eran.
— ¿Y acaso yo soy un territorio?
—Ajá, mi territorio.
—En tus sueños Tomlinson.
—Y en los tuyos también, cariño —dije y besé su mejilla. El me miró con recelo. Era de noche, casi las 9. La tarde se nos había pasado en casa de Hemmings y Eleanor. Se bajó y miró a su alrededor. A lo lejos vi como dos personas se acercaban a nosotros. Tomé la mano de Harry y lo acerqué a mí, para mantenerlo seguro. Hasta que reconocí quienes eran.
—Hey, ¿Qué hacen aquí? —preguntó Josh mientras se acercaba más y saluda con uabrazo a Harry. El le devolvió el gesto. Zayn también lo saludó afectuosamente. Luego ambos me miraron venenosamente.
— ¿No se te ocurrió llevar a Harry a un mejor lugar? —me preguntó Malik. Me encogí de hombros y negué con la cabeza.
—Harry disculpa la falta de sensibilidad de Louis, no sé que estaba pensando al traerte a nuestro cuchitril —le dijo Josh.
— ¿Acaso es tan malo? —preguntó Harry.
— ¿No se te ocurrió llevar a Harry a un mejor lugar? —me preguntó Malik. Me encogí de hombros y negué con la cabeza.
—Harry disculpa la falta de sensibilidad de Louis, no sé que estaba pensando al traerte a nuestro cuchitril —le dijo Josh.
— ¿Acaso es tan malo? —preguntó Harry.
Los dos lame botas confianzudos asintieron con la cabeza.
—No es lugar para alguien como tú —dijo Zayn.
—Aunque creo amigo —le dijo Josh a Zayn apoyando una de sus manos sobre su hombro y mirando a Harry—Que no hay lugar perfecto para el.
—Aw, son tan tiernos —dijo el sonriendo levemente.
—¿Ya se cansaron de ridiculizarme frente a mi Harry? —les dije y ambos me miraron. Zayn negó con la cabeza. Le gruñí por lo bajo —Vamos, entremos.
—Aunque creo amigo —le dijo Josh a Zayn apoyando una de sus manos sobre su hombro y mirando a Harry—Que no hay lugar perfecto para el.
—Aw, son tan tiernos —dijo el sonriendo levemente.
—¿Ya se cansaron de ridiculizarme frente a mi Harry? —les dije y ambos me miraron. Zayn negó con la cabeza. Le gruñí por lo bajo —Vamos, entremos.
Entramos y lo primero que nos invadió fue el olor a cigarrillo. Para la hora que era el lugar ya estaba lleno de aquellos hombres que se la podían pasar horas allí dentro. Vi como Harry miraba con atención a su alrededor. Su mirada se fijó en las muchachas que estaban sentadas sobre los regazos de los que estaban jugando al truco.
Se giró a verme.
—Ellas son las “damas de compañía” —le dije. El volvió a mirarlas —Pero solo se meten con los hombres mayores de 21 años. Nosotros no estamos a su altura.
—Y dime Harry, ahora que Louis es tu garrapata incómoda, ¿te agrada un poco más? —le preguntó Zayn. Harry sonrió.
—Y pues… hay veces en las que es insoportable… pero te acostumbras —dijo divertido.
—Me ama, pero esta terco en negarlo —dije yo. Josh se giró a verme.
—A mi me parece que el que lo niega más es otro —murmuró él.
—Y dime Harry, ahora que Louis es tu garrapata incómoda, ¿te agrada un poco más? —le preguntó Zayn. Harry sonrió.
—Y pues… hay veces en las que es insoportable… pero te acostumbras —dijo divertido.
—Me ama, pero esta terco en negarlo —dije yo. Josh se giró a verme.
—A mi me parece que el que lo niega más es otro —murmuró él.
Lo miré mal y nos sentamos en una de las mesas. Harry miraba curioso a su alrededor, como inspeccionando el lugar.
— ¿Te gusta? —le pregunté. Volvió su vista a mí.
—El lugar es así como de época, pero moderno. Es lindo.
—Espera a ver cuando se ponga linda la cosa —musitó Zayn. Lo pateé por debajo de la mesa. Siseó e intentó devolverme el golpe, pero se lo dio a Josh. Harry bajó la cabeza y rió divertido.
—Ya basta, dejen de comportarse con niñitos. Vamos a pasarla lindo —dijo el.
—Así se habla cariño, así se habla —le dije.
—El lugar es así como de época, pero moderno. Es lindo.
—Espera a ver cuando se ponga linda la cosa —musitó Zayn. Lo pateé por debajo de la mesa. Siseó e intentó devolverme el golpe, pero se lo dio a Josh. Harry bajó la cabeza y rió divertido.
—Ya basta, dejen de comportarse con niñitos. Vamos a pasarla lindo —dijo el.
—Así se habla cariño, así se habla —le dije.
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 16. Horriblemente irresistible.
Susan se acercó a nosotros con la libretita para anotar lo que íbamos a tomar. Cuando lo hizo miró fijo a Harry.
—Hola mucho gusto, soy Susan —le dijo y estiró su mano para que el la tomara. Harry sonriéndole amablemente tomó su mano.
—Soy Harry —dijo el.
—Eres nuevo —habló Susan asintiendo.
—No Susan—le hablé al reaccionar sobre aquello. Pero fue demasiado tarde. Ella giró y se dirigió a todos en el lugar.
—¡Muchachos, tenemos un integrante nuevo en la taberna! —gritó contenta. Todos comenzaron a aplaudir y silbar —¡Hay que darle la bienvenida!
—¡No, no, no claro que no! —dije poniéndome de pie.
—Ven Harry —dijo Susan y le tendió la mano para que el la tomara. Con un poco de duda Harry la tomó y caminó detrás de ella hasta la barra. Louis, Zayn y yo fuimos detrás, con todo el mundo detrás de nosotros también.
—Susan, por favor no lo hagas —le rogué.
— ¿Por qué? Solo quiero darle la bienvenida al lugar —me dijo ella. Mientras iba llenando un gran vaso con cerveza. Miré a Harry.
—Vamos cariño, no tienes que hacer esto —le dije. Harry me miró bien, y luego miró a Susan que estaba frente a el.
—Louis, no seas aguafiestas —me regañó Susan.
—Soy Harry —dijo el.
—Eres nuevo —habló Susan asintiendo.
—No Susan—le hablé al reaccionar sobre aquello. Pero fue demasiado tarde. Ella giró y se dirigió a todos en el lugar.
—¡Muchachos, tenemos un integrante nuevo en la taberna! —gritó contenta. Todos comenzaron a aplaudir y silbar —¡Hay que darle la bienvenida!
—¡No, no, no claro que no! —dije poniéndome de pie.
—Ven Harry —dijo Susan y le tendió la mano para que el la tomara. Con un poco de duda Harry la tomó y caminó detrás de ella hasta la barra. Louis, Zayn y yo fuimos detrás, con todo el mundo detrás de nosotros también.
—Susan, por favor no lo hagas —le rogué.
— ¿Por qué? Solo quiero darle la bienvenida al lugar —me dijo ella. Mientras iba llenando un gran vaso con cerveza. Miré a Harry.
—Vamos cariño, no tienes que hacer esto —le dije. Harry me miró bien, y luego miró a Susan que estaba frente a el.
—Louis, no seas aguafiestas —me regañó Susan.
Susan colocó el gran vaso frente a Harry. El lo miró bien —Tienes que hacer fondo de este vaso, y luego te giraremos sobre la silla, para que estés más feliz.
—No lo hagas, Harry. Así no eres tú —dije casi desesperado.
Harry miró a Susan y volvió a mirarme a mí.
—¿Acaso crees que no puedo hacerlo Tomlinson? —me preguntó.
—No, no es eso. Sino que puede hacerte mal…
—Harry, mejor escucha a Louis. Rayos!...esta vez tiene razón —le dijo Zayn.
—No hace falta que lo hagas Harry —dijo Josh. Harry nos miró a los tres consecutivamente, y miró de nuevo a Susan.
—No, no es eso. Sino que puede hacerte mal…
—Harry, mejor escucha a Louis. Rayos!...esta vez tiene razón —le dijo Zayn.
—No hace falta que lo hagas Harry —dijo Josh. Harry nos miró a los tres consecutivamente, y miró de nuevo a Susan.
¡Maldita seas, Susan! ¡No debiste hacer eso!
—¡Vamos, hazlo! —algún imbécil gritó por ahí. Todos comenzaron a gritar que lo hiciera, y todos esos incentivos maliciosos.
— ¿Vas a hacerlo Harry? —preguntó Susan.
— ¡No! —dije.
— ¡Que sí! —dijo Harry firme. Todos festejaron alegres.
—¡Vamos, hazlo! —algún imbécil gritó por ahí. Todos comenzaron a gritar que lo hiciera, y todos esos incentivos maliciosos.
— ¿Vas a hacerlo Harry? —preguntó Susan.
— ¡No! —dije.
— ¡Que sí! —dijo Harry firme. Todos festejaron alegres.
Varios de ellos se pusieron alrededor de Harry para girarlo cuando terminara de tomar, haciendo que los chicos y yo nos alejáramos un poco.
—¿Por qué la única vez que tengo razón no me escucha? —les pregunté a mis amigos.
Escuchamos como todos empezaron a decir el típico: ‘Fondo’ ‘Fondo’ ‘Fondo’
Les hice un gesto a los chicos para que nos sentáramos en la mesa. Harry no iba a hacerme caso. Pues ni modo, nada podía hacer. Todos se alejaron de la barra, y pude verlo riendo con Susan. La cerveza ya había hecho efecto en el.
—Será mejor que lo cuides —me dijo Malik.
—Normalmente, eso me molestaría —dije mirando hacia Harry.
—Pero en este caso te encanta la idea —me habló Josh —Lo sabemos suripanta, ahora ve a cuidarlo.
—Normalmente, eso me molestaría —dije mirando hacia Harry.
—Pero en este caso te encanta la idea —me habló Josh —Lo sabemos suripanta, ahora ve a cuidarlo.
Me empujó para que fuera hacia allí. Me acerqué allí y me senté en la silla de al lado de Harry. Se giraron a verme.
—Muy simpático tu amigo Louis, nunca habías traído chicos así aquí —me dijo Susan. Harry me miró con ojos tiernos.
—Aaaawwww, soy el primer chico que traes —dijo con tono tierno con voz de bebé —Me siento como cuando mi primer novio me llevó a conocer a sus padres.
—Aaaawwww, soy el primer chico que traes —dijo con tono tierno con voz de bebé —Me siento como cuando mi primer novio me llevó a conocer a sus padres.
Susan rió divertida.
—Pero yo no soy su madre, puedes ser travieso —le dijo. Harry río.
— ¿Puedo serlo? —preguntó.
— ¡No! —le dije y miré a Susan —Deja de querer pervertirlo…
—Tranquilo Tomlinson, tranquilo —dijo mi Harry —¿Me das otra de esas Susan?
—¿Una cerveza? —preguntó.
—Sí —dijo asintiendo.
—Claro que si lindo, y va por mi cuenta —le dijo. Volvió a servirle un gran vaso de cerveza y se lo puso en frente.
— ¡No Harry, no vas a beber eso! —le dije intentando detenerlo.
—No eres mi padre —me dijo y tomó el vaso —Además de que ya estoy grande como para decidir que tomar y que no.
—Está bien, haz lo que quieras —le dije rendido.
—Pues claro que sí —dijo, volvió a tomar la cerveza inclinando la cabeza hacia atrás y haciendo un limpio fondo.
— ¿Puedo serlo? —preguntó.
— ¡No! —le dije y miré a Susan —Deja de querer pervertirlo…
—Tranquilo Tomlinson, tranquilo —dijo mi Harry —¿Me das otra de esas Susan?
—¿Una cerveza? —preguntó.
—Sí —dijo asintiendo.
—Claro que si lindo, y va por mi cuenta —le dijo. Volvió a servirle un gran vaso de cerveza y se lo puso en frente.
— ¡No Harry, no vas a beber eso! —le dije intentando detenerlo.
—No eres mi padre —me dijo y tomó el vaso —Además de que ya estoy grande como para decidir que tomar y que no.
—Está bien, haz lo que quieras —le dije rendido.
—Pues claro que sí —dijo, volvió a tomar la cerveza inclinando la cabeza hacia atrás y haciendo un limpio fondo.
¡Dios santo, esto no va a terminar bien! No sé cuantas cervezas más se tomó, pero se estaba excediendo. Después de terminar de tomar su, sexto vaso creo, se puso de pie y se tambaleó un poco, pero se equilibró.
—Voy a poner un poco de música —dijo señalando a la rockola.
—Ve, ve —dijo Susan sonriendo. Vi como caminaba.
—Deja de querer embriagarlo Susan —le advertí.
—Ya esta ebrio Louis, pero déjalo ser libre, que vuele, que explore…
—No, yo no quiero que explore —dije y vi como Harry chocaba levemente contra Hook.
—Ve, ve —dijo Susan sonriendo. Vi como caminaba.
—Deja de querer embriagarlo Susan —le advertí.
—Ya esta ebrio Louis, pero déjalo ser libre, que vuele, que explore…
—No, yo no quiero que explore —dije y vi como Harry chocaba levemente contra Hook.
Esté se giró a verlo.
—Lo siento grandulón, no te vi —le dijo disculpándose y palmeando su pecho.
—No es nada niñito lindo, ¿estás solo? —le preguntó él. Me puse de pie.
— ¡Hook, saca tu miserable vista de el si no quieres terminar peor que la última vez! —lo amenacé. Esté me miró bien.
—Tranquilo, tranquilo. No sabía que era tuyo —me dijo él. Harry se giró a verme.
—Aaay, que celoso —dijo con tono pícaro y rió —Ve tranquilo grandulón, Louis está sensible últimamente, pero no voy a dejar que te haga daño —le dijo y siguió caminando hasta llegar a la rockola. Comenzó a buscar música. Hasta que se giró a vernos —¡No puedo creer que en este lugar tengan esto! —puso play y una conocida canción, pero no recuerdo su nombre comenzó a sonar.
—¡Vamos a bailar!
—No es nada niñito lindo, ¿estás solo? —le preguntó él. Me puse de pie.
— ¡Hook, saca tu miserable vista de el si no quieres terminar peor que la última vez! —lo amenacé. Esté me miró bien.
—Tranquilo, tranquilo. No sabía que era tuyo —me dijo él. Harry se giró a verme.
—Aaay, que celoso —dijo con tono pícaro y rió —Ve tranquilo grandulón, Louis está sensible últimamente, pero no voy a dejar que te haga daño —le dijo y siguió caminando hasta llegar a la rockola. Comenzó a buscar música. Hasta que se giró a vernos —¡No puedo creer que en este lugar tengan esto! —puso play y una conocida canción, pero no recuerdo su nombre comenzó a sonar.
—¡Vamos a bailar!
Todos sonrieron, se pusieron de pie y comenzaron a moverse muy sensualmente al ritmo de aquella canción. Giré mi cabeza para mirar a Susan.
—¿De quién es esa canción? —le pregunté.
—No puedo creer que esa canción siga ahí, pensé que la había quitado —dijo divertida y miró a Harry—Se llama I love rock and roll de Britney Spears y me parece que a Harry le gusta bailarla.
—No puedo creer que esa canción siga ahí, pensé que la había quitado —dijo divertida y miró a Harry—Se llama I love rock and roll de Britney Spears y me parece que a Harry le gusta bailarla.
Volví mi vista a Harry, se movía sensualmente mientras caminaba hacia mí.
¡Diablos, no podía ser tan sexy!
Se acercó más a mí y tomó mi mano para ponerme de pie.
—Harry, no. Estás ebrio —le dije cuando comenzó a bailar cerca de mí.
—Ya lo sé —me dijo y apoyó su espalda contra mi pecho, para luego bajar despacio y volver a subir. Giró y me miró a los ojos.
—Pero es tu culpa, por traerme aquí. Ahora lo aguantas.
—Ya lo sé —me dijo y apoyó su espalda contra mi pecho, para luego bajar despacio y volver a subir. Giró y me miró a los ojos.
—Pero es tu culpa, por traerme aquí. Ahora lo aguantas.
Vi como Zayn y Josh reían divertidos ante mi notoria frustración de que el estuviera haciendo eso. Provocando que mi sangre se calentara… y que otras partes de mi también.
Luego se subieron a la barra, incluida Susan. No puedo creer que esto esté pasando.
Bailaban sensualmente sobre aquella barra, tocándose entre todos y riendo. Pero mi mirada no podía salir de Harry. Sentí una mano apoyarse sobre mi hombro.
—Hermano, hermano. Como te provoca Harry ¿cierto? —me dijo Zayn.
—Cállate —le dije sin dejar de mirarlo.
—Te trae loco —aseguró Devine—Mira, te lo estas comiendo con la mirada. Yo creo que si tuvieras súper poderes de la vista, ya le hubieses sacado la ropa.
—Cállate —le dije sin dejar de mirarlo.
—Te trae loco —aseguró Devine—Mira, te lo estas comiendo con la mirada. Yo creo que si tuvieras súper poderes de la vista, ya le hubieses sacado la ropa.
De repente un idiota intentó bajar a Harry de la barra para tocarlo o no sé que tenía entre manos, entonces reaccioné y me acerqué a él para sacarlo de un solo golpe de allí. La música dejó de sonar y se escucharon algunas botellas de vidrio caer al suelo, tomé a Harry y lo subí a mi hombro.
— ¡Nos vamos! —le dije firme. El comenzó a patalear.
— ¡No, no quiero! ¡La estaba pasando bien, Louis! —se quejó.
— ¡No me interesa, nos vamos! —sentencié.
— ¡Vuelve pronto Harry! —le gritó Susan.
—¡Claro que sí, Sue! —contestó Harry, mientras lo llevaba encima mío como una bolsa de papas.
—Adiós muchachos, los veo luego —les dije a mis amigos y salí de allí.
— ¡No, no quiero! ¡La estaba pasando bien, Louis! —se quejó.
— ¡No me interesa, nos vamos! —sentencié.
— ¡Vuelve pronto Harry! —le gritó Susan.
—¡Claro que sí, Sue! —contestó Harry, mientras lo llevaba encima mío como una bolsa de papas.
—Adiós muchachos, los veo luego —les dije a mis amigos y salí de allí.
Lo subí a la moto y prendí marcha hacia mi departamento. Yo no podía dejarlo así en su casa, y tampoco podía quedarme en su casa. Tal vez cuando despierte, piense que soy un pervertido que le hizo algo o alguna cosa de esas. No dejó de decir tonterías en todo el camino. Se reía de cualquier cosa, y hasta logró hacerme reír a pesar de que yo iba a regañándolo. Llegamos a mi casa y lo ayudé a entrar.
Lo senté sobre la mesa y comencé a buscar el café.
—Nunca más, ¿entendiste? Nunca más te llevó a ese lugar —le dije.
—Eres un aburrido, solo tú quieres diversión —me dijo.
—Eres un aburrido, solo tú quieres diversión —me dijo.
Me incorporé y lo miré. El sonrió y yo solo negué con la cabeza.
—Ahora voy a hacerte un café para que se te vaya la borrachera que te echaste encima, como si no existiera un mañana.
— ¡Ni lo pienses! —me dijo y se bajó de la mesa.
— ¡Ni lo pienses! —me dijo y se bajó de la mesa.
Caminó hasta el sillón, en donde se acostó pesadamente —No voy a tomar café, odio el café.
—Tienes que tomarlo, ¿sino cómo se te va a ir eso?
—No lo sé, pero no voy a tomarlo —me aseguró —Búscame otra cosa, un vaso de agua o un calmante para el dolor de cabeza que seguro me va a dar mañana. Pero café no tomó ni aunque me amenaces con matarme…
—Eres un niñito caprichoso. Juro por mi vida que jamás voy a volver a sacarte a ningún lado, para que luego te comportes así y tomes como un borracho y te pongas a bailar como un stripper sobre una barra y hagas que alguien más que yo te miré con deseo, porque…
—No lo sé, pero no voy a tomarlo —me aseguró —Búscame otra cosa, un vaso de agua o un calmante para el dolor de cabeza que seguro me va a dar mañana. Pero café no tomó ni aunque me amenaces con matarme…
—Eres un niñito caprichoso. Juro por mi vida que jamás voy a volver a sacarte a ningún lado, para que luego te comportes así y tomes como un borracho y te pongas a bailar como un stripper sobre una barra y hagas que alguien más que yo te miré con deseo, porque…
Levanté mi cabeza para mirarlo, y estaba profundamente dormido sobre el sillón.
Sonreí y con cuidado me acerqué a el. Acomodé un poco unos rizos de su cabello.
—Solo tú puedes quedarte dormido, conmigo al lado —dije divertido.
Me acerqué más y lo alcé en brazos para llevarlo a dormir en la cama. No iba a dejarlo dormir incómodamente en el sillón. Lo alcé firmemente. El, media dormido, colocó sus brazos alrededor de mis hombros y escondió su rostro en mi garganta. Sentí como respiraba profundamente. Detuve mi paso, ante el escalofrió que recorrió mi espalda.
—Como me gusta tu perfume —susurró —Es tan masculino, y te hace tan irresistible. No te lo había dicho antes pero… tu tatuaje es tan sexy, que hasta ganas de lamerlo tengo.
— ¿Ah si? —dije.
—Ajá —dijo el. Tragué sonoramente.
— ¿Ah si? —dije.
—Ajá —dijo el. Tragué sonoramente.
Levantó su cabeza y me miró fijo a los ojos. Sonrió, y luego hizo algo que yo no esperé que hiciera. Sus labios se apoyaron despacio sobre los míos, se abrieron con cuidado tomándolos. Mis ojos estaban bien abiertos, mirándolo. Sus ojos estaban cerrados. Sin dejar de mirarlo comencé a responder a su boca. Sus manos subieron por mi cuello a mí nuca y me acercaron más a el, sus dedos acariciaron suaves mis cabellos. Entonces, sin intensión alguna, mis ojos se cerraron ante aquella sensación, mientras lo tomaba con más firmeza entre mis brazos. Su boca se movía sensual sobre la mía, excitándome. Y cuando su lengua acarició con ansia la mía, creí que iba a volverme completamente loco. Se alejó despacio, y abrí mis ojos para mirarlo. Sus ojos aún estaban cerrados, hasta que los abrió y sonrió. Se acercó de nuevo a mí y acarició mi nariz con la suya, para luego volver a apoyar su cabeza contra mi hombro.
— ¿Y eso por qué fue? —le pregunté agitado, realmente me había gustado ese beso.
—Por ser horriblemente irresistible —contestó.
—Por ser horriblemente irresistible —contestó.
Escuché una pequeña risa de su parte, y entonces caminé hasta mi habitación. Con cuidado lo acosté en la cama. Le quité los zapatos y lo tapé con una pequeña manta. Salí de allí y luego de ir al baño me fui a acostar en el sillón. Coloqué mis brazos detrás de mi cabeza, mirando fijamente al techo. El dulce sabor de su boca aún no se había ido de la mía. La sensación caliente aun ardía en mis labios. Sacudí mi cabeza, yo no podía estar pensando eso. ¿Soy yo quien lo está conquistando a el o es el quien me está conquistando a mi?
No, no, no. Claro que no. ¿Conquistarme a mí? Eso es imposible. Yo conquisto, yo uso y luego todo se termina. Así fue siempre, y así seguirá siendo. Esa es mi vida, es mi rutina y no la cambiaría por nada del mundo. Pero debo admitir que es la persona con la que más relación social tuve en toda mi vida.
Ya, ya basta Louis. Deja de pensar, todo está bien. Todo está saliendo acorde tus planes. Pronto Harry Edward Styles Cox caerá a tus pies, como el resto. Es solo cuestión de tiempo, de esperar. No me cuesta nada esperar un poco más de tiempo que a los demás. Y creo que si vale la pena esperar por una noche con aquel hermoso chico.
imnotlistening
Re: Obsesión. [Larry Stylinson]
Capítulo 17. "Tu, te estás enamorando de Harry."
Comencé a despertar al sentir como unas leves manos me movían.
—Buenos días, nana —le dije con voz ronca.
— ¿Se puede saber que haces durmiendo en el sillón? —me preguntó. Me senté y miré a mi alrededor.
—Mi cuarto está ocupado —contesté, y me puse de pie para ir al baño. Entré, me lavé la cara y los dientes. Salí y me acerqué a la mesada para sentarme frente a Rose — ¿Qué hora es?
—Las doce en punto, Louis —me contestó y comenzó a sacar hoyas y comida para cocinar.
— ¿Louis? —escuché su adormilada voz.
Mi nana y yo nos giramos para mirar hacia el pasillo, del cual provenía su voz. Su rostro era una mezcla de sueño, confusión y dolor de cabeza. El me miró y luego miró a mi nana. Me puse de pie y me acerqué a el.
—Vamos al cuarto, cariño —le dije y volvimos de donde salió.
Me giré a verlo, después de cerrar la puerta.
— ¿Dónde estoy? —me preguntó mientras se sentaba despacio en la cama.
—En mi departamento —le contesté. Sus ojos se abrieron bien y se puso rápidamente de pie.
— ¿Qué hiciste conmigo? —dijo nervioso —¡Oh, dios! No me digas que tú y yo…
—No cariño —lo interrumpí divertido —Tú y yo no hicimos nada de lo que estas pensando. Te hubiera encantado, ¿verdad?
—No, claro que no —dijo rápidamente —Además como iba a encantarme, si no recuerdo nada de lo que pasó.
— ¿Nada? —pregunté. El clavó sus ojos en los míos.
—Bueno, recuerdo un poco —dijo y me miró con desconfianza — ¿Qué estas insinuando?
—No, nada.
—Tomlinson… —dijo mi nombre con tono de advertencia.
— ¿De verdad quieres saberlo? —le dije. El asintió —Bueno, pues para empezar tomaste mucho por lo que adjudico todos tus actos al alcohol. Ni los chicos ni yo te juzgamos de verdad.
—Oh, Dios santo —dijo mientras se sentaba en la cama para escucharme con atención.
—Pusiste música en el bar, comenzaste a bailar muy…provocativamente, me gusta verte bailar por cierto. Coqueteaste con Hook…
— ¿Hook? —preguntó.
—Un grandulón, así le dijiste, que va allí siempre —le dije —Me sedujiste.
— ¿Qué hice qué?
—Me sedujiste, me bailaste sensualmente… cerca, tocándome, provocándome.
—Yo…
—Luego te subiste a la barra, haciendo que todos subieran y bailaran junto a ti. Pero debo decir, que aun así eras el más sexy. Luego un estúpido quiso propasarse, lo puse en su lugar. Te rescaté de la perdición, salimos de allí, nos fuimos a las Vegas, nos casamos y ahora eres mi esposo. Me debes la noche de bodas cariño…
Ahora su rostro era una mezcla de vergüenza, preocupación y asombro. Hasta que clavó sus ojos en mí, los entrecerró y me miró con recelo.
—Eso último es mentira, ¿cierto? —me dijo muy seguro de ello. Sonreí divertido.
—Pensé que así el saber que me besaste anoche aligeraría la noticia —le dije.
Sus ojos se abrieron como platos.
—Eso es mentira —aseguró.
—No, no es mentira. Lo hiciste, y bueno yo no pude negarme…
—Eres un aprovechado, estoy seguro de que tú me besaste a mi, y ahora me estás diciendo que yo te besé a ti…
— ¿Para qué voy a mentirte? —pregunté —Si yo te hubiese besado te lo digo: Harry, anoche te besé. Pero no lo hice…
—Mmm, bueno si fue así entonces te pido perdón. Ese no era yo —dijo totalmente avergonzado.
—No, no me pidas perdón cariño. Por mí, puedes hacerlo las veces que tengas ganas.
El bajó su mirada, nervioso, intentando evitar mi mirada.
— ¿Quién es la señora que está en la cocina? —me preguntó.
Arqueé una de mis cejas ante su repentino cambio de tema. El ya no quería seguir hablando de eso. Sonreí levemente.
—Rose, mi nana. Viene, los fines de semana, para cocinarme y dejarme la comida preparada. Soy un desastre cocinando.
— ¿Así que tienes una nana? Qué tierno de tu parte Tomlinson—me dijo.
—Lo ves, no todo es pecado en mí, cariño.
Rió por lo bajo y salimos de la habitación, para ir a la cocina. Rose nos miró y sonrió levemente.
—Nana, el es Harry —lo presenté.
—Es un gusto señora —le habló Harry amable.
—El gusto es mío, niño —dijo mi nana.
— ¿Puedo pasar al baño? —me preguntó Harry.
—Si, si —le dije —Aquella puerta de allí.
—Ya vuelvo —se disculpó y fue hasta el baño. Me senté frente a Rose, y ella me miró bien.
— ¿Qué pasa? —le pregunté.
—Nunca habías traído a tus citas aquí —dijo con tono pícaro.
—Va a la Universidad conmigo. Ayer tuvimos un pequeño percance y no podía dejarlo solo en su casa.
—Es muy lindo, me agrada —dijo y volvió a cocinar.
—Que extraño, nunca nadie te agrada…por eso no traigo gente aquí.
—No parece ser un tonto—dijo exasperado. Yo reí —El tiene un aura especial.
Harry llegó a la cocina y nos miró.
— ¿Quiere comer algo, niño? —le preguntó a Harry.
—No señora, gracias… —dijo y al instante su estómago gruñó. Lo miré divertido.
—Tonterías, estás muriéndote de hambre —le dije, y miré a Rose—Nana, dale la lasaña de espinaca. El solo le hace el feo a lo que yo consumo.
Rose lo miró.
— ¿Eres vegetariano? —le preguntó algo sorprendida.
—Trato de serlo. Desde hace ya dos años que no como carne —dijo orgulloso de si mismo. Rose sonrió y sacó la lasaña del refrigerador.
—Es lo único que puedo hacer que Louis coma, sino no hay caso. No consume casi nada, no proveniente de un pobre animal —le contó mi nana.
—Sí —dijo Harry mientras se sentaba a mi lado —Es un carnívoro sin control.
—Lo sé, lo sé. Ya le he dicho que un día todos los pobres animales que le han dado de comer, van a venir en busca de venganza…
—Y se la merecerá Rose, todo se paga en esta vida.
—Además de que algún día le agarrara un paro cardiaco de tener las venas todas tapadas de carne y comida chatarra —agregó —Y a pesar de que come como una bestia, está perfectamente bien corporalmente.
—Si lo sé, yo tampoco entiendo por qué —dijo Harry —Y es una injusticia de la vida. Imagínese, yo llego a comer un poco más de lo que como normalmente, engordo como 5 kilos, y parezco un globo.
—Eso es terrible. Y él come, come y come, y no engorda.
—Ya lo volveré menos carnívoro de alguna manera.
— ¿Ya terminaron de defenestrarme? —les pregunté. Rieron —Tengo hambre.
—Ya va a estar pequeño —dijo mi nana.
Se acercó al horno para sacar la lasaña. Harry me miró y yo también lo hice. Me sonrió levemente y sentí aquel extraño impulso de besarlo. Levantó su mano y acomodó mi cabello hacia atrás. La sensación de estar así con el se convirtió en algo totalmente extraño.
Era como si yo significara algo para el. Quizás un amigo…
Rose puso un plato frente a Harry, haciendo que el mirara al frente. Sonrió al ver en el plato la humeante lasaña.
—Mmm, esto se ve delicioso —dijo el.
—No tanto como tú —le susurré para que Rose no me escuchara. Harry me miró asesinamente, yo solo reí por lo bajo, y Rose puso otra plato frente a mí. Un jugoso trozo de carne, con el mejor puré del mundo.
Mmm, ¿Cómo sería un jugoso Harry con crema y una cereza encima? Eso sería interesante.
Muy interesante.
Rose se sentó a comer con nosotros, un poco de lasaña. Hablaba con Harry como si se conocieran de toda la vida.
Yo solo observaba y comentaba muy de vez en cuando sobre alguna de sus conversaciones, de lo cual me ganaba una venenosa mirada de parte de los dos. Cuando Harry había terminado de comer, yo ya iba por mi segundo plato terminado. El me miró algo sorprendido.
—De verdad eres una bestia comiendo —me dijo.
—Y tú de verdad pareces un pajarito comiendo —le dije. Harry se puso de pie y juntó sus cosas.
—Bueno, Rose estuvo delicioso, ya te pediré la receta —le dijo dulce.
—Cuando quieras, Harry —dijo ella sonriéndole.
—Tomlinson, ya me voy —me dijo.
—Bueno, entonces te llevo —dije cuando terminé de tomar agua.
—No, ya es suficiente. Ya no es necesario, no soy un niñito —dijo quejándose.
—Bueno, está bien cariño, esta vez acepto tus condiciones —le dije, y el suspiró aliviado.
Lo miré divertido —Pero te acompaño hasta abajo.
—Y si no hay más remedio, ¿Qué puedo hacer? —dijo y Rose rió. Se acercó a ella —Hasta luego Rose, fue un gusto conocerte. No entiendo porque teniéndote a ti, el muchachito es así.
—Yo tampoco, cielo —dijo divertida mi nana. Revoleé los ojos y busqué las llaves mientras el caminaba hacia la puerta.
—Dile que me agrada —me susurró Rose antes de que yo fuera detrás de el.
—Se lo digo —le dije y salí de allí con Harry
.
Nos subimos al ascensor y bajamos en planta baja. Caminamos hasta la puerta y el se giró a verme.
—Bueno Tomlinson, gracias por todo. No recuerdo muy bien lo de anoche, pero... voy a creer en tus palabras.
—Así tiene que ser —dije. El sonrió.
—Gracias —musitó. Lo miré fijo y no pude detenerme.
Levanté mi mano y acomodé un rizo de su cabello, para luego bajar mi mano por su mejilla y acariciarla levemente. Posé mi mirada en sus labios, y volví a sus ojos.
—No es nada cariño, sé hacer mi trabajo —le dije.
Trató de no sonreír, pero le fue imposible.
—Eres un tonto, adiós —dijo y comenzó a caminar.
— ¡Oye! —lo llamé. Se giró a verme.
— ¿Qué? —preguntó.
—Mi nana me pidió que te dijera que le agradas. Y eso no es fácil de conseguir, no le agradan mucho mis citas. Menos los que tratan de corromperme…
—Yo no quiero corromperte —dijo rápidamente.
—Exacto —hablé y sonreí de costado —Mi nana, sabe que soy yo quien trata de corromperte.
Vi como sus mejillas tomaban un poco de color, y las ganas de besarlo fueron casi ilógicas en mí.
Negó con la cabeza y siguió caminando. ¿Por qué demonios es tan lindo?
Sacudí mi cabeza y me metí al edificio, subí a mi casa y entré. Rose estaba terminando de lavar
todo. Me miró y sonrió.
—Es encantador —me dijo.
— ¿Te agrada enserio?
—Claro que si, se nota que es de carácter fuerte, de convicciones inamovibles y sobre todo una extraña pero dulce forma de llegar a las personas.
—Para mí es como todos los demás —le mentí descaradamente.
—Si, si seguro —dijo con ironía —Te conozco tanto, pequeño.
— ¿Qué quieres decir? —le pregunté.
Ella sonrió divertida y dejó de lavar, para mirarme a los ojos y apuntarme con el dedo.
—Tú, te estás enamorando de Harry.
Comencé a despertar al sentir como unas leves manos me movían.
—Buenos días, nana —le dije con voz ronca.
— ¿Se puede saber que haces durmiendo en el sillón? —me preguntó. Me senté y miré a mi alrededor.
—Mi cuarto está ocupado —contesté, y me puse de pie para ir al baño. Entré, me lavé la cara y los dientes. Salí y me acerqué a la mesada para sentarme frente a Rose — ¿Qué hora es?
—Las doce en punto, Louis —me contestó y comenzó a sacar hoyas y comida para cocinar.
— ¿Louis? —escuché su adormilada voz.
Mi nana y yo nos giramos para mirar hacia el pasillo, del cual provenía su voz. Su rostro era una mezcla de sueño, confusión y dolor de cabeza. El me miró y luego miró a mi nana. Me puse de pie y me acerqué a el.
—Vamos al cuarto, cariño —le dije y volvimos de donde salió.
Me giré a verlo, después de cerrar la puerta.
— ¿Dónde estoy? —me preguntó mientras se sentaba despacio en la cama.
—En mi departamento —le contesté. Sus ojos se abrieron bien y se puso rápidamente de pie.
— ¿Qué hiciste conmigo? —dijo nervioso —¡Oh, dios! No me digas que tú y yo…
—No cariño —lo interrumpí divertido —Tú y yo no hicimos nada de lo que estas pensando. Te hubiera encantado, ¿verdad?
—No, claro que no —dijo rápidamente —Además como iba a encantarme, si no recuerdo nada de lo que pasó.
— ¿Nada? —pregunté. El clavó sus ojos en los míos.
—Bueno, recuerdo un poco —dijo y me miró con desconfianza — ¿Qué estas insinuando?
—No, nada.
—Tomlinson… —dijo mi nombre con tono de advertencia.
— ¿De verdad quieres saberlo? —le dije. El asintió —Bueno, pues para empezar tomaste mucho por lo que adjudico todos tus actos al alcohol. Ni los chicos ni yo te juzgamos de verdad.
—Oh, Dios santo —dijo mientras se sentaba en la cama para escucharme con atención.
—Pusiste música en el bar, comenzaste a bailar muy…provocativamente, me gusta verte bailar por cierto. Coqueteaste con Hook…
— ¿Hook? —preguntó.
—Un grandulón, así le dijiste, que va allí siempre —le dije —Me sedujiste.
— ¿Qué hice qué?
—Me sedujiste, me bailaste sensualmente… cerca, tocándome, provocándome.
—Yo…
—Luego te subiste a la barra, haciendo que todos subieran y bailaran junto a ti. Pero debo decir, que aun así eras el más sexy. Luego un estúpido quiso propasarse, lo puse en su lugar. Te rescaté de la perdición, salimos de allí, nos fuimos a las Vegas, nos casamos y ahora eres mi esposo. Me debes la noche de bodas cariño…
Ahora su rostro era una mezcla de vergüenza, preocupación y asombro. Hasta que clavó sus ojos en mí, los entrecerró y me miró con recelo.
—Eso último es mentira, ¿cierto? —me dijo muy seguro de ello. Sonreí divertido.
—Pensé que así el saber que me besaste anoche aligeraría la noticia —le dije.
Sus ojos se abrieron como platos.
—Eso es mentira —aseguró.
—No, no es mentira. Lo hiciste, y bueno yo no pude negarme…
—Eres un aprovechado, estoy seguro de que tú me besaste a mi, y ahora me estás diciendo que yo te besé a ti…
— ¿Para qué voy a mentirte? —pregunté —Si yo te hubiese besado te lo digo: Harry, anoche te besé. Pero no lo hice…
—Mmm, bueno si fue así entonces te pido perdón. Ese no era yo —dijo totalmente avergonzado.
—No, no me pidas perdón cariño. Por mí, puedes hacerlo las veces que tengas ganas.
El bajó su mirada, nervioso, intentando evitar mi mirada.
— ¿Quién es la señora que está en la cocina? —me preguntó.
Arqueé una de mis cejas ante su repentino cambio de tema. El ya no quería seguir hablando de eso. Sonreí levemente.
—Rose, mi nana. Viene, los fines de semana, para cocinarme y dejarme la comida preparada. Soy un desastre cocinando.
— ¿Así que tienes una nana? Qué tierno de tu parte Tomlinson—me dijo.
—Lo ves, no todo es pecado en mí, cariño.
Rió por lo bajo y salimos de la habitación, para ir a la cocina. Rose nos miró y sonrió levemente.
—Nana, el es Harry —lo presenté.
—Es un gusto señora —le habló Harry amable.
—El gusto es mío, niño —dijo mi nana.
— ¿Puedo pasar al baño? —me preguntó Harry.
—Si, si —le dije —Aquella puerta de allí.
—Ya vuelvo —se disculpó y fue hasta el baño. Me senté frente a Rose, y ella me miró bien.
— ¿Qué pasa? —le pregunté.
—Nunca habías traído a tus citas aquí —dijo con tono pícaro.
—Va a la Universidad conmigo. Ayer tuvimos un pequeño percance y no podía dejarlo solo en su casa.
—Es muy lindo, me agrada —dijo y volvió a cocinar.
—Que extraño, nunca nadie te agrada…por eso no traigo gente aquí.
—No parece ser un tonto—dijo exasperado. Yo reí —El tiene un aura especial.
Harry llegó a la cocina y nos miró.
— ¿Quiere comer algo, niño? —le preguntó a Harry.
—No señora, gracias… —dijo y al instante su estómago gruñó. Lo miré divertido.
—Tonterías, estás muriéndote de hambre —le dije, y miré a Rose—Nana, dale la lasaña de espinaca. El solo le hace el feo a lo que yo consumo.
Rose lo miró.
— ¿Eres vegetariano? —le preguntó algo sorprendida.
—Trato de serlo. Desde hace ya dos años que no como carne —dijo orgulloso de si mismo. Rose sonrió y sacó la lasaña del refrigerador.
—Es lo único que puedo hacer que Louis coma, sino no hay caso. No consume casi nada, no proveniente de un pobre animal —le contó mi nana.
—Sí —dijo Harry mientras se sentaba a mi lado —Es un carnívoro sin control.
—Lo sé, lo sé. Ya le he dicho que un día todos los pobres animales que le han dado de comer, van a venir en busca de venganza…
—Y se la merecerá Rose, todo se paga en esta vida.
—Además de que algún día le agarrara un paro cardiaco de tener las venas todas tapadas de carne y comida chatarra —agregó —Y a pesar de que come como una bestia, está perfectamente bien corporalmente.
—Si lo sé, yo tampoco entiendo por qué —dijo Harry —Y es una injusticia de la vida. Imagínese, yo llego a comer un poco más de lo que como normalmente, engordo como 5 kilos, y parezco un globo.
—Eso es terrible. Y él come, come y come, y no engorda.
—Ya lo volveré menos carnívoro de alguna manera.
— ¿Ya terminaron de defenestrarme? —les pregunté. Rieron —Tengo hambre.
—Ya va a estar pequeño —dijo mi nana.
Se acercó al horno para sacar la lasaña. Harry me miró y yo también lo hice. Me sonrió levemente y sentí aquel extraño impulso de besarlo. Levantó su mano y acomodó mi cabello hacia atrás. La sensación de estar así con el se convirtió en algo totalmente extraño.
Era como si yo significara algo para el. Quizás un amigo…
Rose puso un plato frente a Harry, haciendo que el mirara al frente. Sonrió al ver en el plato la humeante lasaña.
—Mmm, esto se ve delicioso —dijo el.
—No tanto como tú —le susurré para que Rose no me escuchara. Harry me miró asesinamente, yo solo reí por lo bajo, y Rose puso otra plato frente a mí. Un jugoso trozo de carne, con el mejor puré del mundo.
Mmm, ¿Cómo sería un jugoso Harry con crema y una cereza encima? Eso sería interesante.
Muy interesante.
Rose se sentó a comer con nosotros, un poco de lasaña. Hablaba con Harry como si se conocieran de toda la vida.
Yo solo observaba y comentaba muy de vez en cuando sobre alguna de sus conversaciones, de lo cual me ganaba una venenosa mirada de parte de los dos. Cuando Harry había terminado de comer, yo ya iba por mi segundo plato terminado. El me miró algo sorprendido.
—De verdad eres una bestia comiendo —me dijo.
—Y tú de verdad pareces un pajarito comiendo —le dije. Harry se puso de pie y juntó sus cosas.
—Bueno, Rose estuvo delicioso, ya te pediré la receta —le dijo dulce.
—Cuando quieras, Harry —dijo ella sonriéndole.
—Tomlinson, ya me voy —me dijo.
—Bueno, entonces te llevo —dije cuando terminé de tomar agua.
—No, ya es suficiente. Ya no es necesario, no soy un niñito —dijo quejándose.
—Bueno, está bien cariño, esta vez acepto tus condiciones —le dije, y el suspiró aliviado.
Lo miré divertido —Pero te acompaño hasta abajo.
—Y si no hay más remedio, ¿Qué puedo hacer? —dijo y Rose rió. Se acercó a ella —Hasta luego Rose, fue un gusto conocerte. No entiendo porque teniéndote a ti, el muchachito es así.
—Yo tampoco, cielo —dijo divertida mi nana. Revoleé los ojos y busqué las llaves mientras el caminaba hacia la puerta.
—Dile que me agrada —me susurró Rose antes de que yo fuera detrás de el.
—Se lo digo —le dije y salí de allí con Harry
.
Nos subimos al ascensor y bajamos en planta baja. Caminamos hasta la puerta y el se giró a verme.
—Bueno Tomlinson, gracias por todo. No recuerdo muy bien lo de anoche, pero... voy a creer en tus palabras.
—Así tiene que ser —dije. El sonrió.
—Gracias —musitó. Lo miré fijo y no pude detenerme.
Levanté mi mano y acomodé un rizo de su cabello, para luego bajar mi mano por su mejilla y acariciarla levemente. Posé mi mirada en sus labios, y volví a sus ojos.
—No es nada cariño, sé hacer mi trabajo —le dije.
Trató de no sonreír, pero le fue imposible.
—Eres un tonto, adiós —dijo y comenzó a caminar.
— ¡Oye! —lo llamé. Se giró a verme.
— ¿Qué? —preguntó.
—Mi nana me pidió que te dijera que le agradas. Y eso no es fácil de conseguir, no le agradan mucho mis citas. Menos los que tratan de corromperme…
—Yo no quiero corromperte —dijo rápidamente.
—Exacto —hablé y sonreí de costado —Mi nana, sabe que soy yo quien trata de corromperte.
Vi como sus mejillas tomaban un poco de color, y las ganas de besarlo fueron casi ilógicas en mí.
Negó con la cabeza y siguió caminando. ¿Por qué demonios es tan lindo?
Sacudí mi cabeza y me metí al edificio, subí a mi casa y entré. Rose estaba terminando de lavar
todo. Me miró y sonrió.
—Es encantador —me dijo.
— ¿Te agrada enserio?
—Claro que si, se nota que es de carácter fuerte, de convicciones inamovibles y sobre todo una extraña pero dulce forma de llegar a las personas.
—Para mí es como todos los demás —le mentí descaradamente.
—Si, si seguro —dijo con ironía —Te conozco tanto, pequeño.
— ¿Qué quieres decir? —le pregunté.
Ella sonrió divertida y dejó de lavar, para mirarme a los ojos y apuntarme con el dedo.
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